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Relaciones de la biología de la conservación con otras disciplinas.jpg
La biología de la conservación es una disciplina científica de síntesis que se
consolidó en la década de 1980 como respuesta a la pérdida de biodiversidad
(Simberloff, 1988). Se ocupa de estudiar las causas de la pérdida de diversidad
biológica en todos sus niveles (genética, individual, específica, ecosistémica) y
de cómo minimizar esta pérdida. La biología de la conservación se ocupa también de
la gestión de la naturaleza y la biodiversidad de la Tierra con el objetivo de
proteger las especies, sus hábitats y los ecosistemas de tasas excesivas de
extinción y de la erosión de las interacciones bióticas.123 Para ello integra
contribuciones de disciplinas muy diferentes que se basan en las ciencias naturales
y sociales —tales como la ecología, la genética, la biogeografía, la biología del
comportamiento, las ciencias políticas, la sociología, la antropología, etc.— y la
práctica del manejo de recursos naturales.4567:478
Índice
1 Origen
2 Descripción
3 Historia
3.1 Conservación de los recursos naturales
3.2 Primeros naturalistas
3.3 Movimiento ecológico
3.4 Esfuerzos globales de conservación
4 Conceptos y fundamentos
4.1 Marco conceptual
4.2 Paradigmas científicos
4.3 Medición de las tasas de extinción
4.4 Planificación sistemática de la conservación
4.5 Fisiología de la conservación: un enfoque mecanicista de la conservación
4.6 Biología de la conservación como profesión
4.7 Enfoques
4.8 Ética y valores
4.9 Prioridades de conservación
4.10 Valores económicos y capital natural
4.11 Conceptos de especies estratégicas
4.11.1 Especie clave
4.11.2 Especie indicadora
4.11.3 Especie paraguas y especie bandera
5 Contexto y tendencias
5.1 Extinción del Holoceno
5.2 Estado de los océanos y arrecifes de coral
5.3 Grupos distintos a los vertebrados
5.4 Biología de la conservación de parásitos
5.5 Amenazas a la biodiversidad
5.6 «Los cuatro jinetes del apocalipsis»
5.6.1 Sobreexplotación
5.6.2 Pérdida y fragmentación del hábitat
5.6.3 Especies introducidas
5.6.4 Cadenas de extinción
6 Personajes destacados
7 Disciplinas dentro de la biología de la conservación
8 Véase también
9 Notas y referencias
9.1 Notas
9.2 Referencias
10 Bibliografía
10.1 Bibliografía adicional
11 Enlaces externos
Origen
El término «biología de la conservación» y su concepción como nuevo campo de
estudios se originó en la convocatoria de la «Primera Conferencia Internacional
sobre Investigación en Biología de la Conservación» celebrada en 1978 en la
Universidad de California en La Jolla y dirigida por los biólogos Bruce A. Wilcox y
Michael E. Soulé con un grupo de conservacionistas e investigadores académicos y de
zoológicos, incluyendo Kurt Benirschke, Otto Frankel, Thomas Lovejoy y Jared
Diamond. La reunión fue motivada por la preocupación por la deforestación tropical,
la desaparición o extinción de especies y la erosión de la diversidad genética
dentro de las especies.8 La conferencia y los procedimientos resultantes,2 buscaron
unir la brecha entre la teoría en la ecología y la genética evolutiva por una
parte, y la política y práctica de conservación, por otra.a La biología de la
conservación y el concepto de la diversidad biológica surgieron juntos y
contribuyeron a definir la era moderna de la ciencia de la conservación y la
política ambiental. La base multidisciplinaria de la biología de la conservación
dio lugar a nuevas subdisciplinas, incluido la ciencia social de la conservación,
comportamiento animal y conservación y fisiología de la conservación.9 Fomentó
también el mayor desarrollo de la genética de la conservación, la disciplina que
Otto Frankel había iniciado con anterioridad, aunque hoy en día a menudo se
considera una subdisciplina de la biología de la conservación.
