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Conclusión: Como señala el título de la carta, aquí Séneca habla sobre el tiempo y señala dos cosas principalmente: a)
que usamos mal el tiempo del que disponemos, que dilapidamos días o no haciendo nada o haciendo algo diferente de
lo que deberíamos hacer. De hecho, dice Séneca, gran parte de la vida se desperdicia. Hay otro texto que se llama Sobre
la brevedad de la vida, donde el habla del mismo tema. Es interesante ver que Séneca llega a estas conclusiones sobre el
tiempo observando cómo vive la gran mayoría de sus conciudadanos; b) El propone que valoremos el tiempo y que lo
usemos adecuadamente. Incluso señala que él, personalmente, lleva nota de como usa el tiempo y se muestra contento
de “perder poco”.
2 No hay que leer muchos libros ni muchos autores. Esto puede llevar a la inconstancia y ligereza.
Conviene detenerse y compenetrarse en autores escogidos si quieres extraer algo provechoso que en
tu espíritu permanezca fielmente.
Hay que familiarizarse con los autores y no ir pasando de uno a otro con prisa.
3 El cuerpo no puede asimilar la comida, ni llega a cicatrizar la herida cuando se cambia de apósitos
constantemente.
Hay que tener los libros que uno puede leer.
Conclusión: aquí Séneca elogia a Lucilio por no ser una de esas personas que viajan constantemente. Él dice que esto es
señal de que la persona no puede estar consigo misma (?). En segundo lugar, desalienta la lectura de muchos libros y
muchos autores. Afirma que esto lleva a cierta ligereza y que no es posible “digerir” de ese modo lo que se lee, que no
se puede extraer ningún recurso, nada permanente. Él recomienda leer pocos autores y de cada sesión de lectura,
extraer un pensamiento para masticar durante el día. La lectura debe brindar recursos contra la pobreza, la muerte y los
azotes de la humanidad (azote: algo que causa gran sufrimiento a la humanidad: peste, guerras, hambre, muerte, etc.).
2 Cuando aceptamos a alguien como amigo, es porque estamos dispuestos a confiarle nuestra alma.
5 Hay que buscar ese punto: ni el continuo movimiento de un alma atormentada que le quema las
orejas a cualquiera que se cruza, ni el reposo que es signo de debilidad y abatimiento.
6 Aquí le tira una frase de Pomponio: “algunos se han acostumbrado de tal manera a las tinieblas que
juran que está en tono confuso cualquier cosa que se halle en plena luz”.
Conclusión: esta carta describe la amistad. Un “verdadero amigo” es una persona ante la cual estamos dispuestos a
abrirnos totalmente. Un amigo debe ser partícipe de todos nuestros pensamientos e inquietudes. Es bueno tener
alguien con quien abrirse. Lo malo es cerrarse del todo o abrirse con cualquiera.
2 Conservas el gozo de cuando recibiste la toga viril, pero te espera un gozo mayor cuando te despojes
del alma juvenil y la Filosofía de haya inscripto entre los hombres.
Hay adultos y viejos con la irreflexión de la juventud (aunque ya no tengan juventud). Temen
frivolidades y quimeras (como los niños incluso).
3 Ciertas cosas deben temerse menos por aquello de que infunden mucho miedo.
Ningún contratiempo es grande cuando es el postrero.
4 Muchos han despreciado la vida. Incluso por motivos frívolos, como el amante abandonado.
¿Cómo podría el valor ser menos?
No puede tener vida tranquila quien mucho piensa sobre su prolongación, quien cuenta muchos
consulados entre sus grandes bienes
5 Reflexiona a diario que puedes abandonar con tranquilidad de espíritu la vida a la que muchos se
aferran y retienen.
La mayoría flotan desgraciados entre el miedo a la muerte y los tormentos de la vida. No quieren vivir y
no saben morir.
7 Aquí Séneca habla de poderosos que cayeron en manos de “insignificantes”. La fortuna puede dar
vuelta el tablero. Nada es permanente.
9 Si caes en manos del enemigo y te conducen a tu muerte piensa: No te sucede esto por primera vez.
Desde que naciste que sos llevado a la muerte.
Estos pensamientos nos permitirán sobrellevar con tranquilidad la última hora.
10 La frase: “una pobreza reglamentada por la ley de la naturaleza, es una gran fortuna”.
Esa ley nos fija como limites no tener hambre, sed ni frio.
Para apaciguar esto, no hace falta sentarte a la puerta de los acomodados, ni soportar su arrogancia.
No hace falta poner en riesgo la vida.
Ha sido puesto al alcance de la mano lo que la naturaleza requiere. Se suda para conseguir cosas
superfluas.
Conclusión: esta carta habla principalmente sobre el miedo a la muerte. Pero hay varias cosas interesantes. En primer
lugar, Séneca alienta a Lucilio para que siga su camino por la filosofía. Y le dice: el camino ya trae gozo, pero alcanzar un
alma pura es lo más. Después le dice “hay muchos adultos y viejos que no son realmente hombres”. La filosofía te
ayudará a deshacerte de la irreflexión de la juventud y las quimeras de la infancia que aquejan a tantos hombres.
Entonces pasa a hablar de la muerte, precisamente en el contexto de esta irreflexión: a la muerte se le tiene mucho
miedo y se le teme precisamente porque otros le tienen mucho miedo. Pero desde la filosofía se puede reflexionar sobre
esa muerte y no quedarse simplemente con una opinión vulgar sobre ella. ¿Y qué podemos decir?
A. Lo primero que dice Séneca es que es necesario [y posible] despreciar la vida. Por ahí leí una frase supuestamente
de Catón que dice: “no teme a la muerte el que sabe despreciar la vida”. Significa que para dejar de tener miedo a la
muerte, lo primero es no tener apego a la vida y las cosas materiales. HABRIA QUE TRABAJAR UN POCO MAS EL
SIGNIFICADO DE “DESPRECIAR LA VIDA”.
B. En segundo lugar, hay que hacerse fuerte contra todo lo que puede sobrevenir, reflexionando sobre las distintas
formas en que podría llegarnos la muerte. Eliminar ese elemento sorpresa y aceptarla como quien la estaba esperando
“un día de estos”, adivinando como iba a llegar.
C. También se expone esta idea interesante: desde el nacimiento que estamos siendo llevados a la muerte: no es que la
muerte llegó recién ahora. La muerte siempre está con nosotros…el paso a la juventud implica, por ejemplo, la muerte
de la infancia. Aunque toda muerte implica un renacimiento…menos, si se quiere, la última, que es absoluta…
Finalmente, se enuncia la frase de Epicuro que señala que para vivir correctamente no necesitamos más que aquello que
la naturaleza ha dispuesto ante nosotros: refugio, comida y bebida. Y que muchos pierden su vida buscando cosas
superfluas (“comerciando en tierras lejanas para conseguirlas”).
V. DE LA OSTENTACIÓN DE LA FILOSOFÍA Y DE LA VERDADERA FILOSOFÍA
1 Algunos estudian filosofía solo para ser observados, para mostrarse. Séneca insta a Lucilio a que siga
estudiando filosofía con el fin de “hacerse mejor” cada día. Y que nada de su proceso se muestre en
sus actitudes o género de vida.
2-3 Lo anterior significa: evitar la apariencia austera, cabello desordenado, barba en abandono, aversión
declarada a la vajilla de plata, cualquier cosa que persigue en el fondo el deseo de popularidad.
Que interiormente sea todo discordante, pero que en apariencia seamos igual al pueblo.
