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VERDADES DE LA FE CATÓLICA

I. JESÚS:

1. ¿QUIÉN ES JESÚS?
2. VIDA DE JESÚS.
3. LA NATURALEZA DIVINA DE JESÚS.
4. LA NATURALEZA HUMANA DE JESÚS.
5. LA NATIVIDAD DEL SEÑOR.
6. JESÚS: EL MESÍAS DE ISRAEL.
7. JESÚS: EL BUEN PASTOR.
8. JESÚS DE NAZARETH.
9. JESÚS: EL MAESTRO DE GALILEA.
10. LAS FAMILIAS JUDÍAS.
11. LAS MUJERES EN LA VIDA DE JESÚS.
12. EL ISRAEL DE JESÚS.
13. EL JUDAÍSMO EN LA ÉPOCA DEL SEÑOR.
14. APUNTES SOBRE JESÚS Y SU TIEMPO.
15. JESÚS Y EL TEMPLO DE JERUSALÉN.
16. JESÚS Y LOS MERCADERES DEL TEMPLO.
17. JESÚS Y EL CORDERO PASCUAL.
18. LA DESTRUCCIÓN DEL TEMPLO DE JERUSALÉN.
19. LOS APÓSTOLES Y DISCÍPULOS DE CRISTO.
20. JESÚS PARA LOS PAGANOS, JUDÍOS Y MUSULMANES.
21. EL VERDADERO ROSTRO DEL HIJO DE DIOS.
22. FRASES CÉLEBRES SOBRE. JESÚS.
23. LA PASIÓN DEL SEÑOR (RELATO BÍBLICO).
24. LA CRUCIFIXIÓN DE JESÚS.
25. LA AMARGA PASIÓN DE CRISTO SEGÚN LA BEATA ANA
CATALINA EMMERICH.
26. FRASES CÉLEBRES SOBRE LA PASIÓN DEL SEÑOR.
27. LAS RELIQUIAS DEL SEÑOR.
28. LA SÁBANA SANTA DE TURÍN.
29. EL VELO DE LA VERÓNICA.
30. EL SUDARIO DE OVIEDO.
31. CUANDO NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO ES OBJETO DE
OFENSA.
32. SACRILEGIOS CONTRA LA CRUZ DE CRISTO.

II. MARÍA:

1. MARÍA: LA NUEVA EVA.


2. MARÍA: LA MUJER DE LA BIBLIA.
3. MARÍA: LA MADRE DE JESÚS.
4. MARÍA: MADRE Y ESCLAVA.
5. MARÍA EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS I.
6. MARÍA EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS II.
7. ¿ES VERDAD QUE LOS CATÓLICOS ADORAMOS A MARÍA?
8. LA VIRGINIDAD DE MARÍA A LA LUZ DE LA BIBLIA.
9. MARÍA: LA DISCÍPULA DEL SEÑOR.
10. MARÍA EN LA IGLESIA PRIMITIVA.
11. MARÍA EN LA IGLESIA CATÓLICA.
12. MARÍA PARA LOS SANTOS Y MÍSTICOS.
13. APUNTES SOBRE LA MADRE DE DIOS I.
14. APUNTES SOBRE LA MADRE DE DIOS II.
15. LAS APARICIONES DE LA VIRGEN MARÍA.
16. LA VIRGEN DE GUADALUPE.
17. IMÁGENES DE LA VIRGEN QUE LLORAN Y SANGRAN
¿FRAUDE O REALIDAD?
18. MARÍA Y LOS PROTESTANTES.
19. CONVERSIONES AL CATOLICISMO POR LA INTERCESIÓN
DE MARÍA.
20. LA VIRGEN MARIA: PROTECTORA DE LOS EJERCITOS
CATOLICOS.
21. EL TRASLADO DE LA SAGRADA CASA DE NAZARET.
22. LA CASA DE LA VIRGEN EN ÉFESO.
23. ULTAJES CONTRA LA SANTÍSIMA VIRGEN.
24. FRASES CÉLEBRES EN HONOR A MARÍA.
III. LA IGLESIA CATÓLICA:

1. RAÍCES BÍBLICAS DEL CRISTIANISMO.


2. FUNDAMENTO BÍBLICO, TEOLÓGICO E HISTÓRICO DE LA
IGLESIA CATÓLICA.
3. ¿CUÁL IGLESIA FUNDÓ JESÚS?
4. DIEZ RAZONES BÍBLICAS POR LAS CUÁLES SOY CATÓLICO.
5. LAS QUINCE MARCAS DE LA IGLESIA CATÓLICA.
6. FRASES CÉLEBRES SOBRE LA IGLESIA CATÓLICA.

IV. El PAPA:

1. EL APÓSTOL PEDRO.
2. PEDRO Y PABLO EN ROMA.
3. EL PRIMADO DE PEDRO Y LOS SANTOS PADRES DE LA
IGLESIA.
4. EL PRIMADO DE PEDRO Y LOS PROTESTANTES.
5. EL MARTIRIO DE PEDRO EN ROMA EN LA HISTORIA
UNIVERSAL.
6. ¿ES EL PAPA EL ANTICRISTO?
7. HOMENAJE AL PAPA JUAN PABLO II.
8. ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES DEL PAPA JUAN PABLO II.
9. FRASES CÉLEBRES SOBRE EL PAPADO.
10. LA CIUDAD DEL VATICANO.
11. LA GUARDIA SUIZA: LOS SOLDADOS DEL PAPA.
12. EL ÍNDICE DE LOS LIBROS PROHIBIDOS.

V. LA BIBLIA:
1. EL CREDO BÍBLICO.
2. EL MUNDO DE LA BIBLIA.
3. CURIOSIDADES DE LA BIBLIA.
4. DATOS IMPORTANTES SOBRE LA CONFORMACIÓN DE LA
BIBLIA.
5. LA BIBLIA EN LA HISTORIA UNIVERSAL.
6. LA BIBLIA: EL LIBRO DE INTERPRETACIÓN DIVINA.
7. LA BIBLIA: EL LIBRO MÁS DIVULGADO Y DESCONOCIDO DE
LA HUMANIDAD.
8. LOS PROTESTANTES Y LA BIBLIA.
9. FRASES CÉLEBRES SOBRE LA BIBLIA.
10. EL JARDÍN DEL EDÉN.
11. EL ARCA DE NOÉ.
12. EL ARCA DE LA ALIANZA.
13. EL TEMPLO DE JERUSALÉN.

VI. APOLOGÉTICA:

1. ÍDOLOS E IMÁGENES SAGRADAS EN LA BIBLIA.


2. LAS IMÁGENES Y PINTURAS SAGRADAS EN LA IGLESIA
PRIMITIVA.
3. LA CRUZ DE CRISTO.
4. ¿EXISTE REALMENTE EL PURGATORIO?
5. ¿POR QUÉ LOS CATÓLICOS SANTIFICAMOS EL DOMINGO?
6. ¿QUÉ SALVA LA FE O LAS OBRAS?
7. ¿ES VERDAD QUÉ ESTAMOS VIVIENDO LOS ÚLTIMOS TIEMPOS?
8. CURSO DE APOLÓGÉTICA CATÓLICA.

VII. ÁNGELES Y DEMONIOS:


1. LOS ÁNGELES: MENSAJEROS DE DIOS.
2. LOS TRES ARCÁNGELES.
3. LOS ÁNGELES EN LA VIDA DE LOS SANTOS.
4. CONVERTIDO A DIOS POR UN ÁNGEL.
5. SATANÁS: EL ENEMIGO DE DIOS.
6. LA CORTE INFERNAL.
7. EL DIABLO Y LOS DEMONIOS.
8. JESÚS Y LOS DEMONIOS.
9. LIBERACIONES Y EXORCISMOS.
10. CASOS DE POSESIONES SATÁNICAS.
11. LA VIRGEN MARÍA Y LOS DEMONIOS.
12. UNA ORACIÓN A MARÍA DESDE EL INFIERNO.
13. DIFERENTES APARICIONES DE LOS ESPÍRITUS
INFERNALES.
14. LOS ATAQUES DIABÓLICOS.
15. LA IDOLATRÍA AL PRÍNCIPE DEL MAL.
16. EL ANTICRISTO Y SU DERROTA FINAL.
17. LOS DIEZ MANDAMIENTOS CONTRA EL DIABLO.
18. FRASES CÉLEBRES CONTRA LOS DEMONIOS.

VIII. RELIGIÓN:

1. LA RELIGIÓN EN EL HOMBRE.
2. CUANDO EL HOMBRE LE DA LA ESPALDA A DIOS: DIFERENTES
CORRRIENTES Y PENSAMIENTOS.
3. LA NUEVA ERA: RELIGIÓN NEO PAGANA DEL SIGLO XXI.
4. LA REENCARNACIÓN: VERDAD O MITO.
5. ¿POR QUÉ LA IGLESIA CATÓLICA CONDENA LA BRUJERÍA?
6. CUANDO LA FE EN CRISTO ES PUESTA A PRUEBA.
7. CUANDO EL ISLAM ATACA AL CRISTIANISMO.

IX. SECTAS:
1. UN MUNDO DE SECTAS RELIGIOSAS.
2. ORIGEN DE LAS DIFERETES CORRIENTES HERÉTICAS,
IGLESIAS Y SECTAS PROTESTANTES.
3. ¡CUIDADO CON LOS FALSOS PROFETAS!
4. EJEMPLOS DE GENOCIDIO RELIGIOSO.
5. EL CRECIMIENTO DE LAS SECTAS PROTESTANTES EN
AMÉRICA LATINA.
6. DIEZ VERDADES CONTRA LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ.
7. UNA RESPUESTA CATÓLICA A LOS DESAFÍOS DE LA SECTA
CRECIENDO EN GRACIA.

X. LOS SANTOS:

1. LOS SANTOS Y LAS RELIQUIAS EN LAS SAGRADAS


ESCRITURAS.
2. SAN JOSÉ: PATRONO DE LA IGLESIA CATÓLICA.
3. SAN JOSÉ: EL PADRE DE JESÚS.
4. LOS TRES REYES MAGOS.
5. SAN JUAN BAUTISTA.
6. SANTIAGO DE COMPOSTELA.
7. SANTOS Y MÍSTICOS Y LA PASIÓN DE JESÚS.
8. LA FABRICACIÓN DE LOS SANTOS.
9. LOS SANTOS EN LA IGLESIA CATÓLICA.
10. LA SANGRE DE SAN JENARO.
11. OCHO REGLAS PARA ALCANZAR LA SANTIDAD.
12. FRASES CÉLEBRES SOBRE LOS SANTOS.

XI. LITURGIA Y SACRAMENTOS:


1. LA EUCARISTÍA: PRESENCIA REAL DE JESUCRISTO.
2. LA EUCARISTÍA Y LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA.
3. LA EUCARISTÍA: ALIMENTO ESPIRITUAL DE LOS CATÓLICOS.
4. SANTOS Y MÍSTICOS QUE VIVIERON DE LA EUCARISTÍA.
5. LA NIÑA MÁRTIR DE LA EUCARISTÍA.
6. EL VALOR DE LA MISA.

XII. MORAL CRISTIANA:

1. ¿ES EL ABORTO UN CRIMEN?


2. LA COVERSIÓN DEL REY DEL ABORTO.
3. EL MÉDICO SANTO.
4. DE ABORTISTA ATEO A CREYENTE EN CRISTO.

JESÚS

1. ¿QUIÉN ES JESÚS?
2. VIDA DE JESÚS.
3. LA NATURALEZA DIVINA DE JESÚS.
4. LA NATURALEZA HUMANA DE JESÚS.
5. LA NATIVIDAD DEL SEÑOR.
6. JESÚS: EL MESÍAS DE ISRAEL.
7. JESÚS: EL BUEN PASTOR.
8. JESÚS DE NAZARETH.
9. JESÚS: EL MAESTRO DE GALILEA.
10. LAS FAMILIAS JUDÍAS.
11. LAS MUJERES EN LA VIDA DE JESÚS.
12. EL ISRAEL DE JESÚS.
13. EL JUDAÍSMO EN LA ÉPOCA DEL SEÑOR.
14. APUNTES SOBRE JESÚS Y SU TIEMPO.
15. JESÚS Y EL TEMPLO DE JERUSALÉN.
16. JESÚS Y LOS MERCADERES DEL TEMPLO.
17. JESÚS Y EL CORDERO PASCUAL.
18. LA DESTRUCCIÓN DEL TEMPLO DE JERUSALÉN.
19. LOS APÓSTOLES Y DISCÍPULOS DE CRISTO.
20. JESÚS PARA LOS PAGANOS, JUDÍOS Y MUSULMANES.
21. EL VERDADERO ROSTRO DEL HIJO DE DIOS.
22. FRASES CÉLEBRES SOBRE. JESÚS.
23. LA PASIÓN DEL SEÑOR (RELATO BÍBLICO).
24. LA CRUCIFIXIÓN DE JESÚS.
25. LA AMARGA PASIÓN DE CRISTO SEGÚN LA BEATA ANA
CATALINA EMMERICH.
26. FRASES CÉLEBRES SOBRE LA PASIÓN DEL SEÑOR.
27. LAS RELIQUIAS DEL SEÑOR.
28. LA SÁBANA SANTA DE TURÍN.
29. EL VELO DE LA VERÓNICA.
30. EL SUDARIO DE OVIEDO.
31. CUANDO NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO ES OBJETO DE
OFENSA.
32. SACRILEGIOS CONTRA LA CRUZ DE CRISTO.
¿QUIÉN ES JESÚS?

“Nadie puede leer los Evangelios sin sentir la presencia de Jesús”.


Albert Einstein.
AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. OPINIONES EN EL MUNDO CRISTIANO

Muchas sectas cristiana tienen diferentes opiniones sobre el


origen de Jesús, así por ejemplo:

 Para los ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA Y TESTIGOS


DE JEHOVÁ, Es la primera criatura creada por Dios, llamado
también el “Arcángel Miguel”.
 Para los MORMONES, Era el hermano gemelo del ángel
rebelde Luzbel.
 Para los PENTECOSTALES, es Dios Padre que se hace
hombre.

II. ENSEÑANZA EN LA IGLESIA CATÓLICA

Jesucristo es la segunda persona de la Santísima Trinidad (Mateo


28,19; 2 Corintios 13,14).

En Él existen dos naturalezas (duo physesin) divina y humana,


en una sola persona hipostasis, que es una palabra del griego
“hypostasis”, que quiere decir “sustancia”, “naturaleza”,
“esencia”.

 NATURALEZA DIVINA: Por ser el Hijo del Todopoderoso:


“Yo publicaré el decreto, el Señor me ha dicho: Mi hijo eres tú,
yo te he engendrado hoy” (Salmo 2,7).

 NATURALEZA HUMANA: Por haber nacido de la Virgen


María: “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo,
y llamarás su nombre Jesús. Este será grande, y será llamado
Hijo del Altísimo (Lucas 1,31-32).

III. CARACTERÍSTICAS QUE MENCIONA LA BIBLIA

 “Yo soy el pan de vida” (Juan 6,35).


 “Yo soy la luz del mundo” (Juan 8,12).
 “Yo soy la puerta” (Juan 10, 7).
 “Yo soy el buen pastor” (Juan 10, 11).
 “Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11, 25).
 “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre,
sino por mí” (Juan 14,6).
 “Yo soy la vid verdadera” (Juan 15, 1).
 “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios
verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17,3).
 “Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los
que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra”
(Filipenses 2,10).
 “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre
bajo el cielo, dado a los hombres, en el que podamos ser
salvos”. (Hechos 4,12).

IV. FALSAS ACUSACIONES DE LOS LOS JUDÍOS

 “Por buena obra no te apedreamos, sino por blasfemia; porque


tú, siendo hombre, te haces Dios” (Juan 10,33).
 “Más los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los
demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios” (Mateo
12,24).
V. RELACIÓN ENTRE CRISTO Y LA IGLESIA CATÓLICA

o “Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su


salvador” (Efesios 5,23).
o “Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las
puertas del infierno no podrán vencerla” (Mateo 16,18).

VI. TÍTULOS Y CUALIDADES

 “Autor principal de la vida” (Hechos 3,15).


 “Amén” (2 Corintios 1,19 -20; Apocalipsis 3,14).
 “Apóstol” (Hebreos 3,1).
 “Buen pastor” (Juan 10,11).
 “Cordero de Dios” (Juan 1,29).
 “Cristo, Mesías” (Juan 1,41).
 “Cristo del Señor” (Lucas 2,11).
 “Cristo de Dios, el Escogido” (Lucas 23,35).
 “Dios” (Juan 20,28).
 “Dios Poderoso” (Isaías 9,6).
 “Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos” (Romanos
9,5).
 “Dios de Israel” (Isaías 45,15).
 “Dios grande” (Tito 2,13).
 “Dios con nosotros” (Mateo 1,23).
 “Dios, nuestro Salvador” (1 Timteo 2,3).
 “Dios bendito para siempre” (Romanos 9,5).
 “Dios indescriptible” (2 Corintios 9,15).
 “Emmanuel” (Isaías 7,14; Mateo 1,23).
 “Estrella que saldrá de Jacob” (Números 24,17).
 “Estrella resplandeciente de la mañana” (Apocalipsis 22,16).
 “El sol de la justicia” (Malaquías 4,2).
 “El veraz” (Apocalipsis 3,7).
 “El principio de las criaturas de Dios” (Apocalipsis 3,14).
 “El Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último”
(Apocalipsis 22,13).
 “Gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2,13).
 “Emmanuel” (Isaías 7,14; Mateo 1,23).
 “Imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación”
(Colosenses 1,15).
 “Jesucristo, Hijo de Dios” (Marcos 1,1).
 “Jesús Nazareno, Rey de los Judíos” (Juan 19,19).
 “Juez de vivos y muertos” (Hechos 10,42).
 “León de la tribu de Judá” (Apocalipsis 5,5).
 “Lucero de la mañana” (Apocalipsis 22,16).
 “Luz de las naciones” (Isaías 42,6).
 “Luz de los hombres” (Juan 1,4).
 “Maestro, y Señor” (Juan 13,13).
 “Maravilloso consejero” (Isaías 9,6).
 “Mediador entre Dios y los hombres” (1 Timoteo 2,5).
 “Padre Eterno” (Isaías 9,6).
 “Pastor del pueblo de Israel” (Mateo 2,6; 15,24).
 “Pastor y Obispo” (1 Pedro 2,25).
 “Poder de Dios, y sabiduría de Dios” (1 Corintios 1,24).
 “Príncipe de la Paz” (Isaías 9,6).
 “Príncipe de los pastores” (1 Pedro 5,4).
 “Príncipe y Salvador” (Hechos 5,31).
 “Príncipe de los reyes de la tierra” (Apocalipsis 1,5).
 “Resplandor de Dios” (Hebreos 1,3).
 “Rey de Reyes y Señor de Señores” (Apocalipsis 19,16).
 “Salvador” (Lucas 2,11).
 “Santo de Dios” (Marcos 1,24).
 “Santo Hijo Jesús” (Hechos 4,27).
 “¡Señor mío y Dios mío!” (Juan 20,28).
 “Señor y Mesías” (Hechos 2,36).
 “Señor de la Gloria” (1 Corintios 2,8).
 “Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3,18).
 “Sumo Sacerdote” (Hebreos 4,14-15).
 “Testigo Fiel, el Primogénito de los muertos” (Apocalipsis 1,5).
 “Tronco de Jesé” (Isaías 11,1).
 “Todopoderoso” (Apocalipsis 1,8).
 “Ultimo Adán” (1 Corintios 15,45).
 “Vástago de David” (Apocalipsis 5,5).
 “Verbo de Dios” (Apocalipsis 19,13).
 “Verdadero Dios, y la vida eterna” (1 Juan 5,20).

VIDA DE JESÚS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“Jesucristo sin escribir una sola línea, inspiró más sermones,


oraciones, debates, libros, obras de arte y cantos de alabanza que
todos los grandes hombres de la historia juntos”.
Philip Schaff.
Historiador del siglo XIX.
I. CONTEXTO HISTÓRICO

Desde el año 63 a.C., Israel era una de las cincuenta provincias del
vasto imperio romano que abarcaba casi toda Europa, el Norte de
África y el Medio Oriente. Contaba con un sistema político y códigos
civiles que todavía son conocidos hasta nuestros días. Poseía un
enorme ejército bien disciplinado que aplastaba cualquier intento de
subversión en sus territorios conquistados. Contaba con excelentes
caminos que unían a Roma a las tierras más distantes gobernadas
por los Césares, y mares limpios de piratas, facilitando así un rápido
movimiento de tropas, esclavos, mercancía y víveres.

Al reconocer que el pueblo judío era una nación única, y que


requería un trato especial, los romanos le concedieron privilegios
excepcionales. Julio César colocó su religión en la categoría de
aquéllas que estaban permitidas en forma oficial, y en el año 37
a.C., Herodes el Grande, quien, a pesar de ser idumeo de
nacimiento, era judío de religión, fue nombrado para que gobernara
Judea como rey subordinado.

Por ese tiempo, Israel tan sólo contenía un reducido número del
grupo total de hebreos que estaban esparcidos a lo largo de todo el
imperio. Desde la caída de Jerusalén en el año 586 a.C., su
dispersión se extendió por medio de la política colonizadora de
Alejandro Magno y los reyes antioquenos. Se podía encontrar en
números considerables en todos los grandes centros comerciales y
puertos marítimos, y donde quiera que residieran diez cabezas de
familia se edificaba por lo general una sinagoga. En estas escuelas
religiosas se reunían el sábado para oír la lectura de las Escrituras, y
esta práctica junto con el rito de la circuncisión llegó a ser un
vínculo de unidad y su distintivo de otras naciones, lo que aseguró
su identidad como “pueblo escogido por Yavé”.

En las comunidades judías de las diásporas se hablaba el idioma


griego, que era el lenguaje del comercio, la filosofía y la universidad.
Este desarrollo se dejó sentir en la ciudad de Alejandría (Egipto) con
la traducción de los textos vetero-testamentarios del hebreo al
griego, y que es conocida como la versión de la “septuaginta”. Del
mismo modo, muchos gentiles se sintieron atraídos por las
enseñanzas de la torah en sus centros de culto, la majestad de un
único y verdadero Dios (monoteísmo), las altas reglas morales y la
esperanza en un mesías esperado y anunciado por los profetas. Este
grupo se les conoció como los “prosélitos justos”, los cuales
cumplían todo los preceptos y ritos de la ley mosaica, y en compañía
de los hebreos peregrinaban al templo de Jerusalén para la fiesta de
la Pascua (o el Pésaj).

II. LA ANTIGUA ISRAEL

Los Evangelios narran que el Mesías nació en Belén, la ciudad del


rey David; de cuya estirpe real pertenecía su padre adoptivo José.
Vivió treinta años en Nazaret y murió en Jerusalén, capital de
Israel. Ya en cuanto a su vida pública la inicia a los treinta años de
edad, cuando después de haberse hecho bautizar por su primo
Juan Bautista en el río Jordán, empieza a recorrer durante tres
años las aldeas y los campos de las cuatro provincias de Palestina
(Judea, Galilea, Samaria y Perea) anunciando la “Buena Nueva”, en
especial a los pobres y marginados como los ancianos, las viudas,
los huérfanos, los extranjeros al igual que los pescadores del mar de
Galilea; entre los que se encontraban cuatro de sus apóstoles
incluyendo a Pedro, a quien Jesús prometió en la región de Cesarea
que sobre él edificaría su Iglesia al ser nombrado su primer pastor
en la tierra. Esta labor apostólica ha continuado hasta nuestros días
hasta llegar al Papa Francisco.

III. MARCO SOCIAL Y RELIGIOSO

Los judíos vivían una de sus peores crisis en el ámbito político y


social, la clase dominante era regida por los Saduceos (los justos),
quienes tenían el control del Templo de Jerusalén, centro espiritual y
de peregrinación del pueblo hebreo. Estos a su vez rivalizaban
doctrinalmente con los Fariseos (los puros), y Escribas (Doctores de
la Ley), encargados de las Sinagogas, los Saduceos junto con los
Fariseos, Escribas y Ancianos formaban el llamado “Consejo de los
Judíos” o “Sanedrín”, que estaba constituido por setenta y un
miembros incluido el Sumo Sacerdote. Todos ellos vestidos de
púrpura real y lino blanco que representaban su posición favorecida.
Del mismo modo, se encontraban los Herodianos que incluían la
corte del rey Herodes el Grande, aliados de los romanos. También
estaban los publicanos quienes recogían los impuestos para el
César. Asimismo, los Zelotes (los celosos), llamados también Sicarios
(por el pequeño puñal o “sica” que utilizaban). Igualmente, con los
Samaritanos se evitaba todo contacto, pues ambos pueblos se
habían distanciado desde la división del reino de Israel y Judá ocho
siglos atrás, y sobre todo por tener una tradición bíblica y una
organización religiosa independiente de la de Jerusalén. Finalmente,
los Esenios (Hijos de la luz), agrupaban comunidades de judíos que
vivían aislados de los demás; éstos no son mencionados en los
evangelios.
III. SU MISIÓN REDENTORA
“Jesús” equivalente a: Yoshua (en hebreo) o Yeshua (en arameo),
cuyo nombre significa Yahveh Salva. Recibió el título de “Mesías”,
Maschíaj (en hebreo) o “Cristo”, kjristós (en griego), equivalente
a Christus (en latín) que quiere decir “Ungido”, “Escogido” o
“Sagrado” (término que identificaban a los reyes, sacerdotes y
profetas del pueblo escogido por Dios); de aquí surge la
combinación de “Jesucristo”, Iesus Christus (en latín). También se
le relaciona en las Escrituras con el distintivo de “Hijo de Dios”, Ben
Elohim (en hebreo), “Señor”, Maran (en hebreo), Kyrios (en
griego) o Dominus (en latín). En el arte cristiano aparece el
símbolo “IHS”, que compone las iniciales de Iesus Hominum
Salvator, Jesús Salvador de los hombres.

Para demostrar su naturaleza y misión divina realizó grandes


prodigios como curar a los ciegos, leprosos, paralíticos, mudos,
resucitar a los muertos, como a su amigo Lázaro, expulsar
demonios, transformar el agua en vino, multiplicar en dos
oportunidades los panes y los peces para dar de comer a más de
cinco mil personas, calmar la tempestad con su voz, caminar sobre
las aguas, y dejar ver su resplandor glorioso en el monte Tabor a
sus tres más cercanos seguidores: Pedro, Santiago el “Mayor” y
Juan, el discípulo amado.

La predicación de Jesús era de fácil comprensión, resumiendo los


mandatos de la ley mosaica en dos grandes principios: “Amar a Dios
sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo”. También
hablaba de que su cuerpo y su sangre se convertirían en una
“Nueva Alianza” o “Pacto Eterno” en el que no solamente estaban
incluidos los judíos sino también los paganos, llamados a formar por
el bautismo una única Iglesia Universal (Católica en griego). Para
llevar este mensaje se valió especialmente de ejemplos y
comparaciones con la vida cotidiana (parábolas). Sin embargo,
fueron muchos los que no aceptaron tales palabras, pues mientras
Jesús les hablaba de un “Reino en los Cielos” (Regnum Christi),
ellos esperaban un rey guerrero como había sido David, que los
liberara del yugo de los idólatras romanos, y los convirtiera en
“reyes de este mundo”; esperanza que todavía anhelan muchos de
los llamados judíos ortodoxos. Todo esto le ocasionó una serie de
grandes peligros, destierros, intentos de asesinatos, calumnias y
traiciones por parte del Sanedrín (consejo de ancianos), al mando
del Sumo Pontífice Anás y su yerno Caifás (El primero gobernó el
sanedrín hasta el año 16, y Caifás del 16 al 40), quienes se valieron
de la codicia de Judas Iscariote para vender a su Maestro por treinta
monedas de plata, precio que era pagado en aquel tiempo por un
esclavo, según el pacto de la ley de Moisés.
IV. LA PASIÓN DEL SEÑOR

El arresto y el juicio de Jesús se produjeron en tiempos de la


Pascua, que era la máxima fiesta religiosa en la que se celebra hasta
nuestros días, la salida del pueblo judío de la esclavitud en Egipto,
comandados por Moisés. Ya en cuanto las acusaciones en contra
suya fueron tanto de carácter religioso porque siendo un hombre se
hacía llamar “Hijo de Dios”, y de orden político, pues recibía de sus
seguidores el título de “Rey de los Judíos”, lo que era considerado
un acto de rebeldía al entonces emperador Tiberio César. Fue esta
última denuncia lo que obligó al procurador Poncio Pilatos (26 al 36)
a sentenciar a este Vir Dolorum (varón de dolores) a la pena
capital de la Cruz, castigo solo reservado a los peores criminales y
soldados que desertaban de las filas imperiales. El mismo
gobernador romano mandó a colocar sobre la Cruz, el letrero de
INRI, palabra formada por las iniciales latinas “IESUS NAZARENUS
REX JUDEORUM” (JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS).

Sobre la tortura de Cristo el viernes santo, los evangelios nos


narran de manera completa la gran cantidad de sufrimientos que
tuvo que padecer, tales como las burlas y los insultos de los
soldados, la coronación de espinas, los latigazos, los golpes con una
caña en la cabeza, los puñetazos en la cara, el peso del madero
desde el Pretorio romano hasta el monte Gólgota o Calavera; y la
terrible agonía de seis hora (9 a.m. a 3 p.m.), acompañada de
calambres, desgarre muscular en los brazos y espalda, las heridas
abiertas, fiebre alta, deshidratación, un sudor frío que le bañaba
todo el cuerpo, hasta experimentar la muerte por asfixia, según lo
han concluido los médicos forenses. Sobre el particular, San Ignacio,
obispo de Antioquía (+107), haciendo énfasis en la divinidad y
humanidad de Cristo, pudo decir que ese día en el calvario fue
derramada por nuestra salvación “la sangre de Dios”. Después de su
muerte descendió a las partes bajas del mundo (descendit ad
ínferos) para llevar a las almas de los justos al cielo.
VI. LA RESURRECCIÓN Y LA NUEVA VENIDA

El domingo llamado El primer día de la semana, una de sus más


fieles seguidoras, María Magdalena encuentra el sepulcro vacío; esta
señal y las varias apariciones a sus amigos son las dos pruebas
bíblicas que testifican su triunfal resurrección (Anástasis). Jesús
permanece con sus apóstoles y discípulos incluyendo a su madre
María durante cuarenta días, y regresa al cielo a la presencia del
Padre en el monte de los Olivos (Anábasis, es decir ascensión). De
aquí solamente volverá a la tierra en el día del juicio final (Parusía,
o segunda venida).

En un hermoso prefacio de Navidad canta la Iglesia Católica: “Cristo,


el Señor, sin dejar la Gloria del Padre, se hace presente entre
nosotros de un modo nuevo: el que era invisible por su naturaleza
se hace visible al adoptar la nuestra; el Eterno, engendrado antes de
tiempo, comparte nuestra vida temporal pasa asumir en sí todo lo
creado, para reconstruir todo lo que estaba caído y restaurar de este
modo el universo, para llamar de nuevo al Reino de los Cielos al
hombre sumergido en el pecado”.
LA NATURALEZA DIVINA DE JESÚS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En el Antiguo Testamento el profeta Isaías había revelado al pueblo


de Israel que el “Hijo de Dios” sería llamado el “Emmanuel” (7,14),
que en Hebreo traduce “Dios con nosotros”. Igualmente, el mismo
profeta en otro de sus apartes lo llamó también “Dios invencible”
(9,6); el autor de la carta a los Hebreos (1,8) agrega: “más del Hijo
dice (el Padre): Tu trono, OH Dios, por el siglo del siglo, cetro de
equidad es el cetro de tu reino” (Véase también Salmo 45,6-7). Del
mismo modo, el nombre de “Jesús” quiere decir en hebreo “Dios
salva”; así lo identificó el Arcángel San Gabriel al anunciarle a la
Virgen María su misión (Lucas 1,31-33).

Claro está, que el libro bíblico donde más se hace alusión a la


naturaleza divina de Jesús se encuentra condensado en el evangelio
de San Juan; escrito en la ciudad de Éfeso a finales del siglo I, por
petición de los obispos de Asia Menor, para refutar y aclarar el error
teológico que empezaba a extender un hereje de nombre Cerinto en
compañía de los ebionitas, los cuales negaban esta verdad de Fe.
Así lo demuestra el prólogo: “En el principio existía el Verbo, y el
Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios (En archê en ho Logos
kai ho Logos en pros ton Theon kai ho Logos en Theos).
Comparar con (1 Juan 1,1-3).

El prólogo del evangelio de Juan versos 1 al 3 y 14, establece tres


facetas principales del Logos Theou (el Verbo ontológico
encarnado) y su actividad:

 Su divinidad e íntima relación con el Padre desde toda la


eternidad.
 Su obra como agente de la creación del universo.
 Su encarnación por medio de la Virgen María.
El evangelista utiliza dos verbos griegos que en español son el
equivalente a “ser”, “existir” o “estar”. Estos son: en, que se puede
definir como existir sin principio en el tiempo. El segundo, egenetos
significa existir con un principio. En el capítulo uno en los versículos
1 al 2, el Apóstol utiliza 4 veces el verbo en para referirse a Cristo.
Al transcribir el texto, lo pondremos en mayúsculas: “En el principio
EXISTÍA la Palabra y la Palabra ESTABA con Dios, y la Palabra ERA
Dios. Ella ESTABA en el principio con Dios”. En el versículo 3, al
hablar de la creación emplea el verbo egenetos. “Todo se HIZO por
ella y sin ella no se HIZO nada de cuanto existe”. Claramente, San
Juan hace una diferencia entre el creador, Jesús, quien siendo Dios
no tuvo principio ni tendrá fin, y la creación que sí tuvo un
comienzo.
Las Sagradas Escrituras nos indican que Jesús no fue “creado” sino
“engendrado”. En forma metafórica equivale a decir “engendrado de
Dios” (gennétheis ek tou Theou) (Salmo 2,7; Proverbios 8,25;
Hechos 13,33; Hebreos 1,5; 5,5), o usualmente “nacido de Dios”
(gegennémenos ek tou Theou) (1 Juan 5,18). El aoristo
gennétheis describe la acción realizada una vez y para siempre,
mientras que el perfecto gegennémenos habla de una
continuación de la acción ya consumada, en la cual todo creyente
como “hijo adoptivo” del Padre Eterno está llamado a permanecer
por la fe en su Unigénito, nuestro hermano mayor (Juan 1,12-13).
Por lo tanto, Jesucristo “ha venido de Dios” (Juan 6,46; 13,13),
bajado del cielo (en griego katabasis, es decir “descendimiento”)
(Juan 3,13), “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de
la Deidad” (Colosenses 2,9). Habitar en la traducción griega de la
palabra katiokeo, puede traducirse como establecerse
permanentemente en una vivienda, mientras que plenitud viene del
griego pleroma, que indica que se llena la plenitud de la “Deidad”
o “Divinidad” (theiotes). Este texto afirma que la “naturaleza” o
la “esencia” divina completa se manifiesta en la persona de
Jesucristo. Él era, y es, el Dios absoluto y perfecto. Igualmente, “Él
es el resplandor glorioso de Dios, la representación (del griego
charaktér) misma de lo que Dios es” (Hebreo 1,3). El término
charaktér, es la única vez que se usa en el Nuevo Testamento, y
significa “imprimir sobre” o “sellar”.
Del mismo modo, hablar de “resplandor”, es aclarar que tiene la
misma “impresión” o “sustancia” de Dios (hypostasis). O también
“la imagen (del griego eikón) del Dios invisible” (Colosenses 1,15;
Véase también 2 Corintios 4,4). Nótese bien, que Pablo pudo haber
usado la expresión homoima. Esta palabra indica una semejanza
con un arquetipo. También pudo haber empleado el vocablo eidos,
que significa una forma o la forma, pero el apóstol utilizó eikón
para afirmar que Jesús es la imagen misma del Padre en su
“sustancia”, “esencia” y “ser” (véase Juan 14, 7-8-9).
Cristo Jesús es el “unigénito” de Dios (Juan 1,14). El vocablo
“unigénito” en griego es monogenés, se deriva del adjetivo de
genos, “origen, raza, injerto” etc. De manera que monogenés
puede traducirse: “único engendrado”, "único en su clase", “único
nacido”, “sin paralelo”, “incomparable”. Dando a entender que
Jesucristo es consustancial al Padre, Él es “Hijo de Dios en forma
única”, el “Hijo legítimo de Dios” (monogenés theós) (Juan 1:18).
La salvación eterna a través del Hijo (Juan 3,16; 1 Juan 4,9).
El apóstol de los gentiles se refiere a Hijo del hombre como el
“primogénito (prototokos) de toda creación” (Colosenses 1,15.
Comparar con Hebreos 1,6). Los arrianos usaban estos dos pasajes
como evidencia de que Cristo era un ser creado, pero los exegetas
han definido que el Mesías tiene autoridad sobre todo lo creado (sin
que Él mismo haya sido creado). La palabra declara que el
Emmanuel es el Señor de la creación porque como primogénito es el
heredero del orden creado. Es decir, lo que es anterior al tiempo
debe pertenecer al orden de la eternidad (Véase Isaías 9,5; Juan
1,1).

En Apocalipsis 3,14, afirma que Jesucristo es “el principio de la


creación de Dios”. Los autores del Nuevo Testamento y los de otras
obras griegas contemporáneas a veces usaban el vocablo arjeCE
(principio), para aludir a una posición más bien que al tiempo, o
también a “origen” o “causa”. La frase podría interpretarse como
que el Unigénito de Yahvé es el “príncipe de la creación” o el
“principiador (originador) de la creación. Y cualquiera de estos
conceptos concuerda mejor con el cuadro neo-testamentario.

Cuando el mismo San Pablo en la epístola a los Filipenses 2,6-7,


habla de Jesús “el cual, aunque existía en forma de Dios, no
consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se
despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose
semejante a los hombres”. Podemos explicar dos cosas:

 La expresión “en forma de Dios” (morphê Theou) es la


naturaleza divina real e inseparablemente subsistente en la
persona del Mesías. Él siempre tuvo la naturaleza misma de
Yahvé su Padre, ya que es explicada como "igual a Dios" (isa
Theō). La palabra griega (isa) es un adverbio, y por lo tanto
describe la forma de existencia en que se encontraba antes de
adquirir su naturaleza humana.
 El término griego kenosis, que viene de kenoó que traduce
“se despojó a sí mismo”, se utiliza en el NT en forma
metafórica más bien que literal. Los exegetas han aclarado que
Él retuvo su naturaleza y atributos de Dios (en morphê
Theou hyparchón) (Comparar con Mateo 11,27; Marcos 1,1;
Juan 3,13; 14,9; Romanos 1,4).

Del mismo modo, “Nadie ha visto jamás a Dios, el hijo único, que es
Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, es quien nos lo ha
dado a conocer” (Juan 1,18). Dios quiso habitar en la persona de
Cristo (Colosenses 1,19), quien es de Dios (Juan 9,33; 1 Corintios
3,23) y procede de Dios (Juan 7, 29; 8,42). “Porque así como el
Padre tiene vida en sí mismo, así también ha hecho que el Hijo
tenga vida en sí mismo” (Juan 5,26); pues la gloria de Dios brilla en
la cara de Jesucristo (2 Corintios 4,6). ” Cristo el que está por
encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos” (Romanos
9,5). Por esta razón, los fariseos lo atacaban porque siendo un
hombre se hacía igual a Dios (Juan 5,18; 10,33).
Percatados de esta verdad, Cristo Jesús fue por eso adorado por los
magos de Oriente (Mateo 2, 11), por el ciego de nacimiento al que
le dio la vista (Juan 9,35-38), por las mujeres que se lo encontraron
después de la resurrección (Mateo 28,9), por los apóstoles cuando lo
vieron regresar a la presencia del Padre (Mateo 28,17; Lucas 24,52),
y por los ángeles del cielo (Hebreos 1,6). Como si fuera poco, el
mismo Señor Jesús puso de manifiesto varias veces su naturaleza
divina, pues “nadie conoce al hijo sino el Padre, ni al Padre le
conoce nadie sino el Hijo, y aquel a quien el hijo se lo quiera
revelar“(Mateo 11,27), “Yo y el Padre somos una sola cosa” (Juan
10,30), “el Padre está en mí y yo en el Padre” (Juan 10,38), “crean
en Dios y crean también en mí” (Juan 14,1), “mi Padre ha puesto
todas las cosas en mis manos” (Mateo 11,26), “todo lo que tiene el
padre es mío” (Juan 16,15). Por todas estas declaraciones, el
Unigénito de Dios puede decir con autoridad: “Nadie va al Padre
sino por mí, si me habéis conocido a mí, conocéis también a mi
Padre, y desde ahora lo conocéis y lo veis” (Juan 14,7).

N. S. Jesucristo dijo enfáticamente “el que no honra al hijo no honra


al Padre que lo envió” (Juan 5,23). Es importante anotar que el
principal término hebreo que significa “honra” es ka·vóhdh, cuyo
significado literal es “peso”. De modo que a la persona a la que se
honra se la considera de peso, de valía. En griego, el nombre ti·mḗ
transmite la idea de “reverencia”, “honor”, “honra”, “estima”, “valor”
o” preciado”. En conclusión, honra significa demostración de aprecio
que se hace a una persona reconociendo su virtud y su mérito.
Asimismo, los milagros de Cristo (Lucas 9,43) y su transfiguración
en el monte Tabor (2 Pedro 1,16-17), revelan la majestad
(megaleiotés) que le viene de Dios Padre. Además, ambos reciben
la misma gloria (doxa) (Juan 17,5), y adoración (latreúo)
(Apocalipsis 5,14; 22,3).
Por otra parte, los apóstoles Pablo y Pedro nombran a Jesucristo en
sus cartas como “Dios y Salvador” theou kai soteros (Tito 2,13; 2
Pedro 1,1); título que también recibe “Dios padre” (Daniel 6, 27,1
Timoteo 2,3; 4,10; Tito 3,4). Es más, en la resurrección del Mesías,
el apóstol Tomás exclama maravillado y convencido: “¡Señor mío y
Dios mío!” Kírios moy kai Theós moy (Juan 20,28); Comparar
con (1 Reyes 3,7: Salmo 86,12). Por su parte, San Juan concluye
diciendo: “Vivimos unidos al que es verdadero, es decir, a su hijo
Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna “(1 Juan 5,20),
comparar con (Juan 17,3). Igualmente, hay varios pasajes bíblicos
donde se nombra a Jesús como el Pantokrátor, término griego
para “Todopoderoso”. En un sentido literal implica “Gobernante
sobre Todo; Aquel Que Tiene Todo el Poder”. (Juan 1,3; Mateo
28,18; Apocalipsis 1,8).

En el siglo IV, San Gregorio Nacianceno, gran doctor de la Iglesia de


Oriente, compuso un hermoso himno, que declara que Jesucristo
“no se despojó de ninguno de los aspectos constitutivos de su
naturaleza divina, y a pesar de ello me salvó como un médico que se
inclina sobre las heridas fétidas…Era de la estirpe de David, pero fue
el creador de Adán. Era de carne, pero también ajeno al cuerpo. Fue
engendrado por una madre, pero por una madre virgen; era limitado
pero también inmenso. Y fue recostado en un pesebre, pero una
estrella guió a los Magos, que llegaron trayéndole dones y ante El
doblaron las rodillas. Como un mortal luchó contra el demonio, pero,
invencible, venció al tentador con un triple combate…Fue víctima,
pero también Sumo Sacerdote, fue sacrificador, y sin embargo era
Dios. Ofreció a Dios su sangre y de este modo purificó a todo el
mundo. Una cruz le alzó de la tierra, pero el pecado fue traspasado
con clavos…Descendió a donde estaban los muertos, pero resurgió
del infierno y resucitó a muchos que estaban muertos. El primer
acontecimiento es precisamente el de la miseria humana, pero el
segundo muestra la riqueza de ser incorporal…Esa forma terrena la
asumió el Hijo inmortal, pues te ama.

LA NATURALEZA HUMANA DE JESÚS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Las Sagradas Escrituras relatan que “Cuando se cumplió el tiempo,


Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer, sometido a la ley de
Moisés” (Gálatas 4,4). El Verbo se hizo carne y habito entre nosotros
lleno de gracia y verdad (Juan 1,14). “Por medio de los profetas,
Dios había comunicado este mensaje que trata de su Hijo Jesucristo,
Nuestro Señor, que como hombre es descendiente del rey David”
(Romanos 1, 3-4; 2 Timoteo 2,8), porque Él mismo “tomando
naturaleza de siervo nació como hombre” (Filipenses 2,7). En cuanto
a lo humano es de raza judía (Romanos 9,5), de la tribu de Judá
(Hebreos 7,14). Pues “por un poco tiempo, Dios hizo (a su Hijo) algo
menor que los ángeles” (Hebreos 2,9), teniendo un desarrollo
normal, ya que fue creciendo en cuerpo y mente, gozando del favor
de Dios y de los hombres (Lucas 2,52; Proverbios 3,4).

De la vida pública de Jesucristo la Santa Biblia nos aportan una


abundante información sobre las necesidades físicas, virtudes y
pasiones que sintió en carne propia. Experimentó el aguijón del
hambre (Mateo 4,2; 21,18; Lucas 24,41-42), le pide agua de beber
a la mujer samaritana (Juan 4,6-8), siente nuevamente sed cuando
está en la cruz (Juan 19, 28-30). Oraba en las madrugadas (Marcos
1,35) y al final del día (Mateo 14,23), alejándose del clamor de las
multitudes, como en el desierto y las montañas (Lucas 4,42; 5,16;
Mateo 14,23). Enseñaba el mensaje de la redención en las aldeas y
pueblos de Israel (Mateo 9,35), en los caminos de Samaria (Juan
4,5-6), a orillas del lago de Galilea (Marcos 3,9), en la barca de
Pedro (Lucas 5,2-3), en lo alto de un monte (Mateo 5,1; Juan 6,3),
en las sinagogas y en el templo de Jerusalén (Juan 18,20; Lucas
19,47). En varias ocasiones llega al cansancio y el agotamiento físico
(Marcos 4, 38; Juan 4,6). Cuando se sentía extenuado por las duras
jornadas de predicación se iba a solas con los apóstoles (Marcos 6,
30-32), también lo hacía a Cafarnaúm en Galilea (Juan 6,15-21), y
otras veces a Betania (Marcos 11,11-12) y Efrem (Juan 11,54), dos
ciudades próximas a Jerusalén de Judea.

Su personalidad era atrayente, pues tenía una mirada penetrante


(Marcos 5,32-33; 8,33). Los apóstoles y los discípulos sienten temor
y asombro, por sus doctrinas y prodigios (Marcos 4,41; 6,51; 9,6.32;
10,24.32). Conocía el corazón de los hombres ((Juan 2,24-25; 6,64).
Hasta quienes pecaban gravemente se sintieron cautivados hacía Él
(Mateo 9,9-13; Lucas 7,36-38; 19,1-10). Los fariseos sentían miedo,
porque la gente estaba sorprendida por sus enseñanzas (Marcos
11,18; Juan 7,15.32), al igual que toda la multitud (Marcos 9,15),
“porque lo hacía con plena autoridad, y no como sus maestros de la
ley” (Mateo 7,28-29; Lucas 4,22.32), hablando siempre con la
verdad (Marcos 12,14), sin necesidad de gritar o levantar la voz
(Isaías 42,2; Mateo 12,19). Incluso, cuando estuvo sometido a
presión, su manera de proclamar la verdad atraía a las personas
sinceras (Juan 7,32.40.45-46). Fue accesible y bondadoso, y todo lo
hizo por amor (Mateo 19,13-15; Juan 15,12).

Dio ánimo a sus esforzados apóstoles (Juan capítulos 13 a 17),


lidiando con las rivalidades que surgían entre ellos (Marcos 9,33-37;
Lucas 9,46-48; 22,24-27; Juan 13,14), tuvo en consideración sus
limitaciones estando siempre dispuesto a perdonarlos (Marcos
10,35-45; 14,34-38. 66-72; Lucas 22,31-32; Juan 15,15; 16,12;
21,15-17). Tampoco les impuso sus opiniones. Al contrario, los
animaba a expresarse con libertad (Mateo 16,13-15). Cuando
trataba con los pecadores tenía en cuenta su determinación por
cambiar (Lucas 7,37-50; 19,2- 10). Amaba la justicia, por lo que se
llenó de recta indignación al ver a los abusivos mercaderes del
templo lucrarse con la gente pobre y sencilla (Mateo 21,12-13). No
quería que la muchedumbre sacara conclusiones acerca de su
persona basándose en informes sensacionalistas (Mateo 12,15-19).

Cuando lo consideró necesario, ilustraba sus predicaciones con


ejemplos o pasajes de las Santas Escrituras (Mateo 12,38-42; 15,1-
9; 16,1-4; 21,13; Juan 6,45; 8,17), las citaba y sabía exactamente
qué texto usar en cada situación (Mateo 4,4; 7.10; 12,1-5; Lucas
4,16-21), “y sin parábolas no les hablaba” (Mateo 13,34). En su
predicación Jesús afirmó y sostuvo la autoridad de la ley (Mateo
5,17-19), y como Dios encarnado la expuso, quitando las
interpretaciones erróneas, dándole su verdadero significado
espiritual (Mateo 7,12), y mostró como su fundamento era el amor
(Mateo 22,34-40). Su exhortación era una ofensa a la gente de su
pueblo (Marcos 6,3), para los fariseos (Mateo 15,12), los judíos
(Juan 6,61.66), y sus discípulos (Marcos 14,27), y por eso las
opiniones estaban divididas con respeto a su persona (Juan 7,12).
De hecho, en vez de enseñar sus propias ideas, habló en nombre de
aquel que lo había enviado (Juan 7,16-18; 8,28; 12,49; 14,10), con
toda humildad, haciendo su voluntad, y sin ningún tipo de
pretensión de su parte (Salmo 40,8; Mateo 26,42; Juan 5,41; 6,38;
8,50). Por el contrario, cuando era obvio que hablar no serviría de
nada, optó sencillamente por quedarse callado (Marcos 15,2-5;
Lucas 22, 67-70). Exhortaba siempre con su ejemplo (Juan 13,15).
Igualmente, dedicó gran parte de su tiempo a hacer preguntas,
pues le interesaba profundamente lo que pensaban y sentían sus
oyentes (Mateo Mateo 12,24-30; 17,24-27; 22,41-46; Marcos 8,27-
29).

“La gente empezó a alabar a Dios, diciendo- Un gran profeta ha


aparecido entre nosotros” (Lucas 7,16),“enseñaba en las sinagogas
de ellos, y era glorificado por todos” (Lucas 4,15), otros decían: “Es
un buen hombre” (Juan 7,12), “Este es el Mesías” (Juan 7,40-41), el
“Hijo de David” (Mateo 15,22), el “Cristo de Dios” (Lucas 23,35), “el
Hijo de Dios, que ha venido al mundo” (Juan 11,27), “santo y justo”
(Hechos 3,14), el “Salvador del mundo” (Juan 4,42).

En cierta ocasión, varios soldados enviados para detenerlo


regresaron con las manos vacías, y dijeron: “Nunca hombre alguno
ha hablado como éste” (Juan 7,46), “poderoso en obras y en
palabras delante de Dios y de todo el pueblo” (Lucas 24,19), sus
palabras son Espíritu y Vida (Mateo 23,8). Todo el pueblo le
escuchaba y estaba pendiente de sus palabra” (Lucas 19,48),
sintiéndose atraídos por su forma de enseñar (Mateo 7,28-29). O
también “muchísima gente” permaneció junto a él durante tres días,
al punto de quedarse sin comida (Marcos 8,1-2).

El ungido de Dios resalta la importancia sobre el “perdón”, ya que


ante una pregunta de Pedro sobre el tema, le instruye que hay que
perdonar “setenta veces siete”, es decir, estaba diciendo que el
amor verdadero no le pone límite al perdón con el prójimo; teniendo
en cuenta que los fariseos recalcaban que sólo se debía perdonar a
alguien máximo tres veces (Mateo 18,21-22). Pensemos igualmente
en la ternura con que sanó a cierto leproso. Compadecido lo tocó y
le dijo: “Quiero” (Marcos 1,40-42). La gente decía: “¡Todo lo ha
hecho bien! ¡Hasta hace oír a los sordos y hablar a los mudos!
(Marcos 7,37), y en vez de pregonar su poder, en muchas ocasiones
mandó a los sanados que no contaran a nadie lo ocurrido (Marcos
5,43; 7,36). En ocasiones, personas poseídas por espíritus inmundos
gritaban a Jesús. En esas circunstancias, El conservaba la calma,
recurriendo a su poder divino para liberarlas de esa dominación
maléfica (Marcos 1,23-28; 5,2-8.15). A diferencia de los hombres
egoístas que abusaban del poder, nunca utilizó sus facultades
poderosas en beneficio propio o para hacer daño (Mateo 4,2-4),
también se negó a ejecutar señales solo para satisfacer la curiosidad
malsana, como cuando estuvo delante de Herodes Antipas (Lucas
23,8-9). Es eternamente misericordioso con los hombres (1 Juan
2,1; Judas 21). Ama intensamente a los apóstoles hasta el final
(Juan 13, 1; 15, 9-10), y a toda la humanidad (Efesios 3,19; 5,2).
Intercede ante el tribunal de su Padre por toda la humanidad
(Romanos 8,34; 1 Timoteo 2,5; Hebreos 7,25).
Tiene alegría por la buena cosecha espiritual de los setenta y dos
discípulos (Lucas 10,21), y asombro ante la noticia de la muerte de
Lázaro en Betania (Juan 11,33), siente enojo y a la vez tristeza por
los judíos que dudaban de su poder curativo (Marcos 3,5; 9,19),
reprende a Santiago y Juan por su deseo de venganza contra los
samaritanos (Lucas 9,55), además de ira santa por los mercaderes
que habían profanado el templo de Jerusalén (Juan 2,13-16; Mateo
21, 12-13), llora por el terrible castigo que le aguardaba a la Ciudad
Santa (Lucas 19, 41-44), y por el fallecimiento de su amigo (Juan
11, 35). A diferencia de los hombres egoístas que abusaban del
poder, nunca utilizó sus facultades poderosas en beneficio propio o
para hacer daño (Mateo 4,2-4), también se negó a ejecutar señales
solo para satisfacer la curiosidad malsana, como cuando estuvo
delante de Herodes Antipas (Lucas 23,8-9). Le duele la traición de
Judas (Juan 13, 21).
“Cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía,
no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga
justamente” (1 Pedro 2,23). “Porque tampoco Cristo buscó
agradarse a si mismo, al contrario, en él se cumplió lo que dice la
Escritura: “Las ofensas de los que te insultaban cayeron sobre mi.”
(Romanos 15,3). Ya en la cruz se encuentra abandonado por su
padre en los cielos (Mateo 27, 46; Salmo 22, 1-2). Cumpliendo así
con la misión por la cual había venido al mundo: “Consummatum
ets!” (Juan 19,30). ). El “nos amó, y nos lavó de nuestros pecados
con su sangre” (Apocalipsis 1,5; Comparar con Gálatas 2,20).

Todo esto pasó “porque Cristo mismo sufrió la muerte por nuestros
pecados, una vez para siempre. Él era bueno, pero sufrió por los
malos, para llevarlos a ustedes a Dios” (1 Pedro 3,18). “Así que
Cristo, a pesar de ser Hijo, sufriendo aprendió a obedecer” (Hebreos
5,8), y “se humilló a sí mismo, y por obediencia fue a la muerte, a la
vergonzosa muerte de la cruz” (Filipenses 2,8; Comparar con
Hebreos 12,2). Asimismo, ama intensamente a los apóstoles hasta el
final (Juan 13, 1; 15, 9-10), y a toda la humanidad (Efesios 3,19;
5,2). Intercede ante el tribunal de su Padre por todos nosotros
(Romanos 8,34; 1 Timoteo 2,5; Hebreos 7,25).

San Cipriano, obispo mártir del siglo III, tiene una preciosa oración
sobre Jesús: “Hermanos queridos, son muchos y grandes los
beneficios de Dios, que la bondad generosa y copiosa de Dios Padre
y de Cristo ha realizado y realizará por nuestra salvación; de hecho,
para preservarnos, para darnos una vida y podernos redimir, el
Padre mandó al Hijo; el Hijo, que había sido enviado, quiso ser
llamado también Hijo del hombre para convertirnos en hijos de Dios:
se humilló para elevar al pueblo que antes estaba postrado por
tierra, fue herido para curar nuestras heridas, se convirtió en
esclavo para liberarnos a nosotros, que éramos esclavos. Aceptó la
muerte para poder ofrecer a los mortales la inmortalidad. Estos son
los numerosos y grandes dones de la misericordia divina”.
LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
I. CONTEXTO GENERAL

Sobre el año del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo se tiene por


seguro que fue 6 o 7 años antes de la era actual. El error se debió a
los cálculos hechos por el clérigo romano Dionisio el “exiguo” en el
siglo IV.

Según una piadosa tradición el Unigénito de Dios vino al mundo un


día domingo, hacia la media noche. Sobre la especulación de que el
Salvador del mundo haya nacido en una estación del año que no
fuera el invierno, no hay certeza tampoco de que sucedió en el
verano. Los animales reservados para el sacrificio del Templo en
Jerusalén eran mantenidos en la intemperie incluso en tiempos de
frío, y los pastores montaban guardia a sus rebaños para
protegerlos de los ladrones y de los animales salvajes (juan 10,1-
16).

La palabra “Navidad” proviene del latín nativitas, que a su vez


procede del verbo nascior, que significa “nacer”; o sea “nacimiento
del Señor”. Los evangelios no mencionan el día ni el mes del
nacimiento de Jesús. Los católicos romanos la celebran el 25 de
diciembre, los ortodoxos lo hacen el 6 de enero y los armenios el 18
del mismo mes.

El 25 de diciembre se conmemoraba la festividad de Mitra, el dios


solar. El emperador Aureliano (siglo III) hizo en Roma el culto oficial
a esta deidad que era catalogaba como Deus Sol Invictus (el
invencible Dios Sol). En esta época los romanos gozaban de paz,
habían banquetes, baile, música y la gente se repartía regalos. Este
acontecimiento se extendía hasta el día de año nuevo. La Iglesia
Católica en el siglo IV bajo el reinado de Constantino cristianizó esta
fiesta, en contraposición a Jesús que es “el sol de la justicia”
(Malaquías 4,2), “La luz verdadera que alumbra a toda la
humanidad” (Juan 1,9), también llamado “luz de las naciones”
(Isaías 42,6).

La primera celebración de la noche de Navidad tuvo lugar en la


iglesia de Santa María de Roma con las imágenes de la Virgen María,
José, el asno y el buey, en el siglo VI.

II. EL NACIMIENTO EN BELÉN

Augusto César fue el primer emperador romano, y reinó desde el


año 30 a.C. hasta el 14 d.C. Cada catorce años se realizaba un
registro con fines militares y tributarios en todos los territorios del
imperio. Así, tanto José y María tenían que ir de Nazaret en Galilea a
Belén de Judea para el censo. Este ocurrió en Palestina por Cirino,
gobernador de Siria, y decretado por ese mismo soberano hacía el
748 de la fundación de Roma.
De Belén descendía la familia de David (1 Samuel 16,4-13), aquí
también era San José (Lucas 2,4), y según una profecía de Miqueas
(5,2), tenía que nacer el Hijo de Dios.

Al llegar a su lugar de destino el santo matrimonio no pudo


encontrar albergue en el “kahn” (posada u hospedería oriental
donde paraban las caravanas de viajeros) debido a la gran cantidad
de gente que se encontraba en esta pequeña aldea por el mandato
del gobernador pagano. Fue esta la razón por la cual tuvieron que
refugiarse en un “pesebre” o “establo”. Este lugar servía de
comedero para el ganado, estaba ubicado en una pared del
alojamiento. También se cree que pudieron quedarse en las colinas
alrededor de Belén, que se encontraban llenas de cuevas en las que
se alojaban las familias pobres.

Dice san Lucas que María “dio a luz a su hijo primogénito, y le


envolvió en pañales” (Lucas 2,7). Era la costumbre hebrea que al
recién nacido se le bañaba y se frotaba con sal, después con sus
piernas juntas y sus brazos a los lados, es envuelto apretadamente
con bandas de lino o de algodón. La venda se pasa también bajo su
barbilla y su frente (Ezequiel 16,4; Lucas 2,12).

El mismo evangelista no hace referencia a un buey y un asno en el


pesebre donde nació el Redentor. Esta especificación hace parte del
proto-evangelio de Santiago, escrito apócrifo compuesto hacia el
siglo II, probablemente en Egipto. Sin embargo, el buey es símbolo
de paciencia y trabajo. Como el cordero y el mismo Jesús es
también una víctima, pues el pueblo judío acostumbraba a dar como
ofrenda, el sacrificio de un pequeño buey. El asno es símbolo de la
humildad, tal como el profeta había anunciado: “mira que viene tu
rey lleno de mansedumbre, sentado en un asno” (Zacarías 9,9).
Igualmente, el buey y el asno son mencionados por Isaías en su
libro (1,3).
El lugar donde nació el Ungido de Yahvé es descrito por San Justino
mártir, quien escribió en el año 155 que la Virgen María había
puesto al Niño Dios en un pesebre de una cueva muy cercana al
pueblo. Esta gruta era mostrada a los peregrinos poco después del
año 200 y era conocida como la cueva de la Natividad. Orígenes de
Alejandría aseguró haber visitado personalmente en el año 248 el
mismo recinto en Belén.

El emperador Adriano (117-138), ordenó levantar en este lugar una


estatua del dios Adonis para borrar el recuerdo de este
acontecimiento. La emperatriz Santa Elena en el año 330 la
transformó en un magnifico santuario conocido como la “Basílica de
la Natividad”. En el 529 judíos samaritanos la quemaron, por lo que
el emperador Justiniano en el 560 la reedificó. Durante la invasión
de los persas del año 614 fue respetada por Cosroas porque en el
frontis vio un mural que representa el desfile de los Magos con
gorros y vestidos propios de su cultura. Más adelante, en el 638 los
musulmanes no la tocaron por estar dedicada a la Madre del profeta
Jesús, a quien ellos mismo veneran. En esta ocasión el califa Omar
llegó a orar en el ábside meridional y permitió que sus tropas
entraran en pequeños grupos a la gruta.

La puerta de la basílica mide un metro con veinte, por dos razones:

 Para que los infieles (sarracenos) no pudieran ingresar a


caballo.
 Para que los devotos entren en ella casi agachados, por eso se
le llama la “puerta de la humildad”.

En el sitio donde se cree nació el Divino Salvador se encuentra una


estrella de plata en el suelo, con esta leyenda: Hic de Virgine
Maria Iesus Christus natus est (Aquí nació de la Virgen María
Jesucristo).
El papa Teodoro I (642-649), trasladó los restos de las tablas de la
santa cuna, desde la basílica en Belén a la de Santa María mayor en
Roma.

En nuestros días el templo de la Natividad está en poder de los


ortodoxos griegos, que la comparten con los padres franciscanos y
la comunidad cristiana armenia.

III. LOS MAGOS DE ORIENTE

Sobre los enigmáticos visitantes que llegados de Oriente fueron a


adorar al pequeño niño, algunos sostienen que eran nobles
babilonios que esperaban al Mesías desde el exilio de los israelitas
en estas tierras extranjeras. Otros, que eran sacerdotes
zoroastrianos de Persia o astrólogos de Caldea (Daniel 2,2). Ya en
cuanto a su número, el evangelio de San Mateo no relata que fueron
tres. Simplemente se deduce por los regalos que obsequiaron: oro,
incienso y mirra.

En las Sagradas Escrituras la estrella (Mateo 2,9) es figura del rey


nacido y guía a los magos al lugar donde éste se encuentra
(Números 24,17), en cumplimiento a los oráculos mesiánicos sobre
el homenaje de las naciones al Dios de Israel (Isaías 49,23; 60,5;
Salmo 72,10-15). Y esa así como: “Una multitud de camellos te
cubrirá, camellos jóvenes de Madián y de Efa; todos los de Sabá
vendrán, traerán oro e incienso, y traerán buenas nuevas de las
alabanzas del Señor” (Isaías 60, 6).
La tradición cristiana asegura que después de la resurrección de
Cristo, el apóstol Tomás los encontró en Sabá (India), donde fueron
bautizados y consagrados obispos, labor que cumplieron hasta su
martirio en el año 70 d. C.; siendo enterrados junto en un mismo
sepulcro en Palestina. En el siglo IV, la ya mencionada Santa
Helena, madre del emperador Constantino, descubrió las reliquias en
su peregrinación a Oriente, y las llevó a Constantinopla (Turquía).
Un siglo después el primer obispo de Milán (Italia), consiguió que se
las cedieran a su parroquia, donde permanecieron hasta que el
emperador Federico Barbaroja, en el año 1165, los regaló al obispo
de Colonia (Alemania), quien en su honor edificó un sencillo templo
que más tarde se convirtió en una majestuosa catedral.

IV. LA HUIDA A EGIPTO

Después de la visita de los sabios llegados de Oriente, Herodes el


Grande burlado por los magos y presa de la envidia por el
nacimiento del verdadero rey de Israel, decretó mandar a matar en
Belén y sus alrededores a todo niño varón menor de dos años
(Mateo 2,16). Sobre los llamados “niños inocentes” que fueron
asesinados por orden de este tirano, su número está calculado entre
30 o 40 (Jeremías 31,15). No obstante, en la liturgia bizantina los
hacen llegar a 14.000, el calendario siríaco afirma que fueron
64.000, y en las tradiciones populares ascienden a 144.000, en
relación a los mártires del Apocalipsis (14,1-5).

Hay que resaltar que aunque no hay un documento extra-bíblico de


esta matanza ordenada por este monarca, si hay registros que
hablan sobre su sed de poder que le llevó a asesinar a mucha gente,
incluyendo a su esposa favorita Mariamne. Más tarde, ordenó
estrangular a dos de los hijos de ella llamados Alejandro y
Aristóbulo, acusados de conspiración; al igual que su primogénito
Antípatro, tenido con su primera esposa Josida.
En la época en que fueron redactados los Evangelios, la literatura
judía y las tradiciones rabínicas se dedicaban a imaginar la infancia
de los héroes de la Biblia. Acababa de escribirse la de Abraham y la
de Moisés. Y es así como se decía que una estrella, acompañada por
visiones o por magos, había advertido al Faraón del nacimiento del
Salvador de los hebreos, y por eso había decidido ejecutar a todos
los niños, pero Moisés se había librado de la muerte.

La Sagrada Familia tuvo que exiliarse en Egipto, ya que en tiempos


de hambruna o de disturbios políticos, este país era un lugar de asilo
para los israelitas. Allí la colonia judía era numerosa, y pasaría
inadvertidos. Además, era provincia romana, y fuera de la
jurisdicción de Herodes.

La frontera con Egipto estaba a 125 kilómetros de Belén. La


costumbre de la época era que las mujeres andarán a pie mientras
que los varones utilizaban la cabalgadura. Si José como un hombre
justo se hubiera comportado como lo representa la iconografía
cristiana, es decir, caminado junto al asno sobre el cual iba María
llevando al pequeño Jesús, esto habría significado una extraña
excepción.

Cuentan los evangelios apócrifos que durante el viaje del santo


matrimonio con su hijo, las palmeras se inclinaban para darles
sombra y dejaban caer sus frutos, aparecían manantiales de agua
fresca, las flores abrían sus pétalos, los leones y leopardos iban a
postrarse a los pies del Divino Infante, y los ídolos se destruían a su
paso.

Uno de los relatos más hermosos de la travesía de la Sagrada


Familia en el desierto, es la relacionada con el “niño leproso”. Dice
una leyenda piadosa que en el trayecto, un día al atardecer pidieron
alojamiento en un campamento. Aquel sitio era una cueva de
ladrones, pero la esposa del cabecilla, tuvo compasión de aquella
joven y bella israelita con su hijo en brazos, y los hizo seguir a su
tienda. Esta mujer tenía también un bebé cuya piel era blanca como
la nieve, debido a la lepra que padecía. La Santísima Virgen pidió
agua para lavar al Niño Dios. Después de esto, bañó con esta misma
agua al “pequeño leprosito”, quien al instante quedó curado de su
enfermedad.

Los años pasaron, y aquel infante cuando se hizo hombre, siguiendo


los mismos pasos de su padre, se convirtió en un peligroso
delincuente. Un día el pueblo de Jerusalén lo vio en el monte
Calvario clavado de una cruz al lado derecho de Jesús. En aquella
hora de agonía, la gracia divina tocó el corazón de aquel criminal,
quien al reconocer el peso de sus pecados, le dice al Salvador:
“Acuérdate de mí cuando estés en tu reino”. Jesús le contestó: “En
verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Cristo
expiró, la lanza del soldado romano le atraviesa el corazón. Otro
centurión le había quebrado las piernas al “buen ladrón”. Ya al morir
tuvo la dicha de acompañar al Hijo de Dios a su reino celestial.
JESÚS: El MESÍAS DE ISRAEL

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ANTIGUO TESTAMENTO

En el Israel bíblico se designa un cargo religioso al servicio de Dios.


La Biblia conoce tres categorías para personas sagradas: Los
sacerdotes, los profetas y los reyes.

Mesías es la transliteración helenizada del arameo “mesîha”. La


palabra hebrea del verbo “masah”, ungir o untar con aceite de
Olivo. Este título se aplica a los reyes, sacerdotes y profetas del
pueblo de Israel. En este sentido, los judíos estaban esperando un
“gobernante escatológico” que debería ser como David, tomando el
liderazgo de Judá con un reinado mesiánico (Juan 4,25).

Los textos vetero-testamentarios dan instrucciones detalladas para


hacer el óleo especial para unciones (Éxodo 30,22-33). Los
ingredientes eran mirra líquida, canela, caña fragmentada y casia.
Esto se mezclaba junto con aceite puro de oliva. Los israelitas
acostumbraban ungir a sus sacerdotes, lo que consistía en untar con
aceite sagrado su piel. Este acto simbolizaba su consagración a
Yahvé para el oficio religioso. Desde el tiempo de Samuel se empezó
a ungir a los reyes. Esta práctica indicaba que los monarcas judíos
no eran elegidos por el pueblo, sino por Dios. El beso del profeta es
el primer reconocimiento oficial de la consagración.

El simbolismo de la unción es muy significativo. El óleo santifica, da


fuerza, sana, y da la alegría de Dios a su ungido. Nada lo puede
corromper. Su vida tiene que ser agradable, como este perfume
sagrado.

II. LAS PROFECÍAS MESIÁNICAS

Los maestros explicaban en las sinagogas que el Ungido de Yahvé


no podía tardar en aparecer, basándose en las profecías bíblicas:

 Jacob predijo que el cetro no saldría de Judá antes de la


llegada del gran rey, el Deseado de las naciones que debía
enviar Yahvé (Génesis 49,10), para recobrar y liberar a su
nación del yugo de los romanos.
 Las setenta semanas que según debían transcurrir a su
advenimiento. Se trata de Daniel (9,24), habla de setenta
semanas de años (490 años), que debían pasar desde el edicto
que autorizaba la reconstrucción del templo de Jerusalén, hasta
la muerte del Mesías. Y en efecto, Jesús apareció en el curso
de la semana septuagésima.

Los israelitas repetían sin cesar los antiguos canticos de sus


antepasados: “Cielos, dejad caer vuestro rocío y que la tierra
produzca en fin a su Salvador”.

El Mesías tendría dos misiones especiales:


 Traer una era de paz mundial, acabar con el odio, la opresión,
el sufrimiento y la enfermedad. Como está escrito: "Una nación
no levantará espada contra otra nación; y tampoco los
hombres estudiarán más cómo hacer guerra"(ver Isaías 2:4).
 Esparcir un conocimiento universal sobre el Dios de Israel,
uniendo a toda la raza humana como una. Como está escrito:
"Dios será Rey sobre todo el mundo; ese día, Dios será Uno y
Su Nombre será Uno" (Zacarías 14:9).

III. EL ANUNCIADO POR LOS PROFETAS

Contrariamente al uso rabínico contemporáneo, Jesús se aplica a sí


mismo los textos de Salmo 110, Isaías 61. 53, y diversos pasajes de
Zacarías y Daniel 7.

Jesús aceptó de buena gana que se le llamara “Hijo de David”, un


título mesiánico en diversas ocasiones como: el clamor del ciego
Bartimeo (Marcos 10, 47-48), en la entrada triunfal a Jerusalén
(Mateo 21,9) y los niños en el templo (Mateo 21,15).

Otros títulos mesiánicos que se le atribuyen a Jesús son: Siervo,


Señor, Hijo de Dios, Rey, El Santo, El Justo y el Juez.

En los manuscritos del Mar Muerto, la comunidad de los esenios


estaban esperando tres personas distintas que tendrían una misión
mesiánica:

 Un sacerdote aarónico.
 Un rey davídico.
 Un profeta como Moisés.
En la persona de Cristo Jesús se destacan las siguientes señales
mesiánicas:

 Tenía la dignidad de rey, profeta e hijo de Dios.


 Recriminaba la conducta hipócrita de los fariseos llamándolos
como una generación adúltera y raza de víboras.
 Su interpretación de las Santas Escrituras era superior a las
autoridades religiosas judías, como eran: los sacerdotes del
templo y los escribas.
 Curaba con su propio poder divino el día sagrado del sábado.
 No observaba los ayunos impuestos por la ley mosaica.
 Se reunía a comer y beber con publicanos, prostitutas y
paganos.
 Sanaba a los enfermos y echaba demonios en su nombre.
 Profetizaba la destrucción de Jerusalén.
 Siempre hablaba de un reino en los cielos al cual tenían cabida
no solamente los judíos sino también los paganos, llamados a
formar un solo pueblo.
 Repudiaba el divorcio, devolviéndole el carácter sagrado del
matrimonio desde la unión de Adán y Eva.
 Se hacía llamar el Pan de Vida Eterna.

IV. DIFERENTES TIPOS DE MESÍAS ESPERADO

La mayoría de los hebreos esperaban un “rey”, un “libertador


político-social”

Los fariseos: Un restaurador del cumplimiento de la ley mosaica.

Los zelotes: Un caudillo revolucionario.

Los esenios: Esperaban dos Mesías:

a. El de Israel: Que ocuparía la liberación política de los paganos


romanos.
b. El de Aarón: Que llevaría la purificación religiosa del pueblo
“escogido por Yahvé”.

Los samaritanos: Aguardaban al Mesías que pondría fin a la


segregación racial, restaurando la unidad del pueblo de Israel (Juan
4,39-42).

JESÚS: EL BUEN PASTOR

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO HISTÓRICO

En el Antiguo Testamento hombres tan renombrados como los


patriarcas Abrahán, Isaac y Jacob, el profeta Moisés o el rey David;
tuvieron el oficio de ser pastores. De hecho, este último compuso
hermosos salmos que describen los deberes y las preocupaciones
diarias de este trabajo.

El pastor llevaba principalmente un cayado o vara (del hebreo


mish`êna`h), hecho de madera con un recodo en la punta
superior. Era usado como un bastón o sostén para caminar por el
campo sin tropezarse, para enganchar las ovejas cuando esta quería
extraviarse, y para defender sus rebaños de los depredadores como:
leones, osos, lobos, hienas y chacales, así como de los ladrones (1
Samuel 17,34-35; Juan 10,12). A veces su labor requería ternura,
como cuando una hembra paría lejos del aprisco. En este caso se
quedaba con ella durante el parto y luego recogía al indefenso
corderito y lo llevaba al redil (Isaías 40, 10-11; Salmo 23,1-4).
Otra de sus tareas era protegerlas del mal tiempo, buscar a las
descarriadas y sanar a las enfermas. Era común que las llamara a
cada una por nombres propios o por medio de un silbido que era
reconocido por ellas, también utilizaban una flauta de caña para
tranquilizarlas con su melodía. (Juan 10,14-16). Aunque los
pequeños propietarios de ganado a veces las cuidaban
personalmente o sus hijos, cuando el rebaño pasaba de cierto límite
lo confiaban a un empleado. Este recibía su pago en dinero o con
una parte de la manada. Al ponerse el sol, contaban a los animales
y los examinaban uno por uno. Su responsabilidad ante el dueño era
detallado, y tenían que restituir los que se perdían.
Era tal la importancia de esta imagen para los primeros cristianos,
que aparece en una lápida sepulcral de las catacumbas de Domitila,
en Roma, de final del siglo III. Esta figura representa algunas
características de “Jesus Christus Boni Pastoris”, que guía y
protege a sus fieles (las ovejas), con su autoridad (el báculo), les
atrae con la sinfonía melodiosa de la verdad (la flauta), y les hace
reposar a la sombra del “árbol de la vida” (su cruz redentora que
abre las puertas al Paraíso).

II. CAMPO TEOLÓGICO

Para la nación de Israel los reyes, sacerdotes y profetas se les


consideraban como pastores que se responsabilizaban por el
bienestar de su gente. Ellos tenían que seguir el modelo del Dios
Altísimo que es por excelencia el “Pastor de Israel” (Salmo 80,1;
23,1; Jeremías 31,10). En el Nuevo Testamento Jesús se presenta
como “Pastor Supremo” (Hebreos 13,20), que lo distingue de los
ladrones, salteadores (Juan 10,1.8), y del asalariado despreocupado
de su tarea (12-13), porque “el buen pastor da su vida por las
ovejas” (11).

Caso contrario fue lo que sucedió con los “pastores” o “guías


religiosos” del pueblo de Dios, en el siglo primero de nuestra era. En
eso días Roma como el imperio conquistador y legislador era el que
nombraba a los sumos sacerdotes. Este cargo había perdido
popularidad entre muchos hebreos. El rico José Caifás fue elegido
por Valerio Grato, y ocupó ese puesto más tiempo que todos sus
predecesores. Posiblemente se atribuía este hecho a su habilidad
como diplomático y a su amistad personal con Pilatos. El historiador
judío Flavio Josefo, especifica que ejerció esta dignidad en el
templo de Jerusalén entre los años 18 al 36 de nuestra era.

Se sabe que una de las mansiones más importantes en la llamada


ciudad de Dios era la casa de este Gran Pontífice. Edificaciones
como aquellas solían construirse de dos pisos, con un patio interior y
una puerta al frente con portería. Tres años después de la muerte y
resurrección del Señor como se dedujo anteriormente, Caifás perdió
el favor de las autoridades romanas y fue destituido, la orden partió
del gobernador de Siria Lucio Vitelio, superior directo de su amigo
Pilatos.

En noviembre de 1990, se encontró en el “bosque de la paz” a la


salida de Jerusalén, una tumba de piedra caliza con la inscripción en
arameo “Yehosef bar Cayfa”, que significa “José, hijo de Caifás”.
Los arqueólogos comprobaron que los restos que contenían eran de
un hombre de unos 60 años de edad, y dedujeron que podría
tratarse de José -conocido habitualmente como Caifás. Hay que
tener en cuenta que los judíos seguían la tradición griega de llamar
a su hijo mayor con el nombre del padre.

III. EL GRAN PASTOR

En las Sagradas Escrituras a Jesús se le describe como el “Príncipe


de los pastores” Archipoimenos (1 Pedro 5,4), ya que en su
naturaleza humana corría sangre real de la estirpe davídica. No
obstante, el Santo de Dios era un hombre pobre (2 Corintios 8,9),
que no tenía “donde recostar la cabeza” (Mateo 8,20). Vestía
discretamente (Lucas 7,25), cargaba una túnica (o capa) (Lucas
8,44), usaba bastón (Marcos 6,8), y calzaba sandalias (Marcos 6,9).
Su única posesión valiosa al morir era la prenda que llevaba y sobre
la que echaron suerte los soldados romanos (Juan 19,23-24).

Por otra parte, el Hijo de Dios llegó a decir: “Yo soy el Buen Pastor”
(Juan 10,14). La expresión “El buen Pastor” en griego es “kalos
poimen”. El adjetivo “kalos”, significa que es intrínsecamente
bueno, como “bello” “honroso” y “noble”. Cristo Jesús es entonces el
“Pastor bueno y hermoso en sumo grado”. Inicialmente su misión
mesiánica estaba destinada “a las ovejas perdidas del pueblo de
Israel” (Mateo 15,24), ya que en los textos vetero-testamentarios
esta nación es llamada varias veces como el “rebaño de Yahveh”
(Ezequiel 34,30). Sin embargo, por la bondad inmerecida del Padre
Eterno que envió a su Unigénito al mundo, su labor salvífica
también abarcaría a los no judíos.

Para ese entonces se dividían las personas en dos grupos: el


término hebreo am (el pueblo) usualmente se limitaba a los
habitantes de Israel, mientras que los gôyim designaba a los
residentes de las otras naciones, llamados como “paganos” o
“gentiles”. Por lo tanto, el Verbo de Dios también llegó a decir:
“Tengo otras ovejas que no son de este corral. A esas también las
llevaré; escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño con un solo
pastor” (Juan 10,16).

Podemos imaginarlos uno de esos apriscos en las colinas de Judá en


los que se juntaban los rebaños de varios ovejeros, bajo la vigilancia
de un cuidador para pasar la noche. Al amanecer cada pastor
llamaba a sus carneros, borregos, chivos y cabritos para partir al
frente de sus animales en busca de buenos pastos. La Biblia
anunciaba el día en que Dios, el Pastor de Israel, vendría a reunir
las ovejas dispersas de su pueblo, para que vivieran seguras en su
tierra. El Ungido del Señor ha venido para cumplir lo anunciado,
extrayendo de entre los hebreos a los que quieren seguir su voz, de
igual modo sacará a sus ovejas de otros corrales, es decir, de otras
naciones fuera de la judía. Entonces con su bastón de pastor se
pondrá al frente de este nuevo y único redil.

“Jesús usó esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que


quería decir…Nuevamente se dividieron los judíos a causa de estas
palabras. Algunos decían: Es víctima de un espíritu malo y habla
locuras; ¿para qué escucharlo? Pero otros decían: Un endemoniado
no habla de esa manera” (Juan 10,6.19-21). Esto debido por el
hondo desprecio que los israelitas sentían por los que cuidaban
ovejas y cabras. La literatura rabínica señalaba que el oficio de
pastor estaba en la lista de labores que un padre no debe enseñar a
sus hijos, pues los ovejeros no gozaba de buena reputación y, al
igual que los publicanos estaban privados de los derechos civiles y
religioso de un ciudadano hebreo. La enseñanza del Mesías era,
entonces, una doctrina aislada que rompía el esquema mental judío
tradicional.

IV. EL AMOR POR LAS OVEJAS

Jesucristo Nuestro Señor actuó siempre como un “pastor


compasivo”, bien sea con los enfermos (Mateo 14,14), con los dos
ciegos de Jericó que le piden que les devuelva la vista (Mateo
20,34), con la viuda de Naín que llora a su hijo muerto (Lucas 7,13),
y con toda la gente “porque estaban angustiados y desvalidos como
ovejas, que no tienen pastor” (Mateo 9,36; Marcos 6,34). De
igual manera, se acercaron a Él “todos los publicanos y pecadores
para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a
los pecadores recibe, y con ellos come. Entonces él les refirió esta
parábola, diciendo ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas,
si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y
va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra,
la pone sobre sus hombros gozosos;  y al llegar a casa, reúne a sus
amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he
encontrado mi oveja que se había perdido.  Os digo que así habrá
más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por
noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento” (Lucas
15,1-7).
Su amor también se extendió a los “paganos” o “gentiles”. Hay que
tener en cuenta que en la cultura hebrea un “prójimo” (del hebreo
rea´) es claramente una persona israelita (Levítico 19,18). Es decir,
“los hijos del mismo pueblo”. Se prescribía una diferente norma de
conducta hacia el extranjero en contraste con el compatriota, el
vecino, o aquel que está más cercano o vive alrededor; pero
siempre entre los de la misma sangre judía (Deuteronomio 23,19-
20; Mateo 5,43). Por otro lado, para Jesús el término “prójimo”, no
es solamente los hermanos de raza, sino todo aquél que esté en
necesidad. Por esta razón, accedió a realizar una curación milagrosa
a instancias de un oficial del ejército romano, y dijo: “Les aseguro
que no he encontrado a nadie en Israel con tanta fe” (Mateo 8,10),
así como también al expulsar un demonio a la hija de una mujer
cananea que le suplico insistentemente dicho milagro. A ella le
contestó: “¡Mujer, que grande es tu fe! (Mateo 15,28).

El Emmanuel fue un valiente pastor que protegió a sus ovejas (los


apóstoles) con su propia vida. En el momento en que iba a ser
arrestado en el jardín de Getsemaní respondió a sus captores: “Si
me buscan a mí, dejen que éstos se vayan. Así se cumplió lo que
Jesús había predicho: No he perdido a ninguno de los que tú me
diste” (Juan 18,8-9; 10,28). Tristemente para el Redentor de la
humanidad, sus amigos presa del miedo lo abandonaron y huyeron,
cumpliéndose así lo que les había presagiado: “Todos ustedes
caerán esta noche: ya no sabrán qué pensar de mí. Pues dice la
Escritura: Herirán al Pastor y se dispersarán las ovejas” (Mateo
26,31-32; Isaías 53, 6; Zacarías 13,8). Del mismo modo, Isaías
refiriéndose al Siervo de Yahveh narra los oprobios e insultos que
recibió, y su actitud de silencio en el juicio infame que se realizó en
su contra: “como un cordero al degüello era llevado, y como oveja
que ante los que la trasquilan está muda” (53,7).

Los escritos de los profetas testificaron la esperanza de un


verdadero pastor que vendrá al fin de los tiempos para apacentar a
la grey, reemplazando a aquellos que se mostraron infieles a su
llamado (Isaías 40,10-11; Jeremías 23,1-4; Ezequiel 34,2-10;
Miqueas 4,6-7). Sin duda, esto también se cumplirá en el
advenimiento del Señor. Palabra que viene del latín adventus o del
griego parousia, y significa, en general, presencia/visita; en
particular el arribo festivo o victorioso de un monarca. En sentido
escatológico, es la segunda y definitiva venida del Hijo del hombre,
con gloria y poder, cuando “Serán congregadas delante de él todas
las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor
separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y
los cabritos a su izquierda” (Mateo 25,31-46).

Este acontecimiento se refiere a una escena que sigue siendo típica


de Oriente medio. Ya sabemos que los pastores tienen rebaños
mixtos, cuidan principalmente ovejas de raza ovis de cabeza negra
cuerpo con lana blanca densa y una gran cola grasa. Los machos
tienen cuernos, pero las hembras no. Las cabras suelen ser de un
solo color: negro, café o marrón. Estas últimas por su
temperamento arisco son resguardadas en corrales mientras que las
ovejas por ser animales más dóciles se pueden quedar a la
intemperie con sus cuidadores. La tradición cristiana quiere ver en
esta parábola que las ovejas sean el rebaño del Adonay; en cambio
los chivos tienen mala reputación en la Biblia, y son sinónimo de
rebeldía (Levítico 17,7; Isaías 13,21; 34,14; Zacarías 10,3). Después
de esto como narra el libro del Apocalipsis (o Revelación), llega la
recompensa final para los bienaventurados en los cielos, donde “el
Cordero que está junto al trono será su pastor y los guiará a los
manantiales de la vida” (7,17).
JESÚS DE NAZARETH

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. MARCO HISTÓRICO

Jesús a los 30 años de edad empieza su ministerio público


recorriendo todas las regiones de Israel, el evangelio de Lucas (3,1-
2), nos da una aproximación al marco político y religioso, ya que
afirma que era el año quince del reinado del emperador Tiberio
César, mientras que Poncio Pilatos gobernaba en Judea, Herodes
era tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de
la provincia de Traconite, y Lisianas tetrarca de Abilinia. Por su
parte, el poder religioso estaba en manos de los sumos sacerdotes
Anás y su yerno Caifás.

Para esa época Israel estaba bajo la dominación de los Césares.


Roma imponía su orden militar, su administración y sus leyes;
edificaba fortalezas, hacia carreteras, construían acueductos,
hipódromos y anfiteatros; y se llevaba materia prima, víveres,
esclavos, y dinero de los altos impuestos. Aquí vivían unos dos
millones y medio de judíos, la población de Jerusalén era de unos
50.000 habitantes; para la pascua podían llegar más de 180.000
peregrinos. Otros hebreos unos cuatro millones, vivían en diferentes
ciudades conocidas como diásporas, como: Siria, Asia Menor,
Babilonia y Alejandría en Egipto; otros comunidades más pequeñas
habían en Europa como en Roma.

Desde el reinado de Claudio, el Estado vendía a los extranjeros el


título de la ciudadanía romana, y sacaba de este comercio grandes
sumas. Tal fue el caso de Saulo de Tarso, quien heredó este
derecho por su padre. El ciudadano romano gozaba de ciertos
derechos y privilegios en cualquier lugar del imperio. No estaba
sujeto a las leyes de las provincias donde vivían, sino a las de Roma.
Si era acusado de un delito, podía aceptar ser juzgado según las
leyes locales, pero siempre conservando su derecho a ser oído por
un tribunal romano. Y si se le condenaba a muerte, podía apelar al
emperador.

Los romanos respetaban la religión del pueblo hebreo, y quienquiera


que la perturbara, desafiaba a su mandato y la estabilidad de su
poder. Los judíos gozaban a su vez de un derecho especial de
moradores, que les excluía de la obligación de rendir culto al estado
romano, y a la persona misma del emperador. Del mismo modo los
jóvenes hebreos estaban exentos de pagar el servicio militar debido
a que no querían llevar armas ni marchar en día sagrado del sábado.
No obstante, todos los judíos mayores de 20 años debían tributar al
templo en Jerusalén dos dracmas al año, pagaderas en monedas
especiales (siclo de plata, medio siclo equivalía a dos dracmas).

II. LOS DISCÍPULOS DEL SEÑOR

A Jesús de Nazaret lo seguían diversos tipos de personas, de


diferentes clases sociales y nacionalidades. Entre ellos habían
hombres de la aristocracia que pertenecían al sanedrín o consejo de
ancianos, como fue el caso de José de Arimatea y Nicodemo, que
aunque eran considerados “discípulos en secreto” del señor,
tuvieron la valentía de pedir el cuerpo sin vida de Cristo después de
haber muerto en la cruz, al procurador romano Poncio Pilatos.

También estaban los publicanos (del griego telones), que


significaba uno que tenía el trabajo de la recaudación de los
tributos o impuestos para el emperador en Roma. Entre ellos se
hallaba el apóstol Mateo o Leví. Estos iban acompañados y
protegidos por policías. Había varios tipos de impuestos. El sistema
se prestaba a abusos, el recaudador, y más bien el jefe, se
enriquecía acosta de la población ya que se quedaban con parte de
lo recaudado a los pequeños empresarios, artesanos y cultivadores;
y por eso eran considerados como “ladrones” y “pecadores”,
fuertemente despreciados por sus compatriotas. Estaba prohibido
por las autoridades religiosas comer en la mesa con un publicano, al
igual que despojados de sus derechos civiles: no podían ser jueces,
ni siquiera testigos en un proceso, mucho menos pertenecer a la
comunidad judía, y a los cuales nunca llegaría la salvación de Yahvé.
Véase al respecto el encuentro de Jesús con Zaqueo (Lucas 19, 1-9).

Los Zelotes, del griego “zeloo”, se traduce como los celosos de la


ley mosaica. Llamados también Sicarios (por el pequeño puñal o
“sica” que utilizaban). Eran guerrilleros que peleaban con las armas
contra la dominación extranjera que estaban profanando la Tierra
Santa, para ellos solo el Adonay reina en Israel, es decir, una
especie de mesianismo nacionalista. En este grupo había militado
Simón, otro de los compañeros de Jesús al igual que Barrabás;
quien fue cambiado por el Señor a petición de los habitantes de la
Ciudad Santa para morir crucificado, descrito en los evangelios como
un “asesino” y “revolucionario”.

Del mismo modo, la gran mayoría de los seguidores de Cristo Jesús


estaba conformada por lo que se conocía como los “anawim", 
palabra hebrea que significa los “pobres de Yahvé” o más bien "los
pobres buscan la salvación de Dios." (Lucas 4,18; 7,22; Juan 7,49).
El séquito lo incluía en primero lugar los apóstoles (o enviados),
quienes en su gran mayoría eran pescadores del mar de Galilea en
el norte de Israel, como es el caso de Pedro y Juan que son
descritos en el libro de los Hechos de los Apóstoles 4,13, como del
“vulgo” o del “pueblo”, “hombres sin letra o ignorantes”. Aquí las
escrituras griegas utilizan el vocablo “agrammatoi”, que puede
referirse a que no estuvieran familiarizados con los eruditos rabinos
ni sus escuelas de formación en Jerusalén, sino que eran más bien
“legos” o “laicos”, es decir, “indoctos” en las cuestiones religiosas;
en contraste con los jefes de los saduceos, los príncipes, ancianos y
escribas de Jerusalén como eran Anás, Caifás, Jonatán, Alejandro y
los que pertenecían a la alta clase sacerdotal. Todos ellos eran
considerados como los verdaderos maestros de la Torá judía.

También habían varias mujeres entre las que se encontraba María,


la madre de Jesús, su hermana maría de Cleofás, la madre de los
hijos de Zebedeo, María de Magdala, la madre de Juan Marcos,
María y Martha las hermanas de Lázaro, Susana y otras piadosas
mujeres; que lo acompañaban en sus recorridos de predicación, y
ayudaban al sostenimiento económico del grupo, ya que muchas de
ellas eran de clase social alta. Hay que tener en cuenta que en el
entorno de Israel (o Palestina), el sexo femenino era completamente
marginado y solo valorado para la maternidad. Estaban separadas
de los varones en el templo y las sinagogas, exentas de peregrinar
a Jerusalén en las grandes festividades del año. En los tribunales
judíos, la declaración de una mujer y un esclavo no tenían validez
alguna. De hecho, el historiador judío del siglo I, Flavio Josefo,
decía: “no valdrá el testimonio de mujeres por frivolidad y temeridad
propia de su sexo”.

El resto del clan lo integraban viudas, huérfanos, gente pobre,


enfermos y lisiados, al igual que extranjeros entre romanos y
griegos, que eran conocidos como “paganos” o “gentiles”. Esta
última palabra viene del griego “heb. Goiim”, para distinguir a las
naciones distintas de Israel. Los judíos para referirse a ellos
utilizaban el término despectivo de “perro”. De hecho, Si un judío
ingresaba en la casa de un pagano, quedaba “impuro”, y por lo
tanto no podía participar en las ceremonias del templo en la Ciudad
Santa. Además, los fariseos en tiempos de Cristo enseñaban que los
hebreos solo debían llamar “prójimo” a sus “compatriotas” o a sus
“amigos”, y por eso no consideraban a los extranjeros” como
“hermanos” suyos. Al respecto, vamos a analizarlos cada versículo
de la parábola del “buen samaritano”, que el mismo Señor Jesús
utilizó como ejemplo para explicarle a un maestro de la ley sobre el
verdadero significado de la palabra “prójimo” (Lucas 10,30-37):
(Versículo 25): “Un jurista le preguntó para ponerlo a prueba”. Jesús
estaba cambiando la interpretación de la Ley de Moisés, y
contradecía muchas creencias de los judíos. Los líderes religiosos de
la época se sentían amenazados por su nueva doctrina, y por lo
tanto lo desafiaban constantemente.

(Versículo 30): La mayoría de los judíos preferían viajar en grupo


para evitar ser asaltados por las bandas de ladrones que
merodeaban los parajes solitarios y poco transitados.

(Versículo 31-32): Muchos sacerdotes y sus ayudantes los levitas


que oficiaban sus servicios en el templo de Jerusalén, vivían en
Jericó a una distancia de 27 kilómetros. Ninguno de los dos se
atrevió a tocar al caminante creyendo que estaba muerto, y no se
acercaron por miedo a contaminarse y perder la pureza ritual propia
de su dignidad religiosa, con lo cual habían tenido que someterse a
una extensa purificación de una semana antes de retornar a sus
labores y juntarse con otra personas (Números 19,11-22; Ageo
2,13).

(Versículo 33): El samaritano aunque de siglos atrás era enemigo de


los judíos, no se fijó en dichos prejuicios raciales y sociales, sino que
por el contrario corrió pronto a auxiliarlo.

(Versículo 34): El aceite de oliva y el vino, eran los elementos que se


utilizaban en aquél entonces para desinfectar y aliviar las heridas. El
vino se empleaba como antiséptico, a veces mezclado con hierbas
para aliviar el dolor. Una vez que las heridas estuviesen limpias, se
vertía aceite en ellas para suavizarlas y protegerlas.

(Versículo 35): Dos denarios era el salario para un obrero en dos


días de trabajo de doce horas. Este monto cubría una estadía de
unos dos meses en una posada.
(Versículo 36-37): Jesús hace una pregunta directa al maestro de la
ley sobre cuál de los tres se portó como un verdadero “prójimo”, con
el hombre maltrecho.
III. JESÚS TAUMATURGO

En los evangelios Jesús aparece como un “taumaturgo” del griego


“thaumasion” que puede traducirse como el “hacedor o el que
hace milagros”, que lo identificaban como parte de su misión
mesiánica o divina, teniendo en cuenta que para la fecha las
enfermedades o los defectos físicos, eran atribuidos a dos causas: al
“Demonio” o a los “espíritus malignos”, o como un castigo de Dios
por los pecados propios o los de sus padres. Por eso los enfermos
eran considerados como “impuros”, discriminados también por la
religión hebraica. De ahí que solo pudieran entrar en las puertas
exteriores de la explanada del templo, o a lo más al atrio de los
gentiles o paganos, que también eran considerados como pecadores
e impuros. Sin embargo, el Hijo del Hombre en su vida pública tuvo
compasión de todos ellos, ya que “Recorría Jesús toda Galilea,
enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del
Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Su
fama llegó a toda Siria; y le trajeron todos los que se encontraban
mal con enfermedades y sufrimientos diversos, endemoniados,
lunáticos y paralíticos, y los curó” (Mateo 4, 23 -24, Biblia de
Jerusalén). Aquí se utiliza el verbo griego de “iaomai”, que
precisamente quiere decir “curar” o “sanar”.

Igualmente, los leprosos era tal vez el grupo más representativo de


todos ellos, ya que eran obligados a vivir en los campos solos o
muchas veces en compañía de otros leprosos. Algunos talmudistas
interpretaban que el mandato de la Ley de Moisés de que los
leprosos vivieran “fuera del campamento” significaba que no podían
vivir dentro de localidades amuralladas. Cuando entraban en las
ciudades para pedir limosna lo hacían cubriéndose la cara con un
velo, y anunciar su paso al sonar de una campanilla, gritando
¡tamé! ¡tamé! “inmundo, inmundo”, como lo ordenaba (Levítico
13,45-46). En urbes no fortificadas podían ingresar a las sinagogas y
quedarse en un rincón aislado del resto de la comunidad por medio
de un muro o una rejilla, siempre y cuando ingresaran de primeros y
salieran de últimos. Según algunos documentos rabínicos, tenían
que mantenerse por lo menos a unos dos metros de la gente. Se
dice que al ver a un leproso a lo lejos, cierto líder religioso le arrojó
piedras para que no se acercara y le gritaba. “Vete a tu lugar y no
contamines a otros”.

El Señor Jesús tuvo varios encuentros con leprosos, se mencionan


doce casos en los evangelios, así por ejemplo: “Se le acerca un
leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: `Si quieres,
puedes limpiarme.´ Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y
le dijo: `Quiero; queda limpio.´ Y al instante, le desapareció la lepra
y quedó limpio (Aquí aparece el término griego “katharizo”, que
traduce “limpiar”; es decir, Jesús sanaba a los enfermos y limpiaba a
los leprosos). Le despidió al instante prohibiéndole severamente:
`Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y
haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les
sirva de testimonio.´ Pero él, así se fue, se puso a pregonar con
entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo, que ya no podía Jesús
presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a
las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes”
(Marcos 1, 40-45, Biblia de Jerusalén). Observamos como N. S.
Jesucristo, el “santo”, “puro” e “inmaculado” por su misma
naturaleza de Hijo del Altísimo, al tocar a un leproso toma también
la condición de un “impuro”, para curarlo de su mal, y así que él
pudiera nuevamente integrar a su hogar con los suyos.

JESÚS: EL MAESTRO DE GALILEA


AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

CONTEXTO GENERAL

En la literatura rabínica de los tiempos del Mesías el término am há-


aretz (pueblo de la tierra) tenía unan connotación religioso,
refiriéndose a la gentuza que a causa de su pobreza, distancia de
Jerusalén, o simple descuido, no observaban las leyes rituales de la
purificación; se creía que este tipo de personas estaba fuera del
seno de la religión judía. Jesús y sus discípulos fueron considerados
por los fariseos como am há-aretz, debido a que comían con las
manos no purificadas (Marcos 7,1-5) y por arrancar espigas en el día
de reposo (Lucas 6,1-5).

Los maestros religiosos sostenían que los más humildes quienes no


conocían la Ley en profundidad (como pensaban del propio Señor
Jesús), “¡son unos malditos!” (Juan 7,49). Aquí se emplea el término
griego epikataratos, que denota pronunciar una maldición contra
alguien. Con esta actitud querían silenciar con su autoridad la
admiración que la gente del pueblo sentía por el Emmanuel, al que
lo tildaban de “engañador” por denunciar esa falsa religiosidad, y a
quienes lo seguían eran considerados como unos “ignorantes y
malditos”. También afirmaban que con este tipo de individuos no
había que instruirlos, ni tener ningún trato en los negocios, las
comidas y las oraciones, el padre que permitiera a su hija casarse
con uno de ellos obraba peor que si la expusieran a las fieras.
Recalcaban que las personas del común no tenían esperanza alguna
de resucitar.

En Jerusalén, la capital religiosa, política y social de Israel; a los


habitantes de Galilea (de donde pertenecía Jesús) se les despreciaba
a causa de tres razones:
 Por lo general eran agricultores o pescadores rudos e incultos,
hablaban con un acento propio que los hacía fácilmente
reconocibles (Mateo 26,73). Aunque observaban los preceptos
de las normas mosaicas, eran ajenos a los continuos alegatos
de la interpretación de la torá entre los escribas y fariseos.
 Su relación con los gentiles entre: griegos, sirios, árabes y
romanos; los cuales después de los tiempos de Isaías, se
encontraban dispersos en las ciudades de Séforis y Tiberíades.
Por eso este territorio era conocida como “Galilea de las
naciones” o “Galilea de los gentiles” (Mateo 4,15).
 Los residentes de Judea creían tener una sangre judía más
pura que sus paisanos, a los que consideraban como “semi-
paganos”.

En este ambiente el Hijo de Dios era llamado como “Jesús el galileo”


(Mateo 26,69), quien desde que comenzó su ministerio hubo mucho
recelo en contra suya. Así por ejemplo, Natanael uno de sus
primeros apóstoles antes de conocerlo dijo: “¿Puede salir algo bueno
de Nazaret?” (Juan 1,46). Ya que esta era una pequeña aldea de
Galilea que ni si quiera se hace mención en el A.T., con una
población de unos 400 habitantes, y por eso también se le conocía
como “Jesús de Nazaret” (Mateo 26,71; Lucas 4,34) o el “Nazareno”
(Mateo 2,23; Hechos 26,9). Asimismo, los hebreos estaban
divididos: “Unos afirmaban: Este es el Mesías. Pero otros decían:
¿Cómo va a venir el Mesías de Galilea? ¿No dice la Escritura que el
Mesías es un descendiente de David y que saldrá de Belén, la
ciudad de David?” (Juan 7,41-42). Por su parte, los letrados y los
sacerdotes del templo agregaban: “Estudia las Escrituras y verás
que de Galilea no salen profetas” (Juan 7,52). Numerosos
traductores y especialistas han concluido que estas palabras de los
doctores de la Ley eran una generalización para afirmar que nunca
había salido ni podría salir ningún profeta de esta región de Israel.
Ya que juzgan a Jesús con criterios puramente humanos como el
lugar donde se había criado y residía, tampoco quieren investigar la
legitimidad de su mesianismo del que habían presagiado Moisés y
los profetas, ni comprobar su origen humano como descendiente de
la familia real de David (Miqueas 5,1; Mateo 2,5-6).

Otro hecho es que Jesús era solamente un “artesano” del norte del
país, que no había recibido ningún tipo de formación religiosa
especial en las escuelas rabínicas de  Yerushalayim o Jerusalén
(Juan 7,15). Los judíos de familias importantes mandaban a sus
hijos entre los 16 o 18 años, a estudiar con algún rabino o sabio
famoso hasta obtener un nombramiento, como lo hizo Saulo de
Tarso (más tarde el apóstol Pablo), quien fue discípulo de Gamaliel,
célebre fariseo, doctor de la Ley y miembro del Sanedrín, hijo de
Simón y nieto de Hillel el Sabio (Hechos 22,3).

EL GRAN MAESTRO

El término maestro en el Nuevo Testamento se relaciona


principalmente con el griego “didaskalos”, guía o maestro (de
didasko, enseñar). También se traduce como “rabbí” en hebreo o
“rabboní” en arameo (dialecto que hablaba Cristo), y era un título
de honor para los formadores religiosos (Mateo 23,7). Se aplica en
los Evangelios para Juan el Bautista (Lucas 3,12), como al mismo
Jesús (Juan 1,38; 3,2; 20,16); quien se le debe reconocer como
“Maestro y Señor” (Juan 13,13).

En aquel entonces circulaban entre los judíos un proverbio muy


antiguo –del cual aún hay registro escrito- que afirma que solo
puede llegar a sabio el hombre que dispone de tiempo libre. Según
dice, los obreros y artesanos, los carpinteros, campesinos o
herreros, “no entienden de justicia y derecho (…), ni se encuentran
entre los que inventan parábolas”.
La actividad de Jesús rompe las fronteras entre los pueblos. Lo
siguen multitudes judías y paganas (Mateo 4,25). En el llamado
“sermón de las Bienaventuranzas” el Mesías sube a un mote,
símbolo de la presencia y la actividad divinas. Va a promulgar el
estatuto del reino, a definir la Nueva Alianza y a constituir el nuevo
pueblo de Dios.

Las palabras del Señor que se conocen como las


“Bienaventuranzas”, en latín serían “bendecidas” o “felices” las
personas que siguen estos preceptos.

Jesucristo actuaba como un rabino, por varias razones:

 Empezó su vida pública después de los treinta años, que era la


edad mínima requerida para asumir responsabilidades en la
comunidad hebrea.
 Enseñaba en las sinagogas, que son los lugares de reunión
para los judíos.
 Reúne a un grupo de seguidores en turno suyo divididos en dos
grupos: 12 apóstoles y 72 discípulos.
 Conoce las cuestiones que se enseñaban en las escuelas
rabínicas, ya que discute con los otros maestros, utilizando
como ellos refranes y parábolas.

 Corrige los desvíos doctrinales de los fariseos y escribas con


una doctrina nueva, demostrando que comprendía a la
perfección las Escrituras Hebreas (ha Ta Nak) que estaban
divididas en tres grupos: la ley (Toráh), los profetas (Nebiím)
y otros escritos (Ketubím).
 Aunque los otros rabinos evitaban el trato con los pecadores
públicos, los gentiles, los leprosos, los samaritanos y las
mujeres; Jesús en cambio se juntaba con todos ellos.
En los evangelios encontramos como en algunas ocasiones la vida y
la doctrina del Señor, estaban fuera de lugar con las rígidas
costumbres y normas del judaísmo, que comprenden 365
prohibiciones y 278 preceptos positivos. Un caso concreto es cuando
el Divino Maestro predicó la siguiente enseñanza: “Tomad sobre
vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11,29).
¿Cómo puede ser fácil un yugo? sabiendo que en el lenguaje bíblico
el “yugo” (del griego zugos) es símbolo de esclavitud (1 Timoteo
6,1), pero Jesús se está refiriendo a aquéllos que ya soportan el
“yugo de la ley” (Lamentaciones 3,27), el ôl tôrâ, que es un
concepto vital en la piedad rabínica. El sometimiento al ôl tôrâ por
el ôl malkût semayin, el “yugo del reino”, que inaugurará,
eventualmente la era mesiánica. Porque el yugo de los maestros de
la ley es esclavitud (Gálatas 5,1), más el suyo es libertad y acceso
directo al Padre (Mateo 11,30; Juan 14,6).

Para el Hijo del hombre no existe otro maestro sino Él (Mateo 23,8),
rechazando a los “fariseos” que se auto proclamaban como los
puros, y los “escribas” que eran los doctores de la Ley; ya que
ambos grupos han sabido conservar las enseñanzas de Moisés, pero
no la han puesto en práctica. Del mismo modo, respaldó su labor
salvífica con las siguientes señales: “Los ciegos ven, los cojos andan,
los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan,
y una Buena Nueva llega a los pobres” (Mateo 11,5). Por esta razón,
sus seguidores ya no lo vieron como el simple “carpintero” (Marcos
6,3), sino como “el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea” (Mateo
21,11).
LOS APÓSTOLES DEL SEÑOR

En el Antiguo Testamento la palabra hebrea “saluah” se traduce


por “apóstolos” en griego, vocablo que se deriva de “apostellein”,
que quiere decir “enviar. En el judaísmo un “saluah” podía ser el
que dirigía la congregación en la sinagoga en el culto, era también
un representante del Sanhedrín en una misión oficial. El sacerdocio
también estaba incluido dentro de este término, y algunos
personajes de la Antigua Alianza que actuaron estrictamente como
representantes de Yahvhé, pero siempre entre los límites de la
comunidad de Israel.

En el Nuevo Testamento un apóstol es propiamente aquél que es


enviado con una misión definida, en la que actúa con plena
autoridad al representar al que lo envió, y al cual también debe dar
cuentas. En este sentido Jesucristo es el apóstol celestial de la fe
cristiana, enviado por el Padre con una misión muy superior a
Moisés en el Primer Pacto (Hebreos 3,1).

Once de los apóstoles de Jesús son de la provincia de Galilea.


Natanael es de Caná. Felipe, Pedro y Andrés son de Betsaida, pero
Pedro y Andrés vivían en Capernaum, donde al parecer también era
Mateo. Santiago y Juan tenían un negocio de pesca y
probablemente también vivían en Capernaum o cerca de allí. Judas
Iscariote, quien después traicionó al Mesías es el único que
posiblemente era de Judea.

Nuestro Señor les dio varias misiones y poderes que realizarían en


su Nombre:

 Predicar el evangelio (la buena nueva).


 Perdonar los pecados.
 Bautizar.
 Celebrar la eucaristía.
 Hacer milagros.
 Expulsar demonios.
 Hablar varios idiomas.
 Sanar a los enfermos.
 Resucitar a los muertos.
EL SEMBLANTE DE CRISTO

Uno de los testimonios profanos más valiosos acerca de la


apariencia física y la personalidad del Redentor del Mundo, la
encontramos en la célebre carta que Publio Léntulo, procónsul de
Judea (anterior a Poncio Pilatos), envió al emperador Tiberio César,
en Roma. Este manuscrito se conserva en casa de SS Cesarini en
Roma. Es el siguiente:

“Te envió, majestad, la respuesta que con tanta ansiedad


esperabas. Últimamente ha hecho su aparición en Judea un hombre
dotado de extraordinario poder; lo llaman el Gran Profeta; sus
discípulos lo apellidan Hijo de Dios. Su verdadero nombre es Jesús.
A diario se cuentan de El raros prodigios: resucita a los muertos,
cura todas las enfermedades y tiene asombrado a Jerusalén con su
extraordinaria doctrina. Es de aspecto majestuoso, de
resplandeciente fisonomía llena de suavidad; a la vez severo y dulce,
inspira respeto y amor a quien lo ve. Su cabello es del color del vino
y desciende ondulado sobre la espalda, donde se parte en dos, al
estilo Nazareno. Su frente es pura y altiva; tiene la piel bronceada y
limpia; su boca y su nariz son perfectas; su barba abundante y del
mismo color de los cabellos; sus ojos son azules, plácidos y
brillantes; sus manos finas y largas; sus brazos, de una gracia
encantadora. Es semejante a su madre que es la más bella figura
que se haya visto en estos contornos. En sus dichos y sentencias es
grave y preciso. Es la expresión más pura de la virtud, y de una
sabiduría que supera con mucho a la de los más grandes genios.
Cuando reprende y condena es terrible; cuando instruye y exhorta,
su palabra es dulce y acariciadora. Nadie lo ha visto reír, pero
muchos lo han visto llorar. Va con los pies descalzos y la cabeza
descubierta. Viéndolo a distancia hay quien lo desprecie, pero
estando en su presencia no hay quien no se entremezcla con hondo
respeto. Cuantos se acercaron a Él dicen haber recibido enormes
beneficios, pero hay quienes lo acusan de ser un peligro para el
César porque afirma que reyes y esclavos son todos iguales ante
Dios…Mándame sobre el particular lo que quieras y serás
prontamente obedecido.”
Publio Léntulo.

Hay que resaltar que este relato no es más que una piadosa
leyenda, sin ningún valor histórico o canónico. La carta fue
mencionada por primera vez en el texto sobre la "Vida de Cristo" por
el cartujo Ludolfo de Sajonia (Colonia, 1474), y en la "Introducción a
los trabajos de San Anselmo" (Nuremberg, 1491). Pero no se puede
considerar como obra de San Anselmo ni de Ludolfo. De acuerdo
con el manuscrito de Jena, un cierto Giacomo Colonna encontró la
misiva en 1421 en un antiguo documento Romano enviado
a Roma desde Constantinopla. El escrito debió haber sido redactado
originalmente en griego, y posteriormente traducido al latín durante
los siglos XIII o XIV, finalmente recibió su forma actual de manos de
un humanista del siglo XV o XVI.

LAS FAMILIAS JUDÍAS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

CONTEXTO GENERAL

Desde la época de los patriarcas el hombre era dueño absoluto,


sacerdote y maestro en el hogar. Toda la instrucción en el campo de
la fe del pueblo de Israel corría a cargo del padre de familia.

La palabra “padre” viene del griego “patér” que significa nutridor,


protector o sustentador. También está relacionado con el término
bíblico “oikodespotes”, que denota como el “señor de la casa” o
“jefe de familia” (Marcos 14,14).

Por su parte, la mujer hebrea o judía siempre era considerada como


“menor de edad”. Si era joven estaba sujeta a la autoridad del
padre, y si era casada a la del esposo, a quien tenía que llamar
como “señor” en señal de respeto e importancia (1 Pedro 3,6). Del
mismo modo, si era viuda le pertenecía a su primer hijo, ya que la
progenitura del griego prototokai, involucraba preeminencia y
autoridad en la familia (Génesis 27,29; 49,3). El hijo mayor tenía
que ser el soporte moral y económico de la casa cuando faltara el
progenitor.

Sólo eran respetadas si tenían hijos, preferiblemente varones; de lo


contrario eran menospreciadas. El talmud (libro religioso e histórico
del judaísmo) decía: “Dichoso del que tiene hijos varones, y
desdichado del que tiene mujeres”.

Una hija era una pesada carga económica para algunos padres,
porque tenían que encontrarle cónyuge, y no podían contar con que
los cuidaran en la vejez. Por eso, eran consideradas como bienes
que se venden a los pretendientes que las compran, lo mismo que
un esclavo.

Las obligaciones familiares de una madre (meter en griego)


consisten en el cuidado de los hijos menores, la educación de las
hijas para su futura misión como esposas y madres, la
administración de la casa y la fiel observancia de las prescripciones
rituales.
La mayoría de las mujeres israelitas de la época daban mucho valor
a tener un hijo que se convirtiera en alguien importante, sobre todo
un profeta (Lucas 11,27-28).

EL CAMPO RELIGIOSO

Dice el apóstol San Pablo que “cuando se cumplió el tiempo, Dios


envió a su Hijo, que nació de una mujer, sometido a la ley de
Moisés” (Gálatas 4,4).

Veamos a ver los preceptos del judaísmo que se cumplieron en el


nacimiento, la infancia y la adolescencia de Jesús:

EVANGELIO DE LUCAS 2,21-47.

(Verso 21): La circuncisión del griego peritome, era un rito que


había sido ordenado por Yahweh Shaddai a Abraham y a sus
descendientes varones, como señal del pacto con Él (Génesis 18;
Hechos 7,8; Romanos 4,11). De ahí que los israelitas eran vistos
como los “circuncisos”, mientras que los “gentiles” o “paganos”
como “los incircuncisos” (Jueces 15,18; 2 Samuel 1,20),
estableciendo la diferencia entre los unos y los otros; aunque no
necesariamente en forma de desprecio (Romanos 2,26; Efesios
2,11).

El niño hebreo tenía que ser circuncidado a los ocho días de nacido
momento en el cual se le imponía el nombre, esto se hacía en el
seno del hogar pasando por el ancestral ritual del “brit milá” o
circuncisión por el padre de familia (Levítico 12,3).

Mediante la circuncisión, el varón israelita queda incorporado al


pueblo de Dios, se trata de un sello o una marca en la carne. Para
las niñas había que esperar quince días para que se le impusiera el
nombre.
(Versos 22-24): Otros dos ritos diferentes se juntan en esta visita al
santuario de la ciudad de Dios:

 Las mujeres hebreas después de la menstruación o de un parto


debían purificarse, del griego katharismo; porque la pérdida
de sangre la hacía impura, por eso tenía que esperar treinta y
tres días si es niño y sesenta y seis si es niña. La purificación
establecida en el libro del levítico apuntaba directamente a la
pureza ritual y cultural, pero no estaba relacionado con el
aspecto moral.
 Además tenía que ofrece un sacrificio consistente en un
cordero o un cabrito de un año. Si un israelita era muy pobre
se aceptaba dos tórtolas o dos pichones (Levítico 12,1-8). Pero
si todavía era aún más pobre, se le permitía presentar un poco
de “flor de harina”, que era la más selecta con la que se servía
a los invitados de honor (Levítico 5,7.11; Génesis 18,6).

 El otro ceremonial era la consagración a Yahvé del hijo


primogénito, que tiene su raíz del griego prototokos (de
protos, primero, y tikto, engendrar). Otra traducción más
apegada al griego koiné sería: “Todo varón que abre la matriz
será llamado santo”.
 Hay que tener en cuenta también que en el judaísmo todo
primer fruto, tanto de humanos, como de animales y vegetales,
pertenece al Señor (Éxodo 13,2).

(Verso 39-40): Sobre la infancia de los niños judíos era la costumbre


que asistieran desde los seis años a las sinagogas para el
aprendizaje de la torá que se traduce “lo que se enseña”, que son
los cinco libros del pentateuco atribuidos a Moisés; a los 10 el
estudio de la mishná, o los comentarios de los textos
veterotestamentarios hechos por los rabinos (o maestros de las
Santas Escrituras), a los 13 eran considerados como mayores de
edad, y por lo tanto responsables del cumplimiento de de los 613
preceptos la religión judía. Según el Talmud, los votos de un varón
de trece años son legales, lo cual es el resultado de ser un "hombre"
como se lo requiere en el libro de los Números 6,2.

La ceremonia llamada bar mitzvá, "hijo de los mandamientos”; que


realiza todo joven judío a la edad de trece años más un día, viene
de un término que denota que se alcanza la madurez religiosa y
jurídica, además apto para leer los rollos sagrados en hebreo. A
partir de este momento, los jóvenes pasan a ser considerados,
según la halajá o ley judía, responsables de sus actos. Celebrar el
bar mitzvá en una sinagoga testimonia que el adolescente tiene
alguna instrucción religiosa básica. Hay que aclarar que este ritual
no existía en los tiempos bíblicos, solo desde el siglo XV llegó a ser
una costumbre en el judaísmo.

(Versos 41-42): Observamos como la “sagrada familia” cumplía a


cabalidad todos los preceptos de la ley mosaica (Éxodo 23,14 ss).
Los israelitas se presentaban al templo de Jerusalén para dar gracias
a Yahvé por los beneficios recibidos, en las tres festividades
principales del año: Pesaj (Pascua), Shevout (Semanas) y Sukkot
(Cabañas). Los que vivían lejos de la llamada Ciudad de Dios podían
ir una sola vez al año o incluso una vez cada varios años. Las
familias pobres harían este viaje a pie, y los hijos acompañarían a
sus padres. A los doce años el adolescente empieza a estar
sometido a los mandatos religiosos, entre otros a la peregrinación
obligatoria a la Ciudad Santa en estas festividades (Éxodo 23,14-
17).

(Versos 43-45): La familias hebreas viajaban en grupos


acompañados de sus parientes y amigos, pero la costumbre imponía
que las mujeres vayan separadas de los hombres. Los niños iban en
el medio o bien en cualquiera de ambos grupos De hecho la
distancia entre Jerusalén y Nazaret es de 140 kilómetros, y los
peregrinos solían recorrer unos 30 kilómetros por día, es decir cinco
días de camino, deteniéndose a mitad de la jornada unas dos horas
para comer todos juntos. Es aquí donde se dan cuentan José y
María que no aparece su joven hijo.

(Versos 46-47): Los jóvenes judíos a la edad de Jesús eran


admitidos a estas reuniones, y podían tomar parte de la discusión.
En el templo de Jerusalén había tres grandes salas abiertas al
pueblo durante las fiestas. En éstas se juntaban los doctores de la
ley para dar al pueblo enseñanzas religiosas. El maestro procedía
por preguntas, ponía una cuestión o proponía una dificultad. Los
más instruidos daban la respuesta, que el doctor discutía, aprobaba
o corregía. A propósito de esto, el Talmud ha conservado el
recuerdo de dos adolescentes judíos, uno de 16 años y el otro de
14, cuyas respuestas fueron tan acertadas, que fueron invitados por
los doctores a dejar los bancos de discípulos y a tomar asiento entre
ellos. Tal cual como sucedió con el mismo joven Jesús.

LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO

Vamos a leer este pasaje del evangelio de Lucas que algunos


biblistas han querido llamar también como la parábola del “padre
misericordioso”, haciendo una exegesis para aproximarnos a la
forma como un judío de la época de Jesús lo entendería.

LUCAS 15,11-32.

(Versos 11-12): La ley de los hebreos preveía que los hijos


primogénitos heredaban el 50% de los bienes del padre, la otra
mitad era repartida en partes iguales entre los otros hermanos. En
este caso al hijo mayor le correspondería dos terceras partes de la
herencia paterna (Deuteronomio 21,15-17), y aunque la división de
la fortuna se podía hacer en vida, los hijos no accedían a ella hasta
después de la muerte del padre (Eclesiástico 33,20-24). En este
caso se hizo una excepción especial, pero era visto como si se
deseara la muerte al padre de familia.

(Verso 13): Salir a un país extranjero para juntarse con personas


pagana y politeístas, era dejar la nación santa de Israel y su
verdadera religión; con el agravante de que en este caso fue para
llevar una vida de libertinaje. Para su padre, éste era un signo de
rechazo, y como si su hijo hubiese muerto.

(Versos 14-16): Este personaje de la parábola no pudo haber caído


más bajo, ya que se ve obligado a trabajar cuidando una pira de
cerdos. Hay que tener en cuenta que los porcinos son los animales
más “impuros” para la cultura judía. Los hebreos consideraban estos
animales como impuros y sucios, y no se les podían acercar ni
comer su carne. Con el apelativo de “cerdo” los paganos se dirigían
a ellos en forma déspota.

En los versículos del (17-19), se cumplen los tres pasos importantes


de una verdadera confesión de pecados de acuerdo a la doctrina
moral de la Iglesia Católica:

1. Este joven hace un examen de conciencia sobre la desgracia


que está viviendo, por la misma libertad de sus actos mal
encaminados.
2. Realiza una confesión personal por sus culpas con un corazón
contrito (dolor por haber ofendido a un padre tan bueno).
3. El mismo se pone la penitencia para regresar a la casa paterna.

(Verso 20): En este caso el hijo menor estaba tomando un riesgo


muy grande, ya que la ley de Moisés contemplaba que todo hijo que
llevara una vida de rebeldía, libertinaje o borracheras; podía ser
denunciado por su padre a los ancianos de la ciudad, para morir
apedreado por los hombres de la comunidad en la plaza pública
(Deuteronomio 21,18-21). La severidad del castigo hace evidente la
importancia del mandamiento de “honrar a los padres de familia”,
en una sociedad patriarcal como la israelita. Además aunque era
considerado humillante que un hombre rico con pesadas ropas
corriera, en esta parábola el padre sale al encuentro hacia el hijo
extraviado para darle la bienvenida, a pesar de su mala conducta.

(Versos 22-24): Con la actitud del “padre compasivo” que tuvo con
el hijo que llega nuevamente al hogar, hay cuatro aspectos
importantes de anotar:

 El mejor traje simbolizaba revestirse de una nueva


personalidad. Era exclusivo para el jefe de familia.
 El anillo en la mano, quiere decir el compromiso de volver a
cumplir las órdenes del padre, y su poder sobre los sirvientes.
 Las sandalias en los pies, para caminar rectamente en los
caminos del Señor. Eran usadas por la familia, pero no por los
esclavos que trabajaban en el hogar.
 La fiesta, porque todo acontecimiento importante a nivel
familiar, social o religioso era celebrado con un banquete, el
baile y la música. De hecho, en las familias adineradas, un
novillo lechón se sacrificaba para ocasiones muy especiales.

(Verso 28): Ante la posición hostil del hijo mayor, el padre de familia
de esta historia, es quien toma la iniciativa de hablar con su primer
descendiente. Por lo general en la tradición del Oriente Medio, un
padre no discutía asuntos domésticos con los hijos. Al hacerlo, el
jefe de la casa demuestra su amor por su hijo que no perdona.

(Versos 29-30): En los actos de ambos hermanos, el Señor Jesús


quería representar a los judíos de su época:

 El hijo mayor está conformado por los “fariseos” y “escribas”,


que se consideraban justos porque cumplían todos los
preceptos de la ley, dejando a un lado la compasión con los
demás.
 El hijo menor son los “publicanos” y “pecadores” a los cuales
llamó el Mesías para heredar el “reino de los cielos”.

(Verso 31): Tiene razón el padre, pues al haber repartido ya la


herencia, a este hijo le correspondió la mejor parte.

(Verso 32): El progenitor justifica su actitud con las dos mismas


razones que dio antes de empezar la fiesta de bienvenida con el hijo
prodigo. Además a diferencia del vástago mayor que se refiere a su
hermano de sangre como “ese hijo tuyo” (30); el padre por el
contrario le devuelve su condición de “hermano” suyo,
reintegrándolo nuevamente al seno familiar.

Con este último versículo terminamos esta parábola que ha sido


llamada también como el “evangelio de los evangelios”.
LAS MUJERES EN LA VIDA DE JESÚS
AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.
I. CONTEXTO HISTÓRICO

El término “mujer” en hebreo es ‘ishsah, y señala a cualquier


persona de sexo femenino. De esta manera, se correlaciona con
“hombre” (‘ish): “Esta será llamada mujer, porque fue tomada del
hombre” (Génesis 2,23). Ambos tienen la misma dignidad (Génesis
1,27; Marcos 10,6), y el libre albedrío para escoger entre el bien y el
mal (Génesis 3,6-15; Amos 4,13; Proverbios 31,29-30).

En la sociedad israelita la jefatura y el liderazgo religioso tenía el


mismo parámetro: patriarcas, jueces, reyes, sacerdotes y profetas
eran todos varones. Las mujeres eran excluidas de estas labores,
debido en una parte a las normas sobre la pureza en cuanto al ciclo
menstrual y el parto en la que quedaban alejadas de la vida
colectiva, haciéndolas no aptas para ocupar cargos en la comunidad.

La ley Mosaica, que se implantó en el siglo XVI a. C., tenían


estatutos específicas que protegían y defendían a la mujer.
Exigiendo a los varones un trato respetuoso y digno hacia ellas
(Levítico 18,6-20; Deuteronomio 22,13-29). El decálogo era igual
para los dos sexos en cuanto al descanso semanal y el deber de
honrar a los padres de familia (Éxodo 20,9-12).

Las mujeres podían estar presentes durante la lectura de las leyes,


lo que les daba mucha oportunidad de aprender (Deuteronomio
31,12; Nehemías 8,2.8). Algunas probablemente desempeñaban
servicios organizados en el tabernáculo, y otras cantaban en un coro
mixto (Éxodo 38,8; 1 Crónicas 25,5-6).

Desde niñas se las educaba en la religión hebrea. Esta instrucción


era inculcada principalmente en el seno familiar por las costumbres
que observaban, y en el cumplimiento de las normas establecidas en
la Torá.

II. EL RELATO DE LOS EVANGELIOS

Entre los seguidores del Señor Jesús se encontraban su madre


María, su hermana maría esposa de Cleofás, Salomé, la madre de
los hijos de Zebedeo, María de Magdala (pueblo a orillas del lago de
Tiberíades), la madre de Juan Marcos, María y Martha de Betania
(aldea cercana a Jerusalén), Juana mujer de un administrador de
Herodes, llamado Cuza y Susana. Asimismo, había otras mujeres
que lo acompañaban desde Galilea en sus recorridos misioneros, y lo
atendían con sus propios recursos económicos (Lucas 8,1-3; Marcos
15,40-41). Este último punto no era extraño a las costumbres de los
rabinos, como lo asegura el historiador Flavio Josefo, en su libro
“Antigüedades Judías”.

En Cafarnaúm ciudad a orillas del lago de Genesaret, restablece la


salud a la suegra de Pedro, que estaría acostada en una esquina de
la casa entre cojines y mantas. (Marcos 1,29-31). En el judaísmo
bíblico las adversidades, los sufrimientos, las enfermedades, la
lepra, el dolor, la fiebre o la muerte era obra del príncipe del mal. La
victoria sobre el Diablo se pone de relieve al constatar que el Hijo
del hombre ha entrado en sus dominios, mediante el recurso de
curaciones extraordinarias.

Alivia a una hemorroísa de su mal y resucita a la hija de Jairo


(Marcos 5,21-43). La primera era una mujer marginada de edad
avanzada que tiene hemorragias, y por lo tanto es impura (Levítico
15,19) y hace impuros a quienes la toquen; debía por tanto
abstenerse de mezclarse con su gente. Pero su fe la lleva a violar
algo más sagrado todavía; los flecos del manto que era un recuerdo
de Dios y de su ley, y tocarlos estando “impura” era un sacrilegio.
Se atrevió a hacerlo, y Jesús le dice: “Tu fe te ha salvado”. El otro
milagro es a pedido de un oficial de la sinagoga, llamado Jairo, o
sea, responsable de la comunidad local hebrea. Cuando llega a su
hogar donde estaba el cadáver de la menor de doce años, dice: “La
niña no está muerta, sino dormida” y tomándola de la mano agrega:
“Talitá Kumi”, que quiere decir: “Niña, te lo dijo, ¡Levántate!”. Los
escritores bíblicos utilizan en muchas ocasiones la expresión
“dormir” o “soñar” para relacionarlo poéticamente con la muerte.
Jesús es el principal y el único vencedor de este último enemigo en
el ser humano.

A mitad de su ministerio público cuando se aproximaba a la ciudad


galilea de Naín, se encontró cerca de la puerta del pueblo a un
cortejo fúnebre de un joven hijo único de una viuda, que quizás
fuera acompañada de los lamentos de las lloronas profesionales y de
las tristes melodías que tocaban los músicos en los entierros
(Jeremías 9,17-18; Mateo 9,23). En una organización en la que la
seguridad de la mujer dependía del hombre, esta viuda que ha
perdido a su esposo y su hijo se encuentra indefensa. Pertenece a
los pobres y pequeños que el Señor había declarado dichosos (Lucas
6,20-21). El Santo de Dios no espera que esta mujer o alguno de los
que lo acompañan o alguno de los que sigue la procesión le dirija
alguna palabra de intercesión. Actúa con prontitud y naturalidad,
primero consolándola: “Al verla, se compadeció de ella y le dijo: `no
llores´. Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se
detuvieron (El Señor trasgrede la ley levítica que declaraba impuro a
quien tocara a un cuerpo muerto). Dijo Jesús entonces: `joven, yo
te mando, levántate. Se incorporó el muerto”. El pasaje agrega un
detalle muy conmovedor: “Y Jesús se lo entregó a su madre” (Lucas
7,11-15).

Un día sábado en una sinagoga alivió a una mujer que se


encontraba encorvada desde hacía dieciocho años por un “espíritu
impuro”. Hasta la llamó “hija de Abrahán”, una expresión casi
desconocida en los escritos judaicos (Lucas 13,10-16). Hay que
resaltar que el milagro lo realizó en el día sagrado para los judíos,
en el lugar de culto, y ante la amonestación del archisinagogo, es
decir, el jefe de cada sinagoga. La praxis o la acción del Unigénito
de Dios pone de manifiesto que su autoridad y dignidad del Logos o
la Palabra de Dios hecho Hombre, está por encima de todo lo
referente a la Primera Alianza en el pueblo hebreo.

En los territorios de Tiro y Sidón por las fronteras de Galilea, una


mujer sirio-fenicia le suplicó que curase a su hija, que estaba
poseída por un demonio. Al principio, le indicó de tres maneras que
no la ayudaría: primero, se negó a contestarle su súplica; segundo,
diciéndole directamente que Dios no lo había enviado a los paganos,
sino a los suyos, y tercero, estableciendo una comparación que
ilustraba con tacto ese mismo punto. Pero aquella madre fue
persistente y dio muestra de una fe extraordinaria. En vista de este
hecho excepcional, actuó justamente con bondad y sano a su hija
(Mateo 15,21-28). El don del amor celestial no conoce fronteras,
pues se trata de una mujer extranjera con su hija, que son de otra
cultura y nación. Cristo Jesús rompe el paradigma que pesaba en
aquél entonces de la supremacía racial de la sangre judíos. La
instauración del reino de Dios tiene que abrirse también a los
gôyim (los no hebreos) que formaran parte del nuevo Israel.
A diferencia de los judíos, quienes consideraban que los samaritanos
eran tan despreciables como los gentiles, Él no vaciló en predicar a
una de ellas junto al pozo de Jacob, en el pueblo de Sicar. De
hecho, fue la primera persona a la que se presentó claramente
como el Ungido de Yahvé prometido (Juan 4,6.25-26). La leyenda
cristiana le ha dado el nombre de Santa Fotina. Según diversos
relatos se trasladó a Cartago (Norte de África) con uno de sus hijos.
Allí predicó el evangelio y murió en prisión en tiempos del
emperador Nerón César.

Salva de morir apedreada a la mujer acusada de adulterio (Juan 8,1-


11). En este episodio sus adversarios le ponen una dura prueba. Su
objetivo último es denunciarlo como contrario de la ley, y por lo
tanto, enemigo de Dios (Levítico 20,10; Deuteronomio 22, 22).
Aunque las costumbres habían cambiado mucho desde los tiempos
de Moisés, y la pena se había suavizado en la práctica. A estos
acusadores no les importa la situación de aquella victima que
querían lapidar. Los maestros de la ley enseñaban que solo las
mujeres eran infieles, nunca los hombres. No obstante, para el Hijo
del Altísimo prevalece la misericordia divina que la justicia humana,
pues ha venido al mundo para salvar a los pecadores, y no para
condenarlos (Lucas 19,10). Incluso, ninguno estaba libre de pecado
como lo exigió Jesús para tirar la primer pierda, ya que cuando
escribe en la tierra lo que al parecer serían los pecados de cada uno
de los verdugos, abandonan el lugar desde el más anciano hasta el
último.

Permite que María se sentara a sus pies a escuchar sus enseñanzas,


que fuera la actitud tradicional del discípulo, sentado a los pies de su
maestro. Las normas rabínicas sobre la formación académica eran
exclusivas de los varones, puesto que se dudaba de la capacidad de
la mujer para aprender la Torá. Ni entre los fariseos ni entre los
discípulos de Juan Bautista había mujeres. Esto también provocó el
reproche de su hermana Marta, porque las mujeres judías recibían
instrucción principalmente para atender las labores domésticas del
hogar como: limpiar la casa, preparar la comida, cuidar a los hijos,
entre otras obligaciones (Lucas 10,41-42).

Elogia la ofrenda de la viuda pobre que dio dos monedas al arca, en


la sala del Tesoro (Marcos 12,41-44). Cada una de ellas era un
leptón, la moneda judía más pequeña que había en circulación. Dos
leptones no bastaban ni para comprar un gorrión, el pájaro más
barato que consumían los de la clase social más baja. Una tradición
judía del siglo que sigue a los Evangelios afirma que si el templo en
Jerusalén ahora destruido, solamente quedó en pie el llamado muro
“de las lamentaciones”, esto se debe a que esa parte de la
construcción se levantó con la limosna de los pobres.

En la casa de Simón el ex leproso en una cena un sábado por la


noche, era la costumbre según la hospitalidad en la sociedad hebrea
que cuando llegaba un invitado, lo recibían con un beso, le quitaban
las sandalias, le levaban los pies y le untaban un relajante aceite
perfumado en el cabello. Este acto de cortesía lo efectuaba en raras
ocasiones el anfitrión, pero en la mayoría de los casos corría a cargo
de los esclavos o las mujeres; y fue lo que pasó con María de
Betania (algunos exegetas piensan que es la misma Magdalena).
Esta mujer no era una prostituta sino una persona conocida y que
podía permitirse entrar en el aposento de un fariseo como era
Simón. Era una pecadora, es decir, que vivía o había vivido en una
situación irregular. Ella quiebra un vaso lleno de alabastro que
contiene cerca de medio kilogramo (una libra) de “nardo genuino”
(extracto de una planta aromática de la India), y derrama el
contenido del mismo sobre la cabeza del Mesías (Marcos 14, 3). Este
bálsamo era muy costoso, debido a que su precio: trescientos
denarios equivalía al salario de un jornalero en un año de trabajo; lo
que valió la indignación de los mismos discípulos.
III. LA CRUCIFIXIÓN DE CRISTO

Durante el camino al Calvario N. S. Jesucristo se encuentra con un


grupo de piadosas mujeres que desconsoladas lloran por lo que
acontece, a las que llamó “hijas de Jerusalén” (Lucas 23,27-28).
Conforme a una costumbre mencionada por el Talmud, algunas
mujeres distinguidas de la Ciudad de Dios preparaban brebajes
calmantes y se los llevaban a los condenados.

Sobre la mujer que abriéndose paso en medio de la multitud le secó


la cara con un paño, la tradición cristiana la nombra como “Sefarina”
o “Berenice”, y la identifican con la hemorroisa que fue curada de su
enfermedad al tocar el borde del vestido del Señor. El título de
Verónica sería una alusión al sagrado rostro, las palabras: Vero
(latín=verdadero), E icono (griego=imagen) quiere decir “verdadera
imagen”. Cuando Saulo persiguió a la Iglesia naciente, esta santa
mujer dejó Palestina, llevándose consigo la preciada reliquia.

En el libro “La Amarga Pasión de Cristo”, donde se pone por escrito


las revelaciones particulares de la beata estigmatizada Ana Catalina
Emmerich, se narra que: “María al pie de la cruz, sentía en su alma
cada insulto y cada nuevo tormento infligido a su amado Hijo. Los
fariseos se burlaban de Ella y la increpaban” (Véase también Juan
19,25-27).

Aunque la norma judía indicaba que el testimonio de una mujer no


era válido, el Señor Jesús se le aparece a María Magdalena el
domingo de resurrección, y la envía como mensajera de este
acontecimiento a los apóstoles (Mateo 28,1-10; Juan 20,16-18).
Según una tradición griega ella fue a vivir a Éfeso (Turquía), en
donde probablemente murió. Otra leyenda en Provenza, asegura
que ella con su hermana Marta viajó a Francia, y evangelizó
Tarascón. Ahí se dice que encontraron en 1187, sus pretendidas
reliquias, que todavía se veneran en su santuario.
EL ISRAEL DE JESÚS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. MARCO GEOGRÁFICO.

Jesús nació y vivió en el espacio de Oriente Medio, en el país de Israel,


el cual desde el año 64 a.C. formaba parte del Imperio Romano y
oficialmente se llamaba Judea.

Israel tenía tres provincias:

JUDEA: era una región montañosa con zonas desérticas poco


fértiles y de aspecto pobre, las comunidades campesinas vivían en
pequeñas villas o pueblos. Aquí se encontraba:

 JERUSALÉN: La capital religiosa, política y económica de


Israel, y donde el Verbo de Dios murió y resucitó. Era
considerada en las Sagradas Escrituras como el centro del
mundo. Llamada como la “Ciudad de Dios”, “Ciudad Santa”,
“Ciudad de la paz” o “Ciudad de David”, ya que la hizo capital
de su reino.

 Aquí se hallaba el templo al que todo judío debía peregrinar, es


también el núcleo de la formación religiosa, y la sede del
Sanedrín, la máxima autoridad hebrea, además florecían las
escuelas de rabinos, como había sido el caso de los dos
grandes maestros:”Hilel el sabio” y “Shamai”.
 BELÉN (Casa de Pan): se encuentra a 8 kilómetros al sur de
Jerusalén. Fue la aldea donde nació el rey David, José y Jesús.
Esta población no se la incluía en la lista de ciudades del
territorio de Judea, ya que era demasiada pequeña.

 HEBRÓN: donde se encuentran los sepulcros del patriarca


Abrahán su esposa Sara, su hijo Isaac, y José.

 JERICÓ: Antiguo territorio de las tribus de Judá y Benjamín,


era la residencia de muchas familias de sacerdotes que servían
en el culto del templo de Jerusalén.

 EMMAÚS: El sitio donde el Salvador resucitado efectuó la


“fracción del pan” delante de sus discípulos Cleofás y Simón.

GALILEA: Tenía fértiles campos para el cultivo con lluvias


abundantes, era el territorio de Herodes Antipas. Los galileos
hablaban una lengua bastante grosera y con una pronunciación muy
defectuosa. En esta región al norte del país se localizaba:

 NAZARETH (Flor de Galilea): Situada entre las montañas,


donde el Mesías vivió su vida privada por 30 años; fue también
el lugar de origen de la Virgen María.

 CAFARNAÚN (Bella Ciudad): La segunda patria del Señor,


donde más milagros realizó, y donde predicó con mayor
elocuencia. Aquí estaba la casa del apóstol Pedro, ciudad
importante para el comercio marítimo, y contaba con una
guarnición militar. Cuando las personas de Cafarnaúm se
negaron a seguir a Jesús, él predijo su ruina.

 CESAREA: Era una bella ciudad de mármol transformada por


Herodes el Grande. Se convirtió en la capital de la Judea
romana. Era un bastión del paganismo.
 TIBERÍADES: Situada junto al mar, fundada por Herodes
Antipas, tetrarca de Galilea; quien le dio este nombre en honor
del emperador Tiberio César. Después de la destrucción de
Jerusalén (hacia el 70 d.C.) se convirtió en un significativo
centro fariseo donde se desarrolló una importante escuela
masorética. Esta ciudad al lado de Séforis eran habitadas por
paganos (no judíos), mientras que las otras localidades estaban
constituidas por población judía.

 BETSAIDA (Casa de los Pescadores): Cerca del río Jordán;


cuna de los apóstoles Andrés, Pedro y Felipe. Cerca de la cual
tuvo lugar la primera multiplicación de los panes.

 CANA: Donde el Divino Maestro realizó su primer milagro al


transformar el agua en vino. Lugar de nacimiento del apóstol
Natanael.
 BETANIA (Casa de la Pobreza): Sitio de descanso de Cristo en
el hogar de sus amigos los hermanos Lázaro, Marta y María
Magdalena.

SAMARIA: Provincia central de Palestina, con una franja


montañosa rica en viñas y olivares. Se extendía desde el
Mediterráneo al Jordán, separando la Judea de la Galilea. Samaria e
Idumea eran administradas directamente por Roma, con un
gobernador romano que se hacía cargo del recaudo de los
impuestos, administrar justicia y velar por el orden público. Aquí se
localizaba la ciudad de Césarea Marítima, donde vivía el
procurador romano, desde el año seis de nuestra era, acompañado
de una guarnición militar. Igualmente se hallaba el monte de
Meguidó, donde según el libro del Apocalipsis (16,16), sucederá la
batalla final entre el bien y el mal.

Sus habitantes llamados “samaritanos” eran enemigos de los judíos


desde hacía siglos atrás, cuando se presentó la división del reino de
Israel en el año 721 a.C. Su población era una mezcla entre las diez
tribus de Israel con gentiles como los babilonios, sirios y otras
naciones; y por eso eran considerados como impuros por los
hebreos, convirtiéndose en un reino cismático. El pueblo dejó de ir
al templo a ofrecer los sacrificios al Dios Altísimo. Sus reyes
elaboraron altares a los ídolos, mezclando los ritos paganos con la
ley mosaica, desechando todo lo referente a sus tradiciones
nacionalistas judías, las enseñanzas orales y los escritos de los
profetas fueron abolidos, con excepción de los cinco primeros libros
del Antiguo Testamento escritos en hebreo, llamados el
“Pentateuco” o también conocido por ellos como “Torá
samaritano”. Igualmente, habían tenido su propio santuario sobre
el monte Garizim, ubicado a 50 kilómetros al norte de Jerusalén,
donde Moisés le dio al pueblo la bendición de Yahvé (Deuteronomio
11,29). Fue construido en el año 400 a.C., y destruido hacía el año
107 a.C. En aquel lugar habían celebrado fiestas como la pascua
(Juan 4,20).

El hebreo devoto evitaba todo contacto con los samaritanos. Estaba


prohibido el matrimonio entre judíos y samaritanos. Según un dicho
judíos: “El que come pan de un samaritano, come carne de cerdo”
(el animal más impuro para el judaísmo). También que un judío
llame a otro compatriota como “samaritano”, era una grave ofensa
(Juan 8,48). Casi nunca atravesaban sus villas y ciudades, y
cruzaban por el río Jordán para viajar a través de Perea. Si eran
obligados por las circunstancias evitaban la hospitalidad de sus
falsos hermanos. De hecho, el mismo Señor Jesús cuando envía a
los doce apóstoles en su primer viaje misionero, le hace la siguiente
advertencia: “No vayan a tierra de paganos ni entren en pueblos de
samaritanos” (Mateo 10,5). No obstante, después de su resurrección
y antes de regresar nuevamente a los cielos, la predicación del
Evangelio o la “Buena Nueva” tiene un carácter distinto que
abarcaría inicialmente a Jerusalén, pasando por Judea y Samaria
(que comprende los dos reinos de Israel), hasta llegar a los
extremos de la tierra (Hechos 1,8).
 SEBASTE: En esta comarca según la tradición cristiana
Herodes mandó a decapitar a Juan Bautista.

PEREA: Localizada al este de Israel significa “más allá”. En el Nuevo


Testamento se le conocía como la región “al otro lado del Jordán”.
Fue ocupada por los judíos durante la invasión romana. Era una
tierra muy árida excepto la parte próxima al río, donde había olivos,
viñedos, sembrados de trigo y cebada. Junto con Galilea formaban
la tetrarquía de Herodes Antipas, en sus límites estaban ubicadas las
diez ciudades de la Decápolis, con una cultura griega y donde
dominaba el paganismo, todas ellas sometidas directamente al
dominio romano. Jesús pasaba como un fugitivo por medio de estas
comarcas cuando era acosado de muerte por sus enemigos.
Entre estas ciudades se hallaba:

 CÉSAREA de FILIPO: en honor de Tiberio, dado este nombre


por Filipo, hijo de Herodes el Grande. Es aquí donde el apóstol
Pedro confesó la divinidad de Jesucristo, y lo llamó para que
fuera el vicario de su Iglesia.

