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El Registro no podrá dejar sin efecto el asiento de cancelación por presunción de extinción
por prolongada inactividad, extendido antes de la vigencia de la Ley Nº 27673.
Las solicitudes de inscripción que no tuvieron acogida registral no enervaban los efectos de
la presunción de extinción por prolongada inactividad a que se refería la Décima Disposición
Transitoria de la Ley General de Sociedades.
Se ha interpuesto apelación contra la tacha formulada por la Registradora Pública del
Registro de Sociedades de Lima, Dra. Ana Mercedes Ordóñez Huatuco, quien denegó la
inscripción por las siguientes consideraciones:
Se tacha el presente título de conformidad con lo dispuesto por el artículo 42 del
Reglamento del Registro de Sociedades, toda vez que a la fecha la partida registral de la
sociedad se encuentra cancelada, no pudiéndose efectuar ninguna inscripción en la misma. De
conformidad con lo dispuesto en la Resolución del Superintendente Nacional de los Registros
Públicos Nº 211-2001-SUNARP/SN en su artículo 1. En las partidas registrales de las
sociedades que no hubieran inscrito ningún acto con posterioridad al 31/12/86 y siempre que
no se haya inscrito su cancelación podrá solicitarse la inscripción de cualquier acto inscribible,
incluyendo la adecuación del pacto social y estatuto a la Ley General de Sociedades hasta el
31 de diciembre de 2001.
El apelante señala que el cierre de la partida se efectuó al amparo de la Directiva Nº 012-
2000-SUNARP/SN que estableció plazos para presumir la extinción de toda sociedad que no
ha inscrito acto en los últimos diez años precedentes a la publicación de la Ley General de
Sociedades, a menos que se realizara un pedido de no aplicación de esta presunción y la
correspondiente publicación de un aviso en ese sentido.
Indica que a la fecha en que se dispuso el cierre de la partida registral, la empresa había
presentado los títulos 109104 del 16/06/2000 y 136257 del 01/08/2000, los que si bien no
fueron inscritos cumplieron con la misma finalidad de la solicitud y el aviso a que se hace
referencia [en] la Directiva Nº 012-2000-SUNARP/SN, esto es, publicitar la existencia y vigencia
de la sociedad, por lo que mal hizo el Registrador en disponer el cierre de la partida Nº
01047361.
Interviniendo como Vocal ponente la Dra. Nora Mariella Aldana Durán, las cuestiones a
determinar son las siguientes:
1. Si las solicitudes de inscripción que no tuvieron acogida registral enervaban la
presunción de extinción por prolongada inactividad a que hacía referencia la Décima
Disposición Transitoria de la Ley General de Sociedades.
2. Si a raíz de la dación de la Ley Nº 27673, procede dejar sin efecto el asiento de
cancelación por presunción de extinción por prolongada inactividad que se hubiera extendido.
VI. ANÁLISIS
No obstante cualquier socio, administrador o acreedor de la sociedad puede solicitar que
no se aplique la presunción, para lo cual, dentro de los treinta días de publicada la relación a
que se refiera la siguiente Disposición Transitoria, debe presentar una solicitud a la
correspondiente oficina registral y publicar un aviso según lo establecido en el artículo 43 (...)”.
La Décima Primera Disposición Transitoria estableció que para efecto de lo dispuesto en
las Disposiciones Transitorias Novena y Décima, la SUNARP publicaría las relaciones de las
sociedades que están incursas en dicha presunción. Vencidos los plazos señalados, la
respectiva oficina Registral procedería a cancelar de oficio la inscripción de las sociedades
extinguidas respecto de las cuales no se haya presentado solicitud de no aplicación de la
presunción.
Es ese sentido, no resulta exacta la afirmación del apelante en el sentido que la solicitud
de inscripción de diversos actos no ha llegado a acceder al Registro –títulos tachados–,
enervaban la presunción de extinción.
7. En ese contexto, los efectos jurídicos sustanciales de una inscripción reconocidos por
el derecho, no pueden ser enervados administrativamente, pues de conformidad con el artículo
2013 del Código Civil, que consagra el principio de legitimación, el contenido de la inscripción
se presume cierto y produce todos sus efectos, mientras no se rectifique o se declare
judicialmente su invalidez, recogido también en el artículo 90 del Reglamento General de los
Registros Públicos; siendo entonces solo el Poder Judicial el órgano facultado para declarar la
nulidad de una inscripción.
