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a) Arcillas superficiales (art. 19 Nº 24, inc 6 C.P.E; art. 3 LOC y art. 1).
Las sustancias no consideradas minerales se rigen por el derecho común, es como cualquier venta
de un objeto en el que las únicas partes que tienen que estar de acuerdo son las vendedoras y
compradoras, sin necesidad de ninguna concesión. Solo se necesita pagar el precio.
Artículo 13 del Código de Minería en relación con el inciso final del artículo 3° de la L.O.C.
Para que estas sustancias queden excluidas de las normas del Código, ¿ cuál es la condición que
debe cumplirse?
• Es menester que su aplicación a la construcción sea directa, es decir, que no requieran ser
sometidas a tratamientos especiales para ser usadas en la construcción, entendiendo por
tal la edificación y obras de ingeniería civil en general, como puentes, caminos, etc.
• Entonces, corresponde al dueño del predio superficial el dominio sobre las rocas, arenas y
demás materiales aplicables directamente a la construcción. (Tienen que estar en un
predio)
• Si estos materiales se encontrasen en el lecho de esteros o ríos, que son bienes nacionales
de uso público, la respectiva Municipalidad tiene tuición sobre ellos y su aprovechamiento
podrá hacerse mediante el correspondiente permiso o concesión municipal
c) Salinas artificiales:
• No son yacimientos mineros, ya que, son obra de la mano de hombre, quién las extrae
generalmente del agua de mar.
Derecho de los dueños de sustancias minerales que no se consideran tales, con relación a la
explotación de ellos por terceros.
a) Explotación conjunta:
b) Explotación separada:
2) El titular de las pertenencias debe estar haciendo una explotación separada de las
sustancias que no son consideradas minerales, y
• Inconcesibles:
Directamente por el Estado; por empresas del Estado; por medio de concesiones
administrativas, o por medio de contratos especiales de operación.
• Concesibles:
• No se consideran minerales:
Nuestra legislación ha sido generosa en esta materia, puesto que, salvo muy contadas
excepciones, ha dejado casi todo el territorio nacional abierto a la investigación minera mediante
el ejercicio de la denominada facultad de catar y cavar.
Por otro lado, el fomento de la investigación minera implica contar con las facilidades legales
necesarias para desarrollar esta actividad y así surge la denominada facultad de catar y cavar que
compete a cualquier persona.
e) Ni hacerse dueño de las sustancias minerales que se encuentren con motivo del ejercicio
de esta actividad.
LA INVESTIGACIÓN MINERA
Se ejerce mediante la facultad de catar y cavar que es un derecho que la ley reconoce a toda
persona para explorar terrenos, de examinar la tierra y de abrirla para investigar en busca de
sustancias minerales. Art. 7º LOC y arts 1º, 2º y 14 CM.
Facultad de catar y cavar: no otorga derechos exclusivos ni respecto del terreno, ni respecto de los
yacimientos descubiertos.
El artículo 14 dice que toda persona tiene esta facultad y que la puede ejercitar en tierras de
cualquier dominio.
La misma disposición señala que está vedado el ejercicio de esta facultad en aquellos terrenos
comprendidos en los límites de una concesión minera ajena, y que deben indemnizarse los
perjuicios que se causen con motivo de su ejercicio. El juicio para hacer efectivas estas
responsabilidades se tramita por el procedimiento sumario.
La facultad de catar y cavar puede ser ejercida por cualquier persona que debe indemnizar si lo
hace dentro de los límites de una concesión minera.
¿Dicha prohibición rige para el Estado, respecto del ejercicio de la facultad que tiene de buscar
los yacimientos que le están reservados?
No, desde el momento que la concesión minera no los comprende dentro de su objeto y que la
Constitución Política autoriza expresamente al Estado para efectuar trabajos de exploración de las
sustancias no susceptibles de concesión (art. 19 Nº 24, inc. 10 C.P.E).
