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REQUISITOS DE LA DEMANDA,ADMISION DE LA

DEMANDA, DEMANDA DE LIQUIDACION DE DERECHOS


INDIVIDUALES, REQUISITOS DE LA CONTESTACION DE
LA DEMANDA, CASO ESPECIAL DE PROCEDENCIA

INDICE
INTRODUCCION.............................................................................................................................2
CAPITULO I.....................................................................................................................................3
1. REQUISITOS DE LA DEMANDA...............................................................................................3
1.1 Concepto..................................................................................................................................3
1.2 La designación del Juez ante quien se interpone......................................................................5
1.3 El nombre, datos de identidad, dirección domiciliaria y domicilio procesal del demandante...6
1.4 El nombre y dirección domiciliaria del representante o apoderado del demandante.................7
1.5 El nombre y dirección domiciliaria del demandado.................................................................9
1.6 El petitorio, que comprende la determinación clara y concreta delo que se pide....................10
1.7 Los hechos en que se funde el petitorio..................................................................................11
1.8 La fundamentación jurídica del petitorio................................................................................12
1.9 El monto del petitorio, salvo que no pudiera establecerse......................................................13
1.10 La indicación de la vía procedimental que corresponde a la demanda..................................14
1.11 Los medios probatorios........................................................................................................14
1.12 La firma del demandante; o de su representante o de su apoderado, y la del abogado..........15
1.13 Anexos de la demanda..........................................................................................................15
CAPITULO II..................................................................................................................................16
2.1 CALIFICACIÓN DE LA DEMANDA......................................................................................16
2.2 AUTO ADMISORIO DE LA DEMANDA................................................................................16
2.3 EXCEPCIONES.........................................................................................................................17
CAPITULO III.................................................................................................................................18
3.1 DEMANDA DE LIQUIDACIÓN DE DERECHOS INDIVIDUALES.....................................18
3.1.1 Derechos laborales del trabajador........................................................................................18
3.2 LEGISLACION SOBRE LOS DERECHOS DEL TRABAJADOR..........................................19
3.4 LA LIQUIDACIÓN DE DERECHOS INDIVIDUALES..........................................................19
3.5 LA DEMANDA JUDICIAL......................................................................................................20
3.6 NATURALEZA JURÍDICA DE LA DEMANDA.....................................................................21
3.7 EL CONTENIDO DE LA DEMANDA Y SUS REQUISITOS.................................................21
3.8 REQUISITOS DE LA DEMANDA DESDE EL PUNTO DE VISTA PROCESAL..................21
3.9 CALIFICACION DE LA DEMANDA......................................................................................22
4.0 TRATAMIENTO LEGAL EN EL PERU DE LA LIQUIDACION DE DERECHOS
INDIVIDUALES.............................................................................................................................23
CAPITULO IV.................................................................................................................................24
4.1 REQUISITOS DE LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA...............................................24
4.1.1 Requisitos y contenido de la contestación a la demanda......................................................25
4.1.2 Efectos de la falta de contestación.......................................................................................27
4.1.3 Contestación en sentido negativo........................................................................................28
4.1.4 Contestación en sentido positivo.........................................................................................28
4.2 REQUISITOS DE LA CONTESTACION DE LA DEMANDA...............................................28
4.2.1 Constar por escrito...............................................................................................................28
4.2.2 Pronunciarse sobre la verdad de los hechos alegados por el actor.......................................29
4.2.3 Ofrecer y determinar los medios de prueba.........................................................................29
CAPITULO V..................................................................................................................................29
5.1 CASO ESPECIAL DE PROCEDENCIA...................................................................................29
5.1.1 ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 615 DEL CPC.....................................................................29
5.2 OPORTUNIDAD PARA SOLICITAR UNA MEDIDA CAUTELAR EN EL SUPUESTO
ESPECIAL.......................................................................................................................................30
5.3 PROCEDENCIA O FUNDABILIDAD DE LA MEDIDA CAUTELAR ESPECIAL
SOLICITADA..................................................................................................................................30
5.4 SENTENCIA DEFINITIVA O SENTENCIA FIRME EN EL CASO ESPECIAL DE
PROCEDENCIA DE MEDIDAS CAUTELARES..........................................................................32
BIBLIOGRAFIA..............................................................................................................................34

INTRODUCCION
En esta presente monografía se trata la idea del proceso que supone algo más que la simple
concatenación de actos: supone la bilateralidad de todas las instancias de las partes es decir,
que para que nazca o exista un proceso debemos entender previamente la existencia de un
acto de iniciación del mismo (la demanda) un acto que permite dar la apertura al mismo
(auto admisorio) y por consiguiente un acto mediante el cual quien ha sido emplazado con
la demanda la absuelve, la contradice, la contesta; es a partir de allí, que podemos advertir
la existencia de un proceso.
Sin perjuicio de ello, en la doctrina se señala que “el proceso” transcurre por cinco etapas
claramente definidas, así, existe una etapa postulatoria, una probatoria, una decisoria, una
impugnatoria y finalmente una ejecutoria. La primera implica el inicio del proceso a través
de distintos actos procesales tanto de las partes como del juez, siendo el primero de ellos la
presentación de la demanda, que viene a ser el ejercicio de la acción procesal es decir aquel
escrito mediante el cual el demandado acude al Estado en busca de tutela jurisdiccional. En
tal sentido, conforme lo señala Alvarado, es a partir de este acto procesal ante la autoridad
competente, que surge para ella un claro deber procesal de proveer a su objeto: iniciar un
proceso.
Es así que la demanda judicial la debemos entender cómo, toda petición formulada por las
partes al Juez en cuanto traduce una expresión de voluntad encaminada a obtener la
satisfacción de un interés. Sin embargo, en un sentido estricto, la expresión demanda se ha
reservado para designar la primera petición del demandante, en la que haciendo uso de su
derecho de acción, acude al Organo Jurisdiccional, planteando sus pretensiones. Asimismo
la demanda, como primer acto procesal, tiene una trascendental importancia en el
desarrollo de la relación jurídica procesal. Además de constituir el vehículo a través del
cual el actor plantea sus pretensiones, constituye una limitación a los poderes del Juzgador,
pues éste deberá limitarse a resolver lo que están planteando en la demanda; no puede ir
más allá de la voluntad del actor, y correlativamente a la del demandado quien tiene
similar derecho; los hechos descritos en la demanda y en la contestación, están limitando la
admisión y actuación de los medios probatorios; los defectos de forma, advertidos por el
Juez o por la parte demandada, a través de las excepciones respectivas, impiden el avance
del proceso.
Por ultimo este trabajo es una serie de recopilaciones conceptuales, que utilísimos para
poder establecer adecuadamente cuales son los pasos específicos que debemos ultilsar
según la normativa vigente para que en los procesos judiciales nos acepten nuestras
peticiones judiciales
CAPITULO I

