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ÓMA

NÓM
NÓM
ADAS
Procesos de Creación
Processos de Criação

MADA
Creation processes

MADA
José del Carmén Hernández en el taller, 2014
{original recibido: 15/08/2014 · aceptado: 05/09/2014}
EL ARTE ES VIDA Y LA VIDA ES ARTE:
LA PINTURA DE JOSÉ DEL CARMEN HERNÁNDEZ

A ARTE É VIDA E A VIDA É ARTE: A PINTURA DE JOSÉ DEL CARMEN HERNÁNDEZ

ART IS LIFE AND LIFE IS ART; THE PAINTING OF JOSÉ DEL CARMEN HERNÁNDEZ

Bogdan Piotrowski*

Se presenta aquí la obra artística de José del Carmen Hernández desde la premisa según la cual, al valorar su
pintura podemos hablar del arte de la vida y de la vida artística plena. Se resalta su esforzada trayectoria de vida
que lo ha llevado desde un humilde origen campesino hasta la formación artística académica y a través de tertulias
de artistas en diferentes partes del mundo. Al destacar su obra pictórica, escultórica, mural y abstracta, se concluye
con el vínculo actual del artista con su propia realidad y la esperanza como motor de su obra frente a la constata-
ción de las violencias persistentes.
Palabras clave: arte colombiano, formación artística, muralismo, arte de la vida, violencias.

Apresenta-se aqui a obra artística de José del Carmen Hernández desde a premissa segundo a qual, ao valorizar
sua pintura podemos falar da arte da vida e da vida artística plena. Ressalta-se sua esforçada trajetória de vida
que o levou desde uma humilde origem camponesa até a formação artística acadêmica e através de tertúlias de ar-
tistas em diferentes partes do mundo. Ao destacar sua obra pictórica, escultórica, mural e abstrata, conclui-se com
o vínculo atual do artista com sua própria realidade e a esperança como motor de sua obra frente à constatação
das violências persistentes.
Palavras-chave: arte colombiana, formação artística, muralismo, arte da vida, violências.

This article presents the artistic work of José del Carmen Hernández, affirming that, in considering his painting we
can talk about the art of life, and full artistic life. It highlights his courageous life path bringing him from humble
nomadas@ucentral.edu.co · Págs. 225~235

peasant provenience to an academic artistic formation, also through artists’ gatherings around the world. Examining
his paints, sculptures, murals and abstract works one can watch the artist's relation with his own reality and hope as
the engine of his work facing the confirmation of persistent violences.
Key words: Colombian art, artistic formation, mural art, art of life, violence.

* Posgrado en Literatura Hispanoamericana del Instituto Caro y Cuervo; Magíster en Filología Románica de la Universidad Jagellona
de Cracovia y Doctor en Ciencias Humanas de la Universidad de Varsovia. Miembro de la Academia Colombiana de la Lengua y de la
Academia Dominicana de la Lengua. Actualmente es decano de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas de la Universidad de La
Sabana, Bogotá (Colombia). E-mail: bogdan.piotrowski@unisabana.edu.co

