Sie sind auf Seite 1von 2

1. “Eucaristía” viene del griego y significa “acción de gracias”. Todas las misas son acción de gracias.

as. Dios se hace presente entre


nosotros en la eucaristía, “baja” del cielo para estar en medio de nosotros, cumpliendo su promesa: “yo estaré con ustedes todos los
días hasta el fin del mundo”. Damos gracias por eso, porque viene a nosotros por el inmenso amor que nos tiene, hasta el punto de
hacerse presente en pan y en vino. REFLEXIONEMOS UN POCO: DIOS, INFINITO, OMNIPOTENTE Y ETERNO, SE HACE PRESENTE EN
SIMPLE PAN Y EN VINO PARA ESTAR CON CADA UNO DE NOSOTROS, EN NUESTRO CORAZÓN, ¡CUÁNTO AMOR NOS
DEMUESTRA, NO CREEN? Cuánto más deberán agradecer ustedes por sus hijos que recibirán por primera vez a semejante huésped
del alma, recordemos que no hay nada más hermoso, valioso, digno y perfecto que pueda recibir una persona en su corazón: a Dios
mismo.
Agradecemos a Cristo que se hizo hombre, habitó entre nosotros, vivió como nosotros, el Altísimo tomó nuestra condición, nos dio
ejemplo de vida, fue humillado, azotado, crucificado, murió y resucitó ¿todo por qué? por el amor infinito y puro que nos tiene, murió
por cada uno. ¿Verdad que sí hay motivos para agradecer?
La Eucaristía es el sacrificio del cuerpo y la sangre de Jesucristo, que él mismo instituyó en la Última Cena. Ahí nace la Misa, en la Última
Cena, que es la primer Misa. La Misa es el memorial de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Catecismo 273 en las palabras este es mi cuerpo que será entregado, mi sangre derramada por ustedes. Ahí está el sacrificio en la
primer misa.
Y no conforme con eso, queriendo acompañar a todas las personas por venir al mundo, nos dejó la Misa, y en cada una de ellas, muere
y resucita de nuevo para darnos vida, porque en la Misa celebramos el memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
¿Han visto la película de la Pasión? Pues imagínense que todo eso ocurre en cada una de las misas.
2. Él mismo instituyó la eucaristía en la Última Cena. En ella, nos dice: “este es mi cuerpo” “esta es mi sangre” ¿quién tendrá ahora el
coraje de dudar? Él mismo lo asegura ¿tiene el valor de decir: no es cierto, aunque Él diga que ahí está, es mentira”? después de la
consagración que hace el sacerdote, ya no es pan ni vino lo que tenemos frente a nuestras narices, sino el cuerpo y la sangre del
Señor. Los sentidos nos dicen que son pan y vino, la mente no lo comprende, pero la fe lo dicta, la fe lo asegura. Por eso, cuando el
sacerdote nos dice “el cuerpo de Cristo”, nosotros contestamos “amén”, que es “sí, Señor, creo que estás aquí y te recibo”
3. Otro motivo para alegrarse y comulgar: La comunión borra todos los pecados veniales, es como una renovación de la confesión.
¿Por qué? Dios no puede mancarse con pecado, Él es pureza infinita, por eso, al recibirlo, quedamos limpios y puros con Él. Si existe
pecado mortal o grave, entonces debemos recibir el sacramento de la Confesión, por medio del cual se nos perdonan todas esas
culpas graves que nos impiden recibir la comunión.
4. Al participar del cuerpo y la sangre de Cristo, nos hacemos uno con Él y con todos sus miembros que son todos los bautizados, y
especialmente, los que también reciben la comunión. Por eso es comunión, de comunidad, unidad, porque somos uno en Él.
Entonces, no podemos decir: “si quiero estar contigo Jesús pero no quiero estar con esos otros” es como decir”contigo si Jesús pero no
con ellos”. Por eso antes de la comunión nos damos la paz, para hacer las paces con todos y no estar enojado con nadie. Somos
hipócritas como fariseos si no lo hacemos de corazón o vamos a recibir a Cristo despreciando a un hermano suyo. Él nos dice: “cuánto
he querido estar con ustedes, para que se quieran unos a otros, y por eso organizo esta comida de la Misa, para reunirlos a todos
ustedes”, Él quiere que seamos uno en Él, y nosotros por acá causando divisiones.

5. El pan es símbolo de alimento, a veces usamos ese término para designar alimento en general. El cuerpo necesita alimento, y todos
los días satisfacemos esa necesidad. Pero nos olvidamos del alma, la eucaristía es ese pan espiritual que alimenta el alma, imaginen
qué desnutrida está el alma que no se alimenta. Así como tenemos hambre de pan, hay que tener hambre de Dios, si no, ¿dónde
queda Él? ¿Dios sólo está el día que mi hijo hace su primera comunión, o confirmación, o el día en que soy padrino y se me obliga a
recibirlo? ¿Hago las cosas por obligación o por el amor que le tengo? Por eso, no enseñen a sus hijos a cumplir por obligación con
Dios, sino a cumplir por amarlo.
Cuando se ama a alguien, se desea estar con él o ella, estar juntos. Dios te ama y desea estar contigo, ¿tú deseas estar con Él? Entonces,
¿lo amas?
6. Él quiere que lo recibamos, todos los días nos hace una invitación: “recíbeme, por favor, anhelo estar contigo, mira todo lo que hice
para estar junto a ti porque te amo” ¡y todavía tenemos el descaro de rechazarlo! ¡De decirle: “no quiero”, no voy a misa, y si voy, no
recibo la comunión!
Lo más importante de la misa es la comunión, la misa existe gracias a ella, es una celebración de acción de gracias por la presencia de
Cristo entre nosotros. Juzguen ahora ustedes lo que es ir a Misa y no comulgar. Por eso, den ejemplo a sus hijos o ahijados, ellos
aprenden mucho más con ejemplo que con palabras, asistan a la eucaristía todos los domingos y esfuércense por recibir muchas veces
al Señor en la comunión.
Al recibir a Cristo, piensen que no hay nada más valioso que puedan obtener, pues reciben a Dios mismo, y alégrense mucho y
agradézcanle, de modo que no puedan estar más felices, ni siquiera ganando la lotería. Y con esa felicidad que brota del corazón y se
expresa en sus rostros, sestarán dando testimonio y ejemplo a todos, y sus hijos o ahijados al verlos alegres sentirán ganas de hacer lo
mismo.

Das könnte Ihnen auch gefallen