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TAREA #6- EL INGENIERO Y SU COMPROMISO CON NUESTRO BIENESTAR.

RODRIGO LORDUY CALUME


JASMIN LUCERO PEREA PALACIOS
DANIEL CAMILO GALINDO ANGEL

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA


FACULTAD DE INGENIERÍA
BOGOTÁ-COLOMBIA
2020
Cap.1 Cambio climático, desarrollo sostenible y sustentabilidad y su relación con la ingeniería
civil.
Cuando se estudia el proceso de hominización, es decir, el origen y la evolución del ser

humano a lo largo de su vastísima historia, es necesario trasladarse a la zona nororiental del

continente africano para encontrar el punto de inflexión que marca la separación en el linaje del

ser humano actual respecto al de sus parientes no extintos, los chimpancés. Esta escisión estuvo

protagonizada por el conocido en el rubro de la evolución humana como Australopithecus

ramidus, que, se estima, vivió en la tierra hace más de cinco millones de años y es aceptado,

dentro de la comunidad científica, y desde su descubrimiento en 1994, como el antepasado más

antiguo del hombre actual (White, 1994). Si bien éste tenía un comportamiento y costumbres

muy similares a los chimpancés, por cuanto convivían en el mismo ambiente selvático y poseían,

entre otras características fenotípicas, una mandíbula y dientes altamente semejantes, se cree que

fueron los primeros en ser bípedos y tener la capacidad de caminar con la espalda completamente

recta.

Desde ese momento, y hasta la actualidad, el común denominador en el trasegar del

hombre ha sido la necesidad de resolver problemas que en el entorno se interponen y que lo

aquejan de tal forma que se ve forzado, en últimas, a cambiar su estilo de vida de manera parcial

o total. Se menciona lo anterior debido a que las múltiples extinciones que sufrieron algunos de

los grupos humanos que en determinado momento de la historia habitaron la tierra, no tuvieron

otra razón que su incapacidad a adaptarse a las nuevas condiciones de vida que el contexto

eventualmente solicitó.

El ser humano del siglo XXI de ninguna manera está excluido de este conjunto de

pobladores a los que se les exige un fuerte carácter adaptativo. La llegada del nuevo milenio ha

traído consigo un hecho cuyo precedente más análogo se remonta, precisamente, a la época de
los Australopithecus. Estos homínidos, al igual que el hombre actual, tienen, entre otros aspectos

comunes, la peculiaridad de haber vivido en un contexto de crisis climática global; y es que los

territorios en que estos individuos moraron sufrieron, hace cerca de tres millones de años, una

impresionante desertificación de las sabanas arboladas en las que se desenvolvían y de las que se

alimentaban, que derivó en la desaparición de los pobladores que no fueron lo suficientemente

competentes como para acomodarse a las nuevas condiciones climáticas consistentes en un

ambiente de abiertos ecosistemas esteparios. Por contraposición, quienes modificaron su dieta

para volverse tanto a la carnivoría como al consumo de productos vegetales de suma dureza, sí

fueron aptos para adecuarse a las nuevas circunstancias, al desarrollar un aparato masticador de

enorme capacidad (Sahnouni, 2017).

En la actualidad, cuando este tema es tocado en cualquiera sea el contexto, por lo general

se suele mencionar el concepto de “cambio climático”. Este texto, sin embargo, desea ser en

extremo enfático en lo concerniente al incorrecto uso del primer vocablo de la expresión; y es

que la coyuntura climática en que la humanidad está inmersa está lejos de ser un proceso

transitorio con consecuencias negativas inexistentes. Por el contrario, la realidad revela un estado

absolutamente apremiante, ambientalmente hablando, que requiere acción inmediata por parte de

la toda población, pero fundamentalmente del costado de quienes conducen, de forma bastante

arbitraria, las economías de todo el mundo. “Crisis climática” es, entonces, dadas las razones

inmediatamente anteriores, la expresión que más se acomoda al panorama que la sustantividad

hace manifiesto. Más allá de lo antedicho, en aras de evitar confusiones en el lector, el término

empleado será el de “cambio climático”.

