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7 pasos prácticos para

cambiar de hábitos con éxito


Establecer objetivos y diseñar estrategias para cumplirlos
son herramientas clave. 
 

El planeamiento de estrategias para lograr objetivos ayuda a no fracasar en el intento.

Cada vez más seguido me sucede que personas que llegan a mi


consulta de nutrición me piden queles enseñe herramientas y recursos
que los motiven a empezar a cuidarse. Me dicen: “Doctor, ayúdeme
con algo que me dé el entusiasmo que estoy necesitando para poder
empezar a cambiar mis hábitos”.

Mi respuesta inmediata nos les hace mucha gracia: “Para cambiar


hábitos se necesita estar decidido. Sin motivación, no hay cambio”.
Para cualquier cambio que intentemos hacer en nuestra vida
requeriremos de una fuerte intención, de un firme compromiso.
De todas maneras comprendo que muchas veces que se carece del
entusiasmo necesario para empezar. Cuando el estado de ánimo está
bajo o nos sentimos sin ganas, tenemos que hacer algo antes para que
llegue la motivación. Muchas veces la motivación sigue a la acción
y no al revés. Primero hacemos, y luego nos entusiasmamos. Por
ejemplo, es posible que te haya pasado que no tenías ganas de salir a
pasear, y te decías “mejor me quedo en casa,  no la voy a pasar bien”,
pero igual saliste, y después te diste cuenta de lo que te hubieras
perdido. El hecho entonces de empezar ya es todo un logro, ya que
traerá aparejado, poco a poco, si es el caso, que la motivación surja.

Aquí comparto una serie de 7 pasos que considero muy útiles para
encaminarnos en un cambio para toda la vida.

Paso 1: CREER en uno mismo. Que creas que podés cambiar es el


punto más importante para lograrlo. Nada menos. Creer en uno mismo
mejora la percepción que uno se tiene. Los pensamientos tienen
mucho poder en el inconsciente, el cual dirige la mayoría de nuestras
acciones. El secreto está en cambiar la perspectiva que se tiene de la
acción a realizar. Aprender a dejar pasar los pensamientos de derrota,
y declarar que sí es posible lograr un gran cambio. 

Paso 2: Reconocé los hábitos que querés cambiar proponiéndote


objetivos generales. Identificá qué hábitos (comportamientos
automáticos) te están perjudicando.  La mejor forma para registrarlos
es escribiéndolos en un papel, de manera de no olvidarte al verlos por
escrito. Elegí hacer éste listado en un momento de mucha tranquilidad
ya que estás decidiendo tu rumbo. Seguramente tenés más de dos
hábitos que querés cambiar. Proponete que sea una lista de no más 4 a
5  comportamientos que deseás modificar. Una lista corta es mucho
más posible de comenzar, que una extensa. 
Por ejemplo: 1. “no como verduras”; 2. “no desayuno”; 3. “no hago
ejercicio”

Una vez que hayas escrito esa lista, cambiá las oraciones diciendo lo
que querés lograr, y en tiempo presente, ya que se trata de una acción
en el presente, y es hoy cuando tenemos el control total para actuar.
Siguiendo los mismos ejemplos: 1. “no como verduras”, entonces
“hoy como verduras”; 2. “no desayuno”, entonces “hoy me preparo un
desayuno saludable”; 3. “no hago ejercicio”, entonces “hoy hago
ejercicio físico”.

Paso 3: Proponete objetivos específicos. Nuestra mente tiene más


chances de comprometerse y concretar la tarea cuando la consigna es
precisa. Cuando nos fijamos objetivos mucho más concisos, es  más
probable realizarlos. Por ejemplo: “cada tres horas me tomo un vaso
de agua”; “cada día me levanto 20 minutos antes para salir a caminar
10 minutos”; “antes de salir de casa me tomo uno de mis desayunos
saludables”. Entonces, elegí solo uno de éstos objetivos generales del
paso 2 con el que quieras empezar, reformulándolo a un objetivo más
pequeño y específico (acción). Hacelo tan fácil que no puedas decir
que no. La sugerencia es  empezar con un objetivo a la vez. De esta
forma hay menos distracciones y más posibilidades de lograrlo.

Paso 4: Diseñá una estrategia para el objetivo específico. Tenemos


que diseñar un plan para lograr realizar la tarea que nos propusimos,
formulando una propia estrategia para lograr ese objetivo en concreto.
Por ejemplo: 1. Objetivo específico: “Cada tres horas me tomo un
vaso de agua” Estrategia: “Siempre tendré una botellita de agua a mi
alcance”. 2. Objetivo específico: “Cada día me despierto 20 minutos
antes para salir a caminar/trotar por 10 minutos” Estrategia: “Preparo
la noche anterior mi ropa deportiva y zapatillas para salir a entrenar 10
minutos por la mañana”. 3. Objetivo específico: “Antes de salir de
casa tomo un licuado con leche” Estrategia: “La fruta está preparada
para ser licuada dentro de un envase en la heladera”.

Paso 5: Prepará una SEÑAL que te ayude a no olvidar tu objetivo


específico. De la misma manera que nos dejamos anotados papelitos
de colores que nos ayudan a no  olvidarnos de las tareas del día,
debemos ser creativos para dejarnos señales y recordatorios que nos
ayuden a no olvidarnos de cumplir nuestro primer objetivo específico
que nos hemos fijado. Esta señal es esencial ya que actúa como
recordatorio para no olvidarnos de la tarea y crear nuevos hábitos. Por
ejemplo: 1. Objetivo: “Cada tres horas me tomo un vaso de agua”;
Estrategia: “Tendré una botellita de agua a mi alcance”;
Señal: “Pondré una alarma en el celular cada tres horas”; 2. Objetivo:
“Cada día me despierto 20 minutos antes para salir a caminar por 10
minutos”; Estrategia: “Preparo la noche anterior mi ropa para salir a
moverme 10 minutos por la mañana”; Señal: “Dejo mis cosas
preparadas en la puerta de mi dormitorio para que no pueda salir sin
verlas”. 3. Objetivo: “Antes de salir de casa tomaré un licuado con
leche”; Estrategia: “La fruta estará preparada para ser licuada dentro
de un envase en la heladera”; Señal: “Pondré una nota visible en mi
dormitorio para prepararme un licuado antes de salir”. El objetivo
principal de este paso es crear una SEÑAL efectiva que te recuerde
realizar la acción, y llegues al objetivo propuesto con mayor facilidad.

Paso 6: REGISTRÁ tus avances. La única forma de incorporar un


nuevo hábito a nuestra vida es repitiendo y repitiendo la acción tantas
veces hasta que se vuelva automática. Y para esto se requiere ser muy
constante. Tan simple como registrar cada día si cumpliste con el
objetivo específico marcando con un lápiz un acierto  y con una cruz
si no lo pudiste cumplir. Lo ponés en un lugar visible. Cuando no lo
hacés, marcás con una cruz, y escribís cuál fue el motivo que te
impidió cumplirlo ese día.

Paso 7: RECOMPENSÁ tus logros. Resulta especialmente


importante que te felicites cada vez que cumplas con el objetivo
específico elegido.  Cada vez que logres realizar correctamente tu
acción diaria, dedicate inmediatamente un reconocimiento con unas
palabras de aliento hacia vos mismo. Es muy importante darnos una
recompensa positiva para volver a hacerlo. Tomar la decisión de
cambiar hábitos, para nada se trata de un camino fácil, ya que siempre
hay avances y retrocesos (siempre), pero si decidimos mantenernos
fuertemente en él, definitivamente lo cambios van a suceder. 

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