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Para el desarrollo del primer argumento, a manera de reforzar la postura, nos basamos en la

idea de Bueno, Amico, Benito y Manjón y Caviglia quienes manifiestan la definición de que es
la fe, nos indican que las prácticas de los creyentes consisten en que aquello que se solicite con
demasiada fe se cumplirá, esto se da debido a la fe que se emplea al momento de solicitarlo,
además nos mencionan que según la iglesia existen dos tipos de fe, la fe racional e histórica,
además nos señalan sobre la creencia que se tiene al Señor de los Milagros en Lima
Metropolitana, ya que, año tras año grandes cantidades de personas acompañan durante el
recorrido para demostrar la fe que le tienen a Dios, y por ultimo nos expresan que las
diferentes creencias constituyen un cuerpo social muy complejo que constituye toda la
práctica del creyente y conforma todo su comportamiento.

En Lima Metropolitana existe una diversidad de culturas en las personas que lo


habitamos, se sabe que hay una gran parte de la población la cual tiene la creencia (fe)
en Dios, y por otro lado se cuenta con las personas que no tienen fe en Dios o que
niegan su existencia, tal como manifiesta Bueno:
Desde esta perspectiva, el creyente en una religión determinada se

comportaría bajo la esperanza de recibir los favores de Dios, mientras

que el no creyente simplemente se limitaría a negar bajo su peculiar «fe

del ateo», como diría Zubiri, que pueda existir una relación del hombre

con Dios. Serían en consecuencia dos posturas inconciliables, la de quien

cree y la de quien no cree.

Pero la religión no se basa únicamente en una creencia subjetiva, ni es

algo privado que pueda dejarse al «arbitrio de la conciencia». El creyente

en una religión determinada se encuentra envuelto por toda una serie de

ceremonias, tales como el cumplimiento de los sacramentos, la oración,

&c. También por alguna «concepción mitológica del mundo» en la que

se contienen Ideas embrionarias que podrán pasar, en su momento, a

formar parte de sistemas filosóficos. Las distintas creencias constituyen

un cuerpo social muy complejo que constituye toda la práctica del

creyente y conforma todo su comportamiento.

La fe es por lo tanto una creencia material objetivada, dentro del

contexto de una sociedad determinada. Sin embargo, «la fe religiosa es,


por naturaleza, oscura, porque su materia no es visible» (Bueno, La fe

del ateo, pág. 13). No obstante, la creencia en algo natural no tiene por

qué contraponerse a la religiosa. Tanto en el caso de la revelación divina,

como en la fe a un testimonio de una persona determinada, creemos en

algo que no vemos. (1991, p. 73)

Lo mencionado anteriormente nos quiere decir que, el creyente de una religión


confía plenamente para recibir los favores de Dios, y al creer se ve envuelto en distintas
ceremonias para demostrar la confianza que le tienen a Dios, mientras que el no
creyente niega la existencia de algún soberano (Dios) alegando que los creyentes creen
en algo que no pueden ver.

Las prácticas de los creyentes cristianos han ido cambiando debido a las nuevas
tendencias teológicas (evangelio de la prosperidad), ahora tienen practicas llamadas
evangelios de la prosperidad, una de las prácticas en la que predica el evangelio de la
prosperidad es la confesión positiva, consiste en que cualquier cosa que pida el creyente
con suficiente fe se hará realidad, esta práctica tiene el énfasis en la gracia de Dios que
opera a través de la fe, que es una demostración de la confianza del creyente en el
accionar de Dios. Sin embargo, este ritual encarna justamente lo contrario, pues pone un
absoluto énfasis en uno mismo y deja de lado la fragilidad humana ante la soberanía de
Dios. (Amico, 2016, pp. 8-15)
Esto nos indica que, el creyente tiene la mentalidad de que cualquier cosa que le
pida a Dios con la suficiente fe se le hará realidad en la vida, al creer ciegamente en
Dios le están demostrando que confían completamente en su accionar, de igual forma
esto genera una fragilidad por parte de la persona ante Dios.

Cada año, en el mes de octubre, se tiene la mayor demostración de fe por parte


de los cristianos hacia Dios, se tiene la procesión al Señor de los Milagros lo cual
genera que personas de distintas partes de Lima se movilicen hacia la procesión con tal
de reafirmar su fe, como mencionan Benito y Manjón en su álbum de fotos:
El nombre de la muestra “¡Cómo no creer!” se debe a que a medida en

que iba adentrándose en el proyecto foto periodístico, la procesión se iba

poco a poco convirtiendo en un proyecto personal donde iba

redescubriendo su propia fe en Dios. Así lo comentó en el programa

televisivo “El Puente” (PAX TV): “Tantas veces durante estos años he
escuchado la canción “Cómo no creer en Dios” que le cantan al Señor de

los Milagros su letra refleja perfectamente el espíritu de la procesión y

también la imposibilidad de no creer en Dios estando como estamos

rodeados de todos los milagros que él nos ha dado. La gratitud por todo

lo que tengo es un regalo que me ha dado el estar involucrada en este

proyecto (2014, p. 18)

Lo dicho por los autores nos da a conocer la importancia que se le tiene al Señor
de los Milagros por gran parte de la población limeña, (ya que, creen que todo lo que les
sucede en la vida es debido a Dios). Se sabe que hay personas que se encuentran
enfermas o discapacitadas, y a pesar de ello, lo acompañan durante todo su recorrido
hasta poder dejar la imagen en la iglesia donde se queda hasta el siguiente año.

La fe de la iglesia visible es una fe religiosa pura, es la sirve de fundamento a


una iglesia universal. La fe religiosa pura es la fe racional, es comunicable y entendible
por cualquier medio de la razón. Esta fe se contrapone a la fe histórica, la cual es basada
solo en hechos que no van más allá del tiempo y lugar relacionados a sus relatos. La fe
histórica suele ser como la fe de servicio a Dios. La fe racional es moral y reconoce los
límites del humano, mientras que la fe histórica no reconoce los límites del
conocimiento, además que ésta es la sumisión a un soberano que es ensalzado, y entra
en un conflicto con la moral. La fe tiene como legislador a Dios, pero puede ser
considerado de dos formas, de una manera errada la cual es considerar a Dios como
legislador, esto quiere decir que no puede llegar a todos los seres humanos, y la forma
correcta es puramente moral. La iglesia requiere ver a Dios como legislador, ya que esto
es una creencia histórica. (Caviglia, 2012, pp. 136-137)

Según el autor, nos manifiesta que según la iglesia existen dos tipos de fe, una de las
cuales es moral y conoce los límites de los humanos, y la otra fe es una sumisión ante
un soberano lo cual entra en un conflicto con la moral. La iglesia tiene que ver a Dios
como un legislador, debido a que es una creencia histórica.

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