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LA CREATIVIDAD

EN EL MUNDO DE LA SALUD
Youseph Yazdi, PhD
Director Ejecutivo
Centro de Innovación y Diseño en Bioingeniería
de la Universidad Johns Hopkins

Mi trabajo se centra en el cruce de la ingeniería biomédica, la salud y la


academia. Hay áreas en los tres campos que están alejadas la creatividad y
otras áreas donde es fundamental. Por ejemplo, nadie quiere escuchar a un
cirujano diciendo “¡Tengo esta idea genial para probar en tu cirugía de
columna!”. Todos preferimos que nuestros doctores se apeguen a los métodos
que se han usado cientos de veces. Incluso en la investigación académica
biomédica, los científicos tratan de resolver problemas en el laboratorio todos los
días, pero se apegan a la tecnología que conocen. Por ejemplo, cuando
estudiaba el doctorado, mi tutor me dijo “Youseph, puedes trabajar con el
problema que quieras, pero más vale que se solucione, al final, con el uso del
láser”, porque esa era la tecnología que había en nuestro laboratorio, la que
conocíamos bien.

Donde la creatividad sí es fundamental es en el Centro John Hopkins de


Bioingeniería de Innovación y Diseño (CBID). Allí nos enfocamos en la
resolución de problemas, sin limitaciones. El CBID se estableció hace diez años
con una doble misión: educación + innovación. No estamos casados con una
tecnología en particular, sino con la resolución de problemas desde el mejor
enfoque. Esto nos da la oportunidad de trabajar con un mayor nivel de
creatividad. Desde el principio, fuimos un poco “invasores” en el área de la
academia y el cuidado de la salud. Los equipos trabajan con expertos clínicos y
de diseño, entre otros, para identificar y crear mejores soluciones para los
problemas del mundo real. Pasamos mucho tiempo en la clínica, hablando con
pacientes, doctores, enfermeras, pagadores, reguladores, etc. También
hacemos tareas similares fuera de Estados Unidos, por ejemplo, en zonas
rurales de Kenia o India.

Otra razón por la que la creatividad es fuerte en nuestro equipo es la diversidad.


Cada equipo une a personas de diferentes mentalidades, entrenamientos y
capacidades. Doctores, ingenieros, abogados, empresarios. Cualquier solución
efectiva requiere de todos ellos y las ideas más creativas vienen de sesiones
donde todos ellos contribuyen.
La creatividad y su aporte de soluciones
al sector de la salud
La salud, aquí y en el resto del mundo, está crisis. Una crisis de acceso. Los
costos son elevados y los gobiernos alrededor del mundo batallan para que
todos tengan acceso. Estados Unidos no es la excepción. La razón es que las
ideas antiguas ya no funcionan. Se necesitan nuevas soluciones creativas para
romper con esa idea de intercambio de buena calidad por un precio elevado. Los
enfoques creativos y novedosos permiten que los sistemas de salud brinden
calidad a más personas por un menor costo.

Por ejemplo, tenemos equipos que van a hospitales de la India para ver cómo se
puede dar un servicio de calidad por una fracción del costo. Hay muchos
ejemplos de soluciones creativas que han surgido de estos esfuerzos conjuntos.
Uno de ellos es un proyecto que detecta las debilidades en las interacciones
entre un visitante y la clínica, para ver qué tan bien se comprende la condición
del paciente. Si se hace correctamente, el tratamiento se puede enfocar de
manera eficiente, pero muchas veces se desperdicia dinero porque se
diagnostica mal o se ignoran los padecimientos del paciente. Entonces, nuestro
equipo diseñó una aplicación que incluye pautas de los mejores expertos en
realizar esta tarea y la ponemos en manos de trabajadores clínicos menos
calificados.

Otro ejemplo se enfrenta con el problema de “ver y tratar” en casos de cáncer


cervical o de pre-cáncer. En áreas rurales, los pacientes pueden ser
examinados, pero no podrán regresar para recibir el tratamiento, lo que
empeorará su condición. Hay herramientas disponibles que permiten el
tratamiento inmediato, pero son caras, pesadas y se averían constantemente.
Así que nuestro equipo diseñó y desarrolló un dispositivo sencillo de bajo costo
que hace el trabajo por una fracción del precio y el peso.

Finalmente, en 2014, organizamos un desafío de un fin de semana para diseñar


un traje que brindara mayor protección a los cuidadores del Ébola. Los trajes
disponibles eran muy calurosos, demasiado grandes y muy difíciles de quitar.
Las mejores ideas se llevarían a la Agencia Estadounidense para el Desarrollo
Internacional (USAID). Casi todos los participantes eran expertos en el control de
infecciones, ingenieros, doctores y diseñadores de equipo médico, pero había
una participante con un perfil particular: Jill Andrews, una diseñadora de vestidos
de novia que tenía una tienda en Baltimore. Su entrenamiento en moda trajo
habilidades muy valiosas, como la resolución de problemas al coser, la habilidad
para dibujar rápido y, lo más importante, su capacidad de materializar las ideas.
Tres días después del taller, Jill y su costurera hicieron los prototipos del nuevo
diseño, lo que nos permitió demostrar las características y ventajas, resultando
más ligero, seguro y rápido de quitar.

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