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LUCERNARIO

Agosto 17 de 2014

Motivación
Nos movemos en las tinieblas de la tristeza, la desesperanza, la angustia, el pesimismo,
la noche.
Y no nos faltan motivos para ello: Violencia, inseguridad, guerras, corrupción, pobreza,
desencanto a nivel de nuestros países y del mundo. Inclemencias climatológicas. Muertes
absurdas en las rutas.
A los creyentes nos duele sobre todo: La increencia de tantos, la pérdida de valores
morales y cristianos, el desprecio de la vida, la mediocridad e incoherencia con que
vivimos nuestra Fe, las deserciones de los elegidos y la persecución a la Iglesia.

Retorna Hermano Francisco, Vuelve Madre Bernarda


Si Hermano Francisco, retorna, Si Madre Bernarda regresa, dejen caer sobre esta pobre
tierra la doble caridad de su sandalia.
Vuelve Hermano Francisco, recoge nuevamente tu cayado y tu sayal de trino...y recorre
las veredas, los campos del planeta... y encontrarás la tierra salpicada de sangre de
soldados, de humildes campesinos, de hermanos guerrilleros.
Tu Evangelio de amor rodó en el polvo, y el lobo de Gubio, es hoy encarnación del odio
en el hombre. Políticos venales y soberbios, caciques corruptos que hacen del
clientelismo la más abyecta y oprobiosa de las causas.
Sindicalistas que ejercen sin mística ni convicción, jueces que envilecen su conciencia,
patrones que no pagan lo justo, sacerdotes y religiosas que no se comprometen con los
pobres. En fin... mercenarios y traficantes del desamor y de la paz.
Se premia la calumnia. La virtud se escarnece, agoniza el derecho, y la palabra convertida
en Tea, incinera el sermón de la montaña.
Retorna humilde Madre Bernarda que el mundo enloquecido de violencia, sin fe, sin
dignidad, sin ideales, asesinó su propio corazón y hoy busca su única esperanza.
Vuelve cantor de la vida, de la hermana muerte, del sol, del agua, y adéntrate en la
Umbría de la gente desolada y triste, recorre con tu sayal y tu cayado, los senderos de
barriadas, de los tugurios, y encontrarás que la tierra se abrió como volcán siniestro y se
tragó para siempre de un tajo la única esperanza.
Madre Bernarda dile de nuevo a los mortales que la solidaridad de hermanos no se puede
dejar para las horas más amargas y tardías, que debemos ser solícitos ante tantas
asechanzas.
Vuelve Hermano Francisco, dile a los poderosos de la tierra, a los ricos, a los
narcotraficantes, que el lujo, la ostentación, la gula y el derroche de ellos, es un insulto
para tantos pobres.
Regresa Madre Bernarda y Vuelve Hermano Francisco que de vivir entre el odio de ver
tumbas abiertas al pie de los trigales, los niños han crecido con la sonrisa muerta y los
juguetes rotos en el alma.
Retorna Hermano Francisco, Vuelve Madre Bernarda en este día en que en su honor se
canta, Vuelvan, Vuelvan a hablarnos de paz y de perdón, de misericordia y de alegría.
Vuelve Madre Bernarda, Tu que le cantaste a la vida, que no la quiten más con actos tan
horrendos de violencia y que el aborto, el aborto es un crimen sin medida.
Retorna Hermano Francisco, vuelve Madre Bernarda que si del otro lado de la carne ya
no es posible su regreso, dejen caer sobre esta noble tierra, su sayal de peregrinos, sus
plegarias simples, y la doble caridad de sus sandalias.

(Mientras se escucha el audio del poema madre Bernarda y san Francisco reparten una
vela apagada)

SAN FRANCISCO: La noche se empeña en cerrar los cielos. La oscuridad parece que
tiene la última palabra. ¡Hermanas y Laicos! ¡Abran el corazón y manténganse despiertos!
MADRE BERNARDA: ¡La Luz se enseñorea de las tinieblas! ¡El anuncio resuena como
eco, de monte a monte de ciudad a ciudad, de ermita a ermita!. ¡Tomen la luz de Cristo! Y
muéstrenla al mundo que necesita calor, perdón y misericordia!