7-9 Cita de Hecatón: “dejaras de temer cuando dejes de esperar”. La extinción de los deseos es un
remedio del miedo. Porque el miedo sigue a la esperanza.
Las dos cosas son propias de un espíritu irresoluto. Esto pasa porque no nos adaptamos al presente
y dirigimos por delante los pensamientos a la lejanía.
La previsión, el mayor bien de la condición humana, se ha convertido en un mal.
Las fieras usan la previsión para ponerse a salvo.
Nosotros nos atormentamos. Nuestras buenas facultades nos perjudican. La memoria despierta la
angustia del temor y la previsión, la anticipa.
Nadie es desdichado tan solo en el presente.
Conclusión: esta carta habla principalmente de lo que significa una verdadera vida filosófica. La filosofía debe hacernos
mejores, debe llevarnos a vivir de acuerdo con la naturaleza. La filosofía de esos “afectados”, que comen raíces y andan
desnudos, es en realidad una pose de quien está más interesado en llamar la atención que otra cosa. Sobre todo rescata
Séneca la idea de que no hay realmente una razón para “exteriormente” desentonar con el pueblo. El cambio es siempre
interior. Sin embargo, aquel que nos mire de cerca, notará una diferencia.
Después, en relación a la cita de Hecatón…bueno, está difícil. En primer lugar, se afirma que hay una relación entre
deseo y miedo. Que el miedo proviene del deseo, hay miedo porque hay deseo. Y más concretamente, Séneca dice, hay
miedo porque hay “esperanza”. DEJO PENDIENTE EL ANALISIS…supongo que tendrá que ver con el hecho de que
cuando uno desea, siempre está el temor de no tener eso que desea…pero no sé.
4-6 Después dice que le va a mandar libros con notas para que pueda identificar lo que Séneca admira.
Y después dice que la lectura es importante, pero que aún más importante es la relación que tienen
ellos dos porque pueden aprender por el ejemplo del otro.
7 Finalmente le dice en que adelantó: ser amigo de mí mismo. Nunca estaré solo.
Conclusión: sigue elaborando esta idea de amistad. En la amistad verdadera, los amigos comparten la adversidad (yo
entiendo que luchan contra lo mismo y tienen dificultades similares y se acompañan y dan fuerzas) y se enseñan
mutuamente. Finalmente, Séneca comenta que ha hecho un gran avance al hacerse amigo de sí mismo.
¿Qué significa esto? Comúnmente significa aceptarse, con todas las virtudes y defectos que tengamos. Pero no sé
exactamente si Séneca tiene esa idea en mente o si se refiere a otra cosa. También se me ocurre que puede significar
que comenzó a quererse, a cuidarse, a preocuparse por sí mismo, a tratarse bien.
2-5 La conversación de muchos nos perjudica. Nada hay más perjudicial para las buenas costumbres que
permanecer inactivo en un espectáculo, pues los vicios se deslizan a través del deleite.
Seneca dice: me vuelvo más avaro, más ambicioso, más disoluto, incluso más cruel.
En el teatro, al ver pelear a los gladiadores, uno quiere sangre.
6 -7 Un alma poco firme en el bien debe alejarse del pueblo porque fácilmente se pasa al parecer de la
mayoría.
Ninguno de los que estamos formando el temperamento podemos soportar el vicio de la multitud.
Un ejemplo de lujuria, hace mucho daño. La proximidad de un rico irrita nuestra ambición.
8 Relaciónate con los que han de hacerte mejor. Admite a aquellos a los que tú puedes hacer mejores.
Estas cosas son reciprocas. Uno aprende enseñando.
9 No expongas tus ideas en público, no hay quien te pueda escuchar. En todo caso, has aprendido esas
cosas para ti mismo.
12 Estas frases deben hacernos despreciar la alabanza de la multitud. No es un mérito se entendido por
muchos. El mérito está dentro de nosotros.
Conclusión: esta carta habla principalmente sobre la necesidad de evitar la multitud. Es decir, más concretamente, se
trata de no rodearse de viciosos, porque es fácil contagiarnos. Debemos buscar compañías que puedan hacernos
mejores. También dice Séneca que no hay que gastarse tratando de comunicar nuestras ideas con la multitud. Raro será
que haya alguien ahí que pueda escucharnos y entendernos. Hay que compartir con aquellos mejores o bien
conformarse con haber aprendido para nosotros mismos. Cuando él habla de “multitud”, creo que se refiere a la mayor
parte de la sociedad, que lleva una existencia disipada.
2-4 Séneca dice que al alejarse escribe para el futuro, comparte “medicamentos” que sabe que son
efectivos porque los ha probado en sí mismo. Señala el camino recto: evita lo que seduce al vulgo, lo
que proporciona el azar, detenerse con recelo frente a los bienes fortuitos. Todas esas cosas son
emboscadas. Creemos que las tenemos pero en realidad somos sus esclavos. Y al final de esa vida
encumbrada, solo queda la caída. La fortuna hace pedazos a la persona.
6 Dice Séneca: razonando estas cosas soy más útil de lo que podría ser en el senado.
7-9 Frase de Epicuro: “conviene que seas esclavo de la filosofía, para que te alcance la verdadera
libertad”. Someterse a la filosofía es libertad.
Séneca dice que usa frases de Epicuro (supuestamente rival de los estoicos) porque las frases “son
del público”. Poetas, filósofos, comediantes, trágicos. Hay frases en todos ellos.
Conclusión: en esta carta, Séneca explica porque es más útil apartado de la sociedad que metido en política (o en algo
por el estilo). Él dice que es más útil porque está escribiendo y comunicando de ese modo al futuro las claves del “recto
camino”. Después describe un poco ese camino diciendo que hay que evitar lo que seduce al vulgo y mirar con recelo los
bienes fortuitos. Dice que estos son emboscadas. Uno cree poseerlos, pero te poseen. Y al final, la fortuna nos destruye.
NO DA DETALLES DE ESTO, AUNQUE SUENA MUY INTERESANTE.
Creo que cuando dice “lo que seduce al vulgo” se refiere a los objetos lujosos, las casas majestuosas, la ropa fina, la
fama, el dinero, el poder, el respeto de los demás.
Cuando dice que son “bienes fortuitos”, se refiere a que no hay garantía de que esas cosas que tenemos hoy,
permanezcan en nuestra vida. Es la Fortuna la que da y la Fortuna la que quita. En ese sentido, NO DEPENDEN DE
NOSOTROS, vienen y pueden irse en cualquier momento (por causas que no controlamos). Fortuna decide.
NOTA: Para Séneca, cualquier “afortunado” puede caer en desgracia. Y aunque no le pase en esta vida, le convendría
siempre estar preparado por si le pasa. Esto va un poco en contra de la percepción ordinaria de que todo lo que tenemos
depende de nuestro trabajo y esfuerzo, no del azar.
Después dice “te poseen”. Esto es así, porque uno entrega su vida a conseguir más poder, más dinero, más fama. Nunca
está conforme y esas cosas se apoderan de vos, vos existís para esas cosas, para ir detrás de ellas.
Y dice finalmente: “la fortuna nos destruye”…yo creo que se refiere a lo que pasa cuando esas cosas se van, cuando las
perdemos. Esos giros de la fortuna que nos dejan en la nada (como les pasó a Diógenes y a Zenón, aunque ellos
pudieron sobreponerse y fortalecer el carácter. Otros no se recuperan jamás).
