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PORTADA

INTRODUCCIÓN

La mayoría de los microorganismos infecciosos no logran ingresar al individuo, gracias a las


barreras físicas y químicas que éste presenta. La barrera física más importante es la piel; la
integridad de ésta, junto a la secreción de mediadores químicos, evita el ingreso de
microorganismos patógenos. Asimismo, las mucosas poseen una serie de atributos
(secreciones, flujo ciliar) que dificultan el ingreso de microorganismos por esa vía. Además,
la existencia de poblaciones microbianas no patógenas residentes (flora normal), también
impide la colonización de las mucosas por agentes infecciosos. La mayoría de los
microorganismos que logran evadir estas barreras y producir infección, son destruidos en
pocas horas por mecanismos no específicos de inducción rápida (inmunidad innata). Sin
embargo, si un agente infeccioso es capaz de superar esas primeras líneas de defensa, se
activará, en la mayoría de los casos, un tipo de respuesta de defensa (inmunidad adaptativa),
altamente especializada y específica. Ésta logrará, en la mayoría de las situaciones, controlar
la infección y suprimir la enfermedad. Pero en algunos casos ciertos patógenos logran evadir
la respuesta inmune del hospedero mediante diversos factores, favoreciéndose así de este y en
algunos casos destruyendo tejidos o viviendo a expensas de este.
OBJETIVOS

• Conocer la relación existente e importancia entre la inmunología y la genética

• Analizar el paradigma “un gen una proteína”

• Entender las diferentes respuestas de cada individuo frente a una enfermedad


infecciosa.

• Conocer la capacidad e intensidad de respuesta inmune frente al genotipo de cada


individuo.
CUESTIONARIO

1. ​¿Cuáles son los principales mecanismos de evasión de respuesta inmune que


usan los patógenos?

Los agentes patógenos pueden ser protozoarios, bacterias, virus y hongos.

Hongos como el ​Histoplasma capsulatum ​regulan el ph del fagolisosoma, disminuyendo así,


su acción catalítica, lo que les permitirá infectar a los macrófagos y sobrevivir en ellos, sin
hacerle daño a estas células. Otras levaduras; sin embargo, a través de sus enzimas
ureasas liberarán amoniaco y amonio, que se difundirían hacia el exterior del fagolisosoma,
aumentando el ph de toda la célula, ocasionando su muerte.

Algunos virus, como el VIH, se “camuflan” usando la membrana de una célula


previamente infectada para pasar desapercibidos por el sistema inmune. Además, el VIH
infectará a las células dendríticas, a los macrófagos y a los linfocitos T cooperadores CD4,
que son parte de este sistema. Este virus también se vale de la variación antigénica de su
glucoproteína (Gp 120) a través de la mutación.

Algunas especies de estafilococos con cápsula hacen que esta se una a opsoninas
como la Ig G y el factor C3 del sistema de complemento. Además, esta cápsula protegerá a
la bacteria durante la fagocitosis por parte de los neutrófilos. Algunos protozoarios, como el
Trypanosoma brucei v​ arían sus antígenos de superficie (VSG) para esconderse de los
linfocitos. Otros, como la ​Entamoeba histolytica i​ nactivan el sistema de complemento. Otros,
como el ​Plasmodium falciparum realizan el mimetismo molecular para no ser detectados. Y,
algunas especies de ​Leishmania sp. ​son capaces de inducir a células T supresoras.

2. ​¿Por qué algunos parásitos prefieren quedarse en el citoplasma de los


macrófagos?

​ tiliza los macrófagos


Una especie de levadura, como el ​Histoplasma capsulatum u
para incubarse y proliferar, específicamente en su fagolisosoma. Esta especie modula el ph
de este fagolisosoma para subsisitir en él y reproducirse. Usa al macrófago para evadir la
acción inmunológica, ya que; a pesar de que el macrófago pertenezca al sistema inmune,
no puede dañarlo pues su ph fue alterado y sus enzimas no actúan con la misma eficiencia.

3. ¿Cómo se aprecia la supresión de la respuesta inmune del hospedador en beneficio del


patógeno?

A pesar de los variados dispositivos de protección que el hospedador elabora en


contra de la gran cantidad de antígeno que el parásito presenta, este es capaz de
sobrevivir por largo tiempo utilizando mecanismos de evasión que han desarrollado
a lo largo de su existencia. La cronicidad de las infecciones parasitarias es una
indicación de que el sistema inmune (SI) es incapaz de erradicar al parásito, y esto
se debe a que el invasor posee los instrumentos para eludir la respuesta inmune
(RI). En algunas parasitosis se conocen las bases moleculares de la evasión
inmune, como en la tripanosomiasis Africana y la malaria, mientras que en otras las
evidencias son claras pero los mecanismos se desconocen.

4. ¿Cómo se aprecia las conversiones la respuesta inmune del hospedador en


beneficio del patógeno?

