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INDICE
INTRODUCCION.............................................................................................................................2
CAPITULO I.....................................................................................................................................3
1. REQUISITOS DE LA DEMANDA...............................................................................................3
1.1 Concepto..................................................................................................................................3
1.2 La designación del Juez ante quien se interpone......................................................................5
1.3 El nombre, datos de identidad, dirección domiciliaria y domicilio procesal del demandante...6
1.4 El nombre y dirección domiciliaria del representante o apoderado del demandante.................7
1.5 El nombre y dirección domiciliaria del demandado.................................................................9
1.6 El petitorio, que comprende la determinación clara y concreta delo que se pide....................10
1.7 Los hechos en que se funde el petitorio..................................................................................11
1.8 La fundamentación jurídica del petitorio................................................................................12
1.9 El monto del petitorio, salvo que no pudiera establecerse......................................................13
1.10 La indicación de la vía procedimental que corresponde a la demanda..................................14
1.11 Los medios probatorios........................................................................................................14
1.12 La firma del demandante; o de su representante o de su apoderado, y la del abogado..........15
1.13 Anexos de la demanda..........................................................................................................15
CAPITULO II..................................................................................................................................16
2.1 CALIFICACIÓN DE LA DEMANDA......................................................................................16
2.2 AUTO ADMISORIO DE LA DEMANDA................................................................................16
2.3 EXCEPCIONES.........................................................................................................................17
CAPITULO III.................................................................................................................................18
3.1 DEMANDA DE LIQUIDACIÓN DE DERECHOS INDIVIDUALES.....................................18
3.1.1 Derechos laborales del trabajador........................................................................................18
3.2 LEGISLACION SOBRE LOS DERECHOS DEL TRABAJADOR..........................................19
3.4 LA LIQUIDACIÓN DE DERECHOS INDIVIDUALES..........................................................19
3.5 LA DEMANDA JUDICIAL......................................................................................................20
3.6 NATURALEZA JURÍDICA DE LA DEMANDA.....................................................................21
3.7 EL CONTENIDO DE LA DEMANDA Y SUS REQUISITOS.................................................21
3.8 REQUISITOS DE LA DEMANDA DESDE EL PUNTO DE VISTA PROCESAL..................21
3.9 CALIFICACION DE LA DEMANDA......................................................................................22
4.0 TRATAMIENTO LEGAL EN EL PERU DE LA LIQUIDACION DE DERECHOS
INDIVIDUALES.............................................................................................................................23
CAPITULO IV.................................................................................................................................24
4.1 REQUISITOS DE LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA...............................................24
4.1.1 Requisitos y contenido de la contestación a la demanda......................................................25
4.1.2 Efectos de la falta de contestación.......................................................................................27
4.1.3 Contestación en sentido negativo........................................................................................28
4.1.4 Contestación en sentido positivo.........................................................................................28
4.2 REQUISITOS DE LA CONTESTACION DE LA DEMANDA...............................................28
4.2.1 Constar por escrito...............................................................................................................28
4.2.2 Pronunciarse sobre la verdad de los hechos alegados por el actor.......................................29
4.2.3 Ofrecer y determinar los medios de prueba.........................................................................29
CAPITULO V..................................................................................................................................29
5.1 CASO ESPECIAL DE PROCEDENCIA...................................................................................29
5.1.1 ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 615 DEL CPC.....................................................................29
5.2 OPORTUNIDAD PARA SOLICITAR UNA MEDIDA CAUTELAR EN EL SUPUESTO
ESPECIAL.......................................................................................................................................30
5.3 PROCEDENCIA O FUNDABILIDAD DE LA MEDIDA CAUTELAR ESPECIAL
SOLICITADA..................................................................................................................................30
5.4 SENTENCIA DEFINITIVA O SENTENCIA FIRME EN EL CASO ESPECIAL DE
PROCEDENCIA DE MEDIDAS CAUTELARES..........................................................................32
BIBLIOGRAFIA..............................................................................................................................34
INTRODUCCION
En esta presente monografía se trata la idea del proceso que supone algo más que la simple
concatenación de actos: supone la bilateralidad de todas las instancias de las partes es decir,
que para que nazca o exista un proceso debemos entender previamente la existencia de un
acto de iniciación del mismo (la demanda) un acto que permite dar la apertura al mismo
(auto admisorio) y por consiguiente un acto mediante el cual quien ha sido emplazado con
la demanda la absuelve, la contradice, la contesta; es a partir de allí, que podemos advertir
la existencia de un proceso.
Sin perjuicio de ello, en la doctrina se señala que “el proceso” transcurre por cinco etapas
claramente definidas, así, existe una etapa postulatoria, una probatoria, una decisoria, una
impugnatoria y finalmente una ejecutoria. La primera implica el inicio del proceso a través
de distintos actos procesales tanto de las partes como del juez, siendo el primero de ellos la
presentación de la demanda, que viene a ser el ejercicio de la acción procesal es decir aquel
escrito mediante el cual el demandado acude al Estado en busca de tutela jurisdiccional. En
tal sentido, conforme lo señala Alvarado, es a partir de este acto procesal ante la autoridad
competente, que surge para ella un claro deber procesal de proveer a su objeto: iniciar un
proceso.