1. REQUISITOS DE LA DEMANDA
Es en la demanda donde se materializa nuestro ánimo de pedir, de conseguir algo. Ese
ánimo es amplio, como lo es la realidad jurídica; está mezclado de pasiones e intereses que
no siempre son o están ajustados a derecho. Es en esa medida que hablamos del interés, de
un sujeto procesal, que no escatimaría medios para lograr su anhelo, cual es ver el interés
ajeno subordinado al suyo.
Es a manera de contrapeso, a este ánimo o interés particular, que nace el interés de proteger
el orden público, señalando diversas exigencias destinadas a morigerar y encauzar las
conductas de las partes; a lograr una ordenación adecuada del proceso. Se imponen así, si
cabe el término, cargas o límites a la voluntad arbitraria de las personas al momento de
iniciar el proceso con la demanda. Se imponen los requisitos dela demanda.
1.1 Concepto
La demanda es la plasmación objetiva del derecho de acción, cuya finalidad es pedir, a la
autoridad jurisdiccional competente, resuelva la pretensión basada en un conflicto de
intereses o incertidumbre jurídica. Por la demanda se ejercita la acción; es el medio
procesal para hacerlo.
La demanda, como primer acto procesal, tiene una trascendental importancia en el
desarrollo de la relación jurídica procesal. Ese, su carácter principal, de tantas proyecciones
en el proceso, explica y justifica las exigencias del contenido y forma que prescribe la ley,
en ella, para admitirla como tal. Debe de observarse, entonces, los requisitos generales y
específicos según corresponda, así como los anexos respectivos, los que serán calificados
por el Juez.
Juan Morales Godo, manifiesta que es indudable que, conforme a las reglas del Código
Procesal Civil, la redacción de una demanda debe efectuarse con la mayor claridad,
precisión y estudio, por cuanto los hechos y las pretensiones no se pueden modificar una
vez que el demandado ha sido emplazado (notificado con la demanda). Por el principio
IURA NOVIT CURIA, el Juez solo puede aplicar la norma jurídica pertinente, mas no
puede modificar los hechos y las pretensiones. El actor debe asumir las consecuencias de
las omisiones o negligencias cometidas, así como la posibilidad del rechazo de la demanda
por incumplimiento de algunas de las formalidades establecidas.
En conclusión, es de suma importancia que la demanda se haga bien; que sea ordenada,
precisa, coherente; así no será complicada la interpretación que, de ella haga, en su
oportunidad, el Juez.
Con la enumeración taxativa de los requisitos en la ley procesal se busca que la demanda no
sea oscura ni irregular. Los artículos 424 y 425 del Código Procesal Civil contienen los
requisitos y anexos respectivamente, que deben presentarse en y con la demanda. Los
primeros son los elementos intrínsecos que deben estar presentes en toda demanda, y los
segundos son los documentos que se agregan a la demanda, a fin de cumplir, en forma
conjunta, con los requisitos de admisibilidad y procedencia.
Los requisitos de la demanda tienen como antecedente el artículo 306 del Código de
Procedimientos Civiles de 1912. Los requisitos señalados en el artículo 424 del Código
Procesal Civil son mucho más detallistas y minuciosos, que lo indicado por el código
adjetivo derogado, pues indican el orden inicial y final de una demanda.
Antes de desarrollar cada uno de los requisitos de la demanda, es necesario mencionar que
esta, como todo escrito que se presenta al proceso, se sujeta a una serie de reglas precisadas
también por el Código Procesal Civil en sus artículos 130 y 131, por los cuales el escrito
que se presente al proceso se sujeta a las siguientes regulaciones:
- es escrito en máquina de escribir u otro medio técnico;
- se mantienen en blanco un espacio no menor de tres centímetros en el margen
izquierdo y dos en el derecho;
- es redactado por un solo lado y a doble espacio;
- cada interesado enumerara correlativamente sus escritos;
- se sumillará el pedido en la parte superior derecha;
- si el escrito tienen anexos, estos serán identificados con el número del escrito
seguido de una letra;
- se usa el idioma castellano, salvo que la ley o el Juez, a pedido de las partes,
autoricen el uso del quechua o del aymara;
- la redacción será clara, breve, precisa y dirigida al Juez del proceso y, de ser el
caso, se hará referencia al número de la resolución, escrito o anexo que se cite; y
- si el escrito contienen OTRO SIES o fórmulas similares, estos deben contener
pedidos independientes del principal.
Además, los escritos serán firmados, debajo de la fecha, por la parte, tercero legitimado o
abogado que lo presenta. Si la parte o tercero legitimado que lo presenta no sabe firmar
pondrá su huella digital, la que será certificada por el auxiliar jurisdiccional respectivo.
Tenemos también la Resolución Administrativa Nº 014-93-CE-PJ, que señala por una
parte, las mismas formalidades de los artículos 130 y 131 del Código procesal Civil, y por
otra parte, agrega requisitos como que: a)el escrito debe presentarse en hoja de papel
tamaño A4; b) que en la parte superior derecha de los escritos, se indicará en orden
descendente el nombre del secretario, si es el caso; número del expediente; cuaderno del
expediente en el que el escrito se presenta; numeración del escrito que sucesivamente se
presenta( esta última se encuentra en el artículo 130.4 del Código Procesal Civil).
1.2 La designación del Juez ante quien se interpone
Este inciso tiene como antecedente el inciso 1º del artículo 306 del Código de
Procedimientos Civiles de 1912 que se expresa en los mismos términos que el actual.
Sobre este punto, los comentaristas del Código de Procedimientos Civiles de 1912, ya
derogado, señalaban que no se trata de indicar el nombre del Juez, sino de indicar la clase
de Juez, para determinar su competencia. Opinión que no es ajena a los comentaristas del
Código vigente, pues Carrión Lugo manifiesta: “no es necesario consignar el nombre del
funcionario que ejerce el cargo correspondiente.” La designación del Juez, ante quien se
interpone la demanda, debe ser inequívoca, porque esta señala la competencia del mismo;
así, según el caso, debe ponerse: Señor Juez de Paz Letrado, señor Juez Especializado en lo
Civil.
La demanda es una solicitud, por ello, debe precisarse a que autoridad va dirigida,
determinándose así la competencia. Competencia del Juez que es un presupuesto procesal
para que se establezca una relación jurídica procesal valida. Debe tenerse en consideración
la materia litigiosa para establecer la competencia por razón de la materia; asimismo, por
razón de grado y de territorio. Existen diversas formas válidas para dirigirse a la autoridad
judicial. En algunos casos se expresa taxativamente la autoridad, así por ejemplo: “Señor
Juez del Segundo Juzgado Especializado en lo Civil de Cajamarca”; en otros casos no se
precisa la autoridad, como por ejemplo: Señor Juez Especializado en lo Civil de Turno de
Cajamarca”. Sin embargo, lo importante es que la demanda se dirija al Juez competente,
por razón de materia, grado o territorio, para evitarse el rechazo de oficio, o, a través de la
excepción de incompetencia, si es que el demandado cuestiona la competencia del Juez.
1.3 El nombre, datos de identidad, dirección domiciliaria y domicilio procesal del
demandante
Este inciso, tiene como antecedente el inciso 2º del art. 306 del Código de Procedimientos
Civiles de 1912, en lo que respecta al nombre del demandante. El nombre constituye,
jurídicamente, el elemento esencial para la identificación del demandante, lo cual implica
sus nombres y apellidos que lo individualicen de otro.
La Enciclopedia Jurídica Omeba, al respecto, manifiesta: “Fácilmente se comprende que el
nombre y apellido del demandante sea el primero de esos requisitos, en cuanto ello
permitirá establecer, con precisión, quien es la persona que asume el papel de actor y si
tiene o no capacidad para entrar al juicio”. Se entiende que, el nombre y apellido, deben ser
expresados en forma completa y precisa. Algunas personas tienen más de un prenombre y
acostumbran usar sólo uno. En la demanda deben consignarse todos los nombres del
demandante, para identificarlo correctamente. Es obvio que, además de los prenombres, se
indicará ambos apellidos, tal como lo disponen los artículos 20 y 21 del Código Civil.
“Esta exigencia tiene como consecuencias prácticas: puede ocurrir que en la prueba
documental, como puede ser un título de propiedad, partida de nacimiento o testamento por
ejemplo, conste todos los prenombres y en la demanda uno sólo; habrá entonces, dificultad
de identificación o cuando menos motivo de cuestionamiento de la identidad por el
demandado”
El nombre es un derecho-deber de todo sujeto de derecho, porque permite su
individualización e identificación. Los datos de identidad se refieren al documento que nos
acredita como tal, pudiendo ser el DNI, Carne de Policía o miembro delas Fuerzas
Armadas, u otro análogo que nos permita identificar nuestra capacidad de ejercicio. Pero
por lo general se presenta el DNI indicándose el número, el mismo que deberá tener la
constancia de sufragio en las últimas elecciones, de acuerdo al art. 237 de la Ley Orgánica
Electoral. Esto, en el caso de los nacionales, pues tratándose de extranjeros se tendrá en
cuenta su carne de extranjería.
Al mencionarse el nombre y documento de identidad correspondiente, se permite al
juzgador examinar la capacidad procesal, es decir, la aptitud del demandante de ejercer por
sí mismo sus derechos en un proceso, pero a su vez, permite identificar a la persona que
conforma la relación jurídico sustantiva, esto es, la legitimidad para obrar. “asimismo,
permite al juzgador, conocer las posibles situaciones de impedimento para intervenir en el
proceso. En efecto, el art. 305 del Código Procesal Civil, señala las causales por las cuales,
un Juez, se encuentra impedido para dirigir un proceso. Estará impedido si él o su cónyuge,
o concubina, tienen parentesco dentro del cuarto grado de consanguinidad, segundo de
afinidad o de adopción con el demandante, o con su representante o apoderado, o con el
abogado. Asimismo, permite establecer las posibles causales de recusación contra el Juez;
sea porque es amigo íntimo o enemigo manifiesto de cualquiera de las partes; si existe una
relación de crédito con el actor, si son donatarios, empleadores o presuntos herederos de
alguna de las partes, etc. (art. 307 del CPC)”
A su vez, el demandado, en tanto lo antes mencionado, conoce quien es quien lo está
demandando, a fin de hacer valer sus defensas según lo estimase conveniente. “La
dirección domiciliaria, es el domicilio real o de residencia con indicación de la calle y
número preciso. Asimismo, la dirección domiciliaria, es el domicilio real, esto es, el lugar
donde residimos habitualmente, el lugar que habitamos voluntariamente; pero, además, se
debe señalar un domicilio procesal, para que las providencias que recaigan en el proceso
sean notificadas en dicho domicilio. El domicilio real es un domicilio voluntario, muy
diferente al legal, que es un domicilio general, predeterminado por ley.
El domicilio legal es el lugar donde la ley presume, sin admitir prueba en contrario, que una
persona reside de modo permanente para el ejercicio de sus derechos y cumplimiento de sus
obligaciones, aunque de hecho no esté allí presente. Así tenemos por ejemplo que, el
domicilio de la sociedad conyugal será aquel en el cual los cónyuges viven; de los
incapaces, el de sus representantes legales como son los padres, tutores o curadores; de las
asociaciones, fundaciones y comités, el que fija sus estatutos o actas de constitución; para
los funcionarios públicos, será el lugar donde desarrollen y ejerzan sus funciones.
El domicilio procesal es el fijado en la demanda y en la contestación, la misma que es la del
abogado que patrocina, en donde se hará llegar las resoluciones judiciales a los litigantes.
Este domicilio procesal está sujeto a una reglamentación, como es el radio urbano del lugar
donde funciona la autoridad judicial. Tratándose de personas jurídicas debe, al igual como
sucede con las personas naturales, consignarse el domicilio real y el procesal. Debe
precisarse su razón social, su inscripción registral respectiva, obviamente, en este caso
actuará el representante de la persona jurídica.
Víctor Ticona Postigo manifiesta al respecto que: “Es necesario diferenciar entre el sujeto
de la relación jurídico procesal y el sujeto de la relación jurídico sustantiva controvertida en
proceso. Quien interpone la demanda, es el sujeto activo de la relación sustantiva discutida.
Suele ocurrir que el actor es un representante (convencional, judicial o legal) de quien es
parte material, en cuyo caso, la parte demandante se desdobla en dos personas: la que
ejercita el derecho de acción y la persona (natural o jurídica) a nombre y en interés de quien
se ejercita este derecho, para hacer valer el derecho material invocado en la demanda.”
1.4 El nombre y dirección domiciliaria del representante o apoderado del demandante
En principio, la demanda debe ser planteada por el propio titular de la pretensión procesal.
Sin embargo, hay casos en los que el titular de la pretensión no tiene la capacidad procesal
para interponer la demanda, o, que teniéndola, por diversas razones, no puede interponer la
demanda personalmente.
Así puede ocurrir que, quien es parte material no puede comparecer por ser menor de edad
o, siendo capaz no puede hacerlo por algún otro motivo o conveniencia. Es allí cuando
aparece la institución de la representación procesal, la cual facilita que un tercero participe
en el proceso en nombre de una de las partes, resultando que quien es parte material es
distinta persona de la parte procesal.
La representación procesal puede ser legal, convencional o judicial. Es legal cuando la ley
determina en forma específica a una persona para que actúe en su nombre no pudiéndose
nombrar a cualquiera ( es el caso de los representantes del Estado, Concejo Municipal, los
menores o incapaces, personas jurídicas); judicial, cuando el representante es nombrado por
el Juez (curador procesal); y apoderado judicial o representación voluntaria, cuando la parte
con plena capacidad, para comparecer al proceso y disponer de los derechos, que en el
proceso se discuten, nombra a uno o más apoderados, otorgando facultad especial o
general.
Según sea el caso, de acuerdo al inciso en estudio, se indicará el nombre y dirección
domiciliaria del representante o apoderado del demandante, si no puede comparecer o no
comparece por sí mismo. “ se exige la indicación domiciliaria del demandante o de su
representante o apoderado, con el objeto de que el Juez tenga la afirmación necesaria que le
permita, por ejemplo, en su momento, decretar embargos por las costas y costos o las
multas o, cuando requiere formularle una citación personal para la realización de una
audiencia especial de conciliación, etc. Así sabrá donde dirigirse, sin necesidad de estar
requiriendo información al abogado.”
En conclusión, la demanda debe ser planteada por su representante legal cuando la persona
a quien representa carece de capacidad procesal; así, si se trata de personas jurídicas, la
demanda puede ser planteada por el representante legal de la misma, señalado por la ley o
el respectivo estatuto. Puede ser planteada por el representante convencional o apoderado
judicial de la entidad, premunido de poder especial otorgado por el representante legal. En
estos casos, el representante legal o convencional debe consignar en la demanda su nombre
completo, el número de su documento de identidad personal y su dirección domiciliaria, tal
como ocurre con cualquier persona natural.
La demanda debe ser planteada por el representante convencional o apoderado judicial
cuando la persona a quien se representa teniendo capacidad procesal, no la puede presentar
personalmente por alguna razón, como puede ser la ausencia del lugar, la incapacidad
física, etc. “Como anexo deberá adjuntarse el documento que contiene la designación como
representante legal o apoderado, debiendo contener dicho documento la enumeración de las
facultades generales y especiales. En este último caso rige el principio de literalidad, de tal
suerte que, sólo se consideran las facultades que estén taxativamente señaladas, pudiendo
ser calificado de insuficiente el poder si es que no están contempladas las facultades
señaladas en los art. 74 y 75 del Código Procesal Civil.”
1.5 El nombre y dirección domiciliaria del demandado
Si se ignora esta última, se expresara esta circunstancia bajo juramento que se entenderá
prestado con la presentación de la demanda. Tan necesaria como la del actor, es la
designación de la persona del demandado, pues sólo cuando este se halle perfectamente
individualizado, se podrá saber contra quien se ha dirigido la acción, ordenar su
notificación, citación y emplazamiento y, en su día condenarle o absolverle en la sentencia.
“La individualización del demandado es igualmente necesaria para determinar su capacidad
para entrar en juicio, para establecer la competencia del Juzgado, y para apreciar en su
oportunidad los efectos de la cosa juzgada.”