La facultad de catar y cavar puede, ejercerse sin ser titular de una concesión minera o de
pedimento o manifestación, que es el antecedente necesario a su constitución.
En todo caso, y pese a esta voluntad del legislador, el interesado tiene limitaciones para ejecutar
dichas labores mineras, de acuerdo a lo que dispone el artículo 116 del Código, particularmente las
establecidas en los artículos 14, 15 inciso final y 17, entre otras, del mismo cuerpo legal.
La Ley ha reglado la facultad de catar y cavar, y ha dispuesto que los perjuicios que se causen con
motivo de su ejercicio necesariamente deberán indemnizarse.
De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 15, se puede catar y cavar libremente en terrenos abiertos
e incultos (sin cultivos), quien quiera que sea su dueño.
En los demás terrenos, será necesario el permiso escrito del dueño del suelo o de su poseedor o
de su tenedor. Cuando el dueño sea la Nación o la Municipalidad, el permiso deberá solicitarse del
gobernador o alcalde respectivo.
Con todo, tratándose de casas y sus dependencias o de terrenos plantados de vides o de árboles
frutales sólo el dueño podrá otorgar el permiso.
Por su parte, el artículo 17 establece ciertas prohibiciones para ejecutar labores mineras en los
lugares que menciona, si no se cuenta con las autorizaciones que la misma disposición prescribe.
De lo expuesto se desprende que los predios superficiales pueden encontrarse en las siguientes
situaciones legales frente al ejercicio de la facultad de catar y cavar:
Tipos de cateo
Son terrenos de cateo libre, los terrenos abiertos e incultos y en ellos cualquier persona puede
ejercitar la facultad de buscar minas, sin necesidad de permiso alguno del dueño de esos terrenos.
Será juez competente para conocer del asunto el de letras en lo civil que tenga jurisdicción en el
lugar en que se realizará la investigación.
a) Abiertos y cultivados, y
Para ejercitar la facultad de catar y cavar en estos terrenos, el CM exige permiso escrito de las
personas (dueño, poseedor o tenedor del terreno).
Cuando el dueño sea la Nación o la Municipalidad, el permiso deberá obtenerse del gobernador o
alcalde que corresponda.
En estos casos, el permiso se sujetará a las condiciones de se convenga entre quien da el permiso y
el minero. común acuerdo
En los casos de negativa de la persona o funcionario que debe dar el permiso, la ley señala al
interesado la vía judicial para obtenerlo mediante el procedimiento sumarísimo que establece el
artículo 235.
Es juez competente para conocer de esta materia el de la ubicación del lugar en que se desea
practicar la investigación.
El permiso concedido por el juez fijará el número de personas que podrá emplearse en la
investigación y comprenderá siempre las siguientes obligaciones:
2. Que el tiempo de realización de ellas no exceda seis meses contados desde la fecha en que
se otorgue el permiso, y
3. Que el solicitante indemnice el daño que cause con las labores o con ocasión de ellas,
debiendo rendir, previamente, caución calificada por el juez para asegurar el
cumplimiento de esta obligación si el afectado lo exigiere.
Si el solicitante no pudiere ejercitar la facultad en el plazo otorgado por el juez, este podrá diferir
la autorización para otra época.
Aquellos casos en que el permiso se solicita para catar y cavar en casas y sus dependencias o en
terrenos plantados de vides o de árboles frutales, sólo el dueño podrá otorgarlo.
Por razones de interés particular y también por motivos de interés público, en ciertos lugares o
terrenos está prohibido el ejercicio de la facultad de catar y cavar, y en general, ejecutar labores
mineras.
No es una prohibición absoluta, puesto que determinadas personas o autoridades pueden otorgar
permisos para hacerlo, pero si ellas lo niegan, el juez no puede suplir esa negativa, y en tal evento,
no es posible investigar en los lugares de cateo prohibido.
a) Los de interés particular que señala el artículo 15, inc. Final, esto es, casas y sus
dependencias y terrenos plantados de vides o de árboles frutales.
