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LOS FRUTOS DEL

ESPIRITU SANTO

SL10
Cuando el alma es
dócil al Espíritu
BENIGNIDAD
PACIENCIA
Santo
se convierte en árbol
bueno que se da a
conocer por sus FE
PAZ
frutos.
MODESTIA
GOZO

CONTINENCIA

AMOR

CASTIDAD
LONGANIMIDAD
BONDAD
MANSEDUMBRE
AMOR: el
fruto que
nos da a
Dios mismo

“El Amor
viene de Dios,
hace presente
a Dios, es Dios
con nosotros”.
GOZO: la primera
manifestación del amor
El gozo espiritual
es
el disfrute de la
presencia
amorosa de Dios.

¡Espíritu Santo,
invádenos con tu gozo!
PAZ: un regalo de Cristo
Resucitado

La alegría plena, reposada, serena,


honda, una alegría total, se alcanza
con la tranquilidad del espíritu,
cuando recibimos la paz.

El don de sabiduría, que


nos hace gustar, saborear
las cosas de Dios, es como
el peldaño que conduce a
la paz.
PACIENCIA: saber que
Dios no se retrasa
Las almas dóciles al Paráclito producen
este fruto ante los obstáculos.

No pierden la paz ante la enfermedad, la


contradicción, los defectos ajenos, las
calumnias, y ante los propios fracasos
espirituales.
“Y a su hora, en el tiempo oportuno,
cuando las lluvias tempranas y tardías han
regado nuestra vida, el milagro se produce,
y se convierte el desierto en vergel”.
LONGANIMIDAD: presencia de ánimo

Es el fruto del espíritu que nos


da ánimo para tender a lo
bueno, aunque haya que
esperar, mucho, para
alcanzarlo.

Nos ayuda a esperar todo el


tiempo necesario, antes de
alcanzar las metas ascéticas o
apostólicas que nos
proponemos, pensando que
las dilaciones son queridas o
permitidas por Dios.
BONDAD: buscando
siempre el bien de los demás
Hacemos el bien con
sencillez sin jactarnos de
ello y solo buscando la
Realizamos el bien aprobación de Dios.
sin buscar
agradecimientos o
dependencias de Compartimos los bienes
los favorecidos espirituales y materiales en
comunidad de fe y de amor.

“No se cansen de obrar el bien, porque a su tiempo nos vendrá


la cosecha, si no desfallecemos…y hacemos el bien a todos”.
Gál. 6: 9 - 10
BENIGNIDAD: sentir la
dulzura del Espíritu

Transforma nuestras
relaciones humanas en
bendiciones divinas.

Vivimos una dulce participación


de la suavidad de Dios,
encarnada en Cristo.
Se manifiesta con
amabilidad en las
palabras, con suavidad en
la convivencia y en el
trato, y con servicialidad
comunicativa en el
MANSEDUMBRE:
soportarlo todo con paz
Da la fortaleza para
soportar malas
palabras, mal
comportamiento,
gestos y actos
amenazadores y toda
clase de injusticias
contra uno mismo o
nuestros amigos. Desecha la ira, porque
el Espíritu de Dios
reposa en el hombre
humilde y dulce.
FE: mirar con los
Es entregarse en las ojos de Dios
manos de Dios y
aceptar su palabra.

La fe fundamenta y dirige
la obediencia, la confianza,
el abandono.
“Déjate guiar por el viento y por el fuego del
Espíritu, pues la fe es estimulante, fermentadora”.
MODESTIA: el coraje de los humildes

Por este fruto, el


creyente sabe
que sus talentos
son regalo de
Dios y los pone
“Deja que Dios entre
al servicio de los
en tu vida, déjate
demás
querer por Dios, deja
que Él te transforme,
te cambie, te guíe, te
forme. Eso sí es
humildad”.
CASTIDAD Y CONTINENCIA:
testigos de la fidelidad
y la ternura de Dios

Nos inclina a vivir


la sexualidad como
servicio a la vida,
para hacer de
nuestro cuerpo una
entera alabanza.

Por estos frutos el alma


está vigilante para evitar
lo que pueda dañar la
pureza interior y exterior.
“No entristezcáis al Espíritu de Dios con
el que fuisteis sellados para el día de la
Redención”.
Ef
Ef 4,
4, 30
30

“Llenaos del Espíritu Santo”. Ef 5, 18


VIVE EL HOY
CON PLENITUD
EL MAÑANA
PERTENECE A
DIOS
SL10

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