Es así que la demanda judicial la debemos entender cómo, toda petición formulada por las
partes al Juez en cuanto traduce una expresión de voluntad encaminada a obtener la
satisfacción de un interés. Sin embargo, en un sentido estricto, la expresión demanda se ha
reservado para designar la primera petición del demandante, en la que haciendo uso de su
derecho de acción, acude al Organo Jurisdiccional, planteando sus pretensiones. Asimismo
la demanda, como primer acto procesal, tiene una trascendental importancia en el
desarrollo de la relación jurídica procesal. Además de constituir el vehículo a través del
cual el actor plantea sus pretensiones, constituye una limitación a los poderes del Juzgador,
pues éste deberá limitarse a resolver lo que están planteando en la demanda; no puede ir
más allá de la voluntad del actor, y correlativamente a la del demandado quien tiene
similar derecho; los hechos descritos en la demanda y en la contestación, están limitando la
admisión y actuación de los medios probatorios; los defectos de forma, advertidos por el
Juez o por la parte demandada, a través de las excepciones respectivas, impiden el avance
del proceso.
Por ultimo este trabajo es una serie de recopilaciones conceptuales, que utilísimos para
poder establecer adecuadamente cuales son los pasos específicos que debemos ultilsar
según la normativa vigente para que en los procesos judiciales nos acepten nuestras
peticiones judiciales
CAPITULO I
1. REQUISITOS DE LA DEMANDA
Es en la demanda donde se materializa nuestro ánimo de pedir, de conseguir algo. Ese
ánimo es amplio, como lo es la realidad jurídica; está mezclado de pasiones e intereses que
no siempre son o están ajustados a derecho. Es en esa medida que hablamos del interés, de
un sujeto procesal, que no escatimaría medios para lograr su anhelo, cual es ver el interés
ajeno subordinado al suyo.
Es a manera de contrapeso, a este ánimo o interés particular, que nace el interés de proteger
el orden público, señalando diversas exigencias destinadas a morigerar y encauzar las
conductas de las partes; a lograr una ordenación adecuada del proceso. Se imponen así, si
cabe el término, cargas o límites a la voluntad arbitraria de las personas al momento de
iniciar el proceso con la demanda. Se imponen los requisitos dela demanda.
1.1 Concepto
La demanda es la plasmación objetiva del derecho de acción, cuya finalidad es pedir, a la
autoridad jurisdiccional competente, resuelva la pretensión basada en un conflicto de
intereses o incertidumbre jurídica. Por la demanda se ejercita la acción; es el medio
procesal para hacerlo.
La demanda, como primer acto procesal, tiene una trascendental importancia en el
desarrollo de la relación jurídica procesal. Ese, su carácter principal, de tantas proyecciones
en el proceso, explica y justifica las exigencias del contenido y forma que prescribe la ley,
en ella, para admitirla como tal. Debe de observarse, entonces, los requisitos generales y
específicos según corresponda, así como los anexos respectivos, los que serán calificados
por el Juez.
Juan Morales Godo, manifiesta que es indudable que, conforme a las reglas del Código
Procesal Civil, la redacción de una demanda debe efectuarse con la mayor claridad,
precisión y estudio, por cuanto los hechos y las pretensiones no se pueden modificar una
vez que el demandado ha sido emplazado (notificado con la demanda). Por el principio
IURA NOVIT CURIA, el Juez solo puede aplicar la norma jurídica pertinente, mas no
puede modificar los hechos y las pretensiones. El actor debe asumir las consecuencias de
las omisiones o negligencias cometidas, así como la posibilidad del rechazo de la demanda
por incumplimiento de algunas de las formalidades establecidas.
En conclusión, es de suma importancia que la demanda se haga bien; que sea ordenada,
precisa, coherente; así no será complicada la interpretación que, de ella haga, en su
oportunidad, el Juez.
Con la enumeración taxativa de los requisitos en la ley procesal se busca que la demanda no
sea oscura ni irregular. Los artículos 424 y 425 del Código Procesal Civil contienen los
requisitos y anexos respectivamente, que deben presentarse en y con la demanda. Los
primeros son los elementos intrínsecos que deben estar presentes en toda demanda, y los
segundos son los documentos que se agregan a la demanda, a fin de cumplir, en forma
conjunta, con los requisitos de admisibilidad y procedencia.
Los requisitos de la demanda tienen como antecedente el artículo 306 del Código de
Procedimientos Civiles de 1912. Los requisitos señalados en el artículo 424 del Código
Procesal Civil son mucho más detallistas y minuciosos, que lo indicado por el código
adjetivo derogado, pues indican el orden inicial y final de una demanda.