Sin embargo, siempre que la sociedad cumpla con adecuar su pacto social y estatuto a la
ley:
- Con posterioridad al 31-12-2001 y sin haberse fijado una fecha límite para ello.
10. Resulta entonces que las sociedades, a raíz de la dación de la Ley Nº 27673, no
tienen una fecha límite para adecuar su pacto social y estatuto a la Ley General de Sociedades.
Pueden realizar la adecuación en cualquier momento, y siempre que cumplan con realizar la
adecuación, no serán consideradas irregulares ni les será aplicable la presunción de extinción
por prolongada inactividad.
11. Ahora bien, dado que las sociedades, a raíz de la Ley Nº 27673, podrán realizar la
adecuación en cualquier momento, el Registro no podrá cancelar las partidas registrales de las
sociedades que no hayan realizado ninguna inscripción con posterioridad al 31/12/86, pues no
podría aplicarse la presunción de extinción por prolongada inactividad mientras las sociedades
tengan la posibilidad de adecuarse a la ley y con ello, evitar la aplicación de la presunción de
extinción.
12. Sin embargo, la Ley Nº 27673 no contiene disposición alguna relativa a las
sociedades respecto a las que –antes de la dación de la ley–, el Registro ya había aplicado la
presunción de extinción por prolongada inactividad, y en consecuencia, había procedido a la
cancelación de la partida registral.
13. En este caso, el Registrador canceló la partida registral de la sociedad CÉSAR LAMA
CONSULTORES ASOCIADOS S.R.L., el 3 de mayo de 2001. Esto es, la cancelación de la
partida se realizó durante la vigencia de la Directiva 012-2000-SUNARP/SN, aprobada
mediante Res. 233-2000-SUNARP/SN del 11/11/2000.
14. Sin embargo, la Ley Nº 27673 no dispone que queda sin efecto la cancelación de las
partidas registrales de las sociedades cuyas partidas hubieran sido canceladas. Así, dicha ley
no dispuesto(sic) que al adecuar la sociedad su pacto social y estatuto quedará sin efecto la
presunción de extinción, sino que en tal caso no será aplicable la presunción de extinción.
15. En ese sentido, también se ha pronunciado esta instancia en la resolución Nº 598-
2001-ORLC/TR del 27 de diciembre de 2001 y 281-2002-ORLC/TR del 07 de junio de 2002.
16. Asimismo, de lo glosado en los numerales precedentes se advierte que los actos a
inscribir contienen defectos insubsanables, debido a que se presentan obstáculos insalvables
que emanan de la partida registral, por lo que resultó procedente que el Registrador tachara el
título en aplicación de los dispuesto por el artículo 42 del Reglamento General de los Registros
Públicos.
VII. RESOLUCIÓN
Regístrese y comuníquese
Dra. Nora Mariella Aldana Durán, Presidenta de la Tercera Sala del Tribunal Registral
Dra. Gloria Salvatierra Valdivia, Vocal del Tribunal Registral
Dr. Luis Alberto Aliaga Huaripata, Vocal del Tribunal Registral
I. INTRODUCCIÓN
En el caso que nos ocupa, se trata de una resolución del Tribunal que resuelve una
apelación interpuesta contra una tacha formulada por la Registradora Pública del Registro de
Sociedades de Lima, quien denegó la inscripción del título N° 51453 del 18 de marzo de 2002
constituido por una escritura pública de transferencia de participaciones, aumento de capital,
modificación del estatuto, adecuación a la Ley Nº 26887 y nombramiento de gerente de la
sociedad César Lama Consultores Asociados S.R.L., en razón a que, en la fecha en que se
ingresó el título, ya se había cerrado la partida registral de dicha sociedad, por haberse
aplicado la presunción de la extinción por prolongada inactividad, en aplicación de lo dispuesto
por la Décima Disposición Transitoria de la Ley General de Sociedades N° 26887, en adelante
simplemente LGS.
La resolución del Tribunal Registral confirma la tacha formulada por la Registradora Pública
del Registro de Personas Jurídicas de Lima, motivándose esta conforme resumimos en el
punto siguiente.
II. FUNDAMENTOS DEL TRIBUNAL REGISTRAL
La vocal ponente, de manera muy pertinente, plantea dos cuestiones a determinar, que
resultan ser fundamentales para el análisis del recurso de apelación, la primera de ellas relativa
a si la sola existencia de solicitudes que no tuvieron acogida registral, enervaban la aplicación
de la presunción de extinción por prolongada inactividad, y la segunda, relativa a si como
consecuencia de la dación de la Ley Nº 27673, que comentaremos más adelante, procede
dejar sin efecto el asiento de cancelación, es decir, dejar sin efecto el cierre de la partida.