Por otra parte, podemos mencionar la importancia del río Jordán,


que es prácticamente el único afluente de agua dulce que riega la
tierra de Israel. En su rivera Juan el Bautista bautizó a Jesús (Mateo
3,13). La tradición cristiana sitúa este acontecimiento a nueve
kilómetros al norte del Mar Muerto, en Betania de Transjordania,
que fue declarado en el año 2015 como Patrimonio de la Humanidad
por la UNESCO.

También se encontraba el “lago de Galilea” o “mar de Tiberias”, en


honor del emperador romano Tiberio. Este era el sitio donde vivían
la gran mayoría de los apóstoles. En hebreo es llamado Kineret,
debido a su forma que asemeja un arpa (Genesaret), y estaba
rodeado por montañas.
En año 1986 se encontró cerca del mar de Galilea, los restos de una
embarcación judía de los tiempos de Cristo, algunos creen que es la
misma barca de Pedro donde el Primogénito de Dios predicó el
evangelio (Lucas 5,2-3).

Asimismo, el Señor Jesús realizó grandes milagros como:

 La pesca milagrosa cuando las redes estuvieron a punto de


deshacerse (Lucas 5,1-7).
 En medio de una tormenta calmó la tempestad con su voz
poderosa (Mateo 8,23-27).
 Camino sobre las aguas ante el miedo de sus discípulos que
creyeron ver un fantasma, y rescató a Pedro al hundirse por su
falta de fe (Mateo 14, 22-31).

II. LOS HABITANTES DE LA ÉPOCA

Los pertenecientes a la raza de Jesús recibían varios nombres:

 Hebreos, como los llamabas los egipcios, filisteos o romanos;


se deriva de Heber, un ascendiente de Abraham.
 Israelitas, por Israel, hijo de Isaac, quien originalmente era
Jacob hasta que un ángel le cambió el nombre.
 Judíos, por Judá, uno de los doce vástagos de Jacob. Así
fueron conocidos cuando se encontraban en el exilio de
Babilonia.

Había varios grupos o castas sociales, de menor a mayor tenemos:


LOS ESCLAVOS: Del griego “doulos”. Los “esclavos” o “siervos”,
se podían adquirir de la siguiente manera:

 Como prisioneros de guerra.


 Comprados en el mercado de esclavos, por el pago de una
deuda, donde el implicado se vendía como sirviente o
también sus propios hijos.
 Como un regalo a otra persona.
 Los descendientes que nacían de una familia de esclavos.

La posición de un “esclavo” hebreo no puede confundirse con la


suerte que tenían los “siervos” de las otras naciones crueles y
paganas. Su ocupación era servir a los ricos, y en un sentido
general hacían parte de los enseres del hogar. En la sociedad
patriarcal judía: la esposa, los hijos y los esclavos estaban todos
juntos bajo la autoridad del hombre de la casa. Aunque podían
recibir buen trato, no podían casarse con esclavas extranjeras, con
las hijas de sus amos, adquirir propiedades, ni heredar algún bien
material. En el templo de Jerusalén no había esclavos. Según la
norma mosaica los judíos solo podían ser esclavos durante seis años
o también podían quedar libres por el jubileo; y si el dueño no era
judío, el esclavo debía ser rescatado por sus parientes.

LOS PASTORES: En griego es “poimen”, y se utiliza en un sentido


natural de uno que cuida manadas o rebaños, y no solamente como
uno que los alimenta. Eran los más pobres de la sociedad hebrea,
tenidos como ladrones y mentirosos, considerados como impuros en
el judaísmo. Entre ellos había algunos que tenían defectos físicos,
fuertemente despreciados y no dignos de testimonio en un tribunal.
Exentos de toda actividad religiosa tanto en las sinagogas como en
el templo de Jerusalén, además excluidos de los ritos como guardar
el Sabat, porque tenían que vigilar sus rebaños de cabras y ovejas
recorriendo diferentes praderas todo el año. Se les llamaba como
“gente de la tierra” equivalente a decir “persona ruda”.
LOS EXTRANJEROS: Recibían el nombre de “glerim”, es decir, los
habitantes de las otras naciones que se ponen bajo la protección de
Israel, y por eso tienen ciertos derechos, privilegios y
responsabilidades civiles; pero no podían comprar tierras. Desde el
punto de vista social eran hombres libres que podían comer la
pascua si eran circuncidados, participaban al mismo nivel de los
judíos nativos en los ritos y ceremonias religiosas, y eran castigados
en el caso que desobedecieran la legislación divina. Trabajaban
como asalariados, y generalmente eran pobres. Estaban ubicados
junto a las viudas y huérfanos. Algunos se dedicaban a la caridad
pública al lado de los mendigos, leprosos y lisiados. La gran mayoría
de ellos se hacían en torno al templo o en las puertas de las grandes
ciudades. La limosna era una de las tres prácticas fundamentales de
la piedad judía, junto con la oración y el ayuno.

LOS PESCADORES: “Jalieus” (derivado de jals, mar). En este


grupo habían pequeños empresarios, entre los que estaban varios
de los apóstoles de Cristo, como es el caso de los hermanos: Andrés
y Pedro, y los hijos de Zebedeo: Santiago “el Mayor” y Juan, “el
discípulo amado”.

LOS OBREROS: “ergates”, relacionado con “ergazomai”, trabajar


y “ergo”, trabajo; como el propio Jesús y su padre adoptivo José.
Este gremio se dedicaban a oficios varios como: la carpintería, la
albañilería o la construcción. También había jornaleros o campesinos
contratados. Se les pagaba por un día de labores con un denario
más la comida.

LA CLASE MEDIA: Pertenecían a ella muchos fariseos entre


comerciantes, artesanos, propietarios de talleres y los dueños de las
hospederías en Jerusalén.

LOS GRANDES HACENDADOS Y EMPRESARIOS: Eran la clase


más rica y explotaban económicamente a las personas más pobres.
En su mayoría conformaban el grupo de los saduceos.
III. EL TEMPLO DE JERUSALÉN

En el siglo primero de nuestra era, el templo de la Ciudad Santa


contaba con varios atrios, o patios, de acceso restringido. Cualquier
persona podía entrar en el atrio de los gentiles, pero solo los
hebreos y los prosélitos podían seguir a los demás patios, que
estaban detrás de una elegante balaustrada de piedra llamada
Soreg. Según el historiador judío Flavio Josefo (s. I), dicha barrera
tenía grabadas varias inscripciones en griego y en latín que advertía
a los gentiles que no se atrevieran a poner un pie en el recinto
sagrado; ni siquiera los romanos osaban violar este mandato por
miedo a las represalias de los judíos fanáticos. Una de esas
inscripciones en griego, que todavía se conserva en su totalidad,
dice así: “A ningún extranjero se le permite estar dentro de la
balaustrada y del terraplén en torno del santuario. Aquel a quien se
encuentre será personalmente responsable de su propia muerte”
(Comparar con Efesios 2,14-17).

Los judíos mayores de 12 años tenían que pagar a la casa de Dios


un impuesto anual equivalente a lo que se ganaba en dos días de
jornal de doce horas de trabajo (dos dracmas) (Mateo 17,24). Por
su parte, los hebreos que vivían en la diáspora (dispersión)
enviaban limosnas anuales para acrecentar el tesoro sagrado
llamado el Korbán (palabra hebrea que quiere decir “ofrenda al
Señor”). Estas donaciones eran confiadas a mensajeros especiales a
quienes llamaban “apóstoles” (del latín apostolus, enviado).
Asimismo, todo el que producía algo tenía que entregar al templo
una décima parte de sus ganancias: animales, frutos, grano, aceite,
vino, etc. (Éxodo 23,19). El tributo para el templo era recaudado
bajo vigilancia romana. Esto sin contar con los regalos y grandes
dádivas que recibían los sacerdotes de los reyes extranjeros que
donaban ciertas cantidades de sus arcas como vasos de oro puro, al
lado de las vajillas y ofrendas por parte de todos los hebreos de la
nación; convirtiendo al templo en el “tesoro general de Israel”
(Marcos 12,41).

Diariamente desde la mañana hasta la noche se hacía un sacrificio


de incienso y un cordero de un año. A parte de esto también se
ofrecían diferentes víctimas, como por ejemplo: toros, terneros,
ovejas, cabras, palomas y tórtolas; como holocausto públicos de la
comunidad y como ofrenda por los pecados personales, en las
mujeres para recuperar la pureza legal, además de presentar dos
sacrificios diarios (dos corderos y un toro) por la salud del
emperador romano y su nación. La sangre de estas criaturas
salpicaba los ángulos del altar y la grasa de las victimas humeaba en
los braseros. En la explanada del santuario se vendían estos
animales, los cuales debían estar sanos y sin defectos (Levítico
22,19-24). El Adonay desde el Antiguo Testamento condenó
enérgicamente quienes desobedecían esta norma, y ofrecían
animales cojos, enfermos o ciegos (Malaquías 1,6-8).

Filón, escritor judío del siglo I, señalaba que los sacerdotes


inspeccionaban los animales desde la cabeza hasta el extremo de las
patas para verificar que estuviesen en perfecto estado. Se cree que
el vendedor tendría que dar al comprador algún tipo de
comprobante de que el animal era acto para el holocausto. En 2011,
un equipo de arqueólogos descubrió una ficha o certificado de ese
tipo en los alrededores del templo: un sello de arcilla en forma de
moneda que data de entre el siglo I a. C. y el año 70 d. C. Tiene
inscritas dos palabras arameas que se han traducido: “puro para
Dios”. Al parecer los oficiales del santuario ataban estas fichas a los
productos o animales destinados a los rituales.

IV. LA LLEGADA DEL MESÍAS

En el siglo I la gente en Palestina estaba a la espera de un “Mesías”


o “Cristo” (Lucas 3,15; Daniel 9,24-26). Habían pasado casi
cuatrocientos años desde que Malaquías el último de los profetas
israelitas (del hebreo “nabî” que quiere decir aquél que testifica),
habló entre el pueblo. La comunidad recordaba la promesa de un
“Ungido” y de un nuevo “Elías”, quien prepararía el camino para él
(Malaquías 3,1.23-24). Durante la ocupación romana y el reinado de
Herodes el Grande, los hebreos a menudo se desesperaban; su país
estaba ocupado por un grandioso imperio extranjero y politeísta, y
su rey vasallo, era un hombre cruel e inestable, un idumeo que ni
siquiera era judío ni de la casa real de David

En este ámbito político se esperaba un mesías que permanecería


para siempre (Juan 12,34; Daniel 7,14), con dos características
relacionadas una de la otra:

 Uno puramente nacionalista, que asumiría el reinado de Judá


para liberarlos de los romanos.
 Uno venido del cielo tanto divino como humano, el cual
establecería el reino de Dios en la tierra.

Sobre el particular se presentaron muchos falsos mesías


autoproclamados. Por ejemplo podemos mencionar las palabras del
doctor de la ley Gamaliel, quien ante el Consejo de Ancianos utilizó a
favor de los apóstoles este argumento: “Colegas israelitas, no
actúen a la ligera con estos hombres. Recuerden que tiempo atrás
se presentó un tal Teudas, que pretendía ser un gran personaje y al
que se le unieron unos cuatrocientos hombres. Más tarde pereció,
sus seguidores se dispersaron y todo quedó en nada. Tiempo
después, en la época del censo, surgió Judas el Galileo, que arrastró
al pueblo en pos de sí. Pero también éste pereció y todos sus
seguidores se dispersaron” (Hechos 5, 35- 37).

Del mismo modo, el ya mencionado Flavio Josefo, agrega: “Teudas


condujo a sus seguidores al río Jordán y dijo que dividiría sus aguas;
un egipcio que llevó a la gente al monte de los Olivos, asegurando
que el muro de Jerusalén caería a una orden suya; y un impostor
del tiempo del gobernador Festo que prometió una vida libre de
problemas” (Véase también Mateo 24,5; Hechos 21,38).

EL JUDAÍSMO EN LA ÉPOCA DEL SEÑOR

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


I. CONTEXTO GEO-POLÍTICO

El imperio romano tenía 60 millones de habitantes, y se calcula que


1 de cada 14 era judío, los cuales vivían en Israel, Egipto, el Norte
de África, Grecia, Roma, Asia Menor y Mesopotamia. Sin importar a
donde iban, los hebreos llevaban consigo su religión (Mateo 23,15).
Para el siglo I, más del 60% de los hebreos vivían fuera de Israel.

Los romanos trajeron muchos beneficios a las naciones bajo su


control. Construyeron caminos, puentes, acueductos, anfiteatros,
palacios y muchos otros edificios magníficos. También introdujeron
un sistema jurídico. Su influencia cultural era evidente en la
decoración de las casas de los ricos y mucha gente adoptó el estilo
de vida romano de vestir y aprendió a hablar latín. De hecho, las
carreteras en todo el imperio que abarcaba parte de Europa
occidental, el Norte de África y Asia occidental, facilitaron la difusión
del cristianismo.

El imperio romano que sometía a su yugo al pueblo de Israel en ese


entonces, muchas personas fueron esclavizadas por las conquistas
militares o fueron secuestradas. Se les vendían como esclavos y no
volvían a ver a sus familias pues eran llevadas a otras partes. A los
esclavos que trabajaban en el campo o en las casas de los ricos les
iba relativamente bien, otros trabajaban en minas hasta morir. Los
dueños les ponían un collar de hierro con una inscripción o placa en
la que ofrecía una recompensa a la persona que los devolviera en
caso de que se hubieran escapado. Quienes intentaban escaparse
repetidas veces eran marcados en la frente, casi siempre con la F de
fugitivus (fugitivo).

La administración romana en Judea, Samaria meridional e Idumea


eran llevadas a cabo por un gobernador llamado prefecto, hasta
Tiberio y después procurador en el tiempo de Claudio. El procurador
romano de Judea dependía del gobernador de la provincia de Siria,
residente en Antioquía. La principal responsabilidad de este
funcionario era recaudar los impuestos para el Estado, mantener la
paz y el orden. El prefecto disponía de cinco cohortes (de 600
hombres cada una) de las cuales cuatro estaban en Cesarea
Marítima, donde se encontraba la sede de este funcionario pagano,
y una en Jerusalén.

Los romanos se encargaban de eliminar cualquier actividad ilegal y


llevar ante la justicia a quienes causaban problemas. La guarnición
de la Ciudad Santa era reforzada durante las fiestas judías y este
procónsul se desplazaba con el ánimo de prevenir desórdenes y
tumultos contra los romanos que vivían allí. Por lo demás, solían
dejar que las autoridades locales atendieran los asuntos ordinarios
de las provincias.

En tiempos de Cristo la moneda del tributo para el imperio romano


era el denario, que llevaba la inscripción “Tiberius divus et
pontifex máximus” (Tiberio, dios y sumo pontífice).

Tras el exilio babilónico en tiempos del profeta Daniel, lejos de


Jerusalén, y sin un jefe israelita apropiado, los judíos meditaron
sobre su historia, sus errores y las leyes de Dios. Esto llevó a un
renacimiento religioso, que dio lugar a lo que se llama “judaísmo”.

La autonomía de la comunidad judía, su cultura y las actividades de


los sacerdotes y del sanedrín no fueron tocadas por los romanos. En
el templo en Jerusalén no fue puesta ninguna estatua del
emperador y las tropas recorrían la ciudad sin insignias.

Los casos judiciales más serios, que un juez ordinario no podía


resolver, eran llevados al santuario de Jerusalén, donde un
sacerdote dictaba el “juicio de Dios”. El acusado oraba de antemano
al Altísimo suplicándole justicia y proclamando solemnemente su
propia inocencia, para poder participar nuevamente en el culto
divino. Esto lo hacía meditando un salmo que lo improvisaba el
mismo o lo tomaba del formulario que el sacerdote le ponía a
disposición [ejemplo el salmo 25 (26)].

II. PANORAMA GEOGRÁFICO

En el Antiguo Testamento el país de los hebreos recibió los nombres


de “tierra de Canaán”, de “Israel”, luego “de los hebreos” y también
llamada “tierra de la promisión”. Desde la Edad Media se le identificó
generalmente con el título de “tierra santa”.

Para los autores bíblicos, el mundo según la mentalidad judía


abarcaba el Mar Mediterráneo hasta la meseta de Irán, las montañas
del Cáucaso y el desierto de Arabia. Jerusalén estaba destinada a
ser el centro del nuevo mundo y Palestina la tierra prometida.

Las ciudades en el Israel antiguo tenían tres zonas (Números 35,1-


5).

1) La ciudad misma.
2) El migrash o “pastizal” circundante (“suburbios”), fuera de los
muros.
3) Los campos agrícolas.

En el Nuevo Testamento se usa el término Judea en dos sentidos:


para referirse al Antiguo Reino de Judá o para hacer alusión al
territorio de la provincia romana de Judea. La palabra Judea
coincide a groso modo con la noción de Israel o mejor dicho Eretz
Israel.

Originalmente un judío (en hebreo, Yehudé) era un habitante del


reino de Judá (2 Reyes 16,6) o de la provincia de Judea (Esdras
5,8). Luego, gracias a la prominencia del reino del sur, judío fue el
nombre dado (especialmente por los extranjeros) a cualquiera que
perteneciera al pueblo de Israel.
El Israel histórico medía cerca de 16000 kilómetros cuadrados. Las
capitales del reino dividido Samaria (Israel) y Jerusalén (Judá)
estaban a una distancia aproximada de unos cincuenta kilómetros
entre ellas.

La palabra Palestina no es más que una deformación del término


“Peleset”, como se conocía a los “filisteos”, quienes habían invadido
las llanuras costeras de Judá, hacía el año 1200 a.C. El cambio de
nombre de Provincia de Judea a llamarla Provincia de Palestina
ocurre en el año 135 d.C. tras aplastar los romanos la rebelión de
los judíos dirigidos por Simón Bar Kojba.

La ciudad de Jerusalén se llama también (Monte de) Sión, Salem,


Ciudad de David, Ariel (Isaías 21,1s). Recibe, además, los títulos de
novia (amada por Dios, alegre y festiva), madre (de sus habitantes),
viuda (triste por la muerte de su gente), prostituta (infiel). El Nuevo
Testamento habla de una redención de Jerusalén, la Nueva
Jerusalén, símbolo de la ciudad de Dios purificada de tanto mal.

III. COSTUMBRES EN GENERAL

El prójimo para el judaísmo es también el extranjero, el


desamparado, el pobre, la viuda o el huérfano y hasta el propio
enemigo.

La ley de Moisés requería que los israelitas tuvieran presentes las


necesidades de los inmigrantes (Deuteronomio 10,17-19).

La hospitalidad con los parientes, amigos o extraños en esa época,


era muy importante. Cuando llegaba un invitado, lo recibían con un
beso, le quitaban las sandalias, le levaban los pies y le untaban
aceite aromático en el cabello (Lucas 7,44-47).

La ley de Moisés hacía provisión especial a favor de los extranjeros


(no solamente para el viajero ocasional, sino para el residente local
que no pertenecía a Israel). Debía de ser tratado con igualdad por el
hebreo, tanto por el amor de Dios hacía él como por la experiencia
de los judíos en la nación de Egipto (Deuteronomio 10,18-19). Debía
ser amado con toda sinceridad (Levítico 19,33-34). Se podía exigir la
hospitalidad como un derecho (1 Samuel 25,8). En consecuencia con
este marco histórico, Jesús mandó a sus discípulos que fueran sin
provisión especial, contando con la caridad a lo largo del camino
(Marcos 6,7-13).

En el Pentateuco estaba establecida una norma llamada “la


rebusca”. Era una bondadosa medida para ayudar a las viudas, los
huérfanos y lo extranjeros pobres. Durante la temporada de la
recolección de las cosechas se les permitía entrar a los campos para
ir recogiendo lo que los segadores dejaban atrás. También podían
recolectar lo que había crecido en las orillas y esquinas de los
terrenos de cultivo (Levítico 19,9-19; Deuteronomio 24,19-21). Esta
era una medida muy solidaria, distinta a todas las demás culturas.

Los extranjeros y los paganos pueden convertirse y entrar en


relación con Yahvé. Rut es una moabita que se casa con Booz,
antepasado de David; en cambio, Jonás, fue enviado a predicar la
conversión a los ninivitas.

En el siglo I de nuestra era, los judíos estaban divididos en dos


grupos: los hebraicos (que viven en Judea y formaban el clan más
numeroso) y los judíos helénicos (que se encontraban dispersos por
todo el mundo romano principalmente en Babilonia, Siria y
Alejandría). Los judíos helénicos eran descendientes de los exiliados
deportados de Israel a Babilonia y a Egipto durante los siglos VIII y
VI a.C. Estos judíos dispersos estaban unidos por una cultura
helénica común y por el dialecto coiné, del griego que Alejandro el
Grande había impuesto en las tierras conquistadas por él. Esta
población hebraica tenía una identidad cultural diferente, pero sus
creencias religiosas no cambiaron. Muchos iban a Jerusalén para la
fiesta de la Pascua en peregrinación o enviaban generosas ofrendas
al templo por ellos. Cada colonia extranjera tenía su sinagoga
respectivamente en la Ciudad Santa (Hechos 2,5; 11,6-9). Entre
ellos estaban los “libertos” que eran antiguos prisioneros o esclavos
de los romanos (Hechos 6,9), al igual que los cireneos y alejandrinos
y de los de Cilicia y Asia” (Hechos 6,1.9).

La mayoría de los israelitas llevaba barba. Más tarde, bajo la ley de


Moisés, esto fue una obligación (Levítico 19,27). La barba era
símbolo de dignidad y respetabilidad, de ahí que nadie la llevase
larga o descuidada.

La palabra hebrea para “ancianos” también significa “con barba”. En


ese tiempo, los ancianos israelitas eran los miembros mayores de
sus clanes, quienes se volvían líderes por su sabiduría y experiencia.

El apelativo de “joven”, podía designar a una persona entre los


veinte y cuarenta años de edad.
La prescripción de pagar el diezmo de todo lo que se recogía o se
ganaba para proveer a la tribu de Leví y pagar los gastos del culto
en el templo de Jerusalén, no era muy observada por el judaísmo de
aquel tiempo. Los habitantes no hebreos del país no le prestaban
atención al asunto y no pocos israelitas se sentían felices si podían
evitar el pago de los impuestos conservando en el bolsillo alguna
cosa para ellos. Por ello no es cierto que la mercancía comprada a
los mercaderes judíos estuviera “diezmada”.
En tiempos de Jesús, la mayoría de los campesinos no tenían tierras
propias, porque estaban en manos de los grandes propietarios como
los saduceos. Los labriegos que tenían pequeñas propiedades se
veían obligados a pagar fuertes impuestos, tanto al Imperio romano
como al templo de Jerusalén.
En aquellos días no había grandes instituciones bancarias, pero
había “banqueros” que por un lado, pagaban intereses por el dinero
que les prestaban, y por el otro, prestaban dinero a un interés más
alto (Mateo 25,27). De todas maneras, la ley mosaica prohibía a los
israelitas cobrarles intereses a los pobres (Éxodo 22,25).

Existían centros caritativos que hacían préstamos de dinero sin


intereses, pagaban entierros y proveían dotes y ajuares para novias
pobres. El cuidado de los más necesitados era un mandato
mesiánico (Mateo 6,1-4; Lucas 14,13). Esta costumbre fue heredada
por el cristianismo (Gálatas 2,10; Hechos 11,27-30; Romanos 15,16;
1 Corintios 16,14).

Cuando el rey Jeroboán instituyó con las diez tribus del norte el
reino de Israel, la capital era Samaria, mientras que el reino del sur
estaba conformado por las tribus de Judá y Benjamín, teniendo a
Jerusalén como capital. Ahora bien, después de que Asiria
conquistara el territorio del norte en el año 740 a.C. los israelitas
fueron llevados cautivos a sus dominios, el rey pagano Salmanasar
envió a Israel colonos que se entrelazaron con los pocos hebreos
que quedaban. Siendo este el origen del pueblo mestizo de los
samaritanos. Al regresar los judíos del exilio en Babilonia, los
samaritanos trataron de impedir la reconstrucción del santuario y de
las murallas de la ciudad de Jerusalén (Esdras 4,1-23; Nehemías
4,1-8). En el siglo IV a.C. los samaritanos que adoraban divinidades
gentiles al lado del Dios verdadero, edificaron un templo sobre el
monte Garicín, junto a Siquem, que rivalizaba con el de Jerusalén.
En tiempos de Jesús, el término samaritano se utilizaba, no tanto
para indicar el origen geográfico de alguien, sino para referirse a los
seguidores de la religión que surgió en Samaria. Los samaritanos
seguían rindiendo culto en el monte Garicín, y los judíos los trataban
con enorme desprecio (Juan 4,9.20-22; 8,48).
En el judaísmo bíblico la “lepra” –parece que se llamaban así
prácticamente a todas infección de la piel- era la enfermedad más
temida y la que más reacción contraria producía. Causaba
desfiguraciones y mutilaciones repulsivas. El Levítico por higiene y
también porque atribuían este mal a los pecados de la persona,
prescribía una marginación realmente dura, se ponía en cuarentena
a los leprosos para que no contaminaran a la gente (Números 5,1-
4). Pero los líderes religiosos terminaron adoptando un criterio
implacable ante la lepra e impusieron reglas opresivas, ya que se
consideraba en el lenguaje bíblico como un “castigo de Dios”. Los
preceptos rabínicos estipulaban que había que apartarse de ellos
como cuatro codos (unos 180 centímetros), o cien codos (unos 45
metros) si soplaba el viento.

El Midrás Rabbsah habla de un rabí que se escondía de ellos y de


otro que los ahuyentaba tirándoles piedras. No tienen ningún
derecho, ni siquiera a ser escuchados, de relacionarse con los sanos
o a la comunidad de culto, porque volvía impuro todo lo que
tocaba. Para la época de Jesús, al leproso se le echaba de casa a la
calle, de la ciudad al campo y de la sociedad al sepulcro. Se le
obligaba por ley a andar andrajoso y greñudo, alertar a gritos a los
transeúntes y a morar en los sepulcros vacíos.

La mayoría de las personas no tienen camas, dormían en el suelo


sobre esteras, que se enrollaban durante el día.

Los hebreos utilizaban vestidos de tela de saco áspero, hechos de


pelo de camello o de cabra, como signo de plegaria, arrepentimiento
o luto. También hacían ayuno y frotaban ceniza y polvo en sus caras
y el cabello.

Cuando alguien moría, la familia y los amigos mostraban su pena


con una exhibición pública de dolor. Como en todas las culturas del
Oriente Medio, las exequias tenían lugar dentro de las 24 horas. A
menudo las familias contrataban a tocadores de flauta que
producían un sonido similar a un lamento, quienes eran
acompañados de las lloronas profesionales. El luto duraba siete días.

El precepto bíblico de “ojo por ojo y diente por diente” (Éxodo


21,24; Levítico 24,20), solo se administraba una vez que el infractor
había sido juzgado por los jueces o sacerdotes, quienes analizaban
las circunstancias y el grado de premeditación de la ofensa, y era
conocido como la Ley del Talión (Lex Talionis). El término
"talión" deriva de la palabra latina talis o tale que significa
"idéntico" o "semejante" (de donde deriva la palabra castellana
"tal") (Deuteronomio 19,15-21). La norma decía que el castigo debía
de ser a la medida del crimen, y era considerada como una ley de
Estado, pero no superarla. En tiempos de Cristo los maestros de la
ley tergiversaron la aplicación de esta norma para justificar sus
resentimientos propios y deseos de venganza personal. A menudo,
las represalias se llevaban hasta el extremo y el mal que se devolvía
era muy superior al que se había recibido, lo cual fue condenado por
Jesús (Mateo 5,38-39).

IV. PLANO CULTURAL

Los cuatro pilares del pueblo judío eran:

o LA RAZA: Por el linaje de Abrahán, Isaac, Jacob y las doce


tribus de Israel.
o LA LEY: Lealtad a Dios a través de sus mandatos y preceptos
dados a Moisés.
o LA TIERRA: Bendición del Señor a su pueblo escogido al
entrar al Canaán.
o EL TEMPLO DE JERUSALÉN: Lugar de la presencia divina y
de los holocaustos.

En Israel eran conocidos tres idiomas:

 El hebreo, la lengua en que se escribieron los libros sagrados,


al igual que para estudiar la Tora, para las plegarias
personales, las fiestas Judías o el servicio en sus casas de
oración. El Mesías empleó este idioma al leer el rollo del
profeta Isaías en la sinagoga de Nazareth (Lucas 4,16-21).
 El arameo, la utilizada por el pueblo del común desde los
tiempos del segundo Templo; incluyendo a Jesús en sus
predicaciones.
 El griego, era el lenguaje del comercio y de los intelectuales.
Los romanos hablaban entre ellos latín, y el griego para sus
actividades diarias; por lo que es probable que Jesús empleara
este idioma cuando fue interrogado por Poncio Pilatos en el
pretorio (Juan 18,28-40).

La Biblia que usaban los judíos de la diáspora era una traducción


griega del Antiguo Testamento conocida como la Septuaginta, o
Versión de los Setenta. Los primeros cristianos emplearon
extensamente esta traducción en sus enseñanzas.

Los judíos consideraban a los perros (vocablo hebreo Keleb y


griego Kuon) como “inmundos” o “impuros” (Levítico 11,27). Era un
animal vagabundo que se alimentaba de desperdicios y cadáveres, y
por lo tanto no aptó como animales de compañía (Éxodo 11,7;
22,31; Salmo 59,14-15). No obstante, se le usaba para defender los
rebaños y cuidar las casas (Job 30,1; Isaías 56,10). En el
pensamiento de un hebreo para referirse a los paganos o gentiles
utilizaban el término despectivo de “perro”, tal cual como se señala
en el encuentro de Jesús con una mujer de nacionalidad siro-fenicia
(Marcos 7,24-30). San Pablo habla en sus epístolas de “guardarse
de los perros”, que serían los judaizantes o quizás los judeo-
cristianos gnósticos (Filipenses 3,2). En el libro del Apocalipsis los
llamados “perros” están en el grupo de los que no podrán entrar en
la “Jerusalén Celestial” (22,15), símbolo de la prostitución religiosa
(Deuteronomio 23,18).

En el antiguo Israel el término “prosélito” incluía a tres clases de


individuos diferentes:

La palabra prosélito se deriva del griego proselytos (“uno que ha


llegado a un lugar”, “agregado”, “el que se acerca”, por lo tanto un
extraño). Se una en la versión de los Setenta (Septuaginta) para
identificar a un residente “extranjero” o “forastero” (hebreo ger
tôsab) dentro de la frontera de Israel y merecía un trato bondadoso
(Éxodo 19,24; Deuteronomio 5,14; 31,12; Levítico 19,33; Jeremías
22,3). El ger tôsab era un residente en Israel por tolerancia
únicamente y sin derechos civiles.

Desde el siglo II a. de C. cuando los judíos ya habían traducido al


griego muchas de sus obras, esto abrió la puerta para que los
gentiles pudieran conocer la historia y la religión de Israel. Algunos
llegaron a abrazar el judaísmo convirtiéndose en “prosélitos de
justicia” (ger hassedeq). Este término llegó a aplicarse a los
extranjeros que se convertían en adoradores de Yahveh, adoptaban
el ceremonial religioso, la fe y la moral; por la circuncisión habían
llegados a ser judíos en todo el sentido de la palabra, participaban
en los servicios en las sinagogas, obedecían sus leyes hasta cierto
grado, podían celebrar la Pascua, asistir a los cultos en el templo de
Jerusalén, pero no debían entrar más allá de los atrios destinados
para ellos (Éxodo 12,48; Hechos 6,5); estos conversos al judaísmo
eran iguales legal y religiosamente, aunque esta igualdad no se
mostraba en lo social y eran conocidos técnicamente como
prosélitos (Hechos 2,10). Durante el período del nacimiento del
cristianismo se estima en tres millones de judíos, la mayoría de los
cuales debió haber sido prosélitos, los que participaron en la
Diáspora. Las persecuciones y las restricciones legales después de la
destrucción de Jerusalén iniciaron una declinación en el esfuerzo
misionero o proselitismo en la religión hebrea.

En el Nuevo Testamento se mencionan también a los “temerosos de


Dios” (hoiphoboumenoi). Según indica algunas obras griegas de
la época, estos adoptaron la moral hebrea y adoraban al Señor pero
sin circuncidarse, ni adoptar todo el ritual judío. En este grupo se
incluyen al Centurión de Capernaum (Lucas 7,5), el eunuco etíope
en Jerusalén (Hechos 8,27), y Cornelio de Cesarea (Hechos 10).
Ellos eran popularmente identificados como “prosélitos de la puerta”
o “semi-prosélitos” (Éxodo 20,10; Deuteronomio 5,14). El apóstol
Pablo, se encontró con muchos de ellos durante su ministerio en
Asia Menor y en Grecia (Hechos 10,2; 13,16.26; 17,4; 18,4; Gálatas
3,28).

En las culturas antiguas el saludo no era una mera formalidad sino


que envolvía una profunda realidad en su época. Los romanos
deseaban la salud (“salus”), los griegos la alegría de la vida
(“xaire”), los judíos la paz  “schalomalechem” (paz a vosotros).
Cuando los amigos hebreos se separaban se bendecían uno a otro a
fin de confirmar su amistad (Génesis 24,60; 31,28.55). De hecho,
cuando uno daba paz a otro se entregaba un verdadero don, y este
don añadía a la bendición del otro. Dado que “salôm” no sólo
incluía paz sino que prosperidad y se refería a toda clase de
bienestar material y espiritual, el saludo realmente llegaba a ser una
oración. Por eso en las Sagradas Escrituras es la palabra que más
sale: 239 en el Antiguo Testamento, y 89 en el Nuevo. Más
adelante, las salutaciones llegaron a ser tan complicadas y tediosas
y tomaban tanto tiempo, que Jesús ordenó a sus discípulos que no
saludasen a nadie en el camino por temor de que fueran distraídos
de su deber principal, ser los heraldos de la instauración del reino de
Dios en la tierra (Lucas 10,4).
La expresión “sacudir el polvo de la sandalias”, era un ritual que
realizaban los judíos cada vez que regresaban a casa luego de viajar
al extranjero. Esto quería decir que ellos no contaminarían la Tierra
Santa de Israel con el suelo de los paganos. Los que rechazaron a
los discípulos entenderían que ellos estaban siendo marcados como
gentiles (Marcos 6,7-12).

Según la Ley de Moisés, a veces era apropiado hacer un juramento.


Pero, en los días de Jesús, muchos judíos habían adquirido la
costumbre de jurar para reafirmar casi todo lo que decían. Así
pretendían garantizar que sus palabras eran ciertas. El Señor
condenó en dos ocasiones esta costumbre inútil y dijo:
“Simplemente signifique su palabra Sí, Sí, su No, No” (Mat. 5:33-
37;23:16-22). En algunos pasajes del Talmud se puede ver que
entre los judíos era muy común jurar para confirmar todo lo que
decían. El Talmud explica con lujo de detalles qué juramentos había
que cumplir y cuáles se podían romper. Jesús no fue el único que
condenó esta costumbre. Por ejemplo, el historiador judío Flavio
Josefo dijo lo siguiente sobre cierto grupo religioso judío: “Tratan de
no jurar, pues creen que esto es peor que el perjurio [o la mentira].
Ellos dicen que ya está condenada toda persona que no pueda ser
creída sin invocar a Dios con un juramento”. El libro del Eclesiástico
o Sabiduría afirma algo parecido: “El hombre que mucho jura, se
llena de maldad” (23:11).

V. DIETA ALIMENTARIA

En el Oriente Medio, los banquetes eran ocasiones sociales


importantes, y Jesús a menudo los aprovechaba para ilustrar el
reino de Dios. Comer era una expresión de comunión espiritual con
Dios, así como un momento para compartir y disfrutar junto a los
demás. Las fiestas religiosas oficiales incluían el sacrificio de los
animales que luego se comían. En el día del Sabbat era la costumbre
no comer hasta el regreso de la sinagoga, al mediodía. La comida
más importante del día era la cena en la noche. La comida se servía
sobre pan redondo y liso.

El aceite de oliva tenía muchos usos, entre ellos como alimento,


cosmético, combustible y medicamento. También era utilizado con
otros ingredientes para producir un fino bálsamo empleado por los
profetas para ungir a los reyes (1 Samuel 10.1). Asimismo, los
buenos anfitriones agasajaban a sus huéspedes untándoles la
cabeza con este preciado perfume (Lucas 7,36-38).

La ley mosaica especificaba los animales que no podían comer los


judíos por considerarlos impuros:

 El cerdo y el camello.
 Las aves depredadoras.
 Los peces que no tengan escamas o aletas.

Los antiguos habitantes de Canaán comían carne de puerco


(xoípou en griego) y los griegos la usaban en sus sacrificios
religiosos. Pero para el judío era comida impura (Levítico 11,7;
Deuteronomio 14,8). Comerla era censurado como una odiosa
abominación idólatra (Isaías 65,4; 66,3.17), lo contrario a lo puro y
santo (Proverbios 11,22; Mateo 7,6). La manada de puercos que fue
destruida en Gadara (Mateo 8,32 ss) seguramente pertenecía a
judíos helénicos que los criaban para venderlos a los gentiles. Cuidar
puercos, era una ocupación degradante e indigna (Lucas 15,14-16).

Los animales rumiantes y de pezuña hendida como los bovinos,


caprinos y ovinos tienen que ser degollados por el Shojet, la
persona más piadosa de la comunidad.

Toda la carne debía ser tratada de una forma especial para


deshacerse de la sangre antes de cocinarla.
Los israelitas no debían comer la grasa que rodeaba los intestinos,
los riñones y los lomos de los animales sacrificados, pues “toda esta
grasa le pertenecía al Señor” (Levítico 3,14-16).

La Torá (Biblia para los hebreos) prohibía matar a un ternero antes


de haber pasado los primeros siete días con la madre; espantar a un
pájaro que esté empollando para tomar los huevos del nido, y
cocinar el cordero en la primera leche que da la madre (calostro).

De todas las aves que servía de alimento para los judíos pobres, la
más barata en el mercado era el gorrión. Con una moneda de
asarion, se podía obtener dos pajaritos, y por dos monedas cinco
gorriones, es decir, uno más gratis (Mateo 10,29-31; Lucas 12,6-7).

VI. LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA

La familia israelita era patriarcal, se designaba con el término casa


del padre (Beth ´Ab); las genealogías siempre siguen la línea
paterna, las mujeres son una excepción y muy raramente
mencionadas en la Biblia.

La prole hebrea la forma el padre, su esposa, los hijos solteros y


siervos. Tenía fuerte conciencia solidaria, hasta llegar a crear el
goel, es decir, la defensa de los desvalidos.
En el antiguo Israel, los registros de los linajes permitían determinar
a qué tribu y familia pertenecía cada israelita. Las tierras se
distribuían según la tribu y se heredaba de acuerdo al grado de
parentesco. También era clave la estirpe de la tribu de Leví, al fin de
mantener la pureza de la casta sacerdotal. Las mujeres judías que
se casaban con miembros de las familias sacerdotales tenían que
presentar sus genealogías. Incluso, el simple hebreo conocía a sus
antepasados más cercanos y podía indicar a cuál de los doce clanes
pertenecía. Por otro lado, el judío que no descendía a una familia
sacerdotal debía inscribirse en la ciudad de sus padres (Lucas 2,1-
5). Estos registros se conservaban en archivos públicos, o también
era posible que ciertas familias guardaran sus propios anales.

Todo padre de familia judío tenía con su hijo dos obligaciones:

1. Darle a conocer los preceptos fundamentales de la Torá


2. Instruirlo en algún oficio o trabajo para ganarse la vida.

Al primer hijo se le llamaba primogénito, aunque no siguiera otro


hermano (Zacarías 12,10; Lucas 2,7; 7,23).

El primer hijo era tratado con especial consideración, pues era de


Dios. Tenía derecho a la bendición que lo acompañaría toda la vida.
Sin embargo, Yahvé elige gratuitamente a quien quiera: Abel, Jacob,
David y otros son preferidos al primogénito.

Un hijo primogénito pertenecía a Dios. Esta tradición databa del


tiempo de la Pascua en Egipto, cuando Yahvé salvó a los hijos
primogénitos de Israel. Los padres podían rescatar a su hijo
pagando al sacerdote en el templo de Jerusalén la suma de cinco
monedas de plata.

Normalmente durante los ocho días que pasaban entre el nacimiento


y la circuncisión existía una especie de fiesta familiar.

Abraham hizo un gran banquete el día en que Isaac fue destetado


(Génesis 21,8). Según una opinión expresada en el Midrash, este
banquete era la celebración del decimotercer cumpleaños de Isaac,
el día en que dejó atrás la niñez y asumió las responsabilidades de
un judío adulto. Según otra opinión, este banquete tuvo lugar en su
segundo cumpleaños.

Sólo después de los trece años el joven judío cumplía los requisitos
para ser uno de los diez hombres que podían construir una
sinagoga.
Era un deber del judío varón proteger a sus familiares más cercanos,
como por ejemplo: pagar el precio de un pariente que se había
vendido como esclavo para saldar una deuda, desposar la viuda de
un allegado fallecido para perpetuar su memoria, o vengar la muerte
de un consanguíneo. Tal persona era conocida como un “redentor” o
un “vengador”, que en hebreo es la misma palabra.

Las propiedades pasaban de padres a hijos varones. La hija


heredaba en casos excepcionales donde faltaban los hijos hombres,
pero tenían que dejársela después a sus descendientes que fueran
del sexo masculino (Números 27,1-11).

VII. LAS MUJERES ISRAELITAS

La sangre judía sólo se hereda por la madre.

La mujer en la Biblia está asociada a diferentes roles sociales, bien


sea como madre, hija, virgen, esposa, viuda o prostituta.

La mujer siempre tuvo un papel subordinado en relación con el


hombre y se dirigía a su marido llamándolo baal (amo) o adón
(señor) (Génesis 18,12; Jueces 19,6; Amos 4,1); esto da entender
que utilizaban los términos con los cuales el esclavo se dirigía a su
jefe y el súbdito al rey. El decálogo pone a la mujer entre las
posesiones del marido, junto a la casa, el siervo, la sierva, el buey y
el asno (Éxodo 20,17; Deuteronomio 5,21).

En la sociedad hebrea (Deuteronomio 32,25) las “vírgenes” o


“doncellas”, de la raíz “apartada” (betûlâ en hebreo), se distinguían
de las demás mujeres entre casadas, divorciadas o viudas (Levítico
21,14). Ellas recibían un trato especial (Amos 8,13) y eran
protegidas (2 Samuel 13,2), ya que la violación traía deshonor a la
familia (2 Samuel 13,12-13; Deuteronomio 22,14). La ausencia de
virginidad implicaba prostitución, lo cual se castigaba con lapidación
(Deuteronomio 22,21), la acusación falsa era por lo tanto un crimen
muy serio (Deuteronomio 22, 18-19). En caso de violación, debía
haber matrimonio posterior (Deuteronomio 22, 28-29), excepto que
la mujer seducida le sea negada, aun así debía pagar una
indemnización (Éxodo 22,16-17). La fornicación con una virgen
comprometida (Joel 1,8) equivalía a adulterio, y llevaba a la pena de
muerte (Deuteronomio 22,23-27). Las “vírgenes” o “doncellas” por
lo general llevaban vestiduras largas (2 Samuel 13, 18-19), se
caracterizaban por los adornos que llevaban (Jeremías 2,32) y por
sus alegres danzas (31,13). Además hacían parte de las ceremonias
como damas de compañía de las novias (Salmo 45,14; Mateo 25,1;
Cantar 1,3; 6,8).

Las israelitas disfrutaban de alguna libertad, y aunque el individuo


era el cabeza de familia, la esposa, con la plena confianza de él,
podía desempeñar tareas como inspeccionar un terreno, comprarlo
o plantar una viña. Si era buena hilando y tejiendo, podía montar su
propio negocio (Proverbios 31,11.16-19).

La mujer salía de la casa sin velo, hacía visita, conversaba en


público con los hombres, espigaba detrás de los segadores. En la
edad, grecorromana, en cambio, el sexo femenino se vio sujeto a
mayores restricciones que la convertían prácticamente en una
reclusa.
Bajo los jueces y los reyes las mujeres ya no podían tener bienes
propios, si poseían una herencia debían casarse dentro de su propia
tribu.

Si bien la prostitución iba en contra de la Ley de Moisés, parece


haber sido tolerada en Israel, ya que estas mujeres ofrecían su
comercio sexual en sitios públicos. Llamaban la atención por su
apariencia. Las mujeres que vestían ropas seductoras o con
demasiadas joyas y maquillaje eran a menudo calificadas como
prostitutas.
Según el rabí Jehudá, redactor de la Misná, era necesario agradar a
Dios todos los días por tres cosas. “Te agradezco, Señor por no
haberme hecho pagano, por no haberme hecho mujer, por no
haberme hecho ignorante de la Ley”.

En la lengua en que fue escrito el Antiguo Testamento, el hebreo,


las palabras: sacerdote (kohen), piadoso (hasid), justo (saddiq) y
santo (qados); no tienen femenino.

Las escuelas donde se formaban los rabinos (teólogos judíos) eran


solo para los hombres. Los escribas (maestro de la Ley) con respeto
a las mujeres alegaban que no tenían “discípulas”, ya que no
merece la pena instruirlas en la ley mosaica, pues sólo están
obligadas a cumplirla, ya que eran consideradas como “poco
inteligentes”. En el Talmud (Enseñanza), libro religioso para los
judíos que se empezó a copilar en el siglo II de nuestra era, se
citaba las siguientes palabras de un rabino: “Todo el que instruye a
su hija en la Torá (la Ley) es como si la instruyera en cosa frívolas”.
Otro rabino llegó a decir: “Es mejor quemar las palabras de la ley
antes de dárselas a las mujeres”.

Para muchos líderes religiosos, las mujeres eran una peligrosa


fuente de tentaciones y cualquier contacto con ellas podía llevar a la
lujuria.

Lo más apropiado para una mujer era permanecer en casa. Por esto
estaba muy mal visto que una mujer judía estuviese sola en la calle.
De ahí que les prohibieran salir sin taparse la cabeza con un velo.
Algunas incluso no se descubrían ni siquiera en la casa.
Las mujeres judías hablaban solamente en arameo, porque estaba
mal visto que tuviesen relaciones con personas de otra raza.
Una mujer no debía estar sola en el campo, y no era normal que un
israelita conversara con una extraña, había que hablar poco con
ellas.

El trabajo manual era prácticamente obligatorio. No podían estar


ociosas en sus casas, tenían que hacer trabajos de hilandería o de
costura de lana para hilos y costura. Se dedicaban también a la
confección de ropa y de utensilios para uso doméstico. Se podían
formar empresas familiares, pero el fruto de su trabajo era para el
marido.

Debían madrugar para preparar el fuego el pan cada día para que su
esposo lo encontrase listo y caliente para comer cuando éste se
levantaba. Tenía que ir a la fuente del pueblo a por agua en un
cántaro. Además de dar de comer a las bestias que tuviese. Era la
responsable de todo lo concerniente al hogar, la comida, el huerto
del jardín, comprar en el mercado, la educación de los hijos.

Antes de la puesta del sol de los viernes se preparaban para


celebrar el Shabbat. Para ello barrían y limpiaban la casa, mudaban
la ropa de la cama y de la mesa. Se purificaban lavándose en una
tinaja en casa. Se ponían el mejor vestido. Por la noche celebraban
el Shabbat en una cena familiar con todos sus hijos y familiares
próximos. Al día siguiente, como les estaba prohibido trabajar,
comían de lo que les sobraba la noche anterior. Así se ha hecho
siempre. Esta fiesta servía para reunir a los familiares
periódicamente y trasmitir la tradición judaica.

Respecto a sus costumbres religiosas viajaban a Jerusalén tres veces


al año con motivo de las fiestas de Pascua, Pentecostés y
Tabernáculos, y permanecían una semana allí. Rezaban mañana y
tarde largas oraciones. Las más fervorosas ayunaban a pan y agua
dos veces a la semana, los días 2º y 5º.

Las mujeres al igual que los varones debían pagar un tributo para el
imperio romano a partir de los 12 años.
VIII. EL MATRIMONIO JUDÍO

Por lo que se refiere a la edad, el hombre podía contraer matrimonio


válido a partir de los trece años y un día, la mujer a partir de los
doce años y un día.

En aquellos tiempos, la costumbre era que los padres se encargaran


de buscar cónyuges para sus hijos.

La ley del Levirato ordenaba que si fallecía un judío que tuviese


hermanos, la mujer pasaba al más inmediato. Esto con el fin de
darle descendientes que perpetuasen el nombre de la familia,
conservar las propiedades y proteger a la viuda. Si el difunto no
tenía más hermanos vivos, otros varones de la familia tenían que
cumplir con este deber (Deuteronomio 25,5-7; Mateo 22,24).
Igualmente, no se podía contraer nupcias con hijos “ilegítimos”
(Deuteronomio 23,3).

Estaban prohibidos los matrimonios con “extranjeros”, para evitar


que los israelitas cayeran en la idolatría de los pueblos paganos
(Éxodo 34,14-16; Deuteronomio 7,3-4), y que sus descendientes no
llegaran a conocer el idioma hebreo (Nehemías 13, 23-24). Al
regresar del exilio de Babilonia Esdras impuso la ruptura de las
nupcias con paganos, y puso como condición la pureza de la raza
judía (Esdras 9,1-5). Los samaritanos eran excluidos porque estaban
contaminados con paganos. Así nació la enemistad de los
samaritanos con los judíos y el cisma (Esdras 4,1-5).
Solo el marido tenía el derecho exclusivo a romper el matrimonio
(Deuteronomio 24,1). En este caso la joven tenía que obtener un
certificado de divorcio para poder casarse con otra persona. La
esterilidad podía ser causal para el divorcio. En la época de Jesús,
era un tema muy debatido entre los maestros judíos. Había dos
escuelas rabínicas que sostenían interpretaciones diferentes de la ley
de Moisés. La escuela de Samay, de corriente estricta, entendía que
la única razón válida para el divorcio era la infidelidad, es, decir el
adulterio. Por otra parte, la escuela de Hilel decía que un hombre
estaba en todo derecho si se divorciaba por cualquier disputa
marital, por más insignificante que fuera. Según esta corriente, el
marido podía divorciarse si su mujer arruinaba la comida o si el
hallaba otra mujer que le gustara más.

La ley mosaica estipulaba que lo normal era que un hombre le diera


la carta de divorcio (o libelo repudio) a una mujer en dos
oportunidades (Deuteronomio 24,1-4).

Los hijos siempre se les asignaban al padre, por lo tanto, el repudio


(o divorcio) judío, además de negar a la mujer el amor y la
protección del marido, le imponía también la pena de la separación
de los hijos.

La tradición oral ordenaba que la esposa nunca caminara al lado de


su esposo, sino detrás. Al hombre se le advertía que no conversara
con ninguna mujer en público, aunque fuera su conyugue.

En la parábola que Jesús hace alusión a una mujer pobre que barre
toda la casa y al fin halla la dracma que había extraviado (Lucas
15,8-9). Se hace referencia a la antigua costumbre en que las
mujeres de Israel se adornaban la cabeza con un tocado lleno de
monedas. Estas monedas pertenecen a la dote de la esposa y
representan su propiedad más querida, tanto que ni siquiera se las
quitaban para dormir. La mujer que habla Cristo debía ser muy
pobre, pues diez dracmas eran muy poco en comparación de los
cientos de monedas de oro y plata que llevan hoy en día algunas
mujeres orientales. Además, vivía en una casa pequeña y sin
ventanas, por lo que tuvo que encender un candil para barrerla con
cuidado.
La esterilidad era muy mal vista, como por ejemplo: Raquel le dijo a
Jacob, que si no hubiera tenido hijos estaría muerta (Génesis 30,1).
Ana creía que no tener vástagos era un castigo de Yahvé (1 Samuel
1,16) e Isabel sentía sobre sí la mirada de reproche de la gente que
la consideraba culpable de haber hecho algo que le había disgustado
a Dios. Cuando nació Juan, afirmó: “El Señor se ha designado quitar
mi vergüenza” (Lucas 1,25).

IX. EL CONTEXTO RELIGIOSO

“El Dios de Israel”, en hebreo “El Elohé-Yisra´el” (Génesis 33,20)


al formar su nación, dio instrucciones sobre cómo quería que le
adoraran, y entre las cosas que le mandó a su pueblo figuraban las
ofrendas y los sacrificios. Algunas ofrendas consistían en frutos de la
tierra, y otras requerían el sacrificio de ciertos animales: toros,
ovejas, cabras, palomas y tórtolas. Se hacían holocaustos, es decir,
ofrendas quemadas que tenían que consumirse por completo en el
fuego, y también sacrificios de comunión, es los que quien traía la
ofrenda participaba comiendo de lo que se había sacrificado a Dios.

Los hijos varones eran instruidos por sus padres en la ley y en el


rezo de la “Shemá Yisrael” o credo israelita, que son las seis
palabras del texto de Deuteronomio 6,4 como parte de una oración
que recitan por la mañana y por la noche. Esta oración se llama
Shemá, que es la primera palabra de este versículo, que hace parte
del discurso de despedida de Moisés a la nación de Israel en la
llanura de Moab, cuando los hebreos estaban a punto de cruzar el
río Jordán y conquistar la tierra prometida.
Tres veces al día debía rezar el judío la oración de las 18
bendiciones del Amida y la salmodia del Hallel, y esto de cara a
Jerusalén, de pie, con las manos extendidas y la vista baja. Durante
la oración el hombre judío llevaba un chal y dos pequeñas cajas
(filacterias), que contenían pasajes de la Torá.

El “Shophar” es una trompera de cuerno de carnero que es


conocido como la “trompeta nacional de Israel. El instrumento
produce un sonido fuerte, estridente, que se usaba tanto para
llamar a la batalla como a la oración. Todavía se emplea durante las
ceremonias religiosas.

La palabra hebrea para altar significa “lugar de sacrificio o matanza”.


Si bien los israelitas usaban altares para ofrendas de sacrificio,
algunos fueron edificados como memoriales de acontecimientos
sagrados.

Los hebreos del siglo primero creían que como descendientes


directos de Abrahán, serían el pueblo que tendría el favor directo de
Dios. Sabían además que de entre ellos saldría una persona que
sería escogida como Mesías (Juan 1,25; 7,41-42; 8,39-41).

Según la creencia judía, el Mesías debía de cumplir ciertos requisitos


para ser considerado como el enviado de Dios:

o No podía ser el propio Adonai (Dios).


o Difundiría el conocimiento universal del Dios Único.
o Según las profecías bíblicas construiría el tercer templo de
Jerusalén.
o Reuniría a todos los hebreos de regreso a la tierra de Israel.
o Traería la paz mundial mediante un reinado mesiánico como
fue el del rey David.
o Acabaría con el mal en el mundo.

X. LA CREENCIA EN EL MÁS ALLÁ

En los tiempos más antiguos de la historia de Israel, no se creía en


una vida después de la muerte, y por ello se pensaba que los padres
sólo vivían en el recuerdo de sus hijos y descendientes. Más tarde se
comenzó a creer que los difuntos eran acogidos en un mundo
inferior (sheol), donde las personas eran sombras de su pasado.
Únicamente en la época de Daniel (siglo II a.C.) se comenzó a
hablar de resurrección para la vida eterna y de castigo eterno
(Daniel 12,2).

Cuando alguien moría, la familia y los amigos mostraban su pena


con una exhibición pública de dolor. Como en todas las culturas del
Oriente Medio, las exequias tenían lugar dentro de las 24 horas. A
menudo las familias contrataban a tocadores de flauta que
producían un sonido similar a un lamento, quienes eran
acompañados de las lloronas profesionales. El luto duraba siete días.

Los judíos creían en la resurrección de los muertos en el final de los


tiempos, con un nuevo cuerpo glorificado; y por eso guardaban los
restos de sus difuntos en osarios.

El Nuevo Testamento emplea la palabra griega paradeisos tres


veces: para señalar el lugar de bendición prometido al ladrón en la
cruz (Lucas 23,43), el tercer cielo al que fue llevado el apóstol Pablo
en espíritu (2 Corintios 12,4), y la ubicación del árbol de la vida
(Apocalipsis 2,7). Todas estas referencias corresponden al “reino de
los Cielos”. Puesto que el paraíso del Edén era el lugar de
bienaventuranza que el hombre había perdido, la literatura rabínica
usaba el término para describir el lugar de recompensa para el justo
que había muerto, en contraste se presentaba a la Gehenna, el
lugar de tormento. De aquí se deducían descripciones elaboradas y
altamente imaginativas.

Cuando el primogénito de Dios en los evangelios se refería a las


“llamas eternas del Infierno”, señalaba al basurero de Gehenna; en
el valle de Hinón. Este lugar es conocido hoy como Wadi er-Rababi,
es un valle estrecho y profundo situado en el suroeste de Jerusalén.
En otros tiempos allí se sacrificaban niños para los dioses paganos.
Incluso algunos habitantes de Judea fueron culpables de esta
malvada práctica. En la época de Cristo humeaba día y noche sin
parar gracias a la cal, los desperdicios de la Ciudad Santa, y los
cuerpos de los animales “impuros” y de los criminales que eran
crucificados. Desde los primeros siglos del cristianismo se tomó ese
nombre para significar el “infierno”, como el estado del alma de los
condenados que sufren el castigo eterno.

XI. EL SUMO SACERDOTE Y LOS LEVITAS

El sacerdote del Antiguo Testamento, viene del hebreo kún. Es el


hombre que “está delante de Dios” (Deuteronomio 10,8). También
sería el varón que se inclina en adoración ante la divinidad. Por
medio de la bendición, procura la prosperidad para todos. En
griego, el término es hierós, sagrado: el sacerdote es el hombre de
lo sagrado. Sus funciones eran hacer oráculos por medio de objetos
sagrados llamados tummim y urim (1 Samuel 23,9; 30,7),
enseñan los preceptos de Dios  (Ageo 2,11s; Zacarías 7,3;
Deuteronomio 31,9; Malaquías 2,7); a la función de la enseñanza va
ligada también una cierta competencia jurídica (Deuteronomio 21,
5); otras misiones era ofrecer los sacrificios (Deuteronomio 33,10);
la pureza ritual, y por eso debían evitar todo contacto que les
volviese impuros (basta leer el libro del Levítico), transmitir la
bendición de Yahvé al pueblo, y la custodia del Santuario en
Jerusalén.
La elección sacerdotal hacía referencia a toda la tribu de Leví, no a
los individuos; no era una vocación sino una función. El sacerdocio
israelita estaba reservado solo a los varones. En esto era diferente al
Antiguo Medio Oriente donde existía una casta sacerdotal femenina.
Los sacerdotes judíos vivían exclusivamente del altar, de la parte del
sacrificio que se entregaba como cuota y de las ofrendas de los
fieles. Estaban ubicados en 13 regiones en las cercanías de
Jerusalén (Números 35,1-8). Esta distribución fue solamente teórica
porque de hechos los sacerdotes se establecían en cualquier lugar.

Los levitas fueron tomados por Yahvé en el lugar de los


primogénitos de todas las tribus de Israel. Este clan fue excluido de
la repartición de la tierra prometida, y estaban esparcidos en 47
ciudades por todo el territorio de la nación. Se les había asignado un
diezmo para su sostenimiento, ya que no tenían derecho sobre una
propiedad o posesión de tierras. Eran criados dentro del lugar
sagrado, donde eran apartados para el servicio del Tabernáculo y en
el templo de Jerusalén, donde oficiaban como: guardianes, músicos,
cantores y ayudantes de los sacerdotes (Jueces 17,7-13). Los levitas
oficiaban el servicio de la mañana y la bendición al final del culto de
la tarde. Como portavoces directos del Adonay pedían la influencia
divina del Altísimo. Dado que se sacrificaban muchos animales como
ofrendas en el templo, ellos realizan estos sacrificios. Como
representantes de Yahveh, o “Kohen” en hebreo, debían demostrar
ciertas características piadosas como la bondad, la sabiduría y la
justicia. Su deber era también instruir al pueblo en la ley de Moisés.
En el Nuevo Testamento se nos dice que Bernabé era levita (Hechos
4,36). Dado la función didáctica que tenían por la Torá, es muy
probable que muchos escribas fueran también levitas.

XII. DIFERENTES GRUPOS RELIGIOSOSO


Se conocen ante todo, por los escritos de los autores judíos de
aquellos tiempos, el maestro Filón de Alejandría y el historiador
Flavio Josefo; ambos hablan de los hechos como escuelas o
corrientes ideológicas.

Los nazareos hacían un voto que incluía no tomar ninguna bebida


alcohólica y las comidas inmundas como símbolo de pecado,
tampoco cortarse el cabello. Como el sumo sacerdote debía cuidarse
del contacto con los muertos, si lo hacían así fuera en forma
accidental requería afeitarse la cabeza, ofrecer sacrificios y reiniciar
su consagración otra vez. Los nazareos mosaicos servían por un
período de tiempo fijo, y eran liberados después de llevar
holocaustos, presentar en el altar el cabello cortado y cualquier otra
cosa consagrada. Sansón, Samuel y Juan el Bautista; fueron
nazareos permanentes.

Los samaritanos (habitantes de la ciudad y región de Samaria), no


eran bien vistos por los judíos del sur, debido a ciertas diferencias
raciales que provenían desde la época del primer cautiverio. Aunque
eran israelitas, eran menospreciados y considerados como hebreos
de segunda clase. Y porque se mezclaron con los extranjeros que
habían traído de Asiria y Babilonia, eran tenidos como mestizos y
racialmente impuros. Además, adoptaron una religión que era una
mezcla de judaísmo e idolatría (2 Reyes 17, 26-28). Más motivos de
odio contra los samaritanos. Los rabinos los identificaban con los
paganos, personas que había que evitar a toda costa.

Los judíos, después de su regreso de Babilonia, comenzaron a


reconstruir su templo, y mientras Nehemías estaba comprometido
en la construcción de los muros de Jerusalén, los samaritanos
vigorosamente intentaban detener la empresa (Nehemías 6, 1-14); y
ellos mismos construyeron un templo para ellos mismos en el
“Monte Gerizim”, teniendo como modelo el santuario de Jerusalén.
Igualmente, Samaria se convirtió en un lugar de refugio para todos
los forajidos de Judea (Josué 20, 7; 21, 21).
El año 6 d.C. Roma toma el poder de Judea y organiza un censo
poblacional, para recoger mejor los impuestos; muchos judíos se
oponen, y un grupo de ellos comienza una resistencia radical. No
hay que esperar que Yahvé mandé al Mesías; hay que resistir a la
fuerza. De aquí surgió del seno del grupo de los fariseos se había
formado, en el tiempo de Jesús, la corriente extremista de los
zelotes (zelotai=celoso, fanático en griego), quienes
acérrimamente rechazaban la autoridad de Roma sobre Palestina.
De acuerdo a su pensamiento, quien reconocía al emperador como
señor y le pagaba impuestos, violaba el primer mandamiento que
prescribe honor únicamente a Dios. Su fundador, Judas el Galileo, al
comienzo del siglo I d.C. llevó a una multitud a la rebelión que fue
sofocada sangrientamente por los romanos (Quintilio Varo). Eran
enemigos a muerte de todos aquellos que colaboraran con los
romanos y aprovechaban cualquier oportunidad para herirlos, a
manera de advertencia, con el puñal (la sica), un pequeño cuchillo
que escondían entre sus ropas. Por eso los romanos los llamaban
“sicarios”, o también recibían el apelativo de “bandidos”, aunque el
pueblo los respetaba. En la lucha desigual contra el imperio
extranjero el movimiento fue eliminado.

En el tiempo de Jesús los saduceos (o saddoukaioi). Era un grupo


religioso compuesto preferentemente por sacerdotes y miembros de
las familias nobles y ricas de Judá que mantenían el poder político,
económico y religioso. Algunos piensan que significa descendientes
de Sadoc, sacerdote de Salomón (2 Samuel 8,17; 1 Reyes 4,4) y por
tanto el sacerdocio legítimo (Ezequiel 48,11). Otros derivan el
término del griego syndikos, un nombre dado a un miembro del
concilio supremo, asociado por el partido con saddîq, “justo”. Ellos
administraban el santuario en el que este jefe supremo de carácter
hereditario, cumplía las funciones de un gobernador secular, quienes
desde los tiempos de la dinastía de los Asmoneos, fueron
nombrados constantemente de su círculo. Su concepto era que el
templo era la única fuente y centro del poder, que lo controlaban
por medio del Sagan o Capitán de la guardia (Hechos 4,1), y eran
la mayoría en el Sanedrín o Consejo de Ancianos.

Colaboraban con los romanos, y se mantuvieron separados de la


gente común y los sacerdotes más pobres muchos de los cuales
eran fariseos. Consideraban la Torá (la ley escrita) como obligatoria
he invariable, además tenían sus propios textos adicionales llamados
“libros de los decretos”, que impartían los castigos de acuerdo a la
falta que violaba las normas mosaicas. Rechazaron la tradición de
los escribas y creyeron que los profetas eran menos autoritativos.
No creían en el concepto de espíritus buenos y malos, ni en la
resurrección del cuerpo (Hechos 23,8). Aunque puede que Josefo
exagera cuando dice que niegan aún la inmortalidad del alma,
recompensa y castigo en el hades. Jesús se dirigió a ellos con esta
censura: “Estáis en un error, por no entender las Escrituras ni el
poder de Dios” (Mateo 22,29. Biblia de Jerusalén). Asimismo, poco
se preocupaban por la esperanza mesiánica, despreciando las
pasiones nacionalistas y el entusiasmo religioso del pueblo.
Prefiriendo el exceso que el ayuno farisaico, argumentaron que Dios
no le interesaba las obras buenas o malas de los hombres. Con la
destrucción de Jerusalén y del templo, también desaparecieron los
saduceos.

Los escribas era una clase de eruditos de la ley mosaica que


nacieron en la época persa y helénica. Desempeñaban cargos de
copistas o de jueces (Marcos 2,6; Lucas 5,17-21). Ellos ejercían sus
funciones no solo en Jerusalén, sino también en pueblos, aldeas e
incluso en colonias judías fuera de Palestina. Como su tarea era
conservar las tradiciones y explicar las Escrituras, fueron llamados
“doctores de la ley o maestros”. Dado que la ley tiene que ver en
gran parte con el culto, los escribas más antiguos fueron sacerdotes,
como fue el caso de Esdras. No obstante, la creciente importancia
de la Torá y la sinagoga produjo una clase separada de maestros
bíblicos laicos del grupo de los fariseos, es más, ellos les había sido
confiada la dirección de las comunidades fariseas.
En tiempos de Cristo había entre ellos sacerdotes, miembros de
familias adineradas y personas que pertenecían a estratos más
modestos del pueblo. Estudiaban la ley de Moisés, discutían su
interpretación, conocían la tradición oral y la ponían en una relación
justa con la ley escrita. Como la ley de Dios determinaba todos los
campos de la existencia, ellos debían resolver no sólo cuestiones
teológicas, sino también jurídicas. En tiempos posteriores los
escribas tuvieron la responsabilidad adicional de la preservación del
texto sagrado. Al enfrentarse con la amenaza del helenismo,
vinieron a ser los celosos defensores de la ley y ganaron popularidad
e influencia entre el pueblo. El ingreso a los círculos de los escribas
no dependía del nacimiento o del linaje, sino únicamente de la
preparación cultural y las capacidades propias. El escriba debía
pensar en su mantenimiento y vivir del trabajo de sus manos. Quien
deseaba ser escriba debía hacer un largo y profundo estudio.
Alrededor de un escriba se reunían un grupo de discípulos. El
escriba enseñaba estando sentado y el alumno se sentaba a sus
pies. Cuando el aprendiz había llegado al final de sus estudios
exitosamente, el maestro lo declaraba escriba y le imponía las
manos. Así era introducido en la cadena de la tradición que lo hacía
llegar hasta Moisés. La estima en la que eran tenidos se refleja en la
palabra “rabbi”, “mi señor”, con la cual se les llamaba igualmente
como los sabios o hakamin. En el NT se les denominaba
generalmente como “grammateis”, conocedores de las Escrituras
(Mateo 2,4; Marcos 1,22), también se les podía llamar
“nomodidaskaloi” “maestros de la ley” (Lucas 5,17; Hechos 5,34).
Las personas lo saludaban con deferencia y seguía sus enseñanzas.
Se cuenta que el Rabí Meir (del siglo d.C.), un día visitó una
comunidad judía de Asia Menor, estando cerca la fiesta de los Purim
en la que se lee el libro de Ester, dicha comunidad no tenía dicho
ejemplar. El rabino, sentándose, transcribió de memoria todo este
texto. Del mismo modo, se protegían de cualquier crítica, inculcando
la idea de que si subestimaran sus apreciaciones incurrían en un
pecado tan grave como despreciar la palabra de Dios. N. S.
Jesucristo los denuncia por su hipocresía, orgullo y dureza espiritual,
y también porque fueron adaptando ciertas interpretaciones de la
Sagrada Escritura hasta el punto de crear normas extrañas ajenas a
los preceptos mosaicos. Aunque la mayoría de ellos fueron
acérrimos opositores del ungido del Señor, unos pocos simpatizaron
con él (Mateo 8,19; Marcos 12,28-34).

La palabra fariseos del griego pharisaioni (hebreo perûsîm), es un


término semítico que se traduce como “separado de los demás” o
“separatista”. Los fariseos se asocian generalmente con los escribas
(Mateo 5,20) y los saduceos (Mateo 16,1) o con los herodianos
(Mateo 22,15) en su oposición a Jesús. Algunos sostienen que su
origen se remonta cuando se separaron de Judas Macabeos en el
advenimiento de Alcimus en el año 162 a.C. y que eran los
hasidim, un grupo de resistencia pasiva que se dedicaba a la
observancia del judaísmo. Josefo les distingue de los esenios y
saduceos en los días de Jonatán, en el año 146 a.C. Otros le miraron
como los haberim quienes desertaron de Hircano alrededor del año
135-104 a.C. y que juraron una observancia escrupulosa de la ley
(Mishna). Hacía el año 76 a.C. fueron admitidos en el Sanedrín. En
el tiempo de Jesús, ellos controlaban las sinagogas y las escuelas
rabínicas, por lo cual eran respetados por las masas.
Eran conocidos por sus despliegues de justicia en público para
impresionar a otros. Los días en que por su propia imposición solían
ayunar son los lunes y los jueves, y escrupulosamente pagaban el
diezmo. Ensanchaban las cajitas que llevaba todo judío varón sobre
la frente y el brazo que contenía cuatro porciones del Pentateuco,
esto con el fin de dar la impresión de que eran celosos de la ley de
Moisés, y aumentaban los flecos de sus prendas de vestir. En las
sinagogas se invitaba a un hombre para estar de pie al frente y
llevar las oraciones. Ser escogidos era un honor, y algunos fariseos
aprovechaban esta oportunidad para su misma gloria.
Se lavaban las manos antes de tomar cualquier alimento para poder
elevar las manos limpias en la oración y así consumir el alimento en
común. Quien comía el pan con las manos siempre limpias, se hacía
digno de participar del banquete del siglo futuro. Al levantarse de la
mesa, sumergían las manos en el agua hasta el puño. Volviendo de
la ciudad o del foro también se lavaban la cabeza hasta los pies. No
sólo se ponía atención a la pureza del ser humano, sino también a la
de los utensilios que se usaban, por eso purificaban las copas, las
vasijas, los lechos de festín. Si un ratón pasaba por encima de un
plato o un hueso caía en un vaso, ambos recipientes terminaban
siendo impuros, y tanto el uno como el otro debían ser purificados.
Según sus tradiciones despreciar estos ritos, era incurrir en la pena
de excomunión. Esta es una doctrina sin ninguna base en la Torah
escrita, por eso fue que Yeshúa se le opuso.
Jesús dijo de ellos que eran como “sepulcros que no se ven” (Lucas
11,44). Las tumbas eran generalmente pintadas con cal para
advertir a las personas de su presencia, y evitar que las tocaran y se
tornaran impuras. N.S. compara a los fariseos con criptas ocultas,
porque la gente no sospecha de la impureza moral de sus líderes
religiosos.

En el plano doctrinal creían en la resurrección después de la muerte,


en los ángeles y en la recompensa o el castigo futuro (Hechos 23,8),
reverenciaban las tradiciones de los escribas (Marcos 7,9),
practicaban el exorcismo (Lucas 11,19), para la blasfemia y el
adulterio, prescribían la pena de muerte. Su esperanza mesiánica
encuentra expresión en los Salmos de Salomón (alrededor del año
50 a.C.), creían que el Mesías ataría a Belial, ejecutando el juicio y
estableciendo la nueva Jerusalén.

Los puntos de conflicto entre Jesús y los fariseos fueron:


 Su tradición que invalida la ley (Marcos 7,12)
 Su rígida observancia del sabbath lo cual restringía las
sanidades (Mateo 12,12).
 Corrupción y regeneración moral (Marcos 7, 18-23).
 Méritos y recompensas (Lucas 17,10).
 Hipocresía en su forma de vida (Mateo 23,13).
 La misión de los gentiles y las castas sociales (Lucas 7,36-50).
 Su falta de humildad (Lucas 18,9-14).
En el Talmud se conserva una oración del siglo I a.C. que suena
muy parecido a la parábola del fariseo y el publicano: “Te
agradezco, Señor Dios mío, porque me has dado mi parte entre
quienes se sientan en la casa de la doctrina, y no entre los que se
sientan en las esquinas de las calles; yo, de hecho, me levanto
temprano, ellos también se levantan temprano; pero yo me levanto
gracias a las palabras de la ley, ellos, en cambio, se levantan
temprano para cosas inútiles. Yo me canso y recibo recompensa,
ellos se cansan y no reciben ninguna recompensa. Yo corro y ellos
también; yo corro hacia la vida del mundo futuro, ellos, en cambio,
corren hacia la fosa de la perdición.
Por otra parte, el Señor compartió algo de sus enseñanzas
espirituales (Lucas 10,27-28), reconocía la autoridad que tenían en
la “cátedra de Moisés” (Mateo 23,1-3). Del mismo modo, ciertos
fariseos importantes como Nicodemo que pertenecía al Consejo de
Ancianos, era discípulo suyo en secreto.

Todas las ceremonias religiosas en las sinagogas sin excepción, son


conducidas por un rabino. Un rabino es doctor de la ley mosaica,
jefe espiritual y religioso de una comunidad en particular. Preside los
oficios, oraciones, bendice las uniones matrimoniales y celebra las
exequias fúnebres. Antiguamente gozaba de autoridad jurídica dado
su carácter de hombre sabio en la teología judía; sin embargo, no
eran considerados como clérigo propiamente dicho.
Los hebreos devotos del siglo primero tenían la costumbre de orar
en grupo a la hora en se realizaban las ofrendas quemadas en el
templo (a eso de las nueve de la mañana y las tres de la tarde). Los
de los otros lugares solían hacerlo también dos veces al día de pie
en las sinagogas locales (Lucas 18,11-13). Por el contrario, Jesús
criticaba a los hipócritas fariseos que oraban “en las sinagogas y en
las esquinas de las calles”, para ser vistos por los demás (Mateo
6,5): Igualmente, a los escribas que al hacer “largas oraciones” se
querían ganar el dinero de las viudas (Lucas 20,47).

Rabbí viene del hebreo rab que designa un jefe. Se atribuía este
título a los maestros de la ley que tenían discípulos, como pasó
con Juan Bautista (Juan 3,26) y a menudo par Jesús (Marcos 9,5).
Solamente en tiempos posteriores el rabino recibiría una ordenación
y reconocimiento oficial en la comunidad judía. Un rabino tenía que
haber sido formado en alguna de las escuelas rabínicas y haber
demostrado que era capaz de interpretar la ley de Moisés y los
profetas según los principios establecidos en ella. Los doctores de la
sinagoga transmitían lo que ellos mismos habían aprendido de
reputados maestros como Sahmaio o Hillel; evitando criterios
propios que pudieran ocasionar el surgimiento de muy diversas
doctrinas.
XIII. EL SANEDRÍN

El sanedrín (arameo, del griego synedrion, “concilio”) era una


especie de tribunal supremo nacional de los judíos. Probablemente
se formó en la época de los Macabeos, hacia el siglo II AC., Cuando
se abolió la realeza aumentó su importancia, ya que representaba la
principal autoridad autónoma frente al poderío extranjero de los
romanos. Con la venida de Pompeyo el Grande en el 63 a.C. el
territorio judío se dividió en cinco synedria, de los cuales el
synedrion de la Ciudad Santa que estaba asociado con el templo,
llegó a ser el Gran Sanedrín.
En las comunidades grandes el sanedrín consistía en veintitrés
“ancianos” (presbyteroi), y en las localidades más pequeñas de
siete. A cada uno se le daba el título de “consejero” (bouleutes),
uno de estos miembros era el “principal” (gerousiarchés). El
presidente del sanedrín debía ser descendiente del primogénito de
Aarón. Era un cargo vitalicio hasta que Herodes el Grande, llegó a
venderlo al mejor postor.

Estaba compuesto por saduceos acompañados con fariseos y


escribas. El senado en el sanedrín de Jerusalén se encontraba
limitada a judíos de la aristocracia, y era una posición que se gozaba
de por vida. Estaba conformado por 71 miembros (en la sede existía
el escaño 72 que estaba reservado para Elías), organizado de la
siguiente manera:

 Los doctores de la Ley, es decir, los jefes de las 24 familias


sacerdotales y cuantos habían sido sumo sacerdotes, debían
ser también descendientes de Aarón, y desde el reinado de
David formaban las 24 familias que se distribuían
semanalmente el servicio del templo.
 Los ancianos del pueblo o jefes de las principales familias que
eran una especie de consejeros. Eran propietarios de grandes
tierras y ganado.
 Los levitas que venían de la tribu de Levi acompañados de los
escribas, encargados de copiar e interpretar la ley de Moisés.
Estos últimos estaban presentes desde el tiempo de la reina
Alejandra (76-67 a.C.). Los escribas pertenecían principalmente
al partido de los fariseos.

Todo este conjunto se ocupaba de las obligaciones religiosas y


legales. Ya en el final de la dinastía de los Macabeos se convirtieron
en opresores del pueblo en general.

El Sanedrín tenía competencia no sólo en el ámbito civil, sino


también hasta cierto punto en el plano penal y administrativo. Esta
asamblea tenía la última palabra en caso que tuvieran que ver con la
interpretación de la ley mosaica, podía ordenar arrestos por medio
de sus propios oficiales de justicia. Los castigos eran desde azotes,
excomunión, y en casos extremos la muerte. Sin embargo, la
sentencia de un condenado de gran importancia a la pena capital
tenía que ser confirmada por el procurador romano, de los cuales
eran sus aliados en el poder, como sucedió con Jesús; caso
contrario fue la lapidación del diácono Esteban.

Después de la destrucción de la ciudad de Dios en el año 70 d.C.,


este consejo de ancianos fue abolido y remplazado por el Beth Din
(corte de justicia), compuesto de rabinos que sólo tenían autoridad
moral y religiosa.
XIV. EL DÍA SÁBADO

El sábado o sabbath era el día consagrado a Yahveh. En el


pensamiento hebreo tiene una connotación de “júbilo”, “paz” y “luz”.
El sabbath lo guardaban los judíos dentro y fuera del país. Era
descanso para todos, incluso para los animales, no se puede
trabajar o ir a la guerra en ese día. Ni siquiera les estaba permitido
encender fuego en sus hogares, o preparar los alimentos. (Exodo
20, 10; 35,2-3). Nadie podía salir de sus localidades (Exodo 16,29).
No satisfechos con los preceptos de la ley, ciertos rabinos legalistas
estipularon la distancia máxima que podía caminarse en ese día,
como por ejemplo, para ir a adorar a Dios. Por lo tanto, el llamado
“camino de un sábado” (Hechos 1,12), corresponde
aproximadamente a un kilómetro de distancia.

Tres toques de trompeta anunciaban el comienzo del día del


descanso, cuando desaparece la última luz del viernes, y dura hasta
la puesta del sol del sábado (Levítico 23,28.32). Se celebra mediante
reuniones familiares con trajes de fiesta y una cena especial, con la
bendición de la comida y del vino. Los judíos observantes de la ley
acuden el sábado por la mañana a la oración, la lectura de la Toráh
(Antiguo Testamento), y la recitación de los salmos en la sinagoga.
Al atardecer volvía a sonar la trompeta y se daba por finalizado el
Sabbath.

Con el sábado solía también designarse una semana entera, así por
ejemplo se lee en Lucas (18,22): “ayuno dos veces el sábado”, lo
que quiere decir: “ayunó dos veces en la semana”. Tenían los
hebreos además el “año sabático”, donde cada siete años no se
debía sembrar en los campos, ni cultivar en los jardines.
XV. LAS FIESTAS RELIGIOSAS.

Las principales fiestas religiosas del judaísmo son:

LA PASCUA (PESÁJ): La Pascua fue la primera de las tres fiestas


anuales en la que requería la presencia de todos los hombres en el
santuario (Éxodo 23,14-17). Se celebra de acuerdo al calendario
lunar entre los meses de marzo y abril, y recordaba la liberación del
pueblo escogido de Egipto por Moisés, aproximadamente 1400
años antes de la conocida como era cristiana. Su origen proviene de
la fusión de dos celebraciones bien distintas, aunque coincidentes en
el tiempo: la fiesta de «pesáj», fiesta de reminiscencias nómadas,
con sacrificios de animales (corderos), y la fiesta del «massot»,
fiesta de campesinos sedentarios, que celebraban las primeras
espigas de la primavera. El rito de la unción de las jambas de las
puertas y de las paredes de las tiendas, era un rito de propiciación
que tenía como fin alejar a los espíritus malignos del rebaño y
garantizar la fecundidad. El pueblo hebreo unió estas dos
celebraciones (pascua y ácimos) en una sola conmemoración: la
liberación de Israel de la esclavitud de Egipto, por la mano de Dios.
Y asumiendo elementos de las dos festividades les dio un sentido
nuevo.

La fiesta de la Pascua se celebra el 14 de Nisán (entre marzo y abril)


(Éxodo 12). El primer día de la Pesaj, en la tarde, tenía lugar la
cena ritual (seder) donde era leída la narración del Éxodo. El hijo
menor le hacía, al jefe de familia, las preguntas relativas al hecho de
comer el pan sin levadura (matzan), las hierbas amargas (maror),
el uso de ensopar los alimentos y de comer apoyados sobre el brazo
izquierdo. La celebración pascual también implicaba la ofrenda de un
ramillete de espigas (Levítico 23,11). Durante la conmemoración era
leído el Cantar de los Cantares.

Esta conmemoración se llama Paso (o Pascua hebrea), porque el


Señor “paso de largo” de los hogares de los israelitas, salvándolos
de la suerte de los egipcios. El sustantivo pesáj se deriva del verbo
pasah, “pasar sobre”, en el sentido de salvar o librar a alguien de
algo, “saltar” (Éxodo 12,12-13). La pascua está asociada a la fiesta
de los panes sin levadura (hag hammassôt), la semana durante la
cual, la levadura estaba rígidamente excluida de la dieta de los
hebreos (Éxodo 23,15). Se observaban como sabbaths el séptimo y
el primer día de la semana. La cena en memoria de la última noche
de los hebreos en la nación de los faraones, no comienza sino hasta
después del anochecer.

La Pesáj es la primera y más importante fiesta del calendario judío;


comienza el día de Nisán, y se celebra durante siete días (ocho en la
diáspora), de los cuales el primero y el último son días de reposo, y
en los que está prohibido el trabajo cotidiano. Del mismo modo, el
primer día era reservado para la cena solemne donde se comía el
cordero pascual. Igualmente como el pan fermentado estaba
prohibido en ese período, se consumía pan sin levadura, de ahí que
la solemnidad fuera también conocida como la fiesta de los Ácimos.
La cena pascual para los judíos comenzaba con el sacrificio en el
templo de Jerusalén de un cordero sin defecto de un año. Era
llevado al templo, degollado en el patio interior, cuya sangre llevada
en vasijas de oro y plata por los sacerdotes, se derramaba sobre el
altar, mientras que se guardaba la carne para cenar en las casas.
Estos preparativos eran hechos en el transcurso de la tarde del 13
de Nisán y se debían acabar antes del fin de la tarde. Cuando, con el
trasmonto del sol, comenzaba un nuevo día, se desarrollaba en el
ámbito de la familia o del grupo de la liturgia pascual. Además de
los sacrificios regulares, se ofrecían dos becerros, un carnero y siete
corderos como una ofrenda quemada, y un macho cabrío como
ofrenda por el pecado de cada día (Números 28,19-23; Levítico
23,8).

La Pascua era una fiesta familiar. El número de los comensales


debía ser de 10 a 15 personas entre familiares o amigos. En el caso
de las familias pequeñas, podía invitarse a los vecinos a participar de
la comida pascual. Durante la fiesta de la Pascua la ciudad de Dios
quedaba atestada, y los visitantes tenían que alojarse en los pueblos
vecinos o acampar en tiendas. Además de reunirse con sus
parientes y amigos, los peregrinos entraban al templo para adorar al
Todopoderoso, ofrecer sacrificios y leer la Toráh.

En los años subsiguientes el ritual de la Pascua fue desarrollando


rasgos adicionales. Se usaban cuatro copas sucesivas de vino rojo
mezcladas con agua, que simbolizan las cuatro características de la
liberación de Egipto descritas en Éxodo 6,6-7. Una pequeña cantidad
de vino era derramada fuera del vaso de cada participante, durante
la recitación de las diez plagas, para recordar que la libertad fue
conquistada únicamente mediante el sufrimiento de los egipcios. El
quinto vaso, llamado vaso de Elías, debía ser arrojado y nunca
bebido. Representaba, de hecho, la promesa de Dios de introducir a
los judíos en la tierra prometida.
En los lugares apropiados se cantaban los Salmos 113 a 118. Frutas
mezcladas con vinagre en un mortero hasta que la mezcla alcanzaba
cierta consistencia, servía como un recordatorio del mortero en la
esclavitud. La cena se celebraba en memoria de la salida de Egipto y
en señal de comunión, renovando de esta manera la alianza de
Israel con Yahvé. Antes de comer, se servía una copa de vino,
acompañada de una especie de aperitivo hecho con hierbas
amargas y pan sin levadura; seguidamente, se servía otra copa.
Entonces, el hijo menor de la familia o el más joven de los
asistentes preguntaban al padre o al presidente de la mesa qué
significaba aquellas costumbres tan extrañas. Y éste respondía
contando cómo Dios en otro tiempo libró a los hebreos de la
esclavitud del faraón; de modo que esta narración (“Anamnesis” o
memoria) entusiasta, que solía cantarse, se convertía
espontáneamente en alabanza al Todopoderoso (“Eulogia”) y en
acción de gracias (“Eucaristía”) al mismo tiempo. El “Haggada”,
que así se llamaba este relato, concluía para dar paso a la recitación
de la primera parte del Hallel (una serie de salmos, cuyos
versículos eran respondidos por los asistentes diciendo Aleluya).
La comida propiamente dicha comenzaba inmediatamente. El
presidente de la mesa tomaba entonces el matzot, un pan ácimo o
sin levadura (en la Biblia, la levadura a menudo simboliza el
pecado), en las manos, lo bendecía, lo partía y lo distribuía a los
presentes. Las “verduras amargas y pan sin fermentar” que se
consumen en esta fiesta, es debido a que el sabor de estos
vegetales buscaba recordar a los israelitas la amargura de la
esclavitud. El pan sin fermentar es por el apuro con el cual el pueblo
debía dejar Egipto. No había tiempo para fermentar el pan. Se
continuaba con la comida del cordero sin ritos especiales. Pero, al
final, el presidente tomaba la copa recién llenada de vino y la
bendecía solemnemente dando gracias por la cena pascual. Era el
“cáliz de bendición” que pasaba de mano en mano y todos bebían
de él. La reunión terminaba recitando la segunda parte del Hallel y
con una cuarta copa ritual.

PENTECOSTES (SHAVUOT): El nombre de Pentecostés proviene


del griego que significa “cincuenta”. Era una de las celebraciones
judías más importantes del año, realizada 50 días después de la
Pascua. En el Antiguo Testamento, Pentecostés es llamada de la
Cosecha. Era una acción de gracias a Dios por su bendición
celebrada al final de la cosecha de grano. En tiempos de Cristo
recordaba la entrega de las tablas de la Ley que hace Dios a Moisés
en el monte Sinaí. Las sinagogas eran decoradas con plantas y flores
para recordar que el monte Sinaí, seco y árido, después de la
revelación de Yahvé se llenó de flores de un momento a otro.

LOS TABERNÁCULOS (SUKKOT): A fines de septiembre.


Conmemora los días en que los israelitas peregrinaban por el
desierto y vivían en tiendas de campaña o en cabañas de ramaje.

LA DEDICACIÓN DEL TEMPLO (ENCENIA): A fines de


diciembre. Hace alusión a la purificación del santuario y del altar de
los holocaustos, después de la profanación del rey Antíoco.
EL DÍA DE LA PURIFICACIÓN (YOM KIPPUR): Estaba marcado
por el ayuno y se solicitaba a Dios que borrara las faltas cometidas
por los hebreos. En su inicio se realiza una comida festiva, alegre ya
abundante, antes de de la puesta del sol (5:30 p.m.). Los judíos no
vuelven a probar comida, ni agua hasta el anochecer del día
siguiente.

XVI. EL TEMPLO DE JERUSALÉN

Este santo lugar constaba de nueve entradas cuyas puertas estaban


forradas de placas de oro y plata. Las piedras del templo eran de
color blancas, los adornos y accesorios reflejaban su destello a
muchos kilómetros de distancia. Las tres puertas occidentales daban
acceso al llamado “patio de las mujeres”. En el “atrios de los
gentiles", se permitía  a todos los que no compartían la fe de Israel
interrogarse sobre la religión hebraica. En aquel lugar podían
encontrarse con los escribas, hablar de la fe e incluso rezar al Dios
desconocido (1 Reyes 8,41-43). Otro claustro era destinado para los
leprosos y los mendigos, es decir, la plebe más baja. Desde éste,
una gran puerta de bronce daba acceso al “patio de los israelitas
“que era solamente para los judíos varones. El edificio del templo en
sí, situado en el centro del patio tuvo que ser construido por mil
sacerdotes adiestrados en albañilería a fin de que manos impuras no
lo profanaran antes de ser consagrado.

La llamada “arca del Tesoro” al parecer quedaba en el Atrio de las


Mujeres, donde hay cofres para que los devotos echen allí su
contribución, como fue el caso de la “viuda pobre” que depositó dos
monedas (Marcos 12, 41-44).

Dentro de este recinto sagrado centro de la religión judía se hallaba


el sector de los sacrificios o patio de los sacerdotes con sus
respectivos altares. Ellos se encargaban de los ritos y ceremonias,
mientras que los levitas eran los ayudantes de los primeros,
destinados a la música conformando la orquesta y los coros, además
del mantenimiento del sacro templo, vigilaban el fuego de los altares
día y noche. Cada servicio religioso concluía con la presentación del
pan y el vino, además de la lectura de las Sagradas Escrituras y los
cantos de los himnos y los salmos.

Igualmente se hallaba la fachada monumental en forma de T de


mármol blanco y oro. Este edificio constaba de dos recintos: el
primero era el “santuario”, cuyas puertas de oro estaban abiertas
aunque cubiertas por cortinas. En el santuario, al que sólo podían
entrar los sacerdotes, se hallaban el candelabro de siete brazos
encendidos permanentemente llamado “Menorah” (símbolo de la
nación de Israel), la mesa del pan ácimo o de la proposición que se
renovaban cada sábado, y el altar del incienso. Más allá, un enorme
velo ocultaba el “Sancta Santorum”, una enorme habitación sin
ningún tipo de decoración ni mueble donde sólo podía entrar el
Sumo Sacerdote de turno una vez al año, para quemar incienso el
día de la expiación de todo Israel.

En el templo no se admitía moneda extranjera, el cambio de


monedas extranjeras por “ciclos santos” que eran utilizados como
diezmos para el sostenimiento del culto, no se podía hacer más que
en el recinto sagrado. Los días de peregrinación había hasta 93
sacerdotes encargados de las ventas y de recoger la plata. Por eso,
cuando se aproximaban las festividades judías, instalaban sus
puestos en el atrio de los gentiles. Los sumos sacerdotes y sus
familias estaban involucrados en este negocio. El templo, aparte de
ser el centro de la vida religiosa, constituía el epicentro financiero de
Jerusalén, y era la sede normal de la suprema autoridad política y
religiosa.
Otro hecho interesante de conocer que se presentaba en el Templo,
era la actitud de algunos gentiles que querían ganar el aprecio de
los judíos importantes, como lo confirma el historiador judío Flavio
Josefo, diciendo que Marco Agripa quien era amigo personal de
Herodes el Grande, hizo sacrificar cien animales en el año 15 a.C.

Cerca del edificio santo se construyeron zonas de reuniones y parte


administrativa, a partir del año 30 d.C. se congregaba allí el
“Sanedrín”, El salón se hallaba dispuesto en semicírculo, de tal
manera que los setenta jueces podían verse entre ellos, vigilarse y
cambiar miradas. A la derecha y la izquierda dos escribas ponían por
escrito las opiniones enunciadas y sus fundamentos. En el centro
dominaba el gran sacerdote, reconocible por la lámina de oro que
ceñía su frente y el pectoral con piedras preciosas que lucía en
circunstancias solemnes. Delante de los jueces, y en lugares ya
señalados, se sentaban tres filas de discípulos, cada una de
veintitrés miembros.

XVII. LAS SINAGOGAS

La palabra sinagoga viene del griego “sinagogue” que significa


“asamblea” o “reunión”. Eran lugares de culto, escuelas bíblicas,
hospederías y centro de difusión y propagación del judaísmo entre
los paganos. La tradición sugiere que las primeras sinagogas se
establecieron durante la cautividad en Babilonia. Por la destrucción
del templo en el 587 a.C., el centro de la vida religiosa vino a ser las
asambleas locales para el estudio de la Escritura y la oración. Estas
reuniones se llevaron a cabo en casas privadas (Ezequiel 8,1; 20,1-
3). La asamblea se reunía cada sábado, día de precepto o de ayuno.
Después del decreto de Ciro, los exiliados volvieron a Jerusalén y
reconstruyeron el santuario. Con todo, la sinagoga continuó como
una institución del judaísmo en Israel, pero también muchos de ellos
no retornaron y se dispersaron por los dominios persas. Esto
conllevó la construcción de sinagogas por todo el Mediterráneo y
Oriente Medio. En tiempos de Jesús, toda aldea palestina tenía una
sinagoga; en donde la población era más numerosa, había varias.
Esto se verifica en Jerusalén, aunque debe rechazarse como leyenda
la tradición rabínica que enumera 480 de ellas.
Donde hubiera un grupo de 10 judíos libres se edificó una sinagoga.
Su número creció en el momento que se estableció la lectura pública
de la Toráh. Las más antiguas miraban hacía Jerusalén. Cuando era
posible se construían en la parte más alta de la ciudad y cerca de
alguna fuente de agua, la que se usaba para las abluciones
ceremoniales. Al principio el culto incluía la oración, la lectura y una
explicación de una porción de la Escritura; después de usaron varios
ciclos de lectura.

En ese entonces un simple local hacía las veces de lugar de oración,


después su diseño se destacó por ser de estilo sencillo, rectangular,
de forma alargada y amplia. Las sinagogas consistían en dos salas
separadas por un vestíbulo. En una pared al fondo había un ábside
(nicho semicircular) llamado Aron ha-Qodesh(=Arca santa), donde
se guardaban los rollos de pergamino envueltos en telas preciosas
que contenían los textos del Antiguo Testamento. Delante del Arca
de la Torá continuamente estaba encendida una lámpara de aceite,
símbolo de Dios, la “luz eterna”. Al centro había un ambón para la
lectura. Durante la liturgia que se tenía en la sinagoga el rollo de la
Torá era sacado del armario, presentado a la veneración de la
asamblea y depositado sobre el ambón para tal fin. Como estaba
prohibido tocar el pergamino con la palabra de Dios, durante la
lectura se utilizaba un lápiz con forma de mano (Jad), que al
terminar la lectura, era asegurad con una pequeña cadena sobre el
rollo. Alrededor de las paredes estaban los escaños (bancos o
sillones) reservados para la gente importante, los hombres se
sientan en alfombras en el suelo, mientras que las mujeres con los
niños y esclavos se ponen aparte de pie.

Cada sinagoga estaba dirigida por un comité elegido por los notables
de la aldea o del barrio, por lo general laicos. Los ancianos de las
mismas eran ordenados por medio de la imposición de manos. Se
escogía además un jefe para cada sinagoga llamado el
archisinagogo, preferentemente que fuera un escriba quien
organizaba la oración y el culto (Hechos 18,17). El archisinagogo
recitaba las plegarias y luego el sacristán le pasaba los rollos de la
ley y los profetas al lector (Lucas 4,20). A medida que éste
salmodiaba un versículo en hebreo, el traductor, con el mismo tono,
lo traducía al arameo que era la lengua común de los fieles. Este
sacristán o ministro, tenía la obligación de poner orden y convocar
las reuniones haciendo sonar la trompeta (el shofar). Había los
encargados de recoger las limosnas y de catequesis para los niños.
En las sinagogas, o en los locales adyacentes funcionaba una
escuela para la instrucción de los infantes.

El archisinagogo, siendo como era el custodio del dogma, velaba


por la observancia de los preceptos de la ley de Moisés, instruía al
pueblo, presidía las asambleas y recibía el dinero de las limosnas. El
precepto romano reconocía ciertos privilegios a este cargo
honrosamente retribuido. Par obtenerlo era necesario pasar por un
difícil examen sobre teología, derecho y medicina.

Existía la llamada "cátedra de Moisés", que era para enseñar las


Sagradas Escrituras a cargo los escribas y fariseos. Esta cátedra
(asiento) no era solamente una metáfora para hablar del poder
(Mateo 23, 1-3; Hechos 15, 21). Verdaderamente había un asiento
de piedra frente a la sinagoga donde el líder con la autoridad
(generalmente un escriba) hacia juicios sobre asuntos doctrinales y
legales. Como dice la Mishná Abote (comentario judío), los judíos
entendían que la revelación que Moisés recibió de Dios fue
transmitida por sucesión ininterrumpida desde Josué pasando por
los ancianos, profetas y el Sanedrín.

El servicio religioso comprendía dos partes:

 La primera daba comienzo con una profesión de fe y la lectura


del decálogo, proclamándose luego las 18 bendiciones llamadas
“berakah” que eran leídas por cualquiera de los presentes, a
cuyo fin todos los demás respondían “Amén”. Con la última
bendición, el presidente daba su propia bendición, si era
sacerdote, o lo hacía en forma deprecatoria en caso contrario.
La berakáh resume la espiritualidad de la Antigua Alianza y es
la respuesta de bendición y de agradecimiento que Israel da a
la palabra de amor que su Dios le había dirigido.

 La segunda parte consistía en el canto de los salmos, luego el


ministro designa a los siete oficiantes quienes según la
costumbre establecida, suben sucesivamente a la cátedra y a
una señal del jefe de la sinagoga, dan lectura a los libros de la
ley. Luego, se saca el Sacrarium o libro de los profetas, y el
jefe de la sinagoga invitaba a un hombre conocedor de las
Escrituras a leer los rollos sagrados, haciendo su propio
comentario del mismo (Véase Lucas 4,16-17; Hechos 13,14-15;
15,21). Durante la exposición y los sermones cualquier
asistente podía hacer una pregunta poniéndose de pie.

En las sinagogas se recitaba las palabras del Deuteronomio (6,5),


que dice:”Shema Ysrael Yahwé Elohiym, Adonay echad ejad”,
que traduce: “Tienes que amar al Señor tu Dios con todo tu corazón
y con toda tu alma y con toda tu mente”. Estas palabras sagradas se
les enseñaban a los niños desde pequeños y son las últimas que se
dicen antes de morir. Incluso se deja constancia de ellas por escrito
en el mezuzot, un pergamino con este texto del Pentateuco que
escribe un sofer (escriba diplomado), es revisado al menos dos
veces cada siete años por el rabino de la ciudad y se pone en el
marco de las puertas de la casa.

Hay una antigua oración que se pronuncia hasta el día de hoy en las
sinagogas en la que se refiere a la esperanza en el Reino del Mesías
del linaje de David.

Las sinagogas prestaban a los pobres del lugar una asistencia social
organizada mediante la institución de la “caja” (quppah): todos los
judíos estaban obligados a depositar en la “caja” una cantidad
proporcionada a sus haberes. Cada semana, un comité de tres
personas repartía lo necesario para que los menesterosos pudieran
comer dos veces al día. Ahora bien, los rabinos o presidentes de la
sinagoga llegaron al acuerdo de excluir de esta asistencia a los que
confesaran que Jesús era el Mesías (Juan 9,22), como ocurrió con el
ciego de nacimiento (Juan 9,34). Por eso los primeros cristianos
montaron su propia organización a la que le dieron el nombre de
“servicio cotidiano” o “servicio a la mesa” (Hechos 6,1 ss).

En el año 70, los ejércitos romanos del general Tito destruyeron la


ciudad de Jerusalén, incluidos el templo y la sala del sanedrín
(consejo de ancianos judíos). Según algunos escritos, la Ciudad
Santa contaba con 400 sinagogas.
APUNTES SOBRE JESÚS Y SU TIEMPO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“Una personalidad tan original, tan completa, tan uniformemente


consistente, tan perfecta, tan humana y a la vez tan por encima de
la grandeza humana, no puede ser un fraude ni una invención…
Haría falta más de un Jesús para inventarse a Jesús”.
Philip Schaff
Historia de la Iglesia Cristiana.

Pensadores, escritores y relatos ancestrales de diferentes religiones,


culturas, y pueblos; habían proclamado el advenimiento de un
Hombre Salvador. Y es así como:

 Confucio (500 a.C.), mencionó en la China a un “Santo” que


era “un rey al que hemos de reconocer para poder salvarnos”.
 Sócrates (399 a.C.), filósofo griego, habló de un “Sabio
universal”.
 El profeta Zoroastro (300 a.C.), de la antigua Persia (hoy Irán),
anunció la llegada de un “Redentor”, quien nacería de una
madre virgen, para traer la resurrección a los muertos y un
juicio final, con un cielo como premio y un infierno como
castigo.
 Tácito (116 d.C.), y Suetonio (120 d.C.); cronistas romanos,
afirmaban que “era universal la creencia en antiguas profecías
de que de Oriente vendría el Rey del mundo”.
 Los antepasados de polinesia, ciertas tribus africanas, los
indígenas de América del Norte y del Sur, los de Nueva Guinea
y Papúa; pintan algunas representaciones de la visión de un
hombre con muchas características y semejanzas con la
persona de Jesús.

El nombre de Jesús, era bastante común en la galilea del siglo I d.C.


Los arqueólogos han desenterrado hasta 71 tumbas de la época con
el nombre Yeshúa. El historiador judío Flavio Josefo menciona a
unas doce personas llamadas así, aparte de las que figuran en el
registro bíblico.

Jesús nació en el año 749 del imperio romano, Augusto César


reinaba desde hacía 31 años; y para resaltar su grandeza y poderío
hizo cerrar en señal de paz universal (llamada la Pax Romana), el
templo del dios Jano, al que se le describía como “la salud del
género humano”. Su santuario era considerado como uno de los
más importantes de la capital romana, cerrado en tiempos de paz,
permanecía abierto en tiempos de guerra. El historiador Suetonio
hace notar que desde la fundación de Roma hasta el tiempo de este
monarca, no estuvo clausurado sino dos veces. Este acontecimiento
había sido profetizado por Daniel, diciendo que “Dios ha dado a un
imperio la fuerza y la gloria gozando de una paz universal, luego
aparecerá, por fin, otro reino que suscitará Dios y durará para
siempre” (6,26).

El “Rey” o el “Ungido” de Yavé (1 Samuel 2,10), no reinará desde


Jerusalén, sino desde su trono celestial a la derecha del
“Todopoderoso” (Hechos 2,35-36). Por tanto, no solo gobernaría a
Israel, sino al mundo entero (Salmo 2,6-8).

Unos siete siglos antes de Cristo, el profeta Isaías había hecho una
serie de declaraciones proféticas y por eso se le llama como el
quinto evangelista. Así por ejemplo, con imágenes vivas había
descrito la llegada de un Redentor que vendrá a Sión predicando las
buenas nuevas a los mansos y a proclamar libertad a los cautivos
(60,1-2). “Cuán hermosos sobre los montes son los pies del que trae
buenas nuevas” (52,7). Jesús mismo vio en estás profecías una
descripción de su propia misión mesiánica (Lucas 4,18-21; 7,22). Es
por eso que el evangelista Marcos pudo escribir que Jesucristo vino
de Galilea “anunciado el evaggelion de Dios” (1,14).

Otros profetas del Antiguo Testamento, habían presagiado hechos


importantes en la vida del Mesías, es así como Miqueas, 730 años
antes de que naciera, dijo que sería en Belén; el mismo Isaías,
pronosticó 734 años antes, que nacería de una virgen; y Zacarías,
800 años atrás, anunció que el Galileo sería vendido por 30
monedas. En total existen más de cien profecías de los textos
veterotestamentarios que se cumplen en la persona de Jesucristo.

De acuerdo con el historiador judío Flavio Josefo, la documentación


genealógica de las familias descendientes del rey David, se podían
consultar en archivos públicos que fueron destruidos con el templo,
y la ciudad de Jerusalén hacia el año 70 de nuestra era. Esto
significa que desde los inicios del cristianismo ningún judío podría
probar su descendencia real. En cambio este hecho se puede
comprobar en Cristo Jesús en los evangelios de Mateo y Lucas.
Se ha hallado una inscripción con el nombre de un tetrarca o
“mandatario de distrito” llamado Lisianas, que gobernó en Abinele
en la misma época que Lucas lo menciona (3,1).

En los años del Mesías hubo cuatro gobernantes que llevaron el


nombre de Herodes:

Herodes el “grande”, rey de Israel; que mandó a matar a los niños


inocentes en Belén. Nacido en el año 73 a.C. en la población de
Ashekelon, hoy al sur de Tel Aviv, se declaró judío a pesar de que
sus padres no lo eran y fue nombrado gobernador de Galilea a los
25 años. Luego fue declarado “rey de los judíos” por el senado
romano en el año 44 a.C. A Herodes se le recuerda de forma
ambivalente. Por un lado se habla de su crueldad y despotismo y
por otro, de la estabilidad y el florecimiento económico que hubo en
su tiempo. Reinó durante algo menos de 40 años, dejando
estructuras monumentales por la que se le dio el título de “el gran
constructor”: Es de valor significativo la elaboración del segundo
Templo de Jerusalén, la ciudad portuaria de Cesarea en el norte del
país, la fortaleza de Masada a orillas del Mar Muerto, y su gran
palacio en Jericó, al que le dio el nombre de “Herodion”.

El ya mencionado historiador hebreo Josefo en su libro


“antigüedades Judías”, narra cómo Herodes mientras se encontraba
en su palacio en el monte Sión, empezó a sufrir de unas úlceras
malignas, ningún alimento podía saciar el hambre que lo devoraba.
Su cuerpo lleno de gusanos exhalaba un olor fétido, sus miembros
hinchados por la hidropesía. Sus médicos lo trasladaron a las aguas
de Callirhoe, cerca de Jericó. Se le sumergió en un baño de aceite y
betún sin ningún resultado. En un arranque de desesperación,
intentó atravesarse el corazón con un puñal e hizo matar a su hijo
Antípatro acusado de haber querido asesinarlo. Cinco días después
falleció este cruel tirano, hacia el año 4 a.C.
Herodes Antipas, tetrarca de Galilea y de Perea (hijo del anterior),
mandó a decapitar a Juan Bautista. El señor lo llamo “zorra” o
“raposa” (Lucas 13,31-32). Seis años después del crimen del
profeta, es derrotado por el rey de los árabes y apartado de su
reino. El emperador Calígula lo desterró a Lugdunum, hoy Lión, en
las Galias; donde fue estrangulado hacia el año 40.

Herodes Agripa I (Nieto de Herodes el Grande), reinó en Judea y


Samaria en los años 41-44 d.C. Fue quien ajustició al apóstol
Santiago y encarceló a Pedro. El libro de los Hechos de los Apóstoles
afirma que “un ángel del Señor hizo que Herodes cayera enfermo,
por no haber dado honor a Dios, y murió comido de gusanos”.
(12,23). Este evento ocurrió a principios del año 44, y fue descrito
por el historiador hebreo Flavio Josefo. Escribió que Herodes llevaba
una brillante túnica de plata durante un festival en honor del
emperador romano Claudio César. Cuando la multitud le pidió alabar
a Dios, el dignatario se negó. Acosado por intensos dolores, fue
llevado lejos, y falleció cinco días más tarde. La expresión “comido
de gusanos” sugiere que murió de una enfermedad intestinal aguda,
pero también podría sugerir la muerte como castigo divino de un
tirano y asesino.

Herodes Agripa II, delante de quien compadeció Pablo cuando


estuvo visitando a Festa en Cesárea.
Herodías era sobrina de Herodes y Mariana, hija de Aristóbulo a
quien Herodes había hecho ajusticiar. Esta mujer ambiciosa y ávida
de gloria se convirtió en la mujer de Herodes Antipas, quien repudió
a su primera mujer y la había devuelto a su padre en el reino de los
nabateos. Del matrimonio nació la hija Salomé (Marcos 6,17-29), de
la cual se sabe que poco después del martirio del Bautista, se casó
con su tío Filipo, hijo de Herodes el Grande. Enviudó y se casó otra
vez con su sobrino Aristóbulo, que le dio tres hijos. Una antigua
leyenda asegura que en un día muy frío de invierno se puso a bailar
sobre un lago congelado recordando la danza con que había
concedido la cabeza del profeta. El hielo se quebró y se abrió bajo
sus pies, cortándole la cabeza cuando su cuerpo se hundió hasta el
cuello. Los que la acompañaban pudieron recuperar la cabeza pero
no el cuerpo, que desapareció bajo las aguas.
En Nazaret se encuentran:

 La casa de San José, que sirvió de morada a la sagrada


Familia, y donde Jesús pasó treinta años de su vida privada;
aquí hay una basílica franciscana.
 La iglesia ortodoxa griega que se localiza sobre la antigua
sinagoga en la que Cristo Jesús leyó y enseño las Escrituras.
 Hay otro santuario pequeño, rescatado del islamismo en el
siglo XIX, es una capilla en donde se venera la llamada “Mesa
de Cristo”. Se tiene como seguro que en ella comió Jesús con
sus discípulos después de la resurrección.

Cristo Jesús es la cabeza, el Señor, el juez, el pastor y el novio de la


Iglesia Católica.

Los cuatro momentos importantes en la vida del Hijo de Dios en el


mundo son:

o Su nacimiento por medio de la Virgen María.


o Su muerte en la cruz.
o Su triunfal resurrección.
o El regreso al cielo a la presencia del Padre Eterno.

Jesús no solo se le conoció como el hijo del carpintero, sino como el


“carpintero” (Marcos 6,3). Entre las labores que incluía esta
profesión en tiempos bíblicos estaba la construcción de viviendas,
muebles y utensilios de labranza. San Justino Mártir, del siglo II
d.C., escribió que Cristo fue “considerado él mismo como un
carpintero, y obras de este oficio eran la fabricación de arados y
yugos, mientras estaba entre los hombres”.
Cristo en su predicación mencionó más de de la mitad de los libros
del Antiguo Testamento, ya fuera directa o indirectamente.

La exhortación del “reino de Dios” iba dirigida a tres grupos:

 Judíos y prosélitos.
 Samaritanos.
 Gentiles o paganos (los no judíos).

Los evangelios centra la atención en tres aspectos importantes de su


misión:

 Tendría el papel de profeta (Deuteronomio 18,18; Isaías 61,1-


3).
 Desempeñaría los deberes de un rey (Salmo 2,7; Isaías 11.1-
5)-
 Ejecutaría las funciones de un sacerdote (Salmo 110,4;
Zacarías 6.13).

Nuestro Señor Jesucristo realizó en su vida pública una triple acción


que está constatada en los evangelios (Mateo 4,23; 9,35), que es:

 Enseñar (Didáskein).
 Predicar (keryssein).
 Curar (Therapévein).

Cuando el Señor daba sus instrucciones, no se contentaba con


explicarlas una vez. Él utilizaba, seguramente, el método de los
rabinos de su tiempo que repetían pacientemente frase por frase su
enseñanza, haciendo que después sus discípulos la repitieran, tanto
personal como grupalmente, para asegurarse que dicha enseñanza
se había impreso en sus memorias. Fue así como preparó a los
apóstoles para su primera acción misionera, cuando los mandó de
dos en dos a las aldeas para anunciar el reino de Dios (Marcos 6,7-
13; Lucas 9,1-6).

Las sinagogas (sinagoge) eran las casas de oración para los judíos.
Las primeras sinagogas se establecieron durante la cautividad en
Babilonia (siglo VI a.C.). El “arca” que contenía los rollos escriturales
era la parte principal del inmueble. Asientos de madera rodeaban la
plataforma. Las sillas de los principales estaban más cerca del arca.
Las sinagogas poseían bienes propios, fijaban los deberes de
limosnas administraban la justicia, pudiendo incluso infligir la pena
de flagelación.
La supervisión del servicio religioso en el día del reposo se confiaba
al “Rector de la Sinagoga” (archisynagógos). El “ministro”
(hazzán) repartía los rollos seleccionados al lector, quien leía un
texto de la Ley y un texto de los profetas, y una vez leída la lección,
las quitaba. Se podía pedir a cualquier maestro (o rabí) competente
que hablara (Hechos 13,14). En el centro de las sinagogas había
una plataforma donde se colocaba una linterna. Como una señal de
respeto hacia Dios, el predicador se levantaba durante la lectura y
luego hablaba desde una posición sentada en un lugar elevado
(Lucas 4,20). La lectura siempre se hacía en hebreo, pero el sermón
era en arameo, un idioma común hablado por los judíos de aquel
tiempo.

Sobre la máxima de Nuestro Señor que dice: “Por tanto, todo cuanto
queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a
ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas” (Mateo 7,12), se sabe
que doscientos años después de que Jesús pronunciara estas
palabras, el emperador romano Alejandro Severo (siglo III d.C.) las
escribió en oro en sus murallas. De aquí surgió el nombre de la
“regla dorada”.

Los sitios donde dio a conocer la Buena Nueva fueron (Marcos 6,53-
56; Lucas 5,1-3; 13,26):
 Las sinagogas.
 El Templo de Jerusalén.
 Aldeas y campos.
 En las casas.
 A orillas del mar subido en una barca.
 En las laderas de las colinas.
 En las calles y mercados.

Los Santos Escritos describen tres aspectos importantes de sus


enseñanzas:

 Mostrar a un Dios más cercano a los hombres al llamarlo


“Abba” (Padre querido).
 La institución del “reino de Dios” en la Tierra.
 Un amor preferencial por los pobres, pecadores, enfermos y
marginados por la sociedad judía.

En sus predicaciones se hace superior a las tres grandes columnas


de la fe judía, como son:

1. La ley de Moisés
2. El día sagrado del sábado
3. El templo de Jerusalén como centro del culto religioso.

El término parábola es una declaración que viene del hebreo masal,


y que es traducido frecuentemente como parabole en griego,
significa “poniendo al lado de” o comparación. Era común tanto en
la cultura helénica como judía. En sí, una parábola es un proverbio,
un dicho popular, una historia o un cuento, que tiene una moraleja
para la vida personal, familiar, moral, social o política. Este método
fue ampliamente utilizado por Jesús en la revelación del “misterio
del reino de Dios” (Marcos 4,11). Se recuerdan aproximadamente
treinta parábolas en los Evangelios.
Jesucristo llama a Dios su Padre de un modo familiar. Utilizaba la
palabra Abbá que equivale a “papaíto” o “papi”. Nos hallamos
frente a algo nuevo e inaudito, que rompe los moldes del judaísmo,
ya que sonaba como algo irreverente y coloquial a la persona misma
de Yahvé el Adonay. Los eruditos bíblicos han podido determinar
que hasta hoy nadie ha podido aducir un solo caso dentro del
judaísmo palestinense en que Dios sea invocado como “mi padre”
por un individuo. Es algo nuevo, excepcional, de lo que nunca se
había tenido siquiera una sospecha.

En el ministerio de Jesús se escuchó en tres oportunidades la voz de


aceptación de Dios Padre desde el cielo:

 Cuando fue bautizado por su primo Juan el Bautista en el río


Jordán.
 En el monte Tabor cuando dejó ver su resplandor glorioso en
presencia de sus tres más cercanos apóstoles: Pedro, Santiago
el “Mayor” y Juan el “discípulo amado”.
 En el templo de Jerusalén poco antes de su pasión y muerte,
cuando la muchedumbre creyó haber escuchado un “trueno” o
“un ángel”.

Entre los judíos era común creer que las desgracias personales, las
catástrofes o las enfermedades eran efecto del castigo de Dios por
los pecados cometidos (Lucas 13,1-5), es por eso que en los
evangelios sobresale en la vida de Cristo Jesús la “misericordia”,
vocablo que viene del griego splancnizomai, que traduce ser
movido en las entrañas de uno (splagcna), estar dispuesto a la
“compasión” hacía el ser que está en desgracia o que por su
condición espiritual no merece ningún favor.

Los Evangelios consignan tres resurrecciones que efectuó (Lucas


7,11-15; 8,49-56; Juan 11,38-44):
 Devolvió a unos padres su hija de 12 años, levantándola del
lecho de muerte poco después de fallecer.
 A una madre viuda, su hijo único lo resucitó de su féretro al
parecer el mismo día de su defunción.
 A su amigo Lázaro, lo levantó de la tumba al cabo de cuatro
días.

Uno de los títulos que más utilizaba Jesús para referirse así mismo,
era el de “Hijo del hombre” (Mateo 8,20). Este era uno de los títulos
que más utilizaba Jesús para referirse a sí mismo (Mateo 8,20). Con
esta expresión que aparece más de sesenta veces en los Evangelios,
no solo se aclara que Él era un ser humano en el sentido pleno de la
palabra, sino también que reconocía su misión mesiánica para
instaurar un reino que duraría para toda la eternidad (Daniel 7,13-
14). La tradición judía conocía bien este apelativo en su literatura
desde el siglo II a.C., y servía para designar al Ungido de Dios.

Lázaro hermano de Marta y de la anterior, según una antigua


tradición oriental fue obispo y mártir de Chipre en el reinado de
Nerón. Sus reliquias fueron trasladadas en el año 900 por el
emperador León VI, de Chipre a Constantinopla juntos con las de su
hermana María Magdalena, que habían sido encontrada en Efeso.
Desde el siglo IV, los cristianos de Jerusalén, iban en procesión a su
tumba en Betania de Judea, el sábado antes del domingo de ramos.

La palabra griega metamorphoó (cambio) tiene una relación


directa con la transfiguración de Jesús en el monte Tabor (Mateo
17,2; Marcos 9,2). Se puede ver claramente que después de este
acontecimiento hubo un cambio en el ministerio de Jesús. A partir
de aquí él comenzó a entregar menos instrucción a las multitudes y
a capacitar más al grupo de los doce apóstoles. Desde ahora se
hace una prioridad en su vida subir a Jerusalén a morir para morir
inmolado y resucitar entre los muertos (Marcos 9,9). La voz del
Padre fue dirigida más bien a los tres discípulos que al Hijo, que
fueron: Pedro, Santiago y Juan, los tres discípulos más cercanos al
Señor. También hay una conexión con la revelación del Antiguo
Testamento, que se establece por medio de la luz envolvente y de la
nube, las cuales habían estado previamente presentes en la
shekinah, así como la voz divina y la presencia de santos
reconocidos como líderes de la Antigua Alianza representados en:
Moisés la ley y Elías los profetas.
La entrada triunfal del Salvador a la Ciudad Santa montado en un
burro, desde Betfagé y el monte de los Olivos, era la vía por la que
había de venir el Mesías, y de la misma forma como lo hacían los
antiguos reyes de Israel (Zacarías 9,9). Desde la época de los jueces
los líderes se subían a un burro como un gesto de ser jefes del
Pueblo (Jueces 5,10). El rey Salomón había cabalgado así sobre la
prole de una asna en camino a ser ungido. Además lo hace en un
burrito animal manso y pequeño, y no un caballo como lo hacían los
generales en sus cortejos militares; cumpliéndose así el título
mesiánico de “príncipe de la paz” (Isaías 9,6). Del mismo modo, la
palabra “hosanna” con que los judíos saludan al paso de Jesús,
corresponde a un vocablo hebreo que significa “salva, te rogamos”
(Salmo 118,25-26). También la multitud porta palmas en sus manos,
que para la cultura israelita es señal de victoria o triunfo. Las
multitudes que dieron la bienvenida a Jesús iban en camino para la
celebración de la Pascua.

Judas recibió treinta monedas de plata (Mateo 26,15). Como era


el que estaba a cargo del dinero del grupo, es poco probable que
haya traicionado a Jesús sólo por dinero. Él era el único apóstol de
Judea, que estaba gobernada directamente por Roma. Es posible
que haya traicionado a su maestro al darse cuenta que no derrocaría
a los romanos opresores del pueblo judío.

“Mojando un trozo de pan, se lo dio a Judas Iscariote” (Juan


13,26). Aún es costumbre en el Oriente Medio mojar un trozo de
pan o de carne envuelto en pan en un tazón con fruta en almíbar.
Es un honor que el anfitrión le pase al invitado una porción de
comida. El gesto amistoso de Jesús fue un intento final para que
Judas cambiara de parecer.

Según la tradición la casa del Cenáculo pertenecía a la familia del


evangelista San Marcos. Aquí sucedieron hechos sobresalientes:

o La celebración de la última cena el jueves santo.


o El Señor resucitado se aparece a los apóstoles.
o La venida del Espíritu Santo en la fiesta del Pentecostés.
o Pedro liberado de prisión por un ángel, se encuentra con los
discípulos que oraban por él.

San Epifanio, narraba que el Cenáculo fue preservado de la


destrucción de Jerusalén en el año 70 de nuestra era, por los
ejércitos romanos.

A las afueras de la Ciudad Santa en el valle de la Gehenna, se


encuentran unas cuevas, una de ellas se llama la del “refugio de los
apóstoles”; porque según la tradición, ocho de ellos se escondieron
en aquel lugar después del arresto del Señor.

En el valle de Kidrón hay una serie de cámaras funerarias excavadas


en la roca, según una tradición del siglo VI, en una de ellas
permaneció Santiago el “Menor” desde que Jesús es hecho
prisionero hasta su resurrección. Al lado, se encuentra la tumba de
Zacarías, padre de Juan Bautista.

Descendiendo del monte Sión, está la “gruta del arrepentimiento” en


la iglesia de San Pedro en Gallicante (del canto del gallo). Según la
tradición, en esta cueva fue donde el apóstol habiendo salido del
palacio de Caifás, lloró amargamente.
En el Talmud de Babilonia (libro histórico y religioso judío), escrito
hacia el año 500, en la parte llamada “Sanedrín”, se narra que el
gran consejo de ancianos lanzó contra Cristo la gran ex comunión
que equivalía a la pena de muerte contra el culpable y contra los
que le dieran asilo. La sentencia era pública al sonido de las
trompetas, por los sacerdotes que precedían las asambleas de las
cuatrocientas sinagogas de la Ciudad Santa. Por esta razón,
Jesucristo, fue Declarado excluido solemnemente de la sinagoga, y
proclamado como mago y seductor del pueblo de Dios (Véase Tito
1,14).

Las acusaciones que se hicieron contra el Divino Maestro fueron:

o Perdonar los pecados en su Nombre.


o Recibir poder de Satanás.
o Hacer milagros el día sagrado (sábado).
o Creerse superior al templo de Jerusalén.
o Hacerse llamar Hijo de Dios.
o Hacerse llamar rey de los judíos.

En el tiempo de Jesús fue procurador romano Poncio Pilato (26-36


d.C.). Filón de Alejandría informó que el ejercicio de su oficio
consistía en “deshonestidad, corrupción, violencia, robos, injusticias,
ofensas, ejecuciones hechas sin procesos judiciales, repetida e
insoportable crueldad”.

El nombre de Poncio Pilato es uno de los tres que aparecen en el


Credo Católico, junto con el de Jesús y el de la Virgen María.

Cuando Nuestro Señor es juzgado por Pilatos, su esposa le manda a


decir sobre los extraordinarios sueños y visiones, y le ruega que no
le haga ningún daño (Mateo 27,19). Según una revelación particular
de la beata estigmatizada Ana Catalina Emmerich, esta mujer
pagana de nombre Claudia Procla se hizo después cristiana.
Pilato era un hombre bajo las órdenes de Sejano, el prefecto del
pretorio de Roma. Cuando cayó su superior, Pilato fue cesado y
llamado a la capital del imperio donde tuvo que dar cuenta de
muchos de sus atropellos como la famosa masacre de los
samaritanos y demás asesinatos en masa. Se le condenó por sus
actos y murió poco después.

Otros antiguos relatos afirman que en el año 36, Pilato fue llamado
desde Roma por el emperador Tiberio reprochándole la muerte del
Nazareno, cuando llegó a la Ciudad Eterna, Tiberio Había muerto, y
su sucesor Calígula, no le ofreció ningún puesto, por lo que murió
amargado en una villa que había construido entre Roma y Baias.

El teólogo e historiador de la Iglesia Eusebio de Cesárea, al igual


que la obra apócrifa titulada “Muerte de Pilatos”, dice que el antiguo
prefecto de Judea experimentó atroces tormentos obsesionado por
la aparición de aquel hombre que hizo crucificar, acabó suicidándose
al ahogarse en un lago suizo cerca de un monte que aún hoy se
llama Pilatus.

Algunas leyendas afirman por el contrario, que se convirtió al


cristianismo tras la muerte de Jesús convencido por su esposa,
Claudia Procura, y murió mártir durante las persecuciones desatadas
por Nerón. Incluso se cree que fue bautizado por el propio apóstol
Pedro. La Iglesia Copta lo venera como santo al lado de su esposa, y
celebra la fiesta religiosa de ambos el 25 de junio.

En el trayecto se encuentra con varios personajes:

 María su Madre, y el apóstol Juan.


 La Verónica que le limpió el rostro.
 Un grupo de mujeres que las llamó “hijas de Jerusalén”.
 Simón el Cirineo, que le ayudó a cargar la cruz.

Sobre el hombre que le ayudó a Cristo Jesús a llevar el madero al


Calvario, se sabe que era de Cirene, en África. Se convirtió en un
discípulo fervoroso, mientras que sus dos hijos: Alejandro y Rufo,
fueron apóstoles de la verdadera fe.

El Vía Crucis es una expresión latina que significa “camino de la


Cruz”. Su origen se remonta con los primeros cristianos en
Jerusalén, quienes recorrían los lugares de la pasión de Jesús. San
Jerónimo en el siglo V escribió que peregrinos de todo el mundo
visitaban en su tiempo estos mismos sitios santos, en cada uno de
ellos se detenían recitando himnos y oraciones. Hasta el siglo X no
se indicó división de estaciones, y hasta el siglo XIII no se determinó
el lugar preciso por donde Cristo caminó cargando la cruz. La
práctica de rezar el “Vía Crucis”, se popularizó en la Edad Media
durante la época de las Cruzadas (s. XII-XIV). En un principio las
estaciones fueron cuatro, en el siglo XVI quedó establecido su
número en catorce, pero el papa San Juan Pablo II le agregó una
más, la de la resurrección.

Los peregrinos que visitan la ciudad de Jerusalén intramuros,


pueden hacer el recorrido de las quince estaciones de la vía
dolorosa, de acuerdo a los lugares establecidos por la antigua
tradición cristiana:

I. En la explanada del castillo de Antonia, hoy en día la escuela


El Omaría. Aquí se encontraba originalmente la capilla
franciscana de la coronación con espinas y la flagelación.
II. Donde la cruz fue puesta sobre Jesús, está frente al arco
romano llamado del Ecce Homo, allí el procurador entregó al
Mesías a la multitud. El cuerpo principal del monumento está
junto a la calle, mientras que la parte norte del arco puede
ser vista en la iglesia y convento de las Hermanas de Sión.
Todavía se puede observar los restos del pavimento
construido por Adriano en el siglo II d.C., con varios juegos
tallados en la piedra, que servía de entretenimiento a los
soldados romanos.
III. En la calle de la puerta de Damasco (o calle del rey
Salomón), hay una capilla polaca, con una columna rota en
la pared, donde el Señor cayó bajo el peso de la cruz.
IV. Una segunda placa en la pared de una capilla armenio
católica, marca el sitio del encuentro del Divino Hijo con su
Madre.
V. En otra capilla franciscana donde la vía dolorosa dobla a la
derecha, señala el lugar donde el Simón el Cirineo le ayudó a
cargar el madero a Cristo Jesús.
VI. Unos pocos metros hacia el oeste, hallamos el oratorio del
convento de las “Pequeñas Hermanas de Jesús”, donde la
tradición sitúa la casa de la Verónica, quien enjugó el rostro
del Unigénito de Dios.
VII. Cruzando el bazar principal en la calle de Jan Ez Zeit, se
localiza una gran columna romana en una capilla
franciscana, por donde el Hijo del hombre abandonó la
ciudad en dirección al Gólgota, y cayó por segunda vez. La
tradición refiere que aquí era colocada la tablilla en la que
figuraba la causa de la condena. Por eso el nombre cristiano
del lugar: “Puerta de la Sentencia”.
VIII. Pasando el hospicio alemán de San Juan, a la izquierda, se
observa una cruz latina gravada sobre una de las paredes
del monasterio griego, en la que las mujeres lloraban y se
lamentaban.
IX. La vía dolorosa propiamente dicha termina aquí, aunque esta
estación es recordada con una columna romana en el
monasterio copto, donde el pesado leño hizo caer por
tercera vez al Santo de Dios.
Las cinco últimas estaciones se encuentran dentro de la iglesia del
santo sepulcro:

X. Una escalera conduce a la capilla del despojamiento de


Jesús.
XI. Lugar decorado con estupendos mosaicos, indican el sitio
donde el Ungido del Altísimo fue clavado a la cruz.
XII. El altar de los ortodoxos griegos se alza sobre la roca del
calvario, donde fue levantada la cruz de Cristo y la de los
dos ladrones. Es de estilo oriental y ricamente adornada. Al
lado de la roca, se muestra una hendidura, debido al temblor
de tierra que hubo aquel día.
XIII. Piedra del ungüento en la que fue colocado el cuerpo del
Redentor.
XIV. El lugar más santo de la cristiandad, la sepultura del Señor.
Encerrada en esta sagrada cámara fue erigida por los
cruzados, sobre restos bizantinos del tiempo del emperador
Constantino.
XV. Bajorrelieve de Jesucristo saliendo glorioso de la tumba. Esta
en la capilla de los franciscanos junto al santo sepulcro.

Las siete palabras del Mesías en la cruz fueron:

 “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen” (Lucas


23,34).
 “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23,43).
 “He ahí a tu Hijo”. “He ahí a tu Madre” (Juan 19,26-27).
 “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?” (Marcos
15,34; Mateo 27,46).
 “Tengo sed” (Juan 19,28).
 “Todo está cumplido” (Juan 19,30).
 “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23,46).
Cuando el Redentor de la Humanidad muere en la cruz se produce
un eclipse solar (Lucas 23,44), que había sido profetizado por Amos.
“En aquel día, el sol se apagará en la mitad de su carrera, y las
tinieblas invadirán el mundo en medio de la más viva luz” (8,9).
Igualmente “la tierra tembló, y las rocas se partieron (Mateo 27,51).
Lo que nunca sucede en estos casos, la roca se partió
transversalmente y la ruptura cortó las vetas de una manera extraña
y sobrenatural.

La meseta donde se llevó acabo la crucifixión, se eleva a doscientos


pasos de la puerta judiciaria. En hebreo se le llama “Gólgota”, esto
es, Calvario o sitio del Cráneo. Dicho nombre le fue dado según la
tradición cuando los hijos de Adán enterraron en los cimientos el
cadáver de su padre, y abrieron una cavidad para colocar el cráneo
del primer hombre.

En Jerusalén hay dos lugares que se discuten podría ser el sitio


donde estuvo la tumba de Cristo Jesús (Mateo 27,60):

 La basílica del Santo Sepulcro o de la Resurrección: Ha sido


venerada durante dieciséis siglos como el lugar más sagrado
del cristianismo. Fue construida por el emperador Constantino;
hoy en día su custodia está en poder de las iglesias católica,
ortodoxa griega y armenia.
 El jardín de la tumba: se encuentra afuera de las murallas de la
Ciudad Santa, es un sepulcro tallado en piedra, fue descubierto
en 1867. Data del período de la ocupación romana, y se piensa
que pertenecía a José de Arimatea. Hay Además una colina
cercana en forma de cráneo humano, Que hace recordar al
Calvario o Gólgota (calavera). Este sitio es reconocido por
muchas iglesias protestantes como el lugar bíblico de la
crucifixión.

De manera errónea otras personas han querido identificar el lugar


donde está el cuerpo del Hijo de Dios, así por ejemplo:
En 1980, un grupo de arqueólogos encontraron los sarcófagos de la
supuesta familia de Jesús en Talpiot, un barrio de Jerusalén. En total
son diez osarios de piedra caliza, pero solamente seis tenían
inscripciones: “Yeshua bar Yosef” (Jesús hijo de José), “María”
(la madre del profeta), “Matia” (Mateo, en hebreo, probable
pariente de Jesús), “Yose” (apodo para Yosef), “Mariamene e
Mara” (María la del maestro, según el documento apócrifo Actas de
Felipe identifica a María Magdalena) y “Yehuda bar Yeshua”
(Judas hijo de Jesús, en arameo). Los investigadores calculan que
en el primer siglo de la era cristiana, solo podían existir unas mil
tumbas en la Ciudad Santa, y que en ellas solo el 20% de los osarios
tenían inscripciones. El nombre de “Jesús”, “Yeshua” o
“Yehoshua” (como se resaltó anteriormente), era muy común en el
pueblo hebreo, y se ha hallado 71 veces en 900 cuevas judías de
entierros, encontradas en la ciudad vieja de Jerusalén y 1 de cada 4
mujeres se llamaba “María”. La Autoridad de Antigüedades de Israel,
tiene la custodia de los sarcófagos, y uno de sus voceros declaró en
1996 que la probabilidad de que los ataúdes pertenecieran a Jesús y
su familia era “casi de cero”. Los sarcófagos sin restos humanos de
“Jesús” y el de “María Magdalena”, fueron llevados a Nueva York en
marzo del 2007. Ambos no tienen más de un metro de largo y unos
50 centímetros de alto y ancho. El que supuestamente pertenece al
Mesías es más sencillo y el de la Magdalena presenta un par de
ornamentos.

Para los seguidores de la secta evangélica islámica “Adhmadayya”,


Cristo sobrevivió a la cruz, y murió de viejo a los 120 años; su
tumba se localiza en Srinagar, la capital del estado de Cachemira, al
norte de la India; donde el Mesías fue en busca de las diez tribus
perdidas de Israel.

En 1935, el sacerdote sintoísta Koma Takeuchi, anunció según un


documento hebreo perteneciente a su familia, que había descubierto
el sepulcro de Jesucristo en una colina de Salingo, pueblo
septentrional del Japón.

En julio del 2008, científicos israelíes analizaron una losa de piedra


de 100 centímetros de altura con 87 líneas en hebreo. La placa fue
encontrada cerca del Mar Muerto, y describe la pasión y muerte del
futuro Mesías. En uno de sus apartes se lee: “en tres días sabrán
que el mal será derrotado por la Justicia”. En la línea 80 dice el
arcángel Gabriel: “en tres días vivirás, príncipe de los príncipes”.

Las evidencias de la resurrección del Mesías son cuatro:

 El sepulcro vacío y el testimonio de los ángeles.


 Las apariciones de Cristo resucitado a las mujeres, los
apóstoles y discípulos.
 La transformación de sus amigos más cercanos, por cuyo
testimonio se formó la Iglesia Católica.
 La institución del domingo como el día del Señor.

El Evangelio narra las siguientes apariciones del Señor Resucitado:

o A María Magdalena.
o A las otras piadosas mujeres.
o A los dos discípulos de Emaús.
o Al apóstol Pedro.
o A los apóstoles en ausencia de Tomás.
o A todos los apóstoles en compañía de Tomás.
o A muchos discípulos a orillas del lago de Tiberíades.
o De nuevo a los apóstoles en las montañas de Galilea.
o Al apóstol Santiago el Menor.
o A todos los apóstoles en el Monte de los Olivos en el momento
de subir al cielo.
“Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra” (Mateo
28,18). Las palabras de Jesús recuerdan la profecía de Daniel sobre
el futuro Mesías: “Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que
todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran. Su dominio es un
dominio eterno que nunca pasará, y su reino uno que no será
destruido” (7,14).

Los tres auxilios espirituales que el Señor Jesús dejó a la Iglesia


Católica son:

1. La Eucaristía al ser instituida en la última cena.


2. María como Madre de la Iglesia al ser entregada al discípulo Juan
en la cruz.
3. El Espíritu Santo en la fiesta del Pentecostés.

Cuando los apóstoles reciben al Espíritu Santo en la fiesta de


Pentecostés, las Sagradas Escrituras especifican que fue a las nueve
de la mañana, que era uno de los tres momentos en que los judíos
realizaban sus plegarias.

Los primeros cristianos llamaban a Roma como la nueva “Babilonia”,


por su persecución y hostilidad contra ellos. Del mismo modo, en el
Antiguo Testamento, Babilonia era efectivamente la enemiga
tradicional de Jerusalén.

La palabra “Iglesia” es una transliteración del griego “Ekklésia”, y


se usa para designar una “asamblea”, “congregación” o “reunión”
pública citada por un heraldo (Hechos 19,32. 39-40). Para los
griegos era el término que empleaban para catalogar el
conglomerado de ciudadanos que se juntaban para tratar asuntos
comunales o políticos en una ciudad. En el Antiguo Testamento en la
versión de los setenta, significa asamblea o congregación de
israelitas, especialmente cuando se agrupaban delante del Adonay
con propósitos religiosos.

Las sinagogas de los judíos probó ser un campo fructífero para la


predicación del evangelio de los antiguos misioneros cristianos como
el apóstol Pablo, y su forma de culto influyó grandemente en las
ceremonias litúrgicas de los cristianos.

“Ancianos” era un título dado a los líderes de las sinagogas. La


iglesia mantuvo este principio judío de un liderazgo compartido y
llamó a sus ministros como “los ancianos”. Estos hombres eran
escogidos según su capacidad moral y espiritual, no por la edad.
Algunos de ellos, como Timoteo, eran jóvenes.

El número de diez varones judíos bastaba para formar una sinagoga,


y las primeras asambleas cristianas fueron simplemente sinagogas
cristianas, con la diferencia que ya no habían “rabinos” sino
“presbíteros” (Santiago 2,2).

Inicialmente los primeros creyentes se reunían en las casas de sus


compañeros, como por ejemplo: el aposento alto propiedad de la
madre de Juan Marcos (1,13; 2,46; 12,12), el hogar de Priscila y
Aquila (Romanos 16,5; 1 Co. 16,19), el de Ninfas (Colosenses 4,15)
y el de Filemón (2). También tuvo mucho que ver el hecho que en el
año 90 d.C. los judíos decidieron expulsar de las sinagogas de todo
aquel que confesara que Jesús era el Cristo.

Los primeros “diáconos (servidores) del cristianismo fueron siete,


debido a que este número constituía una práctica común entre los
judíos para hacer comités en la comunidad (Hechos 6,3).

Los primeros discípulos del Señor fueron conocidos como


“evangelistas”, palabra derivada del griego “euangelion”, que
significa “buena nueva”. Dos de los más destacados heraldos de las
buenas noticias de Jesús el Hijo de Dios fueron Felipe, Bernabé y
Pablo.

Los apóstoles y los evangelistas tenían distintas formas de predicar


el Evangelio, según su audiencia. Al dirigirse a los judíos,
enfatizaban que Jesús era el Mesías prometido en las Escrituras. A
los gentiles, los evangelistas les recalcaban que había un solo Dios,
y que Jesús era el Salvador y vencedor de los demonios. Sólo los
judíos estaban familiarizados con conceptos tales como el “reino de
Dios” o el “Hijo del Hombre”. A los paganos se les enseñaba acerca
de la “vida eterna” (o salvación personal) y el “Hijo de Dios” o el
“Señor”. Tanto los hebreos como de las otras naciones declaraban
su nueva fe cristiana y recibían al Espíritu Santo a través del
bautismo.

El término prójimo designa un miembro del pueblo de Dios (Levítico


19,17-18). El Nuevo Testamento emplea este apelativo para los
integrantes de la comunidad hebrea (Hechos 2,29; 3,22; 7,2), pero
pronto se amplió para los cristianos. En los escritos de Pablo el
vocablo “hermano” aparece 130 veces. Para Jesús es todo hombre
(Mate 25,31-46), sea judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer
(Gálatas 3,28-29; Colosenses 3,11).

Los prisioneros no eran alimentados por la administración pública


del imperio avasallador, y dependían por tanto para subsistir, de la
asistencia que podían ofrecerles desde fuera su familia o amigos.
Las cárceles eran subterráneos húmedos, sin ninguna clase de
ventilación, y atestados de toda clase de suciedad y alimañas,
siendo unas verdaderas cloacas. Los mismos romanos consideraban
la pena de prisión como un tremendo sufrimiento, cruciatus
immensus, además eran muchos los encarcelados que morían en
estas mazmorras.

En tiempos de la Iglesia Apostólica la práctica de la esclavitud era


todavía muy común (1 Corintios 12,13; Filemón 10-17).

El historiador judío Flavio Josefo cuenta que en el año 70 de nuestra


era, el ejército romano tomó la Fortaleza Antonia debido a que los
guardias de las puertas se habían quedado dormidos. Desde esa
posición que estaba junto a la muralla de Jerusalén, los invasores
tomaron el templo y lo quemaron. Hoy en día solo queda el Kotel
hamarabi o llamado “muro de los lamentos”.

En el libro del Apocalipsis se presenta a Jesús con varios


simbolismos: “alfa y omega”, “lucero de la mañana”, “león de la
tribu de Judá”, “tronco de Jesé”, “cordero degollado”, “Hijo del
hombre”, “jinete en caballo blanco”, “palabra de Dios”, “rey de reyes
y señor de señores” y “vástago de David”.

JESÚS Y EL TEMPLO DE JERUSALÉN

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS


Sobre la construcción del este “recinto santo”, dice los evangelios:
“cuarenta y seis años ha costado construir este templo” (Juan 2,20).
Herodes el Grande inició la construcción del tercer Santuario
alrededor del año 19 a.C., y se terminó en el año 63 d.C. Su función
era significar la presencia activa de Dios (Éxodo 40,34-38). En la
Nueva Alianza, Jesús es el nuevo Templo, incorporado también a los
que Él da el Espíritu Santo (Juan 7,19.34).
En el Antiguo Testamento, para entrar al Lugar Santísimo del
templo, el sumo sacerdote era la única persona autorizada para ello,
una vez al año, previo a estar santificado, a hacer el sacrificio por
sus propios pecados. Cuando entraba no podía entrar con pecado,
incluidos pensamientos inadecuados.
Ya en la cruz del Calvario el Mesías “habiendo otra vez clamado a
gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó
en dos, de arriba abajo” (Mateo 27,50-51).
El velo que separaba el Lugar Santísimo del Lugar Santo, era de 18
metros de alto y 10 centímetros de grueso, no dejaba ver a nadie lo
que pasaba adentro. Cuando Cristo entregó su Espíritu en la Cruz,
esta enorme y pasada cortina de Jacinto, de púrpura y de escarlata
se rasgó de arriba para abajo; y como consecuencia, ya todos
podían ver lo que había dentro del Lugar Santísimo (véase Hebreos
6,19-20).
Esto simbolizaba que desde el Antiguo Testamento o Pacto los
judíos tuvieron su Tabernáculo y el Templo, sus leyes ceremoniales
y civiles, pero con la muerte de Jesucristo introdujo el Nuevo
Testamento o Pacto llegaron a ser anticuadas y desaparecerían con
el tiempo.
A partir de allí ya no necesitamos ningún intermediario entre Dios y
el ser humano, solo Cristo. Todos los comprados con su sangre sin
excepción (judíos y gentiles), tenemos acceso al Trono de la Gracia
de Dios.
N.S. Jesucristo había profetizado también: “No dejarán piedra sobre
piedra” (Mateo 24,2). En los tiempos de Herodes, el Templo era un
magnífico edificio, aunque no fue terminado hasta el año 54 d.C. La
predicción se cumplió el 70 d.C., cuando los romanos asediaron
Jerusalén y devastaron el Santuario. Su destrucción significó el fin
de Israel y la proyección universal del cristianismo.

JESÚS Y LOS MERCADERES DEL TEMPLO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


Para el pueblo de Dios el templo en la ciudad de Jerusalén, debía
ser el lugar la adoración de Yahvéh, al igual que para aprender a
orar, las peregrinaciones, las fiestas, los sacrificios, la ofrenda de la
mañana y la tarde, el incienso, los panes de la “proposición”. Hasta
aquí llegaban judíos y prosélitos paganos de toda parte de Israel y
las diásporas del mundo antiguo. Sin embargo, el ritualismo
arrastraba a los judíos con frecuencia a un culto demasiado exterior.

Allí se vendía vino, aceite, sal, palomas, corderos y todos los


objetos requeridos para los sacrificios. Los cambistas representaban
el sistema bancario del templo y el tributo que los judíos debían
pagar. Los principales acusados son los vendedores de palomas,
porque tenían que comprarlas los pobres.

Aunque el peregrino que deseaba ofrecer un sacrificio tenía la


opción de comprarle la víctima a cualquier vendedor de la ciudad,
los funcionarios del templo podían rechazarla por inadecuada. Pero
si la obtenía allí mismo, la aceptación estaba garantizada. Como la
gente estaba a su merced, los comerciantes cobraban a veces
precios exorbitantes. Hay que tener en cuenta además que detrás
de todo este negocio lucrativo estaba involucrada directamente la
familia del Sumo Sacerdote Anás, la cual poseía una enorme riqueza
conseguida por este medio.

Al interior del santuario se utilizaba la moneda de Tiro, los


peregrinos que no disponían de esta moneda, debidamente
autorizados por los sacerdotes, tenían que acudir a los cambistas
que tenían sus puestos en el atrio del recito santo, y cobraban
comisión por las transacciones.

Jesús por ser el Hijo de Dios amaba el templo de Jerusalén. Lo que


indigno al Divino Maestro era este “mercado profano”. Por eso dice
el evangelio: “Jesús entró en el templo y echó fuera a todos los que
vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los
cambistas y los bancos de los que vendían palomas. Y les dijo: ‘Está
escrito: “Mi casa será llamada casa de oración”, pero ustedes la
hacen cueva de salteadores’” (Mat. 21:12, 13).

