Guía para la lectura de KÄTE HAMBURGER (“El género lírico” en La lógica

de la literatura)

Hamburger ubica el yo lírico1 como un yo de enunciación. Ese sujeto lírico es

comparable al de alguien que enuncia dentro de cualquier discurso
comunicacional, pero hay una diferencia para esta autora alemana.
Hamburger dice que en el poema hay un sujeto orientado hacia un objeto, pero
aquello que dice NO TIENE FUNCIÓN DENTRO DEL CONTEXTO OBJETIVO
O DE REALIDAD. Es decir, no actúa directamente sobre esa realidad, aunque
quizás pueda hacerlo de un modo indirecto.
El ejemplo de la segunda persona, la apelación a un tú dentro del poema
puede hacer más claro este punto. El poema no está hablando allí,
directamente con nadie, aunque quizás quien escribe esté pensando en alguien
en particular o en cierto grupo de receptores identificable. Cuando Alfonsina
dice en un poema de los más conocidos “Tú me quieres blanca” la
identificación de la segunda persona, del receptor, es relativa. ¿Se dirige a una
persona en particular, al tú retórico de la poesía amorosa, a la sociedad
patriarcal que le indica un deber ser a la mujer sobre todo en esa época,
principios de siglo XX? Esta segunda persona, entonces, no plantea el mismo
caso de la presencia de un receptor en el circuito de la comunicación habitual.

El sujeto de enunciación del poema se distingue de UN SUJETO

PRAGMÁTICO, HISTÓRICO O TEÓRICO, dice Hamburger. EL sujeto de
enunciación en el poema no tiene un fin utilitario.
Establece una DIFERENCIA también, entre ENUNCIACIÓN DE REALIDAD y
NARRACIÓN DE FICCIÓN. La narración de ficción crea la ilusión de los
hechos, es un “como si”, crea una vivencia de ficción.
La ENUNCIACIÓN DE REALIDAD en cambio, vivencia los hechos, crea una
vivencia de realidad.

Hamburger excluye de su análisis la POESÍA RELIGIOSA, que podemos

identificar con la plegaria, cuando implica un pedido a Dios, un ruego para que

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Valga como aclaración que esta autora no hace la diferenciación que hacemos en nuestra
clase donde definimos una mayor o menor cercanía del sujeto poético con su objeto, sino que
habla en general de yo lírico, una terminología que es muy corriente, por otra parte.
ese dios interceda, haga posible algo, para que suceda o no suceda algo
determinado. En este caso o cuando se ubica dentro del oficio litúrgico de las
creencias religiosas, este sujeto es un sujeto PRAGMÁTICO y muchas veces
comunal, cuando el ruego o la petición se expresa desde una comunidad.
La autora también hace la aclaración de que hay mucha poesía religiosa que,
sacada del contexto de una liturgia, de la misa, por ejemplo, o del rezo a
determinadas horas, puede leerse como poesía. Sin la condición de adhesión a
la creencia religiosa, a la doctrina que ella implica, puede leerse como poesía.
Por un lado, podemos ejemplificar con muchos pasajes de la Biblia que suelen
extraerse y leerse como poesía. El “Cantar de los cantares”, por ejemplo, o el
“Eclesiastés”. Por otro lado, hay que considerar de otro modo la poesía de un
poeta religioso, ella da el ejemplo de Novalis, que no busca con su poesía
hacer poesía nada más que para lectores de una religión, no busca ese tipo de
identificación cuando escribe poesía. No se trata de poesía religiosa, sino de
poesía lisa y llanamente.
Hamburger, así como excluye de su consideración la poesía religiosa, también
excluye la POESÍA POLÍTICA. No debe leerse en el sentido en el que suele
considerarse que toda poesía es política. En este punto, entiendo que debe
leerse la poesía política en un sentido limitado fuera de cualquier búsqueda
estética: la llamada poesía panfletaria donde el mensaje es lo único valioso, la
poesía cuya única finalidad o cuya finalidad determinante es un para qué, como
lo es la búsqueda de una adhesión a una causa política, más allá de que esa
causa pueda considerarse buena o mala.
Si el objeto de una enunciación es una situación política en cuanto tal, en ese
caso quien habla es un SUJETO HISTÓRICO no un sujeto poético, según esta
autora. Hamburger no excluye que esa situación histórica o política forme parte
de un poema, cuando la situación es motivo de la vivencia emocional de un
poeta y de su relación con el lenguaje. Hay ejemplos en la selección de
poemas de la cátedra que pertenecen a Juan Gelman o a Paco Urondo que
pueden ejemplificar mejor.
Podríamos entender aquí que el poema para serlo DEBE ESTAR POR
ENCIMA DE SU CIRCUNSTANCIA Y PODER SEGUIR SIENDO LEÍDO EN
OTRO U OTROS MOMENTOS HISTÓRICOS, cuando hayan desaparecido
esas circunstancias que lo motivaron. Podríamos tomar también poemas de
Miguel Hernández escritos desde la cárcel, poemas de Vallejo en su libro
España aparta de mí ese cáliz. Dista mucho esta poesía del poema consigna,
con un enunciado estereotipado, que invita a luchar por una idea política que
puede ser valiosa como idea política, pero quizás no como idea poética.
Resumiendo:

Otro punto para tener en cuenta en la lectura de Hamburger aparece cuando

habla de campo vivencial, el que crea la relación entre el sujeto vivencial y el
objeto que ese sujeto toma como referencia. En otras palabras, cómo ese
sujeto queda implicado en su objeto. Así dice que el sujeto lírico retrae el objeto
a la esfera vivencial y desde allí lo transforma.
Desde su perspectiva NO hay una poesía absolutamente OBJETIVA, los
objetos que toma el poema siempre están impregnados de subjetividad.
Ella traza una diferencia entre lírica y ficción. Dice así, que desde el momento
en que la lectura de la poesía lírica pide revivenciar aquello de lo que habla,
que es experiencia de otro sujeto, nos pide, como lectores, que acompañemos
esa vivencia.
El objeto del poema puede no tener una referencia inmediatamente
identificable, puede tratarse de un objeto fantaseado, imaginado, es decir no
poseer una imagen que copie una realidad, no se trata siempre de una imagen
mimética. Pero es la VIVENCIA DE ESE OBJETO FANTASEADO la que
construye la enunciación.
Hay una imagen lógica, dentro de la lógica que construye el poema, hay una
lógica del sentido con el que se construye la enunciación.
Un resumen de lo que Hamburger afirma: