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UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO, HISTORIA CARIBE, BARRANQUILLA (COL.) NO.

11, 2006

HILDA SABATO.. La política en las calles. Entre el voto y la


movilización Buenos Aires, 1862-1880. Buenos Aires,
Sudamericana, 1998. p. 291.

La política en las calles es el libro de de capital, la inmigración y el aumen-


la historiadora Hilda Sabato, quién to poblacional fueron de la mano para
desde hace algunos años ha venido in- que la ciudad se convirtiera en lo que
vestigando la historia política argenti- José Luis Romero llamó una “ciudad
na. Su interés se ha centrado princi- patricia”. A su vez, las transformacio-
palmente en temas como la ciudada- nes políticas experimentadas por estos
nía, la participación política y las elec- años, es decir, la superación del
ciones durante la segunda mitad del unanimismo rosista y la consolidación
siglo XIX. Temas que cobraron vigen- del proyecto político de Buenos Aires
cia en el contexto de los debates polí- por sobre el de las otras capitales pro-
ticos que en las décadas de los ochen- vinciales, liderados sobre todo por
tas y noventas se llevaron a cabo con Bartolomé Mitre, permitieron la con-
bastante intensidad en Argentina – y solidación de una sociedad civil fuer-
valdría decir que en gran parte de te y que participó activamente en la
América latina- producto de los pro- política a través de su vinculación a
cesos de transición hacia la democra- las redes clientelares tejidas por los
cia. A través de esta preocupación se políticos locales.
recuperó la temática de las elecciones
para la historia política, reivindicando La segunda parte está dedicada a las
el papel de estas en los procesos de elecciones. Estas son analizadas como
construcción ciudadana. la forma –deseable- en que bajo el nue-
vo sistema político, debía ejercerse la
El libro se inserta en lo que ya es una participación política. Para Sabato, los
larga tradición de estudios históricos procesos electorales estaban cargados
sobre la ciudadanía, las elecciones y de toda una ritualidad que ella se pro-
la esfera pública. Pero en el cual, pone mostrar a partir de la descripción,
Sabato sugiere una idea de ciudadanía bastante pormenorizada y muy bien
mucho más amplia, no limitada a lo documentada, de cada uno de los pa-
electoral y en la que las movilizaciones sos, desde la convocatoria a eleccio-
callejeras jugaron un importante papel. nes hasta las discusiones por los resul-
tados electorales. La liturgia del voto
El texto está dividido en tres partes. muestra cómo se constituyeron las re-
En la primera se analiza el contexto de des o maquinarias políticas para con-
la sociedad bonaerense. El rápido cre- seguir el caudal electoral suficiente
cimiento económico de la segunda para obtener un triunfo eleccionario.
mitad del siglo XIX, así como el flujo También se resaltan en el texto las ne-

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gociaciones intraélites, la descripción influencia de los dirigentes políticos


de los actores que participaban en los que los insertaban en sus clientelas.
comicios y los espacios de sociabili-
dad que estos compartían. Esta parte termina con una reflexión
acerca de la relación entre el sufragio
Las elecciones eran una instancia cla- y la ciudadanía, en la cual la historia-
ve para los grupos políticos que pug- dora plantea la necesidad de entender
naban por acceder a cargos, pero no un concepto de ciudadanía más amplio,
eran –argumenta Sabato- el proceso que no se restrinja a la participación
“ideal” de transición de soberanía de en las urnas, y que tenga en cuenta
representantes y representados. Se tra- otros mecanismos utilizados por la
taba de la puesta en escena del enfren- población para representarse política-
tamiento entre las distintas facciones, mente. Es precisamente a este aspecto
cada una de las cuáles buscaba la ma- al cual dedica la última parte del libro.
nera de conseguir sufragios pero no En ella se resalta a través de casos o
necesariamente a fuerza de sumar vo- de manera general, el notable creci-
tantes, sino de combinar el sufragio de miento de protestas y todo tipo de
las clientelas propias con el bloqueo a movilizaciones callejeras. Sabato de-
la participación de las ajenas. Demues- muestra cómo durante este período y
tra además, que el voto era en general en medio de los discursos políticos, se
un acto colectivo que se realizaba in- llevaban a cabo actividades públicas
sertado en un grupo o club y en algu- con independencia de las facciones.
nas de las maquinarias políticas Las movilizaciones, menciona la his-
parroquiales. toriadora argentina, “eran una forma
de acción que pretendía representar el
Uno de los aspectos clave de esta par- interés colectivo, expresar a la opinión
te y que contribuye sin duda a la com- pública y colocarse, por lo tanto, fuera
prensión del liberalismo en Argentina de las diferencias partidarias que po-
es la descripción de los actores socia- tencialmente dividían a la población de
les que intervenían en las elecciones. la ciudad. Se buscaba materializar así
A través de los registros electorales, al público; heterogéneo en su compo-
Sabato logra mostrar que si bien eran sición social, étnica, cultural, pero co-
pocas las personas que votaban, la herente y unificado en su actuación
mayoría de las que lo hacían eran per- frente a determinadas causas” (p. 275).
tenecientes a los sectores populares La movilización callejera permitía una
liderados por caudillos locales, mien- mayor participación de la población
tras que los sectores medios y altos que las elecciones, porque estas fue-
tuvieron una escasa participación. ron entendidas como una forma de in-
Cuestión que genera la imagen de una tervención en la vida política más di-
élite más bien indiferente y unos sec- recta. Además las elites bonaerenses le
tores populares cuya intervención en prestaron mucha atención porque eran
política estuvo siempre mediada por la sensibles a la “voz del público urbano”.