La historia judía indica que los comerciantes que vendían en el


templo se aprovechaban de los clientes cobrándoles precios
abusivos. Según la Misná (Keritot 1:7), hubo una ocasión, en el
siglo primero, en que dos palomas para sacrificio llegaron a costar
un denario de oro. Esto equivalía a lo que un obrero
no especializado podía ganar por veinticinco días de trabajo. La Ley
permitía que los pobres ofrecieran como sacrificio tórtolas o
palomas, pero el precio había subido tanto que ya no lo podían
pagar (Lev. 1:14; 5:7; 12:6-8). Al rabino Simeón ben Gamaliel le
indignó esta situación, y redujo el número de sacrificios obligatorios.
Como resultado, el precio de dos palomas cayó inmediatamente
hasta llegar a ser cien veces menor.

Para Orígenes la expulsión de los mercaderes del templo, fue uno de


los hechos más importantes en la vida de Cristo Jesús (Nahúm 1,2).
Ya que actuó de la misma marera y la misma indignación que su
Padre Eterno en el pasado cuando su pueblo rebelde había
convertido su casa en “cueva de salteadores”, y dijo: “Mi cólera y
mi furor se van a desencadenar sobre este lugar” (Jeremías 7,
11.20).

JESÚS Y EL CORDERO PASCUAL

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


La alianza con Moisés requería que los israelitas ofrecieran sacrificios
para el perdón de sus pecados. Jesús anuncia una nueva alianza en
la cual su propia muerte será el sacrificio final para librarnos a todos
del pecado.

Jesús fue visto por su primo Juan el Bautista, como el “cordero de


Dios” (Juan 1,29), “sin defecto y sin mancha” (1 Pedro 1,19).

En el día de la expiación el sumo sacerdote (Cohen HaGadol)


tomaba la sangre de un toro y la rociaba en frente y sobre el
propiciatorio (kapporeth). Lo mismo hacía con la sangre de un
macho cabrío, en el Tabernáculo y en el Templo construido por el
rey Salomón (Hebreos 9,5).

Los machos eran ofrecidos como holocausto, y las hembras como


sacrificio de paz.

Para aquel entonces el Templo en Jerusalén (Beit HaMikdash),


tenía dos horas de oración: 9 a.m. y 3 p.m., lo cual coincidía con los
sacrificios de la mañana y de la tarde.

La mañana del 14 del mes de Nisán, jueves, el cordero de un año,


escogido con especial cuidado, macho y sin mácula, era llevado al
templo para ser sacrificado a las tres de la tarde, esparciendo su
sangre sobre el altar de los holocaustos y ser comido después con
los ritos prescriptos en la ley mosaica en la fiesta de la Pascua
(Pésaj).

El sumo sacerdote (Cohen HaGadol) subía al altar, cortaba el


cuello del cordero con un cuchillo y pronunciaba las siguientes
palabras: “Consumado es”, que se dicen luego de realizar una
ofrenda de paz con Yahweh, señalando que todo estaba hecho.
Estas son las mismas palabras que dijo Jesús (Yahoshúa), en la
cruz antes de morir (Juan 19,30).

Los israelitas se les dijeron que no deberían romper ningún hueso


del cordero pascual (Éxodo 12,46). Esta profecía mesiánica se
cumple con la muerte de Jesús en la cruz (Salmo 34,20; Juan 19,
31-33.36).

En las grandes festividades el atrio del templo se convertía en un


enorme matadero, los quejidos de los animales degollados cubrían
las voces de los sacerdotes a todo pulmón, mientras que las moscas
recorrían todo el lugar. A veces los levitas debían subir sobre
banquillos para no sumergir sus piernas en los charcos de la sangre
que se desbordaba y cubrían los altares, pisos y las paredes. Este
hecho quedó confirmado por un hebreo venido de Alejandría que
acudió como peregrino a Jerusalén en estas festividades, en su carta
conocida con el nombre de Arísteas (comparar con Hebreos 9,13).

Los primeros discípulos no vieron en Jesús a un sacerdote, ya que


no pertenecía a la tribu de Leví sino a la de Judá de donde venía la
monarquía davídica, y además había adoptado una posición crítica
ante aquel grupo liderados por dos de sus más grandes enemigos
los Sumos Sacerdotes Anás y su yerno Caifás. Sin embargo, al
cumplir la nueva pascua ofreciéndose a sí mismo como un cordero
sin mancha y sin defecto, en un supremo sacrificio; se convierte en
el único y verdadero Sumo Sacerdote, como lo testifica la carta a los
Hebreos. La muerte de Cristo en el tiempo de la Pascua fue tenida
como muy significativa por la Iglesia Primitiva. Pablo habla de Cristo
como de “nuestra Pascua” (1 Corintios 5,7).

LA DESTRUCCIÓN DEL TEMPLO DE JERUSALÉN


AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.
En el año 70 d.C., el emperador Vespasiano encargó a su hijo Tito
sofocar la violenta revuelta que desde hacía cuatro años sacudía
Judea. Tras un duro asedio, Tito logró conquistar Jerusalén y
destruyó y saqueó el Templo. Vespasiano había llegado al Próximo
Oriente cuatro años antes. Nerón, antes de sucumbir a una
conspiración contra su tiránico régimen, lo había nombrado
gobernador de Judea con una misión muy precisa: acabar con la
rebelión de los judíos contra Roma. Antes de partir hacia Roma para
tomar posesión de su nueva dignidad, el recién nombrado
emperador quiso dejar encaminado el problema y encargó a su hijo
primogénito, Tito Vespasiano, la conquista de la ciudad sagrada de
los hebreos.

El primes asalto Tito quedó al mando de cuatro legiones, en total


unos 60.000 hombres entre legionarios, jinetes, tropas auxiliares,
ingenieros e innumerable personal. Una fuerza colosal, a la altura de
lo que también era un descomunal desafío. Jerusalén, en efecto,
parecía una ciudad inexpugnable. Estaba fortificada con tres
murallas y albergaba, además del recinto del Templo, dos
tremendas fortalezas: el antiguo palacio de Herodes el Grande, con
tres torres imponentes, y la fortaleza Antonia, en el ángulo
noroccidental del Templo, con cuatro torres muy potentes.

En la ciudad se habían hecho fuertes varios grupos de zelotes, una


corriente de judíos exaltados que propugnaban desde hacía décadas
la rebelión contra el poder romano. Juan de Giscala, Simón bar
Giora y Eleazar ben Simón se repartían el dominio de Jerusalén, en
medio de recelos mutuos que desembocaron en una auténtica
guerra civil, de la que sería víctima uno de ellos, el sumo sacerdote
Eleazar. En su furia sectaria cometieron graves errores, como por
ejemplo destruir los depósitos de grano, que según algunos
hubieran permitido a Jerusalén resistir durante años un asedio. Pero
a la llegada de Tito todos estaban dispuestos a luchar hasta la
muerte, y frenaron todos los intentos de los judíos más moderados y
pacíficos de llegar a un acuerdo con los romanos.
El sitio de Jerusalén duró cinco meses, de marzo a septiembre del
año 70, y conocemos su desarrollo gracias a Flavio Josefo, un judío
al servicio de Tito que lo relató detalladamente en su libro La guerra
de los judíos. Tito inició el ataque por el norte. Sus tropas
desplegaron la impresionante maquinaria de asedio romana: balistas
y otros ingenios castigaban a los defensores con un bombardeo de
piedras y jabalinas, mientras la infantería trataba de perforar las
murallas mediante arietes, vigas de madera montadas sobre
plataformas o en torres móviles. Para realizar esta operación era
necesario nivelar el terreno, por lo que los soldados construyeron
terraplenes de madera con tierra encima. La madera se obtuvo de
los bosques próximos, que quedaron totalmente talados en un radio
de 20 a 25 kilómetros. Al ver que los romanos estrechaban cada vez
más el cerco, los judíos respondieron arrojando antorchas
encendidas contra las máquinas de guerra romanas. En una ocasión,
incluso, hicieron una salida en masa para incendiar el material bélico
romano, pero fueron rechazados por tropas de élite de Alejandría y
por la bravura personal de Tito, que arremetió contra los judíos al
frente de su caballería y mató él mismo a doce de ellos, según relata
Flavio Josefo.

Las máquinas de asalto abrieron un boquete en la tercera muralla, la


más exterior, y los romanos penetraron en la Ciudad Nueva.
Ocupada la zona, los romanos pudieron preparar el asalto a la
Ciudad Vieja, la fortaleza Antonia y el Templo. Ante la feroz
resistencia de los sitiados, cuenta Josefo que Tito permitía a sus
soldados crucificar cada día a quinientos prisioneros judíos frente a
las murallas para intimidar a los que resistían: “Eran tantas sus
víctimas que no tenían espacio suficiente para poner sus cruces ni
cruces para clavar sus cuerpos”.

El siguiente objetivo de los romanos fue la segunda muralla, que no


tardó en desplomarse. Luego pusieron sitio a la fortaleza Antonia.
Tito ordenó construir cuatro nuevos montículos o plataformas para
asentar los arietes y otros artilugios y lanzar el asalto. Pero Juan de
Giscala había hecho excavar túneles desde la fortaleza hasta el lugar
donde estaban los terraplenes; dentro puso madera untada de pez y
betún y ordenó prenderle fuego. El resultado fue que el suelo bajo
los terraplenes se hundió, sumiendo en la confusión a los romanos.
Unos días después, un comando de judíos penetró entre las tropas
romanas y, pese a ser atacado con flechas y espadas por todas
partes, logró incendiar las armas de asalto enemigas. “En esta
guerra no se han visto hombres más audaces y más terribles que
éstos”, escribe Josefo.

Tito levantó entonces un muro de circunvalación en torno a la


muralla de la ciudad, a fin de que nadie de entre los sitiados pudiera
salir de noche en busca de alimentos. El bloqueo se hizo sentir
pronto y la cruda realidad de la hambruna se adueñó de Jerusalén.
Josefo, que entró en la ciudad como embajador del general romano,
testimonia los devastadores efectos de esta estrategia: «Los tejados
estaban llenos de mujeres y de niños deshechos, y las calles de
ancianos muertos. Los niños y los jóvenes vagaban hinchados, como
fantasmas, por las plazas y se desplomaban allí donde el dolor se
apoderaba de ellos [...] Un profundo silencio y una noche llena de
muerte se extendió por la ciudad». A ello se sumaba el régimen de
terror impuesto por los jefes de la rebelión, que ordenaban asesinar
a quienes intentaban huir u ocultar algún alimento. Josefo cuenta el
caso de una mujer que mató, asó y devoró a su propio hijo y ofreció
a los jefes de la rebelión los restos para que participaran en el
macabro banquete.
Finalmente, los arietes romanos lograron derrumbar un muro de la
fortaleza Antonia. Aunque Juan de Giscala había erigido un murete
interior, éste también fue tomado y los defensores no tuvieron otra
salida que huir al Templo adyacente. Éste constituía en sí mismo
una tremenda fortaleza y los romanos tuvieron que organizar un
nuevo sitio. En esta ocasión, los arietes no bastaron, y los
legionarios hubieron de emplear escaleras de asalto para superar la
muralla exterior del templo y entrar en el llamado patio de los
Gentiles. Juan de Giscala y Simón bar Giora se refugiaron en el
recinto interior, desde donde rechazaron las ofertas de rendición de
Tito.

El gran atrio del Templo estaba rodeado por un suntuoso pórtico


que pronto se convirtió en escenario de los combates. En una
ocasión los judíos tendieron una trampa a sus enemigos. Se
retiraron a una de las estoas porticadas, y cuando los romanos la
asaltaron y ascendieron hasta los tejados prendieron fuego a
maderos que previamente habían acumulado allí. Murieron muchos
asaltantes, bien por el fuego o arrojándose al patio, donde fueron
rematados. Instados por Tito, los legionarios prosiguieron la lucha
con redoblada ferocidad. Eran muchos los que exigían al general
que destruyera totalmente el Templo, a lo que Tito se resistía,
según cuenta Josefo. El mismo autor afirma que fue un soldado
quien, sin orden expresa, lanzó por su cuenta una tea contra esta
zona interior del templo, de forma que el fuego prendió
rápidamente. Tito corrió a impedirlo, pero los soldados no le hicieron
caso y arrojaron más teas. Pronto toda la zona santa del Templo fue
pasto de las llamas.

La batalla cuerpo a cuerpo continuó en la Ciudad Baja, que también


fue saqueada e incendiada. Los archivos, la cámara del Sanedrín y
todas las casas y mansiones que se habían salvado hasta entonces
quedaron ahora arrasados. La represión de los legionarios romanos
fue feroz. Josefo lo expresa con una imagen impactante:
“Degollaron a todos aquellos con los que se toparon, taponaron con
sus cadáveres las estrechas calles e inundaron de sangre toda la
ciudad, de modo que muchos incendios fueron también apagadados
por esta carnicería”.
Pero las operaciones no terminaron aquí: quedaba aún la parte alta
de la ciudad, separada por una muralla, donde se habían hecho
fuertes Simón bar Giora y sus partidarios. El antiguo palacio de
Herodes, protegido por sus tres tremendas torres, seguía alzándose
imponente ante las legiones de Tito. Los romanos construyeron
nuevas plataformas para situar los arietes, que reanudaron su
tarea. La muralla de la Ciudad Alta se derrumbó por varios sitios y
los romanos penetraron por las estrechas callejuelas sin encontrar
casi oposición. A estas alturas, el cansancio, el hambre y el
desaliento habían minado los ánimos de los sitiados, que se
rindieron a los pocos días. Simón bar Giora escapó por unos
pasadizos subterráneos, para reaparecer más tarde vestido de
blanco y púrpura, enloquecido por el hambre y la sed. Fue
capturado y murió ejecutado en Roma.

Judea quedó casi arrasada. Aunque las cifras de muertos o


desaparecidos que da Josefo sean exageradas, quizás hubo unos
250.000 damnificados en un país que no debía de llegar al millón de
habitantes. La inmensa mayoría fueron vendidos como esclavos;
unos pocos se destinaron a combates de gladiadores; otros, a las
minas de Egipto, y los menos volvieron a su vida normal en un
territorio arruinado. En verdad, como sostenía el propio Josefo, el
Dios de los judíos se había puesto del lado de Roma.

Tito ordenó destruir por completo el Templo y las demás


construcciones herodianas; sólo dejó en pie las tres torres del
palacio de Herodes como testimonio de “la fortuna del
conquistador”, escribe Josefo. El templo de David y Salomón ya
había sido destruido por los asirios en el año 586 a.C., para ser
reconstruido poco después y ampliado según el grandioso plan de
Herodes. Pero esta vez no habría nadie para reconstruirlo. Los
judíos quedaron desamparados, expulsados de su ciudad sagrada,
sin sacerdotes que dirigieran su culto. A partir de entonces se
refugiarían en el cumplimiento de la Ley, la oración, las reuniones de
la sinagoga y el trabajo silencioso, bajo la guía de los rabinos. Hasta
que una última rebelión en su patria, bajo el gobierno
del emperador Adriano (131-135), los lanzaría a un largo exilio: la
diáspora.

LOS APÓSTOLES Y DISCÍPULOS DE CRISTO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO BÍBLICO

N.S. Jesucristo escoge a doce “discípulos” y los llama “apóstoles”


para estar con Él y aprender de Él, y que además fueran la plenitud
de los jefes de las doce tribus de Israel (Mateo 19,28; Apocalipsis
21,14). Ellos fueron:

 Andrés y Pedro: Hermanos y pescadores del mar de Galilea.


 Santiago el “Mayor” y Juan el “Discípulo amado”: Hijos de
Zebedeo y Salomé, eran Pescadores y amigos de los dos
primeros. Por sus temperamentos Jesús les dio el título de
“Hijos del trueno”.
 Santiago el “Menor” y Judas Tadeo: Hermanos y primos del
Señor.
 Felipe y Bartolomé (Natanael): Amigos.
 Mateo el “publicano”: Cobrador de impuestos.
 Simón el “ex Celote” (guerrillero).
 Tomás el “gemelo”.
 Judas el “traidor”.

II. LOS APÓSTOLES EN LA IGLESIA PRIMITIVA

Después del Pentecostés “Judas” el traidor fue remplazado por


“Matías” (Hechos 1, 15-26), pero después de esto hecho no se hizo
ningún esfuerzo por seleccionar hombres que sucedieran a los que
fueron muriendo, como fuel el caso del martirio de “Santiago” el
Mayor (Hechos 12,2). Los apóstoles son mencionados en primer
lugar en la lista de dones espirituales (1 Corintios 12,28; Efesios
4,11). Ellos llegaron a ser el fundamento de la Iglesia en un sentido
secundario al que corresponde a Cristo mismo (Efesios 2,20).
Los deberes de los apóstoles eran predicar, enseñar y administrar.
Su predicación estaba fundamentada en las enseñanzas que habían
recibido del Divino Maestro, y en haber sido testigos de su
resurrección (Hechos 1, 22). Los primeros cristianos empezaron a
estar bajo su instrucción (Hechos 242). Igualmente, celebraban la
“fracción del pan”, curaban enfermos y expulsaban demonios
(Hechos 5,15; 2 Corintios 12,12).

Es importante destacar también el papel de “Pablo” y “Bernabé”


como “apóstoles”. El primero un ex fariseo de Tarso perseguidor de
los cristianos, y el segundo un levita de Chipre (Hechos 14,4.14). Se
menciona además que “Andrónico” y “Junias” son insignes entre los
apóstoles (Romanos 16,7). En la afirmación que Pablo hace de
“Silvano” y “Timoteo” parece ser que son incluidos como apóstoles
(1 Tesalónicas 2,6). Aunque hay que destacar que estos cuatro
últimos no tendrían el mismo nivel de los primeros, ya que aquí el
término “apóstol” sería un equivalente a “misionero”. Para Pablo en
sus cartas el término “apóstol” adquiere un sentido general, y se
incluye a todos los que, como él, fueron elegidos por Cristo para
establecer su Iglesia. Del mismo modo, dejó en claro que a los
“apóstoles del Señor” se les dio poderes especiales, y que su
autoridad no puede ser transferida a otros miembros de la
comunidad de creyentes.

III. EL FINAL DE LA VIDA DE LOS APÓSTOLES Y


DISCÍPULOS IMPORTANTES EN LA IGLESIA DE
CRISTO

Según la tradición cristiana el final de los apóstoles y algunos


discípulos, fue el siguiente:

Andrés: Predicó el evangelio en Asia Menor, murió crucificado en


forma de X en Patras de Acaya. Sus reliquias fueron trasladas a
Constantinopla y después a Amalfi. Su cabeza llevada a Roma en
1462, fue restituida a Grecia por el papa Pablo VI.

Pedro: Crucificado en Roma por el emperador Nerón hacia el año 64


0 67. Sus restos se encuentran en el Vaticano.
Santiago el “Mayor”: Evangelizó España, fue decapitado en
Jerusalén en el año 42, fue el primer apóstol en dar su vida por el
Divino Maestro. Su cuerpo fue trasladado a la región de Galicia
(España). Hoy se encuentra en la iglesia de Santiago de
Compostela.

Juan: Pasada la resurrección está casi constantemente junto a


Pedro. Tertuliano narra que bajo el emperador Domiciano fue
echado a una caldera de aceite hirviente ante la puerta latina de
Roma, de la que salió milagrosamente ileso, y fue exiliado a la isla
de Patmos. Después del destierro regreso definitivamente a Efeso
donde murió de avanzada edad, durante el reinado de Trajano,
hacia el año 98.

Santiago el “Menor”: Obispo de la Ciudad de la Paz después del


martirio de Santiago el “Mayor”. Fue arrojado del pináculo del
templo y luego apedreado en el año 61 0 62, por el sumo
sacerdote Anás II.

Judas Tadeo: Predicó en Judea, Samaria, Siria, Arabia,


Mesopotamia y en la lejana Libia. Murió en Beirut, aunque otros
relatos afirman que él y San Simón sufrieron el martirio en Suanis
(Persia).

Bartolomé: Según Eusebio, historiador de la Iglesia, y las fuentes


apócrifas evangelizó Arabia y la India, después se dirigió a Armenia
donde suscitó fuertes envidias de los sacerdotes paganos, el
hermano del rey Polimio, de nombre Astiage, dio la orden de
despellejarlo y luego decapitarlo a orillas del mar Caspio (Derbend).
Sus reliquias se dicen que fueron trasladadas a varias ciudades de
Oriente durante la Edad Media, hasta que llegaron a Roma en el
siglo X, donde reposan bajo el altar mayor de la iglesia que lleva su
nombre.

Felipe: Murió crucificado bajo el reinado de Domiciano o de Trajano


a la edad de 87 años. Una antigua tradición afirma que San Felipe
no murió martirizado, mientras que los evangelios apócrifos cuentan
que sufrió el martirio bajo los romanos. El 28 de julio de 2011, un
grupo de arqueólogos anunció el descubrimiento de su tumba en
Pamukkale, la antigua Hierápolis, en Anatolia Occidental (Turquía),
ciudad en la que murió el santo, tras haber predicado en Grecia y
Asia Menor. Se cree que sus reliquias fueron llevadas a Roma y
colocadas junto a las de Santiago el “Menor” en la iglesia de los
Santos Apóstoles

Tomás: Su labor apostólica la realizó en la India donde fue


martirizado atravezado por una lanza.

Mateo: Predicó entre los judíos y después en otros pueblos, una


antigua tradición menciona que como jefe misionero no murió
mártir; en cambio, otra fuente menos segura, afirma que fue
lapidado, quemado y decapitado en Etiopía; de donde sus restos
fueron conducidos a Paestum, en el Golfo Salernitavo, y en el siglo X
a Salerno donde se encuentra hasta nuestros días.

Simón: Se cree que con el apóstol Judas Tadeo recorrieron las


provincias del imperio persa. Otro testimonio atestigua que fue a
Egipto, Libia y Manitania; padeció el martirio durante el imperio de
Trajano, en el año 107, a la edad de 120 años.

Judas Iscariote: El epíteto de “Iscariote” se interpreta de dos


maneras: Para algunos se refiere al lugar de origen “Katioth”, una
pequeña población en la región de Judea; para otros proviene de
una raíz hebrea-aramea cuyo significado es “el hombre de la
mentira y la falsedad”, un calificativo dado de las primeras
comunidades cristianas cuando conocieron los acontecimientos en
los cuales intervino este apóstol. Las Escrituras dicen que se ahorcó
a las afueras de Jerusalén, “cayendo de cabeza, se reventó por la
mitad, y todas sus entrañas se derramaron” en un terreno que fue
conocido como “Acéldama”, que quiere decir “campo de sangre”,
está ubicado al sur del monte Sión. Este lugar es un grupo de
sepulcros excavados en la roca, que con en tiempos de los cruzados
fueron reunidos bajo una misma gruta con el objetivo de formar un
osario inmenso. En él recibían sepultura desde los primeros siglos,
los peregrinos muertos en la Ciudad Santa.

Matías: Eusebio, consigna que fue uno de los setenta discípulos de


Jesús: Los apócrifos le sitúan predicando en Judea y más tarde de
Capadocia, junto al Mar Caspio. Otros lo desplazan hasta Etiopía
donde le quemaron los ojos y fue después decapitado. Sus
supuestas reliquias fueron transportadas de Jerusalén a Roma por la
emperatriz Sana Elena, madre de Constantino el Grande.

Pablo: Decapitado en Roma por el emperador Nerón, y por la misma


época de Pedro, el príncipe de los apóstoles. Sus reliquias están en
las iglesias de San Pablo extramuros y San Juan de Letrán.
Bernabé: Evangelizó al lado de Pablo en Antioquía, Chipre, Italia.
Murió en Chipre, pero también escritos apócrifos hablan de su
martirio por lapidación a manos de los judíos hacia el año 70 en la
diáspora de Salamina.

Marcos (o Juan Marcos): Era primo o sobrino de Bernabé,


compañero de Pedro en sus viajes misioneros en Oriente y en
Roma, donde escribió su evangelio. Probablemente murió en el año
68 de muerte natural, y según otra crónica, como mártir en
Alejandría (Egipto), atado con una cuerda en el cuello, luego
arrojaron su cuerpo a las llamas. Sus reliquias se encuentran al
parecer en la Basílica de Venecia (Italia).

Lucas: Acompañó a Pablo desde su segundo viaje apostólico, falleció


a la edad de 84 años en Beocia.

Timoteo: Fue puesto al frente de la iglesia de Efeso. Fue apaleado y


apedreado en el año 97, en tiempos del emperador Domiciano, por
tratar de prohibir una fiesta pagana. San Juan Crisósotomo y San
Jerónimo narran que junto a los restos de San Timoteo, los
cristianos obtenían muy grandes favores de Dios.

Tito: Obispo de Creta, evangelizó en Dalmacia; murió en Creta en


edad avanzada.

Simón: El ya mencionado Eusebio de Cesarea, autor de la Historia


Eclesiástica, afirma que remplazó a su hermano Santiago el “Menor”
como obispo de la Ciudad Santa por más de cuatro décadas, hasta
que sufrió el martirio durante las persecuciones de Trajano; tenía
más de cien años.

Esteban, el diácono (servidor), que fue el primer mártir del


cristianismo (hacia el año 37), al ser lapidado en presencia de Saulo
a las afueras de la Ciudad Santa por orden del Sanedrín, por el
delito de blasfemia (Mentira religiosa). Por ley, los testigos de la
acusación debían lanzar la primera piedra (Hechos 7,58). En el siglo
V el sacerdote Luciano escribió a cerca del descubrimiento de las
reliquias del santo, las que hoy se cree, reposan en la iglesia de San
Lorenzo en Roma.
JESÚS PARA LOS PAGANOS, JUDÍOS Y MUSULMANES

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

A parte de los libros del Nuevo Testamento se encuentran diversos


relatos históricos que comprueban la existencia de Jesús en Israel,
en el siglo I de nuestra era.

I. JESÚS Y LOS ESCRITORES PAGANOS

El historiador romano Tácito hacia el año 115 escribía en su obra


“Anales de Roma”, que en los tiempos del emperador Nerón, con el
fin de terminar las acusaciones en contra suya por el incendio de
Roma (año 64), éste echó la culpa a cierta gente llamados
“cristianos”; miembros de un movimiento fundado por un tal Cristo,
quien fue castigado a muerte por el procónsul Poncio Pilatos, en la
época del reinado de Tiberio César (14-37 d.C.).

Suetónio (120 d.C.), habla de Jesús en su historia “Vida de los Doce


Césares”, pero de una manera vaga e imprecisa, pues dice que “en
tiempos del emperador Claudio (54 d.C.), se produjo algunos
tumultos entre los judíos de Roma, impulsores de Chrestos” [es
probable que se tratase de un conflicto entre los hebreos y los
cristianos, véase al respecto (Hechos 18,1-2)]. Este nombre aparece
también en otros escritos contemporáneos y se le pude relacionar
con “Cristo”, (Ungido o Sagrado en griego), título con que se
reconoce a Jesús en su ministerio público.

Plinio el joven, procónsul de Bitania, en una carta enviada al


emperador Trajano hacia el año 112 d.C., narra la expansión del
cristianismo en Asia Menor, en “donde se cantan himnos religiosos
en honor de cierto Cristo como si fuera un Dios”. Afirmaba además
que los cristianos del siglo primero estaban dispuestos a morir por
su creencia en Él.
El filósofo Celso, en el año 180 d.C., en su libro”Doctrina
Verdadera”, hace alusión en contra de Jesucristo, diciendo: “Oprobio
tuyo el haber nacido en una aldea judía de una mujer lugareña
pobre hilandera…y si eres Hijo de Dios, ¿! Cómo es que en tu pasión
no te ayudó tu Padre ni fuiste tú capaz de ayudarte a ti mismo!?...”
¡Cómo es, que, llegando a la mayoría de edad no reinaste sino que,
todo un Hijo de Dios anduviste míseramente mendigando,
escondiéndote de miedo de acá para allá!?”. “Porque a los judíos, en
vez de hacerles señores de toda la tierra, no les has dejado un lugar
en ella; y a vosotros (los cristianos), si es que aún queda alguno que
anda por ahí errante o se esconde, se le busca para darle muerte”.

II. JESÚS EN EL JUDAISMO

Los textos judíos más antiguos que hablan sobre Jesús de Nazaret,
se encuentran en el Talmud (Enseñanza), escrito a finales del siglo I
de nuestra era. En uno de sus apartes habla erróneamente que
“colgaron a Jesús la víspera de la fiesta de Pésaj (la Pascua). Pero el
pregonero se acercó ante él durante cuarenta días [y dijo]: Este sale
fuera para ser lapidado porque practica la hechicería y ha seducido y
dividido a Israel. Todo el que sepa algo en su favor, que venga y
abogue por él. Pero no hallaron nada en su favor y le colgaron la
víspera de la fiesta de Pésaj…Fue un seductor…Simpatizaba con el
gobierno (romano). En otro pasaje agrega: “Nuestro maestros
enseñaron: Cinco discípulos tuvo Jesús: Matai, Nakai, Nezer, Buni y
Toda”.
El juicio histórico de estos dos textos es mínimo. La memoria judía
se limita solamente a citar el nombre de Jesús y posiblemente al del
apóstol Mateo (Matai), y al hecho de que Jesús fue ajusticiado. Se
afirma que Jesús practicó la hechicería (hizo milagros), que sedujo y
desavió a Israel; además, que tuvo cinco discípulos y que fue
ajusticiado la víspera de la fiesta del Pésaj. Uno pregonero invoca a
los posibles testigos que podían haberle salvado la vida, pero no
halló ninguno. Por consiguiente no puede haber la menor duda
sobre su culpabilidad. Se acentúa, en fin, que no fueron los judíos,
sino la fuerzas de ocupación romanas quienes ajusticiaron a Jesús, y
ello a pesar de que “simpatizaba con el Gobierno”, lo que, una vez
más, es la prueba concluyente de su culpabilidad.

De un total de cerca de 15000 páginas, los escritos talmúdicos


apenas dedican 15 a la persona de Jesús. Dicho de otra manera, el
más célebre de los hijos del Pueblo de Dios, sólo es citado de
pasada, ya que los hebreos de la época consideraban al cristianismo
como una secta más o menos importante de la que había que tomar
distancia y hacer claridad.

Por su parte, Flavio Josefo (37-100 d.C.), fariseo e historiador judío,


quien después de la destrucción de Jerusalén en el año 70, sirvió en
la corte del emperador Vespasiano, en Roma. En este período
escribió dos de sus más importantes obras: “Guerra Judías” y
“Antigüedades Judías” (75-79). En el primer libro menciona a Juan
el Bautista, y comenta su muerte a manos del tetrarca de Galilea,
Herodes. En otro pasaje habla que” [Anán, el sumo sacerdote]
reunió el sanedrín. Llamó a juicio al hermano (primo) de Jesús que
se llamó Cristo; su nombre era Jacobo [o Santiago]”.
En su segundo volumen conocido como Testimonium Flavianum,
agrega que “existió hacia este tiempo Jesús, hombre sabio, si cabe
llamarlo hombre, ya que hizo obras extraordinarias de maestro de
los hombres que acogen la verdad. Atrajo a sí muchos judíos y
griegos; era el Cristo, y habiéndole castigado Pilatos en la cruz, por
denuncias de los fariseos, no por eso dejaron los suyos de amarlo.
Se les apareció al tercer día (de su muerte) nuevamente vivo, lo cual
ya había sido anunciado por los profetas al igual que otras cosas
admirables respecto a él. Aun hoy no ha decaído la tribu que de él
son llamados los cristianos”.

Hacia el año 160, Justino Mártir escribió una obra llamada “Diálogo
con Trifón”, en ella dice: “Ustedes (los judíos) han enviado por todo
el mundo a hombres escogidos y ordenados para proclamar que una
herejía impía y desaforada había procedido de cierto Jesús, un
engañador galileo, a quien crucificamos, pero a quien por la noche
sus discípulos robaron de la tumba donde había sido puesto”. Ahora
bien, Trifón era judío, y el “Diálogo con Trifón” se compuso para
defender el cristianismo contra el judaísmo, con tres temas vitales:
la ley mosaica, la cristología y el verdadero Israel.

A Partir del siglo X, empieza a circular la llamada “Toledot Jeshua”


(las generaciones de Jesús). De este anti-evangelio judío, leído
secretamente sobretodo en la Edad Media, circularon numerosas
versiones. Se presentaba a Jesús como hijo ilegítimo de María y del
soldado romano Pandera. Su educación religiosa corrió a cargo de
los rabinos. Más tarde, se dedico a la magia. Cuando cosió en su piel
un pergamino con el Tetragrama (YHVH en hebreo), recibió
poderes sobrenaturales, que puso al servicio del mal. Finalmente,
fue desenmascarado como falso profeta y crucificado. Sus discípulos
tras haber robado su cadáver, proclamaron que había resucitado.
Hoy en día ciertas corrientes del judaísmo incluyendo a algunos
rabinos, están de acuerdo en admitir que “Yeshua de Nazaret”,
fue un profeta del pueblo antiguo de Israel, pero no es el Mesías
(Ungido) de Dios. Por el contrario, también existen los llamados
“judíos mesiánicos”, quienes reconocen a “Yeshua” como el Mesías
(Mashiaj) esperado por Israel. Están unidos en la fe con los
hermanos y hermanas gentiles (no judíos), pero conservan su
autonomía, su independencia, sus tradiciones, los mandamientos,
las festividades religiosas ordenadas en la Torá al pueblo hebreo,
las bendiciones y oraciones en las sinagogas (Ayodá), su ancestral
liturgia, la circuncisión, llevan el tallit, el kipah y los tefillim;
guardan el Sabath, observan la Kashrut, el ayuno prescrito en la
ley mosaica y otras costumbres. A estas observaciones se añade la
fe en las sagradas escrituras del Nuevo Testamento. El Espíritu
Santo es Ruaj haKodesh; el nombre de Dios lo suelen escribir
omitiendo una vocal, para indicar que es un nombre impronunciable:
Di-s. Un sacerdote es un cohén y un obispo es un bishof; la
Eucaristía se le llama Seudat y el bautismo Tevilá; el Evangelio es
la Besurá, mientras que el Antiguo Testamento es el Tanak, y el
Nuevo Testamento es B´rit Hajadashá.

Algunos de estos “judíos mesiánicos” se consideran cercanos o


incluso hermanos con la Iglesia Católica; otros en cambio, se ven y
proclaman como hostiles a lo que ellos consideran engañados de
esta misma institución.

III. JESÚS EN EL ISLAM


El Islam (Sometimiento a Dios) es la tercera de las tres grandes
religiones monoteístas. Consideran como sagrado la Torá
(Enseñanza) escrita por Moisés, los Evangelios (Buena Nueva) de
Jesús, y el Corán (Versos Sagrados) de Mahoma. En su doctrina se
habla de dieciocho profetas (Yahyas) precursores del Islam:
dieciséis del Antiguo Testamento desde Adán, Sem, Noé, Abraham,
Ismael, José, Moisés, David, Salomón y otros; contando con dos del
Nuevo Testamento: Juan el Bautista y Jesús, Hasta llegar al último y
gran profeta Mahoma (el Amado, el Alabado), con el que Alá (El
Misericordioso), cierra la revelación sagrada. Los islámicos sólo
prestan atención a Jesús (´Isa) en la medida que se habla de él en
el Corán. Tienen cierta veneración a su madre María, quien junto
con Fátima (la hija de Mahoma), son las dos mujeres más
importantes en el mundo musulmán. También creen que Jesús y
María no fueron tocadas por Satán en el momento de nacer. Por eso
no lloraron, algo que sí ocurre con el resto de los seres humanos.

Hay un primer texto coránico en el que se describe el nacimiento de


la madre de Jesús (el Bendito de Dios): María es hija de Imrán y de
Ana; ésta consagra la niña a Alá ya antes de nacer. Todavía niña,
María es llevada a una celda del Templo de Jerusalén, donde es
educada por su tío el sacerdote Zacarías. Cada vez que éste entra
en su celda, halla en ella un alimento milagroso.

En otro pasaje del texto islámico describe el anuncio del nacimiento


de Jesús por medio del arcángel Gabriel. Algunos intérpretes del
Corán opinan que Jesús fue engendrado por este ser celestial,
aunque de una manera absolutamente inusual. María concibió a su
hijo cuando se puso una túnica sobre la que antes había soplado
Gabriel. También se narra el nacimiento de Jesús con dolores de
parto de su madre debajo de una palmera, de la que brotó un
manantial de agua con que María calma la sed.
El Corán afirma que Jesús no es el “Hijo de Dios”, sino el “Hijo de
María”, quien es un gran profeta con poderes para hacer milagros.
Se habla de curaciones de leprosos y ciegos, de resurrecciones de
muertos, de su predicación. No Obstante, no admiten su muerte
redentora en la cruz, ni su triunfal resurrección. “Los judíos
ciertamente crucificaron el cuerpo del Mesías, es decir, al hombre
Jesús, pero los clavos no pudieron llegar hasta el Mesías espíritu,
porque Alá lo elevó al paraíso”. El profeta Jesús (como enviado de
Dios), será resucitado antes del día del Juicio Final, y todos los
judíos y cristianos creerán en él. Tras su muerte, será sepultado en
la ciudad de Medina, junto a Mahoma, fundador del Islam.

EL VERDADERO ROSTRO DEL HIJO DE DIOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO GENERAL

El personaje más importante de la historia de la humanidad es sin


lugar a dudas Jesús de Nazaret. No obstante, los evangelistas
guardaron silencio sobre su aspecto físico. La ausencia de una
descripción fisonómica se debe a que la cultura hebraica, tenía
prohibido toda representación artística de lo humano, para no caer
en la idolatría. Como el cristianismo en sus comienzos fue
considerada una secta neo-judía, que observaba muchas de las
prácticas comunes de la ley mosaica. Por eso, los primeros
seguidores del Señor no se preocuparon en perpetuar una imagen
suya.
II. LOS RELATOS BÍBLICOS

A. ANTIGUO TESTAMENTO:

En los textos veterotestamentarios hay una referencia sobre la


figura humana del Verbo Encarnado:”!Eres el más hermoso de los
hombres¡…Por eso Dios te bendigo para siempre” [Salmo 45,2(3)].

B. NUEVO TESTAMENTO:

En el evangelio de San Lucas nos narra que Jesús empezó su vida


pública cuando era un varón de raza judía, y de unos treinta años
de edad (3,23), tendría también una contextura atlética por sus
muchas caminatas en las provincias de Israel. Asimismo, hay
algunas indicaciones sobre su aspecto fisonómico después de su
resurrección. Como cuando se presenta a los discípulos con las
marcas de la crucifixión (Lucas 24,40; Juan 20, 20.27), pero por
tener ya un cuerpo glorioso y divino, tiene la facultad de aparecerse
bajo la apariencia de un jardinero, a María Magdalena (Juan 20, 14-
15), o “bajo otra figura”, a los discípulos camino a Emaús (Lucas
24,15-16). Su rostro era muy distinto del que les era familiar a los
que le conocían (Lucas 24,31; Juan 20,16; 21,4.7). San Pablo puede
decir entonces que Cristo Jesús es “el hombre celestial” (1 Corintios
15,47).

En el libro de las Revelaciones hay un apunte que hablan sobres la


apariencia simbólica de Jesucristo:
“El Hijo del Hombre (estaba), vestido de una ropa que llegaba hasta
los pies, y ceñido en el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus
cabellos eran blancos como blanca nieve; sus ojos como llama de
fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgentes como
en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. … de su
boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el
sol cuando resplandece en su fuerza”. (1,13-16).

En esta visión en la isla de Patmos, San Juan ve al Señor con las


vestiduras propias del sumo sacerdote. Sólo el sumo sacerdote del
templo de Jerusalén llevaba la túnica blanca y un cinturón de oro a
la altura del pecho. Lo observa además con cabello blanco, signo de
sabiduría eterna. Los ojos son de fuego, porque todo lo ve. Sus pies
son de bronce, inamovibles, siempre permanece fiel a su promesa.
Su voz es como el estruendo de las olas del mar, la voz de Jesús se
sigue escuchando poderosamente a través de los tiempos. De la
boca del Mesías sale una espada de doble filo, pues la palabra de
Dios es como una espada de doble filo que penetra hasta lo más
profundo del alma humana. Su rostro es como un sol brillante,
solamente El es el verdadero sol de justicia, que alumbra a toda la
humanidad.

III. VISIÓN DE ANA CATALINA EMMERICH

La beata mística Ana Catalina Emmerich describe en una visión la


imagen humana de la segunda persona de la Trinidad:
“El color de la piel de Jesús, como el de María, era delicado, con una
ligera tonalidad rosada. Por las muchas caminatas y los viajes en los
últimos tres años su cara se había ido volviendo morena. Jesús era
de tórax amplio pero no era velludo, como Juan el Bautista, que lo
tenía cubierto de un pelo rojizo. Sus hombros eran anchos, sus
brazos robustos, sus muslos macizos, sus rodillas fuertes y
endurecidas como las del hombre que ha viajado mucho, los muslos
largos y las pantorrillas musculosas, sus pies eran de bella forma y
sólidamente construidos, sus manos eran hermosas, de dedos largos
y finos, y, sin ser delicadas, no eran como las de un hombre que las
emplea en trabajos penosos. Su cuello no era corto, pero sí robusto,
su cabeza, hermosamente proporcionada, de frente alta y ancha, y
un rostro de óvalo puro; el cabello era de color cobre oscuro, no era
muy espeso, y quedaba abierto naturalmente en lo alto de la frente
para luego caer sobre sus hombros; llevaba barba corta y acabada
en punta”.

IV. EL ARTE CRISTIANO

En Occidente, las primeras imágenes que representan a Jesucristo,


aparecieron a mediados del siglo II en las catacumbas romanas. Las
más antiguas pinturas muestran al Ungido como un joven altivo, con
cabello corto y rizado a la costumbre romana (o como el dios
Apolo), tal como se puede ve en la estatua llamada “Cristo como
maestro de los hombres”, que se conserva en el museo de Las
Termas, en la Ciudad Eterna. Posteriormente, las figuras de la
primera mitad del siglo III, lo describen como un varón de mediana
edad con cabello y barba larga, y con las mismas características que
ha conservado la tradición bizantina y occidental desde el siglo IV.
La Iglesia Católica definió que “como el Verbo se hizo carne
asumiendo una verdadera humanidad, por eso se puede pintar y
hacer imágenes sagradas de la faz humana del Hijo de Dios”
(Concilio de Letrán, año 649). El creyente que veneré un lienzo o
imagen sagrada, “venera a la persona representada en ella”
(Concilio de Nicea II, año 787). Comparar con (1 Juan 1,1-3).

V. TESTIMONIO DE LOS PADRES DE LA IGLESIA

Entre los Padres de la Iglesia las opiniones sobre el aspecto físico


del Divino Maestro, eran muy diversas:

Orígenes (siglo III), describió al Unigénito de Dios con dos


apariencias; una humana, que era la que se presentaba a todos, y la
otra divina y resplandeciente, como la que contemplaron los
apóstoles Pedro, Santiago y Juan en la Transfiguración en el monte
Tabor (Mateo 17,2; Lucas 9,29). Aun cuando siempre era el mismo,
no por eso les aparecía igual a todos. Como sucedió en el huerto de
Getsemaní, en el que los esbirros que lo buscaban y que lo habían
visto con frecuencia necesitaron de Judas para que les indicase
quién era (Mateo 26,48).

Clemente de Alejandría (siglo III), agrega: “No era la belleza de la


carne la que El ostentaba sino la verdadera del alma y del cuerpo;
la de aquélla en cuanto obraba el bien, la de éste en la inmortalidad
del alma”.

Tertuliano (siglo III), escribía que “el Señor andaba por el mundo
vestido con toscos paños y era corriente su aspecto y sus modales,
la insignificancia y la pobreza era el aura de su persona”. Eusebio de
Césarea (siglo IV), comenta estas palabras de Tertuliano hablando
“de la insignificancia y oscuridad de Cristo y de la humillación del
hombre exterior y visible”.
San Agustín (siglo V), aclara que “cualquiera que haya sido el rostro
humano de Cristo es único, y sin embargo, cada uno lo imagina y
todos de maneras muy diversas. De hecho no lo conocemos, no
sabemos sino que se hizo hombre”.

Otros santos como Juan Crisóstomo y Jerónimo (siglo IV), Anselmo


(Siglo XII), y Tomás de Aquino (siglo XIII); resaltaban más bien el
semblante torturado de Cristo en su pasión y muerte, basándose en
los texto antes citados del Antiguo Testamento.

El escritor cristiano Andrés (hacía el año 710), Metropolitano de


Creta, haciendo alusión de una tradición atribuida al evangelista
San Lucas, de un retrato de Cristo; comentó: “También el
(historiador) judío (Flavio) Josefo, cuenta que el Señor Jesús fue
visto de la misma manera: con cejas unidas, los ojos bellos, el rostro
alargado y de buena estatura”. Si dicha pintura existió, no hay
rastros de ella.

VI. DEVOCIONES PARTICULARES

EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS:

Se inicia con Santa María Margarita Alacoque (1647-1690), monja


francesa de la órden de la Visitación, a la que Cristo Jesús se le
presenta en tres oportunidades entre los años de 1673 a 1674, en el
convento de Paray-Le-Monial (Francia). La santa relata que el
“Maestro Jesucristo” se le aparecía reluciente de gloria, con sus
cinco llagas brillantes, para encomendarle la propagación de la fe a
su Sagrado Corazón entre llamas, y diciéndole: “He aquí el Corazón
que tanto ha amado a los hombres”.

La santa vidente señala después, la necesidad de venerar al Sagrado


Corazón bajo la forma de una imagen, que reprodujera la figura
presentada a ella en estas apariciones.
JESÚS DE LA DIVINA MISERICORDIA:
Su artífice fue Santa Faustina Kowalska (1905-1938), religiosa
polaca de la congregación de Las Hermanas de la Caridad de la
Madre de Dios. Cuando se encontraba en su convento en Cracovia
(Polonia), tuvo un 22 de Febrero de 1931, una aparición de Nuestro
Señor vestido de blanco. Una mano estaba en ademán de bendecir,
y con la otra tocaba el vestido en el pecho. De su mano salían dos
rayos de luz. El uno rojo y el otro blanco, que representaban la
sangre y el agua que brotaron de la herida con la lanza en su
costado (Juan 19,34). El Príncipe de la Paz le manda a pintar una
imagen suya de esta manera, y que lleve esta inscripción: “Jesús yo
confió en Ti”. Además le confesó: “Esta misma mirada que aparece
en mi rostro es la misma que desde la cruz dirigí a favor de los
pecadores”.

Cuando en 1934 un artista pintó según las indicaciones de la vidente


el cuadro de Cristo, Sor Faustina no quedó contenta porque le
parecía que el retrato era muchísimo menos hermoso de cómo ella
lo había visto. Pero el Señor le aclaró: “Puedes estar tranquila, pues
por medio de esta imagen y esta devoción yo voy a atraer personas,
en diversos países hacia mi misericordia”.

VII. UNA LEYENDA PIADOSA

La tradición sobre la existencia de una milagrosa impronta de Cristo


es muy antigua y se remonta a los tiempos del rey Abgar, soberano
de la ciudad de Edesa (Hoy Urfa, en el extremo oriental de Turquía),
quien aquejado de una enfermedad incurable, escribió por el año 30
o 32 de nuestra era una carta a Jesucristo, y se la envió por medio
de su mensajero Hannan o Ananías:

“Abgar, rey de Edesa, saluda a Jesús, el buen Salvador que ha


aparecido en Jerusalén:
Han llegado a mis oídos noticias referentes a ti y a las curaciones
que, por lo visto, realizas sin necesidad de medicinas ni de hierbas.
Pues, según dicen, devuelves la vista a los ciegos y la facultad de
andar a los cojos; limpias a los leprosos y expulsas espíritus
inmundos y demonios; devuelves la salud a los que se encuentran
aquejados de largas enfermedades y resucitas a los muertos.

Al oír, pues, todo esto acerca de ti, he dado en pensar una de estas
dos cosas: o que tú eres Dios en persona, que has bajado del cielo y
obras estas cosas, o bien que eres el Hijo de Dios y (por eso)
realizas estos portentos. Esta es la causa que me ha impulsado a
escribirte, rogándote al propio tiempo te tomes la molestia de venir
hasta mí y curar la dolencia que me aqueja.

He oído decir, además, que los judíos murmuran contra ti y que


pretenden hacerte mal. Sé bien, pues, que mi ciudad es muy
pequeña, pero noble, y nos basta para los dos”.

A esta carta respondió el Enviado de Dios con otra que decía:

“Abgaro: Dichoso de ti por creer en mí sin haberme visto. Pues


escrito está acerca de mí que los que me hubieren visto no creerán
en mí, para que los que no me hayan visto crean y tengan vida.

Por lo que se refiere al objeto de tu carta, en la que me rogabas


viniera hasta ti, (he de decirte que) es de todo punto necesario que
yo cumpla íntegramente mi misión; y que, cuando la hubiere
cumplido, suba de nuevo al lado de Aquél que me envió.

Más, cuando estuviere allí, te enviaré uno de mis discípulos para que
cure tu dolencia y te dé vida a ti y a los tuyos”.
Con la legendaria correspondencia se le añadió una coletilla según la
cual Hannan o Ananías, que era pintor quiso hacer un retrato del
Salvador. Preparó para ello los colores que le parecieron adecuados,
pero le era imposible retratar el rostro porque éste cambiaba a cada
instante. Jesús entonces aplicó su cara a un lienzo y dejó en él
impresa su faz.

Hay que resaltar que este relato no es más que una piadosa
leyenda, sin ningún valor histórico.

EL MOSAICO CON EL ROSTRO DE JESÚS

En un museo en la parte este de Turquía, que es una zona muy


ortodoxamente musulmana, se descubrió un pequeño mosaico,
azulejo o baldosa, que parece proporcionar la corroboración de la
existencia física de la Sábana Santa en el primer siglo. El mosaico es
conocido como “Isa Tile”, porque es una baldosa e Isa es el
nombre que los mahometanos dan a Jesús. Este hallazgo parece
corroborar La Leyenda del Rey Abgar V, que narra como la Sábana
Santa se fue de Jerusalén a Edesa (Turquía) antes de llegar a Turín,
donde se conserva en la catedral de San Juan Bautista. El tamaño
de la baldosa es de aproximadamente 9 x 12 x 4 pulgadas. El
material es muy probable que sea toba o una mezcla de ceniza
volcánica y piedra caliza, extremadamente ligera y duradera.

La leyenda dice que Abgar V hizo hacer el azulejo con la imagen del
rostro de Jesucristo que estaba en la tela y fue colocado sobre la
puerta occidental de la ciudadela de Edesa para rendir homenaje a
la imagen de Jesucristo. Su segundo hijo llamado Ma’nu VI accedió
al trono en el año 57 y volvió el paganismo, por lo que la tela con la
imagen de Jesús y el azulejo se ocultaron en un túnel de la puerta
occidental de la ciudadela, para que no fueran destruidos. En el año
525 fue descubierto cuando la reconstrucción de unas paredes
después de una gran inundación. En resumen la cerámica Isa
probablemente haya sido creada en la época del Rey Abgar V como
una representación de la imagen de lo que hoy se llama Sábana
Santa.
VIII. EL HOMBRE DE LA FOTO

El periodista estadounidense David Scoott, fue enviado en 1967, a


cubrir el conflicto entre Israel y Egipto, conocido como la “guerra de
los seis días”. En un bombardeo de la aviación egipcia, Scoott debió
resguardarse en un refugio antiaéreo situado al pie de una colina en
el desierto del Sinaí. Una bomba cayó cerca y tapó la entrada. Paso
un rato, mientras se encontraba en medio de la oscuridad e
incomunicado con el exterior, sintió que empezaba a faltarle el aire.
Mientras oraba, vio la imagen de Jesús que se encontraba de pie.
Tomó con dificultad su cámara fotográfica y la accionó; luego perdió
el conocimiento y horas más tarde fue rescatado por la Cruz Roja.

Cuando se recuperó, mandó a revelar el rollo y encontró en la última


foto el rostro que había visto en el refugio. Fue tal su impacto, que
regresó a los Estados Unidos e ingresó en un seminario católico,
más tarde se ordenó de sacerdote. Mientras estudiaba, escribió en
1975 un artículo titulado “Jesucristo vive, yo lo vi y lo fotografié”.
Dicho testimonio lo siguió proclamando hasta el día de su muerte.

La fotografía en blanco y negro fue estudiada por expertos en el


tema, quienes afirmaron que dicho rostro es de una persona
humana, y al sobreponerla con la impronta de la Sábana de Turín;
concluyeron que ambos coinciden perfectamente.
FRASES CÉLEBRES SOBRE JESÚS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El que no está con Jesús está contra El.


Lucas 11,23.

Yo soy el pan de la vida.


Juan 6,35.

Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas,


sino que tendrá la luz de la vida.
Juan 8,12.

Yo soy el buen Pastor.


Juan 10,11.

Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté


muerto, vivirá.
Juan 11,25.

Jesús nos amó hasta el fin.


Juan 13,1.

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie va al Padre, sino por


mí.
Juan 14,6.

Sin Jesús nada podemos hacer.


Juan 15,5.

Si con tu boca reconoces a Jesús como Señor, y con tu corazón


crees que Dios lo resucitó, alcanzarás la salvación.
San Pablo (Romanos 10,9).
Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí.
San Pablo (Gálatas 2,20).

A todo puedo hacerle frente, pues Cristo es quien me sostiene.


San Pablo (Filipenses 4,13).

En Cristo moran todos los tesoros y sabidurías escondidos.


San Pablo (Colosenses 2,3).

Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre.


Hebreos 13,8.

Existe un vacío en forma de Dios en el corazón de cada ser humano,


que sólo Dios puede llenar a través de su Hijo Jesucristo.
San Agustín.

En el Antiguo Testamento se esconde el Nuevo, y en el Nuevo (en la


persona de Cristo) se hace realidad el Antiguo (Comparar con Mateo
13,17).
San Agustín.

Aprende de Cristo lo que no aprendes de los hombres.


San Agustín.

El Sermón del monte, es el resumen de la doctrina cristiana.


San Agustín.

Quien vive con Cristo, no tiene miedo de encontrarse con El.


San Agustín.

Jesús es el camino de la verdad que conduce a la vida.


San Agustín.

El verbo se hizo carne, para poder morir por nosotros.


San Agustín.
No hay otro misterio de Dios fuera de Cristo
San Agustín.

Bienaventudado es, Señor, el que te ama a Ti, al amigo en Ti, y al


enemigo por Ti.
San Agustín.

La fe de los cristianos es la resurrección de Cristo.


San Agustín.

Cristo es Rey universal de este mundo por su propia esencia y


naturaleza.
San Cirilo de Alejandría.

Dejémonos transformar en Jesús por la fuerza de su amor y su


compasión.
San Francisco de Asís.

Dulcísimo Jesús no seas mi juez sino mi salvador.


San Jerónimo Emiliani.

La primera pobreza de los pueblos es no conocer a Cristo.


Santa Teresa de Calcuta.

Quien ha encontrado verdaderamente a Cristo no puede tenerlo sólo


para sí, debe anunciarlo.
San Juan Pablo II.

Cristo no es un bien sólo para nosotros mismos, sino que es el bien


más precioso que tenemos que compartir con los demás. 
Papa Benedicto XVI.

Jesús debe ser el centro de nuestros pensamientos, el argumento de


nuestro hablar, y el modelo de nuestra vida.
Giuseppe Bertello.
Arzobispo católico.

La única libertad en el hombre que ha durado dos mil años, es la de


Jesús; porque está fundada en el amor.
Paride Tabán.
Obispo católico en el Sudán.

Jesucristo es el sacramento de Dios Padre.


P. Jorge Cadavid.

Jesús se ha convertido en el personaje más popular, estudiado e


influyente de la historia religiosa de la humanidad.
Hyman Enelow.
Rabino judío.

Todo el mundo ha sido creado por causa del Mesías.


(Sanhedrín 98 b).
Antigua tradición judía.

No sé de nadie que haya hecho más por la humanidad que Jesús.


Mohandas Gandhi.

Cuando obremos en conformidad con las enseñanzas de Cristo, en el


sermón de la montaña; habremos resuelto los problemas de la
humanidad.
Mohandas Gandhi.

A Cristo se le acepta o se le rechaza, pero no se le discute.


Franco Zeffirelli.

Jesús se muestra a todos los hombres pero los deja libres para
acogerlo o rechazarlo, para conocerlo o ignorarlo.
Jean Guiatton.
Todos los imperios de este mundo han sido fundados por la fuerza,
el de Jesucristo ha sido el único que ha sido fundado por el amor.
Napoleón Bonaparte.

Jesús de Nazaret es, sin duda alguna, el personaje más prominente


de la historia de la humanidad.
H.G. Wells.

Cristo es el único entre todos los héroes de la historia.


Philip Schaff.

LA PASIÓN DEL SEÑOR

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


INTRODUCCIÓN

La pasión, muerte y resurrección de N.S. Jesucristo es el punto


central de la fe cristiana.

1 Pedro 2, 21-24.

Este texto es un paralelo o una síntesis de Isaías 53, sobre la


profecía del siervo sufriente o el siervo doliente.

Versículo (24): El peso del madero era la carga de los pecados de


toda la humanidad a través de todos los tiempos, y hasta la
consumación de los siglos. Acordémonos que el que escribe este
texto (el apóstol Pedro), fue el mismo que lo negó no una sino tres
veces. Ese pecado se llama “apostasía”, y va en contra del primer
mandamiento de la ley de Dios.

LA ORACIÓN EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS

Lucas 22,39-53.

Versículo (42): Los teólogos han especulado que en este momento,


y como cuando el señor en la cruz, exclama: “Dios mío, Dios mío,
¿Por qué me has abandonado?”. Fueron los dos instantes en
que Dios Padre deja a su Hijo solo en su naturaleza humana, para
probar su fidelidad al plan divino, y que así saliera victoriosos.

Versículo (44): Los médicos han explicado que el “sudor de sangre”


de Jesús en el huerto del Getsemaní, se debe a ciertos casos de
ansiedad o sufrimiento intenso, que se han presentado también en
algunos condenados a la pena de muerte antes de ser ejecutados.
Versículo (53): “El poder de las tinieblas”, no es otra cosa que un
triunfo temporal del “príncipe de la oscuridad”, el “Diablo”; así
lo podemos ver en dos textos del mismo evangelio de Lucas:

 Después de haber resistido las tres pruebas de Satanás en el


desierto (4, 13).
 La “traición de Judas” (22,3). Este fue el mismo que lo vendió
a sus enemigos por 30 monedas de plata. Precio que se
pagaba por un esclavo según el pacto de la ley mosaica.

EL JUICIO DEL SANEDRÍN

Mateo 26, 57-68 (Juicio religioso):

En este punto es necesario hacer seis precisiones desde la exegesis


bíblica para la mejor comprensión del texto:

 Cuando el sumo sacerdote Caifás lo increpa poniendo a Dios


Padre como testigo, Jesús no estaba obligado a obedecer
aquella intimación, porque la Ley mosaica prohibía exigir
juramento al acusado para no ponerlo en la alternativa de
perjurar o de incriminarse a sí mismo.
 La respuesta del Señor debería tal vez traducirse de la
siguiente manera: “tú eres el que lo dice”. Ya que la
expresión “Hijo de Dios” designaba a los monarcas del pueblo
de Israel y al Rey Mesías anunciado por los profetas de la
antigüedad. Jesucristo se define citando la profecía de Daniel
7,13 que anuncia un Salvador, un hijo de Hombre procedente
de Dios mismo y de la eternidad.

 Cristo Jesús declara realmente su naturaleza divina, y al decir


que “estará sentado a la derecha de Dios”, da a entender
que tiene la misma sustancia, potestad o poder con su Padre, y
“venir en la nubes” se refiere a la “parusía” o la “segunda
venida” en el día del juicio final.
 El término “blasfemia” viene de dos vocablos griegos:
blaptein: que es “injuriar”, “calumniar” o “difamar” el nombre
de Dios que es santo y único, según la concepción judía. Y la
palabra pheme: que traduce “reputación”.
 Rasgar las vestiduras era una forma muy común de los judíos
en la antigüedad. Con este gesto expresaban emociones
intensas, como desesperación, dolor, humillación, ira, tristeza o
escándalo. Una tradición rabínica dictaba que todo el que oyera
una ofensa contra el nombre divino de YAHWEH ELOHIM,
estaba obligado a despedazar su ropa.
 El pecado de blasfemia podía ser castigado con la pena de
muerte por lapidación o apedreamiento, como aparece en la
ley de Moisés en el Pentateuco (Levítico 24, 10-16).

Después de haber leído el texto bíblico completo podemos agregar


que el proceso contra el Hijo del hombre, a la luz de los códigos
judíos, presentó las siguientes anomalías o irregularidades:

o Antes de su captura no existía ninguna denuncia o cargo contra


El.
o Arresto con soborno y conspiración por delitos no
comprobados.
o Pruebas insuficientes y falsos testigos que no concordaron en
sus declaraciones.
o Ausencia de citación y acusaciones formales.
o El tribunal no solicitó argumentos ni testigos a su favor.
o El juicio se adelantó en horas de la noche a puerta cerrada.
o Según la norma mosaica, el acusado no podía ser golpeado, y
tenía derecho a ser protegido mientras no se le declarara
culpable.
o El juicio comenzó y terminó el mismo día, en la víspera de una
fiesta religiosa; y en una hora prohibida por la ley hebrea.
o Carencia de abogado defensor.
o Ninguno de los presentes intentó defenderlo; todos estaban en
su contra.
o El sumo sacerdote Caifás, hizo las veces de juez y fiscal.
o No se hicieron investigaciones sobre la acusación de blasfemia
por llamarse a sí mismo Mesías, e hijo de Dios.

JESÚS ANTE PILATOS

Lucas 23,1-25 (Juicio civil o político):

Versículos (1-2): Aquí vemos como el Gran Sanedrín que era la corte
suprema de Israel, presidido por el sumo sacerdote y 70 miembros
entre fariseos, saduceos, escribas y ancianos; podían juzgar con
pena de muerte delitos relacionados con los preceptos religiosos del
Judaísmo. De todas maneras, se necesitaban dos sesiones de 24
horas de intervalo. Sin embargo, no tenían competencias jurídicas
civiles, y no podía aplicar contra Jesús el “ius gladi” (la ley de la
espada), y a la vez no querían lapidarlo por temor a la reacción del
pueblo, sobre todo por la gran cantidad de judíos que estaban en
Jerusalén por la proximidad de la fiesta de la Pascua. Por eso, la
solución de Caifás fue acusarlo ante el procurador romano Poncio
Pilatos no de “blasfemo contra la Ley de Moisés”, sino de tres
acusaciones:

 Ser un subversivo de la nación de Israel.


 Prohibir pagar los impuestos al César.
 Diciendo que Él mismo es Cristo, un rey.

Versículo (9): Herodes Antipas, a quien Cristo Jesús lo llamó “zorra”


o “raposa”, el cual no era digno de que abriera su boca para
defenderse, ya que este tetrarca de Galilea había mandado a
decapitar a Juan el Bautista, y vivía en adulterio como la esposa de
su hermano Felipe.
Versículo (11): Trajeron una vestidura blanca con la cual cubrieron
al Salvador en medio del aplauso de los asistentes. Esta vestidura,
distintivo de los grandes, de los reyes y de las estatuas de los
dioses.

Versículos (17-19): El indulto plebiscitario favoreció a Barrabás (vox


populi, vox dei).

Versículo (23): Este mismo pueblo que el domingo pasado lo había


proclamado como un rey diciendo “hosanna, hosanna hijo de
David”, hoy reclama su muerte en la cruz.

Versículos (24-25): Nótese bien que Pilatos lo declaró inocente; aun


así, lo mandó ejecutar.
Hay que tener en cuenta que los juicios de acuerdo al derecho
romano seguían un trámite estricto:

 Los acusadores (cualquier ciudadano libre), presentaba los


cargos y los testigos que los apoyaban.
 El acusado tenía tres oportunidades de defenderse. En el caso
de Jesús sólo tuvo dos instancias: la primera cuando fue
llevado ante Poncio Pilatos, y la segunda, cuando después de la
flagelación puso al pueblo judío a escoger entre Él y Barrabás.
 Entre las leyes del imperio se debía dejar pasar un tiempo más
o menos largo entre la sentencia final y la ejecución de los reos
condenados a muerte, este lapso podía abarcar hasta 10 días.
 La sentencia contra Jesús no fue apelada por carecer de la
perrogativa y calidades de ciudadano romano.
PROFECÍAS SOBRE SU DOLOROSA PASIÓN
 El que a un judío le arrancaran la barba era señal de vergüenza
y burla, tal cual como estaba presagiado en la pasión del Señor
(Isaías 50, 6).
 “Ofrecí mis espaldas para que me azotara y dejé que me
arrancaran la barba. No retiré mi cara de los que me insultaban
y escupían” (Isaías 50, 6).
 “Así como muchos se asombraron de él, al ver su semblante,
tan desfigurado que había perdido toda apariencia humana”
(Isaías 52,14).
 “No tenía belleza ni esplendor, su aspecto no tenía nada
atrayente; los hombres lo despreciaban y lo rechazaban…Como
a alguien que no merece ser visto” (Isaías 53, 2-3).
 “Pero yo no soy un hombre, sino un gusano; ¡Soy el hazmerreír
de la gente¡ Los que me ven, se burlan de mí; me hacen
muecas.” (Salmo 22,6-7).

LA CRUCIFIXIÓN

Marcos 15,16-32.
Versículo (23): El vino agridulce era la bebida de los soldados
romanos y mezclado con la mirra, era una especie de analgésico,
pero Jesús lo rehusó lo que podía calmar su dolor antes de ser
clavado a la cruz.

Versículo (32): Vemos bien, que hasta los dos ladrones que estaban
crucificados al lado del Unigénito de Dios también se burlaban de Él.
La tradición cristiana les ha dado los nombres de “Gestas” y
“Dimas”. Este último en un acto de arrepentimiento por sus
crímenes, implora el auxilio espiritual al Mesías, a lo cual N.S.
JESUCRISTO le promete el “paraíso celestial” (Lucas 23,43).

LA MUERTE EN LA CRUZ

Juan 19, 28-37.


Versículo (31): El sábado que está por empezar no es solo un
sabbath regular (el séptimo día de la semana), sino también un
sábado “solemne” o “grande”. Se le llama así porque el 15 de Nisán
–el primero de la fiesta de siete días de las Tortas no Fermentadas
(que siempre es un sábado o día de descanso, sin importar en qué
día de la semana caiga).

Versículos (32-33): En los tiempos del Mesías algunos crucificados


tardaban días enteros en morir, otros en cambio eran rematados
también de otras dos maneras diferentes para que llegara más
rápido la muerte por asfixia. Otras formas de acabar con el suplicio
eran las siguientes:

o Los golpeaban con un mazo en el pecho, para provocar


un paro cardíaco.
o Encendían hogueras en torno a las cruces para que el humo
ahogara a las víctimas.

La ley judía exigía que los sentenciados a muerte fueran enterrados


antes de la puesta de sol (Deut. 21:22, 23). Los romanos, sin
embargo, dejaban colgando en el madero los cadáveres de los
criminales ejecutados hasta que se pudrieran o los echaban a fosas
comunes. 

CONCLUSIÓN

Las Sagradas Escrituras mencionan dos pruebas de la resurrección


del Señor:
1. La tumba vacía que encontró María Magdalena y las santas
mujeres el primer día de la semana o el domingo por la
madrugada.
2. Las diversas apariciones a los apóstoles y demás discípulos.

Filipenses 2, 5-11. Es un himno litúrgico o cristológico que


rezaban los primeros cristianos

Versículos (5-7): Aquí aparece lo que se conoce en teología


dogmatica como “unión hipostática”, que son la naturaleza divina y
la humana en la persona misma de CRISTO JESÚS. La palabra
“hipostática” viene del griego “hypostasis”, que quiere decir
precisamente “persona”.

Versículo (9): Nombre de JESÚS equivalente a: “YOSHUA” (en


hebreo) o “YESHUA” (en arameo), que significa “YAHVEH
SALVA”.

Versículo (10): Cosmovisión judía creía en la existencia de tres


reinos:

La bóveda celestial donde esta DIOS ADONAY y sus ángeles.

La tierra lugar donde habitan los seres humanos.

El abismo o “inferus”, es decir, las regiones inferiores de la tierra,


dividido en dos lugares:

 El “hades” o el mundo de los muertos.


 La “gehena” o “infierno”, preparado para el Diablo

LA CRUCIFIXIÓN DE JESÚS
AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. EL VALOR DEL RESCATE


La Biblia le da varios nombres al acto amoroso de Dios Padre de
haber entregado a su “Unigénito” por la salvación de toda la
humanidad, y que puede estar relacionado con los términos:
“comprar”, “reconciliación”, “redención”, “propiciación” y “expiación”
(Salmo 49,8; Daniel 9,24; Gálatas 3,13; Colosenses 1,20; Hebreos
2,17). Pero la expresión qué tal vez la defina mejor la utilizó el
propio Jesús cuando dijo: “De la misma manera que el Hijo del
hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida
como rescate por muchos” (Mateo 20,28). La palabra griega para
“rescate” es lutrón, y designaba lo estipulado por la liberación de
un esclavo, el precio de un cautivo o el dinero que se pagaba a
cambio de la excarcelación de los prisioneros de guerra. En el A.T. el
vocablo es kófer, y procede de un verbo que expresa “cubrir”.
Teológicamente sería “cubrir los pecados” (Salmo 65,4). La ley
divina que recibió la nación de Israel decretaba lo siguiente: “No
tendrá piedad tu ojo. Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente,
mano por mano, pie por pie” (Deuteronomio 19,21). En este
sentido, San Pablo agrega: “el pecado de un culpable (Adán) trajo la
condena de todos los hombres, el mérito de un justo (Jesús)
obtendrá para todos el perdón y la vida” (Romanos 5,18).

Al acercarse los días de su trágico destino, el Mesías sufre


intensamente por la prueba que tendrá que padecer (Marcos 8, 31;
Lucas 12, 50; 24,26). Llegada la hora suprema vive una tremenda
angustia en el jardín de Getsemaní (Marcos 14, 35-36; Juan 12, 27),
hasta el punto de que su sudor se convirtió en grandes gotas de
sangre que le caían por el rostro (Lucas 22, 44). Pues “mientras
Cristo estuvo viviendo aquí en el mundo con voz fuerte y muchas
lágrimas, oró y suplicó a Dios; quien tenía poder para liberarlo de la
muerte” (Hebreos 5,7). En un exorcismo un demonio de nombre A-
Ka-Bor confesó por boca del poseso, que “eran tales los sufrimientos
de Jesucristo en el huerto de los Olivos, que se sentía totalmente
perdido y abandonado por el Padre...como si hubiera sido uno de los
mayores pecadores”. Sin embargo, llegada la hora de la prueba,
demostró valor y firmeza al enfrentarse a la agitada multitud que
con palos y espadas lo estaban buscando para arrestarlo (Marcos
14,43; Juan 18,4-8). Estos venían siguiendo las órdenes del sanedrín
(los enemigos del Divino Maestro), para lo cual tenían bajo sus
órdenes un cuerpo de aguaciles y policías, llamado los “guardias de
los judíos” (Juan 18,3.12).

II. LOS DOS JUICIOS

Los que tomaron preso a Jesús lo llevaron a la casa del sumo


sacerdote (archiereus), donde se habían reunido los maestros de
la Ley y las autoridades judías (Mateo 26,57). Ellos actuaban como
una corte de justicia y sus decisiones en materia religiosa y civil eran
acatadas en todo el territorio judío. El sumo sacerdote desde la
época del regreso del exilio de Babilonia, se había convertido en un
jefe espiritual y político. Originalmente su nombramiento era
vitalicio, aunque se tuvieron algunos casos de expulsión. Para los
tiempos de Cristo esta dignidad era ocupada por Caifás, yerno del
anterior, quien había sido Anás.

Este Anás (forma abreviada de Ananías), fue nombrado gran


sacerdote por Cirenio, en el 6 d.C. Su deposición no tuvo valor para
los judíos, pues etre ellos esta dignidad sacerdotal era vitalicia. Por
su gran influencia, Anás consiguió que tras él obtuvieran este mismo
puesto sus cinco hijos y su yerno Caifás. Por esta razón, aunque
Caifás era el sumo sacerdote oficial al principio de ministerio de Juan
el Bautista (Lucas 3,2), su suegro era reconocido como tal junto con
él (Juan 18,13-24).

El haber conducido al Hijo de Dios ante estas personalidades fue un


procedimiento irregular ya que las sesiones del Gran Sanedrín eran
realizadas durante el día en un área pública. El tribunal sólo
funcionaba entre el sacrificio de la mañana (9 a.m.) y el de la tarde
(3 p.m.). La ley mosaica prohibía bajo pena de nulidad, juzgar una
causa capital en día de fiesta, la víspera del sábado o durante la
noche.
Muchas fuentes rabínicas como el Talmud ubican este lugar de
reunión en el sitio llamado “pórtico de los sillares de Piedras”
(Lishkat Ha-Gazith), en la pared norte del Monte del Templo.
Cuando este tribunal judío iba a juzgar a un condenado por
cualquier violación a la norma mosaica de mucha gravedad, los
letrados y los senadores se sentaban en un semicírculo, frente a
ellos estaban los secretarios de la corte, y detrás de estos, tres filas
de los discípulos de los “hombres sabios”. El acusado se presentaba
vestido de luto.

La legislación judaica decretaba que los testimonios contra el reo


siempre debían coincidir, lo que no sucedió en este caso. Además el
haber escupido el rostro del Señor y ultrajarlo, era una forma de
rechazo y condena en los tiempos bíblicos. Pero era ilegal que los
miembros del Sanedrín golpearan al acusado (Mateo 26,67-68). El
Concilio de Letrados Hebreos encontró a Cristo Jesús culpable de
blasfemia, que lo condenaba a muerte por lapidación. Una decisión
favorable, por simple mayoría, podía anunciarse el mismo día, una
desfavorable, necesitaba dos terceras partes, al día siguiente o más
tarde. Este primer juicio de carácter religioso se llevó a cabo según
las Escrituras hacía el “canto del gallo” (Lucas 22,34), que es una
antigua forma de decir la hora. Los romanos llamaban “canto de
gallo” a la tercera vigilia de la noche, lo que equivale, desde la
medianoche a las tres de la madrugada.

“Muy temprano, los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los


maestros de la Ley (es decir, todo el Consejo o Sanedrín)…Después
de atar a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato” (Marcos 15,1).
Ya que para defender el orden público y hacer aplicar sus
decisiones, podían acudir a la presencia de las cohortes (o unidades
militares) romanas. El título oficial de Pilato era el de “procurador”.
Lo que significaba ser administrador financiero y militar de una
provincia romana. Historiadores como Josefo y Tácito lo muestran
como una persona ambiciosa, cruel e inestable. Ofendió y fue
antagónico con los judíos en varias ocasiones. Sus intentos de
emplear los fondos del Santuario para la construcción de un
acueducto provocaron protestas masivas.

Los cuarteles centrales de Pilato estaban en Cesarea Marítima.


Durante la pascua el gobernador romano en Judea se trasladaba a
Jerusalén. Aquí se alojaba en la fortaleza Antonia acompañado con
una guarnición permanente de 480 soldados que no tenían la
ciudadanía romana (éstos eran probablemente sirios), ya que en la
“Ciudad Santa” no había legionarios (militares pertenecientes a las
legiones), sino auxiliares. Estos soldados eran gente asalariada,
reclutada entre los vagabundos, bandidos y demás; dedicados al
robo y el abuso de autoridad, sin ningún tipo de represión por los
superiores. Dichos esbirros fueron los que se burlaron del Señor, le
escupieron el rostro, le colocaron una corona de espinas, y le
pegaron con una caña en la cabeza (Mateo 27,27-30).

Este procónsul pagano trató de salvar al Mesías, dando a escoger al


pueblo entre Él y Barrabás. Este bandido había sido apresado por
insurrección y asesinato. Su nombre de origen arameo significa “hijo
del padre”. Irónicamente, fue Jesús, el “Hijo del Padre Eterno”, el
que murió en su lugar. Al no poder hacer más y ante el miedo de la
muchedumbre enardecida, Pilato realizó el ritual simbólico judío de
“lavarse las manos” (Mateo 27,24; Deuteronomio 21,6-9), dando a
entender que quería ser liberado de toda culpa de la muerte del
“Santo y Justo de Dios”. Justino Mártir, uno de los llamados “Padre
Apostólico” dijo lo siguiente con respecto a la muerte de Jesús: “Por
las Actas de Poncio Pilatos puedes determinar que estas cosas
sucedieron”.
III. CRUCIFIXIÓN Y MUERTE

Narra la beata estigmatizada Ana Catalina Emerich, que la madera


con que se hizo la cruz del Señor, se encontraba en un bosque cuyo
terreno pertenecía al templo de Jerusalén. Fue construida en la
plaza detrás del tribunal del Caifás. La vía dolorosa que recorrió
Jesús al “Gólgota” en arameo “Calavera”, y rebautizado por los
romanos como “Calvario”; era un camino de piedra en forma
ascendente de menos de un kilómetro. Según la costumbre romana
el condenado a la muerte de crucifixión (“exactor mortir”), era
custodiado por cuatro soldados armados con lanzas al mando de un
centurión romano. Un mensajero proclamaba en toda Jerusalén:
“Jesús de Nazaret, seductor del pueblo, despreciado por el César,
falso Mesías, será conducido a través de la ciudad hasta el lugar de
las ejecuciones y allí despojado de sus vestiduras, será clavado en
una cruz, permaneciendo suspendido en ella hasta la muerte”.
Igualmente, detrás y a los lados del ajusticiado se apretujaba la
turba de personas.

En este trayendo se cuenta la leyenda occidental del “judío errante”,


llamado Ashaverus, que era zapatero y que tenía una pequeña
tienda a la entrada de Jerusalén, cerca del sitio por donde el Ungido
de Yahvé pasó con la cruz a cuestas, habiéndole solicitado Jesús que
le dejara descansar un momento, éste se negó y encolerizado lo
golpeó con una herramienta al tiempo que le decía “anda”. Por este
acto Ashaverus recibió la condena del Hijo de Dios, quien le dijo:
“Yo luego descansaré, pero tú andarás sin cesar hasta que vuelva”.
Desde entonces aquel hebreo comenzó a recorrer la Tierra, y sus
cansados pies jamás pudieron detenerse porque cada vez que
quería hacerlo las palabras del Señor eran la fuerza que lo
impulsaban a continuar.
La leyenda oriental del “judío errante”, afirma que el nombre de
este personaje era Cortafilo, y que oficiaba como portero de Poncio
Pilatos. Cuando sacaron al Mesías de la presencia del gobernador
romano, le dio una puñalada por la espalda, diciéndole “anda”.
Jesucristo le respondió: “El Hijo del hombre se va, pero tú esperarás
a que vuelva”. Después de esto Cortafilo se convirtió al cristianismo
recibiendo el bautizo de manos de Ananías, quien le dio el nombre
de José; pero continuando su peregrinación en este Mundo.
Dicen que el judío errante no lleva más que cinco monedas de
cobre. Hay quienes afirman que lo han visto en varios lugares e
incluso un autor de la Edad Media, logró establecer que cada cien
años sufre una terrible enfermedad que se recupera, pues no puede
morir sino hasta el fin de los tiempos.

“Hacia el mediodía se ocultó el sol y todo el país quedó en tinieblas


hasta las tres de la tarde” (Lucas 23, 44). Este eclipse solar fue
predicho por el profeta Amos (8,9); y testificado por los
historiadores profanos como Thallus Liberto, en el reinado del
emperador Tiberio; quien dice que en ese tiempo “Una horrible
oscuridad cubrió el universo entero”. Flegón, liberto por el
emperador Adriano, escribió cien años después “que hubo en esa
época un eclipse de sol tan completo, como nadie lo vio semejante”.
En el instante en que murió el Redentor, se produjo un temblor de
tierra, que partió transversalmente la roca del Calvario, como se ve
hoy en día dentro de la Basílica del Santo Sepulcro (Mateo 27,52).

Después de esto, José de Arimatea y Nicodemo, ambos miembros


del Consejo Supremo, pidieron el cadáver al gobernador romano y
“llevando unas cien libras de mirra perfumada y áloe. Tomaron el
cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con los aromas, según la
costumbre de enterrar a los judíos. En el lugar donde había sido
crucificado Jesús había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo
donde todavía no había sido sepultado nadie. Como el sepulcro
estaba muy cerca y debían respetar el Día de la Preparación de los
judíos, enterraron allí a Jesús” (Juan 19,39-42). La purificación ritual
de los muertos requería el lavado del cuerpo. Luego era envuelto en
sábanas o vendas. Los ricos los cubrían en lienzos de lino que
contenía áloe y mirra. En Jerusalén los difuntos siempre eran
sepultados dentro de 24 horas. En otras zonas de Israel, si el funeral
tardaba, el occiso era conservado en una habitación del piso
superior.
IV. REFLEXIÓN FINAL

Pablo, el apóstol a las naciones, tiene un hermoso himno cristológico


que resume todo lo visto anteriormente: “No hay duda de que el
secreto de nuestra religión es muy grande: Cristo se manifestó en
su condición de hombre, triunfó en su condición de espíritu y fue
visto por los ángeles. Fue anunciado a las naciones, creído en el
mundo y recibido en la gloria” (1 Timoteo 3, 16).

LA AMARGA PASIÓN DE CRISTO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

La beata Ana Catalina Emmerich (1774-1824), nació en el seno de


una familia humilde en el norte de Alemania. A la edad de 28 años
ingresó en un convento agustino, después de trabajar como
costurera y empleada doméstica. En 1813 enfermó, y permaneció
inmóvil en su casa hasta su muerte; además se hicieron visibles los
estigmas. Tuvo visiones sobre la pasión de Jesucristo, que fueron
pasadas por escrito por el poeta alemán Clemente Brentano, su
primera publicación fue en 1833. (El siguiente artículo es un
resumen sobre dicha revelación particular que ha sido aceptada por
la Iglesia Católica).
PREPARATIVOS PARA LA PASCUA

El miércoles santo, 12 de Nisá, Nuestro Señor come junto con sus


amigos, en casa de Simón el leproso, en Betania, y allí mismo, María
Magdalena ungió por última vez con perfume los pies de Jesús.

El 13 de Nisá, jueves santo, antes del amanecer Jesucristo manda a


Pedro, a Santiago y a Juan, a buscar en Jerusalén a Helí, cuñado de
Zacarías de Hebrón, en cuya casa el Señor había anunciado el año
anterior la muerte de Juan el Bautista. Helí tenía únicamente un
hijo, que era levita, y amigo de San Lucas. Fue él el encargado de
conducir a los tres apóstoles al cenáculo propiedad de Nicodemo y
José de Arimatea, para celebrar la cena de la pascua.

EL CENÁCULO

Se encontraba del lado sur del monte Sión, no lejos de las ruinas del
castillo de David, antes de la construcción del templo, el arca de la
alianza estuvo depositada allí en el sótano durante un largo Período.
Fue el mismo lugar de residencia del profeta Malaquías, donde
escribió su Libro sobre el santísimo sacramento y el sacrificio de la
nueva alianza. Cuando casi toda Jerusalén fue destruida por los
babilonios, esta casa fue respetada.
En esta morada el Mesías oraba y hacia milagros, los discípulos
también se quedaban con frecuencia para pasar la noche.
EL CÁLIZ DE LA ÚLTIMA CENA

Pertenecía a Serafía (la Verónica), era muy antiguo y había estado


guardado mucho tiempo en el santo templo. Esta santa mujer lo
había comprado en un mercado de antigüedades; Cristo lo utilizó en
varias oportunidades. Desde el día de la última cena pasó a ser
custodiado por la comunidad cristiana, y quedó depositado en la
iglesia de Jerusalén, otras de las pequeñas copas utilizadas en
aquella ocasión se encuentran en Antioquía y en Éfeso.

El gran cáliz había sido de la casa de Abraham, el sacerdote


Melquisedec lo llevó consigo desde la tierra de Semíramis al Canaán,
lo utilizó para el sacrificio, cuando ofreció pan y vino en presencia
del santo patriarca.

JESÚS ENTRA EN JERUSALÉN

En la mañana del jueves santo, mientras los apóstoles estaban


ocupados en la ciudad santa con los preparativos de la pascua,
Jesús, que se había quedado en Betania, se despide de las santas
mujeres, de Lázaro, y de su Bendita Madre, quien le anuncia en
secreto todo lo que le iba a suceder con su pasión, muerte y
resurrección; le dijo también que celebraría espiritualmente con ella
la última cena.
El Hijo del Hombre y los apóstoles salieron de Betania y se
encaminaron a la ciudad de Dios, con ellos iban siete discípulos;
entre ellos estaba Juan y Marcos, el hijo de la pobre viuda que el
jueves anterior había ofrecido su último dinero en el templo
mientras el Señor predicaba. Las santas mujeres con María lo
siguieron al cabo de un rato.
LA ÚLTIMA CENA

Cristo y sus discípulos comen el cordero pascual en el cenáculo,


dividido en tres partes:

Jesús con los doce apóstoles en la sala principal.


Doce discípulos en una sala lateral.
María y las santas mujeres en otra habitación.

Jesús instruye a los apóstoles sobre la penitencia y el


arrepentimiento, todos reconocieron sus pecados, excepto Judas.
Seguidamente les lava los pies a cada uno de ellos, recibiendo una
especie de absolución espiritual.

El Ungido de Dios bendijo el pan y se lo entrega a los apóstoles, el


pan entraba en la boca de ellos como una sustancia brillante, sólo
Judas permanece en tinieblas. La Santísima Virgen recibió el
Sacramento de la eucaristía espiritualmente en la otra sala. Acabada
de la cena se guardó lo que había quedado del pan consagrado, con
el que los apóstoles comulgaron después de la resurrección. Fue
Juan quien administró también el Santísimo Sacramento a la Madre
del Hijo de Dios.
La visionaria estigmatizada no recuerda si el Señor comiera o
bebiera del pan y el vino consagrado, tampoco vio que
anteriormente lo hubiera hecho Melquisedec.

Durante la celebración de la pascua, una figura terrorífica estuvo al


lado de Judas, además vio tres demonios a su alrededor cuando sale
del cenáculo; parecían irle alumbrando el camino, para cumplir su
traición.

Jesús termina la santa cena cerca de las nueve de la noche, y


después de despedirse de su Madre, y de las santas mujeres se
dirige con sus amigos cantando salmos al monte de los Olivos, su
alma estaba profundamente turbada, y su tristeza iba en aumento.

JESÚS EN EL MONTE DE LOS OLIVOS

Eran las once de la noche cuando llegaron al Getsemaní, el Hijo de


Dios deja a ocho de sus compañeros, mientras se lleva consigo a
Pedro, Santiago y Juan adentro del huerto de los olivos; después El
sólo se oculta en una gruta, a su alrededor había un círculo de
figuras horribles que se le acercaban cada vez más. En este mismo
sitio habían ido Adán y Eva, tras ser expulsados del Paraíso para
lamentar su pena.

Aquí Cristo Jesús tiene varias visiones:

 Satanás le muestra todos los pecados de la humanidad desde


el principio hasta el fin del mundo.

 El príncipe del mal le atribuye haber sido el causante de la


muerte de los niños inocentes en Belén, de los padecimientos
de José y María en Egipto, de la decapitación de Juan Bautista,
de haber separado a muchas familias en su nombre, de no
haber curado a todos los enfermos, de la muerte de los cerdos
endemoniados en el mar.

Los ángeles bajaron del cielo para mostrarle, todos los sufrimientos
que había de soportar por el perdón de los pecados.

El Hijo del Altísimo contempla las penalidades futuras de sus


apóstoles, discípulos, de la iglesia primitiva, ve las persecuciones a
la Iglesia Católica a través de los siglos; las herejías, los cismas y las
apostasías, los sacrilegios, el fanatismo religioso, los malos pastores,
el orgullo de los padres de la reforma protestante. Ve además a
Satanás que le arrebataba con violencia a una multitud de almas
redimidas con su Sangre.

El Maligno adoptaba varias formas, como una gigantesca sombra


negra, como un tigre, toro, lobo, dragón o serpiente con una corona
en la cabeza. El enorme reptil conducía innumerables legiones de los
enemigos de Cristo de cada época y nación, armados con todo tipo
de destructivas armas; igualmente, lo insultaba y maldecía, lo hería
y le pegaba con renovada rabia.

El Emmanuel observa en el limbo a Adán y Eva, a los patriarcas y


profetas, y a todos los hombres justos, que esperaban su llegada al
mundo inferior con tal intensidad, que lo fortifica y reanima.

Los ángeles de Dios le muestran todas las multitudes de los


bienaventurados de los tiempos futuros, que juntando sus esfuerzos
a los méritos de su pasión, debían reunirse por medio de El con el
Padre Eterno.

La última visión incluía el beso de Judas, la huida de los discípulos,


los insultos de Anás y Caifás, la negación de Pedro, el tribunal de
Pilatos, la burla de Herodes, los azotes, la coronación de espinas, La
condena a muerte, el camino con la cruz, la crucifixión, las burlas de
los fariseos en el calvario, el dolor espiritual de María, sus últimas
palabras en el madero, la lanza del costado, y su muerte. Nuestro
Señor lo acepta todo voluntariamente ofreciéndolo por amor a la
humanidad.

Después de este trance su rostro estaba cubierto de grandes gotas


de sangre que le caían sobre el rostro pálido, tenía los cabellos
pegados a la cabeza, y la barba ensangrentada y en desorden, como
si la hubieran querido arrancar, su vestidura también estaba
empapada con sangre y sudor.

Sus manos quedaron impresas en al piedra de la gruta, esta cueva


llegó hacer más adelante objeto de veneración.

Aparece luego un ángel vestido como sacerdote que le da a comer


una hostia y un vino traídos del cielo.
EL ARRESTO

Poco antes de que Judas recibiera el precio de su traición, un fariseo


había salido con siete esclavos a un bosque perteneciente al templo,
para traer la madera con que harían la cruz de Cristo. Este
instrumento de muerte fue hecho en un patio detrás del tribunal de
Caifás.

Judas llega al huerto de los Olivos acompañado de seis fariseos y


veinte soldados del templo, armados con palos y linternas. Jesús se
acerca a la tropa y dijo en voz alta: “¿A quién buscáis? “ Los jefes de
los soldados respondieron: “A Jesús de Nazaret”. “Soy Yo”, al oír
esto en dos oportunidades los soldados cayeron a tierra, los únicos
que no lo hicieron fueron cuatro esbirros (esclavos egipcios), los
seis Fariseos y Judas; porque estaban completamente entregados al
poder de Demonio. En Cambio todos los soldados se convirtieron
luego al cristianismo, incluyendo a Maleo al que Pedro le corta una
oreja, este se convierte instantáneamente, y durante la pasión sirvió
de mensajero entre María y los otros amigos de Nuestro Señor.
Los esbirros ataron al Mesías con la brutalidad de un verdugo,
haciéndole sangrar sus manos, alrededor del pecho salían cuatro
cuerdas con las que lo tiraban de un lado al otro, el Señor estaba
descalzo, y fue obligado a andar por caminos llenos de piedras y
lodo, acompañado de toda clase de insultos y burlas, los seis
fariseos lo pinchaban constantemente con la punta de sus bastones.
Cuando llegaron a la mitad del puente del río Cedrón, lo aventaron
al agua, si Dios no lo hubiera protegido la simple caída hubiera
bastado para matarlo; las marcas de sus rodillas, pies y manos,
quedaron milagrosamente impresas en la piedra donde cayó.

Jesús no había bebido nada desde su agonía en los olivos, pero si lo


hizo en las aguas del Cedrón, repitiendo las palabras proféticas de
los Salmos: “En el camino beberé agua del torrente”.

Desde el monte de los olivos hasta la casa de Anás, el Unigénito de


Dios se cae siete veces.

JESUS ANTE ANÁS

A medianoche el Mesías fue llevado al palacio de Anás y conducido


a una gran sala, donde estaba sentado este sumo sacerdote
rodeado de veintiocho consejeros. Jesús permanece de pie,
silencioso y con la cabeza baja.

Cuando Anás empieza a interrogarlo sobre su doctrina, Este


responde que siempre había hablado en público en el templo y la
sinagoga, ante esta respuesta que desconcierta al anciano judío; un
esbirro dio con su mano cubierta con un guante de hierro, una
Bofetada en el rostro del Señor, cayendo de lado sobre los
escalones, la sangre corre por su rostro, mientras todos lo
insultaban y se reían.
JESÚS EN CONDUCIDO A CAIFÁS

Posteriormente, el Santo de Dios fue conducido ante Caifás, quien


estaba sentado rodeado por los setenta miembros del sanedrín; a
ambos lados estaban los escriba y los falsos testigos. Jesús fue
Introducido entre gritos, insultos y golpes. Caifás arremete con
preguntas burlescas, mientras los verdugos le pegaban y empujaban

Las acusaciones que le hacen son:

 Se hacía llamar rey, profeta e hijo de Dios.


 Los fariseos eran una generación adúltera y raza de víboras.
 Revolucionaba al pueblo contra las autoridades religiosas
judías.
 Curaba el día sagrado del sábado.
 No observaba los ayunos impuestos por la ley mosaica.
 Se reunía a comer y beber con publicanos, prostitutas y
paganos.
 Engañaba al pueblo con palabras de doble sentido.

 Sanaba a los enfermos y echaba demonios en su nombre.


 Profetizaba la destrucción de Jerusalén.
 Siempre hablaba de su reino.
 Repudiaba el divorcio.
 Se hacía llamar el Pan de Vida Eterna.

De esta manera, sus palabras, enseñanzas y parábolas fueron


desfigurabas, mezcladas con injurias y presentadas como crímenes;
aunque entre los mismos testigos se contradecían entre sí.
La acusación final y de mayor peso, fue presentada por Caifás sobre
su origen divino; a lo que El responde firmemente: “Yo soy el Cristo,
el hijo de Dios vivo”.

En cuanto Caifás sale del tribunal con los ancianos del consejo, los
esbirros habían ido arrancándole puñados del pelo de su barba, lo
habían escupido, dado bofetadas, pegándole además con palos
puntiagudos. Le pusieron sobre la cabeza coronas de paja y de
corteza de árbol, y se la volvían a quitar saludándolo con
expresiones insultantes; le quitaron las vestiduras y le echaron
sobre los hombros una capa vieja, le apretaron el cuello con una
cadena, le ataron las manos sobre el pecho, colocaron una caña
entre ellas y le escupieron el rostro. Le taparon los ojos con un
sucio trapo le pegaron, le echaron lodo en la cara. En todo este
tiempo el recinto estaba lleno de figuras diabólicas; pero alrededor
del Hijo del Altísimo, se veía un halo de luz.

María, Juan, la Magdalena y algunas santas mujeres, estuvieron


presentes en la entrada de la sala de Caifás; igualmente, se
encontraron con Pedro después de que hubo negado tres veces al
Divino Maestro.

JESÚS EN LA CÁRCEL

El Primogénito de Dios fue puesto en un pequeño calabozo bajo la


sala de Caifás, fue atado a un pilar y no le permitieron que se
apoyara en él, de modo que apenas podía sostenerse sobre sus
pies, cansados, heridos e hinchados. El Señor seguía rogando por
sus enemigos, y cuando al fin le dieron un instante de reposo,
estaba llegando el amanecer.
Tan pronto como sale el sol el sumo sacerdote Anás y Caifás, y una
parte de los miembros del sanedrín, llevaron a Jesús ante el
gobernador romano Poncio Pilatos, para que legalizara la sentencia
De muerte, ya que sus leyes religiosas no se lo permitían sin su
consentimiento.
LA DESESPERACIÓN DE JUDAS

Mientras llevaban a Jesús a casa de Pilatos, Judas, se da cuenta que


lo iban a crucificar, en el templo arroja al suelo las monedas. Luego
echa a correr a las afueras de Jerusalén; el Demonio le repetía al
oído: “Caín, ¿Qué has hecho a tu hermano? “. Llega al basurero de
la ciudad santa, y lleno de desespero, coge su cinturón Y se cuelga
de un árbol, cuando se hubo ahorcado, su cuerpo se revienta y sus
entrañas caen al piso.
JESÚS ANTE PILATOS

El Unigénito de Dios fue conducido por las partes más frecuentadas


de Jerusalén, las injurias y los malos tratos no cesaban, mucha
gente se burlaba de El llamándolo rey, y echando en el suelo palos y
trapos, le cantaban canciones que hacían alusión a su entrada
triunfal entre ramos de palma. Jesús se encuentra en el camino con
su madre, Juan y la Magdalena, Ella mira con gran amor y ternura.

En el pretorio Jesús fue presentado ante el gobernador romano,


eran como las seis de la mañana. Pilatos estaba rodeado de oficiales
y soldados romanos. El había oído hablar mucho de Jesús, al verlo
tan horriblemente desfigurado por los malos tratos, se admira que
conservara una expresión de dignidad en su rostro.

Las acusaciones que presentan ante el procurador romano, fueron:

 Era el cabecilla de una conspiración contra el imperio romano.


 Faltaba a la ley del sábado.

 Decía que si comían su carne y bebían su sangre no tendrían


vida eterna.

 Animaba al pueblo a no pagar el impuesto al emperador.

 Pretendía proclamarse rey, entrando en Jerusalén con honores


reales.
 Predicaba que era el Cristo, el Ungido de Dios, el Mesías, el rey
prometido a Israel.

Pilatos decide interrogar a Jesús a solas, y se da cuenta que era un


hombre inocente, y al darse cuenta que era de Galilea, decide
Mandarlo ante Herodes, que se encontraba en la ciudad por la fiesta
religiosa.

Cuando Nuestro Señor es conducido a la casa de Herodes, la esposa


de Pilatos de nombre Claudia Procla le cuenta los extraordinarios
sueños y visiones, y le ruega que no le haga ningún daño.

JESÚS ANTE HERODES

El palacio de Herodes no estaba lejos de la casa del procónsul


romano, cuando este lo ve lleno de golpes, con el cabello
desordenado, la cara ensangrentada y la túnica manchada; ordena
primero que lo laven. Cuando lo vuelven a traer a su presencia,
manda que le dieran un vaso con vino, pero Jesús lo rechaza, luego
le hace muchas preguntas, pero el Siervo de Dios con la cabeza baja
no le habla, porque Herodes estaba excomulgado a causa de su
Matrimonio adúltero con Herodias, y por haber ordenado la muerte
de Juan el Bautista.

El gobernador de Galilea ordena a sus soldados que conduzcan al


Mesías a un gran patio donde lo visten como rey con un saco blanco
y un pedazo de tela roja, se inclinan ante El, lo empujan, lo injurian,
lo escupen, le arrojan lodo, tres veces se cae por los fuertes golpes,
invisiblemente los ángeles le ungían la cabeza, sin este socorro del
cielo lo hubieran matado en ese momento. Después de esto,
Herodes lo regresa a Pilatos.
JESÚS ES LLEVADO DE HERODES A PILATOS

Los enemigos del Hijo de Dios llenos de rabia por toda la pérdida de
tiempo, lo llevan de vuelta por un camino más largo, cayendo varias
veces al suelo y levantándolo con patadas y golpes en la cabeza.
Alrededor de la ocho la comitiva llega al palacio de Pilatos.

Cuando Jesús llega de nuevo a la casa del procurador romano, su


túnica se enreda entre los pies y cae sobre los escalones de mármol
blanco, que se manchan con su sangre.

Por costumbre de la pascua, se dejaba libre a un prisionero, y


Pilatos pone al pueblo judío a escoger entre el Santo de Dios y
Barrabás, que era un convicto de asesinato durante una revuelta, y
de muchos otros crímenes. En la plaza se eleva un clamor general:
“Libera a Barrabás”, entonces Pilatos dijo: “¿Qué queréis que haga
con Jesús, el que se llama El Cristo?”. Todos gritaron: “! Crucifícale!”
. Pilatos deja libre a Barrabás y condena a Jesús a la flagelación.
LA FLAGELACIÓN
Los verdugos colocaron a Cristo en una columna de azotes, fueron
seis hombres en tres turnos de a dos, estaban medio borrachos;
Nuestro Señor temblaba y se estremecía, El mismo se acaba quitar
sus vestiduras con sus manos hinchadas y ensangrentadas; los
verdugos lo atan de espaldas con las manos levantadas a unos
anillos de arriba, mientras que sus pies atados también a la parte
inferior apenas tocaban el suelo.

Los dos primeros flageladores comenzaron a azotarlo desde la


cabeza hasta los pies, con unas varas de madera flexible. El cuerpo
del Salvador estaba cubierto de muchas llagas, y su sangre corría
Por el piso. Por todas partes se oía las injurias y las burlas contra la
inocente víctima.

Los segundos verdugos usaron unas varas de espino, con nudos y


puntas. Sus golpes rasgaron toda la piel del Mesías, y su sangre les
salpica sus brazos.

Los dos últimos utilizaron unos látigos con correas que tenían en las
puntas unas bolas de hierro, con las que arrancaron la carne con
cada golpe.

Después cambiaron a Jesús de posición, y le pegaron en la cara con


otra vara, sus gemidos eran cada vez más débiles. La horrible
flagelación había durado cuarenta y cinco minutos seguidos. Cuando
lo desataron El Hijo del Hombre cae al suelo bañado en su propia
sangre, en un gran esfuerzo toma el lienzo y se cubre. Mientras
estaba tirado al pie de la columna, un ángel le ofrece de beber de
una vasija un brebaje luminoso que le da nuevas fuerzas.

Los soldados a patadas y palazos lo obligan a levantarse, mientras


todo esto pasaba la Santísima Virgen ve y sufre en su alma todo lo
que padecía su Santo Hijo. Claudia Procla le envía una pieza de
tela con la que sería después envuelto el cuerpo del Redentor. Eran
las nueve de la mañana cuando se acaba la cruel tortura.
LA CORONACIÓN DE ESPINAS

En medio del patio pusieron un banquillo y lo llenaron de piedras


puntiagudas, le colocan una capa vieja, lo sientan y le ponen una
corona hecha de espinas en su cabeza, la mayoría de las puntas
estaban hacia dentro. Luego le ponen una caña en las manos, y con
esta misma le pegan en la cabeza, con tal fuerza que los ojos del
Salvador se llenaron de sangre. Se arrodillan ante El con burla, le
escupen la cara y lo abofetean gritándole: “Salve, rey de los judíos”.
Jesús siente una ardiente sed a causa de la alta fiebre provocada
por las heridas. Sólo su sangre que caía de su cabeza refrescaba sus
labios; esta espantosa escena dura media hora.

ECCE HOMO

Jesús cubierto con la capa roja, la corona de espinas y el cetro de


caña en sus manos, es presentado ante Pilatos. Este dijo entonces a
la multitud: “!Ecce Homo!”(“!He aquí al hombre!”). Los sacerdotes y
el pueblo contestaron: “! Mátalo!” !Crucifícalo!”. Pilatos se lava las
manos, y los judíos gritaron “Que su sangre caiga sobre nosotros y
nuestros hijos”. Pero el Mesías y su Madre no cesaban de orar por
sus enemigos, y muchos judíos se convierten después de la muerte
de Jesucristo.
Ese día la esposa de Pilatos, Claudia Procla, abandona a su esposo y
se une a los amigos del Señor, incluyendo al diácono Esteban y al
apóstol Pablo.
JESÚS CARGA SU CRUZ HASTA EL CALVARIO

Después de la sentencia de muerte, Jesús es obligado a cargar su


propia cruz, El se arrodilla, la abraza y la besa tres veces; los
verdugos colocaron el pesado madero sobre su hombro derecho,
ángeles invisibles lo ayudan a levantarla, pues no hubiera podido
con ella. Pilatos a caballo inicia el cortejo, acompañado de oficiales
romanos, soldados y fariseos; Jesús camina descalzo, temblando,
lleno de llagas y heridas, devorado por la fiebre, la sed y el
cansancio, su cara estaba ensangrentada e hinchada, su barba y
sus Cabellos manchados de sangre, en todo este trayecto el Señor
oraba, detrás iban los dos ladrones, mientras uno maldecía y lo
insultaba, el otro permanecía en silencio.

Las calles eran muy estrechas y sucias, la gente de Jerusalén lo


insultaba desde las ventanas, los esclavos le arrojaban lodo, y hasta
los niños le tiraban piedras o se las echaban bajo sus pies.

Había en el camino una enorme roca, cuando Jesús llega a este sitio
los verdugos lo empujaron, cayendo por primera vez.

María, Juan, la Magdalena y las santas mujeres, se encontraban


esperando el paso del Salvador, algunos judíos al reconocer a su
Madre la insultaban y se burlaban de su pena, pero Ella estaba
mirando a su Hijo que se acercaba; aquí cae por segunda vez, la
Bendita Madre en medio de los soldados y los verdugos se abraza a
El. Los verdugos la gritaban, pero algunos soldados romanos
tuvieron compasión, y aunque se vieron obligados a separarla
ninguno le pone las manos encima.
Más adelante, Jesús cae por tercera vez, a poca distancia se
encontraba un pagano llamado Simón el Cirineo acompañado de sus
tres hijos, este fue obligado para que ayudara al Galileo a llevar la
cruz. Al principio se molesta pero el Señor llorando lo mira con tal
ternura que se siente conmovido; el día después de la pascua, fue a
ver a los apóstoles y les pide ser instruido y bautizado por ellos, sus
Dos hijos mayores de nombre Rufo y Alejandro, se unen más
adelante a los discípulos del Divino Maestro. El tercero era más
joven y fue también compañero de San Esteban.

La procesión sigue su marcha cuando Serafia, a quien desde ese día


se conoce como Verónica (de Vera e Icon, que quiere decir:
“Verdadero Rostro”), ella se abre paso entre los soldados y los
esbirros, y el rostro al Hijo del Altísimo con un lienzo, quedando
milagrosamente impreso. Verónica guarda esta reliquia en su casa,
después de su muerte fue para la Madre de Cristo, y luego para la
iglesia, por medio de los apóstoles.

Antes de abandonar la ciudad amurallada los esbirros empujan a


Jesús a un lodazal, Simón el Cirineo, en su intento de evitar el
charco, ladea la cruz, causando la cuarta caída. Al salir de Jerusalén
el Santo de los santos se encuentra con un grupo de mujeres
vírgenes y madres pobres con sus hijos En brazos, cuando las ve
llorar, les profetiza la destrucción de la ciudad de Dios. En este sitio
Pilatos se vuelve a su palacio.
El último tramo era un camino de piedra en forma ascendente, hasta
el monte Calvario; el Ungido de Dios cae otras dos veces. Cien
soldados romanos fueron encargados de vigilar el lugar de la
ejecución, al lado de fariseos, saduceos, escribas, gente pobre,
extranjeros y paganos, esclavos y muchas mujeres. Eran cerca del
medio día cuando Cristo Jesús llega al lugar de la crucifixión; una
niebla rojiza empieza a oscurecer el cielo.

También llegó al Gólgota la madre del Redentor, su sobrina María,


hija de Cleofás, Salomé de Jerusalén, María de Helí, María, la
hermana mayor de la Virgen, que era ya vieja y se parecía mucho A
Ana, su madre; Verónica, Juana Cusa, Susana, María, la madre de
Marcos, Salomé, mujer de Zebedeo, Ana, sobrina de San José, la
Magdalena y Juan, el discípulo amado.

El lugar también estaba rodeado de demonios bajo formas diversas;


como serpientes y sapos. Igualmente, había ángeles sobre Jesús, y
otros al lado de la Santísima Virgen y los amigos del Señor.
LA CRUCIFIXIÓN

Los esbirros le quitan la túnica de lana blanca sin costura que su


Madre le había confeccionado, lo que provoca que sus heridas que
estaban pegadas se abrieran nuevamente. El Hijo del Hombre
temblaba, su cuerpo estaba cubierto de llagas y manchas negras,
azules y coloradas, sus hombros y su espalda desgarrados hasta los
huesos, su rostro desfigurado por los golpes, los ojos inyectados de
sangre, tenía las manos y los pies hinchados. Le ofrecieron de
beber un vaso de vinagre con hiel, pero El, sin decir nada, voltea la
cabeza y no lo toma. Jesús queda completamente desnudo, pero Un
hombre llamado Jonadab, sobrino de San José, le ofrece un lienzo
con el que se cubre.

A continuación, colocan al Mesías sobre la cruz, y extienden su


brazo derecho traspasando la mano con un clavo grueso y largo, su
sangre salpica los brazos de sus verdugos; éstos al ver que la mano
izquierda no llegaba al agujero que habían abierto al madero, ataron
entonces unas cuerdas y jalaron con tanta fuerza que dislocaron su
brazo. Asimismo, con unas cuerdas tiraron sus pies y los clavaron
con un solo clavo; la dislocación fue tan horrible Que se oye crujir su
pecho. También amarraron cuerdas a sus manos, brazos y pies para
que no se desgarraran por el peso del cuerpo en la cruz.
Eran las doce y cuarto cuando el Señor fue crucificado, es ese
mismo momento en el templo resuenan las trompetas que anuncian
la inmolación del cordero pascual.

Cuando Jesús fue alzado da un grito de dolor, a causa de la


sacudida sus huesos dislocados chocaron unos con otros. Los pies
Quedaron lo bastante cerca del suelo, la sangre corría por todo el
cuerpo hasta mojar la tierra.

Debajo de la cruz de Cristo estaba la tumba de Adán.

La Santísima Madre al pie de la cruz, sentía en su alma cada insulto


y cada nuevo tormento infligido a su amado Hijo. Los fariseos se
burlaban de Ella y la increpaban.

Los dos ladrones fueron después crucificados, habían sido acusados


de asesinar a una mujer con su hijo. Estaban en prisión desde
mucho antes de la condena. El ladrón de la izquierda era de más
edad, maestro y corruptor del otro. Se les solía llamar como Gesmas
y Dimas. Los dos formaban parte de una banda de asaltantes en la
frontera con Egipto, y en uno de sus refugios, años atrás se había
hospedado una noche la Sagrada Familia. Dimas era un niño leproso
que su madre, por consejo de María, lavó con el agua Donde había
bañado al Niño Dios; y con la que se curó al instante como premio a
la atención que su madre había tenido con Ellos. Fue este el ladrón
arrepentido al que Jesucristo le promete el paraíso.

Las cruces de Gesmas y Dimas estaban clavadas un poco más abajo


y ligeramente vueltas hacía la del Unigénito de Dios.

Un criado de Nicodemo y José de Arimatea, compra la túnica de lana


de Jesús que los soldados se iban a jugar a los dados.

Los cien soldados romanos fueron relevados por otros cincuenta,


éstos estaban al mando de Abenadar, árabe de nacimiento,
bautizado después con el nombre de Ctesifón. El segundo al mando,
que se llamaba Casio y recibió más adelante el nombre de Longino;
todos estos militares romanos se volvieron luego cristianos.

Hacía las doce y media el cielo se oscurece en Jerusalén, las calles


se cubren de una niebla espesa, los animales aullaban y se
escondían, los pájaros caían muertos al piso, muchos hombres
Subían a los tejados y se lamentaban, otros estaban tendidos en las
calles, mientras que otros caminaban a ciegas.

Las personas que se encontraban en el Calvario se dividieron en dos


grupos: unos lloraban y los otros maldecían.
LA MUERTE DE CRISTO

Con el paso de las horas Jesús se iba poniendo cada vez más pálido,
un sudor frío le bañaba el cuerpo; poco después de las tres de la
tarde da un grito, inclina la cabeza y entrega su espíritu. Su alma
sale como una forma luminosa, penetrando en la tierra al pie de la
cruz, con una multitud de ángeles, entre los que estaba Gabriel.

Fue el capitán romano Abenadar quien reconoce que Jesús “era


verdaderamente el Hijo de Dios”. El abandona el monte Gólgota y se
va hacia las grutas del valle de Hinón, donde les anuncia a los
discípulos que se encontraban escondidos la muerte del Salvador.
Igualmente, muchos fariseos adoptaron la nueva fe. Casio, que era
bizco fue quien le atraviesa el costado derecho, la punta de su lanza
traspasa el corazón y sale por el lado izquierdo del pecho; al retirarla
mana un chorro de sangre y agua que le cura la vista. Después de
su bautismo con el nombre de Longino, fue nombrado diácono, y
lleva siempre la sangre del Redentor, pasando el resto de su vida
en penitencia y oración.
Cuando Cristo Jesús muere ocurren hechos sorprendentes:

 La tierra tiembla, y se parte el suelo del Calvario entre la cruz


del Mesías y la de Gesmas.

 Muchas almas del limbo vuelven a entrar en sus cuerpos


mortales, para dar testimonio de la divinidad de Jesús, entre
los habitantes de la ciudad santa.

 El velo del templo se rasga de arriba abajo.

 Los espíritus del sumo sacerdote Zacarías y el profeta Jeremías,


se aparecen cerca del altar, proclamando a los sacerdotes
judíos el fin del antiguo sacrificio y el principio del nuevo pacto.

 Parte de las murallas de la ciudad de Dios se derriban.

A las cuatro de la tarde todo termina, y los muertos volvieron a sus


tumbas.

A los dos ladrones les rompen con martillos los brazos por debajo y
por encima de los codos, al igual que las piernas por encima y por
debajo de las rodillas. Gesmas daba horribles gritos, y por eso le
pegaron tres golpes sobre el pecho, para acabarlo de matar; Dimas
en cambio da un gemido y muere. Sus cuerpos fueron llevados a un
lado del Gólgota para cubrirlos con tierra.
EL DESCENDIMIENTO DE LA CRUZ

José de Arimatea pide permiso a Pilatos para depositar el cuerpo del


Señor en un sepulcro nuevo no lejos del Calvario; Nicodemo había
comprado todos los ungüentos y perfumes necesarios para
embalsamarlo, según la costumbre judía.
El desprendimiento de Jesús en la cruz ocurre después de las cuatro
de la tarde, los dos ancianos judíos fueron los encargados de
bajarlo, y depositaron su cuerpo en los brazos de su Madre, Ella
contemplando sus heridas, cubría de besos su cara ensangrentada,
la Magdalena reposaba sobre sus pies, que bañaba con lágrimas y
secaba con sus cabellos.

Posteriormente, la Santísima Virgen lava con una esponja todas las


heridas y llagas de la cara y el cuerpo de su único Hijo; luego llena
de ungüentos y de perfumes los estigmas de los clavos y la llaga
del costado. Magdalena echa un frasco de bálsamo en la herida de
la lanza, las santas mujeres ponen también hierbas en las heridas de
las manos y los pies.

José y Nicodemo cubren luego el cuerpo con el lienzo, que


milagrosamente queda impreso con todas sus heridas. Esta santa
sábana permanece después en una ciudad, cercana al lugar de
origen de los tres Magos de Oriente.

EL SEPULCRO

La procesión al sepulcro fue seguida con cantos de los salmos, la


gruta había sido excavada recientemente, después de depositar el
cuerpo del crucificado cerraron la tumba con una pesada roca.

María, las santas mujeres y Juan, se reúnen con los apóstoles y


otros discípulos en el cenáculo. Por la noche llega también de
Betania Lázaro, Marta, la viuda de Naín, Diva la samaritana, y María
la sufanita.
Pilatos por petición de Caifás y los principales judíos, manda a poner
una guardia en el sepulcro al mando de Casio.
El cuerpo del Señor permanece dentro de la tumba rodeado de luz,
mientras los ángeles lo adoraban.
JESÚS BAJA A LOS INFIERNOS

El alma de Jesucristo fue a tres partes diferentes:

 El limbo o llamado también el seno de Abraham, donde


estaban las almas de Adán Y Eva, los patriarcas, los reyes y
profetas de Israel; incluyendo a Juan Bautista.

 El purgatorio donde se hallaban las almas de paganos


piadosos.

 El infierno que es un lugar lleno de ira, discordia,


desesperación, injurias, aullidos y lamentos eternos; está
rodeado de prisiones, cavernas, desiertos y lagos de fuego.
Todos los allí condenados, incluyendo a Lucifer y los demonios,
tuvieron que adorar a Jesús.

Cuando se acaba el día sábado, la Santísima Virgen se encontraba


orando en una habitación del cenáculo, y un ángel vino a decirle que
su Hijo estaba cerca. Ella sale sola de la ciudad y ve a Nuestro Señor
resplandeciente con una multitud de almas liberadas por El. La
visión la llena de gozo, pero al regresar, ella no dijo nada de lo que
había sucedido.

Las almas redimidas del limbo y el purgatorio se elevaron detrás del


alma del Redentor a la Jerusalén Celestial, que es un lugar con
palacios y jardines, llenos de flores y de frutos maravillosos.

Hacia las once de la noche la Virgen María sale sola del cenáculo,
cuando estaba llegando al Calvario, se encuentra nuevamente con
su Hijo, su cuerpo resplandecía.
LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR

En la madrugada del domingo, el alma luminosa del Hijo de Dios se


une a su cuerpo, y se levanta dentro del sepulcro. En ese instante
un demonio de forma monstruosa con cola de serpiente, y una
cabeza de dragón, sale de la tierra. La mano del Salvador tenía un
estandarte, él pisa la cabeza del dragón, y le pega tres veces en la
cola con el palo del estandarte, con lo que desaparece.

La tierra tiembla y un ángel del cielo aparta la piedra del sepulcro y


se sienta en ella; Casio entra a la tumba y ve los lienzos en el piso
sin ver al Señor.

Poco después la Magdalena y algunas santas mujeres fueron


también al sepulcro, ellas en compañía de Salomé, una mujer rica
De Jerusalén, y pariente de San José; entran en la gruta que se
encontraba vacía.

Casio fue a cortarle todo lo que había acontecido a Pilatos, pero éste
no cree y piensa que todo era producto de visiones fantasiosas.
La Magdalena les avisa a los apóstoles en el cenáculo que se habían
llevado el cuerpo de su Divino Maestro, y regresa al sepulcro; Pedro
y Juan la siguen de lejos.

La discípula de Cristo se encuentra con el resucitado vestido de


blanco, con una atajo en la mano, y sobre la cabeza un sombrero de
corteza de árbol; al principio no lo reconoce pero al hablar con El
regresa a la ciudad, eran más o menos las dos y media de la
madrugada.

Juan y Pedro llegan después, ingresan al sepulcro que permanecía


solo, Pedro se lleva consigo los lienzos con que habían envuelto el
cuerpo del Hijo del Hombre.
Un grupo de las santas mujeres también se encuentra en el sepulcro
con Cristo resucitado.
Igualmente, el Señor se deja ver a Santiago el Menor y a Judas
Tadeo cerca del cenáculo. Muchos discípulos en Israel vieron
también apariciones semejantes.

Caifás y los sacerdotes del templo, les pagan a los soldados que
habían estado en la tumba, para que afirmaran que los discípulos
del nazareno habían robado su cuerpo. Esta mentira también fue
difundida por los fariseos, los saduceos, los herodianos; y en las
sinagogas de la ciudad de Dios. Sin embargo, después del
Pentecostés muchos hebreos adoptaron la doctrina de Cristo.

La visionaria estigmatizada ve finalmente al sumo sacerdote Anás


como poseído del Demonio, fue encerrado y nunca volvió a ser visto
públicamente. Caifás también terminó perdiendo la razón. Por Su
parte, Pilatos buscó inútilmente a su mujer por toda la ciudad; ella
estaba escondida en la casa de Lázaro, en Jerusalén. Esteban le
llevaba comida, y le contaba todo lo que había sucedido.

Así termina la relación de estas visiones, que abarcan desde el 18 de


febrero hasta el 6 de abril, del año 1823.
FRASES CÉLEBRES SOBRE LA PASIÓN DEL SEÑOR

AUTOR. GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

La cruz de Jesucristo es la llave del paraíso, el báculo del débil, la


estrella del penitente, el escudo de los fieles, la espada de los
tentados, la prenda de los que le aman, y la fuente de todas las
gracias.
Papa San Dámaso.

Jesús se hizo víctima, para que tú y yo caminemos en victoria.


Papa San León Magno.

La cruz de Cristo es la causa de todas las bendiciones.


Papa San León Magno.
La pasión de Cristo se prolonga hasta el final de los siglos.
Papa León Magno.

En la cruz de Cristo encontramos gozo y paz.


Papa Juan Pablo II.

La brújula del cristiano es seguir a Cristo crucificado.


Papa Francisco.

El pagano desprecia la cruz de Cristo, porque no la entiende.


San Agustín.

La cruz de Cristo es fuente de toda sabiduría.


San Francisco de Asís.
Ya no necesito más: conozco a Cristo pobre y crucificado.
San Francisco de Asís.

La primera causa de la pasión de Jesús, es, que Dios quiere ser más
amado que temido.
Santo Tomás de Aquino.

Aprendo más contemplando el crucifijo que leyendo todos los otros


libros.
Santo Tomás de Aquino.

La pasión del Salvador nos extrae del abismo, nos eleva por encima
de lo terreno y nos coloca en lo más alto de los cielos.
San Máximo de Turín.

No puede haber Cristo sin cruz.


San Juan de la Cruz.
Quien busca la gloria de Cristo y no busca la cruz de Cristo,
no busca a Cristo.
San Juan de la Cruz.
Viendo todo lo que Jesucristo ha hecho por mí, yo ahora que hago
por El.
San Ignacio de Loyola.

Vale más una meditación de quince minutos sobre la pasión de


Cristo, que toda una semana de ayuno y oración.
San Ignacio de Loyola.

No hay cosa que encienda tanto el amor a Dios, como la memoria


de la pasión de su Hijo.
San Vicente de Paúl.

La cruz de Cristo es el compás de nuestra vida, y el espejo de


nuestra alma.
San Rosendo.

La obra de Dios nace y crece al pie de la cruz.


San Daniel Comboni.

Sin cruz no tendrás llave para abrir las puertas del cielo.
San Pedro Poveda.

La cruz de Jesús venció el poder del mundo y las pasiones.


San Pío de Pietrelcina.

Sin cruz, no hay unión a Jesús crucificado, ni a Jesús Salvador.


Beato Charles de Foucauld: 

La cruz y las espinas de mi Señor son mi cetro y mi corona.


Santa Isabel de Portugal.

Pon los ojos en el crucificado, y el peso de tus sufrimientos se hará


más liviano.
Santa Teresa de Jesús.

En la cruz está la vida y el consuelo, y ella sola es camino para el


cielo.
Santa Teresa de Jesús.

El único camino para llegar al cielo es la santa cruz de Cristo.


Santa Rosa de Lima.

La muerte de amor que deseo es la de Jesús en la cruz.


Santa Teresita de Lisieux.

La alegría en el cielo por la victoria del amor crucificado no es plena


mientras haya un solo hombre en la tierra que sufra y gima.
Santa Teresita de Lisieux.

La cruz es el regalo que Jesús prepara a las almas que se consagran


todas a El.
Santa Gema Galgani.

Ayudar a Cristo a llevar la cruz proporciona una alegría fuerte y


pura.
Santa Teresa Benedicta de la Cruz.

El camino de la propia santificación es el santo misterio de la cruz.


Madre Maravillas de Jesús.

En la cruz está la suma de toda virtud, y en ella se encuentra la


perfección de la santidad.
Beato Tomás de Kempis.
La Imitación de Cristo.

La cruz de Cristo fortalece al débil y hace humilde al fuerte.


Beato Apor Vilmos.
Obispo Mártir.
Cuando más abrazamos la cruz, más estrechamos a Jesús que está
clavado en ella.
Beato Charles de Foucauld.

La cruz de cada uno es suave si se lleva acompañada con Cristo


Jesús.
P. Luis Bossa.

Nuestro sufrimiento unido a la pasión de Cristo, tiene un poder


inmenso sobre el corazón de Dios.
P. Cristoforo.

La fuerza del cristiano nace en la cruz de Cristo.


Pablo Maurino.
La cruz permanece firme mientras el mundo da vueltas.
Pablo Victoria.

A Jesús lo crucificamos todos nosotros todos los días.


G.K. Chesterton.

En Cristo crucificado reside la verdadera teología y el conocimiento


de Dios.
Martín Lutero.
LAS RELIQUIAS DEL SEÑOR

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Para la Iglesia Católica nuestra fe debe estar centrada en la persona


de Jesucristo, hay que advertir que ninguno de los objetos
relacionados con Él, han sido considerados como 100% auténticos
por las autoridades eclesiásticas; Aunque algunos gocen de gran
popularidad o respaldo histórico, arqueológico y científico. Estas
“reliquias de Cristo” que se encuentran en iglesias, monasterios y
conventos tienen como finalidad ser un instrumento para que el
creyente medite en los aspectos importantes de su vida en la tierra.
Aquí describimos los más sobresalientes:

Según el testimonio de Santa Paula y Santa Silvia en el siglo IV, no


lejos de la ciudad de Tiberíades, los primeros cristianos visitaban
una iglesia en cuyo interior estaba la piedra sobre la que Jesús
colocó los cinco panes y los dos peces para obrar el milagro.
En el Cenáculo o habitación alta de la Ultima Cena en el monte Sión,
se encuentra una piedra que indica el lugar donde Cristo se sentó.

En Roma en la basílica mayor de San Juan de Letrán, se observa un


trozo de la mesa en la que el Señor celebró con los apóstoles la
fiesta de la pascua el Jueves Santo.

El “Santo Grial” o también llamado “Santo Cáliz”, fue la copa


utilizada por el Divino Maestro en la Ultima Cena. Dice la tradición
que San Pedro había llevado el preciosos vaso de Jerusalén a Roma,
entregándole la custodia a la familia de su discípulo San Marcos.
Los pontífices la habían utilizado para celebrar la Eucaristía hasta el
siglo III, cuando San Lorenzo, diácono encargado de los Bienes de
la iglesia, se vio obligado a distribuirlos entre los pobres para evitar
que cayeran en las manos del codicioso emperador Valeriano. El
santo diácono sólo guardó el cáliz, enviándolo a su ciudad natal de
Huesca, en España, con una carta suya escrita poco antes de su
martirio. En Huesca estuvo hasta el año 713, cuando el obispo y los
cristianos de los Pirineos huyeron de la invasión de los moros,
entonces el “Santo Grial” peregrinó por varios lugares hasta llegar al
monasterio de San Juan de la Peña, en Zaragoza; de donde fue
trasladado a Valencia en el año 1424, por el rey don Alfonso “el
magnánimo”, quien lo colocó en una capilla donde se venera hasta
la fecha. El “Santo Cáliz” original es un vaso de ágata de unos 17
centímetros de alto, le fueron añadidos una base de oro y piedras
preciosas, y dos asas al estilo de los cálices de la Edad Media. Esta
es una de las “reliquias de Cristo” que posee mayor y más constante
tradición histórica.

La catedral de Coria, en Extremadura, España, es  conocida por


albergar el que se asume podría ser el mantel utilizado por Jesús y
los Doce Apóstoles en la Última Cena. Estudios recientes han
vinculado, este mantel con la Sábana Santa, explicando que podrían
muy bien haber sido hechos al mismo tiempo, y además usados
juntos en el Cenáculo. Según un investigador, al analizar el Sudario
de Turín, intuyó que debería haber sido, originalmente, no un
sudario sino un mantel. Cuando el equipo de investigación midió el
lienzo del mantel de Coria, comprobó que las dimensiones eran casi
idénticas al que se conserva en el Duomo de Turín. Hay que tener
en cuenta que para los judíos, en las grandes solemnidades, y la
Pascua es la mayor de ellas, era común utilizar dos manteles de
manera ritual, para recordar la travesía por el desierto tras
abandonar Egipto. Se colocaba un primer mantel sobre el que se
depositaban los alimentos y una segunda tela sobre ellos para evitar
que cayera arena o que fueran contaminados por insectos. Los
Evangelios relatan que Jesús murió en torno a las tres de la tarde de
un viernes y debía ser enterrado antes de, aproximadamente, las
seis del mismo día, momento en el que comenzaba el Sabbath (día
festivo para los judíos en el que no se podía realizar ninguna labor
física). En apenas tres horas José de Arimatea tuvo que reclamar el
cuerpo a Pilatos, obtener permiso para enterrarlo, trasladarle hasta
un sepulcro, hacer los preparativos, amortajarlo y sellar la tumba. Lo
razonable es que utilizara los elementos que tuviera a mano, y un
mantel de esas características era perfecto para envolver un cuerpo.

En la basílica del Getsemaní en Jerusalén, en el centro del


presbiterio se halla la roca en la que el Salvador del mundo, se
apoyó para orar con gotas de sangre al Padre Eterno.

Dice una antigua tradición que en el camino del huerto de los Olivos
a la casa de Caifás, se ve hoy en día cerca del puente del río
Cedrón, una piedra de inmensas dimensiones en la que Nuestro
Señor fue empujado por sus captures; dejando impresa en ella sus
rodillas, pies y manos.

En la torre Antonia en Jerusalén se encontraba el tribunal romano


donde Poncio Pilatos condenó a muerte al Hijo del hombre. Aquí en
el atrio fue levantada en los primeros tiempos una basílica, donde se
veneraba una piedra que se dice Jesús había dejado las huellas de
sus pies. La basílica fue destruida en el año 614. También en el
monte de los Olivos dentro de una mezquita se halla una pisada del
pie del Señor antes de regresar al cielo.

Otras pisadas del Mesías se encuentran en una pequeña iglesia


sobre la Vía Apia en Roma. Dice el relato que estas huellas se
remontan al encuentro de Pedro con Jesús, que iba caminando a la
Ciudad Eterna para ser crucificado nuevamente; dándole a entender
con esto al apóstol, que él también sería martirizado.

En la iglesia de Santa Prassede del siglo V, se conserva una columna


de mármol verde blanco de unos sesenta centímetros de altura
procedente de la Ciudad Santa; en la que fue atado y flagelado
Cristo Jesús. Esta reliquia fue llevada a Roma en 1222 por el
cardenal Giovanni Colonna cuando regresaba de la IV cruzada.
La “Scala Sancta” que el Unigénito de Dios subió al pretorio para
entrevistarse con el procurador romano, es de mármol blanco de
veintiocho gradas, algunas con la sangre después de la flagelación.
Fue traslada a Roma en el año 326 por orden del emperador
Constantino, y se encuentra cerca de la basílica de San Juan de
Letrán. Los fieles que van a visitarla suelen subirla de rodillas en
señal de penitencia.

El “Velo de la Verónica” con el que se limpió el rostro del Redentor


camino al Calvario, permaneció hasta el año 1600 en la basílica de
San Pedro del Vaticano. Hoy se conserva en un convento en el
pueblito de Pescar en la región italiana de Abrozzo, y es conocido
como el “rostro santo de Manopepello”. Hay que anotar que según
los análisis científicos los rasgos del rostro de la Verónica coinciden
con el de la Sábana Santa de Turín.

Las más importantes reliquias relacionadas con la pasión del Señor


fueron encontradas por la emperatriz Santa Helena en su viaje de
peregrinación a Tierra Santa hacia el año 326, a la edad de 80 años;
así lo constata el historiador romano Eusebio, y testimonios de San
Cirilo de Jerusalén (+386), y de otros escritores del siglo IV.
La “Túnica Sagrada” es una prenda confeccionada sin costura de
una sola pieza, que mide 1.57 metros de largo por 1.09 de ancho, y
tiene mangas hasta la mitad del brazo; está confeccionada en lino y
lana, y es de un matiz oscuro. Según se creé fue elaborada por la
propia Virgen María. Esta túnica fue la que llevó el Mesías el viernes
Santo, y que fue echada a la suerte de los dados por los soldados
romanos en el Gólgota (Juan 19, 23-24). El Hecho de no haber sido
dividido el “Manto Santo”, fue visto por los Padres de la Iglesia como
un símbolo de la unidad a la que están llamados todos los cristianos
(Juan 10,16; 17, 21). Santa Helena la encontró en Jerusalén y la
donó a la ciudad de Tréveris (Alemania), donde es custodiada
en la Catedral que mandó a edificar su hijo Constantino. Desde el
siglo XVI ha sido expuesta a la veneración pública en varias
ocasiones.

En otra iglesia francesa la de Argentevil, se dice que también tiene


el verdadero “Manto de Cristo”; las huellas de sangre encontradas
en ella son similares a las de la sábana de Turín.

A parte del hallazgo de la “Santa Túnica”, la emperatriz romana


realizó excavaciones cerca del monde Calvario, en donde encontró
las siguientes reliquias:

La “Vera Cruz” fue identificada de las otras dos de los ladrones,


gracias a la prueba que propuso San Macario; la del Hijo de Dios fue
separada después de haber curado a un enfermo, y volver a la vida
a un muerto.

Los restos de la “santa Cruz” (“Lignun Crucis”) fueron distribuidos


principalmente en tres lugares:

o La parte mayor del “Leño Santo” fue dejado en Jerusalén, en la


iglesia del Santo Sepulcro, al cuidado del santo obispo Macario.
En el año 615 el rey persa Cosroes, pagano y enemigo de la
religión católica invadió la tierra santa de Palestina, y ayudado
por los judíos y samaritanos fue desbastando todos los templos
católicos incluyendo la basílica del Santo Sepulcro, y llevándose
la reliquia del “Madero Sagrado”. Constituyéndose en dios, este
monarca persa construyó un trono en una alta torre y se sentó
en él con la cruz a su derecha, denominándose a sí mismo
como “el padre”. El emperador Heraclio de Constantinopla
logró derrotarlo y quitarle la reliquia que se había robado,
devolviéndola nuevamente a la Ciudad Santa. El 14 de
septiembre de 630, la cruz fue restituida a Jerusalén.
o Otra parte de la “Santa Cruz” fue colocada por la emperatriz
dentro de una gran estatua de plata, que representaba a su
hijo Constantino, para que, colocada sobre una altísima
columna del pórfido de Constantinopla, se viera en toda la
ciudad.
o La última parte del “Santo Madero” fue mandado a Roma en el
año 325. El mismo emperador Constantino, construyó en su
honor la basílica mayor de la “Santa Cruz de Jerusalén”.
o Otros trozos fueron regalados a través de los tiempos por los
papas a diversas iglesias del mundo, como a la catedral de
París y otras iglesias francesas.
o En una capilla dentro del Vaticano se encuentran tres astillas.
o El Papa San Gregorio Magno (590 –604), obsequió un pedazo
al rey visigodo español Recaredo.
o En España se afirma que se encuentra el mayor fragmento del
Lignum Crucis en la actualidad, en la iglesia del monasterio
de Santo Toribio de Liébana, en la provincia norteña de
Santander. La tradición asegura que fue traído de Jerusalén en
el siglo V por el mismo santo para protegerla de la invasión
árabe, quien era obispo de Astorga, y contemporáneo del papa
San León I el grande (440 –446).
o De la misma Ciudad Santa el emperador Heraclio (610 –641),
tras su triunfo sobre los persas, trasladó otro tanto a
Constantinopla (Turquía).
El “Letrero de INRI” que mandó a colocar Poncio Pilatos se halla en
la basílica de la Santa Cruz, y es un fragmento de color tabaco y
comido por la carcoma; en donde todavía se puede leer las palabras
latinas “NAZARENUS Y JUDEORUM”.

La “Corona de Espinas” que pusieron sobre la cabeza de Nuestro


Señor, se conserva algunas astillas; tres se encuentran en la basílica
de la Santa Cruz. Otras espinas se guardan en la catedral de Notre
Dame en París; y son exhibidas el Viernes Santo. En la Catedral de
Tréveris también hay espinas y un clavo de la cruz de Cristo.

Otros “Clavos de la Crucifixión” están distribuidos de la siguiente


manera:

 Uno en la basílica de la Santa Cruz, y tiene unos diez


centímetros de largo con una punta cuadrada de un
centímetro.
 El segundo clavo se halla en la corona que era utilizada por los
reyes de Italia, y fue regalada a la catedral de Milán (Italia).
 El último está en el asta de una de las “Lanzas de San
Longinos”.

Otras reliquias relacionadas con la muerte y resurrección del Verbo


de Dios, y que no son atribuidas a Santa Helena; son las siguientes:

La esponja con que le dieron de beber vinagre al Señor, se halla en


la Basílica de San Juan de Letrán.

La “Lanza de San Longinos”, quien fue el centurión romano que le


atravesó el costado de Cristo, después de haber muerto en la cruz.
Se encuentran cuatro lanzas que pueden ser la verdadera:

 Una se halla en San Pedro del Vaticano, esta fue encontrada en


1098 por los cruzados en Antioquia, luego fue regalada por el
sultán Beyazil II al papa Inocencio VIII en 1492; cuando
Jerusalén era ocupada por los musulmanes.
 Otra fue llevada en tiempos de las cruzadas y se conserva en la
iglesia de Saint Chapelle de París; a la que el papa Benedicto
XIV (1740 –1758), calificó como auténtica.
 La tercera se venera en una iglesia de Cracovia (Polonia).
 La última que tenía en su asta un clavo de la crucifixión,
permanecía en el museo de Hofborg, en Austria. Se dice que
esta lanza fue un talismán poderoso para Constantino el
Grande, para el rey franco Carlos Martel, que expulsó de
Francia a los árabes en el siglo VIII, para Carlomagno y para
el emperador romano Federico Barbaroja. Según la leyenda
todos los que la había poseído resultaban victoriosos.
Posteriormente, Adolfo Hitler la trasladó a Nuremberg, donde
fue colocada en una iglesia que ordenó convertir en un
santuario nazi. Después de terminar la II Guerra Mundial, la
preciada lanza fue devuelta nuevamente al museo de Hofborg.

Dentro de la basílica del Santo Sepulcro en la Ciudad de Dios, se


conserva la llamada “Piedra de la Unción”. Este es el lugar donde
Nicodemo y José de Arimatea embalsamaron con mirra y aloe el
cuerpo de Cristo, antes de darle sepultura.

La “Sábana Santa” es la tela con que fue envuelto el cuerpo del


Señor al ser bajado de la cruz. En el lienzo se observa todas las
huellas de la crucifixión, que quedaron impresas según algunos
científicos, por el calor del cuerpo en el momento de la resurrección.
El “Santo Sudario” como también se le conoce, es una pieza de lino
de 1.10 metros de ancho con 4.30 de largo; fue conservada al
parecer por el apóstol Pedro (Lucas 24,12). En la actualidad está
guardado en un relicario de plata en la catedral de Turín (Italia). Es
la “reliquia de Cristo” que ha sido mayormente analizada por la
ciencia moderna.
El “Sudario de Oviedo” es un paño pequeño que cubrió el rostro del
Mesías, según la costumbre judía de enterrar a sus muertos. Fue
hallado por San Pedro y San Juan en la tumba vacía (Juan 20, 7).
El “Sudario de Oviedo” se conserva en la catedral de esta ciudad
española desde el siglo VIII, fue sacado de Jerusalén en el año 614,
después del ataque de los persas. Curiosamente, muestras de
laboratorio han comparado manchas de sangre iguales al rostro de
las Sábana Santa.

En Nazaret hay una capilla donde se venera un enorme bloque


calcáreo que la tradición ha llamado la “mesa de Cristo”, se tiene
por seguro que en esa piedra comió el Señor con sus discípulos
después de la resurrección.
LA SÁBANA SANTA DE TURÍN

AUTOR. GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. RECUENTO HISTÓRICO

Según una antigua tradición proveniente de la iglesia naciente, el


apóstol Pedro conservó el lienzo (síndon en griego) con que fue
envuelto el cuerpo de Jesús, después de haber sido bajado de la
cruz, y que él mismo encontró en el sepulcro vacío el domingo de
resurrección. (Lucas 24,12). San Cirilo de Jerusalén y San Gregorio
Naciaceno, del siglo III, Juan, patriarca de Constantinopla y San
Germán, obispo de París del siglo IV, San Leandro de Sevilla del
siglo VI, o Beda del siglo VIII; relataban que el “lienzo de Cristo”
existía. La primera ciudad donde fue expuesto fue en Edesa (hoy
Urfa), edificada entre la Anatolia y Persia. En un manuscrito del siglo
VI se cuenta que el rey Ukhamm (9-46 d.C.), al saber que en
Jerusalén un gran profeta había sido crucificado, logró obtener la
“efigie” del santo, milagrosamente estampada sobre un lienzo de
lino. Fue además Edesa el primer estado del mundo en adoptar el
cristianismo. Posteriormente, el papa Gregorio II, en el año 726,
habla de un sudario con una imagen que no estaba elaborada por
la mano del hombre, y en el año 769, en el sínodo de Letrán se
nombra la imagen milagrosa, aunque no se menciona las marcas del
cuerpo, porque al parecer se encontraba doblado.
Seguidamente, la reliquia fue llevada a Constantinopla (hoy
Estambul) en Turquía, capital del nuevo imperio romano, en el año
994; y fue exhibida en la basílica de Santa María del Faro. Allí
permaneció hasta la cuarta cruzada, cuando la ciudad fue saqueada
por los franceses, en el año 1203. En Europa el lienzo estuvo
primero en poder de los templarios, hasta 1307; luego pasó a
manos del duque Geoffroy de Charny, quien lo expuso en la iglesia
de Lirey. Después fue llevada a Turín en 1578, a la casa de los
Saboya, desde entonces ha permanecido bajo la custodia de la
arquidiócesis de Turín, en la capilla real de la catedral de San Juan
Bautista.
II. LA SÁBANA SANTA Y LA CIENCIA MODERNA

En el año 1898, el abogado turinés Secondo Pía, reveló una serie de


placas fotográficas del manto, en las que en sus negativos refleja la
Imagen de un hombre cubierto de heridas, y con la misma
fisonomía que se le atribuye al Hijo de Dios. Del mismo modo, En
diferentes períodos del siglo XX se hicieron estudios al santo sudario
que mide 4,36 metros de largo y 1,10 de ancho. En total se han
tomado más de 32.000 fotografías y más de 1.000 exámenes
científicos. En julio del 2002 el lino fue sometido a una rigurosa
limpieza para quitarle el polvo acumulado por siglos, el sudario se
cosió a una nueva tela esterilizada, los restos retirados fueron
clasificados y guardados; además se tomaron imágenes a través de
un escáner y se elaboró un mapa digital completo de la reliquia, que
se conserva en argón, gas inerte que impide un proceso de
oxidación.

En 1988, las universidades de Arizona, Oxford y de Zurich


sometieron un mismo pedazo del lino a la prueba de radiocarbono
14 (con una fiabilidad del 67%), para determinar su antigüedad,
que fue situada entre los siglos XIII y XIV de nuestra era. Se creyó
que la pieza era una falsificación de la Edad Media; sin embargo, en
1992 el sabio ruso Dimitri Kouznetsou demostró que la sábana de
Turín es mucho más antigua. Argumentó que el incendio en 1532
provocó una especie de rejuvenecimiento, por las altas temperaturas
que sufrió el lino mientras se encontraba guardado en un relicario
de plata, en la catedral francesa de Chambery. Los daños del tejido
fueron remendados por las monjas clarisas de este templo en 1534.
Incluso, los resultados obtenidos por los rayos X, han demostrado
que este manto rectangular, corresponde a un tejido a mano de tipo
“espina de pescado”, utilizado en Egipto y en Palestina desde el siglo
III a.C. Su material era de hilo de algodón de tipo “herbaceum”,
cultivado sólo en el Cercano Oriente.

En el 2004, la doctora suiza, Mechthild Flury- Lemberg, experta en la


historia de los tejidos, aseguró que “el lienzo era auténtico”. Otra
prueba para demostrar su autenticidad, está en las inscripciones en
letras mayúsculas que a simple vista no se pueden verse,
encontradas en varias partes del lienzo. Las palabras estaban
escritas en griego, latín y hebreo; una de ellas dice IN NECEM que
podría significar “vas a morir”, otros textos son: IHEOY “Jesús” en
griego, y NAZAPHNO, término que puede traducirse como
“Nazareno”. Igualmente, dos científicos italianos descubrieron que la
imagen del rostro se ve igual en la parte de atrás del sudario, lo que
hace difícil cualquier falsificación.

Se logró por computadora una imagen del hombre en tres


dimensiones, en caso de que el lienzo hubiera sido una simple
pintura, habría producido una impronta plana, distorsionada y sin
estética. En la sábana sólo se distinguen dos colores: un
suave sepia en la forma del cuerpo y un marrón oscuro
proveniente de las manchas de sangre. La figura que
aparece por ambos lados del lino es una combinación de sombras
oscuras y claras. Algunas penetran levemente en la pieza, mientras
otras ni siquiera fueron tocadas. Se tomaron muestras de 37 lugares
distintos del tejido, pero no se pudo extraer ningún tipo de colorante
artificial; en cambio las manchas de sangre son fluorescentes, Al
igual que los remiendo de las quemaduras.

Se recogieron además fragmentos de polvo, hongos, esporas, y


polen de 28 especies distintas, algunas correspondían a 20 clases de
plantas muy antiguas, de las 59 encontradas en su totalidad. Unas
procedían de pinos silvestres que sólo florecían en las llanuras de
Siria y de Palestina, otras eran de la región del Mar Negro y algunas
más recientes de Francia e Italia. Algunos investigadores judíos de
la Universidad Hebrea de Jerusalén, como Uri Baruh, concluyan que
la Sábana estuvo en Jerusalén: en primavera y hace
aproximadamente 2000 años.

