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El pasado 17 de junio se llevó a cabo la segunda vuelta presidencial en Colombia entre el candidato del uribismo Iván Duque y el
de Izquierda del movimiento Colombia Humana, Gustavo Petro. El presidente elegido fue Iván Duque con el 53, 98 % de los votos
frente al 41,81 % que obtuvo la izquierda en cabeza de Petro. La jornada electoral dejó varios aspectos para analizar: en primer
lugar, la derrota de las elites nacionales y en esa línea la consolidación del uribsimo como el proyecto hegemónico entre las
clases dominantes; en segundo lugar, el crecimiento histórico de la izquierda colombiana, algo sin precedentes y la renovación
absoluta de esta, con un nuevo y prometedor proyecto, la Colombia Humana, y por último los vientos de un nuevo gobierno que
al parecer trae consigo un nuevo ciclo de violencia en el país.
La derrota de las élites nacionales y la consolida- constitucional en 1958 y perduró en la práctica hasta 1986
ción del Uribismo y le daba a cada facción de las elites políticas la posibili-
En Colombia entre mediados del siglo XIX hasta 1958 las dad de cogobernar en una suerte de régimen de coalición
elites políticas nacionales se dividieron en los partidos permanente.
tradicionales Liberales y Conservadores. Llevaron a cabo
9 guerras civiles nacionales; la última, entre 1946 a 1953, A mediados de la década del ‘80 se dio una nueva fractura;
culminó en un acuerdo de alternancia en el poder. Este ya no entre los Partidos Liberal y Conservador, sino entre
acuerdo llamado Frente Nacional se implementó por vía las elites nacionales, que habían gobernado el país desde
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la independencia, y las elites regionales. La presencia del taba como la cara de derecha y buscaba arrebatarle los
narcotráfico y la aparición del paramilitarismo hicieron votos al Uribismo con un discurso crítico a los acuerdos
que estas elites regionales vinculadas a la gran propiedad de paz —aunque prometía mantenerlos pero reformándo-
de la tierra ganaran poder y autonomía frente a las elites los—; y del otro, Humberto de la Calle, que buscaba una
nacionales. En el 2002 lograron conquistar la presidencia coalición con sectores de centro izquierda para defender
de la República en cabeza de Álvaro Uribe Vélez con un los acuerdos de paz.
discurso de seguridad y militarización de la sociedad.
Pese a que formalmente las dos candidaturas de las éli-
Así surgió el Uribismo y entre 2002 y 2006 las elites re- tes nacionales contaban con el apoyo de la clase política
gionales subordinaron a las nacionales. En 2006, ante la tradicional, nunca despegaron y prácticamente estos can-
inminencia de una reforma constitucional que permitió la didatos se quedaron solos haciendo campaña. Al verlas
reelección presidencial de Uribe, el sector más liberal de inviables, los políticos profesionales se fueron en su gran
las elites nacionales se distanció del caudillo. En 2010 la mayoría con Duque, prefiriendo además el retorno del uri-
Corte Constitucional decidió que Uribe no podía presen- bismo al triunfo de la izquierda.
tarse a una segunda relección, por lo que el relevo se dio
en cabeza de Juan Manuel Santos quien fue elegido pre- El proyecto progresista y el nacimiento de una nueva
sidente el 2010 con el apoyo de Uribe y de todas las elites izquierda: Colombia Humana.
nacionales. Al ser un tradicional político del país, nieto de En la vía contraria del uribismo, y más parecido a las
presidente, y ser uno de los representantes de la clase po- fuerzas políticas de las élites nacionales, el proyecto pro-
lítica tradicional, logró marcar distancia de Uribe, armó gresista se presentó en dos candidaturas. De un lado una
una nueva coalición de gobierno, afincado en los sectores coalición entre la izquierda histórica agrupada en el Polo
más liberales de las elites nacionales y avanzó un proce- Democrático Alternativo unido con el Partido Verde y el
so de paz con las FARC en contravía del interés de Uribe Movimiento Político Compromiso Ciudadano quienes
de acrecentar la guerra como vía para solucionar el largo decidieron presentar una sola candidatura en cabeza del
conflicto armado. matemático y ex profesor universitario Sergio Fajardo
proyectado como el centro que no polariza.
A partir de allí se dio una división entre Uribe y las elites
nacionales con Santos a la cabeza. En 2014 Santos se pre- Así se gestó una mezcla entre la izquierda tradicional y
sentó a la reelección; en primera vuelta gana el candidato sectores independientes. Una alianza basada en la lucha
de Uribe y en segunda vuelta, tuvo que hacer alianzas con contra la corrupción, la defensa del proceso de paz y la
la izquierda lo que significó seguir en el poder con la pro- continuidad del modelo económico, añadiendo reformas
mesa de continuar con el proceso de paz. El acuerdo con las en las políticas sociales. Fajardo construyó un discur-
FARC se logró en septiembre de 2016 y pasó a ser refrenda- so contra la corrupción y la polarización. En el primero
do vía plebiscito en octubre de 2016. La alianza se repitió apuntó a las elites tradicionales y al uribsimo, y en el se-
y la izquierda junto a las elites nacionales se presentaron gundo se concentró en descalificar las propuestas de Gus-
juntas para apoyar el proceso de paz. En tanto, el Uribismo tavo Petro acusándolas de radicales y de polarizar al país.
hizo una coalición con los sectores más conservadores: las
iglesias evangélicas y los sectores de derecha de la iglesia
católica. Así, además de oponerse a los acuerdos de paz, el
uribismo asumió un discurso conservador contra los de-
rechos sexuales y reproductivos, el matrimonio LGBTI y la
mal llamada “ideología de género”.