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l arte de José del Carmen afirmación de la razón, sus valo- La vida es arte
Hernández está estrecha- res humanísticos y su optimismo.
mente relacionado con En este sentido, se puede afirmar Hay que reconocer que no era
su existencia y la historia social de que el artista va en contra de la co- nada fácil para un muchacho de
­Colombia. No es excepcional que la rriente del postmodernismo. origen campesino, como José del
biografía horade la obra creativa y Carmen Hernández, que sentía la
despliegue la sensibilidad del a­ rtista, El pintor colombiano tampoco vocación, lograr su anhelo de ser
su compromiso y, especialmente, su se somete al cliché del artista bo- artista. Las dificultades y apuros,
concepto de la vida misma. La pre- hemio que tuvo tanta influencia aprietos, contrariedades e impe-
gunta, siempre abierta, en torno a nefasta como acogida. Hoy, mu- dimentos fueron estímulos para
si el arte influye en la vida o la vida chos críticos e historiadores del seguir adelante, y el amor resul-
en el arte, también, en este caso, arte denuncian ese supuesto fenó- tó ser una fuente inagotable para
sigue inquietando. Al valorar su pin- meno artístico: su obra. Esta última, entendida de
tura, podemos hablar del arte de la manera unitaria, incluye y entrela-
vida y de la vida artística plena. Una Uno de los motivos importan- za su arte con su vida. El artista,
existen­cia bien cumplida y lograda, tes por los que se ha malinter- siempre sonriente, abierto, emo-
y una pintura como el elogio infinito pretado la modernidad es que cionado y entusiasta, evoca con
a la vida en todos sus matices, desde el campo de batalla fuera sa- disimulo socarrón sus raíces y su
los más oscuros y dolorosos, hasta los boteado desde el principio por infancia:
más felices y luminosos. las deliberadas tergiversaciones
en que incurrían los agresivos Mi familia es una familia tra-
Hoy, toda reflexión sobre la cultura combatientes con respecto a dicional del Departamento de
tiene que enmarcarse en un espacio sus adversarios. Las leyendas Santander. Mi padre era colono,
temporal y dentro de una corriente. que conformaron la vida de los trabajador del campo, y un eterno
La polémica sobre la modernidad modernos contribuyeron a os- caminante de las montañas que se
y el posmodernismo sigue divul- curecer aún más las realidades iba por largas temporadas solita-
gándose y conquista partidarios de sociales: la miseria bohemia rio, a explorar territorios nuevos.
cada una de las partes. Peter Gay, romántica y despreocupada, tal Mi madre, descendiente de una
historiador judío, germano-estadou- como se describe en la ficción familia de inmigrantes alemanes,
nidense, aporta al respecto: de Henri Murger a mediados era una mujer sencilla, pero con
del siglo XIX […] era más ima- un gran espíritu de lucha, y for-
Las incertidumbres y la indefi- ginaria que real. A mediados de taleza. Su dedicación de tiempo
nición plantean dudas acerca de siglo, pocos pintores o composi- completo eran sus hijos.
los ciento veinte años que me he tores seguían llevando una vida
aventurado del título a atribuir pintoresca e independiente en Allá por los años de la llamada
a la modernidad. La historia es una buhardilla miserable de un Violencia en Colombia, yo con tan
siempre menos ordenada que quinto piso sin ascensor. En rea- solo seis meses de nacido, amarra-
la forma en que la presentan los lidad nunca hubo muchos espe- do a un joto sobre los hombros de
historiadores. […] Por esta razón címenes de este tipo, y la mayor mi madre; mi hermana en la barri-
he dado al capítulo final el título parte de los artistas de vanguardia ga y con seis hermanos más, huía-
deliberadamente indeciso “¿Vida vivía en una situación holgada, mos sigilosos bajo los frondosos
después de la muerte?”. Un rena- incluso próspera en ocasiones. árboles de la selva del Opón, en
cimiento de la modernidad no es Los radicales acabaron viviendo Santander. Era 1948, una noche
cosa imposible; tampoco garanti- de rentas (Guasch, 2000: 298). de lluvia, barro y estrellas como
zada (2007: 32). compañía. Abelardo, mi hermano
José del Carmen Hernández es mayor, con 15 años, era el jefe de
Parece que la creación de José uno de estos artistas que creen en la familia. Mi padre se quedó en
del Carmen Hernández seña- los ideales humanísticos como en el el campo, y no lo volvimos a ver
la más bien el renacimiento de la valor dignificante del arte, tanto para nunca. Dejamos una vida atrás, y
modernidad, sobre todo, por su su creador como para el público. allí comienza mi vida.

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Algunos años más tarde, bajo la


luz de una vela y el cobijo de un
rancho de latas en Bogotá, la abue-
la Julia contaba estas historias de
cuando los liberales mataban go-
dos, los godos liberales, de cuando
en las noches los gachupines ma-
taban soldados y los soldados ma-
taban chulos. Así transcurrían las
noches dice la abuela, en la finca
de Santa Helena del Opón en San-
tander, de cuando se oían murmu-
llos y voces decir... “Ya vienen los
unos y los otros”. Y la abuela tenía
que correr con sus pequeños hijos
a pasar las noches escondida de-
trás de la grandes piedras del río,
sin hacer ningún ruido, por temor
a la muerte; no chille se oía a no sé
quién decir en voz baja.

Años después, en Bogotá, recuer-


do cómo la abuela (así le decía a
mi madre porque la veía viejita y
arrugada), nos repetía como ser- Atardecer con familia, óleo sobre lienzo, 39 x 39 cm, 2000

món “estudie mijo porque hom-


bre que no estudia no vale nada”. leche (en aquellos tiempos la leche En mi casa materna nadie habla-
Las tres hermanas y cuatro her- venía en botellas muy gruesas de ba de arte, pero el espíritu de la
manos fuimos creciendo en la vidrio con una tapita redonda de car- creación artística puede ser he-
ciudad capital bajo el amparo del tón). Colgado del carrito, se dejaba rencia en las historias contadas
rancho de latas y el coraje de la rodar como un nómada desconoci- por mi madre, acerca de la vida
abuela; en la medida que creci- do por las calles de La Concordia en en el campo, el contemplar las es-
mos, al mayor se lo llevó el Ejér- Bogotá. Iba entregando la preciada trellas, el vivir en otro ritmo del
cito para ser un soldadito de mi carga, siempre calle abajo, porque de tiempo y en otra relación con el
patria; los otros, según el tamaño, regreso solo podía subir empujando mundo. Físicamente no lo viví,
fuimos a trabajar y todos a estu- el carro desocupado. pero la necesidad de expresarse
diar en la nocturna1. nace ahí. De esas historias que
Los recuerdos siempre son gratos, empaparon mi ser, y me llevaron
Diez años tenía José del Carmen pero las palabras evocan, a veces, imaginariamente a lugares nunca
cuando a las cuatro de la mañana lo mucho dolor y, aunque este último vistos, que luego se hicieron rea-
despertaba el dulce aroma de una parezca superado, las huellas siguen les en muchas de mis obras.
gran taza de leche caliente que le afectando. No obstante, el hombre
ofrecía doña Bertha. Ella era la due- puede encaminar su libertad a la Toda mi herencia artística nace
ña de la lechería donde trabajaba en práctica de la voluntad y la supera- de ese pasado heredado, vivido
las mañanas, porque en las tardes de- ción de sí mismo. El ambiente de la en historias contadas, y a través
bía estudiar en la escuela. Es en aquel familia impacta y el origen reclama de los ojos y la voz de mi madre.
tiempo cuando se ve empujando un por sus diferentes lazos. En el caso Puedo decir que mi iniciación
carro de metal verde de tres ruedas, de este pintor, él mismo lo destaca en la vocación como artista nace
con muchas canastas de botellas de con toda claridad: de una necesidad natural de ex-