Es evidente, dado lo ya mencionado, que ecología, economía y sociedad son tres ideas

que, aunque no lo aparenten, están altamente relacionadas entre ellas. Hay un concepto, además,
que es capaz de condensar los tres términos en uno sólo; y es que desde 1987, luego de que la

Comisión Mundial Para el Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU publicara el tan conocido

Informe Brundtland (Originalmente titulado “Nuestro Futuro Común”), causó enorme impacto

mediático a nivel mundial un nuevo concepto ahí concebido. La entrada en cuestión no es otra

que el “Desarrollo Sostenible”, y se explicó como un ideal que busca “satisfacer las necesidades

de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender

sus propias necesidades y aspiraciones.”

En esta línea de ideas, este texto busca esclarecer la relación existente entre los conceptos

de cambio climático, desarrollo sostenible y sustentabilidad, así como fundar las diferencias que,

de la misma manera, existen entre los dos últimos, por cuanto la similitud entre los mismos

puede suscitar confusiones y malas interpretaciones al instante de traer a colación cada uno de

ellos. Asimismo, se tiene como objeto adaptar estos conceptos al ejercicio de la ingeniería civil, a

raíz de que cualquier obra de infraestructura que se erija hoy en día impacta, casi siempre de

manera negativa, al medio ambiente y a la sostenibilidad. La idea es, entonces, reducir las

consecuencias potencialmente nocivas para la ecología que estas construcciones acarreen en la

medida en que sea posible.

Las variaciones que el clima sufre, se sabe, pueden tener sus orígenes en dos causas del

todo independientes entre ellas: una primera que consiste en una variabilidad natural que se

estudia al comparar el clima en dos determinados intervalos de tiempo, y que es ajena a cualquier

agente externo a la naturaleza misma; y otra, en la que sí participan terceros, y donde es el ser

humano con su incansable actividad económicamente orientada el principal responsable, que

tiene como consecuencia una importante alteración de la composición de la atmósfera terrestre.


Es, entonces, esta última mutación originada por el humano, a la que coloquialmente se le da el

nombre de cambio climático. (ONU, 1992)

La susodicha alteración atmosférica causada por el cambio climático tiene su fundamento

en el hecho de que la actividad humana terrestre es capaz de modificar el balance de gases que

concurren en la atmósfera; y es que este dinamismo ha derivado en el aumento en la proporción

de determinados gases, entre los que se encuentran, por ejemplo, el anhídrido carbónico, el

metano o el óxido nitroso, cuya presencia si bien es fundamental para el mantenimiento de la

vida en La Tierra, por cuanto sin su existencia la temperatura promedio en el planeta sería, por lo

menos, 30 grados centígrados más baja, cuando sus porcentajes sobrepasan los valores normales,

al tener estos la aptitud de retornar a la superficie la radiación terrestre emitida, son, en últimas,

los encargados de causar el aumento en la temperatura (efecto invernadero) y, por tanto, los

principales responsables del cambio climático.

El cambio climático y sus nefastas consecuencias ya dejaron de ser hace un tiempo

predicciones basadas en la probabilidad para traducirse en hechos concretos de carácter

indubitable; y es que, por ejemplo, el derretimiento de los glaciares de la tierra ha avanzado tanto

en los últimos años que se ha evidenciado un ritmo sin ningún precedente en la historia de la

humanidad. Científicos de la British Antartic Survey afirman que la gravedad de este fenómeno

es alarmante debido a que el proceso de fusión del agua derivaría en un aumento, se estima, de

alrededor de cinco metros en el nivel de los mares, el cual supondría pavorosas inundaciones que

acabarían, inexorablemente, con la mayoría de ciudades costeras de todo el mundo. Por si fuera

poco, se cree que el calentamiento global sería también causante de un incremento en la rapidez

del ciclo hidrológico, que resultaría en un aumento tanto en la cantidad como en la violencia de

las precipitaciones subsecuentes. Es así como las consecuencias de uno u otro fenómeno serían
impresionantes inundaciones que convertirían en inhabitables a importantes porciones de tierra

de todas las regiones del mundo.