Descripción
Debido al rápido declive global de los sistemas biológicos establecidos, la
biología de la conservación es a menudo caracterizado como una «disciplina
[científica] con fecha límite».10 La biología de la conservación es estrechamente
relacionado con la ecología por investigar temas cercanas a la ecología de
poblaciones (dispersión, migración, demografía, tamaño efectivo de la población,
depresión endogámica, y viabilidad mínima de la población) de especies raras o en
peligro de extinción.1112 La biología de la conservación abarca el estudio de los
fenómenos que afectan el mantenimiento, la pérdida y la restauración de la
biodiversidad y la ciencia de los procesos evolutivos que engendran la diversidad
genética, poblacional, de especies y de los ecosistemas.56712 La preocupación
proviene de estimaciones que sugieren que desaparecerán hasta 50 % de todas las
especies del planeta en los próximos 50 años,13 lo que contribuye al aumento de la
pobreza, la inanición, y cambiará el curso de la evolución en este planeta.1415
Historia
La conservación de los recursos naturales es el problema fundamental. A menos que
resolvamos ese problema, nos servirá poco resolver todos los demás.
—Theodore Roosevelt16
Conservación de los recursos naturales
Los esfuerzos para conservar y proteger la biodiversidad global de manera
consciente son un fenómeno reciente.717 Sin embargo, la conservación de los
recursos naturales tiene una historia que se extiende hasta antes de la «era de la
conservación». El uso ético de los recursos surgió de la necesidad, por las
relaciones directas con la naturaleza. La regulación o restricción comunal se hizo
necesaria para evitar que individuos, por motivos egoístas, tomarían más de lo que
podría ser sostenido localmente, dado que esto pondría en riesgo el suministro de
recursos naturales a largo plazo para toda la comunidad.7 Este dilema social con
respecto al manejo de los recursos naturales es a menudo llamado la «tragedia de
los comunes».18b
Primeros naturalistas
Movimiento ecológico
Artículo principal: Movimiento ecológico
Las raíces modernas de la biología de la conservación se encuentran en el período
de la Ilustración del siglo XVIII, particularmente en Inglaterra y Escocia.2529
Varios pensadores, entre ellos notablemente Lord Monboddo,29 destacaron la
importancia de «preservar la naturaleza»; gran parte de este énfasis inicial tuvo
su origen en la teología cristiana.[cita requerida]
El uso del término «conservación» se generalizó a fines del siglo XIX y se refirió
a la gestión, principalmente por razones económicas, de recursos naturales tales
como madera, pesces, animales de caza, capa superior del suelo, pastos y minerales.
Además, se refirió a la conservación de bosques (silvicultura), fauna silvestre
(refugio de vida silvestre), parques, vida silvestre y cuencas hidrológicas. En
este período también se aprobó la primera legislación relativo a la conservación y
se establecieron las primeras sociedades de conservación de la naturaleza. La Ley
de Preservación de Aves Marinas de 1869 fue aprobada en Gran Bretaña, constituyendo
la primera ley de protección de la naturaleza en el mundo,36 después de un amplio
cabildeo de la Asociación para la Protección de Aves Marinas37 y el respetado
ornitólogo Alfred Newton.38 Newton también jugó un papel decisivo en la aprobación
de las primeras leyes de animales de caza de 1872, que protegían a los animales
durante la temporada de cría para evitar el riesgo de la extinción de las
poblaciones.39
Una de las primeras sociedades de conservación fue la Royal Society for the
Protection of Birds (RSPB), fundada en 1889 en Manchester40 como un grupo de
protesta haciendo campaña contra el uso de los pieles y plumas del somormujo
lavanco y la gaviota tridáctila para la confección de ropa de piel. Originalmente
conocido como «the Plumage League» («La Liga del plumaje»),41 el grupo ganó
popularidad y finalmente se fusionó con la Liga de Piel y Plumas de Croydon para
formar el RSPB.42 El National Trust se formó en 1895 con el manifiesto de «[...]
promover la conservación permanente, en beneficio de la nación, de las tierras,
[...] para preservar (en la medida de lo posible) su aspecto natural».