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presión que puedo visualizar en en los cuadros de Hernández, las infinita belleza cotidiana. José del
algunos momentos de mi niñez, tragedias vividas en el país. El dolor Carmen manifiesta: “Luego de 45
a través de espontáneos dibujos, y los sufrimientos de su familia son años de ejercicio artístico profe-
sin ninguna conciencia acerca pretextos para proyectar imágenes sional, mi esposa y mis hijos, con
de qué era el arte, la historia del alegóricas nacionales. el mismo asombro y alegría que
arte, o el mundo del arte. En el mi madre, han sabido adaptarse
ambiente familiar, mi madre era Hay que destacar un aspecto su- amorosamente a los ritmos de mi
sencillamente una mujer amorosa mamente importante en la obra trabajo como artista, hemos cre-
que cuidaba a sus hijos, y en ese del maestro José del Carmen Her- cido como seres humanos, al lado
sentido, ella se asombraba y ale- nández: su infalible interés por la de mi labor artística”. Un padre
graba de esos juegos infantiles ex- familia, tanto en su sentido más ge- y un esposo amoroso que supo
presados en dibujos. neral, como en el sentido estricto, el compartir la vida familiar con la
de su propia familia. Al perder a su profesional. Y, aunque no lo expre-
El amor materno le dio las alas y padre a pocos meses de nacido, año- se verbalmente, Hernández vive
el temple para superar las adversida- raba ser un papá entregado y —¿por feliz porque logró encadenar las
des que le suministraba la realidad qué no decirlo?— ejemplar. Logró ilusiones con los deberes.
de un niño huérfano y desprotegido constituir un hogar donde reina
que tenía que aguantar la penuria. el amor y la armonía, caso no muy La fuerza de la voluntad, el empe-
frecuente entre los artistas de hoy. ño constante que frecuentemente
En su obra se pueden apreciar nu- El arte para él no pudo ser motivo rozaba con el sacrificio exigente, la
merosos reflejos de la violencia, en egoísta en su carrera profesional, renuncia a la facilidad que lo ca-
sus distintas manifestaciones y tan tampoco se guió por caprichos per- racterizaba y sigue caracterizando,
representativa de las últimas déca- sonales, sino que aquel le permitió no tienen nada que ver con el cli-
das en Colombia. Escenas, formas, vivir de una manera más plena e ché de la bohemia que aún ronda
líneas o colores pertenecen a la íntegra la necesidad que experi- de forma perjudicial en los círculos
estética pero, al mismo tiempo, re- menta el hombre para afirmar el “artísticos”. José del Carmen Her-
presentan la visión conceptual y su sentido de la vida, la responsabi- nández es un hombre esforzado
empleo testimonia con frecuencia lidad de ser padre, dentro de su que toma sus propósitos artísticos
muy en serio. Su arte y su vida no
son un fútil y banal escapismo del
mundo, sino una profunda inmer-
sión en la realidad que palpa y vive.
Sabe muy bien que puede ayudar
a construirla por medio de sus ac-
tos y de su creación, pero las dudas
no lo abandonan. Las inquietudes
acosan y la voluntad persiste: el
arte es el camino.

Búsquedas académicas o
la vida para el arte

El artista nace y se hace. Nace de la


esencia mágica de su origen. Tal vez
cada ser humano trae esa capacidad
de maravillarse con la vida, con las
historias de los abuelos, y tiene la ne-
cesidad de expresarse ante el mundo.
El Pez, edificio lúdico para teatro y música, vitral mural Pero el artista se hace. Cuando su vo-

