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Niños y niñas del CRAE en el

mundo escolar
Presentación
Sara es una niña de 9 años de etnia gitana que desde pequeña reside en un
Centro Residencial de Acción Educativa. Actualmente Sara está cursando
4º de educación primaria en una escuela pública. Es una niña que a lo largo
de su escolaridad ha ido desarrollando dificultades de aprendizaje en la
escuela y no sigue el ritmo de su clase y grupo. Desde la escuela y el
CRAE, se está valorando cual es el mejor recurso para ayudarla.

Síntesis del caso →


Contexto
Sara va a una escuela pública del Departamento de Enseñanza de la
Generalitat de Catalunya. Es uno de los principales centros educativos de la
ciudad. Está ubicada en el centro histórico de una ciudad de unos 133.000
habitantes.

La escuela dispone de instalaciones nuevas, adaptadas y acogedoras para


una buena práctica educativa. Existen dos líneas de educación, la infantil i
la primaria. Según la escuela, su profesorado tiene una formación
actualizada, con una mentalidad integradora y cohesionada, para dar una
buena atención psicopedagógica y cultural a sus alumnos. Además, se
enmarca dentro de un proyecto de escuela acogedora para que los alumnos
recién llegados se sientan integrados lo más pronto posible. Las
nacionalidades de los niños y niñas son diversas.

Planteamiento de la situación
Sara lleva desde los 3 años residiendo en el CRAE, junto a su hermano. Las
relaciones entre ellos son buenas y mantienen una relación fraternal.
Actualmente la niña tiene 9 años y el 14.

Sara siendo la pequeña, tiene como referente a su hermano mayor. Se


protegen y se quieren mucho. Hay muchas muestras de apoyo por ambas
partes y están muy unidos. Es una niña complaciente y busca siempre
agradar a los demás. Le gusta ser el centro de atención y utiliza recursos
para sentirse acogida de una manera muy individual. Además, tienen un
buen vínculo con los educadores del centro. Su crecimiento en el CRAE,
con la consiguiente larga estancia en el centro y la buena práctica
socioeducativa de los profesionales, ha favorecido las buenas relaciones
con los educadores. Los hermanos tienen contacto con su familia biológica
de una manera intermitente.

Durante la etapa de parvulario y el primer curso de primaria, Sara iba a una


escuela concertada donde realizó P3, P4, P5 i 1r de primaria. En esta
escuela elaboran un informe final de etapa valorando aspectos personales y
la adquisición de las capacidades básicas adecuadas y aceptables. También
valoran positivamente las relaciones con los compañeros y la adquisición
de hábitos, así como de cierta seguridad afectiva y emocional, con una
imagen positiva de ella misma, un progreso adecuado en comunicación y
expresión en diferentes situaciones, y con iniciativa para hacer frente a
situaciones de la vida cotidiana, sabiendo aceptar la diversidad y mostrando
un comportamiento de acuerdo a las normas de convivencia.

Durante el curso de 1º de primaria tenía un tutor atento que respondía a les


demandas afectivas de la niña. Cuando este tuvo que marcharse del centro
porque estaba cubriendo una baja, volvió la profesora titular. A partir de ese
momento empezaron los problemas, la tutora estigmatizó a la niña y cuando
había algún problema en clase, la enviaba al despacho del director. Las
notas de la niña, su motivación y ganas de aprender empezaron a bajar
notablemente.

Desde el CRAE se observó que a la  profesora le quedaban dos años para
jubilarse y quería desentenderse. Debido a la divergencia de opiniones
respecto de los niños que provienen del CRAE, y la mala relación
establecida entre tutores de ambos centros, se decidió cambiarla de centro
escolar.

A partir de aquí, Sara empezó su escolaridad en primaria en un centro


público. La acogida en la nueva escuela fue buena.  Sara volvía a tener un
profesor implicado en su tarea, respetuoso, cercano, receptivo ante las
dificultades que se presentaban y muy consciente de la realidad de la niña.
Durante el transcurso de 2º curso de primaria fue todo dentro de la
normalidad. Las notas continuaban siendo un poco bajas, pero no hubo
conflictos. Tenía un nivel adecuado de comprensión oral, pero presentaba
dificultades en vocabulario nuevo y cierta falta de atención a la hora de
trabajar.

El curso siguiente, es decir, en 3º de primaria, empiezan a aparecer


problemas graves en el aprendizaje, con un nuevo cambio de tutor.
Desarrolla un comportamiento inquieto, molesta a los compañeros y se
muestra despistada y desorganizada con las tareas escolares. Suspende 5
asignaturas de 7. A pesar de los insuficientes, desde la escuela deciden 
pasarla de curso.

En el transcurso de su escolarización, deciden ponerla en un grupo de


apoyo dentro de la escuela. De este modo, en las asignaturas instrumentales
sale del aula 3 horas con un grupo reducido de alumnos que necesitan una
atención especial en el desarrollo de las materias.

Desarrollo de la experiencia
Actualmente Sara está cursando 4º de primaria y le quedan dos cursos para
finalizar la escolarización en dicho centro. Normalmente no causa
problemas en el aula. Puntualmente se comporta de una manera no aceptada
en el aula porque quiere hacer reír a sus compañeros y ser el centro de
atención. Esta actitud le hace bajar las notas. Está bien integrada dentro del
grupo clase y se relaciona con normalidad con tos sus compañeros,
principalmente con las niñas.