Es importante señalar, que el Tribunal tuvo en cuenta que la cancelación de la partida se
realizó el 3 de mayo de 2001, es decir, cuando se encontraba vigente la Resolución N° 233-
2000/SUNARP/SN del 15 de noviembre del año 2000, mediante la cual se aprobó la Directiva
N° 012-2000/SUNARP, la que dispuso que el plazo de treinta días a que hace referencia la
Décima Disposición Transitoria de la LGS, para oponerse a la aplicación de la presunción, se
computaba a partir del día siguiente del 4 de diciembre del año 2000, fecha de la publicación
del listado de las sociedades dentro de las cuales estaba la sociedad apelante, publicación que
se hizo en cumplimiento de lo establecido en la Décima Primera Disposición Transitoria. Dicho
plazo para oponerse venció el 5 de enero de 2001, habiéndose producido la cancelación de la
partida, el 3 de mayo de 2001.
Asimismo, es pertinente destacar que para el Tribunal, no resulta exacta la afirmación del
apelante, en el sentido de que la simple presentación de solicitudes de inscripción enervaban la
presunción de extinción, y también apreció que con posterioridad al 31 de diciembre de 1986,
en la partida registral del apelante, no solamente no se había inscrito ningún título, sino que
tampoco se hizo uso del derecho a solicitar la no aplicación de la presunción de extinción,
conforme lo permite la Décima Disposición Transitoria, razón por la cual procedió a cancelar la
partida registral el 3 de mayo de 2001.
A los efectos del presente análisis, interesa sobremanera citar textualmente la mencionada
norma, la cual es la siguiente:
“Se presume la extinción de toda sociedad mercantil o civil que no ha inscrito acto
societario alguno en los diez años precedentes a la publicación de esta ley. El registro
cancelará la inscripción. No obstante cualquier socio, administrador o acreedor de la sociedad
puede solicitar que no se aplique la presunción, para lo cual dentro de los treinta días de
publicada la relación a que se refiere la siguiente disposición transitoria, debe presentar una
solicitud a la correspondiente oficina registral y publicar un aviso según lo establecido en el
artículo 43. Si hubiera oposición a la solicitud, esta se tramitará en el proceso abreviado, y la
resolución del juez determinará si procede aplicar la presunción.
Para el doctor Enrique Elías Laroza(2), si bien el inciso 3 del artículo 407 establece como
causal de disolución de una sociedad la “prolongada inactividad” de su junta general, en dicha
norma no se le da contenido concreto a este último concepto, por lo que es muy probable que
esta inactividad continúe indefinidamente, razón por la cual –en su opinión– la Décima
Disposición Transitoria tuvo como finalidad hacer una depuración en los Registros Públicos y
eliminar aquellas que no se encuentren en actividad, aplicando la presunción de prolongada
inactividad. Pero lo más interesante de su opinión es que de operar dicha presunción, la
sociedad se considera extinguida y el registro cancela de oficio su inscripción, lo que no
perjudica los derechos que puedan tener los socios o terceros acreedores contra la sociedad,
con lo cual los bienes de la sociedad siguen respaldando sus obligaciones. Para Elías, ello
produce una situación particular que asemeja la extinción de la persona jurídica a la muerte de
una persona natural, en razón de que la extinción contemplada en esta disposición puede
darse incluso cuando la sociedad tiene aún bienes en su activo, lo que junto con sus deudas
pasan a formar una masa indivisa similar a la masa hereditaria de las personas naturales. Es
una situación particular –agrega– toda vez que la extinción de una sociedad dentro del marco
legal de la LGS, implica un proceso que abarca tres fases, la fase de la disolución, la
liquidación propiamente dicha, y la fase de la extinción, proceso que no se da en estos casos.
Por su parte, Ricardo Beaumont Callirgos(3), señala que la Décima Disposición Transitoria,
es una norma de singular trascendencia, y es posible que jamás haya habido una de
significación similar, ya que cancelar las inscripciones es hacer una depuración exhaustiva de
orden societario-registral. Para Beaumont, a partir de 1998 y gracias a esta norma, el Perú
debía tener un registro de sociedades vigentes “vivas”, con mayor o menor grado de actividad
económica.
