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La guerra fría

Al período entre los 45 años entre la explosión de las bombas atómicas y el fin de la URSS se lo
denomino Guerra Fría.

EEUU y Rusia aparentaban tener la voluntad de entrar en combate. El mundo temía una 3° GM.
Ambos países tenían miedo a la destrucción mutua asegurada MAD.

Pese a la retorica apocalíptica entre ambos bandos, ambos gobiernos aceptaron el reparto
global de fuerzas establecido al final de la 2° GM. Rusia dominaba el mundo comunista y EEUU el resto
capitalista, además del hemisferio occidental y océanos.

Se preveía el fin de los antiguos imperios coloniales, aunque la orientación de los nuevos
estados no estaba nada clara. Esta fue la zona en que las dos superpotencias siguieron compitiendo, y
por lo tanto, fue la de mayor fricción entre ambas, donde más probables resultaban los conflictos
armados. Fue quedando claro que la mayoría de los nuevos Estados no eran comunistas sino
anticomunistas. El bando comunista no presentaba síntomas de expansión significativas.

La situación mundial se hizo razonablemente estable después de la guerra y siguió siéndolo


hasta los ‘70 cuando el sistema internacional entro en periodo de crisis política y económica.

La guerra fría no era un enfrentamiento en que las decisiones fundamentales las tomaban los
gobiernos, sino la rivalidad entre distintos servicios secretos. El fruto más característico de la tensión
internacional eran las novelas de espionaje y asesinatos encubiertos.

En 1949 los comunistas se hicieron con el poder en China que se involucró en una gran guerra
con corea. Ambos gobiernos estaban dispuestos a luchar y sobrevivir a un holocausto nuclear.

La URSS se hizo de armas nucleares y ambas superpotencias dejaron de usar la guerra como
arma política. Ninguna pensaba explotar algo.

II

La guerra fría se basaba en la creencia occidental de que la era de las catástrofes no se había
acabado. La mayoría de los observadores esperaba una crisis económica de posguerra. El sistema
internacional de antes de la guerra se había hundido, dejando a EEUU ante una URSS enormemente
fortalecida.

En 1947 la URSS no era ni expansionista ni contaba con extender el comunismo. Es más, después
de la guerra se encontraba en ruinas con una economía civil hecha trizas y un gobierno que desconfiaba
de una población, gran parte de la cual, fuera de Rusia había mostrado una clara y comprensible falta de
adhesión al régimen. La URSS necesitaba toda la ayuda económica posible y por lo tanto no tenía ningún
interés de enemistarse con la única potencia que podía proporcionársela.
La única estrategia para defender y explotar su nueva posición de gran, aunque frágil potencia
internacional, era la intransigencia: no estaban dispuestos a retirarse de las zonas de control del ejército
rojo.

El gobierno soviético, aunque también satanizara a su antagonista no tenia que preocuparse por
ganarse los votos de los congresistas o de las elecciones presidenciales o legislativas, al contrario del
gobierno de EE UU, para quien conseguir ambos objetivos, el anticomunismo apocalíptico resultaba útil.
Un enemigo exterior que amenazase a los Estados Unidos les resultaba práctico a los gobiernos
norteamericanos que seguían viendo el aislacionismo o un proteccionismo defensivo como sus mayores
obstáculos internos. Al mismo tiempo, la exigencia esquizoide por parte de políticos necesitados de
votos, de que se instrumentara una política que hiciera retroceder la agresión comunista y a la vez
ahorrase dinero y perturbase lo menos posible la tranquilidad de los norteamericanos, comprometió a
Washington y a sus aliados, no solo a una estrategia de bombas atómicas, sino a la de las represalias
masivas anunciadas en 1954. Ambos bandos se vieron envueltos en una loca carrera armamentista que
llevaba a la destrucción mutua loco. La masa creciente de hombres y recursos dedicados a la
preparación de la guerra se calificó de “complejo militar industrial”.

El tono apocalíptico de la guerra fría provino de los Estados Unidos. La cuestión no era la
amenaza teórica de la dominación mundial comunista, sino el mantenimiento de la supremacía real de
los EE UU.

