SDA:SSC 17 de abril de 2020

A LOS HERMANOS MAYORES DE LA CONGREGACIÓN

Asunto: Carta de ánimo de parte de la sucursal

Queridos hermanos:

Valoramos mucho a hermanos como vosotros que estáis sirviendo fielmente a Jehová, en algunos
casos por décadas. Sin lugar a dudas sois ejemplos de fe en la actualidad. Detrás de cada uno de vosotros
hay no solo años de vida, sino de fiel servicio a Jehová y de confianza plena en él. Muchos de vosotros le
habéis dado vuestros mejores años y, con toda seguridad, él debe sentirse muy feliz por vuestra lealtad (Ecl.
12:1). Merecéis todo nuestro encomio, ya que durante vuestra vejez seguís siendo una fuente de ánimo para
los más jóvenes.

Vuestro ejemplo nos hace recordar la descripción de siervos de Dios, ya envejecidos, que se hace en
el Salmo 92:14, donde leemos: “Hasta en su vejez seguirán prosperando, se mantendrán fuertes y llenos de
vida”. Sabemos que así es en vuestro caso: aunque vuestras fuerzas físicas hayan mermado a causa de la
vejez, en sentido espiritual os mantenéis “fuertes y llenos de vida”. Continuáis sirviendo a Jehová con más
confianza que nunca en su poder salvador y determinados a perseverar hasta el fin. Y no es de extrañar, ya
que es el resultado de un largo historial de fiel servicio y de haber visto muchas veces en vuestra vida su
cariño, protección y amor leal (Sal. 18:25).

Quizás en estos momentos de incertidumbre mundial hayan llegado nuevas “plagas” a vuestra vida,
añadidas a los achaques de la vejez. En algunos casos, quizás os asalten inquietudes, como quién cuidará de
vosotros o cómo vais a satisfacer vuestras necesidades económicas o de otro tipo. O puede que tengáis
sentimientos de soledad por no contar con familiares que compartan vuestra fe, o por estar en una residencia
(2 Cron. 6:29). Queridos hermanos mayores, tened presente cuán valiosos sois a los ojos de Jehová, quién
siempre os ‘apoyará’ por vuestra integridad y lealtad (Sal. 37:25; 41:12; Is. 49:15; 58:1; Heb. 6:10). Vuestro
ejemplo nos trae a la memoria al profeta Daniel, a quien hasta en dos ocasiones el ángel de Jehová le
confirmó que era un “hombre muy valioso” (Dan. 9:23; 10:19). Una de estas ocasiones fue al final de su
vida, reafirmándole así el amor que Jehová le tenía. Con toda seguridad, ese debe ser el sentir de Jehová
cuando recuerda vuestra trayectoria espiritual y el amor que le habéis demostrado.

Esperamos disfrutar pronto de las ricas bendiciones que nos esperan bajo el Reino de Dios, cuando
Jehová abra su mano y nos sacie de “cosas buenas” (Sal. 104:28). ¡Y qué bonito será disfrutar en ese entorno
edénico de la amistad y de largas conversaciones sobre Jehová con nuestros hermanos que se han mantenido
leales hasta el fin!

Recibid nuestro amor cristiano y cariño fraternal.

Vuestros hermanos,

Confesión Religiosa Inscrita