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cación se vuelve urgente, se dedica a y después de leer y conocer sobre el regresó a Bogotá. Terminó asistiendo
estudiar para formar su talento. Y se arte y los grandes artistas, surgió la a la Universidad Jorge Tadeo Loza-
forja a fuerza de trabajo, de búsque- necesidad de estudiar pintura mural, no a las cátedras que dictaban Ana
das internas y exploraciones externas, que encajaba con el deseo de lograr Mercedes Hoyos, Jorge Madriñán,
de voluntad y de pasión. una expresión artística de alto im- Momo del Villar y otros. Recuerda a
pacto. A los veintitrés años, un día, al algunos compañeros de salón, famo-
Catorce años recorridos al son del pasar frente a la Embajada de Méxi- sos hoy en día: Diego Mazuera, Jorge
trabajo de día y noches de bachille- co en Bogotá, se preguntó por qué no Rocha, entre varios más.
rato nocturno. En aquellos tiempos estudiar pintura mural en ese país. A
se refugiaba algunas tardes en la Bi- los quince días se encontró en el Dis- Durante años, su obra no po-
blioteca Nacional en la calle 24, en trito Federal, sin conocidos, con una día pres­­­
cindir del siempre vivo
la sala Rafael Pombo (aún recuerda maleta gigantesca llena de sueños y impacto que le producía todo tipo
el olor de los libros). La encargada, poca ropa, asistiendo a la Escuela de violencia que vivía su nación.
una viejita, hacía concursos de dibujo de Bellas Artes y Literatura La Es- Probablemente, en Colombia, fue
con los cuentos de Rafael Pombo, li- meralda, durmiendo en un pequeño Alejandro O ­ bregón quien mejor la
bros llenos de color (Simón el Bobito, cuarto rentado, en Mesones 36, cer- expresó en la pintura. Con palabras,
Rinrín Renacuajo, La pobre viejecita ca del Zócalo. Fueron tiempos de lo articuló magistralmente Juan Gus-
y otros), el premio era una manotada dibujos en las calles y rincones de la tavo Cobo Borda: “Esta violencia
de dulces. “Dieciocho años me alcan- ciudad, de estudiar a los muralistas: actual, esta violencia que había deja-
zaron en Bogotá, soñando”. Rivera, Siqueiros, Tamayo, Orozco, do de ser c­ ampesina para ensuciarse
de pintar y pintar modelos, de soñar aún más con la b ­ asura de las urbes,
“Mis noches de dibujo eran en las con el arte. Al joven colombiano le se entrelazaba, así, en sus cuadros,
escuelas nocturnas de diseño publi- fascinó la propuesta social del mu- con la violencia ancestral, revelándo-
citario, porque en aquellos tiempos ralismo y de sus exponentes como el nos nuestras raíces” (2002: 186). En
todo se hacía a mano; feliz con un propio Rivera quien, como lo sostie- la pintura de José del Carmen, la vio-
lápiz nuevo y mis témperas Prang, ne uno de los directores del museo lencia se centra en el agro, de modo
muchos intentos, muchas escuelas de Chicago: “[…] representa adecua- especial, por medio de sus persona-
que siempre se quedaban sin alum- damente el mundo en que vivimos: jes en ruanas y sombreros.
nos o sin profesor”. Así que se fue guerras, disturbios, pueblos luchan-
a estudiar el vitrinismo al Sena, en do por la supervivencia, esperanza, A comienzos del nuevo milenio,
las mañanas y en las noches. Ya a descontento, sentido de humor y el mundo lo llama a deambular y a
los dieciocho años la vocación había vida acelerada” (Elger, 2011: 306). exponer pinturas en Venezuela, Pa-
aflorado en una habilidad gráfi- José del Carmen también quería namá, Madrid, Barcelona y Nueva
ca —que descubrió en las escuelas acercar su arte al pueblo, al hombre York. Probablemente, es la capital
de formación en diseño—, una común que pasa por la calle. de España de donde conserva re-
­oportunidad de hallar una profesión cuerdos más entrañables. Asistió
en el campo de las artes gráficas. En 1973, en la soledad y el destie- a la Escuela de Bellas Artes San
Eso le gustaba, pero no pensaba en rro, encontró a su gran amigo, artista Fernando en Madrid para estu-
el arte como tal. Por esos tiempos, y compañero de salón, Ricardo An- diar la técnica del fresco. Por sus
se desempeñaba como diseñador de guiano (el mejicano, cuando era talleres también pasaron Picasso,
una gran compañía de anuncios de famoso, firmaba con el seudónimo Dalí y otros célebres artistas.
neón en Bogotá, y trabajó en este de Anguía), “que siempre me repe-
campo en la época en que se hacía tía: ‘¡Estudie mano que chavo que En la vida artística de José del
el diseño como un oficio puramente no estudia no vale un varo!”. Pasa- Cármen Hernández, la educación
manual, sin intervención del com- ron algunos años de arte y libros, y se formal siempre se entremezclaba
putador, lo que hizo gran parte de regresó a Bogotá porque un día pen- con la educación informal, a menu-
su formación como artista. só: “Hasta aquí va México chingaos”. do por medio de las conversaciones,
amistades, visitas a los museos, gale-
En el desempeño de este oficio Con pasión y sin descanso absorbía rías, ferias, etcétera. En Madrid, por
empezó el deseo de aprender más, más arte y libros. Luego de tres años, ejemplo, hizo parte de las tertulias