Como se sabe, la ley entró en vigencia el 1 de enero de 1998, razón por la cual entendemos
que el cómputo de plazo de diez años no se inicia con la publicación de la ley, es decir el 9 de
diciembre de 1997, sino con la entrada en vigencia de la misma, es decir el 1 de enero de
1998.
Si bien la Décimo Primera Disposición Transitoria señaló que la Sunarp publicará dicha
relación dentro de los sesenta días, en la práctica la misma recién se hizo en separatas
especiales los días 5 de octubre, 6 de noviembre y 4 de diciembre de 2000, encontrándose en
esta última publicación, la sociedad apelante.
Como bien lo advierte el Tribunal Registral, esta ley, a diferencia de las anteriores, no
prorroga el plazo para adecuarse a la Ley Nº 26887, ni tampoco deja expresamente sin efecto,
las consecuencias de la no adecuación de la LGS, es decir, la conversión a sociedades
irregulares, ni tampoco deja expresamente sin efecto, la presunción por prolongada inactividad,
razón por la cual, al no haberse fijado fecha límite para la adecuación, este acto lo pueden
realizar en cualquier momento, motivo por el cual, a partir de su entrada en vigencia, es decir a
partir del 22 de febrero de 2002 el registro ya no podrá cancelar las partidas registrales de las
sociedades que no hayan realizado ninguna inscripción con posterioridad al 31 de diciembre de
1986, pues no se podría aplicar la presunción de extinción por prolongada inactividad, mientras
las sociedades tengan la posibilidad de adecuarse a la ley y con ello evitar la aplicación de la
presunción de extinción. Cabe advertir sin embargo, que antes de la entrada en vigencia de la
Ley Nº 27673, el registro ya había aplicado la mencionada presunción y había procedido a
cancelar innumerables partidas registrales, una de ellas la partida de la sociedad apelante.
Como también advierte el Tribunal, esta última ley tampoco dispone que queden sin efecto
la cancelación de las partidas registrales ya efectuadas, razón por la cual, hay una
imposibilidad para que la sociedad apelante se acoja a los beneficios derivados de la Ley Nº
27673.
En definitiva, en nuestra opinión y discrepando con el Tribunal, en este extremo contenido
en la parte considerativa de la resolución materia de análisis, en términos generales, la Ley Nº
27673 sí suspende los efectos de la no adecuación, elimina la conversión a sociedades
irregulares para las que no se han adecuado, y elimina la opción de los acreedores
administrativos, socios y terceros, de solicitar judicialmente la adecuación, con lo cual quedó
sin sustento la obligación de adecuar el estatuto a la LGS, pues no existe plazo ni
consecuencias negativas. Es conforme, sin embargo, sostener que la mayoría de sociedades
necesita adecuarse a la LGS, pues sus estatutos colisionan o contradicen las normas
imperativas o dispositivas de la ley, pero –como ya hemos afirmado– las sociedades que no se
hayan adecuado ya no son consideradas irregulares pudiendo realizar la adecuación cuando lo
consideren conveniente.
Sin embargo, no todas las sociedades requieren una adecuación expresa a la LGS, y se
puede constatar en el Registro de Sociedades que a partir de la promulgación de la Ley Nº
27673, muchas sociedades han seguido actuando sin adecuarse a la LGS, renovando su
directorio, inscribiendo poderes y acuerdos de junta general de accionistas, actuando como una
sociedad formal, regular y activa, incluso muchas han modificado parcial o totalmente sus
estatutos. Lo más probable es que estas sociedades cuenten con estatutos que no contradicen
las disposiciones de la LGS, por lo que no requieren una adecuación expresa, y en tales casos,
considerando que su estatuto se adecua per se a la LGS, y que han seguido actuando
conforme a este, inscribiendo diversos actos societarios, se puede sostener que en la práctica
lo que han hecho es una adecuación tácita a la LGS.
El Reglamento del Registro de Sociedades actualmente vigente, optó por reconocer la
aplicación de los principios registrales contenidos en el Código Civil y desarrollados en el Título
Preliminar del Nuevo Reglamento General de los Registros Públicos. Uno de los mencionados
principios es el de legitimación, por el cual siguiendo a Jorge Luis Gonzáles Loli (6), todos los
asientos registrales se presumen exactos y válidos, y producen sus efectos y legitiman al titular
registral para actuar conforme a ellos, mientras no se rectifiquen en los términos establecidos
en el Reglamento General de los Registros Públicos, o se declare judicialmente su invalidez, tal
como lo define el artículo VII del Título Preliminar del mencionado reglamento, concordante con
el artículo 2013 del Código Civil.
