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La computadora

Ayer la computadora
se escapó de la oficina.
Dicen que estaba muy rara
desde hacía varios días.

Se le perdían palabras
y andaba muy distraída,
con los cables despeinados
y las letras desprolijas.

Su único ojo lloraba


cuando nadie la veía.
Y sus teclas suspiraban
cada vez que la encendían.

Dibujaba corazones
en su pantalla aburrida
y una noche la encontraron
deshojando margaritas.

Si los demás le pedían


que diera una explicación,
ella sólo contestaba:
“Estoy triste punto com”.

Pensaban que estaba enferma


con un virus complicado.
Pero también se sospecha
que se había enamorado.

Hasta que hace una semana,


la vieron emocionada
mientras leía un e-mail
que al fin alguien le mandaba.

Y ayer, la computadora
guardó todos sus archivos
y con el enchufe al hombro
se fue silbando bajito.

Pero ahora será feliz


se la ve mucho mejor,
se la pasa en internet
escribiéndole a su amor.

Liliana Cinetto.
En 20 poesías de amor y un cuento desesperado.

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