Finalmente, Séneca nos dice que hay que llevar una vida saludable y razonable. Cuidar el cuerpo, pero no darle tanta
importancia de modo que perjudique al alma. Comida, bebida, ropa, refugio. Cosas simples son suficientes. Lo único que
vale realmente es el espíritu.
2 Séneca comienza por aclarar lo que según él quieren decir los megáricos. Un alma impasible sería un
“alma invulnerable” o “situada fuera de todo sufrimiento” o “superior a todo sufrimiento”.
6-7 De qué modo hace amigos: “si quieres ser amado, ama”. Esa frase es de Hecatón.
Es más agradable hacer un amigo que tenerlo.
8 El sabio se basta a sí mismo, pero quiere un amigo. ¿Para qué? Para practicar la amistad, para no
perder esa virtud.
No se tiene un amigo para que te libere de la cárcel o te cuide si estas enfermo. El sabio busca un
amigo para sacar de la cárcel y cuidar de él si se enferma.
9 Los amigos unidos por interés solo se mantienen unidos si son mutuamente útiles. Por eso el rico está
rodeado de “amigos” y el pobre en la soledad.
13 El sabio se basta a sí mismo para vivir felizmente, no para vivir. Para vivir hacen falta muchas cosas,
para vivir felizmente, solo un alma elevada y desdeñosa de la fortuna.
14- Se basta a sí mismo, pero tiene necesidad de amigos. Quiere tener muchos amigos.
15 Pero no para vivir felizmente. Él vive felizmente solo. Si buscara la felicidad afuera (por ejemplo, en los
amigos) comenzaría a estar sujeto a la fortuna. El bien se cultiva en el interior de uno.
16- No lo lleva a la amistad un interés propio sino un “incentivo natural”. Siente un placer innato en la
17 amistad.
La soledad es aborrecible para él, pero siente deseo de la sociedad. Apetecemos amistades a la
manera en que la naturaleza relaciona al hombre con el hombre.
18- Estilpón tiene razón entonces al decir que el sabio se basta a sí mismo. Porque en un sentido estricto,
19 todo bien termina en su alma.
Séneca cuenta la historia de un Estilpón que perdió todo cuando sus tierras fueron arrasadas por no
sé qué ejército, y le preguntaron si había perdido algo y dijo: Nada. Todos mis bienes están conmigo.
La justicia, el valor, la cordura e incluso considerar que no era un bien lo que puede arrebatársele.
20 Frase de Epicuro: “si no le parece a alguien que es muy rico, aunque sea dueño del mundo, es, no
obstante, un desgraciado”
Conclusión: bueno, el tema de esta carta es la amistad del sabio, es decir, ¿el sabio necesita amigos? Epicuro dice que sí
y Estilpón dice que no. Es una carta medio vueltera, pero Séneca deja en claro un par de cosas: el sabio se basta a sí
mismo, es decir, no necesita de otro para ser feliz. Si necesitara de otro, su felicidad dependería de la fortuna. AHORA
VIENE EL GIRO: PERO SÍ NECESITA AMIGOS. AUNQUE NO PARA SER FELIZ. EL ES FELIZ SOLO. ¿PARA QUÉ ENTONCES?
1. El sabio se basta a sí mismo, pero quiere un amigo. ¿Para qué? Para practicar la amistad, para no perder esa virtud.
No se tiene un amigo para que te libere de la cárcel o te cuide si estas enfermo (como decía Epicuro). El sabio busca un
amigo para sacar de la cárcel y cuidar de él si se enferma.
2. Al sabio no lo lleva a la amistad un interés propio sino un “incentivo natural”. Siente un placer innato en la amistad.
La soledad es aborrecible para él, pero siente deseo de la sociedad. Apetecemos amistades a la manera en que la
naturaleza relaciona al hombre con el hombre.
X. DE LA UTILIDAD DE LA SOLEDAD
1. Es recomendable alejarse de la multitud. Pero no cualquiera puede estar solo.
2. El que llora y el que tiene temor no deben ser dejados en soledad. Es probable que mediten sus funestos
propósitos, que maquinen peligros para ellos y para los demás. Se pone de manifiesto lo que el alma ocultaba
por miedo o vergüenza. Entonces aguijonea su audacia, inflama su libertinaje y exaspera su cólera. Todo
porque no teme a un testigo.
3 Séneca le dice a Lucilio que confía en que puede estar solo
4 Le dice a Lucilio: como hablas, si debes vivir. No te deprimas, pídeles un alma excelente y buena a los dioses.
5 La frase. Atenodoro: sabrás que te encuentras libre de pasiones cuando no puedas pedir a dios nada que no
puedas pedir en alta voz. Dice Séneca: los hombres les piden cosas vergonzosas a los dioses. Si alguno los
escuchase, se callarían. Vive con los hombres como si dios te viera, habla con dios como si los demás te
escucharan.
Conclusión: en esta carta Séneca nos dice que no cualquiera puede vivir en soledad. Hay muchos que necesitan estar
siempre “vigilados” o sentirse vigilados para no dar rienda suelta a sus pasiones más bajas. Para Séneca, Lucilio está en
condiciones de vivir en soledad.
NOTA: Sé que yo no soy del todo apto para vivir en sociedad. Necesito de otro que me señale el camino, que no me
permita aflojar, relajarme, distraerme. Solo, soy muy inconstante.
¿Qué haría uno de esos millonarios de la época de Séneca en absoluta soledad? ¿O un “típico vulgar”?
XI. QUÉ VALE LA SABIDURÍA PARA CORREGIR LOS ERRORES
1-2 Aquí Séneca habla de aquellos “defectos del cuerpo” que ninguna sabiduría puede eliminar. Por ejemplo, el
ruborizarse o el sudar profusamente (por ejemplo, en medio de una asamblea). Que te tiemblen las rodillas al
hablar en público que se te trabe la lengua. Dice Séneca, que estas cosas nos recuerdan el poder de la
naturaleza y le recuerda incluso a los más fuertes su debilidad.
3-5 El rubor es uno de esos defectos. A veces asociado a la timidez, otras a la ira.
6–7 Ninguna sabiduría quita estos defectos. El que pudiera hacerlo tendría bajo su dominio a la naturaleza. Son
cosas que responden a las leyes del temperamento y por eso permanecen adheridas al alma.
8 Frase de Epicuro: “nosotros debemos elegir un hombre de bien y tenerlo siempre delante de los ojos para que
obremos como si él nos viera”.
9 Desaparecen muchas faltas si frente al que falta hay un testigo. Tiene que ser una autoridad que respetemos.
Que nos haga incluso rectificar nuestros pensamientos (lo invisible).
10 Elige a aquel cuya vida y doctrina te gustó y siempre póntelo ante ti como ejemplo. Hace falta que ese otro
que actúe como principio para corregirnos.
Conclusión: lo importante en esta carta creo que está en la idea de tener un testigo permanente que nos ayude a
corregirnos y mantener el camino recto. Tenemos que elegir a alguien cuya teoría y vida apreciemos y tomarlo como
ejemplo. Actuar como si él nos estuviera viendo. Esto va a evitar que hagamos cagadas solo por el hecho de sentir que
no hay nadie que juzgue nuestros actos, evitará que nos relajemos, que nos autocomplazcamos, que usemos mal el
tiempo, etc. Aunque lo cierto es que no es fácil desarrollar este sentido de “sentirse observados”. Aunque algunos
cristianos tienen algo de eso con dios. Tiene que ver con la culpa. Y es poner una vara exterior, se actúa de acuerdo a las
exigencias de ese otro. Por supuesto, Séneca dirá que esto es necesario solo hasta que podamos ser, como diría John
Maus, los despiadados censores de nosotros mismos. Hasta que ya no sea la figura omnipresente de otro, sino mi propia
voz interior la que me haga saber si hice bien o hice mal. Y que me muestre los errores para poder avanzar. Esto está en
el corazón de ese ejercicio de “reflexión antes de ir a la cama” que propone Marco Aurelio.