En los Estados Unidos, la Forest Reserve Act 1891 (Ley de reserva forestal de 1891)
otorgó al presidente el poder de apartar reservas forestales de las tierras que
pertenecen al dominio público. John Muir fundó el Sierra Club en 1892, y la New
York Zoological Society (Sociedad Zoológica de Nueva York) se fundó en 1895. El
presidente Theodore Roosevelt estableció un número de bosques y reservas nacionales
de 1901 a 1909.4344 La Ley de Parques Nacionales (National Parks Act) de 1916,
incluía una cláusula de «uso sin impedimento», solicitada por John Muir, que
finalmente resultó en la eliminación de una propuesta para construir una represa en
el monumento nacional Dinosaurio en 1959.45
En 1992, la mayoría de los países del mundo se habían comprometido con los
principios de la conservación de la diversidad biológica tras ratificar el Convenio
sobre la Diversidad Biológica;56 muchos países dieron inicio a programas en el
marco del Plan de acción de biodiversidad para identificar y conservar las especies
amenazadas dentro de sus fronteras, así como para proteger los hábitats asociados.
A finales de la década de 1990, se observó un aumento de la profesionalidad en el
sector con la maduración de organizaciones como el Instituto de Ecología y Gestión
Ambiental y la Sociedad del Medio Ambiente.
Este paradigma enuncia que las poblaciones pequeñas están sometidas a un alto
riesgo inherente de extinción, que resulta fundamentalmente de un incremento en la
exposición a estocasticidad demográfica y ambiental de la pérdida de variabilidad
genética.
Se ocupa de los procesos por los cuales el riesgo de extinción de las poblaciones
se incrementa por razones ajenas a éstas, y de cómo paliarlos.
¿Es la biología de la conservación una ciencia objetiva si los biólogos abogan por
un inherente valor en la naturaleza? ¿Los conservacionistas introducen sesgos
cuando respaldan políticas que usan una descripción cualitativa, como degradación
del hábitat o ecosistemas saludables? Como todos los científicos tienen valores,
también lo tienen los biólogos de la conservación. Los biólogos conservacionistas
abogan por un manejo razonado y sensato de los recursos naturales y lo hacen con
una combinación revelada de ciencia, razón, lógica, y valores en sus planes de
manejo de conservación.5 Esta postura es comparable a la de la profesión médica que
defiende las opciones de un estilo de vida saludable; ambos son beneficiosos para
el bienestar humano pero siguen siendo científicos en su enfoque.
Enfoques
La conservación puede clasificarse como conservación in situ, que protege una
especie en peligro en su hábitat natural, o conservación ex situ, que se produce
fuera del hábitat natural.71 La conservación in situ implica proteger o restaurar
el hábitat. La conservación ex situ, por otro lado, implica la protección fuera del
hábitat natural de un organismo, por ejemplo en reservas o en bancos de genes,
cuando en el hábitat natural no pueden vivir poblaciones viables.71
Prioridades de conservación
Los puntos calientes y fríos de biodiversidad son una forma de reconocer que la
concentración espacial de los genes, especies y ecosistemas no está distribuida de
manera uniforme en la superficie de la Tierra. Por ejemplo, «[...] el 44 % de todas
las especies de plantas vasculares y el 35 % de todas las especies en cuatro grupos
de vertebrados están confinadas a 25 puntos calientes que comprenden solo el 1,4 %
de la superficie terrestre de la Tierra».82
Aquellos a favor de priorizar los puntos fríos señalan que hay otras medidas a
considerar más allá de la biodiversidad. Señalan que al enfatizar los puntos
calientes se minimiza la importancia de las conexiones sociales y ecológicas a
vastas áreas de los ecosistemas de la Tierra donde reina de forma suprema la
biomasa, no la biodiversidad.83 Se estima que el 36 % de la superficie de la
Tierra, que abarca el 38,9 % de los vertebrados del mundo, carece de especies
endémicas para poder calificar como zona de gran biodiversidad.84 Además, las
medidas muestran que la maximización de las protecciones de la biodiversidad no
resulta en una mejor captura de los servicios ecosistémicos que la focalización en
regiones elegidas al azar.85 La biodiversidad a nivel de población (es decir, los
puntos fríos de biodiversidad) está desapareciendo a un ritmo diez veces mayor que
al nivel de especies.7986 La importancia de abordar la biomasa versus el endemismo,
como una preocupación para la biología de la conservación, se destaca en la
literatura que mide el nivel de amenaza para las reservas mundiales de carbono del
ecosistema que no necesariamente residen en áreas de endemismo.8788 Un enfoque que
prioriza los puntos calientes89 no invertiría tanto en lugares como estepas, el
Serengeti, el Ártico o la taiga. Estas áreas contribuyen con una gran abundancia de
biodiversidad a nivel de población (no de especies)86 y de servicios del
ecosistema, incluido el valor cultural y el ciclo de nutrientes del planeta.90
Aquellos que están a favor del enfoque de puntos calientes señalan que las especies
son componentes irremplazables del ecosistema global, que se concentran en los
lugares más amenazados y, por lo tanto, deben recibir protecciones estratégicas
máximas.91 La riqueza de especies y la biodiversidad genética engendran y
contribuyen a la estabilidad del ecosistema, los procesos del ecosistema, la
adaptatibilidad evolutiva y la biomasa.92 No obstante, ambas partes concordan que
la conservación de la biodiversidad es necesaria para reducir la tasa de extinción
e identificar un valor inherente en la naturaleza; el debate se enfoca en cómo
priorizar los limitados recursos de conservación de la manera más rentable.