Por contraposición a lo que podría creerse, y más allá de lo anteriormente expuesto, se

sabe que el hombre de ninguna manera está próximo a destruir por completo la tierra, sino que

está cerca, más bien, de destruirse a sí mismo (Cabezas, 2008); y es que aunque en la mayoría de

los rubros sea esta la especie más aventajada, en lo concerniente a la adaptabilidad es de

conocimiento general el hecho de que está muy por debajo de muchísimos otros organismos que

han sido capaces de acomodarse a contextos que, a priori, parecerían inhabitables. Es así como

La Tierra mantendrá su posición en el universo por algunos millones de años más, albergando

especímenes de la índole de bacterias, gusanos o peces, organismos que se han establecido en los

lugares más recónditos del planeta y que serán, muy seguramente, capaces de sobrevivir a las

consecuencias que libere el cambio climático, constituyendo, así, la semilla para futuras especies.

El hombre, mientras tanto, ya se habrá extinguido mucho tiempo atrás.

Dado que los desastres naturales serán, muy seguramente, teniendo en cuenta lo anterior,

muy recurrentes en los años venideros, los ingenieros civiles tendrán la importante labor de

construir obras de infraestructura que sean capaces de soportar estos desafortunados eventos; y

es que ha sido una constante, históricamente, el hecho de que las consecuencias de los

fenómenos meteorológicos dependan única y exclusivamente de la locación en la que tengan

lugar. Es así como mientras el número de muertos a raíz de una catástrofe climática en un país

tercermundista con edificaciones artesanales puede ascender hasta las centenas de miles, en una

nación con obras de infraestructura bien fundamentadas las víctimas fatales tan sólo sean de unas

cuantas decenas. Es necesario, en esta línea de ideas, procurar la solidaridad para con estos

estados menos prósperos, de manera que sean capaces de, de la misma forma, adaptar sus
construcciones al panorama que se manifiesta, para que este afecte a todas las poblaciones por

igual en la menor medida de las posibilidades.

Para ser capaces de retardar los efectos del cambio climático, algunos entes mundiales

han estado desarrollando, a partir de la segunda mitad del siglo XX, planes que permiten la

existencia de la actividad económica a la vez que se pretende el cuidado del medio ambiente. A

esta coexistencia de economía, ecología e, inevitablemente, sociedad, es a la que se le suele

denominar “Sostenibilidad” o, en algunos otros casos, “Sustentabilidad”. Estas dos entradas, no

obstante, más allá de ser aceptadas como sinónimos prácticamente perfectos, detentan pequeños

matices que derivan en sutiles diferencias entre uno y otro.

Al comparar superficialmente uno y otro término, es lógico pensar que el uso de ambos

puede ser completamente indistinto, y lo es, hasta cierto punto; y es que este fenómeno no ha

sido evidente de manera particular en el empleo de ambos en la cotidianidad, sino que, inclusive,

en textos de índole científica su utilización no ha tenido mayor diferenciación a lo largo de los

años. Esto tiene su razón en el hecho de que al traducir al español el anglosajón sustainable

development se obtuvo, indistinguiblemente, tanto “Desarrollo Sostenible” como “Desarrollo

Sustentable”. Además, al consultar en el Diccionario de la Real Academia Española la definición

de “Sostener” y de “Sustentar”, se obtuvo que la primera se define como el hecho de “Sustentar o

mantener firme algo”, a la vez que la segunda implica “Sostener algo para que no se caiga o se

tuerza”. Así pues, el que esta institución haga uso de un verbo para conceptualizar el otro, los

convierte, de forma inmediata, en sinónimos casi perfectos. (RAE, 2014)

No obstante, el debate acerca del manejo de ambos términos, ni mucho menos, acaba ahí.

Por el contrario, y teniendo en cuenta cómo, desde hace ya varias décadas, el uso de ambos ha

ido aumentando considerablemente tanto en el rubro de lo académico como en lo


consuetudinario, expertos de todas las orillas se han dedicado a esclarecer las disimilitudes que

existen entre ambas entradas, encontrándose, así, lo mencionado en las siguientes líneas.