En segundo lugar, dice que aunque al anciano ya no le quede mucho tiempo de vida (pues ya ha “quemado” las épocas
de la infancia, la juventud y la adultez, esos bloques de tiempo), todavía puede contar con “días”. Y que el “día” puede y
deber ser vivido de modo tan pleno, que cada noche debería ser como darse sepultura. Finalmente, si le tocara vivir otro
día, podría recibirlo agradecido y vivirlo plenamente también como si de una sorpresa agradable se tratara.
En cuando a la frase de Epicuro, Séneca señala que si bien puede ser duro vivir bajo la necesidad (es decir, vivir a merced
de la fortuna), siempre podemos liberarnos de la necesidad. Si no me equivoco se refiere al suicidio. “Nadie está
encadenado a la vida”, concluye. Sé que los estoicos recomendaban el suicidio cuando la alternativa era el vicio, la
deshonra, la no-virtud. Antes que el vicio (lo contrario de la virtud), es preferible la muerte. Catón se mata porque tenía
que hacer algo deshonroso, contrario a la virtud, que era suplicarle perdón a Julio César, quien era para él la encarnación
de todos los vicios. Finalmente, la muerte también es una salida respetable cuando ni el cuerpo ni la mente están en
condiciones de ser usados como vehículos de sabiduría (casos de enfermedades crónicas del cuerpo o la mente).
Ah, Séneca también se mata porque dice que la alternativa al suicidio era la tortura y “la muerte de a poco”. Y dice algo
así como que si podes elegir como morir te conviene elegir siempre la muerte que implique menos dolor, o algo así.
Digamos que si bien la muerte es un indiferente para el estoico, podemos distinguir entre indiferentes preferibles y no
preferibles al interior de la misma muerte. Esto significa que aunque el estoico pueda soportar una muerte tortuosa,
porque está preparado para mirar con cara de perro a la muerte, si puede elegir, preferiría irse sin tanta lucha.
9 A veces las quimeras nos aterran más que lo real. Cualquier cosa que llega falta de certeza, se entrega a las
conjeturas y la imaginación turbada por el miedo. Este miedo causado por el delirio mental, anula el alma. Es
incurable.
10 - Llegará las desgracia…puede ser, puede ser que no…pero ya te lamentarás cuando llegue. Por el momento
11 aprovecha tu tiempo y proponte cosas mejores.
12 A veces sin nada que nos anticipe una desgracia, el alma interpreta en el peor sentido una palabra o
conceptúa la ofensa de alguien mayor de lo que es en realidad. Entonces piensa en satisfacer su ira.
En ese caso es útil la prudencia. Lo que tememos puede desvanecerse o puede engañarnos. .
13 La mayoría de los mortales, cuando no tienen mal alguno que los moleste se torturan e inquietan. Y cuando el
temor no se reduce rápidamente ya no se puede detener. En lugar de pensar: “el autor de eso es falso, es un
incauto o trapacero (alguien que engaña)”. Nos confiamos a los que refieren (lo de otro). Tememos lo dudoso
como cierto, en seguida, la inquietud degenera en miedo.
14 – Tú tienes que decir, no “quizás no venga”…deberías decir “que venga…a ver cuál de los dos vence”…quizás
15 viene la muerte a honrar mi vida.
16 - Frase. “Entre otros males, la locura también tiene este: el de empezar siempre a vivir”. Esto es una crítica a
17 aquellos que todos los días ponen nuevas bases de la vida: viejos entregándose a la ambición de viajar, de
traficar, de obtener grandezas…nuevas esperanzas…Viejos recién empezando a vivir.
Conclusión: en esta carta, Séneca le da a Lucilio unos cuantos “recursos” para evitar perder la calma, especialmente
aborda el temor que nos pueden provocar las cosas futuras o las cosas “ambiguas”. Y nos dice como deberíamos
relacionarnos con ellas.
El primer recurso es bastante general podríamos decir. Es un objetivo a largo plazo que efectivamente nos llevaría a
desterrar el temor de nuestra vida: el estoicismo invita a despreciar aquellas cosas que le generan temor al vulgo. Es
decir, las grandes fuentes de temor del vulgo son la pobreza, la muerte, la enfermedad, el exilio, la soledad…etc. El
estoicismo nos invita a que despreciemos esas cosas. ¿Qué significa “despreciarlas”? Para el estoico, lo único que
importa es fortalecer el alma ante lo que pueda venir. Nuestro esfuerzo, nuestro trabajo y concentración tiene que estar
puesto en fortalecer el alma sin importar lo que la fortuna traiga. “Eso es asunto de la Fortuna, yo tengo otras cosas de
que ocuparme”, diría el estoico. La Fortuna puede traer admiración, salud, riquezas, paz o bien traer infamia,
enfermedad, pobreza, guerra y destrucción…eso me es indiferente…lo único que me importa como estoico es fortalecer
mi espíritu, liberarlo de juicios erróneos y de pasiones destructivas, orientarlo, purificarlo.
En segundo lugar, da recursos más “específicos”. Dice: hay que evitar sufrir por adelantado. Si estamos sufriendo por
algo, deberíamos preguntarnos: pero, ahora en el presente, ¿te aqueja ese mal, está presente eso que te afecta? Si no
es así, nos decimos: “veremos luego entonces, hoy no pasa nada”.
Por otra parte, si tememos algo futuro habría que pensar si es seguro que eso se dé. Muchas veces imaginamos temores
porque hay cosas que se presentan sin certeza, entonces construimos quimeras en torno a eso, deliramos y entramos en
pánico. De las desgracias futuras no hay que preocuparse: llegaran o no…de momento no están aquí y hay mejores
formas de aprovechar el tiempo.
También puede pasar que nos dejemos llevar por lo que alguien nos dijo, o que sobreanalicemos una palabra o un
comentario o que sobredimensionemos una ofensa. Hay que ser prudentes, hay que evitar enojarse o asustarse o bien
ponerle un punto rápido a eso porque si no las emociones se vuelven incontrolables. En el caso de “las habladurías”,
siempre tendemos a darle credibilidad en lugar de pensar en la persona que las está diciendo…quien podría ser un
hablador o alguien que se divierte engañando.
De ultima, y esto parece como reservado a los más grosos, hay que pensar: que venga lo que venga…veamos quien
gana…incluso la muerte puede ser la ocasión para honrar la vida. Esto último seria “morir con honor”, en donde hasta el
último acto muestra virtud.
NOTA FINAL: esta carta me pareció más difícil de analizar que otras. Un poco como la carta sobre “la amistad del sabio”
Conclusión: la carta habla sobre cómo el sabio disminuye la posibilidad de sufrir violencia física por parte de otros. Esto
se deriva de un tema más general que tiene que ver con las formas de resguardar el cuerpo. Séneca dice que el sabio
vive discretamente, procurando no enfurecer a nadie, como el buen navegante que evita la borrasca. ¿Y cómo logra
eso? No deseando lo que muchos pueden desear, no teniendo cosas que los otros puedan desear, retirándose de los
asuntos públicos, no atrayendo la atención indeseada de otros. Ahora bien, esto es lo que está en control del sabio, lo
cual no significa que no pueda ser de todas maneras violentado. Pero el sabio se preocupa únicamente de lo que está
bajo su control.
