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«La salud es el bien más preciado que hay.

Ya sé que la famosa canción


hablaba de salud, dinero y amor, pero ¿para qué te sirve mucho dinero si no
puedes disfrutarlo por tus problemas de salud? O ¿puede haber algo más triste
que haber encontrado al amor de tu vida y no poder disfrutar de una relación
plena por culpa de la salud? [Así] que si os dan a elegir entre salud, dinero o
amor, empezad por salud, y luego ya veremos.» Este libro «no es un manual
de primeros auxilios, pero te puede salvar la salud y la cartera».
El nuevo libro de J. M. Mulet, «¿Qué es la vida saludable? Mitos y verdades
sobre la salud para vivir más y mejor,» Ediciones Destino, Editorial Planeta
(2019) [255 pp.], se apunta a la moda de los mitos (o mejor, leyendas urbanas).
Nos presenta 103 leyendas urbanas sobre la vida saludable a ojos de la
literatura médica y las revistas científicas. Incluye muchas afirmaciones o
consejos sobre la salud que son falsos, algunos que son ciertos, e incluso otros
para los que no hay opinión científica consensuada al respecto. Todo en el libro
«está basado en datos experimentales contrastados y fiables, y además
[siempre se] cita la fuente para que puedas consultarlo directamente.» Sin lugar
a dudas un libro que merece la pena leer y disfrutar.
Debo confesar que no me gustan los libros de mitos, prefiero los libros que
presentan un discurso estructurado, pero muchas de las afirmaciones
desmitificadas por Mulet me han resultado sorprendentes. Te recomiendo
escuchar la entrevista que le hicimos a Mulet en el podcast «Biosíntesis
BS#9», LCMF 30 nov 2019. También las reseñas de «Comer sin
miedo», LCMF, 02 feb 2014; «Medicina sin engaños», LCMF, 21 feb 2015; «La
ciencia en la sombra», LCMF, 09 jul 2016; «Transgénicos sin miedo», LCMF,
15 jul 2017; y «¿Qué es comer sano?», LCMF, 02 jun 2018. Sin lugar a dudas,
J. M. Mulet es uno de los grandes divulgadores en español, con un estilo
propio, que combina el rigor científico con ciertos toques de humor, entre la
ironía y el sarcasmo. Su nuevo libro, como los anteriores, se lee de un tirón y
se disfruta con placer.
Tras la introducción, «La salud. La gran protagonista de la película de la vida»
[pp. 11-14], encontramos quince capítulos que agrupan los diferentes mitos, un
epílogo y un índice de mitos. El capítulo 1, «Medicina de la general» [pp. 15-
33], agrupa los primeros ocho mitos. No es cierto que la medicina sea una
ciencia exacta e infalible, tampoco que los médicos sean infalibles. Me ha
gustado la discusión del sesgo de publicación y del marketing agresivo de las
empresas farmacéuticas. Mulet nos recuerda que la medicina alternativa, la
complementaria y la integrativa, si fueran efectivas, no necesitarían adjetivos,
se llamarían medicina, a secas.
«Lo que le funciona a mi cuñado me funciona a mí. Falso. Este es uno de los
mitos contra los que más tienen que luchar los médicos de familia cada día.
[Más aún] Internet es una buena fuente de información médica. Puede serlo,
pero ¿sabrías distinguir la información buena de la mala? [En] todo el mundo,
consultar los síntomas con el doctor Google es una costumbre muy extendida,
tanto que se ha convertido en una herramienta para predecir la aparición de
epidemias». Sin lugar a dudas nuestra salud sería mucho mejor si confiásemos
más en los médicos de familia.
El capítulo 2, «Ese oscuro objeto del placebo» [pp. 34-42], presenta los mitos
del 9 al 15; como «¿hay placebos que funcionan mejor que otros?» («sí,
claro»); o «el placebo  no funciona en niños o en animales» («falso como un
billete de tres euros»); o «¿podemos autoconvencernos de que un placebo es
una medicina real?» («sí, y más fácilmente de lo que parece»). «Un placebo
puede ser efectivo. Para enfermedades imaginarias, medicinas imaginarias,
pero, para todo lo demás, medicinas de verdad».