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en el Café Gijón. Con la compañía trivial en sugerente” (Marina, 1994: artista cultiva a lo largo de su vida.
de un buen vino —lo subraya con 158). Un elemento cualquiera, una Su proceso ininterrumpido y cons-
agrado— contó y escuchó historias; imagen, un acontecimiento cotidiano tante que persigue la necesidad de
conoció personajes de la cultura es- puede resultar fuente de inspiración perfeccionar su arte es la condición
pañola como Juana Mordó, Vaquero si el hombre es capaz de resolver cer- de su éxito en la comunicación de su
Turcios, Juan Ruiz Tortosa, Sonsoles teramente los problemas, de acuerdo visión artística.
Duque y Renilla, así como Lola Pin- con el potencial informativo y la
tos, prestigiosa grabadora argentina. capacidad subjetiva creadora. Los ar-
Con algunos de ellos fundó el Club tistas se animan y engastan sus ideas Dejar el eco:
del Placer en Madrid, un espacio en proyectos, acudiendo a la me- indagaciones artísticas
para reunirse a celebrar sus fraca- diación de los sentimientos y de sus y satisfacciones
sos en las épocas de dificultad en la criterios axiológicos. Intentan crear profesionales
venta de sus dibujos. Así aplaudían esquemas sentimentales y sistemas
la dicha de recorrer los caminos de de preferencias. Es muy importante Para José del Carmen Hernández,
su tiempo. destacar la primacía de la persona en la cultura no es una idea lejana y
el proceso creativo, porque “resulta abstracta, sino una insistente partici-
Durante estos años, para Hernán- que el criterio artístico fundamental pación cotidiana en el deber propio,
dez, pasaron los días y las noches es el ‘gusto’ del artista, que no está en la manera de compartir solida-
dibujando, leyendo, estudiando las en el proyecto, sino en el sujeto” ria y alegremente con los seres más
técnicas pictóricas, y disertando so- (Marina, 1994: 165). El acto artísti- cercanos y con los que el destino le
bre arte desde la academia, en las co tiene otro significado en la labor pone en su camino. El arte es para
escuelas de bellas artes, marcando de cada creador, en cada uno de sus él la continua esperanza, a pesar de
la educación formal; pero también proyectos, lo cual permite reelabo- las contrariedades que puedan traer
fueron las tertulias con artistas en rar la visión de la realidad gracias a la los días. Recordemos que, en su di-
muchas partes del globo, las expe- irrealidad de las ideas emprendidas. mensión lingüística, la realidad es
riencias humanas vividas, el andar El impulso inicial exige una inven- —como lo indica el significado del
en el mundo del arte, de la literatu- ción que adecúe el concepto a la sufijo idad— la propiedad o la cuali-
ra, de la música, que enriquecieron forma y ofrezca a menudo una técni- dad de lo que un individuo concreta.
la preparación no formal. Así mismo, ca nueva. Las condiciones implícitas Así, pues, el artista, cuando realiza
el ejercicio de la pintura mural como o explícitas del propósito inicial o la su obra, puede impregnarla de sus
manera de socializar el arte, para fuente de la inspiración se delinean a anhelos, sus buenos deseos, su op-
acercarlo a la gente, para que todo el través de un planeamiento entusias- timismo y, sobre todo, su esperanza
mundo lo pudiera tener, cambiando ta y ordenado para llegar a reconocer en un futuro mejor.
el paisaje de las ciudades, creando sus limitaciones expresivas y consoli-
conciencia estética en las personas darse en la obra concreta. En el arte colombiano, ­Francisco
que transformaba y ensanchaba la Gil Tovar ejerció una influencia
apreciación más profunda de nues- José del Carmen reconoce esa considerable. Hilvanando nuestras
tro tiempo y espacio social. Tal vez, iluminación o el henchimiento espi- ideas sobre las relaciones arte-­
allí, en el muralismo, se conjugue lo ritual que ofrece el instante creativo, artista-realidad-vida, es oportuno
formal y lo informal en su proceso pero también admite y hasta desta- recordar la aseveración del crítico
de formación como artista. ca los retos que impone la ejecución de origen español:
misma. En esta última, es preciso
Mas, la formación de un artista nun- manifestar algo sorprendente que El arte es una mentira, se ha dicho
ca se acaba, porque, además, tiene testimonie la pesquisa de la originali- y repetido: la imaginación creado-
que, permanentemente, acudir a la dad, ofrezca una solución ingeniosa y ra y la fantasía son ajenas al terre-
creatividad. Y las dos se complemen- estimule la fantasía. Lo valioso tiene no de la verdad, eso es notorio.
tan en la actividad artística, por medio que enlazarse con lo nuevo e ines- Luego el artista es o puede ser un
de las experiencias acumuladas. Hay perado. Precisamente esta actitud perfecto mentiroso en el sentido
mucha razón en la afirmación de que creadora establece el fundamento estético. Su sinceridad no consis-
“la actividad creadora transmuta lo de la permanente formación que el te en no engañar al público, sino

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en expresar sinceramente lo que


desea expresar. ‘Si en su ánimo
existen el engaño y la mentira, la
forma que dé a estos hechos, por
ser estética, no puede ser, como
forma, engaño o mentira” afir-
ma Croce. La sinceridad estética
consiste, pues, en expresar ade-
cuadamente lo que el artista tiene
dentro en el momento de la crea-
ción, es decir, el contenido; no en
adecuar la totalidad de su obra al
carácter de su vida (1998: 73).