En la resolución bajo análisis, el Tribunal en aplicación de este principio señala que los
efectos jurídicos sustanciales de una inscripción, reconocidos por el derecho, no pueden ser
enervados administrativamente, pues de conformidad con el artículo 2013 del Código Civil, que
precisamente consagra el principio de legitimación, el contenido de la inscripción se presume
cierto y produce todos sus efectos mientras no se rectifique o se declare judicialmente su
invalidez, siendo solo el Poder Judicial el órgano facultado para declarar las nulidades de una
inscripción, con lo cual se pronunció sobre la firmeza y plena validez del asiento de cancelación
de la sociedad apelante.
En los antecedentes registrales de la resolución bajo análisis, aparece que consta inscrita
en la partida electrónica Nº 01047361 que continúa en la ficha Nº 44445, el cierre de la partida
registral de la sociedad apelante, lo cual se hizo en ejecución del Memorándum N° 071-2001-
0RLC/GP de fecha 30 de abril de 2001, en aplicación de lo previsto en la Décima y Décimo
Primera Disposición Transitoria de la LGS.
Siguiendo en este tema a Luis Aliaga Huaripata(7), el cierre de las partidas constituye una
novedad en nuestro ordenamiento y solo se conoce el caso de la Legislación Mercantil
Española que regula la figura del “cierre” como una suspensión temporal de la partida registral
de la sociedad. Cita al efecto el artículo 171 del Texto Refundido de la Ley de Sociedades
Anónimas, aprobada por Real Decreto Legislativo N° 1564/1989 vigente desde el 1 de enero de
1990, en el cual se establece que “los administradores de la sociedad están obligados a
formular en el plazo máximo de tres meses contados a partir del cierre del ejercicio social, las
cuentas anuales, el informe de gestión y la propuesta de aplicación del resultado, así como, en
su caso, las cuentas y el informe de gestión consolidados, en caso contrario, conforme al
artículo 221 del mismo cuerpo legal, el incumplimiento por el órgano de la administración de la
obligación de depositar dentro del plazo establecido los documentos a que se refiere esta
sección, darán lugar a que no se inscriba en el Registro Mercantil, documento alguno referido a
la sociedad mientras el incumplimiento persista.
IV. CONCLUSIONES
1. Vistos en detalle los antecedentes registrales, la sucesión de los dispositivos legales
normativos y la fundamentación del Tribunal Registral, coincidimos plenamente con el sentido
de la resolución bajo comentario, por medio de la cual se confirma la tacha formulada por la
Registradora Pública del Registro de Personas Jurídicas de Lima.
2. La Resolución N° 302-2002/ORLC que es materia del presente comentario, está
considerada como precedente de observancia obligatoria y debido a la importancia que ello
conlleva nos ha permitido revisar los alcances de la Décima y Décima Primera Disposición
Transitoria, así como de las diversas normas legales, directivas y resoluciones
complementarias.
3. También ha sido importante percibir cómo dos figuras jurídicas que son por naturaleza
distintas, como son en primer lugar, la obligación de adecuarse a la LGS y las consecuencias
que se derivan de no hacerlo, que son las situaciones reguladas por las dos primeras
Disposiciones Transitorias de la LGS, y en segundo lugar, la aplicación de la presunción de
extinción por prolongada inactividad de la sociedad regulada por la Décima y Décima Primera
Disposición Transitoria, reciben un tratamiento único y no diferenciado con la Ley Nº 27673, lo
que nos abrió la posibilidad, como lo hace el propio Tribunal Registral en la parte considerativa
de la resolución, para comentar acerca de sus efectos y consecuencias, y evidentemente su no
aplicación al procedimiento administrativo iniciado con la presentación del Título 51453, que fue
tachado por la Registradora Pública, y que en segunda instancia, dicha decisión fue confirmada
por el Tribunal Registral.
NOTAS
(2) ELÍAS LAROZA, Enrique. “(…) Derecho Societario Peruano, la Ley General de
Sociedades del Perú”. Tomo III. 1ª edición. Editora Normas Legales S.A. Trujillo, Perú. Pág.
1203.
(6) GONZALES LOLI, Jorge Luis. “La descripción registral en el Registro de Sociedades”.
En: El Tratado de Derecho Mercantil. Tomo I. 1ª edición. Gaceta Jurídica. Lima, agosto de
2003. Pág. 199.