«Ha nacido un mito» [pp. 43-71], el capítulo 3, presenta los mitos del 16 al 26;
como «hay más partos en días de luna llena» («falso; podéis hacer una prueba
muy sencilla»); o «es mejor el parto en casa» («es un tema controvertido, [pero]
la respuesta es que no»); o incluso «los niños nacidos con cesárea tienen más
problemas de salud» («en general, no, pero hay un pero«). La microbiota y el
microbioma están de moda. «Yo creo que estamos viviendo una época de
microbioentusiasmo que no es debida tanto a que el microbioma tenga que ver
con todo, sino a la coyuntura actual, en la que tenemos un aluvión de datos.
Esto provoca que, al ser todo nuevo, se publique mucho, aunque las
conclusiones a veces destilan demasiado entusiasmo» (es decir, sesgo de
confirmación).
El mito 24 «¿Existe algún método para que un bebé deje de llorar?» se inicia
rotundo: «Sí, pero antes de que yo conteste a la pregunta, tendrías que hacerte
tú esta pregunta: ¿por qué llora un bebé?». Y más rotundo aún, el mito 25 «Los
resfriados se deben a un enfriamiento y se curan con vitamina C». «No y no.
[Las] medidas más elementales para prevenir los catarros, más que abrigarse
mucho, son lavarse mucho las manos cada vez que estés en un sitio público y
apartarse de la gente que tose o estornuda». Y, por cierto, «¿sirve para algo el
Vicks VapoRub?» (cuando yo era niño abusábamos de este producto), y
«¿cada vez hay más alergias?» (te remito al libro para que disfrutes de las
respuestas).
Mi estilo de reseñas analíticas es complicado para los libros de píldoras o de
mitos. Me gusta reflejar el estilo de escritura del autor, pero en el caso de Mulet
seguro que ya lo conocerás. Así que permíteme ser breve. El capítulo 4,
«¿Quién teme a las vacunas?» [pp. 72-81], presenta los mitos 27 a 31,
empezando por «las vacunas producen autismo» («falso, muy falso; además,
sabemos de quién es la culpa de que la gente siga pensando eso»). Y
acabando con «las vacunas son obligatorias» («depende; si eres un perro o un
gato o un animal de compañía sí que es obligatorio que te vacunes»). Así
llegamos al capítulo 5, «Educando a tus hijos» [pp. 82-93], mitos del 32 al 36,
como «¿es conveniente que los niños vean la televisión?» («depende de la
edad del niño»), o «¿mi hijo puede ser adicto a internet?» («no, pero es una
cuestión de definición»).
No podía faltar la sexualidad en este libro, «Leyendas y pasión» [pp. 94-106],
mitos del 37 al 41, ni la cosmética y la cirugía estética, «La piel que habitamos»
[pp. 107-123], mitos del 42 al 49, ni las «Medicinas del pasado» [pp. 124-134],
mitos 50 a 54. Me gustaría destacar que todos los capítulos se inician con una
presentación de entre media página y unas tres páginas, que justifica el porqué
se agrupan dichos mitos en el capítulo.
El capítulo 9, «La vuelta al mundo en ochenta medicinas» [pp. 135-149], mitos
55 a 62, nos presenta las bondades potenciales de las medicinas más exóticas.
La medicina china, la acupuntura, el reiki, la pseudomedicina ayurvédica y la
chamánica. Con gran maestría, se nos recuerda que «Hay un dato que es
demoledor. La esperanza de vida en la India y en China y la mortalidad infantil
bajó después de la segunda guerra mundial, coincidiendo con la expansión de
la medicina occidental por los dos países. Parece que las medicinas
tradicionales no eran muy efectivas».