Víctor Ticona Postigo, en su obra El debido proceso y la Demanda Civil manifiesta al


respecto: “... individualizados el demandante como el demandado, el Juez puede señalar, en
la sentencia, quien va a cumplir su mandato o fallo y a favor de quien. Igualmente, esta
individualización es de suma importancia para fijar los límites subjetivos de la cosa
juzgada, es decir, que la cosa juzgada sólo alcanza a las partes y a quienes de ella derivan
su derecho. Entonces, así como es importante la identificación del actor para que el
demandado conozca quién lo demanda, de la misma forma lo es afecto de que sea
remplazado por el órgano jurisdiccional, y se pueda determinar la legitimidad para obrar
pasiva, esto es, identificar al otro sujeto de la relación jurídico sustantiva. Así, se logrará
determinar su capacidad para entrar en juicio.
Este requisito está destinado a determinar al otro sujeto principal, tanto de la relación
jurídica material controvertida como de la relación jurídica procesal. “Individualizados
tanto el demandante como el demandado, se podrá establecer quienes son los sujetos
principales de la relación procesal, excluyéndose la intervención de terceras personas que
pretendieran intervenir en el proceso, salvo los casos especiales de intervención de
terceros.”
En cuanto al domicilio, su indicación contribuye a determinar más claramente la persona
del demandado; sirve para determinar la competencia del Juez, y resulta importante para la
diligencia de notificación de la demanda y la citación para comparecer. De la designación
correcta del domicilio del demandado, depende que el emplazamiento sea válido,
representando ello una garantía del Debido proceso: La garantía de que el demandado,
conociendo la existencia del proceso, pueda hacer valer su derecho de defensa en los
términos que considere pertinentes. Si se defiende o no, constituye una carga procesal para
el demandado, pero la garantía del debido proceso se cumplió. El demandado, así, queda
vinculado a la relación jurídica procesal.
Puede ignorar, el actor, el domicilio del demandado, caso en el cual, aquél, deberá expresar
en su demanda esa circunstancia, a la que nuestro Código Procesal Civil, la considera como
una afirmación bajo juramento que se entiende prestada con la presentación de la demanda.
Además de esto, cuando se ignore el domicilio del demandado, el demandante debe
solicitar que el emplazamiento de la demanda se haga mediante edictos, bajo
apercibimiento de nombrarse curador procesal, expresando bajo juramento o promesa de
decir la verdad que ha agotado las gestiones destinadas a conocer el domicilio de la persona
a quien demanda. Sin embargo, es tan importante esta situación, que si se comprueba la
falsedad del juramento o se acredita que pudo conocerlo, empleando la diligencia normal,
se anulará todo lo actuado y el Juez ordenará a la parte, que hizo esa afirmación falsa, el
pago de una multa a imponerse teniendo en cuenta la naturaleza de la pretensión y la
cuantía del proceso. Además, se remitirá copia de lo actuado al Ministerio Público para la
investigación del delito, y si se comprueba que el abogado también incurrió en falsedad, se
remitirá copia al Colegio de Abogados respectivo para la investigación por falta contra la
ética profesional.
Si el demandado considera que el derecho de acción fue arbitrario o irregular, puede
demandar el resarcimiento de daños y perjuicios que haya sufrido, de las costas y costos
establecidos en el proceso terminado. Esto, pues tal actitud dolosa del actor, genera un
proceso inútil y con ello se recarga el trabajo de los órganos jurisdiccionales. Si el
demandado es una persona natural, debe precisarse su nombre completo y su domicilio real,
donde debe ser notificado con la demanda. Asimismo, si el demandado es una persona
jurídica, asimismo, debe consignarse su nombre completo, con indicación de su domicilio
real donde tiene sus actividades principales.
1.6 El petitorio, que comprende la determinación clara y concreta delo que se pide
El petitorio es el resumen preciso y claro de la pretensión que reclama el actor. “Es el
núcleo de la pretensión; el efecto jurídico o la consecuencia jurídica que persigue el actor al
proponer su pretensión.” Al decir que el petitorio es el núcleo de la pretensión se quiere dar
a entender que el petitorio es la sintonización de la cosa demandada, es la concretización de
la pretensión, de esa declaración de voluntad por la cual se exige la subordinación del
interés ajeno al nuestro. Es de suma importancia, pues por un lado viene a determinar la
competencia del Juez; por el petitorio, el demandado conocerá el objeto de la demanda (lo
que se persigue con ella) y la extensión de las pretensiones del actor; para establecer la
sentencia; para reconocer la naturaleza de la providencia jurisdiccional.
Es importante porque puede ocasionar el rechazo de la demanda, cuando es impreciso o
incompleto. De allí que es de suma importancia que se exprese el pedido con palabras
inequívocas y oraciones expresadas correctamente de modo que no den lugar a confusión;
concreto o preciso al mencionar cantidad o calidad del bien o relación que se pretende,
delimitándose exactamente el efecto jurídico que se desea alcanzar.
El petitorio no debe ser oscuro, impreciso o vago, pues en definitiva pueda que al final de la
instancia impida al Juez pronunciarse sobre el fondo del litigio.
Las pretensiones procesales que se proponen deben ser compatibles, y de no serlas, existe la
necesidad de plantearlas alternativa o subordinadamente; las mismas han de ser jurídica y
físicamente posibles.
Además, el Juez no puede modificar el petitorio, por corresponder, este, solo al ámbito de
la autonomía de la voluntad del actor. El Juez no puede ir más allá del petitorio ni fundar su
decisión en hechos diversos a los que han sido alegados por las partes. Una vez emplazado
el demandado, el actor tampoco puede modificarlo.
1.7 Los hechos en que se funde el petitorio
La demanda debe contener los fundamentos de hecho en los que se apoya o respalda las
pretensiones procesales propuestas. La razón dela pretensión radica en el fundamento que
se le dé, fundamento que puede ser en razón de hecho o de derecho. En este punto nos
interesa el primero, o sea, “el conjunto de hechos que constituyen el relato histórico de las
circunstancias de donde se cree deducir lo que se pretende.”
Juan Morales Godo, en su obra, citando a Álvarez Julia, señala que se han planteado dos
teorías respecto a la exposición de los hechos. Una, denominada sustanciación (acogida por
nuestro Código Procesal Civil); y la otra, denominada individualización delos hechos. Por
la primera, los hechos deben ser expuestos detalladamente en tanto son constitutivos de una
relación jurídica. Por la segunda, no debe darse tanta preeminencia a los hechos, siendo
suficiente la descripción dela institución jurídica que se pretende.
Nuestro Código Procesal Civil participa de la primera posición, de tal suerte que el actor,
debe enumerar los hechos necesarios, importantes, para que la relación jurídica quede
individualizada. El mismo autor nos manifiesta que la influencia de la teoría de la
individualización ha tenido un aspecto positivo y rescatable en tanto se ha atenuado la
necesidad de enumerar pormenorizadamente, con minuciosidad, los hechos importantes,
decisivos, conformantes de la relación jurídica.
Nuestro Código Procesal Civil, exige que los hechos sean expuestos enumeradamente, en
forma precisa, con orden y claridad, pues tales van a ser objeto de probanza.
De este inciso, en comento, se advierte el termino enumerar con “e” y no numerar con lo
que se confunde. Enumerar significa citar, señalar, enunciar, explicar, exponer; mientras
que numerar significa contar por el orden de los números, pero, para exponer los hechos en
forma precisa, en orden y claridad, podemos separarlos subsiguientemente, ya sea por
números, letras u ordinales.
El propósito de exigir, al demandante, la enumeración de los hechos que sustentan su
pretensión con precisión, orden y claridad tiene como correspondencia la exigencia al
demandado que, este, también exponga su posición sobre los hechos expuestos por el
demandante, debiendo precisar numeradamente en cuáles da su conformidad y en cuáles
no, asegurándose con esta exigencia el derecho de contradicción y de defensa del
demandado.
En la enumeración de los hechos, se manifiesta que, cada uno de ellos debe ser contenido
en un párrafo separado, teniendo en cuenta razones de cronología y lógica; además, con ello
se facilita la comprensión del demandado y la claridad para la redacción de la sentencia. A
su vez, tales exigencias van a ser determinantes para cuando el Juez, aun dentro de la
postulación del proceso, tenga que determinar con ayuda de las partes los puntos
controvertidos, los cuales serán identificados fácilmente si se cumplió con la enumeración.
Además, los hechos alegados por las partes en sus escritos de demanda y contestación,
determinan la pertinencia de los medios probatorios que hubiesen ofrecido oportunamente,
la sentencia, asimismo, tiene que fundarse en hechos y solamente puede hacerlo en lo
alegado por las partes y no en otros ajenos al proceso. La exposición imprecisa o vaga de
los hechos ocasionaría que no se pudiesen exigir al demandado, que al contestar la
demanda, los confesara o negara categóricamente; no podría estimarse si las pruebas
ofrecidas se refieren a esos hechos.
El actor, debe pues, exponer los hechos con conocimiento, fidelidad y discernimiento;
limitándose a los que sean necesarios al fin perseguido y excluyendo los que no ofreciendo
vinculación con la misma, solo puedan contribuir a la confusión.
La falta de claridad, orden y precisión determinará que el Juez, al calificar la demanda, la
declare inadmisible; o en su caso el demandado también pueda oportunamente oponer con
éxito las excepciones de oscuridad o ambigüedad en el modo de proponer la demanda.
1.8 La fundamentación jurídica del petitorio
Mencionamos anteriormente que la pretensión tenía tanto una razón de hecho como una de
derecho. En este punto debemos de tratar de la de derecho, la cual está configurada por la
norma jurídica en la cual se sustenta el petitorio.
Con el Código de Procedimientos Civiles de 1912 no existía una verdadera fundamentación
jurídica, pues tan solo se mencionaba el artículo de la ley o del Código pertinente que
amparaba la pretensión del actor. Con el anterior Código sólo se mencionaba, sólo se citaba
los artículos en los cuales se amparaba la pretensión, llegándose incluso a incluir la frase
célebre “y las demás normas pertinentes”, lo cual indicaba la falta de seriedad de la
demanda y falta de estudio de los casos para su debida fundamentación jurídica. En el
Código Procesal Civil no se dice que la demanda debe contener los dispositivos legales en
los que ella se apoya, sino hace menciona a que aquella ha de contener los fundamentos
jurídicos o de derecho que respaldan. Es que el derecho es más que la ley. En tal sentido
como fundamento de derecho, pueden esgrimirse los dispositivos legales, los principios
jurisprudenciales, la propia doctrina. “Entonces, cuando el legislador refiere la necesidad de
invocar en su pretensión las normas jurídicas pertinentes, no debe entenderse la
enumeración de los artículos, sino fundamentalmente la descripción de la institución