• En estos casos, sólo el dueño puede otorgar el permiso, cuando la investigación se refiera
a casas y sus dependencias y a terrenos plantados de vides o árboles frutales, por las
características de los bienes cautelados.
• En caso alguno se pueden efectuar labores mineras en los terrenos de una concesión
minera ajena, pues tal facultad es exclusiva e inherente al titular de la concesión y emana
de su derecho exclusivo de propiedad reconocido en la Constitución.
• Incluso más, para que el SERNAGEOMIN pueda efectuar los trabajos de geología que le
son inherentes a sus funciones y de conformidad a las normas que lo rigen, dentro de los
límites de una concesión ajena, sólo el dueño de la concesión puede autorizarlos. (Así de
fuerte es el derecho de propiedad en la legislación de Chile).
• La negativa del concesionario hace imposible la intervención del juez, quien carece de la
facultad para otorgar este permiso.
Si se ejecutan labores mineras en cualquiera de los lugares a que se refiere el artículo 17 del
Código sin el permiso correspondiente, cualquiera persona puede efectuar la denuncia respectiva,
pues la Ley concede acción pública (cualquier persona) para denunciar esta infracción.
La contravención se sancionará con multa de una a cincuenta unidades tributarias mensuales, sin
perjuicio de la indemnización debida por los daños que se causen. En caso de reincidencia la multa
será, a lo menos, el doble de la anteriormente aplicada, pero no podrá exceder de cien unidades
tributarias mensuales.
El juez podrá, en todo caso, decretar la suspensión provisional de las labores (art. 18 inciso final
del Código de Minería).
¿Si en el ejercicio de esta facultad, descubre yacimientos mineros, podrá realizar labores de
exploración y explotación?
• Atendiendo a que la investigación minera se realiza en los predios superficiales, que son
por lo general ajenos, la ley hubo de imponer limitaciones al dominio sobre ellos, a fin de
que el minero pudiera realizar su labor.
- Asientos de maquinarias.
Atendido el carácter transitorio del ejercicio de la facultad de catar y cavar, la ley limitó el plazo de
duración de tales servidumbres a 6 meses, plazo que se cuenta desde la iniciación de su ejercicio.
Para constituir judicialmente estas servidumbres en los lugares de cateo prohibido, debe
acompañarse los permisos indicados en los artículos 15 y 17, según sea el caso.
No será necesario imponer servidumbre cuando la facultad de catar y cavar se ejercite en terrenos
fiscales o municipales, abiertos e incultos.
En cuanto a las obligaciones que pesan sobre el cateador, ellas están representadas, por el
cumplimiento a los términos en los que le ha sido otorgado el permiso para catar y cavar o
ejecutar labores mineras (en los casos que ha sido necesario) y por la de indemnizar, todo
perjuicio causado con motivo de la investigación y por la imposición de servidumbres.
“La capacidad, es la aptitud de una persona para adquirir derechos y poder ejercerlos por sí
misma. Esta puede ser de goce o adquisitiva y de ejercicio”.
Por el solo hecho de ser persona, se tiene capacidad de goce; en cambio para ejercitar los
derechos que le competen, es preciso que no sean incapaz.
Las incapacidades de ejercicio pueden, a su vez, ser generales, absolutas o relativas; o especiales.
b) El art. 1446 del Código Civil, establece que son relativamente incapaces los menores
adultos y los disipadores que se hallen bajo interdicción de administrar lo suyo.
¿Las personas con incapacidad relativa, pueden ejercer derechos y contraer obligaciones?
En el segundo caso, el incapaz obra por sí mismo, pero con la autorización de su representante
legal.
El artículo 24 del Código Minero, permite que los menores adultos y los disipadores sujetos a
interdicción, puedan hacer pedimentos o manifestaciones por sí mismos sin necesidad del
consentimiento o autorización de sus respectivos representantes legales. A este respecto, se
consideran plenamente capaces.
