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DELITOS VIOLENTOS
1. EL DAÑO PSICOLÓGICO......................................................................................................................................................1
2. VICTIMIZACIÓN...................................................................................................................................................................2
3. CONSECUENCIAS DE LA VICTIMIZACIÓN EN EL CONTEXTO FAMILIAR...............................................................................2
3.1. Mujeres maltratadas...................................................................................................................................................2
3.2. Maltrato Infantil..........................................................................................................................................................3
3.3. Maltrato a ancianos.....................................................................................................................................................4
4. EVALUACIÓN DEL DAÑO PSICOLÓGICO..............................................................................................................................5
4.1. Evaluación clínica.........................................................................................................................................................5
4.2. Evaluación forense.......................................................................................................................................................5
4.2.1. Los dictámenes periciales.....................................................................................................................................5
4.2.2. Validez del testimonio y simulación.....................................................................................................................5
DAÑO PSICOLÓGICO
LESIONES PSÍQUICAS SECUELAS EMOCIONALES
Alteración clínica aguda producida por un delito Estabilización del daño psíquico, es decir,
violento. discapacidad permanente que no remite con el paso
Incapacita significativamente para hacer frente a los del tiempo ni con tratamiento ("cicatrices
requerimientos de la vida ordinaria a nivel personal, psicológicas").
laboral, familiar o social. Es una alteración irreversible en el funcionamiento
Puede remitir con el paso del tiempo, apoyo social o psicológico habitual
un tratamiento psicológico adecuado
Las catástrofes naturales y los accidentes se asumen mejor que los sucesos traumáticos provocados
intencionalmente por otro ser humano.
El daño psicológico generado suele ser mayor si las consecuencias son múltiples (p.e., superviviente de un
accidente que ya no puede volver a ejercer su profesión) y si hay lesiones físicas.
El daño psicológico es mayor cuando hay lesiones físicas. Sin embargo, los heridos más graves suelen tener un
mejor pronóstico psicológico porque se les conceptualiza más fácilmente como víctimas y cuentan con un mayor
grado de apoyo social y familiar.
El daño psicológico de las víctimas indirectas es comparable al de las víctimas directas, excepto que hayan
experimentado lesiones.
o En caso de terrorismo, la gravedad psicopatológica de las víctimas indirectas es mayor cuando la víctima
directa sobrevive al atentado, pero queda gravemente incapacitada, que cuando fallece.
ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO
ADECUADAS INADECUADAS
Aceptación del hecho y resignación. Anclaje en los recuerdos y planteamiento de
Experiencia compartida del dolor y la pena. preguntas sin respuesta.
Reorganización del sistema familiar y de la Sentimientos de culpa.
vida cotidiana. Emociones negativas de odio o de
Reinterpretación positiva del suceso. venganza.
Establecimiento de nuevas metas y Aislamiento social.
relaciones. Implicación en procesos judiciales, sobre
Búsqueda de apoyo social. todo cuando es voluntariamente.
Implicación en grupos de autoayuda o en Consumo excesivo de alcohol o drogas.
ONG. Abuso de medicinas.
Victimización secundaria: Conjunto de costes personales que tiene para la víctima su intervención en el proceso
penal. Proviene de la relación posterior establecida entre la víctima y el sistema jurídico-penal (policía o sistema
judicial) o entre la víctima y unos servicios sociales defectuosos.
o Otras fuentes de victimización secundaria son los medios de comunicación, que filtran la intimidad de la
víctima al gran público y que, en ocasiones, buscan la justificación del delito (p.e., en caso de delitos
violentos, ser un drogadicto, una prostituta, un narcotraficante, etc).
o En el caso del terrorismo, las noticias de nuevos atentados o el apoyo social a los terroristas (en forma de
homenajes, por ejemplo) constituyen una fuente adicional de victimización.
Implicaciones físicas: sufren menos salud general (molestias y dolores diversos, trastornos asociados al estrés y
mayor debilidad del sistema inmunitario).