Luego de años de debates protagonizados por la discordia entre quienes defendían unas u

otras diferencias, así como entre quienes consideraban ambas expresiones como sinónimos

absolutamente perfectos, se ha logrado, por fin, llegar a una verdad aceptada por la gran mayoría

que es capaz de esclarecer de manera bastante explícita en qué se diferencia el “Desarrollo

Sostenible” de la “Sustentabilidad”. Fue de esta manera que, por una parte, el “desarrollo

sostenible” se aclaró como una ideología impulsada por los países desarrollados del mundo y

traída a colación por investigadores y profesionales de las ciencias sociales, económicas y

políticas, que busca, básicamente, poder mantener (sostener) el sistema económico a lo largo del

tiempo sin que se vea de ninguna manera afectado. Para esto es necesario ser precavidos en el

empleo de los recursos naturales, por cuanto sin la presencia de estos últimos, el trasegar del

mercado se vería en extremo tocado. Es evidente, entonces, que el “desarrollo sostenible” tiene

como principal preocupación el desarrollo, relegando al cuidado del medio ambiente a un papel,

si bien de trascendencia, con carácter secundario. Mientras tanto, la “Sustentabilidad” es una

expresión usada por investigadores y profesionales de las ciencias naturales cuya principal

preocupación es, a diferencia de los primeros, abogar por un uso controlado y racionalizado de

los recursos naturales del mundo que derive, al final, en su preservación (sustentabilidad) a lo

largo del tiempo, dejando, esta vez, a un costado a todo sistema de mercado que busque

deteriorar, en mayor o menor medida, la calidad de estos bienes nativos. Esto no implica

convertir al hombre en un espectador de estos medios, sino en advertirlo en lo concerniente al no

derroche de los mismos. (Rivera, 2017)


Los ingenieros civiles, nuevamente, tienen un papel protagónico en la búsqueda del

Sustainable Development. Estos, a la hora de llevar a cabo un proyecto de infraestructura,

deberán evaluar los hipotéticos efectos económicos, ambientales y sociales en la comunidad

influida por la construcción, invitando a esta última a sugerir propuestas que puedan cooperar en

la iniciativa de alcanzar la Sustainability. Asimismo, estos profesionales deberán establecer la

relación costo-beneficio, ambiental, social y económicamente hablando, de determinado

proyecto, para ser capaces, así, de abordar al Sustainable Development de manera integral, desde

el diseño de la edificación hasta una eventual demolición del mismo. (ASCE, 1993)

Es de común acuerdo el hecho de que el cambio climático traerá consigo, dentro de no

demasiado tiempo, infinidad de tenaces desastres ecológicos. Lo que sí no está tan claro es qué

tan apto va a ser el ser humano para salir airoso de las consecuencias de los antedichos. Para

prepararse para lo peor, será necesario tomar en consideración lo propuesto por el desarrollo

sostenible y la sustentabilidad y llevar a cabo estrategias que aborden temas fundamentales como

la pobreza, el crecimiento poblacional, la atención en salud o el saneamiento, los cuales

requerirán medios tecnológicos, económicos e infraestructurales, de los que muchas naciones del

mundo, tristemente, carecen. Si y sólo si se trabaja arduamente en esta empresa de adaptar a

estos países al panorama que les espera, se será capaz de afrontar el cambio climático y sus

potenciales efectos de la mejor manera posible. De lo contrario, se estaría condenando a una

importantísima porción del mundo a vivir sabiendo que en cualquier momento un desastre

ecológico los condenará a una muerte que absolutamente nadie desea.


Cap.2 La ingeniería sostenible.

Construcciones sostenibles, un término que se lleva usando relativamente desde hace

poco tiempo, pero que su existencia nos ayuda a mitigar una de las mayores preocupaciones que

tenemos en el mundo actual, la contaminación y todos los efectos que esta trae sobre nuestra

vida. Según Argos Colombia “Construcción de más edificaciones que aportan a mitigar el

cambio climático, hacen uso racional de los recursos naturales, generan mayor valor a sus dueños

e impactan positivamente en la salud, bienestar y felicidad de las personas. Gracias a esto, los

consumidores también han tomado mayor conciencia sobre la importancia de reducir su impacto

ambiental.”