jurídica, cuya protección se reclama y, evidentemente, ello se da, conjunta y
simultáneamente con la exposición de los hechos.”
“La fundamentación jurídica, pues debe estar dada por la mención del contenido de las
normas jurídicas materiales que respaldan la pretensión... No se cumple con la
fundamentación jurídica si solamente se hacen meras y simples citas legales” Muchos
autores arguyen que el requisito en comento carece de actualidad, pues en virtud del
principio IURA NOVIT CURIA, sería el Juez quien teniendo en cuenta los hechos,
encontraría el fundamento jurídico del petitorio. Es innegable que por el principio IURA
NOVIT CURIA, el Juez es quien debe aplicar el derecho pertinente, ante el error o la
omisión en la invocación por las partes; sin embargo, ello no significa que en la demanda
no se exprese la institución jurídica cuya protección se reclama. “Recordemos que, una de
las condiciones de la acción, reconocida por la doctrina, es que la acción este amparada por
la ley; es decir, que sea un caso justiciable. El IURA NOVIT CURIA es de aplicación
posterior a la demanda.”
No es pues, la mera referencia al articulado del Código o al de una ley, es más bien la
descripción de la institución jurídica que se pretende. Esto, claro está, no obsta argumentar
la ventaja de mencionar el dispositivo legal, en tanto medio para facilitar al juzgador y a la
parte demandada, la identificación del derecho objetivo cuya protección se solicita. La sola
referencia de los dispositivos legales no es fundamentación jurídica. “Para dejar de lado el
anterior esquema, en adelante constituye un mandato imperativo la fundamentación jurídica
del petitorio, como requisito sine qua non para la presentación de la demanda. Bajo este
sistema, los abogados deberán necesariamente fundamentar las demandas que se redacten,
no permitiéndoseles la transcripción de los artículos, sino la sustentación de los mismos
señalando el por qué se aplica al caso concreto.”
La fundamentación jurídica del petitorio ha de ser mediante una exposición sucinta y
evitando las repeticiones innecesarias, ya que así se habrá de obtener mayor claridad en los
escritos, y se evitarán las largas e innecesarias disertaciones. Así se logrará un correcto
alcance de la pretensión del demandante. “La omisión de esta exigencia puede determinar
que el Juez, al calificar la demanda, la declare inadmisible... Empero es necesario acotar
que esta omisión no autoriza, en modo alguno, a que el demandado pueda oponer las
excepciones de oscuridad o ambigüedad en el modo de proponer la demanda... ya que en
caso de omisión (no advertida oportunamente) el Juez debe aplicar el derecho que
corresponde...”
1.9 El monto del petitorio, salvo que no pudiera establecerse
La demanda debe contener el monto a que asciende la o las pretensiones procesales, salvo
que se trate de pretensiones invalorables en dinero. Se indica el momento del petitorio no
solo para saber el valor que pretende el actor, sino también para determinar la competencia
del Juez, pues la cuantía de las pretensiones es un criterio para fijar la competencia de los
jueces. Para estos efectos debe considerarse el valor del objeto principal de la pretensión,
los frutos, intereses, gastos, daños y perjuicios y otros conceptos, pero devengados al
tiempo de interpuesta la demanda, mas no de los futuros.
El monto del petitorio es importante, pues el juzgador no puede conceder más del señalado
en la demanda. Es importante además, para que el Juez pueda definir la controversia en la
sentencia los montos solicitados y acreditados; para garantizar la defensa del demandado.
Para algunos autores existen casos en los que aparentemente no existe cuantía por tratarse
de derechos, sin embargo-dicen ellos-pueden estar referidos indirectamente a bienes, en
cuyo caso, debe considerarse el valor de dichos bienes como cuantía.
Puede ocurrir que los montos no pueden precisarse, en cuyo caso se expresara dicha
situación en la demanda, ya que dicha pretensión pudiera estar expuesta a la excepción de
oscuridad o ambigüedad en el modo de proponer la demanda.
No se trata que el actor obligatoriamente tenga que fijar una cuantía, si es que ello es
imposible. Tampoco sería totalmente admisible que la cuestión quedara eludida
obligándose a establecer una cantidad cualquiera librándola al azar. “Si el demandante no
pudiera fijar el monto del petitorio con precisión, debe indicar uno aproximado, salvo que
no pudiera hacerlo...” Si el demandante altera la cuantía y producto de ello se declara
fundado un cuestionamiento de la competencia, pagará las costas, costos y una multa.
1.10 La indicación de la vía procedimental que corresponde a la demanda
La fijación de la vía procedimental es con la finalidad de determinar si la pretensión debe
ser atendida en la estructura procedimental mencionada (de conocimiento, abreviada o
sumarísima) o para determinar en su caso, la adaptación de la misma en tanto sea aplicable
o factible. “Desde luego que la indicación que el actor haga sobre la vía procedimental no
obliga al Juez, quien podrá disponer se siga otra vía procedimental, que sea adecuada y
según considere atendible su empleo o por la urgencia de la tutela jurisdiccional.”
Es un requisito que puede ser subsanado por el juez ante la omisión o error en que pudiera
incurrir el demandante.
“La opción de la vía procedimental no es algo que este indeterminado por la ley, ni está
sujeto a la entera autonomía de la voluntad del actor. Sólo cuando no se encuentre
preestablecida por la ley, la vía que le corresponde a una determinada pretensión, será el
juez que la precise de acuerdo a la naturaleza de la misma...”
Se menciona lo anterior en tanto el principio dispositivo no puede tener predominancia
cuando se trata de fijar la vía procedimental, y , en todo caso, admitiendo que sea una
facultad del actor, ello no impide que el Juez señale cual es la vía que realmente
corresponde, ante la ausencia o defecto en la propuesta del demandante.
1.11 Los medios probatorios
La demanda debe contener el ofrecimiento de los medios probatorios que quiere hacer valer
en el proceso, presentando los documentos que tiene en su poder. Esta es una innovación
establecida en el nuevo proceso civil peruano, pues en el anterior régimen, sólo en el
proceso de alimentos se obligaba al actor a ofrecer sus pruebas con la demanda.
En el Código de Procedimientos de 1912 se daba importancia a las pruebas privilegiadas,
que se podían presentar en cualquier momento del proceso como “cartas bajo la manga”,
dando lugar con ello a la confusión y descoordinación del mismo, con las actuaciones
probatorias fuera de plazo. Ahora, los medios probatorios, cualquiera sea su clase, se
presentan por las partes en los actos postula torios, debiendo referirse a los hechos a en
tanto justifiquen la pretensión. Los que no tengan esa finalidad serán declarados
inadmisibles o impertinentes. Después de interpuesta la demanda, sólo pueden ser ofrecidos
medios probatorios relativos a hechos nuevos, y a los que menciona el demandado en la
contestación de la demanda o en la reconvención.
1.12 La firma del demandante; o de su representante o de su apoderado, y la del
abogado
La demanda debe estar firmada por el demandante o, en su caso, por su representante, y por
el letrado que la autoriza. “Puede ocurrir que el actor sea analfabeto, en cuya hipótesis el
secretario del juzgado certificará la autenticidad de la huella digital, no exigiéndose la firma
a ruego de otra persona.”
1.13 Anexos de la demanda
Los anexos de la demanda son documentos que se agregan y se mencionan en ella a fin de
cumplir con los requisitos de admisibilidad y procedencia de esta. Es de considerable
importancia destacar la exigencia al demandante y al demandado de acompañar a su
demanda y contestación respectivamente, todos los anexos, ya sea documentos o medios
probatorios, que sustenten su calidad.
Al presentar los anexos de la demanda, estos nos van a permitir descubrir dos aspectos:
1. incluir los elementos que identifiquen nuestra posición de ejercicio procesal, ya sea
como persona natural, como apoderado, representante legal del demandante, de
heredero, curador, albacea, cónyuge u otro que refleje tal calidad.
2. incluir o mencionar los medios probatorios, según el caso, que sustenten el petitorio,
debiendo para ello detallar sus características.
Se exige la presentación de la copia del documento de identidad, para evitar que personas
con falsa identidad inicien procesos fraudulentos, como por ejemplo, que pretendan y
obtengan medidas de embargo y luego desaparezcan sin dejar huella de su verdadera
identidad.
Se exige copia del poder del apoderado o representante, para evitar que después de varios
meses de litigio se produzca una nulidad por falta de facultades suficientes. El poder
presentado al inicio va a permitir, al Juez, establecer si se tiene la representación suficiente
para realizar los actos procesales peticionados, más aun cuando estos actos conllevan la
disposición de los derechos materiales.

CAPITULO II

2.1 CALIFICACIÓN DE LA DEMANDA


Ahora, al calificar la demanda, el Juez efectuará una primera apreciación de los
presupuestos procesales de orden formal y de orden material, presupuestos necesarios para
que nazca, se desarrolle y concluya un proceso con una sentencia de mérito; de lo contrario,
el Juzgador emitirá una sentencia inhibitoria.
Para dar inicio al proceso judicial, el abogado deberá cumplir de manera diligente con
presentar su demanda teniendo en cuenta los requisitos legales que establece de manera
clara y precisa los artículos 130°, 424° y 425° de la norma procesal civil, sin perjuicio de
algunos requisitos especiales para determinados procesos. Esta constituye la primera
garantía que estatuye la norma procesal para los sujetos intervinientes en el proceso, ya que
todos ellos se deberán adecuar a lo allí prescrito, respetando y haciendo respetar el
cumplimiento de la misma.
Sin embargo, y como es lógico, la presentación de la demanda conlleva a que el juez
responda de esta actividad mediante el acto de calificación de la misma, el cual se
materializa mediante un auto a través del cual el juez se encuentra facultado a decidir sobre
ella teniendo hasta tres posibilidades o actos procesales en la que se manifiesta su actuar, de
esta manera el magistrado puede, en los actos postula torios del proceso:
1) declarar improcedente la demanda;

2) declarar inadmisible la misma o;


3) admitir a trámite la demanda.
Respecto de la calificación de la demanda podríamos traer a colación lo señalado por
Quintero, Beatriz y Pietro, Eugenio para quienes “la finalidad primordial que debe
perseguirse con este estudio para evitar el nefasto suceso que en buena parte ha contribuido
al descrédito de la justicia y que se constituye por un pronunciamiento inhibitorio después
de un largo, demasiado largo, periodo en que se ha desarrollado el inútil y anormal proceso
con elevados costos y desperdiciada actividad procesal.” Por ello, con el fin de que el juez
pueda resolver la pretensión propuesta, aplicando el derecho sustancial, es necesario que de
manera previa haya verificado que estén presentes todos los elementos necesarios que la
norma procesal establece y por tanto o permitir la admisión de la demanda y en su caso la
resulta del proceso.