Antes de desarrollar cada uno de los requisitos de la demanda, es necesario mencionar que
esta, como todo escrito que se presenta al proceso, se sujeta a una serie de reglas precisadas
también por el Código Procesal Civil en sus artículos 130 y 131, por los cuales el escrito
que se presente al proceso se sujeta a las siguientes regulaciones:
- es escrito en máquina de escribir u otro medio técnico;
- se mantienen en blanco un espacio no menor de tres centímetros en el margen
izquierdo y dos en el derecho;
- es redactado por un solo lado y a doble espacio;
- cada interesado enumerara correlativamente sus escritos;
- se sumillará el pedido en la parte superior derecha;
- si el escrito tienen anexos, estos serán identificados con el número del escrito
seguido de una letra;
- se usa el idioma castellano, salvo que la ley o el Juez, a pedido de las partes,
autoricen el uso del quechua o del aymara;
- la redacción será clara, breve, precisa y dirigida al Juez del proceso y, de ser el
caso, se hará referencia al número de la resolución, escrito o anexo que se cite; y
- si el escrito contienen OTRO SIES o fórmulas similares, estos deben contener
pedidos independientes del principal.
Además, los escritos serán firmados, debajo de la fecha, por la parte, tercero legitimado o
abogado que lo presenta. Si la parte o tercero legitimado que lo presenta no sabe firmar
pondrá su huella digital, la que será certificada por el auxiliar jurisdiccional respectivo.
Tenemos también la Resolución Administrativa Nº 014-93-CE-PJ, que señala por una
parte, las mismas formalidades de los artículos 130 y 131 del Código procesal Civil, y por
otra parte, agrega requisitos como que: a)el escrito debe presentarse en hoja de papel
tamaño A4; b) que en la parte superior derecha de los escritos, se indicará en orden
descendente el nombre del secretario, si es el caso; número del expediente; cuaderno del
expediente en el que el escrito se presenta; numeración del escrito que sucesivamente se
presenta( esta última se encuentra en el artículo 130.4 del Código Procesal Civil).
1.2 La designación del Juez ante quien se interpone
Este inciso tiene como antecedente el inciso 1º del artículo 306 del Código de
Procedimientos Civiles de 1912 que se expresa en los mismos términos que el actual.
Sobre este punto, los comentaristas del Código de Procedimientos Civiles de 1912, ya
derogado, señalaban que no se trata de indicar el nombre del Juez, sino de indicar la clase
de Juez, para determinar su competencia. Opinión que no es ajena a los comentaristas del
Código vigente, pues Carrión Lugo manifiesta: “no es necesario consignar el nombre del
funcionario que ejerce el cargo correspondiente.” La designación del Juez, ante quien se
interpone la demanda, debe ser inequívoca, porque esta señala la competencia del mismo;
así, según el caso, debe ponerse: Señor Juez de Paz Letrado, señor Juez Especializado en lo
Civil.
La demanda es una solicitud, por ello, debe precisarse a que autoridad va dirigida,
determinándose así la competencia. Competencia del Juez que es un presupuesto procesal
para que se establezca una relación jurídica procesal valida. Debe tenerse en consideración
la materia litigiosa para establecer la competencia por razón de la materia; asimismo, por
razón de grado y de territorio. Existen diversas formas válidas para dirigirse a la autoridad
judicial. En algunos casos se expresa taxativamente la autoridad, así por ejemplo: “Señor
Juez del Segundo Juzgado Especializado en lo Civil de Cajamarca”; en otros casos no se
precisa la autoridad, como por ejemplo: Señor Juez Especializado en lo Civil de Turno de
Cajamarca”. Sin embargo, lo importante es que la demanda se dirija al Juez competente,
por razón de materia, grado o territorio, para evitarse el rechazo de oficio, o, a través de la
excepción de incompetencia, si es que el demandado cuestiona la competencia del Juez.
1.3 El nombre, datos de identidad, dirección domiciliaria y domicilio procesal del
demandante
Este inciso, tiene como antecedente el inciso 2º del art. 306 del Código de Procedimientos
Civiles de 1912, en lo que respecta al nombre del demandante. El nombre constituye,
jurídicamente, el elemento esencial para la identificación del demandante, lo cual implica
sus nombres y apellidos que lo individualicen de otro.
La Enciclopedia Jurídica Omeba, al respecto, manifiesta: “Fácilmente se comprende que el
nombre y apellido del demandante sea el primero de esos requisitos, en cuanto ello
permitirá establecer, con precisión, quien es la persona que asume el papel de actor y si
tiene o no capacidad para entrar al juicio”. Se entiende que, el nombre y apellido, deben ser
expresados en forma completa y precisa. Algunas personas tienen más de un prenombre y
acostumbran usar sólo uno. En la demanda deben consignarse todos los nombres del
demandante, para identificarlo correctamente. Es obvio que, además de los prenombres, se
indicará ambos apellidos, tal como lo disponen los artículos 20 y 21 del Código Civil.
