Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
11 de abril de 2011
Tiempo de lectura: 3 minutos
Dios siempre prueba las intenciones de nuestro corazón. En esta historia, el señor
de la viña probó a los últimos trabajadores cuando los contrató diciendo que
pagaría lo justo y ellos aceptaron, confiando en él, agradecidos por la
oportunidad de trabajar. Seguramente fue a ellos a quienes contrató para el
siguiente día y si les pagó un denario por hora de trabajo, les pagaría doce
denarios por doce horas. ¡Así es la justicia del Señor que nos da más de lo que
imaginamos! Aprendamos de ellos y aprovechemos las oportunidades, por
pequeñas que parezcan porque seguramente son las correctas en ese momento de
tu vida. A veces actuamos con arrogancia, esperando solamente grandes
oportunidades, pero sólo quien demuestra valor en lo poco será puesto en mucho.
Lo pequeño abre las puertas a lo grande. ¡Aprovecha todo lo que venga!
Todos, justos e injustos reciben fruto de su trabajo. Le irá bien a quien hace lo
correcto porque trabaja y se esfuerza. De igual forma, le irá mal a quien no obra
con justicia y desperdicia las oportunidades (Isaías 3:10-11). Esfuérzate
haciendo el trabajo que te corresponde y Dios te bendecirá.
Además, Dios llena hasta rebalsar los graneros de los justos que le honran con las
primicias de sus cosechas (Proverbios 3:9-10). La economía bíblica no está
ligada a la misericordia sino a la justicia. Al hacer lo correcto, Dios, justamente,
nos da lo que merecemos.
El Señor es bueno y con Sus mandamientos nos recuerda que obrando con
justicia recibiremos bendición. Dale gracias y entrégale tu corazón para que Sus
leyes justas y llenas de misericordia gobiernen tu vida.