2.2 AUTO ADMISORIO DE LA DEMANDA


Mediante este primer acto jurídico procesal el juez da trámite a la demanda interpuesta
dando por ofrecidos los medios probatorios y confiriendo traslado al demandado para que
comparezca al proceso. La admisión de la demanda o la expedición del auto de admisión a
trámite del mismo nace en virtud de que la demanda ha reunido todos y cada uno de los
requisitos que la ley exige califique el Juez para dar inicio al proceso.
En el auto admisorio el Juez ha de tomar las providencias necesarias del caso para poder
encaminar el nuevo proceso que tiene en sus manos, constituye el primer acto de
saneamiento del proceso toda vez que ha de verificar la existencia y cumplimiento de
determinados requisitos para adecuar el proceso.
Conforme reiterada jurisprudencia “El auto admisorio tiene como característica principal
que promueve o inicia un proceso y fija el canal procesal que se inicia cuando la parte
demandante, conocida como parte activa en el proceso, interpone su demanda contra la
parte demandada, conocida como parte pasiva, trayendo como consecuencia una
controversia jurídica cuya resolución es la finalidad inmediata del órgano jurisdiccional”.
Art. 334.- (ADMISION DE LA DEMANDA). Presentada la demanda en la forma prescrita,
el juez la correrá en traslado al demandado ordenando su citación y emplazamiento en la
forma prevista en el Libro I, Título III, Capítulo VI, Sección I, para que comparezca y
conteste en el término de ley.

2.3 EXCEPCIONES
Art. 335.- (CLASES DE EXCEPCIONES). Las excepciones que podrá oponer el
demandado serán previas y perentorias.
Art. 336.- (EXCEPCIONES PREVIAS). Las excepciones previas serán:
1) Incompetencia.
2) Incapacidad o impersonería del demandante o demandado, o de sus apoderados.
3) Litispendencia. En este caso se acumulará el nuevo proceso al anterior, siempre que
existiere identidad de objeto. La jurisdicción mayor arrastrará a la menor.
4) Obscuridad, contradicción o imprecisión en la demanda.
5) Citación previa al garante de evicción.
6) Demanda interpuesta antes de ocurrido el vencimiento del término o el
cumplimiento de la condición.
7) Cosa juzgada.
8) Transacción.
9) Prescripción, cuando pudiere resolverse como de puro derecho.
10) Conciliación.
11) Desistimiento del derecho.

CAPITULO III

3.1 DEMANDA DE LIQUIDACIÓN DE DERECHOS INDIVIDUALES


3.1.1 Derechos laborales del trabajador
Los derechos del trabajador o derechos laborales son un conjunto de obligaciones que debe
cumplir el empleador y que están reguladas por una serie de normas y leyes del estado
peruano. En el Perú, las instituciones encargadas de velar por los derechos que le
corresponden al trabajador son el Ministerio de Trabajo, la Superintendencia de Nacional
de Fiscalización Laboral (SUNAFIL) y el Poder Judicial a través de los juzgados laborales
y otras salas.

Los derechos del trabajador más básicos y que lo tienen todos los regímenes de trabajadores
en el Perú, según Javier Mujica Petit, son los siguientes:

 Remuneración mínima vital: Todos los trabajadores del régimen laboral de la


actividad privada tienen derecho a percibir una remuneración mínima vital
 Jornada máxima de trabajo: La jornada máxima de trabajo es de 8 horas diarias o
de 48 horas a la semana como máximo. Si eres menor de edad, podrás trabajar
siempre y cuando cuentes con la autorización del Ministerio de Trabajo y
Promoción del Empleo y las labores no afecten tu integridad física, ni psicológica y
permitan continuar con tus estudios escolares
 Derecho al refrigerio: Todo trabajador tiene derecho a 45 minutos de refrigerio
como mínimo
 Descanso semanal obligatorio: Los trabajadores tienen derecho como mínimo a 24
horas consecutivas de descanso cada semana, otorgado preferentemente en día
domingo. También tienen derecho a descanso remunerado en los días feriados.
 Licencia pre-natal y post natal: Toda trabajadora gestante tiene derecho a gozar
de 45 días de descanso pre-natal y 45 días de descanso postnatal. Asimismo,
después tienen derecho a una hora diaria de permiso para darle de lactar a su hijo, la
cual se extiende hasta cuando el menor tenga un año.
 Licencia por paternidad: El trabajador tiene derecho a ausentarse del trabajo
durante 4 días con ocasión del nacimiento de su hijo
 Vacaciones truncas: Son vacaciones truncas aquellas que se dan cuando el
trabajador ha cesado sin haber cumplido con el requisito de un año de servicios y el
respectivo récord vacacional para generar derecho a vacaciones. En ese caso se le
remunerará como vacaciones truncas tanto dozavo de la remuneración vacacional
como meses efectivos haya laborado.
 Compensación por tiempo de servicios (CTS): Una remuneración mensual,
depositadas en dos oportunidades semestrales (mayo y noviembre).
 Gratificaciones: Se otorga dos veces al año, una por Fiestas Patrias y otra por
Navidad, en razón a una remuneración completa por cada oportunidad, y se pagará
por mes calendario completo laborado.
 Seguro de salud: ESSALUD 9% de la remuneración, lo aporta en su integridad el
empleador
 Indemnización por despido arbitrario: En el caso de que un trabajador sea
despedido sin causa legal, tiene derecho a percibir como indemnización una
remuneración y media por cada mes dejado de laborar, en caso sea un contrato a
plazo determinado, y le tocará una remuneración y media por cada año de trabajo en
caso sea un contrato indeterminado; en ambos casos con un máximo de 12
remuneraciones.

3.2 LEGISLACION SOBRE LOS DERECHOS DEL TRABAJADOR


La legislación peruana en materia de derechos del trabajador está muy dispersa, ya que
existen varios regímenes laborales como son:

 Ley de los trabajadores del Estado, regulado por el Decreto Legislativo (D.L.) 276;
 Régimen para los trabajadores de empresas privadas, regulado el D.L. 728;
 Régimen de los Contratos Administrativos de Servicios (CAS), regulado por el D.
L. 1057.
 Nueva Ley procesal del trabajo, Ley Nº 29497
 Además están el régimen especial para las empresas con contratos de exportación
no tradicional, el régimen para los trabajadores de la agroindustria, así como el que
regula a las pequeñas y medianas empresas.

3.4 LA LIQUIDACIÓN DE DERECHOS INDIVIDUALES


Tal como ha sido consagrado en la presente nueva ley procesal del trabajo, la institución
procesal denominada liquidación de beneficios individuales se identifica como un
mecanismo procesal que permite a los trabajadores sujetos a los regímenes privados o
públicos, identificarlos como trabajadores. Entonces la liquidación de derechos individuales
comprende el pago de los beneficios sociales pendientes como la compensación por tiempo
de servicios (CTS) trunca, vacaciones truncas y gratificaciones truncas.

Estas situaciones se dan principalmente, cuando dejamos de trabajar en una empresa


privada o estatal, sea por el motivo que fuere: despido (arbitrario o con causa), mutuo
disenso o renuncia de trabajo, nos encontramos en la incertidumbre que beneficios sociales
nos amparan y cuáles son los pasos a seguir si no nos pagan. El profesor Jorge Rendón
Vásquez, señala que la liquidación de derechos individuales es un derecho del trabajador,
sin importar la causa por la cual ha terminado la relación laboral. En ese sentido, es
necesario apuntar que la liquidación de beneficios sociales comprende todos los derechos
económicos que el empleador debe pagar al trabajador hasta su último día de trabajo.

Asimismo la liquidación de beneficios individuales debe incluir, como punto de partida, el


tiempo exacto de servicio del trabajador (fecha de ingreso y de cese), su remuneración
básica al momento de la terminación de la relación laboral, el motivo del cese (es
importante porque de eso depende si el trabajador debe o no recibir indemnización por
despido) y el sistema de pensiones al cual se encuentra sujeto el trabajador.

Además se identifica como un mecanismo procesal que los trabajadores sujetos a los
régimen privados o público, a accionar el procedimiento cuando exista una Sentencia del
propio Tribunal Constitucional o de la Corte Suprema que declare la afectación de un
derecho por los mismos actos o hechos considerados como lesivos que afecten un grupo o
categoría de trabajadores. Para tal efecto, tal como ha detallado la doctrina procesal laboral,
su finalidad claramente es evitar que se inicien procesos por conflictos que ya fueron
materia de evaluación sobre el fondo y sobre los cuales existiesen sentencias reconocidas
con anterioridad

A su vez, se debe prestar especial atención a los siguientes beneficios:

 Vacaciones: verificar si se han hecho uso de estas, si corresponde recibir algún


monto por vacaciones no gozadas y si se debe considerar vacaciones truncas.
 Gratificaciones: Debe calcularse las gratificaciones truncas que se le adeudan al
trabajador, tanto si corresponde por Fiestas patrias como Navidad.
 Compensación por Tiempo de Servicios - CTS: Estas deben ser calculadas sobre
la base de si han sido depositadas oportunamente (mayo y noviembre). Si este es el
caso, se deben calcular las CTS truncas al mes del cese del trabajador.
 Otros detalles relevantes: horas extras y/o días feriados trabajados.

3.5 LA DEMANDA JUDICIAL


Según Alvarado Belloso, se entiende por demanda el documento cuya presentación a la
autoridad (juez o árbitro) tiene como objeto lograr de ésta la iniciación de un procedimiento
para sustanciar en él tantos procesos como pretensiones tenga el demandante para ser
satisfechas por persona distinta a dicha autoridad. Asimismo, se trata de la materialización
del ejercicio de la instancia conocida como acción procesal y que, dándose necesariamente
con una pretensión aneja, tiene por objeto lograr la formación de un proceso.