“Esta exigencia tiene como consecuencias prácticas: puede ocurrir que en la prueba
documental, como puede ser un título de propiedad, partida de nacimiento o testamento por
ejemplo, conste todos los prenombres y en la demanda uno sólo; habrá entonces, dificultad
de identificación o cuando menos motivo de cuestionamiento de la identidad por el
demandado”
El nombre es un derecho-deber de todo sujeto de derecho, porque permite su
individualización e identificación. Los datos de identidad se refieren al documento que nos
acredita como tal, pudiendo ser el DNI, Carne de Policía o miembro delas Fuerzas
Armadas, u otro análogo que nos permita identificar nuestra capacidad de ejercicio. Pero
por lo general se presenta el DNI indicándose el número, el mismo que deberá tener la
constancia de sufragio en las últimas elecciones, de acuerdo al art. 237 de la Ley Orgánica
Electoral. Esto, en el caso de los nacionales, pues tratándose de extranjeros se tendrá en
cuenta su carne de extranjería.
Al mencionarse el nombre y documento de identidad correspondiente, se permite al
juzgador examinar la capacidad procesal, es decir, la aptitud del demandante de ejercer por
sí mismo sus derechos en un proceso, pero a su vez, permite identificar a la persona que
conforma la relación jurídico sustantiva, esto es, la legitimidad para obrar. “asimismo,
permite al juzgador, conocer las posibles situaciones de impedimento para intervenir en el
proceso. En efecto, el art. 305 del Código Procesal Civil, señala las causales por las cuales,
un Juez, se encuentra impedido para dirigir un proceso. Estará impedido si él o su cónyuge,
o concubina, tienen parentesco dentro del cuarto grado de consanguinidad, segundo de
afinidad o de adopción con el demandante, o con su representante o apoderado, o con el
abogado. Asimismo, permite establecer las posibles causales de recusación contra el Juez;
sea porque es amigo íntimo o enemigo manifiesto de cualquiera de las partes; si existe una
relación de crédito con el actor, si son donatarios, empleadores o presuntos herederos de
alguna de las partes, etc. (art. 307 del CPC)”
A su vez, el demandado, en tanto lo antes mencionado, conoce quien es quien lo está
demandando, a fin de hacer valer sus defensas según lo estimase conveniente. “La
dirección domiciliaria, es el domicilio real o de residencia con indicación de la calle y
número preciso. Asimismo, la dirección domiciliaria, es el domicilio real, esto es, el lugar
donde residimos habitualmente, el lugar que habitamos voluntariamente; pero, además, se
debe señalar un domicilio procesal, para que las providencias que recaigan en el proceso
sean notificadas en dicho domicilio. El domicilio real es un domicilio voluntario, muy
diferente al legal, que es un domicilio general, predeterminado por ley.
El domicilio legal es el lugar donde la ley presume, sin admitir prueba en contrario, que una
persona reside de modo permanente para el ejercicio de sus derechos y cumplimiento de sus
obligaciones, aunque de hecho no esté allí presente. Así tenemos por ejemplo que, el
domicilio de la sociedad conyugal será aquel en el cual los cónyuges viven; de los
incapaces, el de sus representantes legales como son los padres, tutores o curadores; de las
asociaciones, fundaciones y comités, el que fija sus estatutos o actas de constitución; para
los funcionarios públicos, será el lugar donde desarrollen y ejerzan sus funciones.
El domicilio procesal es el fijado en la demanda y en la contestación, la misma que es la del
abogado que patrocina, en donde se hará llegar las resoluciones judiciales a los litigantes.
Este domicilio procesal está sujeto a una reglamentación, como es el radio urbano del lugar
donde funciona la autoridad judicial. Tratándose de personas jurídicas debe, al igual como
sucede con las personas naturales, consignarse el domicilio real y el procesal. Debe
precisarse su razón social, su inscripción registral respectiva, obviamente, en este caso
actuará el representante de la persona jurídica.
Víctor Ticona Postigo manifiesta al respecto que: “Es necesario diferenciar entre el sujeto
de la relación jurídico procesal y el sujeto de la relación jurídico sustantiva controvertida en
proceso. Quien interpone la demanda, es el sujeto activo de la relación sustantiva discutida.
Suele ocurrir que el actor es un representante (convencional, judicial o legal) de quien es
parte material, en cuyo caso, la parte demandante se desdobla en dos personas: la que
ejercita el derecho de acción y la persona (natural o jurídica) a nombre y en interés de quien
se ejercita este derecho, para hacer valer el derecho material invocado en la demanda.”
1.4 El nombre y dirección domiciliaria del representante o apoderado del demandante
En principio, la demanda debe ser planteada por el propio titular de la pretensión procesal.
Sin embargo, hay casos en los que el titular de la pretensión no tiene la capacidad procesal
para interponer la demanda, o, que teniéndola, por diversas razones, no puede interponer la
demanda personalmente.
Así puede ocurrir que, quien es parte material no puede comparecer por ser menor de edad
o, siendo capaz no puede hacerlo por algún otro motivo o conveniencia. Es allí cuando
aparece la institución de la representación procesal, la cual facilita que un tercero participe
en el proceso en nombre de una de las partes, resultando que quien es parte material es
distinta persona de la parte procesal.