Sobresaltados por la victoria comunista en China, los EE UU y sus aliados (Naciones Unidas)
intervinieron en Corea en 1950, para impedir que el régimen comunista del norte de ese país dividido se
extendiera al sur. El resultado fue empate. Volvieron a hacer lo mismo en Vietnam y perdieron.

Las consecuencias políticas de la guerra fría polarizó de inmediato el mundo en dos bandos. Los
gobiernos de unidad nacional antifascista europeos se escindieron en regímenes pro y anticomunistas.
En occidente los comunistas desaparecieron de los gobiernos para convertirse en patrias políticos
permanentes. EE UU estaba lista para la intervención militar en caso de victoria comunista en Italia en
1948. La URSS crea la Internacional Comunista (Cominform) pero se disolvió en 1956.

Los efectos de la guerra fría sobre la política internacional europea fueron más notables que
sobre la política interna continental: la guerra fría creó la Comunidad Europea con todos sus problemas.
La CE era un organismo permanente para integrar las economías y en cierta medida los sistemas legales
de una serie de estados-nación independientes.

Tras la muerte de Stalin en el 53, hubo una disminución de la tensión. Kruschev lo sucedió y
domino la escena internacional en los siguientes años. Kennedy llega al poder de EE UU en el 60 y las
dos superpotencias estaban dirigidas por dos amantes del riesgo en una época en que el mundo
occidental capitalista creía estar perdiendo ventaja sobre las economías comunistas que habían crecido
más deprisa que las suyas en los 50. Además, el comunismo triunfó en cuba. El resultado de esta fase de
amenazas mutuas y de apurar los limites fue la relativa estabilización del sistema internacional y el
acuerdo tácito por partes de ambas superpotencias de no asustarse mutuamente ni de asustar al resto
del mundo cuyo símbolo fue el “teléfono rojo” (1963) que conectó la casa blanca con Kremlin. (Que no
tiene nada que ver con los gremlin). El muro de Berlin en el 61 cerro la ultima frontera indefinida entre
el este y el oeste.

Los Estados Unidos aceptaron tener a la Cuba comunista a su puerta.

A mediados de los 70 el mundo entró en lo que se ha denominado la segunda guerra fría, que
coincidió con importantes cambios en la economía mundial. En estos años se dieron pasos significativos
hacia el control y la limitación del armamento nuclear. Y lo que hace mas al caso, el comercio entre los
EE UU y la URSS, estrangulado durante tanto tiempo, empezó a florecer.

Ambas potencias estaban satisfechas con la solidez de sus respectivas economías. Leónidas
Brezhnev, sucesor de Kruschev se sentía optimista porque la crisis del petróleo del 73 cuadruplicaba el
valor internacional a precios de mercado de los gigantescos yacimientos de petróleo y gas natural
descubiertos recientemente en la URSS.

Dos acontecimientos desequilibraron las superpotencias: Vietnam desmoralizó y dividió a EEUU,


destruyó al presidente norteamericano y demostró el aislamiento de EEUU. También demostró la falta
de apoyo de los aliados europeos. Luego la guerra de Yom kippur en el 73 entre Israel (ayudado por
EEUU) y Egipto y Siria lo puso todavía más de manifiesto. Entre el 74 y 79 surgió una nueva ola de
revoluciones en el mundo. La coincidencia de estas con el fracaso de EEUU en esas guerras, engendró la
2° guerra fría.

Brezhnev casi se funde por invertir en armamento. Sin embargo, el poderío norteamericano
seguía siendo mayor.

Reagan asume en el 80 y quiso demostrar la supremacía de EEUU con ofensivas militares contra
blancos fáciles (Granada, Libia y Panamá), pero el pueblo solo se tranquilizó luego de la caída de la URSS.
La guerra fría acabó cuando ambas superpotencias reconocieron lo absurdo de la carrera armamentista.

Los que precipitó la caída del socialismo fue la combinación de los efectos económicos de ésta y
la invasión acelerada de la economía por el capitalismo. La interacción de ambas economías
vulnerabilizó al socialismo.

La guerra fría cambió la escena internacional en tres sentidos:

1 – Había eliminado las rivalidades y conflictos que configuraron la política mundial antes de la
2° GM.

2 – Congeló la situación internacional y había estabilizado lo que era un estado de las cosas
provisional y por fijar.
3 – Llenó al mundo de armas hasta un punto que cuesta creer.

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