Del polvo encontrado en el sudario, se hicieron muestras


comparativas con las halladas en el museo arqueológico de Turín, y
se extrajeron muestras de partículas de polvo de momia y tejido
funerario del Valle de los reyes, que datan del año 1100 a.C. Se
comprobó que ambos tejidos contenían una importante cantidad de
sal refinada y de excelente calidad, proveniente de las deltas del
Nilo.
III. LAS MARCAS DE LA CRUCIFIXIÓN

El santo sudario ha sido llamado como el “quinto evangelio”, debido


a la gran información que contiene sobre la pasión del Señor. Los
científicos dedujeron que el hombre del lienzo debió de medir 1.80
metros de altura y pesar 80 kilogramos, sus cabellos son largos y
recogidos en una trenza. El rostro refleja una fisonomía serena y
llena de dignidad; pese a mostrar visibles muestras de tortura. Tiene
los ojos cerrados, la nariz fracturada, el pómulo derecho y el labio
superior hinchados por fuertes golpes ocasionados con una vara. En
la frente y alrededor de la cabeza hay 30 heridas, estas fueron
hechas por una corona de espinas largas y afiladas, provenientes
de arbustos que florecen en el Mediterráneo. Aunque la ley romana
determinara que al condenado a la crucifixión recibiera 39 azotes,
en el cuerpo de la sábana quedaron señales de unas 120 marcas
producidas por un látigo romano (“flagrum taxilatum”), de dos
correas con puntas de hueso o plomo llamados “taxil” que se
clavaban en la carne, de ellas brotó sangre y suero.
También se hicieron estudios comparativos por medio de fotografías
infrarrojas con el “manto Sacro” o vestido blanco que se conserva
en la iglesia francesa de Argentelvil, en el que se cree fue el que
llevó Jesús hasta la cruz; se descubrieron manchas de sangre, en los
mismos lugares de las heridas del ajusticiado del sudario. Otras
heridas en el omóplato izquierdo y el hombre derecho producidas
por un gran peso. Se halló manchas de sangre hechas por un clavo
que le atravesó la muñeca izquierda, y una lesión en la rodilla
izquierda a consecuencias de varias caídas. Marcas de una cuerda
que le sujetaban las piernas, y en el centro del pie derecho una
herida del clavo que fue empleado para fijar ambos pies. Hay una
similitud de acuerdo a la trayectoria que produciría los clavos de la
crucifixión, traídos a Roma en el año 325 por la emperatriz Santa
Elena, y que están en la basílica de la Santa Cruz. La herida del
costado derecho fue provocada por una lanza de hoja afilada, que
penetró entre la quinta y la sexta costilla e hizo manar sangre y
líquido del pericardio. El”espectro” identificó que la sangre humana
del lino era muy antigua y pertenecía al tipo AB. Hay que tener en
cuenta que un 16 % de la población semítica o hebrea posee este
tipo de sangre. Un detalle importante es que en la sangre aparece
una gran cantidad de bilirrubina, y eso se da porque la muerte de
este hombre llegó después de una terrible tortura antes de morir.
IV. COMPARACIÓN CON OTRAS RELIQUIAS

Del rostro de la sábana se lograron varios descubrimientos, pues se


comparó con el velo de la Verónica, que es el paño con el que fue
enjugada la cara del Mesías camino al calvario, y que se conserva en
una iglesia italiana, ambos son iguales. Asimismo, se hallaron 130
Marcas de sangre idénticas con el sudario que se conserva en
Oviedo (España); que es un pequeño paño que cubrió el rostro del
Señor, y que fue hallado también por San Pedro en la tumba
vacía (Juan 20,7). El manto se encuentra en la catedral de Oviedo
desde el siglo XII, y según las crónicas, fue sacado de Jerusalén en
el año 614, cuando la Ciudad Santa fue arrasada por los persas. En
las fotografías tomadas a gran escala sobre los ojos de la víctima, se
encontraron las marcas de dos monedas sobre los párpados, lo que
concuerda con la antigua costumbre hebrea. La moneda del lado
derecho pertenece al procurador Poncio Pilatos, acuñada entre los
años 22 al 32 d.C. La del lado izquierdo es del emperador Tiberio
César, del año 29 d.C.
V. ASOMBROSO DESCUBRIMIENTO

Los médicos forenses explicaron que la muerte de aquel condenado


debió de haber llegado después de una terrible agonía de varias
horas. El cadáver fue cubierto con una gran cantidad de mirra y
áloe, sustancias utilizadas en el rito fúnebre judío; estos
componentes han sido identificados en todo el lienzo. Los
expertos han concluido que la imagen pudo haberse formado
por un fuerte resplandor de energía, producto del calor del cuerpo
de Cristo en el momento de la resurrección.
Del mismo modo, no se observa muestras de putrefacción lo cual
hace suponer que el cadavér no pasó más de tres días que es
cuando termina la llamada “rigidez mortuoria” (Comparar con
Hechos 2,31).

EL VELO DE LA VERÓNICA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS

Del velo con el que la Verónica le enjugó el rostro sudoroso y


ensangrentado de Cristo, cuando caminaba con la cruz a cuestas
camino del Calvario; se estima que existen en todo el mundo al
menos 20 santuarios que dicen ser el custodio de esta reliquia. De
hecho su proliferación era tanta que el papa Urbano VIII (1623-
1644) hizo desaparecer otras copias del sudario del Señor. Sin
embargo, en un pequeño pueblo italiano llamado Manoppello, en los
Abruzos, de los montes Apeninos, a unos 200 kilómetros de Roma,
se encuentra una iglesia que guarda al parecer la verdadera reliquia
del “Manto de la Verónica”, conocida antiguamente como “la madre
de todas los iconos”, su cuidado está confiada a los Frailes Menores
Capuchinos. La Santa Faz de color marrón, es un lienzo de “lino
fino”, de 17x24 centímetros. El padre jesuita alemán, Heinrich
Pfeiffers, profesor de iconografía e historia del arte cristiano en la
Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, ha estudiado durante
más de una década este manto, y ha sido el primer científico en
asegurar que se trata del auténtico Velo de la Verónica que antes se
custodiaba en el Vaticano.

En el libro apócrifo de los Hechos de Pilato (siglo VI), se habla de


una piadosa mujer que le secó la cara al Señor en el Vía Crucis. La
tradición la nombra como “Sefarina” o “Berenice”, y la identifican
con la hemorroisa que fue curada de su enfermedad al tocar el
borde del vestido del Señor. El título de Verónica sería una alusión al
“Sagrado Rostro”. Las palabras: Vero (latín=verdadero), E icono
(griego=imagen) quiere decir “Verdadera Imagen”. En el mismo
texto se narra de como Tiberio César aquejado de una grave
enfermedad manda a un emisario suyo de nombre Volusiano para
traer ante su presencia a un médico judío llamado Jesús, que curaba
con su sola palabra. Cuando Poncio Pilatos le cuenta sobre su
ajusticiamiento, Volusiano se contacta con la Verónica, quien le
relata de que manera el Señor había dejado impresa su divino rostro
en un manto de su propiedad. Ambos se embarcan hasta Roma con
la preciada reliquia, y cuando es mostrada ante el augusto
emperador, éste al igual que muchos otros enfermos se cura de sus
dolencias. Es de anotar, que esta piadosa tradición cristiana ya era
conocida en el siglo IV.

Históricamente sobre la permanecía de la Santa Imagen de la


Verónica en la Ciudad Eterna, se tiene noticias en el año 1300, con
motivo del primer año santo de los anales de la Iglesia Católica. En
esa ocasión dicho lienzo se convirtió en una de las “Maravillas de
Roma” para los peregrinos que pudieron visitar la Basílica de San
Pedro en el Vaticano. El rastro de esta reliquia se perdió en los años
sucesivos al año santo de 1600, cuando el manto fue hallado en
Manopppello. Según estudios de la época se creé que en 1608,
durante la restauración de la Basílica Mayor, realizada por el papa
Pablo V, se derribó la capilla en la que se custodiaba y es probable
que en esa ocasión fuera robada la Tela Santa. En 1618, el
archivista del Vaticano Giacomo Grimaldi hizo una lista de los
objetos de la antigua Basílica, en la que habla del relicario que
custodiaba el sudario, especificando que los cristales estaban rotos.
El padre Pfeiffer explica que en el velo de Manoppello, en el margen
inferior, se puede ver todavía un pequeño fragmento de cristal del
anterior relicario, lo que demostraría su procedencia del Vaticano.

Según la “Relación Histórica”, escrita en 1646 por el sacerdote


capuchino Donato da Bomba, en 1608 una señora, Marzia Leonelli,
para sacar a su esposo de la cárcel, vendió por 400 escudos el Velo
de la Verónica (que había recibido como dote), a Donato Antonio de
Fabritiis. Dado que la reliquia no se encontraba en buenas
condiciones, de Fabritiis la entregó en 1638 a los padres capuchinos
de Manoppello. Fray Remigio da Rapino recortó los bordes del
sudario y lo coloco entre dos marcos de madera de nogal. Los
marcos y los cristales son los que todavía hoy conservan el velo en
este santuario.

Por otra parte, el profesor Donato Vittori, de la Universidad de Bari,


hizo un examen del manto en 1997 con rayos ultravioleta,
descubriendo la inexistencia de pintura sobre el lienzo. A través de
sofisticadas técnicas fotográficas digitales, se ha podido constatar
que la imagen es idéntica en ambos lados del velo, como si fuera
una diapositiva, vista de lejos es completamente invisible. La
iconógrafa y religiosa alemana, Blandina Pascalis Schloemer, ha
demostrado que la imagen de la Sábana Santa de la Catedral de
Turín (Italia) se sobrepone perfectamente al Santo Rostro de
Manoppello con más de diez puntos de referencia, como: los mismos
rasgos somáticos, el rostro oval ligeramente redondo asimétrico,
cabellera larga, un mechón de cabellos sobre la frente, la boca
ligeramente abierta, la mirada dirigida hacia arriba. En suma: la
misma iconografía de Cristo Jesús que influyó en la Iglesia de
Oriente. Igualmente, el padre Pfeiffer ha recogido las principales
obras artísticas de la historia del cristianismo que se inspiran en el
velo de la Verónica, desde los murales en las catacumbas romanas
del siglo IV, hasta que Pablo V prohibiera su reproducción, tras el
probable robo en el Vaticano, y todas parecen tener por modelo la
reliquia de Manoppello.

Del mismo modo, el sudario presenta las típicas características de la


pasión del Redentor descripta en los evangelios, como: la cara
golpeada, la frente ensangrentada, la nariz contusa y una mejilla
hinchada (Juan 18,22; Marcos 15,17; Mateo 27,30). En la actualidad
el “Lienzo de la Verónica” se encuentra exhibido en un altar,
acompañado con un juego de luces que hace que el Rostro Santo
adquiera diferentes expresiones.
EL SANTO SUDARIO DE OVIEDO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS

Hay una reliquia relacionada con la Pasión de Jesús, conocida como


el “Sudario de Oviedo”, paño pequeño que según la tradición, cubrió
su rostro y que fue hallado por San Pedro y San Juan en la tumba
vacía (Juan 20,7). Este lienzo se encuentra desde el siglo VII en la
catedral de esta ciudad española, y según las crónicas, fue sacada
de Jerusalén en el año 614, cuando la Ciudad Santa fue atacada por
los persas. Varios investigadores entre los que se encuentran
catedráticos y profesores de prestigio internacional, además de unos
treinta científicos especialistas en física, química y diversas ramas de
la medicina, han estudiado el Manto de Oviedo. A simple vista lo
único que se observa en la tela es un conjunto de orificios y
manchas que no guardan una forma determinada. Sin embargo, los
análisis revelaron que éstas eran manchas de sangre humana, y
más concretamente de la sangre de un cadáver.

Se sabe que tras la muerte del individuo la cabeza quedó péndula,


fuertemente flexible sobre la barbilla e inclinada a la derecha. Una
de las manchas impregnadas en el sudario, muestra que éste fue
colocado sobre la cabeza cuando aún permanecía en posición
vertical, es decir, cuando el crucificado se encontraba todavía en la
cruz. Tras el descendimiento y la acomodación de los brazos al
pecho, la caja toráxica volvió a su posición normal. En este
momento el edema pulmonar, toda una serie de líquidos que se
estancan en los pulmones, debió fluir hacia el exterior por la boca y
la nariz, impregnando la barba, el bigote y una parta de la tela.
Estos efectos son normales en la fase “postmortem” de las personas
muertas por crucifixión.
Otro tipo de manchas se produjeron al colocar el cadáver sobre su
costado derecho, impregnando algunas partes del rostro con la nariz
y la frente. El resto de las manchas se produjeron en el traslado
hasta la tumba con la salida de más líquido al exterior. Después
estos descubrimientos, el equipo investigador realizó unas
aproximaciones entre la reliquia de Oviedo y la Sábana Santa de
Turín. Expertos en fotografía han informado que se hallaron 130
muestras de sangre que son idénticas en ambos mantos, como por
ejemplo los orificios de las heridas producidas por la corana de
espinas. Según, ellos, esto indica que ambos lienzos habían tocado
la cabeza de la misma persona. Del mismo modo, se detectó el
mismo tipo de sangre (AB) en ambos sudarios.

Del mismo modo, tanto en la Sábana de Turín como en el sudario de


Oviedo se ha descubierto más recientemente restos microscópicos
de un mismo tipo de polen, que formaba parte de los ingredientes
de un valiosísimo bálsamo usado en el siglo I por los judíos para
ungir los cadáveres de sus difuntos. La investigación se llevó a cabo
con un microscopio de última generación. Según los evangelios, se
utilizó una cantidad importante y costosa de mirra y óleo para
amortajar el cuerpo de Jesucristo.
CUANDO NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO ES OBJETO
DE OFENSA

“Sin causa me aborrecieron”.


(Juan 15,25).

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO TEOLÓGICO Y BÍBLICO

Jesucristo ha sido el único personaje en toda la historia de la


humanidad que declaró abiertamente y sin vacilación alguna ser el
“Hijo de Dios” (Mateo 26,62-64; Juan 18,33-37). Es más, de la vida
de ninguno de los más notables “Maestros Espirituales” como
fueron: “Buda”, “Krishna”, “Zoroastros”, “Mazda”, “Confucio”,
“Mahoma” o “Ghandi”; se han escrito profecías con más de mil años
de antigüedad, y que se hayan cumplido; como sí ocurrió en la
persona de Cristo Jesús (Lucas 24, 27; Hechos 3, 17-24).

Cuando el arcángel San Gabriel le anuncia a María que Ella había


sido escogida por el Todopoderoso para ser la Madre de su “Único
Hijo”, le dice:“Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios
altísimo, y Dios el Señor lo hará rey, como a su antepasado David,
para que reine por siempre en la nación de Israel. Su reinado no
tendrá fin”. (Lucas 1,32-33). Por esta razón, en el libro de las
Revelaciones (o Apocalipsis) se le llama como el “Rey de reyes y
Señor de señores” (19,16). Del mismo modo, en las Sagradas
Escrituras encontramos preciosísimos himnos litúrgicos en su honor
(Véanse al respecto Isaías 53, 1-12; Filipenses 2,5-11; Colosenses
1,15-20; 1 Timoteo 3,16; Hebreos 1,1-13; 1 Pedro 2, 22-24;
Apocalipsis 5,11-12).

No obstante, en la misma Santa Biblia nos describe algunas


profecías y acontecimientos que demuestra como también el “Verbo
de Dios” iba a hacer el centro de burlas, insultos y maltrato físico;
como por ejemplo:
“Pero yo no soy un hombre, sino un gusano; ¡soy el hazmerreír de la
gente! Los que me ven, se burlan de mí; me hacen muecas.” (Salmo
22,6-7).

“Ofrecí mis espaldas para que me azotara y dejé que me arrancaran


la barba. No retiré mi cara de los que me insultaban y escupían”.
(Isaías 50, 6).
“Algunos comenzaron a escupirle, y a taparle los ojos y golpearlo,
diciéndole: -¡Adivina quién te pegó! Y los guardianes del templo le
pegaron en la cara”. (Marcos 14, 65).

“Entonces Herodes y sus soldados lo trataron con desprecio, y para


burlarse de él lo vistieron con ropas lujosas, como de rey”. (Lucas
23,11).

“Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al palacio y reunieron


toda la tropa alrededor de él. Le quitaron su ropa, lo vistieron con
una capa roja. Y le pusieron en la cabeza una corona tejida de
espinas y una vara en la mano derecha. Luego se arrodillaron
delante de él, y burlándose le decían: -¡Viva el Rey de los judíos!
También le escupían, y con la misma vara le golpeaban la cabeza.
Después de burlarse así de él, le quitaron la capa roja, le pusieron
su propia ropa y se lo llevaron para crucificarlo”. (Mateo 27,27-31).

“Los que pasaban lo insultaban, meneando la cabeza y diciendo: -


¡Tú, que derribas el templo y en tres días lo vuelves a levantar,
sálvate a ti mismo! ¡Si eres Hijo de Dios, bájate de la cruz! De la
misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes y los
maestros de la ley, junto con los ancianos. Decían: -Salvó a otros,
pero a sí mismo no puede salvarse. Es Rey de Israel: ¡pues que baje
de la cruz, y creeremos en él! Ha puesto su confianza en Dios: ¡pues
que Dios lo salve ahora, si de veras le quiere! ¿No nos ha dicho que
es Hijo de Dios? Y hasta los bandidos que estaban crucificados con
él, lo insultaban”. (Mateo 27,39-44).
“Los soldados también se burlaban de Jesús. Se acercaban y le
daban a beber vino agrio, diciéndole: -¡Si tú eres el Rey de los
judíos, sálvate a ti mismo!”. (Lucas 23,36-37).

II. JESÚS EN LA ERA MODERNA

Desde mediado del siglo pasado hasta nuestros días se han


multiplicado las representaciones del Salvador del Mundo en
diversas formas satíricas, grotescas, tergiversadas, hasta llegar a la
blasfemia (Mateo 10,33; Lucas 12,9). Ante esta afrenta contra el
Divino Maestro, la Iglesia Católica a través de sus jerarcas
eclesiásticos, las comunidades religiosas, los movimientos laicales y
seglares del común, han tratado de evitar tal mal; bien sea por
medio de demandas legales ante los tribunales judiciales, protestas
en los medios de comunicación, o campañas y marchas de
desagravio.

A continuación haremos una lista de lo dicho anteriormente, tocando


varios puntos:

A. EL TEATRO:

La obra “El Quinto Evangelio” del director Andrés Rodríguez (1992),


tiene como escenario una plaza pública que recrea el centro donde
se congrega el pueblo judío para pedir la muerte de Cristo. El mismo
Señor aparece acompañado de la esposa de Poncio Pilatos, Claudia
Procula, quien en el montaje figura como su amante, y de
Nicodemus. En un nivel superior se recrea unos baños públicos
donde los cuatro evangelistas (Mateo, Marcos, Lucas y Juan),
discuten si deben divulgar que su Maestro no murió en la cruz, sino
que fue salvado por Nicodemus y Claudia Procula. En la entrada de
la sala el gobernador romano decide que debe morir al notar el
interés excesivo de su esposa por él.
La obra “Corpus Chisti”, del dramaturgo Terrence McNally (1998),
presenta a un Jesucristo homosexual, llamado Joshua, que se
encuentra rodeado por apóstoles con su misma tendencia sexual.

B. EL CINE:

La cinta “Los Amores de Jesucristo” del director Joergen Thorsen


(1973), es un filme pornográfico que muestra entre otras escenas a
Jesús que va desnudo, en motocicleta, a una cita con María
Magdalena, con la que sostiene efusivos actos sexuales.

La película “La Última Tentación de Cristo” del director Martín


Scorsese (1988), representa a Cristo Jesús como:

- El hijo de un carpintero que se dedica a hacer cruces a los


romanos para que crucifiquen a los judíos condenados.
- Vence las tentaciones del desierto, pero no otras. Antes de
casarse con María Magdalena tiene con ella relaciones sexuales
en un burdel.
- Es una persona débil y vacilante, que no sabe si decidirse por
los romanos o por los de su pueblo.
- No tiene una visión clara de quién es ni para qué está en el
Mundo. Ni siquiera en vísperas de su pasión está seguro de si
predicar amor o asesinar a los opresores extranjeros.
- Sólo en una forma lenta se va dando cuenta que él es el
Mesías. Se pone en su boca frases como: “Yo soy un
mentiroso”, “yo soy un hipócrita”, “me da miedo todo”, “Lucifer
está dentro de mí”.
- La resurrección de su amigo Lázaro es algo que le extraña
hasta el mismo.
- Tomando barro y piedras dice: “esto también es mi cuerpo”.
- Judas aparece como un héroe, es el más fuerte y mejor de los
apóstoles. No fue un traidor. Es Jesús quien lo convence con
ruegos para que lo entregue, a fin de cumplir el plan de Dios.
- En la cruz experimenta una alucinación con muchos hijos, y
renuncia a su misión de Redentor.
- Su muerte no es por los pecados de la humanidad, sino que
con ella pagó sus propias culpas.
- No resucitó verdaderamente. Este hecho es un invento de
Pablo quien es el verdadero fundador del cristianismo.

C. LA TELEVISIÓN:

En el año 2001 la BBC de Londres dio a conocer la serie “Hijo de


Dios”, en donde expertos de la Universidad de Manchester
(Inglaterra), reconstruyeron a partir del cráneo de un campesino
judío, hallado en un cementerio del siglo I en Israel, el supuesto
rostro de un Jesús muy diferente a su representación tradicional, ya
que este tenía tez morena, cara ancha, pelo corto y barba recortada.
La imagen era más parecida a un hombre de la época de la
prehistoria.

En diciembre del 2006 en Estados Unidos aparece el corto “El


Espíritu de la Navidad”, donde presenta una pelea a puñetazos entre
Jesús y Santa Claus.

En el año 2007, antes de la Semana Santa, se transmitió a nivel


mundial un documental de Discovery Chanel, titulado “El sepulcro
olvidado de Jesús”, del director James Cameron. La producción
mostró un sarcófago judío descubierto en 1980 en Talpiot, un barrio
de Jerusalén (Israel), donde dijeron haber encontrado diez osarios
de piedra caliza, que contenían entre otros los restos de Cristo al
lado de los de María Magdalena, del hijo de ambos de nombre
Judas, María, la madre del profeta, y un pariente de estos llamado
Matías. El especial televisivo ponía en entredicho los pilares
principales del cristianismo: el celibato de Jesucristo y su
resurrección.

D. LA LITERATURA:
En la Cuaresma de 2006 el sacerdote Rainero Cantalamessa dijo
frente al Papa Benedicto XVI y el colegio cardenalicio que “Cristo
todavía es vendido, pero ya no por 30 monedas. Los editores (lo
comercializan) por miles de millones”. Con lo que hacia referencia el
predicador de la Casa Pontificia, al éxito editorial de la polémica
novela “El Código Da Vinci”, del escritor norteamericano Dan Brown.
Esto unido a la publicación de los libros apócrifos como: “El
Evangelio de Judas”, el de “Tomás”, el de “Felipe”, el “Papiro
Magdalena”, la colección de los textos gnósticos de “Nag Hammadi”
(todos del siglo II al III), y una serie de obras pseudo- teológicas
que contradicen la verdad sobre “Jesús de Nazaret”, que se
encuentra condensada en los evangelios (Marcos 1,1; Lucas 1.1-4).
Entre las principales incoherencias tenemos:

- No es el Hijo de Dios.
- Fue un simple maestro (o rabí) judío.
- Fue un extraterrestre.
- No fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, sino por
la unión marital de José con María.
- Su infancia y adolescencia la pasó en Egipto aprendiendo la
magia y las ciencias ocultas.
- De joven estuvo en la India y se le conocía como Issa, allí
descubrió las enseñanzas de los textos sagrados Vedas.
- En su juventud huyó al Tibet, donde profundizó la doctrina del
budismo.
- Fue educado por la comunidad esenia del Qumrán, a orillas del
Mar Muerto.
- No fue el Mesías esperado por el pueblo hebreo.
- Fue un gnóstico (o iniciado).
- El Santo Grial no es la copa utilizada por Cristo y los apóstoles
en la Ultima Cena, sino el linaje que proviene de Jesús con
María Magdalena. Además, no murió en la cruz, ya que
mientras se encontraba colgado le dieron de beber posca, una
bebida analgésica y vinagrada muy popular en Palestina,
provocándole un estado de muerte aparente. El supuesto
cadáver que no alcanzó a permanecer ni siquiera un día en el
madero, fue reanimado una vez que estuvo en el sepulcro.
Después escapó al sur de Francia con su mujer, dando origen a
la dinastía de los merovingios, y que continúa hasta nuestros
días en el priorato de Sión.
- Sobrevivió a la crucifixión al ser bajado por José de Arimatea.
Salió de Jerusalén con su madre María y el apóstol Tomás
hacia la India, buscando las diez tribus perdidas de Israel. En el
camino murió su madre, y en la región de Cachemira tuvo un
hijo con una mujer llamada Marjan. Llegó hasta la ancianidad y
fue enterrado por su discípulo en la ciudad de Srinagar.

E. LA PINTURA Y LA FOTOGRAFÍA:

En febrero de 2001, el artista Renée Cox exhibió en el Museo de


Brookyln de Nueva York, la imagen de una mujer de raza negra con
el torso desnudo, que representaba a Cristo en la institución de la
Eucaristía el Jueves Santo. La obra se titulaba: “La Ultima Cena de
Mamá”.

En marzo del 2005, la marca de ropa francesa Marithé y Francois


Girbaud imprimió en varios países de Europa, un cartel publicitario
de mujeres simulando a Jesucristo y los apóstoles en la “Ultima
Cena”. El afiche muestra a mujeres vestidas con ropa chic sentadas
en una mesa en la misma postura del famoso cuadro de Leonardo
Da Vinci, quien lo terminó de pintar en el año 1497 en un convento
de Milán (Italia). A la derecha de la figura del Hijo de Dios, se ve a
otra mujer que abraza a un hombre que viste pantalones vaqueros
sin camisa. El joven sin camisa que usualmente se le atribuye al
apóstol Juan, sería una paradoja de María Magdalena. La casa de
modas francesa argumentó que con este cartel quería apoyar la
feminidad y el papel de la mujer en la historia del cristianismo.

En noviembre del 2006, un periódico francés salió una caricatura del


Señor desnudo usando condón, bajo el título “¿Fue Jesús
Heterosexual?”.

A principios del año 2007, en la región oriental española de


Extremaduras, el fotógrafo José Antonio M. Montoya, lanzó al
mercado una serie de libros de fotografías de naturaleza
pornográfica con imágenes de Jesús, María y los Santos. La
colección fue publicada con el visto bueno de las autoridades
locales.

En Junio del 2007, la revista SOHO en Colombia, editó unas fotos de


una modelo semidesnuda, simulado varias escenas de la vida de
Jesús, como: la representación de la Ultima Cena, donde aparece en
compañía de doce personajes de la vida nacional, en otra la
flagelación y una más sobre la crucifixión.

En octubre de 2008, apareció una imagen del Sagrado Corazón de


Jesús, con un cigarro en la mano derecha y una lata de cerveza en
la izquierda, publicada en un libro de texto escolar de primaria, que
horrorizó a la comunidad cristiana de la India.
En febrero de 2010, el artista español Fernando Bayona, vio cómo
descolgaban su muestra “Circus Chisti” (Cristo sea un circo), de 14
fotografías sobre la vida de Cristo expuestas en la Universidad de
Granada. Entre ellas se muestra a un Jesús homosexual y una
Virgen María como meretriz.

En julio de 2010, la revista Playboy en Portugal sacó en la portada


una fotografía de un Jesús en un prostíbulo junto a una joven
desnuda llena de tatuajes en una cama, en la baranda de la misma
se lee el título del libro más polémico del fallecido escritor ateo, José
Saramago: “El Evangelio según Jesucristo”. La publicación provocó
la cancelación de ese número.

F. EL ARTE:

En junio de 2002 se llevó a cabo una exposición de arte callejera en


la ciudad de Berlín (Alemania), en respuesta a una campaña oficial
de llamado a la tolerancia intercultural en donde artistas de todo el
mundo residentes en este país, plasmaran sus ideas utilizando la
figura de un oso (símbolo de la capital alemana). El escultor Tomás
Arango decidió en su obra unir lo profano con lo religioso realizando
una figura de este animal con los brazos abiertos, y en el pecho el
rostro de Cristo con la corona de espinas, a imitación de la imagen
del Sagrado Corazón de Jesús.

Entre septiembre del 2007 y enero de 2008, se mostró en el Centro


Báltico de Arte Contemporáneo de Gateshead (Reino Unido), la
controvertida escultura del artista canadiense de origen chino
Terence Koh, que presentaba a Cristo Jesús con el pene erecto.

G. LA MÚSICA:

La banda de rock metálica norteamericana Slayer, cuyas siglas en


inglés quiere decir: “Satan Laughs As You Eternally Rot” (Satanás se
ríe mientras te pudres eternamente), sacaron en el año 2007 un CD
con el título “Christ Illusion” (La ilusión de Cristo). En la carátula trae
a un Jesucristo tatuado, golpeado, sangrante y con los brazos
amputados, metido en un mar de cabezas cortadas.
SACRILEGIOS CONTRA LA CRUZ DE CRISTO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. INTRODUCCIÓN
La crucifixión en tiempos de Jesucristo era la pena capital más
degradante y dolorosa que se le podía infligir a un condenado. Por
esta razón, San Pablo nos dice que Jesús “al presentarse como
hombre se humilló a si mismo, y por obediencia fue a la muerte, a la
vergonzosa muerte en la cruz” (Filipenses 2,7-8). Del mismo modo,
el apóstol de las naciones resalta como la crucifixión del Señor iba a
hacer objeto de contradicción: “Pero nosotros anunciamos a un
Mesías crucificado. Esto les resulta ofensivo a los judíos, y a los no
judíos les parece una tontería” (1 Corintios 1,23). O también; “Ya les
he dicho muchas veces, y ahora se los repito con lágrimas, que hay
muchos que están viviendo como enemigos de la cruz de Cristo”
(Filipenses 3,18).

II. CONTEXTO GENERAL

La imagen de“Cristo crucificado” ha sido señal de burla y desprecio,


desde los tiempos de la Iglesia Primitiva hasta nuestros días, y es
así como:

En un calabozo del palacio del emperador en el Palatino, en Roma;


se encuentra un grafito del siglo II que representa a Jesús
crucificado, con cabeza de asno.

En 1989, el controversial fotógrafo Andrés Serrano, realizó una


fotografía de un crucifijo de madera y plástico, sumergido en un
frasco de vidrio cubierto de orina. Su trabajo lo título “Cristo en
orina”. La obra fue premiada en un concurso en el que había fondos
públicos, y fue presentada en una muestra artística en varias
ciudades de Estados Unidos.
En noviembre de 1994, un profesor de Ciencias Sociales de la región
de kyoto (Japón), obligaba a sus alumnos a pisotear una imagen de
Jesús en la cruz, a fin de explicarles un ritual llamado “fumie” (1603-
1868), durante el cual las autoridades llevaban a cabo una campaña
para desenmascarar a los presuntos cristianos, quienes tenían que
efectuar la misma operación mencionada anteriormente, para
descartar las conversiones al catolicismo.

En febrero de 1997, fue exhibido en Estados Unidos y Europa un


cartel publicitario de una película del “rey de la pornografía” Larry
Flint, que muestra al actor Woody Harrelson en posición de Cristo
crucificado con una especie de taparrabo de la bandera de Estados
Unidos, apoyado sobre una ampliación de una pubis y los muslos de
una mujer en bikini. Este filme obtuvo en Oso de Oro, máximo
premio del 47 Festival de Cine de Berlín (Alemania).

En agosto de 1997, los diputados de la Unión Socialcristiana, que


tiene mayoría absoluta en Baviera (Alemania), alzaron su voz de
protesta contra el diseño de unas camisetas con la figura de un
cerdo crucificado y unas caricaturas en las que aparecen crucifijos
como soportes para papel higiénico.

En marzo de 2004, salieron al mercado en Europa y Australia unos


pantalones vaqueros que tienen un logotipo de un cráneo con una
cruz vuelta al revés. El diseñador de la prenda declaró a los medios
de comunicación que quiere que los jóvenes cuestionen el
cristianismo, que él llama una “fuerza del mal” que ha esparcido
guerras a lo largo de la historia.

En agosto de 2006, la cantante de pop Madonna realizó una gira


musical llamada “Confesiones”, en donde efectuó un concierto en el
Estadio Olímpico en Roma (Italia), ubicado a tan sólo tres kilómetros
del Vaticano. Allí salió al escenario luciendo un vestido de
sadomasoquismo, con una corona de espinas en su cabeza y sujeta
a una enorme cruz de cristal.
En mayo de 2008, fue expuesta en el Museo de Arte Moderno de
Bolzano, norte de Italia, la escultura de una “rana crucificada”,
realizada por el alemán Martin Kippenberg (fallecido en 1997). La
obra de un metro de altura, personifica a este batracio de color
verde con la lengua afuera, con una jarra de cerveza en una mano y
un huevo en la otra. El desaparecido artista llegó a decir que hizo su
obra “en un estado de profunda crisis”.

Noviembre de 2008, una campaña de la asociación italiana


“Teléfono Donna”, contra la violencia hacia el género femenino,
utilizó en la ciudad de Milán un afiche en el que se muestra la
imagen de una mujer semidesnuda en un lecho en una posición que
parece la crucifixión del Señor. La foto está acompañada por la
frase: “¿Quién paga por los pecados del hombre?” y más abajo se
subraya que “solo el 4 % de las mujeres víctimas de la violencia
denuncian al agresor”. Por último se ofrece un número de ayuda.

En el 2010, se pudo admirar en un centro comercial de la capital


china de Pekín, un Cristo crucificado con el rostro del personaje de
Disney por excelencia, el ratón “Mickey Mouse”.
Febrero de 2017, en el Carnaval de Canarias apareció un “drag”
crucificado con una corona de espinas y su lanzada en el costado, a
manera de burla de la muerte del Señor.

MARÍA
1. MARÍA: LA NUEVA EVA.
2. MARÍA: LA MUJER DE LA BIBLIA.
3. MARÍA: LA MADRE DE JESÚS.
4. MARÍA: MADRE Y ESCLAVA.
5. MARÍA EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS I.
6. MARÍA EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS II.
7. ¿ES VERDAD QUE LOS CATÓLICOS ADORAMOS A MARÍA?
8. LA VIRGINIDAD DE MARÍA A LA LUZ DE LA BIBLIA.
9. MARÍA: LA DISCÍPULA DEL SEÑOR.
10. MARÍA EN LA IGLESIA PRIMITIVA.
11. MARÍA EN LA IGLESIA CATÓLICA.
12. MARÍA PARA LOS SANTOS Y MÍSTICOS.
13. APUNTES SOBRE LA MADRE DE DIOS I.
14. APUNTES SOBRE LA MADRE DE DIOS II.
15. LAS APARICIONES DE LA VIRGEN MARÍA.
16. LA VIRGEN DE GUADALUPE.
17. IMÁGENES DE LA VIRGEN QUE LLORAN Y SANGRAN
¿FRAUDE O REALIDAD?
18. MARÍA Y LOS PROTESTANTES.
19. CONVERSIONES AL CATOLICISMO POR LA INTERCESIÓN
DE MARÍA.
20. LA VIRGEN MARIA: PROTECTORA DE LOS EJERCITOS
CATOLICOS.
21. EL TRASLADO DE LA SAGRADA CASA DE NAZARET.
22. LA CASA DE LA VIRGEN EN ÉFESO.
23. ULTAJES CONTRA LA SANTÍSIMA VIRGEN.
24. FRASES CÉLEBRES EN HONOR A MARÍA.

MARÍA: LA NUEVA EVA


AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El Papa San Juan Pablo II hizo una interesante comparación entre


Eva y María:

EVA: SE LE APARECE EL ÁNGEL CAÍDO EN FORMA DE


SERPIENTE: “La serpiente era más astuta que todos los animales
salvajes que Dios el Señor había creado, y le preguntó a la mujer: -
¿Así que Dios les ha dicho que no coman del fruto de ningún árbol
del jardín?” (Génesis 3,1).

MARÍA: SE LE PRESENTA UN ÁNGEL DEL SEÑOR: “A los seis


meses, Dios mandó al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado
Nazaret, a visitar a una mujer virgen llamada María, que estaba
comprometida para casarse con un hombre llamado José,
descendiente del rey David” (Lucas 1,26-27).

EVA: ESTÁ AL PIE DEL ÁRBOL DEL BIEN Y EL MAL: “Y la mujer


contestó: - Podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del
árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no
debemos comer ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos
moriremos. Pero la serpiente le dijo a la mujer: -No es cierto. No
morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman del fruto
de ese árbol podrán saber lo que es bueno y lo que es malo, y que
entonces serán como Dios” (Génesis 3,2-5).

MARÍA: ESTÁ AL PIE DEL MADERO DE LA CRUZ: “Junto a la


cruz de Jesús estaba su madre” (Juan 19,25).

EVA: DESOBEDIENCIA AL MANDATO DE DIOS: “La mujer vio


que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y
de llegar a tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se
lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió” (Génesis
3,6).

MARÍA: OBEDIENCIA AL MANDATO DE DIOS: “Entonces María


dijo: -Yo soy esclava del Señor; que Dios haga conmigo como me
has dicho. Con esto, el ángel se fue” (Lucas 1,38).

EVA: ENTRÓ EL PECADO AL MUNDO: “El hombre contestó: -La


mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo
comí. Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer: -¿Por qué lo
hiciste? Y ella respondió: -La serpiente me engañó, y por eso comí
del fruto” (Génesis 3,12-13).

MARÍA: ENTRÓ LA SALVACIÓN AL MUNDO: “Pero cuando se


cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer,
sometido a la ley de Moisés, para dar libertad a los que estábamos
bajo la ley, para que Dios nos recibiera como a hijos” (Gálatas 4,4-
5).

EVA: MADRE DE LOS VIVIENTES: “El hombre llamó Eva a su


mujer, pues ella fue la madre de todos los que viven” (Génesis
3,20).

MARÍA: MADRE DE LA IGLESIA: “Cuando Jesús vio a su madre,


y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre:
-Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego le dijo al discípulo: -Ahí tienes a
tu madre. Desde entonces, ese discípulo la recibió en su casa” (Juan
19, 26-27).

MARÍA: LA MUJER DE LA BIBLIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


I. INTRODUCCIÓN

En la cultura hebrea el término “mujer” (‘ishsah), equivalía a decir


en nuestros días “señora”. Esta era la forma habitual como
Jesucristo se dirigía respetuosamente al sexo femenino, como por
ejemplo: con la cananea de la zona de Tiro y Sidón, que le pide que
cure a su hija endemoniada (Mateo 15,28), con la mujer jorobada
en una sinagoga el día sábado (Lucas 13,12), con la samaritana en
el poso de Sicar (Juan 4,21), con la mujer sorprendida en adulterio
(Juan 8,10), o con María Magdalena a la salida del sepulcro vacío
(Juan 20,13.15).

II. CONTEXTO BÍBLICO Y TEOLÓGICO

Los Textos Sagrados tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento,
utilizan también el apelativo de “mujer” para referirse a María, la
madre de Jesús; y es así como después de la desobediencia de Adán
y Eva, Dios Padre hace la siguiente profecía en el llamado proto
Evangelio (primer anuncio de salvación): “Haré que tú (la serpiente)
y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su
descendencia. Su descendencia te aplastará la cabeza, y tú le
morderás el talón”. (Génesis 3,15). La primera mujer (Eva), había
sido el comienzo de la creación y la madre de toda la humanidad; y
la segunda mujer (María), sería el comienzo de la salvación y la
madre de la Iglesia Católica. En los libros neotestamentarios
encontramos la misma alusión, en la carta del apóstol Pablo a los
Gálatas (4,4): “Pero cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su
Hijo, que nació de una mujer, sometido a la ley de Moisés”. Así
como también en el libro del Apocalipsis (12,1-2.5): “Apareció en el
cielo una gran señal: una mujer envuelta en el sol como en un
vestido, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en
la cabeza. La mujer estaba encinta, y gritaba por los dolores del
parto, por el sufrimiento de dar a luz…Y la mujer dio a luz un hijo
varón, el cual ha de gobernar a todas las naciones con centro de
hierro” (comparar con Lucas 1,30-33).

En el comienzo de la vida público del Hijo de Dios y poco después de


su bautismo, el Señor fue invitado con su madre y los discípulos a
una boda en Caná, en la región de Galilea. Cuando quedaba poco
vino, María le dijo: “-Ya no tienen vino. Jesús le contestó: -Mujer,
¿por qué me dices esto? Mi hora no ha llegado todavía” (Juan 2,1-
4). Causa desconcierto en algunos lectores la forma como el
Unigénito de Dios le responde a su madre. Sin embargo, como
vimos anteriormente, Cristo Jesús utilizó la misma expresión cuando
dialogó con otras mujeres. No obstante, este pasaje tiene una
dimensión exegética, pues el Mesías hace mención a su misión
redentora por los pecados de toda la humanidad (1 Juan 2,2); que
no se realizaría hasta casi tres años después de este hecho. Nótese
bien, como al acercarse el momento de morir, el Santo de Dios lo
aclara diciendo: “-Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a
ser glorificado” (Juan 12,1.23; 13,1). En la oración que hizo la noche
antes de su sacrificio, señaló: “Padre, la hora ha llegado: glorifica a
tu Hijo, para que también él te glorifique a ti” (Juan 17,1). Por
último, cuando la multitud vino a prenderlo en el huerto de
Getsemaní, Jesús despertó a sus apóstoles y exclamó: “Ha llegado la
hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los
pecadores” (Marcos 14,41).

Devolviéndonos al episodio en las bodas de Caná, Cristo apenas


había iniciado su ministerio, y aún no había llegado su “hora”. María,
por su parte, no creyó que su hijo estuviera ofendiéndola o
rechazándola. De hecho, con la seguridad del amor y la obediencia
que le tenía, dijo a los que estaban atendiendo el banquete nupcial:
“-Hagan todo lo que él les diga” (Juan 2,5). Así que, más que
haberle hecho un desaire, Jesús efectuó su primer milagro al
convertir el agua en vino, siendo con esto “la primera señal
milagrosa con la cual mostró su gloria; y sus discípulos creyeron en
él” (Juan 2,11).

Finalmente, en el momento supremo de la cruz en el Gólgota,


“cuando Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quien él
quería mucho, dijo a su madre: -Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego le
dijo al discípulo: -Ahí tienes a tu madre. Desde entonces, ese
discípulo la recibió en su casa” (Juan 19,26-27). Es interesante
resaltar, que es la única vez que el Ungido de Dios se refiero a
“María” llamándola “Madre”, y no lo hace como una afiliación a él
mismo, sino en la persona del apóstol Juan; en quien estamos
representados todos los hijos espirituales de “María Santísima”, la
“Mujer de la Biblia”.

MARÍA: LA MADRE DE JESÚS


I. LAS DIOSAS PAGANAS

Pastores y teólogos de diferentes denominaciones cristianas acusan


a la Iglesia Católica de “Mariolatría”, es decir, un culto idolátrico a la
Madre de Jesús. Para justificar su tesis relacionan la veneración a
María con la devoción que se daba en la antigüedad a las diversas
divinidades politeístas. En las Sagradas Escrituras podemos destacar
especialmente a la “diosa reina del cielo” (Regina deam coeli) en
Egipto (Jeremías 44, 16-19), al lado de Asera, deidad cananea de la
fertilidad. Los israelitas practicaban una mezcla de tributo en los
llamados “lugares altos” (2 Reyes 23,5-8; Ezequiel 6,6), que
consistían en santuarios con altares, estantes para incienso,
columnas sagradas de piedra y postes simbólicos de madera o
troncos de árbol esculpidos en forma femenina, conocidos como “el
poste de Asera” (Deuteronomio 16,21). Igualmente, Los
arqueólogos han encontrado cientos de estatuillas de terracota en
Jerusalén y Judá, sobre todo en las ruinas de los hogares
particulares. La mayoría son representaciones de una mujer
desnuda con senos de un tamaño exagerado, de forma grotesca y
deforme. Los expertos opinan que las figuras eran “talismanes para
facilitar la concepción y el alumbramiento”.

En los textos Neo Testamentarios se menciona a Artemisa, para los


griegos, o Diana, para los romanos, cuyo culto estaba muy
arraigado en Éfeso (Turquía). Patrona de la ciudad, y diosa de la
caza, el nacimiento y la fertilidad. En esta localidad se guardaba una
estatua suya que supuestamente había caído “del cielo”. Se creía
que Júpiter había arrojado a la tierra una imagen de madera de esta
diosa (Hechos 19,35). Con motivo de las fiestas en su honor, la
metrópoli se llenaba de visitantes todos los años entre marzo y abril.
Los peregrinos adquirían gran cantidad de artículos religiosos:
recuerdos, amuletos, imágenes para el culto familiar. Varias
inscripciones antiguas de Éfeso hablan de la fabricación de esfinges
de Artemisa en oro y plata, y otras mencionan al gremio de los
plateros (Hechos 19, 24-25). Su templo estaba considerado una de
las siete maravillas del mundo antiguo. Era idolatrada en este lugar
y en toda Asia (Hechos 19,27).

II. LA MATERNIDAD DIVINA


La mitología pagana para los egipcios, babilónicos, persas, griegos,
romanos, zoroastrianos o hindúes; está repletas de relatos sobre el
advenimiento a la tierra de sus “dioses” o de los “hijos de sus
dioses”. A diferencia de estas fábulas fantasiosas, la revelación
divina nos explica que María fue la Madre del Mesías prometido
desde la antigüedad a los patriarcas y profetas de la nación de Israel
(Hechos 3,22-25). El término “encarnación” viene del latín
incarnare, y hace énfasis al hecho de que el Hijo de Dios sólo
podía ser verdaderamente el Salvador del género humano, si
adoptaba enteramente un cuerpo y un alma, con todo lo que
implicaba haber tenido nuestra propia naturaleza (Hebreos 2,14). La
palabra “encarnación” no aparece en la Biblia, pero el equivalente
griego es sarki (en carne), lo que da a entender que Cristo Jesús
asumió la jomoíoma, que significa: “forma”, “semejanza”,
“apariencia” o “parecido” a cada uno de nosotros; en cuanto al
haber nacido de una mujer (Gálatas 4,4; Romanos 8,3; Filipenses
2,7). Sin embargo, por el mismo hecho de ser Dios, no tuvo en su
vida terrenal imperfección alguna: “Porque él también estuvo
sometido a las mismas pruebas que nosotros; sólo que él jamás
pecó” (Hebreos 4,15), “nunca cometió ningún crimen, ni hubo
engaño en su boca” (Isaías 53,9; 1 Pedro 2,22), “Él es santo, sin
mancha, apartado de los pecadores” (Hebreos 7,26).

Es un dogma de fe en el catolicismo creer que María Santísima en el


momento mismo de su concepción fue preservada del pecado
original, tal cual como se encontraban nuestros primeros padres,
antes del pecado original. El apóstol Pablo en sus cartas menciona a
Jesús como el “nuevo Adán” (Romanos 5, 14; 1 Corintios 15, 45). Es
por ello, que se relacionan a María como la “nueva Eva”, según la
descripción que encontramos en Génesis 3,15: "Haré que haya
enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella
te pisará la cabeza mientras tú herirás su talón" (Biblia
Latinoamericana).

Por otra parte, aunque el salmista proclama: “En pecado me


concibió mi madre” (51,5). No obstante, el ángel Gabriel alude a
María como la siempre “llena de gracia” (Lucas 1, 28), por un
privilegio único y especial otorgado por el Padre Eterno desde el
cielo, en atención a los méritos de su Unigénito. La carne y la sangre
de Cristo, son carne y sangre que le vienen de Ella. Sobre este
punto podemos analizar cuatro factores:

1. El Espíritu de Dios confiesa que Jesucristo ha venido en carne


(1 Juan 4,2). Y todo aquel que lo niegue es el anticristo (2
Juan 1,7).
2. Durante el embarazo la madre alimenta a su hijo por nacer de
su sangre a través de la placenta que se encuentra unida a la
pared del útero, y se conecta con el feto por el cordón
umbilical.
3. Gracias a "la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha
ni defecto." (1 Pedro 1,19), se realiza un nuevo pacto (Mateo
26,26-28; 1 Corintios 11,23-26), para la redención y el perdón
de los pecados (Efesios 1,7; 1 Juan 1,7).
4. Análisis de laboratorio han comprobado que la sangre
detectada tanto en la sábana que se cree cubrió el cuerpo de
Cristo después de haber sido bajado de la cruz y que se
conserva en Turín (Italia), es la misma del sudario de Oviedo
(España), que es un pequeño paño que se presume envolvió el
rostro del Señor. Ambos corresponden al tipo AB. Un 16 % de
la población semítica o hebrea posee este tipo de sangre.

Si decimos que María no tuvo pecado alguno, esto no la exime de


las consecuencias que trae la misma falta en los seres humanos,
como son los padecimientos y la propia muerte. Su Hijo Jesucristo
se describe como “un hombre lleno de dolor, acostumbrado al
sufrimiento” (Isaías 53,3; 1 Pedro 2, 21). “El mismo tomó nuestras
enfermedades, y llevó nuestras dolencias’” (Isaías 53,4; Mateo 8,
16-17). En la cruz del Calvario grita y muere con aflicción (Mateo
27,50).

Siguiendo esta línea, el evangelista y médico Lucas anota que


cuando se encontraba en Belén “llegó para María el momento del
parto y dio a luz a su hijo primogénito” (Lucas 2,6-7). Esto es una
referencia a los síntomas que siente toda mujer en este estado. En
la etapa de la gestación, algunas madres experimentan cólicos
similares a los dolores del ciclo menstrual. En el parto las
contracciones son prolongadas, intensas y frecuentes. El apóstol
Juan en una visión en el libro del Apocalipsis agrega: “Apareció en el
cielo una señal grandiosa: una mujer vestida del sol, con la luna
bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Está
embarazada y grita de dolor, porque le ha llegado la hora de dar a
luz” (12,1-2).

Algunos místicos y revelaciones particulares, afirman que el


alumbramiento de María fue algo especial como un rayo
atravesando un cristal. Pero más bien, podemos estar inclinados a
creer que fue un procedimiento normal, con rompimiento de fuente
y expulsión de la criatura a través de la vagina. En este proceso bien
pudo haber intervenido su esposo José, porque la palabra de Dios
no especifica que haya habido ninguna otra persona en este
momento crucial en la historia de la salvación.

Después del desembarazo, ella siguió siendo la “siempre y


bienaventurada Virgen María”, ya que la Maternidad Divina no
puede explicarse desde un plano solamente fisiológico, sino que está
enmarcado en lo sobrenatural, “porque ninguna cosa es imposible
para Dios” (Lucas 1, 37).

Como toda Madre, María nutrió al Emmanuel con su leche materna.


San Agustín, afirma que “María fue la Mujer que dio leche a aquel
que nos dio el pan de vida eterna”. En la misma localidad de Belén
se puede visitar la llamada “Gruta de la Leche”, donde según una
piadosa leyenda la Virgen Santísima mientras amamantaba al Niño
Dios dejó caer una gotas de su calostro, al instante las rocas se
tornaron blancas y blandas. Desde entonces este lugar es objeto de
veneración por los cristianos y musulmanes, sobre todo por las
mujeres estériles o lactantes que le piden por estos dos favores a la
progenitora del Mesías.

III. ULTRAJES CONTRA MARÍA SANTÍSIMA

En muchos ambientes de esta sociedad secularizada y anti-católica,


se ha hecho común las “blasfemias” (del latín blasphemia,
vituperio) que son toda clase de insultos dirigidos a Dios, la Virgen
María o los santos. En lo concerniente a la Madre de Cristo, la lista
es muy larga y vergonzosa. He aquí una pequeña muestra:
Alex Donis pintó a la Virgen de Guadalupe besándose con María
Magdalena, en una serie que mostraba a personas del mismo sexo
en este acto. Su exposición llamada "Mi catedral" causó un frenesí,
cuando se inauguró en San Francisco (Estados Unidos) en 1997. 

En Diciembre de 2008, apareció en la carátula principal de la revista


Playboy la modelo María Florencia Onori, caracterizada como la
Virgen María. En su interior se podía ver a la misma mujer en una
serie de ocho fotografías con el título "Te adoramos, María”, donde
aparecía vestida con mantos y coronas como las usadas por las
autoridades eclesiásticas.

El 27 de febrero de 2017, en el Carnaval de las Palmas de Gran


Canaria (España), se premió a un Drag Queen de nombre Borja
Casillas, ataviado como la Virgen María y con claras referencias a la
crucifixión de Cristo; con el título: “¡Mi cielo yo no hago milagros.
Que sea lo que Dios quiera!
El 8 de marzo de 2017, Un grupo de manifestantes en el Día
internacional de la Mujer, escenificó el aborto de la Virgen María,
con abundante pintura roja para simular el sangrado, frente a la
Catedral de Tucumán (Argentina). Las redes sociales dieron como
autora de este hecho a una psicóloga infantil llamada Marina Breslin.
IV. REFLEXIÓN FINAL

Así como Eva fue desobediente e infiel, María fue obediente y


creyente. Eva fue la causa de la ruina, María fue causa de la
salvación.
Cardenal Beato John Henry Newman.

MARÍA: MADRE Y ESCLAVA


AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

V. CONTEXTO HISTÓRICO

En la historia del judaísmo antiguo cuando existía una federación


de tribus, pudo surgir un personaje de tipo caudillo como Débora
(Jueces 4-5).
En la corte de reino de Judá, un puesto oficial era ocupado por la
madre del rey, a quien se le asigna el título de Gevirah (Gran
Dama) (1 Reyes 15,13; 2 Reyes 10,13; Jeremías 13,18).

Entre los profetas hubo una excepción con una mujer de nombre
Hulda (2 Reyes 22,14-20).

En el pueblo hebreo la misión fundamental de la mujer era la


maternidad. Para ellos las cuatro principales madres son: Sara,
Rebeca, Lea y Raquel.

La esterilidad era fuente de amargo dolor, pues los hijos


permitían que el nombre de la familia no se perdiera. Por eso, se
consideraba este mal como un motivo de gran deshonra y
vergüenza (1 Samuel 1,5.11). En cambio, una abundancia de
hijos era signo del favor divino y también una garantía para la
vejez. Y es así como, Raquel le dijo a Jacob, que si no hubiera
tenido vástagos estaría muerta (Génesis 30,1). Ana creía que no
tener hijos era un castigo de Yahvé (1 Samuel 1,16) e Isabel
sentía sobre sí la mirada de reproche de la gente que la
consideraba culpable de haber hecho algo que había disgustado
al Altísimo. Cuando nació Juan, afirmó: “El Señor se ha dignado
quitar mi vergüenza” (Lucas 1,25).

De los antepasados de Jesús en su naturaleza humana, hay


cuatro mujeres: Tamar, Rajab, Rut y Betsabé. Las cuatro son de
origen pagano, lo que manifiesta que lo importante no es la raza
judía como tal, sino los designios imprevisibles del Shaddai.

En Israel la posición de la mujer era mucho mejor, a cómo lo era


en la civilizaciones griega y romana.

En Oriente Próximo no se trataba bien a las viudas. Por lo


general, tras la muerte de su esposo, ella dependía de sus hijos.
Y si no tenía, solo le quedaba venderse como esclava, vivir de la
prostitución o morir en la pobreza.

VI. LA MATERNIDAD DIVINA

En la Virgen María se cumplen las palabras de San Gregorio


Nacianceno, arzobispo de Constantinopla del siglo IV, cuando
afirmó: “Si alguien no reconoce a María como madre de Dios,
rechaza la divinidad de Cristo”. Y es en este sentido que Isabel la
llama como “la Madre de mi Señor”, he meter tou Kyriou (Lucas
1, 43).

En la cultura judía el término griego de “Kyriou” o “Kyrios” que se


traduce “Señor”, se usaba para referirse al dueño de una propiedad,
al jefe de una familia, un propietario de esclavos, uno que controla y
dispone, una persona de alto rango o un monarca.

En el Nuevo Testamento encontramos que el vocablo “Señor”


expresión que en la versión de los setenta del Antiguo Testamento
era usada en lugar del tetragrama sagrado (Adonai), se aplica a
Jesús en cinco formas distintas:

 Como el Mesías profetizado desde la antigüedad.


 Como un maestro, rabí, o señor de los discípulos.
 Como al hacedor de milagros.
 Como una aceptación de su naturaleza divina.
 A La gloria celestial que reina en su trono a la diestra del
Padre.

Fue fundamental en la “historia de la salvación” cuando María da el


“fiat” al anuncio de ángel Gabriel. La encarnación se convierte en el
signo distintivo de la fe cristiana, ya que dice las Santas Escrituras:
“Y el Verbo se hizo carne” kai ho logos sarx egeneto (Juan 1,14).
Gracias a la maternidad divina de María, es que tiene cumplimiento
la promesa que hiciera N.S. Jesucristo en el llamado “discurso
eucarístico”: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida
eterna” (Juan 6,54). Por eso agrega San Justino Mártir, uno de los
llamados Padres Apostólicos del siglo II, que “María con su
obediencia trajo al mundo al que da la vida”.

En la existencia terrenal del “Unigénito de Dios”, no hubo un lugar


más seguro y que estuviera en un ambienta más cálido y
confortable, que dentro del vientre materno de María. Durante el
tiempo de la gestación, la criatura se encuentra a una temperatura
ambiental de 37º, y no varía ni de día ni de noche, ni en clima
caliente o frío. Apenas vino al mundo el “príncipe de la paz”, por las
condiciones en que nació, no fue puesto en una cuna de oro dentro
de un palacio, de acuerdo a su dignidad mesiánica y como
descendiente legítimo del linaje de David; sino que por el contrario,
su madre “dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y
lo acostó en un pesebre” (Lucas 2,7). Entiéndase por “pesebre” una
gruta o establo. El niño Jesús fue reclinado en la batea o un cajón
de madera que servía de comedor para los animales domésticos. De
ahí en adelante su vida estuvo expuesta a cuatro intentos fallidos de
asesinato:

Cuando era un pequeño infante no mayor de dos años, tiene que


huir con sus padres de Belén en Judea al país de Egipto, ante el
decreto de muerte de Herodes el Grande contra el nuevo rey (Mateo
2,16).

Casi un año después de haber empezado su ministerio público volvió


a Galilea y llegó a Nazaret donde se había criado, y fue a la
sinagoga. Cada sábado el Mesías acudía a estas casas de oración
para los hebreos, explicando el significado de los textos que se leían
de la Torá. En los demás días, enseñaba a sus discípulos y predicaba
al aire libre a las grandes multitudes que venían a verlo. Su
capacidad de curar era una señal de que Dios su Padre Eterno está
trabajando a través de Él (Mateo 4,23-25). En esta ocasión se le dio
a leer los rollos del profeta Isaías que hablaba precisamente sobre
las misiones del Ungido de Yahvé esperado. En su exhortación del
pasaje bíblico resaltó que todos los hombres: judíos y gentiles
estaban llamados a entrar al Reino de los cielos, no era un privilegio
exclusivo para los hijos de Abraham. “Todos en la sinagoga se
llenaron de ira cuando oyeron estas cosas, y levantándose, le
echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte
sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle. Pero él,
pasando por en medio de ellos, se fue” (Lucas 4,28-30). Se señala
como el lugar de este suceso evangélico, una cima llamada “Gebel
el-Qafsé”, que domina desde una altura de trescientos metros el
Valle de Esdrelón. A dos kilómetros de Nazaret existe una capilla
construida por los franciscanos de nombre “Santa María del
Temblor”, que indica el lugar donde estaba la Madre del Señor,
cuando los judíos lo intentaron tirar por un precipicio (Lucas 4,29).
En el camino las fuerzas le faltaron a la afligida Madre; fue presa del
pavor y de temblor al ver lo que iba a acontecer.
En la fiesta de los Tabernáculos (Sukkot), a fines de septiembre,
donde se conmemora los días en que los israelitas peregrinaban por
el desierto y vivían en tiendas de campaña o en cabañas de ramaje.
El séptimo día que era el último de esta celebración, el Señor Jesús
estaba enseñando en la parte del templo de Jerusalén llamada la
“tesorería”. Cada noche durante el evento religioso hay un
despliegue especial de iluminación en esta parte del recinto sagrado.
Aquí se instalan cuatro gigantescos candelabros de oro de cincuenta
codos de altura, cada uno con cuatro fuentes llenas de aceite. La luz
de estas lámparas, que queman aceite de las 16 fuentes, es lo
suficientemente fuerte como para iluminar los alrededores hasta
gran distancia en la noche. Era una figura de la nube luminosa que
servía de guía a los hebreos en el desierto del Sinaí, y la misma luz
simboliza al Mesías quien, según los profetas, iluminaría a los
pueblos cubiertos por las tinieblas. Fue esta la razón por la que el
Hijo del Altísimo aprovecha la ocasión para afirmar: “Yo soy la luz
del mundo” Ego eimi to phos tou kosmou (Juan 8,12), los
fariseos empiezan a refutar su declaración, lo que da inicio a un
largo discurso donde se pone de manifiesto su relación con el Padre
y su misión salvífica. Esto provocó la furia de su enemigos quienes
“tomaron entonces piedras para tirarle; más Jesús se encubrió, y
salió del Templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue” (Juan
8,59).
Durante la festividad de la Dedicación del Templo (encenia), a fines
de diciembre, donde se hace alusión a la purificación del santuario y
del altar de los holocaustos, después de la profanación del rey
Antíoco; se encontraba el Hijo del Hombre por el pórtico de
Salomón, “los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle. Jesús
les dijo: «Muchas obras buenas de parte del Padre os he mostrado.
¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?» Le respondieron los
judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por
una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo
Dios.»” (Juan 10, 31-33). Pero Él se les escapó de las manos, se
marchó al otro lado del río Jordán y se quedó allí (39-40).

VII. LA ESCLAVA DEL SEÑOR

En la época de Jesucristo había una asombrosa explosión de


expectativa mesiánica. La esperanza de los judíos se fundaba en la
cronología popular de aquellos días, y en profecías basadas en el
Antiguo Testamento con la llegada de un “nuevo David” (Ezequiel
37,24-28). En este sentido las tradiciones, la historia familiar y todo
tipo de conocimiento eran traspasados de generación en generación
a través del vínculo de madre a hija. Muchas mujeres hebreas para
ese entonces añoraban ser la madre de este futuro Ungido del
Altísimo.
Según revelaciones particulares recibidas por varias santas y
místicas, María desde su tierna infancia había pedido en oración dos
cosas: consagrarse con su virginidad a Yahvé y ser la sierva de la
Madre del Mesías. No es de extrañar este hecho, ya que ante el
anuncio del mensajero celestial que la designaba como la
progenitora del Salvador de la humanidad, ella respondió: “He aquí
la esclava del Señor” ldou he doule Kyriou (Lucas 1,38). Hay que
resaltar que María siendo una joven no mayor de 15 años, estaba
tomando con toda la seriedad su voto de esclavitud ante los
designios del Todopoderoso, ya que las mujeres esclavas a
diferencia de los hombres, no podían tener derecho a la libertad; y
permanecían como tal toda su vida. Esto se debía a que con
frecuencia se convertían en las concubinas de sus amos, o eran las
encargadas de las labores domésticas en las casas de los ricos.

Vemos como en los evangelios en dos oportunidades María siempre


está pronta a servir a los demás, y es así que:

 Después de la notica del ángel se fue a la localidad de Tain-


Karen, la antigua ciudad sacerdotal en los cerros de Judá
donde habitaban Zacarías e Isabel. Allí permaneció con su
prima atendiéndola y acompañándola los tres últimos meses
del embarazo de su hijo Juan el Bautista (Lucas 1,39.56).
 En las bodas en Caná de Galilea, fue invitada María, Jesús y sus
discípulos, pero ella es la única que se percata por la falta de
vino. Probablemente este hecho se dio porque las mujeres
judías no comían en la misma mesa de los hombres, y ella se
encontraba en el patio donde se cocinaba los alimentos y se
almacenaba el vino. Además, la conmemoración en un
matrimonio judío generalmente duraba siete días (Génesis
29,27). Los invitados festejaban y bebían vino, que el novio
proporcionaba. El vino expresa la abundancia del banquete y la
alegría del agasajo. Pero si el vino se agotaba antes del final de
las celebraciones era una vergüenza social (Amos 9,13-14;
Isaías 25,6). Ante este hecho, María toma la iniciativa de
dirigirse a su hijo con estas palabras: “No tienen vino” (Juan
2,3). Jesús accede ante esta inusual petición, convirtiéndose
así en el primer milagro suyo registrado en los evangelios.

El Emmanuel siguiendo el ejemplo de su Madre María, adoptó la


“condición de siervo” (Filipenses 2,7). Decía San Policarpo, obispo
de Esmirna a mediados del siglo II: “Se ha hecho diácono de todos”
(comparar con Marcos 10,45). El término “diácono” proviene del
griego diakonía que se traduce como “servir”, ya que Él se hizo
cargo de nuestras propias deudas ante su Padre en los cielos (Isaías
53,11). El jueves santo en el cenáculo antes de la “última cena” les
lavó los pies a sus apóstoles con agua, perfume y ungüentos (Juan
13,5; Lucas 7,44-46). Esta era una tarea que en la costumbre judía
lo realizaba un siervo o alguna mujer de la casa. Esto jamás lo hacía
el anfitrión (1 Samuel 25,41; 1 Timoteo 5,10). Uno de sus
compañeros llamado “Judas Iscariote” lo vendió a sus enemigos. El
precio de su traición fue de treinta monedas de plata, que era lo
pagado por un esclavo, según el pacto de la ley de Moisés. En
cuanto a la pena capital de la crucifixión al cual fue condenado, era
el método de ajusticiamiento reservado a los esclavos y a las
personas libres no romanas, criminales, homicidas, traidores o
sediciosos.

San Ignacio, obispo de Antioquía a comienzos del siglo II, resume


todo lo visto anteriormente con esta bella reflexión: “Estáis
firmemente convencidos acerca de que nuestro Señor es
verdaderamente de la raza de David según la carne (Romanos 1,3),
Hijo de Dios según la voluntad y el poder de Dios (Juan 1,13),
nacido verdaderamente de una virgen…Fue verdaderamente clavado
por nosotros en su carne bajo Poncio Pilato…padeció
verdaderamente, como también resucitó verdaderamente”.
MARÍA EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS I.

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

! Cuántas veces no hemos escuchado a los evangélicos y demás


cristianos acusar a los católicos de adorar a “María “ como si fuera
una “Diosa”!. Desobedeciendo así el primer mandamiento de la ley
de Dios dado a Moisés en el monte Sinaí, que dice: “Adorarás al
señor tu Dios y sólo a él darás culto”. (Deuteronomio 6,14), “no
tendrás otros Dioses a parte de mí” (Éxodo 20, 3).
La Iglesia Católica ha aceptado fielmente este decreto divino en la
persona de “Dios Padre” (Éxodo 20,2) y en “Jesucristo” quien “es la
imagen visible de Dios, que es invisible “, (Colosenses 1, 15). “Él es
el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es”
(Hebreos 1,3). Los católicos no “adoramos” a María, sino que la
“veneramos” (Respeto especial), porque es ella la mujer escogida
por el Padre Eterno, para que fuera la Madre de su “Hijo Unigénito”
pues “la Mujer dio a luz un hijo varón. El cual ha de gobernar a
todas las naciones con cetro de hierro” (Apocalipsis 12, 5),
comparar con (Lucas 1, 31- 32).

El ángel San Gabriel dice que María es “ la favorecida de Dios”


(Lucas 1, 28), y su prima Santa Isabel la llama “Bendita entre todas
las mujeres” (Lucas 1, 42); es también la “nueva Eva”, anunciada
desde el principio en el libro del Génesis después de la
desobediencia de nuestros primeros padres en el paraíso, cuando
“Dios el Señor” le dijo a la serpiente: “Haré que tu y la mujer sean
enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia” (3,
15), o también “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer, y
se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los
que guardan los mandamiento de Dios y tienen el testimonio de
Jesucristo” (Apocalipsis 12,17).

De la vida de María sabemos que era una joven de raza Judía de


unos 15 años de edad, descendiente de la estirpe de David
(Romanos 1,3), que vivía en el pequeño pueblo de Nazaret (Israel),
y estaba comprometida en matrimonio con José, (también de la
casa de David) (Lucas 1, 26 – 27), hombre justo” o “santo” (Mateo
1,19). Las Escrituras nos aportan una valiosa información sobre las
virtudes en ella, como la confianza absoluta al mandato de Dios, al
responder al ángel: “Hágase en mí según tu palabra”, y su humildad
llamándose a sí misma como la “esclava Del señor” (Lucas 1, 38). La
concepción del Hijo de Dios, es fruto del Espíritu Santo y el poder
del Dios Altísimo, que descansó sobre Ella como una nube (Lucas
1,35); tal como sucedía cuando Yahvé descendía en la Tienda del
Encuentro del Santuario, construido por Moisés (Éxodo 40, 35).
Por eso, la Virgen María es llamada por los teólogos como el “nuevo
Santuario”.

El evangelista menciona la pobreza en que vivía con su esposo, ya


que “sucedió que mientras estaban en Belén, le llegó a María el
tiempo de dar a luz. Y allí nació su primer hijo, y lo envolvió en
pañales, y lo acostó en el establo, porque no había alojamiento
para ellos en el mesón” (Lucas 2, 6 –7). A los ocho días del
nacimiento del Niño tenía que ser circuncidado, según la tradición
judía, la ceremonia debía efectuarse en el seno de la familia a cargo
del padre. La ley hebrea mandaba que desde el nacimiento del
primogénito a la purificación de la Madre en el Templo de Jerusalén,
transcurrieran cuarenta días. Las familias pobres que no tenían para
presentar al Señor un carnero joven, ofrendaban en cambio un
humilde sacrificio de un par de tórtolas o dos pichones de paloma,
como fue el caso de la Sagrada Familia (Levítico 12,2-6; 15,19-30;
Lucas 2, 22-24).

Resalta en María su angustia al no encontrar después de tres días


de desaparecido a Jesús de doce años, sentado entre los doctores
de la Ley en el Santuario de la Ciudad Santa (Lucas 2, 48),
guardando todas estas cosas en su corazón [Lucas 2, 51. Tal cual
como había ocurrido años atrás con los pastores en Belén (19)]. La
fidelidad a su Hijo en las bodas de Caná, al indicarle a los que
estaban sirviendo el vino “Hagan todo lo que Él les diga” (Juan
2,5); Y en el Pentecostés, cuando recibe el Espíritu Santo en forma
de llamas de Fuego, en compañía de los once apóstoles, los
parientes de Jesús y otras mujeres (Hechos 1, 12 – 14).

El dolor de toda buena Madre al ver a Cristo clavado en la cruz lleno


de heridas y golpes en todo el cuerpo (Juan 19, 25; Isaías 52, 13 –
14), hasta el punto que era como si una espada le traspasara su
alma. Cumpliéndose así la profecía de Simeón, cuando el pequeño
Jesús fue presentado por sus padres en el templo de la Ciudad de
Dios, según la ley mosaica (Lucas 2,22-35; Juan 19,31-34). Sin
embargo, y a pesar del agotamiento físico y la cruel agonía en el
madero, el Mesías antes de Morir sacó fuerzas suficientes para
encomendar su cuidado a Juan, el “discípulo amado”, quien “la
recibió en su casa” (Juan 19, -27).

Por todos estos argumentos bíblicos, la Iglesia Católica reconoce


que María es la “madre del Señor” (Lucas 1,43), quien tomó la
naturaleza humana al nacer de su vientre para traer la salvación a
toda la humanidad (Gálatas 4,4; Filipenses 2,6-8). La Santísima
Virgen proclama que todas las generaciones la llamarán
“Bienaventurada”, porque el Todopoderoso ha hecho en ella grandes
cosas (Lucas 1,48 – 49). María es “Bienaventurada”, no solo por el
hecho de haber sido la Madre del Salvador (Lucas 11,27-28), sino
por haber sido obediente al decreto divino (Lucas 1,45). Finalmente,
en el último libro de la Biblia, llamado el Apocalipsis (o Revelación),
la muestra como una “reina radiante” pues “Apareció en el cielo una
gran señal: una mujer envuelta en el sol como en un vestido, con la
luna bajo sus pies y una corona de dos estrellas en la cabeza” (12,
1).
MARÍA EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS II.

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El evangelio de San Lucas ha sido llamado como el “evangelio de


María”, porque según el mismo autor ha investigado la vida de
Jesucristo “todas las cosas desde su origen” (1,3), y la única
persona que estuvo desde el principio de la vida terrenal del Santo
de Dios fue su Madre.

Las cinco veces en que Nuestra Señora habla en los evangelios,


son:
“María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? Pues no conozco varón”
(Lucas 1,34).

“María dijo: He aquí la esclava del Señor, hágase conmigo


conforme a tu palabra” (Lucas 1,38).´

“María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija


en Dios mi Salvador.
Porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues he aquí, desde
ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.
Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; santo es su
nombre.
Y su misericordia es de generación en generación a los que le
temen.
Hizo proezas con su brazo; esparció a los soberbios en el
pensamiento de sus corazones.
Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes.
A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos.
Socorrió a Israel su siervo, acordándose de la misericordia.
De la cual habló a nuestros padres, para con Abraham y su
descendencia para siempre.” (Lucas 1,46-55).

“Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por


qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos
buscado con angustia” (Lucas 2,48).

“Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino…Su


madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere” (Juan
2,3.5)

En la oración del Magnificat se evidencia en María su amplio


conocimiento en la Biblia, pues se calcula que hizo más de veinte
referencia del Antiguo Testamento.

Los siete dolores, llamados también siete eventos de su vida o las


siete espadas que le atraviesan su inmaculado corazón, son:
a. La profecía de Simeón en el Templo de Dios (Lucas 2,34-35).

b. La huida de la Sagrada Familia a Egipto (Mateo 2,13).

c. La pérdida del joven Jesús durante tres días en el Santuario de


Jerusalén (Lucas 2,48).

d. El camino de Cristo al Calvario (Juan 19,17).

e. La crucifixión de su amado Hijo (Juan 19,18).

f. La bajada de la cruz (Lucas 23, 50-53).

g. La sepultura del Señor (Mateo 27,59-60).

¿ES VERDAD QUÉ LOS CATÓLICOS ADORAMOS A


MARÍA?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: ¡Cuántas veces no hemos escuchado a los


evangélicos y demás cristianos acusar a los católicos de adorar a
María como si fuera una “Diosa”!. Desobedeciendo así el primer
mandamiento de la ley de Dios dado a Moisés en el monte Sinaí,
que dice: “No tendrás otros Dioses a parte de mí” (Éxodo 20,
3).

1. QUÉ ENSEÑA LA IGLESIA CATÓLICA.


ADORACIÓN (LATRÍA): Es exclusividad de Dios, cuyo primer
sentido es elevar una súplica. Reverenciar y honrar a Dios con el
culto religioso que le es debido.

 “Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor”


(Deuteronomio 6,4).
 “Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, sólo a él darás culto”
(Mateo 4,10).

VENERACIÓN ESPECIAL (HIPERDULÍA): Respetar en sumo


grado a alguien por su santidad, dignidad o grandes virtudes. Se le
da a la Virgen María:

 “El ángel entró en el lugar donde ella estaba, y le dijo: -¡Te


saludo, favorecida de Dios! El Señor está contigo” (Lucas 1,28).
 “- ¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha
bendecido a tu hijo!” (Lucas 1,42).
 “Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, y
desde ahora siempre me llamarán bienaventurada todas las
generaciones” (Lucas 1,48).

VENERACIÓN (DULÍA): A los Santos(as). La palabra dulía


proviene de la palabra griega doûlos que significa siervo.

 “Al hombre bueno se le recuerda con bendiciones” (Proverbios


10,7).
 “El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1
Juan 2,17).
IDOLATRÍA: es reconocer que algo es Dios, o un dios, por
ejemplo: una imagen, un animal, una cosa, o cualquier criatura del
Todopoderoso. Pensar que todo lo anterior es Dios o tiene poderes,
al momento se cae en idolatría.
 “Por lo tanto, hagan morir en ustedes lo que es `terrenal´, es
decir, libertinaje, impureza, pasión desordenada, malos deseos
y el amor al dinero, que es una manera de servir a los ídolos”
(Colosenses 3,5).
2. QUÉ RELACIÓN EXISTE ENTRE MARÍA Y LAS TRES PERSONAS DE
LA TRINIDAD.

María es la única criatura humana que tiene una estrecha unión con
las tres personas de la Trinidad (Lucas 1,30-35). Ella es:

 Hija de Dios Padre


 Esposa de Dios Espíritu Santo
 Madre de Dios Hijo.

3. QUÉ CUALIDADES MENCIONA LA BIBLIA DE MARÍA.

 La humildad, al contestar al celestial mensajero, la voluntad del


Dios Altísimo: “Entonces María dijo: -Yo soy la esclava del
Señor; hágase en mí según su palabra” (Lucas 1,38).
 El privilegio de haber sido la mujer escogida para llevar en su
seno al Unigénito de Dios: “Porque el Todopoderoso ha hecho
en mí grandes cosas” (Lucas 1,49). De hecho, la primera
persona en reconocer tan gran designo fue su prima Santa
Isabel, cuando proclama llena del Espíritu Santo: “¿Quién soy
yo, para que venga a visitarme la madre de mi Señor? Pues tan
pronto como oí tu saludo, mi hijo se movió de alegría en mi
vientre. ¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse las
cosas que el Señor te ha dicho!” (Lucas 1,43-45).
 El haber guardado en su corazón durante treinta y tres años, la
fatídica profecía que el anciano Simeón predijo, cuando su
pequeño Hijo fue presentado por sus padres en el templo de
Jerusalén: “Entonces Simeón les dio su bendición, y dijo a
María, la madre de Jesús: - Mira, este niño está destinado a
hacer que muchos en Israel caigan o se levanten. El será una
señal que muchos rechazarán, a fin que las intenciones de
muchos corazones queden al descubierto. Pero todo esto va a
ser para ti como una espada que atraviese tu propia alma”
(Lucas 2,34-35). Presagio que se cumplió en el santo sacrificio
en el monte Calvario, cuando “Junto a la cruz de Jesús estaba
su madre” (Juan 19, 25).
 La obediencia a Jesucristo, cuando en las bodas de Caná, les
dice a los que están sirviendo el vino: “- Hagan todo lo que él
les diga” (Juan 2,5).

4. CÓMO LE ORABAN LOS PRIMEROS CRISTIANOS A MARÍA.

Una de las más antiguas oraciones que los fieles católicos le tributan
a la Madre de Dios, fue encontrada en un “ostrascon”, es decir, un
tiesto de terracota egipcio del siglo III:

“¡Oh Virgen Inmaculada, madre de Dios y llena de gracia,


Aquel a quien tú llevaste es el Emmanuel, el fruto de tu seno.
Tú, Oh María, sobrepasas toda alabanza!
¡Yo te saludo, María, madre de Dios y gloria de los ángeles,
Porque tú sobrepasas en plenitud de gracia
A todos los anuncios de los profetas!
El Señor está contigo: tú has dado a luz al salvador del mundo”.
LA VIRGINIDAD DE MARÍA A LA LUZ DE LA BIBLIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“La dignidad de la virginidad, comenzó con la Madre del Señor”


San Agustín.
I. LA PROFECÍA

Un hecho en común entre la Iglesia Católica y las demás


confesiones cristianas, es en afirmar según la revelación sagrada
que la madre del Hijo de Dios, sería una “doncella virgen” (Isaías
7,14; Mateo 1,22-23). Hay que aclarar que en el versículo de (Isaías
7,14), el autor no usa la palabra hebrea que significa
específicamente “virgen” (Bethuláh), sino otra que quiere decir
“doncella” (Almáh). Pero este último término también se aplica a
las mujeres solteras que no habían tenido relaciones sexuales
(Comprar con Génesis 24,16.43). Ahora bien, guiado por el mismo
Espíritu de Dios, Mateo empleó el vocablo griego preciso para
“virgen” (Aeiparthenos), haciendo alusión a esta profecía del
Antiguo Testamento.
II. EL NOVIAZGO Y EL MATRIMONIO EN LA CULTURA JUDÍA

El noviazgo en hebreo se llama “Qiddushim”, era el compromiso


previo antes del matrimonio, este era hecho por un juramento de los
contrayentes ante dos testigos, acompañados de parientes y amigos
con el pleno consentimiento de la prometida, excepto en el caso de
una menor de doce años. En el contrato queda registrado el nombre
de los enamorados, eventuales condiciones y la fórmula de los
esponsales. Con la aceptación del documento la mujer quedaba
comprometida. Además, el novio ofrecía al padre de la novia o al
tutor, si ésta era huérfana, un anillo, un collar u otro regalo para
ella, en señal de gratitud y predilección. Dicho pacto era reconocido
como un matrimonio legal. Los novios tenían plazo de un año para
empezar a vivir juntos, la futura esposa conservaba hasta el día de
la boda el calificativo de virgen. Si durante el transcurso del
noviazgo nacía un hijo, era considerado legítimo. Este tiempo
también era empleado en los preparativos de la nueva casa y el
mobiliario familiar, pero el marido no estaba obligado a mantener a
su prometida.

El convenio era tan serio que si finalmente no se producía el enlace


porque el novio cambiaba de idea o alguna otra razón de peso, la
joven tenía que obtener un certificado de divorcio para poder
casarse con otra persona. De hecho, si el novio de una mujer
comprometía moría antes de la boda, a ella se la consideraba como
viuda.
Los novios se veían muy poco y se comunicaban por medio de un
amigo del futuro esposo. En el tiempo señalado para la boda, el
esposo, hacia el atardecer, debía ir acompañado de diez jóvenes a
casa de la esposa y ella lo esperaba rodeada de diez vírgenes;
apenas lo veía de lejos encendía las lámparas, se formaba un
cortejo con el sonido de flautas y tambores hasta la casa del esposo,
donde se hacía la gran fiesta nupcial (véase al respecto Mateo 25,1-
12). Con esta ceremonia, el matrimonio era constituido válido bajo
la ley mosaica. Para esta celebración también participaban los
familiares, parientes y amigos de la pareja.

III. EL MATRIMONIO CON JOSÉ

En los designios del Altísimo era necesario que la madre del


Salvador, tuviera un apoyo moral, económico y de protección en la
crianza de su hijo. Este matrimonio sería completamente consagrado
al servicio divino, así lo podemos anotar en los siguientes pasajes
bíblicos:

Cuando el ángel San Gabriel le comunica a María que ella sería la


madre del Emmanuel (Dios con nosotros), deja en claro su condición
virginal (Lucas 1,34).

Cuando María se encontraba embarazada, José, su futuro marido


como hombre justo o santo, y a pesar de desconocer todavía que lo
concebido en ella era fruto del Espíritu Santo; no quiso denunciarla
públicamente por infidelidad a las autoridades religiosas, como
mandaba la ley judaica (Deuteronomio 22,13-24; Matea 1,19; Juan
8,3-5).

Los protestantes creen que José y María tuvieron relaciones


maritales, ya que el evangelio de San Mateo (1,25); nos dice que
“no vivieron como esposos hasta que ella dio a luz a su hijo”. Sin
embargo, a lo que se refiere el evangelista es que el santo
matrimonio compartió formalmente el mismo hogar, pues antes
cuando estaban comprometidos no vivían juntos (Mateo 1,18). Igual
opinión tiene san Lucas, ya que en el viaje del santo matrimonio de
Nazaret a Belén para el censo, nos dice: “Fue allá a inscribirse, junto
con María, que estaba comprometida para casarse con él y se
encontraba encinta” (2,5).

IV. JESÚS: HIJO PRIMOGÉNITO

Causa confusión en los hermanos separados cuando el evangelio de


San Lucas (2,6-7), se menciona que “en Belén de Judea, le llegó a
María el tiempo de dar a luz. Y allí nació su primer hijo”. Dando a
entender que debió de haber tenido más hijos después. No
obstante, en el contexto bíblico el término “primogénito”, en el
griego común o koiné, la palabra proto-tokos equivale al hebreo
dekor, que hace alusión que el primer hijo de un matrimonio judío
quedaba consagrado a Dios, el Señor o el Adonay según la ley de
Moisés (Éxodo 13,1-2.12; 34,19); y exigía la presentación del niño
Jesús en el templo de Jerusalén (Lucas 2,22-23). Pero el era ya el
“primogénito de Dios” (Hebreos 1,6). Además, Jesús es llamado
primogénito en un sentido profundo (Colosenses 1,15.18; Hebreos
1,6; Apocalipsis 1,5). De ahí la aplicación a los cristianos en Hebreo
12,23.

Asimismo, las Sagradas Escrituras agregan que los “primogénitos”


pueden ser “unigénitos”, como se puede constatar en (Josué 17,1; 1
Crónicas 23,17; Zacarías 12,10). De hecho, Cristo Jesús también es
el “unigénito de Dios” (Juan 1,14; 3,16). La palabra griega
“unigénito” es mono-genés, que puede definirse como “solo en su
clase, o el único miembro de una familia o género”. Por lo tanto,
podemos concluir que Jesús es protos kai monos, es decir tanto
el primero y único hijo de Dios padre en su naturaleza divina desde
toda la eternidad (Juan 1,1), y de María, su madre en su naturaleza
humana cuando vino al mundo (Gálatas 4,4).

V. LA INFANCIA DE JESÚS

Los dos únicos relatos que encontramos en el Nuevo Testamento de


la infancia de Jesús, no nombran hermanos menores, así por
ejemplo:

En el destierro de la sagrada familia a Egipto y después de la muerte


del rey Herodes, un ángel se le aparece en sueños a José
ordenándole que regrese a Israel con María y el niño (Mateo 2,19-
20). Se sabe con certeza que el Mesías nació en el año 747 de la
fundación del imperio romano, siete años antes de nuestra era
actual; y el rey Herodes el grande murió en la primavera del año
750, es decir, en el año 4 a.C. Por consiguiente, pasaron de tres a
cuatro años; tiempo más que suficiente para que José y María
hayan decidido tener alguno de los “cuatro hermanos” y otras
“hermanas” del Señor (Mateo 13,55).

El evangelio de San Lucas (2,41-42), narra que “Los padres de Jesús


iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Y así,
cuando Jesús cumplió doce años, fueron allá todos ellos”. Nótese
Bien, que se dicen “todos ellos”, ¿Quiénes?, “Los padres de Jesús” y
el mismo “Jesús”. Igualmente, la misma respuesta se saca cuando
María después de tres días encuentra a su hijo perdido en el templo
entre los doctores de la ley: “- Hijo mío, ¿por qué nos has hecho
esto? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia”
(Lucas 2,48).

VI. EL TÉRMINO HERMANO EN LA BIBLIA


En el Antiguo Testamento que fue escrito en hebreo y arameo, no
hay un vocablo para nombrar a los tíos, sobrinos, primos, cuñados o
amigos; y es así como la palabra hebrea “Aj” designa muchas
veces al pariente más cercano de una misma familia. Del mismo
modo, los traductores griegos del Nuevo Testamento traducen el
término semítico de “hermanos” (Adélfos), en un sentido
generalizado. Sobre este punto encontramos el caso de tíos y
sobrinos como Abraham y Lot (Génesis 13,8; 14,16); Labán con
Jacob (Génesis 29,13.15). Al igual que a los primos (1 Crónicas
23,21-22); a los que pertenecen a una misma nación (Génesis
16,12; Deuteronomio 2,4); a los miembros de una misma tribu (2
Reyes 19,12) o pueblo (Éxodo 2,11); a los que conforman la misma
naturaleza humana (Mateo 5,22; Romanos 9,3; Hebreos 2,11); y a
los que tienen un mismo Padre Celestial (Hechos 10,23; Romanos
8,17; Colosenses 1,2; 1 Juan 3,9-10).

VII. LOS HERMANOS DE JESÚS

En la lista que el evangelista Mateo habla de la genealogía de Jesús,


no se hace referencia a otros hermanos carnales, como si ocurre con
algunos de sus antepasados (Mateo 1,1-16).

Solamente aparecen en la vida pública del Señor, y son llamados


con nombres propios: “¿No es éste el carpintero, el hijo de María y
hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no viven sus
hermanas también Aquí, entre nosotros? (Marcos 6,3). Ahora bien,
para tener una mejor comprensión sobre este tema es necesario
estudiarlo detenidamente:
En ningún relato bíblico se afirma que los llamados “hermanos” y
“hermanas” del Señor, sean hijos de María. Tampoco se vuelve
hacer mención en otro pasaje del Nuevo Testamento, de las
supuestas “hermanas” de Jesús.

En las bodas de Caná, se nombra a María como “la madre de Jesús”


(Juan 2,1.3); y no “la madre de Jesús, Santiago, José, Judas, Simón
y otras hermanas”, incluso, a la fiesta sólo fueron invitada a parte
de María a ”Jesús y sus discípulos” (2) y no a sus “hermanos”,
quienes aparecen después en el viaje a Capernaum (12); lo que da
a entender que los “discípulos” en ese momento, son más
importantes en la vida de Cristo, que los llamados “hermanos”
suyos.

En la sinagoga de Nazaret, la gente solo reconoce al Mesías como


“el hijo de José” (Lucas 4,22); y no “uno de los hijos de José”. Del
mismo modo, los judíos de la sinagoga de Capernaum identifican al
Divino Maestro como el único hijo de José y de María (Juan 6,42).

De estos cuatro hermanos, se sabe que “Santiago” el menor y


“Judas” Tadeo pertenecían al grupo de los doce amigos del Señor.
Sin embargo, se explica que “Santiago” era hijo de Alfeo (Mateo
10,3; Marcos 3,18) y “Judas” como hijo de Santiago (Lucas 6,16;
Hechos 1,13).

En la introducción de la carta de Judas Tadeo (1,1), leemos: “Yo


Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago”, haciendo una
diferencia entre el uno y el otro (Véase también Juan 14,22).
Además, en la epístola de Santiago (1,1) llamado como hermano del
Señor, también se declara solamente como “Siervo de Dios y del
Señor Jesucristo”.

En otro encuentro con su madre y sus hermanos, el Redentor nos


exhorta a creer que “los que oyen el mensaje de Dios y lo ponen en
práctica, ésos son mi madre y mis hermanos” (Lucas 8,21);
hablando de una familia en un sentido “espiritual” y no de “sangre”.
Porque “a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el
privilegio de llegar a ser hijos de Dios. Y son hijos de Dios, no por la
naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha
engendrado” (Juan 1,12-13). Y es por eso, que su Hijo es “el mayor
entre muchos hermanos” (Romanos 8,29).

En la pasión del Santo de Dios en el monte Gólgota, se habla de un


grupo de mujeres conformadas por “María” la madre de Jesús, y “la
hermana de su madre, María, esposa de Cleofás (En arameo
equivale al nombre de Alfeo)” (Juan 19,25). Esta es la otra “María la
madre de Santiago el menor y de José”, que se encontraba también
con “Salomé” (Marcos 15,40). Además de “María Magdalena” y “la
madre de los hijos de Zebedeo” (Santiago el mayor y Juan) (Mateo
27,56).

Cristo utiliza el término “hermano” para dirigirse a los apóstoles, en


la aparición a María Magdalena y a la otra María, el domingo de
resurrección (Mateo 28,10; Juan 20,17), y en el día del juicio final
(Mateo 25,40). Incluso, San Pablo agrega que el Señor también se
apareció “a más de quinientos hermanos” (1 Corintios 15,6;
comparar con Mateo 23,8).

Después de la ascensión del Señor a los cielos, el libro de los Hechos


dice que los apóstoles se reunían en el aposento alto “con las
mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos” (1,13-
14). No obstante, en el verso siguiente San Lucas aclara: “En
aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los
reunidos eran como ciento veinte en número)”. (15).

En octubre de 2002, se dio a conocer el hallazgo de un osario judío,


utilizado en los rituales funerarios de Jerusalén, del año 63 d.C., con
una escritura en arameo que dice: “Jacobo, hijo de José, hermano
de Jesús”. Para muchos fundamentalistas protestantes, esta era la
prueba que demostraba que la virginidad de María era un mito.
Ahora bien, tal descubrimiento plantea varios interrogantes:

Su autenticidad ha despertado varias dudas en muchos arqueólogos


y paleógrafos.

Sí se llegara a demostrar que este “osario de caliza” corresponde a


Jacobo (Santiago), esto sólo probaría su parentesco con Jesús De
Nazaret. Pero ya se explicó el significado del término “hermano” en
la lengua aramea antigua.
La Iglesia Ortodoxa piensa que Jacobo, pudo haber sido un hijo
anterior a José. Sin embargo, este argumento carece de respaldo
bíblico.

La inscripción no menciona a María como madre de Jacobo.

VIII. MARÍA: MADRE DE LA IGLESIA

La fe católica enseña que la Virgen Santísima es madre de todos los


creyentes, desde el momento que el Redentor en la cruz le
encomendó el cuidado a Juan, el discípulo amado, quien “la recibió
en su casa” (Juan 19,26-27); cosa que no fuera necesaria si El
Señor hubiera tenido más hermanos carnales. Ella fue desde ese
momento como nos asegura la tradición antigua el soporte espiritual
de los apóstoles y discípulos de la naciente comunidad cristiana
(Apocalipsis 12,17).
IX. TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES Y DOCTORES DE
LA IGLESIA

Para los Santos Padres y doctores de la Iglesia Católica, la


“Virginidad de María” era una creencia común, así por ejemplo:
 San Ignacio, obispo de Antioquía, martirizado en el año 107, al
escribir contra los docetas, defiende la realidad humana de
Cristo al afirmar que pertenece a la estirpe de David, por nacer
verdaderamente de María Virgen. Al respecto puntualizó: “La
virginidad de María quedó oculta al príncipe de este mundo, así
como su parto, y también la muerte del Señor. Son estos tres
misterios asombrosos los que se realizaron en el silencio de
Dios”.
 San Justino Mártir (+167), en su “Apología”, presenta la
concepción virginal de María como una verdad fundamental de
la religión cristiana.
 San Ireneo, obispo de Lyon (+202), afirma que la “virginidad
de la madre de Cristo” es una creencia contenida en la “regla
de Fe” que todos deben creer.
 Tertuliano de Cartago (+ 230), en su controversia con el
gnóstico Marción, afirma que María es Madre de Cristo porque
ha sido engendrado en su seno virginal.

 San Hipólito, sacerdote romano muerto por Cristo en el 235,


escribe: “La virginidad de María es un hecho que el mundo no
puede comprender, y que se ha cumplido en los designios de
Dios”.
 Orígenes, de Alejandría (+253), gran apologista, rechazaba las
charlatanerías de un judío llamado Celso que negaba la
virginidad de María.
 San Efrén de Siria, hacia el año 333, decía: “Ella dio al mundo a
su Hijo, pero permaneció siempre virgen…Tiene Ella las dos
grandes cualidades: es Virgen y es Madre”.
 San Atanasio, patriarca de Alejandría (+373), escribió: “María
permaneció virgen hasta el fin”.
 San Ambrosio, obispo de Milán (Italia), redactó en el año 377
una carta a su hermana religiosa en Roma, en lo que se ha
llamado “El Retrato de la Virgen”, en la que agrega: “Quién
más casta que la madre que ha traído a su Hijo al mundo
permaneciendo virgen. Ella era virgen pero no-solo de cuerpo
sino también de espíritu”.
 San Basilio, obispo de Cesárea (+379), subraya: “Los amigos
de Cristo no pueden aceptar que la madre del Señor haya
perdido su virginidad”.
 San Epifanio (+403), declara explícitamente: “Jesucristo fue
engendrado por la siempre virgen San María por obra del
Espíritu Santo”.
 San Jerónimo, presbítero (+420), dice: "En cuanto a Victorinus
(obispo), yo afirmo lo que ya ha sido probado por el evangelio
- que el (Victorinus) habló de hermanos del Señor no como
hijos de María sino hermanos en el sentido que he explicado,
es decir, hermanos en cuanto a relación, no por naturaleza".
 San Agustín, obispo de Hipona (+431), agregaba: “Jesús nació
de madre intacta, pues concibió siendo virgen, siendo virgen
dio a luz, y murió virgen”.
 San Cirilo, obispo de Alejandría (+444), le da el título de
“Corona de Virginidad”.
X. MARÍA Y LOS PADRES DE LA REFORMA PROTESTANTE

Los principales fundadores del protestantismo, se refirieron a María


como la “siempre Virgen”:

 En los “Artículos de la Doctrina Cristiana”, que debía profesar


los evangélicos, Martín Lutero escribe que Jesús nació de
“María pura, santa y siempre Virgen”.
 Juan Calvino trató de ignorante a Elvidio (hereje del siglo V),
porque afirmaba que María tuvo otros hijos. Ulrico Zwinglio
enseñó: “María, como virgen pura, nos engendró al Hijo de
Dios, y tanto en el parto, como después del parto se conservó
siempre Virgen. Pura e íntegra”.
 El pastor protestante John Wesley, creador de la Iglesia
Metodista, en su “Carta a un Católico”, agregó: “Creo que
(Jesús) fue concebido por obra singular del Espíritu Santo,
nacido de la bendita Virgen María, que tanto antes como
después de darlo a luz, continuó Virgen inmaculada”.

Con el tiempo fuero los “hijos rebeldes” de la Reforma Protestante


que empezaron a negar esta verdad bíblica. Tradición que se ha
mantenido hasta nuestros días en todas las iglesias y sectas de esta
denominación.

MARÍA: LA DISCÍPULA DEL SEÑOR

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN

Dice el documento de los obispos latinoamericanos reunidos en


Puebla (México) en el año de 1979, que maría es el modelo que
cada cristiano se debe proponer para imitar.

LA ANUNCIACIÓN Y EL MAGNÍFICAT

Aunque es verdad que en los evangelios se habla muy poco de


María, si podemos identificar desde la teología y la exegesis bíblica
aspectos muy importantes que el común de los cristianos dejan
pasar por alto, y es así como vamos a analizar en primer lugar el
texto de (Lucas 1, 26-38).

(Verso 26): Nazaret en la provincia de Galilea, era una aldea al norte


de Israel (o Palestina), tan insignificante para el resto de los judíos
que no hay ninguna mención de ella en los textos del Antiguo
Testamento o en los escritos del historiador judío Flavio Josefo. Ni
siquiera el mismo Satanás, quien es descrito en las escrituras como
el “príncipe de este mundo”, sabía lo importante que sería en la
historia de la salvación esta pequeña comarca en la cual se llevaría a
cabo la encarnación del Salvador del género humano por medio de
una joven judía humilde y sencilla.

(Verso 27): Los Padres de la Iglesia le han dado dos significados al


nombre de María:

 San Jerónimo (s. V), la define como “stilla maris”, es decir,


“gota de aquel mar”. Por un error de copista llegará a ser la
célebre “stella maris”, (“estrella del mar”).

 Mientras que San Pedro Crisólogo (s. V), obispo de Ravena, la


relaciona como “dómina” (“señora”).

(Verso 28):“Este saludo en el griego koiné (o común) es de forma


tras literal como jaire kejaritomene.

La palabra salve (jaire) es un saludo a un individuo muy


importante, como era a la persona misma del emperador romano
que se le decía “salve césar”. De hecho, los soldados romanos en la
pasión de N.S. Jesucristo cuando se burlaron de Él lo hacía diciendo:
“¡salve, rey de los judíos!”. (Mateo 27,29).

Mientras que kejaritomene es un término compuesto. Esta


palabra, cuya raíz es jaritoo (gracia), indica un estado especial en
que la gracia sobreabunda desde siempre y para siempre en ella.
También implica otros términos como la “amada”, la “favorecida”,
“agraciada” o “gratificada” en sumo grado. En cuanto a las palabras
del ángel Gabriel: “El Señor es contigo” podría decirse también “el
Señor te acompaña”. El ángel emplea este participio a modo de
nombre propio, lo que aumenta la fuerza de su significado.

(Verso 29): Son tan importantes estas palabras y tal trascendencia


que la misma María se turbó ante este anuncio, y se preguntaba que
significaba aquel saludo.

(Verso 31): el hijo del Altísim que nacería de Ella sería llamado
“Jesús”. Que equivale a “Yoshua” (en hebreo), “Yeshua” (en
arameo) o Iesous (en griego), los tres idiomas en que se escribieron
originalmente los textos sagrados; y cuyo nombre es una
abreviación de “Yahveh salva” o “Dios es salvación”.

(Versos 32-33): Características que tendría su hijo, y el reinado que


inauguraría con su nacimiento.

(Verso 35): El poder del Dios Altísimo descendió sobre Ella como
una “sombra” o una “nube”. Era la misma forma como sucedía
cuando Yahwé Elohim bajaba en la Tienda del Encuentro del
Santuario construido por Moisés, y que es conocido como la
schekji.náh (o la gloria del Adonay) (Éxodo 40, 35). Por eso, la
Virgen María es llamada por los teólogos como el “nuevo Santuario”.

(Verso 38): María ante tal designio celestial no contesta como


debería de haber sido al haberse auto proclamado como la “madre
del futuro rey de Israel” o más bien la “reina madre”, sino que por el
contrario, adopta la condición como la “sierva del Señor”. En otras
traducciones de la palabra de Dios aparece la palabra “esclava”.

El término “sierva”, duole en griego, viene de la raíz deo, que


significa atar. Los esclavos o siervos eran la escala más inferior en el
judaísmo antiguo. De acuerdo a la legislación de Moisés, los
esclavos hebreos tenían que ser liberados en el séptimo año de la
servidumbre o en el año del Jubileo (Éxodo 21,2). No obstante, si
recibía buen trato de su amo, el esclavo podía renunciar a su
libertad y quedarse con él el resto de su vida. En este caso la norma
decía que el amo tenía que apoyar la oreja del esclavo contra una
puerta, o el marco de una puerta, y perforarla con un punzón
(Éxodo 21,5-6; Deuteronomio 15,12.16-17). Este rito se hacía
porque en el hebreo, el concepto de obediencia o atender a una
autoridad superior se expresaba con una palabra que significaba oír
o escuchar, que es shamá. Así que la perforación de la oreja
simbolizaba el deseo del siervo de seguir sirviendo a su amo. Sin
embargo, los esclavos que se fugaban y eran atrapados, los
marcaban con un hierro candente y quedaban excluidos para
siempre de una eventual liberación.

Sobre el cántico que María pronunció ante su prima Isabel que


aparece en (Lucas 1, 46-55), podemos decir lo siguiente:

 En el pueblo judío todo acontecimiento familiar, social o local


de gran importancia, era traducido inmediatamente en prosa
rítmica, según normas que permitían memorizarlo. Quienes se
encargaban de esta labor eran por lo general las mujeres.

 La Iglesia Católica la ha dado el nombre del magníficat,


porque en el latín (idioma oficial en el catolicismo), sus
primeras palabras son: “magníficat anima mea dominum”,
proclama mi alma la grandeza del Señor.

Los exegetas han evidencia en María un amplio conocimiento en las


Sagradas Escrituras, pues se calcula que hizo más de veinte
referencia del Antiguo Testamento.
Del mismo modo, este canto está dividido en tres partes
importantes:
 La alabanza a la persona de Dios padre y su relación estrecha
con El, en los versos del 46 al 49.
 Una exaltación de la justicia divina en favor de los más
desfavorecidos de la sociedad, en los versos del 50 al 53.
 El vínculo de Yahvé Shaddai y la nación de Israel, como el
pueblo de la primera alianza, en los versos del 54 al 55.
Después de haber dados estos datos generales vamos a leer el texto
bíblico, explicando los versos más importantes de la primera parte:
(Versículo 47): La palabra “espíritu” viene del griego pneuma, que
se ha identificado como la parte inmortal o inmaterial en el ser
humano.
Del mismo modo, Dios Padre la ha salvado del “pecado original”
desde el momento mismo de su concepción, ya que solo una mujer
pura y santa puede albergar en su vientre al Emmanuel (Dios-con-
nosotros).
(Versículo 48): María declara nuevamente como la “sierva” a los
designios del Altísimo. El término “siervo” o “sierva” en el lenguaje
bíblico, puede significar también como uno que se entrega a la
voluntad del otro.

Todas las generaciones la llamarán “bienaventurada”, “dichosas” o


“feliz” en otras traducciones. Es la única criatura humana que en la
Biblia tiene este privilegio, que además tiene que ser reconocido y
aceptado por todos los que se llamen cristianos a través de todos los
tiempos.

(Versículo 49): Esta gracia especial está en relación con lo que el


Todopoderoso ha obrado en Ella.
“Su nombre es santo”, del griego jagios, que significa que Dios
Padre es absolutamente santo, en su pureza, majestad y gloria; tal
cual como es la misma esencia o título de N.S. Jesucristo; así
aparece en las palabras del ángel Gabriel en la anunciación, como
leímos anteriormente: “Por eso el niño que nazca será santo y se le
llamará Hijo de Dios” (Lucas 1,35).

LA NATIVIDAD Y LA INFANCIA DE JESÚS

Cuando el Rey de reyes nace en el portal de Belén, unos pastores


siguiendo las indicaciones de un ángel del cielo, van a visitarlo.
Veamos lo que aparece en el evangelio de Lucas 2, 16-19.

(Verso 16): esta escena es conocida con el nombre de la sagrada


familia.

(Verso 19): María meditaba estos acontecimientos en su interior,


dando a entender que era una mujer de profunda espiritualidad y
vida contemplativa de los designios del Dios Todopoderoso, que se
le iban revelando con el trascurso del tiempo, en relación con su hijo
Jesucristo.

Luego va aparecer la escena de la presentación del divino niño en el


templo de Jerusalén, donde interviene el profeta Simeón de la
siguiente manera:
(Verso 33): los padres del pequeño Jesús sienten el mismo gozo
como cuando escucharon a los pastores anteriormente.

(Versos 34 -35): Para María se abre el camino de dolor que


culminará en
el monte Gólgota (o calavera). Igualmente, podemos agregar que el
vocablo “alma” en griego es “psuque”, y comprende toda la
persona como tal.

Transcurrido un lapso de tiempo de casi dos años, viene la visita de


los magos de Oriente al divino infante en Belén, como aparece en el
evangelio de Mateo 2,11.

En este texto bíblico podemos observar que es María la que da a


conocer al Salvador del mundo a los Magos, que simbolizan al
mundo pagano o gentil. No obstante, el acto de “adoración” del
griego proskinéo, que implica precisamente inclinarse en señal de
“homenaje” o “reverencia”, al igual que los tres presentes o regalos
de oro, incienso y mirra; no son para Ella sino para su Bendito hijo.
Esta es la típica representación que aparece muy comúnmente en
las imágenes, pinturas e íconos del arte religioso o sacro.

Más adelante, cuando ya Jesús de doce años sube con sus padres a
Jerusalén para la fiesta de la Pascua, y cuando lo encuentran
después de tres días de búsqueda, se presenta el siguiente diálogo
entre la Madre y el Hijo en Lucas 2,48-49.

(Verso 51): El término corazón del griego kardia, designa el


interior de cada ser, y en un sentido espiritual representa el dolor
que causa algo en la vida del individuo.

(Verso 52): En este último versículo podemos anotar que la única


persona testigo ocular de este acontecimiento es su madre María, ya
que estuvo al lado de su Hijo desde el pesebre en la gruta de Belén
hasta la cruz en el calvario en Jerusalén.

MARÍA EN LA VIDA PÚBLICA DE CRISTO

Ya en el comienzo de la vida público del Hijo de Dios y poco después


de su bautismo, el Señor fue invitado con su madre y los discípulos
a una boda en Caná, en la región de Galilea. Cuando quedaba poco
vino, María le dijo a su hijo las siguientes palabras: “No tienen vino”
(Juan 2,3). Causa desconcierto en algunos lectores la forma como el
Unigénito de Dios le responde a su madre: “¿Qué quieres de mi,
mujer? Aún no ha llegado mi hora” (4). No obstante, este pasaje
tiene una dimensión exegética y profética, pues el Mesías hace
mención a su misión redentora por los pecados de toda la
humanidad, que no se realizaría sino hasta casi tres años después
de este hecho, ya que cuando la multitud vino a prenderlo en el
huerto del Getsemaní, Jesús despertó a sus apóstoles y exclamó:
“llegó la hora. El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de
los pecadores” (Marcos 14,41).

Otro hecho relevante es el episodio de la crucifixión de Cristo, ya


que en los evangelios o la buena noticia, nos indica la fidelidad de
María y las otras santas mujeres en este momento tal crucial en la
vida del Señor Jesús. Al respecto, el apóstol y evangelista Juan nos
aclara cómo María encabezaba este grupo (Juan 19,25). Igualmente
en (Marcos 15, 40-41), nos da otra lista complementaria. Así mismo,
Los evangelios ponen por escrito las mujeres que fueron el domingo
en la madrugada a embalsamar el cuerpo de Nuestro Señor (Marcos
16,1-6; Lucas 24,9-11).

Podemos concluir, que la única creyente que realmente entendió en


su corazón las enseñanzas del Mesías cuando predicaba que tendría
que padecer, morir y volver a la vida el tercer día; fue precisamente
la Virgen María que no hizo parte de las mujeres que visitaron la
tumba vacía o al lado de los apóstoles incrédulos que no creyeron
en este acontecimiento.

MARÍA Y LA IGLESIA APÓSTOLICA

Después de haber resucitado triunfalmente el Señor y regresar a la


presencia del Padre Eterno a los cielos en el monte de los Olivos, la
primera comunidad de discípulos se reúne en torno de María, así lo
da a conocer el libro de los Hechos de los Apóstoles 1,12-14. Todos
ellos reciben la fuerza renovadora y prometida por Jesús del Espíritu
Santo en la fiesta del Pentecostés (2,1-4).

Para concluir se puede resaltar las palabras de San Agustín, obispo


de Hipona y doctor de la Iglesia del siglo V, cuando dijo: “María
Santísima hizo la voluntad del Padre y por eso cuenta más en ella el
haber sido discípula de Cristo que haber sido madre de Cristo”.
MARÍA EN LA IGLESIA PRIMITIVA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Dice San Dionisio Areopagita, discípulo de San Pablo y según la


tradición eclesiástica primer obispo de Atenas (Hechos 17,34);
quien fue además testigo ocular de la vida de la Virgen, que en sus
últimos años era de una belleza incomparable.

Los Padres de la Iglesia especialmente los de Oriente, han


relacionado el oráculo de Sofonías (3,14), con la Virgen Santísima: “!
Exulta, hija de Sión; da voces jubilosas, Israel; Alégrate con todo el
corazón, hija de Jerusalén!”.

En el siglo II, San Ireneo de Lyon utiliza para María el título de


“abogada”.

San Justino Mártir, San Ireneo de Lyon o Tertuliano (siglos II-III),


en un ambiente polémico contra los gnósticos y docetas;
identificaron a María como la “Nueva Eva”.
Orígenes de Alejandría (+254), considera a la Madre del Mesías
como modelo de los cristianos.

Los arqueólogos localizaron una ciudad enterrada en pleno desierto


de Siria del año 250 DC. Allí encontraron un pequeño templo
cristiano. En una de las paredes se hallaba la imagen de una mujer
junto a una cisterna de agua con una estrella en su pecho. Un
antiguo evangelio apócrifo decía que la Virgen María fue a buscar
agua con su cántaro a un pozo y allí se le apareció el Ángel Gabriel
que le anunció que sería la madre del Señor Jesús.

En la catacumba de Priscila en la vía Salaria de Roma, hay una


pintura del siglo II, de la Virgen María y el Niño en compañía de
Isaías, arriba aparece la estrella de la profecía de Balaam: “De Jacob
avanza una estrella” (Números 24,17). Es considerada la referencia
más antigua de la devoción a Nuestra Señora.
Los arqueólogos localizaron una ciudad enterrada en pleno desierto
de Siria del año 250 DC. Allí encontraron un pequeño templo
cristiano. En una de las paredes se hallaba la imagen de una mujer
junto a una cisterna de agua con una estrella en su pecho. Un
antiguo evangelio apócrifo decía que la Virgen María fue a buscar
agua con su cántaro a un pozo y allí se le apareció el Ángel Gabriel
que le anunció que sería la madre del Señor Jesús.
En las catacumbas de san Pedro y san Marcelino se admira una
pintura del siglo III/IV que representa a María en medio de san
Pedro y san Pablo, con las manos extendidas y orando.

Los padres franciscanos al construir la actual basílica de la


Anunciación en Nazaret, encontraron grafitos que datan desde del
siglo II, en los que dicen: “Charia María” (“Alabada sea María”),
otra es en griego “Xe Mapia”, es decir “Jaire María” (“Ave María”).
Igualmente, hay una inscripción en armenio, en la que se lee:
“Keganuish” (“Bella Doncella”).

En el año 250, como se deduce de un antiguo papiro, los cristianos


de Egipto se dirigían a María con esta oración: “Bajo tu amparo nos
acogemos, Santa Madre de Dios. No desprecies las oraciones que de
dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo
peligro, o Virgen Gloriosa y Bendita”. Aquí aparece por primera vez
la expresión griega “Theotókos”, que literalmente significa” la que
ha engendrado a Dios”.

En el siglo IV se tiene constancia de fiestas en honor de María


Santísima. La Purificación en el Templo se conmemoraba en
Jerusalén en el año 380, y de allí pasó a Occidente. La Dormición se
realizaba en Oriente después del año 500 más o menos. En el siglo
VII se empezaron a celebrar también en Roma y Occidente las
fiestas de la Anunciación, la Asunción (o Dormición), Natividad, la
Visitación entre otras.

Los antiguos cristianos al referirse a María la llamaban con el


término griego “Aei-Parthenos”, es decir, -“Siempre Virgen”- que
san Epifanio (+403), obispo de Chipre, lo introduce en su símbolo
de fe.

Después del concilio de Éfeso (431), se le da a María el título de


“Panaguía” (“Toda Santa”).

En el mismo siglo V se empieza a alabar a María con el distintivo de


“Reina”. San Juan Damasceno (en el mismo siglo) le decía
“Soberana”.

San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla, quien falleció a


principios del siglo V, llamaba a María: “Auxilio potentísimo, fuerte
y eficaz de los que siguen a Cristo”; Es decir, “Auxilium
Cristianorum” (auxilio de los cristianos).

San Sabas de Cesarea, en el año 532, narra la historia de dos


ciegos que se curaron delante de una imagen de la Madre de Dios.
Es el primer registro oficial que se tenga por esta intercesión.

Proclo, patriarca de Constantinopla (s. V), identifica en María como


el “Arca del Señor”. Del mismo modo, Romano de Melode (s. VI),
agrega: “Arca de la Alianza que dentro de sí lleva a Dios mismo”.

El primero en reconocer por escrito una serie de milagros atribuidos


a la intercesión de María fue San Gregorio, obispo de Tours
(Francia), (s. VI).

El patriarca Severo de Antioquía, (s. VI), cantaba en un himno:


“Imploremos a aquella que es la Madre de Dios y roguémosle que
interceda por nosotros, ella que es honrada por todos los santos”.

Uno de los más ardientes defensores de la intercesión poderosa de


Nuestra Señora ante su hijo Jesucristo, fue San Isidoro de Sevilla
(s. VII).

Andrés, obispo metropolitano de la isla de Creta (s. VIII),


reconocido como santo por la Iglesia de Oriente, tenían unos
particulares versos en honor de la Madre de Dios basándose en el
Salmo (45,9), que dice así: “Reina del género humano, reina
inmaculada, nueva reina, reina de todos los hombres”.
MARÍA EN LA IGLESIA CATÓLICA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Los cuatro dogmas (creencias de fe) marianos, aceptados por la


Iglesia Católica, son:

a. La Inmaculada Concepción, “Y entrando el ángel en donde ella


estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita
tú entre las mujeres” (Lucas 1,28). (Papa Pío IX, 1854).

b. La Maternidad Divina, “¿Por qué se me concede esto a mí


(Isabel), que la madre de mi Señor venga a mí?” (Lucas 1,43).
(Concilio de Efeso, 431).

c. Su Virginidad Perpetua, “He aquí, una virgen concebirá y dará a


luz un hijo, y llamarás su nombre Emmanuel, que traducido es:
Dios con nosotros” (Mateo 1,23). (Concilio de Letrán 649).

d. Su Asunción a los Cielos es Cuerpo Y Alma, “Apareció en el cielo


una gran señal: una mujer vestida de sol, con la luna debajo de
sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”
(Apocalipsis 12,1). (Papa Pío XII, 1950).
Santa María La Mayor, es una de las cuatro iglesias principales de la
ciudad de Roma. Llamada al principio Liberiana, porque identificaba
con un antiguo templo pagano, en la cima del monte Esquilino, que
el Papa Liberio adaptó como la primera Basílica dedicada a Nuestra
Señora. Narra la leyenda que la Virgen se apareció en la noche del 5
de agosto del 352 al Papa Liberio y a un patricio romano, y los invitó
a construir una iglesia en el lugar en donde hallarían nieve (agosto
en Roma es un mes de mucho calor); al día siguiente por la mañana
se encontró nieve en la colina mencionado anteriormente.

En la mañana del 8 de diciembre de 1854, en la basílica de San


Pedro del Vaticano, en el momento de la lectura de la Bula
Ineffabilis Deus, que confirmaba como dogma de fe la
Inmaculada Concepción de María; sobre el Papa Pío IX cayo un rayó
de luz. Fenómeno sorprendente, porque en ese momento era la
víspera del invierno, desde ninguna ventana de la basílica podía
llegar un rayo de luz al ábside donde se encontraba el Romano
Pontífice.

El Vaticano ha revelado que se ha encontrado un manuscrito inédito


en el que el Papa Pío XII narra que vio el sol rotar cuatro veces con
ocasión de la proclamación del dogma de la Asunción. El Romano
Pontífice recuerda que el 30 de octubre de 1950, mientras paseaba
en los jardines vaticanos, asistió al mismo fenómeno que se verificó
en 1917, al final de las apariciones de Fátima, y lo consideró una
confirmación celeste de cuanto estaba por realizar. El Papa atestigua
haber presenciado al mismo hecho “el 31 de octubre y el 1 de
noviembre, día de la definición del dogma de la Asunción, después
otra vez el 8 de noviembre. Luego ya no más”. El Pontífice habló de
lo sucedido con algunos cardenales y unos pocos íntimos, como sor
Pascalina Lehnert, la religiosa gobernante del apartamento papal.

Existe un vínculo sólido entre la vida de Eugenio Pacelli (nombre de


pila de Pío XII) y la Virgen María. Desde niño era devoto y estaba
inscrito en la Congregación de la Asunción, que tenía la capilla cerca
de la Iglesia del Jesús. Una devoción que parece profética, ya que
será precisamente él quien declaró este dogma mariano. Celebró su
primera Misa como sacerdote el 3 de abril de 1899, en el altar del
icono de María "Salus Populi Romani" en la capilla Borghese de la
Basílica de Santa María la Mayor. Recibió la ordenación episcopal del
Papa Benedicto XV en la capilla Sixtina el 13 de mayo de 1917, día
de la primera aparición de la Virgen en Fátima". En 1940, en calidad
de Pontífice, reconoció definitivamente las apariciones de Fátima, y
en 1942 consagró el mundo entero al Corazón Inmaculado de María.
Se encontró muchas veces con sor Lucía, la vidente de Fátima, y le
ordenó que transcribiera los mensajes recibidos de la Virgen,
convirtiéndose por tanto en el primer Vicario de Cristo en conocer
aquello que durante años ha sido conocido como el tercer secreto, y
que Juan Pablo II hizo publicar. El 1 de noviembre de 1950, tras
haber consultado a los obispos de todo el mundo, unánimemente
concordes -sólo seis respuestas sobre 1.181 manifestaban alguna
reserva-, con la Bula Munificentissimus Deus, proclamó el dogma
de la Asunción, como cumplimiento del dogma de la Inmaculada
Concepción.

El mismo Pío XII señaló que el mensaje de la Virgen en Fátima, era


una de las mayores intervenciones de Dios por medio de la Madre
de su Hijo en la historia del cristianismo desde la muerte de los
apóstoles. De hecho, la Unión Soviética dejó de existir cuando los
presidentes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia, al final de una reunión,
anunciaron formalmente su disolución. Y esto sucedió el 8 de
diciembre de 1991, precisamente en la fecha de la fiesta de la
Inmaculada Concepción, y resulta fácil ligarlo a la consagración de
Rusia al Corazón Inmaculado de María efectuado por el Papa Juan
Pablo II y todos los obispos del mundo, el 25 de marzo de 1984.
Asimismo, el signo definitivo que indicaba la derrota del comunismo
ateo se produjo el día en que se quitó la bandera rosa que durante
muchas décadas había sido izada en el Kremlin, y en su lugar se
colocó la bandera nacional rusa. Esto ocurrió el 25 de diciembre de
1991, una de las fiestas más importantes del calendario litúrgico
católico, el Nacimiento de Jesús por medio de la Virgen María.

La fiesta del Corazón Inmaculado de María fue oficialmente


establecida por el papa Pío XII, el 4 de mayo de 1944, para obtener
por medio de su intercesión la paz entre las naciones (lo cual
coincidió poco antes de la finalización de la II Guerra Mundial). El
papa Juan Pablo II declaró que esta conmemoración religiosa será
de carácter “obligatorio” y no “opcional”. Esta es la primera
celebración que debe incluirse en la liturgia de todo el orbe católico.

En 1955, el papa Pío XII, instituye el día 31 de mayo como la


solemnidad de “María Reina”, para clausurar este mes que es
dedicado en su honor.

Durante el concilio Vaticano II, el 21 de noviembre de 1964, el papa


Pablo VI, atribuyó solemnemente a María el título de “Mater
Ecclesiae”: “Madre de Cristo, Madre de la Iglesia”.

El Papa Pablo VI, en su encíclica Signum Magnum (1967),


identificó a Nuestra Señora de Fátima como la representación bíblica
de la “Mujer vestida de Sol” (Apocalipsis 12,1).

El Papa Juan Pablo II, en su encíclica Redemptoris Mater (1987),


escribió “que las apariciones marianas significan que la Santísima
Virgen se está trasladando, a través del tiempo y del espacio, en
una peregrinación hacia la Segunda Venida de Cristo y la victoria
final de María sobre Satanás. Este es el papel de ella ahora como
fue predestinada desde el principio”.
MARÍA PARA LOS SANTOS Y MÍSTICOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

A Santa Isabel de Hungría (s. XIII), le fue comunicado que desde el


día que María se ofreció a Dios en el Templo, no cesó de pedir por la
pronta venida del Rey de Israel.

La beata Ana Catalina Emmerich (s. XIX), describe en una visión que
la Niña María era de contextura delicada, de estatura media y con
una cabellera rubia y ondulada; su inteligencia era muy superior a
las demás niñas judías que vivían en el Templo.

La Anunciación fue descrita también por la ya mencionada monja


estigmatizada Ana Catalina Emmerich, quien vio a la virgen con un
amplio vestido de lana y un velo coralino en la cabeza. María se
encontraba arrodillada en profunda oración. En el momento de la
Encarnación del Hijo de Dios Ella contaba con poco más de 14 años.

A Teresa Neumann (s. XX) y Ana Catalina Emmerich, les fue


revelado que tanto la concepción, el embarazo y el parto de la
Virgen María ocurrieron sin dolor, por estar exenta del pecado
original.
Santa Gertrudis (s. XIV), una vez leyendo en La Escrituras que dice
que Jesús es el “hijo primogénito” (Lucas 2,7), no alcanzaba a
entender cómo es posible que si María no tuvo más hijo se utilizara
este término. El Señor le reveló que “Jesucristo había sido
primogénito según la carne, y los demás seres humanos según el
espíritu” (Juan 1,12-13; Romanos 8,17; Efesio 1,5).

Según la tradición antigua, autorizada por los patriarcas de


Jerusalén, San Juan Damasceno (s. V), Nicéforo, patriarca de
Constantinopla (s. VIII), y otros Padres de la Iglesia; la muerte de
María no fue una muerte con dolor sino de amor de volver a ver a su
amado Hijo. Esto ocurrió al parecer unos catorce años después de la
ascensión del Señor a los cielos. Cuando los apóstoles la sepultaron
cerca del Cenáculo no se encontraba Tomás, quien llegó tres días
más tarde, al destapar nuevamente el sepulcro solo encontraron los
paños con que había sido envuelto su cuerpo.

La ya mencionada visionaria estigmatizada Teresa Neumann, agrega


que el Tránsito de María ocurrió “un día sábado, en la mañana muy
temprano, y la sepultaron avanzada la tarde”.

Afirma San Pedro Damián, obispo de Ostia (s.XI), que una mujer
difunta llamada Marozia, se apareció a una amiga suya, y le confesó
que el día de la Asunción de la Virgen la sacó del purgatorio con
todas las demás almas, cuyo número superaba al de todos los
habitantes del pueblo romano. Igualmente, San Dionisio Cartujo (s.
XV) dice que en la fiesta de su Natividad y de la Resurrección del
Señor, baja la Madre de Dios acompañada de la celestial milicia, y
saca muchas almas para llevarlas al cielo.
San Juan Damasceno relata en una carta que Santa Pulcheria
Augusta, emperatriz de Bizancio, a comienzos del siglo V, mandó a
pedir al patriarca de Jerusalén, San Cirilo, el sudario con que fue
envuelto el cuerpo de la Santísima Virgen para construirle una
basílica.

APUANTES SOBRE LA MADRE DE DIOS I.

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El evangelio apócrifo de Pseudo Mateo narra que Joaquín


perteneciente a la tribu de Judá, quien “hacía tres partes de sus
bienes, bien se tratara de las ovejas, o de los corderos, o de la lana,
o de cualquier otra cosa que le pertenecía: la primera la distribuía
entre las viudas, los huérfanos, los peregrinos y los pobres; la
segunda era para las personas consagradas al culto de Dios; la
tercera, finalmente, se la reservaba para sí y para su familia.”

El protoevangelio de Santiago escrito alrededor del año 120 D.C.,


relata la historia de Joaquín y Ana, padres de la Virgen María. La
madre de edad avanzada y estéril, obtuvo del Señor el nacimiento
de su hija, a quien llevaron al Templo de Jerusalén a los tres años,
en cumplimiento del voto que habían hecho (1 Sam 2,22).

Hay que aclarar que estos dos datos corresponden a los llamados
evangelios apócrifos, palabra que viene del griego apó=lejos, y
kriptein=ocultar, y que podrían designarse más bien como “textos
de procedencia dudosa”, por esta razón, no son considerados como
de revelación divina o más bien inspirados por el Espíritu Santo,
pero si aportan algunos datos sobre lo que pensaban muchos
cristianos sobre este tema entre los siglos II al V, tiempo en que se
redactaron la mayoría de ellos.

Sus padres serían San Joaquín, que quiere decir “la preparación del
Señor”, era descendiente de la familia de David, galileo, de la ciudad
de Nazaret, y Santa Ana que significa “gracia”, era de la estirpe
sacerdotal de Aarón, y había nacido en Belén. María pertenecía a la
tribu de Judá. Su prima Santa Isabel estaba casada con Zacarías,
sacerdote del Templo de la tribu de Leví (Lucas 1,5). Otro pariente
mencionado en La Biblia era su cuñada María, esposa de Cleofás,
llamada comúnmente como la hermana de la Madre de Jesús (Juan
19,25).

Tanto en el Talmud de Babilonia como el de Jerusalén aluden a


María, la madre de Jesús, como hija de Joaquín: “Myriam bath
Jehoakim”. Además se asegura que era descendiente de la familia
de David por vía materna y paterna, y que el abuelo de Cristo era
uno de los personajes más acaudalados e influyentes de la Jerusalén
herodiana. Mientras que en otros aparte la tratan de manera
insolente.

El evangelio apócrifo de Pseudo Mateo narra que Joaquín


perteneciente a la tribu de Judá “hacía tres partes de sus bienes,
bien se tratara de las ovejas, o de los corderos, o de la lana, o de
cualquier otra cosa que le pertenecía: la primera la distribuía entre
las viudas, los huérfanos, los peregrinos y los pobres; la segunda
era para las personas consagradas al culto de Dios; la tercera,
finalmente, se la reservaba para sí y para su familia.”

La tumba tradicional del santo matrimonio de Joaquín y Ana, fue


descubierta en la Ciudad de Dios, en 1889.
El culto a Santa Ana aparece en la Iglesia de Oriente en el siglo VI, y
para San Joaquín un poco más tarde. En Occidente se extendió
desde el siglo XII, y su fiesta empezó a celebrarse en el siglo
siguiente.

En aquella época el nombre de “María”, o más bien del hebreo


Miriam (o Mariam), era llevado por una de cada tres mujeres
judías.

San Bernardo de Claravelle, llamado el “Doctor Mariano” (siglo XII),


fue el primero en llamar a María como “Nuestra Señora”.

El día sábado en la liturgia del tiempo ordinario ha sido dedicado a


Nuestra Señora, ya que una antigua tradición afirma que en ese día
de la semana, nació y murió.

La Madre del Señor vino al mundo muy probablemente en Jerusalén,


capital de Israel. San Joaquín, era descendiente de la familia de
David, galileo, de la ciudad de Nazaret. Santa Ana, era de la estirpe
de Aarón, y había nacido en Belén. María pertenecía a la tribu de
Judá. Su prima Santa Isabel estaba casada con Zacarías, sacerdote
del Templo de la tribu de Leví (Lucas 1,5). Otro pariente
mencionado en La Biblia era su cuñada María, esposa de Cleofás,
llamada comúnmente como la hermana de la Madre de Jesús (Juan
19,25).

En Jerusalén hay una iglesia edificada en el siglo V en las cercanías


de la piscina probática, lugar en el cual la tradición sostenía que
estaba ubicada la casa de Joaquín y Ana. Sobre sus ruinas,
construyeron luego los cruzados la Basílica dedicada a Santa María,
donde nació, hoy denominada de Santa Ana. Desde el mismo siglo V
fue sitio de peregrinación. Después del año 603 el patriarca Sofronio
afirma lo dicho anteriormente. Posteriormente, la arqueología ha
respaldado el hallazgo.
María, entró en el santuario de la Ciudad Santa para pasar los años
de su infancia y de la adolescencia. Según el escritor judío Josefo,
las mujeres de los sacerdotes o las viudas educaban aquí a algunas
niñas en la oración, la piedad y el estudio de Las Escrituras. Había
además mujeres que servían en este recinto sagrado (Éxodo 38,8;
Jueces 11,28-40; 1 Samuel 2,22). O también, se encontraba el caso
de la anciana y profetiza Ana, que permanecía en el templo “de
noche y de día con ayunos y oraciones” (Lucas 2,37).

El Protoevangelio de Santiago hace alusión a que la santa niña


recibía alimento de las manos de un ángel.

María vivió en el santuario sobre el monte Moria hasta los doce


años de edad. Ya que según las reglas bíblicas de la pureza, con la
llegada de la menstruación, lo contaminaría.

En el momento de la anunciación María vivía en Nazaret de Galilea


(Lucas 1,26-27), tendría unos 14 años, una edad muy común para
el matrimonio y la primera maternidad en Oriente.

La palabra latina “Ave” con que el ángel Gabriel saluda a María,


corresponde al vocablo griego “Chaire”, que se traduce como
“Alégrate” (Lucas. 1,28). A primera vista el término Chaire,
“alégrate”, parece un saludo normal, usual en la costumbre griega,
pero esta palabra, cuando se lee en el contexto de la tradición
bíblica, adquiere un significado mucho más profundo. Este mismo
término está presente cuatro veces en la versión griega del Antiguo
Testamento y siempre como un anuncio de alegría para la venida
del Mesías (Sofonías. 3,14; Joel 2,21; Zacarías 9,9; Lamentaciones
4,21).

El cuarto mandamiento de la ley de Dios exige: “Honrar a tu padre y


a tu madre” (Éxodo 20,12). La palabra “honrar” (en hebreo
“kabodah”), también significa “glorificar”. Por lo tanto, Jesús
glorificó a María. Además la Palabra de Dios nos enseña: “Tuvimos
a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los
venerábamos” (Hebreos 12,9. Versión Biblia Protestante Reina
Valera, edición de 1.985).

En la ciudad de Ain- Karen cerca de Jerusalén, se levanta la iglesia


de “la Visitación” de María a su prima Isabel, allí también se ve una
fuente de agua milagrosa, que según una antigua tradición brotó en
el momento del encuentro de las dos santas mujeres (Lucas 1,39-
40).

En Nazaret se encuentran dos basílicas marianas:

 La iglesia griega de San Gabriel, que se levantó en el lugar


donde María recibió el anuncio del cielo (Lucas 1,28). Esta
pequeña gruta hacía parte de un lugar imprescindible en las
casa de los hebreos: allí se retiraban a hacer oración. En el
santuario existen dos columnas, dedicadas a la Virgen y al
arcángel San Gabriel. La primera fue derribada por los
musulmanes en busca de tesoros ocultos. Fue reconstruida por
los frailes franciscanos.

 La iglesia de la Anunciación, se encuentra no lejos de la


primera. Morada donde vivió la Madre del Señor antes de los
esponsales. Es una gruta natural situada en una colina, que los
apóstoles en el año 44 consagraron como templo y San Pedro
celebró con la bendición del pan. Una nueva basílica fue
construida en 1969, sobre la iglesia que levantaron en 1739 los
franciscanos, en el mismo sitio del templo dejado por los
cruzados.

En noviembre de 1997, un grupo de arqueólogos israelíes que


excavaban en la Katisma (El asiento, en griego), la mayor iglesia
bizantina erigida en Palestina hacia el siglo V, descubrieron la roca
en la que según la tradición cristiana descansó la Virgen María antes
del nacimiento del Emmanuel. El templo como un monasterio vecino
fueron edificados con las donaciones de una viuda, y se hallaba en
medio del camino entre las antiguas rutas judías que conducían de
Jerusalén a Belén y Hebrón de Cisjordania. Su forma octogonal
inspiró al califa Abed el Melek en el siglo VII para construir en la
Ciudad Santa la Mezquita de Omar o “Domo de la Roca”, por Omar
el “príncipe de los creyentes islámicos”.

En el año del jubileo del 2000, se presentó en Egipto un nuevo


itinerario turístico que incluía seguir los pasos de la Sagrada Familia
–de Belén al país de los faraones- para escapar de la ira del rey
Herodes. La primera parada está al norte del Sinaí en la localidad de
Al Farma, cuyos ídolos romanos quedaron destruidos al paso de la
Santa Familia, y otra basílica –en la salida norte hacia el delta del
Nilo -, donde Jesús hizo brotar una fuente de agua con la que calmó
la sed de su familia, y curó a los enfermos. A su llegada a la ciudad
de Sakha (hoy Bikha Isous), el Niño Jesús puso sus pies sobre una
roca y dejó allí sus sagradas huellas. El hallazgo de esta reliquia
pétrea se realizó en 1986, mientras un grupo de arqueólogos
efectuaba unas excavaciones en la iglesia local de la Virgen María.

La segunda ruta está en la iglesia y monasterio de Santa María de


Maadi, donde según la tradición fue este el lugar donde San José,
María y el pequeño Jesús se embarcaron para abandonar la ciudad
de Babilonia (antiguo Cairo). En este santuario se dice que en el año
1976 apareció flotando una antigua Biblia abierta en el capítulo de
Isaías en el que dice: “y bendeciré a Egipto, mi pueblo”. Al secarse
esta hoja se dibujó una figura que representaba a la Virgen Bendita,
con el Niño en sus brazos, sentada sobre un burro del que tiraba
San José. Este hecho, además de que la Biblia fue recuperada
prácticamente intacta, fue considerado como una señal de Dios para
levantar el santuario. Más al sur, a orillas del Nilo, aún se conserva
el llamado árbol de Mataríyah (uno de los lugares más venerados
por los cerca de ocho millones de cristianos coptos que viven en
Egipto), en cuya sombra se sentó a descansar la Virgen María. Su
destino final fue la actual ciudad de Asiut, en el centro del país,
donde vivieron los casi tres años que duró su exilio.

Cerca del Cairo, donde José, María y el Niño permanecieron durante


el exilio, se conserva un sicómoro llamado el “árbol de la Virgen”.
Cuenta la tradición que la Sagrada Familia se refugiaba bajo su
sombra del candente sol. Este árbol ha sido objeto de veneración no
solo por las mujeres cristianas sino también por las mahometanas,
que dejan atados al sicómoro pañuelos y cintas como gratitud de
algún favor recibido de la Madre del profeta Jesús. En tanto que
todas las fuentes de agua de la comarca son salobres, cerca del
“árbol de la Virgen” brota un manantial de agua dulce que era
utilizado por María.

El padre Silverio explica que en el evangelio cuando Cristo estaba


en la cruz no llama a Juan por su nombre, sino que le dice “hijo”;
para dar a entender que el Salvador la dio por Madre a todos los
que por la profesión de cristianos son discípulos suyos (Juan 19,26-
27).

El cenáculo y el monte Calvario, tenían para la Madre de Jesús una


especial importancia hacia el final de su vida terrenal.
APUNTES SOBRE LA MADRE DE DIOS II.

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Más niñas han recibido el nombre de María que el de cualquier otra


figura de la historia de la humanidad.

Se calcula que todos los días se rezan dos billones de Avemarías.

La invocación: “Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros


pecadores”, está en un breviario cartujo del siglo XIII. La
conclusión: “Ahora y en la hora de nuestra muerte”, aparece en
otros breviarios del siglo siguiente; lo cual no quiere decir que no se
usase antes, sino que no se conserva testimonios escritos de lo
mismo.

Cada año varios santuarios marianos tienen gran cantidad de


peregrinos, así por ejemplo: Fátima (Portugal) reúne a cinco
millones de creyentes; la Madona Negra de Czestochowa (Polonia)
atrae a otros cinco millones; la gruta de Lourdes (Francia) es
visitado por unos seis millones de personas, muchas de ellas no
cristianas, para beber sus aguas sanadoras. La basílica de
Guadalupe (México), congrega a catorce millones de fieles.

En Europa muchas representaciones marianas llamadas “Virgen


Negra” (se cuentan 274 cuando menos), como la de Bolonia, Santa
María la Mayor en Roma, y la ya mencionada en Czestochowa;
tienen como punto de partida la mujer del Cantar de los Cantares
(1,5), que se autodefine así: “Tengo la piel oscura pero soy
graciosa”.
En el Islam se menciona a Mariam (o María) con el título de “La
Mujer Piadosa de la Palabra”. Ella junto con Fátima (la hija de
Mahoma), son las dos mujeres más importantes para los
musulmanes.

María es presentada en el Corán, libro sagrado para los


mahometanos, como: “La única mujer que no ha sido tocada por el
Demonio”. Tan importante es la Madre de Jesús para el islam que
un sura o capítulo del Corán lleva su nombre: Maryam (María en
árabe). De los 114 capítulos que componen el libro sagrado de los
musulmanes, la sura 19 es la única que lleva el nombre de una
mujer. Además, María es nombrada más veces que cualquier
miembro de la familia de Mahoma. De hecho, su nombre aparece en
34 ocasiones en el Corán. Todos los expertos reconocen que los
musulmanes respetan y honran a la Santísima Virgen.

Una mística musulmana, llamada Rabi’â, que vivió en el siglo VIII,


recogiendo la tradición coránica “mariana”, declaraba: “Cuando el
día de la resurrección seamos llamados, la primera en avanzar en la
fila de las criaturas humanas será María, la madre de Jesús. ¡Paz
para ella!”.

En junio de 2015, ha sido inaugurada en la ciudad costera de


Tartous (Siria), la primera mezquita dedicada a la Virgen María,
Madre de Jesucristo.

En los primeros siglos del cristianismo la Santa Madona se


manifiesta para animar en la fe al apóstol Santiago (El Mayor) en
España y a los mártires; después sugiere la fundación de lugares de
culto, iglesias, conventos y monasterios. En el siglo XVI interviene
en México (Guadalupe) para impulsar el proceso de pacificación e
integración entre los conquistadores españoles y la población azteca.
En el transcurso de los siglos, Nuestra Señora ha estado junto a
místicos y santos, acompañándolos en su caminar en la fe. Ya a
partir del siglo XIX, a medida que los tiempos se hacen más
peligrosos y el materialismo crece, las apariciones se hacen vez más
frecuentes; y para algunos mariólogos señalan que “Así como Juan
Bautista preparó el camino para la primera venida de Jesús, María lo
hará para su segunda venida”.

En el siglo XVI, Albania tenía como patrona a Nuestra Señora del


Buen Consejo. En ese entonces la nación católica fue invadida por
las tropas musulmanas. El día 25 de abril de 1467, en medio de la
desolación, el cuadro de la Virgen salió del lugar donde había
permanecido durante siglos en la ciudad de Scutari, y cruzando el
mar Adriático se posó definitivamente en una pequeña iglesia en la
ciudad italiana de Genazzano, cerca de Roma, donde se encuentra
hasta hoy en un santuario de la Orden de San Agustín.

Leopoldo, rey de Alemania, dijo un día públicamente que con el


escapulario de la Virgen del Carmen había batido y derrotado a los
turcos”. Igualmente, el católico Maximiliano, duque de Baviera,
generalísimo del ejército del emperador Fernando II, con los
principales oficiales, recibió el mismo escapulario que le impuso el P.
Domingo de Jesús María, y para entrar en batalla de Praga su
esposa mandó hacer miles de escapularios para se impusieran al
ejército que iba a entrar en combate, del que salió victorioso, a
pesar de la inferioridad numérica y desventajosa situación.

En agosto de 1995, en San Petesburgo (Rusia), se celebró la


reapertura de la catedral de Nuestra Señora de Kazan, convertida
por Lenin y Stalin en el museo central del ateísmo científico durante
la época de la ex Unión Soviética. En ese entonces al precioso
cuadro se le colocó una leyenda que decía: “Icono de la Virgen de
Kazan, un objeto de superstición popular”. Y encima una enorme
placa de mármol con el escrito del astronauta Titov: “Estuve en el
espacio largo rato y busqué a dios y no lo pude encontrar por
ninguna parte”. Hoy en día el recinto sagrado ha vuelto a ser
restaurado para el culto de la Iglesia Ortodoxa.
En noviembre de 1996, un avión de carga de la compañía
norteamericana Millon Air se estrelló contra el campanario de una
iglesia de la ciudad portuaria de Manta (Ecuador); sin embargo, una
imagen de bronce de tres metros de la Virgen “La Dolorosa” quedó
intacta.

En diciembre de 2004, las olas avasalladoras del Tsunami asiático


retrocedieron a sólo cien metros en la costa oriental en India, donde
se levanta una basílica dedicada a María. El agua llegó a la entrada
principal del santuario donde está colocada la imagen de Nuestra
Señora de Vailankinni, y se retiró tras haber escalado los primeros
peldaños que llevan a la puerta, donde se encontraban miles de
fieles. No obstante, los edificios cercanos fueron destruidos.

La revista National Geographic llevó en su portada a la Virgen


María en la edición de diciembre de 2015, un mes simbólico para los
creyentes por la celebración de la Navidad. El reportaje, titulado
‘Cómo la Virgen María se convirtió en la mujer más poderosa del
mundo’, explora el fenómeno mundial de la devoción a la madre de
Jesucristo. Para ello, se remonta a uno de los episodios clave del
Nuevo Testamento, cuando interviene en las Bodas de Caná para
que Jesús realice su primer milagro. “Ninguna otra mujer ha sido tan
enaltecida como María”, a la que se describe como “un símbolo
universal de amor maternal, así como de sufrimiento y sacrificio”.
También aparecen sitios de apariciones marianas, como Lourdes
(Francia), Kibeho (Ruanda), Ciudad de México e incluso Medjugorje
(Bosnia y Herzegovina). Además aborda la dimensión mística en el
cristianismo como en otras religiones. De hecho, hace referencia a
su papel en el Islam, ya que el Corán contiene varios pasajes sobre
ella e incluso la menciona como “la mejor de las mujeres”.
LAS APARICIONES DE LA VIRGEN MARÍA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En la historia del cristianismo la Virgen María ha jugado un papel


especial, pues desde sus mismos orígenes hasta nuestros días se
han registrado infinidad de apariciones suyas; se calculan que son
cerca de 2.400. Solamente en el siglo XX se presentaron casi 500
manifestaciones marianas en 100 partes distintas. Es importante
anotar que todas guardan cierta relación con la visión que narra el
Apocalipsis (12,1), que dice: “Apareció en el cielo una gran señal:
una mujer envuelta en el sol como en un vestido, con la luna bajo
sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza”. Del mismo
modo, todos los videntes describen a la madre del Redentor como
una mujer hermosísima no mayor de 20 años, con facciones bien
delineadas, un rostro maternal y puro, en ocasiones sonriendo o con
una mirada triste; además radiante y luminosa, pero se le puede
mirar a la cara sin hacerle daño a la vista. Incluso, tomando a veces
los rasgos típicos de cada región, como en México donde se mostró
como una princesa azteca.

Sus vestimentas son de diferentes tonalidades, en Fátima apareció


con un traje blanco sujeto por un cordón dorado y un manto
bordado en oro; en Lourdes, de blanco con una cinta azul en la
cintura, en el convento de las hijas de la caridad en París se dejó ver
toda de blanco, y en Guadalupe, lo primera aparición reconocida
oficialmente por la iglesia romana, tenía una túnica rosada con un
manto azul verdoso. Igualmente, sus ropajes pueden ser un símbolo
de protección para el creyente, como ocurrió con la revelación a San
Simón Stock de Nuestra Señora del Carmen con un manto café y un
velo blanco. Asimismo, la Santísima Virgen se ha dado a conocer
con diferentes títulos como: “La Inmaculada Concepción”, “La
siempre Virgen María”,”La Virgen del rosario”, “La Reina de la paz”
del “cielo” y demás.
Otra cosa en común, es que antes de las apariciones se presenta un
ángel como antesala de las mismas, la virgen puede verse sola,
otras veces al lado de José y el pequeño Jesús en brazos, con los
ángeles Custodios, o Juan Bautista y Juan Evangelista. También van
acompañas de luces, rayos y truenos, olores y música celestial,
hechos milagrosos como el manantial que hizo brotar en Lourdes,
que ha curado a miles de enfermos; lluvia de pétalos que
desaparecen antes de tocar la tierra, caída de copos de nieve o una
especie de escarcha; o la famosa danza del sol en Fátima, ante la
mirada atónita de casi cien mil personas.

Ya en cuanto los mensajes son de diferentes características, pues


pide insistentemente el rezo del rosario, la penitencia, comunión
reparadora, promesas y palabras de consuelo, lugares de culto a su
devoción, además para poner fin a una epidemia o anunciar un
futuro castigo si el mundo no deja de ofender a Dios. Ahora bien, las
personas escogidas para estos eventos sobrenaturales van desde
papas, cardenales, obispos, fundadores de órdenes religiosas,
monjes del desierto, misioneros en tierras lejanas, místicos,
emperadores, caciques, madres de familia, mendigos, niños o por
medio de los sueños como ocurrió con el sacerdote San Juan Bosco
en Turín (Italia).

De estos videntes podemos destacar al indígena san Juan Diego a


quien la Virgen de Guadalupe, le dejó impresa su imagen en su capa
en el cerro del Tepeyac (México), en 1.531. Santa Catalina Labouré,
monja vicentina a quien se le manifestó Nuestra Señora de la
Medalla Milagrosa, en París en 1.830. A los niños Melania y
Maximino, en La Salette, en los Alpes franceses, en 1846. A una
aldeana adolescente de nombre Santa Bernardé Soubiriú, en la
gruta de Massabielle (Francia), en 1.858. Al igual, que a los tres
Pastorcitos: Lucia y sus primos los beatos Francisco y Jacinta, en el
valle de Cova de Iría (Portugal), en 1.917.
Una de las apariciones de la Santa Virgen más sorprendentes que se
dieron en el siglo XX, ocurrió en Zeitoun (Cairo), porque fue vista
por miles de personas de diversas religiones cristianas y
musulmanes. Zeitoun es un suburbio del Cairo donde la Madre del
Redentor acompañada de ángeles, se apareció allí por primera vez
el 2 de abril de 1968, día de Pascua, sobre la iglesia copta de San
Damián. Las apariciones se repitieron durante más de dos años,
duraban hasta dos horas seguidas y produjeron curaciones y
conversiones. El hecho fue confirmado tanto por el Patriarca Copto,
el Patriarca Católico en Egipto y el representante de la Iglesia
Evangélica en el Cairo.