¿Cuál es el alcance de esta norma? ¿Puede el menor adulto o el disipador interdicto continuar
con los trámites posteriores al pedimento o manifestación?
La plena capacidad que entiende el art. 24 para el menor adulto y el disipador interdicto lo es solo
para los efectos de hacer pedimentos o manifestaciones, no estando habilitados para continuar
por sí mismos los trámites posteriores al pedimento o a la manifestación sin la concurrencia o
anuencia de su representante legal.
La norma excepcional encuentra su razón en la misma legislación minera que otorga preferencia
para constituir la concesión al primero al primero que se hubiere presentado a hacer la
manifestación al pedimento o la manifestación al juzgado competente.
Si a estos relativamente incapaces la ley les hubiere exigido la concurrencia o autorización del
representante legal, les habría puesto un obstáculo para la pronta presentación del pedimento o
de la manifestación que da la preferencia y los hubiese colocado en desventaja en comparación al
resto.
Los derechos adquiridos por el menor adulto, emanados del pedimento o la manifestación,
quedan incorporados a su peculio industrial (art.25). De acuerdo a lo dispuesto en el art. 246 del
Código Civil, el menor adulto se mirará como mayor de edad para la administración y goce de ese
peculio industrial, sin perjuicio, de la necesidad de obtener autorización judicial dada con
conocimiento de causa, en los casos que se pretenda enajenar o hipotecar los bienes raíces del
menor (art. 255 C.C)
En el C.M, encontramos prohibiciones que afectan a ciertas personas pata hacer pedimentos y
manifestaciones y para adquirir los siguientes derechos mineros:
b) Cuotas en ellas
• Sanción art. 23
LA CONCESIÓN MINERA
Sólo por medio de una concesión minera puede el particular, o el Estado actuando como ente
privado, explorar o explotar las sustancias minerales concesibles.
La concesión minera es el derecho que se confiere, por medio de los tribunales ordinarios de
justicia, a toda persona para que explore o explote las sustancias minerales concesibles que
existan dentro del perímetro de un terreno determinado, siempre que se cumpla con el interés
público que justifica su otorgamiento.
Como ya lo hemos dicho, la naturaleza del bien mina y la necesidad de seguridad jurídica han
llevado al legislador a:
- Darle el carácter de derecho real y protegiéndola con la garantía constitucional de que goza el
derecho de propiedad;
A. Origen Judicial.
“Las concesiones mineras se constituirán siempre por resolución judicial” (inc.7 Nº24 art. 19 CPE)
Las concesiones mineras se constituirán por resolución de los tribunales ordinarios de justicia, en
procedimiento seguido ante ellos y sin intervención decisoria alguna de otra autoridad o persona
(art. 5 LOCCM)
Revestir de la máxima seguridad el acto de autoridad en cuya virtud nace o expira el derecho a
explotar las minas. Así, el Poder Judicial da garantías de probidad e imparcialidad en la
constitución del título minero, en el cual muchas veces hay cuantiosos intereses comprometidos.
El derecho que emana de la concesión es real, por cuanto se ejerce sobre una cosa (las sustancias
minerales concesibles que se encuentran dentro de sus límites) sin respecto a determinada
persona, y además, así lo declaran expresamente los artículos 2 de la LOC Y CM.
No olvidar un principio básico del derecho de minería, cual es que existe una separación absoluta
entre el dominio sobre el suelo y el dominio sobre la concesión minera y es tan distinto e
independiente que cualquier derecho que afecte al dominio del suelo no afecta al derecho de
concesión y viceversa.
Es importante tener presente que en forma supletoria se aplican las normas de le legislación civil
(art. 2 LOC)
- Transferible
- Transmisible
El dominio del titular sobre su concesión minera está protegido por la garantía constitucional del
derecho de propiedad. (art. 19 Nº 24 inc.9 CPE).
