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Unidad I

El encuadre Constitucional del Poder

El Poder en la estructura constitucional:

Regula todo lo pertinente al ordenamiento político de la República, es decir la


organización de los Poderes del Estado.

Nociones preliminares fundamentales:

Origen y función de la autoridad:

Existe un principio de unidad – en donde la sociedad humana requiere un orden


que se basa y busca un FIN COMUN- que es el bien común.

El ejercicio de las funciones requieren un conocimiento pormenorizado de las


exigencias concretas y una rectitud moral mayor cuando los intereses en juego
son mas importantes.

Es la naturaleza propia del bien común la que exige la existencia de una autoridad
social capaz de asumirla como tarea propia.

Todo ser humano tiende a la convivencia social como un medio necesario para su
perfeccionamiento.

Existe un orden natural que es esencial.

Cuanto mas compleja es una sociedad, mayor es la necesidad que se tiene de


contar con una autoridad que asuma la gestión eficaz del bien común.

El modo mas adecuado es decidir libremente sobre quienes y cómo se habrán de


desempeñar las magistraturas, reconociendo el valor y la dignidad de la persona
en todas sus dimensiones.

Toda actividad política debe estar ordenada a la realización permanente del bien
común( conjunto de condiciones necesarias para el desarrollo de las cualidades
de las personas en todas sus dimensiones, ya sean en lo religioso, intelectual,
moral y material)

Parte Orgánica y dogmatica de la constitución:

La constitución del estado consiste en un ordenamiento jurídico-político, y se


equipara al régimen político que esta solución a la convivencia territorial de una
comunidad. La constitución es una forma de vida social que tiene carácter
normativo.

Una parte de la constitución se dedica a organizar el poder, sus funciones, los


órganos que las desempeñan, las relaciones entre ellos, su distinción y
separación, el modo de acceso al poder, etc. A esta parte se le llama parte
orgánica.

La otra parte, atiende a las relaciones de los hombres con el estado y de los
hombres de entre sí dentro del estado, de la llamada parte dogmatica.

Podríamos decir que la parte orgánica de la constitución, en cuanto al poder, es un


medio para un fin, el cual radica en ejercer ese poder sobre la población del
estado. Hay que estructurar y componer los órganos y funciones del poder, por
que el poder está destinado a recaer en los hombres, y para ejercitar lo y ponerlo
en movimiento tiene que organizarse todo el aparato orgánico funcional, llamado
gobierno.

La persona humana y el Poder Constitucional:

Del poder estatal o poder político, es ante todo, un poder social. Quiere decir que
el poder del estado es un poder sobre hombres, un mando de uno o pocos
individuos sobre muchos individuos.

Se distingue el grupo gobernante y la comunidad gobernada, en la distinción del


mando y la obediencia. No hay poder sin obediencia, y el poder es la capacidad de
encontrar la obediencia.

El poder político tiene como destinatario a los hombres, apunta a la comunidad


para ordenar la vida social. El poder se organiza para ejercerse hacia afuera y se
extiende sobre un conjunto de hombres que integran la población del estado.

El estado es para el hombre y no el hombre para el estado, la ordenación del


poder es un instrumento para facilitar ese fin servicial entre el ente político a favor
de la persona humana.

La constitución establece normas de organización que determinan quiénes y con


que procedimientos deciden lo que es el derecho, de decir, normas de conducta y
en qué condiciones deben valer, aplicarse y ejecutarse. En la parte orgánica de la
constitución se ubica el complejo fundamental de estas normas de organización.

El Poder estructurado:

El poder es una capacidad o competencia que denota energía y fuerza. Disponer


de poder es contar con medios y posibilidades para algo.

En el Estado, como en todo grupo social hay un poder para cumplir un fin, el
estado puede hacer todo lo que conduce a su fin, que ese realizar la justicia en la
buena convivencia humana. Ese “poder- hacer” denota, precisamente la
capacidad o competencia típica del poder. Denota también energía, por eso el
poder es dinámico y el estado una realidad en proceso, en constante hacerse.

Como el poder no se mueve solo, son los hombres quienes lo impelen a través del
complejo de órganos que ponen en ejercicio las funciones del poder.

