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Oro Metálico Au
Datos Generales
Historia:
El oro es conocido desde la antigüedad, en China, en Egipto (donde creían que se trataba de
partículas de sol enfriadas y solidificadas). Su uso terapéutico parece remontarse a Dioscórides en
el año 36 antes de Cristo. Los médicos árabes lo empleaban en forma de polvo en algunas
indicaciones evocadas posteriormente por Samuel Hahnemann:
“A comienzos del siglo XI, Avicenas revela que el oro en polvo forma parte de los remedios contra
la melancolía, que hacia desaparecer el aliento fétido, y que por incluso por vía interna, era un
gran remedio contra la caída del cabello, que fortalecía los ojos, que era útil en la cardialgia y en
las palpitaciones del corazón y que era muy conveniente en las dificultades respiratorias.”
Un médico francés, el Dr. Molin, efectuó varios experimentos en 1847. Un inglés, Brunett,
respondiendo a las críticas de su compatriota R. Hughes, redactó en 1879 una monografía de unas
50 páginas. Da los resultados de una experimentación sobre sí mismo.
Los grandes autores anglosajones clásicos dan patogenesias establecidas a partir de las primeras
fuentes. T.F. Alien describe 593 síntomas. Admite solo la fiabilidad de 90 de estos, a nivel
estrictamente patogenético. El oro no es tóxico y por lo tanto no existe la correspondiente
toxicología.
En contra de sus hábitos, Hahnemann indica la preparación y alguna de las dosis empleadas en la
patogenesia. Comenzó probando con oro en solución con los ácidos minerales. Reunió los
síntomas obtenidos en una patogenesia de Aurum muriaticum, el cloruro de oro.
Los ensayos efectuados para la patogenesia de Aurum metallicum han sido efectuados con el oro
en láminas (Aurum foliatum). Hahnemann escribe:
“Trituré un grano* de oro puro en lámina (de veintitrés quilates) con cien granos de azúcar de
leche durante una hora larga, para emplearlo por vía interna”
(*) el grano, una unidad de medida oficinal en peso, en la época de Hahnemann era la 72a parte
del “grueso”, este último equivalía aproximadamente a 4 gramos Hahnemann tomaba o daba a
tomar 100 gramos, es decir alrededor de 6 gramos de este polvo (contenían un grano de oro).
Bioquímica y Toxicología
El oro se introduce por vía respiratoria o cutánea (patología laboral) o por vía parenteral
(utilización de las sales de oro en el tratamiento de la poliartritis reumatoide).
Es transportado esencialmente por los macrófagos, donde persiste durante muchos años después
de haber sido fagocitado. El oro coloidal que se introduce por vía nasal, puede igualmente
almacenarse a nivel cerebro.
La eliminación es preferentemente urinaria y biliar. Los mecanismos de acción del oro son
esencialmente:
Un trastorno de los procesos de abastecimiento celular.
Modificaciones inmunoalergológicas, aumento de la IgE, aumento de la actividad
linfocitaria T.
Modificaciones óseas y cutáneas con aumento del colágeno total.
Trastornos cutáneos:
Aurides cutáneos: dermatitis, eritrodermia, queratodermia
Dermatitis por sensibilización, eccemas
Manifestaciones renales especialmente las provocadas por sales de oro y debidas a mecanismos
tóxicos e inmunológicos (glomerulonefritis extramembranosas con proteinuria, raramente
síndrome nefrótico).
Esfera de acción
La patogenesia efectuada por Hahnemann y sus colaboradores nos muestra la importancia de los
datos empíricos tradicionales (en particular de los médicos árabes sobre este medicamento) y de
la observación clínica sobre los enfermos.
Hahnemann y sus primeros discípulos habrían observado curaciones, con diluciones altas de
Aurum metallicum, de lesiones anatomopatologicas profundas que no tenían relación con los
efectos tóxicos del oro en estado natural.
Los ensayos realizados con trituraciones de oro en láminas, habrían permitido establecer la
realidad de correspondencias analógicas entre las dianas patogeneticas en el sentido estricto y la
clínica. Aquellos que se efectuaran con 30 CH sobre personas sensibles habrían confirmado la
existencia primordial de fenómenos de hiperemia y de manifestaciones psíquicas características.
Signos Característicos
Sensaciones:
Cabeza:
Vértigos al inclinarse
Sensación de plenitud con aflujo de sangre a la cabeza, cefaleas, vértigos que empeoran
con el trabajo intelectual o al agacharse.