Video-Canción: Enciende una vela de Marianne - se van encendiendo las luces

Enciende una vela por medio oriente Los muros derrumbados


Una vela más a la amazonas reza una Rezo una plegaria por Juan Pablo y
Plegaria Por África del sur por chico gorbachov
Méndez y su sueño azul… Por la ballenas y el buen rock and roll

Enciende una vela por América Enciendo una vela a mis dieciséis
Por la madre teresa y por Mandela Pues detrás de esta falla también pienso
Doy gracias al milagro de la libertad Juntos caminaremos hacia un mundo
Y por los hombres de buena voluntad más feliz
Y por los hombres de buena voluntad Por que esta vela es también para ti
Por que esta vela es también para ti
Enciende una vela en esta oscuridad
Por aquellos que lucharon para darnos la Enciende una vela en esta oscuridad
paz Por aquellos que lucharon para darnos la
Enciende una vela en esta oscuridad paz
Por los niños que vienen detrás… Enciende una vela en esta oscuridad
Por los niños que vienen detrás
Enciendo una vela por Lennon por todos Por los niños que vienen detrás.
Peregrinación hacia las tiendas del encuentro

En cuatro grupos se inicia el caminar hacia las tiendas del encuentro, cada comunidad
será llamada por su nombre para congregarse alrededor de la Palabra de Dios y la
custodia con el Santísimo. Los nombres de las comunidades son:

 HOREB: Monte del llamamiento


Éxodo 3:1/4
 HERMÓN: Monte de la conquista
Josué 12:1 donde el Señor Jesús, fue transfigurado (Marcos 9:2)
 MORIAH: Monte la prueba
Génesis 22: 1-2
 TABOR: Monte de la alabanza
Salmo 89:12

Cada comunidad responde al llamado diciendo:

 Tu Palabra es lámpara para mis pasos y luz en mi sendero.

 Salen cantando hacia las tiendas: Sé mi luz (Año de la fe).

“Se mi luz enciende mi noche, se mi luz enciende mi noche”


VIDEO: https://www.youtube.com/watch?v=RlfligPUmw0ç

Al llegar a la tienda del encuentro se inicia la lectio divina:

Lectio Divina

1) Oración inicial:

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer tu Palabra en el mismo modo
con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Crea en nosotros el
silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en
las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de
que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de
tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como
fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que
nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

2) Lectura:
Se proclama en voz alta: Mt 5,1-12.

Al ver a la gente, Jesús subió al monte, se sentó y se le acercaron sus discípulos.


Entonces comenzó a enseñarles con estas palabras: “Felices los pobres en el espíritu,
porque suyo es el reino de los cielos. Felices los que están tristes, porque Dios los
consolará. Felices los humildes, porque heredarán la tierra. Felices los que tienen hambre
y sed de hacer la voluntad de Dios, porque Dios los saciará. Felices los misericordiosos,
porque Dios tendrá misericordia de ellos. Felices los que tienen un corazón limpio, porque
ellos verán a Dios. Felices los que construyen la paz, porque serán llamados hijos de
Dios. Felices los perseguidos por hacer la voluntad de Dios, porque de ellos es el reino de
los cielos. Felices serán cuando los injurien y los persigan, y digan contra ustedes toda
clase de calumnias por causa mía Alégrense y regocíjense, porque será grande su
recompensa en los cielos, pues así persiguieron a los profetas anteriores a vosotros”.

Se Lee cuidadosamente a nivel personal.

Al leerlo, no intentes entenderlo todo. Deja que las palabras de Jesús entren en ti. Haz
silencio. En el curso de la lectura trata de responderte ¿somos realmente felices? Por qué
sí? ¿Por qué no? ¿Cuáles son los momentos de tu vida en que te has sentido realmente
feliz? ¿Era una felicidad como la que fue proclamada por Jesús en las bienaventuranzas,
o era de otro tipo?

3) Meditación: En grupos pequeños de seis personas comparten los siguientes aportes que
hace el Padre Fidel Oñoro CJM, al texto Bíblico de las Bienaventuranzas.

Una clave de lectura del Evangelio de Mateo


 
El evangelio de Mateo está preocupado por el discipulado. Ahora, según el texto citado un
discípulo:

1. Vive un cambio radical en su vida, saliendo de en medio del “pueblo que yace en
tinieblas” camina ahora iluminado por la luz del Reino de los cielos “Id… a todas las
gentes”.

