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Liderazgo

La paradoja de Steve

Steve Jobs, quien fuera el niño maravilla de Silicon Valley, alcanzó muy rápidamente el éxito y
los millones, hasta que las cosas comenzaron a marchar mal. Su visión de líder y la
administración del directorio de su propia empresa chocaron, dando cuenta de que un buen líder
no siempre es un buen administrador. Entonces, ocurrió lo inesperado: fue despedido de Apple,
la compañía que él mismo había fundado.

Steve Jobs, el genio de las computadoras personales, el tipo brillante que se transformó en multimillonario cuando el
común de la gente recién ingresa al mercado laboral, un día fue despedido de la empresa que fundó y de la cual era
el principal accionista: Apple.

Nadie puede desconocer el éxito y el liderazgo a nivel mundial que ejerció Jobs (1955), el cerebro tras el famoso
Macintosh, y de los actuales iMac, iPod, MaOS X, iPhone y Apple Tv. Productos ingeniosos, glamorosos, de un
diseño que cautiva desde el primer momento. Sin embargo, no todo fue dulce para el fundador de una de las
compañías más exitosas de la nueva economía.

Jobs fue el ejemplo concreto de que un líder visionario, innovador y rompedor de esquemas, no necesariamente
puede ser un buen administrador o alguien capaz de gerenciar su propio éxito. Sus fortalezas, por el lado de la visión
y la mirada global, en un determinado momento no fueron suficientes para compensar sus debilidades en el área de
gestión. Y es que no siempre se puede hacer todo bien.

Su historia
Jobs, quien sentía una gran atracción por la tecnología y las consolas de juegos, trabajó part time durante su
adolescencia en la empresa Atari. Al terminar su primer semestre en la universidad Reed College, en Portland,
Oregon, decidió que ser universitario no era una inversión razonable ni de tiempo ni de dinero. Sus padres adoptivos
habían ahorrado con mucho esfuerzo para cumplir con la promesa hecha a su madre biológica de que el joven
seguiría una carrera profesional. Con la culpa de haberlos defraudado, decidió permanecer un tiempo más en el
campus, estudiando sólo algunos cursos que lograron captar su interés.

La Reed College era reconocida por la calidad de sus cátedras y profesores de diseño gráfico, particularmente en el
área de la tipografía. Rápidamente, Jobs se fascinó por la infinidad de tipos de letras, combinaciones, colores y
proporciones. No anticipó la aplicación práctica que tendrían esos conceptos en la industria tecnológica mundial, pero
ciertamente su imaginación ya estaba volando alto.

Unidad 1 - La paradoja de Steve

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Liderazgo

A mediados de los años 70, en el garaje de su padre y junto a su amigo, Steve Wozniak, crearon su primera
computadora, la Apple I, de la que llegaron a vender 200 unidades. Posteriormente, consiguieron el financiamiento
que les permitió avanzar a la siguiente generación, Apple II. Fue el momento de fundar Apple Computer, cuando Jobs
tenía sólo 20 años.

El Apple II fue una revolución: era el primer PC que se vendía como un producto listo para usar por el usuario final.
Rápidamente, la empresa cosechaba sólo éxitos, contaba con más de mil empleados y una valoración que se
estimaba en 2 mil millones de dólares. Apple se abrió a la bolsa en 1980, a través de una IPO que convirtió en
millonario a Jobs, a Wozniak y a varios de sus primeros empleados que tenían acciones de la compañía. En 1982 y
con 27 años, Jobs, el mismo sujeto que alguna vez sobrevivió recogiendo botellas de Coca-Cola, era el millonario
más joven de Estados Unidos, con un patrimonio personal de 217,5 millones de dólares.

De esos años, sus empleados lo recuerdan como un líder lleno de motivación e inspiración, que enfatizaba en el
esfuerzo y la constancia. Sabía ser dulce y seductor cuando quería, inspirador, creativo, visionario y capaz de obtener
de cada empleado lo mejor. Para él lo importante era el producto, no se detenía en los detalles de gestión.

Sin embargo, las condiciones empezaron a cambiar. A pesar de innovaciones revolucionarias, como el Macintosh
(primer PC destinado a un público masivo que utilizó una interfaz con íconos y carpetas, y un hardware que incluía un
mouse), la empresa comenzó a sufrir una serie de fracasos con sus productos.