Mucha gente confunde la homeopatía con la fitoterapia, quizás por ello se
agrupan en el capítulo 10, «Hierbas y homeopatía. De dilución también se
vive» [pp. 150-167], mitos 63 a 71. «Una de las palabras mágicas para vender
es «natural». […] Que un fármaco natural sea efectivo no es porque la planta
sea buena y piense en ti, sino por casualidad. Y no olvidemos que cuando
estás enfermo lo importante es curarte, no el origen del remedio, ¿no crees?
[…] ¿Existe algún tratamiento para una enfermedad seria basado en la
fitoterapia? Pues no». El mito 64, «la fitoterapia no tiene efectos secundarios»
lo deja claro: «Falso. Si algo tiene un efecto, siempre tiene asociados efectos
secundarios, ya sea por exceso, por producir alergias o intolerancias o por
tener algún tipo de toxicidad». Y el mito 67 discute una pregunta complicada,
«¿es la marihuana una planta medicional?», con un comentario final que
disgustará a algunos aficionados al cannabis: «si finalmente se consiguen
eliminar los efectos psicoactivos de la planta del cannabis, ¿alguien estará
interesado en cultivar su propia marihuana medicinal?»
El mito 69, «¿todo lo que venden como homeopatía es agua y azúcar?» nos
recuerda lo obvio: «No, y esta es una de las razones por las que la homeopatía
no es inocua. […] Amparándose en el vacío legal que hay con la homeopatía,
se están comercializando como homeopáticos medicamentos sin ninguna
regulación. [Si] lo vendes como homeopático, pues cuela». Y así llegamos al
capítulo 12, «Todos dicen es benigno» [pp. 168-183], mitos 72 a 78, sobre el
cáncer, y al 13, «Esa maldita química, esas malditas radiaciones» [pp. 184-
200], mitos 79 a 83. No olvidemos que «un viejo truco de la pseudomedicina es
dar un diagnóstico falso de una enfermedad que no existe para luego aplicar un
tratamiento falso. Y además te vas contento porque te han curado».
El capítulo 14, «Mitos para sus ojos» [pp. 201-217], mitos 84 a …, como «¿son
efectivos el yoga y el reiki ocular?» («la respuesta corta es que no»), «¿se
puede diagnosticar una enfermedad mirando el iris?» («no, ni de lejos; sin
embargo, la iridología sigue siendo una de las pseudoterapias más
populares»), «¿es verdad que hay gente que es capaz de ver más colore?»
(«quizás; como poder, podría ser, pero no estamos seguros de cómo su
cerebro podría procesar esa información; la causa es genética»). El penúltimo
capítulo, «La edad del medio maratón» [pp. 218-233], mitos 92 a 97, se dedica
al dolor, la quiropráctica, la osteopatía, el kinesiotaping, la electroestimulación y
la magnetoterapia.
El último capítulo, «El fin y los mitos» [pp. 234-248], mitos 98 a 103, nos habla
del envejecimiento y sus enfermedades asociadas. El mito 99, «¿se puede
sufrir una demencia senil siendo joven?» nos habla de las proteínas priónicas,
el 102, «si te congelan, ¿en el futuro pueden revivirte y curar tu enfermedad?»
de la criogenización, y el último, «pregunta final: ¿existe vida más allá de la
muerte?» concluye rotundo: «No lo sé, ni tampoco es una pregunta que me
quite demasiado el sueño. Bastantes cosas interesantes hay para hacer en
esta vida como para preocuparse de la hipotética otra vida«.
Así llegamos al «Epílogo: cuida tu salud» [pp. 249-250]. «El barómetro del CIS
ha denunciado repetidamente que en España falta muchísima información
sobre pseudoterapias. Bien, después de leer este libro, ya no puedes decir que
no estés informado. […] La medicina es mejorable, estamos de acuerdo, pero
tu salud es el bien más preciado que tienes, no la regale a cambio de nada. Y,
ante cualquier duda, consulta fuentes fiables». Consulta con tu médico de
familia.
En resumen, un segundo libro sobre mitos de Mulet, tras «¿Qué es comer
sano?», que seguro que disfrutarán todos los buenos aficionados a este género
literario. El estilo de Mulet es inconfundible y se disfruta desde el principio.
¡Qué lo disfrutes!.

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