La Iglesia Católica aclara que la “revelación divina” terminó con la


venida del Mesías a la tierra (Hebreos 1,1-2), cuyo mensaje quedó
concluido con la muerte de Juan, el último de los apóstoles, en el
año 102 d.C. (1 Juan 1,1-3). Por lo tanto, estas apariciones
marianas que han sido certificadas como auténticas después de un
largo y detallado estudio, y las que se encuentran en este proceso
por las autoridades eclesiásticas, son consideradas como
“revelaciones particulares”, que tienen como meta ayudar a vivir
más plenamente la fe del pueblo de Dios, de acuerdo a la doctrina
del magisterio de la Iglesia, pero no son de carácter obligatorio y
cada fiel puede creer en ellas o no.
LA VIRGEN DE GUADALUPE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS

I. EL RELATO HISTÓRICO

La aparición de la Virgen de Guadalupe se remonta a los tiempos de


la conquista de América, en los territorios de México a manos de
Hernán Cortés; cuando en el año 1531 y a escasos doce (1519) de
la llegada de los españoles, al recién convertido indio Juan Diego
Cuauhtlatoatzin (El águila que habla), se le manifiesta la Reina del
Cielo en el cerro del Tepeyac desde el 9 de diciembre hasta el 12 del
mismo mes. Ella lo saluda en su lengua nativa el náhuatl, y se llama
a sí misma con el nombre de Coatlaxopeuh, que significa “aquella
que pisa la serpiente” (comparar con Génesis 3,15). Envía además
un mensaje a fray Juan de Zumárraga, primer obispo de México. Es
la voluntad de la Santa Señora, que se le construya un templo en su
honor en el sitio de las apariciones, en donde ella se encargará de
oír las súplicas de quien la invoque, y de remediar todos los males
por su bendita intercesión.

Como era de esperar al pobre indígena se le tildó de loco, pero en


vista de su insistencia el alto prelado le manda a pedir a la Madre de
Dios alguna señal divina. La Virgen asede a esta petición y manda a
su siervo a cortar diferentes rosas de castilla en el mismo cerro. Aquí
se produce el primer milagro, pues como lo confirman los botánicos
era imposible que en el frío mes de diciembre, pudiera florecer de
forma natural las rosas, en lo alto del monte. Al llegar al palacio
obispal y estando solamente en su presencia, el indio Juan Diego
deja ver su blanca capa en donde había guardado las flores tocadas
por la Señora, y para asombro de todos aparece la preciosa imagen
de la Virgen Santísima. El mismo jerarca la llamó con el nombre de
“Guadalupe”, en recuerdo de una advocación mariana en
Extremadura, España, y coloca la milagrosa tilma en su capilla
privada, hasta que se construyó la primera iglesia en el sitio de las
apariciones. El santo indígena se trasladó a vivir en una pequeña
celda en el cerro del Tepeyac, dedicándose a la oración y a la
atención de los peregrinos hasta su muerte el año de 1548.

Otro hecho importante es que en torno a la Virgen de Guadalupe se


creó pronto una enorme devoción. Se logró en los primeros diez
años la conversión de no menos de ocho millones de indígenas y la
unidad de su pueblo fracturada por la conquista extranjera. Incluso,
la sangrienta costumbre pagana de los aztecas de ofrecer sacrificios
humanos (más de 20.000 seres humanos eran anualmente
degollados y mutilados por los sacerdotes a los dioses del sol y la
serpiente como ofrenda para apaciguar su cólera), cesó por
completo.

Ya sobre las pruebas históricas se encuentran plasmada en el código


Escalada, descubierto por un jesuita español, y fechado en el
mismo año de 1548. Igualmente, se conoce el famoso relato Nican-
Mopohua, escrito por el también indio Antonio Valeriano, entre los
años 1545 y 1550.

III. SIGNIFICADO DEL MANTO SANTO

Toda la Virgen de Guadalupe es un mensaje cifrado de acuerdo a la


cosmovisión de los nativos mejicanos, así por ejemplo:

 Estaba parada delante del sol, indicando que era superior al


dios azteca del sol, y de pie sobre la luna, que simbolizaba a
Quetzalcoatl, la diosa serpiente.

 Cabello suelto para los aztecas era un signo de virginidad.

 Sus ojos bajos en señal de humildad mostraban que a pesar de


ser más grande que estas falsas divinidades, no era una diosa.
 El vestido azul verdoso tenía los colores propios de la realeza,
sólo el emperador podía utilizarlos.

 Sobresalen en el pecho unas cintas negras que eran llevadas


por las indígenas embarazadas. Así la Madre del Redentor
presenta a su Unigénito al Nuevo Mundo.

 Manos unidas en señal de oración. la izquierda morena la


derecha más blanca, uniendo así las dos razas.

 La cruz negra en el broche, era la misma que una princesa


azteca había visto en un sueño reciente como el signo visible
de una nueva conquista.

 Las 46 estrellas que lleva en su vestido, corresponden a la


exacta posición de las principales constelaciones en el solsticio
del invierno, es decir, del momento de la aparición.

 Flor nahui ollin, es el máximo símbolo náhuatl y representa la


presencia de Dios.

 La Señora también está sostenida por un ángel cuyas alas


son de las plumas del Tzinitzcan (pelicano y guacamaya),
usadas por los aztecas para confeccionar los ornamentos más
preciosos y considerados superior al oro.

III. MILAGROS Y ANÁLISIS CIENTÍFICOS

La tilma o ayate es una pieza fabricada con fibra de maguey, el


manto consta de dos partes, en el centro se puede distinguir una
costura de hilo del mismo origen que las mantiene unidas.
Sus medidas son aproximadamente 1,66 metros de largo por 1,05
de ancho.
Es casi imposible que una capa que suele tener una duración
máxima de veinte años, se conserve intacta y con aquella viveza en
sus colores después de más de 485 años.

En el año 1785 se fabricaron don copias de la Virgen Morena, con


los mismos materiales y por los mejores pintores de la época. Sin
embargo, las reproducciones no fueron iguales a la original, y con el
tiempo se fueron descolorando y deshaciéndose.

Llama la atención para los expertos textiles como la manta que


estuvo expuesta directamente al medio ambiente, el polvo, insectos
y la intensa humedad; hubiera creado una especie de protección
natural durante al menos los 116 primeros años de su exposición,
posteriormente fue protegida por una urna de cristal.

Tampoco se explica cómo ha resistido los negros vapores de


infinidad de candelabros y lámparas que ardían día y noche a
escasa distancia de la impronta. Además la tilma ha sufrido la
continua frotación de cientos de miles de estampas, distintivos,
banderas, escapularios, medallas y manos; sin afectarla en lo más
mínimo.

En 1791 mientras un orfebre limpiaba el marco de oro y plata que


protege la imagen, un frasco de ácido nítrico se derramó
accidentalmente sobre la parte superior del ayate, según los
especialistas la caída de este ácido corrosivo hubiera provocado una
considerable destrucción al tejido; pero nada de esto sucedió.
Aparece eso sí, una mancha amarilla que está desapareciendo con el
tiempo.

En la mañana del 14 de noviembre de 1921, un obrero Depositó un


ramo de flores cargado con dinamita en el altar mayor de la antigua
basílica; la bomba hizo impacto a escasos metros de la urna. La
explosión demolió las gradas de mármol del altar mayor, los
candelabros, floreros, ventanales de la casa vecinas y un Cristo de
latón se dobló; pero para sorpresa de todos, ni siquiera el cristal que
cubría la imagen de la Virgen sufrió ningún daño.

En el año 1936 el premio Nobel de química, Ricardo Kuhn examinó


dos fibras del manto, llegando a la conclusión que el origen de
los colores, no pertenecían a ningún elemento animal, vegetal o
mineral.
En el año 1979 se llevó a cabo nuevas investigaciones por
científicos de la NASA, con el apoyo de la tecnología moderna. Se
descubrió que toda la imagen de aquel tosco e imperfecto material
no fue pintada por mano humana.

El rostro de la Guadalupana es perfecto y no tiene ningún trazo de


pincel.

La túnica rosa y el manto azul son tan brillantes y coloridos, como si


acabaran de ser hechos.

Los colores de la imagen de la Virgen flotan a una distancia de tres


décimas de milímetro sobre el tejido del manto.

IV. LOS OJOS DE LA VIRGEN

Para los científicos lo que más les llamó la atención, han sido las
figuras humanas descubiertas mediante ampliaciones por
computadora, en los ojos de tan sólo cuatro milímetros; en ellos
aparecen entre otros el santo vidente y el obispo Zumárraga.
Incluso, si se pasa un haz de luz con un oftalmoscopio en los ojos
negros de la Virgen, se puede apreciar como el iris brilla y adquiere
profundidad; fisiológicamente son perfectos, tal cual como si
estuvieran vivos.
V. LA EMPERATRIZ DE AMÉRICA

La Virgen de Guadalupe Fue declarada en el año 1910 por el Papa


San Pío X, como “Celestial Patrona de toda América y las Filipinas”.
Su fiesta religiosa se celebra el 12 de diciembre. Su basílica es la
segunda más visitada en todo el orbe católico, después de San
Pedro en el Vaticano. Son innumerables los milagros, las curaciones,
las gracias y conversiones que se le atribuyen a la “Morenita del
Tepeyac”, cumpliendo así la promesa que le hizo a San Juan Diego:
“No estoy yo aquí que soy tu Madre”.

IMÁGENES DE LA VIRGEN QUE LLORAN Y SANGRAN


¿FRAUDE O REALIDAD?
AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS

“Negar lo sobrenatural en la Iglesia Católica, es negar la esencia


misma del Cristianismo”.
Papa Juan Pablo II.
I. LA VIRGEN DE LAS LÁGRIMAS
Sucedió en Siracusa, ciudad de Sicilia (Italia) el sábado 29 de agosto
de 1953. En un barrio muy poblado y pobre, llamado Santa Lucía, en
las afueras de la ciudad, en la casa de los jóvenes esposos Angelo
Jannuso y Antonieta Giusto, casados por lo católico hacía cinco
meses, los cuales vivían con otros familiares. El día de su
matrimonio su cuñada María Gracia, les regaló un bello cuadro con
un relieve de yeso del Corazón Inmaculado de la Santa Madonna.
Aquel día Angelo fue al trabajo muy preocupado porque su esposa
que estaba esperando un hijo, sufría de extrañas convulsiones que
la dejaban medio muerta, con periodos alterados de ceguera,
sordera y mudez. A las 8 de la mañana la joven mujer que se
encontraba sin sentido recobró el conocimiento y la vista, y clavando
su mirada fijamente en el cuadro de la Virgen que estaba en la
cabecera de la cama, notó con asombro que de los ojos salían
gruesas lágrimas. “La Virgencita llora” gritó Antonieta, llamando
inmediatamente a su suegra y a su cuñada que estaban en la pieza
cercana. Las dos mujeres no quisieron creer al principio, pero pronto
se convencieron de la realidad al acercarse a la imagen que ya había
empapado la cabecera de la cama, y seguía derramando gotas de
lágrimas continuamente. Apreciaron también que los ojos de la
pequeña estatua estaban enrojecidos e hinchados.
Tremendamente impresionadas salieron de la casa para informar a
los vecinos. Los primeros en ver llorar a la Virgen fueron los
comunistas y protestantes, los últimos los sacerdotes; también la
policía que acudió al lugar se percató del hecho. De la gran cantidad
de personas que desfilaron junto al cuadro se empezaron a
presentar conversiones y curaciones, como: ciegos que recobraban
la vista al contacto con las lágrimas de la imagen, cojos que
andaban, sordos que oían, dolores que desaparecían, infecciones
que se curaban inmediatamente entre otros milagros. Los
periodistas empezaron a tomar fotografías del cuadro de la Virgen
llorando, y la noticia se propagó por todo el mundo.
El prodigio se prolongó por cuatro días, término en el que la mujer
embaraza se curó de su enfermedad. El arzobispo del lugar nombró
una comisión de especialistas para que analicen el cuadro y las
lágrimas. Médicos, químicos, farmaceutas y profesores universitarios
examinaron en un laboratorio el líquido que salía del cuadro, los
resultados obtenidos demostraron que “son verdaderas lágrimas
frescas de ojos humanos que están llorando”. Se observó además
con microscopio los ojos de la Virgen para ver si se notaba alguna
causa de estas lacrimaciones, y no quedó la menor duda de que se
trataba de un acontecimiento sobrenatural. El que había fabricado la
imagen después de revisarla, juró que estaba tal cual como había
sido hecha sin ningún cambio. El Laboratorio Oficial del Gobierno
vigiló y analizó todas estas investigaciones. Finalmente, todos los
obispos de Sicilia reunidos en Conferencia Episcopal declararon el
milagro de las lágrimas de la Virgen. En 1994 el papa Juan Pablo II
inauguró el santuario de la imagen de la Virgen de Siracusa.

II. LA VIRGEN DE CIVITAVECCHÍA

Este caso ocurrió el 2 de febrero de 1995 en la ciudad portuaria de


Civitavecchía (Italia), una región de pocos católicos y con un alcalde
ex comunista, donde una pequeña imagen de yeso y cemento
blanco (42 cm.) de la “Reina de la Paz” de Medjugorje (localidad
ubicada en la ex Yugoslavia, y donde presuntamente se está
apareciendo la Santísima Virgen) lloró lágrimas de sangre en la casa
de Fabio y Ana María Gregori y de sus hijos Jessica y David, que
viven en la región de Pantano, en la periferia de la ciudad. La
estatua traída de Bosnia-Herzegovina, fue regalada por el párroco
del barrio, el sacerdote español Pablo Martín Santiago a esta familia,
para que la colocaran en el jardín de la casa, y así poderse defender
de los acosos de los testigos de Jehová. La primera en darse cuenta
de lo ocurrido fue la pequeña Jessica, de cinco años, cuando toda la
familia se estaba preparando para ir a la misa dominical; luego las
lágrimas brotaron 13 veces durante varios días, y en frente de al
menos 50 testigos, con una duración, cada una, de más de cinco
minutos. Las lágrimas de sangre derramadas de ambos ojos
llegaban hasta el pecho de la estatuilla donde se coagulaban, tenía
además un color rojo y brillante, típico de la sangre viva y fresca. El
15 de marzo lo hizo por última vez en manos del obispo de la
diócesis, monseñor Jerónimo Grillo, mientras celebraba la Santa
Misa en la capilla de su palacio episcopal, quien de escéptico pasó a
ser un defensor del fenómeno, pues durante ese año en Italia
surgieron doce esculturas de vírgenes con idénticas características,
algunas acompañadas con mensajes apocalípticos. Después de esto
se creó una comisión compuesta por once expertos, dirigidos por el
padre René Laurentin, quienes llevaron a cabo numerosos análisis
de la sangre de la figura de la “Madonnina” (como se le llama) que
había quedado coagulada en sus mejillas, aquella sangre no
desapareció como las anteriores muestras que habían sido recogidas
en pañuelos.

La sangre examinada por los Institutos de Medicina Legal del


Pontificio Gemelli y de la Universidad la Sapienza de Roma, ha dado
como resultado ser plasma humana, y de tipo masculino: “la sangre
de Jesús vertida en la Madre”, comentó alguno. La talla sometida a
rayos X y a TAC, no ha revelado nada que pudiera prestarse a
trucos de algún género. Algunos incluso llegaron a la conclusión de
que se podría tratar de una “presencia diabólica”, por los que varios
exorcistas, entre ellos el padre Gabriel Amorth, la estudiaron y
descartaron la hipótesis maligna.

La imagen de Nuestra Señora está ahora en una gruta de la iglesia


de San Agustín de Pantano, y es visitada por muchos peregrinos.
Desde entonces se han presentado muchas curaciones milagrosas, y
gran cantidad de conversiones entre los que se encuentran 120 ex
testigos de Jehová, protestantes, agnósticos y budistas. También se
han dejado en la iglesia ex-votos como anillos de parejas separadas
y luego reconciliadas, ropa de bebé, jeringas de drogadictos y
demás.

MARÍA Y LOS PROTESTANTES

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

María simboliza la perfecta armonía entre lo divino y la respuesta


humana.
John Maquarrie.
Teólogo protestante.

Martín Lutero, el fundador de la Reforma Protestante, tenía junto al


púlpito de la iglesia de Wittenberg un cuadro de la asunción de la
Virgen, todos los días rezaba el Magníficat, además escribió en el
1544 (un año antes de morir), un hermosísimo elogio a la Madre de
Dios, que dice así:

“Por lo cual (el ser Madre de Dios), le fueron dados tan ingentes
bienes y tan espléndidos que superan toda comprensión; de aquí
dimana todo honor y felicidad de que en todo el género humano sea
la única persona superior a todos, a quien nadie puede igualarse,
por tener en común con el Padre celestial un Hijo tan glorioso.
Llamándola, pues, Madre de Dios se compendian en esta sola
expresión todos los loores, ya que nadie puede decir de ella o a ella
anunciarle cosa más grande, aunque tuviera tantas lenguas como
hierbas y flores la tierra, arenas el mar, estrellas el firmamento”

Cierta parte del protestantismo se está abriendo al fervor mariano,


es así como:

A. Nettuno e Ipswich, son dos ciudades en el mar. Nettuno, se


encuentra a 60 kilómetros de Roma, en la costa de Lazio, bañada
por las aguas del mar Tirreno; Ipswich, ciudad inglesa a dos horas
de Londres, en el condado de Suffolk, está bañada por las aguas del
Mar del Norte. Católica la población de Nettuno; anglicana, la de
Ipswich, pero ambas marcadas por una profunda devoción a la
Virgen, invocada bajo la misma advocación, "Nuestra Señora de
Gracia", y representada en una estatua de madera datada en el
1182, venerada en un bellísimo santuario de Ipswich hasta el año
1538 y después misteriosamente llegada a Nettuno. 

"Aquí en Nettuno, la Virgen, invocada bajo la advocación de


"Nuestra Señora de Gracia", es amada y venerada por todos",
explica Mario Mazzanti, prior de la Cofradía de Nuestra Señora de
Gracia de Nettuno. "El primer domingo de mayo celebramos la
fiesta, la más grande y sentida fiesta religiosa de nuestra ciudad",
indica. El origen de esta fiesta está ligado a la talla de madera
"llegada misteriosamente a nuestra ciudad en el 1550, procedente
de Inglaterra", explica Mazzanti. Nuestra Señora de Gracia está
representada en una estatua que se conserva en el Santuario de la
ciudad, pero que fue venerada durante otros 400 años en un
santuario de Ipswich, en Inglaterra. 

En el siglo XVI se produjo el cisma en Inglaterra, la ruptura de las


relaciones entre la Iglesia católica y el Estado inglés, por voluntad
de Enrique VIII, que reinó del 1509 al 1547. "La ruptura se debió,
como se sabe, a la voluntad de Enrique de divorciarse de su primera
esposa, Catalina de Aragón, para casarse con Ana Bolena",
añade. "El Papa no le concedió la nulidad del primer matrimonio y
Enrique proclamó la separación de la Iglesia de Inglaterra de la
Iglesia católica. Tras el divorcio, se casó con Ana Bolena y se hizo
proclamar, por el Parlamento, cabeza de la Iglesia anglicana".
"Después de Ana Bolena, Enrique se casó con otras cuatro mujeres
y desató su odio por la Iglesia de Roma con una feroz persecución a
los que continuaban proclamándose católicos -relata-. Confiscó los
bienes de todos los conventos y monasterios, hizo quemar las
iglesias católicas, estatuas, pinturas, libros y todo lo que recordaba a
la Iglesia católica de Roma". "La persecución continuó también
después de la muerte de Enrique VIII y se intensificó bajo el reinado
de su sucesor, Eduardo VI", asegura. 

"También la talla de "Nuestra Señora de Gracia" de Ipswich debía


arder; el santuario donde era venerada fue destruido en 1538 por
Thomas Cromwell, ministro de Hacienda y consejero de Enrique
VIII". "Pero Cromwell quería salvar la talla milagrosa de la Virgen y
la escondió en una capilla privada de su propiedad en Londres.
Cuando la violencia destructiva se intensificó con Eduardo VI, unos
marineros piadosos, temiendo que la figura fuera descubierta y
destruida, decidieron sacarla de la casa de Cromwell para llevarla a
un lugar a salvo de Italia". "La talla embarcó en secreto en un
buque que debía llegar a Nápoles; pero en el Mar Tirreno, la nave se
vio envuelta en una terrible tormenta y se resguardó en un puerto
entre Anzio y Nettuno". "Tras la tormenta, los marineros decidieron
reanudar el viaje, pero apenas salieron del puerto, el mar se
embraveció de nuevo, las olas eran gigantescas y volvieron al
mismo lugar; los marineros intentaron de nuevo reanudar el viaje,
pero fue inútil", explica. "En el enésimo intento, el buque volcó; los 
marineros estaban perdidos en medio de aquellas olas violentas,
pero para su sorpresa, se encontraron en la costa, todos sanos y
salvos, preguntándose cómo había sido posible". "Entonces se
acordaron de la talla de la Virgen que llevaban a bordo y quedaron
convencidos de que la Virgen milagrosa les había salvado; y
pensando en las grandes olas que se habían elevado cuando la nave
intentaba dejar el golfo, concluyeron que la Virgen quería
permanecer en Nettuno". 

"Cerca del lugar donde encontraron refugio, había una iglesia; los
marineros hablaron con la gente, explicaron la historia de la talla de
"Nuestra Señora de Gracia" que llevaban en su buque y dijeron que
quizás la Virgen quería quedarse con ellos". "La gente del lugar
estaba contenta; la talla fue desembarcada y llevada en procesión a
la vecina iglesia; el mar se calmó en seguida y los marineros
ingleses pudieron finalmente reanudar su viaje hacia Nápoles". "Muy
pronto, la talla encontró la devoción de la gente, que continuó
invocándola bajo la advocación de "Our Lady of Grace" traducido al
italiano, "Nostra Signora delle Grazie", devoción que fue
aumentando". "En 1854, año de la proclamación del dogma de la
Inmaculada Concepción, el Papa Pío IX la proclamó patrona de
Nettuno. En 1914 se construyó un nuevo gran santuario y la estatua
milagrosa fue colocada en el altar mayor", explica. 

A lo largo de los siglos, se han realizado varias investigaciones


históricas y han salido a la luz diversos documentos que demuestran
que la estatua de "Nuestra Señora de Gracia" que se venera en
Nettuno es la misma que se veneraba en Inglaterra hasta
1550. Recientemente, un estudioso ha encontrado informaciones
importantes en algunos manuscritos conservados en la Biblioteca
Vaticana. Además, en la misma estatua hay vestigios de escritura
antigua en lengua inglesa, descubiertos durante una restauración
realizada en 1959, que confirman su origen. 

En cuanto a la devoción a esta Virgen en Inglaterra, Mazzanti


destaca que en Ipswich, la devoción a "Nuestra Señora de Gracia"
nunca ha desaparecido. El santuario donde se conservaba la talla
llevaba este título a finales de 1152, cuando la estatua fue
esculpida. Aunque el santuario fue destruido en torno al 1538, la
gente siempre ha continuado rezando a la Virgen "Nuestra Señora
de Gracia" y la calle donde estaba el santuario se llama todavía
"Lady Lane" (calle de la Señora). En 1975, el escultor inglés Roberth
M. Mellamphy fue a Nettuno para estudiar la talla de la Virgen y
realizó una copia que colocó en un nicho de la iglesia anglicana de
Saint Mary at the Elmes, en Ipswich, que comprende el territorio
donde estuvo el santuario de "Nuestra Señora".

B. En Walsingham (Inglaterra), recibe anualmente unos cien mil


peregrinos que visitan los dos santuarios marianos de Nuestra
Señora de Walsingham. El uno es católico, y el otro, anglicano. El
singular hecho tuvo su origen mucho antes de la Reforma
Protestante del siglo XVI, cuando Inglaterra era una nación católica
romana, con gran cantidad de santuarios dedicados a la Madre de
Dios. Uno de los más antiguos y el más importante se encuentra
precisamente en este condado inglés. Tuvo su origen en 1061,
cuando la esposa del señor Walsingham edificó una casa en el
pueblo. Según, la leyenda, se dieron los detalles de su construcción
en una visión, pues se suponía que la vivienda era una réplica de
aquella en la que vivió la Virgen María, en Nazaret. En la Edad Media
reyes y plebeyos por igual peregrinaban a Walsingham. Aparte de la
imagen de madera de María con el Niño Jesús, también se afirmaba
que ocurrían curaciones milagrosas.

Durante la Reforma, la recién creada Iglesia Anglicana expropió


todas las pertenencias de la Iglesia Católica. En el año 1538, el
santuario de la “Bruja de Walsihgham”, como había llegado a
conocerse, fue destruido por orden del rey Enrique VIII, cabeza de
la Iglesia de Inglaterra, y se vendió el solar. La imagen de la Virgen
con el Niño fue llevada a Londres para ser quemada públicamente y
lanzada al río Támesis. A principios del siglo XX la Iglesia Anglicana
restauró el santuario esta vez como capilla protestante. En 1931 se
colocó en la parroquia una talla idéntica a la primera, y los primeros
peregrinos modernos llegaron un año después. Por su parte, los
católicos erigieron en la misma ciudad su Santuario Nacional de
Nuestra Señora en 1934. Este contiene una segunda réplica y se
encuentra en la antigua capilla de las Zapatillas, el lugar donde los
fieles solían dejar su calzado para seguir descalzos hasta llegar al
santuario original. Todos los años en mayo se hace una procesión
con la imagen por las calles de la ciudad, pero llama la atención el
hecho que en el santuario protestante se presentan algunos
disturbios, pues afirman algunos anglicanos que esto fomenta la
mariolatría y representa un rechazo de su herencia protestante.

Gustavo Bickeil, profesor protestante universitario y conocedor de


las lenguas orientales, estaba copiado un himno desconocido de San
Efrén (siglo IV), en el que el santo ensalzaba a la madre del
Redentor, cuando empezó a pensar: “Los protestantes rechazamos
el culto a María, pero aquí en estos documentos de los primeros
siglos hay un elocuente testimonio, luego el protestantismo no
puede ser la religión verdadera”. Dos años después, en 1865, el ex
profesor universitario, ya católico, decía su primera misa junto a la
tumba de San Bonifacio, el apóstol de Germania.

En el Congreso Internacional de Mariología reunido en Zaragoza


(España), en 1979, donde participaron católicos, ortodoxos y
protestantes, se llegó a la siguiente conclusión: “Creemos que todo
cristiano debe orar por los demás. Los cristianos que ya han llegado
a la perfección en la eternidad, ¿Por qué no podrán orar por
nosotros? Y María, la más perfecta de todas las personas cristianas,
¿Por qué no podrá orar por nosotros?

El teólogo de la Iglesia Valdense, Ricca, en el año 1994 declaró en la


inauguración del año académico de la Pontificia Facultad teológica
Marianun, que “el protestantismo tiene que obrar y actuar hacia una
plena recuperación de la mariología bíblica, reconociendo que la
ausencia de María no es bíblica. De esta manera se puede valorar y
encontrar mejor a María como ‘hermana en la fe’ “.

En la Iglesia Metodista de Estados Unidos se están introduciendo


himnos religiosos en honor a la Madre del Señor.

Basilea Schilnk, es una monja protestante alemana, que ha fundado


una comunidad religiosa llamada “Congregación de María”. Ha
escrito también un libro titulado “María, el camino de la Madre del
Señor”.

En mayo del 2005, la Comisión Internacional Anglicano-Católico, que


integra a su vez un selecto grupo de teólogos y académicos de
ambas iglesias, dieron a conocer un documento sobre la Virgen
María, en donde se declara de común acuerdo que los dogmas de la
Inmaculada Concepción y la Asunción de María a los cielos en
cuerpo y alma, hasta ahora rechazados por la Iglesia de Inglaterra,
“son consonantes con las Escrituras” y no deben dividir a las dos
iglesias, que, así sea con distintos énfasis, comparten la fe mariana.
CONVERSIONES AL CATOLICISMO POR LA
INTERCESIÓN DE MARÍA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: Según el CELAM (Conferencia Episcopal


Latinoamericana), cada día más de 11 mil ex fieles abandonan la
Iglesia Católica para pasarse a alguna de las sectas protestantes.
Pero poco se sabe de las historias de personas que han encontrado
la verdad plena en nuestra religión. Aquí presentamos cinco
ejemplos que se dieron por la intercesión de la Santísima Virgen
María.

I. EL JUDÍO INCRÉDULO

En el año de 1830 la Madre de Dios se presentó a una novicia de


nombre Catalina Labouré, en el convento de las Hijas de la Caridad
en París (Francia). En esta ocasión la Reina del Cielo pide que se
fabrique una medalla con su imagen tal como apareció en aquella
ocasión, y con la inscripción: “OH, María, concebida sin pecado,
ruega por nosotros que recurrimos a Ti”. Además prometió que
aquella persona que la llevara con fe recibiría grandes gracias.

Entre los hechos más notables en relación con la llamada “medalla


milagrosa” está la conversión del judío Alfonso de Ratisbona (1812-
1884), abogado y banquero ateo muy hostil al cristianismo, quien se
encontraba en Roma por motivos de salud, en casa de una familia
católica amiga, la pareja le regaló una “medalla Milagrosa” para que
la cargara en todo momento. El 20 de enero de 1842, fue a visitar
por curiosidad la iglesia de Sant´Andrea delle Fratte, y alzando los
ojos hacia el altar vio a la Virgen María, de la misma forma que
llevaba en la imagen en su pecho. Quedó tan maravillado por la
visión que se hizo católico, y en 1847 se ordenó como sacerdote
jesuita, y luego fundó la congregación de los “Sacerdotes de Nuestra
Señora del Sión”, con sede en Israel, y con la misión especial de
buscar la conversión al catolicismo del pueblo judío (Romanos 11,
25-26).

II. DE ADVENTISTA FANÁTICO A HIJO DE MARÍA

Bruno Cornacchiola era un italiano quien en la guerra civil española


conoció a un protestante alemán que le había inculcado un odio
feroz contra el Papa y la Iglesia Católica. Al volver a su patria se hizo
primero bautista y luego adventista, caracterizándose por criticar
abiertamente el culto a la Virgen María.
El 12 de abril de 1947, Bruno se encontraba paseado con sus hijos
Carlo, Isola y Gianfranco en las afueras de la ciudad de Roma, en la
colina Laurentina. Mientras los tres niños juegan, Bruno prepara un
texto con el que pretendía demostrar que María no es virgen, que la
Inmaculada Concepción es una fantasía al igual que la Asunción al
cielo. Mientras Cornacchiola consultaba la Biblia para demostrar sus
afirmaciones, los niños lo interrumpen diciéndole que han perdido la
pelota. Lo sucedido después lo cuenta él mismo en un libro que
relata su experiencia con la “Santa Madonna”.

“Le pido a Gianfranco que no se mueva, luego con los demás me


pongo a revisar el lugar. Para asegurarme de que el más pequeño
no se aleje lo llamo de cuando en cuando, pero, en cierto momento
no me responde más. Entonces, me precipito a ver. Y descubro al
niño en la entrada de una gruta, de rodillas y con las manos juntas.
Hablaba con alguien que yo no veía pero que parecía estar con él,
diciéndole: “¡Bella Señora!”. Llamo a mis otros dos hijos. Nos
acercamos los tres a Gianfranco. De pronto, Isola se arrodilla y junta
las manos y exclama: ¡”Bella Señora”!, Carlo también se arrodilla y
mira junto a donde lo hacen sus dos hermanos. Me lleno de miedo y
busco sacudir a los niños, pero parecen de piedra. Los miro mejor,
se han vuelto blanquísimos, casi transparentes. “¡Bella Señora,
sálvanos tú!”, murmuró espontáneamente. Apenas termino la
invocación y me parece sentir dos manos detrás que me empujan y
me quitan un velo de los ojos. En ese instante, la gruta desaparece
ante mí, rodeado de una luz eterna, en medio de la cual veo la
figura de una mujer. Luego la “Bella Señora” habló con voz
hermosísima y dijo: “Soy la Virgen de la Revelación. Tú me
persigues, pero ¡basta! Entra en el rebaño santo”. Bruno se siente
invadido de una intensa felicidad, al tiempo que la cueva –de
costumbre maloliente- despide un dulcísimo perfume. La Madre de
Cristo le manda con un mensaje ante el Papa, pastor supremo de la
cristiandad; luego le señala a Bruno la Biblia que aún tiene en la
mano, posteriormente se voltea y se aleja entre las rocas. El gesto
de las Santas Escrituras puede interpretarse como una invitación a
buscar allí la verdad que él estaba combatiendo antes de la
aparición (Hebreos 4,12).

Padre e hijos salen del éxtasis, se dirigen hacia su casa y comentan


lo sucedido a su esposa, con los días ambos se confiesan y
comulgan, y vuelven a hacer parte de la comunidad parroquial, de la
que hacía tiempo habían salido. Después de esto, siguen las
apariciones en la gruta, y se convierte en un sitio de peregrinación.
El vidente se entrevistó personalmente con el Papa Pío XII en 1949.
Desde 1956, el lugar es custodiado por los frailes menores
franciscanos. Bruno Cornacchiola fundó una comunidad llamada
“Escuadras Ardientes de Cristo rey Inmortal”, que congrega a fieles
que quieren vivir un ideal de conversión, oración, paz y amor.

III. LA VIRGEN QUE LLORÓ EN LITUANIA

En la aldea de Siluva (Lituania) en el año 1608, tuvieron lugar dos


apariciones de la Santísima Virgen a personas que no eran católicas.
En primer lugar, fue a unos pastorcitos que vieron a una hermosa
mujer, vestida de blanco y azul con un bebé en brazos, envuelta en
un suave resplandor, que lloraba amargamente, y que desapareció
en forma repentina. Posteriormente, la Madre del Hijo de Dios volvió
a presentarse llorando ante una muchedumbre en cabeza por el
pastor calvinista de Siluva, que habían acudido al lugar indicado por
los niños.
En el lugar de las apariciones se encontró un icono de la Virgen de
la anterior iglesia católica del pueblo, que había permanecido oculto
durante casi cien años. Tras aquellos hechos, y varias curaciones
milagrosas, después de ochenta años de vigencia del calvinismo,
devolvió a esta nación la fe verdadera. El milagro fue reconocido a
través de un decreto papal publicado por Pío VI el 17 de agosto de
1775. Siluva se ha convertido desde entonces en el santuario
mariano más importante de Lituania.

IV. LA VISIONARIA DE MARÍA

Adrianne Von Speyr (1902-1967), es una de las grandes místicas de


nuestros tiempos. Nacida en Chaux-de-Fonds en la Suiza francesa.
De familia evangélica, se convirtió al catolicismo en 1940, luego de
un largo período de búsqueda personal. No obstante, mucho antes
de su decisión, cuando tan solo tenía 15 años de edad tuvo una
aparición extraordinaria de la Madre de Dios. Adrianne nunca habló
acerca de la aparición con nadie, y ni siquiera con su pastor
protestante, a pesar de que en ese tiempo no pensaba en hacerse
católica. Luego, cuando decidió hacerlo, habló del asunto con el
sacerdote que se convirtió en su guía espiritual. Después de su
conversión siguieron las curaciones milagrosas y la aparición de los
estigmas visibles (1942), que con el tiempo desaparecieron, y dieron
origen a los invisibles, que le duraron hasta su muerte.

V. EL PERIODISTA PROTESTANTE

El periodista norteamericano Waine Weyble, era un protestante que


solamente se conformaba con los sermones dominicales de su
pastor luterano que evitaba hablar sobre la Madre de Cristo, a la
cual tampoco se le rendía culto en su iglesia. Todo cambió en la
víspera de la navidad del año 1985, mientras hacía una investigación
en Medjugorje (ex-Yugoslavia), que daba cuenta de supuestas
apariciones de María, durante más de cuatro años consecutivos, a
seis jovencitos. Cuando llegó al lugar de los hechos, escuchó una
voz interior que le decía: “Tú también eres mi hijo y vas a hacer el
trabajo de mi Hijo”. Después de esta experiencia mística Weyble
afirma que “la fe católica es la verdadera”, y ahora se dedica a ir de
país en país comunicando este mensaje de amor de la Reina de la
Paz.

LA VIRGEN MARÍA: PROTECTORA DE LOS EJÉRCITOS


CATÓLICOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: a lo largo de la historia del cristianismo no han


sido pocas las veces en que la Madre de Dios ha brindado su
maternal protección a sus hijos contra los ejércitos enemigos de
nuestra fe; haciéndose evidente la antigua oración de San Bernardo:
“Acuérdate OH María Santa que jamás se oyó decir que alguno te
haya implorado sin tu auxilio recibir”. Aquí relatamos tres
memorables ejemplos:

I. LA BATALLA DE LEPANTO
Corría el año de 1571 y las fuerzas turcas estaban empeñadas en
destruir la cruz cristiana en Europa. Cada vez más se apoderaban de
nuevos territorios amenazando incluso con llegar hasta la misma
ciudad de Roma. Fue entonces cuando el Romano Pontífice San Pío
V, convocó a los príncipes católicos al mando de Don Juan de
Austria, para crear un ejército capaz de hacer retroceder a la temible
invasión de la media luna islámica.

El día domingo 7 de octubre del mismo año, se encontraron los dos


bandos en el golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto.
Los mahometanos comandados por Alí-Pachá tenían 290 galeras y
120.000 soldados. La flota cristiana, compuesta de soldados de los
Estados Pontificios, de Venecia, Génova y España era inferior en
número y poseían 208 navíos. Antes de empezar la batalla, los
ejércitos católicos con el rosario sobre sus cuellos se confesaron,
oyeron la santa misa, comulgaron, rezaron el santo rosario, y
entonaron un cántico a la Madre de Dios. Terminado estos actos
religiosos se lanzaron en busca de las fuerzas enemigas. A eso del
mediodía la capitana de Juan de Austria, da un cañonazo como
señal de ataque, al cual contesta Alí-Pachá con otro tiro que acepta
el reto. Al principio el combate era desfavorable para los cristianos,
pues el viento corría en dirección opuesta y detenía sus
embarcaciones. Pero luego de manera sorpresiva el viento cambio
de rumbo, batió fuertemente las velas de los barcos de los católicos,
dándoles una ventaja contra sus adversarios. Luego se vieron
desmoralizados cuando hacia las cinco de la tarde una bala acaba
con la vida del comandante turco. Al finalizar el combate 112 galeras
del Islam yacen en el fondo de las aguas del Mediterráneo, al par
que flotan sobre las olas treinta mil cadáveres musulmanes, el resto
son hechos prisioneros. Por su parte, la armada católica perdió 15
naves y ocho mil marinos.

Es de notar que mientras la batalla se llevaba a cabo, una gran


multitud de fieles recorría en procesión las calles de Roma rezando
el santo rosario. Hacia la misma hora del triunfo de la marina naval
cristiana, el Papa San Pío V se asoma por una ventana del Vaticano,
y en una visión consoladora profetiza la victoria que se ha
producido. En agradecimiento a tan esplendido hecho, el Vicario de
Cristo mandó que en adelante cada año se celebrara el 7 de octubre
la fiesta de “SANTA MARÍA DE LA VICTORIA”. Además quiso que
en las letanías lauretanas se invocara siempre esta oración:
“MARÍA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS, RUEGA POR
NOSOTROS”. Más adelante, el Papa Gregorio III cambió el nombre
de la fiesta a la de Nuestra Señora del Rosario.

II. UNA EPOPEYA EN EL SANTUARIO DE CZESTOCHOWA

El santuario de Jasna Gora (Montaña Blanca) era ya conocido en


1655, año del sitio, como el centro de la vida religiosa de la nación
polaca. Hacía casi 300 años que allí se veneraba el Icono milagroso
de la Madre de Dios que, según la piadosa tradición, había sido
pintada por San Lucas, el evangelista. A final del siglo XVI el rey
Segismundo III hizo edificar fuertes murallas. La Montaña Blanca
tomó entonces aire de verdadera fortaleza.

Jasna Gora se transformó rápidamente en símbolo de la adhesión de


los polacos a la fe católica. Dominar la Montaña Blanca era entonces
apoderarse del símbolo de Polonia. Durante la guerra los invasores
suecos, protestantes, no encontraron prácticamente ninguna
resistencia. No obstante, en Jasna Gora, los monjes guiados por la
voz de su prior, el padre Agustín Kordecki, exhortaron a los
habitantes a ofrecer su vida por la defensa del santuario mariano, y
a depositar toda su confianza en la Virgen María. El prior pidió que
todos estuviesen presentes en la misa que iba a celebrar frente al
icono de Nuestra Señora de Czestochowa. Hizo llevar el Santísimo
Sacramento en procesión alrededor de las torres y murallas del
lugar; bendijo los cañones, las bombas y los barriles de pólvora.

Los enemigos llegaron al pie de la Montaña Blanca el 18 de


noviembre. El comandante de las tropas suecas, el general Miller
envió una carta al prior proponiendo la capitulación de Jasna Gora,
para evitar derramas sangre inútilmente. “No nos pareció
conveniente responder por carta”, cuenta el padre Kordecki en sus
memorias. “No era tiempo de escribir, sino de actuar con las armas.
Le respondimos con la boca de nuestros cañones”. Comenzó
entonces un largo y violento sitio. Algunos proyectiles explotaron en
los techos y en el exterior de los muros. Una de ellas que había sido
tirada contra la capilla donde se encontraba el cuadro milagroso de
Nuestra Señora de Czestochowa “como si hubiera sido conducida
por una mano invisible, se devolvió contra el campo enemigo”,
relató el padre Kordecki. Los suecos no fueron los únicos oponentes
contra los cuales el padre Kordecki debió enfrentarse, ya que dentro
de las murallas unas cincuenta familias nobles habían encontrado
refugio en Jasna Gora. Con excepción de cinco, las demás rehusaron
tomar parte en la defensa para no comprometerse en caso de una
derrota; esto provocaba un continuo desánimo y vacilación entre la
guarnición y los monjes.

La vigilia de la Navidad, los sitiados vieron numerosos refuerzos


llegados al campo de las tropas protestantes. Los religiosos velaron
toda la noche, algunos en las murallas y otros en la iglesia. El 25,
hacia el mediodía, comenzó el ataque masivo que duró toda la
jornada. Muy a menudo, las bombas rebotaban en la fortificación,
causando bajas entre los suecos. Numerosos soldados dijeron haber
visto por encima de la edificación a la Reina del Cielo, protegiendo
milagrosamente el monasterio y la fortaleza. Después de 38 días de
asedio militar, y viendo que la determinación de los defensores
católicos no disminuía, los enemigos levantaron el sitio.

En sus memorias, el valiente prior, concluye: “¿Cómo pudo hacerse,


para que setenta religiosos (no combatientes), sintiesen tanta fuerza
en ellos, que cinco nobles y sus criados, más 160 soldados –la
mayor parte habitantes de la villa- osasen oponer resistencia a una
armada tan numerosa, si Dios mismo, protegiendo este lugar
consagrado a la gloria de su querida Madre, no hubiera inspirado
esta determinación a los monjes, y no hubiera estimulado al coraje
en medio del pavor generalizado?”.

III. LA GENERALA DEL ALCAZAR DE TOLEDO

En 1936 España se vio amenazada por el régimen imperialista del


comunismo. La ciudad de Toledo fue ocupada por la horda enemiga,
que se caracterizaba por un odio especial contra el clero y la piedad
popular del pueblo español, pero lo único que no pudieron dominar
fue el ALCAZAR DE TOLEDO. Esta era una academia militar, donde
se habían refugiado 750 combatientes católicos con sus familias. En
total eran 1.100 hombres acompañados por 800 mujeres y niños.
Por su parte, 10.000 milicianos del ejército rojo los atacaban. Cada
mañana el jefe comunista le gritaba al coronel Moscardo, jefe del
Alcázar: “¿Cuándo se van a rendir?” –“¡Nunca jamás!”, era su
respuesta. La confianza a tales palabras se debía al hecho que todos
los que se encontraban atrincherados en la escuela militar se habían
consagrado a la Virgen Santísima. Entronizaron solemnemente una
imagen de Nuestra Señora y la nombraron “GENERALA DEL
ALCÁZAR”. Organizaron el rezo del rosario perpetuo, de manera
que todo el día y toda la noche hubiera alguien suplicando ante el
trono de María. Dos veces por día se reunía toda la guarnición para
meditar con gran devoción en los misterios de esta oración mariana.

Cuando los cañones de las tropas comunistas eran más fuertes, las
1.900 personas tenían que refugiarse en los sótanos. Allí pasaban
horas enteras con poco aire y una escasa luz, sin que ninguna
epidemia los llegara a afectar. Al faltar el agua, hicieron una
procesión con la imagen de la Virgen Bendita, y poco después
descubrieron una cisterna profunda que contenía agua fresca y
pura. El alimento era pan con moho y carne de mula. Las
operaciones quirúrgicas a los valerosos “soldados de María” estaban
a cargo de tres médicos que no tenían camillas, anestesia,
elementos para desinfectar el lugar, o luz eléctrica.

Los enemigos pusieron una enorme carga explosiva debajo del


Alcázar. Se abrió una brecha de 100 metros de diámetro. Todos los
que se encontraban rezando cayeron al suelo, pero ninguno quedo
herido. A los 72 días de continuo asedio un avión dejaba caer un
mensaje del general Francisco Franco, jefe de la resistencia católica:
“Estamos llegando en su auxilio”. El entusiasmo de los sitiados fue
indescriptible, se oyeron gritos de jubilo, llorando y cantando todos
se dirigieron a la estatua de María Santísima, el propio coronel
Moscardo llevaba la bandera, profundamente conmovido por el
inminente rescate tomó en sus manos la sagrada imagen y entre
lágrimas exclamo: “Madre tú nos has salvado, porque no abandonas
nunca a aquellos que en ti confían”.
EL TRASLADO DE LA SAGRADA CASA DE NAZARET

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Luego de la estadía de José y María en Belén, para cumplir las


ordenes del emperador César Augusto, con motivo del censo del año
7 a.C., y del nacimiento allí de Jesús, la santa familia debió huir a
Egipto, para salvar al Niño Dios de las tropas del rey Herodes el
grande, que buscaban a todos los primogénitos menores de dos
años para matarlos.

Fallecido el monarca y pasado el peligro, los tres regresaron para


asentarse en Nazaret, pequeña aldea de la provincia de Galilea, en
donde José ejercía como carpintero, oficio que aprendió el joven
Jesús.

La palabra Nazaret quiere decir “Flor de Galilea”, como la llamaba


San Jerónimo.

En el año 44 d.C., los apóstoles como se refiere Lucio Destro,


consagraron en iglesia la casa de María, y San Pedro celebró allí la
eucaristía.

La actual ciudad no está situada en el mismo lugar, pues fue


arrasada por los musulmanes y levantada nuevamente entre los
siglos XII y XIII.

En el siglo IV, la emperatriz Santa Helena edificó en torno de la casa


donde vivió María, una basílica que fue sustituida por otra de estilo
bizantino, en el año 420. Luego los cruzados construyeron una
tercera en el año 1100 y se encargó de su custodia a la orden
franciscana.
Según relatan los archivos históricos de Jerusalén, durante la
dominación islámica se impidió a los religiosos católicos celebrar el
sacrificio de la misa. Cuenta la tradición que mientras permaneció la
clausura, en e interior de la iglesia se oían todas las noches música y
cánticos celestiales, mientras un resplandor emanaba del santo
lugar.

Posteriormente, se desató un terrible incendio en toda Nazaret, en


la noche del 9 de mayo de 1291; cuenta una leyenda piadosa que
los ángeles arrancaron parte de la construcción y la llevaron a la
colina de Raunizza, Dalmacia, región montañosa costera en Croacia
(ex-Yugoslavia). Allí permaneció tres años. Luego, en otra noche, la
del 9 al 10 de diciembre de 1294, el recinto fue trasladado a cinco
millas de Recanati, en la provincia de Ancona, Italia, en el bosque
lauretano o de Loreto.

Pero este no fue su lugar definitivo. Allí estuvo sólo ocho meses,
pues el trozo de casa fue colocado por tercera vez una milla más
lejos, sobre una colina perteneciente a los señores nobles de
Rainaldi. Un cuarto designio divino envió la edificación al camino que
lleva desde el bosque de Recanati a las orillas del mar Adriático.

Lo que la leyenda no cuenta es la razón de tanto traslado, ni por


qué los seres celestiales sólo se llevaron la mitad. El hecho es que
los católicos de la región levantaron primero un pórtico en torno a la
sagrada casa. Luego se construyó un templo gótico, hasta que el
papa Paulo II, en el siglo XV, mandó a construir el actual santuario
de Nuestra Señora del Loreto. Todos los pontífices, desde Bonifacio
VIII en el siglo XII, hasta Benedicto XVI han reconocido con
solemnes actas canónicas el origen milagroso de la casa.
No contento con las bendiciones papales, el gobernador del Tersat,
en Dalmacia, Nicolás Frangipano, envió a Nazaret una comisión
encargada de investigar el hecho. Allí se encontró los cimientos y el
suelo restante del aposento bíblico. También se confirmó la
semejanza de los cortes y de las medidas de las piedras y morteros
de ambas edificaciones. Asimismo, el ya mencionado Bonifacio VII y
Clemente VII (siglo XVI), comisionaron a Dalmacia y Nazaret
embajadas pontificias para comprobar el milagro. Del mismo modo,
en 1855 el cardenal Bartolini tomó piedras, tanto de la casa de
Nazaret como la de Loreto, para que el químico de la Sapienza,
Francisco Bassi las examinara. Este declaró en 1857 que todos los
elementos son de la misma especie, compuestos por yeso, carbón
natural y paja, nunca usados en las construcciones antiguas en
Italia. Investigaciones realizadas en el año 2006, demostraron
también lo dicho anteriormente.

La casa de María en Nazaret se componía de una gruta excavada en


la roca, tal como se conserva dentro de la basílica de la Anunciación.
Las medidas de la gruta son 5.50 metros de profundidad, por 6.14
de ancho y 3.85 de alto. El resto de la morada, es muro de piedra,
fue el que los ángeles llevaron a Loreto. La segunda parte de la casa
es una habitación oscura de 9 metros de largo por 4 de alto y
ancho. Las paredes son de piedra rojiza. En el centro hay un altar
con una imagen de la Santa Madona atribuida a San Lucas, la cual
fue robada en 1797 por las tropas napoleónicas y rescatadas en
1801 por mediación de Pío VII.
LA CASA DE LA VIRGEN EN ÉFESO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Tanto en Jerusalén cerca del monte de los olivos (Israel), como en


la ciudad de Efeso (Turquía), hay dos iglesias que reclaman el
derecho de ser la tumba de la Virgen María. Ambas versiones tienen
fuertes raíces en la tradición cristiana:

A. En la Ciudad Santa se cree que en el mismo Cenáculo donde


Jesús celebró con sus apóstoles la Última Cena, fue el lugar donde la
Santísima Virgen se durmió en la paz del Señor. El sepulcro de María
se halla muy cerca del huerto de los Olivos, había allí una iglesia de
tiempos de los cruzados, varias veces los sarracenos la destruyeron
con el convento de los franciscanos que se levantaba junto a ella.
Hoy en día este santuario está en poder de los ortodoxos griegos,
sirios y armenios; por esta razón, en el siglo XIX próximo al monte
Sión, los padres benedictinos construyeron una abadía y una iglesia
consagrada a la Asunción de María, lugar de culto para los católicos.

B. Numerosos autores cristianos de Oriente y Occidente, desde los


primeros siglos, han afirmado sobre la permanencia de María
acompañada del apóstol Juan en una casa situada a cuatro
kilómetros de la ciudad de Efeso (Turquía). En la que se encontraba
la sede de la primera de las sietes iglesias mencionadas en el
Apocalipsis. Igualmente, la beata Ana Catalina Emmerich (1774-
1824), viajó en espíritu a Tierra Santa, donde presenció los lugares
recorridos por Jesús y María. La monja estigmatizada narra que
antes de morir la Santísima Madre volvió por algún tiempo a
Jerusalén, para peregrinar en los sitios donde su hijo había vivido y
muerto; al volver a Efeso murió a la edad de sesenta y tres años.
“María fue sepultada por los apóstoles y a la noche siguiente sucedió
la Asunción a los cielos, en alma y cuerpo, acompañada con tres
coros de ángeles presididos por Jesús”.
La mística describe igualmente el hogar donde vivía la Virgen con
San Juan: una casa rectangular de piedra, de un solo piso, con el
techo plano y la hoguera en el centro, en medio de un bosque a las
afueras de la ciudad, porque Ella deseaba vivir apartada de los
hombres. Sin embargo, no fue sino hasta el año 1891 cuando dos
sacerdotes franceses de la congregación de la Misión (Lazaristas),
los padres Henry Jung y Eugéne Poulin, salieron en busca de la casa
de María, teniendo como referencia las visiones de la religiosa
alemana mencionada anteriormente.

Los dos sacerdotes subieron a la llamada “la colina del ruiseñor”,


que se eleva por encima de la llanura de Efeso. Tras muchos
esfuerzos, junto a una fuente, encontraron las ruinas de una casa,
que daba la impresión de haber sido utilizada como capilla, y que
correspondía perfectamente a la descripta por la Beata. Los
cristianos ortodoxos del lugar lo conocían como el “Monasterio de las
tres Puertas, la Toda Santa”, a causa de los tres arcos de la fachada.
Esos cristianos griegos, acudían a este sitio en peregrinación en la
octava de la fiesta de la dormición de Nuestra Señora, el 15 de
agosto. Igualmente, los dos presbíteros hicieron una investigación
entre los habitantes de la comarca y pudieron confirmar la
existencia de una devoción que reconocía en la capilla en ruinas
como la última residencia terrenal de la Madre María. Estudios
arqueológicos realizados entre 1898 y 1899 sacaron a la luz, los
restos de una casa del siglo I de nuestra era, así como los
escombros de una pequeña población que se levantó alrededor de la
vivienda a partir del siglo VII.

El Papa León XIII (1878-1903) se pronunció favorablemente sobre


estos descubrimientos, y restableció en el Ordo Romanus una nota
que con motivo de la fiesta de la Asunción, mencionaba a Efeso
como probable lugar de la dormición de la Virgen. El santuario fue
restaurado en los años cincuenta del siglo pasado con piedras y
material del lugar. La Iglesia es custodiada por los frailes
capuchinos, quienes señalan lo que ha quedado de la morada
original, los muros del perímetro con la hoguera central. La Casa de
la Virgen fue visitada por Pablo VI en 1967, por Juan Pablo II en
1979 y por Benedicto XVI en el 2006. Es meta de peregrinación no
solamente de católicos y ortodoxos, sino también de musulmanes.
ULTRAJES CONTRA LA SANTÍSIMA VIRGEN

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

A través de los tiempos se han cometido graves ultrajes contra la


Santísima Virgen, como por ejemplo:

Una de las primeras herejías contra la virginidad perpetua de María,


la escribió el filósofo neoplatónico Celso en el año 180 d.C. en su
obra “Doctrina Verdadera”, inspirado en fuentes judías y cuyo
texto, escrito en latín, no se ha conservado. En él afirmar que
“Jesús había nacido de una pobre campesina que se ganaba la vida
hilando. La había expulsado su marido carpintero cuando fue
condenada por adulterio con un soldado romano reclutado en
Germania, llamado Ben Pantera. De ahí que algunos lo conocieran
como hijo de Pantera”. Supone que por esta razón, huyó a Egipto
donde adquirió conocimientos de magia que le fueron muy útiles a
su regreso a Judea cuando ya se presentó a sí mismo como Dios.

Los nuevos miembros de la mafia italiana conocida como la “Cosa


Nostra”, tienen que hacer un juramento de sangre, que consiste en
una ceremonia en la que se le hace una pequeña incisión en el dedo
índice de la mano con la que puede disparar. Las gotas de sangre
son derramadas en una estampa de la Virgen Anunciadora, cuya
fiesta religiosa cae el 25 de marzo y es considerada como la
protectora de la mafia. A continuación se le prende fuego a la
imagen, y el iniciado, evitando que se apague la llama, la hace
circular de una mano a otra, mientras jura solemnemente no
traicionar jamás las reglas de su organización y merecer –en caso
contrario- arder de igual modo que el retrato de la Virgen.
En la pequeña localidad de Torrejón de Ardoz, en Madrid (España),
hay un museo de Iconos Sagrados entre los que se encuentra la
Virgen de Iverskaia, patrona de Rusia. Tanto el rostro de María
como en el del Niño se aprecian los impactos de bala que recibió al
ser fusilada en 1917, por los ejércitos bolcheviques cuando
invadieron la capilla junto al Kremlin donde era expuesta a la
veneración pública.

En 1985 se exhibió la película “Dios te Salve María” de producción


francesa. En la cinta se presenta a “María, como hija de un
empleado de gasolinera, aficionada al baloncesto. José, es un
taxista, son novios y se van a casar. El tío Gabriel le anuncia que ella
va a tener un hijo. José, celosos está completamente amargado,
pero después termina por aceptar la situación. María da a luz un hijo
(Jesús), que con los años abandona el hogar. La película presentan
a María desnuda y también insultando a Dios por su situación,
además de diálogos con lenguaje vulgar, y una pelea entre José y
Gabriel. Ante está presentación cinematográfica, el propio Papa Juan
Pablo II, rezó un rosario de desagravio en la radio vaticana el día
cuatro de mayo del mismo año.

Octubre de 1995, la cadena de televisión brasilera Record, de


propiedad de la Iglesia Universal del Reino de Dios, una secta
neopentecostal ampliamente diseminada en este país. En el
programa matutino “Despertad la Fe”, un pastor hizo un polémico
sermón contra el catolicismo y después la emprendió con puños y
puntapiés contra una estatuilla de la Virgen Aparecida, a la que
calificó como un “muñeco feo y desgraciado” que no merece la
adoración que los brasileros le profesan. Este hecho provocó la
indignación del pueblo católico contra el ultraje a su patrona, cuya
historia se remonta al año 1717, cuando unos pescadores sacaron
de entre sus redes una pequeña imagen de la Virgen de rostro
negro de las aguas del río Paraiba en el estado de Sao Paulo, a lo
cual siguió una especie de pesca milagrosa. Cada año su santuario
es visitado por más de 7 millones de peregrinos.
En el año 1999, se exhibió en un museo de Nueva York (Estados
Unidos), un cuadro de Santa María cubierta con estiércol de
elefante.

Noviembre de 2007, se realizó una muestra artística en la


universidad nacional de Córdoba (Argentina), en donde se presentó
un cuadro de la Virgen María orinada por un ángel.

Diciembre de 2008, se hizo una recreación del pesebre navideño con


gays y lesbianas con vestimenta erótica en el centro de Ámsterdam
(Holanda). La Virgen María fue representada por un travestí con
botas de charol y minifalda. José estuvo caracterizado por un
homosexual en short de látex y arnés de cuero.

Diciembre de 2008, en la portada de la revista Playboy en México, la


modelo María Florencia Onori aparece representado a la Santa
Madona cubriendo su cuerpo semidesnudo con un manto blanco. En
la parte de abajo llevaba por título “te adoramos María”.

Enero de 2009, en una discoteca de la ciudad de Santiago (Chile),


se efectuó un desfile de modas que llevó por nombre “vírgenes
fashion show”, donde las participantes modelos de la farándula loca,
lucieron trajes sensuales combinados con elementos propios de la
iconografía mariana, tales como: aureolas, velos, mantos, crucifijos
y rosarios.

Septiembre de 2009, La Asociación de Periodistas de Israel, retiró de


sus dependencias una exposición fotográfica en la que los rostros de
siete mujeres suicidas palestinas, aparecen superpuestas en varios
cuadros propios del Renacimiento, que representa a la Santa
Madonna con el Niño Jesús en su regazo.
Julio de 2010, el pintor Giuseppe Veneziano, promocionó en una
exposición de pintura en la localidad italiana de Pietrasanta, un
cartel titulado “La Virgen del Tercer Reich”, que muestra la imagen
de la Santa Madona cagando a un Niño Jesús con la figura y el
atuendo del dictador alemán Adolfo Hitler.

Junio de 2013, aparece en la portada de la guía de verano del


periódico Santa Fe Reporter de Nuevo México, y reprodujo en su
sitio web; una ilustración con una “Virgen de Guadalupe” en bikini.

Junio de 2016, la Organización Socialista de Liberación Nacional


difundió un póster en el que aparecen besándose las imágenes de la
Virgen de los Desamparados y la Virgen de Montserrat, con el lema:
“Contra la sagrada opresión. Ama como quieras” que hace
publicidad de la manifestación del orgullo gay que se llevó a cabo en
junio en Valencia (España).

Febrero de 2017, el Museo Nacional de Estonia, exhibió una muestra


para conmemorar la Reforma Protestante en su quinto centenario.
En la exposición destacaba un stand en el que aparece una imagen
virtual de Nuestra Señora de Gracia. El visitante podía dar una
patada en una zona marcada para ello, y en el instante la imagen de
María se rompe en pedazos, y en su lugar aparecía la palabra
“Reforma”.

Febrero de 2018, la joven artista plástica boliviana Rilda Paco, ha


hecho una pintura de Nuestra Señora de Copacabana, patrona del
País; en la que aparece de forma vulgar con una tanga de color roja
y medias veladas trasparentes.

FRASES CÉLEBRES EN HONOR A MARÍA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


Dios amó a María desde siempre como a su madre futura.
Papa León XIII.

No hay pues, en lo absoluto, otro medio de recibir a Cristo sino por


medio de María.
Papa San Pío X.

La Virgen María ocupa el lugar más alto y más cercano a nosotros,


después de Cristo Jesús.
Papa Beato Pablo VI.

No se puede ser cristiano sin ser mariano.


Papa Beato Pablo VI.

Contemplemos a Jesús con los ojos de María.


Papa San Juan Pablo II.

La grandeza de María consiste en el hecho de que Ella quiere


magnificar a Dios, no a sí misma.
Papa Benedicto XVI.

Donde llega María, está presente Jesús. Quien abre su corazón a la


Madre, encuentra y acoge al Hijo y se llena de su alegría.
Benedicto XVI.

Una iglesia sin María es un orfanato.


Papa Francisco.

María nos permite comprender lo que significa ser discípulo de


Cristo.
Papa Francisco.
Mientras se honra a la Madre, el Hijo es mejor conocido, más
amado, mejor glorificado y obedecido.
Concilio Vaticano II.

La Virgen María es para el cristiano: signo de esperanza segura y de


consuelo.
Concilio Vaticano II.

María es Madre espiritual de todos los que en Jesucristo han puesto


su esperanza.
Concilio Vaticano II.

María despierta en nosotros el corazón filial que duerme en cada


uno.
Puebla.

El lazo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de


María; el que la virgen Eva había atado por su incredulidad, la
Virgen María lo desató con su fe.
San Ireneo de Lyon.

La devoción a la Virgen es la llave del Paraíso.


San Efrén.

Dios te salve; esperanza del alma, auxilio del cristiano, refugio de


pecadores, defensa de corazones fieles, salud de todo el mundo.
San Efrén.

No hay redención sin Jesús, tampoco hay encarnación sin María.


San Efrén.
La Virgen María se parece a la Sagrada Biblia en que trae al mundo
aquel que es la Palabra de Dios.
San Clemente de Alejandría.
No se puede hablar de la Iglesia Católica, si no está presente la
Virgen María.
San Cromacio.

María es auxilio de los que vivimos en la tierra, y alegría de los que


ya están en el cielo.
San Sofronio.

María es digna morada de Cristo, no por la belleza física sino por la


gracia original.
San Ildefonso.

Quien busca a Jesús por María, asegura la paz y la serenidad de su


alma.
San Benito abad.

Acuérdate OH María Santa que jamás se oyó decir que alguno te


haya implorado sin tu auxilio recibir.
San Bernardo de Claraval.

Si se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo


de las tristezas, eleva tus ojos a la Estrella del Mar: ¡invoca a María!
San Bernardo de Claraval.

Llegar a Jesús por medio de María.


San Bernardo de Claraval.

Ni a Dios le convenía otra Madre que no fuera una Virgen. Ni a una


Virgen un Hijo que no fuera Dios.
San Bernardo de Claraval.

María es como el arco iris, señal de reconciliación entre Dios y los


hombres.
San Antonio de Padua.
Bienaventurados los devotos de la Santísima Virgen, porque ellos
tendrán sus nombres escritos en el Libro de la Vida Eterna.
San Buenaventura.

Dios reunió todas las aguas en un recipiente y lo llamó mar, y reunió


todas las cualidades femeninas en una mujer y la llamó María.
San Luis María Grignon de M.

La salvación del mundo comenzó por medio de María, y por medio


de Ella debe consumarse.
San Luis María Grignon de M.

Lo que Lucifer perdió con su orgullo, lo ganó María con su humildad.


San Luis María Grignon de M.

María es el camino más seguro, corto y perfecto para llegar a


Jesucristo.
San Luis María Grignon de M.

A quien Dios se propone hacerlo más santo, lo hace más devoto de


María.
San Alfonso María de Ligorio.

Ser devoto de María Santísima es señal segura de salvación.


San Alfonso María de Ligorio.

Ante Dios, los ruegos de los santos son ruegos de amigos, pero los
ruegos de María son ruegos de Madre.
San Alfonso María de Ligorio.

Jesucristo, luego de habernos dado todo aquello que podía darnos,


nos hizo incluso herederos de lo más precioso que tenía, es decir a
su Santa Madre.
Santo Cura de Ars.
La Madre del Hijo de Dios es también mi Madre.
San Estanislao.
Cuando María ruega, todo se obtiene, nada se niega.
San Juan Bosco.

Yo amo a los que me aman, honro a los que me honran y defiendo a


los que invocan.
Palabras de la Santísima Virgen a San Juan Bosco.

Si son para Mí unos hijos cariñosos Yo seré para vosotros una Madre
misericordiosa.
Palabras de la Santísima Virgen a San Juan Bosco.

Cuando hablamos en honor de la Virgen María es preferible


extenderse que quedarse corto.
Beato Duns de Escoto.

A todos los que piadosamente me sirven quiero asistirles como


Madre piadosísima, para consolarlos y ampararlos.
Palabras de la Santísima Virgen a Santa Matilde.

Si quieres no ser engañado o devorado por el Demonio, tienes que


acudir con fe y devoción a la Madre de Dios.
Santa Catalina de Siena.

En la vida de maría por cada rosa hubo diez espinas.


Cardenal Beato John Henry Newman. (Comparar con Salmo 34,19).

María ocupa en la historia de la salvación, una posición esencial,


única y definitiva.
Karh Rahner.
En la medida en que cada cristiano se asemeje más a María, mejor
será la Iglesia de Jesús.
Karh Rahner

Solo María Virgen bella, después de ser más santa; gozo de madre y
honra de doncella.
Lope de Vega.

La santidad crece en la medida a al devoción que se profesa a


María.
P. Faber.

Debemos honrar a María porque es la Madre del Nuestro Señor,


pues quien no honra a la Madre, ofende sin duda al Hijo.
B. Elred.

No hay en el mundo, pecador alguno tan perdido y enfangado, que


sea aborrecido de María.
Blosio.

Recurrir a María en todo momento de nuestra vida, no nos hace


alejar de su hijo Jesús, antes por el contrario, nos acerca cada vez
más a El.
Guido Rojas.

La vida de María en la Tierra se resume en dos principios:


Obediencia al mandato de Dios Padre y amor a su Hijo Jesucristo.
Guido Rojas.

A través de María, Jesús pertenece a la raza humana. A través de


Jesús, María es Madre de Dios.
Karl Barth. Teólogo protestante.
LA IGLESIA CATÓLICA

1. RAÍCES BÍBLICAS DEL CRISTIANISMO.


2. FUNDAMENTO BÍBLICO, TEOLÓGICO E HISTÓRICO DE LA
IGLESIA CATÓLICA.
3. ¿CUÁL IGLESIA FUNDÓ JESÚS?
4. DIEZ RAZONES BÍBLICAS POR LAS CUÁLES SOY CATÓLICO.
5. LAS QUINCE MARCAS DE LA IGLESIA CATÓLICA.
6. FRASES CÉLEBRES SOBRE LA IGLESIA CATÓLICA.

LAS RAÍCES BÍBLICAS DEL CRISTIANISMO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Se denomina cristianismo a la religión en conjunto que fue fundada


por Jesucristo, “piedra angular de toda su doctrina” (1 Corintios
3,10-11; 1 Pedro 2,4.6-8). Esta religión heredó del pueblo judío la
creencia de un único y verdadero Dios (Éxodo 20,2-3), que tiene sus
inicios desde la “santa alianza” entre Yahvé con el patriarca
Abraham (Génesis 12,1-2); Convirtiendo al pueblo de Israel, en una
“nación santa y reino de sacerdotes” (Éxodo 19,5-6). En el Antiguo
Testamento se le da el nombre de Kajal (asamblea reunida por
Yahvéh), que sigue siendo un pueblo muy amado por el Padre
Eterno (Véase Romanos capítulos del 9 al 11; 2 Corintios 3,15-16).
Sin embargo, “cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo,
que nació de una mujer, sometido a la ley de Moisés” (Gálatas 4,4).
El es el “gran sumo sacerdote” (Hebreos 4,14), que establece un
“nuevo pacto” (Hebreos 8,6), por su muerte salvadora en la cruz
(Efesios 2,16; Colosenses 1,20), dando origen al “verdadero pueblo
de Dios” (Gálatas 6,16). Por consiguiente, “Ya no importa el ser
judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque unidos a
Cristo Jesús, todos ustedes son uno solo. Y si son de Cristo, son
descendientes de Abraham y herederos de la promesa que Dios le
hizo” (Gálatas 3,28-29).

La Iglesia de Cristo fue vista durante al menos los diez primeros


años, como una “nueva secta” salida del Judaísmo (Hechos 28,22),
pero en realidad era un “nuevo camino” (Hechos 24,14); ya que
estaba centrado en Jesucristo, quien es “el camino, la verdad y la
vida” (Juan 14,6), por eso eran llamados también como “los
nazarenos” (Hechos 24,5). Y a los hombres y mujeres que se
atrevían a seguirlo, eran perseguidos a muerte, arrestados y
encarcelados (Hechos 22,4). No obstante, ellos estaban unidos en
un mismo amor (Colosenses 3,14), como verdaderos “amigos” (3
Juan 15), compartiendo sus bienes entre sí (Hechos 2,44-45), y
llevando una vida según las enseñanzas del “sermón del monte”,
para conseguir el “reino de los cielos” (Mateo 5,3-12).

En cuanto al término “cristiano” con que se identifica a los discípulos


de Cristo, empezó a utilizarse en la provincia romana de Antioquía
(actual Antakya, en Turquía) (Hechos 11,26). La palabra cristiano
viene del griego “christianos”, adjetivo compuesto del sustantivo
christos “el Cristo” o “el Ungido”. De esta forma, un cristiano es
alguien relacionado de alguna forma con Cristo. Por tal razón, este
nombre fue aceptado por todos aquellos que soportaban los
sufrimientos de su fe (1 Pedro 4,16); convirtiéndose así en
auténticos soldados de Cristo (2 Timoteo 2,3).

El cristianismo estuvo conformado en sus mismas raíces históricas


por el catolicismo, que tiene a Jesús como cabeza (Colosenses 1,18;
Efesios 5,23), al fundar su congregación sobre el apóstol Pedro
(roca) (Mateo 16,16-18; Lucas 22,32; Juan 21,15-17). La palabra
griega “Iglesia” asamblea de fieles (1 Corintios 1,2; Hebreos 2,12)
“Católica” universal (Romanos 15,10-11; 1 Corintios 12,13;
Colosenses 3,11; Apocalipsis 7,9); fue utilizada por primera vez por
san Ignacio de Antioquía en el año 106 d.C. Ella es “la familia de
Dios, que es la iglesia del Dios viviente, la cual sostiene y defiende
la verdad” (1 Timoteo 3,15).

FUNDAMENTO BÍBLICO, TEOLÓGICO E HISTÓRICO


DE LA IGLESIA CATÓLICA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. INTRODUCCIÓN

¡Cuántas veces no nos hemos preguntado ante la gran avalancha


de iglesias cristianas! ¿Cuál de todas ellas es la verdadera? Al
respecto, decía San Cipriano en el siglo III, que “nadie puede tener
a Dios por Padre, sino tiene a la Iglesia Católica por Madre”.
Asimismo, el cardenal John Henry Newman agregaba que “para
conocer la historia del cristianismo, es necesario dejar de ser
protestante”. Por esta razón, los católicos afirmamos que nuestra
religión no fue fundada por ningún hombre, como ocurre con las
demás confesiones cristianas, que muchas veces como “lobos
feroces” quieren acabar con la iglesia (Hechos 20,29-30). Si no por
el contrario, tiene sus orígenes en Jesucristo que es la “roca firme”
(Mateo 7,24-25), la “piedra angular”, eben pinnâ en hebreo o
akrogóniaios en griego (Hechos 4,11; Efesios 2,20), y por lo tanto,
nadie puede construir sobre otro cimiento (1 Corintios 3,9-11; 10,4;
1 Pedro 2,4-6). La existencia de la Iglesia Católica y su impacto han
sido muy profundos; Hablamos de una institución que ha existido
más que ningún imperio en la historia de la civilización. Ha durado
tres veces más que el imperio romano, y dos veces más que la
dinastía de los faraones de Egipto y de los emperadores de la China.

II. CAMPO TEOLÓGICO


La palabra católico viene del griego Katholikós, que significa
universal. Este término se deriva del adverbio Katholon (Kata
significa desde, según, hacia, y holon que significa entero, todo) de
esta manera Katholon quiere decir hacia el todo, eso es ser
universal, el todo. La Iglesia Católica es vista como el “cuerpo
místico” de Cristo (Efesios 1,23), sin “mancha ni pecado” (Efesios
5,27), como “la esposa del Cordero” (Apocalipsis 21,9; 22,17); a la
que el Señor no deja de cuidarla (Efesios 5,29). Ya que su
intención era que hubiera “un solo rebaño y un solo pastor” (Juan
10,16), donde Él es “el gran pastor de las ovejas” (Hebreos 13,20),
llamado también el “pastor del pueblo de Israel” (Mateo 2,6; 15,24),
el “buen pastor” (Juan 10,11), o “el Príncipe de los pastores” (1
Pedro 5,4); que vela permanentemente por ellas (1 Pedro 2,25).
Para cumplir esta santa labor el Hijo de Dios escogió a doce
discípulos (Mateo 11,1; 20,17), llamados también apóstoles
(enviados) (Mateo 10,2-4; Marcos 3,14-15; Lucas 6,12-13; Juan
20,21), dándoles plena autoridad Para gobernar su iglesia a la
cabeza del apóstol Pedro (roca) (Mateo 16,19; 18,18; 19,28; Efesios
2,20; Apocalipsis 21,14); Con Cinco grandes misiones:
a. Predicar el Evangelio (Mateo 28, 20; Marcos 16,15),
acompañado de la oración (Hechos 6,4).
b. Bautizar (Mateo 28,19; Marcos 16,16).
c. Celebrar la Eucaristía (Lucas 22,19).
d. Perdonar los pecados (Juan 20,23; Lucas 24,47).
e. Realizar señales milagrosas en su nombre (Mateo 10,1;
Marcos 16,17-18), más sorprendentes de las que El mismo
hizo (Juan 14,12); Como Pedro que curaba con su sombra
(Hechos 5,15) y Pablo con su ropa (Hechos 19,11-12).

Asimismo, el Santo de Dios antes de regresar al cielo, les promete a


sus amigos enviarles la ayuda divina del Espíritu Santo, que les hará
recordar todo lo que El les había dicho (Juan 14,26; 16,13);
Haciéndose visiblemente presente desde la fiesta del Pentecostés, y
en otros momentos (Hechos 2,1-4.33; 4,8.31; 7,55; 8,15.29; 9,17;
10,19.44; 13,4; 15,28; 16,6-7). O también, con la colaboración de
los ángeles del cielo (Hechos 5,17-20; 8,26; 10,3-8.22; 12,7-11;
27,23-24).
III. LA JERARQUÍA ECLESIÁSTICA

Los Apóstoles (Apostellos) conforme se iba extendiendo la “Buena


Nueva”, nombraron a su vez Episkopos (Vigilantes o Inspectores)
Presbyteros (Más Ancianos) y Diákonos (Ministros Servidores);
por medio de la oración, el ayuno y la imposición de las manos
(Hechos 6,6; 13,3; 14,23; 1 Timoteo 4,14; 2 Timoteo 1,6) {rito
sagrado que fue utilizado también por Moisés al nombrar a Josué
como su sucesor (Deuteronomio 34,9), y que se ha mantenido hasta
nuestros días en la jerarquía eclesiástica católica}. Prueba de ello es
la escogencia de Matías por los once apóstoles, para que ocupara el
lugar de Judas (Hechos 1,15-26); al igual que el nombramiento por
parte de Pablo de nuevos obispos como Tito en Creta, Timoteo en
Efeso y Bernabé en Asia menor, para que cuidaran la “iglesia” o el
“rebaño” de Dios (Hechos 20,28; Hebreos 13,7.17), y se dedicaran
a “predicar y enseñar” (1 Timoteo 5,17). Estos nuevos obispos se
les dio el legado de ordenar presbíteros (Tito 1,5), que dieran a
conocer la sana doctrina (1 Corintios 4,1; 2 Timoteo 2,2; Tito 1,9), y
curaran a los enfermos por medio de la oración y la imposición del
óleo (Santiago 5,14; Marcos 6,13). También, por solicitud de los
apóstoles, la comunidad de Jerusalén nombró Siete diáconos que
se encargaban del cuidado material de los fieles (Hechos 6,2-6); uno
de ellos, Esteban, fue el primer mártir (testigo) del cristianismo
(Hechos 7,59-60). Incluso, entre los apóstoles, discípulos, profetas,
pastores y maestros había diferentes dones y cualidades. (Lucas
10,1; hechos 13,1; Romanos 12,6-8; 1 Corintios 12, 4-11. 27-31;
Efesios 4,11; 1 Pedro 4,10). Así se formaron los dos grupos del
cristianismo que conforman el “Pueblo de Dios” (De la expresión
latina Populus Dei). Los primeros la jerarquía eclesiástica (obispos,
presbíteros y diáconos) se les dio el nombre de Klerikós (Grupo
Elegido o Selecto), y el resto se llamó Laós (Pueblo) o Seglares
(del Siglo).

Fue tal el éxito que en poco tiempo “las iglesias se afirmaban en la


fe, y el número de creyentes aumentaba cada día” (Hechos 16,5);
“Las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran
edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban
fortalecidas por el espíritu Santo” (Hechos 9, 31), (Véase también
Hechos 2,47; 6,7; 11,19-21; 1 Pedro 1,1; Apocalipsis 1,11).De
hecho, Judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos; están unidos en
un cuerpo de creyentes (Efesios 2,11-12), y eran dirigidos en cada
lugar por los apóstoles, obispos y diáconos (Hechos 15,4; Filipenses
1,1); todos ellos conformaban: “las iglesias de Dios en Cristo Jesús”
(1 Tesalonicenses 2,14); llamada también como las “iglesias de
Dios” (2 Tesalonicenses 1,4), “iglesias de Cristo” (Romanos 16,16),
“iglesias de los santos” (1 Corintios 14,33), el “pueblo santo”
(Hechos 9,13), “pueblo de Dios” (Apocalipsis 5,8; 8,3; 19,8); La
“casa de Dios” (Hebreos 3,6), “familia de la fe” (Gálatas 6,10),
“familia de Dios” (Efesios 2,19), o “la casa de Dios, que es la iglesia
del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad” (1 Timoteo
3,15).

Del mismo modo, los príncipes de los apóstoles Pedro y Pablo, en


sus cartas pastorales pusieron de manifiesto como debía de ser la
vida ejemplar y recta de los obispos (1 Pedro 5,1-4; 1 Timoteo 3,1-
7; 4,16), presbíteros (Tito 1,6-9; 2,2), diáconos (1 Timoteo 3,8-13);
y de todos los cristianos (Romanos 12,9-21; 13,1-14; 14,1-23; 15,1-
6). Sobre el particular, se conoce una carta de San Ignacio de
Antioquía, del año 107, en la que dice que cada comunidad de
creyentes, contaba con un único episkopos, asistido por los
presbyteros y diákonos.

Se conservan además las listas de los obispos católicos de las


principales iglesias como Roma, Jerusalén, Antioquía, Corintio,
Alejandría, Efeso; todas las cuales se remontan hasta los propios
apóstoles. Al respecto, Tertuliano (160-230), confunde a los herejes
ya que no pueden presentar a ningún apóstol como fundador de sus
comunidades; en cambio de la Iglesia Católica, agrega: “Como la
Iglesia de Esmirna nos presenta a Policarpo, colocado por Juan; la
de Roma a Clemente, ordenado por Pedro, y de un modo semejante
lo hacen las demás con los que tienen por propagadores de la
semilla apostólica, puestos en el episcopado por los Apóstoles”.

Los apóstoles dejaron cuatro puntos como legado:

 Las iglesias que fundaron en diferentes regiones.


 Sus escritos entre evangelios y epístolas.
 Los diversos ministros que gobernarían las comunidades de
creyentes: obispos, presbíteros y diáconos.
 Una misma doctrina o norma de fe.

IV. LAS PRIMERAS IGLESIAS

Por el año 90 d.C. los líderes rabinos creyeron firmemente que


debían excluir de la sinagoga a todos los que ellos consideraban
herejes (los mînîm), incluyendo a los hebreos que se habían
convertido al cristianismo. Desde entonces se presentó un
alejamiento de los creyentes en el Señor con el judaísmo y sus
centros de culto, y es por eso que en junio de 2008, fue descubierta
en la localidad de Rihab, en el norte de la actual Jordania, la
“primera iglesia cristiana del mundo”; construida entre los años 33 y
70 de nuestra era. El templo se encuentra bajo tierra sobre la iglesia
de San Jorge. Según los arqueólogos esta cueva subterránea sirvió
de residencia y lugar de oración para los primeros discípulos, cuando
su religión aún era perseguida. Se cree que no abandonaron la gruta
hasta que los romanos abrazaran la fe católica en el siglo IV.

V. LA IGLESIA EN ROMA

Por haber sido Roma la ciudad donde los gloriosos apóstoles Pedro y
Pablo murieron por el evangelio (67 d.C.), fue tenida desde los
albores del cristianismo como la sede principal de la Iglesia de
Jesucristo. Según el historiador romano Suetonio, para el año 49 ya
los cristianos se habían establecidos en la capital del imperio.
Posteriormente hacia el año 95, al final del reinado de Domiciano, se
conserva una carta del papa San Clemente Romano (tercer sucesor
de Pedro), a la comunidad cristiana de Corintio, cuando aún vivía el
apóstol Juan en Efeso. Del mismo modo, San Ignacio de Antioquia
en el año 105 escribió: “A la Iglesia que preside en la ciudad de la
región de los romanos, digna de Dios, digna de honor, digna de
bendición, digna de alabanza, digna de ser escuchada, digna de
castidad y presidente de la fraternidad según la ley de Cristo”. Unos
treinta cinco años después, Hermas, autor de un tratado místico
titulado “El Pastor”, al terminar su obra, confió al obispo de la
Ciudad Eterna, San Pío, el legado de transmitirla a todas las iglesias.
Más tarde, un obispo de frigia, de nombre Abercio, al redactar su
propio epitafio antes de morir, contó que había ido a Roma a visitar
a su obispo, llamándolo el “Buen Pastor”. También Hegesipo, quien
expuso en sus Memorias el viaje que realizó desde Oriente buscando
la “verdadera doctrina transmitida por los apóstoles”. En su primer
momento la encontró en Corintio, y luego en Roma. La ciudad de los
dos “príncipes de los apóstoles” también fue visitada por Policarpo
de Esmirna (discípulo de San Juan), el palestino Hegesippo y el
samaritano Justino, como más tarde lo hizo Tertuliano de Cartago y
Orígenes de Egipto.

Hacia el año 189 San Ireneo, obispo de Lyon, afirmó que la Iglesia
de Roma debía tenerse por “la mayor, la más antigua y la más
famosa de todas, la fundada y constituida por los dos gloriosísimos
apóstoles Pedro Y Pablo”. “Porque, efectivamente, con esta Iglesia y
a causa de su elevada preeminencia, es con quien debe de estar de
acuerdo toda la Iglesia, es decir, todos los fieles dispersos por el
universo. Pues en ella es donde los fieles de todos los países han
conservado la tradición apostólica”.

En el mismo siglo IV, San Ambrosio, obispo de Milán, en un sermón


dice comentando aquellas palabras de Jesús. “Tú eres Pedro y sobre
esta piedra edificaré mi Iglesia”: “Donde está Pedro, allí está mi
Iglesia; donde está la Iglesia, no hay muerte, sino vida eterna”. Y
otro insigne Doctor de la Iglesia, San Agustín en el siglo V,
agregaba: “En la Iglesia romana estuvo siempre en vigor el primado
de la cátedra apostólica”. Posteriormente, en el siglo XVI, el monje y
sacerdote agustino alemán, Martín Lutero, exclamó al contemplar la
ciudad de los papas: “Te saludo santa Roma, tres veces santa por la
sangre de tus mártires”.

VI. EL TÍTULO DE PAPA

La palabra “Papa” procede del griego “Pappas” o “Papas” y


significa “papá” o “padre”. El término se hizo común en Oriente
como signo de afecto y respeto para los obispos y sacerdotes (Isaías
22,21). En Occidente hace su aparición a inicios del Siglo. III,
progresivamente se fue aplicando a los obispos. En referencia al
obispo de Roma se encuentra por vez primera en una inscripción del
diácono Severo a san Calixto: "Jussu Papae sui Marcellini", que
significa: por orden del Papa Marcelino (296-304). El primer Obispo
de Roma en usar oficialmente el título de Papa, fue San Siricio (384-
399), con la expresión “Papa Urbis Romae” (Papa de la ciudad de
Roma). En el Siglo. VI la cancillería de Constantinopla se dirigió al
obispo de Roma con la designación de “Papa”. Gregorio XI (1073-
1085), prescribió de modo formal que el título se asignará
definitivamente a los "sucesores" de Pedro. Urbano II en 1098, dijo
que la palabra PAPA serviría para referirse a todos los pontífices, ya
que reúne las iniciales de Pedro, Apóstol, Pontífice y Augusto.

VII. EL MARTIRIO: TESTIMONIO DE LA FE

A medida que se iba cumpliendo las palabras del apóstol de los


gentiles que señalaba a Cristo como el “salvador de la iglesia”
(Efesios 5,23); el Diablo, como “león rugiente”, provocaba a la vez
persecuciones a los creyentes en todo el mundo (1 Pedro 5,8-9); el
mismo Divino Maestro así lo había profetizado (Juan 15,20). Los
primeros cristianos soportaban con mucha paciencia varias
penalidades (2 Corintios 6,4-5), convirtiéndose en verdaderos
“testigos de Jesús” (Apocalipsis 17,6), para estar con Él en su gloria
(Romanos 8,17). En este punto, nuestra iglesia es la que ha dado
más mártires en el cristianismo; se estima que en veintiún siglos han
sido 70 millones, entre los que se encuentran papas, obispos,
sacerdotes, religiosos, monjas, misioneros, catequistas, neo-
catecúmenos, seglares, niños y niñas.

En los cuatro primeros siglos durante las represalias del imperio


romano, se estima que fueron cerca de cien mil cristianos;
empezando con Nerón en el año 64.  “Christiani ne sint” (mueran
los cristianos), reza el edicto imperial. El historiador Suetonio (+120
d.C.), en su obra sobre la vida de este monarca, escribió al
respecto: “los cristianos, clase de hombres llenos de supersticiones
nuevas y peligrosas, fueron entregados al suplicio”. Después
hicieron lo mismo sus predecesores como: Vespasiano, Domiciano,
Marco Aurelio, y especialmente con Diocleciano. Hubo 10
persecuciones generales, que se extendían a todo el Imperio; y
muchas persecuciones locales que afectaban sólo a tal o cual
provincia.

Algo que admiraban los paganos era ver como los cristianos
aguantaban el suplicio con tranquilidad, y morían con una sonrisa en
sus rostros. Todo lo que tenían que hacer evitar la condena era
retractarse, y esparcir una pizca de incienso sobre un altar
encendido en la arena, e inmediatamente se le otorgaba un
certificado de sacrificio y ya era libre. Esta renuncia no significaba
que tuviese que adorar al monarca, simplemente que reconociera el
carácter divino de este como cabeza del estado de Roma. Aun así,
muy pocos cristianos aprovechaban esta oportunidad, y en cambio
eran ajusticiados de varias maneras:

 Eran condenados “ad bestias” (a las bestias), donde se les


colocaba pieles de animales para ser devorados por leones,
osos, hienas y mastines; en el circo máximo.
 En el anfiteatro eran obligados a representar escenas teatrales
antes de ser estrangulados.
 Eran atados a los cuernos de un toro que los pisoteaba y
destrozaba contra las rocas.
 Eran asesinados por los 'retiari', los gladiadores con redes y
tridentes.
 Se les colocaba la llamada “túnica molesta”, que era un saco
embadurnado de pez y azufre, colgándolos después en postes,
donde se les prendía fuego, y alumbraran así por la noche los
jardines del Emperador, donde se realizaban carreras nocturnas
de carros tirados por caballos.
 Eran crucificados vivos en masas.

Así se cumplía la célebre frase de Tertuliano: “Sanguis Martyrum


Semen Chistianorum” (la sangre de los mártires es semilla para
nuevos cristianos) (comparar con Apocalipsis 18,24).

Ya en el siglo XX hubo 27 millones que murieron por la fe; como en


las persecuciones religiosas en España, México, la Alemania nazi, en
la época de la ex Unión Soviética, en la China comunista, en las
guerras internas de algunos países de África, América Latina y
demás (Comparar con 1 Pedro 2,20-21). Ellos son “los que han
lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero”
(Apocalipsis 7,14), están “vestidos de blanco y llevando hojas de
palma en las manos” (Apocalipsis 7,9); y por eso, San Agustín decía
que “La Iglesia Católica va peregrinando entre las persecuciones de
los hombres y los consuelos de Dios”.

VIII. IGLESIA MISIONERA


Esta labor evangelizadora se cumple desde la misma orden dada
por el Señor de dar a conocer su mensaje a toda la humanidad
(Mateo 24,14; 28,19-20; Hechos 1,8; Colosenses 1,23; Apocalipsis
14,6). Fue así como los apóstoles “todos los días, en el templo y por
las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo” (Hechos
5,42; 20,20). Posteriormente, se ha visto testificada de manera
sobresaliente con la evangelización a los “paganos” (“pagus”,
pueblo); y es así como el gobernador Plinio el joven, en la relación
que envía al emperador Trajano en el otoño del 112, al hablar de los
cristiano de Bitinia (en la actual Turquía), reconoce que:"Es una
muchedumbre de todas las edades, de todas las condiciones,
esparcida en las ciudades, en la aldeas y en el campo” .
Del mismo modo, la epístola a Diogneto redactada en Atenas a fines
del siglo II, dice: “Los cristianos no se diferencian ni por el país
donde habitan, ni por la lengua que hablan, ni por el modo de
vestir. No se aíslan en sus ciudades, ni emplean lenguajes
particulares: la misma vida que llevan no tiene nada de extraño. Su
doctrina no nace de disquisiciones de intelectuales ni tampoco
siguen, como hacen tantos, un sistema filosófico, fruto del
pensamiento humano. Viven en ciudades griegas o extranjeras,
según los casos, y se adaptan a las tradiciones locales lo mismo en
el vestir que en el comer, y dan testimonio en las cosas de cada día
de una forma de vivir que, según el parecer de todos, tiene algo de
extraordinario”.
Ya para el siglo III, el apologista Tertuliano de Cartago, podría
afirmar: “Nosotros los cristianos no vivimos separados del mundo,
frecuentamos el foro, los baños, los talleres, las tiendas, los
mercados y las plazas públicas. Ejercemos los oficios de marino, de
soldado, de labriego, de negociante…”. Igualmente, Latancio
(+325), explicaba: “"No hay otra razón para llamarnos
hermanos que el hecho de que nos consideramos todos iguales.
Esclavos y libres, grandes y pequeños son iguales entre sí y ante
Dios se distinguen sólo por la virtud".

El siguiente paso fue la cristianización de la “casa de los Césares”


con Constantino el Grande, el primer Princeps Christianus
(Príncipe Cristiano), quien en el “Edito de Milán” en el año 313,
decretó que el cristianismo fuera considerado “religio licita”
(religión permitida), y luego confirmado con Teodosio I. Este último
emperador proclamó en el año 380, el “Edicto de Tesalónica”,
prohibiendo la adoración pagana. Después de esto, sacerdotes y
monjes benedictinos, hicieron lo mismo con las tribus bárbaras que
poblaban toda Europa; especialmente con la conversión del rey
franco Clodovedo en el 496, y con el gran monarca protector de la
Iglesia Católica, Carlomagno (742-814). A partir del siglo XVI el
catolicismo se extendió por el resto del mundo, gracias a la
Predicación de valientes misioneros franciscanos, dominicos,
jesuitas, mercedarios, agustinos y demás (Hechos 1,8).

IX. EL AMOR AL PRÓJIMO

Otro sello distintivo era la atención que se prestaba a los huérfanos


y a las viudas (Santiago 1,27); Jesús y los apóstoles tenían un fondo
común para ayudar a los israelitas necesitados (Mateo 26, 6-9; Juan
13,29); en las iglesias el día domingo se recogía una colecta
voluntaria para tal propósito (1 Corintios 16,1-2). Desde los tiempos
de la iglesia primitiva, los obispos católicos construían hospitales
para los enfermos, casas de protección para las viudas y huérfanos,
y albergues para los peregrinos; así por ejemplo en tiempos del
papa Cornelio (251-253), la iglesia romana atendía a 1.500 viudas y
huérfanos (Comparar con Hechos 2,44-45; 4,32; 6,1-3; 11,28-30;
Gálatas 2,7-10). San Basilio, arzobispo de Cesarea (Turquía) en el
siglo IV, fue el primero es fundar un hospital para pobres y un
ancianato.
Hoy en día La Iglesia Católica es la institución a nivel mundial que
cuenta con el mayor número de sanatorios, dispensarios,
leprosarios, centros de salud, ancianatos, orfelinatos, guarderías,
escuelas públicas, talleres de capacitación, restaurantes infantiles,
bancos de alimentos para los pobres, comedores populares, centros
de rehabilitación para drogadictos y alcohólicos, para enfermos del
SIDA y demás. Obedeciendo con esto el mandato del apóstol
Santiago: “la fe sin obras, está muerta” (2,14-18).
X. CONCLUSIÓN

Hay que reconocer que la Iglesia de Cristo en su parte humana, se


ha cumplido la parábola de “la cizaña en el trigo” (Mateo 13,24-30),
a través de los tiempos. De hecho, el Papa San Juan Pablo II declaró
honradamente que en el catolicismo ha habido “luces y sombras”.
No obstante, el poder del infierno no podrá vencerla (Mateo 16,18),
porque “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”
(Mateo 24,35), “la palabra del Señor permanece para siempre” (1
Pedro 1,25). El Mesías siempre estará con los suyos (Mateo 28,20; 1
Corintios 5,4); según la sentencia del maestro de la ley, Gamaliel
(Hechos 5,38-39); Ya que existe una íntima unión entre Dios, la
iglesia y Cristo Jesús, “por todos los siglos y para siempre” (Efesios
3,21).
¿CUÁL IGLESIA FUNDÓ JESÚS?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCIÓN: Hoy en día existen miles de congregaciones


cristianas en todo el mundo, donde cada una de ellas reclama ser la
verdadera, y en cuyas filas solamente se obtiene la salvación
eterna. Pero la Iglesia Católica es la única que cuenta con el
respaldo de las palabras del Divino Salvador: “Tú eres Pedro y
sobre esta roca edificaré mi iglesia” (Mateo 16,18).

I. ORIGEN DE LA IGLESIA CATÓLICA

El Cristianismo estuvo conformado en sus mismas raíces históricas


por el Catolicismo, que tiene a Jesús como “cabeza” (Colosenses
1,18; Efesios 5,23) y “piedra principal” (1 Pedro 2,4-7), al fundar su
congregación sobre el apóstol Pedro (roca) (Mateo 16,16-18; Lucas
22,32; Juan 21,15-17). Las palabras griegas: “Iglesia” (Ekkésia)
`Asamblea de Fieles´ (1 Corintios 1,2), y “Católica”, que viene de
dos términos: kata, que significa ‘a través de’ o ‘de acuerdo a’; y
holos, que quiere decir ‘el todo’; a menudo se define como
‘universal’ (Katholikós) (1 Corintios 12,13; Colosenses 3,11;
Apocalipsis 7,9). Fue utilizada por primera vez por san Ignacio de
Antioquia en el año 106 de nuestra era. Esta tradición se ha
mantenido hasta nuestros días con el Papa Francisco, quien es el
267 legítimo sucesor de San Pedro.

Del mismo modo, San Atanasio, Patriarca de Alejandría (+373), en


su primera carta a Serapión, dice lo siguiente: “Siempre resultará
provechoso esforzarse en profundizar el contenido de la antigua
Tradición, de la Doctrina y la Fe de la Iglesia Católica, tal como el
Señor nos la entregó, tal como la predicaron los Apóstoles y la
conservaron los Santos Padres. En ella, efectivamente, está
fundamentada la Iglesia, de manera que todo aquel que se aparta
de esta Fe, deja de ser cristiano y ya no merece el nombre de tal”.

II. CÓMO SE FORMARON LAS DEMÁS IGLESIAS


CRISTIANAS

Desde los inicios de la Iglesia de Cristo se empezaron a presentar


divisiones entre los cristianos, así lo da a conocer el apóstol Pablo:
“Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones para que se
hagan manifiesto entre vosotros los que son aprobados” (1 Corintios
11,19). “Quiero decir que cada uno de vosotros dice: Yo soy de
Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. ¿Acaso está
dividido Cristo?”. (1 Corintios 1,12-13).

Nótese bien, que la intención del Señor Jesús es que hubiera “un
solo rebaño y un solo pastor” (Juan 10,16), “Porque nadie puede
poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”
(1 Corintios 1,11). Por lo tanto, cualquier persona que se declare
auténtica seguidora de las enseñanzas del Hijo de Dios, tiene que
pertenecer a la única y verdadera Iglesia fundada por El mismo hace
más de dos mil años atrás (1 Timoteo 3,15). Con la sola excepción
de la Iglesia Ortodoxa que se separó de la Católica en el siglo XI, en
el llamado “Cisma (ruptura) de Oriente”, pero que conserva el
mismo origen histórico desde los apóstoles (Efesios 2,20); las demás
confesiones cristianas fueron originadas por hombres (Gálatas 1,6-8;
2 Timoteo 4, 3-4), a partir del siglo XVI en Europa, con la llamada
“Reforma Protestante”. Debido a este mismo hecho, en el siglo
XVII, había más de 100 congregaciones distintas, para el siglo XX,
eran 1.600, 34.000 al empezar el siglo XXI. Hoy en día hay 42.000
sectas cristianas.

III. IGLESIAS QUE NACEN CON LA REFORMA PROTESTANTE

 Iglesia Evangélica, fundada en Alemania por Martín Lutero en


1521.

 Iglesia Anglicana , fundada en Inglaterra por el Enrique VIII


en 1534.

 Iglesia Calvinista, fundada en Suiza por Juan Calvino en 1536.

IV. PRINCIPALES IGLESIAS Y SECTAS CRISTIANAS EN


AMÉRICA

 Iglesia Anabapatista, fundada en Suiza por Stork y Munzer en


1525.

 Iglesia Mennonita, fundada en Suiza por Menno Simonds en


1525.
 Iglesia Presbiteriana, fundada en Escocia por Juan Knox en
1560.

 Iglesia Congregacionista, fundada en Inglaterra por Roberto


Brown en el siglo 1582.

 Iglesia Bautista, fundada en Inglaterra por John Smith en 1609.

 Iglesia Metodista, fundada en Inglaterra por John Wesley en


1739.

 Iglesia Unitaria, fundada en Inglaterra por Teófilo Lindley en


1774.

 Iglesia Episcopaliana, fundada en Estados Unidos por Samuel


Seabury en 1789.

 Secta Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días


(Mormona), fundada en Estados Unidos por José Smith en
1830.

 Secta adventista del Séptimo Día, fundada en Estados Unidos


por Guillermo Miller en 1860.

 Secta El Ejército de Salvación, fundada en Inglaterra por


Guillermo Booth en 1865.

 Secta de Los Testigos de Jehová, fundada en Estados Unidos


por Carlos Tazé Russell en 1879.

 Secta Pentecostal, fundada en Estados Unidos por Carlos


Parham en 1901.
 Secta Asamblea de Dios, fundada en Estados Unidos por Hot
Springs en 1914.

 Secta Congregación Mita, fundada en Puerto Rico por Juanita


García Peraza en 1940.

 Secta Creciendo en Gracia, fundada en Estados Unidos por José


Luis de Jesús Miranda en 1973.

 Secta Universal del Reino de Dios (pare de sufrir), fundada en


Brasil por Edir Macedo en 1977.

DIEZ RAZONES BÍBLICAS POR LAS CUALES SOY


CATÓLICO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

1. “Cristo es cabeza de la iglesia. Cristo es también el


Salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo” (Efesios
5,23).

¡Cuántas veces no nos hemos preguntado ante la gran avalancha


de Iglesias Cristianas! ¿Cuál de todas ellas es la verdadera? Al
respecto, decía San Cipriano en el siglo III, que “nadie puede tener
a Dios por Padre, sino tiene a la Iglesia Católica por Madre”.
Asimismo, el cardenal John Henry Newman agregaba que “para
conocer la historia del cristianismo, es necesario dejar de ser
protestante”. Por esta razón, los católicos afirmamos que nuestra
religión no fue fundada por ningún hombre, como ocurre con las
demás confesiones cristianas, y que muchas veces como “lobos
feroces” quieren acabar con la iglesia (Hechos 20,29-30). Sino por
el contrario, tiene sus orígenes en Jesucristo que es la “roca firme”
(Mateo 7,24-25), y por lo tanto, nadie puede construir sobre otro
cimiento (1 Corintios 3,9-11; 10,4; Efesios 2,20; 1 Pedro 2,4-6).

En cuanto al término “Iglesia Católica”, viene de dos palabras


griegas: “Iglesia” (Ekklésia) asamblea de fieles (1 Corintios 1,2), y
“Católica” (katholikós) universal (Romanos 15,10-11; 1 Corintios
12,13; Colosenses 3,11; Apocalipsis 7,9). Fue utilizada por primera
vez, por san Ignacio de Antioquía en el año 106, cuando escribió
una carta a los fieles de Esmirna: “Allí donde está Cristo Jesús, está
la Iglesia Católica”. Ahora bien, la importancia del catolicismo, y su
impacto en la historia de la humanidad han sido muy profundos.
Hablamos de una institución que ha existido más que ningún
imperio en la historia de la civilización. Ha durado tres veces más
que el imperio romano, y dos veces más que las dinastías de los
faraones de Egipto y de los emperadores de la China.

2. “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi


iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá
vencerla. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo
que tú ates en este mundo, también quedará atado en
el cielo, y lo que tú desates en este mundo, también
quedará desatado en el cielo” (Mateo 16,18-19).

Hay que aclarar que la Iglesia Católica no es la Iglesia de Pedro,


sino la de Jesucristo representado en el apóstol; ya que Jesús
mismo es el “pastor principal” (1 Pedro 5,4). Aunque algunas
iglesias cristianas se han atrevido a decir que el pasaje del evangelio
de Mateo fue añadido en el siglo II. No obstante, en 1952 el teólogo
y exegeta alemán protestante, Oscar Cullmann, reconoció en su
libro “El Primado de Pedro”, que este texto del apóstol Mateo es
auténtico, y que de hecho designa a la persona de Pedro como el
fundamento de la Iglesia de Cristo (Comparar con Lucas 22,31-32;
Juan 21,15-17). Igualmente, por haber sido Roma la ciudad donde
los santos apóstoles Pedro y Pablo murieron por el evangelio (hacia
el año 67), fue tenida desde los albores del cristianismo como la
sede principal de la Iglesia del Señor. Hacia el año 95, al final del
reinado de Domiciano, se conserva una carta del papa San Clemente
Romano (tercer sucesor de Pedro), a la comunidad cristiana de
Corintio, donde habla del “glorioso martirio de los apóstoles Pedro y
Pablo en Roma”. San Ignacio de Antioquia en el año 105 escribió: “A
la Iglesia que preside en la ciudad de la región de los romanos,
digna de Dios, digna de honor, digna de bendición, digna de
alabanza, digna de ser escuchada, digna de castidad y presidente de
la fraternidad según la ley de Cristo”. Del mismo modo, hacia el año
180 San Ireneo, obispo de Lyon, afirmó que la Iglesia de Roma
debía tenerse como “la mayor, la más antigua y la más famosa de
todas las iglesias”.
3. “El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, tiene vida
eterna; y yo lo resucitaré en el día último. Porque mi
cuerpo es verdadera comida, y mi sangre es verdadera
bebida” (Juan 6,54-55).

Para la mayoría de las Iglesias protestantes, la “Eucaristía” (acción


de gracias), es solamente un simbolismo de las palabras de Jesús en
la “Ultima Cena”, celebrado con los apóstoles en la víspera de la
fiesta de la Pascua (Pésaj), el jueves santo del año 33 de nuestro
era. Por otro lado, para las Iglesias Católica y Ortodoxa, fieles a la
tradición del mensaje divino, han enseñado que la “Eucaristía” es
verdaderamente la presencia del Cristo en la “Hostia”, que será
entregado por todos nosotros, y en el “Vino”, que será derramado
por todos nosotros, como un “nuevo pacto” con su muerte
redentora en la cruz (Lucas 22,19-20). Por eso, el Hijo de Dios
mandó a conmemorar a sus discípulos este acontecimiento, en
recuerdo suyo (1 Corintios 11,25), hasta que El vuelva (1 Corintios
11,26).

En los anales de la Iglesia Naciente hay constancias escritas, como


el testimonio de San Justino Mártir, quien hacia el año 155, le
explicaba al emperador romano Antonio Pío, sobre el memorial que
hacían los católicos: “Los fieles que asistían al santo sacrificio
comulgaban bajo ambas especies. Los hombres recibían la santa
hostia en su mano y las mujeres en un lienzo blanco; unos y otros
bebían del cáliz que les presentaba el sacerdote o el diácono. Al
distribuir el pan, el sacerdote o el diácono, decía: “Corpus Christi”,
y al presentar el cáliz: “Sanguis Christi”, y el que comulgaba
respondía: “Amén”. Lo que sobraba del vino consagrado se repartía
entre los niños presentes, y el pan consagrado restante era llevado
a los enfermos y a los cristianos presos en los cárceles” (Comparar
con Hechos 2,42). También San Ireneo, en su obra contra las
herejías (año 180), escribe: “El vino y el pan al recibir las palabras
consagratorias se convierten en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo”.
Podemos resaltar además el famoso milagro eucarístico que se
conserva en Lanciano (Italia), cuando en el siglo VIII, durante la
misa un monje basiliano dudó de la presencia real de Cristo en el
momento de la consagración, y para asombro suyo la “Hostia” se
convirtió en carne de corazón humano y el “Vino” en sangre de
tipo AB [la misma de la Sábana santa en que envolvieron el cuerpo
del Hijo del hombre al ser bajado de la cruz, y que se conserva en
Turín (Italia)]. Este milagro ha sido plenamente confirmado por los
resultados de los análisis de la ciencia moderna, y cuenta con el
respaldo de la Organización Mundial de la Salud (ONU).

4. “Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para


enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida
de rectitud” (2 Timoteo 3,16).

La Iglesia Católica ha sido la custodia de la Palabra de Dios, así por


ejemplo: Hacía el año 170, se realizó el primer catálogo de los libros
del Nuevo Testamento; llamado el canon (o lista) de Moratori. Este
contenía los cuatro Evangelios y las 13 cartas de San Pablo. El
teólogo Orígenes (182-254), aseguraba que los cristianos del siglo
III, usaban la versión de los libros del Antiguo Testamento llamada
de Los Setenta (que incluyen 46 libros), aunque algunos judíos no lo
aceptaban. En Antioquía, el sacerdote Luciano (+312), hizo una
revisión crítica del Antiguo Testamento de la versión de los
“Setenta”. San Atanasio en el año 367 da la lista definitiva de los 27
libros del Nuevo Testamento. La totalidad de los libros aceptados
como de inspiración divina, se reconocieron en los concilios de
Hipona (393), y el de Cartago (397). La Vulgata (o divulgada) fue la
primera versión autorizada de la Biblia de los textos originales del
hebreo, arameo y griego al latín; fue hecha por San Jerónimo en el
siglo IV, en la misma cueva de Belén donde nació el Salvador del
mundo. Antes de Martín Lutero, con la reforma protestante (siglo
XVI), existían 56 ediciones de la Biblia en diferentes idiomas en todo
el continente europeo. La primera Biblia impresa en la historia fue la
Vulgata Latina, por el alemán Johannes Gutenberg en el año 1455.
Este ejemplar se encuentra hoy en la biblioteca de Moscú (Rusia).
La división de la Biblia en capítulos y versículos del Nuevo
Testamento, fue elaborada por el teólogo Esteban Langton;
arzobispo católico de Canterbury en el año 1214; mientras que la
del Antiguo Testamento, fue impuesta por el fraile dominico Santos
Pagnini, en el año 1517. Estas dos modalidades han sido aceptadas
por las demás Iglesias Cristianas. En el año 1892 el papa León XIII
creó la escuela bíblica de Jerusalén, bajo la dirección de la orden de
los dominicos; quienes se encargan de las excavaciones
arqueológicas en Tierra Santa. En el año 1907, el papa San Pío X dio
origen al instituto pontificio de estudios bíblico, a cargo de los
jesuitas. Hoy en día existen diferentes ediciones católicas de la
Palabra de Dios (2 Tesalonicenses 3,1).

5. “Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y


háganlas mis discípulos. Bautícenlas en el nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñeles a
obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi
parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin
del mundo” (Mateo 28, 19-20).

Este mandato divino de dar a conocer la “Buena Nueva” se cumple


desde los apóstoles (enviados), cuando “todos los días, en el templo
y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo”
(Hechos 5,42; 20,20). Posteriormente, se ha visto testificada con la
cristianización de los césares romanos, con Constantino el Grande, el
primer Princeps Christianus (Príncipe Cristiano), y luego
confirmado con Teodosio I; ambos en el siglo IV. Después de esto,
sacerdotes y monjes benedictinos, hicieron lo mismo con las tribus
bárbaras que poblaban toda Europa; especialmente con la
conversión del rey franco Clodovedo en el 496, y con el gran
monarca protector de la Iglesia Católica, Carlomagno (742-814). A
partir del siglo XVI el catolicismo se extendió por el resto del
mundo, gracias a la Predicación de valientes misioneros
franciscanos, dominicos, jesuitas, mercedarios, agustinos y demás
(Hechos 1,8).

6. “Dichosos los que sufren persecución por hacer lo que


Dios exige, pues el reino de Dios les pertenece” (Mateo
5,10).

A lo largo de la historia de la salvación la Iglesia Católica es la que


ha dado más mártires (testigos de la fe) en el cristianismo. Se
calcula que en veintiún siglos han sido 70 millones, entre los que se
encuentran papas, obispos, sacerdotes, religiosos, monjas,
misioneros, catequistas, neo-catecúmenos, seglares, niños y niñas.
Al respecto, el escritor romano Tácito (siglo II), narra como a los
condenados se les colocaba pieles de animales para ser devorados
por los leones y los mastines en el circo máximo; a otros les
untaban grasa de cerdo para ser luego amarrados a los postes en
los jardines imperiales o en la Vía Apia, como antorchas humanas en
la noche; o también eran crucificados vivos en masa, por haber
proclamado con valentía antes los tribunales paganos: “Chistianus
Sum” (Soy Cristiano). Los pretextos que ponían los perseguidores
eran: son enemigos del estado, pues no acatan las órdenes del
emperador, son impíos y atraen las maldiciones de los dioses, no
quieren tributarles culto. Tertuliano les contestó: “Id a vuestras
cárceles y ved cuántos paganos criminales hay en ellas y cuántos
criminales cristianos; luego juzgad vosotros”. Otros pretextos:
cometen crímenes tremendos en la celebración de sus misterios:
“comen niños… Son causa de división dentro del imperio”. Ellos son
“los que han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del
Cordero” (Apocalipsis 7,14), están “vestidos de blanco y llevaban
hojas de palma en las manos” (Apocalipsis 7,9).

“Vengan ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre;


reciban el reino que está preparado para ustedes desde que
Dios hizo el mundo. Pues tuve hambre, y ustedes me dieron
de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como
forastero, y me dieron alojamiento. Me faltó ropa, y ustedes
me la dieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la
cárcel, y vinieron a verme” (Mateo 25, 34-36).

Hoy en día la ONU ha reconocido que la Iglesia Católica, es la


institución a escala mundial, que más asiste a la mujer en el campo
de la salud, la educación y la promoción humana. Tiene
organizaciones a nivel mundial como Caritas Internacional. También
se ocupa del 26% de todos los enfermos de SIDA en el mundo. La
labor social en todo el planeta, está distribuida de la siguiente
manera: los centros sanitarios son en total 115.352; 648 leproserías;
15.699 casas para ancianos, enfermos crónicos y personas con
incapacidad; 10.124 orfanatos; 11.596 guarderías; 14.744
consultores matrimoniales; 3.663 corporaciones de educación o
reeducación social y 36.389 entidades de otro tipo. A estos datos
sobre la actividad de acción social, habría que añadir los servicios de
asistencia que se prestan en los campos de refugiados y para
desplazados en el interior de cada país, y el acompañamiento de
estas personas desarraigadas.
7. “La iglesia del Dios viviente, la cual sostiene y defiende
la verdad” (1 Timoteo 3,15).

La Iglesia Católica a través de los siglos ha defendido la verdadera


doctrina del cristianismo (Gálatas 1,6-9), de las continuas herejías
(falsas enseñanzas) que empezaron a circular desde los tiempos de
los apóstoles (2 Pedro 2,1-2). Esta misión se ha dado por medio de:

 Los Padres Apostólicos: Fueron aquellos santos que conocieron


en vida a los Apóstoles, como: San Papías, San Ignacio de
Antioquía, San Policarpo, San Clemente Romano, San Justino
Mártir.
 Los Padres de la Iglesia: Fueron los escritores tanto de la
Iglesia en Oriente como en Occidente (Siglos II al VIII), como:
San Atanasio, San Juan Crisóstomo, San Gregorio Nacianceno,
San Basilio, San Ambrosio.
 Los Doctores de la Iglesia: Son aquellos que a parte de haber
llevado una vida de virtud, sobresalieron por su ciencia
eminente en la doctrina del catolicismo, muchos además fueron
Padres de la Iglesia; y han sido declarados como tales por el
Sumo Pontífice o un Concilio Universal. Son 35 en total, como:
San Agustín, San Jerónimo, Santo Tomás De Aquino, San
Buenaventura, San Alfonso De Ligorio, San Juan de la Cruz;
incluyendo además a cuatro mujeres: Santa Catalina de Siena,
Santa Teresa de Ávila, Santa Teresita del Niño Jesús y Santa
Hildegarda de Bingen.
 Los Concilios Ecuménicos (Universales): Son la reunión del
Papa con los obispos para darle respuesta a una cuestión de fe.
Se han celebrado 21 Concilios Ecuménicos.
 Las Encíclicas: Son cartas pastorales del Romano Pontífice para
apoyar o aclarar lo dicho anteriormente.

8. “Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde


esclava, y desde ahora siempre me llamarán dichosa;
porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas”
(Lucas 1,48-49).

La Iglesia Católica siempre ha visto en la Virgen María no solamente


a la Madre del Salvador (Mateo 1,18), sino también a la Madre de
todos los creen en Jesús (Apocalipsis 12,17), obedeciendo así el
cuarto mandamiento de la ley de Dios: “Honra a tu padre y a tu
Madre” (Marcos 7,10). La palabra “honrar” en hebreo también
significa “glorificar”. Por lo tanto, Jesús que es el hombre perfecto
(Hebreos 7,28), también “glorificó a su Madre”. Los padres
franciscanos al construir la actual basílica de la Anunciación en
Nazaret, encontraron un grafito del siglo II que dicen: “Charia
María” (alabada sea María). Igualmente, en la catacumba de
Priscila en la vía Salaria de Roma, hay una pintura que representa a
la Virgen María y al Niño en compañía de Isaías, arriba aparece la
estrella de a profecía de Balaam: “De Jacob avanza una estrella”
(Números 24,17). Es considerada la referencia más antigua de la
devoción de la Iglesia Católica a Nuestra Señora. Ya en el siglo III,
como se deduce de un antiguo papiro, los cristianos de Egipto se
dirigían a María con esta oración: “Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios. No desprecies las oraciones que te dirigimos
en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, o
Virgen Gloriosa y Bendita”. Aquí aparece por primera vez la
expresión griega “Theotokos”, que literalmente significa “la que ha
engendrado a Dios” (Lucas 1,41-45).
9. “Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el
cielo es perfecto” (Mateo 5,48).

La santidad se ha definido teológicamente como la manifestación del


Altísimo en los seres humanos, para que caminen en su presencia y
cumplan sus mandatos. Los cristianos por la gracia de Dios
participan de este privilegio, y por eso los apóstoles Pedro y Pablo
usan la palabra “santo”, para referirse a los fieles y a las
comunidades de creyentes (Hechos 9,32; 1 Corintios 1,2); ya que
por el bautismo somos liberados del pecado y unidos en Cristo
Jesús, quien es el “Santo de los santos” (Hebreos 7,26). Asimismo,
todo aquel que está en el cielo, y participa de la visión beatífica del
Padre Celestial, es considerado como “santo” (Colosenses 1,12).

En la “imitación de Cristo” cada santo(a) tiene su propio ideal de lo


que es la perfección cristiana, y en ninguna otra faceta de la historia
de la humanidad, se encuentra tanta variedad como en la galería
de los santos; pues los hay desde papas, cardenales, obispos,
sacerdotes, diáconos, monjes, religiosos(as), emperadores y
emperatrices, reyes y reinas, presidentes, militares, políticos,
abogados, científicos, médicos, campesinos, amas de casa, niños(as)
entre muchos otros. Hay también santos(as) llamados “místicos” que
tienen dones o privilegios especiales (1 Corintios 12,28-31), tales
como: revelaciones particulares, profecías, glossolalia (don de
lenguas) o xenoglosia (hablar en lenguas extranjeras), estigmas,
visiones, alocuciones (mensajes de parte de Dios), sueños de Jesús,
María, los ángeles u otro santo, bilocación (estar en dos lugares al
mismo tiempo), clarividencia espiritual (Conocer el estado del alma
de otra persona), y levitación (levantarse del suelo). Hay que aclarar
que ningún santo(a) incluyendo a la virgen María pueden hacer un
milagro, solamente sirven de intermediarios ante El Señor Jesús (1
Timoteo 2,5).

Desde la época del papa San Clemente en el siglo I, se empezaron a


investigar los procesos y las actas de martirio de los cristianos que
habían sido sacrificados en las persecuciones del emperador Nerón
César. Inicialmente era el mismo fervor popular que proclamaba el
culto a los santos, ya que “la voz del pueblo, es la voz de Dios” (Vox
Populi, Vox Deus). Igualmente, los obispos hicieron trasladar a
sus diócesis las reliquias de un santo o mártir. La práctica de
celebrar la liturgia sobre las tumbas de los mártires en las
catacumbas de Roma, fue instituida por el papa San Félix en el año
269. No fue sino hasta el año 993, cuando el papa Juan XV intervino
personalmente en el proceso de canonizar formalmente a un santo,
y lo hizo con Udalrico, obispo de Augsburgo (Alemania). En XXI
siglos de existencia de la Iglesia Católica han habido unos 10000
santos(as) canonizados (Hebreos 12,1).
LAS QUINCE MARCAS DE LA IGLESIA CATÓLICA.
Desarrollado por el jesuita italiano San Roberto Belarmino (1542-
1621), gran apologista, teólogo, cardenal y doctor de la Iglesia en
los tiempos de la Contra reforma. Fue llamado como el “martillo de
los protestantes”.
1. El nombre de la Iglesia, Católica, universal, y mundial, y no
confinada a una nación o gente en particular.
2. Antigüedad, en trazar sus ancestros directamente a Jesucristo.
3. Constante duración, en durar substancialmente sin cambios por
muchos siglos.
4. Extensiva, en el número de sus fieles.
5. Sucesión episcopal, de sus obispos desde los primeros apóstoles
en la última cena a la jerarquía presente.
6. Acuerdo doctrinal, de su doctrina con las enseñanzas de la Iglesia
antigua.
7. Unión, de sus miembros entre ellos mismos, y con la cabeza
visible, el Pontífice Romano.
8. Santidad, de doctrina en reflejar la santidad de DIOS.
9. Eficacia, de doctrina en su poder de santificar creyentes e
inspirarlos a grandes logros morales.
10. Santidad de vida, de los escritores y defensores representantes
de la Iglesia.
11. La gloria de milagros, trabajados en la Iglesia y bajo el auspicio
de la Iglesia.
12. El don de profecía encontrado entre los santos de la Iglesia y
sus portavoces.
13. La oposición que la Iglesia levanta entre aquellos que la atacan
en los mismos terrenos en los cuales Cristo fuera atacado por sus
enemigos.
14. El triste fin, de aquellos que luchan contra ella.
15. La paz temporal y felicidad terrenal de aquellos que viven de
acuerdo a las enseñanzas de la Iglesia y que defienden sus
intereses.
FRASES CÉLEBRES SOBRE LA IGLESIA CATÓLICA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

La Iglesia del Dios vivo es columna y fundamento de la verdad.


San Pablo (1 Timoteo 3,15).

La Iglesia Católica es el reino de Dios en la tierra.


Papa San Gregorio Magno.

La barca de Pedro que es la Iglesia Católica, puede ser arrastrada


por las olas de este mundo, pero de ninguna manera puede
sumergirse y perecer.
Papa San Pío V.

Son tan sólidos los fundamentos a favor de la Iglesia Católica, y van


en tal armonía con la lógica humana; que sirven para convencer a la
mente más incrédula y obstinada.
Papa León XIII.

La iglesia Católica no le teme a la verdad de la historia.


Papa León XIII.

Los católicos nacimos para el combate.


Papa León XIII.

El mayor enemigo de la Iglesia Católica es la ignorancia.


Papa San Pío X.

La Iglesia Católica civiliza evangelizando.


Papa Pío XI.

La Iglesia Católica existe para evangelizar.


Papa Beato Pablo VI.
En estos tiempos es necesario que la Iglesia Católica crezca, No en
número, sino espiritualmente.
Papa Beato Pablo VI.

En toda la historia de la Iglesia Católica ha habido luces y sobras,


pero más luces que sombras.
Papa San Juan Pablo II.

Negar lo sobrenatural que hay en la Iglesia Católica, es como negar


la esencia misma del cristianismo.
Papa San Juan Pablo II.

La Iglesia Católica mira al mundo a través de los ojos de Cristo.


Papa San Juan Pablo II.

La Iglesia Católica propone pero nunca impone.


Papa San Juan Pablo II.

Si alguien quiere dar testimonio de la Iglesia Católica, da dos veces


testimonio de Jesucristo.
Papa San Juan Pablo II.

Allí donde está Cristo Jesús, está la Iglesia Católica.


San Ignacio de Antioquía.

Mi nombre es cristiano y mi apellido católico.


San Pacián de Barcelona.

Nadie puede tener a Dios por Padre, sino tiene a la Iglesia Católica
por Madre.
San Cipriano.
Fuera de la Iglesia Católica no hay salvación.
San Cipriano.

La Iglesia Católica se presenta como un pueblo unido bajo el


amparo del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
San Cipriano.

La Iglesia Católica es una realidad santa constituida por hombres


todos ellos, en grado y medida diferente pero pecadores.
San Ambrosio.

La fe en la Iglesia Católica es mucho más preciosa que todas las


riquezas y tesoros de la tierra. Más grande que todos los honores y
sus posesiones. Es la que salva a los pecadores, da luz a los ciegos,
restaura a los penitentes, perfecciona a los justos y es la corona de
los mártires.
San Agustín.

Si negáis estos milagros (de Jesucristo y los apóstoles), atestiguáis


aún la divinidad de la religión cristiana. Porque si una religión,
enemiga de todas las pasiones, incomprensible en sus dogmas,
severa en su moral, se ha establecido sin el auxilio de los milagros,
este mismo hecho es el mayor y más inaudito de los milagros.
San Agustín.

¡Hay hermosa religión católica! Si eres tan despreciada, es porque


no eres conocida.
San Agustín.

Roma ha hablado, la cuestión ha terminado.


San Agustín.

La Iglesia Católica va peregrinando entre las persecuciones del


mundo y los consuelos de Dios.
San Agustín.

En la medida en que cada uno ame a la Iglesia Católica, posee aún


más el Espíritu Santo.
San Agustín.

Lo que el alma es para el cuerpo, eso mismo es el Espíritu Santo


para la Iglesia Católica.
San Agustín.

Jesús sufrió en la cruz los dolores en cuanto la cabeza, faltan los del
cuerpo que es la Iglesia Católica.
San Agustín. (Comparar con Colosenses 1,24).

Dios no desea otra cosa sino la libertad de su Iglesia.


San Anselmo.

La Iglesia Católica está prefigurada en los patriarcas, fundada en los


apóstoles, adornada en las jerarquías, perfeccionada en los
mártires”.
San Germán de Constantinopla.

La historia de la Iglesia Católica, es el testimonio de la revelación de


Dios.
Santo Domingo de Guzmán.

En cuanto a mí Cristo y la Iglesia Católica son una sola cosa.


Santa Juana de Arco.

Puedo equivocarme en muchas cosas, pero jamás quiero dejar de


pertenecer a la verdadera religión.
San Eusebio de Vercelli.
Nuestro pensamiento debe ser siempre el pensamiento de la Iglesia
Católica.
San Ignacio de Loyola.
El mejor camino para conseguir la salvación es pertenecer a la
religión cristiana, ser católico.
Últimas palabras del mártir jesuita San Pablo Miki.

Muero por la Iglesia Católica y por lo que Ella enseña.


Últimas palabras del mártir jesuita San Ignacio de Acevedo.

Aunque me pusieran a escoger entre mil religiones que haya en el


mundo, jamás escogería una que no fuera la religión católica. En
ella he vivido y en ella quiero morir.
Últimas palabras de San Francisco de Sales.

Muero feliz porque muero en la religión católica.


Últimas palabras de Santa Teresa de Ávila.
Tres cosas forman la Iglesia Católica: Jesús, María y el Papa.
San José María Escrivá de Balaguer.

Hay que servir a la Iglesia Católica como ella quiere que sea servida.
San José María Escrivá de Balaguer.

La voluntad de la Iglesia Católica, es demostrar frente al templo que


se levanta, la escuela que se demuestra.
Pablo Bert.

En estos tiempos lo importante no es buscar la conversión de los no


católicos, sino la catolicidad de los católicos.
Prof. Plinio Correa de Oliveira.

La Santa Iglesia Católica es la luz de mis ojos.


Prof. Plinio Correa de Oliveira.
Si no creo en la religión católica romana, que es la verdadera; que
voy a creer en las demás.
Leibniz del Peñol.
La principal misión de la Iglesia Católica consiste en hacer presente
a Cristo entre los Hombres.
Henry de Lubac.

Los que saben pensar bien, se acercan a la Iglesia Católica; y los


que no saben pensar se alejan de ella.
G.K. Chesterton.

La Iglesia Católica es la única institución humana que no nos haces


ser hijos de este mundo.
G.K. Chesterton.

La Iglesia Católica no es la asamblea de los puros, sino el hospital


de los pecadores.
G.K. Chesterton.

Esta es la Iglesia Católica, rejuvenecida con los siglos, fortalecida


con los cismas y engrandecida con los ataques.
Daniel Rops.

Mientras más se estudie la historia de la Iglesia Católica, más se


convence de la verdad del cristianismo.
Prof. Franco Molinari.
El PAPA

1. EL APÓSTOL PEDRO.
2. PEDRO Y PABLO EN ROMA.
3. EL PRIMADO DE PEDRO Y LOS SANTOS PADRES DE LA
IGLESIA.
4. EL PRIMADO DE PEDRO Y LOS PROTESTANTES.
5. EL MARTIRIO DE PEDRO EN ROMA EN LA HISTORIA
UNIVERSAL.
6. ¿ES EL PAPA EL ANTICRISTO?
7. HOMENAJE AL PAPA JUAN PABLO II.
8. ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES DEL PAPA JUAN PABLO II.
9. FRASES CÉLEBRES SOBRE EL PAPADO.
10. LA CIUDAD DEL VATICANO.
11. LA GUARDIA SUIZA: LOS SOLDADOS DEL PAPA.
12. EL ÍNDICE DE LOS LIBROS PROHIBIDOS.
EL APÓSTOL PEDRO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Simón o Symeón (nombre derivado del hebreo Smael “Dios


escuchó”) Bar-Jona, hijo de Jonás, era un rudo y sencillo pescador
de Betsaida (Juan 1,43), pero tenía una casa en Capernaum (Marcos
1,29-33) en la región de Galilea. Su hermano, Andrés, que le trajo a
Jesús, había sido un discípulo de Juan Bautista (Juan 1,35-40), y
posiblemente él también lo había sido. El llamamiento que el Mesías
le hizo en la playa (Marcos 1,6) no fue evidentemente la primera
reunión (Juan 1,41-42).

Pedro junto con su hermano Andrés, y sus amigos y compañeros de


trabajo Santiago el mayor y Juan el discípulo amado, se encontraron
entre los primeros apóstoles de Cristo Jesús, quien le cambió su
nombre por Pedro, Kephas en arameo, Cefas en griego, o Petrus
en latín; que quiere decir “piedra” o “roca” (Juan 1,40-42).
Invitándolo a hacer desde entonces “pescador de hombres” (Lucas
5,10).

Era una hombre del pueblo sin educación (Hechos 4,13), se


consideraba así mismo como un “hombre pecador” (Lucas 5,8), fue
el primero en ser llamado al servicio de Dios (Mateo 4,18 s.s.),
siempre encabeza la lista de los doce amigos del Señor (Mateo 10,2;
Marcos 3,16; Lucas 6,14; Hechos 1,13). En todos estos textos el
término en griego es prōtos, que también significa “principal”,
“jefe”, el más “importante”.
Él mismo se nombra como “siervo y apóstol de Jesucristo” (2 Pedro
1,1), ”testigo de los sufrimientos de Cristo”(1 Pedro 5,1); su casa es
la residencia del Maestro en Capernaum (Marcos 1,21.29-35);
aparece a veces como el portavoz de los apóstoles (Mateo 15,15;
16,22; 18,21-22; 19,27), A él lo interrogan los que cobraban
impuestos para el templo (Mateo 17,24-27); además Pedro, al lado
de Santiago y Juan, fueron los tres discípulos más cercanos al
Salvador, y estuvieron presentes en la resurrección de la hija de
Jairo (Marcos 5,37), en la transfiguración en el monte Tabor (9,2);
Ellos tres con Andrés lo interrogan en el monte de los Olivos, sobre
las señales antes del fin (13,3-4). Son también Pedro y Juan los
encargados de preparar la “Ultima Cena” (Lucas 22,7-8), y
nuevamente los tres son llamados por el Mesías a permanecer
vigilantes, mientras él hace oración en el Getsemaní (Mateo 26,37-
38.40). “Por eso, Santiago, Pedro y Juan...eran tenidos como
columnas de la iglesia” (Gálatas 2,9).

El amor y la confianza de Pedro a su Divino Maestro, se vio probado


cuando empieza a caminar sobre las agua para salir a su encuentro
(Mateo 14,25-31); Ante el abandono de los judíos que no creían que
Cristo era el verdadero “pan bajado del cielo”, es Pedro quien
reconoce que solo él tiene “palabras de vida eterna” (Juan 6,68); En
un acto de valor momentáneo tiene el coraje de decir que iría por
Su Señor a la cárcel y hasta la muerte (Lucas 22,33); el arrojo al
cortarle la oreja a Malco, cuando lo van a apresar en la noche del
Jueves Santo (Juan 18,10). Igualmente, después de la resurrección
se encontraba pescando en el lago de Tiberias, en compañía de
otros apóstoles, y aparece Jesús en la orilla, entonces “Apenas oyó
Simón Pedro que era el Señor, se vistió, porque estaba sin ropa, y
se tiró al agua” (Juan 21,7). Su seguimiento al Mesías incluía el
desprendimiento de las cosas materiales, como él mismo declaró al
paralítico que pedía limosna en la puerta Hermosa: “No tengo plata
ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de
Nazaret, levántate y anda” (Hechos 3,6).
El pasaje bíblico más contundente que demuestra la importancia de
este apóstol, lo encontramos en Mateo 16,13-19; cuando el
Unigénito de Dios en la región de Cesarea de Filipo, les pregunta a
sus discípulos: “-¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?”
(13); ante la confusión de los demás, Pedro contesta acertadamente
“- Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios viviente” (16; Comparar con
Marcos 8,27-29; Lucas 9,18-20). Sobre este particular, en 1952, el
teólogo y exegeta alemán protestante Oscar Cullmann, reconoció en
su libro “El Primado de Pedro”, que este texto de Mateo es
auténtico, y que de hecho designa a la persona de Pedro como el
fundamento de la Iglesia de Cristo.

Del mismo modo, no era la primera vez que uno de los doce
reconocía la naturaleza y misión divina de Jesucristo; pues al
principio de su ministerio, Natanael (o Bartolomé) también le dijo: “-
Maestro ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel!” (Juan
1,49). Igual respuesta encontramos en otra ocasión de los demás
discípulos: “! En verdad tú eres el Hijo de Dios!” (Mateo 14,33), y el
mismo Pedro anteriormente (Juan 6,69). Pero solamente en esta
ocasión a Simón Pedro, Cristo Jesús le dice que su declaración no
viene de los hombres sino de Dios Padre que está en el cielo (Mateo
16,17).

Seguidamente Jesús agrega: “Y yo te digo que tú eres Pedro, y


sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder
de la muerte podrá vencerla” (18). En este punto hay que aclarar
que la Iglesia Católica no es la Iglesia de Pedro, sino de Cristo
representado en el apóstol, ya que el Santo de Dios es el “pastor
principal” (1 Pedro 5,4). Igualmente, el Mesías le da plena
autoridad, bajo el símbolo de las “llaves del reino de los cielos”
(Mateo 16,19; Apocalipsis 1, 17-18; 3,7), de “atar y desatar en la
tierra y en el cielo”. Es decir, que Dios da por bueno y aprobado lo
que Pedro haga con su iglesia en el mundo.
Al respecto, Nos recuerdan el oráculo del profeta Isaías sobre el
funcionario Eliaquín, del que se dice: «Colgaré de su hombro la llave
del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre
nadie lo abrirá» (Isaías 22,22). La llave representa la autoridad
sobre la casa de David. Y en el Evangelio hay otra palabra de Jesús
dirigida a los escribas y fariseos, a los cuales el Señor les reprocha
de cerrar el reino de los cielos a los hombres (Mateo 23,13). Las
dos imágenes – la de las llaves y la de atar y desatar – expresan por
tanto significados similares y se refuerzan mutuamente. La
expresión «atar y desatar» forma parte del lenguaje rabínico y alude
por un lado a las decisiones doctrinales, por otro al poder disciplinar,
es decir a la facultad de aplicar y de levantar la excomunión. El
paralelismo «en la tierra… en los cielos» garantiza que las decisiones
de Pedro en el ejercicio de su función eclesial también son válidas
ante Dios.

Asimismo, hay otros dos momentos en que el Verbo de Dios vuelve


a mencionar la autoridad de Pedro:

“Dijo también el Señor: - Simón, Simón, mira que Satanás los ha


pedido a ustedes para sacudirlos como si fueran trigo; pero yo he
rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, cuando te hayas
vuelto a mí, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes” (Lucas
22,31-32).

Pedro quien es el único del grupo que niega “tres veces” a su


Maestro, en el patio de la casa del sumo sacerdote (Lucas 22,34.
54-62); Sigue siendo su elegido, y a pesar de que el Señor conocía
de antemano su debilidad humana (Lucas 5,8), al confirmarle por
“tres veces” que él será el “pastor de sus corderos y de sus ovejas”
(Juan 21,15-17).
Por otra parte, los apóstoles y discípulos reconocen la primacía de
Pedro, así por ejemplo a él se debe transmitir el primer anuncio de
la resurrección del Salvador (Marcos 16,7; Juan 20,1-2); Juan lo
deja entrar de primero al sepulcro vació (Juan 20,3-7); igualmente,
Pablo manifiesta que Cristo se apareció a Pedro, y luego a los doce
(1 Corintios 15,5; véase también Lucas 24,34). El mismo apóstol de
los gentiles viaja a Jerusalén para conocerlo (Gálatas 1,18). Fue
Pedro quien toma la palabra ante los ciento veinte creyentes, en la
escogencia de Matías en reemplazo de Judas (Hechos 1,15); en el
día de Pentecostés con la llegada del Espíritu Santo, es el primero
que empieza a proclamar a Cristo resucitado (2,14.32), “Así pues,
los que hicieron caso de su mensaje fueron bautizados; Y aquel día
se agregaron a los creyentes unas tres mil personas” (41). Es
también el primero en hacer un milagro público al curar al cojo de
nacimiento en el templo de la Ciudad Santa (3,6), después se dedica
a predicar el evangelio en el pórtico de Salomón (3,12 ss), y ante el
consejo del Sanedrín, anuncia a las principales autoridades religiosas
del pueblo judío, la salvación traída con Jesucristo (4,8 ss). Pedro y
los demás apóstoles, responden a la prohibición de enseñar en el
nombre de Jesús, “- Es nuestro deber obedecer a Dios antes que a
los hombres” (5,29). Pedro pone al descubierto la mentira del
Trágico caso de Ananías y Safira (5,1-10); y reprende a Simón, el
Mago, que había ofrecido dinero a los apóstoles para obtener el
Espíritu Santo con la imposición de las manos (8,18-23). La
predicación de Pedro en la casa del capitán romano Cornelio, trae
como resultado el bautismo y la aceptación del mensaje de Dios de
una familia no judía (10,44-48). Este hecho generó en algunos
creyentes de Jerusalén un gran malestar (11,1-2); pero ante la
explicación de Pedro de sus actos, “todos se callaron y alabaron a
Dios” (18). Además cuando el rey Herodes lo manda a prisión, se
eleva en toda la iglesia una oración por él (12,5), lo que provoca la
intervención milagrosa de un ángel del Señor que lo saca de la
cárcel (6-10).
En el incidente ocurrido en la iglesia de Antioquía sobre la cuestión
de imponer la circuncisión a los cristianos procedentes del
paganismo, Pablo le llama la atención a Pedro por tomar partido en
este punto (Gálatas 2,11-14). Sin embargo, Pablo lo que le reprocha
es su forma de Actuar, pero no pone en tela de juicio su misión de
jefe del colegio apostólico y de la iglesia de Cristo. De hecho, es el
mismo Pedro quien pone fin a la discusión (Hechos 15, 6-11); lo
que contó además con las palabras de Santiago a favor suyo
(13-14). Por todo esto, Pedro aparece como el primer apóstol de
los paganos (7), y también de los judíos (Gálatas 2,7-8).

En la iglesia primitiva las referencias al primado petrino se dieron a


partir del siglo II. Tertuliano y Cipriano afirmaron que la Iglesia de
Cristo fue edificada sobre el apóstol de Galilea. Clemente de
Alejandría llamó a Pedro “el elegido, el escogido y el primero entre
los discípulos “. Cirilo de Jerusalén lo proclamó “el sumo apóstol”. El
papa León Magno lo consideraba como “el único a quien se escogió
entre todo el mundo para ser cabeza de todos los pueblos
llamados, de todos los apóstoles y de todos los padres de la Iglesia”.
Venancio Fortunato le dio el título de “príncipe de las llaves”.

PEDRO Y PABLO EN ROMA


AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. MISIÓN APOSTÓLICA

Según la tradición antigua el apóstol Pedro fue siete años obispo de


Antioquía, luego al ser liberado de la cárcel en Jerusalén en el año
42 o 43, se dirigió a la capital del imperio romano, y se puso al
frente de aquella comunidad cristiana que había sido escogida por
Dios (1 Pedro 5,13). Eusebio y San Jerónimo sugieren que fueron
veinticinco años; sin embargo, no fueron continuos, pues Pedro
estuvo de nuevo en la Ciudad Santa en el año 49 o 50, fecha del
concilio de Jerusalén. Quiere decir que Roma era su sede principal,
pero los apóstoles eran considerados como pertenecientes a toda la
Iglesia Católica. De hecho, en la Historia Eclesiástica del ya
mencionado Eusebio de Cesarea, compuesta en el siglo IV, se lee
que antes de llegar a la capital del imperio “Pedro predicó por el
Ponto, Galacia, Bitinia, Capadocia y Asia a los judíos que estaban
dispersos”. Asimismo, Antioquia, Roma y Alejandría, se les daba el
título de “Iglesias de Pedro”, porque basaban su autoridad en el
hecho de haber recibido la predicación del mismo discípulo de
Cristo.

En la región de Antakya (Turquía), existe la iglesia llamada “la gruta


de San Pedro”, es una cavidad natural situada en la cara occidental
del monte Stauris, en Antioquía. En este lugar, según una
antiquísima tradición el apóstol reunió a la primera comunidad de
discípulos, donde fueron llamados “cristianos” (Hechos 11,26). La
cueva está llena de antiguos símbolos cristianos, y es considerada
por muchos expertos como “la primera catedral del mundo”, dado
que San Pedro habría presidido allí la eucaristía.
Crónicas recogidas por el mismo historiador católico, Eusebio,
aseguran que el apóstol llegó a la ciudad de los césares durante los
primeros años del reinado de Claudio, el feroz y sanguinario sucesor
de Calígula. La ciudad tenía por aquel tiempo casi un millón de
habitantes, entre los que encontraban personas de todos los países
entonces conocidos. Algunos escritores sostienen que el “príncipe de
los apóstoles” se alojó en la casa romana de Aquila y Prisca (o
Priscila) una pareja cristiana cuyo domicilio quedaba en el monte
Aventino. En el libro de los Hechos de los Apóstoles (18,2), relata
que este santo matrimonio fueron desterrados de Roma por Claudio,
cuando éste ordenó hacia el año 49, la expulsión de los judíos, al
parecer Pedro fue otra de las víctimas de la medida imperial.
II. MARTIRIO DE PEDRO EN ROMA

Cuenta una leyenda piadosa que hacia el año 60 el pescador de


Galiliea se encontraba de camino a la misma ciudad, y se le apareció
Jesús que le dijo que iba para ser crucificado otra vez. El mismo
Señor había anunciado que Pedro moriría por su fe, glorificando con
su muerte a Dios (Juan 21,19). Cuando el primer Vicario de Cristo
llegó a Roma, los cristianos la identificaban como la otra “Babilonia
la grande”, la ciudad construida sobre siete colinas (Apocalipsis
17,9); era la capital de los nuevos opresores idólatras, metrópoli
grande, lujosa y pecadora (14,8; 17,5; 18,1 ss), con un gran poder
político, militar y económico; la cual era comparada por el filósofo
romano Séneca como “una reunión de alimañas”, Mientras que el
historiador romano Tácito agrega que en “Roma se juntan todos los
delitos e impurezas del universo” (Comparar con Romanos 1,29-31).
No menos corrompido era su emperador Nerón César (54-68),
nombrado por San Juan en el libro de las revelaciones como la
Bestia, el 666, que es un número de hombre (13,18).
En el año 64 el maniático monarca mandó a incendiar la ciudad,
metiéndole la culpa a los cristianos, que eran considerados como
una secta judía, hostiles a la sociedad pagana, y acusados de
rendirle tributo a Jesucristo en vez que al emperador y a sus ídolos
(Hechos 16,20-21; 17,6-7; 24,2-5). En esta misma persecución
hacia el año 67 cuando el apóstol de los judíos contaba uno 75 años
de edad, fue hecho prisionero, y luego crucificado boca abajo cerca
al circo romano, en la colina vaticana. Aquí fue enterrado por sus
seguidores en un cementerio contiguo; se decía que una pared de
color rojo marcaba el lugar.

III. LA CÁRCEL MAMERTINA

La piedad popular siempre reconoció que aquí Pedro fue


encarcelado, y que lo ha expresado desde el siglo V hasta hoy. La
cárcel Mamertina, también llamada el Tullianum, era una prisión
ubicada en el Foro Romano en la antigua Roma. Construida en el
VII siglo antes de Cristo, y por lo tanto la más antigua de la Ciudad
Eterna. Originalmente fue creada como una cisterna. Excavada en
la roca era muy segura, allí solo los reos importantes eran
encarcelados, y permanecían hasta que se hacía el desfile y se les
ejecutaba en público, ya que el ordenamiento romano no
contemplaba la prisión. En este calabozo es posible ver un pozo en
el suelo del que sube agua. Se cree que los santos Martiniano y
Proceso, sus guardias, fueron convertidos y bautizados por Pedro
antes de ser martirizado junto a otras 47 personas.
IV. PRUEBAS HISTÓRICAS

Treinta años después del martirio del apóstol, el Papa San Anacleto
construyó un oratorio donde los fieles se reunían. También se
encuentra el testimonio del Papa San Clemente Romano [tercer
sucesor de San Pedro. Es probable que el apóstol Pablo identifique
en su carta a los filipenses (4,3), a su colaborador Clemente, con
este Papa], quien escribió una carta contemporánea del evangelio
de San Juan (90 d.C.), en la que narra la muerte gloriosa del
pescador de Galilea. En el siglo II, San Ignacio de Antioquía, San
Papías, San Clemente de Alejandría, el obispo Dionisio de Corintio y
el llamado canon moratoriano; confirman el martirio de los príncipes
de la iglesia “Pedro y Pablo” en Roma. Asimismo, durante el
pontificado de Ceferino (198- 217), el presbítero romano Gayo hacia
el año 200, polemiza con los montanistas, y dice: “Pero yo puedo
mostrar los `trofeos´ de los apóstoles (Pedro y Pablo), pues si
quieres acercarte al Vaticano o a la Vía de Ostia, encontrarás allí los
`trofeos´ de aquellos que han fundado esta comunidad”. Tertuliano,
el escritor eclesiástico de Cartago del siglo III, agrega:
“Primeramente por Nerón se manchó de sangre la fe naciente…
Pedro se hace semejante a su maestro en el género de muerte
(Crucifixión); en la que Pablo conquista la corona de Juan (Bautista)
por medio de la espada”. De los relatos no cristianos resalta la
crónica de Celso al emperador Adriano (117-138), quien asegura
que el nombre de Pedro gozaba de popularidad en la capital del
imperio.

A principios del siglo III San Ireneo, obispo de Lyon, escribe la lista
de los obispos de la Ciudad Eterna, en la que dice que “Después de
los santos apóstoles (Pedro y Pablo) hubieran fundado la iglesia,
pasó a ocupar el episcopado romano Lino (mencionado por San
Pablo en 2 Timoteo 4,21. La tradición afirma que Lino fue designado
personalmente por Pedro como obispo de los fieles romanos), y
después le sucedió Anacleto y tras éste Clemente (Romano), quien
conoció en persona a Pedro”. En el año 251, San Cipriano llama a la
iglesia romana como “la silla de Pedro y la iglesia principal”. Eusebio
de Cesarea, basándose en documentos del siglo II, confirma que
“Habiendo Lino gobernado la Iglesia romana por espacio de doce
años, la entregó a Anacleto para que éste la dirigiera”.
V. EL CAMPO DE LA ARQUEOLOGÍA

En cuanto a las pruebas arqueológicas del sepulcro de Pedro, se


tienen noticias antes que se construyera la basílica que lleva su
nombre, por el emperador Constantino en el año 324, exactamente
encima del cementerio y de la pequeña capilla que indicaba la
ubicación de la tumba del santo apóstol, en donde los primeros
cristianos celebraban la eucaristía y enterraban en las paredes y en
el suelo de las galerías a los mártires, incluyendo varios Papas
(siglos I-IV). Durante el saqueo de Roma por las tropas del Islam en
el año 846, la tumba del apóstol mártir fue violada, los musulmanes
penetraron en la sepultura y robaron cuantos tesoros encontraron.

