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CAJA DE VELOCIDADES

Los motores de combustión interna funcionan a altas velocidades, por lo que los
distintos engranajes del cambio son necesarios para transmitir el par motor a las
ruedas motrices, que giran mucho más lentamente.
La caja de cambios de un vehículo ofrece una selección de marchas para
diferentes situaciones: arrancar en llano o en pendiente, subir una colina, circular a
velocidad de crucero.
funcionamiento

La palanca de cambios es accionada por el conductor y se encuentra conectada a


una serie de barras de selector, en la parte superior o lateral de la caja de
cambios. Las barras yacen en paralelo con los ejes que llevan los diferentes
piñones.

El diseño más normal es la caja de cambios de engranaje constante. Ésta cuenta


con tres ejes: el eje de entrada, el eje intermedio y el eje principal.

El motor acciona al eje de entrada, el cual impulsa al eje intermedio. El eje


intermedio gira los engranajes en el eje principal, aunque éstos giran libremente
hasta que se bloquean por medio del dispositivo sincronizador, que está calzado al
eje.
Procedimiento para realizar los cambios

El dispositivo sincronizador es el que realmente acciona el conductor, a través de


una barra selectora con una horquilla que mueve el sincronizador para engranar la
marcha.

El anillo sincronizador, un dispositivo de retardo, es el 'refinamiento' final en la caja


de cambios. Evita el acople de un cambio hasta que las velocidades del eje se
sincronizan.

En algunos automóviles se incluye un cambio adicional, llamado overdrive. Es


más alto que el cambio superior, por lo que de esta manera brinda una conducción
más económica.

“Cómo es la relación de los cambios”

neutral

Todos los engranajes, excepto los necesarios para la marcha atrás, están
constantemente engranando. Los engranajes en el eje de salida giran libremente a
su alrededor, mientras que aquellos en el eje intermedio están fijos. No hay
transmisión.

Primera

En primera, el engranaje más pequeño en el eje intermedio (con la menor cantidad


de dientes) se bloquea, pasando la transmisión a través del engranaje más grande
en el eje principal, y dando un alto par motor y una baja velocidad para un
arranque desde parado, en llano o en pendiente.

Segunda

En segunda, la diferencia de diámetro de los engranajes en los dos ejes se


reduce, lo que se traduce en un aumento de velocidad y en un menor incremento
del par motor. La proporción es ideal para subir pendientes muy empinadas,
circular a baja velocidad o detenerse (aunque al frenar totalmente las ruedas haya
que poner punto muerto para que el motor no se cale).
Tercera

En tercera, un engranaje todavía más grande en el eje intermedio aumenta la


velocidad aún más, aunque reduce el incremento del par motor. La tercera
velocidad proporciona agilidad conduciendo en la ciudad a velocidades que
rondan las máximas permitidas en esos tramos.

Cuarta

En cuarta (aquí es la última velocidad, con lo que es la más larga), el eje de


entrada y el eje principal se traban juntos, ofreciendo una 'transmisión directa': una
revolución del eje de propulsión para cada revolución del cigüeñal. No hay un
aumento en el par motor.

reversa

Para accionar la marcha atrás, un piñón se interpone entre los engranajes de los
dos ejes, haciendo que el eje principal cambie al sentido contrario. Generalmente,
esta marcha no está sincronizada.

Los distintos tipos de cajas de cambio automáticas

 Doble embrague

El cambio automático de doble embrague es una de las soluciones por las que
más apuestan los fabricantes. De entre las marcas más populares, destaca el
DSG de Volkswagen, aunque también firmas como BMW, Mercedes, Alfa
Romeo, Kia o Hyundaitienen buenos argumentos en este sentido. Por no hablar
de Porsche con su PDK, claro. En todos los casos se trata de un sistema que
combina dos cajas de cambio que funcionan a la vez, una de ellas para las
marchas pares y otra para las impares. De esta manera, la siguiente marcha a
engranar en función de si estamos acelerando o decelerando, siempre estará
preparada, mejorando la velocidad de reacción del sistema.

Entre las ventajas de este sistema encontramos la suavidad y la fluidez del mismo,
además de un consumo energético bajo, el poco espacio que ocupa y su ligereza.
En su contra se puede hablar de una fiabilidad algo menor que la de otros
sistemas más convencionales y un precio por encima de la media.
 Cambio robotizado

Estamos ante la alternativa más económica en lo que a cambios automáticos se


refiere, ya que se trata de una tecnología a la que se añade un embrague
electrónico a una caja de cambios manual. Este embrague es gestionado por la
centralita. Han apostado por esta
variante marcas como Citröen, Peugeot, Renault,
Fiat, Suzuki, Toyota, Opel o Dacia, entre otras.

Se trata de una solución tan compacta como ligera, que además consume poca
energía. De hecho, hay quien apunta que es la mejor para aquellos quienes
solamente se preocupen de que el embrague de su coche pase a mejor vida. En
su contra podemos decir que los cambios de marcha son algo más bruscos que en
los otros sistemas, además de observarse un ahorro de combustible que no es el
óptimo.

 Cambio automático por convertidor de par

En un cambio automático por convertidor de par -la referencia en este sentido es


BMW, que ha logrado con el suyo un comportamiento brillante-, todas las marchas
están permanentemente engranadas, disponiendo de su propio embrague. El
motor es el que se conecta a una caja mediante un convertidor hidrodinámico de
par. Este dispositivo transmite el giro del motor a los ejes a través de una turbina,
la cual está bañada en aceite. Además la marca alemana, también utilizan este
sistema otras como Mazda, Mercedes, Volvo o Peugeot.

Una de las principales ventajas de este sistema es su suavidad, que va unida a


una fiabilidad a prueba de bombas. En su contra tiene el precio, ya que suele ser
el más caro de todos.

 CVT

En un cambio automático CVT -es el que usa Toyota en sus modelos híbridos, por
ejemplo- nos encontramos con un sistema de poleas de diámetro variable que
sustituye a los tradicionales piñones. De esta manera no se producen cambios de
marcha como tal, sino que el sistema se va ajustando a las necesidades de la
conducción. Últimamente, eso sí, algunos fabricantes incluyen levas tras el volante
para hacer creer al conductor que puede gestionar los cambios de marcha, algo
que si te fijas con detalle realmente no sucede.

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