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LID Editorial, 2011 más...
Reseña
El mundo de los negocios enfrenta un dilema ante la competitividad global. Las
empresas emprenden el reto de ser más eficientes. Sin embargo, durante mucho
tiempo se creía que el objetivo central de la empresa era producir únicamente
beneficios económicos. La apuesta ahora será por una compensación integral, que
involucre a todas las personas que trabajan para usted. Si usted cuenta con un Gran
Equipo tiene lo que se necesita para triunfar más allá del mercado: triunfar en las
relaciones laborales, una mejor comunicación y un mejor aprovechamiento de sus
recursos humanos, donde todos y cada uno den lo mejor de sí, se involucren con los
objetivos de la empresa y celebren los resultados de un trabajo
fusionado. getAbstract recomienda esta guía novelada, donde el personaje
principal cuenta su vida en primera persona en un tono ameno y fascinante,
además de didáctico. Ignacio Bernabé, un experto en formación empresarial,
enseña, a partir de su experiencia, cómo lograr tener ese Gran Equipo. Los
ejemplos prácticos serán de gran ayuda para cualquier persona sin importar el
tamaño de su negocio, lo crucial es comprender el valor humano en toda
organización.
Ideas fundamentales
“Suelo referirme a la actual crisis mundial como la gran crisis de valores. Una situación
reflejo de un sistema que no funciona: que no nos ayuda a crecer como organizaciones y
mucho menos como personas”.
Por otro lado, existen grupos que se consideran autogestivos, que no necesitan que
se les guíe: se consideran equipos evolucionados. Pero no es así. Para un manejo
adecuado, en un equipo de trabajo deben tomarse en cuenta las “5C”, que son los
elementos que harán que cada participante dé más de sí mismo y se adapte mejor a
las circunstancias laborales y profesionales. Las 5C son: “Comunicación, Cohesión,
Colaboración, Coordinación y Confianza”. Los errores más comunes de los líderes
incluyen volverse autocráticos, tienen miedo a los cambios, carecen de ciertas
aptitudes o desconfían: todo eso los hace incapaces de lograr un buen equipo. Un
buen líder debe ser capaz de tomar decisiones arriesgadas y puntuales, y lograr así
un futuro para todos.
Las empresas pueden llegar a ser lugares donde las personas crecen de modo
individual y laboral, donde lo importante es el camino que realicen y no el objetivo
a largo plazo. Para ello, es fundamental comprender que se debe buscar el
equilibrio entre lo que se busca de modo personal y lo que se pretende en lo
profesional, sin hacer menos a un factor que suele ser pasado por alto: el amor,
pues de ahí se desprende el compromiso que las personas logran. Las empresas
pueden reinventar el modo de trabajo, afianzar el autodescubrimiento para que
todos puedan crecer. Si no hay crecimiento no hay creación. Las personas necesitan
saber quiénes son y de qué son capaces, su potencial, así lograrán creer en sí
mismas y construir un paradigma novedoso, más personal. La evolución de las
organizaciones estará centrada en la comprensión de un mejor entorno, en su
misión, no solo en existir. Las empresas de alta competitividad son las que son
capaces de reconocer lo más valioso, más allá de generar ganancias de capital,
generar valor, ser responsables con el medio ambiente, el entorno social, los socios
y proveedores, los clientes y todos aquellos con los que se tiene una relación, y por
supuesto, con sus trabajadores. Así, en ese contexto podrán gestionar un
crecimiento global incluyente.
Plantearlo de ese modo ya hace que el objetivo cambie. Esto lo podrán lograr las
“Organizaciones Altamente Competitivas (OAC)”. El reto es el siguiente: para
lograr ser una OAC es primordial ser más competitivo. De ahí que la
responsabilidad social sea enorme, pues devuelve multiplicado lo que la empresa
dio de modo incondicional. Esto funciona en teoría, pero para ello se debe pasar a
la práctica. Para conquistar el adecuado manejo de equipos hay que considerar la
unión de tres elementos –“liderazgo, talento y equipo”–; cuando el personal se
desarrolla de modo integral se logra la gestión exitosa, pues todos reciben algo por
su trabajo.
“La alta competitividad está al alcance de cualquiera; de cualquiera que crea firmemente
en poder alcanzarla, porque para llegar a ella es necesario partir de esa convicción”.
Nuevas perspectivas
Es probable que después de una larga etapa su empresa crea necesario evaluar al
personal. Usted no lo sabe aún pero es probable que sea necesaria una
“reorganización” al interior de la empresa. Esto podría darse por varias razones:
falta de liderazgo, las personas ya no trabajan como antes o no se necesita a todo
ese personal como antes. ¿Sus empleados son los que necesita? ¿Son las personas
adecuadas? ¿Tienen retos y motivaciones? De ahí pueden surgir ajustes, pues a
veces usted ni siquiera llega a pensar cómo son en verdad las cosas hasta que las
mira de otro modo. Las organizaciones son como sistemas: se adaptan sin mayores
preámbulos y solo hasta que surge un imprevisto o algo extraordinario se decide
cambiar. ¿Por qué no mirar más allá de ello? Los patrones establecidos desde hace
siglos no pueden ya permanecer en los tiempos que corren pues estos son volubles
al cambio. Es necesario buscar algo que haga salir de la rutina, confiar en que la
diferencia existe.