2. Es sumergido (=Bautismo) e iniciado en el estilo de vida de la familia trinitaria: “…


Bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo…” (28,19b).
Este estilo de vida es descrito por Jesús a lo largo de sus enseñanzas.

3. Es educado para la puesta en práctica de todas las enseñanzas de Jesús. Lo


importante no es tanto el “saber” sino el “hacer”: “...Enseñándoles a guardar todo lo
que yo os he mandado” (28,20a).
 
El Sermón de la Montaña
 
El Sermón de la montaña responde a la pregunta: ¿Cuál es el “hacer” distintivo de un
discípulo del Reino?  Esta pregunta podría especificarse todavía más así: ¿Qué sucede
en el corazón de aquel que se hace discípulo de Jesús? ¿En qué consiste la novedad de
vida? ¿Cuáles son los puntos distintivos?  Jesús responde con una enseñanza bien
organizada y concreta, que diseña el “mapa” de la vida cristiana desde sus ángulos
fundamentales. El eje de todo está en la frase: “Buscad primero el Reino y su Justicia”
(6,33).
 
Los invitamos a leer desde ya todo el Sermón completo (Mateo 5-7), para sentir la fuerza
de las enseñanzas y también la lógica que las une. Este es uno de esos discursos que
sabe hablar al corazón de forma contundente, pero también encantadora.  El perfil del
discípulo está ahí y dan ganas de encarnarlo.  En buena parte suena como norma, si bien
lo más importante es que se trata del mismo latir del corazón de Jesús que se impregna
en el del discípulo.
 
Como iremos notando, el corazón nuevo del discípulo se distingue por su manera de
entablar las relaciones.  Se trata del aprendizaje de la relacionalidad típica del “Reino”, o
sea, (1) con los hermanos (Mateo 5,17-48), (2) con Dios Padre (Mateo 6,1-18); en las
cuales media (3) el justo uso de los bienes de la tierra (Mateo 6,19-34).  Algunos avisos
complementarios se agregan a esta enseñanza (Mateo 7,1-11).  La plenitud de la Ley de
Dios está en esta propuesta de Jesús (Mateo 5,17 y 7,12).
  
Las Bienaventuranzas
 
Las ocho bienaventuranzas van describiendo progresivamente el rostro de un discípulo de
Jesús, y –si nos fijamos bien- notaremos que se trata del mismo rostro de Jesús.

 La pobreza en Espíritu (5,3): indica la apertura total a Dios y a los hermanos. El “rico”
en espíritu es el autosuficiente y orgulloso (ver Apocalipsis 3,17). El Reino se recibe
cuando se reconoce la radical necesidad de Él (el evangelio da numerosos ejemplos
de ello).

 La mansedumbre (5,4): describe a la persona que ejerce el control de sí misma en


sus emociones e impulsos (ver el Salmo 37), que no pretende dominar ni controlar a
los otros; es la persona que sabe convivir.

 Las lágrimas (5,5): se refiere al estado de una persona en proceso de duelo por su
propia desgracia o la de los otros; generalmente se vive en las rupturas de relación (la
muerte, un pecado, etc.). De alguna manera se refiere a la pobreza porque hay un
vacío que pide ser llenado.

 El hambre y la sed de la justicia (5,6): “hambre y sed” son dos necesidades vitales
del ser humano que no admiten dilación para la solución. Esta búsqueda compulsiva
de lo esencial para vivir se traslada al terreno de las relaciones: recomponer las
relaciones deterioradas, es decir, la “justicia”.

 La misericordia (5,7): en el evangelio de Mateo el término “misericordia” está casi


siempre asociado al de “perdón”.  Pero hay un punto de vista más amplio: donde
quiera que alguien sufra allí hay que reconstruir –mediante una acogida efectiva- el
tejido social deteriorado.

 La pureza de corazón (5,8): no se refiere a una especie de inocencia (que pareciera


congénita en algunas personas) sino estado de limpieza interior en que se encuentra
todo aquel que ha sido purificado por el sacrificio redentor de Jesús. En un corazón
puro las motivaciones son distintas a las de los demás: no hay codicia, no se guarda
rencor, se valora objetivamente, sólo se desea el bien a los demás.