Implicaciones psicopatológicas: TEPT, sintomatología ansioso-depresiva, baja autoestima, ansiedad excesiva y un
elevado grado de inadaptación a la vida cotidiana.
Implicaciones legales: La violencia de género está regulada por la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de
Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. En ella se recogen medidas de índole penal, civil y
social para la protección de las víctimas.
Tareas del psicólogo forense: Evaluación de la víctima (lesiones y secuelas), evaluación del agresor (riesgo,
imputabilidad), evaluación de la idoneidad con respecto a la guarda y custodia, asesoramiento sobre los
procedimientos de protección de menores.
Cualquier actuación parental no accidental, por acción u omisión, cuyo resultado supone infligir un daño al menor del
que se deriva una privación de su cuidado, sus derechos y deberes, impidiendo si óptimo desarrollo y la satisfacción
de sus necesidades básicas.
Tipos de maltrato infantil:
1) Físico: acción intencional que provoca daño físico, enfermedad o riesgo de padecerlos.
2) Abandono o negligencia: abandono de las necesidades y cuidados básicos relacionados con la protección,
higiene, salud, alimentación, seguridad y educación.
3) Emocional: hostilidad, desprecio, críticas o burlas con menoscabo de una interacción infantil adecuada.
4) Abuso sexual: utilización del menor como objeto sexual con contacto físico o sin el desde una relación de
asimetría y poder.
5) Otros tipos de maltrato infantil: explotación laboral, mendicidad infantil, maltrato prenatal, síndrome de
Munchausen por poderes (maltrato físico), síndrome de alienación parental (maltrato psicológico) o diversas
negligencias nutricionales (vacunas, privación de una alimentación equilibrada).
Las consecuencias del maltrato infantil están mediadas por el tipo de maltrato, las características de vulnerabilidad y
la resistencia del menor.
o Efectos moduladores: edad, ajuste previo, características temperamentales, salud previa, discapacidad y
niveles de autoestima.
Implicaciones legales:
1) Toda actuación del forense se regirá por el principio jurídico del interés superior del menor.
2) Toda persona que detecte una situación de riesgo o posible desamparo de un menor tiene la obligación de
comunicarlo a la autoridad o a sus agentes más próximos y prestarle auxilio inmediato.
3) La patria potestad debe ejercerse respetando la integrada física y psicológica del menor.
4) Se debe tener presente la posibilidad de solicitar un juicio rápido cuando se trate de menores.
5) Las comparecencias en juicio han de ser adecuadas a la situación y desarrollo evolutivo del menor.
6) Se deben incluir todas las medidas posibles para prevenir el maltrato institucional y la victimización secundaria
(evitar la confrontación visual con el inculpado durante las declaraciones, obtener la declaración del menor en
presencia del Ministerio Fiscal y con sus padres, solicitar al juez la posibilidad de grabar las declaraciones,
eliminar los careos salvo orden del juez, solicitar las declaraciones en el periodo de instrucción como pruebas
constituidas).
7) Priorizar los procedimientos en los que tenga que declarar el menor.
8) Se debe evitar duplicidades en las evaluaciones periciales.
Marco legal de referencia:
o Ley 54/2007 de 28 de diciembre de Adopción Internacional (LAI).
o Ley 1/1996 de 15 de enero referida a la Ley de protección Jurídica del Menor (LPJM).
Es toda acción (única o repetida) o falta de respuesta apropiada que causa daño o angustia a una persona mayor y
que ocurre dentro de cualquier relación donde existe una expectativa de confianza.
Puede ocurrir en el medio familiar, comunitario o institucional, puede ser intencional o no y ser contrastable
objetivamente o percibido subjetivamente. Es decir, es cualquier acción que vulnera la integridad física, psíquica o
los derechos fundamentales del anciano.