Por último, la frase de Epicuro dice que solo disfruta de la riqueza aquel que no la necesita. El que piensa que la riqueza
es un bien, buscará administrarla, multiplicarla y se angustiará al verla decrecer. Entonces, se vuelve un administrador y
nunca la disfruta porque el que teme no disfruta. Es como estar con la chica de tus sueños y ser celoso, para dar un
ejemplo de esa idea de “el que teme no disfruta”.
Ahora bien, supongamos una persona que no tiene esa relación con la riqueza. La fortuna lo ha puesto en un lugar de
riqueza, por ejemplo, porque heredó algo. Según Séneca, si esa persona no se ata a su nueva riqueza (no dejando que el
temor de perderla ingrese en su psiquis), podría disfrutarla. NOTA: sería interesante ver en qué momento ese temor
hace su ingreso. Pero el temor ya es indicador de que se ha desarrollado el apego. Me gusta tanto esto que tengo que
me da miedo perderlo. Perderlo es malo, tenerlo es bueno.
¿Cómo se disfruta algo que se vive como no necesario? ¿Cómo se disfruta sin apego? Es disfrutar las cosas por lo que
son, con conciencia de su condición efímera, caprichosa, indeterminable. Es “disfrutar el momento”, sabiendo que
precisamente es un momento. Uno disfruta el gesto amable de la fortuna, su caricia, pero sin temer su próximo
movimiento, de hecho anticipándolo para dimensionar realmente lo que está viviendo, para verlo en una perspectiva
más completa: la guerra y la paz, la cima y el piso.
La riqueza seria aquí un indiferente preferible. Es una idea medio complicadita. Porque Séneca preferiría la riqueza a la
pobreza y la salud a la enfermedad, pero “preferir” no significa para él apegarse a eso que se prefiere y sentir aversión
por sus contrarios. Más bien es como quien dice: hoy se disfruta…mañana se lucha. Creo. Y el sabio sabe disfrutar y
luchar…y sabe que esa es su obligación. Hay cosas que se pueden disfrutar (los indiferentes preferibles) y otras contra
las que hay que luchar (indiferentes no preferibles). “Yo prefiero las que se pueden disfrutar, pero también sé luchar”,
parecería decirnos Séneca.
Conclusión: esta carta habla de los ejercicios del cuerpo. Para Séneca la salud del alma es la más importante, pero
también hay que cuidar al cuerpo, pero solo cuidarlo para que mantenga su salud, nada más. Y el cuidado del cuerpo
puede servir como un respiro para el trabajo sobre el alma. Pero debemos ir al cuerpo y volver pronto al alma. Algunos
ejercicios recomendados son correr y alzar pesas con los brazos. Cosas simples, sentadillas o saltos.
Cierra la carta con una frase de Epicuro. Esta habla sobre “la vida del insensato” y dice que “se lanza inquieta al futuro”.
Es una frase que habla sobre el deseo, sobre esa sed que nunca se satisface. Séneca dice que desear es depender de la
fortuna. Que no debemos pedirle nada a la fortuna. Que el verdadero bien es una cuestión nuestra. Además de que sirve
pedir si nuestras vidas son tan breves… ¿las dedicaremos a acumular?
9 Los deseos naturales se acaban. Los que provienen de la falsa opinión, nunca. Abstente de los vanos caminos
de la quimera. Si luego de mucho andar, siempre te queda por recorrer, es porque ese deseo no es natural.
Conclusión: habla sobre la importancia de filosofar. Solo la sabiduría te da felicidad, pero el solo comenzar ese camino
hace que la vida se vuelva soportable. La filosofía no es una cuestión de pose o vanidad. Está para decirnos como actuar,
para rectificar la vida, para guiar nuestras acciones, para desarrollar el alma. Aun si Dios, la fortuna o el destino
controlan todo…la filosofía nos enseñará en ese caso a soportar los cambios de la fortuna y a obedecer a dios.
FRANCAMENTE NO ENTIENDO QUE ES EL DESTINO, LA PROVIDENCIA…TENGO QUE VOLVER SOBRE ESO. Creo que tiene
que ver con el hecho de que lo que nos pasa, pasa precisamente por una conjunción de múltiples causas
indeterminadas. Yo puedo comprar un billete de lotería y ganar la lotería. Pero esto no significa que mi acción haya sido
la causa de que yo ganara. El lugar en que estaban las bolsillas, la persona que saco las bolillas, el horario en que
comenzó, el hecho de que la bolilla 4 se haya puesto delante de la bolilla 20. Y en retrospectiva, el hecho de que yo haya
tenido plata para comprar el boleto, el hecho de que me hayan dado un trabajo, el hecho de que pensé en comprar el
boleto, el hecho de que lo hice, y otras tantas causas que llevaron a un hecho. Muchas de esas causas las desconozco,
pero puedo caer en la ilusión de que “yo lo hice”. Y si todo lo que nos pasa depende de causas que desconocemos, la
riqueza ocurre por causas indeterminables y la pobreza también. No son “el fruto de nuestro esfuerzo”. Es decir, nada
está realmente bajo nuestro control. Los estoicos relacionan también esto con la idea de que todas las causas están
encadenadas de manera perfecta, y que este encadenamiento se ha repetido eternamente y que es el mejor
encadenamiento posible porque dios lo va tejiendo desde adentro.
En cuanto a la frase, Séneca distingue entre los deseos naturales y los deseos basados en la opinión falsa. Los primeros
son fáciles de satisfacer y tienen fin. Los otros nunca se acaban y solo nos llevan a desear cada vez más. Por ejemplo, si
tenemos hambre, podemos ponerle fin comiendo. En cambio, si queremos riquezas, nunca seremos lo suficientemente
ricos.
Conclusión: esta carta habla acerca de la necesidad de consagrarse cuanto antes a la filosofía en esta vida. El que vive en
la filosofía, buscando perfeccionar su espíritu, se acomoda a la naturaleza y no necesita más que lo que esta le pide. Su
vida es muy simple. Lo que la naturaleza exige no es difícil de conseguir (aquí se refiere, creo a la comida, el refugio, la
ropa). Incluso si el filósofo llegara a pasar hambre en ocasiones, ¿qué es un poco de hambre cuando la ganancia es
liberarse del temor a los dioses y los hombres?
Lucilio dice: “primero debo dejar en orden mis negocios para poder entregarme recién a la filosofía y no pasar
necesidades en el futuro”. Pero Séneca dice: “eso es dejar lo más importante para el final. No es necesario ese tipo de
previsión. La filosofía no necesita de esas riquezas, de esa seguridad económica, vive en la pobreza”.
La frase de Epicuro esta buena. “El enfermo, rico o pobre, sigue siendo enfermo”. El problema no está en su condición
de rico o pobre, sino en su alma.
Después, Séneca habla del ejercicio de experimentar la pobreza cada tanto durante varios días, como un ejercicio para
preparar el alma para los contratiempos de la Fortuna. Entonces descubriremos que la pobreza no es tan grave y
estaremos a salvo de ese ataque de la Fortuna. Finalmente, cierra la carta con un consejo sobre la ira: hay que evitarla,
no moderarla. Esto va en contra de la idea aristotélica de que hay un justo medio para la ira.