El Apple III y el "Lisa" no se vendieron según lo esperado. Tampoco el Macintosh, y las ventas de la compañía
sufrieron una estrepitosa caída, lo mismo que el valor de la empresa. La visión del fundador de Apple comenzó a
distanciarse de la del presidente de la firma, John Sculley. La tensión entre el verdadero líder, el fundador, el que le
había dado el nombre y su prestigio, y la gerencia que se preocupaba de los números, se hizo intolerable. Entonces,
ocurrió lo impensado: el directorio decidió despedir a Jobs, argumentando que la empresa estaría mucho mejor sin él
en el área de operaciones, además de afirmar que le estaba “haciendo daño” a la compañía.

Los empleados recordaban a Steve Jobs, en sus primeros años, como un líder lleno
de motivación e inspiración, que enfatizaba en el esfuerzo y la constancia. Sabía ser
dulce y seductor cuando quería, inspirador, creativo, visionario y capaz de obtener
de cada empleado lo mejor. Para él lo importante era el producto, no se detenía en
los detalles de gestión.

La visión no se pierde
¿Cómo se puede explicar que Apple prescindiera de su propio genio, del hombre que le dio su visión, del artífice de
innovaciones que cambiaron el mundo entero? ¿Qué pasó con su capacidad de liderazgo?

Como lo demostrara posteriormente al reinventarse, Jobs no perdió esa capacidad de los líderes de ver la “big
picture” y seguir innovando. En su momento, simplemente no fue capaz de centrarse en ambos aspectos: liderar la
innovación y preocuparse de la administración, de los números, de crear productos que finalmente se vendieran
masivamente a precio atractivo.

En el competitivo ambiente de una gran empresa como Apple, que además era “su” compañía, seguramente se
sintió con más poder del que realmente ostentaba. La regla confirmó que el todo (la empresa) es mayor que las
partes (individuos).

Unidad 1 - La paradoja de Steve

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Liderazgo

La vuelta a la manzana
Deprimido y públicamente humillado, su despido constituyó un profundo fracaso para Jobs. Durante varios meses
anduvo sin rumbo, pensando incluso en autoexiliarse de Silicon Valley, para protegerse de la tormenta y fortalecer la
conexión con su propósito: poner la tecnología al servicio de las personas de una manera más simple, funcional y
amigable.

Mientras otros en su lugar habrían cerrado ese capítulo en sus vidas, buscó reinventarse. “El curso de los
acontecimientos no alteraron el amor por lo que hacía”, recordó. Decidió volver a empezar. Con menos
certezas, pero con un fuerte sentido del propósito.

Con el dinero recibido por la venta de sus acciones en Apple creó la compañía de computadores NeXT. Poco tiempo
después le compró a George Lucas el estudio de animaciones Pixar, por 5 millones de dólares. El resultado, una vez
más, fue creativo y exitoso: con la película “Toy Story” el estudio se convirtió en la primera empresa en crear un
largometraje totalmente animado por computadora, con el cual lograron una rentabilidad extraordinaria.

Mientras, Apple pasaba por uno de los peores momentos de su historia. Microsoft estaba literalmente devorando el
mercado de los PC, tras lanzar el sistema operativo Windows 95. Fue entonces cuando Gil Amelio, CEO (Chief
Executive Officer) de Apple, decidió comprar NeXT para utilizarlo como sistema operativo de Mac. Por las vueltas de
la vida, Steve Jobs pasó a ser nuevamente asesor de la empresa.

Jobs, sin duda, se había convertido en el líder indiscutido de la compañía. Así quedó demostrado cuando en Apple se
dieron cuenta de que sin Jobs era una locura poder competir como lo hacían antes. Y así, luego de volver como
asesor de la compañía, asume como director ejecutivo hasta el 24 de agosto de 2011, día en que presenta su carta
de renuncia por problemas de salud. De todas maneras, su nombre y potencial no dejaron de hacer noticia.

Steve Jobs falleció el 5 de octubre de 2011, un día después del lanzamiento del iPhone 4S, una más de sus grandes
invenciones, dejando un importante legado de innovación y liderazgo. Ese mismo día, Apple declaraba “Estamos
profundamente entristecidos al anunciar que Steve Jobs ha muerto hoy. La brillantez, pasión y energía de Steve,
fueron la fuente de incontables innovaciones que enriquecen y mejoran nuestras vidas. El mundo es mucho mejor
debido a Steve”.

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