La infección por ​M. tuberculosis es un proceso complejo. Luego de la exposición


inicial, el bacilo puede penetrar y replicarse dentro de los macrófagos no activados.
Subsecuentemente, la respuesta inmune del hospedero mediada por los linfocitos T
auxiliadores tipo I (Th1), con la liberación de IL-12, IFN-γ TNF-α, resulta en la
formación del granuloma, tejido constituido por macrófagos y linfocitos que rodean
un área central de necrosis. Otros estudios señalan la presencia del bacilo
tuberculoso latente, no sólo en los macrófagos de los granulomas, sino también en
las células fagocíticas no profesionales. De hecho ​M. tuberculosis se aísla de
biopsias de pulmón con una apariencia normal.
El granuloma se caracteriza por poseer un ambiente hipóxico, situación responsable
de mantener bajos los niveles de replicación bacteriana. Así mismo, en su interior
pueden formarse lesiones necróticas que permiten la presencia de ​M. tuberculosis
en el espacio extracelular, favoreciéndose la ​existencia de microambientes con
áreas anaeróbicas. De este modo, la adaptación a los bajos niveles de oxígeno es
​ ara persistir
un factor importante que incrementa la capacidad de ​M. ​tuberculosis p
​ esarrollo de la necrosis no conduce
en el hospedero. Sin embargo, el d
necesariamente a la diseminación y puede proveer un ambiente que prevenga la
transmisión y dispersión de la TB. En modelos animales se demuestra que el TNF-α
desempeña un papel esencial en la respuesta inmune del hospedero contra la TB,
incluyendo la formación del granuloma y la contención de la enfermedad.

La mayor parte de los componentes estructurales de las micobacterias son de


naturaleza sacarídica, estructuras reconocidas por diversos receptores en los
macrófagos y otros tipos celulares (linfocitos T). Algunas de estas estructuras
moleculares de las micobacterias son también responsables de los mecanismos de
evasión de la respuesta inmune del hospedero, pues son capaces de inhibir o
interferir con los mecanismos microbicidas del macrófago infectado.

El medio intracelular confiere ventajas importantes a las micobacterias debido a que


quedan protegidas de los mecanismos efectores de la respuesta inmune del
hospedero, como la lisis por el complemento; además, las características
estructurales de su envoltura le proporcionan resistencia a los agentes microbicidas,
a los fármacos y a la destrucción por el calor . El establecimiento de la infección
también depende de la interacción inicial entre los componentes de superficie de las
micobacterias con los receptores de la célula hospedera.
Al utilizar receptores como el CR3, la entrada de las micobacterias patógenas puede
inhibir los mecanismos microbicidas del macrófago, de manera que esta interacción
inicial resulta crítica en la patogénesis de la TB y en la persistencia de la bacteria en
el interior de la célula hospedera​.

5. ¿Cómo se aprecia la conversión de la respuesta inmune del hospedador en


beneficio del patógeno?

Los virus son parásitos intracelulares obligados, requiriendo de la maquinaria metabólica de