Puede adoptar diferentes formas: física, psicológica/emocional, sexual, por abandono o negligencia.
o El más frecuente es la negligencia y el maltrato psicológico.
o Destaca el maltrato económico: los cuidadores se apropian del dinero del anciano, cheques, joyas u otros
objetos de valor; transfieren sus bienes; le obligan a firmar documentos, testamentos o poderes bajo
engaño o coacción; le niegan información sobre su estado económico o sus cuentas; en definitiva, usan los
recursos económicos y bienes del anciano en su propio beneficio.
Es una de las formas menos visible de maltrato por las dificultades que supone su detección: silencio al que se
someten por miedo al abandono, sus dificultades cognitivas y comunicativas, la facilidad para enmascarar los
indicadores del maltrato con las propias lesiones cognitivas o físicas asociadas al envejecimiento, la carencia de
formación específica sobre maltrato en los profesionales que atienden a este colectivo, y la existencia de
estereotipos y prejuicios (considerarlos como frágiles, aislados, difíciles de trato, etc.) que llevan a una
desvalorización del anciano y a una falsa legitimización de la violencia contra ellos.
Evaluación forense: principales signos y síntomas: relato inconsistente o no concordante sobre las lesiones; miedo al
cuidador; cuidador intolerante y con elevados niveles de estrés; accidentes y caídas frecuentes; negación o falta de
reconocimiento de las lesiones; elevada demora en consultar a los servicios médicos; cambios frecuentes de médico;
numerosas lesiones físicas; elevados síntomas de ansiedad y depresión.
No existe una legislación específica para la población anciana.
Objetivo: valorar el tipo de daño psicológico existente (diagnóstico) para determinar la conveniencia de un
tratamiento psicológico y, en su caso, para establecer los objetivos terapéuticos adecuados.
Contexto de aplicación clínico; objetivo asistencial; relación empática.
Se trata de evaluar el grado de malestar emocional generado por el suceso violento y evaluar los recursos
psicológicos disponibles, los estresores actuales y el grado de inadaptación consecutivo al suceso vivido.
La evaluación del daño psicológico requiere un análisis cuantitativo de la victimización sufrida que no se corresponde
necesariamente con un cuadro clínico concreto, aunque normalmente el malestar emocional se suele expresar en
forma de TEPT, de síntomas ansioso-depresivos o de trastornos adaptativos.
Al referirse el daño psicológico a diferentes ámbitos de la vida, el protocolo de evaluación debe ser amplio y variado,
sin ser repetitivo no excesivamente minucioso.
El dictamen pericial no finaliza con un psicodiagnóstico conforme a las categorías nosológicas internacionales, sino
que la psicopatología detectada debe ponerse en relación con el asunto demandado.
El instrumento vertebrador del proceso de evaluación será la entrevista pericial semiestructurada y con un estilo
indirecto.
4) Valoración del impacto psíquico: tiempo de curación y secuelas. Son los 2 factores relacionados directamente con la
indemnización económica derivada del delito. La valoración de la secuela psíquica incluye atender a 3 criterios:
a. Criterio cronológico: 2 años después de la exposición.
b. Estabilización de la sintomatología.
c. Estancamiento de la terapia aplicada.
5) Valoración del grado de incapacidad funcional. Al no existir baremo específico para las situaciones de victimización
criminal el baremo de responsabilidad civil de vehículos a motor ha sido reconocido por la jurisprudencia como
orientativo para supuestos distintos a los de tráfico. La valoración de la secuela psíquica debe realizarse, en primer
lugar, atendiendo a un diagnóstico recogido en las clasificaciones internacionales de los desórdenes mentales y,
después, atendiendo a la disminución de la capacidad funcional de la persona evaluada, derivada del cuadro clínico
y reflejada en los diferentes ámbitos de su vida: social, personal, laboral y familiar.
La SIMULACIÓN implica la intervención consciente y deliberada de un trastorno mental o físico con el propósito de
obtener un beneficio. En ocasiones lo que se simula no es la patología en sí, sino su intensidad (sobresimulación).
Los trastornos más propicios para su simulación son el TEPT, los cuadros psicóticos, las demencias, las
toxicomanías, los trastornos disociativos y el retraso mental.