Especie indicadora
Artículo principal: Especie indicadora
Las «especies indicadoras» tienen un conjunto limitado de requisitos ecológicos,
por lo que se convierten en objetivos útiles para vigilar la salud de un
ecosistema. Algunos animales, como los anfibios con su piel semipermeable y sus
vínculos con los humedales, tienen una sensibilidad aguda al daño ambiental y, por
lo tanto, pueden servir como «canario minero». Las especies indicadoras son
monitoreadas en un esfuerzo por capturar la degradación ambiental causada por la
contaminación o algún otro vínculo con actividades humanas en la proximidad.5 El
monitoreo de especies indicadoras permite determinar si existe un impacto ambiental
significativo, que puede servir para asesorar o modificar la práctica, por ejemplo,
asesorar sobre diferentes escenarios de manejo de bosque para la silvicultura, o
para medir el grado de daño que puede causar una pesticida en la salud de un
ecosistema.
Contexto y tendencias
Al estudiar el contexto relacionado con la extinción de especies, los biólogos de
la conservación abarcan las tendencias y procesos desde el pasado paleontológico
hasta el presente ecológico.1 En general se acepta que hubo cinco importantes
extinciones masivas globales en la historia de la Tierra. Estos incluyen los
espasmos de extinción del Ordovícico (440 m. a.), Devónico (370 m. a.), Pérmico-
Triásico (245 m. a.), Triásico-Jurásico (200 m. a.) y Cretácico-Paleógeno (66 m.
a.). En los últimos 10 000 años, la influencia humana sobre los ecosistemas de la
Tierra ha sido tan extensa que los científicos tienen dificultad en estimar el
número de especies extinctas;117 es decir, las tasas de deforestación, destrucción
de arrecifes de coral, drenaje de humedales y otras actividades humanas avanzan a
un ritmo mucho más elevado que la capacidad de evaluación humana del estado de las
especies. En el último Informe Planeta Vivo del Fondo Mundial para la Naturaleza se
estima que los seres humanos excedieron largamente la capacidad bioregenerativa del
planeta y que en la actualidad se requeriría media planeta más para poder sostener
todas las demandas impuestas sobre los recursos naturales de la Tierra.118
Otro ejemplo que vincula la biología de la conservación a los insectos, los bosques
y el cambio climático es el brote del escarabajo del pino de montaña (Dendroctonus
ponderosae) en Columbia Británica, Canadá, que infestó 470 000 km² de tierras
boscosas desde 1999.87 El Gobierno de Columbia Británica preparó un plan de acción
para abordar este problema.142143
Amenazas a la biodiversidad
Artículo principal: Biodiversidad#Amenazas
Hoy en día, las principales amenazas para la biodiversidad son la destrucción de
hábitat (por la deforestación, expansión agrícola, desarrollo urbano), y la
sobreexplotación (incluyendo el comercio de especies silvestres).c117144145146147
148149 La fragmentación de hábitat también plantea desafíos, dado que la red
mundial de áreas protegidas solo cubre el 11,5 % de la superficie de la Tierra.150
Una consecuencia importante de la fragmentación y la falta de áreas silvestres
interconectadas es la reducción de la migración de animales a escala global.