Una vez más junto de modo inseparable tres conceptos: acción (su objeto es formar un
proceso), demanda (su objeto es iniciar un procedimiento) y pretensión (su objeto es lograr
la emisión de una sentencia favorable) que se exhiben correlativos por apoyarse
recíprocamente para explicar el fenómeno procesal. De tal modo, se advertirá que no se
concibe racionalmente una demanda que no contenga por lo menos una pretensión a
satisfacer por un tercer sujeto. Así concebida, la demanda es siempre el acto que provocará
la iniciación de un procedimiento necesario para sustanciar un proceso principal, incidental
o accidental.

3.6 NATURALEZA JURÍDICA DE LA DEMANDA


Principalmente se fundamenta su origen en el derecho de petición, exigir el cumplimiento
de sus derechos conculcados, el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, que más que un
derecho procesal, es un derecho humano de categoría universal. Además que logra ser un
derecho fundamental y que es parte de los derechos inherentes a la persona humana de
suma importancia en el ámbito de la participación ciudadana. Asimismo el derecho de
petición permite a las personas dirigirse a los poderes públicos tanto a los órganos
parlamentarios como a los gobiernos, con una petición cuyo contenido puede ser diverso.
Este derecho de petición se encuentra protegido por la Constitución Política, en su artículo
2º inciso 20, donde se reconoce el derecho de toda persona a formular peticiones, individual
o colectivamente, por escrito ante la autoridad competente.

3.7 EL CONTENIDO DE LA DEMANDA Y SUS REQUISITOS


Surge de lo antes expuesto que así como no cabe imaginar racionalmente el ejercicio de la
acción sin una correlativa demanda y viceversa, tampoco se puede concebir una demanda
sin una pretensión. Por tanto, siendo lógicamente inseparables los conceptos de pretensión
y demanda, el contenido de ésta debe reflejar clara y adecuadamente cuatro circunstancias
que, en esencia, se corresponden con los elementos de aquélla: quién pretende, respecto de
quién pretende, qué pretende y por qué pretende (sujetos, objeto y causa de la pretensión).

De tal modo, la demanda es una suerte de documento formal dirigido a la autoridad (juez)
que debe contener necesariamente una pretensión a base de la simple afirmación de un
litigio, con adecuada especificación de las circunstancias recién referidas: quién, contra
quién, qué y por qué se insta. Todo ello resulta posibilitar el correcto derecho de defensa
del demandado (empleador o trabajador), cuyo ejercicio se halla plenamente garantizado
por norma expresa constitucional en todos los ordenamientos del mundo.
Para que esto sea posible, las leyes procesales en general sujetan la presentación de la
demanda a varios requisitos, necesarios de cumplimentar por el actor para que ella sea
admisible y eficaz, además de estar ratificado en el campo laboral por la nueva ley procesal
el trabajo Ley N° 29497.

3.8 REQUISITOS DE LA DEMANDA DESDE EL PUNTO DE VISTA PROCESAL


Los requisitos son los que regulan el contenido de la demanda, están enunciados en las
leyes especiales y habitualmente son:

 El nombre y domicilio (real) del demandante.


 El nombre y domicilio (real) del demandado.
 La cosa demandada, designándola con toda exactitud.
 Los hechos en que se funda, explicados claramente.
 El derecho expuesto sucintamente, evitando repeticiones innecesarias.
 La petición en términos claros y positivos.
 Además, excepcionalmente cuando se pretende la percepción de una suma de
dinero, la demanda debe precisar el monto reclamado, salvo cuando no le fuera
posible al actor determinarlo al promoverla, por las circunstancias del caso o porque
la estimación dependiera de elementos aún no definitivamente fijados y la
promoción de la demanda fuere imprescindible para evitar la prescripción.
 Además, debe ser acompañada de la prueba documental que obre en poder del actor
o, en su defecto, de la indicación de su contenido, archivo, oficina pública y persona
en cuyo poder se encuentre y de tantas copias firmadas (de la demanda y de los
documentos adjuntos) como partes hayan de intervenir en el proceso.
 Asimismo debe contener la constitución de un domicilio ad litem o procesal (a los
efectos del proceso) dentro de un cierto perímetro respecto del lugar que sea asiento
del respectivo juez.
 Llevar la firma de un letrado.

3.9 CALIFICACION DE LA DEMANDA


Ahora, al calificar la demanda, el juez efectuará una primera apreciación de los
presupuestos procesales de orden formal y de orden material, presupuestos necesarios para
que nazca, se desarrolle y concluya un proceso con una sentencia de mérito; de lo contrario,
el juzgador emitirá una sentencia inhibitoria.

Para dar inicio al proceso judicial, el abogado deberá cumplir de manera diligente con
presentar su demanda teniendo en cuenta los requisitos legales que establece de manera
clara y precisa los artículos 130°, 424° y 425° de la norma procesal civil y en los casos de
procesos laborales agregar los artículos 16,18 de la nueva ley procesal del trabajo, además
sin perjuicio de algunos requisitos especiales para determinados procesos. Esta constituye
la primer garantía que estatuye la norma procesal para los sujetos intervinientes en el
proceso, ya que todos ellos se deberán adecuar a lo allí prescrito, respetando y haciendo
respetar el cumplimiento de la misma.

Sin embargo, la presentación de la demanda conlleva a que el juez responda de esta


actividad mediante el acto de calificación de la misma, el cual se materializa mediante un
auto a través del cual el juez se encuentra facultado a decidir sobre ella teniendo hasta tres
posibilidades o actos procesales en la que se manifiesta su actuar, de esta manera el
magistrado puede, en los actos postulatorios del proceso:

 Declarar improcedente la demanda;


 Declarar inadmisible la misma o;
 Admitir a trámite la demanda.

Respecto de la calificación de la demanda podríamos traer a colación lo señalado por los


maestros Quintero, Beatriz y Pietro, Eugenio; para quienes “ la finalidad primordial que
debe perseguirse con este estudio para evitar el nefasto suceso que en buena parte ha
contribuido al descrédito de la justicia y que se constituye por un pronunciamiento
inhibitorio después de un largo, demasiado largo, periodo en que se ha desarrollado el inútil
y anormal proceso con elevados costos y desperdiciada actividad procesal.” Entonces, con
el fin de que el juez pueda resolver la pretensión propuesta, aplicando el derecho sustancial,
es necesario que de manera previa haya verificado que estén presentes todos los elementos
necesarios que la norma procesal establece y por tanto o permitir la admisión de la
demanda y en su caso la resultas del proceso.

4.0 TRATAMIENTO LEGAL EN EL PERU DE LA LIQUIDACION DE


DERECHOS INDIVIDUALES
Es así, que en materia laboral el artículo 18 de la nueva ley procesal de trabajo, ley 29497;
se establece la regulación de la denominada “demanda de liquidación de derechos
individuales” en los siguientes términos: “Cuando en una sentencia se declare la existencia
de afectación de un derecho que corresponda a un grupo o categoría de prestadores de
servicios, con contenido patrimonial, los miembros del grupo o categoría o quienes
individualmente hubiesen sido afectados pueden iniciar, sobre la base de dicha sentencia,
procesos individuales de liquidación del derecho reconocido, siempre y cuando la sentencia
declarativa haya sido dictada por el tribunal constitucional o la corte suprema de justicia de
la república, y haya pasado en autoridad de cosa juzgada. En el proceso individual de
liquidación del derecho reconocido es improcedente negar el hecho declarado lesivo en la
sentencia del tribunal constitucional o de la corte suprema de justicia de la república. El
demandado puede, en todo caso, demostrar que el demandante no se encuentra en el ámbito
fáctico recogido en la sentencia.”
Entonces, el artículo 18 se inspira en la doctrina del Tribunal Constitucional sobre el
“estado de cosas inconstitucionales”, la idea detrás del artículo 18 es la posibilidad de
multiplicar los efectos (benéficos) de una sentencia del Tribunal Constitucional o de la
Corte Suprema, fundamentada en el reconocimiento de un hecho lesivo que afecta a más de
una persona prestadora de servicios. Asimismo el propósito es utilizar por los propios
afectados, por cada uno de ellos, individualmente o en litisconsorcio, el reconocimiento del
hecho lesivo que les afecta. Esta idea se sustenta en el principio de igualdad en la
aplicación de la ley y hace tributo al valor de la predictibilidad de las decisiones judiciales.

Por otra parte, este artículo regula procesos individuales, que pueden ser planteados
individualmente o en litisconsorcio, pero se asienta sobre la idea de un conflicto colectivo
pluriindividual. Cabe anotar que para la ley, los conflictos son colectivos no solo por el tipo
de derecho invocado sino, también por el número de involucrados, es decir:

 Un mismo hecho lesiona a un conjunto de personas prestadoras de servicios,


trabajadores, practicantes, etc.
 Una de ellas decide hacer valer su interés y plantea una demanda.
 Esa demanda concluye con sentencia favorable donde se dice que le corresponde el
derecho en tanto reconoce la existencia de tal hecho lesivo
 Cualquiera de las personas de dicho conjunto puede demandar exactamente lo
mismo que su compañero y seguir el mismo trámite que su compañero y obtener
una sentencia igual o una sentencia diferente.
 Cualquiera de las personas de dicho conjunto puede demandar “la aplicación de la
misma consecuencia recogida en esa sentencia”, pero ajustada a su persona. En este
escenario, sí hay un propósito nuevo, que la demanda sirva para multiplicar los
efectos de una anterior y en ese sentido, demandar directamente la liquidación del
derecho que le corresponde a cada quien.

Todo lo antes expuesto, se aplica siempre que el derecho nazca de un proceso individual
que tiene proyección en un grupo de personas, y esa proyección se concreta en una
liquidación del derecho individual que supone la entrega de una suma de dinero. Diferentes
son los casos de los procesos colectivos en los que la pretensión haya sido planteada de
modo colectivo, en cuyo caso la ejecución de la sentencia beneficia en sí misma a todo el
colectivo (y, por lo tanto, no hay allí necesidad de ninguna demanda de liquidación de
derechos individuales. Entonces el artículo 18 nueva ley procesal del trabajo, nos habla de
la posibilidad de poder reclamar la liquidación individual de un derecho que ha sido
reconocido por el Tribunal Constitucional o la Corte Suprema vía sentencia declarativa.

A partir de ello, lo primero que se podría decir es que, al tratarse de un tema ya resuelto con
calidad de cosa juzgada, que estaría en una suerte de etapa de ejecución o liquidación
suspendida, ya no estaría afecto al plazo prescriptorio.
 La sentencia del Tribunal Constitucional o de la Corte Suprema no es
necesariamente de mera declaración, sino que podría ser de condena. Es más la
regla sería que sea de condena.
 La sentencia es cosa juzgada para la parte que demandó y para ella, la ejecución es
inmediata como ocurre con toda sentencia.
 Para los terceros la sentencia ni les es cosa juzgada ni les genera una ejecución
suspendida. No hay nada. Tampoco la mera existencia de dicha sentencia genera
alteraciones en la prescripción de los otros. La prescripción de los otros sigue las
reglas del Código Civil.