A principios del siglo XIX, las catacumbas del Vaticano fueron


identificadas en su totalidad, y a finales del mismo siglo se descubrió
la cripta de los Papas con los epitafios del siglo III, de Ponciano,
Fabiano, Cornelio y otros. En el Vaticano se encuentran además los
restos de muchos Papas de los tiempos modernos, como los cuerpos
incorruptos de San Pío X y del Beato Juan XXIII, que están
expuestos a la veneración pública. Asimismo, en las excavaciones
efectuadas en 1915 en la gruta de la basílica de San Sebastián, se
halló un muro cubierto con invocaciones a los apóstoles Pedro y
Pablo, donde sus reliquias fueron llevadas por un tiempo, debido a
las persecuciones del emperador Valeriano (253-60).

Desde el año 1941 se realizaron nuevas investigaciones en las


catacumbas del Vaticano por orden del Papa Pío XII, el grupo estaba
conformado por cuatro expertos del instituto pontificio de
arqueología cristiana. Encontraron pinturas, mosaicos con símbolos
de los inicios de la iglesia como el pez, la paloma, el ancla y el
cordero; figuras de Cristo y escenas bíblicas, imágenes religiosas,
monedas, tumbas de cristianos y paganos. En el año 1958 bajo el
pontificado de Juan XXIII se dio la noticia que los arqueólogos
habían dejado al descubierto un grueso muro de color rojo, al lado
hallaron varias cajas de plomo llenas de restos de diferentes
personas y animales domésticos. En una de las cajas se verificó por
pruebas de laboratorio los huesos de un hombre robusto entre los
60 y 70 años de edad, del siglo Primero de nuestra era; los mismos
fueron identificados plenamente por Pablo VI en 1968, como las
“reliquias de San Pedro”, que ya habían sido mencionadas en el año
200, por el ya citado clérigo romano Cayo, como el “trofeo” del
Vaticano, y consiste en una inscripción en latín que rezaba “Petrus
Eni” (Pedro está aquí). Los huesos del apóstol fueron depositados
en una capilla debajo del altar mayor de la basílica de San Pedro, y
permanecen en una urna circundada por columnas de mármol.

En la Basílica de San Pedro, al fondo del ábside, bajo la “Gloria” de


Bernini, junto al altar de la Cátedra, se encuentra el trono que
simboliza la dignidad y la autoridad del Romano Pontífice: Esta
representación en bronce data del siglo XVII, contiene en su interior
la silla en madera de roble que utilizo el apóstol Pedro para presidir
las celebraciones de la comunidad cristiana en la casa de Aquila y
Priscila, en Roma. Hasta el siglo IV fue expuesta a la veneración de
los fieles en el baptisterio de la Basílica contruida por el emperador
Constantino el Grande el propio día 22 de febrero. Durante la Edad
Media fue usada para la entronización del Vicario de Cristo.

En otra basílica romana “San Pedro in Vincoli”, se conservan


según se cree las Cadenas con que ataron al santo apóstol en
Jerusalén, y que fueron encontradas en una peregrinación por
Eudoxia (siglo V), esposa del emperador Teodosio II. Una parte de
dichas Cadenas quedaron en Constantinopla, y algunos eslabones
fueron enviados a Roma. Posteriormente, el Papa San León el
Grande (+461), unió milagrosamente estos eslabones con otros que
se conservaban de la preciada cadena.

VI. MARTIRIO DE PABLO


De la permanencia del apóstol de los gentiles en la Ciudad Eterna,
aparece constatada al final del libro de los hechos de los apóstoles,
en la epístola a los romanos, y en la segunda carta a Timoteo;
cuando estaba preso en la misma cárcel mamertina, aquí en una de
sus celdas se puede observar la columna en la que se dice que
fueron atados los dos santos. El primer testimonio sobre el final de
San Pablo viene de la mitad de los años 90 del siglo I, y por tanto
poco más de treinta años después de su muerte. Se trata de la
Carta que la Iglesia de Roma, con su obispo Clemente I, escribió a
la Iglesia de Corinto. En aquel texto se lee así: "Por los celos y la
discordia Pablo fue obligado a mostrarnos cómo se consigue el
premio de la paciencia. Arrestado siete veces, exiliado, lapidado, fue
el heraldo de Cristo en Oriente y en Occidente, y por su fe consiguió
una gloria pura. Tras haber predicado la justicia en todo el mundo, y
tras haber llegado hasta el extremo de Occidente, aceptó el martirio
ante los gobernantes; así partió de este mundo y llegó al lugar
santo, convertido así en el más grande modelo de paciencia".
Igualmente, Eusebio de Cesárea en el siglo IV, hablando del
emperador Nerón, escribió: "Durante su reinado Pablo fue
decapitado precisamente en Roma, y Pedro fue allí crucificado. El
relato está confirmado por el nombre de Pedro y de Pablo, que aun
hoy se conserva en sus sepulcros en esta ciudad”.

Su martirio viene relatado por primera vez en los Hechos de Pablo,


escritos hacia finales del siglo II. Éstos refieren que Nerón lo
condenó a muerte por decapitación, ejecutada inmediatamente
después. La fecha de la muerte varía según las fuentes antiguas,
que la colocan entre la persecución desencadenada por Nerón
mismo tras el incendio de Roma en julio del 64 y el último año de su
reinado, el 68. Tradiciones sucesivas precisarán otros dos
elementos. Uno, el más legendario, es que el martirio tuvo lugar en
las Acquae Salviae, en la Vía Laurentina, con un triple rebote de la
cabeza, cada uno de los cuales causó la salida de una corriente de
agua, por lo que el lugar se ha llamado hasta ahora "Tre Fontane"
(Hechos de Pedro y Pablo del Pseudo Marcelo, del siglo V). El otro,
en consonancia con el antiguo testimonio, del presbítero Gayo, es
que su sepultura tuvo lugar "no sólo fuera de la ciudad, en la
segunda milla de la Vía Ostiense", sino más precisamente "en la
granja de Lucina", que era una matrona cristiana (Pasión de Pablo
del Pseudo Abdías, del siglo VI).

Aquí, en el siglo IV, el emperador Constantino erigió una primera


iglesia, después enormemente ampliada tras el siglo IV y V por los
emperadores Valentiniano II, Teodosio y Arcadio. La basílica de San
Pablo Extramuros se mantuvo en su forma original hasta 1823,
fecha del incendio que la destruyó, siendo consagrada nuevamente
en 1854. En las paredes de su interior se exhiben los Retratos
de los 263 Papas sucesores de San Pedro. En el año 2006, se dio a
conocer la noticia del descubrimiento del sarcófago del apóstol de
las gentes, donde se puede leer la inscripción en latín: Paulo
Apostolo Mart (Pablo, apóstol y mártir).

En la basílica de San Juan de Letrán, construida por el mismo


emperador, es la catedral oficial del romano pontífice, y recibe el
título de “iglesia madre de la cristiandad”. Durante el ya mencionado
robo por los sarracenos en el año 846, la cabeza del apóstol Pedro
junto con la de San Pablo fueron trasladas a este lugar, cuando se
tuvo noticia del inminente arribo de la flota islámica. Aquí reposa las
cabezas de los santos apóstoles, en dos relicarios de oro en una
urna debajo del altar mayor. Hay otra reliquia de San Pedro, la mesa
donde se cree celebraba la misa en las catacumbas. Esta basílica a
lo largo de su historia ha estado expuesta a terremotos, saqueos e
incendios; y por eso ha sido restaurada en varias ocasiones.

VII. LA FIESTA LITÚRGICA


La Iglesia Católica desde sus primeros siglos tenía varias
festividades litúrgicas en honor del apóstol Pedro:

 Desde el siglo IV, se encuentra en los calendarios más antiguos


la fiesta bajo el título de Natale Petri de Chatedra, es decir,
el día de la institución del pontificado de Pedro, su potestad
jerárquica y magisterio en la sede de Roma y en todo el mundo
cristiano.

 La fiesta del martirio de San Pedro y San Pablo el 29 de junio


del año 67, es una de las conmemoraciones religiosas más
solemnes del calendario litúrgico. En el siglo IV se
acostumbraba oficiar tres misas el mismo día; una en la
basílica de San Pedro, la segunda en San Pablo Extramuros, y
la tercera en las catacumbas de San Sebastián, en donde
fueron escondidas por algún tiempo las reliquias de los dos
santos para evitar que fueran profanadas.

 Un viejo himno litúrgico del siglo VI, llama a Pedro como “el
portero del cielo”. La religiosidad popular católica ha visto al
santo como el personaje de la corte celestial que tiene a su
cargo abrir y cerrar el portón de las moradas eternas.

EL PRIMADO DE PEDRO Y LOS PADRES DE LA


IGLESIA
AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: El catolicismo cuenta a su favor el testimonio


valiosísimo de los primeros escritores del cristianismo que relatan la
autoridad del apóstol Pedro sobre la Iglesia fundada por Cristo
Jesús. A continuación haremos una lista de los escritos más
significativos:

“Pedro es el bendito, el escogido, el preeminente, el primero entre


los discípulos”.
San Clemente, patriarca de Alejandría” (siglo III).

“Cuando se confería a Pedro el supremo poder de apacentar el


rebaño, y sobre él, como sobre piedra, se fundaba la Iglesia, no se
le exigió la confesión de ninguna otra virtud más que de la caridad”.
Orígenes de Alejandría (siglo III).

“Si todavía crees que está cerrado el cielo, recuerda que el Señor ha
dejado aquí sus llaves a Pedro, y por su medio a la Iglesia”.
Tertuliano de Cartago (siglo III).

“Uno es el bautismo, uno es el Espíritu Santo y una es la Iglesia de


Cristo Señor fundada sobre Pedro por origen y razón de unidad”.
San Cipriano, obispo de Cartago (siglo III).

“Jesús edificó la Iglesia sobre uno solo, y aunque después de la


resurrección les dio a todos los apóstoles igual potestad, sin
embargo, para manifestar la unidad, dispuso con su autoridad que el
origen de la misma unidad se iniciara en uno solo, en Pedro”.
San Cipriano, obispo de Cartago (siglo III).

“La iglesia de Roma ejerce su autoridad sobre las demás, no porque


lo digan los concilios, sino por la palabra de Nuestro Señor y
Salvador en el Evangelio, pues a ella le concedió la primacía cuando
dijo: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia”.
Papa San Dámaso (siglo IV).

“No puedes negarlo (refutándole a un hereje); tú sabes que en la


ciudad de Roma fue colocada al principio la cátedra episcopal en la
que se sentó el que era cabeza de todos los apóstoles, Pedro, por lo
cual fue llamado también Cefas, a fin de que por esta sola cátedra
fuese por todos custodiada la unidad, y a fin de que cada uno de los
apóstoles no se disputasen el primado por sus cátedras”.
San Optato de Mileve (Siglo IV).

“Allí donde está Pedro está la Iglesia Católica”.


San Ambrosio, obispo de Milán (Siglo IV).

“Creed que Pedro es el primero, y es el príncipe del apostolado”.


San Hilario, obispo de Potiers (siglo IV).

“Pedro es el sumo de los apóstoles y príncipe de ellos, y llavero del


reino celestial”.
San Cirilo, obispo de Jerusalén (siglo IV).

“Si bien sobre los apóstoles igualmente se consolida la fortaleza de


la Iglesia, sin embargo, entre los doce se elige uno (Pedro), a fin de
que, determinada la cabeza, se quite toda ocasión de cisma”.
San Jerónimo, presbítero (siglo V).

“Estoy con quien esté unido a la cátedra de San Pedro”.


San Jerónimo, Presbítero (siglo V).

“Esto lo atestigua el príncipe de los apóstoles (Pedro), a quien el


Señor constituyó el primero de los apóstoles,… a quien fue confiado
el redil”.
San Epifanio, obispo de Chipre (siglo V).

“Entre todos fue elegido sólo Pedro, el cual fue antepuesto a la


vocación de todos los gentiles, a todos los apóstoles y a todos los
padres de la Iglesia; a fin de que, aunque hay en el pueblo de Dios
muchos sacerdotes y muchos pastores, sin embargo Pedro rija a
todos aquellos a quienes como cabeza principal rige Cristo”.
Papa San León Magno (siglo V).

“Esta es la piedra (Pedro) a la que no vencen las soberbias


potestades del infierno”.
San Agustín, obispo de Hipona (siglo V).

“Bendito sea Dios, que ordenó exaltar al apóstol Pedro sobre la


Iglesia. Es digno de honra a este fundamento, por medio del cual es
posible escalar al cielo”.
San Agustín, obispo de Hipona (siglo V).

“Cristo confirió a Pedro…y fue constituido por Cristo maestro de todo


el orbe”.
San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (siglo V).

“Primeramente (Jesús) le confió (a Pedro) los corderos, después las


ovejas; porque lo constituyó no solamente pastor, sino pastor de los
pastores”.
San Euquerio de Lyon (siglo V).

“Para todos aquellos que conocen el Evangelio, es cosa manifiesta


que al bienaventurado príncipe de los apóstoles, Pedro, fue por voz
del Señor confiado el cuidado de toda la Iglesia”.
Papa San Gregorio el grande (siglo VII).
“Desde la venida a nosotros del Verbo encarnado, todas las Iglesias
cristianas de todas partes han tenido y tienen a la gran Iglesia que
está aquí (en Roma) como única base y fundamento porque, según
las mismas promesas del Salvador, las puertas del infierno no han
prevalecido jamás contra ella”.
San Máximo el Confesor (siglo VII).
EL PRIMADO DE PEDRO Y LOS PROTESTANTES

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: Contrario a lo que muchos piensan, gran


cantidad de historiadores, teólogos y pastores protestantes; no han
negado la permanencia y martirio de Pedro y Pablo en la capital
imperial, así por ejemplo:
En 1924, Adolf Von Harnack, profesor de historia protestante en la
universidad de Berlín (Alemania), completó sus estudios que había
iniciado a fines del siglo XIX, llegando a la siguiente conclusión: “Ya
expuse hace veintidós años, en mi Manual de Historia de los
Dogmas, con ciertas reservas en calidad de historiador protestante,
que Romano era igual a Católico. Pero desde entonces esa tesis se
ha robustecido tanto, que algunos historiadores protestantes no se
sorprenderán ya de esta otra proposición: Los elementos capitales
del catolicismo se remontan hasta la edad apostólica…Parece
cerrarse así el anillo y triunfar la concepción que de esta historia se
forjan los católicos”. Igualmente, agregó: "negar la estancia en
Roma de Pedro es un error que ahora es claro para cualquier
estudiante que no es ciego. La muerte por el martirio de Pedro en
Roma ha sido impugnada debido al prejuicio protestante”.

Esta misma opinión la tiene también FJ Foakes-Jackson, en su libro


"Pedro, Príncipe de los Apóstoles”, donde dice: "De ahora en
adelante no hay duda de que, no sólo en Roma, sino en toda la
iglesia cristiana, la visita de Pedro a la ciudad era un hecho, como
era su martirio junto con el de Pablo".

Otras declaraciones importantes, son:

“Los inicios del cristianismo apuntan hacia Roma”.


Robert Maclauner.

“No hay un solo testimonio indudable que demuestre con todo rigor
que Pedro estuviera alguna vez en Roma, aunque resulta difícil no
admitirlo”.
Gustavo Kruger.
“Verdad es que en la secular polémica de si Pedro fue a Roma y si
sufrió allí el martirio, la balanza de la verosimilitud –pues no hay que
hablar de certeza- parece inclinarse por la afirmativa”.
Erich Caspar.

“Tengo la firme impresión de que hay que contar con la posibilidad


de que Pedro haya ido a Roma”.
Goguel.

“Nos enteramos luego de que Pedro, lo mismo que Pablo,


emprendió viajes misioneros por diversos países, y es incluso posible
que en uno de estos viajes hallara la muerte en Roma”.
Julicher.

“Para el arqueólogo, la presencia y el martirio de los Santos Pedro y


Pablo en Roma, son hechos tan ciertos por la sola evidencia de los
monumentos, que no admite ni siquiera sobra de duda”.
Lanciani.

“Según la tradición, tanto Pedro como Pablo fueron ejecutados en


Roma, en la década de los años 60”.
Timothy Yates.

“Pedro viajaba, porque sabemos estuvo en Antioquía, y lo que


parece una tradición digna de confianza, sabemos que estuvo en
Roma y allí murió”.
Keneth Scott Laturet.
EL MARTIRIO DE PEDRO EN ROMA EN LA HISTORIA
UNIVERSAL

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

La Nueva Enciclopedia de Conocimiento Religioso de Schaff -Herzog


confirma esto diciendo:" Pedro fue a Roma [....] y allí sufrió el
martirio bajo Nerón. Ninguna otra fuente describe el lugar del
martirio de Pedro en un lugar diferente en Roma. Parece más
probable, en su conjunto, que Pedro murió mártir en Roma a finales
del reinado de Nerón, en algún momento después del cese de la
persecución general”.
El historiador James Hardy Ropes dice:"La tradición, sin embargo
indica, que Pedro vino a Roma y sufrió el martirio bajo Nerón (54-68
d.C.), todavía en gran persecución que siguió en la ciudad o un poco
más tarde, se apoya en una base diferente y más firme.... No hay
duda de que 150 años después de la muerte de Pedro, que era la
creencia común en Roma que había muerto allí, como lo hizo Pablo.
Los "trofeos" de los dos grandes apóstoles podían verse en la colina
del Vaticano y de la Vía Ostiense...una fuerte tradición local de la
muerte en Roma en los dos apóstoles se atestigua en un tiempo no
muy lejos del evento”. (La Era Apostólica a la luz de la crítica
moderna. Nueva York. 1908. Pp. 215 hasta 216).
Del mismo modo, el erudito William McBirnie agrega: “La creencia
de que Pedro fue martirizado y vivió en Roma no se debió a la
vanidad o la ambición de los cristianos locales, pero siempre era
verificable, como a toda la Iglesia. No se necesita los testimonio
hasta mediados del siglo tercero realmente para ser considerado;
¿por qué hasta este momento, esta iglesia en Roma afirmó tener
cuerpo y nadie del apóstol impugnaron el hecho”.

"Desde luego, ni siquiera tenemos ninguna referencia que apunta a


cualquier otro lugar de Roma, lo que podría ser considerado como la
escena de su muerte. Y a favor de Roma, hay tradiciones
importantes que en realidad murió en Roma. En el segundo y tercer
siglos nunca cuando ciertas iglesias estaban en rivalidad con Roma
se produjeron a uno de ellos impugnan la afirmación de Roma que
estaba allí el lugar del martirio de Pedro. "(La Búsqueda de los Doce
Apóstoles. Tyndale House Publishers, Inc. Wheaton, Illinois. 1973. P.
64.)
El Diccionario de la Biblia Unger afirma inequívocamente que "la
evidencia de su martirio [Pedro] allí [en Roma] es completa,
mientras que hay una ausencia total de cualquier declaración
contraria en los escritos de los Padres de la Iglesia" (tercera edición,
Chicago. 1960. P. 850).
George Edmundson, en su libro La Iglesia de Roma en el siglo I,
repite la misma conclusión: "Hemos ni siquiera el más mínimo rastro
que apuntan a cualquier otro lugar que podría ser considerado como
la escena de su muerte [Pedro].... Es un punto aún más importante
que el segundo y tercer siglos cuando ciertas iglesias estaban en
rivalidad con Roma, nunca se le ocurrió a uno de ellos disputar la
afirmación de que Roma era la escena del martirio de Pedro. De
hecho, incluso más se puede decir; precisamente, en el este, como
se desprende de los escritos pseudo-Clementine y las historias
petrino, especialmente los relacionados con el conflicto entre Pedro
y Simón el Mago. La tradición de la residencia de Roma de Pedro
tenía particular fortaleza”. (London. 1913. Pp. 114-115).
"Parece cierto que Pedro pasó sus últimos años en Roma. Aunque el
Nuevo Testamento hace silencio sobre tal suspensión, que se apoya
en 1 Pedro 5:13, donde" Babilonia "es un nombre en clave para
Roma…” “…para los primeros escritores como Clemente de Roma (c.
95), Ignacio de Antioquía (c. 107), e Ireneo (c. 180) era de
conocimiento público que Pedro trabajó y murió en Roma." (El
Diccionario Oxford de Papas Oxford Univ. Press, 1988, p. 6).

¿ES EL PAPA EL ANTICRISTO?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. INTRODUCCIÓN

Hoy en día la Iglesia Católica está empeñada en buscar un


acercamiento religioso con las demás confesiones cristianas
(Ecumenismo). No obstante, desde los mismos albores de LA
REFORMA PROTESTANTE en el siglo XVI, sus fundadores como
hijos rebeldes que un día se separaron de la Madre (Romanos
16,17-18), han mostrado un odio abierto por nuestra Iglesia, que no
han dudado en tildarla de ser LA GRAN RAMERA DE LA BIBLIA,
llamada en el Apocalipsis como BABILONIA LA GRANDE (18,2), y
donde el PAPA no sería otro que el ANTICRISTO (13,18). Así por
ejemplo, encontramos las siguientes declaraciones textuales:

“Me siento ya más libre en mi corazón; pues sé finalmente que el


Papa es el Anticristo, y que su silla es la de Satanás”.
Martín Lutero, fundador de la Iglesia Evangélica.
“El pontificado romano, con todo su orden y reino, es el mismo
Anticristo”.
Felipe Melanchthon, colaborador de Martín Lutero.

“La cabeza de este reino maldito y abominable en la iglesia


occidental es el Papa”.
Juan Calvino, fundador de la Iglesia Calvinista.

“El Papa es el mismo Anticristo”.


Juan Knox, fundador de la Iglesia Presbiteriana.

“El Papa es en el sentido más categórico, el hombre de pecado,


porque él representa toda forma de pecado sin medida”.
Juan Wesley, fundador de la Iglesia Metodista.

II. EL ANTICRISTO EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Para hacer un informe más imparcial vamos a utilizar la Biblia


Protestante versión Reina-Valera, Edición de 1985. Además,
seguiremos la regla de fe de todas las iglesias protestante: “Solo lo
que enseñe la Biblia”.
El término “anticristo” procede del griego antì-, “sustituto, opuesto”
y khristós, “ungido, mesías, cristo”; y significa literalmente: "aquel
que sustituye o se opone a Cristo". El primero en hacer una paralelo
con este título en el Nuevo Testamento, fue el mismo Hijo de Dios:
“Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán
grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuera
posible, aun a los escogidos” (Mateo 24,24). Nótese bien, que El
Mesías en este pasaje del evangelio del apóstol Mateo (escrito hacia
el año 85 de nuestra era), al igual que en todo el capítulo 24; está
hablando con un lenguaje escatológico, haciendo referencia a los
“últimos tiempos”. Explicando que vendrán hombres que con
“supuestos milagros” obra del Diablo, llevarán tras de sí a muchos
de los verdaderos creyentes, los cuales no tendrán su aprobación
(comparar con Mateo 7, 21-23).
Para el apóstol Pablo, el “hombre de pecado” que se hace pasar por
Dios, está por venir (2 Tesalonicenses 2,1-4); (aunque no lo
identifica propiamente con el título del “anticristo”), pero llegará
“con gran poder y señales y prodigios mentirosos” (9). Porque “el
espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos
apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a
doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4,1). Además, sus vidas y sus
actos son propios de “las obras de las tinieblas” (Romanos 13,12),
“siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la
potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de
desobediencia” (Efesios 2,2).

Vemos como San Pablo en sus epístolas (redactadas entre los años
45 al 65), quiere resaltar dos cosas:

1. Tanto él como los demás apóstoles, y los primeros


cristianos hasta el siglo segundo; creían firmemente que
la segunda venida de Cristo (parusía), era un hecho que
sucedería pronto.

2. El mundo entero se debate entre dos grandes fuerzas, los


“hijos de la luz” al mando de Jesucristo, y los “hijos de las
tinieblas”, bien sea representado por un hombre, pero
enviado por el mismo Diablo.

Por su parte, el apóstol Juan en sus cartas (elaboradas hacia el año


96), vuelve hacer hincapié en la persona del “Anticristo”:

“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el


anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por
esto conocemos que es el último tiempo… ¿Quién es el mentiroso,
sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que
niega al Padre y al Hijo” (1 Juan 2,18.22).

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son


de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En
esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que
Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no
confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es
el espíritu del anticristo el cual vosotros habéis oído que viene, y
que ahora ya está en el mundo” (1 Juan 4,1-3).

“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no


confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el
engañador y el anticristo” (2 Juan 7).

Para San Juan el “Anticristo”, ya no va hacer un personaje de los


“últimos tiempos”, sino que ¡Está ahí!, y en medio de la Iglesia de
Cristo. Esto se debe al hecho que ya a finales del siglo I, se
empezaban a formar grupos heréticos de cristianos que negaban
que “Jesucristo”, sea verdadero “Dios” y al mismo tiempo verdadero
“Hombre”. Así lo demuestra el párrafo inicial de su evangelio (escrito
hacia la misma fecha que sus tres cartas): “En el principio era El
Verbo (la Palabra = Jesús), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios” (1,1). Comparar con (1 Juan 1,1-3).

III. EL NÚMERO DE LA BESTIA: EL 666

El mismo Juan, el teólogo, cuando se encontraba desterrado en la


isla de Patmos (Asia Menor); escribió el libro de las revelaciones (o
Apocalipsis). En uno de sus apartes, dice:

“Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número


de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos
sesenta y seis. (13,18).
Este número simbólico, ha dado para una serie de especulaciones y
demás. Sin embargo, los llamados padres de la iglesia y los
exégetas (estudiosos de la Biblia), lo han relacionado con la persona
de NERÓN CÉSAR. San Juan, que se hallaba preso por los romanos
en el momento de escribir el libro (hacia el año 90), decide recordar
a sus hermanos en la fe en un lenguaje a manera de clave, sobre
los peligros que años atrás había desatado este cruel emperador
que había dictado una nueva ley que decía: “Ut Christiani Non
Sint” (“No es lícito ser cristiano”). Además de él se sabe que era
bisexual y alcohólico. Mandó a matar a su propia madre Agripina,
con la que sostenía una relación incestuosa; al igual que sus dos
esposas: Popea y Octavia, y a su maestro Séneca. En las noches
recorría las calles de la Ciudad eterna disfrazado de esclavo,
asaltando y apuñalando a las personas que salían de los prostíbulos
y las cantinas. Ordenó el incendio de Roma en el año 64, y la
ejecución hacia el año 67 de los dos príncipes de los apóstoles:
Pedro y Pablo. Por todo esto, ha sido llamado en la historia como “el
verdugo de la humanidad”. Nerón fue muerto en el año 68 por un
liberto, quien cumplía órdenes del monarca para evitar caer vivo en
manos de sus enemigos. De hecho, se pensaba que este tiránico
monarca reaparecería en forma resucitada (redivivus) para
continuar su terrible reinando.
Hay que tener en cuenta que este apóstol escribió el Apocalipsis en
griego pero estaba destinado a judíos convertidos al cristianismo
que conocían el hebreo. Ellos sabían que la cifra 666 se refería al
nombre de Nerón César, pues el hebreo antiguo, en vez de cifras
numéricas, daba un valor numérico a cada letra y carecía de
vocales, y es así como la suma del nombre de “NERÓN CÉSAR”
(NRWN QSR), (que se escribe de derecha a izquierda y sin
vocales) equivale a: (Q) Qof = 100 + (S) Samek = 60 + (R) Resh =
200 + (N) Nun = 50 + (R) Resh = 200 +(W)Waw = 6 +(N)Nun =
50 ; Total = 666.
En el citado capítulo 13 del Apocalipsis, el autor habla de dos bestias
que se van a oponer a Cristo en los últimos días. Para los cristianos
de aquellos tiempos quedaba claro que la primera bestia se refería
al Imperio Romano que tanto les perseguía, y la segunda al
emperador Nerón, que echó a los cristianos la culpa de todos los
males del imperio.
No han faltado las sectas protestantes que han querido relacionar el
número de la bestia con el Papado, y esto se debe a que
antiguamente los Romanos Pontífices utilizaban una corona de tres
puntas llamada la “Tiara” (palabra que en latín quiere decir “gorro
prominente”); y según ellos, tenía una inscripción que decía:
“VICARIUS FILII DEI” o “VICARIO DEL HIJO DE DIOS”, que
al hacer la misma operación matemática da 666.

Para refutar esta acusación podemos argumentar cuatro cosas:

1. El Apocalipsis fue escrito en griego mientras que la inscripción


de la tiara aparece en latín (idioma oficial de la Iglesia
Católica).

2. Los Papas solo empezaron a utilizar la tiara a partir de


Clemente V (Siglo XIV). por lo tanto, pasaron más de 1.200
años antes de relacionar esta vestimenta papal con la
descripción de san Juan en el libro de las Revelaciones.

3. Es completamente falso que en la tiara que usaban los Sumos


Pontífices (hasta Pablo VI), apareciera esta leyenda. El título
que los identifica es el de VICARIUS CHRISTI (VICARIO DE
CRISTO), y fue empleado por primera vez por Inocencio III,
en el siglo XIII.

4. El mismo apóstol aclara que el “666” es el número de un


“hombre”, y no de una institución como el papado, que ha
abarcado en XXI siglos, a 267 individuos, desde Pedro hasta
Francisco.

HOMENAJE AL PAPA JUAN PABLO II

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Pastor bonus in populo


El buen pastor en medio de su pueblo
San Agustín (Doctor de la Iglesia).
I. RAZGOS BIBLIOGRÁFICOS

Karol Józeph Wojtyla nació en Waldowice (Polonia), el 18 de mayo


de 1.920. Su padre Karol Wojtyla, era un sargento del ejército
austro-húngaro, su madre, Emilia Kaczorowky, murió cuando él
tenía doce años, tuvo además dos hermanos: uno mayor llamado
Edmund, que murió siendo joven y una hermana que falleció a corta
edad; su padre dejó este mundo cuando él contaba con 21 años de
edad. Fue bautizado a los pocos días de nacido en la iglesia de
Santa María de Waldowice, estudió en el colegio de la misma
ciudad, a los nueve años hizo la primera comunión, y a los 18
recibió la confirmación. En 1.938 entró en la universidad de
Cracovia. Durante la ocupación alemana a su país trabajó en una
cantera y después en una fábrica de productos químicos. En 1.942
ingresó clandestinamente al seminario de Cracovia y se licenció en
filosofía. Participó en la resistencia contra el nazismo, organizó un
grupo de teatro y se preocupó por salvar muchas familias judías.
Entre estos testimonios se cuenta el de su viaje a Israel en mayo del
año 2.000, cuando Edith Tzirer una judía polaca de 69 años, relató
que 55 años atrás cuando ella era solo una niña de 14 años, se
encontraba enferma de tuberculosis y sin fuerzas, cuando un joven
seminarista Karol Wojtyla, le dio pan y té caliente, después la
transportó sobre su espalda durante tres kilometras hasta llegar a
uno estación de tren.

Fue ordenado sacerdote en 1.946, luego se doctoró en filosofía en


Roma, profesor universitario. Pío XII lo nombró obispo auxiliar de
Cracovia en 1.958, y Pablo VI arzobispo de la misma ciudad en
1.964. Participó en el concilio Vaticano II (1.962-65); fue designado
cardenal en 1.967 y Papa el 16 de octubre de 1978.
II. EL SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS

Su pontificado se destacó por ser uno de los más prolifero e


importante de la historia del cristianismo. Fue llamado como “el
Papa viajero” por sus continuos desplazamientos en más de 120
países, y la facilidad para hablar varios idiomas; recorrió lo
equivalente a 29 veces la vuelta a la Tierra y tres veces la distancia
a la Luna. En estos encuentros recibió infinidad de obsequios, como
trajes de bodas, anillos de matrimonio, billetes de lotería, bicicletas,
automóviles, sombreros de todo tipo, alcancías y artesanías típicas
de cada región. No obstante, uno de los regalos más recordados por
el Papa fue la goma de mascar que le ofreció una pequeña niña en
su visita a una iglesia de Roma.

En el campo de la fe fue el promotor del nuevo Catecismo de la


Iglesia Católico, escribió varias encíclicas, cartas apostólicas y
discursos sobre religión, moral, la familia, la paz, los derechos
humanos, la unidad entre los cristianos, bio-ética y de doctrina
social, como la encíclica “Centesimus Annus” (1.991); Que fue
adoptada como documento oficial por la asamblea general de la
ONU. Se han escrito varios libros sobre su vida como “Don y
Misterio”, “Testigo de la Esperanza”, “Su Santidad”, “Levantaos,
Vamos”, “Memoria e Identidad”, “Una vida con Karol”, escrito por el
que fuera su secretario personal, monseñor Stanislao Dziwisz,
además del libro entrevista “Cruzando el Umbral de la Esperanza”,
publicado en 21 idiomas y de los que se vendieron más de 30
millones de ejemplares en todo el mundo. También fue todo un
éxito su disco de canto religioso “Abba Pater”, al igual que una
grabación sobre el rezo del rosario del que obtuvo un disco de
platino por las 150.000 copias vendidas en España. Tampoco estuvo
ajeno a la tecnología moderna pues en noviembre del año 2.001
utilizó el Internet para pedir disculpas a las víctimas de abuso sexual
por sacerdotes y religiosos.

Juan Pablo II era un hombre de oración, seguidor de la poesía


mística de San Juan de la Cruz. Desde el año 1994, se encuentra
dentro del Vaticano el monasterio “Mater Eclesiae” de religiosas
contemplativas, por iniciativa del mismo Papa. Fue profundamente
devoto de la virgen negra de Czestochowa (Polonia); el lema de su
pontificado reza “Totus Tuus” (Todo Tuyo), incluso regaló a la
corona de la virgen De Fátima (Portugal), la bala que le extrajeron
de su cuerpo después del atentado del l3 de mayo de 1981 por el
turco Alí Agca, y por eso fue llamado como el Papa del “tercer
secreto”; en octubre del año 2002, agregó los llamados misterios
“luminosos” al rezo del rosario. En el área de la acción pastoral
elevó a los altares al mayor número de santos, mártires y beatos
que todos los Papas juntos del siglo XX. Presidió tres encuentros
inter- religiosos de oración por la paz en Asís (1.986, 1.993 y 2.002),
jornadas mundiales de la juventud, de la familia, congresos
eucarísticos internacionales, dos asambleas plenarias de la
conferencia episcopal latinoamericana, una en Puebla (México) en
1.979 y la otra en Santo Domingo en 1.992. Además de diferentes
sínodos de obispos de todo el mundo y reuniones generales de
cardenales. Igualmente, hizo más de 115 peticiones de perdón por
los errores que han cometido algunos hijos de la Iglesia Católico en
el transcurso de los tiempos, lo que fue considerado como su mayor
acto de valentía y humildad.

III. RECONOCIMIENTO A SU LABOR

A escala internacional su misión apostólica fue elogiada por la


revista norteamericana “Time” y “People” que lo nombraron el
hombre del año en 1.995; al año siguiente lo hizo la revista “News
Week”. En Colombia la revista”Semana” lo catalogó como el
“hombre del siglo”, por su lucha a favor de la caída del comunismo
en Europa Oriental. En enero del 2001 Estados Unidos lo condecoró
con la medalla de oro del congreso, por su contribución a la paz
mundial y la unidad religiosa; recibió también el título académico
Honoris Causa en siete oportunidades; seis de universidades
polacas, una británica, una Portuguesa, una de Estados Unidos y
otra de Italia; en marzo del 2004, le fue entregado el premio
internacional Carlomagno, por su aporte a Los valores humanos y
morales en Europa; en junio del mismo año, el presidente George
Bush le obsequió en su visita al Vaticano, la “Medalla Presidencial de
la Libertad”, máximo galardón civil del gobierno de EEUU, por su
contribución a la causa de la libertad, la dignidad humana, y la paz;
igualmente, en octubre la revista francesa “Politique Internationale”
le concedió el “premio a la valentía política” por su compromiso a
favor de la paz y de la justicia en el mundo, así como su acción
diplomática al servicio de la libertad. El 7 de diciembre, científicos de
todo el mundo le dieron el premio “Ciencia por la Paz”, por el
diálogo entre la ciencia y la fe. El Papa destinó el premio en becas
de estudio para jóvenes pobres del Tercer Mundo.

Sus méritos fueron reconocidos por el famoso tele-predicador


protestante Billy Graham, quien declaró que era “la conciencia de la
moralidad en el mundo”; el antiguo secretario general de la ONU,
Boutros Gali lo describió como “el ángel guardián de la humanidad”,
Mijail Gorbachov, último presidente de la Unión Soviética lo calificó
como “el socialista más importante de nuestros días’’, el primer
ministro canadiense, Jean Chrétien, el “soldado de la paz”, el ex
presidente polaco, Lech Walesa lo definió como “el San Pedro de
nuestro tiempo”; y el presidente de Estados Unidos, George Bush,
dijo que era un "hombre fuerte” y “campeón de la libertad”.
IV. UN DÍA EN LA VIDA DEL PAPA

De su vida personal se sabía que se levantaba a las 5.30 de la


mañana y se acostaba a las 11 de la noche. Vivía en un modesto
departamento de la residencia papal que incluía el colchón
ortopédico usado por Pablo VI y Juan Pablo I. No recibió ninguna
clase de sueldo por su labor pastoral. En el día oficiaba misa privada
en su capilla, meditación y lecturas espirituales, almuerzo y cena de
trabajo con sus colaboradores más cercanos, en la tarde recibía a
presidentes, primeros ministros, embajadores, cardenales, obispos y
a la curia romana, al mes atendía a más de 3.500 personas teniendo
en cuenta que la Santa Sede tiene relaciones diplomáticos con 168
países. Una audiencia general en la semana, además trabajaba los
sábados y los domingos visitaba a menudo las parroquias de Roma.
Cada año tomaba unas vacaciones de doce días en los Alpes o en su
finca de verano en Castelgandolfo, resaltando que por ley todo
empleado de Italia tiene un mes de descanso. Fue el Papa más
visitado, ya que recibió a por lo menos 18 millones de fieles durante
el millar de audiencias generales que concedió en sus años de
pontificado. En el jubileo del 2.000 se calcula que visitaron el
Vaticano 25 millones de peregrinos, incluyendo dos millones de
jóvenes procedentes de 56 naciones que se reunieron en la
universidad romana de Tor Vergata. También tuvo eventos
especiales con los ancianos, los enfermos, los esposos, los niños,
sacerdotes y Religiosas, hombres de ciencia, del arte, periodistas y
los presos de la cárcel de Regina Coeli, por los que pidió un acto de
clemencia ante las autoridades penitenciarias.

V. LA CARIDAD DEL PAPA

En el plano del amor al prójimo Juan Pablo II no se quedó atrás, así


por ejemplo en una audiencia en la plaza de San Pedro, recibió a
13.000 jóvenes entre ellos se encontraba Marco, un chico que había
perdido a su padre hacía poco tiempo; él se acercó al Papa y le dijo:
¿Mi padre murió, Tú desearías ser mi padre? Juan Pablo II limpió las
lágrimas de su rostro y le contestó: “Yo seré tu padre de ahora en
adelante”, y desde entonces Marco lo pudo visitar y llamar por
teléfono cada vez que quería. La caridad con los más necesitados
fue otro sello característico suyo, pues las regalías de los derechos
de autor por el libro “Cruzando el Umbral de la Esperanza” fueron
destinadas a obras de caridad. Del mismo modo, el pontificado
consejo de ayuda del Papa “Cor Unum” financió más de 1.200
millones de dólares en los continentes más pobres. El propio Papa
creó dos fundaciones la “Popolorum Progressio” con 2000 micro-
proyectos para comunidades indígenas, mestizas y afro americano
con más de 19 millones de dólares y la “Juan Pablo II” que entregó
5.500 millones de dólares en programas a favor de los recursos
naturales en los países tercermundistas. Esto sin contar el comedor
popular y dormitorio que funciona dentro del Vaticano desde 1.987,
para mujeres pobres de Roma que son atendidas por las hermanas
de la caridad de la madre Teresa de Calcuta. En diciembre del 2004,
el Romano Pontífice inauguró la fundación “El Buen Samaritano”,
para ayudar a los enfermos del SIDA. Su sede se encuentra también
en la ciudad del Vaticano.

VI. SIGNO DE CONTRADICCIÓN

No todo fue color de rosa en su labor como Vicario de Cristo, pues


recibió críticas de grupos pro- abortistas y gobiernos liberales por su
postura o favor de la vida de los no Nacidos, asociaciones feministas
lo acusaron de tener una posición machista y conservadora frente a
la ordenación sacerdotal de mujeres y el uso de anticonceptivos
artificiales. Fue insultado públicamente por la cantante de rock
irlandesa Sinead O’conor, quien en un programa televisivo en
Estados Unidos rompió una foto suya, y por el astro del fútbol
argentino Diego Maradona; el censurado teólogo suizo Hans Kung lo
señaló de “fanático y dictador espiritual”. En su visita pastoral a
Holanda y Alemania fue recibido con pancartas con caricaturas y
anuncios ofensivos, en Brasil varias sectas protestantes lo acusaron
de ser el “Anticristo”, en Filipinas se frustró un plan para asesinarlo
en el que estaba involucrado el terrorista musulmán Osama Ben
Laden, en Fátima fue víctima de otro atentado por el sacerdote
integrista español Juan Hernández Khohn. En Grecia algunos
sacerdotes ortodoxos encabezaron marchas de protesta por su
llegada, llamándolo como el “gran hereje”, y los monjes de varios
monasterios le cerraron sus puertas; también Ocurrió lo mismo con
los monjes budistas de Colombo (Sri Lanka) y por los brahmanes
hindúes de la India. En Roma durante el año santo del jubileo, la
comunidad gay como rechazo ante la prohibición del matrimonio
sacramental de parejas del mismo sexo que pregonó el Papa;
efectuaron un desfile que contó con la participación de 200.000
homosexuales y lesbianas. Algunos de ellos disfrazados
burlescamente como sacerdotes y monjas. En su viaje apostólico a
Suiza, los evangélicos distribuyeron panfletos, pidiendo que la gente
se saliera de la Iglesia Católica, la gran prostituta, y hablando del
papa como del Demonio.

VII. LA CARA DEL SUFRIMIENTO

En su pontificado hubo dos cosas que le causaron un gran dolor


moral y espiritual: los escándalos sexuales de sacerdotes pedofílicos
en Estados Unidos, y la negativa del patriarca ruso Alejo II para
visitar su país. Del mismo modo, no podemos dejar o un lado, las
dolencias físicas propias de su edad, que se vieron reflejadas en el
continuo agotamiento que presentaba cuando salía en público, su
rostro a veces parecía ido y con una fuerte parálisis facial, su voz ya
no tenía la misma vitalidad que antes. Era cada vez más notorio el
temblor de su mano izquierda producto del mal de Parkinsón, su
espalda encorvada como secuela del atropellamiento de un camión
en 1.944 y de una luxación en 1 .993; También se recuerda su
caminar lento y arrastrando los pies debido a una artrosis en su
rodilla derecha. Hay que tener en cuenta además la fractura que
sufrió en el fémur de la pierna derecha en 1.994, y otras
intervenciones quirúrgicas como la traqueotomía efectuada en
febrero de 2.005, debido a una insuficiencia respiratoria, y la sonda
que le fue colocada en su nariz para poderlo alimentar, días antes
de fallecer. Según uno de sus médicos, Gian Franco Finischi, el Papa
rechazó en varias oportunidades el uso de calmantes y analgésicos.
Juan Pablo II murió serenamente en su apartamento del Palacio
Apostólico el 2 de abril de 2005, a los 84 años de edad, víctima de
fallas cardiacas derivadas de una infección urinaria; Eran las 9:37 de
la noche, hora de Roma. En él se cumplen las palabras del apóstol
Pablo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he
guardado la fe. Por lo demás, me está guardado la corona de
justicia, la cual me dará el Señor, juez justo en aquel día” (2
Timoteo 4,7-8).

ANECDOTAS Y CURIOSIDADES DEL PAPA JUAN


PABLO II

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En su infancia sus amigos lo llamaban Lolek, ese diminutivo también


lo usaron sus parientes y algunos íntimos suyos de Polonia.

En su niñez su mejor amiguito era un chico judío llamado, Jerzy


Kluger.

De joven mostró un gran interés por el teatro y la literatura polaca,


escribiendo varias obras teatrales.

Trabajó arduamente como obrero en una cantera y en una planta


química, para evitar ir a prisión durante la ocupación nazi.

En 1945 un oficial soviético, amante de la historia y la literatura que


entabló amistad con él en Cracovia, impidió que fuera fusilado o
deportado a Liberia.

Cuando era obispo recibió el título del “León de Cracovia”, y en los


inicios de su pontificado fue llamado el “atleta de Dios”.
Fue el primer papa polaco (después de 456 años de tradición
italiana, desde la elección del holandés Adriano VI en 1522), y el
primero venido de un país comunista.

Fue el papa más joven es ser elegido del siglo XX (58 años). Cuando
se anunció que era él escogido, muchos creyeron que era un
cardenal africano.

Cuando gozaba de buena salud practicó deportes como el esquí,


escalar montañas, el fútbol, la natación y montar en canoa de remo.
Fue el primero que repitió los nombres de dos antecesores: Juan
(XXIII) Pablo (VI) II. El primero en utilizar un nombre compuesto,
fue el cardenal italiano Albino Luciani (Juan Pablo I).

Cuando Karol Wojtyla subió a la cátedra de San Pedro, en 1978, la


Santa Sede mantenía relaciones diplomáticas con 85 países. Hoy en
día son 174 estados y observadores permanentes en la ONU y la
OEA.

Fue el primer papa en ser herido de un tiro de bala en la calle, ese


día (el 13 de mayo de 1981), llevaba una gruesa medalla de la
Virgen de Fátima bajo el hábito blanco en el momento del atentado;
la medalla desvió una de las balas que pudo haber seccionado la
arteria aorta. Este medallón lo siguió cargando después.

El 13 de mayo de 1981 a las 5,17 p.m. del año 1981, coincide el


mismo día y la misma hora con el inicio de la aparición de la Virgen
María a los pastorcitos de Fátima en el año de 1917.

Fue el primer pontífice católico en ingresar a un hospital público.

Según una encuesta realizada en la diócesis de Indiana (EEUU), lo


que más les llamó la atención a los feligreses era su sonrisa, la
devoción mariana, su dominio de varios idiomas, el perdón
concedido al que quiso asesinarlo, y su amor a los niños y los
pobres.

De acuerdo con un estudio efectuado en 22 países de América


Latina, España y Portugal a más de 40 mil estudiantes de
secundaria; reveló que los jóvenes admiran principalmente a
personajes solidarios. Juan Pablo II ocupó el primer lugar y la madre
Teresa de Calcuta el segundo.

Un grafólogo de la policía italiana que realizó un examen de su letra


sin saber a quién pertenecía, dijo que el autor era un hombre “fuera
de lo común”.

En navidad, solía obsequiar a algunas amistades, a los cardenales y


a todos los trabajadores del Vaticano; una botella de vino y un pan
dulce de limón con pasas.

Todos los viernes santos iba a confesar a la basílica de San Pedro.


Bautizó en su capilla privada a los hijos de sus amigos o a los de sus
más modestos colaboradores, y casó a una mecanógrafa con un
cerrajero.

Fue el autor de seis libros y más de 500 artículos y ensayos.


Fue el papa que más idiomas ha hablado, dominó perfectamente
nueve lenguas.

En 1979, fue el primer pontífice en rezar ante los hornos


crematorios del campo de concentración de Auschwitz (Polonia).
En el año de 1982 se convirtió en el primer obispo de Roma en
besar el suelo de Inglaterra, y orar en la catedral anglicana de
Canterbury.

En diciembre de 1982, tuvo un gesto de nobleza y de reconciliación


al visitar a su agresor en la cárcel, el turco Mehmed Alí Agca.
El mayor éxito con la convocación que hizo de la Jornada Mundial de
la Oración, celebrada en Asís el 27 de octubre de 1986; fue el haber
conseguido un alto al fuego de 24 horas en las más de cuarenta
naciones en las que se vivía algún conflicto bélico en el planeta.

Ha sido el único sucesor de San Pedro en escribir una Carta


Apostólica dedicada exclusivamente al sexo femenino, titulada “A la
dignidad de la Mujer”; fue dada a conocer el 30 de septiembre de
1988. Posteriormente, redactó la “Carta Apostólica a las Mujeres”, el
29 de junio de 1995.

El 13 de diciembre de 1994, publicó la primera “mini encíclica”de un


vicario de Cristo dirigía a los niños; el texto en lenguaje sencillo
hablaba de la Navidad, los pesebres, los infantes mártires y los
peligros a que se enfrentan los pequeños en estos tiempos.

Fue el primer obispo de Roma en visitar el santuario de Lourdes


(Francia), entre el 14 y el 15 de agosto de 1983.

En diciembre de 1983, entró en una iglesia luterana en Roma.


Ningún papa lo había hecho tras la reforma protestante en el siglo
XVI.

Realizó tres exorcismos durante su pontificado, el más conocido fue


en 1982, a una joven mujer que se revolcaba en el piso durante la
audiencia general en el Vaticano.

Uno de los hechos más curiosos de sus viajes apostólicos tuvo lugar
en Bangkok el 10 de mayo de 1984, cuando para llegar a la
presencia del líder del budismo tailandés, tuvo que quitarse los
zapatos a la entrada de la pagoda, para encontrarse con un anciano
inmóvil de 86 años, sentado con las piernas cruzadas y envuelto en
una túnica de color azafrán.
En agosto de 1985 habló por primera vez en una asamblea islámica
en Casablanca, Marruecos.

El 13 de abril de 1986 realizó un gesto histórico al visitar la sinagoga


de Roma, situada frente al Vaticano, al otro lado del río Tíber. El
primer pontífice en hacerlo tras el apóstol Pedro.

Entre el 1 y el 7 de julio de 1986 visitó Colombia, siendo el viaje más


extenso que realizó a una sola Nación, recorriendo 12 ciudades.

El 1 de diciembre de 1989, recibió en visita oficial al presidente de la


URRS, Mijail Gorbachov. Se trata del primer encuentro entre un
papa y un gobernarte soviético. En septiembre de 1993 efectúa la
primera visita de un pontífice a la ex Urss.

El 21 de septiembre de 1993, se reúne en Castelgandolfo con el


gran rabino israelí Meir Lau, poniendo fin a dos mil años de
incomprensiones históricas entre católicos y judíos.

El 30 de diciembre de 1993, fue el primer jefe del Estado del


Vaticano que estableció relaciones diplomáticas con la Nación de
Israel.

El 10 de mayo de 1994, instituyó un monasterio de clausura


femenino dentro del Vaticano, hecho sin antecedentes en la historia
de la Iglesia Católica.

En enero de 1995 en Manila (Filipinas), se reunió con cuatro


millones de jóvenes en la jornada mundial de la juventud, siendo la
mayor concentración de personas en la historia del catolicismo.

El 11 de octubre de 1998, proclamó que el 9 de agosto sería el día


de la evocación de la Shoah (recordatorio del sufrimiento del pueblo
judío).
El 12 de marzo de 2000, pidió perdón por las faltas humanas
cometidas en la Iglesia Católica a través de los tiempos. Haciendo
referencia a las cruzadas, la inquisición, la discriminación hacia los
judíos, las mujeres y las etnias.

En mayo de 2000, viajó a Jordania, Israel y Palestina, rezando en el


muro de las lamentaciones en Jerusalén.

El 4 de mayo de 2001, en Atenas, Grecia, fue el primer papa que


visitó este país desde el cisma de 1054; pidiendo perdón a los
ortodoxos por los católicos que pecaron contra ellos.

El 6 de mayo de 2001, se convirtió en el primer pontífice romano


que oró en una mezquita; la de los Omeyas, en Damasco, Siria.

En enero de 2002, una delegación compuesta por un centenar de


magos católicos le regaló una varita mágica procedente de la India.

El 15 mayo del 2002, se reunió en la plaza de San Pedro con cientos


de ex prostitutas durante la audiencia general.

En ese mismo mes, después del encuentro ecuménico de oración en


Asís, el papa mandó un mensaje a los jefes de estado, invitándolos a
adoptar una lista de diez compromisos por la paz mundial.

Tras el encuentro de Asís, por primera vez después del cisma entre
Oriente y Occidente de 1054, una delegación oficial de la Iglesia
Ortodoxa Griega (la más reacia a Roma junto con el patriarcado de
Moscú), fue recibida por el obispo de Roma en el Vaticano.

El 16 de octubre del 2002, al celebrar el 24 aniversario de su


elección, proclamó en la plaza de San Pedro que cumpliría su misión
hasta el final.
El 14 de noviembre del 2002 visitó el parlamento italiano, la primera
vez que el jefe de la Iglesia Católica lo hacia en 150 años. Su
discurso se centró en el terrorismo internacional y la globalización; y
fue tan elocuente que al verlo por la televisión el mafioso italiano
Bebedetto Marciante, capo de la Cosa Nostra y acusado de
homicidio y de extorsión, se entregó a la policía romana.

A partir de enero del 2003, las meditaciones, pensamientos e


inquietudes del fallecido papa, pueden ser escuchados por los fieles
a través de los teléfonos móviles en Italia.

En junio del 2003, a sus 83 años de edad, completó su viaje número


cien al llegar a Croacia.

El 19 de julio del 2003, se dio a conocer la noticia que el sumo


pontífice había destinado cerca de ocho millones de dólares para
obras de caridad en numerosos países del mundo. La donación se
utilizó en proyectos de educación, salud, formación profesional,
vivienda, protección de mujeres, niños y ancianos.

Una montaña del polo sur lleva el nombre del papa Juan Pablo II,
como homenaje a sus 25 años de pontificado.

El 17 de octubre del 2003, los cardenales venidos al Vaticano para


celebrar sus 25 años de pontificado, le regalaron 750000 euros, que
el papa destinó para ayudas a los cristianos de Tierra Santa.

El 21 de octubre del 2003, Juan Pablo II le impuso el birrete


cardenalicio a 30 nuevos purpurados, elevando así a 195 cardenales,
número récord en la historia de la Iglesia.

4 de Marzo del 2004, casi un millón de ejemplares del libro de


poemas del papa “Tríptico Romano”, fueron vendidos en 19 idiomas.
17 de Marzo del 2004, se constituye en el tercer pontificado más
largo en la historia de la Iglesia, superado sólo por el de San Pedro
(34 años), y el del beato Pío IX (31 años).

13 de Abril del 2004, La Santa Sede informó que el papa destinó


seis millones y medio de dólares a obras de solidaridad en el 2003.

15 de Abril del 2004, El patriarca Bartolomé I, líder de la Iglesia


Ortodoxa en Turquía; Aceptó las disculpas ofrecidas por Juan Pablo
II; en el 800 aniversario de la participación de católicos en el saqueo
de Constantinopla (hoy Estambul), durante la época de las cruzadas.

Fue el primer sucesor de San Pedro que nombró a diferentes


mujeres en el campo de la ciencia, la arqueología, la teología y la
vida religiosa; para que ocuparan cargos de importancia en la Iglesia
Católica.

Mayo 18 del 2004, en su cumpleaños número 84, la librería vaticana


puso a la venta en lengua española el libro Levantaos ¡Vamos!
(Titulo extraído del evangelio de San Marcos 14,42); Obra
autobiográfica que comenzó a escribir en julio de 1958, luego de
recibir la noticia de que iba a ser nombrado obispo. Los beneficios
de su venta, fueron donados a obras de caridad que lideró el
máximo jerarca de la Iglesia Romana.

Mayo 18 del 2004, más de cien mil mensajes de correos electrónicos


llegaron de todo el mundo, para felicitarlo por sus cumpleaños;
Superando el número de los recibidos el año pasado.

Julio 1 del 2004, Juan Pablo II, regaló la construcción de la iglesia


de San Teodoro en el Palatino, a la comunidad ortodoxa griega, con
motivo del jubileo del año 2000. Fue oficialmente inaugurada en la
visita a Roma de su santidad Bartolomé I, patriarca ecuménico de
Constantinopla.
Julio 16 del 2004, la fundación “Populorum Progressio”creada por el
papa, distribuyó dos millones y medio de dólares, para 222
proyectos de desarrollo de comunidades indígenas, mestizas y afro
americanas.

Octubre 16 del 2004, un legado de escritos, entre ellos una


recopilación de discursos, un libro de filosofía y dos nuevas cartas
apostólicas marcaron los 26 años de su pontificado. En todo este
tiempo había pronunciado, escrito y transmitido más de 90.000
páginas.

Noviembre 27 del 2004, el papa Juan Pablo II devolvió durante una


misa solemne, las reliquias robadas en Constantinopla, durante la
época de las Cruzadas, en la ceremonia estuvo presente el patriarca
ortodoxo Bartolomeo I. Las reliquias son las de los dos doctores de
la Iglesia y patriarcas de Oriente, Gregorio Nacianceno y Juan
Crisóstomo, quienes vivieron en el siglo IV en Capadocia y en
Antioquia, en la actual Turquía. A finales de agosto del año pasado
había echo lo mismo con un icono de la Madre de Dios de Kazan,
devuelto al patriarca ruso Alexis II.

Enero 1 de 2005, más de 2.200.000 peregrinos visitaron al papa en


el Vaticano en el 2004.

Enero 18 de 2005, 160 rabinos fueron recibidos por Juan Pablo II,
los cuales oraron por su labor pastoral, considerado “el gran
constructor de las relaciones entre católicos y judíos”. Esta es la
primera vez en la historia que rabinos de todo el mundo, en
representación de todas las ramas del judaísmo, se reunían con el
máximo jerarca de la Iglesia de Cristo.

Enero 27 de 2005, la cima de una de las montañas de la cordillera


del Gran Sasso lleva el nombre de Wojtyla; además, un sendero del
ayuntamiento de L´Aquila (Italia), fue llamado Juan Pablo II. Así lo
hicieron saber sus autoridades locales por el amor que el papa había
demostrado por esta zona, y su afición por la naturaleza.

Febrero 4 de 2005, en un acontecimiento sin precedentes, en varias


mezquitas de Italia se rezó ese viernes por la salud del sucesor de
San Pedro.

Febrero 23 de 2005, por primera vez, Juan Pablo II se dirigió a los


fieles reunidos en la sala Pablo VI, desde su apartamento privado a
través de una “video audiencia”.

En todo su pontificado realizó 104 viajes por 134 países y 613


ciudades, además de 146 desplazamientos dentro de Italia. Presidió
11.161 audiencias generales en las que participaron 18 millones de
personas, y pronunció 2409 discursos en sus visitas al extranjero, y
más de veinte mil en total.

Su visita más breve fue a San Marino, cinco horas; y la más larga a
los países de Uruguay, Chile y Argentina con 13 días.

Las naciones más visitadas fueron: Polonia (9 veces), EEUU (7),


Francia (6), México (6) y España (5). Países que no pudo ir aunque
fueron su intención son: Irak, Rusia y China.

Escribió 14 encíclicas, 13 exhortaciones apostólicas y 11


constituciones.

Efectuó 482 canonizaciones de santos y beatificó a 1338 siervos(as)


de Dios; de ellos 522 son laicos (248 santos y 274 beatos). Más que
todos sus antecesores juntos. El 80% de los santos y beatos de
Juan Pablo II fueron personas que murieron por su fe (mártires).
Fue al autor de los libros: Amor y Responsabilidad que trata el tema
de la sexualidad cristiana; Don y Misterio, en el quincuagésimo
aniversario de su ordenación sacerdotal; el libro de poemas Tríptico
Romano; ¡Levantaos! ¡Vamos!, Sobre su labor episcopal; Mi
decálogo para el Tercer Milenio, que son reflexiones sobre el
hombre, su tiempo y sus problemas a la luz de la fe y Memoria e
Identidad, sobre los males del mundo moderno.

Su pontificado duró 26 años, cinco meses y 17 días.

Murió un primer sábado (del mes de abril), día dedicado a la Virgen


de Fátima. Ese día, cuando ya casi no podía hablar, pidió por señas
un folio de papel sobre el cual escribió: “Totus Tuus” (Todo Tuyo).

Sus últimas palabras fueron: “Dejadme ir a la casa del Padre”.

Su cadáver fue visto durante seis días por más de tres millones de
personas en la Basílica de San Pedro, a sus exequias asistieron 200
jefes de estado, 300 mil personas en la plaza de San Pedro, 700 mil
en la vía de la conciliación, además de unos cinco millones de fieles
y peregrinos llegados de todo el mundo. Es el funeral más
multitudinario en la historia de la humanidad.

La misa de exequias fue oficiada por el decano del Colegio


Cardenalicio, Joseph Ratzinger, y concelebrada por 164 purpurados.
Un total de 320 sacerdotes repartieron la comunión.

Es el único sumo pontífice que reposa entre dos reinas, Cristina de


Suecia y Carlota de Chipre, enterradas en las Grutas Vaticanas. Al
lado de su sepultura (donde antes estuvo la del beato Juan XXIII),
está la de Pablo VI y enfrente la de Juan Pablo I. Todas, a pocos
metros de la del apóstol Pedro.

Por su extraordinario y fecundo pontificado, acompañado de una


vida de santidad, ha sido declarado por Vox Pópuli como “JUAN
PABLO EL GRANDE”.
El primer día en que fue abierta su tumba al público, fue visitada por
unos 500.000 fieles. En ella se puede apreciar una simple losa de
mármol blanco que dice en latín: “Iohannes Paulus PP II. 16. X.1978
– 2.IV.2005”.

Diariamente pasan por su sepulcro entre 15000 a 20000 personas.

Junio 21 de 2005, el padre polaco Slawomir Oder, postulador de la


causa de beatificación de Juan Pablo II, invitó a los fieles a aportar a
través de la página de Internet www.vicariatusurbis.org; sus
testimonios acerca de la vida, virtudes y reputación del fallecido
papa.

Junio 28 de 2005, la diócesis de Roma en representación de su


vicario, el cardenal Camilo Ruini, abrió en una solemne ceremonia
en la basílica de San Juan de Letrán, el proceso de beatificación del
papa Juan Pablo II.

Septiembre de 2005, hasta la fecha se han recibido más de diez mil


correos electrónicos testificados milagros, curaciones y favores
particulares por la intercesión del siervo de Dios Juan Pablo II.

Septiembre de 2005, se ha exhibido con gran éxito en Italia y


España la película “Karol, el hombre que llegó a ser Papa”.

Marzo de 2006, sale en circulación la revista mensual “Totus tuus”,


que tiene como objetivo informar sobre todo el proceso que podía
llevar al papa Karol Wojtyla a los altares; su publicación se hará
inicialmente en italiano, español, inglés y polaco. Su sitio en la web
es www.IohannespaulusII.org
Marzo de 2007, se da a conocer un milagro para la apertura de la
beatificación de Juan Pablo II. La hermana Marie Simón Pierre,
religiosa francesa de 46 años, perteneciente a la congregación de
las Hermanas de las Maternidades Católicas que trabaja en París, se
curó dos meses después de la muerte del Papa, del mal de
Parkinson, que la aquejaba desde el año 2001.

Diciembre 19 de 2009, el Papa Benedicto XVI firma el decreto que


reconoce las virtudes heroicas del siervo de Dios Juan Pablo II.

Abril de 2010, ante recientes declaraciones de prensa que afirmaban


que el papa Juan Pablo II se flagelaba y que dormía en el piso, su
secretario personal por más de 40 años, el cardenal Stanislaw
Dziwisz, dijo que no podía “ni afirmarlo ni negarlo”.

1 de mayo de 2011, en la octava de Pascua y fiesta de la Divina


Misericordia, es beatificado Juan Pablo II por el papa Benedicto XVI
en la plaza de San Pedro ante unos 1,5 millones de personas
llegadas de 86 países. Su fiesta litúrgica se celebrará el 22 de
octubre, que corresponde al día que inició su pontificado.

Juan Pablo II fue declarado beato seis años y 29 días después de su


muerte. Se trata de la beatificación más rápida de los últimos 500
años.

5 de julio de 2013, se da a conocer segundo milagro ha sido


confirmado a través de una curación inexplicable en 2011 en Costa
Rica, donde la señora Floribeth Mora, con una lesión cerebral lo
invocaba con fe. En este caso se habla de un milagro doble, porque
ante la acción sobrenatural de Dios a través del papa beato, toda la
familia habría recuperado la fe.

27 abril de 2014, se realiza el domingo en la Plaza de San Pedro en


el Vaticano, en Roma; la misa de canonización de Juan Pablo II, que
fue efecutada por el papa Francisco y  de concelebrante el papa
Emérito Benedicto XVI. La fecha coincide con el domingo de la
Misericordia, el segundo domingo de Pascua y el final de la Octava
de Pascua. La ceremonia religiosa estuvo acompañada por 150
cardenales, 1.000 obispos, y al menos un millón de personas.

FRASES CÉLEBRES SOBRE EL PAPADO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


La dignidad de San Pedro como el representante de Cristo, no
desaparece aun en el sucesor indigno.
Papa León el Grande.

Si la Iglesia Católica ha superado períodos penumbrosos y fallas


humanas de quienes han ocupado el solio de San Pedro y sigue
agrupando millones de fieles en el mundo entero, está demostrado
su grandeza y el origen divino de su fe cristiana.
Papa San Pío X.

Cualquiera puede ser Papa; la prueba de esto es que he llegado a


ser uno.
Beato Juan XXIII.

El Papa como sucesor de Pedro, es el principio y fundamento


perpetuo y visible de la unidad, tanto de los obispos como de la
multitud de fieles.
Concilio Vaticano II.

No hay más que un medio para no perder la fe, obedecer al Papa.


San Francisco de Sales.
Doctor de la Iglesia.

El Romano Pontífice es la piedra basilar de la Iglesia, que prolonga


entre todos los hombres a lo largo de los siglos y hasta el fin de los
tiempos, aquella labor de santificación y gobierno que Jesús confió a
Pedro.
San José María Escrivá de Balaguer.
Fundador del Opus Dei.

El obispado de Roma, sucesor de Pedro está llamado a dirigir y guiar


en la colegialidad de los obispos. Su pastoral universal es necesaria
a la reconstrucción de la unidad visible de todos los cristianos.
Max Thurian
Cofundador de la comunidad ecuménica de Taizé.
Los descendientes de San Pedro, han sido siempre nuestros padres
en la fe.
Simón Bolivar.
Libertador de América.

Por nuestra parte confesamos que en el papado hay mucho de


cristiano y bueno; de hecho, todo lo que es cristiano y bueno ha de
encontrarse allí, y debe venir a nosotros de esa fuente”.
Martín Lutero
En una obra sobre El Anabaptismo (1528).

LA CIUDAD DEL VATICANO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


La palabra Vaticano proviene del latín “Vates” y significa
“echadores de la buenaventura”, haciendo referencia a los tiempos
de la Roma imperial, donde había hombres que se sentaban en las
laderas de esta colina para anunciarles el porvenir a las personas, y
acabaron por darle el nombre de Vaticano. Esta era un área
pantanosa en la orilla derecha del Tiber, entre el puente Milvio y el
puente Sixto. Posteriormente, se levantó aquí el circo y los jardines
de Nerón, donde el apóstol Pedro fue crucificado cabeza abajo y
enterrado por orden del mismo emperador hacia el año 64 0 67 de
nuestra era. En el año 323 el emperador Constantino levantó una
basílica en honor del pescador de Galilea. Esta tumba se encuentra
debajo del altar mayor de la actual basílica de San Pedro, en la
llamada “gruta del Vaticano”, en la parte de arriba se puede
observar el baldaquin barroco de Bernini, sostenido por cuatro
columnas salomónicas.

Inicialmente los pontífices vivían en el palacio de Letrán, hasta que


en el año 1454 el papa Nicolás V, dio inicio a la construcción de la
basílica de San Pedro. En el año 1626 se consagra la nueva basílica,
cuya construcción duró 170 años, y se llevó a cabo bajo la dirección
de 20 vicarios de Cristo. En ella trabajaron los artistas más famosos
del renacimiento, como: Bramante, Rafael y Miguel Angel. Este
último hizo el diseño arquitectónico la cúpula que representa la
cabeza del San Pedro, y los semi círculos de las 284 gigantescas
columnas dóricas y 88 pilares, coronada con 143 imágenes de
santos en el techo, simbolizan los brazos abiertos que acogen a los
fieles que van entrando hacia la basílica. En 1870 ante la pérdida de
los territorios pontificios y la creación del nuevo estado italiano, el
Papa de aquel entonces Pío IX se declara prisionero del Vaticano, y
fue solamente hasta 1929 cuando se firma el pacto lateranense
entre Mussolini y Pío XI, dando origen al Estado Ciudad del Vaticano
donde el Romano Pontífice es su máxima autoridad.

El Estado de la Ciudad del Vaticano es universalmente reconocido


como entidad soberana de derecho público internacional, distinto de
la Santa Sede, que es el órgano soberano de la Iglesia católica. En
el Vaticano el papa y la Sede Apostólica desarrollan su misión de
gobierno de la Iglesia universal con la independencia necesaria a su
ejercicio. La forma de gobierno es una monarquía electiva. El jefe
del Estado es el Sumo Pontífice, el cual reúne en sí la plenitud de
los poderes legislativos, ejecutivos y judiciales. Es esta la razón por
la que la Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas con 183
naciones, por medio de un nuncio o delegado apostólico, con el fin
de tratar los asuntos eclesiásticos como la libertad religiosa,
mediante un tratado que recibe el nombre de concordato.  A estas
se unen también la Unión Europea y la Soberana Orden de Malta,
como también la misión permanente en el Estado de Palestina. Es
el estado más pequeño del mundo, con 44 hectáreas.

La ciudad del Vaticano cuenta con cerca de cuatro mil habitantes,


los cardenales que gozan de la ciudadanía vaticana hacen parte de
la llamada “curia romana”, conformada además por sacerdotes,
teólogos y canonistas de las diferentes congregaciones, tribunales y
oficinas, que se encargan de ayudarle al Vicario de Cristo en el
gobierno temporal de la Iglesia Católica. Igualmente, se encuentran
religiosos, monjas y empleados laicos que se dedican a otras
labores. Ya en cuanto a la seguridad del Vaticano está conformada
por dos grupos: la guardia suiza fundada en 1506 por Julio II, el
llamado “Papa Guerrero”. Es un pelotón formado por soldados
suizos que dependen directamente de la Santa, incluye 100 hombres
divididos en un comandante, un capellán, tres oficiales, 23
suboficiales, 70 soldados y dos tambores, que visten sus distintivos
uniformes acompañados de alabardas, picas y dagas. Tienen sus
propios cuarteles y viviendas, residen en la Ciudad del Vaticano y su
idioma oficial es el alemán, están encargados de la custodia
particular de la persona del romano pontífice, del Palacio Apostólico
y vigilan los accesos externos del Vaticano. Gozan del
reconocimiento de ser el cuerpo militar más antiguo que haya
servido de una manera continua. El segundo grupo, es la policía
vaticana o gendarmería que es la vigilancia privada del Papa en
todos sus desplazamientos, custodian las diferentes partes del
Vaticano, realizando funciones de orden público durante las
audiencias, de control de la basílica y de todo el territorio vaticano.
Entre los dos grupos conforman un total de 350 hombres.

El Vaticano posee su propio himno la marcha pontificia y bandera


con dos franjas iguales blanca y amarilla, en la primera está
estampada la tiara (o corona) papal sobre dos llaves cruzadas, que
representa el poder de Jesús dado al apóstol Pedro (Mateo 16,19).
El idioma oficial es el latín, tiene sellos de correo y monedas con la
cara del papa. El Vaticano no cuenta con semáforos, transporte
público, peluquería, lavandería, puestos de venta de periódicos,
escuelas, hospitales ni empresas privadas. El servicio de electricidad,
agua potable, alcantarilla y recolección de basura lo hace la
municipalidad de Roma. Otras dependencias son el observatorio
astronómico a cargo de los jesuitas, considerado el más antiguo, en
funcionamiento desde 1579; la radio vaticana que empezó a emitir
en 1931, sus 300 programas semanales en 40 idiomas que son
escuchados por unos 80 millones de oyentes en un centenar de
países; servicio de cine desde 1983 y de televisión desde 1984 con
producciones propias. Dispone de un ferrocarril y estación de tren,
también una estación de bomberos con 120 voluntarios de guardia
permanente, la oficina de correos es del siglo XIV, la farmacia es de
las primeras que se conocen, pues data del año 1277, y un centro
de salud creado en 1953. Su red telefónica está en funcionamiento
desde 1886, se encuentra un supermercado para los empleados.
Los carros tienen sus propias placas SCV (Stato Cittá Vaticano). Su
imprenta dispone de más de 40 alfabetos diferentes, el diario
vaticano se llama L’Osservatore Romano, fundado en 1861, circula
en más de cien países con un tiraje de 60.000 ejemplares, destinado
más que todo para los jerarcas católicos. Los jardines del Vaticano
existen desde el año 1279, pero no son uno de los lugares más
visitados, ya que se ubican en la parte trasera del Vaticano y se
extienden aproximadamente 23 hectáreas. Están rodeados por
grandes muros de piedra y decorados con fuentes y esculturas.
El Vaticano es visitado todo el año por más de dieciocho millones de
peregrinos y turistas, hay varias atracciones como el obelisco egipcio
de 23 metros de altura del emperador Calígula, que fue trasladado
del circo romano a la plaza de San Pedro en 1586; en este mismo
lugar se encuentran dos fuentes de agua. El Vaticano está
compuesto por más de cincuenta palacios, edificios de oficinas y
residencias; el papa vive en el llamado palacio apostólico con 1.400
habitaciones. En cuanto a la ya mencionada basílica de San Pedro se
puede destacar que es la más grande del catolicismo, en su interior
tiene cerca de 500 columnas, 430 grandes estatuas, 40 altares y 30
cúpulas. Cinco puertas de bronce dan acceso a su interior, la última
de la derecha es la Puerta Santa, que sólo se abre en los años de
jubileo, significando el perdón a aquellos peregrinos que llegan
hasta la basílica. En una de sus capillas se encuentra la famosa
escultura de “la piedad” de Miguel Ángel, también hay una imagen
de bronce del apóstol Pedro sentado con las llaves en una de sus
manos, y cuyos pies están pulidos y brillantes, por todos los besos
que los devotos para ganar la indulgencia les han dado por espacio
de más de seis siglos y medio. En otra capilla se conservan tres
importantes reliquias: el lienzo de la Verónica, un trozo de la
verdadera cruz traída de Jerusalén por la emperatriz Santa Elena en
el siglo IV; y la punta de la lanza de San Longinos, con la que fue
atravesado el costado de Cristo. No podemos dejar a un lado, la
Capilla Sixtina, construida por el papa Sixto IV, con sus frescos de
las escenas de Génesis, la creación de Adán y el juicio final; es aquí
donde se realiza el cónclave para escoger un nuevo papa.

Se encuentran diferentes museos entre los que se destaca el egipcio


gregoriano con papiros, pinturas, sarcófagos de madera, momias y
varias piezas de la cultura del río Nilo. El museo histórico donde se
hallan recuerdos de la época militar del papado, entre uniformes y
armas de guerra de la antigua guardia noble, la guardia de honor y
de los gendarmes. La estancia de Rafael, son cuatro habitaciones
con obras de arte de renombrados pintores. La Biblioteca Apostólica
Vaticana, es una de las más completas del mundo, con 1.600 mil
libros, 100 mil mapas, 150 mil manuscritos y unos cuatro mil
volúmenes del llamado “Indice” de los libros prohibidos por el
tribunal del Santo Oficio, desde el papa Pablo IV en 1559, hasta
Pablo VI en 1966. Hay varios archivos como en de las reliquias
donde se guardan huesos de santos y mártires de los primeros
siglos del cristianismo. Otro archivo de personajes importantes como
la bula de excomunión contra Martín Lutero, la carta enviada por el
rey Enrique VIII al papa Clemente VII, y de otros como Giordano
Bruno, Galileo, Copérnico, Erasmo, Napoleón, Voltaire, reyes y
reinas de Europa.

Hay quienes critican los llamados “tesoros o riquezas“del Papa


creando toda una “Leyenda Negra”. Sin embargo, es importante
saber que esto es un patrimonio de todos los católicos, conformado
por piezas arqueológicas, monumentos, obras de arte, reliquias y
demás; que certifican el legado de la Iglesia Católica en la historia
de la humanidad.

LA GUARDIA SUIZA: LOS SOLDADOS DEL PAPA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Sus orígenes se remontan al año 1506, cuando llegaron los primeros


soldados suizos por petición de Julio II. El 22 de enero de 1506 es la
fecha oficial de la fundación, el día en el cual 150 suizos
entraron por primera vez en el Vaticano, bajo el mando del capitán
Kaspar von Silenen. Lo hicieron por la "Puerta del Pueblo" y fueron
bendecidos por el mismo Sumo Pontífice. Están provistos de
espadas, dagas y picas o alabardas de más de dos metros, llevan
uniformes multicolores (azul, amarillo y rojo), acompañados con un
yelmo con tocados de pluma roja, una coraza y guantes blancos.
Fue diseñado a mediados del siglo XVII (que era la moda de la
Francia renacentista). Hoy en día es el ejército más pequeño del
mundo, y el más antiguo que haya servido continuamente. Es una
fuerza de seguridad moderna, entrenada con cursos de defensa
personal, y armada; ya que dentro de sus vestimentas llevan gas
lacrimógeno al cinto, y cuando ascienden a sargento les asignan dos
granadas y una moderna pistola automática.

Su misión es la de custodiar las 44 hectáreas del Estado-Ciudad del


Vaticano, y al Romano Pontífice, que es su jefe. También se
encargan de patrullar los Museos Vaticanos, el aula de Pablo VI
donde el Vicario de Cristo concede audiencia a los peregrinos y
visitantes, y los pasillos del Palacio Apostólico, hasta las puertas de
los aposentos del Sumo Pontífice. Igualmente están destinados a la
protección de los edificios extraterritoriales de la Santa Sede, como
la basílica de San Juan de Letrán, los existentes en la romana Vía de
la Conciliazione y en Castel Gandolfo, a las afueras de Roma, donde
el sucesor del Príncipe de los Apóstoles suele pasar parte del verano.
Del mismo modo, varios guardias de los más aventajados
acompañan siempre al Papa en sus viajes y desplazamientos. Esta
labor la hacen en compañía con la Policía Vaticana.

Los integrantes de la Guardia Suiza provienen de los cantones


católicos de este país, tiene que tener entre 19 y 30 años de edad,
medir más de 1,74 metros, poseer un título de bachiller o un cartón
profesional, y gozar de una reputación irreprochable, certificada por
el párroco de la comunidad. Los soldados reciben su formación
militar en su nación y luego son contratados por un plazo de dos
años, con posibilidad de prolongarse hasta un máximo de 20 años.
Reciben un salario de 1.500 euros mensuales. Durante el período de
servicio hacen la promesa de mantenerse célibes, y llevar una
conducta ejemplar.

Viven en un cuartel dentro del mismo Vaticano, que se encuentra a


50 metros de la plaza de San Pedro. Sus efectivos están
conformados entre oficiales, suboficiales y alabarderos. La formación
espiritual la imparte un capellán, además hacen ejercicios
espirituales una vez al año. Para poder casarse, el guardia tiene que
tener al menos 25 años de edad, haber servido por al menos tres
años y empeñarse en servir por otros tres, además de haber
alcanzado como mínimo el grado de caporal.

Tienen una vida disciplinada que incluye no estar por fuera de sus
instalaciones después de la media noche. Las únicas actividades de
recreación son los juegos de cartas, los partidos de fútbol que
participan en el año en diferentes torneos y otros deportes, pueden
visitar la ciudad de Roma sin abandonar sus límites, ser parte de la
banda de músicos del mismo regimiento que normalmente actúa
durante los actos solemnes, y aprender italiano.

Los reclutas deben hacen el juramento de bandera cada 6 de mayo


en el patio de San Dámaso, en el Vaticano, en cuatro lenguas
distintas, según el cantón de procedencia: alemán, francés, italiano
y ladino (dialecto hablado en Suiza). Durante su promesa de
fidelidad al Papa y la Iglesia Católica, los soldados alzan tres dedos
de la mano derecha, que simbolizan a las tres personas de la
Santísima Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, mientras
sostienen con la mano izquierda la bandera del cuerpo de la Guardia
Suiza. El estandarte está formado por tres escudos en los que figura
el del actual Papa, el Comandante y el fundador del mismo batallón,
Julio II.

La fecha del 6 de mayo está relacionada con el episodio llamado el


“saqueo de Roma”, en el año 1527, cuando diez mil mercenarios
alemanes y españoles de las tropas del emperador Carlos V
asaltaron el Vaticano. Allí murieron 147 de los 189 custodios del
Papa, mientras que los atacantes sufrieron 800 bajas. En esta
encarnizada batalla cayó el comandante de la guardia, el coronel
Gaspare Rouat. Al verlo mortalmente herido, su esposa se apoderó
de su arma y continuó la lucha en su lugar hasta que ella también
sucumbió bajo el fuego enemigo a las puertas de la basílica. Los 42
guardias sobrevivientes hicieron posible que Clemente VII y 13 de
sus cardenales pasaran al refugio de la fortaleza de Castel
Sant`Angelo.

Después de este heroico acontecimiento, Paulo III volvió a formarla


en 1548 con un contingente de 225 hombres. Parte de los mismos
fueron enviados en 1571 por Pío V a combatir contra los turcos en la
batalla del golfo de Lepanto, donde consiguieron arrebatar dos
banderas enemigas que aún se conservan en el museo federal de
Zurich (Suiza). Disueltos por Pío VI antes de irse al exilio en 1798, la
Guardia Suiza fue desarmada por las tropas francesas. Reorganizada
por Pío VII en 1801, con un destacamento de 64 soldados. Por
orden del mismo Papa, los guardas rindieron sus armas a Napoleón
en 1809, y marcharon para Suiza. León XIII reestructuró este
batallón en 1824, aumentando su número a 200 milicianos.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Pío XII les obligó a deshacerse


de las armas de fuego, de manera que patrullaban la frontera del
Vaticano armados sólo con sus alabardas frente a los tanques de los
nazis. En 1970 los Cuerpos Armados Pontificios conformados por la
Gendarmería, la Guardia Noble y la Guardia Palatina fueron abolidos
por Pablo VI, a excepción de este regimiento militar. Este mismo
Papa aprobó en 1976 un batallón de 90 integrantes. Después en
1979 con Juan Pablo II ascendió a 100 soldados. En la actualidad su
número es de 110 unidades.

Otra historia curiosa de los anales de la Guardias Suiza sucedió en la


coronación de Clemente XIII, en 1578. En esa ocasión algunos de
los mismos echaron de allí a un humilde franciscano que les parecía
desentonado con el esplendor de los cardenales y demás
dignatarios. Once años más tarde, aquel mismo fraile se convertía
en Pontífice con el nombre de Clemente XIV, y luego comentó: “Me
ha gustado la ceremonia. Esta vez me dejaron entrar”.

EL ÍNDICE DE LOS LIBROS PROHIBIDOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

La tradición de prohibir o quemar libros con lecturas nocivas para los


fieles está constatada en el Nuevo Testamento en los Hechos de los
Apóstoles (19,19), que dice: “Asimismo muchos de los que habían
practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de
todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta
mil piezas de plata” (versión Protestante Reina Valera, Edición de
1985).

Ya en la historia de la Iglesia Católica hubo muchos casos


individuales: el papa Anastasio I (399-402) condenó las obras de
Orígenes, e Inocencio I (402-417) las de Pelagio.

El primer documento legal de alguna importancia sobre textos


prohibidos se debe al papa Gelasio I, quien hizo redactar un listado
de libros apócrifos (de procedencia dudosa) en un sínodo del año
496.

En 1140 el papa Inocencio II ordenó quemar los escritos de Pedro


Abelardo. En 1229, Gregorio IX envió una carta a los monarcas de
Europa, ordenándoles confiscar los ejemplares del Talmud de las
comunidades hebreas que vivían en sus tierras, por considerar que
dicho libro religioso contenía blasfemias contra la fe cristiana y era
un obstáculo para la conversión de los judíos al catolicismo.

En 1542 se instituyó el Tribunal de la Inquisición Romana, cuya


primera medida pública fue un edicto contra la libertad editorial en
el ámbito religioso. Cuando el anterior inquisidor general, Gian Pietro
Carafa, se convirtió en 1555 en el papa Pablo IV, estableció una
comisión dedicada a elaborar un registro de obras vedadas. El
primer “Index Librorum Prohibitorum” de carácter universal se
editó en 1559.

El Índice fue blanco de encarnizada oposición, tanto por parte de


libreros, editores y los gobernantes, que obtenían beneficios del
negocio de la impresión. Por esta y otras razones se ordenó realizar
una nueva edición, publicada en 1564, después del Concilio de
Trento. Más tarde el papa Pío V en 1571, instituyó la Congregación
del Índice de los Libros Prohibidos, que se integraría más tarde con
varios cardenales y un prefecto.
El Índice estaba dividido en tres secciones.

1. Las obras de los herejes.


2. Las de los católicos.
3. Las de los autores anónimos.

El contenido del Índice tiende a ser exagerado, en general se


ocupaba de ejemplares que contradecían explícitamente la doctrina
católica y la moral, libros heréticos, traducciones de la Biblia de
corte polémico o que no tenían el imprimátur (licencia para editar un
libro por la jerarquía eclesiástica), textos de hechicería, astrología,
novelas de amor que dañan las buenas costumbres cristianas, obras
sin nombre de autor, impresor, lugar y fecha de edición, y escritos
que atentan contra la buena reputación del prójimo. Entre estos
tomos podemos mencionar los siguientes: “Crítica de la Razón Pura”
de Kant; “Ensayo sobre el Entendimiento Humano” de Locke; “El
Contrato Social”, de Rousseau. También estaba prohibida la
colección completa del filósofo masón Voltaire, entre muchos otros
autores.

Una obra podía ser incluida en el Índice por mandato de una


constitución o en virtud de un decreto de la Congregación del Santo
Oficio.
Por curioso que parezca, algunos de estos textos sobrevivieron
porque fueron colocados en el “infierno”, nombre que recibía el
apartado de muchas bibliotecas eclesiásticas donde se guardaban
bajo llave las obras reprobadas.

Otro dato para mencionar fue que la Inquisición Española, tuvo su


propio Índice independiente de la autoridad papal en Roma.
Actualmente el catálogo de la Biblioteca Vaticana, tiene unos cuatro
mil volúmenes que en el pasado figuraron entre los libros
prohibidos. Este listado tuvo en total 40 ediciones entre 1559 y
1948, 11 de estos e el siglo XX. El Índice fue eliminado por Pablo VI
en 1966.
LA BIBLIA

1. EL CREDO BÍBLICO.
2. EL MUNDO DE LA BIBLIA.
3. CURIOSIDADES DE LA BIBLIA.
4. DATOS IMPORTANTES SOBRE LA CONFORMACIÓN DE LA
BIBLIA.
5. LA BIBLIA EN LA HISTORIA UNIVERSAL.
6. LA BIBLIA: EL LIBRO DE INTERPRETACIÓN DIVINA.
7. LA BIBLIA: EL LIBRO MÁS DIVULGADO Y DESCONOCIDO DE
LA HUMANIDAD.
8. LOS PROTESTANTES Y LA BIBLIA.
9. FRASES CÉLEBRES SOBRE LA BIBLIA.
10. EL JARDÍN DEL EDÉN.
11. EL ARCA DE NOÉ.
12. EL ARCA DE LA ALIANZA.
13. EL TEMPLO DE JERUSALÉN.

EL CREDO BÍBLICO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

CREO EN DIOS. “Nuestro Dios es el único Señor” (Deuteronomio


6,4).

PADRE TODO PODEROSO. “Lo que es imposible para los hombres


es posible para Dios” (Lucas 18,27).

CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA. “En el comienzo de


todo, Dios creó el cielo y la tierra” (Génesis 1,1).
CREO EN JESUCRISTO. “El es el resplandor glorioso de Dios, la
imagen misma de lo que Dios es” (Hebreos 1,3).

SU ÚNICO HIJO. “Pues Dios amo tanto al mundo, que dio a su


Hijo Único, para que todo aquel que crea en él no muera, sino que
tenga vida eterna” (Juan 3,16).

NUESTRO SEÑOR. “Dios lo ha hecho Señor y Mesías” (Hechos


2,36).

QUE FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU


SANTO. “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Dios
altísimo descansará sobre ti como una nube. Por eso, el niño que va
a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios” (Lucas 1,35).

NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN. “Todo esto sucedió para que


se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: ‘la
Virgen quedará encinta y tendrá un hijo, al que pondrá por nombre
Emmanuel’ (que significa “Dios con nosotros”)” (Mateo 1,22-23).

PADECIÓ BAJO EL PODER DE PONCIO PILATO. “Pilato tomó


entonces a Jesús y mandó azotarlo. Los soldados trenzaron una
corona de espinas, la pusieron en la cabeza de Jesús, y lo vistieron
con una capa de color rojo oscuro” (Juan 19,1-2).

FUE CRUCIFICADO. “Jesús salió llevando su cruz, para ir al


llamado ‘lugar de la Calavera’ (o que en hebreo se llama Gólgota).
Allí lo Crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado. Pilato
mandó poner sobre la cruz un letrero, que decía: ‘Jesús de Nazaret,
Rey de los judíos” (Juan 19,17-19).

MUERTO Y SEPULTADO. “Jesús gritó con fuerza y dijo: -¡Padre en


tus manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, murió (Lucas
23,46). Después de bajarlo de la cruz, lo envolvieron en una sábana
de lino y lo pusieron en un sepulcro abierto en una peña, donde
todavía no habían sepultado a nadie (Lucas 23,53).

DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS. “Como hombre, murió; pero


como ser espiritual que era, volvió a la vida. Y como ser espiritual,
fue y predicó a los espíritus que estaban presos” (1 Pedro 3,18-19).

AL TERCER DÍA RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS. “Cristo


murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras, que lo
sepultaron y que resucitó al tercer día” (1 Corintios 15, 3-4).

SUBIÓ A LOS CIELOS, Y ESTÁ SENTADO A LA DERECHA DE


DIOS, PADRE TODO PODEROSO. “El Señor Jesús fue llevado al
cielo y se sentó a la derecha de Dios” (Marcos 16,19).

DESDE ALLÍ HA DE VENIR A JUZGAR A VIVOS Y MUERTOS.


“El nos envió a anunciarle al pueblo que Dios lo ha puesto como
juez de los vivos y de los muertos” (Hechos 10,42).

CREO EN EL ESPÍRITU SANTO. “Porque Dios ha llenado con su


amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha
dado” (Romanos 5,5).

LA SANTA IGLESIA CATÓLICA. “Y yo te digo que tu eres Pedro,


y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder
de la muerte podrá vencerla” (Mateo 16,18).

LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS. “Después de esto, miré y vi


una gran multitud de todas las naciones, razas, lenguas y pueblos.
Estaban en pie delante del trono y delante del Cordero, y eran
tantos que nadie podía contarlos” (Apocalipsis 7,9).

EL PERDÓN DE LOS PECADOS. “A quienes ustedes perdonen los


pecados, les quedarán perdonados” (Juan 20,23).
LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE. “Cristo dará nueva vida a
sus cuerpos mortales” (Romanos 8,11).

Y LA VIDA ETERNA. “Allí no habrá noche, y los que allí vivan no


necesitarán luz de lámpara ni luz del sol, porque Dios el Señor les
dará su luz, y ellos reinarán por todos los siglos” (Apocalipsis 22,5).

AMÉN. “Así sea. ¡Ven, Señor Jesús!” (Apocalipsis 22,20).

EL MUNDO DE LA BIBLIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. APUNTES VARIOS

La Biblia es una colección de escritos inspirados por Dios


(Theopneustos), utiliza para nuestra salvación (nostrae salutis
causa).

La palabra Biblia debe su origen a la ciudad fenicia de Biblos,


famoso centro de comercio de papiros.

Los judíos la llamaban “Séfer” (libros), o “Miqná” (lectura).


Las Escrituras Hebreas (ha Ta Nak) estaban divididas en tres
grupos: la ley (Toráh), los profetas (Nebiím) y otros escritos
(Ketubím).

En los textos sagrados se le define como “la palabra de Dios” (Lucas


8,21), “las Sagradas Escrituras” (2 Timoteo 3,15), “las Escrituras”
(Hechos 17,3), “Escrituras Santas” (Romanos 1,2), o “el libro
sagrado” (2 Macabeos 8,23).

Biblia es un plural que significa “los libros”, la expresión griega “Ta


Abla” quiere decir “libros santos”.

En el siglo primero de nuestra era, el papa San Clemente Romano,


fue la primera persona en llamarla “Ta Biblia”, es decir, “la Santa
Biblia”.

En la iglesia primitiva se le conocía como “Biblia Hagia”, que


significa “Libros Santos”, que era la colección de escritos que se
leían a lo largo de la celebración litúrgica.
Se divide en dos partes:

 ANTIGUO TESTAMENTO: Habla de la alianza entre Dios con


el pueblo hebreo.

 NUEVO TESTAMENTO: La alianza de Jesús con el nuevo


pueblo de Dios (judíos y gentiles).

A los cinco primeros libros de la Biblia conocidos comúnmente como


Pentateuco (nombre en griego que significa “los cinco estuches”),
los judíos los designas como “Tohráh” (Instrucción de Dios). Se
consideraba como la revelación final y perfecta de Dios. La
inspiración de la Tohráh siempre fue colocada en un lugar más alto
que la de los Profetas y los Escritos. Su objetivo primordial era
enseñar los preceptos divinos al pueblo de Israel.
En el antiguo Oriente Medio, las estipulaciones de un tratado entre
un rey y sus vasallos se conocían como “palabras”. Las diez
“palabras” que el Adonay habló a Moisés eran lo que Dios pide a los
hebreos. Establecen los principios de la relación de la nación de
Israel con el Señor y el prójimo, formando la base de la ley de la
“Alianza” o el “Pacto” con su pueblo. La garantía de estas promesas
se asemeja mucho a las cláusulas de protección encontradas en los
documentos de las civilizaciones que florecieron en la Mesopotamia.
A cambio de su plena obediencia, el Todopoderoso recompensará a
los judíos y garantizará su seguridad.

La Ley de la Alianza fue inscrita en dos tablillas, según la tradición


de redactar dos copias de un tratado; una la conservaba el rey y la
otra su vasallo. Las tablas de los diez mandamientos se colocaron en
el “arca sagrada”, para simbolizar el pacto entre Yahvé y los
israelitas.

En el Pentateuco se dieron al pueblo judío muchas otras leyes, con


penas detalladas: normas sobre los esclavos, heridas personales,
daño a la propiedad privada, responsabilidades sociales, principios
sobre higiene personal, justicia, clemencia y festividades.

La palabra “Canon” viene de una raíz que significa "caña" (en


hebreo es "Ganeh" y en griego es "Kanon"). La "caña" se utilizó
para medir y eventualmente llegó a tener el significado de “vara”,
“regla” o "norma." Orígenes utilizó la palabra "canon para expresar
lo que llamamos la 'regla de fe', la norma por la cual hemos de
medir y evaluar". Más tarde llegó a significar una "lista" o "índice."

El término bíblico “Testamento” se deriva del latín testamentum,


que se usó en la Vulgata de San Jerónimo para traducir la palabra
hebrea berît (Números 14,44) y la griega diathéke (2 Corintios
3,6.14) que quieren decir “acuerdo”, “pacto” o “alianza. Desde los
tiempos de Tertuliano de Cartago (+230) se ha usado para designar
las dos divisiones principales de las Sagradas Escrituras: Palaia
diathéke (Antigua Alianza) y próte diathéke (Nueva Alianza).

El vocablo “Aleluya” (Aleluia) significa “Bendito sea Yahvé”,


“Hosanna”, “Bienvenido sea” y “Amen”, “así sea”, “que conste”,
“seguro”, “verdadero” o “en verdad”.

La palabra “Salmo” traduce “Himno para recitar con música”. Es


una recopilación de 150 himnos y oraciones, es el libro más largo de
la Biblia. En la literatura hebrea se le llama “Libro de las Alabanzas”.
Estos salmos provienen de épocas antiguas hasta los tiempos
posteriores a la vuelta de Babilonia. Otro nombre para estos escritos
santos es “Salterio”, del título griego que significa “canciones
acompañadas por arpa”. Cerca de la mitad de la colección se
atribuye al rey David. Hay salmos para los individuos y para la
comunidad, y expresan las esperanzas y temores del pueblo de
Israel. Por lo general, los salmos eran cantados o entonados
alternadamente por dos coros o bien por un coro durante la
ceremonia religiosa los sábados en las sinagogas o con ocasión de
las grandes fiestas en Jerusalén.

El saludo bíblico de “Shalom” implica una serie de buenos deseos


entre los judíos, que incluye: “paz interior”, “salud”, “bienestar”,
“armonía”, “calma”, “satisfacción”, “prosperidad”, “alegría”,
“tranquilidad”, plenitud de vida” y bendición de Dios.

El grito de “Hosana” fue un tiempo grito de socorro (2 Reyes 26-


27). Después se convierte en aclamación y se hace familiar por el
Salmo 118, que se recitaba en la fiesta de las chozas.

La expresión “Evangelio” viene del griego “Evaggelion” o en latín


Evangelium, y traduce “buenas, alegres, gozosas y felices nuevas
que al corazón del hombre hacen alegrar, o de puro gozo cantar,
danzar y saltar”.
En los textos del Nuevo Testamento está presente setenta y seis
veces

Originalmente indicaba varias cosas:

 Cuando un emperador romano asumía el trono, se presentaba


así mismo como un evangelio. Igualmente, cuando ganaba
una batalla o una nueva conquista, mandaba a proclamar un
“evangelio”, o una “buena noticia” a todos sus súbditos. O
también, cuando daba un decreto o una ley, ésta era
anunciada como evangelio.
 En la forma usada por Homero, se refería no al mensaje sino a
la recompensa dada al mensajero. En el griego de Ática
siempre aparecía en plural y generalmente se refiere a los
sacrificios u ofrendas de acción de gracias hechas en razón de
alguna buena noticia.
No es sino hasta los escritos de la Iglesia primitiva que aparece que
destaca el término “Evaggelion” para referirse a un libro que relata
la vida y enseñanzas de Jesús (La Didache, Clemente Romano o
Justino Mártir).

La conformación de los evangelios se hizo en tres etapas:

1. La predicación viva hecha por Jesús.


2. La tradición oral transmitida por los apóstoles y por los
discípulos del Señor.
3. La obra de los cuatro evangelistas, quienes pusieron por escrito
estos acontecimientos a las primeras comunidades cristianas.

La palabra griega “Apokalyptein” significa: “desvelar”, “revelar”,


“dar a conocer”, “manifestar” algo oculto.

En el Antiguo Testamento el nombre de Dios aparece casi siete mil


veces, y se suele transliterar como YHWH (“Yo soy el que soy”).
Está palabra compuesto por cuatro letras (de izquierda a derecha:
yohdh, he, waw, he), es conocida como el Tetragrámaton, con
vocales añadidas quedaría como “YAHWEH” (aunque no se puede
saber a ciencia cierta cómo se decía el nombre de Dios), y es
empleado en la Torah y el Talmud. Del mismo modo, todo el
pueblo hebreo podía ver la reluciente lámina de oro que ostentaba
el turbante del sumo sacerdote. En ella aparecía inscrito:
“Consagrado a Yahveh” (Éxodo 28,36).

Después del exilio de Babilonia en el año 597, entre los judíos el


nombre divino comenzó a ser objeto de especial reverencia y
superstición para no ser conocido y profanado por los paganos. De
hecho, el proclamarlo era considerado como un acto de sacrilegio.
Además, para Israel fue siempre misterioso e impronunciable.
Durante la lectura de los textos sagrados en la asamblea, cuando se
llegaba a este nombre, se hacía un poco de silencio y se continuaba.
Como consecuencia dejaron de utilizarlo, y empezaron a sustituirlo
en sus escritos por otras expresiones como: “HASHÉM” o
"HASSEM" (El NOMBRE), “ADONAI” (SEÑOR) o “ELOHIM”
(DIOS).

Los textos que contenían el nombre de Dios no podían correr el


riesgo de caer en manos profanas o infieles. Eran enterrados y luego
quemados en una ceremonia.

En el culto de las sinagogas se usaba el título de “Señor” (kýrios en


griego) en vez del nombre del pacto, Yahvéh, cuando se leía las
Escrituras.

La literatura judía apocalíptica tuvo su edad de oro desde el siglo II


a.C. hasta el siglo II d.C. Influenciado en los siguientes
acontecimientos:

1. La persecución de Antíoco IV Epífanes (años 168-165 a.C.).


2. La conquista de la ciudad de Jerusalén y el asalto por parte de
las trompas romanas de Pompeyo (año 63 a.C.).
3. La destrucción del templo de Jerusalén por los emperadores
romanos Vespasiano y Tito (año 66-70 d.C.).

En los escritos cristianos de los LXX el nombre de Dios (Adonai) es


traducido como Kýrios (Señor). No obstante ello, se debe tener en
cuenta que la costumbre de los judíos era dejar el Tetragrama sin
traducirlo y escribirlo con letras hebreas.
Desde los siglos VI hasta el X d. Cristo. Los judíos masoretas (de
masora=tradición) sacaron las vocales de ELOHIM y ADONAI y
las introdujeron al tetragramaton YHWH para obtener este
resultado YeHoWaH, la Y se convierte en J la W en V y sólo se
elimina la H final pues es muda. Y así es como nace la errónea
pronunciación de JEHOVÁ, la cual es usada tan sólo por ser una
traducción muy popular.
La ley sobre la blasfemia de Levítico (24,11-16) ordenaba la muerte
para el hombre de Israel que “maldijese” (qalal) o “blasfemase”
(naqad) el nombre del Señor. Más adelante los judíos corrompieron
las leyes contra la blasfemia y los juramentos, y adoptaron la idea
como ya sabemos que el nombre de Dios era demasiado sagrado
para ser pronunciado jamás. En lugar de pronunciar el nombre de
YAHVEH, lo sustituyeron por la palabra ADÔN “Amo”. Se puede
ver cómo en el Nuevo Testamento los hebreos evitaban el nombre
de Dios, y es por esta razón que cuando el sumo sacerdote Caifás
interroga a Jesús, le pregunta si en realidad Él era “el hijo del
Bendito” (Marcos 14,61).

En el Antiguo Testamento se utilizan diferentes nombres en hebreo


para referirse a Dios. Cada uno describe un aspecto diferente de su
naturaleza:

 YAHWEH ADONAI (Señor de señores, mi Señor, mi


Soberano).
 YAHWEH ELOHIM (Juez Supremo, el Altísimo, el Excelso).
 YAHWEH ELYON (El Todopoderoso).
 YAHWEH GOEL (Dios Redentor).
 YAHWEH HASHEM (Dios Bendito).
 YAHWEH HOSEENU (Mi Hacedor, mi Creador, mi Edificador).
 YAHWEH JIRÉH (Mi Proveedor, mi Sustentador).
 YAHWEH KANNA (Dios Celoso).
 YAHWEH MEKADDISHIKEN (Quien me santifica, quien me
purifica).
 YAHWEH NISSI (Mi Estandarte, mi Bandera).
 YAHWEH OLAM (Dios Eterno).
 YAHWEH RAFÁ (El Señor es mi Salvador, mi Médico).
 YAHWEH ROHI (El Señor es mi Pastor).
 YAHWEH SABAOT (Señor de los ejércitos).
 YAHWEH SHADDAI (Dios Omnipotente).
 YAHWEH SHALOM (El Señor es mi paz).
 YAHWEH SHAMMÁ (El Señor siempre está presente).
 YAHWEH SHAPAT (El Señor es mi Juez).
 YAHWEH OLAM (Dios Eterno).
 YAHWEH TSIDQUENU (Señor de mi justicia, mi verdad).

El Nuevo Testamento utilizan varias expresiones para dirigirse al


Altísimo, una de las más hermosas es “Dios es amor” (1 Juan 4,8).

Los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas ponen la palabra “ABBA”


(o Padre) en boca de Jesús unas sesenta y cinco veces, y el
Evangelio de Juan más de cien veces. En las epístolas de Pablo
también se refiere a Dios como “Padre” más de cuarenta veces.
El centro de toda la Biblia es Jesús, el Hijo de Dios.

Fue compuesta por más de 40 hombres entre sabios, historiadores,


reyes, príncipes, funcionarios, sacerdotes, profetas, apóstoles,
discípulos, pastores, pescadores por los menos un general y un
médico; la gran mayoría fueron hebreos y algunos son
desconocidos.
En el período patriarcal e incluso después del Sinaí los judíos debían
comunicar las promesas y mandamientos de Yahveh a sus hijos
(Génesis 18,19; Deuteronomio 11,19). En los tiempos del
Deuteronomio, correspondía a los sacerdotes enseñar y explicar la
torá. En Israel esta instrucción privada debía suplementarla por una
lectura pública de la ley de Moisés cada siete años durante la Fiesta
de los Tabernáculos (Deuteronomio 31,9-13). Durante los
avivamientos en los reinados de los monarcas reformadores de
Josafat y Josías, los levitas fueron de ciudad en ciudad en Judea
leyendo la ley públicamente (2 crónicas 15,3; 17,7-9; 35,3). Esdras
y los que le ayudaban interpretaron la Torá a medida que leían a los
hebreos después del retorno de la cautividad en Babilonia
(Nehemías 8,7-8). En las sinagogas la lectura de porciones de la ley
y los profetas era seguida por interpretaciones hechas por un
rabino.

En la antigua sociedad judía sólo unos cuantos varones


privilegiados, fariseos o maestros de la ley poseían rollos de las
Escrituras. Esto se debió a su alto costo de elaboración, así por
ejemplo se calcula que una copia de Isaías valía de seis a diez
denarios, y una Biblia completa en hebreo conformada por quince o
veinte rollos, podría costar cerca de la mitad del salario de un año.
En la segunda mitad del siglo VI a.C., cuando los judíos regresaban
del exilio en Babilonia, un grupo de hebraístas conocido como los
Soferim (De la palabra “Sofer”), que quiere decir “escribas”,
llegaron a ser los guardianes del texto de la Biblia hebrea, con la
responsabilidad de copiar aquellas Escrituras para su uso en la
adoración pública y privada. Fueron los herederos de los masoretas.
Esdras, de estirpe sacerdotal (Esdras 7,1-6), es considerado el
primer “escriba” o “maestro de la ley”; aunque muchos otros
recibieron este mismo título sin pertenecer al linaje de Aarón.

Los Masoretas (Del hebreo “Masorah”) que significa “los maestros


de la tradición”, eran judíos que trabajaron entre los siglos VII y X
de nuestra era en las ciudades de Tiberíades y Jerusalén como
sucesores de los soferim o escribas en la responsabilidad de hacer
copias fidedignas de las escrituras sagradas. Sus copias manuscritas
se denominan textos masoréticos. Eran tan escrupulosos en su
trabajo de copiar los textos de las Escrituras Hebreas, que llegaban
hasta el punto de contar las letras para evitar errores. Además
tenían que usar como documento maestro una copia debidamente
autenticada, y no se les permitía escribir nada de memoria. Los
manuscritos gastados, estropeados o con solo dos faltas de
ortografía; no podías servir ya para el culto sagrado y había que
destruirlos.

Se le da el nombre de Hagiógrafos (Del latín hagiographus,


escritor sagrado), a los que escribieron la Biblia bajo la inspiración
del Espíritu Santo.

Los Midrásh (del hebreo daras, su significado etimológico es


“estudio”, “interpretación”, “investigación” o “explicación”) son los
comentarios de los textos veterotestamentarios hechos por rabinos
judíos. Se distinguen dos Midrásh: el “Halaká,” se refiere a
normas, y el “Haggadá”, a relatos.

Los Mishnáh (el hebreo misnâ de sanâ, “repetir” es el término


que denota las tradiciones orales que se desarrollan acerca de la ley,
conteniendo interpretaciones y aplicaciones a preguntas específicas
que la ley trata sólo en principios.

En el año 168 antes de nuestra era, el rey sirio Antíoco IV intentó


destruir todas las copias del Antiguo Testamento que había en
Palestina. Una historia judía comenta: “Rompieron y quemaron
todos los rollos de la ley que encontraron”. “Los oficiales encargados
de ejecutar esta orden lo hicieron con implacable rigor. Poseer un
libro sagrado se castigaba con la muerte”. Pese a tales medidas,
sobrevivieron copias de las Escrituras Hebreas entre los judíos de
Palestina y entre los que vivían en otras regiones.
Los lugares donde se redactó fueron: Palestina, Babilonia, Egipto,
Roma, Corinto entre otras regiones.

En su elaboración se utilizaron cinco materiales:

o Pergaminos de cuero de res que se enrollaban en cilindros de


madera o cobre.
o Papiros sacados de una planta de Egipto.
o Las tablas de la ley de Dios escritas en piedra.
o Tablas de arcilla.
o Láminas de bronce.

Se emplearon tres idiomas:

A.T. en hebreo y arameo (lengua que hablaba Jesús).


N.T. un griego popular denominado Koiné dialektos.
La Biblia fue escrita en un período de 1.100 años. Se empezó en
tiempos del rey Salomón, aproximadamente en el año 1000 a. C.; y
se terminó poco antes de morir el último apóstol, San Juan (+102
d.C.).
Los primeros escritos del Antiguo Testamento no fueron los del
Pentateuco, sino algunos libros históricos. Muchos estudiosos
sustentan que el primer texto escrito fue el canto de Débora, del
Libro de los Jueces.
Aproximadamente en el año 600 a.C.; el profeta Esdras inicia la
recopilación de los escritos del Antiguo Testamento.

En las sinagogas se distribuían la lectura de la Toráh en secciones


semanales, acompañadas de trozos de los profetas, que guardaban
cierta relación entre ellas. Todos los textos veterotestamentarios se
cubrían en uno o en tres años.
Los manuscritos originales de la Biblia estaban diseñados en
columnas en un texto largo y continuo (sin puntos gramaticales o
párrafos), desde la primera hasta la última página.
La palabra de Dios, tiene varios simbolismos:
 Martillo y Fuego: Jeremías 23,29.
 Semilla: Lucas 8,11.
 Leche: 1 Pedro 2,2.
 Espejo: Santiago: 1,23.
 Agua: Efesios: 5, 25-26.
 Alimento sólido: Hebreos 5,12.
 Miel: Salmos 119,103.
 Oro: Salmos: 19,10.
 Pan: Mateo 4,4.
 Lámpara: Salmos 119,105.
 Espada: Hebreos 4,12.

La Hermenéutica (=arte de explicar, traducir o interpretar) y la


Exegesis (=tirar hacia fuera, sacar), son las dos ciencias que utiliza
la Iglesia Católica para darle la correcta interpretación de los textos
sagrados.

Según la constitución Dei Verbum del Concilio Vaticano II, la Biblia


cuenta con dos autores: los hagiógrafos (escritores sagrados) y el
divino (el Espíritu Santo).

En las Sagradas Escrituras hay varias formas de revelación divina:

 Jesús: la palabra de Dios hecha carne.


 Las Teofanías de Dios Padre, ejemplo: las “zarza ardiente” a
Moisés.
 Los oráculos (o mensajes del Altísimo) dado a los profetas.
 Visiones y sueños.
 Mensaje de los ángeles del Señor.
Tiene nueve géneros literarios:

 Narraciones o relatos.
 Historias de héroes, eventos importantes o epopeyas.
 Leyes sagradas.
 Sapienciales o de sabiduría.
 Poemas, cantos o himnos religiosos.
 Epístolas o cartas.
 Profecías que contienen los “oráculos del Señor”.
 Revelaciones como el libro de Daniel y el Apocalipsis de San
Juan.

En las Santas Escrituras hay cinco puntos importantes para su


entendimiento:

a. Contiene la Palabra de Dios revelada a los hombres.


b. Narra la historia de la salvación de la humanidad.
c. Expresa el amor infinito de Dios Padre al entregarnos a su
Único Hijo para nuestra salvación eterna.
d. Dios habla a la manera de los hombres.
e. No existen espectadores, toda criatura es actor.

El estudio de los Textos Sagrados comprende tres puntos generales:

- Conocer el contexto histórico, cultural, religioso, político y


geográfico en el momento en que se escribió el libro sagrado.
- Identificar el género literario que lo compone.
- Analizar qué clase de mensaje quiere transmitir el escritor
bíblico.

En la iglesia primitiva fueron cuatro los criterios para determinar la


autenticidad de un escrito sagrado del Nuevo Testamento:

 El origen apostólico real o presunto.


 La importancia de la comunidad para la cual el escrito fue
compuesto.
 La conformidad con la regla de fe.
 La relación entre una epístola con la otra de su mismo autor.

El Papa San Gregorio Magno (s. VII), enseña cuatro perspectivas


diferentes para leer la Biblia:

1. Sentido literal: Relacionarnos con el texto en sí mismo, y


entenderlo tal cual.
2. Sentido espiritual: Identificar el significado del texto, de lo que
Dios ha ido revelando en la historia, como proyecto de
salvación para los seres humanos.
3. Sentido Moral: Conocer la forma como debemos actuar.
4. Sentido escatológico: Según el cual, la palabra de Dios, nos
debe mover a comprender lo que debemos esperar.

En la época medieval surgió el método de los “cuatro sentidos de la


Escritura”, en el estudio de la Biblia, que son:

 La historia de la salvación dada por Dios a la humanidad.


 Las referencias de Cristo y la Iglesia Católica.
 Reglas morales para los creyentes.
 Abrir la mente y el corazón a la esperanza en la vida eterna.

El llamado Documento “Q” (Este nombre procede de la palabra


alemana Quelle, que significa “fuente”), compuesto de los dichos y
enseñanzas de Jesús, debió ser redactado entre los años 40 y 50
d.C. Al parecer, tanto Mateo como Lucas habrían utilizado una forma
primitiva del evangelio de Marcos (fuente a la que se denomina
Urmarkus), y el resto de su material lo habrían obtenido del
Documento Q. No obstante, la existencia histórica de este
documento no ha sido del todo probada, ya que no queda ninguna
copia del mismo. Además, no contenía las narraciones de milagros
ni el relato de la pasión y resurrección del Señor. Tampoco los
Santos Padres de la Iglesia hacen mención del mismo.

El primer escrito del Nuevo Testamento fue la primera carta a los


tesalonicenses, que se elaboró por el año 50 o 51 d.C.
El pasaje más largo de Las Escrituras lo encontramos en Ester 8,9;
tiene 57 palabras. El más corto es Juan 11,35, consta de tres
palabras: “y Jesús lloró”.

Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas son llamados


“sinópticos”. Este término proviene de las raíces griegas syn
(‘junto’) y opsis (‘ver’). La palabra «sinóptico» indica que los
contenidos de estos tres evangelios pueden disponerse para ser
«vistos juntos», bien en columnas verticales paralelas, bien en
sentido horizontal. Contienen 235 coincidencias entre sí.

De los cuatro evangelios el de San Lucas es el más fácil; San


Mateo, el más pedagógico; San Marcos, el más corto y San Juan el
más espiritual.

Mateo escribió a los judíos, presentando a Jesús como el Rey que


ellos esperaban. Marcos escribió a los romanos y mostró a Cristo
como el Siervo de Dios. Lucas escribió a los que no eran judíos, y
describió al Señor como el Hijo del Hombre. Finalmente, Juan, a
quien escribió a todos en general, señaló a Jesucristo como el Hijo
de Dios.

En Marcos, prevalece el elemento humano y los milagros; en Lucas,


la misericordia y su amor por los pecadores; en Mateo, el maestro
de la ley judía; y en Juan, la divinidad de Jesucristo.
El primer evangelio en redactarse al parecer fue el de Marcos, hacia
el año 65, Lucas y Mateo lo escribieron en el 85; y el último el de
Juan por el año 96 d.C.

El país de los judíos se identifica con tres nombres:

 Tierra de Canaam (o tierra prometida).


 Palestina (o tierra de los Filisteos).
 Israel (o tierra de los hijos de Jacob).

La ciudad más destacada es Jerusalén, capital de Israel; considerada


como la “Ciudad de Dios”, “Ciudad Santa”, “Ciudad de la paz” o
“Ciudad de David”.

Jerusalén tiene un significado especial para las tres religiones


monoteístas:

 Para los judíos el Muro de los Lamentos, vestigio del templo


sagrado construido por el rey Salomón.
 Para los cristianos la basílica del Santo Sepulcro, donde Jesús
vence a la muerte.
 Para los musulmanes la Cúpula de la Roca (o mezquita de
Omar), donde Abraham iba a sacrificar a su hijo Ismael, y el
lugar de la ascensión de Mahoma al cielo.

El mayor caudal de agua se encuentra en el río Jordán, donde Juan


el Bautista bautizó a Jesús.

El lago más importante de Israel es “Genesaret”, “lago de Galilea” o


“mar de Tiberias”, en honor del emperador romano Tiberio. Aquí fue
donde el Señor realizó grandes milagros y predicó a sus discípulos.
Las montañas de mayor trascendencia son:

 El Monte Sinaí, donde Moisés recibió las tablas de la ley de


Dios.
 El monte Nebó, enfrente de Jericó, aquí Moisés contempló la
Tierra Prometida antes de morir, y ser sepultado por El Señor.
 El monte Hermón, marca el límite de la conquista israelita en el
Canaán, se le menciona repetidas veces en la poesía hebrea.
 El Monte Carmelo, donde el profeta Elías realizó la prueba de
fuego ante los adoradores de Baal.
 El Monte Sión, allí se encontraba el palacio que edificó el rey
David.
 El Monte Moria, lugar donde la tradición judía enseña que toda
la creación comenzó. Es aquí, donde Isaac fue destinado a ser
sacrificado. Y donde su hijo Jacob soñó con la escalera
ascendiendo hasta el cielo. El rey Salomón también construyó
el templo sobre esta cima.
 El Monte Tabor, donde al parecer se presentó la transfiguración
de Cristo.
 El Monte de los Olivos o del Getsemaní, aquí el Mesías oró y
sudó gotas de sangre; es el lugar desde donde regresó al cielo.

Hay tres personajes en la Biblia que fueron arrebatados de la Tierra:

 Enoc (Génesis 5:24).


 Elías (2 Reyes 2:11).
 Un hombre que posiblemente puede ser el propio apóstol Pablo
(2 Corintios 12:2).
El libro de las Revelaciones (o Apocalipsis) es como un gran
resumen de la Biblia, allí se encuentra temas de los profetas, de los
sabios, de los evangelios y de las cartas de los apóstoles.

El Apocalipsis termina con la más bella oración: “Ven Señor Jesús”.

CURIOSIDADES DE LA BIBLIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

ANTIGUO TESTAMENTO I.

En el libro del Génesis no se menciona que la fruta probada por Eva


y Adán fuera una manzana, es más seguro que comieran un higo,
una nuez, una algarroba o una naranja. Esta tradición data
probablemente del siglo V, cuando la Biblia fue traducida al latín. El
error viene de un editor que tradujo mal el término malus-malum
(mal fruto) por manzana.

En Irak se encuentra la región de Qurna, 500 kilómetros al sur de


Bagdad; aquí según la tradición musulmana está el famoso árbol de
Manzanas del Jardín del Edén. Este fértil terreno es la
confluencia de los ríos Tigris y Eufrates, de la antigua
Mesopotamia. En épocas lejanas allí no había más que agua, pero
luego surgió la tierra y apareció el primer hombre, Adán (Hombre de
barro rojo), y Eva (Madre de los vivientes).

La palabra hebrea para serpiente “nahash”, es similar al término


“nashah” que significa “engaño”. La serpiente sirve de muchos
símbolos en la Biblia. Es representada como el Demonio mismo
desde el Génesis (3,1) hasta el Apocalipsis (12,9); pero también es
instrumento del milagro de Moisés ante el Faraón (Éxodo 7,9); es
símbolo de la victoria de Yahvé sobre las serpientes venenosas en el
desierto del Sinaí (Números 21,8); es señal de la paz consumada,
cuando ya sólo comerá polvo, según el profeta Isaías (65,25). Cristo
Jesús nos dice que hemos de ser mansos como palomas y “astutos
como serpientes” (Mateo 10,16). Aunque también trata de
serpientes y víboras a los escribas y fariseos (Mateo 23,33). Por
último, los discípulos del Señor no serán dañados por las “serpientes
venenosas” (Marcos 16,18).
En el Antiguo Testamento encontramos varias Teofanías
(Manifestaciones) de Dios Padre:

A. En la forma del llamado “Ángel del Señor” (mal´ak


Yahveh en hebreo) (Génesis 16,7-13; 18,22-33;
22,11-18; 32; 24-30; Éxodo 3,2; 23,20-23).
B. En la “Zarza Ardiente” a Moisés en el monte Horeb
(Éxodo 3,1-5).
C. En la “Columna de Nube y Fuego durante la
peregrinación del pueblo israelita en el desierto del
Sinaí (Éxodo 13; 20-22; 40,34-38; Números 9,15-
23; Sabiduría 10,17; 18,3).
D. En forma de” truenos, Relámpagos, el sonido de
Trompetas y el Humo en el monte Sinaí” (Éxodo
20,18).
E. Cuando descendía en forma de una “Nube” y
“Fuego” en el monte Sinaí ante Moisés (Éxodo24;
15-18).
F. Cuando hablaba en medio de los “Querubines del
Arca de la Alianza” (Éxodo 25, 22).
G. En forma de “Nube” en la “Tienda del Encuentro”
(Éxodo 33, 9-10; 34,5; 40, 34; 1 Reyes 8,10-11;
Isaías 6,4; Ezequiel 43,4-5; Apocalipsis 15,8).
H. Como una “suave brisa” ante la presencia del
profeta Elías (1 Reyes 19,12).
I. En la figura de un “Hombre rodeado de Fuego”
(Ezequiel 1,26-28).
J. En la imagen de un “Anciano vestido de Blanco”
(Daniel 7,9).
Yahvé hizo posar su Santo Espíritu sobre personajes destacados con
tareas importantes, como por ejemplo: Moisés (Isaías 63,11), Josué
(Deuteronomio 34,9), Gedeón (Jueces 6,34), y David (1 Samuel
16,13).
Los exegetas bíblicos han especulado que cuando se hace mención
a la aparición del “ángel de Yavé”, en realidad puede ser:

 El mismo Yavé.
 Un ser angelical.
 Jesús que es reconocido como el “Verbo” o la “Palabra” de
Dios.

En los libros sagrados, el fuego y el horno están asociados con los


juicios divinos (Salmo 21, 9) y la salvación (Isaías 43,2).

La Biblia tiene varias figuras retóricas para Dios Padre, por un lado
se nos presenta como rey, legislador y guerrero. Pero al mismo
tiempo, se le describe como un pastor, consejero, maestro, padre,
sanador y salvador (Salmo 16,7; 23,1; 32,8; 71,17; 89,26; 103,3;
106,21; Isaías 33,22; 42,13; Juan 6,45).

En las Sagradas Escrituras la imagen de un “león” es utilizada para


Yavé que se asemeja a sí mismo a un león a la hora de castigar al
Israel infiel (Jeremías 25,38; Oseas 5,14), para Jesucristo que es
descrito como el “león de la tribu de Judá” (Apocalipsis 5,5), y el
Diablo, que anda buscando a los cristianos como “león rugiente”
para devorarlos (1 Pedro 5,8).

Las personas anti-diluvianas vivieron muchos años, por citar algunos


casos:

- Adán llegó a los 930 años.


- Matusalén cumplió los 969 años.
- Noé vivió 950 años.
Muchos santos bíblicos cumplieron misiones importantes a una
avanzada edad, así por ejemplo:

- Noé rondaba los 600 años de edad cuando por orden del Señor
construyó el arca.
- Abrahán era un hombre de unos 75 años cuando Dios le
manda emigrar a la tierra del Canaán.
- Jacob tenía 97 años cuando luchó con un ángel toda una noche
para conseguir una bendición. Antes de morir, a la edad de 147
años, reunió las fuerzas necesarias para bendecir a sus doce
hijos uno por uno.
- José, hijo de Jacob tenía 110 años cuando dio el mandato a los
israelitas que con su muerte se llevaran con ellos sus huesos.
Ese pedido fue para el pueblo de Dios un motivo de esperanza
durante los largos años de dura esclavitud que sufrieron tras su
muerte, pues les garantizaba que un día vendría su liberación.
- Moisés tenía 80 años cuando Yahvé le encomendó la misión de
liberar a su pueblo de la esclavitud en Egipto.
- La Biblia no dice qué edad tenía Samuel cuando murió, pero los
sucesos que se relatan en el libro de Primero de Samuel abarca
unos ciento dos años, y dicho profeta fue testigo de la mayor
parte de ellos.
- Hacía el final de su vida longeva el rey David compuso la
canción que hoy conocemos como el Salmo 37.
- El profeta Daniel contaba con más de 90 años, cuando aún
tenía la costumbre de escudriñar los Textos Sagrados.
- La profetiza Ana tenía 84 años cuando servía en el templo de
Jerusalén día y noche. Su devoción se vio recompensada al
poder conocer al pequeño Jesús, cuando fue presentado por
sus padres, según ordenaba la ley mosaica.
- El apóstol Juan quizás ya con 90 o 100 años de edad, escribió
el Evangelio y las tres Epístolas que llevan su nombre.
En las Sagradas Escrituras encontramos seis pactos:

 ADÁN Y EVA: La descendencia humana y el cuidado del jardín


del Edén (Génesis 2,15).
 NOÉ: No volverá haber otro diluvio universal (Génesis 9,8-17).
 ABRAHÁM: El padre del pueblo hebreo y de todos los
creyentes (Génesis 12,1-2).
 MOISÉS: La ley para el pueblo escogido (Éxodo 24,1-8).
 DAVID: El linaje mesiánico (1 Samuel 16, 1-13).
 JESÚS: El nuevo pueblo de Dios (Mateo 26,28; 1 Corintios
11,25; Hebreos 10,29).

En el Antiguo Testamento después de que se hacía un pacto venía


una cena en la que los participantes tenían comunión y se
comprometían a ser fieles uno al otro (Génesis 26,30; 31,54; 2
Samuel 3,20). Después del pacto entre Dios e Israel en el Sinaí fue
seguido por una comida (Josué 5,10). Del mismo modo, el Nuevo
Pacto entre Jesús y sus apóstoles fue en medio de una cena
pascual (Lucas 22,13-20).

En el libro del Génesis se narra la existencia de una raza de gigantes


pre-diluvianos llamados los “nefilim” palabra que significa
“derribadores” o “los que hacen caer al otro”, considerados “los
poderosos que eran en la antigüedad, los hombres de fama” (6,4).
Del mismo modo, muchas mitologías ancestrales contienen historias
de gigantes, y de una catastrófica inundación. Por ejemplo, en la
cultura azteca habla de un mundo pasado habitado por gigantes y
de un gran diluvio. Las sagas escandinavas cuentan la historia de
una raza de gigantes y de un sabio llamado Bergelmir, que logró
sobrevivir con su mujer en un gran bote que había construido.
El relato del diluvio universal era no solamente conocido por los
judíos, sino también por otros pueblos antiguos como los chinos,
japoneses, egipcios, sumerios, hindúes, los pigmeos africanos, los
indígenas del Orinoco venezolano, los de Norteamérica y los incas.

Según el Génesis a partir de los tres hijos de Noé con sus esposas
se volvió a poblar la tierra (Génesis 10, 1-32):

 SEM: Se instaló en Asia, y dio origen a la raza amarilla con las


tribus de los asirios, caldeos, hebreos, sirios y algunos clanes
árabes.
 CAM: Se fue a África, y dio origen a la raza negra con los
etíopes, egipcios, cananeos y algunos clanes africanos y
árabes.
 JAFET: Se trasladó a Europa, y dio origen a la raza blanca con
los indoeuropeos.

Sobre el episodio de la “torre de Babel” se encuentra una similitud


con una leyenda de una tribu del norte de Myanmar, donde se dice
que “hubo un tiempo en que todo el mundo vivía en una gran aldea
y hablaban una misma lengua: Entonces decidieron construir una
gran torre, y mientras lo hacían gradualmente adquirieron diferentes
hábitos, costumbres y modos de hablar; con el tiempo se
dispersaron por todas partes”. Leyendas similares se encuentran en
diversos pueblos indígenas de África, el este asiático, México, etc.

La palabra de Dios dirige al patriarca Abraham, tres cosas:

1. Una descendencia numerosa.


2. La tierra del Canaán.
3. Una bendición para ser feliz.
En la mezquita llamada la “Cúpula de la Roca” o “mezquita de
Omar” en Jerusalén, se observa en su interior una gran piedra en el
suelo donde se asegura que Dios creó a Adán, y donde el patriarca
Abraham iba a sacrificar a su hijo Isaac.

En la cueva de Macpelá, cerca de la ciudad de Hebrón (Cisjordania),


hay una mezquita donde está la tumba de los patriarcas Abraham,
Isaac, Jacob en compañía de sus esposas Sara, Rebeca y Lea.

Melquisedec es el único personaje que cumplió las misiones de rey y


sacerdote (Hebreos 7,1-3).

Las tribus de Israel estaban formadas por los descendientes de los


hijos de Jacob. Este patriarca, a quien se le conoció más tarde como
Israel, tuvo doce hijos: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Dan, Neftalí,
Gad, Aser, Isacar, Zabulón, José y Benjamín. Cada tribu llevaba el
nombre de uno de los hijos, con la excepción de José. En su caso,
se formaron dos tribus con los nombres de sus dos hijos, Efraín y
Manasés, a quienes se les consideró cabezas tribales de pleno
derecho. Del mismo modo se sabe que los reyes y sacerdotes eran
figuras totalmente separadas. Los monarcas eran de la tribu de Judá
y los sacerdotes provenían de la tribu de Leví, quienes además se
les excluyeron del servicio militar para que pudieran servir en el
tabernáculo y posteriormente en el templo de Jerusalén. A los
levitas no se les ubicó en una zona específica de la Tierra
Prometida; más bien, recibieron 48 ciudades distribuidas por todo el
País. Por estas dos razones, la tribu de Leví casi nunca se menciona
cuando se enumeran las tribus de Israel, y por eso suele hablarse de
doce tribus y no de trece.

En la región de Samaria se halla la tumba de José, que es venerada


por las tres religiones monoteístas. En el lugar se encontraron
importantes reliquias egipcias que datan de esta época bíblica.
En la ciudad de Belén, se localiza el sepulcro de Raquel; la otra
esposa de Jacob y madre del pueblo hebreo.

El mar muerto es el escenario de lo que fue la destrucción bíblica de


las corrompidas ciudades de Sodoma, Gomorra, Adama, Seboim y
Segor. Es el lugar más caliente de la tierra y completamente estéril;
los peces que bajan del río jordán mueren por el alto contenido de
sal en sus aguas y porque no existe ningún tipo de planta acuática,
tampoco vuelan las aves sobre sus cielos; las arenas de sus
alrededores se utiliza en la elaboración de cosméticos y mascarillas
para la piel; además la gente que se baña en sus aguas flota y no
se hunden.

Un equipo de arqueólogos descubrió en 1996 las ruinas de las


ciudades de Sodoma y Gomorra al este del Mar Muerto, en El Lisan
(Jordania). Se hallaron restos de edificios destruidos mil novecientos
años antes de Cristo, y objetos de cerámica y de pedernal, paredes
y tumbas. Los expertos han concluido de que las ciudades bíblicas
fueron desoladas posiblemente por una tormenta de meteoritos
ocasionada por el cometa Little Bull, que coincide con la
desaparición de 40 ciudades ubicadas en Egipto, Mesopotamia y el
valle del Indo entre el 2200 al 2000 a.C. Las tormentas procedentes
del espacio pueden durar más de 200 años y las bolas de fuego que
caen del firmamento llegan a explosionar contra la tierra con la
fuerza de varias bombas atómicas. Del mismo modo, en el año
2008, un equipo de científicos de la Universidad de Bristol
(Inglaterra), cree que estas ciudades bíblicas fueron borradas de la
faz de la tierra por un asteroide. El hecho parece coincidir con una
antigua tablilla sumeria de arcilla, donde está escrito el testimonio
de una persona que fue testigo del acontecimiento.

Próximo al monte Sdom hay un montículo de sólida sal de roca con


una vaga silueta humana denominada “la mujer de Lot”.
En el libro de Job (38,1), se habla que Dios hablaba a su siervo a
través de “la tempestad del viento”.

Moisés fue el primer personaje bíblico que hizo un milagro. Fue


profeta del Altísimo, juez, legislador y líder del antiguo Israel.

Dentro del monasterio ortodoxo griego de Santa Catalina a los pies


del monte de Moisés, se conserva el arbusto de la famosa “Zarza
Ardiente”; desde donde Yahvé le ordena al caudillo judío sacar a su
pueblo de la esclavitud en Egipto.
La liberación de esclavos más famosa de la historia fue el éxodo de
los israelitas. Unos tres millones -una nación entera- fueron
liberados de su cautividad en Egipto.
El manuscrito más antiguo de los diez mandamientos en un
pequeño papiro que fue encontrado en las grutas de Qumram, cerca
del mar muerto, fue escrito por los esenios entre los años 30 y 1
a.C., y es custodiado por la Autoridad de Antiguedades de Israel.

A la celebración de la Pascua en que los judíos comían pan sin


levadura se le añadió más tarde el vino, probablemente después de
su regreso del destierro de Babilonia.

En la travesía del pueblo hebreo de Egipto a la tierra prometida del


Canaán tuvieron que pasar dos veces por el agua: la primera al
mando de Moisés por el mar rojo (Exodo 14,21-22), y la segunda
con Josué por el río Jordán (Josué 3,14-16).

En el fondo del lecho acuático del Mar Rojo o Mar de los Juncos, lo
cual corresponde a las marismas del Lago Timsah que actualmente
forma la parte del canal del Suez, al norte de los lagos Amargos, a
una profundidad de 100 metros se han hallado restos de ruedas de
carros egipcios, armaduras y esqueletos que corresponde a los
ejércitos de la antigua Egipto faraónica.
Los principales enemigos de los hebreos eran: los madianitas,
amonitas, amalecitas, moabitas, egipcios, filisteos, asirios, persas,
sirios, griegos y romanos.

Cuando el pueblo de Israel estaba pelando contra los amalecitas,


Moisés estaba rezando por su gente. Mientras tenía los brazos
extendidos, el pueblo ganaba la batalla; cuando por el cansancio,
bajaba los brazos, el pueblo comenzaba a perder (Exodo 17,11).

En el libro del Éxodo se narra que El Señor entregó a Moisés las dos
tablas de la ley escritas con su propio dedo (Exodo 31,18; 32,15-
16).

Los mandamientos de la ley de Dios eran doce, como los de los


hebreos. La Iglesia Católica los resumió a diez según el criterio de
San Agustín, para que la gente los memorizara más fácil, al igual
que los dedos de las manos.

Cuando Moisés bajó del monte Sinaí la tez de su rostro emitía rayos
de luz a causa de haber hablado con Yahvé. Igualmente, cuando
este caudillo salía del tabernáculo después de estar ante la
presencia del Altísimo, se cubría la cara con un velo para que los
israelitas no vieran su cara iluminada (Exodo 34,27-35, 2 Corintios
3,7-16).

En el año 2006, un grupo de investigadores encontraron una réplica


en miniatura en oro, de 3.500 años de antigüedad, del “arca de la
alianza”, que confirmaría la historia bíblica del Exodo.

Según la Biblia, la conquista de Jericó por parte de los israelitas al


mando de Josué ocurrió alrededor de 1440 a.C. Los arqueólogos han
descubierto que los muros cayeron hacia fuera tan completamente
que los atacantes podrían haberse trepado sobre las ruinas de la
ciudad. Esto es notable, porque cuando son atacadas las ciudades,
los muros caen hacia adentro, y no hacia fuera. Una espesa capa de
hollín indica que la ciudad fue destruida por fuego, según se
describe en Josué 6:24. Los expertos también descubrieron grandes
cantidades de trigo en el sitio. Esto, nuevamente, es consistente con
el relato bíblico de que la ciudad fue capturada rápidamente. Si
hubiera caído como resultado de un sitio, el trigo hubiera sido
usado. Según Josué 6:17, a los judíos se les prohibió saquear la
ciudad; tenían que destruirla por completo. Además, el hallazgo de
amuletos egipcios, alfarería, y una pieza de carbón apuntan todos a
la destrucción de la ciudad cerca del final de la Edad de Bronce,
alrededor de 1400 a.C."

El Tabernáculo era una amplia tienda rectangular con estructura de


madera. Sin embargo, estaba hecho con materiales de la más alta
calidad: pieles de focas, hermosas telas bordadas y costosas
maderas laminadas con oro y plata. Lo rodeaba un patio rectangular
en el que también había un espléndido altar para los sacrificios.
Todo parece indicar que con el tiempo se construyeron cámaras a
los lados del tabernáculo para uso de los sacerdotes. Es probable
que el joven Samuel durmiera en una de esas habitaciones cuando
recibió el llamado de Yavé.

El Tabernáculo (Michkan), lo conformaba el atrio de los sacerdotes,


el Kadosh (el lugar Santo) y el Kadosh Kadoshim (el lugar
Santísimo), donde descansaba el “Arca Sagrada”, esas era las
divisiones y orden, que siguió en los dos templos posteriores. En
ambos “recintos sagrados”, se prohibió la entrada a lugar Kadosh
Kadoshim, a los reyes y a los propios sacerdotes, esta era solo
reservada al Sumo Sacerdote, quien podría entrar solo una vez al
año en la fiesta Yom Kipur (día del gran perdón), como aparece en
Levítico 16,2.

En el Antiguo Pacto Yahvé amonestó al pueblo judío en 177


ocasiones distintas por haber rechazado su amor y su misericordia
infinita. Israel respondió favorablemente 70 veces y fue bendecido.
En 107 oportunidades no hizo caso de las advertencias y sufrió
grandes castigos por largos períodos de tiempo (Nehemías 9,26-
28.31).

En un lenguaje simbólico la palabra “prostitución” simbolizaba la


infidelidad del pueblo judío a la alianza con Yahvé.

En el Israel bíblico la santidad es exclusiva de:

 El cielo como morada eterna de Yahvé.


 El sumo sacerdote quien llevaba en el turbante una placa de
oro con la inscripción “La santidad pertenece al Señor”.
 Los sacerdotes del templo.
 Los nazarenos durante el tiempo de su voto de castidad.
 La zarza ardiente por medio de la cual Dios se revela a Moisés.
 La tierra del Canaán, porque allí habita el Señor en medio de su
pueblo.
 La ciudad de Jerusalén.
 El monte Sión.
 El templo de Jerusalén.
 El pórtico del templo.
 El tabernáculo de la reunión.
 El lugar santo.
 El santísimo o sancta sanctorum.

La ley mosaica incluye 365 prohibiciones y 278 preceptos positivos.

Son considerados como pecados graves en el pueblo hebreo, los


siguientes:

A. De carácter religioso:
 La idolatría y la inducción a ella.
 La magia, la adivinación y la blasfemia.
 La trasgresión del precepto del sábado y de la circuncisión.
 La inobservancia de la fiesta de la Pascua.

B. En el terreno social:

 El asesinato.
 La desobediencia contra los padres.
 Rapto de hombres.
 El adulterio.

C. Los que claman justicia divina:

 El homicidio.
 La sodomía.
 La opresión a los pobres, viudas y huérfanos.
 La retención del salario debido a los trabajadores.

Elohim plural en hebreo se utiliza para designar a los ángeles, los


ídolos, los jueces de la antigua Israel, reyes, magistrados; y algunas
veces como superlativo: Dios (dioses).
La palabra profeta viene del griego prophetes, de pro (“delante” o
“por”) y phemi (“hablar”). En el A.T. el término hebreo más
apropiado es Nabî´ (aquel que testifica). El profeta es así, el que
habla delante, en el sentido de proclamar, o aquél que habla por, es
decir, en el nombre de Dios.

Ellos venían de diferentes ámbitos de la sociedad: Amós fue un


pastor; Ezequiel, un sacerdote, e Isaías era de familia aristocrática.
Algunos vivían en comunidades religiosas en ciertas ciudades y
pueblos. Llamaban al arrepentimiento, ofrecían orientación y
predicaban el mensaje de Yahvé. Sólo unos pocos profetas hablaban
directamente la palabra de Dios para convertir al pueblo al
cumplimiento de la Alianza.

Las profecías de los Nabî´ en los textos Vetero-Testamentarios


pueden dividirse en tres grupos principales:

a. Profecías concernientes al destino de la nación de Israel,


divididas en dos partes: pre-destierro: exigen conversión del
sistema, para que no hay juicio de Dios y de exilio y post exilio:
son cantos de esperanza y consuelo.
b. Profecías mesiánicas. Estas señalan a la venida del Redentor de
Israel y del mundo.
a. Profecías escatológicas. Estas se refieren a los últimos días,
cuando el reino de Dios sea establecido sobre la Tierra.

El Antiguo Testamento muestra que a veces, hasta varones que


servían a Dios fielmente vacilaron en aceptar misiones difíciles que
El les confió:

a. Moisés objetó que no tenía la fluidez necesaria para hablar


ante el faraón (Exodo 4,10).
b. Jeremías dijo que no era más que “un muchacho”, para
encargarse de la tarea que el Señor le había
encomendado (Jeremías 1,6).
c. Jonás incluso huyó de su asignación (Jonás 1,3).

En el pasado y hoy en día los llamados “judíos ortodoxos”, tienen la


costumbre de llevar los mandamientos en un cofre negro llamado
tefilín, atado con una cinta en la frente y otro en el brazo derecho
(Deuteronomio 6,8; 11,18-20).

El “Sumo Sacerdote” era considerado un líder o juez de su pueblo


antes del tiempo de la monarquía. Llevaba puesto un pectoral
cuadrado con doce piedras diferentes (rubí, topacio, berilio,
turquesa, zafiro, esmeralda, Jacinto, ágata, amatista, crisólito, ónix y
jaspe). Las piedras estaban montadas en filigranas de oro y en cada
una estaba grabado el nombre de una tribu de Israel.

En el antiguo Israel hubo ocasión en que Yahvé se valió de las


suertes para dar a conocer su voluntad. La suerte eran unos
guijarros o tablillas de madera o piedra llamados “Urim” (maldición)
y “Thummim” (perfección). Estaban encomendados al cuidado del
sumo sacerdote, quien los guardaba en la bolsa del “pectoral de
juicio” cerca de su corazón (Éxodo 28,15; 16,30). En primer lugar se
hacía una oración al Altísimo para pedirle que interviniera en el
asunto que se iba a tratar, pero sólo podían dar respuestas de “sí”
o “no” a una pregunta única. Después se echaba las suertes dentro
del pliegue de una prenda de vestir y se extraía una. Lo que salía
reflejaba la decisión de Dios al respecto (Éxodo 28,30; Números
27,21; Deuteronomio 33,8; Esdras 2,63; Nehemías 7,65). Los otros
medios de adivinación y magia, que caracterizaban particularmente
a las religiones de Mesopotamia y Canaán, estaban rigurosamente
prohibidas (Deuteronomio 18,9-14). Según la tradición judía, el
“Urim y el “Thummim” dejaron de usarse tras la destrucción del
templo de Jerusalén en el año 607 a. de C.

En el museo de El Cairo (Egipto), Hay una estela de granito que


conmemora las victorias del faraón Merneptah (siglo XIII a.C.).
Según los entendidos, este monumento contiene la primera
referencia extra-bíblica del “pueblo de Israel”.
En el libro de los Jueces se sigue el mismo patrón: los israelitas
pecan, Dios los castiga levantando enemigos contra ellos, los
israelitas se vuelven a Dios, y Dios envía un juez para salvarles.
Luego el ciclo completo comienza de nuevo.

En el libro de los Jueces se narra que Sansón con su fuerza,


desgarró en dos a un león y derribó con una quijada de asno a mil
filisteos (Jueces 14,5-6; 15,15). Este personaje pertenecía a la
secta de los “nazarenos”, quienes tenían votos de abstenerse de
bebidas alcohólica, del corte de cabello y de la impureza ritual.

Samuel fue el último juez y el primer reconocido gran profeta


después de Moisés.

En el segundo libro de los Reyes (19,34-35) se cuenta que en una


sola noche, el Ángel del Señor, dio muerte a 185000 soldados
asirios, que amenazaban con tomarse la ciudad de Jerusalén.

David cuyo nombre significa “el amado de Yahvé el hijo de Isaí. Fue
músico, guerrero, poeta, profeta y rey. Es una de las figuras más
importantes del Antiguo Testamento.

Poco después de que David fuera elegido futuro rey de Israel, se


enfrentó a Goliat, uno de los refaím (una raza de gigantes), con
“una altura de seis codos y un palmo”, equivalente a 2,9 metros (1
Samuel 17,4.48-51).

Años más tarde, durante una batalla contra los filisteos, volvió a
vérselas con otro gigante de la misma estirpe de nombre Isbí-benob
(2 Samuel 21,16). Un documento egipcio del siglo trece a.C.
menciona que algunos temibles guerreros cananeos medían más de
2,4 metros (8 pies). El hombre más alto del que se tenga registro
midió más de 2,7 metros.
En septiembre de 1993 salió a la luz la primera prueba extra-bíblica
sobre la existencia del rey David, con un fragmento de un derruido
monumento hallado en la localidad norteña de Tel Dan (Israel). Se
puede leer en arameo las palabras “Rey David” y “Casa de David”. El
idioma y el estilo del texto apuntan al siglo IX a. de C., en tiempos
de Asa, rey de Judá y tataranieto de David. El hallazgo permitió
además verificar la autenticidad de la Estela de Mesá (llamada
también la Piedra Moabita), descubierta en 1868, que hace
referencia a la “Casa de David”. Ambas pertenecen al mismo período
de tiempo, son del mismo material, tienen un tamaño y forma
similares, y su escritura semítica es casi idéntica.

En Jerusalén hay una sinagoga donde está la llamada “tumba del


rey David”.

En el año 997 A.C., el pueblo hebreo conformado por 12 tribus, de


dividió en dos reinos: al sur, con dos tribus llamado Judá; y al norte
con diez tribus recibió el nombre de Israel. A este último también se
le conoce por su tribu más grande: Efraín.

En el libro de Daniel se dice que fue un ángel quien les cerró la boca
a los leones, para que no lo devoraran cuando estuvo en el foso
(Daniel 6,22; Hebreos 11,33).

Cuando Isaías iba a empezar su misión de profeta, reconoció que


era un hombre de labios impuros, por esta razón un ángel del cielo
le tocó la boca con una braza de fuego, quitando así la maldad que
había en él (Isaías 6,4-7).