una célula para replicarse. Su estructura básica incluye un ácido nucleico, que puede ser
DNA o bien RNA, rodeado por una envoltura proteica o cápsula que le permite ingresar a
las células. Una infección viral comprende una etapa extracelular y una etapa intracelular,
por lo tanto la respuesta inmune puede interferir con ellos en estos dos niveles.
Los virus ingresan al organismo por diversas vías incluyendo la respiratoria, la
gastrointestinal, la transcutánea la genitourinaria y la rectal. Luego de ingresar, se produce
una etapa de replicación primaria para luego diseminarse e introducirse en su tejido blanco
final. Las infecciones virales pueden ser líticas, latentes o persistentes. La respuesta inmune
adquiere características y efectividad diferentes de acuerdo a la vía de ingreso del virus y al
tipo de infección que provoca.
La respuesta inmune en sentido amplio frente a estos microorganismos comprende
mecanismos inespecíficos y específicos con características y efectividad particulares que
dependen de la naturaleza de cada virus. Entre los mecanismos inespecíficos, los de mayor
relevancia incluyen la producción de interferón tipo I, la presencia de células NK y la
activación del complemento. La respuesta inmune adaptativa antiviral incluye mecanismos
efectores humorales y celulares, siendo estos últimos los más eficaces.
El organismo cuenta con una serie de elementos para impedir o dificultar el ingreso de virus
al organismo. Así por ejemplo, en la vía respiratoria, los virus deben sobrepasar el efecto
neutralizante de IgA secretora, la acción lítica de células NK y la función fagocítica de
macrófagos. En el sistema gastrointestinal existen una serie de elementos que limitan la
persistencia e ingreso de partículas virales. Entre ellos tienen importancia el pH ácido
gástrico, las sales biliares, enzimas proteolíticas e IgA secretora. En la piel, el estrato
córneo constituye una barrera física que es sobrepasada cuando los virus ingresan
mediante picaduras de insectos, mordida de animales o bien por el uso de jeringas
contaminadas. La transmisión sexual ha adquirido especial importancia a raíz del SIDA. En
este caso, la mucosa y la IgA se oponen al ingreso del virus HIV. Si los virus logran
sobrepasar estas barreras, se ven enfrentados a diversas modalidades de la respuesta
inmunológica cuya eficiencia dependerá de la etapa del ciclo infectivo viral en que actúen.
En una fase precoz de la infección tiene importancia la actividad lítica de las células NK las
que lisan células infectadas por virus ya sea directamente o bien a través del mecanismo
ADCC y la activación del complemento por via alterna. Más adelante, los virus, al ser en
general muy inmunogénicos, estimulan respuestas T y B. Los linfocitos T CD4+ reconocen
péptidos virales en el contexto de moléculas MHC clase II en células presentadoras de
antígeno ejerciendo su función cooperadora con respuestas de linfocitos B y T CD8+. La
respuesta celular en su modalidad citotóxica es la más efectiva ya que los linfocitos T CD8+
activados, al reconocer péptidos antigénicos de origen viral en moléculas MHC clase I en
células infectadas por virus, son capaces de lisarlas.
Los anticuerpos cumplen un papel relativamente pobre en las infecciones virales agudas,
sin embargo son importantes en la prevención de reinfecciones. Los anticuerpos, al unirse a
epitopos presentes en proteínas ubicadas en la superficie de la partícula viral (anticuerpos
neutralizantes), pueden reducir su infectividad. Esto lo logran inhibiendo diversas etapas del
ciclo reproductivo viral tales como unión a la membrana celular y penetración a la célula.
Además pueden producir agregados de viriones, acelerar su degradación en vesículas y
facilitar su fagocitosis al opsonizarlos.
La activación del complemento es otro mecanismo defensivo antiviral. Este sistema puede
ser activado por vía clásica y alterna, conduciendo a la opsonización por C3b y a la lisis de
virus con cápsula o de células infectadas por virus. Su eficacia en el hombre es sin embargo
relativa, ya que pacientes deficientes en factores del complemento, no presentan una mayor
incidencia ni gravedad en infecciones de este tipo.
Finalmente, durante la infección viral se induce la síntesis de proteínas llamadas interferón
en las células del huésped. El interferón es liberado al extracelular y actúa sobre células
vecinas uniéndose a un receptor e induciendo la síntesis de una proteína kinasa que
fosforila un factor de iniciación de la síntesis proteica. Mediante este mecanismo, se
interfiere con la síntesis de proteínas virales. Además el interferón activa a endonucleasas
que degradan el mRNA viral y estimulan a otras células que participan en la respuesta
inmune tales como células NK y linfocitos T citotóxicos.
RESUMEN
CONCLUSIONES
COMENTARIO DEL TEMA

Los virus herpes simplex (VHS) y los humanos coexisten desde ya miles de años. Esta
prolongada relación se ha traducido en la evolución y selección de determinantes virales
para evadir la respuesta inmune y de componentes inmunes del hospedero para limitar la
infección viral y los daños que produce. Un modo por el cual las células diana del virus
limitan y controlan infecciones virales es a través de respuestas celulares antivirales,
desencadenadas en presencia de patrones moleculares asociados a patógenos (PAMPs).
Este proceso, mediado en parte por receptores de tipo Toll (TLR) conlleva a la activación de
vías de señalización intracelulares que inducen la expresión y secreción de moléculas que
limitan la replicación viral, alertan células vecinas y activan al sistema inmune. Para evitar la
activación de estas vías de señalización, la proteína estructural “vhs” (virion host shutoff) de
VHS promueven la degradación de ARN mensajero del hospedero mediante su actividad
ribonucleasa, disminuyendo así la traducción de elementos celulares anti-virales. Otra
manera por la cual células infectadas con virus evitan la diseminación del patógeno en el
tejido es a través de muerte celular programada: apoptosis. Para contrarrestar este proceso,
VHS codifican determinantes que bloquean los procesos conducentes a apoptosis, sean
estos intrínsecos o extrínsecos, tales como aquellos mediadas por gránulos citotóxicos o
por Fas/FasL (CD95/CD95L) en células epiteliales infectadas. Este virus también modula de
forma negativa la actividad de componentes inmunes innatos a través de sus glicoproteínas
C de superficie. Actualmente no existen vacunas para evitar la infección de estos virus o
terapias que la curen. Los VHS son neurotrópicos y permanecen latentes en neuronas de
ganglios trigéminos y dorsales, reactivándose esporádicamente. La mayoría de las
recurrencias por VHS son sub-clínicas y por tanto pasan inadvertidas. Una mejor
comprensión de los mecanismos moleculares evolucionados por estos virus para evadir la
respuesta inmune del hospedero deberían ayudarnos visualizar nuevas estrategias para
desarrollar vacunas y terapias que limiten su infección y diseminación.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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