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Datos generales
La cantárida, Lytta vesicatoria “mosca española”. Es un insecto verde metálico con reflejos
dorados de la familia de los Meloidos cuyo hábitat se extiende principalmente por la Europa
meridional.
La tintura madre se prepara a partir del animal entero desecado. Contiene esencialmente:
La cantaridina que provoca:
una reacción local con un simple eritema o con vesículas con flictenas
El empleo de la cantárida en medicina se remonta a una época muy lejana ya que el mismo
Hipócrates la recomendó en el tratamiento de la hidropesía. Sin embargo, debido a su toxicidad,
pronto dejo de emplearse por vía interna y solo se utilizaron sus propiedades vesicantes en
aplicaciones externas.
Esfera de acción
La lesión elemental es pues una lesión eritemato- vesiculosa, de aspecto penfigoide, ya que se
produce sobre una piel sana, no inflamatoria, manifiesta una clara tendencia a la confluencia que
explica el aspecto de ampolla.
En una segunda fase la pérdida total del techo epidérmico de la bulla le confiere, por exfoliación,
un aspecto necrótico que conduce a la formación de amplias exulceraiones que en las antiguas
materias medicas se escribían erróneamente como de aspecto gangrenoso.
Intoxicación por vía interna:
Experimentación patogenética
Ha permitido poner de manifiesto, con síntomas clínicos más matizados, el triple tropismo de la
sustancia por:
las mucosas
las serosas
la piel
A nivel de mucosas:
A nivel de la piel:
Signos característicos
Sensaciones:
de ardor intenso, de escozor y de dolor cortante como hecho por una navaja.
de tener en carne viva la piel o las mucosas
de hiperestesia de las regiones cutáneas que corresponden a los órganos enfermos y que
empeora con la palpación.
Modalidades:
Empeoramiento:
con el tacto, la palpación, al orinar.
Mejoría:
con las fricciones, estando acostado, con el calor y las aplicaciones calientes (frecuente
pero no obligatorio).
Signos concomitantes:
En las manifestaciones disúricas del medicamento, puede existir una excitación sexual
intensa con priapismo doloroso o prurito ardiente en la vaginitis que imposibilita su
satisfacción y llegar a su paroxismo.
sueño agitado, entrecortado por sueños lascivos y pesadillas.
sensaciones de embriaguez que le dan un aspecto de andar vacilante, titubeante.
ansiedad con gran agitación desordenada, irritabilidad hasta la maldad pudiendo conducir
a un estado de confusión, a un delirio agudo alucinatorio, a veces esta fuera de sí y furioso
(cóleras, deseos de morder, hidrofobia, convulsiones).
Afecciones cutáneas:
Quemaduras de 2º grado
Quemaduras debido a líquidos calientes
Insolaciones y exantemas o urticarias solares graves (lucitis).
Porfirias adquiridas.
Lesiones de radiodermatitis.
Herpes.
Herpes zoster penfigoides.
Eccemas con vesículas confluentes, con tendencia a necrosarse por exfoliación.
Ectimas, estados pelagroides, diversas eritrodermias y toxicodermias bullosas
yatrohenicas.
Laringitis con ronquera con sensación de llaga en carne viva o de espasmo que empeora
por la palpación del cuello.
Pleuresías en fase de estado, tras atenuación e incluso desaparición del dolor inicial
punzante del estadio Bryonía y aparición eventual de oliguria. En contraste con la mejoría
de los demás signos clínicos, el derrame pleural aumenta. Su abundancia conlleva un
aumento de la disnea, de la opresión respiratoria debida a la compresión de los dolores
constrictivos, hasta llegar a una tendencia sincopal.
dolores abdominales quemantes, cortantes, que empeoran con la presión, mejoran con
aplicaciones calientes y doblándose en dos.
Heces disentéricas mucosanguinolentas, fétidas y con tenesmo rectal.