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Existen diversos tipos de canales de comunicación que son útiles para determinados tipos de
señales.
Ejemplos de canales de comunicación son los cables conductores, la fibra óptica, la atmósfera,
etc.
Los canales pueden ser personales o masivos: los canales personales son aquellos en
donde la comunicación es directa. Voz a voz. Puede darse de uno a uno o de uno a
varios. Los canales masivos pueden ser escrito, radial, televisivo e informático.
11. Pasemos revista de manera rápida e intentando ser lo más exhaustivo posible: en
persona, teléfono fijo directo, teléfono fijo a través de centralita o secretaria,
teléfono de casa, teléfono móvil, contestador del móvil, contestador del
despacho, contestador de casa, SMS, correo electrónico, GTalk, MSN, Skype,
comentarios en el blog, mensajes directos en Twitter… ¿se me olvida alguno?
En total, unos quince, todos ellos abiertos de manera casi permanente. ¿Cuántos
de ellos estaban ahí hace unos diez o quince años? Seguramente, no más de
cuatro o cinco. Hoy en día, la comunicación entre las personas es sin duda más
versátil que nunca, pero en cierto sentido conforma una maraña inmanejable,
sumamente difícil de gestionar de manera eficiente. ¿Hasta qué punto contribuye
esa dificultad al desarrollo del estrés? A partir de cierto nivel de visibilidad,
¿resulta de verdad posible manejar tanto canal de comunicación de una manera
que no sientas que estás quedando mal con media Humanidad? Me pongo a
revisar mis correos: me encuentro muchísimos mensajes a los que de verdad
habría querido contesta, en los que me cuentan cosas verdaderamente
interesantes, y en ocasiones de personas que conozco y me importan, pero se han
quedado ahí, enterrados bajo la marea diaria de correos… realmente, no sé como
manejar algo así. Posiblemente debería “poner barreras”, cerrar algunos canales,
interponer el sabio criterio filtrador de una secretaria en otros, pero no sé
hacerlo, no me encuentro cómodo haciéndolo, y la sensación de parecer “un
estirado que no contesta” me cabrea soberanamente, porque de verdad no soy
así. Pero la mayor parte de los días, si de verdad quisiese contestar, por ejemplo,
a todos los mensajes de correo electrónico (más de doscientos en un día normal),
no haría nada más que contestar mensajes de correo electrónico, con lo que
acabo contestando aquellos que pasan por delante de mi nariz en momentos en
los que puedo tener un mínimo de dedicación, y sólo aquellos que puedo
contestar instantáneamente y con la información que tengo al alcance de la mano
en ese momento. El día tiene las horas que tiene, y no dan mucho más de sí.
¿Cómo se soluciona este information overflow