La representación procesal puede ser legal, convencional o judicial. Es legal cuando la ley
determina en forma específica a una persona para que actúe en su nombre no pudiéndose
nombrar a cualquiera ( es el caso de los representantes del Estado, Concejo Municipal, los
menores o incapaces, personas jurídicas); judicial, cuando el representante es nombrado por
el Juez (curador procesal); y apoderado judicial o representación voluntaria, cuando la parte
con plena capacidad, para comparecer al proceso y disponer de los derechos, que en el
proceso se discuten, nombra a uno o más apoderados, otorgando facultad especial o
general.
Según sea el caso, de acuerdo al inciso en estudio, se indicará el nombre y dirección
domiciliaria del representante o apoderado del demandante, si no puede comparecer o no
comparece por sí mismo. “ se exige la indicación domiciliaria del demandante o de su
representante o apoderado, con el objeto de que el Juez tenga la afirmación necesaria que le
permita, por ejemplo, en su momento, decretar embargos por las costas y costos o las
multas o, cuando requiere formularle una citación personal para la realización de una
audiencia especial de conciliación, etc. Así sabrá donde dirigirse, sin necesidad de estar
requiriendo información al abogado.”
En conclusión, la demanda debe ser planteada por su representante legal cuando la persona
a quien representa carece de capacidad procesal; así, si se trata de personas jurídicas, la
demanda puede ser planteada por el representante legal de la misma, señalado por la ley o
el respectivo estatuto. Puede ser planteada por el representante convencional o apoderado
judicial de la entidad, premunido de poder especial otorgado por el representante legal. En
estos casos, el representante legal o convencional debe consignar en la demanda su nombre
completo, el número de su documento de identidad personal y su dirección domiciliaria, tal
como ocurre con cualquier persona natural.
La demanda debe ser planteada por el representante convencional o apoderado judicial
cuando la persona a quien se representa teniendo capacidad procesal, no la puede presentar
personalmente por alguna razón, como puede ser la ausencia del lugar, la incapacidad
física, etc. “Como anexo deberá adjuntarse el documento que contiene la designación como
representante legal o apoderado, debiendo contener dicho documento la enumeración de las
facultades generales y especiales. En este último caso rige el principio de literalidad, de tal
suerte que, sólo se consideran las facultades que estén taxativamente señaladas, pudiendo
ser calificado de insuficiente el poder si es que no están contempladas las facultades
señaladas en los art. 74 y 75 del Código Procesal Civil.”
1.5 El nombre y dirección domiciliaria del demandado
Si se ignora esta última, se expresara esta circunstancia bajo juramento que se entenderá
prestado con la presentación de la demanda. Tan necesaria como la del actor, es la
designación de la persona del demandado, pues sólo cuando este se halle perfectamente
individualizado, se podrá saber contra quien se ha dirigido la acción, ordenar su
notificación, citación y emplazamiento y, en su día condenarle o absolverle en la sentencia.
“La individualización del demandado es igualmente necesaria para determinar su capacidad
para entrar en juicio, para establecer la competencia del Juzgado, y para apreciar en su
oportunidad los efectos de la cosa juzgada.”
CAPITULO II
2.3 EXCEPCIONES
Art. 335.- (CLASES DE EXCEPCIONES). Las excepciones que podrá oponer el
demandado serán previas y perentorias.
Art. 336.- (EXCEPCIONES PREVIAS). Las excepciones previas serán:
1) Incompetencia.
2) Incapacidad o impersonería del demandante o demandado, o de sus apoderados.
3) Litispendencia. En este caso se acumulará el nuevo proceso al anterior, siempre que
existiere identidad de objeto. La jurisdicción mayor arrastrará a la menor.
4) Obscuridad, contradicción o imprecisión en la demanda.
5) Citación previa al garante de evicción.
6) Demanda interpuesta antes de ocurrido el vencimiento del término o el
cumplimiento de la condición.
7) Cosa juzgada.
8) Transacción.
9) Prescripción, cuando pudiere resolverse como de puro derecho.
10) Conciliación.
11) Desistimiento del derecho.
CAPITULO III
Los derechos del trabajador más básicos y que lo tienen todos los regímenes de trabajadores
en el Perú, según Javier Mujica Petit, son los siguientes:
Ley de los trabajadores del Estado, regulado por el Decreto Legislativo (D.L.) 276;
Régimen para los trabajadores de empresas privadas, regulado el D.L. 728;
Régimen de los Contratos Administrativos de Servicios (CAS), regulado por el D.
L. 1057.
Nueva Ley procesal del trabajo, Ley Nº 29497
Además están el régimen especial para las empresas con contratos de exportación
no tradicional, el régimen para los trabajadores de la agroindustria, así como el que
regula a las pequeñas y medianas empresas.