La idea surge después de ver todas las problemáticas de tipo ambiental que trae consigo

la construcción, al hacer mal uso de los recursos naturales, mala disposición de los desechos, y

por no saber aprovechar los factores que el entorno puede brindar para las edificaciones.

Una construcción sostenible es aquella que cumple con los parámetros específicos para

estar en armonía con su entorno y de esta manera poder minimizar lo más posible la

contaminación que esta genera. Parámetros como: Eficiencia energética, eficiencia de agua,

materiales de construcción de baja energía embebida, sostenibilidad del emplazamiento, armonía

con el ambiente exterior, y que aporte a la sostenibilidad urbana. Según la ASCE “la

sostenibilidad como un conjunto de condiciones económicas, ambientales y sociales en las que

toda la sociedad tiene la capacidad y la oportunidad de mantener y mejorar su calidad de vida

indefinidamente sin degradar la cantidad, la calidad o la disponibilidad de recursos económicos,

ambientales y sociales.”
En Colombia no se es ajeno a estas iniciativas y entes como el Ministerio de Vivienda en

trabajo conjunto con el Ministerio de Ambiente, han adelantado guías de construcción sostenible,

para direccionar las construcciones que se realizan en el país hacia el futuro de las edificaciones

sostenibles; además, se han trabajado decretos y resoluciones, para regir la construcción en

Colombia, como el decreto 1285 del 2015, y la resolución 0549 de 2015 en los cuales especifican

los parámetros y lineamientos de construcción sostenible.

Los ingenieros civiles, se rigen por ciertos códigos éticos, uno de ellos, es la obligación

de ser sostenibles y sustentables, y de esta manera procurar preservar al máximo la vida útil de

sus construcciones y que estas generen el menor impacto posible en el medio ambiente. Uno de

estos códigos es el que maneja la ASCE, que es la mayor asociación de ingenieros civiles en

América, y nos dan normas como, “A medida que más personas regresen a las áreas urbanas, los

ingenieros y planificadores civiles deben construir comunidades que minimicen los impactos

ambientales y proporcionen altos estándares de vida.”, “Los ingenieros civiles trabajan con los

planificadores regionales y de la ciudad para garantizar que las comunidades en las que vivimos

sean saludables, seguras y prósperas. Los indicadores pueden incluir acceso a parques públicos y

recreación, calidad de las escuelas y opciones de transporte.”, y si se rigiera por consejos tan

sencillos, se podría llegar a minimizar de una forma más acelerada los efectos del cambio

climático.

Antes de ver los casos exitosos de construcción sostenible se debe primero poder

diferenciar entre los términos de sostenibilidad y sustentabilidad, ya que son temas relacionados,

pero no significan lo mismo. Sustentable, hace referencia a la razón de algo, es la argumentación

de una idea o proyecto que tenga una razón válida de ser; en cuando a lo sostenible, es un

término que define algo que se puede mantener durante un largo tiempo sin que se agoten sus
recursos. Definir los términos es importante para poder adentrarnos en los casos y ver mejor los

aspectos que caracterizan a una edificación sustentable y sostenible.

Se hablará sobre qué caracteriza a una construcción sostenible:

 La eficiencia energética, es una actividad que tiene como objetivo mejorar el uso de las

fuentes de energía, aprovechándolas a su máximo potencial y minimizando el uso de

energía eléctrica. La asociación brasilera de empresas de conservación de energía

(ABESCO) plantea los siguientes cambios que ejemplifican la eficiencia de energía,

Alumbrado: Una lámpara tipo LED de 7W tiene el mismo nivel de alumbramiento como

una lámpara incandescente de 60 W. Es decir, la economía de 53 vatios por hora o casi

90% de ahorro. Además, la vida útil del LED es 50 veces más alta y el calor que se

transfiere al medio ambiente es más pequeño, de modo que en locales acondicionados se

gastaran menos energía para enfriar la habitación. Motores: En promedio, un motor de

alto rendimiento ahorra de 20 a 30% de energía en comparación con un motor tradicional.