Cuando Dios llamó a Ezequiel para que fuera su mensajero en la


nación de Israel, le da de comer un rollo escrito por ambos lados
que era tan dulce como la miel (Ezequiel 3,1-2).

La gruta de Jerusalén es el lugar donde el profeta Jeremías escribió


sus lamentaciones, y en la que se cree fue enterrado.

En el libro de Jonás se habla de un “gran pez” (o “monstruo


marino”) que se tragó al profeta (Jonás 1,17). En el Mediterráneo
hay tiburones capaces de engullir a un hombre entero. Se cuenta
por ejemplo que en 1758, un marinero cayó a las aguas de este mar
y fue tragado por un tiburón. Tras dispararle una bola de cañón, la
tripulación consiguió que el animal vomitara a la víctima y así
pudieron rescatarlo sano y salvo.
En la tradición judía la esterilidad en una mujer era signo de
desprecio en la comunidad, por eso las concepciones milagrosas
tienen profundas raíces, como fue el caso de:

 La anciana Sara que engendra a Isaac (Génesis 18, 10-11).


 La esposa estéril de Manoah, madre de Sansón (Jueces 13, 2-
3).
 Ana la estéril que da a luz a Samuel (1 Samuel 1, 2.20).
 Isabel, de edad avanzada que engendra a Juan Bautista, justo
antes de que María concibiera virginalmente a Jesús (Lucas
1,5-13).

En el convento católico de Nuestra Señora del Monte Carmelo,


debajo del altar mayor se ve una gruta donde según la tradición era
el lugar donde se refugiaba el profeta Elías. Una imagen recuerda al
celoso defensor de la religión de Yahvé.

Alrededor del año 168 A.C., el rey griego Antíoco Epífanes, desató
una persecución religiosa contra el pueblo de Israel, que incluía la
destrucción de los rollos de la ley de Dios.

El Antiguo Testamento, escrito por varios autores durante un


período de 1.500 años, tiene más de 300 profecías detalladas sobre
la vida y obra de Jesucristo.

NUEVO TESTAMENTO II.

Las principales figuras del Redentor en el Antiguo Pacto son:

 El justo Abel.
 El sumo sacerdote Melquisedech.
 El sacrificio de Isaac.
 José vendido por sus hermanos.
 El profeta Jonás.
 El cordero pascual.
 La serpiente de bronce levantada por Moisés en el desierto.
 El maná caído del cielo.

El muro de los lamentos en Jerusalén donde los judíos hacen


oración, es lo único que queda del magnífico templo construido por
el rey Herodes el Grande.

En Mayo del 2007, la Universidad Hebrea de Jerusalén anunció que


ha sido descubierta la tumba del rey Herodes el Grande. El hallazgo
se produjo en la zona arqueológica conocida como “Herodium”,
próxima a la Ciudad Santa, en pleno desierto de Judea.

A los cuatro evangelistas se les pintan o representan con la imagen


de los cuatro seres vivientes del profeta Ezequiel y el Apocalipsis de
San Juan: Un Hombre (La inteligencia), Un León (El valor), Un Buey
(La fuerza y la mansedumbre) y un Águila (La velocidad y la altura)
(Ezequiel 1,10; 10,14 Apocalipsis 4,7).

Entre los descendientes de Jesús que se menciona en los evangelios


de Mateo y Lucas, se encontraban patriarcas, sabios y profetas,
buenos y malos gobernantes, trabajadores, campesinos,
desterrados, esclavos, nativos, emigrantes y prostitutas.

Cerca de Belén está la llamada la “Gruta de los Pastores”, caverna


que fuera originalmente cisterna, pero convertida en capilla. La
tradición relaciona a este campo con el sitio donde se encontraban
los pastores la noche en que nació Cristo.

La estrella de Belén que siguieron los magos al encuentro con el


pequeño Mesías, pudo ser la conjunción de los planetas Marte,
Júpiter y Saturno o una súper Nova (estrella de gran luminosidad).

José el padre adoptivo del Señor, no fue un hombre anciano como lo


describieron los santos padres de la iglesia; al contrario, debió de
ser un varón de unos 20 a 25 años de edad, para que protegiera a
María y al pequeño Niño.

Los años ocultos de Jesús transcurrieron normalmente en Nazaret


al lado de sus padres (Lucas 2,51-52), y no con los monjes tibetanos
o en las escuelas de esoterismo y ocultismo en Egipto; como lo
quieren hacer ver algunos escritores.

En la aldea musulmana de El Bire, la tradición la señala como el sitio


“a un día de camino desde Jerusalén”, en la que José y María se
dieron cuenta que el joven Jesús no viajaba con ellos.

Hay 382 citas bíblicas del Antiguo Testamento que se encuentra en


el Nuevo Testamento.

Los cuatro evangelios describen unos treinta y cinco milagros


efectuados por el Señor, y más de cien referencias al “reino de
Dios”. Estas curaciones las realizó de diversas maneras. A ciertos
enfermos los sanó a distancia, pero a otros los tocó directamente
(Mateo 8,2; 3,5-13). A algunos les devolvió la salud en el acto, y a
otros, de forma gradual (Marcos 8,22-25; Lucas 8,43-44).

La Palabra de Dios le da mucha importancia a la muerte salvífica de


Cristo en la cruz, ya que esta se menciona de forma directa más de
ciento setenta y cinco veces en el Nuevo Testamento.

En la llamada “mezquita blanca” ocupa el lugar de la sinagoga en


Nazaret en tiempo de Jesús.

En Caná de Galilea hay una iglesia cristiana de varias confesiones,


donde hay una enorme tinaja, que se supone fue utilizada por el
Mesías para realizar el milagro del agua en vino.
La iglesia católica del monte de las Bienaventuranzas, se erige en
Galilea.

En el monte de los Olivos se encuentra la capilla de los padres


carmelitas del “Pater Nostre”, donde el Hijo de Dios enseñó a sus
discípulos esta bella oración, que se encuentra escrita en sus
paredes en 35 idiomas.

Tertuliano de Cartago (+230), veía en el Padre Nuestro el


compendio de toda la enseñanza evangélica.

En el mar de Galilea es muy común la tilapia que hace parte de la


dieta de los judíos. Este pez acostumbra llevar a sus crías en la
boca. Pero cuando no tiene crías, puede cargar una piedrita o
incluso una moneda que haya encontrado brillando en el fondo del
mar (Mateo 17,27).

En la localidad de Tabgha, donde la tradición sitúa la multiplicación


de los panes y los peces, está un hospicio de los monjes
benedictinos. En las cercanías, junto a la costa del mar de Galilea,
se halla la iglesia de San Pedro, fue edificada por los franciscanos
para marcar el sitio donde Jesús se presentó a los discípulos luego
de resucitar.

En Samaria se conserva dentro de una capilla de los ortodoxos


griegos, el pozo de la samaritana, a la que Jesús pidió de beber
agua.

En los evangelios se nombra a dos mujeres que podrían ser la


misma: María de Betania (hermana de Lázaro) (Juan 11,1-2), y
María de Magdala (lugar próximo al balneario romano de Tibenas),
al parecer era una prostituta que vendía su cuerpo a los soldados
romanos. Siendo la misma mujer pecadora a la que Jesús le expulsó
siete demonios (Marcos 16,9).
Los Evangelios no relatan que la transfiguración de Cristo haya
ocurrido en el monte Tabor, puede ser que ocurriera en una de las
estribaciones del monte Hermón (Marcos 9,2); San Pedro testigo
ocular de este hecho lo llamó solamente como “el monte santo” (2
Pedro 1,18). Sin embargo, en el Tabor se encuentra la basílica de
la transfiguración perteneciente a los franciscanos.

Lázaro es un nombre  de origen hebreo (Eleazar) que significa “el


ayudado por Dios”. Es el único personaje de una parábola que Jesús
describe con nombre propio.
En Betania se conserva “El sepulcro de Lázaro”, que es una gruta
clavada en la roca.

El Cenáculo o habitación alta donde se celebró la Ultima Cena y el


Pentecostés; está ahora ocupada por una Yeshiva (escuela
religiosa judía). Hasta 1948 era utilizada por los musulmanes. Entre
1335 a 1551, fue un convento franciscano del Monte Sión, y sede
originaria del Custodio de esta orden religiosa en Tierra Santa.

En el monte del Getsemaní, se levanta la basílica de la agonía de


Cristo, compartida por la orden franciscana, armenios y ortodoxos
rusos. Todavía se puede apreciar árboles de olivo de la época del
Mesías.

En la Jerusalén occidental se halla en un valle el monasterio griego


de la Cruz, fundado en el siglo IV. Su iglesia bizantina ocupa, según
la leyenda el lugar donde creció el árbol de cuya madera se forjó la
cruz de Cristo.

El apóstol Pedro tenía cinco nombres diferentes: Symeón, Simón,


Pedro, Cefas y Simón Pedro (Mateo 10,2; 16,16; Juan 1,42; Hechos
15,7.14).
El apóstol Tomás recibía el título de “Dídimo” (o “gemelo”) (Juan
11,16; 20,24), al parecer por su gran parecido físico con Jesús. Pudo
haber sido esta la razón por la que Judas el “traidor” tuvo que
identificar a Cristo con un beso.

En el evangelio de San Marcos aparecen ocho términos en arameo:


“Boanerges, (“Hijos del trueno”), (3,17). “Talitha kumi” (“Niña, a
ti te dijo, levántate”), (5,41). “es Corbán” (“mi ofrenda a Dios”),
(7,11). “Epheta” (“ábrete”), (7,34).”Gehenna” (infierno), (9,43).
“Abba” (Padre) (14,36), “Gólgota (“Lugar de la calavera”), (15,22).
“Eloí, Eloí, lamá Sabajtaní” (“¡Dios mío!, ¿Dios mío!, ¿Por qué me
has desamparado?”), (15,34).

San Marcos describe en su evangelio (14,51-52) a un joven que


podría ser el mismo, y que seguía de cerca al Maestro cuando fue
hecho prisionero, cubriendo su cuerpo con una sábana, pero al ser
capturado huyó desnudo.

En la Ciudad Santa está la piscina de Betesda y la iglesia de Santa


Ana. Las mellizas piletas de Betesda donde los inválidos fueron
curados por el Señor, se encontraron cerca de la iglesia que
ocupaba el hogar de Joaquín y Ana, padres de la Virgen, de
acuerdo a una tradición del siglo IV. Un tramo de escaleras de la
iglesia desciende hacia la cripta, cavada en la roca, donde nació y
vivió María.

Muchos turistas han visitado cierto lugar de Jerusalén conocido


como el “estanque de Siloam” en donde Jesús curó a un ciego
aplicándole barro en los ojos, y después lo mandó a lavar a dicho
lugar. Inicialmente se pensaba que estaba ubicado al final de túnel
de Ezequías, excavada en el siglo IV d.C., cuando fue construido por
los cristianos bizantinos. Sin embargo, en el año 2004 unos
arqueólogos hallaron el verdadero situado a unos 100 metros al
sureste del emplazamiento original, y fue hallado mientras se
reparaba una tubería de alcantarillado. Hasta el momento se ha
desenterrado un lateral del estanque y dos esquinas, varias
monedas que datan de los años segundo, tercero y cuarto de la
revuelta judía contra Roma. Dicho suceso tuvo lugar entre los años
66 y 70 de nuestra era. El estanque se utilizó hasta la destrucción de
la Ciudad Santa en el año 70, y luego fue abandonado.

La colina del mal consejo es el lugar donde, de acuerdo a la


tradición, Caifás poseía una casa de campo. En las faldas de este
monte se encuentra un cementerio denominado Aceldama, o
“campo de sangre”; que fue donde Judas se ahorcó y fue sepultado.

La iglesia de San Pedro en Gallicantu (el gallo que canta),


pertenece a la orden católica de los Asuncionistas, y se eleva sobre
el antiguo palacio en que Jesús fue juzgado por Caifás y el sanedrín.

A comienzos de 2015 los arqueólogos anunciaron que habían


encontrado cerca de la Puerta de Gaffa en Jerusalén lo que sería el
Palacio de Herodes, el lugar donde tuvo lugar el juicio de Jesús. La
excavación de un antiguo y abandonado edificio cerca de la torre del
Museo de David que fue una prisión turca reveló este hallazgo.

En la ciudad costera de Cesarea, se conserva una inscripción de


piedra con el nombre del procurador romano Poncio Pilatos.

La entrada de Jesús en Jerusalén, montado en un burrito, animal de


bajo perfil, contrasta con la llegada pomposa de los reyes y
príncipes, en caballos, animal de sangre pura. El Mesías no hace un
ingreso a la Ciudad de David por la fuerza como lo hicieron los
generales o invasores paganos, sino que viene como un monarca de
paz, amor y justicia.

En el Vía Crucis el encuentro del Mesías con su Madre, con la


Verónica que le limpio el rostro, al igual que sus tres caídas;
corresponde a las tradiciones antiguas y no a los escritos de los
evangelios.

En el monte Calvario o Gólgota (la calavera), Jesús esta clavado en


la cruz desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde, que
es cuando muere por asfixia (Marcos 15,25.33).

En este sitio el emperador Constantino mandó a edificar dos


magníficas basílicas: la del lugar en que fueron halladas las tres
cruces y la de la resurrección, sobre el sepulcro del Salvador.

Según algunas tradiciones antiguas se creé que debajo de la cruz


del Mesías se encontraba la tumba de Adán; mientras que la de Eva
está localizada a las afueras de Bagdad (Irak).
El nombre de los dos ladrones Dimas y Gestas que acompañaron a
Cristo en la crucifixión, corresponden también a la Tradición y no a
la Biblia.

En Emaús se halla la basílica franciscana de La Fracción del Pan, que


ocupa el lugar de la casa de Cleofás y Simón (padre e hijo),
discípulos del Resucitado.

En el monte de los Olivos se observa la torre de la Ascensión del


Señor, de la iglesia rusa ortodoxa. La propiedad pertenece a los
musulmanes.

En la puerta de los leones o de San Esteban, la tradición asegura


que fue aquí donde el primer mártir del cristianismo fue apedreado.
Dentro de la ciudad vieja de Jerusalén está la iglesia y el monasterio
armenio de San Jacobo (Santiago), en su interior se conserva el
tradicional trono episcopal de este apóstol hijo de Zebedeo. También
es posible apreciar la celda donde fue decapitado por orden del rey
Herodes, y tres piedras traídas de los montes Sinaí, Tabor y del
Jordán, por el lugar donde los hebreos lo cruzaron. El lugar es la
residencia del patriarca de esta comunidad cristiana.

Algunas representaciones artísticas de la conversión de Saulo


camino a Damasco, lo muestran tumbado de un caballo. Aunque es
una posibilidad, la Biblia simplemente dice que él “cayó al suelo”
(Hechos 9,3-4).
El emperador Adriano en el siglo II hizo colocar dos grandes
estatuas de Júpiter y Venus en el Calvario y el Santo Sepulcro, que
duraron hasta la llegada de Santa Helena.

El número de la “Bestia” (666), mencionado en el libro de la


revelación (13,18), identifica el nombre en clave del emperador
romano Nerón César.

Los siguientes acontecimientos bíblicos no tienen referencia en la


Palabra de Dios:

 “Y vino (Jesús) y habitó en la ciudad que se llama Nazaret,


para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que
habría de ser llamado nazareno” (Mateo 2,23)... “Esto dijo
(Jesús), dando a entender con qué muerte había de glorificar a
Dios (Pedro)” (Juan 21,19).
 “En todo os he enseñado (dice Pablo) que, trabajando así, se
debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del
Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurados es dar que recibir”
(Hechos 20,35).
 Jesús resucitado se le apareció en primer lugar “a Cefas
(Pedro)…Después apareció a Santiago” (1 Corintios 15,5.7).
 “Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que
también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de
Laodicea la leáis también vosotros” (Colosenses 4,16).
 “Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo,
disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a
proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te
reprenda” (Judas 9).

Frases tales como: “Ayúdate que yo (Dios) te ayudaré” o “Entre mil


y mil el fin del mundo”, no aparecen en las Santas Escrituras.

En la isla griega de Patmos, cerca de la costa de Asia Menor, se


localiza un monasterio de monjes griegos ortodoxos edificado a
finales del siglo IX; Aquí en la pequeña capilla de Santa Ana, está la
gruta donde según la tradición Juan recibió las 16 visiones del
Apocalipsis.

En noviembre del 2005, cuando las autoridades israelíes quisieron


ampliar la prisión de Mejido, los presos encontraron en el piso dos
mosaicos con inscripciones en griego de una iglesia del siglo III, el
primer centro de culto cristiano desenterrado en Tierra Santa. Los
arqueólogos piensan que pudo tratarse de una edificación romana
convertida en iglesia en una fecha posterior. La opinión tradicional
es que los sitios de culto no empezaron a aparecer en la región
hasta después del edicto de Milán, por parte del emperador
Constantino en el año 313. Mejido, también conocida como
Armagedón, es el lugar donde el Apocalipsis dice que se librará la
máxima batalla entre el bien y el mal. En la antigüedad, fue
escenario de muchas batallas importantes y un cruce de caminos
para los viajeros.
DATOS IMPORTANTES SOBRE LA CONFORMACIÓN DE
LA BIBLIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Los escritores sagrados compusieron un texto largo y continuo


desde la primera hasta la última página, que inclusive no contaba
con signos de puntuación que guiaran al lector. Al parecer, la
primera división sistemática de una sección de la Biblia, surgió de la
necesidad que tuvieron los judíos de implementar un plan de lectura
organizado de la Ley (es decir de los libros del Génesis, Éxodo,
Levítico, Números y Deuteronomio) para sus reuniones en sus
sinagogas durante el día de reposo (o séptimo día). Así, alrededor
del año 586 a.C., la Ley fue dividida en 154 secciones llamadas
sedarim, que conducían a un plan de lectura de tres años. Unos
cincuenta años más tarde, la Ley se seccionó en 54 divisiones
llamadas perashiyyot, a fin de establecer un plan de lectura para
un año. Como complemento, se seleccionaron 54 trozos de los libros
de los profetas, a los que llamaron haftarot (o despedidas), porque
con su lectura se cerraban las funciones litúrgicas de la lectura de la
Biblia. (Ver Hechos 13:14-15 y 13:27). Lucas 4:16-30, narra que en
una sinagoga de Nazaret, Jesucristo leyó la haftará que
correspondía a ese día de reposo, y sorprendió a sus oyentes al
decirles: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.
Posteriormente, además de la Ley, también se dividieron en párrafos
los demás textos del Antiguo Testamento, y estos se indicaron por
dos letras del alfabeto hebreo. La letra ‘Pe’ indicaba la sección
abierta de un párrafo que se iniciaba en una nueva línea, mientras
que la letra ‘Samech’ indicaba la sección cerrada. Los ejemplares
más antiguos conocidos, como el Rollo del Mar Muerto de Isaías
(que data del año 150 a.C.), utilizan estas dos letras hebreas para
sus divisiones de párrafos. Sin embargo no se obtuvo uniformidad,
puesto que los judíos palestinos, se nos dice, tenían versos más
cortos que los judíos babilonios.
En el Nuevo Testamento encontramos una viva muestra de cómo se
citaron las porciones de la Biblia en los primeros siglos de la Era
Cristiana. Los escritores cristianos de los primeros siglos, usaron
esta misma manera para referirse a los textos del Antiguo y del
Nuevo Testamento. Estos se citaban haciendo referencia a un
evento, a un personaje, a un autor o a un libro, pero con poca
especificidad. Jesucristo se refirió a lo que hoy conocemos como el
capítulo 3 del Éxodo, llamándolo el pasaje de la zarza (Marcos
12:26, Lucas 20:37). El apóstol Pablo se refirió a lo que hoy
conocemos como 1. Reyes 19:14-18, diciendo que se trataba de un
pasaje de la historia de Elías (Romanos 11:2-4). Jesucristo se refirió
al Salmo 110:1, diciendo que eso fue dicho por David en el libro de
los Salmos (Marcos 12:36, Lucas 20:42). El apóstol Mateo se refirió
a lo que hoy se conoce como Isaías 53:4, diciendo que eso fue dicho
por el profeta Isaías (Mateo 8:17). Al parecer, la cita más específica
es aquella donde el apóstol Pablo dice: “como está escrito también
en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy”
(Hechos 13:33). [6] También hay referencias bastante generales
que simplemente dicen: “lo dicho por el profeta” (Mateo 1:22-23),
“escrito está en los profetas” (Juan 6:45), “como está escrito en la
ley del Señor” (Lucas 2:23), “para que se cumpliese la Escritura”
(Juan 19:24), “pues la Escritura dice” (Romanos 10:11), “la palabra
que está escrita” (1. Corintios 15:54), “contiene la Escritura” (1.
Pedro 2:8), etc.; o simplemente comenzaban a mencionar porciones
de la Biblia de corrido con el discurso que venían desarrollando (Por
ejemplo Hebreos 1:5-14).
Los primeros cristianos se reunían semanalmente para leer los libros
sagrados. Ellos siguieron el método judío de la lectura de la Ley y de
ciertas porciones de los profetas, pero también le agregaron la
lectura del Nuevo Testamento. Es por esto que en una época muy
temprana, resolvieron dividir los rollos del Nuevo Testamento en
secciones o capítulos que pudieran ser cómodamente leídos en sus
reuniones. [7] Parece que muchos copistas se sintieron en libertad
de insertar divisiones a su antojo. Tertuliano (150-222 d.C), escribió
a finales del segundo siglo, acerca de capítulos de diferentes libros
de la Biblia. Dionisio (190-264 d.C.) declaró que algunos habían
examinado el libro del Apocalipsis capítulo por capítulo.
A mediados del tercer siglo, Amonio de Alejandría completó una
armonía de los evangelios (de Mateo, Marcos, Lucas y Juan). Para
esto, tomó al evangelio de Mateo como su norma y lo comparó con
los otros evangelios. Así se dispuso a mostrar los pasajes que eran
comunes a los cuatro, los que eran comunes a tres, y así
sucesivamente. En el siglo cuarto, Eusebio de Cesarea (260-340
d.C.) mejoró el trabajo de Amonio, dividiendo a los evangelios en
secciones temáticas conocidas como kefalaia (tablas o cánones)
dándoles una numeración. Estas secciones fueron mucho más
pequeñas que las de nuestros capítulos actuales, ya que había 355
en Mateo, 234 en Marcos, 342 en Lucas y 231 en Juan. Dicha
división se adoptó en muchos manuscritos que contenían el texto en
latín y en griego (como por ejemplo el Códice Sinaítico). Hacia el
final del cuarto siglo, se añadió una nueva división llamada titloi
(títulos), que eran porciones de los evangelios con resúmenes
colocados en la parte superior o inferior de la página, y que a su vez
agrupaban a varias kefalaia. Había 68 titloien Mateo, 48 en
Marcos, 83 en Lucas y 18 en Juan. Los otros libros del Nuevo
Testamento fueron similarmente divididos, aunque no sabemos
exactamente cuándo. Aunque las divisiones anteriores fueron
bastante extendidas, esto no quiere decir que eran las únicas
existentes. Por ejemplo, el Códice Vaticano, del siglo cuatro d.C.,
incluye marcas en el margen que son divisiones en ‘capítulos’ (para
Mateo tiene 170 divisiones, que no son los 28 capítulos de la división
que usamos; para Marcos 62 divisiones).
Entre los siglos VI y X, el texto hebreo alcanza su forma definitiva.
Este trabajo fue obra de escribas judíos que la historia conoce con el
nombre de ‘masoretas’, de donde procede el nombre de Texto
Masorético. Los masoretas se dedicaron a recoger y poner por
escrito la ‘masora’, es decir, el conjunto de observaciones críticas
sobre el texto inspirado acumuladas durante siglos, muchas de ellas
transmitidas oralmente. Los masoretas introdujeron, además, todo
un complejo sistema para la pronunciación y comprensión correctas
del texto, cuyo valor a veces nos es desconocido: vocales, signos o
acentos musicales (que indican el tono recitativo con el que el texto
se tenía que leer), páusales (equivalentes a nuestros signos de
puntuación), tónicos (acento normal de la palabra) y otros signos
diacríticos. ] A partir del siglo VII, los masoretas subdividieron a los
antiguos perashiyyot (que permitían leer toda la Ley en un año) en
669 segmentos más pequeños llamados sidrim, a fin de facilitar la
ubicación de referencias. Para el siglo noveno, establecieron la
división de todo el texto del Antiguo Testamento en versículos y en
secciones (pisqah).
LA BIBLIA EN LA HISTORIA UNIVERSAL

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Ningún otro libro religioso en la historia de la humanidad, es tan


antiguo y completo como las Sagradas Escrituras, así por ejemplo:

 Hinduismo: Texto sagrado Vedas (la Sabiduría), colección de


himnos, siglo X a.C.
 Budismo: Texto sagrado Mantras (Herramienta para la
meditación), 2500 años atrás.
 Confusionismo: Colección de Clásicos, siglo V al III a.C.
 Taoísmo: Dos libros importantes escritos entre los siglos IV al
III a.C.
 Sintoísmo: Escritos sagrados compuestos hace 1200 años.
 Islamismo: Libro sagrado El Corán (Recitación), elaborado por
Mahoma entre los años 610 al 632 d.C.

A finales del siglo XIX, se descubrió el documento hebreo más


antiguo y relacionado con el Antiguo Testamento, el denominado
Códice Petropolitanus, del año 916 a.C.

Muchos estudiosos coinciden en que el Nuevo Testamento es el


texto mejor atestiguado de toda la literatura antigua. Hay papiros
copiados veinte o treinta años después de que fueran compuestos
por sus autores originales.

Un grupo de expertos de la Universidad evangelista de Acadia


(Canadá), encontró un fragmento de un papiro en una máscara de
momia egipcia del evangelio de San Marcos datado entre el año 80 y
el 90 después de Cristo. Los científicos creen que el papiro en el que
se escribió esta copia del evangelio de San Marcos habría sido
reciclado después por otras personas para elaborar la máscara
funeraria, una práctica común entre las clases humildes egipcias que
tenían que conformarse con papiro o lino, pegamento y pintura.

El papiro Rylands 457 (P-52), es un fragmento del Evangelio de


Juan. Se cree que fue escrito en griego en torno al año 125, solo
unas décadas después del original. Es el más antiguo manuscrito
neotestamentario hasta ahora conocido. Fue descubierto en Egipto
y publicado por primera vez en 1935. Este manuscrito se conserva
en la Biblioteca universitaria John Rylands, en Mánchester
(Inglaterra).

Al papa Benedicto XVI le regalaron en el año 2007 los papiros


Bodmer 14 y 15 (P-75), fechado entre el 175 y 225 d.C. El papiro
contiene cerca de la mitad de los Evangelios de Lucas y Juan, fue
escrito en Egipto y quizá utilizado como libro litúrgico, estaba
destinado a una pequeña comunidad parroquial de lengua griega
que leían el Evangelio durante la celebración eucarística. Para los
primeros cristianos los evangelios eran leídos como una sola unidad.
Entre otras cosas, en estos textos contienen un total de 144 páginas
y constituye el códice más antiguo con la oración del Padre Nuestro,
y la unión de dos textos de los Evangelios. Se conserva hoy en día
en la Biblioteca Apostólica Vaticana.

El papiro P-45, que se exhibe en la Biblioteca Chester, ubicada en


Dublín (Irlanda); probablemente data de mediados del siglo III D.
C.; Contiene la mayor parte de los cuatro Evangelios y gran parte
del libro de los Hechos de los Apóstoles, san Pablo y el Apocalipsis
en un solo volumen. Es el primer códice que contiene los cuatro
evangelios aunque en otro orden: Mateo, Juan, Lucas y Marcos.

El Papiro P-66, hacia el año 200, contiene casi completo el


Evangelio de Juan. Forma parte de la colección de los papiros
Bodmer que se conservan en la Biblioteca Bodmeriana, en Cologny
(Ginebra, Suiza).

El P-4 o Papiro de París, son fragmentos del Evangelio de Lucas,


datado en el siglo III. El documento, se conserva en la Biblioteca
Nacional de Francia.

El P-72, del siglo III, ofrece el texto de las cartas de Judas al igual
que 1 y 2 de Pedro, que en aquel entonces todavía no había
obtenido una ubicación segura en la lista de los libros canónicos.

El P-75, que es datado hacia el 200, es la más antigua copia hallada


del texto de Lucas y una de las primeras de Juan. El texto es muy
parecido al del Códice B, el cual hace legar esta forma textual al
siglo II.

La “Doctrina de los Doce Apóstoles”, el catecismo más antiguo


que se conoce (del siglo I), escrito probablemente en Siria, tiene
referencias de los cuatro evangelios.

La llamada “Carta de San Bernabé”, de autor desconocido, escrita


en Alejandría a fines del siglo I, cita claramente al evangelio de San
Mateo y San Marcos. Alude también a san Lucas y presenta palabras
e ideas del de San Juan.

Los libros “apócrifos” y “gnósticos”, de origen griego, son textos


escritos posteriormente a los libros bíblicos canónicos (siglo II en
adelante); tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Tienen
temas relacionados con la historia sagrada, pero su procedencia es
de dudosa aceptación. Ambos grupos de libros fueron rechazados en
los canones de los textos bíblicos de los primeros concilios de la
Iglesia Católica.

San Ignacio de Antioquia quien murió mártir en el Circo Máximo de


Roma hacia el 117. Dejó siete cartas a diversas iglesias de Asia
Menor inspiradas en los evangelios de Mateo y Lucas.

El evangelio de San Juan llegó a Egipto en el año 125, y a partir del


175, ya circulaban copias por Cartago, Esmirna y Lyon.

En el año 130 d.C.; San Papías (discípulo del apóstol Juan), escribió
la obra “Explicaciones de los dichos del Señor”, considerada
como la primera exégesis (explicación bíblica) de los Evangelios.

El nombre más antiguo con que se llamó a los Evangelios fue el de


“Memorias de los Apóstoles”. Así lo describía San Justino Mártir
en la segunda mitad del siglo II.

Entre los años 160 al 175, Taciano, discípulo de San Justino Mártir;
compuso su obra “El Diatesarón” (término griego que significa “a
través de los cuatro”), un relato de la vida de N. S. Jesucristo
compuesto a partir de los cuatro evangelios, y al parecer fue escrito
en griego o siríaco. De esta obra San Efrén de Siria (310-373),
escribió un comentario sobre esta obra.

El Canon de Muratori, refleja el canon de la Iglesia de Roma hacia


el año 170 d.C. sostiene el carácter normativo de los cuatro
evangelios, los Hechos de los Apóstoles, trece cartas paulinas, otras
trece cartas apostólicas (Judas 1 y 2 Juan) y el Apocalipsis.

Hacia el final del siglo II circulaba una versión latina de la Biblia por
África del norte, conocida como La Vetus Latina Hispana, llamada
también norteafricana, de la cual se conservan algunos fragmentos.
Tertuliano, Cipriano y Agustín emplearon textos africanos. El AT no
había sido traducido directamente del hebreo, sino de la versión del
griego de los setenta.

En los dos primeros siglos del cristianismo se posee poco más de


una decena de manuscritos de los cuatro evangelios canónicos, y
únicamente cuatro de evangelios apócrifos: del evangelio de Tomás,
del llamado Egerton Gospel (un evangelio desconocido que sólo se
conoce por este manuscrito), y de otros dos que algunos atribuyen
al evangelio de Pedro.

Los padres apostólicos proporcionaban la prueba de que al inicio del


siglo II las grandes iglesias poseían una colección de los libros
designados con el término de evangelios: Hacia el 140, Papías,
obispo de Hierápolis, conocía Marcos y Mateo. Justino (hacia el 150)
pone los evangelios en el mismo plano que las Escrituras hebreas:
“En el día llamado del sol nos reunimos en un mismo lugar, de la
ciudad y del campo, y se hace la lectura de las Memorias de los
apóstoles (Evangelios) y de los escritos de los profetas, hasta que el
tiempo lo permite”.

A comienzo del siglo III, trece Cartas de Pablo (Corpus paulinum)


eran aceptadas en Grecia, Asia Menor e Italia.

La obra Sobre Daniel de Hipólito de Roma, es el comentario cristiano


más antiguo sobre un escrito veterotestamentario. Fue redactado
entre los años 200 al 204.

En Antioquia el sacerdote Luciano (+212), hizo una revisión crítica


del Antiguo Testamento de la versión de los “Setenta”.
San Cipriano escribió su libro Testimonia, que data del 248/49, y
es una colección de textos bíblicos donde hace una lectura
cristológica del Antiguo Testamento, y cita algunos dichos de Jesús
de los Evangelios.

Los llamados Padres Apostólicos y los Padres de la Iglesia (siglos II


al VII), como fueron: Orígenes, Tertuliano, San Gregorio
Taumaturgo, San Cirilo de Alejandría, San Juan Crisóstomo, San
Ambrosio de Milán, San Isidoro de Sevilla entre muchos otros; todos
ellos hicieron comentarios exegéticos y teológicos de los libros
Veterotestamentarios y neotestamentarios.

La lectura orante de la Biblia se remonta a los primeros cristianos. El


primero en utilizar la expresión “Lectio Divina” (Lectura Divina),
fue Orígenes (185-254), teólogo, quien afirmaba que para leer Las
Santas Escrituras con provecho, es necesario hacerlo con atención,
constancia y oración.

El mismo apologista Orígenes aseguraba que los cristianos del siglo


III, usaban la versión de los libros del Antiguo Testamento llamada
de Los Setenta, aunque algunos judíos no lo aceptaban.

Para finales del siglo III, entre los cristianos circulaban Evangelios
de bolsillo escritos en pergamino.

Eusebio de Cesarea (hacia el año 300) relaciona los libros


testamentarios (endiathekos), habla de omologoumena (libros
aceptados por todos), antilegomena (discutidos) y notha (falsos).
Este mismo historiador de la Iglesia, crea las tablas marginales, o
cánones eusebianos, que son un conjunto de tablas o sistema de
referencia cruzadas que indican qué pasajes de cada Evangelio son
comunes a otros Evangelios.
En el amanecer del día 23 de febrero del 303, el emperador romano
Diocleciano observó como sus soldados derribaban las puertas de
una iglesia y quemaban las copias de las Escrituras. Convencido de
que podía eliminar el cristianismo destruyendo sus libros sagrados,
decretó al día siguiente la quema pública de Biblias por todo el
imperio. Este hecho fue conocido como “la Gran Persecución”. No
obstante, algunas se salvaron, y de estas se hicieron
reproducciones.

Tres meses después del primer edicto de Diocleciano, el gobernador


de Cirta (ciudad del norte de África conocida hoy como Constantina)
ordenó a los cristianos que entregaran todos sus “escritos de la ley”
y sus “copias de las Escrituras”. Existen testimonios sobre cristianos
que prefirieron la tortura y el martirio antes de entregar sus Biblias
para que las destruyeran.
La versión llamada Itala, tiene su origen cuando los latinos de
Italia, estimando que la lengua de las versiones norteafricanas no
tenía la suficiente pureza, y revisaron los textos en el siglo IV.

San Atanasio (351) fue el primero que distinguió entre los libros
canónicos y apócrifos, y en el 367. En la Carta festal 39, después de
haber enumerado los textos del Antiguo y Nuevo Testamento, los
llama “libros incluidos en el canos (kanonizomena)” y acreditados
como divinos” y los contrapone a los “libros apócrifos (apokrifa)”,
que los herejes mezclan con las Escrituras divinamente inspiradas.
Ya el año 369 da la lista definitiva de los 27 libros del Nuevo
Testamento.

La totalidad de los libros aceptados como de inspiración divina tanto


del Antiguo como el Nuevo Testamento, se reconocieron en el
Sínodo de Roma (382), y ratificados en los Concilios de Hipona
(393), de Cartago (397) y de Trento (1546).
Ticonio (+390), autor de Liber regularum (Libro de las reglas), es
un tratado de hermenéutica bíblica que presenta siete reglas para
abrir los tesoros de la Verdad de la Escritura.

En el 405 el papa Inocencio I le envió al obispo de Tolosa, Esuperio,


una carta (Consulenti tibi, EB21) en la cual ofrece tanto para el
Antiguo como para el Nuevo Testamento, un canon idéntico al de
Hipona.

En la actualidad no hay ningún manuscrito original de los textos


bíblicos, pero si se conservan unos seis mil manuscritos del Antiguo
Testamento y unos cinco mil del Nuevo Testamento.

Existen más de 3000 códices (del latín “codex”, que significa “libro
manuscrito”) en pergaminos que contienen copias de casi todos los
libros de la Biblia; entre los más importantes tenemos:

 El Códice Vaticano del siglo IV, y se guarda en la Biblioteca


del Vaticano. Posee el Antiguo Testamento en la traducción
griega de los LXX (faltando algunos fragmentos del libro del
Génesis y Salmos) y el Nuevo Testamento (con algunas
excepciones). Es considerado el códice más antiguo. Es muy
probable que su origen haya sido Egipto. Es considerado por
muchos críticos como uno de los mejores en su género.
 El Códice Sinaítico de la segunda mitad siglo IV, muy
probablemente en Egipto. Contiene todo el Nuevo Testamento.
Original del monasterio ortodoxo de Santa Catalina en el monte
Sinaí. Se conservan 43 folios en Lepzing (Alemania), 347 en el
Museo Británico de Londres y fragmentos de otros tres folios
en San Petersburgo (Rusia).
 El Códice Alejandrino hacia final del siglo IV, así llamado
porque originalmente se encontraba en Alejandría (Egipto).
Abarca el Antiguo y Nuevo Testamento (con lagunas). Se halla
en el Museo Británico de Londres.
 El Códice de Efrén data del siglo V, y se exhibe en la
Biblioteca Nacional de París. Comprende tanto el Antiguo como
el Nuevo Testamento pero no de modo completo.
 El Códice Occidental también llamado Códice de Beza. Se
conserva en la Biblioteca de Cambridge y fue redactado en el
siglo V probablemente en Francia. Sólo presenta los evangelios
y los Hechos de los Apóstoles. El texto es bilingüe: griego en la
columna derecha y latín en la izquierda. Es muy importante
bajo el aspecto crítico, porque especialmente el libro de
Hechos, en varios puntos presenta un texto diferente al de los
otros códices más importantes.

En el museo del “Templo de Libro” en Jerusalén, se conservan gran


parte de los rollos de la comunidad esenia del Mar Muerto, que
comprenden del 200 a.C. al 200 d.C.

Los cristianos de la Iglesia Primitiva tenían la antigua costumbre de


colgar del cuello una tablilla con un escrito de los evangelios.

Al parecer circulaban Biblias completas en griego desde el siglo IV o


V.

Para principios del siglo V, en todo el Norte de Mesopotamia se


usaba una tradución de la Biblia en síriaco. Es probable que se
realizara entre los siglos II y III, Tenía todos los libros de las Santas
Escrituras menos 2 de Pedro, 2 y 3 de Juan, Judas y Apocalipsis
porque la iglesia siria no los admitía. Esta versión se conoce como la
Peshitta, que significa “simple” o “clara”.

La Vulgata (que significa “divulgada” “popular” o “común”) fue la


primera versión latina autorizada de la Biblia de los textos originales
del hebreo, arameo y griego, desplazando a la Vetus Latina (o
antigua versión latina). Fue hecha por San Jerónimo a petición del
papa San Dámaso, en la misma cueva de Belén donde nació el
Salvador del mundo. El santo tardó cerca de quince años en su
elaboración (390-405).

San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (+407), afirmó


que los evangelios ya se habían traducido a los idiomas de Siria,
Egipto, India, Persia; Etiopía y muchos otros lugares.

El abad Flavio Aurelio Casiodoro (siglo V), comisionó a los copistas


del monasterio de Vivarium (Calabria), la preparación de al menos
tres ediciones distintas de la Biblia en latín. Una incluía el texto de la
Latina Antigua, de finales del siglo II. La segunda, con la Vulgata
latina, y la tercera, el Códice Mayor. Las dos últimas ediciones
reunieron todos los libros de las Sagradas escrituras en un solo
volumen a las que se llamaron Pandectas. La única copia que queda
es un enorme manuscrito llamado Códice Amaniatino. Es la Biblia
latina completa en un solo tomo más antiguo que existe, y se
conserva en la Biblioteca Laurenziana de Florencia (Italia).

La obra “De Doctrina Christiana”, terminada en el año 426, por el


obispo de Hipona, San Agustín; donde el estudio de las Sagradas
Escrituras se constituye en el fundamento de una verdadera cultura
cristiana.
En este mismo siglo, se incorporaron los mosaicos con pasajes
bíblicos en las iglesias, para educar a los feligreses. Siglos después,
ocurrió lo mismo con los vitrales de las grandes catedrales
medievales.

Al papa San Gelasio (492), en el llamado “Decreto Gelasiano” se le


atribuye la lista “De libris recipiendis et non reicipiendis”
(Libros aprobados y no aprobados), con referente a los llamados
“evangelios apócrifos”, distinguiendo los que eran considerados
claramente como “heréticos” o contrarios a la doctrina católica.
La versión siro-palestina del AT y del NT data probablemente de
fines del siglo V o de inicios del VI. La mayor parte de los
manuscritos existentes han llegado en forma de leccionarios.

Alrededor del 508 se hizo una revisión de la Peshitta y se


incluyeron los cinco libros que le faltaban. Esta nueva versión llegó a
conocerse como la Filoxeniana, ya que fue hecha por Filoxeno,
obispo de Hierápolis (Siria oriental) tradujo el NT entero al siríaco.
En el año 616, Tomás de Heracles revisó esta versión
confrontándola con algunos manuscritos griegos de Alejandría. La
versión heracliana es sumamente literal.

La triple regla monástica de los santos: Pacomio, Agustín, Basilio y


Benito incluía la lectura de la Biblia, el trabajo manual y la liturgia.

A partir del siglo VI, los monjes benedictinos en sus monasterios,


empezaron a transcribir en pergaminos y libros los textos bíblicos.

En el siglo VII, el papa San Gregorio Magno, escribió su libro


“Consejos a los Sacerdotes”, donde hacía explicaciones a las
parábolas de los evangelios.

En el siglo VIII, el historiador católico inglés San Beda, tradujo al


sajón las Sagradas Escrituras.

En este mismo tiempo en la República de Irlanda aparece el Libro


de Kells, famoso manuscrito que contiene los cuatro Evangelios en
latín antiguo, y es una verdadera obra de arte por sus diseños, el
manejo del color y la decoración; se gastaron en su elaboración 170
pieles de ternero. Se exhibe en la actualidad en la biblioteca de la
universidad Trinity Collage.

En los siglos VIII y IX, eruditos como Alcuino y Teodulfo corrigieron


errores lingüísticos y textuales de la Vulgata Latina.
En el año 863, los santos hermanos Cirilo y Metodio en su viaje
misionero a Moravia (República Checa), comenzaron a traducir la
Biblia al eslavo antiguo.
En Zorno en el año 900, apareció un diccionario bíblico
francés; su objetivo era ayudar a los fieles laicos a entender la Biblia
en latín.

En La Edad Media en las puertas de las iglesias, se colgaba de una


cadena una Biblia para ser leída por los feligreses.

En esta misma época en Europa se hacen famosas las


representaciones teatrales en las plazas públicas, de escenas
sacadas de las Sagradas Escrituras.

La basílica de San Marcos en Venecia y Monreale es un claro


ejemplo de las representaciones sagradas que se tenían en las
criptas de los templos, también en los cantos litúrgicos.

En la catedral del León (España), se conserva una versión de los


evangelios al árabe realizada a mediados del siglo X. Aunque al
parecer un obispo sevillano del siglo VIII llamado Juan tradujo la
Biblia completa a dicho idioma. Lamentablemente la mayoría de
estas traducciones se han perdido.

El famoso Códice de Leningrado, que data del año 1008, es la


copia completa más antigua del mundo del Antiguo Testamento, se
conserva en la biblioteca Nacional de Rusia.

La Biblia de Ripoll, se encuentra en la Biblioteca del Vaticano, y


fue producida cerca del año 1020. Es una de las biblias medievales
más bellamente ilustrada.
Alrededor del año 1150, el abad cartujo, Guido, apodado el Ángel;
escribió en latín su obra “la Escala de los Claustros”, donde
expuso los cuatro fundamentos de la vida monástica: La lectura de
la Santa Biblia, la meditación, la oración y la contemplación. “Esa es
la escalera por la cual los monjes suben desde la tierra hasta el
cielo”, afirmaba.

En el año 1220, Esteban Langton, futuro arzobispo de Canterbury


(Inglaterra), dividió la Biblia en capítulos. Fue tal su importancia,
que fue aceptada por los judíos para su Biblia hebrea. En 1525
Jacob Ben Jayim publicó una Biblia rabínica en Venecia con esta
característica.

La Biblia en lengua española más antigua es la “Alfonsina”,


compuesta por el rey Alfonso X el sabio (1221- 1284), fue traducida
de la Vulgata Latina.

La Biblia de los pobres, fue un libro ilustrado (hacia 1300),


conformado por cincuenta tablas en las cuales estaban
representados los acontecimientos más importantes del Nuevo
Testamento hasta el juicio universal, y debajo, dos imágenes de
profetas con profecías referidas al acontecimiento representado.

En el siglo XIII se realizaron las primeras traducciones de libros


bíblicos del latín al italiano. Ya en el siglo XIV, fue posible disponer
de casi toda la Biblia en el lenguaje común de la gente.

A principios del siglo XIV, el franciscano Nicolás de Lyra, efectuó una


nueva y definitiva glosa (comentarios sobre la base de antiguas
interpretaciones de los manuscritos sagrados) de la Biblia. La obra
se presentó oficialmente al papa Juan XXII en 1331. Su tratado
estaba destinado más al ámbito teológico que pastoral.
La Biblia de Alba, fue la primera traducción al español castizo
(puro), realizada en el siglo XV. Esto demuestra que el pueblo
español conocía las Sagradas Escrituras mucho mejor que el pueblo
alemán antes de Martín Lutero.

En el siglo XVI, Santo Tomás Moro afirmaba que antes de los


tiempos del reformador Wiclef, existía en Inglaterra una versión de
la Palabra de Dios que “era leída con devoción por la gente del
común”.

En las escuelas del renacimiento carolingio el libro del texto es la


Biblia y se le hicieron notas marginales e interlineales al texto
sagrado: las glosas, una especie de comentarios del mismo.

Antes de Martín Lutero con la reforma protestante, existían 56


ediciones de la Biblia en un promedio de 33 idiomas. Así por
ejemplo: entre los años 1450 y 1500 se imprimieron en Alemania en
lengua vulgar 15 ediciones, y en Italia otras 10 ediciones; sin contar
las realizadas en otras lenguas.

La primera Biblia impresa en la historia fue la Vulgata Latina, por el


alemán Johannes Gutenberg en el año 1455. Este ejemplar conocido
también como la Biblia de 42 líneas, se encuentra hoy en la
Biblioteca Apostólica Vaticana.

El primer tomo de las Santas Escrituras que se imprimió en italiano


fue en Venecia en 1471, echa por el monje camandulense Nicoló
Malerbi. Su traducción alcanzó una amplia distribución.

En el año 1517, el cardenal español Jiménez de Cisneros con la


colaboración de griegos y judíos conversos, publicó en seis
volúmenes la Biblia “Políglota Complutense”, con el texto en
hebreo, arameo y griego acompañada de una versión interlinear de
la Vulgata latina; además de un diccionario para el estudio de la
escritura y la gramática de los tres idiomas originales.

En 1528, el dominico italiano Santos Pagnino, dividió en versículos el


Antiguo Testamento. Para el Nuevo Testamento fue el francés
Robert Estiene en 1551.

En el año de 1537, el teólogo católico Johann Eck, antiguo


adversario de Lutero, publica una Biblia en alemán por pedido del
duque de Baviera.

En el 1553, los judíos españoles residentes en Italia publicaron la


Biblia traducida “palabra por palabra”, en dos ediciones, la una
dedicada a los judíos y la otra a los católicos. Del lugar de su
impresión lleva el nombre de Biblia de Génova.

En 1559, el papa Pablo IV, en su Índice de Libros Prohibidos,


proscribió la impresión o posesión de Biblias vernáculas sin la
autorización del Santo Oficio.

Sixto de Siena (+1569) introdujo en la Iglesia Cristiana Católica la


terminología de “protocanónicos” y “deuterocanónicos”.
Entendiendo por los primeros aquellos libros aceptados por la iglesia
sin ninguna discusión, en cambio, los segundos son los textos sobre
cuya autenticidad se discutió en algunas iglesias, antes de que
fueran definitivamente acogidos en la lista de los libros inspirados
por Dios.

En 1582, aparece la primera traducción en inglés, autorizada por la


Iglesia de Roma, del Nuevo Testamento impresa en Reims, Francia.
En 1592 se editó una nueva revisión de la Vulgata Latina bajo el
papa Clemente VIII. Esta edición conocida como Sixto-Clementina,
fue la traducción oficial de la Iglesia Católica durante un tiempo
considerable. Aparece por primera vez las Sagradas Escrituras ya
definitivamente dividida en capítulos y versículos.

El rey Luis XIII (1610-1643) autorizó en Francia a Jacques Corbin a


que tradujera la Biblia al francés para contrarrestar la obra de los
protestantes.
Los comentarios bíblicos de teología moral tuvieron su máximo
representante con Cornelio Lapide (+1637).
Un monje benedictino llamado Bernard de Montfaucon (1655-1741)
puso el fundamento para el estudio sistemático de los manuscritos
griegos del Nuevo Testamento.

El sacerdote italiano Ludovico Marracci, de los Clérigos de la Madre


de Dios, tradujo la Biblia al árabe en 1668.

En 1678 aparece la Historia crítica del Viejo Testamento, de


Richard Simon, sacerdote del Oratorio, pionero de la exégesis
moderna.

El religioso agustino alemán Leonardo Coffine, publicó en el año


1687 un libro que contenía la explicación de los evangelios
dominicales.

El método histórico crítico comenzó a ser aplicado a los textos


bíblicos por el oratoriano Richard Simon (+1712). Después de esto
durante los siglos XVIII al XIX, ciertos eruditos protestantes
desarrollaron una nueva fórmula de estudiar la Biblia conocida como
la “alta crítica” (o “el método histórico-crítico”). Sus exponentes
enseñaban que gran parte de la Escritura Sagrada se componía de
leyenda y mito.
Antonio Martini, quien más tarde llegó a ser arzobispo de Florencia
(Italia), se dispuso a traducir la Vulgata Latina. La primera parte
se publicó en 1769, y toda la obra se completó en 1781. Esta
edición fue digna de una mención especial por los biblistas católicos
italianos.

El padre Felipe Scío, escolapio, público la traducción de la Biblia al


español hecha de la Sixto Clementina (Valencia 1791- 1793).
Don Félix Torres Amat, canónigo de Barcelona, dio a la luz otra
nueva versión de la Vulgata latina, hoy muy difundida en Madrid
(1823- 1825).

En el año 1892 el papa León XIII creó la escuela bíblica de


Jerusalén, bajo la dirección de la orden de los dominicos; quienes se
encargan de las excavaciones arqueológicas en Tierra Santa.

En 1897, el mismo papa reafirmó que quedaban “prohibidas todas


las versiones de los Libros Bíblicos elaboradas por escritores no
católicos en cualquier lengua vulgar, en particular las editadas por
Las Sociedad Bíblicas”, ente protestante.

La versión de Augustin Crampon, publicada originalmente en siete


volúmenes (1894-1904), y luego en uno solo (1904), fue la primera
versión católica en francés de las Sagradas Escrituras con base en
los textos originales, que incluían múltiples notas eruditas.

En el año 1907, el papa San Pío X dio origen al instituto pontificio


bíblico a cargo de los jesuitas, para perfeccionar las traducciones de
las Sagradas Escrituras.

En 1943, el Sumo Pontífice Pío XII, a través de su encíclica “Divino


Afflante Spiritu”, dictó las reglas para traducir la Biblia a las
lenguas vernáculas.

En todo el siglo XX, salieron diferentes ediciones católicas de las


Sagradas Escrituras; como la de los dominicos Eloíno Nácar (A.T.), y
Alberto Colugna (N.T.), y la de La Biblioteca de Autores Cristianos
(BAC), ambas de 1944. La Bover-Cantera, prestigiosa por su rigor
crítico de 1947. La vasca del Padre Olaide (Bilbao, 1958). La Biblia
de Ediciones Paulinas (1961, revisada en 1988), se distingue por su
calidad literaria. La Biblia de Jerusalén (1966), publicada primero en
francés y luego sirvió de base para traducirla a otros idiomas. Una
verdadera Biblia de estudio es la los monjes benedictinos de
Montserrat (Andorra 1969-1970), provista de glosas técnicas y
eruditas. La Biblia de América, editada por la Casa Bíblica Católica
en 1986. La Biblia Latinoamericana (edición de 1989). La Biblia
Didáctica (1995). La Nova Vulgata (1979).

En 1963, fue fundada la Fraternidad Misionera Verbum Dei, por el


sacerdote Jaime Bonet en Mallorca (España). Su compromiso es la
oración y la predicación de la Palabra de Dios en 36 países, entre
hombres y mujeres consagrados, y matrimonios.

El 18 de noviembre de 1965, se promulgó la constitución dogmática


del Concilio Vaticano II (1962-1965), sobre la Revelación Divina
“Dei Verbum”. Con este documento la Iglesia Católica dio apoyo a
“las traducciones exactas y adaptadas en diversas lenguas, sobre
todo partiendo de los textos originales”. Un poco antes, en 1958, el
Pontificio Instituto Bíblico había publicado la Santa Biblia en varios
idiomas, incluyendo el español.

La Federación Bíblica Católica, es una organización internacional


creada por el Papa Pablo VI, después del Concilio Vaticano II.
Cuenta con 300 instituciones afiliadas en 127 países, y tiene por
objetivo promover la pastoral bíblica católica a nivel mundial.

La teóloga católica alemana Eleonore Beck, es la autora de la


célebre Biblia del Niño “Dios Habla a sus Hijos”. Sus ejemplares
superan los 40 millones en 141 idiomas, distribuidas en 115 países.
La primera de estas Biblias en lengua española es del año 1979.
Según cifras publicadas por Las Sociedades Bíblicas Unidas, las
Sagradas Escrituras están disponibles completa o en partes en más
de 2400 idiomas, frente a las 6500 lenguas que se hablan en el
planeta.

Actualmente, más del 90% de la humanidad tiene acceso a como


mínimo, una porción de la Biblia en su idioma nativo.

Es la colección de Libros que más ha influido en la historia de la


humanidad, de Ella se han hecho obras artísticas, literarias y
musicales.

En octubre de 2003, se realizó la Feria Internacional del Libro


Cristiano, en Madras (India); allí se exhibió la Biblia más extensa del
Mundo y el ejemplar más grande (siete kilos), impresa en Filadelfia
(EEUU) en el año 1884.

La abadía benedictina de Saint John’s Abbey en Minesota (EEUU),


lanzó en mayo del 2004, una edición de siete volúmenes bíblicos
realizados con técnicas medievales y con avances tecnológicos de
última generación.

Por primera vez, un equipo de investigadores de Palestina ha


descubierto un versículo del Nuevo Testamento (Lucas 2,25);
inscrito en la llamada tumba de Absalón. Lo sobresaliente del
hallazgo es que la inscripción de textos bíblicos en lápidas no se hizo
común sino hasta el año 1000 de nuestra era.

Enero de 2005, el español Rafael García Ramos publicó el libro


“Autobiografía de Jesucristo”, donde pone en orden cronológico los
relatos de los cuatro evangelios. La obra cuenta con el visto bueno
del cardenal de Sevilla, Bueno Monreal, y puede ser consultado en
www.hijodedios.com
Septiembre de 2005, el libro de los Salmos, atribuido al rey David,
ha sido incorporado a los servicios que ofrece una empresa de
teléfonos celulares en Israel. Se trata de un texto sagrado que los
observantes judíos suelen llevar consigo.

Septiembre de 2006, en Boston (EEUU), salió al mercado los


“muñecos santos”, que citan versículos de la Biblia para inculcar a
los niños “un mensaje de amor y esperanza”. Los muñecos tienen
las figuras de Jesús, Moisés y la reina Esther.

Diciembre de 2007, un equipo de científicos israelíes anunció la


creación de la Biblia más pequeña del mundo, condensado una
versión hebrea del libro sagrado (Antiguo Testamento) en un chip
de silicona recubierto de oro, más pequeño que la cabeza de un
alfiler.

Febrero de 2008, Benedicto XVI recibe la Biblia Latinoamericana de


la Lectio Divina, con una breve motivación y una ficha de
ejercicios para cada texto del Libro Sagrado.

Noviembre de 2011, el papa Benedicto XVI presenta en la Sala de


Prensa de la Santa Sede la exhortación apostólica "Verbum
Domini", sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la
Iglesia. Este documento es fruto del Sínodo de Obispos realizado del
5 al 26 de octubre de 2008.

Noviembre de 2013 - La Federación Bíblica Católica y las Sociedades


Bíblicas Unidas entregaron al papa Francisco un ejemplar de la
“Biblia Católica de la Familia”, que ha sido editada por la editorial
Verbo Divino en colaboración con el Center for Ministry
Development. La  obra contiene introducciones a cada libro de la
Biblia para facilitar su comprensión global, más de 600 artículos
realizados por un equipo de pastoralistas hispanos y estudiosos de
las Escrituras, laicos y religiosos, ilustraciones que ayudan a la
reflexión y facilitan la interiorización de los pasajes más
representativos, y prácticos preliminares y apéndices con una guía
para leer la Biblia como familia, índices temáticos, planes de lectura,
lecturas del Leccionario, oraciones católicas tradicionales, grandes
relatos de la Biblia, mapas, etc.

Agosto de 2014 - Por primera vez en tres mil años se ilustra toda la
Biblia Católica en su texto entero, libro por libro, capítulo a capítulo
y fragmento a fragmento con más de 40 mil ilustraciones.

LA BIBLIA: EL LIBRO DE INTERPRETACIÓN DIVINA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: Siempre se ha dicho que la persona que lee la


Biblia se vuelve loca. Ciertamente la lectura de este Libro Sagrado
no es fácil. Ahora bien, los católicos debemos de estar seguros que
la Palabra de Dios es verdadera (Juan 17,17); “permanece para
siempre” (Isaías 40,8; Baruc 4,1; 1 Pedro 1,25); el leer sus páginas
trae una bienaventuranza (Apocalipsis 1,3). Por esta razón, la Iglesia
Católica recurre a dos ciencias llamadas “EXÉGESIS” (Del griego
exégesis, explicación) y “HERMENEÚTICA” (Del griego
hermeutikós, interpretar), para darle la correcta enseñanza de
cada texto (Véase al respecto 1 Corintios 4,1; 2 Pedro 1,19-21; 2
Pedro 3,15-16).

I. LA BIBLIA Y EL PUEBLO JUDÍO

El pueblo de Dios de la “Antigua Alianza”, recurría a la Torá para


entender los designios de Yahvé, bajo la conducción de personas
versadas en las Santas Escrituras, como sucedió con Moisés durante
la travesía en el desierto del Sinaí, cuando “tomó el libro del pacto y
se lo leyó al pueblo, y ellos dijeron: -Pondremos toda nuestra
atención en hacer lo que el Señor ha ordenado. Entonces Moisés
tomo la sangre y, rociándola sobre la gente, dijo: -Esta es la sangre
que confirma el pacto que el Señor ha hecho con ustedes, sobre la
base de todas estas palabras” (Éxodo 24,7-8).

Desde que Josué fue nombrado líder, tenía la Palabra de Dios por
escrito. Se le dijo que debía leerla en voz baja “día y noche”, para
obedecer cuidadosamente todo lo que estaba escrito en ella (Josué
1,8).

Los reyes de Israel tenían la obligación de leer la ley todos los días,
hacer una copia de ella y cumplir todas sus palabras y normas
(Deuteronomio 17,18-20).

Al principio del reinado de Jeshosafat, éste envió a un grupo de


príncipes, levitas y sacerdotes a todas las ciudades de Judá para que
enseñaran a la nación la ley de Yahvé. La campaña bíblica fue tan
efectiva que incluso algunas personas de los países vecinos llegaron
a conocer a Dios (2 Crónicas 17,3-10).
Cuando el monarca Josías encontró la Ley de Moisés, su secretario
comenzó a leerla, “inmediatamente rasgó sus prendas de vestir”, y
siguiendo la guía de la Santa Palabra inició una campaña intensa
contra la idolatría e hizo preparativos para celebrar la Pascua como
nunca se había hecho antes (2 Reyes 22,11; 23,1-23).

Dios mandó al profeta Jeremías que escribiera en un rollo un


mensaje en el que condenaba la conducta de los habitantes de la
antigua Judea y les advertía que su ciudad capital, Jerusalén, sería
destruida si no se volvía de su mal camino. Baruc, el secretario de
Jeremías, entró en el templo de Jerusalén y leyó en voz alta el
decreto divino. Después hizo lo mismo en presencia de los príncipes
del reino, quienes llevaron el rollo al rey Jehoiaquim. El monarca
enfurecido rasgó en pedazos el rollo y lo arrojó al fuego (Jeremías
36,1-23).

Cuando los israelitas habían regresado de la cautividad en Babilonia,


el sacerdote Esdras y los levitas “leían en voz alta el libro de la ley
de Dios, y lo traducían para que se entendiera claramente la lectura.
Y como todo el pueblo lloraba al oír los términos de la ley, tanto el
gobernador Nehemías como el maestro y sacerdote Esdras, y los
levitas que explicaban la ley al pueblo, dijeron a todos que no se
pusieran tristes ni lloraran, porque aquel día estaba dedicado al
Señor, su Dios” (Nehemías 8,8-9).

II. JESÚS: LA REVELACIÓN COMPLETA

Jesucristo es la “Palabra” de Dios que se hace carne (Juan 1,1; 1


Juan 1,1), quien tiene el poder de darle la auténtica interpretación
de la verdad revelada. Ya en su vida pública fueron muchas las
ocasiones en que tuvo la oportunidad de instruir a los hombres, así
por ejemplo:
 “Había un fariseo llamado Nicodemo, que era un hombre
importante entre los judíos. Este fue de noche a visitar a Jesús,
y le dijo: -Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a
enseñarnos, porque nadie podría hacer los milagros que tú
haces, si Dios no estuviera con él” (Juan 3,1-2).

 “Uno de los jefes (de los judíos) le preguntó a Jesús: Buen


Maestro, ¿Qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? Jesús
le contestó: -¿Por qué me llamas bueno? Bueno solamente hay
uno: Dios. Ya sabes los mandamientos: ‘No cometas adulterio,
no mates, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie, y
honra a tu padre y a tu madre.’ El hombre le dijo: -Todo eso lo
he cumplido desde joven. Al oír esto, Jesús le contestó:
-Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes y dáselo a
los pobres. Así tendrás riqueza en el cielo. Luego ven y
sígueme” (Lucas 18,18-22).

 Después de su resurrección, el Mesías le explica a los dos


discípulos camino de Emaús “todos los pasajes de las Escrituras
que hablaban de él, comenzando por los libros de Moisés y
siguiendo por todos los libros de los profetas” (Lucas 24, 27).
Cuando Cristo al partir el pan desaparece en medio de ellos,
“se dijeron el uno al otro: -¿No es verdad que el corazón nos
ardía en el pecho cuando nos venía hablando por el camino y
nos explicaba las Escrituras?” (Lucas 24,32).

 Más adelante, hizo lo mismo con los apóstoles: “-Lo que me ha


pasado es aquello que les anuncié cuando estaba todavía con
ustedes: que había de cumplirse todo lo que está escrito de mí
en la ley de Moisés, en los libros de los profetas y en los
salmos. Entonces hizo que entendieran las Escrituras” (Lucas
24,44-45).
Por otra parte, la gran mayoría del pueblo hebreo con sus líderes,
debido a su ceguera espiritual, no quisieron seguir su doctrina; y es
así como:

 “Jesús fue a Nazaret, el pueblo donde se había criado. En el día


de reposo entró en la sinagoga, como era su costumbre, y se
puso de pie para leer las Escrituras. Le dieron a leer el libro del
profeta Isaías, y al abrirlo encontró el lugar donde estaba
escrito: ‘El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha
consagrado para llevar la buena noticia a los pobres; me ha
enviado a anunciar la libertad a los presos y dar vista a los
ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a anunciar el año
favorable del Señor’. Luego Jesús cerró el libro, lo dio al
ayudante de la sinagoga y se sentó. Todos los que estaban allí
seguía mirándole. El comenzó a hablar, diciendo: -Hoy mismo
se ha cumplido esta Escritura delante de ustedes…Al oír esto,
todos los que estaban en la sinagoga se enojaron mucho. Se
levantaron y echaron del pueblo a Jesús, llevándolo a lo alto
del monte sobre el cual el pueblo estaba construido, para
arrojarle abajo desde allí. Pero Jesús pasó por en medio de
ellos y se fue” (Lucas 4,16-21.28-30).

 Aunque el mismo Cristo reconocía que existían autoridades


religiosas encargados de interpretar la ley mosaica (Mateo
23,2), también reprendió su tremenda obstinación: “Ustedes
estudian las Escrituras con mucho cuidado, porque esperan
encontrar en ellas la vida eterna; sin embargo, aunque son las
Escrituras las que hablan de mí, ustedes no quieren venir a mí
para tener esa vida” (Juan 5,39-40).
 En la sinagoga de Capernaum, el Ungido de Dios dejó ver en
claro que El es el “verdadero pan que da vida”, “Al oír estas
enseñanzas, muchos de los que seguían a Jesús dijeron: -Esto
que dice es muy difícil de aceptar; ¿Quién puede hacerle
caso?...Desde entonces, muchos de los que habían seguido a
Jesús lo dejaron, y ya no andaban con él” (Juan 6,60.66).

 “El que es de Dios, escucha las palabras de Dios; pero ustedes


no son de Dios, no quieren escuchar” (Juan 8,47).

III. LA BIBLIA EN LA IGLESIA APOSTÓLICA

Los apóstoles y discípulos fueron unos verdaderos conocedores de la


Palabra de Dios, bajo la guía del Espíritu Santo, así lo narran varios
pasajes del libro de los Hechos, conocido como el “Testamento de
los Apóstoles”:

 En el discurso de Pedro en el templo en el llamado pórtico de


Salomón, les proclama a los hebreos la salvación que viene por
medio de Jesucristo, y les dice: “Moisés anunció a nuestros
antepasados: ‘El señor su Dios hará que salga de entre ustedes
un profeta como yo. Obedézcanlo en todo lo que les diga,
porque todo aquel que no haga caso a este profeta, será
eliminado del pueblo’. Y todos los profetas, desde Samuel en
adelante, hablaron también de estos días”. (3,22-24).

 Por el camino que conduce de Jerusalén a Gaza, el diácono


Felipe “se encontró con un hombre de Etiopía. Era un alto
funcionario, tesorero de la reina de Etiopía, el cual había ido a
Jerusalén a adorar a Dios. Iba de regreso a su país, sentado en
su carro y leyendo el libro del profeta Isaías. El Espíritu le dijo a
Felipe: ‘Ve y acércate a ese carro’. Cuando Felipe se acercó,
oyó que el etíope leía el libro de Isaías; entonces le preguntó: -
¿Entiende usted lo que está leyendo? El etíope le contestó: -
¿Cómo lo voy a entender, si no hay quien me lo explique? Y le
pidió a Felipe que subiera y se sentará junto a él…Entonces
Felipe, tomando como punto de partida el lugar de la Escritura
que el etíope leía, le anunció las buenas noticias acerca de
Jesús” (8,27-31.35).

 En la sinagoga de Berea, los judíos “día tras día estudiaban las


Escrituras para ver si era cierto lo que les decía (Pablo y Silas).
De modo que muchos de ellos creyeron, y también creyeron
muchos de los griegos, tanto mujeres distinguidas como
hombres” (17,11-12).

No obstante y al igual que le pasó al Divino Maestro, no todos


tenían la misma disposición para recibir la “Buena Nueva”, como por
ejemplo:

 Apolos, un hebreo converso natural de Alejandría, era un


“varón elocuente, poderoso en las Escrituras” (Hechos 18,24).
En Acaya, “fue de gran provecho a los que por la gracia habían
creído; porque con gran vehemencia refutaba públicamente a
los judíos, demostrando con las Escrituras que Jesús era el
Cristo” (27-28).

 Pablo, el apóstol de los gentiles, le exhortaba a sus paisanos:


“Precisamente porque tenemos esta esperanza, hablamos con
toda libertad. No hacemos como Moisés, que se tapaba la cara
con un velo para que los israelitas no vieran que aquel
resplandor se iba apagando. Pero ellos no entendieron así, y
todavía ahora, cuando leen el antiguo pacto, ese mismo velo
les impide entender, pues no les ha sido quitado, porque
solamente se quita por medio de Cristo. Hasta el día de hoy,
cuando leen los libros de Moisés, un velo cubre su
entendimiento. Pero cuando una persona se vuelve al Señor, el
velo se le quita” (2 Corintios 3,12-16).
LA BIBLIA: EL LIBRO MÁS DIVULGADO Y
DESCONOCIDO DE LA HUMANIDAD

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“Vienen días, -afirma el Señor- en los cuales mandaré hambre a la


tierra; no hambre de pan, ni sed de agua, sino hambre y sed de oír
la palabra del Señor”
Amos (8,11)

I. INTRODUCCIÓN

DATOS EN GENERAL:
 Según cifras publicadas por Las Sociedades Bíblicas Unidas, hoy
en día las Sagradas Escrituras están disponibles completa o en
partes en 2.454 idiomas. Todavía queda por traducirse a otras
4.500 lenguas que se hablan en el planeta.
 Más del 90% de la humanidad tiene acceso a como mínimo,
una porción de la Biblia en su idioma nativo.
 Cada año se vende más de 14 millones de Biblias, y más de 25
millones del Nuevo Testamento. Se calcula que se han
distribuido unos seis mil millones de ejemplares.
 Una reciente encuesta realizada en Estados Unidos, ha
demostrado que el 12% de las personas leen la Biblia cada día,
16% de quienes se declaran cristianos afirman leerla todos los
días. Solo 2 de cada 10 personas fueron capaces de indicar
quién pronunció el Sermón del Monte, y ninguno de los
encuestados logró citar más de tres o cuatro de los Diez
Mandamientos.
 Los jóvenes alemanes tampoco están ajenos a esta realidad, ya
que solamente el 1% lee las Sagradas Escrituras con mucha
frecuencia; el 2%, a menudo; el 19%, pocas veces, y cerca del
80%, nunca. Los porcentajes son similares en otras naciones.
 Otro sondeo señalaba cuántos individuos estaban familiarizadas
con los Diez Mandamientos y se guiaban por ellos: El 67% de
los mayores de 60 años los conocían y cumplían, mientras que
el número era solo del 28% en el caso de los menores de 30
años.
 Una investigación realizada en Italia, Francia y España por la
Alianza Bíblica Universal, dio como resultado que la relación de
los fieles laicos con los textos sagrados se da sobretodo en la
misa dominical, pero el conocimiento de la Biblia sigue siendo
muy deficiente.
 La Sociedad Bíblica de Brasil, la mayor imprenta de Biblias del
mundo, que opera en la ciudad de Sao Paulo, enfrenta una
caída en la demanda de sus textos sagrados, que son vendidos
en 100 países, en especial en los más católicos del mundo.
 El último estudio efectuado por el Instituto Italiano Eurisko,
para la Federación Bíblica Católica, reveló el desconocimiento
de las Sagradas Escrituras por parte de los católicos, su escasa
lectura y que más del 50% considera que es “difícil de
entenderla”.
 En muchos hogares católicos la Palabra de Dios se han
convertido en un adorno decorativo, donde se exhibe el salmo
23 o el 91.

II. LAS SAGRADAS ESCRITURAS Y EL PUEBLO JUDÍO

Los judíos la llaman Séfer (libros), o Miqná (lectura). Clasificaban


las Escrituras (ha Ta Nak) en tres grupos: la ley (Torá), los
profetas (Nebiím) y otros escritos (Ketubím). En la antigüedad y
hoy en día los llamados “judíos ortodoxos”, tienen la costumbre de
llevar los mandamientos en un cofre negro de cuero llamado
Tefilín, atado con una cinta en la frente y otro en el brazo derecho
(Deuteronomio 6,6-9). Los hebreos estudiaban la Torá (Enseñanza)
en las sinagogas, que eran lugares de culto, escuelas bíblicas,
hospederías y centro de difusión y propagación del judaísmo entre
los paganos. Los niños asistían desde los seis años, a partir de los
doce era considerado como mayor de edad, y por lo tanto
responsable del cumplimiento de la ley mosaica, y apto para leer los
rollos sagrados. En las sinagogas se recita la Shemá, confesión de
fe que incluía el Deuteronomio (6,5): “Tienes que amar al Señor tu
Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente”.
Estas palabras sagradas se les enseñan a los infantes desde
pequeños y son las últimas que se dicen antes de morir. Todas las
ceremonias religiosas sin excepción son conducidas por un rabino.
Un rabino es doctor de la ley mosaica, jefe espiritual y religioso de
una comunidad en particular. Los judíos de familias importantes
mandaban a sus hijos entre los 16 o 18 años, a estudiar con algún
rabino o sabio famoso.
En el Antiguo Testamento encontramos varios ejemplos que
demuestran la importancia de que el pueblo de Dios estuviera
familiarizado con los textos veterotestamentarios (Salmo 1,1-2;
Eclesiástico 24,23):

Moisés le ordena a los ancianos de Israel que cada siete años


durante la fiesta de las Enramadas, todo el pueblo se reúna “para
que escuchen la lectura de la ley y aprendan a respetar al Señor su
Dios, y pongan en práctica todo lo que se dice en ella”
(Deuteronomio 31,9-12).

El mismo legislador deja constancia que cuando un rey judío “tome


posesión del poder, mandará que le hagan una copia escrita de esta
enseñanza, tomada del original que está al cuidado de los
sacerdotes levitas. Siempre deberá tener esa copia consigo, y leerla
todos los días de su vida, para que aprenda a reverenciar al Señor
su Dios, a respetar todo el contenido de esta enseñanza y a poner
en práctica sus mandatos” (Deuteronomio 17, 18-19). Esta
instrucción fue tomada al pie de la letra por su sucesor Josué (Josué
1, 7-8), en el reinado de Josías después de que la nación de Israel
había caído en la idolatría (2 Reyes 23, 1-3), y por el maestro
Esdras, cuando los hebreos habían regresado de la cautividad en
Babilonia (Nehemías 8, 1-9).

Los profetas estudiaron e investigaron acerca del plan de la


salvación de Dios que en su infinita bondad tenía destinado (1 Pedro
1,10; Romanos 16, 25-26).

III. LAS SAGRADAS ESCRITURAS EN LA VIDA DE JESÚS Y


LOS APÓSTOLES

Jesús era un hebreo observante de la Torá, y debió de haber sido


educado en la sinagoga de Nazaret. Como se vio anteriormente no
era de extrañarse el hecho que cuando contaba 12 años de edad,
hubiera estado tres días en el templo de Jerusalén “sentado entre
los maestro de la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y
todos los que le oían se admiraban de su inteligencia y de sus
respuestas” (Lucas 2,46-47). Cuando empieza su vida pública
después de los 30 años, los fariseos, escribas, apóstoles y discípulos
lo identificaban como un “Rabi” o “rabuni” (Juan 3,2; Lucas
18,18; 20,39; Juan 1,49; 20,16). Por eso lo llamaban “Maestro y
Señor” (Juan 13,13), “poderoso en obras y en palabras delante de
Dios y de todo el pueblo” (Lucas 24,19). Fue esta la razón por la
cual un día sábado en la sinagoga de su pueblo, se le permitió leer y
comentar el rollo del profeta Isaías (Lucas 4, 16-30).

Muchos de los apóstoles y discípulos, eran hombres conocedores de


la Santa Palabra de Dios: Saulo de Tarso (más tarde Pablo), estudió
la ley mosaica en Jerusalén con el respetado maestro Gamaliel
(Hechos 22,3). “Apolos, que era de la ciudad de Alejandría. Era muy
elocuente y conocía muy bien las Escrituras” (Hechos 18,24). El
joven Timoteo, quien desde niño estudiaba las Sagradas Escrituras
(2 Timoteo 3,15). El mismo apóstol Pablo quien lo había nombrado
obispo de Efeso, le hace la siguiente indicación: “Mientras llego,
dedícate a leer en público las Escrituras, a animar a los hermanos y
a instruirlos” (1 Timoteo 4,13).

El entender a fondo las verdades de la Biblia, fue una eficaz


herramienta en los recorridos misioneros del apóstol de los gentiles
y sus compañeros de travesía, y es así como “En su viaje, Pablo y
Silas pasaron por Anfípolis y Apolonia, y luego a Tesalónica, donde
los judíos tenían una sinagoga. Pablo, según su costumbre, fue a la
sinagoga, y cada día de reposo, durante tres semanas, discutió con
ellos. Basándose en las Escrituras, les explicaba que el Mesías tenía
que morir, y que después de muerto tenía que resucitar. Les decía:
-este mismo Jesús que yo les anuncio a ustedes, es el Mesías.
Algunos de los judíos creyeron, y se unieron a Pablo y Silas.
También creyeron muchos griegos que adoraban a Dios, y muchas
mujeres distinguidas”. (Hechos 17, 1-4).
San Pablo cuando se encontraba en Atenas, “discutía en la sinagoga
con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que
concurría. Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos
disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero?
Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque predica
el evangelio de Jesús, y de la resurrección” (17-18).

El mismo apóstol de las naciones cuando estaba en Corinto “discutía


en la sinagoga todos los días de reposo. Y persuadía a judíos y a
griegos. Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo
estaba entregado por entero a la predicación de la palabra,
testificando a los judíos que Jesús era el Cristo” (Hechos 18, 4-5).

En Éfeso “entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por


espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino
de Dios. Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el
Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a
los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado
Tiranno. Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos
los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del
Señor Jesús”. (Hechos 19, 8-10).

Cuando años más tarde un grupo de judíos de Roma lo visitaron en


su casa, donde estaba bajo custodia, Pablo “les declaraba y les
testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde,
persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como
por los profetas” (Hechos 28, 23).
LOS PROTESTANTES Y LA BIBLIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“La Iglesia no debe determinar lo que enseña la Escritura, es la


Escritura quién debe determinar lo que enseña la Iglesia”.
Martín Lutero.

I. UN SÓLO DEPÓSITO DE LA VERDAD

Todo verdadero discípulo del Hijo de Dios tiene que tener en cuenta
que desde los mismos inicios de la cristiandad existía ya una unidad
de la fe, edificada “sobre el fundamento de los apóstoles y profetas,
siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo
el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo
en el Señor” (Efesios 2,20-21). El ya mencionado San Pablo,
considerado como uno de los dos grandes pilares del cristianismo,
exhortaba a los primeros fieles: “Os ruego, pues, hermanos por el
nombre de Nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma
cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis
perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer”.
(1 Corintios 1,10), teniendo todos “un mismo sentir según Cristo
Jesús” (Romanos 15,5). De hecho, el mismo apóstol de los gentiles
hacía ya la siguiente advertencia: “Mas os ruego, hermanos, que os
fijéis en los que causan división y tropiezos en contra de la doctrina
que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos”
(Romanos 16,17).

II. EL MAGISTERIO DE LOS APÓSTOLES

“Así pues, ténganos los hombres por servidores de Cristo, y


administradores de los misterios de Dios” (1 Corintios 4,1).

“Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es


de interpretación privada. Porque nunca la profecía fue traída por
voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron
siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1,20-21).

“Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para


salvación; como también nuestro amado Pablo, según la sabiduría
que le ha sido dada, os ha escrito. Casi en todas sus epístolas,
hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas
difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen,
como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (2
Pedro 3,15-16).
III. LOS DOS CÁNONES DE LAS SANTAS ESCRITURAS

Las Biblias católicas, ortodoxas y anglicanas tienen un total de 73


libros; 46 en el A.T. y 27 en el N.T.

Las Biblias protestantes sólo aceptan 66 libros, suprimiendo siete del


A.T. que son llamados como “deuterocanónicos” (es decir, de la
segunda lista); que son: Tobías, Judith, Sabiduría de Salomón, Sirac
o Eclesiástico, Baruc, I y II de Macabeos; y algunas adiciones en
griego de Ester y Daniel.

Existen dos cánones (o listas) de los Libros Sagrados del Antiguo


Testamento:

 El canon de Alejandría (en Egipto), o también conocido como la


versión de los Setenta (LXX) o Septuaginta, fue escrito en
griego (200 a.C.). Estaba destinada a los hebreos de las
comunidades de las diásporas (dispersión).Es aceptado por las
Iglesias Católica, Ortodoxa y Anglicana. Fue aprobada en el
concilio de Hipona, en el año 393, y ratificada en el de Trento,
en 1546.
 El canon de Jerusalén, fue escrito en hebreo por judíos
reunidos en el sínodo de Yabneh o Jamnia, hacia el año 90 y
100 d.C. Es reconocido por el Judaísmo y las Iglesias
Protestantes. Aquí llamaron "malditos" a los cristianos,
destruyeron todos los ejemplares que pudieron encontrar de la
Septuaginta, y declararon que Jesucristo era un bastardo y que
no era el Mesías.
Con la destrucción del templo (70 d.C.), la religión judía cada vez se
convirtió en la religión “del Libro”, de donde proviene la necesidad
de un canon preciso de los Libros Sagrados, lo que se dio en el
llamado Sínodo de Jamnia, aunque no existen pruebas de que allí
los rabinos hayan cerrado definitivamente la lista de los textos
veterotestamentarios inspirados por Dios. Se puede hablar de un
canon hebreo definitivo (es decir, limitado únicamente a los 24 libros
de la actual Biblia Hebrea) solamente hacia el inicio del siglo III d.C.
y comprenden el Tanaj también se llama Mikrá (que significa
‘lectura’ o ‘lo que es leído’), divididos de la siguiente manera:

1. La Torá, ‘Instrucción’ o ‘Ley’ (5).


2. Los Nevi'im,  ‘Profetas’ (8).
3. Los Ketuvim,  ‘Escritos’ (11).

Este canon tan específico se debió a dos motivos:

a. Según los fariseos un escrito no podía ser considerado sagrado


si no había sido escrito en hebreo o arameo (lenguas
consideradas como digna para expresar la palabra de Dios).
b. Debía haber sido compuesto en Palestina (único lugar
adecuado para la revelación divina).

Por otra parte, la comunidad cristiana se desarrolló sobre todo, en el


ámbito de la diáspora. De hecho, eran pocos los que todavía podían
utilizar y entender el idioma hebreo. La primera iglesia hablaba y
escribía en griego, cuando se citaba la Biblia, se tomaba la versión
de los LXX, y las lecturas litúrgicas eran sacadas de la Biblia de
Alejandría.

Debido a que la versión de los LXX se convirtió en el Antiguo


Testamento de los primeros cristianos, con el pasar de los años
comenzó a ser invisible para los judíos. Los cristianos argumentaban
sobre la base de los LXX, los rabinos, en cambio, se mantenían
rígidamente sobe texto hebreo que, según su opinión, había sido
falsificado por la versión griega. En el tratado Sopherim 1,7, de la
Misná, se ofrece la opinión de un maestro del siglo II, según la
cual: la traducción de la Ley de Moisés en griego fue un pecado
grave tanto con la erección del becerro de oro, y justamente por eso
hacía penitencia el día octavo del mes Tebet (entre diciembre y
enero), día en el cual los hebreos de Alejandría celebraban
solemnemente el aniversario de su versión de los textos
Veterotestamentarios.

Los Apóstoles al escribir el Nuevo Testamento, citaron un total de


365 veces el Antiguo Testamento, de las cuales, 332 citas están
tomadas de la versión griega, Septuaginta y sólo 33 de la versión
hebrea.

IV. LAS BIBLIAS PROTESTANTES

Con la Reforma Protestante en el siglo XVI, se da toda una


manipulación a la Santa Biblia, contradiciendo el mismo mandato
divino (véase al respecto Proverbios 30,5-6; Apocalipsis 22,18-19);
lo cual se ve testificada en los siguientes ejemplos:
Martín Lutero llamado el “Padre de la Reforma Protestante”, quien
hizo su propia traducción de la Biblia al alemán entre los años 1521
y 1534, también tradujo los libros deuterocanónicos del Antiguo
Testamento, pero los puso al final declarándolos expresamente
como apócrifos y como libros que no deben considerar en el mismo
plano de las Sagradas Escrituras, pero que no obstante, son útiles y
buenos para leer. Él hace una distinción entre libros privilegiados, en
cuanto reflejan el testimonio apostólico central sobre Cristo
(Romanos y Gálatas); libros ordinarios, que en cierto modo ya eran
testimonio de un catolicismo primitivo; y libros de rango secundario,
que no llevaban adecuadamente a Cristo (Hebreos, Judas, Santiago,
2 Pedro, Apocalipsis).
Lutero pregonaba a los cuatro vientos la libertad de entender a su
antojo las doctrinas de las Sagradas Escrituras: “Todos, desde un
niño hasta un anciano tienen el derecho de verla a su manera”. Pero
por otro lado, explotaba en cólera cuando alguna persona osaba
contradecirlo en alguna de sus interpretaciones personales. Este ex
sacerdote y monje agustino, mutiló y tergiversó a su propia
conveniencia la Palabra de Dios, siendo su dogma central la
“justificación por la fe”; y hay donde el apóstol Pablo escribe a los
romanos (3,28): “Concluimos, pues, que el hombre es justificado
por la fe sin las obras de la ley”. El añadió la palabra “sola”; y a
quienes le recriminaron tal arbitrariedad a los Textos Sagrados
originales, respondía: “Así lo quiero, así lo mando”. Sobre la epístola
del apóstol Santiago donde habla de “la fe con obras” (2,14.17-18),
la calificándola de “evangelio de paja”.
En lo fundamental del “libre examen” Lutero y Calvino coincidían,
aunque se diferencian en cuestiones de detalles. Lutero subrayaba
la acción casi instrumental de la lectura de la Biblia: es decir, que
llevaba en sí misma la fuerza de la conversión; Calvino acentuó la
iluminación directa del Espíritu Santo sobre cada fiel. Lo cierto es
que tanto el uno como el otro rechazaban el magisterio y el valor
normativo de sus decisiones, y no le dieron otro valor a la tradición
cristiana que el de ser un fenómeno humano.
El también ex sacerdote católico suizo Ulrico Zwinglio, hizo lo propio
para negar el sacramento de la Eucaristía; y es así en los lugares del
Nuevo Testamento que se refieren a las palabras de Jesucristo:
“Este es mi cuerpo…esta es mi sangre”, las cambió poniendo: “Esto
significa mi cuerpo…esto significa mi sangre” (comparar con Mateo
26,26-28; Marcos 14,22-24; Lucas 22,19-20; 1 Corintios 11,24-25).

La propia Biblia traducida por el reformador alemán, fue declarada


como “incompleta, trueca e infiel”, por los sínodos de su iglesia
evangélica en Monster (1836), de Hamburgo (1839) y en el de
Groninga (1840).
Cuando Lutero hizo su versión, Zwinglio; declaró que el primero
había alterado y corrompido la Palabra Divina, y él mismo publicó
una versión suya.

El francés, Juan Calvino, fundador de la iglesia calvinista; preparó


otra traducción, pero un seguidor suyo de nombre Domovlin,
confesó que Calvino “había cambiado el orden de la Palabra de
Dios”; añadiendo cosas por su cuenta.

Ecolompadio y los doctores protestantes de Basilea (Suiza)


confeccionaron su elaboración de las Sagradas Escrituras, pero
Teodoro Beza, discípulo y sucesor de Calvino, y jefe de los
protestantes en Ginebra (Suiza); declaró que “dicha Biblia era impía
en varios pasajes”; y para contra restar tal ofensa, escribió su propia
edición, que también fue atacada por los doctores de Basilea.

Los predicadores de Ginebra condenaron como falsas todas las


publicaciones protestantes de los Libros Sagrados, y se pusieron a la
tarea de hacer la verdadera; pero Jacobo I de Inglaterra, cabeza del
Anglicanismo, expresó solemnemente en la asamblea religiosa de
Hamptoncourt, que “la traducción de Ginebra era la más infiel y la
Peor de todas”; y por eso, sacó su propia publicación de la Palabra
Divina.

Ante toda esta “Torre de Babel”, la Iglesia Católica en la llamada


“Contra Reforma” a través del concilio de Trento (1546), decretó
que los fieles laicos sólo utilizaran traducciones aprobadas por la
sede apostólica, provistas de explicaciones y notas con referencia de
los textos bíblicos. Este mismo mandato fue también confirmado por
el papa Benedicto XIV en 1757.

La versión de la Biblia protestante en lengua castellana de mayor


aceptación es la Casiodoro de Reina (1569), y revisada por Cipriano
de Valera (1602), y fue conocida como la Biblia del Cántaro. Ambos
fueron religiosos pertenecientes al convento de los jerónimos de San
Isidro del Campo, uno de los más célebres monasterios de España,
situado a unos pocos kilómetros de la ciudad de Sevilla. De su
primera edición salieron 260 ejemplares en Basilea (Suiza). Es
llamada originalmente como la “Biblia de Oso”, porque en su tapa
tiene la representación de un oso tratando de subir a un árbol para
comer un panal de miel.

Es interesante anotar que esta traducción se hizo a partir de los


textos originales del hebreo y griego, teniendo gran aceptación
durante la Reforma Protestante. Los siete libros “deutero-canónicos”
estaban en la impresión que inicialmente hiciera el ex religioso,
Casiodoro de Reina. Cuando el también ex monje, Cipriano de
Valera, renovó la misma, volvió a dejar los mencionados libros, no
como “inspirados por Dios”, pero sí como “muy útiles”. Según el
Diccionario Ilustrado de la Biblia” (protestante), fueron Las
Sociedades Bíblicas las que en 1827, eliminaron definitivamente los
siete libros deutero-canónicos, declarándolos como “apócrifos”, es
decir, de procedencia dudosa.

Otro dato digno de mencionar, es que en su primer tiraje, su autor


traduce del griego exactamente el pasaje de San Pablo en (2
Tesalonicenses 2,15), que dice: “Así, pues, hermanos, manténganse
firmes y guarden las tradiciones que han aprendido de mí, ya sea de
palabra, ya sea por carta nuestra”. Sin embargo, en las nuevas
presentaciones el término “tradiciones” ha sido suplantada por
“doctrina” (Didajé) o “enseñanzas” (Didaskalia), para refutar las
dos fuentes divinas que utiliza la Iglesia Católica: la “Biblia” y la
“Tradición Cristiana” (véase también otro ejemplo en 1 Corintios
11,2). En cambio, cuando la misma palabra “tradiciones”
(paradosis), lo aplica Jesús a los fariseos, entonces, sí la colocan
correctamente (léase en la Reina Valera Mateo 15,2-3; Marcos 7,3-
5.9.13). Al igual, que al mismo apóstol Pablo en otros pasajes
(también la misma Biblia en Gálatas 1,14; Colosenses 2,8).

En 1830, José Smit, escribió el “libro del mormón”, que había


recibido supuestamente por iluminación celestial por el ángel Morón,
en el monte de la ciudad de Palmyra, cerca de Nueva York. Este
texto fue agregado a la Sagrada Biblia por esta secta cristiana
(comparar con Gálatas 1,6-9).

Los testigos de Jehová en su Biblia conocida como: “Traducción del


Nuevo Mundo de las Santas Escrituras”, en el prólogo del evangelio
de San Juan (1,1), donde se declara: “En el principio ya existía la
palabra (Jesús); y aquel que era la palabra estaba con Dios y era
Dios”. Mientras que en su versión aparece: “En el principio era la
palabra...y la palabra era un dios”; negando con esto la divinidad de
la segunda persona de la Santísima Trinidad
FRASES CÉLEBRES SOBRE LA BIBLIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Repite siempre lo que dice el libro de la ley de Dios, y medita en el


día y noche, para que hagas siempre lo que éste ordena. Así todo lo
que hagas te saldrá bien.
Josué (1,8).

Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino.


Salmo (119,105).

La palabra de nuestro Dios permanece firme para siempre.


Isaías (40,8).

Mi pueblo perece por falta de conocimiento.


Oseas (4,6).

Vienen días, -afirma el Señor- en los cuales mandaré hambre a la


Tierra; no hambre de pan, ni sed de agua, sino hambre y sed de oír
la palabra del Señor. Amos (8,11).

Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica.


Lucas (11,28).
El que es de Dios, las palabras de Dios oye.
Juan (8,47).

Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza


se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las
Escrituras, tengamos esperanza.
San Pablo (Romanos 15,4).

Que la Palabra de Dios siga propagándose.


San Pablo (2 Tesalonicenses 3,1).

Toda Escritura inspirada por Dios es útil para enseñar, reprender,


corregir, instruir en la justicia, para que el hombre de Dios viva
santamente, y lleno de buenas obras.
San Pablo (2 Timoteo 3,16).

La Palabra de Dios es viva y eficaz, y penetra hasta lo más


profundo del alma.
Hebreos (4,12).

La Sagrada Biblia es la carta de Dios Omnipotente a sus criaturas.


Papa San Gregorio Magno.

El que lee la Biblia está más cerca de Dios, o sea de la verdad


misma.
Papa San Gregorio Magno.

El estudio de la Biblia debe ser como el alma de la sagrada teología.


Papa León XIII.

Fuera de los Evangelios no hay otro libro que pueda hablar al alma
humana con tanta luz y verdad.
Papa San Pío XI.
Sólo quien estudia la Palabra de Dios puede convertirse en su
anunciador.
Papa Benedicto XVI.

La Iglesia Católica vive de la Palabra de Dios, y la Palabra de Dios,


resuena en sus enseñanzas y en toda su vida.
Papa Benedicto XVI.

La Palabra de Dios es la luz verdadera que necesita el hombre. 


Papa Benedicto XVI.

La Sagrada Biblia debe ser recibida con devoción, porque contiene


enseñanzas sublimes acerca de Dios; sabiduría salvadora acerca del
hombre y contiene tesoros de oración.
Concilio Vaticano II.

El alimento de las Escrituras ilumina la mente, robustece las


voluntades y enciende los corazones de los hombres en el amor de
Dios.
Concilio Vaticano II.

La Biblia debe ser el alma de toda evangelización.


Documento de Puebla.

Desconocer la importancia de las Sagradas escrituras, es como


desconocer al mismo Cristo Jesús.
San Jerónimo.

Leer las Escrituras es conversar con Dios mismo.


San Jerónimo.

A Dios hablamos cuando oramos, y a Dios oímos cuando leemos la


palabra divina”.
San Ambrosio.
En las Sagradas Escrituras leemos a Cristo.
San Ambrosio.

In Vetere Testamento Novum lateat, in Novo Vetus pateat.


En el Antiguo Testamento se esconde el Nuevo, y en el Nuevo se
revela el Antiguo.
San Agustín.

Una persona pensará y hablará más sabiamente, si lee más la


Sagrada Biblia.
San Agustín.

En la Biblia Dios habla a los hombres con lenguaje de hombres.


San Agustín.

Las Sagradas Escrituras aparecen más clara al meditarla que al


explicarla.
San Agustín.

El buen lector de la Sagrada Escritura no se preocupa tanto de


conocer lo que lee, cuanto de ponerlo en obra.
San Isidoro de Sevilla.

Hay que predicar el Evangelio sin las glosas.


San Francisco de Asís.

La Sagrada Escritura es el camino de la salvación eterna.


San Alfonso de Ligorio.

Todo el mal que hay en el mundo, es de no conocer las verdades de


las Sagradas Escrituras.
Santa Teresa de Ávila.
Los hombres tendrían paz en el mundo, si solamente se guiaran por
los Evangelios.
Santa Brígida de Suecia.

La palabra de Jesús (El Evangelio), es Jesús mismo.


Santa Teresita del Niño Jesús.

La Biblia no pretende enseñarnos cómo es el cielo, sino cómo se va


al cielo.
Cardenal Baronio.
La Biblia es la regla infalible de la verdad.
John Wyclef.
Teólogo inglés.

Mi conciencia está cautiva por la palabra de Dios.


Martín Lutero.
Padre de la Reforma Protestante.

La Biblia mientras está cerrada nos une; en cuanto la abrimos, nos


separa.
Evookimov
Teólogo ortodoxo ruso.

El respeto de los cristianos católicos por la Sagrada Escritura no


tiene límites, esto se manifiesta sobre todo en el hecho de mantenla
lejos.
Paul Claudel.
Poeta católico francés.

Siendo, pues, Palabra del Señor lo que enseña este libro, será
imposible que su lectura no haga gran provecho a quien lo lea y
medite.
E. Muller.

Ninguna ciencia está mejor autentificada que la Biblia.


Isaac Newton.

La Biblia es un libro que supera a todos los demás, y contiene todo


lo que atañe al deber del hombre para con Dios y el prójimo.
Pedro el Grande.

Si yo tuviera muchos generales que leyeran cada día la Santa Biblia


estaría seguro del éxito de mi nación.
Napoleón.
La Biblia es el mejor don que Dios jamás haya dado a los hombres.
Si no fuera por Ella, no podríamos distinguir entro lo correcto y lo
incorrecto.
Abraham Lincoln.

Siempre he dicho, y diré que el estudio de la Sagrada Biblia, hará


mejores ciudadanos, mejores padres y mejores esposos.
Tomás Jefferson.

La Biblia ayuda a realizar las aspiraciones más grandes del alma


humana.
Roosvelt.

La existencia de la Biblia, entendida como un libro para el pueblo, es


el mayor beneficio que ha recibido el género humano. Todo intento
de menospreciarla constituye un crimen contra la humanidad.
Immanuel Kant.

La Palabra de Dios, es la clave para resolver todos los problemas.


Carothers.

Tres favores producen la lectura de los Libros Sagrados: provecho


intelectual, provecho moral y provecho espiritual.
José Flores.

Tres ventajas tienen este libro:


Su divinidad satisface nuestra necesidad de Dios.
Llena de paz, gozo y de consuelo.
Se adapta a todos los tiempos y necesidades.
Ricciote.

La Biblia es fuente de Paz.


Garay.

La mejor teología es la Biblia.


Chestertón.

Estoy convencido de que la Biblia nos resultará más bella cuanto


mejor la comprendamos.
Johann Wolfgang.

Hay muchas personas muy letradas en las ciencias, pero analfabetas


en el Libro de Dios.
Evely.

La Palabra de Dios nos parece luz para dirigirnos en el camino.


Alimento para fortalecernos, y consuelo para animarnos.
Bossuet.

La gran ventaja de la Biblia es que, en ella, está la clave para saber


cuál es el pensamiento de Dios y qué opina El sobre los temas más
importantes.
Peale.

La Biblia es el documento más precioso de toda la historia de la raza


humana.
General Smuts.

A todo el que conozca bien la Biblia puede considerársele


verdaderamente educado.
William Lyon Phelps.
En comparación con la Sagrada Escritura, todos los demás libros son
como estrellas que reciben su brillo y esplendor del sol.
Roberto Boyle.

La Biblia no es difícil de entender, simplemente es difícil de aceptar.


Steve.
EL JARDÍN DEL EDÉN

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO GENERAL

El jardín del Edén era una tierra muy bella, rica en minerales, flores,
árboles frutales, suave brisa, y habitada por los animales más
hermosos de la creación. Aquí había un río del que se desprendían
cuatro brazos: el Pisón, que rodea la tierra de Hávila donde hay oro,
belio y ónice; el Gihón, que rodea toda la tierra de Cus; el Tigris,
que va al este de Asiría; y el Eufrates (Génesis 2,8-14).

Se ha relacionado la palabra “Edén” con el sumerio Edin y el asirio-


babilónico Edinu, de donde proviene el hebreo Edeen, que significa
estepa (llanura árida). Según esta etimología, la descripción del
texto bíblico aludiría a un oasis en medio de la estepa, lo que
explicaría bien que nuestros primeros padres fueran expulsados de
este recinto serrado para después vivir la vida dura de la estepa con
el sudor de su frente. Del mismo modo, también es conocido como
el “paraíso”, esto debido a que cuando el texto hebreo fue traducido
al griego, la palabra usaba para jardín era “paradeiso”.

La etimología de la palabra “Edén”, equivale a decir entonces


“huerto fértil”, “jardín frondoso”, “llanura deliciosa” o “comarca muy
rica”. Para los judíos recordaba la “felicidad” o el “placer” en que
vivieron inicialmente Adán (hombre de barro rojo) y Eva (madre de
los vivientes), antes de ser expulsados por su desobediencia. Es de
advertir, que el historiador sagrado que escribió el Génesis
(posiblemente Moisés), situaba el Edén como un parque fértil y
bañado profusamente por las aguas, exactamente lo contrario de las
tierras áridas, secas e inhóspitas en que vivía el pueblo hebreo
durante el éxodo en el desierto del Sinaí (Comparar con Cantar de
los Cantares 4,13; Ezequiel 28,13).
Para la cultura judía el Edén era un estado de justicia, paz,
fraternidad, felicidad en el cual los seres humanos deberían de vivir.
De aquí las muchas descripciones del Viejo Testamento sobre la
esperanza de volver a habitar en una “Nueva Tierra” (Comparar con
Éxodo 3,8; Salmo 37,29.34; Isaías 11,1-9; 65,17; Ezequiel 47,12;
Zacarías 14,8).
II. POSIBLE UBICACIÓN GEOGRÁFICA

Las Escrituras dicen que Dios plantó el “jardín del edén, al oriente”
(Génesis 2,8). Su sitio de origen bien pudo haber estado en las
cercanías del Golfo Pérsico entre Siria y Palestina, o más bien entre
Irán e Irak, aunque también se sitúa en las proximidades de la
India. De acuerdo al nombre de los cuatro ríos mencionados en el
primer libro de la Biblia, se puede tener una idea más o menos
exacta de su posición geográfica, lo que en la antigüedad era
conocida como la Baja Mesopotamia, donde hay una rede de
afluentes o canales que surcaba esta área. Dos ríos llevan nombres
conocidos: el Tigris que corre enfrente del Asur, y el Eufrates,
célebre en todo Oriente; ambos nacen casi juntos en los montes de
Armenia, desembocando en el Golfo Pérsico. El Pisón pudo haber
estado en las tierras de Arabia del Norte, rica en piedra de ónice; se
cree que no es otro que el río Fasis, que nace en el monte Ararat y
muere en el mar Negro. El Gihón, posiblemente localizado también
en Armenia, país limítrofe con Turquía, en cuyos suelos abundan
minerales preciosos como el oro y el ónice. Por su parte, otros
investigadores han relacionado los cuatro ríos con tres países: Hávila
(o Arabia), con el Pisón; la tierra de Cus (o Etiopía), por el Gihón;
Asur (o Asiría), con el Tigris y el Eufrates.

En el siglo III de nuestra era, San Epifanio dice en una carta: “Yo
mismo he visto las aguas del Gihón, las he visto con mis ojos
carnales, son aguas como las del Eufrates que se deja tocar, beber y
que no tiene nada de espiritual”. Cuatro siglos después, Isidoro de
Sevilla, último Padre de la Iglesia, localizaba el Edén bíblico en las
Islas Afortunadas (las Canarias actuales). Del mismo modo, el
cardenal Pedro Alianco, en su libro del Imago Mundi, impreso en
Lovaina (Bélgica), entre los años 1480 al 1483; dijo: “Más allá del
Trópico de Capricornio, se encuentra la más bella estancia, ya que
es allí donde está la más noble y la más alta del mundo, a saber, el
Paraíso terrenal”.
III. EL AGUA DE LA ETERNA JUVENTUD

En el primer libro del Antiguo Testamento se dice que un río salía


del Edén y se partía en cuatro afluentes, pero no explica si nacía allí.
No obstante, el apóstol amado en las visiones que tuvo en la isla de
Patmos, dice que la fue mostrado “un río limpio de agua de vida,
resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del
Cordero” (Apocalipsis 22,1). “Y el que tenga sed, venga; y el que
quiere, tome del agua de la vida gratuitamente” (17). Este nuevo río
de “agua viva” no es otro que el mismo Señor Jesús, acordémonos
que a la mujer samaritana le ofrece “agua viva” para la vida eterna
(Juan 4,14). Asimismo, “Si alguno tiene sed, que venga a mí y
beba…, del interior del que cree en mí brotarán ríos de agua viva”
(Juan 7,37-38). En este pasaje San Juan hace alusión, que, en esta
oportunidad, el Divino Maestro se refería al Espíritu Santo.

Por otra parte, esta revelación bíblica de un “agua de vida eterna”,


ha sido asociada con los distintos mitos de diferentes culturas y
tradiciones en el Oriente Próximo, la India, Irán, las tribus nómadas
de Arabia, la región de Anatolia, la China, los malayos y los
indonesios, los antiguos fenicios y cartaginienses, en Italia y la costa
Ibérica, las Islas Británicas, Irlanda, Escandinavia, hasta llegar al
África. Así por ejemplo, la búsqueda de la “fuente de la eterna
juventud”, está presente en la mitología griega, en las narraciones
de la expedición de Jasón y los argonautas, cuando la maga Medea
rejuvenece a Jasón en sus aguas milagrosas. Hesíodo, poeta griego
del siglo VIII a. de C., describió un Paraíso terrenal de la Edad de
Oro, adornado con manantiales milagrosos que ofrecían descanso y
dicha al hombre, todavía inmortal e ignorante de toda enfermedad o
dolor.
La leyenda de la fuente de la inmortalidad, movilizó a muchos
españoles durante la época de la conquista de América, como Juan
Ponce de León, quien en el año de 1512, la buscara sin éxito en la
isla de Bimini (Hoy las Bahamas). Posteriormente, ciertas
confidencias de los nativos enteraron al mismo explorador de que
los indígenas de la isla de La Española (Cuba) y de otros de Santo
Domingo, emigraron a tierras lejanas, pasando el mar, en busca de
un caudal cuyas aguas rejuvenecían. La ilusión de encontrar este
afluente curativo fue lo que lo impulsó sin éxito a ir a las costas de
Norteamérica, el 27 de marzo de 1513. Su cronista, Herrera, dice:
“No quedó río ni arroyo en toda la Florida, hasta lagunas y
pantanos, adonde no se bañasen: y hasta hoy siguen algunos en
busca de este misterio”.

IV. EL ÁRBOL DE LA VIDA

En Génesis (2,9), dice que “Yahvé Elohim hizo brotar del suelo, todo
árbol grato…y el árbol de la vida”, en el centro del “jardín de Dios”
estaba el “árbol de la vida”, cuyo fruto era apto para conservar la
vida del cuerpo por tiempo indefinido (Génesis 3,22). De hecho, el
“árbol de la vida” no brota exclusivamente en el “paraíso de Yahvé”.
Antiguas tradiciones recopiladas en tablillas para los sumerios,
colocaban al oasis maravilloso donde crecía el “árbol de los dioses”
de frutos magníficos en la isla de los bienaventurados, La tierra de
Dilmón, lugar que hoy se identifica con el archipiélago de las
Bahrein, junto a la costa de Arabia oriental, en el Golfo Pérsico. Los
asirios-babilonios conocían a la famosa planta gracias a la cual el
hombre obtenía su suplo de vida. Sobre dibujos sumerios del tercer
milenio se cree son reproducciones del árbol estilizado. En Egipto se
conserva el recuerdo de una planta que destilaba en beneficio de los
dioses, y para los hombres de una bebida de inmortalidad, que
crecía al este del cielo, en la Tierra de Amenti.
La representación que más concuerda con la realidad del “árbol de
la vida” en el Edén, se encuentra en la actualidad en la región de
Asia Occidental con la famosa planta datilera, su fruto es dulce y
nutritivo, tiene retoños que son comestibles y su sabia se transforma
en miel, sus semillas son combustibles y se usaban para la
fundición, mientras que el tronco de esta palmera, tiene gran
elasticidad y se emplea para la construcción de balsas.

En la cosmología hindú se asegura que el monte Meru está hecho de


oro y que se eleva por encima de todas las montañas terrestres, y
que en su ladera nace un manzano capaz de dar sombra a un
continente, siendo su fruta madura la corriente del río Jambu cuya
agua produce la inmortalidad. Este lugar mítico se ubica en los
Himalayas, siendo la fuente del Ganges (río sagrado para el
Hinduismo), el posible Jambu. Igualmente, en la mitología china,
bastaba haber practicado toda la vida el taoísmo y comer el
melocotón de la inmortalidad que se encuentra en los jardines que
rodean el palacio de nueve pisos de la Dama-Reina de Occidente.

Cristóbal Colón, al tocar suelo en el golfo de Paria en 1498, observó


que los indígenas veneraban un arbusto al que llamaban
precisamente “árbol de la vida”. Según ellos, de sus frutos había
vuelto a nacer el género humano después de ser destruidos por un
gran diluvio, del que sólo se salvaron un hombre y una mujer.
Además, en México, el padre Bernabé Cobo hablaba del “árbol de la
inmortalidad” que teñía de azul las aguas. Fernando Oviedo habló de
otro árbol “que de su fruto sacan agua muy clara con la que los
aborígenes se lavan las piernas y a veces toda el cuerpo”. Asimismo,
los nativos maquiritanas que dominaban el Orinoco venezolano,
contaban a los misioneros católicos que en el macizo de Duida, el
Marahuaka, había un árbol mítico o “Árbol del Mundo”, caído al
suelo después de que se presentara una gran inundación.
Nuevamente Juan, el teólogo, en el libro de las Revelaciones, habla
de la “Jerusalén Celestial”, donde “En medio de la calle de la ciudad,
y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida…y las hojas del
árbol eran para la sanidad de las naciones” (22,2). O también:
“Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al
árbol de la vida, y para entrar por las puertas de la ciudad” (13).
Jesús promete que los que salgan vencedores tendrán parte del
“árbol de la Vida”. En el Génesis, se les prohibía a los seres
humanos comer del “árbol de la vida”. En ese momento, era símbolo
del pecado, de la desobediencia. Ahora, en cambio, el “árbol de la
vida”, que está en la morada celestial, es símbolo de la vida eterna
que el Altísimo dará a los siervos fieles.

V. EN BUSCA DEL PARAÍSO PERDIDO

La palabra “Paraíso” no aparece en el texto veterotestamentario, sin


embargo, se ha relacionado con el término “Paridaiza”, o “Recinto
de los Dioses” abierto solo a los príncipes del antiguo imperio persa.
Para los musulmanes en su libro sagrado del “Corán”, describen un
“Paraíso” donde los fieles devotos de Alá, vestirán esplendidos
ropajes, disfrutarán de jardines con árboles frutales surcados por
ríos de leche, agua, miel, vino; y estarán servidos por hermosísimas
mujeres vírgenes llamadas las huríes.
A lo largo de la historia han sido muchas las personas que han
querido hallar el “Paraíso perdido”. Hay quienes lo buscaron en
Etiopía, aunque sin éxito. El historiador judío Flavio Josefo (siglo I d.
de C.), sitúa el Paraíso terrenal en la Tierra del Edén, más allá de un
Gran Océano. Para los esenios, lo mismo que para los antiguos
griegos, el Paraíso estaba ubicado en una vasta extensión marina,
en un clima agradable, sin lluvias, sin nieves y sin calores excesivos;
bajo una perpetua y suave brisa marina. Cuenta cierta leyenda
piadosa que en el siglo VI, el monje irlandés, Brendan “el
navegante”, lo encontró en una isla del sudoeste en el océano
Atlántico, a la que llamó “Isla de los Bienaventurados”, donde vivió
siete años antes de volver a su patria. En cambio, otras historias
afirman que se oculta en una elevada montaña.

El ya mencionado Cristóbal Colón, en su tercer viaje al Nuevo Mundo


(1498-1500), dijo: “Parece como si esta tierra (El Orinoco) fuese el
Paraíso terrenal, pues se ajusta a la descripción de los santos y
sabios teólogos”. Del mismo modo, Louis Antoine de Bougainville,
explorador francés del siglo XVIII, cuando llegó a la isla de Haití,
escribió más tarde: “Pensé que me hallaba en el jardín del Edén”.
Bougainville abandonó la isla ansioso por dar a conocer al mundo el
“Paraíso Perdido”. Cuando termino su travesía de tres años
alrededor de la Tierra, publicó un relato de sus aventuras. El libro,
que fue un éxito de ventas, dio vida nuevamente al mito de que
aquella exótica isla concordaba con la narración bíblica.

VI. ENOC Y ELÍAS EN EL EDÉN


En la Edad Media los monjes del claustro de Saint Mathieu, en la
Baja Bretaña, opinaban que el verdadero Edén estaba situado en
una Isla al extremo del mundo, más allá del Gran Océano, donde
vivían los profetas Enoc y Elías, rodeados de algunos ángeles fieles
al Señor. Aquí fue llevado con vida Henoc por Dios (Génesis 5,24;
Eclesiástico 44,16); en compañía del profeta Elías, cuando fue
arrebatado en un “carro de fuego” a orillas del río Jordán (2 Reyes
2,11). Ellos dos volverán a la Tierra en los tiempos que han de
preceder antes del fin del mundo. Sostendrán a los justos que se
hallen en peligro de sucumbir de las terribles persecuciones del
Anticristo (Apocalipsis 11,1-6). No obstante, las opiniones son
divididas, ya que para otros exegetas, la descripción de los “dos
testigos” en el libro de las Revelaciones, concuerda más bien con
“Moisés” y “Elías”, en cuanto representan la Ley y el profetismo. Los
mismos y con la misma representación aparecen en la
“transfiguración de Jesucristo”, según los relatos evangélicos (Véase
Mateo 17,1-13; Marcos 9,1-12; Lucas 9,28-36).

VII. EL PARAÍSO CELESTIAL

En el Nuevo Testamento, el “paraíso” que menciona la palabra de


Dios es el cielo, como el que le promete Jesús en la cruz al buen
ladrón (Lucas 23,42-43), y no un paraíso venidero en la tierra. Así lo
da a entender el apóstol Pablo: “Conozco a un hombre que cree en
Cristo y en que hace catorce años fue llevado al tercer cielo. No sé si
fue llevado en cuerpo o en espíritu, Dios lo sabe. Pero sé que ese
hombre fue llevado al paraíso” (2 Corintios 12,2-4). El libro del
Apocalipsis agrega: “Al que venciere, le daré a comer del árbol de la
vida; el cual está en medio del paraíso de Dios” (2,7).
EL ARCA DE NOÉ

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El libro del Génesis (8,4), relata que el arca de Noé se halla


sepultada en los glaciares del monte Ararat, en la república de
Armenia. A lo largo de los siglos, diversas expediciones han
intentado recuperarla. Antes con la fuerza del empeño, hoy con los
recursos de la tecnología moderna: fotografías tomadas por el
satélite explorador Erts, desde una altura de 675 kilómetros sobre la
montaña, han confirmado la existencia de lo que parece ser un
barco antiguo sepultado por el hielo.

El Ararat está situado al norte de la meseta de Anatolia, en Turquía


oriental, a pocos kilómetros de la frontera entre Irán y Armenia. En
medio de la planicie destaca este nevado volcánico de 5.156 metros
de altura. Su nombre es de origen armenio arcaico y traduce
“Madre del Mundo”, lo que sugiere que allí surgió la actual especie
humana o que allí se preservó a la humanidad de su extinción total.
Los turcos lo llaman “Agri-Dagh”, que significa “Montaña del Arca”;
mientras los persas le dieron el nombre de “Kuk-i-Nouh”, es decir,
“Montaña de Noé”.

Josefo, historiador judío del siglo primero, hace referencia a varios


escritores antiguos que afirmaban que el navío aún se veía en lo alto
de la cordillera del Ararat. Entre los hombres citados por Josefo
figura Beroso, cronista babilonio del siglo III A. de C.
Posteriormente, los primeros cristianos que vivieron en Armenia
levantaron un templo que llamaron “del Arca”. En el siglo I y II se
acuñaron medallas con dibujos de la embarcación y del Patriarca
Noé. Con el correr de los tiempos, diversos viajeros de Asia Central
señalaron la presencia de una inmensa nave próxima a la cima del
monte.
Desde hace siglos, los nativos de la región afirman haber sustraído
trozos de brea o betún que pudo servir de aleación o pegante, y que
según el Génesis (6,14), se utilizó en la construcción del barco. Los
trozos obtenidos sirvieron como reliquias protectoras de todo mal y
peligro. Sin embargo, para otras comunidades del área la montaña
es misteriosa y mágica, debido a que el Ararat absorbe toda el agua
de la tierra y de la que cae de las lluvias, sin dejar una sola gota en
el seco territorio que la rodea. Cada veinte años, más o menos, una
oleada de calor intenso barre la región, y durante este período es
cuando se ha observado la presencia de una barca, sobre todo en
los meses más calurosos: agosto y principios de septiembre.

La primera persona que dijo haber encontrado el “barco bíblico” fue


San Jacobo, monje del monasterio de Ecimiadzin, en el siglo VII.
Según su relato, por inspiración divina halló en medio de la nieve
que cubre el Ararat una tablilla del arca, que aún se conserva dentro
de un suntuoso relicario como uno de los más preciados tesoros del
catolicismo armenio.

Doce siglos después, en 1840, por causa de un terremoto que


sacudió el nevado, se produjo un desplazamiento del glaciar bajo el
cual está sepultado el navío. Esto fue aprovechado por las
autoridades turcas para enviar una expedición que llegó hasta los
restos de un barco muy antiguo enterrado bajo cinco metros de
hielo.
En agosto de 1883, cuando una fuerte erupción del Ararat atrajo la
atención de algunos científicos turcos. Mientras estaban trabajando
en lo alto del macizo, vieron una viga de madera que surgía del
glaciar y que parecía tener unas mediadas enormes. Como estaba
incrustado en un profundo despeñadero, los hombres tuvieron que
hacer grandes esfuerzos para llegar a los pies de los restos de la
embarcación. Según comunicaron, la madera todavía estaba en
buen estado. Cuando entraron en su interior reconocieron la
existencia de tres niveles de una altura de catorce metros, 133
metros de largo por 22.5 de ancho, medidas que concuerdan casi
con toda exactitud a las registradas en las Sagradas escrituras
(Génesis 6,15-16).

En 1892, se hizo otro escalamiento que incluía al abate Nourri,


archidiácono del patriarcado de Babilonia y jefe supremo de todos
los cristianos nestorianos de Malabar, India. En esta ocasión el
ascenso se llevó a cabo por la parte noroccidental del monte, que es
mucho más difícil de llegar y por lo tanto menos explorada. Los
expedicionarios aseguraron haber llegado hasta el punto donde se
encuentra la proa del arca, y haber penetrado en su interior.
Además, dijeron que la nave se encuentra tumbada de costado y
casi cubierta por el hielo. El alto jerarca eclesiástico prometió
regresar al Ararat para demostrar a los incrédulos la realidad del
hallazgo, pero murió pocos días antes de emprender su segundo
cometido, llevándose a la tumba el secreto de su ubicación exacta
de la barca de Noé.
Dos decenios después, en 1916 y hallándose en plena Primera
Guerra Mundial, el aviador ruso Vladimir Roskowiky sobrevoló el
macizo y afirmó haber avistado en la ladera occidental, a unos
cuatro mil metros de altura, un barco cubierto por el hielo. Dijo
además que estaba de costado. Otros pilotos testificaron el hecho,
lo cual despertó el interés del zar Nicolás II, quien organizó una
nueva excursión con 150 científicos. Su misión consistía en medir,
fotografiar, analizar y tomar pruebas de la madera del arca. Los
científicos hicieron un bosquejo de la ubicación de la nave, pero
cuando el informe llegó a San Petersburgo, había estallado la
revolución bolchevique de 1917. Los documentos más importantes
desaparecieron en medio de la confusión.

Durante la II Guerra Mundial (1939-1945), el mayor soviético Jaspar


Maskelyn, en uno de sus vuelos de reconocimiento al Ararat tomó
dos fotografías del legendario barco. Pero el régimen comunista
ordenó que los documentos y testimonios sobre la existencia del
navío no fueran publicados en la gran Enciclopedia Soviética, bajo el
argumento de que el mito del arca de Noé debe ser rechazado por
la ciencia moderna.

Al finalizar la guerra, la zona fronteriza sobre la que se sitúa el


monte Ararat fue vedada por mandato militar, lo que impidió nuevas
incursiones a la cima. Sin embargo, en 1952 un ingeniero llamado
George Jefferson Greene voló sobre el sitio sobre la ladera norte de
la montaña, aquí distinguió la forma de un barco encallado en un
barranco, entre una pared rocosa y un precipicio, y tomó alrededor
de 30 fotos, pero no pudo conseguir financiamiento para volver, y
en 1962 fue asesinado en las Guayanas Británicas, perdiéndose para
siempre las fotos que demostraban su descubrimiento.
Por su parte, en 1955, el francés Ferdinand Navarra obtuvo la
prueba más contundente sobre la veracidad de esta antigua
embarcación. Tras una expedición llena de peripecias y sufrimientos,
el investigador francés en compañía de su hijo, pudo sustraer el
extremo de un madero de 1.50 centímetros de longitud,
ennegrecido por el betún. El valioso leño fue sometido por dos
institutos científicos independientes a la prueba del Carbono 14. Este
dio al madero una antigüedad de unos cinco mil años de existencia.
Esto coincide con la época en que los geólogos estiman que se
presentó un diluvio, a consecuencia de un gran desbordamiento de
los ríos Tigris y Éufrates, en la Mesopotamia. Asimismo, ha sido
confirmado por un grupo de investigadores de la National
Geographic Society, quienes cerca de la población de Sinop, al norte
de Turquía; encontraron indicios de que dicha zona estuvo habitada,
antes de que toda esta región sufriera una inundación que dio
origen a lo que hoy es el Mar Negro. Después de la odisea de
explorador francés, tres años más tarde el turco Bulent Atalay
también descendió de la “montaña sagrada” trayendo una tabla
parecida a la anterior.

En 1965, un aviador turco tomó la mejor foto, en ella se observa la


forma ovalada de lo que parece ser un barco sumergido por el hielo.
Posteriormente, en 1992 el investigador italiano Angelo Priego,
aseguró haber localizado el navío bíblico a unos 4.600 metros de
altura. Priego dijo que la nave estaba sepultada en el glaciar, entre
dos peñascos.
La más reciente prueba sobre la existencia del arca de Noé se
obtuvo en abril del 2010, cuando un grupo de investigadores turcos
y chinos, afirmaron haber encontrado una estructura de madera
antigua a una altitud de 4.000 metros en el Ararat, situado en el
este turco, cerca de la frontera con Irán. Los restos tienen una
antigüedad de 4.800 años. Según los expertos el hallazgo tiene un
99% de probabilidad. La armazón “tiene muchos compartimientos y
eso señala que pueden ser los espacios en los que se ubicaron los
animales”, agregó Yang Ving Cing, documentalista chino y uno de
los miembros del grupo.

EL ARCA DE LA ALIANZA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El “Arca de la Alianza” (el término “Arca” en latín significa caja), era


un cofre hecho de madera de acacia y recubierta de oro. Entre el
pueblo de Israel, el oro y la madera simbolizaban la unión de la
divinidad con la humanidad. Los dos querubines en su tapa recibía el
nombre del “propiciatorio” o “lugar del perdón”. En su interior se
encontraban las tres grandes reliquias de la “Antigua Alianza”: las
tablas de la ley, por eso era llamaba también el”Arca del
Testimonio” (Éxodo 32,15; Números 17,10), el bastón milagroso de
Aarón y una jarra de oro con parte del maná (Éxodo 25.10-22;
Hebreos 9,3-5). En la tradición talmúdica judía a parte de estos tres
“objetos sagrados”, se menciona el almohadón del patriarca Jacob,
cuando tuvo el sueño de la escalera por donde subían y bajaban los
ángeles del cielo.

Era tal su importancia y dignidad que Yahvé descendía en medio de


una nube sobre ella, en el lugar más sagrado de la tienda
(tabernáculo), cuando los hebreos la llevaban de un lado al otro
durante la travesía en el desierto camino a la tierra prometida de
Canaán; y después en el templo de Jerusalén en el “Santísimo” o
“Santo de los santos” (Sancta Sanctorum) (Levítico 16,2; Hebreos
9, 1-3), aquí se hacían los sacrificios, y El Altísimo daba las órdenes
a los israelitas “desde lo alto de la tapa, de entre los dos seres
alados” (Éxodo 25,22; Números 7,89), “que representaban la
presencia de Dios” (Hebreos 9,5), porque el Señor todopoderoso
“tiene su trono sobre los querubines” (2 Samuel 6,2). Esta nube
luminosa (Schekji.náh), alumbraba el Santísimo; de hecho, era su
única fuente de iluminación. El sumo sacerdote se beneficiaba de
ella cuando entraba en dicha cámara sagrada en el día de Expiación,
y comparecía ante la presencia del Adonay.

En esta fiesta judía que se celebraba una vez al año, el sumo


sacerdote se acercaba al altar que estaba en el patio del templo y
ofrecía un toro para expiar los pecados de los sacerdotes. Más tarde,
entraba en el santuario con la sangre del toro, pasaba por las
puertas que separaban el patio del Santo y luego por la cortina que
dividía el Santo del Santísimo. Una vez en el interior, salpicaba la
sangre siete veces enfrente del arca del pacto. Esta ofrenda era por
sus propios pecados y los de su casa, es decir, los sacerdotes y los
levitas. Luego, siguiendo el mismo procedimiento ofrecía una cabra
para pagar por los pecados de las doce tribus no sacerdotales de
Israel (Levítico 16,5-15).
Solamente los levitas (ayudantes de los sacerdotes) debían cargar
el cofre de la alianza cuando era trasladada en procesión de un
lugar a otro (1 Crónicas 15, 1-2), incluso los ejércitos israelitas en
sus campañas militares viajaban a cierta distancia de ella (Josué
3,3-4); nadie a parte de los sacerdotes podían tocarla, pues morían
en el acto, como sucedió con Uzah, que no era sacerdote, sino al
parecer levita (2 Samuel 6, 6 – 7). El propio Josué en compañía
de los ancianos de Israel, se postró delante de arca para hacer
oración al Señor (7,6), comparar con (2 Crónicas 20,18). Caso
contrario fue lo que les sucedió a los tres jóvenes hebreos: Sadrac,
Mesac y Abed-Nejo; Quienes no quisieron arrodillarse para adorar la
estatua de oro que mandó a construir el rey Nabucodonosor, y que
representaba al Estado babilónico (Daniel 3,1-18). Cumpliendo así el
mandato de la ley mosaica en Deuteronomio (5,8-9).

Hay un curioso relato bíblico narrado en los capítulos 4,5 y 6 del


primer libro de Samuel, cuando los filisteos derrotan a los hebreos
en la batalla de Eben Ezer, capturando el objeto sagrado y lo
trasladan a su capital para ofrecerlo al dios Dagón. Al poco tiempo la
estatua de esta deidad es derribada y destruida por el poder del
Arca de Dios, además los filisteos se ven afectados por tumores
malignos. Proceden a trasladar el Cofre pero la epidemia sigue sus
efectos entre estos paganos, por eso deciden devolverla a sus
legítimos dueños sobre un carro guiado únicamente por dos vacas
por el camino de Bet Semes. Allí es localizada por unos segadores,
que se aproximan demasiado al cargamento, y “El Señor los hirió
con gran mortandad”. Setenta hombres murieron hasta que se
hicieron cargo de ella un grupo de levitas que condujeron el Arca
hasta Quiriat-Jearim, a la casa de Abinadad, donde quedó
custodiada por un hijo de éste hasta que el rey David decidió
trasladarla a Jerusalén, casi medio siglo después.

Muchas tradiciones rodean este cofre de Dios, el más antiguo


símbolo de la fe judía. Después de la destrucción y saqueo del
Templo de Salomón, desaparece de la Biblia, y no se supo de su
paradero. La última vez que las Escrituras hacen alusión al arca es
cuando el rey Josías la trae al templo (2 Crónicas 35,3).
Ciertamente estaba perdida desde mucho antes de la construcción
del segundo Santuario, sobre su paradero hay varia hipótesis:

a. Según la Misná y el Talmud, fue enterrada en uno de los túneles


secretos excavado bajo el monte del Templo. El enterramiento había
sido obra del rey Josías, que alertado por una profecía sobre la
futura profanación del Santo de los Santos por los babilonios, la
ocultó en una gruta debajo del suelo del Recinto Sagrado. Algunos
piensan que en el siglo XII uno de los objetivos de los templarios
(monjes-guerreros) durante las cruzadas, era recuperar esta reliquia
bíblica. Más adelante, en el año 1967, los arqueólogos israelíes
comenzaron a excavar un largo túnel en el extremo noroeste del
antiguo Monte del Templo, circularon insistentes rumores de que
algunos habían vislumbrado el Arca Santa a distancia, pero se les
impidió examinarla, ya que las autoridades musulmanas procedieron
de inmediato a cerrar su entrada.

b. Una leyenda tardía se refiere cómo el profeta Jeremías ocultó


secretamente el Arca y el altar de los holocaustos en una gruta,
situada en el “monte al que subió Moisés para contemplar la
heredad del Señor”. Ese monte desde el cual el caudillo judío divisó
la Tierra Prometida que nunca iba a pisar, es el monte Nebó, un
conocido lugar que se hallaba a unos cincuenta kilómetros de
Jerusalén, en línea recta (2 Macabeos 2,4-8). El antiguo monte
Nebó, ha sido identificado con el Jaban an-Naba, y se encuentra
muy cerca de la frontera con Jordania. En el siglo XX hubo dos
tentativas para localizar el escondite de Jeremías. La primera, en
1920, cuando un aventurero norteamericano, Frederick Futterer,
rastreó durante varios meses la montaña Nebó y una cumbre
vecina, el monte Pisgá. En alguno de los dos, se topó con un
pasadizo secreto en donde había una inscripción jeroglífica que una
vez descifrada, decía: “Aquí dentro está el Arca de oro de la
Alianza”. Pero poco después, el sospechoso explorador desapareció
sin dejar rastro, llevándose la inscripción, y no existe constancia de
que volviera nunca para rescatar el Cofre de Dios del supuesto
pasadizo secreto.

Su pista fue seguida, más de medio siglo después, por un


compatriota suyo llamado Tom Crotser, un supuesto experto en
arqueología bíblica. En 1981, en una expedición en el monte Pisgá,
encontraron el ya mencionado pasadizo donde apareció una cripta
con un arca rectangular cubierto de oro y unos bultos envueltos en
tela. El extraño objeto no se lo llevó, ni siquiera lo tocaron, pero sí
tomaron fotografías de ella. Ya en Estados Unidos informaron a la
prensa sobre su descubrimiento, pero no autorizó para que expertos
en la materia las analizaran.

c. Aparte de Israel algunos creen que el Cofre de la Alianza fue


llevado a Yemen (Actual lugar cercano a Etiopía), o bien por la reina
de Saba; o por el príncipe Menelik, hijo del rey Salomón con la
mencionada monarca; o por un grupo de sacerdotes para que no
cayera en manos de los idólatras; y fue traslada a este país, donde
había una colonia de judíos de raza negra llamados los “falashas”,
identificados con la tribu perdida de Israel. En Etiopía las tradiciones
orales de los monjes coptos aseguran que el Arca estuvo en varios
lugares hasta llegar a la región de Aksum, donde fue depositada en
la iglesia de Santa María de Sión, tres veces destruida y tres veces
reedificada. Allí se encontraría en la actualidad dentro de un
laberinto de pasajes subterráneos custodiada durante siglos por los
llamados “guardianes del Arca”.

Sea cual fuera el destino de la precisada reliquia del Antiguo


Testamento, lo cierto es que la llamada “Arca del Pacto”, es
mencionada nuevamente en el Apocalipsis, donde la ubica en el
templo de Dios en el cielo (11,19).

Después del exilio y hasta el presente, las sinagogas judías han


venido teniendo un arca (Aron Kodesh) para guardar los rollos de las
Sagradas Escrituras (La Toráh), usados en su liturgia. El receptáculo
está separado del recinto principal por una cortina, excepto cuando
se sacan solemnemente los rollos para pasearlos alrededor de la
congregación y darles lectura desde el púlpito (Bema). Esta tradición
se remonta al velo del Santuario que era una cortina amplia que
separaba el Templo propiamente dicho del “Santo de los santos”.

EL TEMPLO DE JERUSALÉN

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO HISTÓRICO
El primer recinto sagrado ubicado sobre el monte Moria fue
construido por el rey Salomón hacia el siglo X a.C., y lo había
terminado en el lapso de siete años. Este monarca siguió el modelo
de los templos sumerios y acádicos, según la cual este lugar era la
morada exclusiva de la divinidad entre su pueblo y su construcción
era reglamentada por una especie de revelación. En el Antiguo
Testamento era llamado como la “casa del Dios verdadero” (2
Crónicas 24,7), “casa de oración para todos los pueblos” (Isaías
56,7), “santo templo” (Salmo 68,5) o “templo del Señor” (1 Samuel
1,9.24).
Este santuario fue saqueado unos cuatro siglos después por el
ejército babilónico de Nabucodonosor, quien lo destruyó junto con la
ciudad de Jerusalén en el 587 a. C. La segunda construcción a la
vuelta del destierro, fue hecha sobre el plano del primer edificio. Fue
iniciada por Zorobabel y los judíos repatriados de Babilonia hacia el
520 por voluntad de Ciro, rey de los persas, y concluido hacia el 515
a.C. El templo mucho más modesto que el primero, no estaba ya el
Arca de la Alianza.
Rehecho nuevamente por Herodes el Grande, tras la guerra que le
dio definitivamente el trono. Hacia el año 20 a.C. empezó su
edificación doblando la extensión del santuario antiguo. Después de
diez años los trabajos esenciales se habían acabado y se pudo
inaugurar con solemnidad la parte central. A la muerte de este
monarca, la obra todavía estaba inconclusa y se necesitaron muchos
años de trabajo para completarlo, hecho que se dio en el 64 d.C. En
el año 70 de nuestra era, es arrasado por los ejércitos romanos de
Tito. A la fecha, solo quedo el llamado “Muro de los Lamentos”, el
lugar más sagrado para los judíos contemporáneos.
II. CARCTERÍSTICAS EN GENERAL

El templo de Jerusalén estaba adornado en un principio por “seres


alados, palmeras, flores, granadas, frutas, leones, toros y
guirnaldas” (1 Reyes 6, 18.29.32.34-35; 7,19-20,25. 29.36). El rey
Salomón, hizo dos enormes ángeles de madera de olivo y cubiertos
de oro, para que custodiaran el Lugar Santísimo (1 Reyes 6,23. 28-
29). Anteriormente, Moisés había dado órdenes a los artistas para
Que confeccionaran en el Santuario, diez cortinas de diferentes
colores bordadas con dos seres alados (Éxodo 26,1.31-33; 36,8.35).

Los sacerdotes que oficiaban en el tabernáculo antes de efectuar sus


labores debían lavarse las manos, los pies e incluso sus prendas con
el agua de la “fuente de cobre” (Éxodo 30,17-21). Más tarde, el rey
Salomón construyó un enorme recipiente de cobre –llamado “mar
fundido”- que normalmente contenía unos 44.000 litros de agua,
cantidad suficiente para cumplir con lo que exigía la ley de Dios al
respecto. Las excavaciones en la zona sur han sacado a la luz un
edificio de baños rituales donde los judíos se purificaban antes de
acceder al recinto sagrado.

En el primer santuario había 4.000 cantores y músicos que estaban


presentes durante las tres grandes fiestas anuales (1 Crónicas 23,5;
25,1.6-7). Solo los varones cantaban en el templo.

El sagrado templo (Bet ha-Micdash), estaba dividido en tres


partes:

1. El atrio (Ulam).
2. La sala principal del santuario o el lugar santo (Hekal).
3. El “Santo de los Santos” (Sancta Sanctorum), era el
lugar de la Shekirá, es decir, de la presencia y de la
gloria de Yahvé (Éxodo 29,43-46; 40, 34-38).

Era además el único santuario que tenían los hebreos en Jerusalén.


Los israelitas frecuentaban el templo todos los días, pero en
especial para las tres grandes celebraciones del calendario judío: la
de las Tortas no Fermentadas, la de las Semanas (después llamada
Pentecostés) y la de las Cabañas (Deuteronomio 16,16-17). En este
templo había tanto culto que cada semana se necesitaban 300
sacerdotes para eso, ayudados por 400 levitas entre sacristanes,
músicos, cantores, policías. Los toques de los cuernos y de las
trompetas, acompañado de los clamores de los salmos daban todo
un ambiente de piedad.
APOLOGÉTICA

1. ÍDOLOS E IMÁGENES SAGRADAS EN LA BIBLIA.


2. LAS IMÁGENES Y PINTURAS SAGRADAS EN LA IGLESIA
PRIMITIVA.
3. LA CRUZ DE CRISTO.
4. ¿EXISTE REALMENTE EL PURGATORIO?
5. ¿POR QUÉ LOS CATÓLICOS SANTIFICAMOS EL DOMINGO?
6. ¿QUÉ SALVA LA FE O LAS OBRAS?
7. ¿ES VERDAD QUÉ ESTAMOS VIVIENDO LOS ÚLTIMOS TIEMPOS?
8. CURSO DE APOLÓGÉTICA CATÓLICA.
ÍDOLOS E IMÁGENES SAGRADAS EN LA BIBLIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ACLARACIÓN BÍBLICA

! Cuántas veces no hemos escuchado a los evangélicos y demás


cristianos acusar a los católicos de adorar imágenes!, Lo que está
prohibido en la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento, cuando
leemos: “Tenga, pues, mucho cuidado de no caer en la perversión
de hacer figuras que tengan forma de hombre o de mujer, ni figura
de animales, aves, reptiles o peces. Y cuando miren al cielo y vean
el sol, la luna, los estrellas y todos los astros, no caigan en la
tentación de adorarlos” (Deuteronomio 4, 15-19). Así como también
en el Nuevo Testamento: “Y cambiaron la gloria de Dios
incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de
aves, de cuadrúpedos y de reptiles...ya que cambiaron la verdad de
Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes
que al Creador” (Romanos 1,23.25); “No debemos pensar que la
Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y
de imaginación de hombres” (Hechos 17,29). Para entender este
decreto divino tenemos que saber que en el Antiguo Testamento
escrito en hebreo, existen tres términos con referente a este tema:
“pesel”, que quiere decir “ídolo” que sustituye a Dios con la
finalidad específica de adorarla, aparece en Éxodo 20, 4 y en
Deuteronomio 4, 15, como el becerro de oro (Ex 32), “tselem”, que
traduce “imagen” o “estatua” representativa”, por ejemplo, en
Génesis 1, 26, donde YHWH dice: Hagamos al hombre a nuestra
imagen y semejanza., y “pittuach”, es una “imagen decorativa” o
un “grabado”. Tanto tselem como pittuach se refieren a imágenes
representativas no idolátricas; es decir, no se las fabrica para
adorarlas. Es lícito tener estas imágenes, como se ve en Éxodo 25,
18 a propósito de los querubines de oro, y en Números 21, 6-9, a
propósito de la serpiente de bronce.

Del mismo modo, hay que situarnos en el contexto histórico,


geográfico, cultural y religioso; en el momento en que se escribió
este libro del Pentateuco y la epístola de San Pablo, cuando
solamente el pueblo judío, y los cristianos, como herencia de la
Antigua Alianza; rendían tributo al único y verdadero Dios revelado a
Moisés en el monte Horeb (Exodo 20,3). Por el contrario, las otras
civilizaciones y pueblos antiguos que vivían en la región de la
Mesopotamia, adoraban falsos dioses (Josué 24,14). Los egipcios
creían que muchos dioses vivían en la tierra, y eran a menudo
mostrados bajo la forma de animales. Al igual, que muchos ídolos
del Canaán (Salmo 106, 38), y de otros pueblo paganos (Jueces
10,6), como fueron también los árboles o bosques sagrados, los
ejércitos del cielo (2 Reyes 17,16), y los terafines, que eran dioses
caseros de todo tipo (Génesis 31,19; Jueces 17,5).Todos ellos eran
imágenes hechas para adorarlos (Hechos 7, 43).
III. LOS ÍDOLOS EN LAS CULTURAS ANTIGUAS
En el antiguo Oriente Medio, la gente creía que los dioses sólo
podían ser adorados en los territorios que regían. Ya que el mundo
de las divinidades era tan grande y numeroso que un dios único se
perdía en medio de tantos. Entonces se desarrolló el concepto de
dioses vecinos o personales, considerados como un punto de
conexión con los dioses superiores. Estas deidades inferiores eran
consideradas como “dios de nuestros padres”. A ellos se les
dedicaba el culto familiar o personal. Este dios personal de alguna
manera exigía para sí el derecho de ser único y exclusivo objeto de
adoración.
El principal de todos que rivalizaba con Yahvé, era Baal que significa
“Amo” o “Señor”, dios de los cananeos representado en forma de
buey, y que fue sometido a la prueba del fuego por el profeta Elías
En el monte Carmelo (1 Reyes 18,20-40). Baal era una deidad de la
fecundidad y la fertilidad, también conocido como “el jinete de las
nubes”, cuyo emblema era un relámpago. Se le atribuía el poder de
la lluvia para regar los cultivos, y las cosechas abundantes al final de
la temporada seca. Es probable que muchos de sus adoradores le
lanzaran besos a una estatua suya o se arrodillaran ante ella, para
incitarlo a que bendijera sus sembrados y sus ganados; además,
acostumbraban hacerse cortes en sus cuerpos hasta sangrar (1
Reyes 18,28). Se le ofrecía en su honor las primicias de las
cosechas, de los rebaños, y de vez en cuando, sacrificios de los
primogénitos varones. Yahvé Sabaot pedía a su pueblo que lo
escogiera a él como su “Baal”, como su “dueño marital” (Isaías
54,5).

Cuando en las Sagradas Escrituras se emplea el plural “baales”, se


trata de varios ídolos, algunos de ellos eran locales o de la región.

El: es padre de los dioses y de los hombres. Es simbolizado por un


toro, al que adoraban todos los pueblos de Siria y Palestina, pero
con diferentes denominaciones de acuerdo con los lugares. Después
de la experiencia del éxodo, El será identificado con Yahvé, que
asumirá sus características como eran: creador, altísimo o eterno.
Esto explica la razón por la cual la Biblia la forma plural Elohim, que
a lo mejor expresa majestad y grandeza de la divinidad, sea
adoptado para designar a Dios (Génesis 1,1). La mujer de El era
Aserá, que también era llamada “madre de los dioses”.

Marduk, el primer dios del panteón babilónico, su semejanza con El


Dios Verdadero es causa de los ataques que contra él se menciona
en el Antiguo Testamento, se le dedicó la famosa torre de babel. Era
imaginado como un dragón.

Rah, dios-sol egipcio, se le rendía culto en Heliópolis. (Amón) era el


mismo dios en Tebas (al sur del Cairo), representado también como
un carnero o ganso. Asimismo, El faraón Akenatón intentó sin éxito
establecer a Atón, el disco solar, como deidad única. En Persia (hoy
Irán), había otro dios solar conocido como Mitra, su culto se difundió
en el Imperio Romano. Shamash, dios asirio-babilónico que
representaba el mismo astro solar. La estrella del dios Refán (el
planeta Saturno, adorado por los asirios), (Hechos 7,43); Amun,
deidad lunar egipcio al igual que Nanna para los sumerios; Anu,
dios asirio –babilónico del cielo y Hadad, dios de la tormenta para
los arameos.

Horus, dios solar representado como un halcón o un hombre con


cabeza de halcón. Esta ave era utilizada para la caza de pájaros de
presa. Los egipcios los sacrificaban para pedir favores a los dioses,
para sanación física.

Tot, dios de la lluvia y el trueno, era imaginado con cabeza de ibis


(ave zancuda), mono o de perro. Los antiguos egipcios creían que el
ibis se alimentaba de los reptiles que infestaban el País. Igualmente,
el búho era el animal sagrado de la diosa griega Atenea.
Las antiguas civilizaciones paganas frecuentemente ilustraban a sus
dioses como toros, que eran el símbolo del poder y la virilidad, y es
así como encontramos a Moloc, dios de los amonitas con cabeza de
toro y cuerpo de hombre, divinidad principal de Biblos, su culto
estaba muy extendido en Canán y en las colonias fenicias (1 Reyes
11,7). El toro o buey de Apis, la deidad egipcia de la fertilidad,
adorado sobre todo en Menfis, se embalsamaba y se colocaba en
tumbas como las encontradas cerca del Cairo. En Creta era un
animal sagrado, como se observa en el museo de Herakleion, de
una bella escultura hallada en Knossos, de la cabeza de un toro en
esteatita con cuernos de oro. Para los griegos, el Minotauro era un
monstruo legendario con cuerpo humano y cabeza de bovino. El
famoso “becerro de oro”, que se cree que fue modelado sobre la
base del Toro de Apis, y representaba la imagen del Señor; hecho
con las joyas del pueblo y que adoraron Aarón y los hebreos
mientras Moisés estaba en la “montaña sagrada” (Éxodo 32, 1-8).
Se han descubierto réplicas de este ídolo como en la ya descrita
ciudad costera de Biblos, en Fenicia (Líbano), y en las ruinas de la
antigua ciudad portuaria de Asquelón (Israel); donde los
arqueólogos desenterraron un becerro de 12,5 centímetros de
longitud hecho de bronce, cobre y posiblemente plomo y plata, el
ídolo data del 1550 a. de C., antes de la conquista israelita de
Canaán. Igualmente, el rey Jeroboam hizo “dos terneros de oro”,
uno en Betel y otro en Dan en representación de Baal (1 Reyes
12,28-29; Oseas 13,1-2).

Hator, diosa de la antigua casa real egipcia bajo la forma de una


vaca entre cuyos cuernos lucia el disco solar, se mostraba a menudo
como una vaca emergiendo del Nilo, era considerada como la fuente
de la fertilidad acompañada de Jatón, diosa egipcia mujer con
cuernos de vaca.

El dios Khnum, de cabeza de carnero, era adorado como el guardián


de las crecidas del río Nilo, al lado Banaded, deidad egipcia en forma
de otro carnero.
Yapet, la serpiente demonio. Al lado de la diosa cobra Ua Zit, deidad
femenina del Bajo Egipto en los tiempos predinásticos. La cobra era
también la figura de la realeza para esta cultura. Los faraones tenían
la costumbre de colocar en sus cabezas un casquete de oro con la
representación de la serpiente sagrada Wadjet, símbolo de su poder
y la sabiduría total, y de la cual se decía que escupía fuego a sus
enemigos. La Biblia menciona a una enorme serpiente que fue
destruida por el profeta Daniel (14, 23-27). Este reptil era
considerado como una divinidad dadora de vida, para los
mesopotámicos, griegos y romanos. Entre los sumerios se conocía la
figura de la serpiente enrollada en una varilla como señal de vida,
representación que persiste aún en la medicina y la farmacología. En
la religión de Canaán, país en el que vivió el pueblo de Dios, la
serpiente era el emblema de la idolatría de tipo sexual. Del mismo
modo, era considerada por los judíos como un animal impuro que
representa al mal, porque es traicionera, venenosa y mata con su
picadura.
Sebek el cocodrilo. Estos animales limpiaban el río Nilo de la
carroña. La antigua cultura egipcia aparte de los faraones también
momificaban a los cocodrilos; como se han encontrado en algunos
sarcófagos de las pirámides y tumbas del valle de los reyes y de
Gizah.

