Por definición la inteligencia nos lleva al conocimiento más Intimo profundo.
Definido el objeto de conocimiento, nos aproximamos hacia el mismo. En lo natural va a la esencia de las cosas, en lo sobrenatural va a la Esencia de Dios, y para ello necesitamos el soplo del Espíritu Santo a nuestra cognición. Curiosamente, no hablamos de la tan ponderada capacidad de razonamiento, sino de una intuición de la verdad que permite el encuentro con la esencia de las verdades divinas. Comprendemos así la Palabra de Dios, asimilamos las enseñanzas que ha depositado en su Iglesia y nace en nosotros el deseo de servirla con compromiso profundo y arraigado. Son los ruidos del mundo, las distracciones que luego nos distraen de tan noble cometido La identificación con la causa y el compromiso cristiano deriva de este Don.