Además, gran parte de los motores instalados tienen potencia más grande de lo necesario,

por lo tanto, adaptando así la potencia del motor, habrá más ahorro de energía eléctrica.

El uso de ventanales para reducir la necesidad de luz artificial: La luz solar nos puede

iluminar durante 11 horas por día, por lo tanto, si maximizamos el uso de ventanales

podemos aprovechar al máximo la luz solar y de esta manera solo usar la energía

eléctrica en bombillas en la noche y días nublados, reduciendo el gasto y evidenciando un

ahorro del 60%. Y usando como fuente el sol no solo es posible ahorrar en luz, también

cooperamos con el ahorro en energía térmica, con ayuda de materiales aislantes para que

la temperatura se conserve al interior de las edificaciones y reducir el gasto de energía en

calefactores.
 Eficiencia de agua, es el uso inteligente del agua que se usa en las edificaciones, desde su

construcción hasta el uso diario de la misma, su principal objetivo es reducir al mínimo el

uso de agua para generar un menor impacto ambiental, y hacer una buena disposición de

aguas residuales que pueda provocar la edificación. El Ministerio de Ambiente, expidió

en 1997 la ley 373 “Programa para el uso eficiente y ahorro del agua” entendido como un

conjunto de proyectos y acciones que plantean y deben implementar los usuarios del

recurso hídrico, allí establecidos, para hacer un uso eficiente del agua.

 Materiales de construcción de baja energía embebida: Argos Colombia (2018) afirma que

“Una construcción sostenible no es solo la que está diseñada para disminuir su consumo

energético. Los materiales y procesos elegidos para la construcción de un proyecto son

definitivos para establecer qué tan sostenible es y cómo disminuye su impacto

ambiental.”, la energía embebida es la energía total que se utiliza y consume en el 100%

de la realización de un proyecto, esto incluye la fabricación de los materiales, el

transporte de estos, y la utilizada por la maquinaria en la ejecución de la obra. Este

concepto se debe tener en cuenta desde la fase de diseño, garantizando además una

disminución en el consumo de agua, el uso de combustibles fósiles y la reducción de

residuos. Para reducir el uso de energía nos recomiendan Usar materiales locales, y así

reducir la energía usada en el transporte de materiales; reducir los procesos de transporte,

seleccionando medios de transporte que usen combustibles no fósiles y optimizar los

procesos de transportes del material. Entre los materiales con poca energía embebida
están la paja, arena, adobe, ladrillo cerámico, concreto, poliestireno expandido y el

asfalto.

 Ubicación, entorno y emplazamiento: El tipo de clima es muy importante, teniendo en

cuenta además la temperatura del aire, la radiación solar, la humedad, pluviometría, y la

dirección y la intensidad de los vientos. El emplazamiento es la gestión de donde es

mejor ubicar una edificación, para así aprovechar los factores que el entorno nos ofrece y

usarlos a nuestro favor, y de esta manera reducir el uso energético en las construcciones.

 Aporte a la sostenibilidad urbana: La sostenibilidad urbana es un concepto que define a

una ciudad desarrollada desde el punto de vista ambiental, económico y social. La

definición, según La sociedad colombiana de arquitectos “La Ciudad Sostenible es una

ciudad que recupera y potencia su vida propia, y por tanto la de sus habitantes, mientras

favorece la regeneración y el respeto de su entorno natural, así como la cohesión social,

la educación para la paz y la integración cultural.”, una construcción sostenible es aquella

que con todo lo que ya hemos mencionado, aporta al desarrollo urbano de la ciudad en la

que se encuentra.

Después de identificar los criterios, es posible ver los casos exitosos de la implementación de

toda esta teoría. El mundo ha implementado estrategias para reducir el impacto ambiental de las

construcciones, haciéndolas sustentables y sostenibles, ejemplos como:


 Biblioteca Comunitaria de Bishan (Singapur), este es uno de los inmuebles que

aprovecha al máximo la luz solar reduciendo así el gasto de energía eléctrica para

iluminar los espacios. Para lograr esto cuenta con una muy buena ubicación, tiene

numerosos tragaluces, celosías y vidrios de colores que ayudan a transformar la luz solar

en una gran variedad de tonos, esta particularidad crea un ambiente interno adecuado para

el estudio y da calidez conservando la temperatura interna del edificio.