CAPITULO IV

4.1 REQUISITOS DE LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA


La contestación de la demanda es el acto procesal mediante el cual el demandado alega
todas sus excepciones y defensas respecto de una demanda. La contestación de la demanda
tiene la misma importancia para el demandado que la demanda para el demandante. Puede
ser escrita u oral, dependiendo del tipo de procedimiento (escrito u oral).

La demanda junto con la contestación forman la cuestión controvertida, el asunto que debe
resolver el juez . Lo que se expresa en ellas constituye también una limitación para el
tribunal en el sentido que solo debe referirse, en su decisión, a las acciones que se hacen
valer en la demanda y a las excepciones que oponga el demandado. El juez no puede
extenderse a otros aspectos, salvo que la ley le otorgue la facultad para actuar de
oficio (véase ultra petita).

La contestación de la demanda reviste una importancia fundamental por cuanto determina


definitivamente los hechos sobre los cuales deberá producirse la prueba y delimita el thema
decidendum. Por esto se afirme que con la contestación de la demanda queda integrada la
relación jurídica procesal.

El demandado que no ha opuesto excepciones previas y no hace uso de la facultad de


recusar sin causa, no puede ejercerlas posteriormente.

4.1.1 Requisitos y contenido de la contestación a la demanda


Artículo 442.- Al contestar el demandado debe:

- Observar los requisitos previstos para la demanda, en lo que corresponda;


- Pronunciarse respecto de cada uno de los hechos expuestos en la demanda. El
silencio, la respuesta evasiva o la negativa genérica pueden ser apreciados por el
Juez como reconocimiento de verdad de los hechos alegados; 3. Reconocer o
negar categóricamente la autenticidad de los documentos que se le atribuyen, o
aceptar o negar, de igual manera, la recepción de documentos que se alega le
fueron enviados. El silencio puede ser apreciado por el Juez como
reconocimiento o aceptación de recepción de los documentos;
- Exponer los hechos en que funda su defensa en forma precisa, ordenada y clara;
- Ofrecer los medios probatorios; y
- Incluir su firma o la de su representante o de su apoderado, y la del Abogado. El
Secretario respectivo certificará la huella digital del demandado analfabeto.

1. La contestación de la demanda es la posibilidad que tiene la parte de contradecir o no a la


demanda. El principio de bilateralidad brinda esa oportunidad y no exige la materialización
de la contradicción; este se agota en esa posibilidad de contradecir o no. El derecho de
contradicción, lo mismo que el derecho de acción, pertenece a toda persona natural o
jurídica por el solo hecho de ser demandada y se identifica con el ejercicio del derecho de
defensa frente a las pretensiones del demandante.

Sobre el derecho de acción y contradicción hay corrientes de opinión que consideran que
este último es una modalidad del derecho de acción, como la de Devis Echandía y Peyrano;
otros consideran que ambos son autónomos, como Monroy Gálvez, que dice: "el derecho de
contradicción carece de libertad en su ejercicio, esto es, puedo ejercitar mi derecho de
acción cuando yo quiera, en cambio, solo puedo emplear el derecho de contradicción
cuando alguien exija al Estado tutela jurídica y a través de tal plantee una exigencia
concreta dirigida contra mí”. En otras palabras, el ejercicio del derecho de acción marca el
inicio del proceso; en cambio, el derecho de contradicción solo es posible ejercitarlo
cuando un proceso ya se ha iniciado.

2. Una diferencia muy interesante -entre acción y contradicción- se encuentra en el interés.


Según Monroy, el interés para obrar debe ser invocado por el demandante, de lo contrario
no será posible que posteriormente se expida un pronunciamiento válido sobre el fondo; sin
embargo, bien puede este carecer de aquel. Es imposible concebir la idea de un demandado
sin interés para contradecir, porque este es consustancial a su calidad de emplazado.

3. Con la contestación de la demanda se precluye una etapa del proceso y se pasa a la


siguiente. La contestación encierra el ejercicio de una facultad que es incompatible con la
anterior; por citar, si luego de contestada la demanda se interpone excepciones porque
todavía se encuentra pendiente el término para interponerlas, ello no puede prosperar pues
ha operado automáticamente la preclusión con la contestación de la demanda.

4. Otro de los aspectos a resaltar en la contestación es marcar la diferencia, entre el


ejercicio de defensa y la facultad de reconvenir. Se suele confundir como si fuera un todo
porque regularmente se ejerce conjuntamente. El artículo 445 del CPC así lo dispone: "la
reconvención se propone en el mismo escrito en que se contesta la demanda, en la forma y
con los requisitos previstos para esta";

5. El inciso 1 exige que se observen los requisitos previstos para la demanda, entre los que
destacamos la designación del domicilio procesal que se realiza dentro de determinado
perímetro y lo deben constituir las partes o sus representantes en la primera presentación al
proceso a fin de que en él se practiquen todas las notificaciones que no deban serlo en el
domicilio real. Es un domicilio que se circunscribe a la sustanciación de un determinado
proceso y que carece de relevancia jurídica fuera de este.

6. El demandado puede ingresar a reconocer o negar la autenticidad de los documentos que


se acompañan como medios de prueba. Recordemos que cuando se trata de documentos
privados, para que estos tengan validez deben ser reconocidos, situación que no opera con
los documentos públicos, cuya autenticidad se presume.

7. El demandado puede negar los hechos expuestos en la demanda, exponiendo los hechos
en que funda su defensa en forma precisa, ordenada y clara; esto es vital para el proceso
porque va a permitir construir los puntos controvertidos para la futura actividad probatoria.
Por ejemplo, si se pretende el pago del saldo de una acreencia proveniente de un mutuo, el
demandado puede admitir como cierto el origen de la deuda pero no el mutuo que se le
imputa. Aquí encontramos un punto en discrepancia, el monto de la acreencia, y un punto
en coincidencia, el mutuo.
8. El inciso 6 de la norma exige la firma del demandado y del abogado. La firma del
abogado es la única manera de acreditar su intervención. En caso de que actúe la parte por
representante o por apoderado, serán estos los que suscribirán la demanda.

9. Otro aspecto a considerar en la contestación de la demanda es la posibilidad de declarar


la inadmisibilidad de esta por la ausencia de algún requisito de la demanda (ver el inciso,
ello en atención al principio de igualdad que debe acompañar a la dinámica procesal.

4.1.2 Efectos de la falta de contestación


El silencio del demandado puede ser total si no contesta la demanda, o parcial si omite
expedirse sobre algún hecho o documento citado por el actor. En el caso de silencio
respecto a documentos, se lo tendrán por admitidos. Por otro lado, en caso de silencio sobre
hechos, el juez no se encuentra obligado a tenerlos por admitidos. Se rige por la libre
apreciación judicial de acuerdo a las pruebas y elementos de convicción que las partes
ofrezcan

La demanda puede contestarse en dos sentidos: en sentido negativo o en sentido


positivo.

4.1.3 Contestación en sentido negativo


Significa negar los hechos que se alegan en la demanda, ya sea que se nieguen los hechos
afirmados por la parte demandante o se aleguen verdaderas excepciones que desvirtúen el
derecho invocado por el actor o el trámite conferido a la pretensión por el juez. Por
ejemplo, el demandado puede limitarse a decir que los hechos alegados por el actor no son
ciertos o ir más allá de la simple negación e interponer excepciones procesales o materiales,
como la acumulación indebida de pretensiones, la falta de integración de litisconsorcio, la
irregularidad del título, la caducidad de la acción, entre otras.

4.1.4 Contestación en sentido positivo


Significa aceptar como verdaderos los hechos que se alegan en la misma. Es importante
comprender que contestar la demanda en sentido positivo no es lo mismo que allanarse a la
pretensión, tal como luego se verá.

Es posible contestar parcialmente la demanda en sentido negativo y en sentido positivo,


siempre que se trata de hechos o pretensiones diferentes. Por ejemplo, se puede contestar en
sentido positivo la demanda en cuanto a la fecha de separación de los cónyuges, pero en
sentido negativo la causa que lo originó.  Asimismo, se puede contestar en sentido positivo
los hechos que fundamentan la pretensión de divorcio y en sentido negativo los hechos que
fundamentan la pretensión de alimentos a favor de los hijos.

4.2 REQUISITOS DE LA CONTESTACION DE LA DEMANDA


4.2.1 Constar por escrito
El escrito de contestación de la demanda se agrega al expediente judicial. La contestación
se presenta ante el tribunal que admitió la demanda y ordenó el emplazamiento del
demandado. Si la demanda se contesta el último día para hacerlo, ante un tribunal diferente
y en un horario inhábil, la demanda se tiene por no contestada y se declara inadmisible la
reconvención, si se hubiera interpuesto. Además, el artículo 145 inciso 5º Código Procesal
Civil y Mercantil (CPCM) establece que los plazos vencen en el último momento hábil del
horario de oficina del día respectivo. Con esto se niega la antigua práctica de abogados
consistente en presentar la contestación de la demanda el último día del plazo ante el juez
de paz de turno y en un horario inhábil para el juzgado de familia.

4.2.2 Pronunciarse sobre la verdad de los hechos alegados por el actor


En la contestación el demandado debe pronunciarse sobre la verdad los hechos alegados en
la demanda. Puede alegar otro tipo de hechos como fundamento de las excepciones, es
decir, como motivos de oposición, pero no con el ánimo de fundamentar una aspiración
procesal autónoma, es decir, una pretensión, pues en este tipo de casos la contestación de la
demanda incorporaría una reconvención, la cual deberá cumplir con todos los requisitos de
una demanda. La posibilidad de alegar excepciones al momento de contestar la demanda se
regula en el artículo 50 LPF.

4.2.3 Ofrecer y determinar los medios de prueba


 Rige lo mismo que se indicó sobre los requisitos de la demanda. Asimismo, debe cumplir
con los requisitos enunciados en las letras a), b), g), i) y j) del artículo 42 LPF, con las
modificaciones oportunas en relación a la condición del demandado. Sobre estos requisitos
ya se ha hablado.
CAPITULO V

5.1 CASO ESPECIAL DE PROCEDENCIA


5.1.1 ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 615 DEL CPC
Introducción:
Análisis del artículo 615 del CPC, que regula el caso especial de procedencia de una medida
cautelar, esta norma afirma que es procedente el pedido de una medida cautelar de quien ha
obtenido sentencia favorable, aunque fuera impugnada. En este supuesto el pedido cautelar se
solicita y ejecuta en cuerda separada ante el juez de la demanda, con copia certificada de los
actuados pertinentes, sin que sea preciso cumplir con los requisitos exigidos en los inc.1y 4 del
artículo 610 del CPC. A primera vista se aprecia que la norma exime al solicitante de cumplir con
los dos requisitos comunes a todo pedido cautelar, como es expresar los fundamentos de la medida
y ofrecer contracautela.