El derecho constitucional del poder: equivale a parte orgánica de la


constitución. Derecho constitucional del poder es el ámbito o sector que
ordena la estructura del poder. Más gráficamente, es el fragmento del mundo
jurídico donde se localiza la política que hacen los gobernantes y la que hacen
los gobernados apuntando al poder, éste señala quienes mandan, como
acceden al mando, que funciones ejercen y como las cumplen etc. Así como el
quehacer político de los gobernados en cuanto a las presiones, gravitaciones,
influencias, fuerzas políticas, factores de poder etc. Que pesan sobre el poder
y repercuten en su ejercicio.

Importancia del derecho constitucional del poder: la realidad sociológica nos


advierte sobre la necesidad de que alguien mande, de que haya gobernantes, de
la distinción entre gobernantes y gobernados, entre mandar y obedecer y entre
quien tiene a su cargo cada una.
La ordenación del poder con todas la implicado en el –órganos, funciones,
distribución de competencias, relaciones recíprocas etc.- Interesa no sólo a
quienes lo detenta, sino más bien a los gobernados, que se plantean tres
pretensiones fundamentales:

1- ser mandados por quien tiene competencia suficiente (quien manda)

2- ser bien mandados (como manda)

3- ser mandados para el bien común (para que manda)

Esta trilogía de la política compromete al derecho constitucional del poder, porque


a él le incumbe lo referente a la titularidad, ejercicio y finalidad del poder.

La medida del poder:

El poder es un mando. El poder del estado es un mando político, que en la era del
constitucionalismo moderno lo denominamos dominio legal = Gobierno de ley o
principio de legalidad

Es la prevalencia de la ley sobre cualquier actividad o función del poder


público. Esto quiere decir que todo aquello que emane del Estado sede
está regido por la ley y nunca por la voluntad de los individuos. Un
gobernante no puede actuar en contra a lo establecido por la
constitución que recopila las normas esenciales del estado.

No es suficiente que el gobernante haya sido elegido para ocupar su


cargo, todas sus medidas de gobierno deben estar sometidas a la ley.
Cuando un estado respeta el principio de legalidad puede ser calificado
como estado de derecho

Ese poder tiene una medida o cantidad que se actualiza a través de los órganos
de gobierno, lo que significa que aumenta, decrece o desaparece según el
gobierno que lo encarna, lo detenta o lo ejercita. Ej: La revolución que derroca a
un gobierno significa el agotamiento de la cantidad de poder disponible en un
momento político determinado. Desprovisto totalmente del poder, el gobierno cae
y es reemplazado por otro

La posibilidad de medir el poder nos permita hablar de un poder más fuerte, o más
débil y permite hablar de los límites del poder. Existe un contorno fáctico,
integrado por factores de múltiple orden y calidad dentro del cual el poder político
tiene fuerza, pero más allá del cual carece de ella y es impotente. Es importante
destacar que los contrapoderes, son precisamente los poderes sociales que
enfrentan al poder, que le hacen competencia, que le restan poder y lo asumen
para sí. Ahí entonces algo, ya sea poco o mucho que el poder del estado no
puede hacer, porque no se lo dejan hacer o lo hacen los contrapoderes. Ese
retraso de poder que decrece y sale del poder del estado, produce en el una
disminución y al transferirse al contrapoder, los contrapoderes, aumenta el poder
de este, o estos.
Poder y voluntad estatal:

Hablando de la voluntad del estado, se hace referencia a la voluntad de los


órganos integrados por hombres, la voluntad de estos hombres que son órganos y
componen el gobierno, se lo imputa al estado mismo que no tiene otro medio de
acción. Los actos de poder exteriorizados a través de funciones, son actos de
voluntad y jurídicamente son actos de estado que lo obligan y responsabilizan. El
gobierno representa al estado, como el directorio de una sociedad anónima es
representante de la misma.

El derecho constitucional del poder distribuye las funciones en órganos distintos y


esto parece ser una conquista definitiva y una constante política.

Lo normal es entonces, que la voluntad del estado no sea la voluntad de un solo


hombre, ni de varios hombres componiendo un órgano único, a cargo de todas las
funciones del poder.