 Edificio del Píxel (Australia), es una construcción de cuatro pisos que cuenta con un

diseño peculiar e innovador que es capaz de lograr una neutralidad en carbono, cuenta

con sistemas de inodoros al vacío, persianas fijas con dispositivo de sombreado, cristales

dobles en las ventanas, y pocos lugares de estacionamiento de autos para incentivar el uso

del transporte público colectivo. Además, cuenta con iluminación y ventilación natural, lo

cual hace que reduzca su uso energético, que esta proporcionado por paneles solares

instalados en el techo del edificio que alimentan al mismo.

 Museo del Mañana (Río de Janeiro), este es un edificio autosuficiente y sostenible, está

rodeado por dos estanques, y zonas verdes, el techo está compuesto de placas

fotovoltaicas que cambian de posición durante el día para aprovechar al máximo la luz

del sol y aprovechar al máximo ese uso de energía, aparte para reducir la temperatura del

edificio, la estructura utiliza un sistema de refrigeración a partir de agua de varias

piscinas cercanas y hace circular por todas las zonas.


 Tubo Hotel (Sierra del Tepozteco), es un hotel ubicado en México, en el cual sus

habitaciones son enormes tubos de hormigón que están ubicados en forma de pirámide.

Este proyecto fue construido con materiales de baja energía embebida, ya que los tubos

son reciclados y reducen el impacto ambiental.

 Sustainable Dance Club (España), se trata de una innovadora discoteca que cuenta con un

curioso sistema sostenible que funciona cuando las personas bailan en su pista de baile

principal. Cada vez que las personas bailan al ritmo de la música la plataforma absorbe la

energía cinética de los pasos y transforma esa energía en eléctrica que es usada en el

sistema de sonido. Este innovador invento, les permite ahorrar en energía eléctrica y

reducir un poco el impacto ambiental.

Estos son algunos de los casos más famosos a nivel mundial, que se han caracterizado por

implementar todas estas técnicas orientadas mitigar el cambio climático y las deficiencias

ambientales que hay en el mundo. Ahora se harán evidentes los casos exitosos y más famosos

que se han visto en Colombia.

 La embajada de Ecuador en Colombia, ubicado en Bogotá. Es un edificio que cuenta con

un sistema de techos verdes que atenúa la temperatura en la edificación y la mantiene

igualada al ambiente sin ninguna necesidad de otro sistema eléctrico para bajar la

temperatura, además, captura el agua lluvia para utilizarla en los sanitarios y tiene rejillas

ubicadas estratégicamente para que el aire circule el aire caliente. Es un buen ejemplo

para evidenciar una construcción sostenible, ya que minimiza su impacto ambiental y

aporta al desarrollo urbano de la ciudad.


 Edificio Terpel, esta es una obra que se construyó con criterios específicos como, se

procuró construir con los materiales necesarios para no generar desechos. La madera de

la fachada es reciclable y cuenta con un certificado en el cual especifica que fue extraída.

En la edificación fueron utilizadas pinturas inocuas a la capa de ozono y libres de metales

pesados, sus paredes son fabricadas de yeso con 100% de papel reciclable.

 Centro Argos para la innovación, ubicado en Itagüí- Antioquia., logró demostrar un

ahorro del 18% en materia energética y un 36% en consumo de agua para uso sanitario,

cuenta con zonas verdes y una cubierta vegetada con el fin de reducir las emisiones de

CO2 a la atmosfera. Gracias a sus condiciones óptimas de iluminación, ha logrado

disminuir el consumo de energía en términos de luz eléctrica.