Además se identifica como un mecanismo procesal que los trabajadores sujetos a los
régimen privados o público, a accionar el procedimiento cuando exista una Sentencia del
propio Tribunal Constitucional o de la Corte Suprema que declare la afectación de un
derecho por los mismos actos o hechos considerados como lesivos que afecten un grupo o
categoría de trabajadores. Para tal efecto, tal como ha detallado la doctrina procesal laboral,
su finalidad claramente es evitar que se inicien procesos por conflictos que ya fueron
materia de evaluación sobre el fondo y sobre los cuales existiesen sentencias reconocidas
con anterioridad
Una vez más junto de modo inseparable tres conceptos: acción (su objeto es formar un
proceso), demanda (su objeto es iniciar un procedimiento) y pretensión (su objeto es lograr
la emisión de una sentencia favorable) que se exhiben correlativos por apoyarse
recíprocamente para explicar el fenómeno procesal. De tal modo, se advertirá que no se
concibe racionalmente una demanda que no contenga por lo menos una pretensión a
satisfacer por un tercer sujeto. Así concebida, la demanda es siempre el acto que provocará
la iniciación de un procedimiento necesario para sustanciar un proceso principal, incidental
o accidental.
De tal modo, la demanda es una suerte de documento formal dirigido a la autoridad (juez)
que debe contener necesariamente una pretensión a base de la simple afirmación de un
litigio, con adecuada especificación de las circunstancias recién referidas: quién, contra
quién, qué y por qué se insta. Todo ello resulta posibilitar el correcto derecho de defensa
del demandado (empleador o trabajador), cuyo ejercicio se halla plenamente garantizado
por norma expresa constitucional en todos los ordenamientos del mundo.
Para que esto sea posible, las leyes procesales en general sujetan la presentación de la
demanda a varios requisitos, necesarios de cumplimentar por el actor para que ella sea
admisible y eficaz, además de estar ratificado en el campo laboral por la nueva ley procesal
el trabajo Ley N° 29497.
Para dar inicio al proceso judicial, el abogado deberá cumplir de manera diligente con
presentar su demanda teniendo en cuenta los requisitos legales que establece de manera
clara y precisa los artículos 130°, 424° y 425° de la norma procesal civil y en los casos de
procesos laborales agregar los artículos 16,18 de la nueva ley procesal del trabajo, además
sin perjuicio de algunos requisitos especiales para determinados procesos. Esta constituye
la primer garantía que estatuye la norma procesal para los sujetos intervinientes en el
proceso, ya que todos ellos se deberán adecuar a lo allí prescrito, respetando y haciendo
respetar el cumplimiento de la misma.
Por otra parte, este artículo regula procesos individuales, que pueden ser planteados
individualmente o en litisconsorcio, pero se asienta sobre la idea de un conflicto colectivo
pluriindividual. Cabe anotar que para la ley, los conflictos son colectivos no solo por el tipo
de derecho invocado sino, también por el número de involucrados, es decir:
Todo lo antes expuesto, se aplica siempre que el derecho nazca de un proceso individual
que tiene proyección en un grupo de personas, y esa proyección se concreta en una
liquidación del derecho individual que supone la entrega de una suma de dinero. Diferentes
son los casos de los procesos colectivos en los que la pretensión haya sido planteada de
modo colectivo, en cuyo caso la ejecución de la sentencia beneficia en sí misma a todo el
colectivo (y, por lo tanto, no hay allí necesidad de ninguna demanda de liquidación de
derechos individuales. Entonces el artículo 18 nueva ley procesal del trabajo, nos habla de
la posibilidad de poder reclamar la liquidación individual de un derecho que ha sido
reconocido por el Tribunal Constitucional o la Corte Suprema vía sentencia declarativa.
A partir de ello, lo primero que se podría decir es que, al tratarse de un tema ya resuelto con
calidad de cosa juzgada, que estaría en una suerte de etapa de ejecución o liquidación
suspendida, ya no estaría afecto al plazo prescriptorio.
La sentencia del Tribunal Constitucional o de la Corte Suprema no es
necesariamente de mera declaración, sino que podría ser de condena. Es más la
regla sería que sea de condena.
La sentencia es cosa juzgada para la parte que demandó y para ella, la ejecución es
inmediata como ocurre con toda sentencia.
Para los terceros la sentencia ni les es cosa juzgada ni les genera una ejecución
suspendida. No hay nada. Tampoco la mera existencia de dicha sentencia genera
alteraciones en la prescripción de los otros. La prescripción de los otros sigue las
reglas del Código Civil.
CAPITULO IV
La demanda junto con la contestación forman la cuestión controvertida, el asunto que debe
resolver el juez . Lo que se expresa en ellas constituye también una limitación para el
tribunal en el sentido que solo debe referirse, en su decisión, a las acciones que se hacen
valer en la demanda y a las excepciones que oponga el demandado. El juez no puede
extenderse a otros aspectos, salvo que la ley le otorgue la facultad para actuar de
oficio (véase ultra petita).