5.2 OPORTUNIDAD PARA SOLICITAR UNA MEDIDA CAUTELAR EN EL


SUPUESTO ESPECIAL
La tutela cautelar es una forma de tutela jurisdiccional, goza de autonomía funcional, y se
caracteriza por ser provisional, variable e instrumental en el sentido Calamandreiano, o sea “no ser
fin en sí misma” sino la de estar preordenada al resultado de la tutela de fondo.

Es finalidad de la tutela cautelar lograr la tutela judicial efectiva, que comprende en primer
término, el derecho de acceso a la jurisdicción, es decir a ser parte en un proceso promoviendo la
función jurisdiccional.

Para Monroy Gálvez la finalidad es abstracta “logra la paz en justica”, lograr que la tutela judicial
se efectivice. Por ende, el derecho a la tutela cautelar es un derecho fundamental que tiene todo
sujeto de acceder a un órgano jurisdiccional, para solicitar la protección de una situación jurídica, a
través de una cognición sumaria el dictado y ejecución de una oportuna medida cautelar, que sean
adecuadas para garantizar la efectividad de la sentencia a expedirse. En virtud a esta tutela judicial
efectiva se prevé la oportunidad de solicitar medidas cautelares, en base al poder jurídico de toda
persona de recurrir a una jurisdicción a buscar tutela.[ CITATION MON99 \l 10250 ].

Si precisamente lo que se quiere lograr con la tutela cautelar es evitar los efectos negativos que el
tiempo puede tener en el proceso, la decisión que provenga de la tutela cautelar debe llegar antes de
que se produzca aquello que con ella se quiere evitar, es decir, debe llegar en el momento indicado
para asegurar la efectividad de la tutela jurisdiccional.
Se regula en el artículo 139 inc.3 de la Constitución. Pero ello no quiere decir que cada cuando se
solicite una medida cautelar debe ser otorgada para ello el juez debe evaluar si cumplen con los
presupuesto para conceder la medida cautelar. Además se estipula en el artículo IV del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, que contempla el principio de iniciativa de parte, el cual
postula como regla general que el proceso no puede ser iniciado de oficio sino a instancia de parte,
debiendo contarse con interés y legitimidad para obrar. Este principio exige que quién ejerza su
derecho de acción debe afirmar, no acreditar, ni probar solo afirmar que tiene interés y legitimidad
para obrar; también alude que “es indispensable que una persona ejerza su derecho de acción como
punto de partida de la actividad jurisdiccional del estado.

5.3 PROCEDENCIA O FUNDABILIDAD DE LA MEDIDA CAUTELAR ESPECIAL


SOLICITADA
En primer lugar el artículo 615 del CPC, alude a un caso especial de procedencia de medidas
cautelares. Por ello es necesario plantear si es correcto que el artículo 615 del CPC, hable de
procedencia de una medida cautelares o si se ha debido utilizar otra categoría procesal. Para ello es
necesario diferenciar entre las categorías de fundabilidad y procedencia procesal enfocados desde la
ineficacia procesal, para su correcta aplicación en el ámbito cautelar. Así la ineficacia procesal,
hace alusión a aquellos supuestos mediante los cuales son suprimidos los efectos generados por
actos producidos en el transcurso de un proceso. Así, teniendo en cuenta que los actos procesales
son eficaces así estén afectados por un vicio fulminante, cuando nos encontramos frente a una
restricción o eliminación de la eficacia o los efectos de tales actos, sea por cualquier circunstancia,
estamos en el terreno de la ineficacia procesal.

Por tanto la ineficacia procesal, comprende la ineficacia estructural y la ineficacia funcional. La


primera, se vincula con aquellos defectos presentes en la construcción del acto, en su propia
configuración (estructura); la inexistencia y la nulidad son su consecuencia. La ineficacia funcional,
hace referencia a un impedimento sobrevenido para la continuación de los efectos de un acto.

En el caso del artículo 615 del CPC, al establecer la procedencia de una medida cautelar conviene
analizar en primer lugar la categoría de la procedencia. La procedencia se utiliza para decidir sobre
todo aquello que no concierne al aspecto de fondo de una cuestión, sino (en la gran mayoría de
casos) a la validez de ésta o del procedimiento sobre el cual se encarrila

Nuestro CPC, contiene una norma general expresa que establece cuándo un juez declara procedente
un acto procesal y lo hace en el artículo 128 del CPC.
En este juicio de procedibilidad el juez analiza y verifica que la pretensión propuesta por el autor, se
haga valer en un proceso donde concurren los tres presupuestos, competencia del juez, capacidad
procesal de las partes, requisitos de la demanda, y además que tenga las condiciones de la acción,
legitimidad para obrar e interés para obrar. De lo contrario se declarará la improcedencia, que
constituye una declaración de invalidez con carácter insubsanable. Para Cavani, la procedencia está
vinculada a la validez y no al fondo de la cuestión sea principal o incidental.

La improcedencia se cuestiona la falta de alguno o todos los presupuestos procesales y condiciones


de la acción, pudiendo ser declarada Liminarmente al calificarse la demanda, o en el auto de
saneamiento, cuando se deduce una excepción o también en forma excepcional cuando se expide
una sentencia conforme al artículo 121 del CPC.

El rechazo liminar de una pretensión obedece a una situación de improcedencia, cuestión de fondo
en sentido procesal. Aldo Bacre, señala que existe una tendencia que autoriza al juez a rechazar in
limine una demanda no por carecer de requisitos de admisibilidad sino por evidente infundabilidad
de la pretensión, en tales circunstancia no es posible de ser tratada. Existen tres supuesto de
improponibilidad jurídica: improponibilidad subjetiva o falta de legitimación, falta de interés,
improponibilidad objetiva.

Si, las medida cautelares son un instituto jurídico por medio del cual se garantiza la efectividad de
la sentencia a dictase en un proceso frente a los riesgos derivados de los mismos y debido a la
función que le corresponde cumplir dentro del marco de la tutela jurisdiccional, para que una
medida cautelar sea concedida es necesario la concurrencia de sus presupuestos. El artículo 615 del
CPC, nos habla de procedencia de medidas cautelares, ello se estima como correcto puesto que esa
norma hace referencia a los presupuestos que deben existir para conceder una medida cautelar
cuando ya se obtiene una sentencia de primera instancia declarada fundada.

5.4 SENTENCIA DEFINITIVA O SENTENCIA FIRME EN EL CASO ESPECIAL


DE PROCEDENCIA DE MEDIDAS CAUTELARES
Se entiende por sentencia “el acto jurídico procesal emanado del juez y volcado en un instrumento
público, mediante el cual se ejercita su poder–deber jurisdiccional, declarando el derecho de los
justiciables, aplicando al caso concreto la norma legal a la que previamente ha subsumido los
hechos alegados y probados por las partes, creando una norma individual, que disciplinará las
relaciones recíprocas de los litigantes”.
Alfredo Rocco, instituye que la naturaleza de la sentencia “es un juicio lógico, que reviste la forma
de silogismo, sobre la existencia de una relación jurídica, su función es la declaración de las
relaciones jurídicas inciertas.

Definido el concepto de sentencia se debe diferenciar entre sentencia definitiva y sentencia firme; el
calificativo de definitivo que se le agrega a la sentencia es definido por Cabanellas como
proveniente de definere que significa terminar.

Así, el calificativo de definitiva debería ser consustancial a la sentencia, al determinar la forma que
deben revestir las resoluciones que decida definitivamente las cuestiones del pleito en una instancia
o un recurso extraordinario; las que recayendo sobre un incidente pongan término a lo principal,
objeto del pleito.

Un sector de la doctrina utiliza definiciones de sentencia definitiva poco precisas. Así, tenemos a
Lino Palacios para quien, la sentencia definitiva. Es el acto del órgano judicial en cuya virtud éste,
agotadas las etapas de iniciación y desarrollo, decide actuar o denegar la actuación de la pretensión
o petición extraconteciosa que fue objeto del proceso. Mediante la sentencia el juez crea una norma
individual (lex specialis) que constituye una nueva fuente reguladora de la situación jurídica
controvertida en el proceso, y que, como manifestación trascendente que es del ejercicio de la
función jurisdiccional, debe ser acatada por las partes y respetada por los terceros.

Para Couture, las sentencias definitivas son las que el juez dicta para decidir el fondo mismo del
litigio que le ha sido sometido. En ellas depuradas y eliminadas, todas las cuestiones procesales, se
falla el conflicto que ha dado ocasión al juicio. La sentencia definitiva concluye estimando o
desestimando la demanda.[ CITATION COU87 \l 10250 ]

La doctrina mayoritaria, entiende por sentencia definitiva aquella que pone fin a una instancia230.
La sentencia definitiva resuelve o da solución jurídica a las cuestiones objeto de debate, y contra la
cual cabe interponer un recurso ordinario o extraordinario. Para Guasp citado por Gómez de Liaño,
la sentencia definitiva es la terminación normal del proceso de cognición o de conocimiento y
nunca decisión que se manifieste en el proceso de ejecución.

Para Gómez de Liaño, la sentencia es definitiva, porque desde su nacimiento está dotada de
autoridad propia como acto formal y sustancial, y aunque no sea firme produce efectos obligatorios
frente al órgano que la ha dictado que no puede revocarla ni de oficio ni a instancia de parte. Y es
definitiva porque en ella, el juez que ha intervenido en la instancia o recurso decide de una vez por
todas de forma irrevocable y vinculante para él, y más tarde lo será para las partes cuando se
convierta en firme, y una vez que lo sea puede ser plenamente ejecutada, y cuando ha obtenido su
plena efectividad es una sentencia cumplida.

Por tanto, la sentencia es definitiva, cuando resuelve las cuestiones de pleito de una instancia o
recurso. Constituye la normal terminación del proceso declarativo.
BIBLIOGRAFIA
- PALACIOS, CRISTIAN. “La contestación de la demanda”. Publicado en la
Revista Jurídica Digital “Enfoque Jurídico” el 22 de agosto del
2017 http://enfoquejuridico.org/2017/08/22/la-contestacion-de-la-demanda/
- Transcripción de su libro Comentarios al Código Procesal Civil Tomo II .
- MONROY GÁLVEZ, Juan, Introducción al Proceso Civil, Temis, Bogotá,
1996, p. 286
- https://www.minjus.gob.pe/defensapublica/contenido/actividades/docs/314_17_
nlpt__ley_29497.pdf
- GALVEZ, M. (1999). INTRODUCCION AL PROCESO CIVIL TOMO I.
SANTA FE BOGOTA: EDITORIAL TEMIS.
- EDUARDO, C. (1987). "Fundamentos del derecho procesal civil". buenos aires:
depalma tercera edicion .
- GOMEZ DE LIANO GONZALES, F. (1989). "Nulidad de sentencia sin
necesidad de recurso. Revista la ley.

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