A pesar de tratarse de unas apre-


ciaciones persuasivas, sentimos el
deber de cuestionarlas. Es obvio que
en esta propuesta se lleva a cabo el
resquebrajamiento de los lazos entre
la existencia humana y la realidad,
pero, además, en el fondo, Gil Tovar
sugiere el rompimiento de la unidad
del arte con la vida, promoviendo
una incoherencia entre el pensar y
el actuar. La aspiración meramen-
te esteticista se opone al sentido de • El saxofonista, tinta, 30 x 30 cm, 2009
la unidad de la vida y de la obra del
artista y, en consecuencia, le impo- es, pero, simultáneamente, la im- exposiciones colectivas. Por aque-
ne su marginamiento y lo encauza pregna de su voluntad del bien y llos tiempos se entusiasmaba con
hacia la angustia, el desencanto, la de la belleza y ayuda al público en el arte cinético y los postulados del
intranquilidad, la desesperación, la la superación de su inconformidad movimiento de la escuela alemana
congoja. El alejamiento de la reali- acerca de la injusticia o del terror de Bauhaus que promovía el acer-
dad se replica en el distanciamiento que extienden insistentemente sus camiento entre el arte, el diseño y
de las personas que rodean al artista tentáculos. la arquitectura, con énfasis en el
y su consecuente sensación crecien- trabajo manual. Desde esa época,
te de incomprensión. Muchas veces, el artista ­siente la José del Carmen se inclinaba por
tras­cendencia del mundo y se da las opciones de la nueva configura-
Parece que José del Carmen tie- cuen­ta de que las percepciones de ción de las formas y del espacio y su
ne una concepción del arte y de la realidad y las experiencias no relación dinámica con el color.
la vida muy opuesta a la del influ- siempre pueden ser medidas, pero
yente crítico. En sus cuadros la su arte trata de captarlas de algún Por esos años lo cautivó especial-
realidad trasciende al nivel de los modo y transmitirlas por medio de mente la pintura de Víctor Vasarely.
sentimientos y emociones que con- sus cuadros. De esta manera, José Las propuestas de op-art del artis-
tagian al espectador. El conjunto del Carmen también recrea y, al ta húngaro, le parecían reveladoras
de los elementos reales que lo ro- ­mismo tiempo, crea la realidad por- no solamente por los efectos ópticos
dean despiertan en él un asombro que la desea mejor, más diáfana y y el papel del movimiento y su im-
sin límites y, en consecuencia, se más humana. pacto en las perspectivas, sino por
reflejan en sus pinturas. Su actitud la ambigüedad de las formas que
afirmativa de la vida hace que su Ya en 1976 participó en el Salón permitía el uso de los nuevos ma-
creación acoja la realidad tal como Nacional de Artistas, y en varias teriales. Desde este contacto, en la

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creación de Hernández se puede Me pregunto e invito a preguntar- Oramas y algunos intelectuales, fun-
percibir la inclinación hacia la mesu- se. Al observar una obra la cual nos dó Arte Público con el ánimo de
ra y la serenidad de su imaginación. deja frente a una muralla de des- impulsar el arte mural en Colombia.
concierto, culpabilidad, rechazo En 1998, regresó a México, como in-
No puede sorprender que se haya o en algunos casos goce, casos en vitado por la Universidad Autónoma,
dedicado a construir obras de escul- los cuales cabría preguntarse si lo para realizar la exposición individual
to-pintura, y a la búsqueda de las que de esto gusta o disgusta está de dibujos Ac-titudes.
opciones plásticas en los juegos de motivado por recuerdos de orden
luz, movimiento y color. Como fruto estético, influencias del súper-yo, Del 2002 en adelante, vinieron
de esta experiencia, logró armar su o si es el resultado de una nueva varias exposiciones individuales en
­
primera exposición individual, ese experiencia o sensación. […] Mu- Bogotá, Cartagena, Medellín, Perei-
mismo año de 1976. chas veces me he preguntado acer- ra, Popayán, Nueva York, Barcelona,
ca de la importancia de la plástica San Francisco, París, Tokio y Filadel-
Sin embargo, siguió por este cami- que se hace en nuestro medio y fia. Pintó también algunos murales
no de cuestionamientos, desafíos, en nuestro tiempo. […] Creo res- en Colombia y, uno que otro, en el
valoraciones e intentos.. Tres años petable cada posición y creo en la exterior; de igual manera, participó
después, en la Biblioteca Luis Ángel responsabilidad de los trabajadores en muchas exposiciones colectivas
Arango, en la exposición individual de las artes plásticas, así como es- en otros rincones del mundo.
Lo mismo es hoy, presentó sus toy seguro de que muchos tienen
montajes. Para justificar su trabajo respuestas que se reflejan en su ac- En estos recorridos, además de
realizado, introdujo su obra con una titud pictórica (Hernandez, 1979). conocer ciudades y realizar exposi-
reflexión acerca del sentido del arte, ciones, José del Carmen subraya que
nota que quedó consignada en el ca- En 1996, José del Carmen Hernán- en todas partes encontró a muchos
tálogo, y que reza: dez, junto con el pintor Fernando amigos y le alegra haber dejado cua-