Conclusión: esta carta habla sobre el reposo, sobre la necesidad de abandonar el tumulto de la vida social, con sus
ocupaciones y sus ambiciones y dolores de cabeza. Séneca lo platea en términos simples: allí, en el mundo “del afuera”,
los intereses y las preocupaciones son otras. Vas a quedar atrapado en la búsqueda de honores y riquezas, con el
agregado de que nunca serán suficientes. Un deseo llevará a otro deseo. Tendrás falsos amigos, amigos de la riqueza, no
tuyos. Y envejecerás así, sin moderación alguna. En cambio, está la opción del retiro: simplemente liberarse de todas
esas ocupaciones y preocupaciones. Volcarse sobre uno mismo, encargarse del alma. Tendrás menos gente alrededor,
pero serán verdaderos. Serás más pobre en lo material, pero tu alma será más rica. No hay nada que justifique la
dilación. Hay que elegir hoy la filosofía.
Conclusiones. El tema principal es la inconstancia de los hombres. Él dice que la gran mayoría no sabe lo que quiere. Y
aquellos que saben, no pueden mantener la determinación suficiente para lograr eso. Se terminan contradiciendo y
volviendo sobre cosas que ya habían condenado, cambiando de opinión. Creo que habla sobre todo de “los filósofos
fracasados”. Porque luego dice que la sabiduría, más allá de toda discusión sobre este concepto, es “querer siempre el
bien y rechazar siempre el mal”. Es decir, el sabio es constante, sabe hacia dónde va, sabe lo que debe rechazar y evitar.
Por eso el consejo que le da Séneca a Lucilio es “conságrate a lo que empezaste”. Busca estar satisfecho contigo mismo y
con los bienes que proceden de ti. Y el único modo de saber si estamos por el buen camino, no pasa por evaluar nuestra
lengua, sino por ver si hemos disminuido nuestros apetitos. Lo importante es que el discurso y la acción tengan el mismo
“color”.
También está la frase de Epicuro, que resalta un poco esta idea de lo que es realmente importante, realmente bueno.
Dice Epicuro que si queremos enriquecer la vida de alguien solo debemos alejarlo de sus deseos. Esa es la verdadera
riqueza. Después defiende un poco a Epicuro de “los viciosos que se ocultan detrás de la toga de Epicuro”. La carta
termina con una mención a la distinción epicúrea de los deseos. Hay deseos naturales a los que hay que calmar (como el
hambre y la sed). Piden poco si uno les da simplemente lo que debe. Hay otros que son naturales pero no necesarios. A
esos no estamos obligados a darles nada.
NO ME RESULTA FACIL ENTENDER ESTA DISTINCION EPICUREA. EN INTERNET SEÑALAN QUE ES LA DIFERENCIA ENTRE:
Es como si esos deseos habitaran en nosotros, pero solo tuviéramos que atender a los naturales y necesarios. Es una
especie de clasificación de los deseos. Hay que aprender a distinguirlos.
Tal vez sea posible distinguirlos en función de su objeto, del fin que persiguen.
Deseo natural y necesario: tienen como objeto comidas y bebidas simples, como el agua y un plato de gachas.
Deseo natural e innecesario: busca comidas y bebidas refinadas. También tiene como objeto vestimentas
lujosas y viviendas suntuosas. Uno puede pensar en esos romanos de tiempos de Séneca que deseaban
mansiones de mármol, túnicas de púrpura, vino y asados de distintos animales. Ese sería un ejemplo exagerado.
Pero según esta lógica, desear una hamburguesa, una campera fachera o un buen vino para acompañar un
asado, ya nos pone del lado de los deseos naturales e innecesarios. Yo personalmente, he tenido muchos de
esos deseos. Hace poco deseaba comprarme una campera Penguin, bien al estilo Oliver Tree, que era bastante
cara. También deseo muchas veces comerme una pizza de algún lugar en particular o tomar una cerveza
artesanal.
Deseo no natural y no necesario (este no lo menciona Séneca): busca el poder, la fama, la riqueza. De nuevo,
uno puede pensar en un dictador como Hitler o Nerón, sedientos de poder. O podes pensar en un Jake Paul,
sediento de plata y fama. Pero todos hasta cierto punto tenemos estos deseos, aunque se manifiestan de modo
menos grosero. Queremos reconocimiento, reverencia, dinero. Obviamente los ejemplos donde se dan de modo
exagerados esos deseos ayudan a ilustrar mejor el punto.
Creo que en la última categoría, los deseos no son naturales, simplemente porque no remiten al dolor del cuerpo.
Tienen más que ver con lo psicológico, con la personalidad, con necesidades del yo. Mientras que los deseos de las dos
primeras categorías están vinculados al cuerpo, al desequilibrio o dolor corporal. Ahí tienen su origen.
Pero por alguna razón, si bien puedo dar ejemplos de las últimas dos categorías, no llego a dar ejemplos de la primera.
¿Puede ser acaso que esos deseos sean menos visibles para mí o directamente estén ausentes de la cotidianidad? ¿Por
qué me cuesta identificarlos cuando, por el contrario no me cuesta nada identificar los otros?
Sospecho que el deseo se va simplificando a partir de la pobreza, la abstinencia, la austeridad. Recién ahí, aprendemos el
verdadero sentido de un deseo natural, superamos la frontera, no solo de lo no natural, sino también de lo natural
innecesario, para vivir en la total simpleza natural. ESTE PUNTO MERECE UNA INVESTIGACION MAS PROFUNDA. Podría
ayudar tener en mente la escena de Into the Wild donde Alex come una manzana y dice: eres la mejor manzana del
mundo y la disfruta como si fuese caviar.
XXII. DE LOS CONSEJOS. HAY QUE HUIR DE LOS NEGOCIOS.
1-3 Lucilio no consigue liberarse de “sus negocios”. Quiere saber cómo, cuándo. Séneca le dice que él le puede
decir qué hacer, pero el cuándo depende de las circunstancias. Le sugiere a Lucilio estar atento a la
ocasión. Y le dice es eso o la muerte: salir de esa vida o salir de la vida. Así de dramática es la situación.
Aparentemente, zafar de esa vida o matarse son opciones más loables que continuar con esa vida. Y le dice
que de todas formas puede hacerlo gradualmente, “desatando y no cortando”.
4-6 Mientras, le dice Séneca a Lucilio, no asumas más trabajos. Despachá los que te quedan. Epicuro le
recomienda a Idomeneo que zafe de esa vida antes de ya no tenga la libertad de salirse. También habla de
esperar la ocasión.
7-8 Los estoicos dirían que no hay razón para soportar algo indigno, innoble y deshonroso.
9 – 11 Es fácil evadirse de las ocupaciones cuando se desprecian sus ganancias. Ellas son las que nos demoran y
detienen. Perder comodidades, amigos, esclavos, compañía en casa. Los que incluso dicen sufrir a causa de
eso, no se alejan. Viven en una condición de esclavitud.
12 Le dice a Lucilio que nunca hallará una salida si busca salir con algo, con un capital para asegurarse el ocio.
13 - 14 Frase (de Epicuro): “todos salen de la vida como si acabaran de entrar en ella”. Jóvenes, adultos o viejos,
cualquiera tiene miedo de la muerte y desconoce la vida. Y nadie tiene nada acabado, todo se deja para
mañana.
15 - 16 En realidad salimos de la vida peor de lo que entramos. Nacemos sin ambiciones, sin temor, sin
superstición, sin perfidia. En realidad, morir como se nació es haber conseguido la sabiduría. A la gente le
preocupa más vivir mucho que vivir bien cuando en realidad, solo lo último depende de nosotros.
