Mi hermano vive en un modesto edificio de tres plantas, el cual carece de ascensor.
Por un corredor mal iluminado, un poco tétrico se llega a la escalera. Ésta también es oscura, pero los departamentos no, pues todos dan a la calle o al patio posterior. Son nueve en total: seis grandes y tres pequeños, y el de mi hermano es de estos últimos. Como no mide más de ochenta metros, sólo tiene dos dormitorios. Consta, además, de una sala, comedor, baño principal y cuarto, y baño de servicio. Mi cuñada, que es arquitecta, lo ha decorado con mucho gusto y elegancia, ha escogido muy bien los colores y el diseño de los muebles. Los adornos, también, son de su elección. Entre ellos, sin duda, destacan, por su valor artístico, un cuadro de Sérvulo Gutiérrez y varias esculturas: unas de madera y otras de metal de varios autores. CHECK AGAIN, PLEASE: Las principales soluciones (unas ficticias y otras reales) que se han propuesto como superadoras de la denominada “crisis del liberalismo y del Estado liberal” son, en síntesis, las siguientes: en primer lugar, el Estado totalitario fascista, inspirado en una ideología antiliberal y antiindividualista al servicio de la conservación y el fortalecimiento de la anterior estructura del capitalismo; después, la superación del sentido “interno” democrático liberal concretada institucionalmente en la fórmula del Estado Social de Derecho, propio del neocapitalismo de algunas sociedades industriales desarrolladas del actual mundo occidental; finalmente, desde una consideración crítica de las radicales insuficiencias de los llamados “Estados de bienestar” y bajo el título: Estudio democrático de Derecho, se examinan las posibilidades de que la solución socialista, creadora de la sociedad democrática, pueda implantarse y funcionar a través de formas organizativas e institucionales, en las cuales las exigencias centrales de todo auténtico Estado de Derecho se hallen suficientemente realizadas. CHECK ONE MORE TIME: La investigación en torno al proceso de composición del texto escrito descubrió diferencias significativas entre el comportamiento de los apéndices y el de los expertos, que parecen relacionarse con la mala o buena calidad de los textos que producen unos y otros. En síntesis y de una forma un tanto tosca, los expertos utilizan los subprocesos de la escritura para desarrollar el escrito: buscan, organizan y desarrollan ideas; redactan y evalúan y revisan la prosa; saben adaptarse a las consecuencias variadas y tienen más conciencia del lector. En cambio, los aprendices se limitan a capturar el flujo del pensamiento y a rellenar hojas sin releer ni revisar.