El taller del artista

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dros y esculturas regados por aquí Ahora bien, el arte abstracto, tan- espíritu2. No podemos olvidar que
y por allá. Su más reciente trabajo, to en Colombia como en el mundo, su fascinación por la teosofía, orien-
llamado La música va por dentro suscita muchas posiciones incluso tada con mucho éxito a comienzos
(performance, música y pintura), fue en cuanto a su origen, valoración, del siglo XX por Rudolph Steiner y
exhibido en Nueva York, en el Taller impacto e influencias. Nos inclina- madame Blavatsky, es ampliamen-
de Arte Latinoamericano. mos a la interpretación de que en te documentada. El mismo pintor
el arte abstracto, con frecuencia, no dejó escritos que lo testimonian de
Hoy en día, pinta músicos porque se trata solamente de buscar nue- manera fehaciente. Kandinsky en
para él las expresiones artísticas vas vías estéticas, sino de revelar sus obras buscaba el absoluto. Ya a
como la pintura, la escultura, la mú- nuevas formas de contacto con el mediados del siglo pasado, Marcel
sica, el teatro, la literatura, la danza mundo espiritual. Para penetrar en Brion señaló:
comparten el mismo lenguaje que este último, el arte abstracto pre-
nos hace humanos. Es el lenguaje tende liberarse del mundo exterior. Con la Abstracción no se abren
del arte, el lenguaje del espíritu. Así Por esta razón, al anular la forma solamente nuevas dimensiones,
como en una escultura apreciamos se logra exponer más la importan- sino que también otras maneras
la forma o en una danza podemos cia del color. Vasili Kandinsky no de entrar en contacto con el alma
apreciar el color, en una pintura quería limitarse a introducir úni- del mundo, de cautivar una enig-
podemos apreciar el movimiento. camente unas nuevas expresiones mática revelación del universo.
Los mismos valores participan en el formales, buscaba el contacto con el Se evocan en ella otro tiempo y
juego siempre nuevo y fogoso, en
diferentes dimensiones, pero todas
apuntan a la expresión del ser hu-
mano a través de un solo lenguaje
humano y universal.

En las búsquedas del artista,


un lugar de gran interés ocupa-
ba, igual­mente, el arte abstracto.
En Colombia: “Pertenecientes al
grupo de los nacidos en la década
de 1940, se encuentra un conjun-
to de artistas que, basados en las
experiencias de sus predeceso-
res, realizaron aportes abstractos”
(Villegas, 2001: 2008). Es com-
prensible que Hernández, quien
es de esta década, compartiera las
inquietudes de los pintores refe-
ridos a esta tendencia como Hugo
Zapata, Luis Fernando Peláez,
John Castles, Consuelo Gómez,
Carlos Salazar, José Antonio Suá-
rez, Ronny Vayda, Bibiana Vélez
o el mismo Manolo Vellojín. Cier-
tamente, la obra de los artistas
mencionados abraza con mayor
fuerza los propósitos colectivos,
pero no se pueden negar las ex-
ploraciones de José del Carmen
Hernández.
Bogotá dentro, Bogotá fuera (fragmento), mural, 7 x 3 m, acrílico sobre madera, 1973

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Nómadas 41 | octubre de 2014 | universidad central | colombia

tras, frente a los cuales se mide


siempre la práctica corriente. Sin
esa presión para superarse y esos
estándares de distinción manteni-
dos con tanto celo, la vanguardia
nunca habría podido encontrar
un punto de apoyo firme en nin-
guna de las artes populares. Tras
varias décadas en las que la teoría
crítica ha exaltado el concepto de
diferencia, se ha producido una
contratendencia igual y poco afor-
tunada a eliminar las distinciones
y postular la cultura como un con-
junto indiferenciado de elementos
de un menú. Ningún buen artista,
en ningún ámbito, puede permi-
tirse este error (Crow, 2002: 8).

El pensamiento crítico no sola-


mente es el cuestionamiento o, peor,
la negación, sino que promueve la
construcción afirmativa de acuer-
do con los criterios. Apoyemos este
planteamiento con la aseveración de
Autorretrato en el tren de Italia, 1980 otro renombrado teórico del arte,
Brian Wallis:
otro espacio que los del arte figu- En la cultura contemporánea,
rativo. La Abstracción permitió con frecuencia, los intelectuales se En palabras de Roland Barthes,
transportar en la pintura un sen- sometieron al dictamen del relati- “las representaciones son for-
timiento cósmico del espacio y vismo y renunciaron a la búsqueda maciones, pero también son de-
del tiempo, en su unidad y su ex- de la verdad. No obstante, la moda formaciones”. Si se considera en
tensión infinita (Brion, 1956: 13). también provocó las reacciones que términos sociales, la representa-
denuncian estos abusos. Uno de los ción atiende a los intereses del
La abstracción puede ser, igual- reconocidos críticos e historiadores poder. Consciente o inconscien-
mente, interpretada desde el punto norteamericanos consignó: temente, todas las formas insti-
de vista metafísico. Reconocido es tucionalizadas de representación
también su intento de romper con El juicio crítico no es un hecho certifican las correspondientes
la discursividad y la anécdota en la arrogado injustamente por una instituciones de poder. Los anun-
pintura, y separarla de la realidad. elite limitada que sólo se contem- cios, por ejemplo, trazan de-
pla a sí misma, sino algo ejercido, terminadas mitologías o ideales
Sin embargo, el peligro de romper la mayoría de las veces de forma estereotipados acerca de la buena
el contacto con la realidad puede despiadada, por aquellos traba- vida. Y si bien nadie negaría que
también conducir a la negación de jadores que diseñan lo último en los anuncios personifican inten-
la continuidad de la tradición oc- materia de seducción visual, que cionadamente las proyecciones
cidental que reconocía la mimesis tocan machaconamente los ritmos ideológicas de la clase cuyos in-
como el fundamento del arte y que más nuevos, que hacen más in- tereses perpetúan, la cuestión es
le permitió enlazar la ética con la tensa y vívida la maquinaria de la que toda representación cultural
estética, refiriéndose a los valores distracción. Ellos tienen en men- funciona de esta manera, incluso
como el bien, la verdad, considera- te sus propios cánones de lo que las representaciones de género,
dos como los pilares de la belleza. son los genios y las obras maes- clase y raza. Estas designaciones