 El trabajo por la paz (5,9): de nuevo nos encontramos en el ámbito relacional,


particularmente en ambiente conflictivo; en lugar de insistir en lo que puede desunir,
por el contrario se aporta siempre a lo que puede mantener y hacer crecer las buenas
relaciones: las propias y las de los demás.
 La persecución por causa de la justicia (5,10-12): la identificación con Jesús y el
compromiso profético con su Reino (ver todo lo anterior) tiene su precio: lleva a
compartir el destino doloroso del Maestro. La persecución viene de diversas formas,
pero la más destacada es la difamación. Pero a pesar de toda la violencia que se le
viene encima, el discípulo no responde con violencia; es verdad que es una víctima
inocente, pero su actitud es otra, la de la resistencia de la alegría: no hay alegría
mayor para un discípulo que el saber que se parece en todo a su Maestro Jesús.

Es Dios Padre quien causa la felicidad


 
Es importante que notemos que dicha felicidad proviene, no del punto de partida (la
pobreza, las lágrimas, la mansedumbre, etc.) sino del punto de llegada, es decir, de la
obra de Dios Padre (“de ellos es el Reino”, “poseerán la tierra”, “serán consolados”,
etc.).  Dios es la causa de la alegría. En otras palabras: se es feliz porque Dios está
obrando en uno, gracias a la Buena Nueva proclamada y realizada por Jesús.
 
4) Contemplación – acción

En los mismos grupos se comparte las siguientes preguntas:


-¿En qué nos llenan de esperanza estas bienaventuranzas?
-Analicemos la situación de nuestra familia, barrio, parroquia, pueblo, ciudad o país ¿Cuál
de estas bienaventuranzas es más urgente que pongamos en práctica?

Se entrega a cada persona un papel (en forma de la Palabra de Dios o el mundo) y


escriben su compromiso a la luz de la Lectio Divina.

5) Celebración:
Oración del Salmo 34 (33)
“Gratitud nacida de una mirada diferente”

Responder cantando: Te exaltaré Señor mi Rey y bendeciré tu nombre, eternamente y para


siempre cada día te bendeciré.

Bendeciré en todo tiempo a Yahvé,


Sin cesar en mi boca su alabanza;
en Yahvé se gloría mi ser,
¡que lo oigan los humildes y se alegren!
Ensalzad conmigo a Yahvé,
exaltemos juntos su nombre.

Consulté a Yahvé y me respondió:


me libró de todos mis temores.
Los que lo miran quedarán radiantes,
no habrá sonrojo en sus semblantes.
Si grita el pobre, Yahvé lo escucha,
y lo salva de todas sus angustias.

El ángel de Yahvé pone su tienda


en torno a sus adeptos y los libra.
Gustad y ved lo bueno que es Yahvé,
dichoso el hombre que se acoge a él.
Respetad a Yahvé, santos suyos,
que a quienes le temen nada les falta.

Los ricos empobrecen y pasan hambre,


los que buscan a Yahvé de ningún bien carecen.
Venid, hijos, escuchadme,
os enseñaré el temor de Yahvé.

¿A qué hombre no le gusta la vida,


no anhela días para gozar de bienes?
Guarda del mal tu lengua,
tus labios de la mentira;
huye del mal y obra el bien,
busca la paz y anda tras ella.

Los ojos de Yahvé sobre los justos,


sus oídos escuchan sus gritos;
el rostro de Yahvé hacia los bandidos,
para raer de la tierra su recuerdo.

Cuando gritan, Yahvé los oye


y los libra de sus angustias;
Yahvé está cerca de los desanimados,
él salva a los espíritus hundidos.
Muchas son las desgracias del justo,
pero de todas le libra Yahvé;
cuida de todos sus huesos,
ni uno solo se romperá.

Rescata Yahvé la vida de sus siervos,


nada habrán de pagar los que a él se acogen.

Rito: Acercarse al Santísimo y colocar los papeles.

Oración final
Señor Jesús, te damos gracias por tu Palabra
que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre.
Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones
y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver.
Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar,
sino también encarnar tu Palabra.
Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo
por todos los siglos de los siglos.
Amén.

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