Nuestro derecho constitucional prohíbe la concentración total en el poder


ejecutivo, impidiendo el otorgamiento de facultades extraordinarias y de la mide la
suma del poder público, propio de la tiranía, que con la división de poderes se
trata de evitar.

Esta plurificación de voluntades, paralela al desglose de funciones y de órganos,


se completa mediante el sistema de control final, que no deja decisión alguna sin
posible revisión por un órgano distinto al que la ha adoptado.

División de poderes: la teoría de la división de poderes ha sido


calificada como sistema de frenos y contrapesos. El sistema tripartita del poder,
que distribuye funciones y órganos procura un equilibrio recíproco el control. El
poder es frenado en el seno mismo del poder por el reparto orgánico y funcional.
Esto no significa descartar que, fuera del poder, otros controles sociales aporten
su influencia en forma concurrente o supletoria, y a veces hasta apelen a recursos
extremos –como la resistencia o la revolución-

El impedimento de unificación de la voluntad estatal en un órgano –de asear


individual o colegiado- se traduce en la participación de más de un órgano en los
procesos de adopción de las decisiones políticas.

Por ejemplo una de las funciones del parlamento que es la creación de leyes
puede ser precedida por iniciativa del poder ejecutivo o por iniciativa popular y
ulteriormente es el mismo poder ejecutivo quien tiene facultad de vetar poder
promulgar.

Las formas mixtas como equilibrio de poder: hoy se puede


sostener que todo gobierno es un gobierno mixto, porque asocia poder personal,
un ingrediente de minoría dirigente y un ingrediente democrático o popular. Sin
embargo no se trata de un poder compartido, por el poder del estado es “del”
estado y no de la comunidad ni de los poderes sociales o contrapoderes y se
ubica en los órganos que el derecho constitucional del poder crear y señala.

La juridicidad del Poder:

La dinámica política pende del derecho constitucional del poder. La energía del
poder se mueve y despliega accionada por los titulares del poder.
Todo régimen subsiste y se realiza desde el poder y mediante los órganos que lo
movilizan. En primer término, la puesta en marcha del poder político depende de
esos órganos y la ideología que lo anima.

En términos sociológicos diríamos que el mando necesita de la obediencia para


que la relación de mando exista. Lo cual implica que no hay gobierno sin
gobernados, ni comunidad sin gobierno.

El poder, además de organizar la vida política y presidirla, erige una jefatura de


crear una jerarquía. Como jefatura, es un derecho demandar y como jerarquía,
supone que en la diferenciación de gobernantes y gobernados, los segundos
están subordinados a los primeros, en otras palabras, les deben obediencia. Esto
es un fenómeno jurídico en el que la fuerza es simultáneamente, energía y
coacción.

La obediencia no se presta al hombre o a los hombres que lo detentan, sino


únicamente en cuanto son órganos investidos de una función establecida y
regulada por el derecho constitucional del poder.

Esto es del órgano!!!!

El poder del Estado es un poder sobre hombres, un mando de un individuo sobre


muchos individuos. Sólo la persona humana puede accionar los resortes que
movilizan el poder de la organización política. A lo hombres que asumen esa tarea
se le llama órganos y su conjunto compone el gobierno. Gobernantes, repartidores
poderosos, titulares del poder, son términos equivalentes a órganos del estado,
del poder o del gobierno.

El estado es representativo en el sentido en que, como todas las instituciones,


personas morales o personas jurídicas, sólo puede obrar a través de la voluntad
concreta de uno o varios hombres que son sus órganos y que los representan.

En este sentido, la teoría clásica de la representación se defiende el vínculo


representativo en la errónea creencia de que las personas jurídicas tienen
capacidad jurídica y no capacidad de obrar en consecuencia, necesitan
representantes que quieran y actúan por ellas, análogamente a lo que ocurre con
los menores que incapaces.

El estado y todas las personas jurídicas estatales de que él se vale para el


cumplimiento de sus fines expresado su voluntad a través de personas físicas que
las integran. Estas personas físicas constituyan los llamados “órganos personas” u
“órganos individuos”. La voluntad expresada por estas personas físicas es
imputable a la persona jurídica a la cual representa

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