 Edificio BC Empresarial, el edificio ubicado en Barranquilla - Colombia, ostenta uno de

los mayores logros en materia de sostenibilidad ambiental, alcanzó un ahorro del 76% en

consumo de agua potable y 20% de consumo energético y para lograrlo implemento las

siguientes estrategias, cuenta con una red de tratamiento de agua, que le facilita la

reutilización de la misma; una fachada ventilada y un sistema de aire acondicionado

central de aire de alto rendimiento, para así disminuir el uso de energía eléctrica, además

implementaron el uso de bombillas LED. El 24% del total de los materiales fueron

materias primas de origen reciclado y más de un 50% de los materiales contaban con

componentes extraídos y fabricadas regionalmente, reduciendo la energía necesaria para

el transporte.
Con el fin de mitigar el cambio climático en Colombia, y el mal aprovechamiento de los

recursos naturales y la energía. Diferentes instituciones como Camacol y La corporación

financiera internacional pasaron la propuesta de un programa para certificar en el aspecto

ambiental las construcciones nacionales. Buscando con esta medida el ahorro de agua y energía

en un 20%. Se espera que para el 2030, Colombia haya reducido las emisiones de gases de efecto

invernadero en un 20%, y para el 2050 que la economía sea neutra en emisiones de este tipo de

gases. El ministerio de ambiente sugiere que para acabar con este tipo de emisiones va a

depender de una evolución en la construcción de viviendas y como esto aportaría al desarrollo

urbano.

"Lo que hicimos primero fue construir una línea base para saber en dónde estábamos en

consumo energético y de agua, en diferentes pisos términos y en diferentes proyectos. No es lo

mismo tomar decisiones para Bogotá que para Barranquilla o para la costa Pacífica. A partir de

esa línea se generaron los lineamientos que se incorporaron en el decreto 1285 de 2015 y la

resolución 549 del mismo año y acá finalmente se estableció cómo es la normativa para consumo

energético. Después de esto nos quedamos pensando cómo hacemos para facilitar la aplicación

de la norma, que no es opcional. Lo que es opcional es la certificación. Cuando IFC nos plantea

la posibilidad de ser el socio local de Edge encontramos que era el camino para apoyar a los

constructores en el cumplimiento de la norma", cuenta Sandra Forero, presidente de Camacol.

Se puede evidenciar que sí es posible construir edificaciones sustentables y sostenibles, que

no es utopía y ya hay programas, decretos y leyes que sirven de guía sobre cómo y qué factores

se deben tener en cuenta para que los proyectos cuenten con las características adecuadas para

mitigar el cambio climático y disminuir la contaminación del medio ambiente. Para que eso
ocurra es necesario ser consiente del impacto que puede llegar a causar una construcción, usar las

guías y códigos de ética con el medio ambiente.

Es necesario conocer estas prácticas para hacerle frente a contaminación y al cambio

climático, que trae consigo múltiples consecuencias para la vida y el desarrollo humano. Por eso

es importante hacer tanto énfasis en el tema, ya que si no se frena esto, ahora que es posible,

puede que en unos años sea demasiado tarde.

“En conjunto, el rango de evidencia publicada indica que los costos netos de los daños del

cambio climático probablemente sean significativos y aumenten con el tiempo.” (Grupo

Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, NASA)


Referencias
Cf. White, T.D. et al.: Australopithecus ramidus, a new species of hominid from Aramis, Ethiopia;
Nature, 1994.
Mohamed Sahnouni et al. "Evidence of climate change in the lower Pleistocene site of El Kherba
(Algeria) and its possible impact on hominid activities, at 1.7 Ma". L'Anthropologie (2017).
ONU. (1987). Nuestro futuro común. Informe Brundtland. Comisión Mundial sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo. Organización de las Naciones Unidas.
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (1992).
British Antarctic Survey.
J. Cabezas Flores. Convivir con el Cambio Climático, 2008.
Real Academia de la Lengua Española (2014b). Diccionario de la Lengua Española. Vigésima
tercera edición. Colección de Diccionarios Espasa.
¿Desarrollo sostenible o sustentable? La controversia de un concepto. Revista Posgrado y
Sociedad, Sistema de Estudios de Posgrado, Universidad Estatal a Distancia, 2017.

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