Sobre el derecho de acción y contradicción hay corrientes de opinión que consideran que
este último es una modalidad del derecho de acción, como la de Devis Echandía y Peyrano;
otros consideran que ambos son autónomos, como Monroy Gálvez, que dice: "el derecho de
contradicción carece de libertad en su ejercicio, esto es, puedo ejercitar mi derecho de
acción cuando yo quiera, en cambio, solo puedo emplear el derecho de contradicción
cuando alguien exija al Estado tutela jurídica y a través de tal plantee una exigencia
concreta dirigida contra mí”. En otras palabras, el ejercicio del derecho de acción marca el
inicio del proceso; en cambio, el derecho de contradicción solo es posible ejercitarlo
cuando un proceso ya se ha iniciado.
5. El inciso 1 exige que se observen los requisitos previstos para la demanda, entre los que
destacamos la designación del domicilio procesal que se realiza dentro de determinado
perímetro y lo deben constituir las partes o sus representantes en la primera presentación al
proceso a fin de que en él se practiquen todas las notificaciones que no deban serlo en el
domicilio real. Es un domicilio que se circunscribe a la sustanciación de un determinado
proceso y que carece de relevancia jurídica fuera de este.
7. El demandado puede negar los hechos expuestos en la demanda, exponiendo los hechos
en que funda su defensa en forma precisa, ordenada y clara; esto es vital para el proceso
porque va a permitir construir los puntos controvertidos para la futura actividad probatoria.
Por ejemplo, si se pretende el pago del saldo de una acreencia proveniente de un mutuo, el
demandado puede admitir como cierto el origen de la deuda pero no el mutuo que se le
imputa. Aquí encontramos un punto en discrepancia, el monto de la acreencia, y un punto
en coincidencia, el mutuo.
8. El inciso 6 de la norma exige la firma del demandado y del abogado. La firma del
abogado es la única manera de acreditar su intervención. En caso de que actúe la parte por
representante o por apoderado, serán estos los que suscribirán la demanda.
Es finalidad de la tutela cautelar lograr la tutela judicial efectiva, que comprende en primer
término, el derecho de acceso a la jurisdicción, es decir a ser parte en un proceso promoviendo la
función jurisdiccional.
Para Monroy Gálvez la finalidad es abstracta “logra la paz en justica”, lograr que la tutela judicial
se efectivice. Por ende, el derecho a la tutela cautelar es un derecho fundamental que tiene todo
sujeto de acceder a un órgano jurisdiccional, para solicitar la protección de una situación jurídica, a
través de una cognición sumaria el dictado y ejecución de una oportuna medida cautelar, que sean
adecuadas para garantizar la efectividad de la sentencia a expedirse. En virtud a esta tutela judicial
efectiva se prevé la oportunidad de solicitar medidas cautelares, en base al poder jurídico de toda
persona de recurrir a una jurisdicción a buscar tutela.[ CITATION MON99 \l 10250 ].
Si precisamente lo que se quiere lograr con la tutela cautelar es evitar los efectos negativos que el
tiempo puede tener en el proceso, la decisión que provenga de la tutela cautelar debe llegar antes de
que se produzca aquello que con ella se quiere evitar, es decir, debe llegar en el momento indicado
para asegurar la efectividad de la tutela jurisdiccional.
Se regula en el artículo 139 inc.3 de la Constitución. Pero ello no quiere decir que cada cuando se
solicite una medida cautelar debe ser otorgada para ello el juez debe evaluar si cumplen con los
presupuesto para conceder la medida cautelar. Además se estipula en el artículo IV del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, que contempla el principio de iniciativa de parte, el cual
postula como regla general que el proceso no puede ser iniciado de oficio sino a instancia de parte,
debiendo contarse con interés y legitimidad para obrar. Este principio exige que quién ejerza su
derecho de acción debe afirmar, no acreditar, ni probar solo afirmar que tiene interés y legitimidad
para obrar; también alude que “es indispensable que una persona ejerza su derecho de acción como
punto de partida de la actividad jurisdiccional del estado.
En el caso del artículo 615 del CPC, al establecer la procedencia de una medida cautelar conviene
analizar en primer lugar la categoría de la procedencia. La procedencia se utiliza para decidir sobre
todo aquello que no concierne al aspecto de fondo de una cuestión, sino (en la gran mayoría de
casos) a la validez de ésta o del procedimiento sobre el cual se encarrila
Nuestro CPC, contiene una norma general expresa que establece cuándo un juez declara procedente
un acto procesal y lo hace en el artículo 128 del CPC.
En este juicio de procedibilidad el juez analiza y verifica que la pretensión propuesta por el autor, se
haga valer en un proceso donde concurren los tres presupuestos, competencia del juez, capacidad
procesal de las partes, requisitos de la demanda, y además que tenga las condiciones de la acción,
legitimidad para obrar e interés para obrar. De lo contrario se declarará la improcedencia, que
constituye una declaración de invalidez con carácter insubsanable. Para Cavani, la procedencia está
vinculada a la validez y no al fondo de la cuestión sea principal o incidental.