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bogdan piotrowski | el arte es vida y la vida es arte: la pintura de josé del carmen hernández

son inevitablemente jerárquicas (Estrada, 1988: 700). Según el maestro hombros y 6 hijos de la mano.
en la medida en que privilegian Hernández, el arte se empobrece si se Bajo los frondosos árboles de Co-
un elemento en vez de otro (Wa- vuelve autorreferencial. El arte debe lombia.
llis, 2001: XIII). servir al hombre y al bien. Para salvar con su coraje la próxi-
ma generación.
A pesar de múltiples tentaciones,
también del dinero o del poder, el Consideraciones finales Hoy, a mis 67 años, me considero un
arte trata de defender su verdade- trotamundo, he andado el mundo,
ro objetivo que es humanizar más Hoy, en el 2014, José del Carmen soy un nómade feliz de haber hecho
la realidad en que vivimos. Esta es Hernández sigue indagando acerca lo que me place y, seguramente, el
también la aspiración de José del de su creación y la realidad que vive. rastro de mi obra pueda servir como
Carmen Hernández. Él sigue an- La espiral de la vida vuelve a reto- escalón para motivar a otros a sentir
helando cultivar el arte como la mar las cuestiones de antes, aunque placer por la vida y disfrutarla como
esperanza para el hombre. con otra propiedad, con otra intensi- una única oportunidad.
dad y con distinto nivel:
El arte exige del artista una per- La proyección de sus experien-
manente elección de los valores, no A mis 67 años de nómade ya no cias de la vida, llena de poesía, con
solamente estéticos, sino de todo oigo a la abuela decir... profundas reflexiones y con prolon-
tipo: éticos, existenciales, familiares, A veces desconcertado de que aún gada sonrisa socarrona se refleja en
comunitarios, sociales, científicos, eco- hoy votamos. su arte. El maestro Hernández no
nómicos, culturales, ecológicos… José De que si la paz debe hacerse o no. esconde su desconcierto, pero se
del Carmen opta por la belleza. Está De que mi generación pasó bajo deja dominar por la esperanza que
consciente de que como “valor estéti- las violencias de diferente nombre. constituye el eje de su creación.
co negativo, lo feo puede constituirse Con la certeza de que en algún rin-
en fuerza destructora del mundo ima- cón del país alguna abuela cargará
ginativo del arte. La fealdad sería algo de nuevo sus polluelos. Página web del artista:
así como una iconoclastia de la ilusión” Un “paquete de 5 meses” sobre sus www.josedelc.com

Notas REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1 Las citas de josé del Carmen Her-  1. BANCO de la República, 1979, Catálo-  7. GAY, Peter, 2007, Modernidad, Bar-
nández no referenciadas correspon- go de la exhibición individual: “Lo mis- celona, Paidós.
den a la entrevista realizada por el mo es hoy/José del Carmen Hernández
 8. GIL, Francisco, 1988, Introducción
autor el 6 de agosto del 2014. Riveros”, realizada en la Biblioteca Luis
al arte, Bogotá, Plaza y Janés.
2 Kandinsky es considerado univer- Ángel Arango, Bogotá, abril 18 a mayo 6.
 9. GUASCH, Ana (ed.), 2000, Los ma-
salmente como el primer pintor de  2. BRION, Marcel, 1956, L’Abstraction,
nifiestos del arte postmoderno, Ma-
una obra abstracta (su acuarela de París, Éditions Aimery Somogy.
drid, Akal.
1910). Lo siguieron Kupka y Malévich
 3. COBO, Juan, 2002, Mis pintores, Bo-
(1913), y Mondrian encabezó en 1917  10. MARINA, José, 1994, Teoría de la in-
gotá, Villegas.
el grupo Stijl. Sin embargo, mencio- teligencia creadora, Barcelona, Ana-
nemos, como precursores, al lituano  4. CROW, Thomas, 2002, El arte mo- grama.
Mikalojus Konstantinas Ciurlionis derno en la cultura de lo cotidiano,
 11. VILLEGAS, Benjamín, 2001, Arte
(1904) y a Francis Picabia y su famoso Madrid, Akal.
colombiano, 3.500 años, Bogotá, Vi-
Caoutchouc de 1909.  5. ELGER, Dietmar et ál., 2011, Arte llegas.
moderno, Koeln, Taschen.
 12. WALLIS, Brian, 2001, Arte después
 6. ESTRADA, David, 1988, Estética, de la modernidad, Madrid, Akal.
Barcelona, Herder.

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