Las valoraciones desde la escuela son que Sara es una niña poco
participativa y colaboradora, con una falta de competencia en la escritura.
No trae nuca los deberes hechos y le cuesta seguir las normas. Continúa
saliendo 3 horas en grupo reducido de apoyo, ya que solo se concentra
cuando hay alguien pendiente de ella todo el rato. Su nivel de aprendizaje
cada vez está más distanciado del grupo clase. Sus notas so no
significativas porque en la escuela consideran que evaluarla de una manera
real podría ser perjudicial para la niña.  Según el criterio de algún profesor,
le aprueban la asignatura aunque justifican que su nivel está por debajo de
la media del grupo clase. Su tutora, expresa que las dificultades de la niña
en el aula son debidas a la falta de un entorno afectivo que la ayude a tener
interés por las cosas. Esto se traduce en que ha perdido la ilusión por
estudiar y tiene dificultades para seguir el ritmo y dinámica del aula.

Además de asistir a la escuela, acude a un centro de audición y lenguaje


para trabajar sus dificultades. Desde este centro se valora que Sara presenta
dificultades de aprendizaje en lectoescritura. Tiene problemas perceptuales
(visual, espacial, auditiva y temporal), confunde algunos colores, no tiene
una noción clara del antes y después y otros conceptos temporales, tiene
una lectura lenta, la comprensión lectora es floja, hace muchas faltas de
ortografía, segmenta mal las palabras de una frase y le cuesta organizar el
lenguaje escrito.  Sara ha entrado en una dinámica de no querer aprender.
La niña no explica nada de su vida personal.

El técnico del EAP (Equipo de Asesoramiento y Orientación


Psicopedagógica),  valora que las dificultades de Sara en la escuela son por
culpa de los educadores sociales del CRAE. Desde el EAP, decidieron
derivar a la niña al CSMIJ (Centro de Salud Mental de Niños y Jóvenes),
pero la terapeuta resolvió que si Sara no tenía predisposición para hablar,
dejarían la terapia para más adelante ya que podría ser contraproducente.
Cuando la niña recibe la atención que pide, es cuando reacciona.

Desde el CRAE ven que la niña toma conciencia de su situación a medida


que pasan los años. Cuando se aproximan fechas importantes para ella, es
cuando muestra un comportamiento agresivo. Es una niña que sufre mucho
a causa de que no exterioriza sus sentimientos. Tiene problemas
emocionales debido a su trayectoria vital. No tiene afección por las cosas
materiales y creen que la falta de motivación a la hora de estudiar es porque
tiene otras preocupaciones.

Desenlace
A partir de estas valoraciones, el tutor de la niña en el CRAE, valora la
situación y decide concretar una reunión con la escuela para valorar las
posibles actuaciones futuras para Sara. En esta reunión, se convoca a la
directora del centro educativo, el tutor de la niña en la escuela, el
coordinador del grupo de pequeños del CRAE y el tutor de este en el
mismo centro, el técnico del EAP y la pedagoga del centro de audición y
lenguaje, para valorar cuales son la líneas de actuación a partir de este
momento.

La escuela aconseja que Sara este año no repita 4º de primaria,


independientemente de la evolución que tinga la niña de ahora a final de
curso. Desde la dirección alegan que repetir sería muy perjudicial para Sara
porque los niños y niñas con quien le tocaría ir a clase el año que viene, son
“como ella” y con los que hay ya hay “ya tienen bastante”. Valoran que
continúe con su grupo clase ya que este es un buen apoyo para Sara.

Desde el CRAE creen que antes de tomar cualquier decisión se debería


esperar hasta ver la evolución de las niñas desde ahora hasta final de
trimestre. La niña cada día hace los deberes y a menudo por las noches,
antes de irse a dormir, pide leer un cuento.  El día que no hace los deberes
es porque son larguísimos y no los puede acabar, ya que no entiende lo que
esta haciendo.  Los educadores del CRAE trabajan con ella la
responsabilidad de sus actos conflictivos en la escuela. Si la situación
continua como hasta ahora, los educadores apoyan la idea de que es bueno
que repita curso, ya que sus notas no son buenas y temen que cuando llegue
al instituto, el contacto con la realidad sea mucho peor.

Los acuerdos y compromisos pactados en la reunión para favorecer el


desarrollo de Sara son los siguientes:

 La escuela: Revisar si trae los deberes hechos, dar refuerzos positivos


cuando realice bien la tarea, supervisar que apunte todos los deberes en la
agenda, conseguir que tenga unos buenos hábitos de trabajo, realizar un
dossier adaptado de ejercicios, trabajar coordinadamente con todos los
profesores implicados, y hacer una devolución al CRAE de cómo
evoluciona.
 El CRAE: Revisar la agenda y la mochila cada mediodía y cada tarde
cuando el educador de turno la vaya a recoger, realizar los deberes cada día
que tenga para que adquiera la dinamia y la responsabilidad que le falta,
hacer un seguimiento exhaustivo de los deberes, conseguir que tenga
buenos hábitos de trabajo, evaluar su evolución de aquí a final de curso, y
velar porque las decisiones que se tomen sea las mejores para el futuro de
Sara.
 EAP: Realizar un seguimiento de les actuaciones realizadas y
programar periódicamente encuentro entre los profesionales implicados.

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