El rechazo liminar de una pretensión obedece a una situación de improcedencia, cuestión de fondo
en sentido procesal. Aldo Bacre, señala que existe una tendencia que autoriza al juez a rechazar in
limine una demanda no por carecer de requisitos de admisibilidad sino por evidente infundabilidad
de la pretensión, en tales circunstancia no es posible de ser tratada. Existen tres supuesto de
improponibilidad jurídica: improponibilidad subjetiva o falta de legitimación, falta de interés,
improponibilidad objetiva.
Si, las medida cautelares son un instituto jurídico por medio del cual se garantiza la efectividad de
la sentencia a dictase en un proceso frente a los riesgos derivados de los mismos y debido a la
función que le corresponde cumplir dentro del marco de la tutela jurisdiccional, para que una
medida cautelar sea concedida es necesario la concurrencia de sus presupuestos. El artículo 615 del
CPC, nos habla de procedencia de medidas cautelares, ello se estima como correcto puesto que esa
norma hace referencia a los presupuestos que deben existir para conceder una medida cautelar
cuando ya se obtiene una sentencia de primera instancia declarada fundada.
Definido el concepto de sentencia se debe diferenciar entre sentencia definitiva y sentencia firme; el
calificativo de definitivo que se le agrega a la sentencia es definido por Cabanellas como
proveniente de definere que significa terminar.
Así, el calificativo de definitiva debería ser consustancial a la sentencia, al determinar la forma que
deben revestir las resoluciones que decida definitivamente las cuestiones del pleito en una instancia
o un recurso extraordinario; las que recayendo sobre un incidente pongan término a lo principal,
objeto del pleito.
Un sector de la doctrina utiliza definiciones de sentencia definitiva poco precisas. Así, tenemos a
Lino Palacios para quien, la sentencia definitiva. Es el acto del órgano judicial en cuya virtud éste,
agotadas las etapas de iniciación y desarrollo, decide actuar o denegar la actuación de la pretensión
o petición extraconteciosa que fue objeto del proceso. Mediante la sentencia el juez crea una norma
individual (lex specialis) que constituye una nueva fuente reguladora de la situación jurídica
controvertida en el proceso, y que, como manifestación trascendente que es del ejercicio de la
función jurisdiccional, debe ser acatada por las partes y respetada por los terceros.
Para Couture, las sentencias definitivas son las que el juez dicta para decidir el fondo mismo del
litigio que le ha sido sometido. En ellas depuradas y eliminadas, todas las cuestiones procesales, se
falla el conflicto que ha dado ocasión al juicio. La sentencia definitiva concluye estimando o
desestimando la demanda.[ CITATION COU87 \l 10250 ]
La doctrina mayoritaria, entiende por sentencia definitiva aquella que pone fin a una instancia230.
La sentencia definitiva resuelve o da solución jurídica a las cuestiones objeto de debate, y contra la
cual cabe interponer un recurso ordinario o extraordinario. Para Guasp citado por Gómez de Liaño,
la sentencia definitiva es la terminación normal del proceso de cognición o de conocimiento y
nunca decisión que se manifieste en el proceso de ejecución.
Para Gómez de Liaño, la sentencia es definitiva, porque desde su nacimiento está dotada de
autoridad propia como acto formal y sustancial, y aunque no sea firme produce efectos obligatorios
frente al órgano que la ha dictado que no puede revocarla ni de oficio ni a instancia de parte. Y es
definitiva porque en ella, el juez que ha intervenido en la instancia o recurso decide de una vez por
todas de forma irrevocable y vinculante para él, y más tarde lo será para las partes cuando se
convierta en firme, y una vez que lo sea puede ser plenamente ejecutada, y cuando ha obtenido su
plena efectividad es una sentencia cumplida.
Por tanto, la sentencia es definitiva, cuando resuelve las cuestiones de pleito de una instancia o
recurso. Constituye la normal terminación del proceso declarativo.
BIBLIOGRAFIA
- PALACIOS, CRISTIAN. “La contestación de la demanda”. Publicado en la
Revista Jurídica Digital “Enfoque Jurídico” el 22 de agosto del
2017 http://enfoquejuridico.org/2017/08/22/la-contestacion-de-la-demanda/
- Transcripción de su libro Comentarios al Código Procesal Civil Tomo II .
- MONROY GÁLVEZ, Juan, Introducción al Proceso Civil, Temis, Bogotá,
1996, p. 286
- https://www.minjus.gob.pe/defensapublica/contenido/actividades/docs/314_17_
nlpt__ley_29497.pdf
- GALVEZ, M. (1999). INTRODUCCION AL PROCESO CIVIL TOMO I.
SANTA FE BOGOTA: EDITORIAL TEMIS.
- EDUARDO, C. (1987). "Fundamentos del derecho procesal civil". buenos aires:
depalma tercera edicion .
- GOMEZ DE LIANO GONZALES, F. (1989). "Nulidad de sentencia sin
necesidad de recurso. Revista la ley.