Conclusiones. Esta carta habla de la importancia de escapar de esa vida de negocios, de ocupaciones mundanas. Séneca
dice que hay que saber esperar la ocasión para hacerlo. También dice que los estoicos recomendarían liberarse porque
esa vida es deshonrosa. Finalmente, señala que la dificultad de trascender esa forma de vida tiene que ver con las
ganancias que esta brinda: comodidades, seguridad, amigos, compañía, etc. Entonces, incluso aquellos que sufren por
esa vida, deciden conservarla. Dice Séneca entonces que un modo de trascender esa existencia sería comenzar a
despreciar esas cosas. Lucilio quiere laburar para juntar un capital que le permita dedicarse a una vida de ocio (filosofía).
Finalmente, la frase de Epicuro, indica que todos mueren como si hubiesen entrado recién a la vida. Séneca dice que
esto puede ser entendido en el sentido de que nadie acaba lo importante. Pero Séneca corrige la expresión y dice “en
realidad salimos de la vida peor de lo que entramos” porque el bebé no tiene ambiciones, ni envidia, ni cree en
supersticiones. El que se muere se muere con todo eso en el mate.
Conclusiones. Carta difícil, no llego a hincarle el diente. Pero habla sobre la muerte y brinda recursos para enfrentarla.
Pasa que Lucilio teme que lo condenen a muerte. Y en lugar de decirle, “no te preocupes que todo va a salir bien”,
Séneca trata de hacerle perder el miedo a la muerte, como quien desnuda al “cuco”. Dice, hay que mirar bien la muerte,
por lo que es. Gran parte de nuestro miedo viene del hecho de que no la conocemos realmente. Entonces da una serie
de recursos: a) no preocuparse por lo que no ha llegado aún. Si todavía no sabes si vas a ser condenado a muerte o no,
no amargues tu presente pensando en el futuro; b) Y si te condenan a muerte, hay ejemplos de gente despreciando, no
solo la muerte, sino también el destierro y la cárcel, esos otros “males”. Los ejemplos nos animan, nos muestran otros
modos de enfrentar algo; c) Pensar que la muerte no es un mal porque, o nos despoja del cuerpo (nuestra peor parte)
dejando libre al alma o nos aniquila (liberándonos de todo mal y bien para siempre); d) Pensar que siempre estamos
muriendo, desde que nacemos. Muere la infancia, muere la juventud, muere la adultez, etc. La muerte siempre estuvo
con nosotros. Y ahora simplemente llegó para llevarse lo que quedaba. Quizás la esperábamos más adelante, pero ella
puede lo cierto es que ella puede llegar cuando quiera.
Conclusiones. La carta dice que tenemos que elegir un hombre virtuoso y vivir como si ese hombre nos estuviera
constantemente observando. Solo cuando tengamos respeto por nosotros mismos podremos dispensar al tutor. Solo
puede estar verdaderamente en soledad aquel que es virtuoso. Si no somos virtuosos lo mejor es tener a alguien cerca.
Conclusiones. Séneca elogia la vejez. Dice que el alma se ha distanciado del cuerpo (y sus pasiones) y que está en su
mejor época. Le parece que morir de a poco es lo mejor porque es un camino de salida suave. Finalmente dice que la
muerte probará si lo que él decía eran puras palabras o no. La frase de Epicuro habla acerca de la importancia de
meditar en la muerte. Dice Séneca que la función de esa meditación es disminuir el amor a la vida y disponernos mejor a
aceptar la muerte.
Conclusiones. En esta breve carta recuerda la importancia de erradicar vicios y consagrarse al trabajo de
perfeccionamiento. Nos dice también que solo en la virtud hay goce, pero que hay que apresurarse en conseguirla. Que
no podemos postergar ese trabajo y tampoco ahorrarnos el esfuerzo. La frase de Epicuro habla acerca de la riqueza que
implica vivir con arreglo a la naturaleza. Creo que esto podría interpretarse como que al vive naturalmente, nada le falta.
Al rico, siempre le falta algo. O a partir de la idea de que la riqueza se mide en función de la cantidad de cosas que no
necesitamos y no en función de las cosas que no tenemos (Sócrates).
Conclusiones. En esta carta Séneca reitera algo que ya mencionó en la 2da carta. Los viajes constantes no son un
remedio para nuestros males. Donde vayamos, nuestros vicios irán con nosotros. Hay que sacarle el peso al alma y
entonces podremos viajar de verdad y cada lugar nos resultara un hogar. Se trata nuevamente de desterrar vicios y
formar la virtud. Y dice Séneca: si bien no hace falta viajar, si puede ser útil alejarnos de la multitud si nuestra alma está
todavía recobrando su salud. Incluso el sabio elegirá la distancia pues prefiere la paz a la lucha (ya que en multitud
tendría que estar lidiando con vicios ajenos). Esta idea de lo preferible se ve mucho en Séneca: hay cosas que son
preferibles y aparentemente si podemos elegir, elegiremos estas. Pero esto no significa que el sabio no esté listo para la
lucha.
Conclusiones. En esta carta Séneca retoma esa idea de que el filósofo no se tiene que gastar con aquellos que nunca van
a escuchar. Aun así, dice que no hay que abandonar toda esperanza a la primera. Después retoma también esta idea de
la existencia de dos caminos, el del vicio y el de la virtud. La frase final de Epicuro habla precisamente sobre eso: la
popularidad solo se gana pareciéndote al pueblo, pero como el pueblo es vicioso, ser popular es ser vicioso. A ningún
pueblo le gusta la virtud. Pero dice: lo importante es la opinión que vos tengas de vos mismo. LA filosofía es el único
camino, pues nos llevara a agradarnos a nosotros mismos, valorar los juicios (esto creo que significa no juzgar
precozmente y reconocer el valor del juicio y lo que las consecuencias que el acto del juicio trae para la vida), no tener
miedo de dioses ni de hombres y vencer los males.
Conclusiones. En esta carta, Séneca habla de un tal Baso Aufidio, una persona que él conoce y que al parecer es un
“sabio” por el modo en que se enfrenta a su próxima muerte. Es viejo, pero aun así su espíritu es fuerte. Eso se lo dio la
filosofía, dice Seneca. Baso sabe que va a morir pronto, no cabe duda de eso. Pero está tranquilo, casi como si no fuese
él el que va a morir. Sus palabras tienen gran importancia porque la muerte está para él encima. Y vive como si todas las
noches se “sobreviviese a sí mismo”. Yo entiendo esto como que todas las noches se despide de la vida y al despertar a
la mañana se sorprende de seguir vivo. Sobre la muerte piensa muchas cosas: que no se siente o que el dolor debe ser
breve (Epicuro), que la vida se da con la condición de la muerte (está en “el contrato de la vida”). Que la muerte es
necesaria para todos y que la naturaleza compone y descompone constantemente.
Decía Baso que tememos la muerte cuando creemos que está cerca, pero la muerte siempre está cerca para el que está
vivo (¿cuánta gente muere de un día para otro, o de golpe, o en un accidente, en un robo, niños, jóvenes, adultos?).
Después Séneca concluye con una frase: no tememos la muerte sino el pensamiento de la muerte. Por eso debemos
pensar más en ella, para no temer. Esta frase no la entiendo bien.