“La reflexión y el dialogo son los mejores recursos personales con los que contamos”.
Imagine que puede pasar años en la misma oficina sin haberse percatado de la
puesta de sol, que estuvo frente a usted siempre. O tener ocasiones para pensar,
para el placer, para imaginar. Debe ser capaz de atender los pequeños grandes
sucesos y algo maravilloso puede pasar. Si mira las mismas cosas de la misma
manera está predestinado a seguir la rutina de sus acciones: mirar lo mismo, hacer
lo mismo. Así no hay cambio ni evolución.
“Un Gran Equipo [es] como una organización altamente competitiva, fruto de la mejor
combinación de liderazgo, talento y equipo”.
Pero, si usted mira con otro matiz solo por cambiar de lugar o por imaginar otro
lado de su problema, esto crea una perspectiva que le abrirá puertas que no
sospechaba. Incluso, sin que pueda explicarse por qué no se le había ocurrido
antes, le llegará la solución al problema. Las cosas no son tal y como las pensamos.
Es de vital importancia generar nuevas visiones y ser capaces de seguirlas. Por
ejemplo, si la empresa va bien desde hace mucho tiempo usted podrá confiar en esa
aparente rutina, es más, creerá que es benéfico que todo marche sin cambios. Es
justo en ese momento cuando usted debe desconfiar y actuar, antes de que las cosas
dejen de estar bien. El crecimiento de su empresa depende de ello, pues cuando las
cosas se mantienen estáticas, es señal de que el declive se acerca. Por ello, debe ser
capaz de cambiar a tiempo. Cuando el sistema determina lo que se debe hacer, y
todos trabajan por las metas sin mirar a otra parte, se limita la posibilidad de
desarrollar una visión amplia. Entonces, las personas dejan de ser libres para
imaginar los procesos y las situaciones de otro modo; y eso, sin duda, conduce al
fracaso.
Un Gran Equipo
Preste atención mientras todo está bien y eso le ayudará a prevenir problemas
futuros. Revise que la empresa esté al día en cuanto a la situación del mercado, el
nivel de competencia en relación a otras empresas, los requerimientos que se
necesitarán en los siguientes meses, y produzca el cambio si es necesario. Usted
necesita contar con un “verdadero y gran equipo” que le ayudaría enormemente a
tener una visión mayor, pues todos se identificarían con los objetivos a corto y largo
plazos y con la “visión y misión” de la organización, pues estarían conscientes de
qué estrategias seguir y darían su mejor esfuerzo para aportar lo mejor de sí
mismos. Y esto genera el sentido de pertenencia a una comunidad. Si hay sueños en
común suele también haber problemas y compartirlos une a las personas. Los
vínculos que se crean al interior de un equipo son la mejor recompensa y ayudarán
a que todos puedan crecer.
“Si logramos trasmitir… una nueva visión respecto a la gestión de personas y esta,
digamos, obligación contraída voluntariamente para con los trabajadores de una
manera clara y sincera, puedes contar con un esfuerzo extra…”
“Debemos entender por gestión del talento el manejo de todas aquellas acciones que
contribuyan a crear un entorno adecuado o hábitat para que el talento arraigue con
fuerza a través del compromiso”.
Los trabajadores deben ser los adecuados, deben tener la capacidad de adaptarse a
su medio, con voluntad para ello, y deben poder planear su futuro sin importar las
adversidades o problemas que se presenten. El patrón del éxito es el que se
cuestiona de modo global y que hace equilibrio en esos factores, habrá que
rediseñar los perfiles que se esperan de las “competencias” que pueden incluir el
talento, los objetivos personales y materiales con los que se dispone.
A largo plazo se podrá tener nuevas expectativas relacionadas con las carreras, los
planes de contratación, los programas de formación y los planes de innovación,
entre otras. Por ello, el “Decálogo para la gestión del cambio” tiene el objetivo de
crear el mejor equipo. Los elementos del decálogo son los siguientes:
5. Contexto − Procure que cada obstáculo y cada meta sean un reto lleno de pasión.
Genere condiciones para el trabajo creativo y cuide que sus empleados tengan las
cualidades para el trabajo colectivo, como el optimismo, el respeto, la confiabilidad y el
profesionalismo. El talento está condicionado por el “ser capaz de hacer, querer hacer,
saber hacer y poder hacer”.
7. Saber hacer compromisos − Tome en cuenta las sugerencias valiosas para que
los compromisos puedan ser cumplidos. Prescinda de los empleados que no se
comprometan con la organización.
Sobre el autor
Ignacio Bernabé es investigador y experto internacional en TALENT Management, presidente
ejecutivo de The Growth Management Science, coach y conferencista.