Teniendo en cuenta que miles de millones de toneladas de biomasa son responsables
para el ciclo de nutrientes en toda la Tierra, la reducción de la migración es un
asunto serio para la biología de la conservación.151152
Las actividades humanas están asociadas directa o indirectamente con casi todos los
aspectos del actual espasmo de extinción.
—Wake y Vredenburg119
Sin embargo, las actividades humanas no causan necesariamente un daño irreparable a
la biosfera. Existen ejemplos que demuestran que los humanos pueden coexistir de
forma sostenible, al emplear la gestión ambiental y planificación de la
conservación para la biodiversidad en todos los niveles, desde los genes hasta los
ecosistemas.153
Un ejemplo clásico del impacto que puede ocasionar la matanza excesiva de animales
es la extinción de la paloma migratoria (Ectopistes migratorius). La paloma
migratoria fue probablemente el ave más abundante en el mundo, con estimaciones de
1 a 5 mil millones de individuos, pero la caza por deporte y para utilizar su carne
y plumas, combinada con la deforestación de bosques que constituían sus sitios de
anidación, produjo una fuerte declinación (Bucher, 1992). La última paloma
migratoria murió en cautiverio en el año 1914 en el zoológico de Cincinatti; esto
produjo un rompimiento exiguo en el equilibrio del ecosistema, afectando a otra ave
de la familia falconiforme el Halcón peregrino, que se alimentaba de la paloma
migratoria. Debido a la presencia de otras especies de palomas en las regiones de
caza, el halcón pudo modificar su presa básica por otras aves de tamaño mediano. En
contraste, el factor determinante del exterminio aviario el hombre, al no percibir
un detorioro significativo en su expansión consumista y sus diferentes actividades
humanas siguió buscando nuevas variedades de aves, a tal punto que están extintas
120 especies y 1200 están amenazadas que necesitan esfuerzos para su conservación.
Los derrames de petróleo en los océanos son un ejemplo de degradación del hábitat
que puede afectar a varias aves marinas, especialmente a los pingüinos africano y
de pingüino de Magallanes, y que han provocado la contaminación permanente de las
costas en las que habitan (Adams, 1994; Gandini et al., 1994).
Las islas de Hawái son famosas en el mundo por el extraordinario número de especies
exóticas introducidas con éxito y por las cadenas de extinción resultantes que
eliminaron plantas y aves nativas. En estas islas se introdujeron 870 especies de
plantas, unos 2000 invertebrados y 81 vertebrados, y sus efectos en la flora y
fauna nativa fueron devastadores (Dyke, 2008).
Cadenas de extinción
En esta categoría están las extinciones secundarias, es decir la extinción de una
especie causada por la extinción de otra especie de la cual ésta depende. Los
ejemplos más claros de cadenas de extinción involucran a grandes predadores que
desaparecieron cuando su presa se extinguió.
La extinta águila del bosque (Harpagornis moorei) de Nueva Zelanda, que pesaba de
10 a 13 kg y predaba sobre grandes aves terrestres, se extinguió alrededor del año
1400 d. C., cuando desaparecieron las moas en Nueva Zelanda (Holdaway, 1989; Krebs,
2009).
Personajes destacados
Algunos de los biólogos de la conservación más destacados son los siguientes:
Edward O. Wilson
Miguel Delibes de Castro
Robert Whittaker
Rachel Carson
Disciplinas dentro de la biología de la conservación
Genética de la conservación: Uso de las técnicas y teorías de la genética de
poblaciones a la conservación de la biodiversidad
Biogeografía de la conservación: Uso de las técnicas y teorías biogeográficas en
las problemáticas de la conservación.
Comportamiento animal y conservación: uso de la teoría y metodologías de la
ecología del comportamiento y la etología en problemáticas de conservación
Véase también
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Acervo génico
Biodiversidad
Cambio climático
Centro de Monitoreo de la Conservación del Ambiente
Conservación (ética)
Conservación del agua
Contaminación
Contaminación genética
Deforestación
Desarrollo sostenible
Destrucción de hábitat
Ecología
Ecosistema
Extinción
Impacto ambiental potencial
Restauración ecológica
Taxonomía y crisis de biodiversidad
Tiranía de las pequeñas decisiones
Notas y referencias