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Biografía de Juana de Ibarbourou

Nació en Melo (Cerro Largo), el 8 de marzo de 1892, aunque


ella mencionaba el año 1895, como fecha de su natalicio. Fue
bautizada con el nombre de Juana Fernández Morales,
tomando el seudónimo de Juana de Ibarbourou, del apellido
de su esposo, el capitán Lucas Ibarbourou, con quien
contrajo enlace a los 20 años.

Era hija de Vicente Fernández, nacido a mediados del siglo


XIX , en el municipio lucense de Villanueva de Lorenzana.
Por motivos familiares emigró a Montevideo hasta llegar más
tarde a Cerro Largo. Este hombre, impregnado de amor por
su tierra natal, transmitió a su hija esa devoción, cuyo vínculo
con la tierra paterna se manifestará en el discurso de la
Academia de Letras Uruguayas. Allí, la escritora recordará su infancia y la presencia de su
padre que supo inculcar en ella la raíz gallega que siempre la acompañó en su forma de ser y
en su obra. No en vano sus íntimos la llamaban “La galleguita”. El 8 de junio de 1963, el pueblo
de su padre, inauguró una Biblioteca a la que llamaron: “Biblioteca Vicente y Juanita
Fernández”. Su obra se encuadra en el modernismo, tratando con sencillez, alegría y retórica,
temas relacionados a la maternidad, la naturaleza y la belleza. Estas primeras creaciones,
plenas de optimismo le valieron reconocimiento internacional. Pueden mencionarse entre ellas
“Las lenguas de diamante” (1919), “El cántaro fresco” (1920), “Raíz salvaje” (1922) y “La rosa
de los vientos” (1930). Escribió textos para niños, como: “Chico Carlo” (1944), que contiene
cuentos infantiles autobiográficos y “Los sueños de Natacha” (1945), sobre temas clásicos del
teatro infantil.

La segunda etapa de su obra pierde su rasgo esperanzador y positivo, para tornarse más
reflexiva, profunda y melancólica, seguramente por la presencia de la enfermedad y el
presentimiento de la muerte. De esta época, pueden mencionarse como ejemplos: “Estampas
de la Biblia” (1935), “Pérdida” (1950), “Azor” (1953), “mensajes del escriba”(1953), “Romances
del destino” (1955), “Oro y tormenta” (1956), “La pasajera” (1967) y “Canto rodado” (1958).

A lo largo de su existencia recibió muchos reconocimientos. En 1947, fue electa miembro de la


Academia uruguaya, y en 1959, recibió el Premio nacional de literatura, que ese año se había
otorgado por primera vez.

Juana de América, como fue llamada por la inmensa popularidad que supo conquistar, falleció
en Montevideo, el 15 de julio de 1979.

La enredadera

Por el molino del huerto


asciende una enredadera.
El esqueleto de hierro
va a tener un chal de seda

Ahora verde, azul más tarde


cuando llegue el mes de Enero
y se abran las campanillas
como puñados de cielo.

Alma mía: ¡quién pudiera


Vestirte de enredadera!

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