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Para finalizar, la historiadora argenti- particularidad de la ciudadanía en el


na demuestra que el ciudadano, en tér- espacio americano que no contradice
minos modernos, estuvo ausente en la el principio del individualismo1 , sino
Argentina de la segunda mitad del si- que lo complementa, ya que la gente
glo XIX y sólo existió en el discurso buscaría vincularse a alguna red que
de las élites y en las normas constitu- representara sus intereses para conse-
cionales pero no en la práctica, carac- guir sus propósitos(económicos, de
terizada por la presencia constante de empleos, tierras, de reconocimiento),
grupos, clubes, clientelas y maquina- que en general podían ser individuales
rias cuya homogeneidad de pensamien- o colectivos. Desconocer este aspecto
tos pone en duda la individualidad de nos lleva a interpretar las clientelas
los votantes. Ella plantea que no hubo políticas como un proceso de subordi-
individualidad ya que la idea era muy nación de un grupo sobre otro, y no
abstracta para ser entendida por los como un acto de constante negocia-
actores sociales de Buenos Aires. Sin ción, en donde todos los actores que
embargo, tal argumentación niega la intervienen lo hacen con el objetivo de
posibilidad de que la misma sociedad obtener mutuos beneficios.
construyera una idea de ciudadanía, no
derivada del modelo europeo, sino La autora critica fuertemente a la
creada con base en la experiencia y en historiografía tradicional que ha
el contexto de la propia sociedad ame- enfatizado el papel de las prácticas
ricana, cuyas tradiciones de compor- fraudulentas del voto, para demeritar
tamiento en ocasiones difieren de las el rol de los procesos electorales en la
sociedades europeas de antiguo régi- historia política del país. Sin embar-
men. Un ejemplo de ello es el go, en su misma exposición ella reite-
comunitarismo o el asociacionismo ra estos argumentos y no ofrece una
propio de las prácticas electorales bo- interpretación novedosa para el tema
naerenses -pero también mexicanas, de los fraudes, por el contrario, a lo
peruanas o bolivianas como lo han de- largo del texto se va diluyendo la te-
mostrado los trabajos de Annino, mática electoral para darle paso a la
Peralta o Irurozqui-. Esta puede ser una movilización callejera; ya que – al de-

1
Cabe decir que las elecciones en Francia, Inglaterra, España e Italia durante el siglo XIX,
tampoco se caracterizaron por la presencia de la ecuación un hombre un voto, que refleja-
ría el principio de la individualidad. Ver por ejemplo O´GORMAN, Frank. Voters, patrons
and parties: the unreformed electorate of Hanoverian England, 1734-1832, Oxford,
Clarendon Press, 1989; ROSANVALLON, Pierre. Le sacre du citoyen. Histoire du suffrage
universel en France, Paris, Gallimard, 1992. Hay edición en español por el Instituto Mora;
ROMANELLI, Raffaele (dir.), How did they become voters? The history of franchise in
modern European representation, La Haye, Kluwer Law International, 1998; POSADA
CARBÓ, Eduardo (ed.), Elections Before Democracy. The History of Elections in Europe
and Latin America, Houndmills and London 1996.

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cir de Sabato- las fuentes van mostran- En definitiva, el libro de Sabato se


do que la gente, en general, prefería constituye en un excelente modelo para
efectuar su representación a través de estudiar la formación de la esfera pú-
las movilizaciones y cada vez menos blica, las elecciones y la ciudadanía en
en las urnas. otros espacios de América latina. El
estudio de las movilizaciones calleje-
Pero si bien el número de sufragantes ras insertadas en los procesos de cons-
se puede obtener por medio de los re- trucción ciudadana y en la representa-
gistros electorales ¿cómo contabilizar ción política de la población, al mar-
el número de personas que participan gen de las elecciones en la Costa Cari-
en las manifestaciones callejeras? A be, permitiría matizar la concepción
través de las quejas de los dirigentes que ha enfatizado el papel de los frau-
que manifiestan la “falta de interés des y la corrupción en la consolidación
público”, la escasa intervención en las del régimen representativo en esta re-
urnas y la masiva participación en las gión y resaltar el rol que jugaron las
calles, Sabato demuestra que la gente prácticas informales en los procesos de
prefería la manifestación pública por- construcción ciudadana.
que veía en ella una forma de interven-
ción más directa. Sin embargo, en el
libro no queda claro porqué, a pesar Edwin Monsalvo
de lo anterior, en los relatos de los co- Historiador
etáneos estos nunca pusieron en duda Profesor Universidad del Norte
la legitimidad de un resultado electo- Asesor Parque Cultural del Caribe
ral por la escasez de votos, hecho que
sólo ocurriría hasta bien entrado el si-
glo XX.

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