Dolores perforantes y desgarrantes en los huesos del cráneo y de la cara
Otorrinolaringología:
Presión y tensión en los ojos
Hemianopsia horizontal superior: sólo puede ver la mitad inferior de los objetos.
Diplopía
Sensación de tener arena en los ojos
Hiperestesia al ruido
Silbidos, zumbidos, crujidos en los oídos
Hiperestesia del olfato
Olor pútrido de la nariz al sonarse
Aparato cardiovascular:
Violentas palpitaciones con gran ansiedad
Sensación de que el corazón deja de latir, seguida de una impresión violenta.
Constricción del pecho sobre el esternón, opresión y ansiedad.
Aparato digestivo:
Gusto amargo, insípido, pútrido
Sed
Calor urente y dolor cortante que irradia al hipocondrio derecho
Extremidades:
Dolores desgarradores como calambres en los huesos de las dos muñecas
Dolores en las rodillas, como si estuvieran vendadas
Dolores contusivos en todos los miembros
MODALIDADES:
Peor:
Por la noche
Con el frio, en el invierno, para las manifestaciones depresivas
Con el ruido
Con el cansancio intelectual
Por la contradicción que provoca cólera
Mejor:
Con el aire fresco, en cuanto a las manifestaciones de hiperemia (los enfermos vasculares
hipertensos, toleran mal el calor excesivo del verano, a pesar de ser frioleros. Pueden
buscar el aire fresco que les alivia de sus accesos congestivos)
En verano para los fenómenos depresivos.
Signos concomitantes:
Sed
Deseo de bebidas alcohólicas
Correspondencias etiológicas:
Hipertensión arterial.
Etilismo crónico.
Tipo sensible
Encontramos indicaciones clínicas de Aurum Metallicum cualquiera que sea el tipo sensible. Pero
las etiologías preferibles incitan a prescribirlo en enfermos vasculares y/o hepáticos, con un
psiquismo especial.
Morfología:
El aspecto más frecuente a menudo engañoso, es el de una persona pletórica con el rostro
enrojecido, congestivo que evoca a sulfur en el cual puede darse como complementario. La nariz
parece la de un alcohólico, con una red venosa subcutánea.
Tendencias mórbidas:
Ya se han descrito en la esfera de acción. Los enfermos vasculares y /o hepáticos recogen las
indicaciones más frecuentes sobre todo si presentan el comportamiento que se describe ahora.
Comportamiento
Se caracteriza por variaciones bruscas de la actividad y sobre todo de la emotividad.
Hiperactividad y alegría a veces ficticia que alterna con fenómenos depresivos a veces
enmascarados.
Cóleras frecuentes y violentas.
Irritable y vehemente, la menor contradicción excita su mal humor.
Profunda tristeza.
Sentimiento de indignación y de desesperanza.
Falta de confianza en si mismo, se llena de reproches, sentimiento de fracaso.
Desaliento, desgano ante la vida.
Ideas obsesivas de suicidio.
Indicaciones cardiovasculares:
Hipertensión arterial: es una de las indicaciones más frecuentes y de las más fieles. Las
manifestaciones funcionales por oleadas: sofocos brutales, sensación de congestión
cefálica sobre todo en la nuca, vértigos. La evolución es progresiva, es más paroxística en
el joven que en el anciano escleroso. También puede tratarse de una HTA menopáusica.
Eretismo cardíaco y extrasístoles: sensación de latidos torácicos, impresión de que el
corazón dejara de latir y vuelve a hacerlo con un sobresalto, sensación constrictiva, de
ahogo que provoca una angustia intensa.
Insuficiencia coronaria: ángor de esfuerzo o angina de Prinzmetal.
Indicaciones digestivas:
Esencialmente etilismo en las personas que presentan los signos generales del
medicamento. Los signos funcionales digestivos son banales, aliento fétido, lengua sucia,
sed intensa, sensación de hinchazón epigástrica, ardores, regurgitaciones náuseas,
flatulencias que no puede expulsar, a veces hemorroides sangrantes al deponer. En el
examen clínico, hígado graso y doloroso, subictericia y en último extremo cirrosis.
Otras indicaciones:
Periostitis u osteítis crónicas de los huesos cortos con intensos dolores, mal tolerados, que
empeoran durante el invierno, con el frio y por la noche. La supuración, si existe, es fétida.