Dicha garantía la establece la CPE, señalando que “Nadie puede, en caso alguno, ser privado de su
propiedad, del bien sobre que recae o de alguno de los atributos o facultades esenciales del
dominio, sino en virtud de la ley general o especial que autorice la expropiación por causa de
utilidad pública o de interés nacional, calificada por el legislador. El expropiado podrá reclamar de
la legalidad del acto expropiatorio ante los tribunales ordinarios y tendrá siempre derecho a
indemnización por el daño patrimonial efectivamente causado y tendrá siempre …
A falta de acuerdo, la indemnización deberá ser pagada en dinero efectivo al contado” (art. 19 Nº
24 inc.3 y 4 CPE).
El dueño de concesión de exploración tiene, entre otros, el derecho exclusivo a hacer labores de
exploración dentro de los límites de su concesión, y el concesionario de explotación, a su vez, tiene
también, entre otros, el derecho exclusivo a explotar, extraer y apropiarse de las sustancias que
son objeto de su concesión.
1. Expropiación
Tal como lo señala la norma transcrita, cualquier privación de los atributos mencionados
constituye una violación de la garantía constitucional que protege el derecho de propiedad de la
concesión minera y solo puede efectuarse tal privación mediante una ley general o especial que
autorice la expropiación por causa de utilidad pública o de interés nacional, calificada por el
legislador.
En todo caso, el expropiado puede reclamar de la legalidad del acto expropiatorio ante los
tribunales ordinarios y tendrá siempre derecho a indemnización por el daño patrimonial
efectivamente causado.
Por su parte, tanto el concesionario de exploración como el de explotación deberán también ser
indemnizados en caso de expropiación de sus facultades de iniciar o continuar la exploración de
sus concesiones, por el daño patrimonial que efectivamente se les haya causado.
D) Inembargabilidad
El principio es que no se puede embargar la concesión del deudor, las cosas que se reputan
inmuebles accesorios ni las provisiones introducidas dentro de sus límites (art. 226).
Lo hizo en beneficio del deudor, ya que, una concesión inembargable en la práctica no sirve de
garantía para la obtención de créditos, que son necesarios para el desarrollo de la faena minera.
• Art. 17 LOC
F) Condicionalidad
Los derechos mineros han estado sujeto en su subsistencia al cumplimiento de una condición.
Dicha condición resolutoria del dominio ha tenido su expresión en los sistemas de amparo, cuya
finalidad es impulsar actividades mineras al forzar al concesionario a cumplir ciertas obligaciones,
so pena de pérdida de los derechos mineros.
• Es un bien inmueble;
• Es transferible, ya que puede ser objeto de un acto jurídico entre vivos que importe su
enajenación en todo o parte;
• Es un derecho condicional, toda vez que el concesionario minero debe cumplir con la
función social que justifica el otorgamiento de la concesión;
• Es divisible;
• Es renunciable, una parte o la totalidad de la concesión, mediante un procedimiento
judicial;
• Duración temporal o indefinida. La concesión de exploración durará dos años, que podrán
extenderse por dos años.
La concesión de exploración es de carácter temporal, con una duración limitada, que se otorga
para investigar la existencia de sustancias minerales concesibles, la cual no habilita para explotar.
Tribunal competente.
El principio es siempre por resolución judicial que les otorga la certeza necesaria tanto a los
derechos mineros en trámite como a los constituidos, otorgándole publicidad a las diversas etapas
de la constitución del procedimiento respectivo.
Debe tenerse presente que, de acuerdo con lo dispuesto en el art. 133 del Código Orgánico de
Tribunales, la competencia del juez de letras en lo civil, tanto en el procedimiento no contencioso
de constitución de la concesión como en los juicios que sobrevengan, no se altera, aunque los
interesados gocen de fuero personal.
Tampoco se altera la competencia por causa sobreviniente si está radicado el asunto ante Tribunal
competente, según así lo dispone el art. 109 del Código citado, salvo el caso de acumulación