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Pese a que Humberto de la Calle de un lado, y Gustavo Pe-
tro de otro, le solicitaron hacer una consulta interpartidis-
ta para definir un candidato único, Fajardo se negó a esta
opción. Con de la Calle argumentaba que representaba a
las elites tradicionales al estar apoyado por el Partido Li-
beral, y con Petro que era una opción muy radical. Paulati-
namente la campaña de Fajardo enfiló su discurso contra
Petro al presentarlo como un proyecto que prometía cosas
inviables; así mismo, miembros de la campaña de Fajar-
do les hacían eco a las afirmaciones del Uribismo sobre la
cercanía de Petro al proceso venezolano y sostenían que
el único que podía derrotar al candidato del Uribismo en
segunda vuelta era Fajardo. El discurso caló y las clases
medias urbanas en su mayoría apostaron por esta opción.
No obstante, no le alcanzó para pasar a segunda vuelta.
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¿Qué habría pasado si Fajardo y Robledo en vez de llamar cho ya lo llamó a indagatoria. Duque cuenta con la alianza
a votar en blanco hubiesen apoyado a Petro en segunda con las elites nacionales que le da mayoría absoluta en el
vuelta? Es imposible saberlo, pero si bien su llamado al Congreso y hace posible que cualquier reforma a la cons-
voto en blanco no caló, si es cierto que los votantes de Fa- titución sea factible, desde cambiar los acuerdos de paz,
jardo son de opinión y quizá con un guiño de este hacia Pe- hasta revivir la reelección presidencial, hoy prohibida, o
tro, la campaña habría estado menos infestada de miedo. promover la llamada reforma a la justicia que posibilite el
No es lo mismo que Uribe, quien tiene poca legitimidad en cierre de las cortes y la creación de una súper corte nom-
el electorado de Fajardo ataque a Petro, a que lo descalifi- brada por el uribismo.
que Fajardo o Robledo que cuentan con capital simbólico
en estos sectores sociales. No obstante, el uribismo se enfrenta a tres fuerzas: la co-
munidad internacional que acompañó el proceso de paz
Las perspectivas de un nuevo gobierno y que presionará para que este acuerdo se cumpla; la Co-
A un mes del triunfo del gobierno de Iván Duque las pers- lombia Humana que tiene una gran capacidad de movili-
pectivas son complejas en temas centrales de la política zar al país en las calles; y por último, la Corte Suprema de
nacional. Los asesinatos de líderes sociales se han incre- Justicia quien lleva adelante importantes procesos contra
mentado en los últimos meses; así como la incertidumbre el Uribismo, empezando por el mismo expresidente Uribe.
sobre el futuro del proceso de paz. La figura de la Justicia
de Paz núcleo de los acuerdos de paz han sido objeto de Lecciones y desafíos para la izquierda
ataques muy fuertes desde el Uribismo, y ya se definió que Pese a la derrota en segunda vuelta, es innegable el gran
en esta no participarán los militares ni los civiles. Lo que avance de la Colombia Humana y la presentación de una
era un tribunal para cambiar penas por verdad, quedó re- nueva izquierda que irrumpió con fuerza inusitada en el
ducido a un solo actor: las FARC. escenario nacional y es el logro más grande en toda la his-
toria de la izquierda colombiana.
Así mismo el crecimiento de la violencia de grupos de cri-
men organizado, mucho de estos antiguos combatientes Entre los elementos del gran crecimiento de esta opción
de las FARC, está siendo presentado como un resurgir de política caben desacatar la renovación discursiva, la arti-
esta guerrilla, lo cual es falso. Se trata de grupos que están culación de las principales organizaciones sociales de Co-
más en la lucha por recursos y no del renacer de una gue- lombia, el haber logrado llegar a las zonas más periféricas
rrilla que ya se desmovilizó, entregó las armas y hoy acude del país y el posicionar a Petro en el principal opositor de
a los tribunales. Uribe Vélez, el político más influyente de Colombia de las
últimas décadas.
El último aspecto es el de la independencia judicial. Uno
de los ejes de la campaña de Duque fue la idea de suprimir La principal tarea de la nueva izquierda es crecer rápida-
las altas cortes y constituir una sola. Esto en el marco de mente en un electorado de clases medias. Lo que lleva a
una Corte Suprema de Justicia que lleva adelante sendos consolidar una fuerza política propia. Por ahora la Colom-
procesos contra el expresidente Álvaro Uribe, y que de he- bia Humana es una iniciativa que articula a movimientos
sociales, con mayor capacidad de hacer machas que de ga-
nar elecciones.Si logra construir una estructura, un apara-
to político pequeño pero eficiente para tal objetivo, puede
lograr una articulación siempre necesaria en la política de
izquierda: la movilización, con la que ya cuenta, con una
gran capacidad electoral.
* Profesor universitario colombiano. Sociólogo, maestro en Estudios Latinoamericanos y doctorando en Ciencias Sociales.
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