Existe sospecha de simulación cuando:
o Existe un problema médico-legal.
o Hay una discrepancia entre los síntomas alegados y la observación de la conducta.
o Los síntomas son atípicos (mal definidos, erráticos e inconsistentes) y no se corresponden con cuadros
clínicos habituales.
o Hay una dramatización de las quejas o una sobreactuación clínica.
Modelo de decisión clínica para establecer un diagnóstico de simulación del TEPT (Resnick, 1997)
A. Establecimiento de un motivo lógico y plausible para simular un TEPT.
B. Presencia de, al menos, dos de los siguientes criterios:
1. Situación laboral irregular o insatisfacción en el trabajo.
2. Reclamaciones anteriores por daños.
3. Capacidad para realizar actividades en su tiempo libre, pero no en el trabajo.
4. Ausencia de pesadillas, o presencia de pesadillas que son exactas al hecho traumático.
5. Rasgos de personalidad antisocial.
6. Actitud evasiva y contradicciones.
7. Actitud de no cooperación durante la evaluación.
C. Confirmación de simulación por una de estas dos situaciones:
1. Admisión de estar simulando los síntomas.
2. Evidencia psicométrica inequívoca de simulación o fuerte corroboración de estar simulando los
síntomas.
Los criterios clínicos (p.e., DSM) para detectar la simulación presenta escasa validez predictiva (80% de falsos
positivos).
Se recomienda una estrategia multimétodo-multisistema para afrontar la evaluación de la simulación. Se deben usar
criterios diagnósticos múltiples (en oposición al uso de una única prueba), la combinación de pruebas de screening
(p.e., Inventario Estructurada de Simulación de Síntomas, SIMS) con pruebas de amplio espectro psicopatológico
que cuenten con indicadores de validez y el contraste de información con otras fuentes.
TESTS
o Los tests son muy vulnerables a la manipulación.
o Hay que decantarse por aquellas PRUEBAS PSICOMÉTRICAS que incluyan escalas para detectar
tendencias de respuesta que puedan comprometer la validez de la aplicación, por ejemplo:
MMPI-2 con las escalas F, L, K.; el índice de Gough (F-K) o las escalas adicionales de validez (Fb,
F1, F2, VRIN y TRIN).
MCMI-III con las escalas V, Z, Y y Z.
o Los tests sólo tienen interés por cuantificar la intensidad del trastorno cuando la existencia del trastorno se
ha demostrado por otras vías y las fuentes de información son múltiples (entrevista, observación de
conducta, antecedentes del paciente, etc.).
o Las pruebas proyectivas dificultan la manipulación, pero carecen de índices de fiabilidad y validez
suficientes para su aplicación como metodología única. El uso combinado de instrumentos psicométricos y
proyectivos enriquecen la evaluación pericial.
ENTREVISTAS FORENSES:
o También están sujetas a fuentes de distorsión:
Carecen de baremos estandarizados.
Sesgos del entrevistador (pueden neutralizarse parcialmente usando un estilo no excesivamente
directivo).
SISTEMA DE ANÁLISIS DE LA VALIDEZ DE LAS DECLARACIONES (SVA) (Raskin y Esplín, 1991; Steller y
Köhnken, 1994; Udeutsch, 1988).
o Es un protocolo de análisis de la credibilidad del testimonio en menores presuntamente abusados
sexualmente.
o Es la técnica más aceptada en el contexto forense español.
o Es un método elaborado y sistematizado para valorar si el testimonio aportado por el menor obedece a un
suceso experimentado por éste o si, por el contrario, es fruto de distintas influencias.
o No cuenta con las propiedades de una prueba psicométrica.
o Se compone de 3 elementos:
1) Entrevista semi estructurada con el menor dirigida a obtener un testimonio lo más extenso y preciso
posible.
2) El análisis del contenido de la entrevista basado en criterios (CBCA).
3) Aplicación de la Lista de Validez, que permite tener en cuenta otras variables o circunstancias
externas al propio relato.