Es cierto que tememos la muerte cuando pensamos en ella. Por ejemplo, un dolor en la panza que se extiende por
semanas, puede llevarme a pensar que estoy enfermo y que voy a morir en poco tiempo. Y eso me asusta. Esa muerte
que se asoma. Pero no pensamos a menudo en la muerte. Vivimos sin pensar en ella. LA CLAVE NO ES NO PENSAR EN
ELLA SINO PENSAR MAS EN ELLA. Pero si lo hiciéramos, si pensáramos en ella, pero de otro modo, como una necesidad,
como algo inherente a la vida misma, quizás no sentiríamos miedo. Al menos si nuestra mente se acostumbra a pensar
en la muerte de ese modo. Nos familiarizaríamos con su existencia, con su necesidad y quizás al tener que enfrentarla
nos resultaría natural morir.
La confianza en uno mismo es el único bien y la causa de una vida feliz, pero esta solo se consigue a través
del desprecio de la fatiga.
4 Hay que despreciar la fatiga, esforzarse honestamente, no dejarse vencer. Dice Séneca que la fatiga no es
ni buena ni mala (es un “indiferente”). Lo bueno es despreciar la fatiga.
Nota: lo malo sería temerle. Lo bueno y lo malo están relacionados con ciertas actitudes del espíritu.
5 Lo único bueno es la virtud y aquello que se mezcla con ello. El mal es la malicia y lo que se mezcla con ella.
6 ¿Qué es el bien? La ciencia de las cosas. ¿Qué es el mal? La ignorancia de las cosas.
7 Debes decirte a ti mismo: ¿Por qué desfalleces? No es propio de un hombre temer el sudor.
8 Para que la virtud sea perfecta, el camino debe ser siempre el mismo, para lo cual es necesaria la ciencia y
el arte por los que se conocen las cosas humanas y divinas.
9 ¿Cómo se llega a esto? La naturaleza nos ha dado lo que necesitamos. Tan solo no debemos abandonar
estos dones. Gracias a ellos nos levantaremos semejantes a la divinidad.
10 El dinero no te hará parecido a Dios: dios no tiene nada; la toga pretexta no lo hará: dios está desnudo. La
fama tampoco te hará parecido a dios: nadie ha conocido a dios y muchos piensan mal de él. No lo hará
una turba de esclavos que te carguen de aquí para allá (en la basterna): dios lleva él mismo sus cosas.
Tampoco la belleza ni la fuerza. Esas cosas no resisten el paso del tiempo.
11 Se debe buscar el alma recta, buena y grande. Ella es el dios que habita en nuestro cuerpo. Un caballero y
un esclavo la tienen. Desde cualquier ángulo de la vida se puede subir al cielo. Levántate y date la forma de
un dios.
Conclusiones. En esta carta, Séneca habla de lo que debemos despreciar (lo indiferente), del mal y del bien. En primer
lugar, no hay que oír lo que otros quieren para nosotros. Nunca quieren para nosotros el verdadero bien. Y en el camino
al bien, no debemos rendirnos a la fatiga, debemos despreciarla pensando que un hombre no teme al sudor. ¿Y que es
ese bien que debemos buscar? La ciencia de las cosas, la virtud, el alma recta, buena y grande. Si cultivamos estas cosas,
nos levantaremos como un dios. Es más, el alma no es más que dios en el cuerpo. Y está en todos, seas un esclavo o un
caballero. ¿Y qué cosas nos alejan de la divinidad? La búsqueda de riquezas, de fama, la impasibilidad, la vanidad. Ni el
dinero, ni el renombre, ni la belleza ni la fuerza nos harán semejantes a un dios.
Parece que Séneca apela aquí a la distinción entre males, bienes e indiferentes. Por qué dice, por ejemplo, que la fatiga
está entre el bien y el mal. Según lo que leí, en Epícteto también la riqueza, la salud, la vida y la muerte están entre los
indiferentes “del medio”. Solo la virtud es el bien y solo los vicios son el mal.
HAY QUE TRABAJAR ESTA DISTINCIÓN. Parece que el sabio reconoce los bienes y los busca, y procura evitar el mal y se
abstiene de valorar lo indiferente. Pero entiendo que si el dinero te parece indiferente, entonces esto ya va a evitar que
puedas ser codicioso o avaro. Es decir, ver esas cosas que habitualmente son tomadas como deseables, como bienes, en
términos de indiferentes ya te protege del vicio. Es como si la opinión vulgar despreciara la virtud (no le concediera
valor), considerara bien o mal lo indiferente (la riqueza / la muerte) y al vicio lo considerara virtud (elogiando esas
tendencias del espíritu, como la competitividad, la ambición, la ira).
Conclusiones. Aunque breve, es una carta que me deja con algunas dudas. De nuevo es una “exhortación a la vida
filosófica”. Es bueno alejarse de aquellos que nos pueden malograr o robarnos el tiempo. El tiempo es poco y hay que
usarlo para llegar a la vida feliz, una vida en donde el alma se complace en sí mismo y en sus bienes. No hay nada más
hermoso que vivir el último tramo de la vida en posesión de una vida feliz. Me gusta esa frase: deseo que desprecies
esas cosas que otros desearon para vos. Y no entiendo la frase sobre la avidez del futuro: solo quiere futuro el que no
se pertenece. Tengo una interpretación en la punta de la lengua, pero no…
Conclusiones. Aquí Séneca se despacha contra el uso de sentencias y aparentemente contra el pedido de Lucilio de que
las incluya en las cartas. Pero creo que hay que distinguir dos cosas: primero, Lucilio le está pidiendo que incluya
sentencias de los estoicos. A esto Séneca responde que no tiene sentido hacer ese tipo de separaciones. Las mismas
sentencias las encontramos en distintos filósofos, políticos y poetas. Sentencias o pensamientos similares, observaciones
que comparten un mismo espíritu, una misma lucidez. Se tratan de pensamientos que surgen de una misma dirección,
de una misma inspiración. En esta idea se encierra la afirmación de que no son tan rígidas las separaciones entre
escuelas filosóficas ni entre disciplinas…hombres de distintos campos y líneas están mirando lo mismo, están unidos por
una misma “dirección”, todos hablan de la misma vida feliz, si se quiere. En segundo lugar, Séneca va en contra de la
misma necesidad de usar citas. Él dice que sirven cuando uno es niño, para recordar. Pero que después ya no tiene
sentido seguir repitiendo citas o haciendo referencia a autores. Llega un momento en que todas esas cosas ya tienen
que ser un saber, una cosa propia, no algo exterior. Cierra la carta diciendo que nadie, ninguna autoridad puede dar por
terminada la búsqueda de la verdad y del camino. Queda mucho por descubrir.
Conclusiones. En esta breve carta, Séneca sigue exhortando a Lucilio para que persevere y se mantenga en el buen
camino. Se conmueve al ver todo lo que progresado Lucilio y le dice que persevere hasta llegar a querer ser bueno con
firmeza. Cuando uno se determina de este modo, ya nada puede hacerlo malo. Yo creo que en ese punto en que uno
“quiere ser bueno con firmeza”, se da una firmeza de objetivo, algo estable, que podrá sostenerte día a día. Cuando no
hay firmeza, uno puede aflojar y recaer en sus vicios. Falta ardor, falta convencimiento, falta entrega.
Esa amistad de la que habla Séneca se parece mucho a la de Montaigne con La Boitie. Montaigne también hablaba de
ser como “una sola alma en cuerpos distintos”. Parece que solo entre “hombres buenos” puede haber una verdadera
amistad.