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Cordial saludo estudiantes,

Recuerden que la UNIDAD DE ANALISIS pueden ser las siguientes.

Atributos
Los psicólogos del rasgo, psicodinámicos y
constructivistas han utilizado la observación como
base bien para la obtención de atributos, bien para
el examen de otras construcciones teóricas. Así, de
la observación de la conducta manifiesta —verbal,
no verbal o espacial— se infieren determinadas
características que se supone están siendo expresadas
por dicha conducta.

Conductas
La prescripción desde una perspectiva conductual
es la utilización como unidades de análisis de
la conducta manifiesta —motora o verbal— definida
bien en términos simples, bien agrupada en
clases o categorías. Como señalan Cone y Foster
(1982), la definición de tales unidades de observación
varía en un continuo de molaridad-molecularidad,
ya que cualquier conducta puede ser descrita
en una serie de aspectos de mayor o menor
especificidad. Así, si, por ejemplo, observamos a
un escolar que presenta conductas «perturbadoras
» en clase, podemos registrar éstas según unidades
muy concretas, como «gira el cuerpo 90° y
más grados», o bien describir la unidad de observación
en términos más amplios, como sería «volverse
en el asiento».

Interacciones

En ocasiones la unidad a observar no está formada,


tan sólo, por una/s conducta/s previamente
descrita/s, sino por la relación secuencial entre dos
eventos procedentes de dos o más personas o entre
una persona y una dimensión ambiental. Estas
unidades de análisis son fundamentalmente utilizadas
por los evaluadores que persiguen la indagación
de las relaciones funcionales entre eventos.

Productos de conducta

Como se puso de relieve en la introducción a


este capítulo, gran parte de la observación en evaluación
se realiza sobre productos de conducta.
Es decir, se observa el resultado de un conjunto de
actividades internas o externas que el/los sujeto/s
ha/n ya realizado en situaciones tanto naturales
como artificiales. Leer pag 5, libro de Ballesteros

saludos

Kiara Bastidas

Directora de curso
Evidencio que todos están siguiendo la misma unidad de de medida del ejemplo
(frecuencia) y hay mas.

las unidades de medida están


relacionadas en base a que la existencia de unas
permite la designación de las otras y, desde luego,
no son equivalentes» (p. 120). Así, independientemente
de observar conductas, interacciones, atributos,
etc., a la hora de dar una versión cuantificada
de ellas habremos de proceder a la selección de las
unidades de medida que van a ser adoptadas. Partimos
de que el fenómeno observado se da en alguna
medida; es decir, según una cierta cantidad en
alguna de las propiedades o dimensiones de la unidad
de análisis observada

Ocurrencia
En ocasiones, lo que interesa es la ocurrencia
de un evento; es decir, la constatación de si un
fenómeno se da o no. Así, por ejemplo, sucede
cuando pretendemos saber si un niño se sienta o
no se sienta a una determinada edad o si moja o
no moja la cama. En este caso, el todo o nada en
la aparición de la unidad de análisis en cuestión
no se relaciona con ningún otro sistema de medida,
como, por ejemplo, el tiempo. La ocurrencia
es la dimensión más simple de lo observado.

Orden
En ocasiones, aparte de la ocurrencia, resulta
imprescindible consignar el orden en el que aparecen
unas conductas o unas categorías conductuales.
Así, sabemos que en psicología existen
relaciones estímulo-respuesta (E-R) o respuestaconsecuencias
(R-C) y conducta-conducta (R-R)
y, por tanto, puede ser necesario examinar la secuencia
en que las conductas aparecen. Como
señala Anguera (2003), el orden consiste en la explicitación
de la secuencia de las distintas ocurrencias
de conducta. Aporta un matiz importante
a la ocurrencia dado que, en ocasiones, dos
sesiones de observación podrían no diferir en la
ocurrencia de aparición de conductas pero sí en
el orden en que éstas aparecen.
Duración
En ocasiones, la frecuencia puede no ser suficiente
o relevante a la hora de expresar, en toda su
extensión, un determinado evento. El comportamiento
humano se produce de forma temporalmente
extensa y, a menudo, no es reducible a actos
discretos. Es decir, frecuentemente no sólo
interesa recabar datos sobre la frecuencia o el orden
de una determinada conducta, sino también
sobre su duración. Así, por ejemplo, con el fin de
conocer cuán estudioso es un escolar, podemos
registrar cuántas veces se dedica al estudio a la
semana, o al día (frecuencia), pero tal vez sea más
importante, en base a nuestro objetivo, conocer la
duración de sus períodos de estudio.
Como señalan Cone y Foster (1982),

Por favor lean...

Saludos

Kiara Bastidas

Directora de curso

Skype: liz-321

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