Heqt, dios egipcio bajo la figura de una rana.

Anubis, dios de los muertos con cabeza de chacal y cuerpo de


hombre; como se observa en una pintura funeraria del museo
británico. Seth, se le identificaba en el país de los faraones como
una especie de cánido de cola ahorquillada, con las orejas
recortadas, y el resto del cuerpo de un hombre. En la mitología
griega estaba Cerbero, perro con tres cabezas y guardián de los
infiernos.
Bastet, la diosa egipcia en forma de gata. Se conserva una estatua
de bronce del siglo VI a.C., Los gatos perseguían a las ratas que
eran unas verdaderas plagas en las ciudades, en las aldeas y en los
sembrados. Estos felinos eran sagrados y se castigaba con la pena
de muerte, a aquel que los matara, así fuera accidentalmente.
Cuando un gato querido moría, se le momificaba y se lo sepultaba
en terreno sagrado. Debajo de las tumbas se les dejaba pequeños
recipientes con leche y juguetes para que pudiera beber y jugar en
el otro mundo. En la isla de Chipre se encontró la estatuilla de un
gato similar a figuras de piedra y arcilla halladas en Siria, Turquía e
Israel.

La Esfinge, monstruo legendario originario de Egipto. Híbrido de


gran poder compuesto generalmente de cuerpo de león y cabeza de
faraón, o a veces de animales como el carnero y el halcón. La más
célebre se encuentra en Gizah. Fue a menudo la imagen del rey
para los antiguos egipcios.

Dagón, uno de los principales dioses filisteos y de otras naciones


mesopotámicas. En hebreo significa “grano”, por lo tanto era
probablemente una deidad de la vegetación. Llegó a ser descrito
como mitad hombre y mitad pez, porque el nombre de este ídolo
sonaba como la palabra hebrea “dag”, que quiere decir “pez” (1
Samuel 5,4). Tenía en Asdod un templo, adonde llevaron los filisteos
el “Arca de la Alianza” después de quitársela a los israelitas. En las
culturas de Oriente Medio era costumbre que las naciones
victoriosas transfirieran los ídolos capturados a sus propios templos.
Esto simbolizaba la creencia de que sus dioses eran superiores. Los
filisteos trataron el “Cofre Sagrado” como un ídolo conquistado, y
cuando la introdujo en su santuario la figura del ídolo cayó dos
veces al suelo y en la segunda se hizo añicos.
El otro lugar de culto estaba en Gaza, y fue destruido por Sansón
(Jueces 16,23ss). Los arqueólogos han encontrado en la región de la
Mesopotamia los restos de seis templos en honor a Dagón, Istar, la
diosa de la fertilidad, y de Shamsah, el dios sol. Originalmente, estos
lugares de culto tenían una estatua de la deidad a la que se hacían
ofrendas y súplicas. Los devotos colocaban imágenes de sí mismo
en las que se representaban sonrientes, orando en los bancos del
santuario, pues creían que así prolongaban el acto de adoración que
rendían.

Milcom, dios de los amonitas que tenía una corona de oro de un


talento (1 Crónicas 20,3); Y a quien el rey Salomón edificó un
santuario en Jerusalén (1 Reyes 11,5).

Atum, dios egipcio con apariencia de un anciano creador del


universo y del más allá. Según el Libro de los Muertos, al final de los
tiempos aparecerá en forma de una serpiente. Osiris, una de las
deidades principales del panteón egipcio, es el primer rey divino en
Egipto. Ptah, creador de los dioses y seres humanos, es también
señor de la ciudad de Menfis, se le representaba como un hombre
con una vestidura ceñida, con gorro, cetro y alas. Amón, dios rey
egipcio, tenía forma humana, con una corona y dos plumas.
La mitología Griega y Romana adoraban en santuarios y templos a
dioses con figuras humanas que vivía en una especie de panteón
llamado el Olimpo, como Zeus la principal deidad griega, y Hermes
su mensajero divino (Hechos 14,11-12). Según una antigua leyenda,
estos dos dioses visitaron Listra y se enfurecieron por la poca
amabilidad de las personas y destruyeron la ciudad. Esta historia es
bien conocida por el pueblo de Listra y explica la reacción tan
generosa de estas personas con Pablo y Bernabé (Hechos 14,12).
En el segundo viaje misionero de Pablo se dirigió a Atenas, famoso
centro de la filosofía y de culto pagano. Fue aquí que predicó en el
Areópago, observando un monumento “A un Dios desconocido” (en
griego, A.gnó.stoi The.ói) (Hechos 17,19-23) “Areópago” significa
monte de Ares, dios griego de la guerra. Según la leyenda, hubo
una terrible plaga que arrasó Atenas. Sólo cuando se sacrificó un
rebaño de ovejas en un altar dedicado a “un dios desconocido”, la
plaga llegó a su fin. En esta parte del territorio del Imperio Romano
se han descubierto altares dedicados en latín a deidades anónimos.
Se halló uno en Pérgamo, con la inscripción escrita en griego, como
la hallada en Atenas por el apóstol de los gentiles. En el mismo libro
sagrado se relata que cuando Pablo era conducido a Roma, navegó
de Malta a Siracusa en un barco que llevaba en lo alto de la proa
dos esculturas de los hijos gemelos de Zeus, de nombres “Cástor y
Pólux” (Hechos 28,11). Considerados en el mundo greco-romano
como dioses custodios de los marineros.
Alejandro Magno recibió adoración en las tierras orientales que
conquistó, con sus sucesores y reyes esto llegó a ser una práctica
común. En Egipto el oficio de faraón era sagrado y la familia de los
Tolomeos, tanto en vida como en muerte fuero adorados
oficialmente. Los faraones eran embalsamados y colocados en
tumbas dentro de las pirámides. En el Libro de los Muertos (1500
a.C.), narra el viaje celestial del faraón, en forma de pájaro -oca,
garza real o halcón, langosta o escarabajo –ayudado por los dioses,
para convertirse en viaje al más allá en un dios. El escarabajo
simboliza al dios solar Khepri, eran momificados como talismanes de
los faraones y relacionados con la resurrección e inmortalidad en el
antiguo Egipto. Mélec, que significa ‘’rey”, y se aplica en el Antiguo
Testamento como título a varios dioses legendarios (Isaías 57,9).
Durante el reinado de Antíoco IV (175-164 a.C.) quien se impuso el
nombre de Epífanes (= manifestación de dios), nombre que el
pueblo cambiaría irónicamente por el de Epímanes (loco), hizo erigir
en el Templo de Jerusalén un altar pagano donde se ofrecía
sacrificios a Zeus Olimpo, o su equivalente para los romanos
“Júpiter”, quien recibía el sobrenombre de “Optimo Máximo” (“el
mejor y mayor de todos”), intentando con esto erradicar la fe
judaica. Este hecho sucedió el 15 de diciembre del 167 a.C., es el
episodio que Daniel 9,27 define como “abominable desolación”. Este
acto de impiedad y de sacrilegio fue lo que motivaron la insurrección
de los hermanos Macabeos, que significa martillador (del arameo
maqqabah=martillo). El 25 da casleu (diciembre) del 164 a.C. el
altar fue nuevamente consagrado y se retomó el culto regular con
una fiesta de ocho días. Desde entonces el judaísmo recuerda el
acontecimiento cada año con la fiesta de la Hanukkah
(=dedicación del templo). En el texto de 2 Macabeos 9 la muerte de
Antíoco es visto como el justo castigo de Dios para el impío
monarca, quien muerte entre atroces dolores, devorado vivo por los
gusanos, en tierra extranjera.
Cuando Pompeyo, militar y político romano, a mediados del año 63
a.C., entró asustado y curioso en el templo de Jerusalén al recinto
llamado el “Santo de ls Santos”, con la espada en la mano, para
admirar la estatua del Dios de los hebreos. Encontró la hornacina
vacía, por el simple hecho que los adoradores del Dios trascendente
no le habían permitido representarlo con imagen alguna. Desde
entonces corría por Roma el rumor de que los judíos eran ateos,
porque no adoraban las deidades paganas, y no poseían alguna
imagen de divinidad a la cual rendirle culto. Con este hecho, el
poder romano había violado el recinto sagrado del templo, donde
ningún gentil podía poner sus pies.
El rey Herodes el Grande mandó a clavar un águila imperial de oro
sobre el pórtico del Santuario, pero dos doctores de la ley, Judas y
Matías, la arrancaron en pleno día delante de todo el pueblo y la
destrozaron a golpes de hacha. Otra “abominación” similar fue la del
emperador Calígula, cuando quiso levantar su estatua en el mismo
Edificio Sagrado como el “nuevo Júpiter”, pero murió antes de que
su orden fuera ejecutada.
Los emperadores romanos siguiendo la costumbre de los soberanos
griegos eran considerados como "semi dioses” o “hijos de los
dioses”. Esta práctica se remonta al general Julio César, quien había
sido elevado a este rango por el senado romano y fue conocido
como “Divus Julius”, la deificación fue entonces una parte
importante de la política romana. Su hijo adoptivo y sucesor,
Octavio, fue declarado “Divi Filius”, es decir, “Hijo de Dios” o “Hijo
de un Ser Divino”, y es así como tiempo después Vespasiano llegó a
decir: “creo que me estoy convirtiendo en un dios”. Tal designación
latina se convirtió en un título solemne de los emperadores al igual
que otros nombres como: “Augusto” (Venerable), “Soter”
(Salvador del mundo), “Dominus et Deus” (Señor y Dios), “Divus
Augustus” (Divino Augusto), “César Kyrios” (El César es el
Señor), o “Pontifex Maximus” (Máximo Pontífice). En sus
monedas eran acuñadas con una corona radiante. Los aclamaban
con las mismas palabras con que invocaban a un dios, con himnos y
cantos. Además, se le erigían altares, estatuas y templos donde se
le ofrecían sacrificios. En Pérgamo en Asia Menor (hoy Turquía),
tuvo el templo más antiguo dedicado al culto del emperador
romano, del cual se hace mención como a la misma encarnación del
mal en el libro del Apocalipsis (2,12-13).

Esculapio, dios griego de Pérgamo que obraba milagros a favor de


los enfermos, y por eso se le daba el título de “salvador”. Esto les
disgustaba mucho a los primeros cristianos. Por eso Jesús resucitado
en el libro de las Revelaciones llamó a esta ciudad de Asia menor
como el lugar donde “Satanás tiene su trono” (2,13).

IV. DIFERENTES CARACTERÍSTICAS

En la traducción de los Setenta la palabra “demonio” se empleaba


para traducir la hebrea sedîm “señores” o elîlîm “ídolos”, puesto
que los hebreos desde el comienzo miraron las estatuas idolátricas
como meros símbolos visibles de demonios invisibles (Deuteronomio
31,17; Salmo 96,5; 106, 37-38; Baruc 4,7). Estos ídolos de los
paganos eran elaborados con “oro, plata, Bronce, hierro, madero y
piedra” (Daniel 5,4), “tienen boca, pero no pueden hablar, tienen
ojos, pero no pueden ver” (Salmo 115, 4- 8). “El que funda una
estatua para adorarla como si ella fuera un dios, pierde su tiempo
(Isaías 44,10), ya que son verdaderos “altares de los demonios” (2
Reyes 23,8), “que no sirven para nada” (Jeremías 2,11), ni pueden
salvar (Isaías 45,20), “imágenes engañosas y sin vida” (Jeremías
51,17). El apóstol San Juan recalca que hay que cuidarse de los
“dioses falsos” (1 Juan 5,21), “Porque todos los dioses de los
pueblos son ídolos” (Apocalipsis 96,5). Mientras que San Pablo
agrega “los dioses hechos por los hombres no son dioses” (Hechos
19,26), “un ídolo no tiene valor alguno en el mundo” (1 Corintios
8,4). Por esta razón, hay que pasar “de los ídolos a Dios” (1
Tesalonicenses 1,9)
IV. CONDENACIÓN DE YAHVÉ A LA IDOLATRÍA

Hay tres razones por las que La Biblia condena este tipo de culto:

El concepto bíblico de “Dios Todopoderoso” difiere radicalmente del


paganismo y la idolatría. Donde hay muchos dioses cada uno limita
al otro. Puesto que ninguno de ellos es creador de todos, ninguno
de ellos tiene todo el control. De hecho, era algo detestable ante los
ojos del Todo Poderoso: ‘Yo soy el Señor, ése es mi nombre, y no
permitiré que den gloria a ningún otro, ni que honren a los ídolos
en vez de a mí” (Isaías 42,8), El es “un Dios celoso” (Éxodo 34,14).
De hecho, cuando el pueblo hebreo entró a la tierra del Canaán
tenían la misión de destruir los “ídolos” y sus “altares” (Números
33,52). Por su parte, los profetas escarnecían y ridiculizaban a los
otros dioses y a los ídolos que adoraban los otros pueblos. En
ocasiones los llamaban ídolos “repugnantes” o “abominaciones” (1
Reyes 11,5). Cuando los judíos no querían pronunciar el nombre de
un falso dios o ídolo, simplemente se referían a ellos como
“oprobio”, “vergüenza”, “apostasía” “prostitución” o “fornicación”
contra Dios. Los historiadores bíblicos han descubierto que la
adoración de Baal, Astoret y otros dioses cananeos; después de las
ofrendas y de los sacrificios en sus propios templos, seguía la fiesta
durante la cual se comía, se bebía, se bailaba, se emborrachaban y
hasta se daban orgías de todo tipo aprovechando la presencia de
prostitutas y prostitutos sagrados (1 Reyes 12,24; 15,12; 22,47; 2
Reyes 23,7; Oseas 2,4-19; 4,12-13). Así por ejemplo, Afrodita, tenía
ciento de prostitutas sagradas es su templo pagano en la ciudad de
Corinto, capital de la provincia romana de Acaya. Para el judío
participar en la práctica de la “prostitución sagrada”, significaba
reconocer que la fecundación y la fertilidad provenían de las
deidades cananeas y no de Yahvé. Esto implicaba violar el primer
mandamiento que dice que solo el Adonay es Dios del pueblo judío,
porque Él los ha hecho salir de la esclavitud en Egipto. También los
babilonios cubrían sus ídolos con ricas vestiduras, se las adornaba
con collares, brazaletes y anillos; las colocaban sobre lechos
suntuosos y las sacaban en procesión.

El pueblo judío llegó o introducirlos en el templo sagrado de


Jerusalén, la ciudad escogida entre todas las tribus de Israel (1
Reyes 11,32), después de que el rey Salomón en su vejez Cayera en
la idolatría (1 Reyes 11, 4; Jeremías 7,30, Nehemías 13,26); lo que
duró hasta la reforma en el reinado de Josías (2 Reyes 23,4).

Los israelitas les presentaban en su honor vino y cereal (Isaías 57,


6), tortas (Jeremías 7,18), incienso en altares de ladrillo y sobre los
montes (Isaías 65, 3.7); Sacrificaban toros, mataban hombres,
degollaban ovejas, desnucaban perros y derramaban la sangre de
los cerdos (Isaías 66,3). Algunos expertos afirman también que los
idólatras a veces usaban altares con una cavidad secreta debajo, de
modo que pareciera que una fuerza sobrenatural encendía el fuego.
Incluso, “han sacrificado en el fuego a sus propios hijos” (Ezequiel
23, 37). A Moloc (o Mólek). Los hebreos en tiempo de los reyes
llegaron a ofrecerle esta clase de holocaustos en el valle de Ben-
Hinom (o “valle de Hinón”), situado al sur de Jerusalén (Jeremías
32,35). Este sitio llegaría a conocerse como el “valle de la matanza”,
donde yacerían sin ser enterrados los “cadáveres de esta gente”
(Jeremías 7,30-34). Del mismo modo, en las antiguas tierras del
Canaán (lo que hoy es Israel y el Líbano), hace unos 3500 años
atrás, la estatua de bronce de este ídolo con los brazos extendidos,
se ponía un horno al rojo vivo y las víctimas (niños primogénitos),
eran arrojadas al interior (Deuteronomio 12,31). La arqueología ha
encontrado en Cartago, campos de urnas conteniendo esqueletos de
infantes recién nacidos calcinados. Culto semejante hubo en toda el
área mediterránea. Por esta razón, el apóstol Pablo comparaba estas
prácticas como verdaderos tributos a los demonios (1 Corintios
10,20).

Fueron estas las causas por las que el Señor castigó ejemplarmente
a Israel (Jeremías 44, 22-23). Por esta razón, todos los verdaderos
profetas desde Moisés hasta Malaquías predicaron con toda
vehemencia y con todo el poder que tenían para hacer volver al
pueblo a la adoración verdadera. Sin embargo, mientras más los
llamaban tanto más se alejaban del Señor (Oseas 11,2). Israel y
luego Judá fueron llevados a un exilio como el último gran castigo,
dado que ellos fueron tras dioses ajenos (2 Reyes 22,17). Se
necesitó este terrible juicio para apartarlos de la idolatría. Cuando
volvieron de la cautividad a sus tierras bajo Zorobabel, nunca más
volvieron a adorar ídolos como nación.
IV. LAS IMÁGENES SAGRADAS EN EL JUDAÍSMO

El mismo Dios del cielo le ordenó a su pueblo construir figuras con


fines curativos, sagrados y decorativos; como:

La “serpiente de bronce” que fue utilizada como antídoto contra la


mordedura de estos reptiles en el desierto del Sinaí (Números 21,
8). Esta imagen estuvo doscientos años en el Templo de Jerusalén,
hasta que el rey Ezequías mandó destruirla, porque los hebreos la
llamaban Nehustán (cosa de cobre), término en hebreo que viene
de la combinación nâjash (“serpiente”) y nejôsheth (“cobre o
bronce”). Llegando a idolatrárla y ofreciéndole sacrificios de
incienso (2 Reyes 18,2-4).
La Menorá, candelabro de siete brazos que se colocó en el interior
de la Tienda Sagrada y después en el Templo de Jerusalén, tenía
grabadas flores de almendro (Exodo 25,33), ardía frente al Arca de
la Alianza. En Tierra Santa es el símbolo de la ley, la luz de Dios que
ilumina a su pueblo escogido. En la antigua Jericó se descubrieron
las ruinas de la sinagoga de Noara. Allí se halló un mosaico de la
menorá, con la inscripción hebrea “Shalom al Yisra'el” (La paz con
Israel).

El “Sello” o “Estrella de David”, es un símbolo de origen bíblico


(Génesis 49, 1-10; Números 24,17), aunque se desconoce en qué
circunstancias pasó a ser el emblema nacional del estado de Israel,
utilizado en monumentos y en su bandera.

En el museo nacional de Damasco, se encuentra unos treinta


paneles pintados que hacen alusión al tema de la restauración y la
salvación del pueblo hebreo, la venida del Mesías, al igual que
imágenes de los patriarcas, de Moisés y el éxodo, de la pérdida del
arca sagrada y su recuperación, del rey David y la reina Ester. Los
eruditos bíblicos han relacionado estas representaciones artísticas
con las Biblias ilustradas, que empezaron a circular durante los
siglos II y III d.C., y que indica que el arte religioso católico tuvo su
origen en las fuentes de la religión judaica.

En antiguas sinagogas que datan del siglo II al VI d.C., como en


Tíberiades, Beit Alfa, Yeras, Narra, Dura y otras; se han encontrado
estatuas, frescos y mosaicos de figuras humanas, de animales y de
pasajes bíblicos como: el arca de Noé, el sacrificio de Abraham, la
zarza ardiente, el éxodo, la separación de las aguas del mar Rojo
por Moisés. Así también las tumbas judías de Roma se adornaban
con imágenes (Comparar con Mateo 23,29).

Mical, la esposa del rey David tenía en su casa de Jerusalén una


imagen de Terafim, un ídolo doméstico que al parecer tenía el
tamaño y la forma de un hombre (1 Samuel 19,12-13). Los
hallazgos arqueológicos indican que en tiempos bíblicos, las tallas de
Terafim, no solo se usaban con fines religiosos, sino también como
títulos de propiedad familiar. Anteriormente, Raquel, esposa de
Jacob, había robado un Terafim a su padre (Génesis 31, 19). Con la
reforma religiosa de Josías desaparecieron, ya que los judíos le
habían relacionado con un talismán para la buena suerte, también
tenían amuletos que escondían debajo de la ropa (2 Reyes 23,24).

V. EL TEMPLO DE JERUSALÉN

Este recinto sagrado construido por el rey Salomón hacia el siglo X


a.C., era llamado como la “casa del Dios verdadero” (2 Crónicas
24,7), “casa de oración para todos los pueblos” (Isaías 56,7), “Santo
Templo” (Salmo 68,5) o “templo del Señor” (1 Samuel 1,9.24); era
considerado como “una figura del santuario verdadero” (Hebreos
9,24); y estaba adornado en un principio por “seres alados,
palmeras, flores, granadas, frutas, leones, toros y guirnaldas” (1
Reyes 6, 18.29.32.34-35; 7,19-20,25. 29.36). El ya mencionado rey
judío, hizo dos enormes ángeles de madera de olivo y cubiertos de
oro, para que custodiaran el Lugar Santísimo (1 Reyes 6,23. 28-29).
Anteriormente, Moisés había dado ordenes a los artistas para que
confeccionaran en el Santuario, diez cortinas de diferentes colores
bordadas con dos seres alados (Éxodo 26,1.31-33; 36,8.35); Y todo
esto con la aprobación celestial. Es más, en la visión que el profeta
Ezequiel tuvo del “templo futuro”, aparecen dos imágenes de un
ángel con cara de hombre y otro con cara de león, al lado de más
“seres alados y palmeras” (41, 18-20).

El Sagrado Templo (Bet ha-Micdash), estaba dividido en tres


partes: el atrio (Ulam), la sala principal del santuario o el lugar
santo (Hekal), y el Santo de los santos, allí sólo podía entrar el
Sumo Sacerdote una vez al año. El “Santo de los Santos” (Sancta
Sanctorum), era el lugar de la Shekirá, es decir, de la presencia y
de la gloria de Yahvé (Éxodo 29,43-46; 40, 34-38).
Fue además el centro religioso de la nación de Israel, destruido por
Nabucodonosor de Babilonia en el 587, es reconstruido por
Zorobabel a la vuelta del destierro hacia el 515, rehecho
nuevamente por Herodes el Grande, empezando su construcción
hacia el año 20 a.C., recibirá en varias oportunidades al Hijo de
Dios. Hacia el año 70 de nuestra era, es arrasado por los ejércitos
romanos de Tito, solo quedo el llamado “Muro de los Lamentos”, el
lugar más sagrado para los judíos hoy en día.
LAS IMÁGENES Y PINTURAS SAGRADAS EN LA
IGLESIA PRIMITIVA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En el barrio de Talpiot Este, en la Ciudad Antigua de Jerusalén, un


grupo de científicos descubrió una tumba. En uno de los osarios
situado en torno al año 60 D.C., se puede ver la pintura de un gran
pez con una figura humana en la boca, que los expertos interpretan
como el episodio del Antiguo Testamento del profeta Jonás. Es
considerada una de las primeras evidencias arqueológicas del
Cristianismo Primitivo.

En la ciudad de Roma, se encuentran las catacumbas (túneles en el


sub suelo). Aquí hay diferentes representaciones del arte paleo-
cristiano como en las de “Santa Priscila”, “San Calixto”, “Domitila”,
“San Sebastián” o “San Pedro Y San Marcelino”. En su interior se
han encontrado imágenes, nichos de tumbas decorados con
diferentes motivos, monumentos y murales que representan entre
otros motivos algunas escenas bíblicas, para expresar su esperanza
en la salvación de Dios, tales como: Noé y el diluvio, Moisés ante la
zarza ardiente, los tres jóvenes en el horno ardiente, Daniel en el
foso de los leones, la anunciación del ángel San Gabriel a la Virgen,
María con el Niño Jesús, el pesebre, la visita de los Magos de
Oriente, la muerte de Cristo en la Cruz. Según los resultados
cronológicos los mismos datan de mediados del siglo II hasta el siglo
IV de nuestra era.
En una antigua necrópolis del subsuelo de la basílica de San Pedro
de la segunda mitad del siglo II, se descubrió un mosaico del techo
conocido como “Cristo el Sol de Justicia”, mientras asciende al cielo
sobre una cuadrilla de caballos blancos, sosteniendo un globo en la
mano izquierda (Mateo 25,31; Apocalipsis 22,16). En las paredes se
distinguen las imágenes del Buen Pastor, y la de un pescador que
tira del anzuelo a un pez mientras otro huye; símbolo de las almas
que pueden acoger o rechazar la salvación eterna.

En el siglo IV consta que los primeros cristianos esculpían en los


“sarcófagos” (sepulcros), imágenes de Jesús, de Pedro, de Marta y
María, del milagro de Caná, de la curación del ciego de nacimiento y
de la resurrección de Lázaro.

Jesús, el “buen pastor” (Juan 10; 11), aparece en una lápida


sepulcral cristiana de las catacumbas de Domitila, en Roma, de final
del siglo III. Esta figura representa algunas características de
Jesucristo, Buen Pastor, que guía y protege a sus fieles (las ovejas),
con su autoridad (el callado), les atrae con la sinfonía melodiosa de
la verdad (la flauta), y les hace reposar a la sombra del “árbol de la
vida” (su cruz redentora que abre las puertas al Paraíso).

El “pez”, Los primeros cristianos entre los siglos II y III, adoptaron


en los sarcófagos y en las catacumbas el dibujo de un “pez”,
ICHTUS (en griego), por corresponder estas letras a las iniciales en
griego de “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador” (Iesous Christos,
Theou Uios, Soter), (Tito 2,13; 2 Pedro 1,1). El uso de este
símbolo secreto pudo haber sido el siguiente: una persona dibujaba
unas líneas rectas y curvas en la arena de forma aparentemente
aleatoria, de las que una de ellas era un arco circular (medio
ICHTUS). Si otra persona dibujaba más líneas en el suelo y
completaba la figura, los dos sabrían que ambos eran cristianos. Del
mismo modo, el Divino Maestro les anunció a los primeros apóstoles
que en adelante serían “pescadores de hombres” (Mateo 4,18-22).
En la catacumba Lucina, se encuentra un mosaico de un pez
sosteniendo un canasto con panes, que representa la simbología
eucarística (Juan 6,51). Del mismo modo, en la aldea de Tabgha,
donde la tradición antigua localiza el sitio de la multiplicación de los
panes y peces (Mateo 14,13), se desenterró los restos de una iglesia
del siglo IV, que contiene un único y bello piso de mosaico, donde
se puede apreciar el pavo real, pájaros acuáticos, flora regional y
una cesta con panes y peces, junto al altar.

Se conserva un sarcófago cristiano descubierto en Arlés. Allí está


esculpido el Salvador, en medio de dos figuras: la primera muestra a
un apóstol, que está junto a él con cinco panes y dos peces puestos
sobre un ara; y la otra figura representa una planta, alrededor de la
cual se enrosca una serpiente. Los panes y los peces sobre el altar
simbolizan el sacrificio eucarístico. La serpiente con sus espirales
enroscados alrededor de un tronco, representan el pecado original.

A partir del siglo V se encuentra en el ábside de las grandes


catedrales y basílicas, mosaicos representando a Jesús como el
“Kyrios Pantokrátor”, es decir, el “Señor Omnipotente”
(Apocalipsis 1,8).

La paloma, signo del Espíritu Santo, aparece por primera vez en el


siglo V en el mosaico del arco triunfal de la basílica de Santa María
la Mayor en Roma.

El Ancora o “Ancla de la Esperanza”, el autor de la carta a los


Hebreos (6,19), la utiliza para expresar nuestra confianza en el
Señor Jesús, y en su sacerdocio eterno “como ancla segura y firme”
que da la fe en épocas de persecución, como ocurrió en los cuatro
primeros siglos del catolicismo en el imperio de los Césares; la letra
E que con frecuencia acompañaba al ancla es probablemente una
abreviación para “Elpis”, palabra griega de “Esperanza”. El dibujo de
una palma, emblema del martirio (Apocalipsis 7,9).
En las tumbas de los santos mártires, junto al nombre de la víctima
aparece la palabra “en Cristo” (Romanos 1,3-4). Igualmente, el
“Crismón”, combinado con el monograma en griego de Cristo
(P=Khi – X=Rho), con las iniciales A (Alfa=principio) y W
(Ómega=fin) (Apocalipsis 22,13). Desde el siglo III, se encuentran
algunas representaciones que encierran estas dos letras en una
corona triunfal, enfatizando el Señorío de Cristo. O también epitafios
como “Aquilina duerme en paz” (Juan 11, 11-14).

Una mujer sacando agua, este es un primitivo símbolo cristiano que


significa el consuelo que el alma humana encuentra en el cielo
(Apocalipsis 22,17). La paloma que hace alusión al alma del
creyente. El pavo real, símbolo de la inmortalidad. El alma de los
muertos rodeada de un paisaje verde acompañado de aves volando,
flores, frutos, árboles, fuentes de agua; con lo cual se propone que
los difuntos han alcanzado la paz y tranquilidad del espíritu
(Apocalipsis 2,7). Así mismo, la celebración de un banquete en el
cielo (Lucas 13,29).

El Águila, en la tradición cristiana está asociada a la resurrección y al


evangelista Juan. De ahí que en las iglesias católicas, el frontis del
púlpito esté esculpido muchas veces la figura de un águila que lleva
la Biblia sobre sus alas extendidas (Éxodo 19,4). Igualmente, en
algunos baptisterios de iglesias antiguas aparece decorado en el
suelo el águila y el pez como distintivos de este sacramento de
iniciación cristiana.

Los Santos Padres de la Iglesia como san Juan Crisóstomo, San


Ambrosio y San Agustín; puntualizaban que los crucifijos, iconos e
imágenes de Jesús, María, los santos y los ángeles; están hechos no
para adorarlas, sino para veneradas, y dirigir nuestras plegarias al
Altísimo (2 Samuel 22,7).
LA CRUZ DE CRISTO

”Stat Crux dum volvitur orbis”


La Cruz está constante y en pie, mientras el mundo cambia.

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO HISTÓRICO

La crucifixión como pena capital fue utilizada en Asiría, Fenicia,


Babilonia, Cartago y Persia. Los romanos hacia el siglo I a.C., la
adoptaron en todo su imperio. Esta ejecución era aplicada contra
los esclavos rebeldes, soldados que desertaban de las filas, espías,
asesinos y sediciosos. Se consideraba la forma de ajusticiamiento
más degradante y brutal.

El lugar de la sentencia podía ser la sede misma de la autoridad, el


pórtico, el patio o balcones sobre las plazas públicas, donde solían
congregarse mucha gente, mientras que la ejecución solía ser en un
campo o una loma aislada fuera de las murallas. Primero el
condenado era flagelado con cuarenta azotes, luego se le colgaba
en el cuello una tabla que indicaba el motivo de su delito, además
de un pesado tablón horizontal con los brazos extendidos y
amarrados, hasta llegar al sitio señalado para su muerte, donde era
fijado a un poste vertical por medio de cuerdas y clavos.

Dependiendo de la gravedad del crimen, había cruces altas y bajas.


La persona desnuda quedaba suspendido de la cruz hasta que se
producía su deceso, que podía durar hasta días enteros, o eran
rematados a golpes. Rara vez los crucificados eran indultados, pero
muy pocos sobrevivían.
A los reos se les daba una bebida alcohólica y anestésica,
fuertemente aromatizada; el historiador cristiano Eusebio de
Cesárea (siglo IV), afirma que muchos de ellos fueron mantenidos
así hasta que murieron por el hambre y la deshidratación. En otros
casos, se le ofrecía la antigua bebida del legionario, la “posca”, agua
desinfectada con vinagre, para aliviar un poco el sufrimiento.

El derecho romano no preveía el enterramiento de los que habían


sido crucificados, los restos humanos se dejaban colgados en los
maderos indefinidamente hasta que los devoraban las aves de
rapiña u otros animales. Salvo en algunos casos y para impedir
brotes de epidemia, los condenados eran enterrados en fosas
comunes, o sus cadáveres eran entregados a cualquiera que lo
solicitase para darle sepultura. Al respecto, agrega Orígenes de
Alejandría (+254): El crucificado se veía privado de sepultura y era
abandonado a las bestias salvajes o a las aves de presa. “Mors
turpissima crucis” (La muerte en la cruz es la infamia suprema).

El suplicio de la “Crux Romana” duró casi cinco siglos, y fue


abolido oficialmente en los últimos años del reinado de Constantino
en el 330 d.C.

II. LA CRUCIFIXIÓN EN EL PUEBLO JUDÍO


En la ley mosaica no había un mandato que ordenase colgar vivos a
los ajusticiados en una cruz; en el Israel de los tiempos bíblicos a los
judíos ejecutados (generalmente por lapidación), eran llevados fuera
de la ciudad, los testigos del crimen arrojaban las primeras piedras y
luego lo hacía el pueblo, si la causa era muy grave se les exponía a
manera de ejemplo público suspendiendo los cadáveres de un poste
o árbol durante el resto del día, antes del anochecer se tenía que
sepultar sus cuerpos. Según las tradiciones rabínicas consignadas el
Talmud, cualquiera que tuviera después contacto con el cadáver del
condenado, o con los instrumentos del suplicio, era declarado
legalmente impuro (Véase Deuteronomio 21,22-23). En 2 Samuel
21, 6.8-14 se menciona una excepción, porque no es un caso de
sentencia judicial sino de venganza política. Ni siquiera se dejaba sin
enterrar los cuerpos de los enemigos muertos (Josué 8,29; 10,26; 2
Samuel 4,12).

Existía además el rechazo de la tortura en general, y a un tipo de


muerte tan prolongado y cruel. El hecho mismo de mandar a alguien
morir en la cruz era una costumbre pagana, y por consiguiente,
impura desde todo punto de vista moral y religioso. La lengua judía
no tenía ni siquiera un término equivalente a “crucifixión”, ni lo
formó jamás, ni aun durante largos períodos de dominación
extranjera, sino que usó el equivalente de “colgar” en un madero
(Véase Hechos 5,30; 10,39).

El pueblo de la antigua alianza había experimentado esta pena de


muerte en tiempos de la ocupación de Antíoco Epifanes (hacía el
año 170 a.C.), cuyos soldados habían crucificado a hebreos que se
habían negado a renunciar a su religión ancestral. Los soldados
sirios estrangulaban también a las mujeres y a sus hijos varones
circuncisos, colgándolos al cuello de sus madres, que habían sido
atadas a las cruces.
Durante el reinado de Herodes el Grande y con la autorización de
Roma, no se reconocía la autoridad de Sanedrín salvo que esta sea
aplicada a la violación de la ley mosaica en Judea, donde se podía
aplicar la pena de muerte por crímenes religiosos, pero la ejecución
final por crucifixión era dictaminada por el poder del imperio.

En la Palestina de la época de Jesús, los romanos también aplicaban


esta ejecución a judíos en masa; El historiador judío Flavio Josefo,
testigo de la destrucción de Jerusalén hacia el año 70 d.C., narra en
sus crónicas que centenares de hebreos huían cada día por la
ferocidad del combate o acosados por el hambre. Ninguno de los
que caían en manos de los ejércitos del general Tito eran dejados
con vida; todos eran crucificados alrededor de sus murallas, para
aterrorizar a los supervivientes que resistían. Cada día podía
presentarse más de quinientas condenas, llegando a faltar terreno
para plantar tantas cruces, incluso los soldados se divertían clavando
a los israelitas en las más diversas posturas.

III. LA TEOLOGÍA DE LA CRUZ


En su ministerio público el Mesías había asociado la cruz con la
exigencia que implica imitarlo, porque “el que no toma su cruz y
sigue es pos de mí, no es digno de mí” (Lucas 9,23; 14,27).
Solamente se reconoce la grandeza de su misión salvadora con el
sacrificio de la cruz: “Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre,
entonces conoceréis que yo soy” (Juan 8,28), “Como Moisés elevó la
serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del
Hombre, para que todo el que crea tenga por El vida eterna” (Juan
3,14-15. Véase también 12,32; 19,37; Lucas 24,25-26). Dios Padre
por medio de Jesucristo reconcilió “todas las cosas, así las que están
en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz
mediante la sangre de su cruz” (Colosenses 1,20). Asimismo, su
triunfo sobre los demonios y las fuerzas malignas, se cumple en la
cruz (Colosenses 2,15), el Señor resucitado no borró de su cuerpo
las llagas de su martirio en el madero, sino que las mostró como
señal de su victoria (Juan 20,24-29).

San Pablo hace en sus epístolas toda una “teología al misterio de la


cruz”, porque si la Escritura dice “maldito el que está colgado de un
madero” (Deuteronomio 21,23), Jesús nos liberó de la maldición de
la ley (Gálatas 3,13-14). Y si el Cristo crucificado es un escándalo
para los judíos y una locura para los gentiles, para los llamados es
“poder y sabiduría de Dios” (1 Corintios 1,23-24). El mismo apóstol
confiesa: “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro
Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al
mundo” (Gálatas 6,14); “por ahí andan muchos de los cuales os dije
muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la
cruz de Cristo” (Filipenses 3,18). Su predicación está centrada en
“Jesucristo crucificado” (1 Corintios 1,23; 2,1-2), “Pues no me envió
Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de
palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. Porque la
palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se
salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (1 Corintios 1,17-18),
ya que el Redentor del mundo “estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y
muerte de cruz” (Filipenses 2,8). Por esta razón, desde el siglo VI se
hizo popular en la Iglesia Católica la plegaria: Ave Crux Spes
Unica, “Te saludo Oh Cruz, mi única esperanza”.

IV. LA RELIQUIA DE LA SANTA CRUZ

Santa Helena a la edad de 80 años, descubrió en el año 326 los


restos del santo madero en la colina del Gólgota. Parte de los
mismos fue llevada por la augusta emperatriz a Roma, donde su hijo
Constantino mandó a edificar la “Basílica de la Santa Cruz de
Jerusalén”. Otro tanto del valioso leño permaneció en la Ciudad de
Dios, en la “Basílica del Santo Sepulcro” en el monte Calvario, dentro
de un relicario cubierto de piedras preciosas, y fue dedicada el 14 de
septiembre del 335. Esta fecha se convirtió en la fiesta litúrgica de la
“Exaltación de la Cruz”. Con la invasión de los persas a manos del
rey Mazdeo Cosroes II, en el año 615, fue saqueada y llevada
consigo. Mofándose de los cristianos, lo utilizó como escabel de sus
pies. Pero catorce años más tarde el emperador Heraclio, una vez
que derrotó a los persas, pudo devolver el santo madero a
Constantinopla. Después, fue trasladado a Jerusalén el 14 de
septiembre del año 628.

Quiso este monarca devolverla al lugar de donde había sido


profanada, por medio de una procesión revestido con los atuendos
propios de su dignidad real. Al parecer, cuando Heraclio se propuso
introducir la cruz solemnemente no pudo cargarla sobre sus
hombros; se quedó paralizado. El patriarca Zacarías, que formaba
parte de la comitiva caminando a su lado, señaló que el esplendor
de la procesión nada tenía que ver con la faz de Cristo humilde y
doliente en su camino hacia el Calvario. El emperador se desprendió
de sus ricas vestiduras y de la corona que ceñía su cabeza, y
cubierto con una humilde túnica pudo transportar la cruz caminando
descalzo por las calles de Jerusalén para depositarla en el lugar de
donde había sido arrebatada siglos atrás.

Desde entonces se celebra litúrgicamente esta festividad de la


Exaltación de la Santa Cruz. Con objeto de evitar otro expolio, fue
dividida en cuatro fragmentos. Uno de ellos quedó custodiado en
Jerusalén en un cofre de plata; otro se llevó a Roma, un tercero a
Constantinopla y el resto fue convertido en minúsculas astillas que
se repartieron en templos dispersos por el mundo.
V. EL SIGNO DE LA CRUZ EN LA IGLESIA CATÓLICA

Los Padres de la Iglesia escribieron sobre la importancia de hacerse


el signo de la cruz:

 Hipólito de Roma (+235), afirma que los creyentes tenían la


costumbre de trazar sobre la frente el signo de la cruz:
“Cuando estés tentados, sígnate la frente con devoción y
piedad”.
 San Efrén, el sirio, en el año 306, dijo: “Marcar todo lo que
haces con el signo de la cruz dadora de vida. No salgas de la
puerta de tu casa hasta que te hayas persignado con el signo
de la cruz. No te opongas a hacer este signo cuando estés
comiendo o bebiendo o yéndote a dormir, bien sea que estés
en casa o en un viaje”.

Este bello gesto de piedad popular, expresaba el gran significado de


la pasión y muerte del Señor, en los primeros siglos de la fe
verdadera (Comparar con Ezequiel 9,4, la Cruz Thau para el pueblo
judío).

Por esta misma época Constantino se encontraba en guerra contra


Majencio, y mientras marchaba con sus ejércitos vio una tarde en el
cielo una cruz luminosa, que también fue observada por sus
generales y soldados; y con ella estas palabras en latín: “In hoc
Signo Vinces” (por este signo vencerás). Durante la noche
siguiente se le apareció en un sueño Jesucristo, que le ordenaba
cambiar el símbolo pagano del águila imperial de sus estandartes de
guerra, y adornarlos con el monograma entrelazado de las letras XP
(Cristo en griego). Al amanecer y con el signo de la protección
divina, los dos bandos se encontraron en el puente Milvio, no lejos
de la Ciudad Eterna, el 28 de octubre del año 312. Majencio fue
vencido y al huir para protegerse en los muros de Roma, murió
ahogado en las aguas del río Tíber, poco después Constantino entró
triunfante a la capital del imperio romano.
Al año siguiente (313), Constantino, emperador de Occidente, y
Licinio, uno de los Césares de Oriente, se reunieron en Milán y
promulgaron el célebre Edicto del mismo nombre que concedió
plena libertad de culto religioso a los cristianos, y ordenó que se
restituyeran los templos y bienes confiscados a la Iglesia Católica, la
cual había sido perseguida durante los tres siglos pasados.

VI. LA CRUZ EN EL ARTE CRISTIANO

La cruz aparece pintado y acompañada a los lados con las iníciales A


(alfa) y W (omega), en las catacumbas de la Ciudad Eterna
(considerados los monumentos cristianos más antiguos). Asimismo,
en el palatino en Roma, se encuentra una imagen de burla al
crucificado, con cabeza de asno; siendo esta la forma como los
paganos humillaban a los cristianos condenados a este martirio en
el siglo III.

Las cruces utilizadas en los primeros siglos carecían de la imagen del


Redentor, pero a mediados del siglo V apareció sobre la puerta de la
basílica de Santa Sabina, en la Ciudad Eterna, una cruz que contenía
la imagen de Cristo. Aprobado por el papa Celestino I, este símbolo
recibió el nombre de Crucifijo, y a partir del siglo X se convirtió en
elemento litúrgico.

En la Edad Media las grandes catedrales y las tumbas de los


pontífices y emperadores cristianos estaban bellamente adornadas
con la cruz. Ya a finales de la Edad Media se estableció que el altar
mayor de todas las iglesias católicas debía tener un crucifijo,
custodiado por dos luces.

¿EXISTE REALMENTE EL PURGATORIO?


AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: El pastor protestante Carlos P. Chapmann, en su


obra “Lo que creemos los protestantes y contra qué protestamos”,
dice lo siguiente: “Negamos la existencia del Purgatorio, creyendo
que es inútil pagar para sacar almas de un lugar que no se
menciona en la Biblia”. Ahora bien, la Iglesia Católica es la única
confesión cristiana que cree en la existencia del Purgatorio. Sin
embargo, el catolicismo tiene a su favor no solamente argumentos
teológicos y bíblicos, sino también pruebas del más allá que
presentaremos a continuación:

I. EL CAMPO DE LA TEOLOGÍA

Afirma el Catecismo de la Iglesia Católica en sus numerales 1030 y


1031, que “Los que mueren en la gracia y la amistad de Dios, pero
imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna
salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de
obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo. La
Iglesia llama Purgatorio (Del latín Purgatorius, que purifica) a esta
purificación final de los elegidos que es completamente distinta del
castigo de los condenados”. (Véase al respecto 2 Tesalonicenses
1,7-9).

En las catacumbas de Roma encontramos inscripciones en las


tumbas, que piden orar por los muertos, y sobre los sepulcros de los
mártires se celebraba la Eucaristía, a fin de que el sacrificio de Cristo
en la cruz redimiera a los fallecidos. En el siglo XI, se le da el
nombre de “Purgatorio”. El Papa Inocencio IV, en 1254, será el
primero en tocar oficialmente el tema e incorporar la palabra
“Purgatorio” a la doctrina de la Iglesia. En el Concilio de Florencia se
promulgó solemnemente el día 6 de julio de 1439 un decreto
llamado “Laetentur Caeli”, en el que declaraba dogma de fe para
todos los católicos tres cosas:
1. Que el Purgatorio existe
2. Que no es un lugar físico, sino un “estado del alma” en que las
almas de los difuntos son purificadas
3. Que los vivos pueden ayudar mediante sufragios (misas,
oraciones, penitencia y obras de caridad) para que puedan
ascender al cielo

Posteriormente, en el siglo XVI el Concilio de Trento prohíbe agregar


al tema del Purgatorio cualquier otra cuestión. Razonamientos tales
como si el Purgatorio es un lugar frío como un glaciar o si por el
contrario un océano de llamas, o cuáles son las penas, cuánto
tiempo se pasa y cómo se sufre; la Revelación Divina (Biblia y
Tradición), no lo dice, y el magisterio de la Iglesia Católica no ha
formulado declaración alguna al respecto. De hecho, Santa Catalina
de Génova (siglo XV), escribió: “No hay felicidad comparable a la de
los que están en el Purgatorio, a no ser la de los santos en el cielo.
Este estado debería ser más ansiado que temido, pues sus llamas
son llamas de inmenso amor y nostalgia”

II. EL PUNTO DE VISTA BÍBLICO

En el Antiguo Testamento encontramos las siguientes indicaciones:

“los habitantes de Jabes, de Galaad guardaron siete días de ayuno


por la muerte de Saúl y de sus hijos”. (1 Samuel 31,13).

“Es por lo tanto, un pensamiento santo y saludable el rogar por los


difuntos, a fin de que sean liberados de las penas que hayan
incurrido por sus culpas” [2 Macabeos 12,46. (Este libro no es
aceptado por las Iglesias Protestantes)]. Aquí se relata que en el
año 160 a. C., en una batalla contra los sirios murieron varios
soldados judíos. Al ir a enterrar sus cadáveres, hallaron que tenían
bajo sus ropas colgados amuletos y talismanes prohibidos por Dios.
Por esta razón, Judas Macabeo hizo una colecta entre los demás
combatientes y la mandó al templo de Jerusalén para ofrecer un
sacrificio por los pecados de los guerreros abatidos, y así el Altísimo
los perdonara y pudieran gozar de la resurrección.

Ya en el Nuevo Testamento San Pablo al hablar del juicio final, dice:


“La obra de cada hombre ha de manifestarse en el día del Señor, el
fuego mostrará cuál sea la obra de cada uno…no obstante, él no
dejará de salvarse, si bien como quien pasa por el fuego” (1
Corintios 3,13-15). Nótese bien, que el apóstol de los gentiles
admite la existencia de un lugar en donde se purifica con el fuego
las obras “imperfectas” de los hombres para ser dignos de llegar a
Dios (Apocalipsis 21,27). Caso contrario, es la sentencia del mismo
Jesús, cuando asegura que los condenados irán al “fuego eterno”
del Infierno en compañía del Diablo y sus demonios (Mateo 25,41).
III. EL PURGATORIO EN EL JUDAÍSMO
El “concepto” del purgatorio es parte de las creencias judías, pero
esto no significa que ellos definan el purgatorio de la misma forma
en que la Iglesia Católica lo define. Para ellos: “el purgatorio es el
lugar a donde son enviadas las almas de aquellos que pecaron.
Existen allí siete niveles bien definidos, en los cuales se hospedarán
las almas de los pecadores, de acuerdo a la gravedad de las faltas
cometidas. Este purgatorio es un lugar que permite a las almas
purificarse, para luego poder ingresar al Jardín del Edén y disfrutar
de las excelencias que allí hay. La cantidad de tiempo que deberá
permanecer el alma en este sito purificador depende de las faltas
cometidas. Algunos deberán quedarse por espacio de treinta días,
otros sesenta, noventa, seis meses, o un año. (Tana Dbei Eliahu
3: 3)”. Purgatorio en hebreo se llama "Gueinom" ò “Gejena”. De
acuerdo al Talmud el proceso de purificación dura a lo más 11
meses. Por esa razón los judíos acostumbran decir el Kaddish
(oración de duelo) por 11 meses, después de este proceso de
purificación el alma se eleva.
IV. TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA
Desde los primeros siglos del cristianismo los Santos Padres
enseñaban sobre la existencia de un estado de purificación después
de la muerte, como por ejemplo:

“Cada día hacemos sacrificios por los difuntos”.


Tertuliano de Cartago (+230).

“El justo cuyos pecados permanecieron, será atraído por el fuego


(purificador)”. Lactancia (+325).

“Más que llorar (por el alma del difunto), hay que ayudarla con
oraciones. No la entristezcas con tus lágrimas, sino encomienda,
más bien, a Dios con oblaciones, su alma”.
San Ambrosio, obispo de Milán (+397).

“No en vano los apóstoles introdujeron la conmemoración de los


difuntos en la celebración de los sagrados misterios. Sabían ellos
que esas almas sacan de ella gran provecho y utilidad”.
San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (+407).

“Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del


juicio, existe un fuego purificador”.
Papa San Gregorio Magno (+604).

“Ofrecer sacrificios y oraciones por el descanso de los difuntos es


una costumbre observada en toda la Iglesia. Se piensa que se trata
de una costumbre enseñada por los mismos Apóstoles”.
San Isidoro de Sevilla (+636).

V. LAS EXPERIENCIAS DE LOS SANTOS, MÍSTICOS Y


VIDENTES CON LAS ALMAS DEL PURGATORIO

Algunos “santos(as)”, “místicos(as)” y “videntes” han tenido visiones


y revelaciones de las almas del Purgatorio. Estas experiencias son
consideradas de carácter privado. Por lo tanto, no aportan nada
nuevo al dogma del Purgatorio, y cada fiel tiene la libertad de creer
o no en las mismas.

De la vida del ya mencionado San Gregorio Magno, se narra que un


día mientras celebraba la Misa, elevó la Santa Forma y se quedó
con ella en lo alto por mucho tiempo. Sus ayudantes le preguntaron
después que le había pasado, y él les respondió: “Es que vi que
mientras ofrecía la Santa Hostia a Dios, descansaban las benditas
almas del purgatorio”.

San Juan Macias (siglo XVII), fue un hermano dominico español,


que se santificó siendo portero en el convento de Santa María
Magdalena en Lima (Perú). Su oficio le permitía orar
constantemente por las almas de los difuntos, de modo que un día
le confió a su director espiritual: “Por la misericordia de Dios, con el
rezo del rosario he sacado del Purgatorio a 1.400.000 almas”. Por
eso se le dio el nombre de “Ladrón del Purgatorio”. El mismo
afirmaba que le parecía escuchar siempre el murmullo de las ánimas
en pena que le pedían oración.

La Beata estigmatizada Ana Catalina Emmerich (1774-1824), fue


una monja Agustina alemana, que tuvo no solamente visiones sobre
la pasión de Jesús, sino también de la Virgen María, el Cielo, el
Infierno y el Purgatorio. En una ocasión recibió el encargo de las
almas del Purgatorio de hacer diferentes obras, como rezar letanías
de los santos y los siete salmos penitenciales por su liberación.

A Santa Faustina Kowalska (Siglo XX), religiosa polaca de Nuestra


Señora de la Misericordia, le fue revelado que el mayor sufrimiento
de las almas de Purgatorio es no poder gozar de la visión beatífica
de Dios en el cielo.

María Simma (Siglo XX), fue una mujer austriaca que escribió un
libro de sus experiencias místicas con las ánimas del purgatorio, que
le fue remitido a su obispo. En uno de sus apartes se cuenta su
encuentro con un sacerdote cuya mano derecha estaba negra, al
preguntarle la causa, el alma del presbítero le contesto: “Yo debía
haber bendecido más, di a todos los sacerdotes con quienes te
encuentres que deben bendecir más: Ellos pueden dar numerosas
bendiciones y conjurar las fuerzas del mal”.

La estigmatizada y mística alemana Teresa Neumann (siglo XX), dos


veces en el día, mañana y tarde, visitaba el Purgatorio. Allí
observaba las ánimas con una figura luminosa, pero no eran todavía
puras.

La también estigmatizada italiana Teresa Musco (Siglo XX), al no


poder visitar el cementerio por sus continuas enfermedades,
aconsejaba: “Es realmente hermoso ofrecer no flores que se
marchitan, sino oraciones y sufrimientos por las almas del
Purgatorio”.

Uno de los hechos más sorprendentes de encuentros con las ánimas


del Purgatorio se dio en el monasterio de las franciscanas de San
Leonardo, en Monfalco (Italia), cuando a la abadesa de nombre sor
María Teresa de Jesús, entre los años 1918 a 1919, escuchó la voz
del alma de un sacerdote después de hacer sonar la campanilla de
la sacristía. El alma del levita pedía que se celebraran misas por su
eterno descanso, dejando en cada ocasión cierta cantidad de dinero.
En total llevó al monasterio trescientas liras, vino veintiocho veces, y
fueron celebradas treinta y ocho Eucaristías. Acerca de este caso se
realizó un proceso canónico por parte de las autoridades
eclesiásticas, que se conserva en la curia arzobispal de Spoleto.

VI. EL MUSEO CRISTIANO DEL MÁS ALLÁ

No lejos del Vaticano, en la parroquia del Sagrado Corazón del


Sufragio, se encuentra uno de los museos más interesantes del
mundo. Allí se exhiben huellas de manos y cruces en libros de
oraciones, ropa de cama, prendas, tapices y marcas en fuego en la
madera, que fueron dejadas por las almas purgantes en sus visitas a
familiares y amigos, generalmente mujeres, y en su mayoría
monjas; para que digan oraciones, hagan obras de caridad y
manden a celebrar misas para acortar su permanencia en el
Purgatorio

La existencia del museo se remonta a un incendio ocurrido en la


iglesia en 1897. A raíz del cual, el padre Víctor Jouet Bruni comenzó
a viajar por toda Europa buscando pruebas de las ánimas en pena,
que fueron certificadas por un obispo. A la muerte del sacerdote en
el año 1912, el museo llegó a crecer tanto, que uno de sus
sucesores pidió permiso al Papa San Pío X para reducir los objetos a
19, que se guardan juntos en una misma vitrina, en un pasillo que
conduce a la sacristía del templo. La Iglesia Católica considera estas
señales sin hacer de ellos objeto de fe, sino como testimonios e
invitaciones a orar por las almas de los difuntos.

¿POR QUÉ LOS CATÓLICOS SANTIFICAMOS EL


DOMINGO?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: los ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA acusan


abiertamente a la Iglesia Católica de haber sustituido la ley de Dios,
cuando en el año 321 el emperador Constantino, cambió el día de
descanso del sábado por el domingo.
I. EL DÍA SÁBADO EN EL PUEBLO JUDÍO

El sábado era la fiesta de la luna llena y se celebraba una vez al


mes. Es muy probable que haya sido una fiesta cananea que los
israelitas la hicieron suya, pero sin atribuirle algún significado
religioso particular. Además de la fiesta del sábado de luna llena
existía el reposo semanal (Éxodo 23,12), que originalmente tenía la
simple finalidad del descanso. Después del exilio la fiesta del sábado
de luna llena desaparece y el día séptimo (=día de reposo) tomo el
nombre de sábado y se le confiere a este “nuevo día” un preciso
significado religioso. El sábado encuentra su codificación en el tercer
mandamiento del Decálogo que tiene dos versiones:

 En Éxodo 20,8-11 el sábado es relacionado con la creación,


como Dios descansó en el séptimo día, de la misma manera el
israelita debe descansar ese día y dedicarlo a Yahvé.
 En Deuteronomio 5,12-15 el sábado, en cambio, tiene una
conexión con la liberación de la esclavitud en Egipto, el hebreo
puede darse el lujo de descansar el séptimo día porque es un
pueblo libre.

El término sábado proviene de la raíz Shabbat que significa “cesar”,


“interrumpir”, “reposar” o “descansar”. Era el día consagrado a
Yahvé, exclusivo solamente para el pueblo judío y los prosélitos
(Éxodo 31,16-17). En el pensamiento hebreo tiene una connotación
de “júbilo”, “paz” y “luz”. El shabbat empieza cuando desaparece la
última luz del viernes, y dura hasta la puesta del sol del sábado
(Éxodo 28,8-10). Se celebra mediante reuniones familiares y una
cena especial, con la bendición de la comida y del vino. En la
mañana los judíos cumplidores de la ley mosaica acuden a la
sinagoga para la oración, para la lectura de la Torá (Antiguo
Testamento), la recitación de los Salmo y reflexiones. Era también
un día en que se visitaban los santuarios (Isaías 1,12), y se
consultaban a los profetas (2 Reyes 4,23).

En la liturgia de la sinagoga se acoge el Shabbat como una reina.


La inauguración de la celebración consta de seis salmos (uno por
cada día de la semana laboral), según el himno Lekhad Dodi, que
era la invitación a acoger alegremente el sábado. De acuerdo a la
tradición, cuando el jefe de la familia regresa de la sinagoga es
acompañado por dos ángeles que vienen a controlar si han sido
hechos los preparativos para el Shabbat. La familia los acoge
cantando el Shalom Alekhem. La creencia oral afirma que cuando
todos los judíos sean capaces de observar completamente el
Shabbat, entonces llegará el Mesías.

II. JESÚS Y EL DÍA SÁBADO

En las Escrituras se relatan que Jesús asiste a la sinagoga el día


sábado para predicar la “Buena Nueva” (Marcos 1,21; Lucas 4,16),
pero con su propia autoridad de Hijo de Dios, le da la auténtica
interpretación de este decálogo: “El sábado ha sido instituido para el
hombre y no el hombre para el sábado” (Marcos 2,27). Esto debido
a que los caudillos religiosos sepultaron la ley de Dios bajo un
cúmulo de reglas y disposiciones instituidas por el hombre. Por
ejemplo la ley sabática, lo único que prohibía era trabajar ese día,
reservado para la adoración a Yavé, la renovación del espíritu y el
reposo en familia. Sin embargo, los fariseos la convirtieron en una
carga con una legislación menuda y asfixiante, hasta el punto de
aparecer inhumana, como llevar en ese día la más ligera carga,
escribir dos letras seguidas del alfabeto, continuar un viaje en la
noche del viernes, aunque uno corriera peligro de quedar expuesto
a la intemperie del clima, o a la merced de los ataques de los
ladrones, pagar algo, prender o apagar el fuego. La mujer no podía
salir de la casa con joyas y perfumes. Solamente se podía sepultar a
los muertos y hacer el servicio del culto en el templo o en la
sinagoga. Estas categorías dieron pie a infinidad de preguntas sobre
lo que era lícito el día del Shabbat. Para quienes violaban las leyes
del reposo sabático, después de dos advertencias, estaba prevista la
lapidación.

Del mismo modo, estos maestros de la ley también se creyeron en


la obligación de definir el significado de la palabra trabajo,
catalogando bajo tal designación un total de 39 actividades
prohibidas en la Mishná (leyes judías de tradición oral), como por
ejemplo: arar, sembrar, cosechar o recoger frutos, cernir y varear el
grano, desmenuzar, poner la lavadura, empastar, cocinar el pan y
los alimentos, cortar cualquier cosa, lavar, trabajar con la lana,
soltar un nudo, coser incluso dos puntadas, coger algunas cosas,
cazar o matar un animal doméstico, descuartizarlo, salarlo,
prepararlo o quitarle la piel, trabajar con un martillo.

El Señor Jesús condenó sin rodeos estas prohibiciones humanas,


diciendo: “De este modo anulan la Palabra de Dios con una tradición
que se transmiten, pero que es de ustedes”. (Marcos 7,13). “El Hijo
del Hombre es Señor del sábado” (Marcos 2,28).

“Los escribas y fariseos lo vigilaban, a ver si curaría en el día


sábado; para hallar una acusación contra él.” (Lucas 6:7). La
Mishnah, Sabbath 18:3 declara que está permitido asistir a una
mujer en el parto en el Sábado. Por otro lado, las leyes relativas a
tratar heridas son más complejas y esto sólo se permite bajo ciertas
circunstancias. El Mesías realiza varios milagros ese día a pesar de
las críticas de los mismos: sano a un hombre con la mano seca
(Mateo 12:9-13), a una mujer encorvada (Lucas 13:10-16), a un
hombre hidrópico (Lucas 14:1-6), a un paralitico (Juan 5:1-10), y un
ciego de nacimiento (Juan 9:1-16), también expulsaba demonios
(Marcos 1:23-26). Por esta razón, fue acusado de “quebrantar el día
de reposo” (Juan 5,18).
Cuando Él mismo describe los mandamientos al joven rico, los
resume de esta manera: “Y Jesús le dijo: -No mates, no cometas
adulterio, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie, honra a
tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo
19, 18-19). Igualmente, el Salvador del mundo al hablar sobre el
día del “juicio final”, antepone las obras de caridad a la observancia
del sábado, y de cualquier otro mandamiento (Mateo 25,31-40).
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como
yo os he amado, que también os améis unos a otros” (Juan 13,34).

III. EL DÍA DEL SEÑOR

Jesús resucita de entre los muertos “el primer día de la semana”


(Mateo 28,1; Marcos 16,2; Lucas 24,1; Juan 20,1), las apariciones
del Señor resucitado ocurren también en este día (Juan 20,19),
incluyendo a los dos discípulos de Emaús, que reconocieron que
estaban frente al Señor al “partir el pan” (Lucas 24,13-31). Era aún
domingo cuando cincuenta días después de la resurrección, el
Espíritu Santo, bajo la forma de un “viento impetuoso” y “fuego”, se
infunde en los apóstoles reunidos con María en el Cenáculo
(Hechos 2,1-3). “El primer día de la semana”, significa entonces la
nueva creación del hombre, la libertad del poder del mal y de los
demonios. Para los cristianos vino a ser el primero de todos los días,
la primera de todas las fiestas, el “domingo”. Y por eso se le
llamaba también el octavo día. La palabra domingo viene del latín
“Dominucus” que significa “lo que pertenece al Señor”
(Dominus), es entonces el “Día del Señor” (Dies Domini).

A partir de la resurrección del Señor, los primeros cristianos en


espera del retorno glorioso del Salvador, manifestaban su fiel
pertenencia a Cristo reuniéndose cada domingo para la Eucaristía
(Acción de Gracias): “El primer día de la semana nos reunimos para
partir el pan” (Dado que el día judío empezaba con la puesta del sol,
el culto cristiano antiguo aparentemente empezó el sábado en la
tarde, continuándose toda la noche, lo que llegaba a su plenitud en
la observancia de la Cena del Señor) (Hechos 20,7.11). También se
aprovechaba para recoger la limosna para los pobres de Jerusalén:
“Cada primer día de la semana, cada uno de ustedes debe apartar
algo, según lo que haya ganado…para que lleven a los hermanos de
allá la colecta hecha por ustedes” (1 Corintios 16, 1-3).

En la sucesión semanal de los días, el domingo además de ser el


primer día representa también el octavo: esto en la simbología tan
estimada por los Padres de la Iglesia indica el último día, el
escatológico, que no conoce ocaso. El Pseudo Eusebio de
Alejandría (siglo V o VI), definía admirablemente el día del Señor
como el “Señor de los días”.

IV. EL DÍA DOMINGO EN LA IGLESIA CATÓLICA

Ya en los primeros siglos de la existencia de la Iglesia Católica,


también se recalca la importancia del día domingo, mucho antes del
año 321, con el edicto del emperador Constantino:

 El libro de la Didajé o “Doctrina de los Apóstoles”, escrito entre


los años 90 y 99, dice en el capítulo 14: “Reunidos el día del
Señor, tened la Fracción del Pan y la Acción de gracias…”
 San Ignacio, obispo de Antioquia, mártir en el año 107, en su
carta a los Magnesianos, aclara: “Los que vivían según el orden
de cosas antiguo han pasado a la nueva esperanza, no
observan ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra
vida es bendecida por El y por su muerte”.
 La Carta de Bernabé, anterior al año 135, expresa: "Nosotros
guardamos el octavo día [domingo] con regocijo, el mismo día
en el cual Jesús se levantó de los muertos".
 San Justino mártir, en su primera Apología, dirigida al
emperador Antonio Pío, hacia el año 150, relata así la reunión
de los cristianos: “Nos reunimos todos el día del sol porque es
el primer día (después del sábado judío, pero también el primer
día), en que Dios, sacando la materia de las tinieblas, creó al
mundo; ese mismo día, Jesucristo nuestro Salvador resucitó de
entre los muertos”.
 Dionisio de Corinto escribió en el año 170:”Hoy observamos el
día santo del Señor en que leemos sus cartas”.
 San Clemente de alejandria en el año 190, dijo: “Él nos da el
mandamiento de acuerdo al Evangelio y guarda el día del
Señor, siempre que se aparta de la mente perversa...
glorificando la resurrección del Señor mismo”.
 Orígenes de Alejandría, en el año 220, opina: "En Domingo no
se debe hacer ninguna de las obras del mundo. Si entonces, os
abstenéis de todas las obras de este mundo y se guardan libres
para las cosas espirituales, ir a la iglesia, oír las lecturas y las
homilías divinas, meditar en las cosas celestiales”.
 Tertuliano de Cartago (+230), no duda en afirmar que en el
domingo “nosotros celebramos cada semana la fiesta de
nuestra Pascua” (De sollemnitate paschali).
 San Cipriano, obispo de Cartago, declaró en el año 250 que “El
Octavo día, eso es, el primer día, y el día del Señor, después
del Sabbath”.
 Victoriano en el año 300, agrega: “En el día del Señor
acudimos a tomar nuestro pan dando gracias, para que no se
crea que observamos el sábado con los judíos, lo cual Cristo
mismo, el Señor del sábado abolió en su cuerpo”.
 En el reinado del emperador romano Diocleciano, en el año
304, había prohibido a los católicos “so pena de muerte, poseer
las Escrituras, reunirse el domingo para celebrar la Eucaristía y
construir lugares para sus asambleas”. En Abitene, pequeña
localidad en lo que hoy es Túnez, en un día domingo se
sorprendió a 49 feligreses celebrando la Eucaristía, fueron
llevados a Cartago para ser interrogados por el procónsul
Anulino. En particular, fue significativa la respuesta que ofreció
Emérito al procónsul, tras preguntarle por qué habían violado la
orden del emperador. Le dijo: “Sine dominico non
possumus” (Sin el domingo no podemos vivir). Después de
atroces torturas, los 49 mártires fueron ajusticiados.
 La ley dada por Constantino el 7 de marzo del año 321 d.C.,
relativa al día de descanso, era como sigue: “Descansen todos
los jueces, la plebe de las ciudades, y los oficios de todas las
artes el venerable día del sol. Pero trabajen libre y lícitamente
en las faenas agrícolas los establecidos en los campos, pues
acontece con frecuencia, que en ningún otro día se echa el
grano a los surcos y se plantan vides en los hoyos más
convenientemente, a fin de que con ocasión del momento no
se pierda el beneficio concedido por la celestial providencia”.
 En el 325 el papa Silvestre oficialmente llamó el domingo como
“Día del Señor”.
 Eusebio de Cesarea, historiador de la Iglesia en el 338,
enfatizó que “Todos los elementos en absoluto que fueron
ordenados para el sábado, nosotros los hemos transferido al
día del Señor, siendo más autoritario, más respetado y primero
en rango, y más honrable que el sábado judaico”.
 Concilio de Laodicea 364 d. C.: “Los cristianos no deben
judaizar y estar ociosos el día del sábado (el día de reposo
original), sino que deben trabajar en ese día. Deben honrar en
una forma especial el día del Señor. Como cristianos, hasta
donde esté a su alcance, no deben trabajar en ese día. Con
todo, si se les encuentra judaizando, se les separará de Cristo”.
 El papa Inocencio I, a inicios del siglo V testificaba: “Nosotros
celebramos el domingo debido a la venerable resurrección de
nuestro Señor Jesucristo, no solamente en Pascua, sino en
cada ciclo semanal”.
 San Jerónimo, Doctor de la Iglesia (+420), escribió: “El día del
Señor, el día de la Resurrección, el día de los cristianos, es
nuestro día. Por eso es llamado día del Señor: porque es en
este día cuando el Señor subió victoriosos junto al Padre. Si los
paganos lo llaman día del sol, también lo hacemos con gusto;
porque hoy ha amanecido la luz del mundo, hoy ha aparecido
el sol de justicia cuyos rayos traen la salvación”.
 El documento apócrifo “La Carta del Domingo”, redactado entre
los siglos V o VI, subraya el carácter santo del domingo como
exclusividad de los católicos: “El domingo es el día del Señor,
porque en él resucitó Cristo de entre los muertos, y en él tuvo
lugar la anunciación a María y el bautismo en el Jordán; en él
tendrá lugar asimismo el juicio final. También es el día en que
Dios creó el universo y en que la Trinidad se apareció a
Abrahám en figura de los tres ángeles”.

¿QUÉ SALVA LA FE O LAS OBRAS?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: Martín Lutero (1483-1546), enseñaba que


solamente se consigue la salvación por la “fe en Jesucristo” (Sola
Fides). No obstante, tuvieron que pasar más de 450 años antes de
que se hiciera una Declaración Conjunta sobre el tema de la
Justificación por la Fe, firmada el 31 de octubre de 1999 en la
ciudad de Ausburgo (Alemania), en la que “luteranos y católicos han
llegado al acuerdo que la Obras son fruto de la Fe en Cristo”. Ahora
bien, si el padre de la Reforma Protestante, hubiera estudiado con
profundidad las Sagradas Escrituras, se hubiera dado cuenta que
existen catorce fórmulas bíblicas para alcanzar la vida eterna.

I. LA FE:
- “El justo por la fe vivirá” (Romanos 1,17).
- “Pues por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación
por medio de la fe” (Efesios 2,8).

II. LAS OBRAS:

- “Porque el Hijo del hombre va a venir con la gloria de su Padre


y con sus ángeles, entonces recompensará a cada uno
conforme a lo que haya hecho” (Mateo 16,27; 25, 31-40).
- “-Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a
los pobres. Así tendrás riqueza en el cielo” (Mateo 19,21).
- “Pero tú, como eres terco y nos has querido volverte a Dios,
estás amontonando castigo sobre ti mismo para el día del
castigo, cuando Dios se manifestará para dictar su justa
sentencia y pagar a cada uno conforme a lo que hay hecho.
Dará vida eterna a quienes, buscando gloria, honor e
inmortalidad, perseveraron en hacer lo bueno” (Romanos 2,5-
7).
- “Pues los que no han tenido compasión de otros, sin compasión
serán también juzgados, pero los que han tenido compasión
saldrán victoriosos en la hora del juicio” (Santiago 2,13).
- “Y vi los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del
trono; y fueron abiertos los libros, y también otro libro, que es
el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados de acuerdo con
sus hechos y con lo que estaba escrito en aquellos libros”
(Apocalipsis 20,12; 22,12).

III. EL BAUTISMO:

- “Jesús le contestó: -Te aseguro que el que no nace del agua y


del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3,5).
- “El que crea y sea bautizado, será salvo” (Marcos 16,16).
- “(Jesús) nos salvó no por obras de justicia que nosotros
hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento
de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo”
(Tito 3,5).

IV. LA EUCARISTÍA:

- “El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y


yo lo resucitaré en el día último” (Juan 6,54).

V. EL CONOCIMIENTO DE DIOS Y DE SU HIJO JESUCRISTO:

- “Y la vida eterna consiste en que te conozcan a ti, el único Dios


verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste” (Juan 17,3).

VI. LA CREENCIA EN JESUCRISTO:

- “El que cree en el Hijo, tiene vida eterna” (Juan 3,36).


- “Porque la voluntad de mi Padre es que todos los que miran al
Hijo de Dios y creen en él, tengan vida eterna; y yo los
resucitaré en el día último” (Juan 6,40).
- “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus
discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas
se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de
Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre”. (Juan
20,31).
- “Si con tu boca reconoces a Jesús como Señor, y con tu
corazón crees que Dios lo resucitó, alcanzarás la salvación”
(Romanos 10,9).

VII. INVOCAR EL NOMBRE DE JESÚS:

- “Pero todos los que invoquen el nombre del Señor, alcanzarán


la salvación” (Hechos 2,21).
- “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre
bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”
(Hechos 4,12).
- “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”
(Hechos 16,31).

VIII. DAR LA VIDA POR JESÚS:

- “Dichosos ustedes, cuando la gente los insulte y los maltrate, y


cuando por causa mía los ataquen con toda clase de mentiras.
Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran
premio en el cielo” (Mateo 5,11-12)
- “Todo el mundo los odiará a ustedes por causa mía; pero el
que se mantenga firme hasta el fin, será salvo” (Mateo 10,22;
24,13).
IX. DEJAR TODO POR JESÚS:

- “Y cualquiera que le da siquiera un vaso de agua fresca a uno


de estos pequeños por ser seguidor mío, les aseguró que
tendrá su premio” (Mateo 10,42).
- “Y todos los que por causa mía hayan dejado casa, o
hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o terrenos,
recibirán cien veces más, y también recibirán la vida eterna”
(Mateo 19,29).

X. OBEDECER LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS:

- “No todos aquellos que me dicen: Señor, Señor, entrarán en el


reino de los cielos; sino aquel que hace la voluntad de mi Padre
que está en los cielos, éste entrará en el reino de los cielos”
(Mateo 7,21).
- “Pero si quieres entrar en la vida, obedece los mandamientos”
(Mateo 19,17; 5,17-19).

XI. SER POBRES DE ESPÍRITU:


- “Dichosos los que reconocen su necesidad espiritual, pues el
reino de Dios les pertenece” (Mateo 5,3).

XII. SER DE CORAZÓN LÍMPIO:

- “Dichosos los de corazón limpio, pues ellos verán a Dios”


(Mateo 5,8).

XIII. LOS QUE SON COMO NIÑOS Y LOS NIÑOS:

- “El más importante en el reino de Dios es el que se humilla y se


vuelve como este niño” (Mateo 18,4).
- “-Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque
el reino de Dios es de quienes son como ellos” (Mateo 19,14).

XIV. LOS PECADORES ARREPENTIDOS:

- “-Les aseguro que los que cobran impuestos para Roma, y las
prostitutas, entrarán antes que ustedes en el reino de Dios.
Porque Juan el Bautista vino a enseñarles cómo deben vivir, y
ustedes no le creyeron; en cambio, esos cobradores de
impuestos y esas prostitutas sí le creyeron” (Mateo 21,31-32).
¿ES VERDAD QUÉ ESTAMOS VIVIENDO LOS ÚLTIMOS
TIEMPOS?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: Algunas sectas cristianas de corte apocalíptico


están proclamando a los cuatro vientos la proximidad del “FIN DEL
MUNDO”, y para ello recurren a comparar las profecías bíblicas con
la realidad actual. Ante este presagio tan preocupante se ha querido
hacer el siguiente informe.

I. PANORAMA MUNDIAL

“EN EL CIELO SE VERÁN COSAS ESPANTOSAS Y GRANDES


SEÑALES” (Lucas 21,11).

- El actual calentamiento climático es la mayor amenaza global


del siglo XXI. Este es debido en un 90% a la mano del hombre.
Alrededor de 300.000 personas mueren al año por este hecho.
10% derivado de los desastres naturales, y el 90% restante por
la malnutrición y males como la malaria, debido a que el
mosquito transmisor aparece en nuevas zonas al cambiar la
temperatura en el medio ambiente.
- El agujero de la capa de ozono corresponde a dos veces el
tamaño de Europa.
- El hielo del Polo Norte podría derretirse completamente en el
verano del 2.100, con lo cual la mitad del planeta sería una
zona árida debido a las emisiones de gases contaminantes. Los
principales factores son: el cambio climático, el crecimiento de
la población y la extensión de las ciudades.
- Los glaciares se están fundiendo a un ritmo más rápido de los
últimos cinco mil años. Esto se suma a la creciente alarma
sobre el aumento del nivel de los mares, las inundaciones, las
sequías y otros fenómenos cada vez más frecuentes.
- Con la elevación del nivel del mar en 50 años, podrían
desaparecer algunas islas, y zonas fértiles. Estas
transformaciones obligarán a 200 millones de personas a
abandonar sus casas y el número de refugiados climáticos será
superior al de refugiados de la guerra.
- Los océanos del mundo corren el riesgo de entrar en una fase
de extinción de especies marinas sin precedentes en la historia
de la humanidad, sólo comparada a la hecatombe que hace 55
millones de años atrás provocó la desaparición del 50% de los
peces de aguas profundas, esto debido especialmente a la
contaminación, el calentamiento del agua, su acidificación y la
falta de oxígeno en los océanos.
- Cada año se echan al mar seis millones y medio de toneladas
de basura. Un 50% de esos desperdicios están compuestos de
plástico que tardan cientos de años en degradarse.
- Unos 1,5 millones de aves, peces, ballenasy tortugas mueren al
año por desechos plásticos al mar.
- Más de la mitad de los corales podrían desaparecer en 25 años
debido al aumento de las temperaturas marinas, los
sedimentos de la construcción y otros ingredientes tóxicos.
- Los sectores que más amenazan el medio ambiente son: la
energía, el transporte, la agricultura y la pesca.
- Los cuatro grandes desafíos del mundo moderno son: el clima,
la biodiversidad, el agua y la salud humana.
- El cambio climático será responsable de una reducción de entre
20 y el 40 por ciento del rendimiento agrícola para mediados
de este siglo.
- Si la humanidad sigue consumiendo los recursos naturales
como lo está haciendo hoy, para el 2.030 necesitaría dos
planetas Tierra para abastecer sus necesidades básicas, y tres
en el 2.050.
- En los últimos 33 años, ha habido una disminución en un 30%
de especies tanto marinas y de agua dulce.
- Debido a la pesca excesiva en el 2.050 desaparecerán casi
todas las especies de peces y de crustáceos para consumo
humano.
- El ritmo de pérdidas de bosques a escala mundial es de 9
millones de hectáreas por año. Unos 200 kilómetros cuadrados
cada día.
- Desde el año 1970 las especies de vida salvaje se han reducido
un 58%. A escala global, la perdida y degradación de hábitats
y la sobreexplotación son las principales amenazas a la
biodiversidad. De hecho, la naturaleza afronta una posible
extinción en masa por primera vez después de la desaparición
de los dinosauros.
- Entre el 5% y 20% de especies de animales y plantas están en
peligro de extinción.
- Todos los años mueren tres millones de personas por la
contaminación ambiental. 300 millones de niños, es decir, uno
de cada siete, vive en lugares donde hay un alto índice de
contaminación ambiental; contribuyendo en gran medida a la
mortalidad infantil.
- En nuestro planeta solo el 3% del agua es potable, sin
embargo, el incremento de la demanda por el preciado líquido
ha superado en más del doble a la tasa del crecimiento
demográfico.
- 1.600 millones de personas no tienen actualmente acceso al
agua potable, y 2.600 millones carecen de red de saneamiento
básico, entre ellos 1.000 millones de niños. Una gran cantidad
corresponde a naciones de África, Asia y América Latina.
- Alrededor del 80% de todas las enfermedades y más de una
tercera parte de todas las muertes en los países en desarrollo
son causados por aguas contaminadas. Este dato es muy
superior a todas las víctimas de la violencia, incluida las
guerras.
- Cada año dos millones de personas mueren por falta de agua
potable y saneamiento adecuado, de los cuales 90% son niños.
- 1,6 millones de personas podrían salvarse cada año si se
mejorara el servicio de agua para consumo humano.
- En el año 2.025, dos de cada tres personas estarán propensas
a sufrir la carencia de agua potable.
- Entre los principales factores se debe al uso de la tierra para
riegos de cultivos, para la energía eléctrica, degradación
ambiental y mala planificación.
- Cada año, se gastan 7.000 millones de dólares en cosméticos y
cirugías estéticas, suma necesaria para proveer de agua
salubre a 2.600 millones de pobres en el mundo, lo que podría
salvar 4.000 vidas diarias.
- El planeta podría mermar una gran cantidad de problemas
ambientales de aquí al 2.030 si destinara un poco más del 1%
de la riqueza mundial a la protección de los recursos naturales.

“TERREMOTOS EN MUCHOS LUGARES” (Mateo 24,7).

- Los desastres geofísicos y climáticos se incrementaron en más


de un 70% en la pasada década. Las víctimas fatales llegaron a
1.200.000 de personas.
- Nueve de cada diez desastres están relacionados con el clima.
Durante los últimos veinte años se han documentado más del
doble: de 200 al año a más de 400.
- Se han intensificación los ciclones, tifones y huracanes,
acompañados de un incremento de epidemias como el dengue,
la malaria y otras enfermedades tropicales.
- Dos de cada tres personas viven en zonas que presentan alto
riesgo de inundaciones.
- 100 millones de personas sufren cada año en sus regiones
ciclos de inundaciones y sequías.

“HABRÁ HAMBRES” (Mateo 24,7; Apocalipsis 6,8).

- El hambre causó más de 70 millones de muertes durante el


siglo XX. En la actualidad una de cada nueve personas
atraviesa situaciones de hambre.
- Según datos de la ONU, la población mundial pasará de 7.400
millones de habitantes que hay actualmente, a 9.300 millones
en el 2050 (fundamentalmente en países en desarrollo); lo que
acarreará una grave escasez de alimentos, y una mayor
competitividad por los recursos naturales equivalente a un 60%
más. Para el final de este siglo serán 11.000 millones de seres
humanos.
- Se calcula que hay en nuestro planeta 702 millones de
individuos que viven en la pobreza extrema. De los mismos, el
60% son mujeres y niñas.
- Reducir a la mitad la cantidad de personas que viven en la
pobreza, es una meta que no se alcanzará ni siquiera en el
2.030.
- La globalización mundial aumenta la miseria, y hoy en día, 85
países están en peor situación económica que hace diez años.
- 795 millones de seres humanos padecen de hambre. De ellos el
98% vive en países en vía de desarrollo. De hecho, el hambre
encabeza la lista de los 10 principales riesgos para la salud.
- Más de dos millones de personas mueren de hambre cada día,
cifra superior que por la malaria, el sida y la tuberculosis
juntos.
- Cada año nacen 80 millones de seres humanos, de los cuales
53% están condenados a vivir en la pobreza.
- La Organización Internacional del Trabajo estima que
actualmente hay más de 202 millones de personas sin empleo
en el planeta.
- De los 960 millones es el número de analfabetas adultos en el
mundo, dos tercios son mujeres. Adicionalmente, el 70% de los
menores que no van a la escuela son niñas.
- Aunque han pasado casi dos siglos desde que fue abolida la
esclavitud, en pleno siglo XXI este flagelo afecta a 27 millones
de personas en todo el mundo. Las víctimas son
principalmente: emigrantes indocumentados, empleadas
domésticas, niñas obligadas a prostituirse, obreros del sector
de la construcción y la industria.
- Una de cada tres personas vivirá en un barrio marginal dentro
de 30 años. 940 millones de personas ya viven en barrios
precarios e insalubres.
- Más de 1.000 millones de niños son víctimas de la pobreza, el
sida y las guerras; 640 millones carecen de una vivienda
adecuada; 500 millones no tienen acceso a instalaciones
sanitarias; 400 millones no disponen de agua potable; 270
millones no gozan de un servicio de salud; 180 millones son
explotados sexualmente; 275 millones sufren de violencia
doméstica; 140 millones nunca han ido a la escuela; 75
millones, debido a las emergencias y crisis prolongadas, han
tenido que interrumpir su educación; 150 millones realizan
trabajo infantil viviendo muchas veces en condiciones de
esclavitud; 90 millones padecen de desnutrición; el hambre
mata a 7.000.000 de infantes al año; 1.200 niños mueren cada
hora por la pobreza.
- 25 centavos de dólar al día cuesta proveerle a un niño todas las
vitaminas y los nutrientes necesarios para que crezca
saludable. Dos de cada tres fallecimientos en la temprana edad
se producen por enfermedades que se podrían evitar.
- Datos de la FAO calculan que el 40% de los alimentos en el
mundo se pierden entre la cosecha y el consumo por malos
métodos en la recolección, el almacenamiento, el transporte, la
distribución y el desperdicio en las cocinas. Esto equivale a
1.300 billones de toneladas de víveres (especialmente frutas y
hortalizas). La gran mayoría de este número se produce en las
naciones europeas y Norteamérica. Si se redujera a la mitad
ese despilfarro, el mundo podría alimentar a 1.000 millones de
personas más y convertir el hambre en una cosa del pasado.
- Se calcula que toda la comida que se desperdicia calculada en
1.300 millones de toneladas cada año, ascendería a cerca de
un billón de dólares y bastaría para alimentar varias veces a los
795 millones de personas que pasan hambre todos los días.
- La carencia alimentaria no proviene de cosechas arruinadas por
el mal tiempo, sino de cuatro factores que resultan críticos a
largo plazo: crecimiento demográfico elevado, pérdida de suelo
cultivable, escasez de agua dulce y subida de las temperaturas.
- La producción global de alimentos ocupa un 25% de la
superficie habitable, un 70% de consumo de agua, un 80% de
deforestación y un 30% de gases que produce el calentamiento
en el planeta.
- El mundo produce comida suficiente para alimentar a diario a
12.000 millones de personas, es decir, para 5.000 millones más
que la población total del planeta. Sin embargo, el 80% de los
recursos globales son rápidamente consumidos por los países
industrializados.
- A pesar de que los países ricos tiene la tecnología, los recursos
financieros y la acumulación de conocimientos para superar la
pobreza, están haciendo muy poco para disminuir esta
desigualdad social.
- Algunas de la soluciones para este problema sería mejorar las
carreteras y los ferrocarriles que permitan a los agricultores
llegar hasta los compradores, los fertilizantes y otros insumos
agrícolas. Un suministro de electricidad que permita secar los
cereales y mantener frescas las verduras en los refrgieradores,
tener una taza fija de precios de los alimentos básicos y
destinar más recursos a las investigaciones e innovaciones
agrícolas.

“ENFERMEDADES EN DIFERENTES LUGARES” (Lucas 21,11;


Apocalipsis 6,8).

- Un programa mundial de inmunización eliminó la viruela de la


faz de la Tierra, y otras campañas similares casi han
erradicado la poliomielitis y la lepra. Sin embargo, cada año
aparece una nueva enfermedad. Durante los últimos cincuenta
años han surgido 335 nuevas enfermedades sumamente
contagiosas. Mil brotes epidémicos desde el comienzo del siglo
XXI. La mayoría de ellas como el ébola, el sida y la hepatitis C
carecen de cura. Como si fuera poco también se hallan en
expansión enfermedades infecciosas como el Sars, la peste de
las “vacas locas”, el paludismo, la malaria, la tuberculosis, la
pulmonía, la tos ferina, el sarampión, la hepatitis B, la diarrea y
el tétano que están cobrando millones de víctimas, sobretodo
en naciones en vías de desarrollo. Estas enfermedades han
pasado a suplantar a las que más preocupaban hace medio
siglo, como eran: el cólera, la peste, la fiebre recurrente, la
viruela, el tifus y la fiebre amarilla.
- Los investigadores han determinado que muchas de estas
enfermedades ya existían, se han trasladado a una región
nueva o son ahora mucho más comunes. Otros factores
determinantes son: los incidentes químicos, radio nucleares o
tóxicos, las situaciones meteorológicas extremas, el cambio
climático, el deterioro del medio ambiente, el crecimiento
demográfico, la rápida urbanización, las prácticas agrícolas
intensivas, las consecuencias sanitarias de los conflictos y el
bioterrorismo.
- Las enfermedades crónicas han aumentado. El cáncer ha
crecido un 50% en 20 años. Más de 12 millones de nuevos
casos se presentan cada año, mientras que 20.000 personas
mueren cada año a causa de esta mal.

- Hasta la fecha no existe tratamiento para la causa de dos


tercios de las enfermedades conocidas (unas veinte mil).
Además, muchas enfermedades infecciosas están resultando
difícil de curar porque se han hecho resistentes a los
antibióticos.
- Desde la aparición del sida en el año 1.981, han muerto unos
25 millones de personas; 1,8 millones cada año; 34 millones
han sido contagiados; cada día se producen 16 mil nuevos
casos y al año son cerca de cinco millones de infectados; las
mujeres y niñas constituyen casi la mitad de todos los que
viven con el VIH en el mundo; 15 millones de niños son
huérfanos a causa de la pandemia del sida.
- Tres días de gasto militar en el mundo equivalen a lo que se
invierte para combatir el sida en un año en el planeta.
- El Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la
Malaria solicitó a los gobiernos 13.000 millones de dólares para
frenar estas epidemias. Mientras que los mismos gobiernos
gastan cada año un billón de dólares en fines militares.
- Entre 40 o 50 millones de abortos se practican en el mundo
cada año.
- La brecha entre el nivel de salud de los ricos y el de los pobres
es al menos tan grande como hace medio siglo.

“UNA NACIÓN PELEARÁ CONTRA OTRA Y UN PAÍS HARÁ


GUERRA CONTRA EL OTRO” (Mateo 24,7; Apocalipsis 6,4.8).

- En la I Guerra Mundial (1914-1918), murieron veinte millones


de personas entre combatientes y civiles; ya para la II Guerra
Mundial (1939-1945), el número ascendió a 50 millones de
víctimas; esto sumado al resto de enfrentamientos que se
vivieron en el siglo pasado da un gran total de 100 millones de
muertos.
- Entre el final de la II Guerra Mundial y el año 2010 hubo 246
enfrentamientos armados en 151 lugares del mundo.
- En las guerras del siglo XX hubo el triple de muertos que en
todas los demás conflictos bélicos desde el siglo I d.C. hasta
1.899.
- Más de la mitad de los 3,6 millones de muertos en guerras (1,8
millones), desde 1990, son niños; y entre cuatro y cinco
millones de discapacitados; además una de cada cinco víctimas
de las minas terrestres (que cada año matan a más de 15.000
personas) es un infante.
- Cada año casi 800.000 personas mueren en el mundo a causa
de la violencia. El 60% se cometen con armas de fuego.
- Nueve naciones poseen la capacidad de lanzar un ataque
nuclear, en tanto que otras están en vías de fabricar su propio
arsenal. Aún quedan 16.000 armas nucleares en todo el
planeta.
- El mundo y sus dirigentes políticos gastan alrededor de un
billón de dólares al año en gastos militares.
- Los cinco mayores exportadores de armas a nivel mundial son:
China, EE.UU., Rusia, Alemania y Francia; quienes acaparan el
75% de las ventas.
- 48 millones de dólares fue el gasto militar de América Latina
durante el año 2014. Principalmente en su orden son: Brasil,
Colombia, México, Venezuela y Argentina.
- En la actualidad los principales factores que fomentan el gasto
militar en el mundo son las crecientes tensiones fronterizas en
algunas regiones, el combate contra grupos terroristas,
separatistas, fundamentalistas religiosos, el narcotráfico y los
conflictos internos.
- La perdida de los recursos naturales será el mayor ingrediente
de los enfrentamientos civiles y bélicos en los años venideros.
II. PREDICCIONES ERRADAS

El montanismo y sus adeptos los montanistas, derivan su nombre de


su fundador Montano, oriundo de Frigia, región del noroeste del Asia
Menor. Considerado como profeta, anunció el fin del mundo para el
año 157, y a quienes le creyeron los invitó a reunirse en la misma
ciudad de Frigia, en donde bajaría del cielo la Nueva Jerusalén, tal
como se señala en el Apocalipsis (21,2).

Martín Lutero, iniciador de la Reforma Protestante del siglo XVI en


Alemania, pronosticó la proximidad del fin del mundo para su
tiempo. Según cierta autoridad, declaró: “Por mi parte, estoy
convencido de que el día del juicio está a la vuelta de la esquina”,
“Se acerca el gran día en que el reino de las abominaciones será
derrocado”. Su discípulo Melanchton agregó: “Este viejo mundo no
está lejos de su fin”.

John Knox, fundador en Escocia de la Iglesia Presbiteriana en el


siglo XVII, dijo: “¿No llevó acaso Nuestro Señor Jesús nuestra carne
al cielo?, ¿Y no ha de regresar por ventura? Sabemos que volverá, y
esto con prontitud”.

En el siglo XIX, William Miller, a quien generalmente se le atribuye la


fundación de la Iglesia Adventista del Séptimo día, predijo que la
segunda venida del Mesías ocurriría el 21 de marzo de 1.843; en
consecuencia, algunos esperaban ser llevados al cielo en aquel
tiempo. En vista de este primer fracaso, Miller reconoció que se
había equivocado y cambió la fecha para el 22 de octubre de 1.844.
Era tanta la gente que iba a escucharlo a todas partes, que había
que prepararle los auditorios más grandes de la ciudades. Ese día
cerca de 50.000 personas de la costa oriental de Estados Unidos se
reunieron nuevamente con su guía espiritual. Los mileritas –así les
decían- esperaron en sus lugares de reunión hasta la noche. Al alba
el Señor no había venido. Decepcionados, volvieron a sus casas, y
desde entonces llamaron a aquel día el “Gran Chasco”.

Del mismo modo, Helena White (considerada la gran profetiza de


esta secta) dijo a los adventistas en el mismo año de 1.844, que no
tuvieran hijos y que el esposo no viviera con su esposa, porque
Cristo venía pronto. Eso dio origen a muchos divorcios. En los años
de 1.859 profetizó que Jesús venía en “unos meses”, y después en
1.889, escribió: “Sólo un poquito más de tiempo antes de que Jesús
venga”. Después otros adventistas aseguraron que el mundo se
acabaría el 31 de diciembre de 1.899 a las doce de la noche.

Los Testigos de Jehová por ser también una congregación fatalista,


han anunciado de manera equivocada la segunda llegada del “Hijo
de Dios”. Charles T. Russell (su fundador) afirmó primero que sería
en el año 1.874; Después cambió la fecha para 1.914. Por su parte,
el llamado juez Joseph F. Rutherford (su segundo presidente) lo hizo
para 1.925; y para ello, mandó a construir una enorme mansión en
San Diego (California), llamada “la casa de los príncipes” para
cuando resucitarán los patriarcas del Antiguo Testamento, pero al
ver que esto no sucedió, se fue él mismo a vivir allí hasta su muerte
ocurrida en el año de 1942. Por último, su tercer presidente Natahn
H. Knorr, le encomendó la misión a su vicepresidente, Federick W.
Franz (quien luego sería el cuarto presidente); Quien la señaló para
el año 1.975.

El Grupo Misionero Dami, que reúne a unos 20.000 seguidores en


Corea del Sur, presagió la proximidad del fin del mundo para el 28
de octubre de 1.992, cuando creían que Jesús regresaría para salvar
a unos pocos. Muchos de los creyentes en Seúl (la capital)
abandonaron sus casas, empleos y centros de estudio a fin de
prepararse para aquel acontecimiento, y se dedicaron a predicar a
otros en las calles, en el metro y otros lugares públicos. Además
fueron denunciados muchos casos a la policía de personas
confinadas a la fuerza por adeptos a este grupo evangélico.

Una secta de origen ucraniano, denominada la Gran Cofradía Blanca,


proclamó el final de los tiempos para el 24 de noviembre de 1.993,
mientras que Harold Camping, predicador de la radio
estadounidense, lo fijo para el mes de septiembre de 1.994.

En noviembre de 2.007, el líder de una secta ortodoxa de nombre


Piotr Kuznetsov, fue recluido en un hospital psiquiátrico, mientras
que una treintena de sus adeptos, incluyendo cuatro niños,
permanecían recluidos y atrincherados en el subterráneo de un
refugio en la región de Nikolskoie (Rusia) esperando la llegada del
Anticristo predicha para mayo del 2.008.

Un jubilado neoyorkino de 60 años y de nombre Fitzpatrick, gastó


todos sus ahorros, 140.000 dólares, en carteles publicitarios en los
vagones del metro y paradas de autobuses en EEUU, advirtiendo
que el fin del mundo sería el 21 de mayo de 2011. Esto lo hizo
haciendo caso a las predicciones del final de los días del evangelista
pentecostal, Harold Egbert Camping, fundador de Family Radio.

Hoy en día, casi ninguna iglesia o secta cristiana se atreve a


especificar otra fecha apocalíptica por temor a caer en la misma
encrucijada, ya que muy tarde comprendieron las indicaciones de las
Santas Escrituras:

- “Manténganse ustedes despiertos, porque no saben en qué día


va a venir su Señor” (Mateo 24,42).
- “Pero en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni aun los
ángeles del cielo, ni el Hijo. Solamente lo sabe el Padre”
(Marcos 13,32).
- “Ustedes también estén preparados; porque el Hijo del hombre
vendrá cuando menos lo esperen” (Lucas 12,40).
- “En cuanto a las fechas y los tiempos, hermanos, no es
necesario que yo les escriba. Ustedes saben muy bien que el
día del regreso del Señor llegará cuando menos se le espere,
como un ladrón que llega de noche” (1 Tesalonicenses 5,1-2).
- “Miren, yo vengo inesperadamente, como un ladrón”
(Apocalipsis 16,15).

III. JESÚS Y LOS ÚLTIMOS TIEMPOS

Con la llegada del Emmanuel al mundo se da inicio a la plenitud de


los tiempos, así lo da a entender el autor de la carta de los Hebreos
(atribuida posiblemente al apóstol Bernabé), cuando dice: “En
tiempos antiguos Dios habló a nuestros antepasados muchas veces
y de muchas maneras por medio de los profeta. Ahora, en estos
tiempos últimos, nos ha hablado por su Hijo” (1,1-2). Con El se
inaugura el “día de la salvación” (Isaías 49,8; 2 Corintios 6,2); el
“cumplimiento de los tiempos” (Gálatas 4,4); la instauración del
“reino de Dios” proclamado por Juan el Bautista (Mateo 3,1-2).
Posteriormente, en su ministerio público Jesús “fue a Galilea a
anunciar las buenas noticias de parte de Dios. Decía: -Ha llegado el
tiempo, y el reino de Dios está cerca. Vuélvanse a Dios y acepten
con fe sus buenas noticias” (Marcos 1,14-15). Asimismo, en la
sinagoga de Nazaret, un día sábado leyó la profecía de Isaías que
presagiaba entre otros acontecimientos “el año favorable del Señor.
Luego Jesús cerró el libro, lo dio al ayudante de la sinagoga y se
sentó…El comenzó a hablar diciendo: -Hoy mismo se ha cumplido
esta Escritura delante de ustedes” (Lucas 4,16-21). Más adelante,
cuando los apóstoles son enviados a anunciar el Evangelio, les da la
siguiente instrucción: “Vayan y anuncien que el reino de Dios se ha
acercado” (Mateo 10,7).

IV. SEÑALES BÍBLICAS ANTES DEL FIN DE LOS TIEMPOS


La palabra de Dios resalta cuatro grandes eventos que tendrán que
cumplirse antes del “fin de los tiempos”:

I. “Cuando ustedes tengan noticias de que hay guerras aquí y


allá, no se asusten. Así tiene que ocurrir; sin embargo, aún
no será el fin. Porque una nación peleará contra otra y un
país hará guerra contra otro; y habrá terremotos en muchos
lugares, y habrá hambres. Eso apenas será el comienzo de
los dolores” (Marcos 13,7-8). Nótese bien, que el mismo
Redentor no profetiza que las “guerras”, los “terremotos” y
la “hambruna” sean la antesala del “fin del Mundo”; sino “el
comienzo de los dolores”. De hecho, en toda la Historia
Universal después de la Encarnación del Hijo del Dios han
habido estas señales escatológicas, como por ejemplo:

- En todos los conflictos armados desde el siglo I d.C. hasta el


año 1.899, se calcula que hubo 35 millones de víctimas fatales.
- En el año 79 una gran erupción del Vesubio sepultó con lava y
ceniza las ciudades de Herculano y Pompeya.
- El paludismo eliminó a la mitad de los habitantes de Bizancio
(Turquía) en el 542.
- En el siglo XIV la “peste bubónica” o “muerte negra” asoló a
tártaros, mongoles, sirios, mesopotámicos, chinos, egipcios,
bizantinos y luego a la mayoría de las naciones europeas.
Ninguna epidemia, guerra o hambruna había afectado a un
sector tan amplio de la humanidad. En tan solo cuatro años
segó la vida de una tercera parte de la población europea (25
millones), y entre el 25% y 50% de los residentes del norte de
África y ciertas regiones de Asia.
- Cien años después de la llegada de Cristóbal Colón a América
(1.492), la viruela traída por los conquistadores españoles
había exterminado al 90% de la población indígena del Nuevo
Mundo.
- La sífilis fue la pandemia en Europa en los siglos XV y XVI.
- La gripa asiática o influenza comprometió a Asia y Europa en el
siglo XVIII.
- El cólera se extendió en Asia y América en el siglo XIX.
- Entre 1.918 y 1.919 la “fiebre española” considerada la más
destructiva en la historia de la humanidad, mató por lo menos
a 50 millones de personas en todo el mundo. Ni siquiera la
peste bubónica eliminó a tantas personas tan deprisa.
- En 1.920, la provincia de Kansu (China), es desbastada por un
terremoto que deja 108.000 muertos y miles de heridos y
damnificados.
- En diciembre de 2.004, un tsunami mató a cerca de 230.000
personas en Indonesia, India, Sri Lanka, Tailandia entre otros
países asiáticos.

II. “Y esta buena noticia del reino será anunciada en todo el


mundo, para que todas las naciones la conozcan; entonces
vendrá el fin” (Mateo 24,14). Ahora bien, de los 7.000
millones de habitantes que tiene aproximadamente la Tierra,
1.300 millones se declaran ateos, agnósticos o sin religión;
1.200 millones son islámicos; 1.100 millones son católicos,
otros 1.000 millones de diferentes denominaciones
cristianas, incluyendo a 350 millones de ortodoxos y 80
millones de anglicanos; 811 millones de Hinduistas; 400
millones de budistas; 100 millones de animistas; 100
millones de sintoístas; entre otros. Por lo tanto, hay aún un
largo camino por recorrer antes que la “Buena Nueva del
Reino de Dios” sea proclamada a los hombres “de todas las
naciones, razas, lenguas y pueblos” (Apocalipsis 7,9).

III. “Los que estaban reunidos con Jesús, le preguntaron: -Señor


¿vas a restablecer en este momento el reino de Israel? Jesús
les contestó: -No les toca a ustedes saber en qué día o en
qué ocasión hará el Padre las cosas que solamente él tiene
autoridad para hacer” (Hechos 1,6-7). Del mismo modo, el
apóstol Pablo recalca: “Hermanos, quiero que sepan este
secreto del plan de Dios, para que no se crean sabios: los
israelitas se han endurecido en parte, pero sólo hasta que
haya entrado todos los que no son de Israel. Cuando esto
suceda, todo Israel alcanzará la salvación” (Romanos 11,25-
26).

Aunque la conversión al cristianismo del “pueblo de la primera


alianza” en una verdad bíblica, todavía está muy lejos de
cumplirse. Hoy en día existen unos 20 millones de judíos. Ciertas
corrientes del judaísmo incluyendo a algunos rabinos, están de
acuerdo en admitir que “Yeshua de Nazaret”, fue un profeta de
la Nación de Israel, pero no es el Mesías (Ungido) de Dios. La
religión Judaica está dividida en cuatro grandes corrientes
doctrinales:

A. “Judíos Ortodoxos”.
B. “Judíos Ultra Ortodoxos”.
C. “Judíos Reformados”.
D. “Judíos Conservadores”.

Podríamos citar un quito grupo llamados los “Judíos Mesiánicos”


que están unidos en la fe en Cristo Jesús con los gentiles (no
judíos), pero conservan su autonomía, sus tradiciones, los
mandamientos, las festividades religiosas ordenadas en la Torá,
las bendiciones y oraciones en las sinagogas, su ancestral liturgia,
la circuncisión, guardan el sábado, el ayuno prescrito en la ley
mosaica y otras costumbres. A estas observaciones se añade la fe
en las Sagradas Escrituras del Nuevo Testamento. Algunos de
estos “judíos mesiánicos” se consideran cercanos o incluso
hermanos con la Iglesia Católica; otros en cambio, se ven y
proclaman como hostiles a lo que ellos consideran engañados de
esta misma institución.
II. “Ahora, hermanos, en cuanto al regreso de nuestro Señor
Jesucristo y a nuestra reunión con él, le rogamos que no
cambien fácilmente de manera de pensar ni se dejen asustar
por ningún mensaje espiritual, discurso o carta que reciban
como si fuera nuestra, diciendo que el día del regreso del
Señor ya llegó. No se dejen engañar de ninguna manera.
Pues antes de aquel día tiene que venir la rebelión contra
Dios, cuando aparecerá el hombre malvado, el que está
condenado a la destrucción. Este es el enemigo que se
levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o merece
ser adorado, y llega incluso a instalar su trono en el templo
de Dios, haciéndose pasar por Dios” (2 Tesalonicenses 2,1-
4). Esta última profecía del apóstol de los gentiles está por
cumplirse.

CURSO DE APOLOGÉTICA CATÓLICA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


I. LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD: DESDE LOS PRIMEROS
SIGLOS DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA
PROTESTANTE.
II. LA DIVINIDAD DE JESUCRISTO: DESDE LOS PRIMEROS
SIGLOS DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA
PROTESTANTE.
III. LA EUCARISTÍA: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS DEL
CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE.
IV. EL CREDO DE NUESTRA FE: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS
DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE.
V. EL PRIMADO DE PEDRO: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS
DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE.
VI. LA VIRGEN MARÍA: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS DEL
CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE.
VII. LOS SANTOS Y MÁRTIRES: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS
DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE.
VIII. LAS IMÁGENES Y PINTURAS SAGRADAS: DESDE LOS
PRIMEROS SIGLOS DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA
PROTESTANTE.

NOTA: Todas las citas bíblicas del presente estudio, fueron tomadas
de la versión protestante reina valera, ediciones de 1967 y 1985.

I. LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD: DESDE LOS PRIMEROS


SIGLOS DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA
PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


I. ARGUMENTO BÍBLICO
“Por lo tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo”. (Mateo 28,19).
“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del
Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén”. (2 Corintios 13, 14).
“Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el
Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno”. (1 Juan 5,7).

II. EL PLANO TEOLÓGICO


En la segunda mitad del siglo segundo, Teófilo, obispo de Antioquía
de Siria, escribió en griego e introdujo la palabra “Tri.ás” que
significa “tríada”, con la finalidad de expresar la unión en Dios de
tres personas divinas: Dios (el Padre), su Palabra (Logos), y su
Sabiduría.

A principios del siglo III, se dio origen a la herejía “monarquista”


según la cual en Dios sólo hay una persona como una es también su
naturaleza: los nombres de Padre, Hijo y Espíritu Santo no son otra
cosa sino aspectos diversos del Dios único. Este pensamiento era
liderado por Praxeas y Noeto, Y fueron refutados por Tertuliano, de
Cartago (+220), quien introdujo en sus escritos la palabra
“Trinitas”, que significa “trinidad” (Del latín trinus, que contiene
en sí tres personas).

El papa San Dionisio (259-268), emplea por primera vez la palabra


“Homousios” [De griego “homos”=igual y “ousia”=substancia,
esencia o naturaleza (latín=consubstantialis)], para las tres
Personas de la Trinidad. Combatió el Modalismo en un concilio en
Roma en el 263, doctrina que siguiendo las enseñanzas
de Sabelio proponía que las tres personas de la Trinidad no eran
sino una cuestión de nombres, distintos modos de nombrar a un
único Dios. También se enfrentó a los subordinacioncitas, quiénes
presentaban al Hijo como un ser creador. Pero el hecho más
relevante de su pontificado fue su enfrentamiento con su
homónimo, el obispo de Alejandría, Dionisio, a quien exigió que
aclarase su posición sobre la acusación que pesaba contra él de
haber hecho unas declaraciones heréticas respecto a la doctrina
trinitaria al defender el triteísmo, doctrina que propugnaba la
separación de la tres personas de la Trinidad en tres deidades
distintas. Este enfrentamiento que se conoce en la historia como "la
controversia de los dos Dionisios", dio lugar a un intercambio de
correspondencia entre Roma y Alejandría en la que Dionisio de
Alejandría escribió su “Apología y Refutación”, defendiendo la
ortodoxia de sus ideas al reducir el problema a una simple cuestión
semántica entre los cristianos orientales que usaban como lengua
litúrgica el griego y los cristianos occidentales que usaban el latín.

San Atanasio, patriarca de Alejandría (+373), fue el que preparó el


camino para la fórmula: “mia ousia, treis hypostaseis” (una sola
esencia, tres personas).

San Epifanio, obispo de Chipre (+413), refuta los errores de los


sabelianos quienes se apoyaban en un escrito apócrifo llamado
“Evangelio Egipcio”, de la mitad del siglo II. En él se dice que “la
persona del Salvador, había revelado a sus discípulos que la misma
persona es el Padre, la misma el Hijo y la misma el Espíritu Santo”.

III. EL TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES DE LA


IGLESIA Y LOS PRIMEROS ESCRITORES DEL CRISTIANISMO

“Señor Dios omnipotente, Padre de tu bendito Hijo Jesucristo, te


alabo te bendigo, te glorifico por mediación del siempre eterno y
celestial pontífice Jesucristo, tu amado Hijo, por quien sea a Ti
juntamente con El y el Espíritu Santo la gloria, ahora y en lo siglos
venideros”.
Acta del martirio de San Policarpo, obispo de Esmirna (+155).

“Y luego demostraremos que con razón honramos también a


Jesucristo, que ha sido nuestro maestro en estas cosas y que para
ello nació, el mismo que fue crucificado bajo Poncio Pilato,
procurador que fue de Judea en tiempo de Tiberio César, que
hemos aprendido ser el Hijo del mismo verdadero Dios y a quien
tenemos en segundo lugar, así como al Espíritu profético tenemos
en el tercero”.
Apología I, San Justino Mártir (+167).

“Este tuvo doce discípulos, los cuales, después de su ascensión a los


cielos, salieron a las provincias del Imperio y enseñaron la grandeza
de Cristo, al modo que uno de ellos recorrió nuestros mismos
lugares predicando la doctrina de la verdad, pues conocen al Dios
creador y artífice del universo en su Hijo Unigénito y en el Espíritu
Santo, y no adoran a ningún otro Dios fuera de éste.” 
Apología de Arístides de Atenas al emperador Adriano César (mitad
del siglo II).

“¿Quién, pues, no se sorprenderá de oír llamar ateos a quienes


admiten a un Dios Padre y a un Dios Hijo y un Espíritu Santo, que
muestran su potencia en la unidad y su distinción en el orden?”.
Atenágoras de Atenas, Súplica en favor de los cristianos (178 d.C.).

“Nadie puede acercarse al Padre, porque el conocimiento del Padre


es el Hijo, y el conocimiento del Hijo de Dios se logra por el Espíritu
Santo”.
San Ireneo, obispo de Lyon (+202).

“Que el Verbo, o sea el Hijo, ha estado siempre con el Padre, de


múltiples maneras lo hemos demostrado. Y que también su
Sabiduría, o sea el Espíritu estaba con El antes de la creación.”  
San Ireneo de Lyon, Contra las herejías (+202).
“Para la misma iglesia es, propiamente y principalmente, el Espíritu
mismo, en el cual es la Trinidad de Una Divinidad – Padre, Hijo y
Espíritu Santo.” 
Tertuliano, de Cartago (+220).

“Nosotros creemos en un solo Dios…que envió a su Hijo…quien


envió al Espíritu Santo”.
Tertuliano, de Cartago (+220).

“Toda la Iglesia aparece como un pueblo unido por la unidad del


Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
San Cipriano, obispo de Cartago (+258).

Después de la resurrección, cuando el Señor envió los apóstoles a


las naciones, Él les ordenó bautizar a los gentiles en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…Cristo mismo ordenó que las
naciones sean bautizadas en la completa y unida Trinidad.” 
San Cipriano, obispo de Cartago (+258).

“Todo el bien desciende del Padre, a través del Hijo, y nos alcanza
en el Espíritu Santo”.
San Atanasio, patriarca de Alejandría (+373).

“Nuestra fe es en el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo”.


San Atanasio, patriarca de Alejandría (+373).

“Gloria al Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo”.


San Basilio obispo de Cesárea (+379).

“La vida subsistente y verdadera es el Padre que, por el Hijo y en el


Espíritu Santo, derrama sobre todos sin excepción los dones
celestiales”.
San Cirilo, obispo de Jerusalén (+386).
“Cuando digo Dios entiendo que es el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo”.
San Gregorio Nacianceno, patriarca de Constantinopla (+389).

“Oh Cristo Dios…eres Uno de la Santísima Trinidad, glorificado con


el Padre y el Santo Espíritu”.
San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (+407).

“El Padre es tal porque engendra, el Hijo lo es porque es


engendrado, y el Espíritu Santo es tal porque es dado por los otros
dos”.
San Agustín, obispo de Hipona (+431).

“La fe de todos los cristianos se cimienta en la Santísima Trinidad”.


San Cesáreo, obispo de Arlés (+542).

IV. DECLARACIONES PONTIFICIAS

“Es necesario, sin embargo, que la palabra divina [Jesucristo] esté


unida con Dios del Universo; y el Espíritu Santo debe respetar y
morar en Dios. Por tanto la Trinidad Divina debe ser reunida en Una,
una cumbre, como si fuera – quiero decir, el Dios Omnipotente del
Universo.”
Carta a Dionisio de Roma a Dionisio de Alejandría (262).

“Ni entonces podemos dividir en tres cabezas divinas la maravillosa


y divina monarquía, ni desacreditar llamando “obra” la dignidad y
excelente majestad de nuestro Señor, pero debemos creer en Dios,
el Padre Todopoderoso, y en Jesús su Hijo, y en el Espíritu Santo, y
sostenemos que a el Dios del universo la Palabra está unida.” 
Carta a Dionisio de Roma a Dionisio de Alejandría (262).

“Tres son las personas verdaderas: La del Padre, la del Hijo y la del
Espíritu Santo, iguales, siempre vivientes, que todo lo contiene, lo
visible y lo invisible, y que todo lo pueden”.
Documento el Tomo del Papa San Dámaso, año 382.

“Los cristianos son bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y


del Espíritu Santo y no en los nombres de éstos, pues no hay más
que un solo Dios, el Padre Todopoderoso y su Hijo único y el Espíritu
Santo: la Santísima Trinidad”.
Profesión de fe del Papa Virgilio en el año 552.

III. EL MAGISTERIO ECLESIÁSTICO

“Porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra


(también) la del Espíritu Santo; pero el Padre y el Hijo y el Espíritu
Santo tienen una sola divinidad, gloria igual y coeterna majestad”.
Símbolo Atanasiano (siglo V o VI).

“La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en


tres personas: `la Trinidad consubstancial´. Uno es Dios y Padre de
quien procede todas las cosas, uno solo el Señor Jesucristo por el
cual son todas las cosas, y uno el Espíritu Santo en quien son todas
las cosas”.
Concilio de Constantinopla II, año 553.

“El Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo es lo mismo que es el


Padre, y el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir,
un solo Dios por naturaleza”.
Concilio de Toledo XI, año 675.

IV. ENFOQUE PROTESTANTE

Las principales congregaciones cristianas que niegan el dogma de la


“Santísima Trinidad” son:
Iglesia Unitaria, fundada en Inglaterra por Teófilo Lindley en 1774.
Secta Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
(Mormona), fundada en Estados Unidos por José Smith en 1830.

Secta Los Testigos de Jehová, fundada en Estados Unidos por Carlos


Tazé Russell en 1879.

Secta Pentecostal, fundada en Estados Unidos por Carlos Parham en


1901.

II. LA DIVINIDAD DE JESUCRISTO: DESDE LOS PRIMEROS


SIGLOS DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA
PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ARGUMENTO BÍBLICO

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios” (Juan 1,1).
“Nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. (Tito 2,13).
“Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna”. (1 Juan
5,20).

II. EL TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA

“Hermanos, debemos pensar en Jesús como Dios, como Juez de los


vivos y los muertos”.
San Clemente Romano (+97).

“Jesús es nuestro Dios e Hijo único del Altísimo”.


San Ignacio, obispo de Antioquía (+107).

“Jesús siendo el Hijo de Dios, merece nuestra adoración”.


Acta del martirio de San Policarpo, obispo de Esmirna (+155).

“El Padre del universo tiene un Hijo, que, siendo Verbo y


primogénito de Dios, es también Dios”.
San Justino Mártir (+167).

“Cristo Jesús, Nuestro Señor, Dios Salvador y Rey”.


San Ireneo, obispo de Lyon (+202).
“Yo sólo adoro al Dios Único del cielo y a su Hijo Jesucristo”.
San Arcadio (+304).

III. EL MAGISTERIO PONTIFICIO

“Nuestro Señor Jesucristo, perfecto en su divinidad y perfecto en su


humanidad, verdadero Dios y verdadero hombre, (compuesto) de
alma racional y de cuerpo, consubstancial al Padre por la divinidad,
y consubstancial a nosotros por la humanidad, igual en todos a
nosotros, menos en el pecado, engendrado por el Padre antes de
todos los siglos según la divinidad, y en estos últimos tiempos por
nosotros y por nuestra salvación, fue engendrado de María, virgen y
madre de Dios, según la humanidad”.
Tomo a Flaviano del Papa León I (440-461).

IV. LAS ACTAS DE LOS PRIMEROS SÍNODOS Y CONCILIOS

En el siglo III, Pablo de Samosata, obispo de Antioquía, entre el 260


y el 268; empezó a enseñar que Jesús no era Dios sino un hombre
como los demás. En seguida se celebraron varios Sínodos en la
misma ciudad, en los que se pronunció el siguiente anatema:
“Jesucristo es por naturaleza y según su persona verdadero Dios.
Esta fe, ha sido siempre enseñada por la Iglesia Católica, y en ella
se ha conservado desde los tiempos apostólicos hasta nuestros
días”.
Arrio, fue un sacerdote de Alejandría que afirmaba hacia el año 320,
que Jesús no era propiamente Dios, sino la primera criatura creada
directamente por el Padre, dado que toda la creación habría sido
obra del Hijo, por voluntad del Padre. Por esta razón, el primer
Concilio Ecuménico de Nicea, en el año 325, confesó que el Hijo de
Dios es “Homousios” (“consustancial” o de la misma sustancia o
naturaleza) que el Padre, y excomulgó al presbítero apóstata,
declarando que Jesucristo, es el “Hijo unigénito de Dios; y nacido
del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios: Luz de Luz. Dios
verdadero de Dios verdadero. Engendrado, no hecho;
consubstancial con el Padre; por quien todas las cosas han sido
hechas”. El principal campeón de la ortodoxia católica fue San
Atanasio, patriarca de Alejandría (+373), que soportó duras batallas
y hasta el destierro por suprimir la herejía arriana.
En el cuarto Concilio Ecuménico de Calcedonia, en el año 451, se
declaró que Jesús era “verdadero Dios y verdadero hombre…nacido
del Padre antes de todos los siglos según la divinidad; y por
nosotros, y por nuestra salvación, nacido en los últimos tiempos de
la Virgen María, la Madre de Dios, según la humanidad”. Aquí se
condenó a un monje de nombre Eutiques, abad de un monasterio en
Constantinopla, que aseguraban que la naturaleza humana de Cristo
había dejado de existir al ser asumida por su persona divina en el
momento de la encarnación (“Monofisismo”, del griego monos,
una, sola, y physis, naturaleza, es decir: “naturaleza única”).

V. ENFOQUE PROTESTANTE

Muchas sectas cristiana tienen diferentes opiniones sobre el origen


de Jesús, así por ejemplo:
Para los ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA Y TESTIGOS DE
JEHOVÁ, Es la primera criatura creada por Dios, llamado también el
“Arcángel Miguel”.

Para los MORMONES, Era el hermano gemelo del ángel rebelde


Luzbel.

Para los PENTECOSTALES, es Dios Padre que se hace hombre.

III. LA EUCARISTÍA: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS DEL


CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ARGUMENTO BÍBLICO

“El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le


resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida,
y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi
sangre, en mí permanece, y yo en él” (Juan 6,54-56).
“Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es
mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo:
Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se
derrama” (Lucas 22,19-20).
“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el
Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo
dado gracias, lo partió, y dijo: Toma, comed; esto es mi cuerpo que
por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo
tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta
copa es el nuevo pacto en mi sangre, haced esto todas las veces
que la bebiereis, en memoria de mí” (1 Corintios 11,23-25).

II. EL TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA

San Ignacio de Antioquia, obispo mártir del año 107, decía en su


carta a los romanos: “El pan es la carne de Jesucristo, el vino la
sangre”.
San Justino Mártir, en su obra titulada “Apología”, año 155, afirma:
“El pan y el vino de la Eucaristía no son pan y vino corrientes, sino el
cuerpo y la sangre de Cristo”.
San Ireneo, obispo de Lyon, en su obra contra las herejías, año 180,
escribe: “El vino y el pan al recibir las palabras consagratorias se
convierten en el cuerpo y en la sangre de Cristo”.
San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (+407), declara:
“No es el hombre quien hace que las cosas ofrecidas se conviertan
en cuerpo y sangre de Cristo, sino Cristo mismo que fue crucificado
por nosotros”.

III. LA EUCARISTÍA Y EL PROTESTANTISMO


En tiempos de la Reforma Protestante (siglo XVI), un pintor hizo el
cuadro de la institución de la Eucaristía. En medio del mismo se veía
a Jesucristo distribuyendo la comunión a los apóstoles con las
palabras: “Este es mi cuerpo”. A la derecha, un poco más abajo,
Martín Lutero daba la cena a los suyos, diciendo: “Esto contiene mi
cuerpo”. A la izquierda, Juan Calvino hacia lo mismo, agregando:
“Esta es la figura de mi cuerpo”. Al pie del cuadro, el artista escribió
con grandes letras: “¿A quién de los tres se debe creer? Hay que
anotar que esta pintura obró varias conversiones al catolicismo.

IV. LA SAGRADA HOSTIA DEL ESCORIAL

A fines de junio de 1572, los seguidores del ex–sacerdote suizo


Ulrico Zwinglio, quienes negaban la presencia real de Jesucristo en
la Eucaristía, irrumpieron en la catedral católica de Gorcamia
(Holanda), y siguiendo su sacrílega costumbre derribaron las
imágenes sagradas y violentaron el sagrario, apoderándose de una
hostia consagrada. Con gran alborozo salieron al exterior,
arrojándola al suelo, donde uno de ellos llegó a pisotearla. Al
instante, de las tres perforaciones de los clavos de su calzado (pues
estaban en invierno), había brotado tres gotas de sangre en la santa
forma. El extraordinario prodigio dejó confundido a los
profanadores, uno de ellos, tal vez el mismo que la había pisado,
llamó al deán de la catedral, don Juan Vander Delpht, quien recogió
la milagrosa hostia y la llevó al convento franciscano de Malinas.
Tiempo después el arrepentido hereje se convierte a la verdadera
religión, haciéndose religioso franciscano.
La santa reliquia fue trasladada a Viena y después a Praga. En el
año 1592, Rodolfo II, rey de Hungría y Bohemia, la donó a Felipe II,
monarca de España, quien la depositó en la basílica de San Lorenzo,
en el real monasterio del Escorial. Más tarde, el 8 de octubre de
1680, Carlos II, ordenó que fuera colocada en un altar especial en la
sacristía, donde se conserva hasta el día de hoy, de un color blanco
inmaculado y con las tres marcas de la sangre coagulada.

IV. EL CREDO DE NUESTRA FE: DESDE LOS PRIMEROS


SIGLOS DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA
PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ARGUMENTO BÍBLICO
“Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones
y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido,
y que os apartéis de ellos” (Romanos 16,17).
“Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo,
sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio de
beber de un mismo Espíritu” (1 Corintios 12,13).
“Un Señor, una fe, un bautismo” (Efesios 4,5).

II. EL PLANO TEOLÓGICO

Es importante saber que hubo diversos credos o formas


rudimentarias de confesión de la fe cristiana en los tiempos de la
iglesia apostólica (Hechos 8,36 -37; Romanos 10,9; 1 Corintios
12,3). No obstante, el llamado “Símbolo de los Apóstoles”, es
considerado como el más antiguo catecismo, enumeraba doce
artículos que representan a los doce Apóstoles de Jesús. La forma
que tiene hoy parece que se empleó por primera vez en el año 450.
Se le conocía como el Symposium por una leyenda que circulaba a
fines del siglo IV, según la cual los apóstoles se reunieron alrededor
de una mesa para redactarlo, y cada uno añadió una frase. Los
catecúmenos antes de recibir el bautismo, recitaban una fórmula de
fe en la Trinidad y en Cristo, cuya substancia se remonta hasta los
orígenes del cristianismo, símbolo que fue recibiendo poco a poco
varias adicciones, conforme aparecían nuevas herejías que era
necesario condenar.
La primera fórmula escrita del símbolo de la religión cristiana
(término que viene del latín “symbolum”, con el cual se designó
inicialmente para la palabra credo), se halla en una carta del siglo II,
redactada entre los años 150 y 180, donde dice: “Creo en Dios
Padre, Todopoderoso; Y en Jesucristo, nuestro Salvador; Y en el
Espíritu Santo, Paráclito; En la Santa Iglesia y en el perdón de los
pecados”.
El Símbolo Niceno-Constantinopolitano, es fruto de los dos primeros
Concilios Ecuménicos (325 y 381). Sin embargo, sólo quedará como
definitivo en el Concilio de Calcedonia (451). En el siglo VIII, en la
Iglesia de Occidente se agrega el “Filioque” (“del Hijo”), sobre la
procedencia del Espíritu Santo que viene de la unión del Padre con
Jesucristo. Este credo es utilizado por algunas de la Iglesias que
nacieron con la Reforma Protestante.
El Símbolo de San Atanasio, explica los misterios de la Trinidad y la
Encarnación. Se ignora su autor, parece haber sido compuesto en
España o en el Sur de Francia en el siglo V o VI, bajo el supuesto
nombre del Padre de la Iglesia, “San Atanasio”, para darle así mayor
autoridad.

III. EL TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES DE LA


IGLESIA

“Si los Apóstoles no hubiesen dejado algunos escritos, sería


necesario seguir la regla de fe que ellos transmitieron a las Cabezas
de la Iglesia”.
San Ireneo, obispo de Lyon (+202).

“Estas síntesis de la fe no ha sido hecha según las opiniones


humanas, sino que de toda la Escritura ha sido recogido lo que hay
en ella de más importante, para dar en su integridad la única
enseñanza de la fe”.
San Cirilo, obispo de Jerusalén (+386).
“Es el Símbolo que guarda la Iglesia Romana, la que fue sede de
Pedro, el primero de los Apóstoles, y a la cual él llevó la doctrina
común”.
San Ambrosio, obispo de Milán (+397).

“Los Apóstoles antes de separarse, compusieron el Símbolo, aunque


sin escribirlo, y determinaron que se extendiese de una vez”.
Rufino de Aquileya (+410).

IV. HISTORIA DEL CRISTIANISMO


Desde los orígenes del cristianismo se han presentado divisiones
entre sus miembros, y es así como encontramos los siguientes
ejemplos:
“Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por
los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que
cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de
Cefas; y yo de Cristo. ¿Acaso está dividido Cristo?”.
San Pablo (1 Corintios 1,11-13).

“Donde hay pecados, allí hay desunión, cismas, herejías,


discusiones. Pero donde hay virtud, allí hay unión, de donde
resultaba que todos los creyentes tenían un solo corazón y una sola
alma”.
Orígenes de Alejandría (+254).

“Hay tantas sectas y opiniones como cabezas. Este niega el


bautismo; aquél, los sacramentos, el de más allá cree que hay otro
mundo entre el nuestro y el día del juicio. Unos dicen que Jesucristo
no es Dios; otros dicen lo que se les antoja. No hay niño ni patán
que no considere inspiración del cielo lo que no es más que sueño y
alucinación suya”.
Martín Lutero, Padre de la Reforma Protestante (+1545).
V. EL PRIMADO DE PEDRO: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS
DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ARGUMENTO BÍBLICO

“Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas
del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del
reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los
cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los
cielos” (Mateo 16,18).
“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido
para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe
no falte; y tú una vez vuelto, confirma a tus hermanos” (Lucas
22,32).
“Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de
Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor, tú sabes
que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la
segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió:
Sí, Señor, tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo
la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció
de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú
lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis
ovejas” (Juan 21,15-17).

II. LA AUTORIDAD DE LOS PRIMEROS PAPAS

Hacia el año 96, el obispo de Roma San Clemente, intervino en


asuntos de disciplina eclesiástica de la Iglesia en Corinto. Por esta
misma época todavía vivía el apóstol Juan en Efeso. El papa escribió
una carta la cual fue escuchada con tanto respeto, que no
solamente se obtiene el efecto deseado, sino que se continuó
leyendo en las asambleas de los cristianos a la par de las cartas de
los Apóstoles.
San Pío I en el año 150, excomulgó a varios herejes del gnosticismo
en Roma.
El anciano San Policarpo, obispo de Esmirna, y discípulo de San
Juan; vino desde el Extremo Oriente a ver al papa San Aniceto
(154/155-166), para hablar con él sobre la celebración de la
Pascua.
El papa San Eleuterio (175-189), fue a quien consultó San Ireneo de
Lyon, para restablecer la paz en las Iglesias de Asia, perturbada por
los errores de Montano.
A fines del siglo II, San Víctor I (189-199), decidió poner un
ultimátum de excluir de la comunión de la Iglesia a todos los obispos
de Asia Menor, que no querían sujetarse a la costumbre romana de
celebrar la Pascua de Resurrección en domingo.
San Esteban I, en el año 257, puso fin a la discusión en la que
intervino San Cipriano, obispo de Cartago, sobre el asunto de los
que dejaban una secta debían volver a ser bautizados en la religión
católica.
El papa San Dionisio (260-268), llamó a Roma a rendir cuentas de
su enseñanza, al patriarca Dionisio de Alejandría, que había sido
acusado por sus feligreses. El santo patriarca obedeció sin
vacilación.
Al papa San Dámaso I, se debe que el emperador Teodosio
proclamara al catolicismo como la única religión del Imperio Romano
en el edicto del año 380.
A petición de San Agustín, el papa San Inocencio I condenó la
herejía pelagiana en el año 417. Respecto a su gobierno
eclesiástico, ejerció con autoridad en los lugares donde intentaban
rebasar su primacía, como por ejemplo en España. Para esto
escribió cartas y decretos a los obispos y sacerdotes que querían
desautorizarlo y no obedecerlo.
Contra la herejía de Nestorio que negaba la Maternidad Divina de
María, San Cirilo de Alejandría (+444), pidió ayuda al papa San
Celestino I (422-432), recordándole la tradición , según la cual, “los
asuntos de mayor importancia en los que están en juego la fe, han
de ser resueltos por la Sede Romana”.
San León I el Grande mandó una carta dogmática en la cual expuso
la doctrina católica sobre las dos naturalezas de Jesús. La misma fue
aprobada por los obispos en el Concilio de Calcedonia (451), en
estos términos:”Pedro ha hablado por boca de León”.

III. TESTIMONIOS DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA

San Ignacio, obispo de Antioquía (+107), decía: “Roma nos enseña


a todos”.
San Ireneo, obispo de Lyon (+202), escribe en su tratado “Contra
las Herejías” que “toda Iglesia debe estar de acuerdo con la Iglesia
Romana, pues en ella se ha conservado siempre la tradición
Apostólica”.
Tertuliano de Cartago (+220), narra en uno de sus escritos: “Recorrí
las Iglesias Apostólicas, donde las propias cátedras de los Apóstoles
presiden todavía en lugar de ellos…si estáis en los confines de Italia,
tenéis Roma, cuya autoridad también nos presta apoyo”.
San Cipriano, obispo de Cartago (+258), testifica: “La cátedra de
Pedro e Iglesia principal, de la cual se deriva la unidad episcopal”.

IV. CONTEXTO HISTÓRICO

Hacia el año 200, un sacerdote romano de nombre Cayo, hace


mención a las tumbas de los Apóstoles Pedro y Pablo, en estos
términos: “Por mi parte puedo mostrar los trofeos (o sepulcros) de
los Apóstoles. Si quieres ir al Vaticano al camino de Ostia,
encontrarás los trofeos de los que fundaron esta Iglesia”.

A principios del siglo III San Ireneo, obispo de Lyon, escribe la lista
de los obispos de la Ciudad Eterna, en la que dice que “Después de
los santos apóstoles (Pedro y Pablo) hubieran fundado la Iglesia,
pasó a ocupar el episcopado romano Lino, y después le sucedió
Anacleto y tras éste Clemente (Romano), quien conoció en persona
a Pedro…”.

V. DECLARACIONES DE HISTORIADORES, PASTORES Y


TEÓLOGOS PROTESTANTES

“Los elementos capitales del catolicismo se remontan hasta la edad


apostólica”.
Adolf Von Harnack.

“Los inicios del cristianismo apuntan hacia Roma”.


Robert Maclauner.

“No hay un solo testimonio indudable que demuestre con todo rigor
que Pedro estuviera alguna vez en Roma, aunque resulta difícil no
admitirlo”.
Gustavo Kruger.

“Verdad es que en la secular polémica de si Pedro fue a Roma y si


sufrió allí el martirio, la balanza de la verosimilitud –pues no hay que
hablar de certeza- parece inclinarse por la afirmativa”.
Erich Caspar.

“Tengo la firme impresión de que hay que contar con la posibilidad


de que Pedro haya ido a Roma”.
Goguel.

“Nos enteramos luego de que Pedro, lo mismo que Pablo,


emprendió viajes misioneros por diversos países, y es incluso posible
que en uno de estos viajes hallara la muerte en Roma”.
Julicher.
“Para el arqueólogo, la presencia y el martirio de los Santos Pedro y
Pablo en Roma, son hechos tan ciertos por la sola evidencia de los
monumentos, que no admite ni siquiera sobra de duda”.
Lanciani.

“Según la tradición, tanto Pedro como Pablo fueron ejecutados en


Roma, en la década de los años 60”.
Timothy Yates.

VI. LA VIRGEN MARÍA: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS DEL


CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ARGUMENTO BÍBLICO
“¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las
mujeres” (Lucas 1,28).
“Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre”
(Lucas 1,42).
“Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las
generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso”
(Lucas 1,48-49).
II. LA IGLESIA PRIMITIVA

En la llamada “Carta de los Apóstoles”, escrito apócrifo del siglo II-


III, encontramos el siguiente Credo que se utilizó contra las
primeras herejías: “Creemos en Cristo Señor, Hijo de Dios, palabra
que tomó carne de la Santa Virgen María, carne suscitada en su
seno por el Espíritu Santo”.

En las catacumbas de Roma se encuentran varias pinturas de los


primeros siglos (II y III), que representan a María y el Niño, con el
título “María Madre de Dios”.

En el oficio bizantino, se reza una oración a la “Virgen María”, que


fue hallado en una tablilla de barro egipcia del siglo V, que dice:
“Virgen Madre de Dios, salve, llena de gracia, el Señor está contigo.
Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre,
porque tú engendraste al Salvador de nuestras almas”.

III. EL COMBATE A LAS PRIMERAS HEREJÍAS CONTRA


MARÍA
San Justino mártir (+167), En el Diálogo con Trifón, insiste en
la maternidad de Santa María, que corresponde a la naturaleza
humana de Cristo.
En los evangelios apócrifos (s. II al VI) se sostiene que los llamados
“hermanos y hermanas de Jesús”, eran hijos de un matrimonio
anterior de José, quien viudo y anciano se casó con María. Así lo
representaban algunos Padres de la Iglesia. Sin embargo,
Tertuliano, nacido en Cartago hacia el 155, y convertido al
cristianismo hacia el 193, sostenía en su obra De Monogamia: “Fue
una virgen la que dio a luz a Cristo. Pero después del parto, ella se
unió con un solo hombre, a fin de que ambos ideales de santidad (el
virginal y el matrimonio) tuvieran una realización ejemplar en la
parentela de Cristo, a saber, en la persona de aquella que fue
madre, virgen y esposa de un solo hombre”.

El escritor cristiano Orígenes, de Alejandría (+253), en su libro


“Contra Celso”, un filósofo neoplatónico, protesta contra su tesis
apoyado en argumentaciones judías: “Jesús habría inventado su
nacimiento de una virgen; en realidad era originario de una oscura
aldea de Judea y había nacido de una mujer de la región, pobre
hilandera; acusada de adulterio, fue repudiada por su marido que
era carpintero. Una vez repudiada por su marido, se comportó de
modo deshonroso y clandestinamente engendró a Jesús”.

San Epifanio, obispo de Chipre (+413), condenó en Arabia la secta


de los coliridianos, que tributaban culto idolátrico a la Madre de
Jesús. Al respecto escribe: “¡Sea honrada María!!Sea adorado el
Señor!”. La misma distinción se aprecia en san Ambrosio, obispo de
Milán (+397), quien agrega: “María es templo de Dios y no es el
Dios del templo”.

San Jerónimo, Doctor de la Iglesia, respondió en su obra Sobre la


Virginidad Perpetua de María, el planteamiento de Elvidio (+380), un
laico romano amigo de Auxencio, obispo arriano de Milán antes de
San Ambrosio, quien proponía el mismo pensamiento de Tertuliano,
de que los llamados “hermanos del Señor”, eran hijos de María con
José después del nacimiento de Jesús.

En el siglo V, Nestorio, patriarca de Constantinopla, reconocía en


María solamente el título de “Madre de Cristo” (Chistotókos). Ante
esta nueva herejía el Concilio Ecuménico de Éfeso (431) presidido
por San Cirilo, patriarca de Alejandría, proclamó que María llegó a
ser “Madre de Dios (Theotókos), no porque el Verbo de Dios haya
tomado de ella su naturaleza divina, sino porque es de ella, de
quien toma su naturaleza humana al haber nacido de su vientre
virginal”.
IV. EL TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA

San Efrén, diácono de Siria, llamado el poeta de la Virgen, compuso


en el año 333 una serie de versos en su honor, donde le da los
siguientes títulos: “Señora Nuestra”, “Santísima Madre de Dios”,
“Llena de Gracia”, “Mediadora”, “Puente que una la tierra con el
cielo”, “Llave que nos abre las puertas del Paraíso”, “abogada,
nuestra Intercesora”.

San Agustín, obispo de Hipona (+431), dice respecto a la Madre del


Señor: “Se la reconoce y se la venera como verdadera Madre de
Dios y del Redentor…Es Madre no solo de nuestra cabeza que es el
Salvador, sino de todos nosotros los que formamos parte del
cuerpo de Cristo, pues ella coopera por su amor al nacimiento de
los fieles en la Iglesia”.

En los escritos de San Juan Damasceno, monje y presbítero del


monasterio de San Sabas en Jerusalén (+750), se ha encontrado
por primera vez la oración: “María Auxiliadora, rogad por nosotros”.

V. MARTÍN LUTERO Y MARÍA

Martín Lutero, tenía una especial devoción a la Madre de Cristo,


producto seguramente de su hogar católico y de su formación
religiosa y sacerdotal en la Orden de San Agustín. Creía en la
Inmaculada Concepción, como se deduce de un sermón del 8 de
diciembre de 1516, donde al explicar el nombre de María, afirma:
“María quiere decir `Stella Maris’, pues de todo el mar de la
humanidad Ella es la única que permaneció pura e intacta”. Estaba
de acuerdo en reconocer la Maternidad Divina. Al respecto, escribió
en el año 1521 un hermosísimo tratado sobre el “Magníficat”, donde
comentando el versículo: “El Poderoso ha hecho obras grandes en
mí”, agrega: “Las cosas grandes no son más que el hecho de ser la
Madre de Dios”. No dudó en aceptar su Virginidad Perpetua, así lo
enseñó en su catecismo, al llamarla la “Siempre Virgen María”. Del
dogma de la Asunción a los cielos, hizo suprimir su fiesta religiosa,
porque pensaba que era una superstición, y por no hallar
fundamento en las Sagradas Escrituras. Conservó las fiestas
marianas que tuvieran un matiz cristológico o fundamento bíblico,
tales como: la Purificación, la Visitación, la Anunciación y la Navidad.
En el púlpito de la iglesia nunca dejaba de recitar un Padrenuestro o
un Ave María antes de la predicación. Al final de su vida en 1544,
redactó el siguiente pensamiento con respecto a la Santísima
Virgen: “Pues tu Hijo te honra y nada se niega”.

VII. LOS SANTOS Y MÁRTIRES: DESDE LOS PRIMEROS


SIGLOS DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA
PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


I. ARGUMENTO BÍBLICO

“La memoria del justo será bendita” (Proverbios 10,7).

“Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro


1,16).

“El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan


2,17).

II. LOS PRIMEROS SIGLOS DEL CRISTIANISMO


Ya desde principios del siglo II con el acta del “Martirio de San
Policarpo, obispo de Esmirna”, discípulo de San Juan Evangelista; se
hace una distinción entre el culto a Cristo y el culto a los mártires,
término que viene del griego martys y significa “testigo”. El primero
es de adoración (Latreia), y el segundo de veneración
(Proskinesis).

De las fiestas a los santos confesores, no hay testimonio anterior al


siglo IV. En Oriente con la memoria de San Antonio, en Egipto
(356), y en Occidente con la de San Martín, obispo de Tours (397).
Tiempo después, se incluyó a las mujeres consagradas a Cristo.

Desde el siglo V se hace memoria de los santos en las plegarias


eucarísticas y su culto se desarrolla de forma progresiva. Comenzó
haciendo memoria de los mártires de cada iglesia diocesana y de los
mártires más famosos de las otras diócesis.

En el segundo concilio de Nicea (787), se ratificó la santa y


antiquísima costumbre de rendir culto de veneración especial a
María (Hiperdulia), y a los santos (Dulia).

III. EL TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES DE LA


IGLESIA

“En cuanto a los mártires, los amamos como discípulos e imitadores


del Señor, y es justo, a causa de su devoción incomparable hacia su
rey y maestro; que podamos nosotros, también nosotros, ser sus
compañeros y sus condiscípulos”.
San Policarpo, obispo de Esmirna (+155).

“Conmemoramos a los que han dormido en el Señor, a los


patriarcas, a los apóstoles, a los mártires, para que Dios, por su
intercesión, despache favorablemente nuestras peticiones”.
San Cirilo, obispo de Jerusalén (+386).

“Cuando veas que Dios te prueba, no te pases al enemigo…Acude


más bien a los amigos de Dios, a los mártires, a los santos y a los
que le agradaron, porque éstos tienen ahora gran poder”.
San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (+407).

IV. LA SANTIDAD EN OTRAS IGLESIAS CRISTIANAS

La Iglesia Ortodoxa mantiene una devoción hacia los Santos Padres


de la Iglesia Oriental, algunos patriarcas y mártires. Además
celebran la “Fiesta de todos los Santos” el primer domingo, después
de Pentecostés.

La Iglesia Anglicana mantiene en su liturgia el calendario a los


Santos.

La Iglesia Evangélica (o luterana), le rinde especial admiración a los


Profetas del Antiguo Testamento y los Apóstoles del Nuevo
Testamento.

VIII. LAS IMÁGENES Y PINTURAS SAGRADAS: DESDE LOS


PRIMEROS SIGLOS DEL CRISTIANISMO HASTA LA
REFORMA PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ARGUMENTO BÍBLICO

“Harán también un arca de madera de Sittim…Y la cubrirás de oro


puro…Harás también dos querubines de oro, labrados á martillo los
harás, en los dos cabos de la cubierta. Harás, pues, un querubín al
extremo de un lado, y un querubín al otro extremo de lado
opuesto…Y los querubines extenderán por encima las alas,
cubriendo con sus alas la cubierta: sus caras la una enfrente de la
otra…Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre la
cubierta, de entre los dos querubines que están sobre el arca del
testimonio, todo lo que yo te mandaré para los hijos de Israel”.
(Éxodo 25,10-22).
“Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre
la bandera: y será que cualquiera que fuera mordido y mirare á ella,
vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de metal, y púsola sobre la
bandera; y fue que cuando alguna serpiente mordía á alguno,
miraba á la serpiente de metal y vivía”. (Números 21,8-9).
“Y esculpió todas las paredes de la casa alrededor de diversas
figuras, de querubines, de palmas, y de botones de flores, por
dentro y por de fuera” (1 Reyes 6,29).

II. LAS CATACUMBAS ROMANAS

En la ciudad de Roma, se encuentran las catacumbas (considerados


los monumentos cristianos más antiguos), aquí hay diferentes
representaciones del arte paleo-cristiano como en las de “Santa
Priscila”, “San Calixto”, “Domitila”, “San Sebastián” o “San Pedro Y
San Marcelino”. En su interior se han encontrado imágenes, nichos
de tumbas decorados con diferentes motivos, monumentos y
murales que representan entre otros motivos algunas escenas
bíblicas, tales como: Noé y el diluvio, Daniel en el foso de los leones,
Jonás y la ballena, La anunciación del ángel San Gabriel a la Virgen,
María con el Niño Jesús, el pesebre, la visita de los Magos de
Oriente, la muerte de Cristo en la Cruz. Según los resultados
cronológicos los mismos datan de mediados del siglo II hasta el siglo
IV de nuestra era.
III. EL TESTIMONIO DE LOS PAPAS Y DE LOS SANTOS
PADRES DE LA IGLESIA

“El honor de la imagen, se dirige al original”.


San Basilio, obispo de Cesárea (siglo IV).

“Tú no debes romper lo que fue colocado en las iglesias no para ser
adorado sino simplemente para ser venerado. Una cosa es adorar
una imagen, otra es aprender, mediante esta imagen, a quién se
dirigen las preces. Lo que la Escritura es para aquellos que saben
leer, la imagen lo es para los sencillos e iletrados”.
Fragmento de una carta del Papa San Gregorio Magno al obispo de
Marsella a finales del siglo VI.

“Lo que la Escritura es para los letrados, las imágenes son para el
pueblo su lectura”.
Papa San Gregorio Magno (siglo VII).
“Las imágenes son el catecismo de los que no leen”.
San Juan Damasceno, presbítero y monje del monasterio de San
Sabas en Jerusalén (siglo VIII).

IV. LA ICONOCLASTÍA

En la Historia del Cristianismo se ha presentado una “guerra


iconoclasta” (del griego eicon, imagen y klazein, romper), en
varios momentos. La primera se dio en el siglo VIII, durante la Edad
Media Bizantina. El emperador León III Isáurico, instigado por los
judíos y musulmanes promulgó un edicto en el año 725 contra la
realización de imágenes de Cristo, la Virgen, los santos, los ángeles,
los iconos pintados, los mosaicos y las pinturas realizadas al fresco.
El anciano patriarca de Constantinopla, san Germán, defendió el
culto tradicional que se les rendía a las imágenes, y por eso fue
depuesto en el año 730.
Desde Jerusalén, se hizo oír otra voz de protesta de San Juan
Damasceno, que con sus tres discursos a favor del arte de lo
sagrado se impuso inmediatamente la atención del mundo cristiano,
contando con el respaldo de obispos de Oriente y el Papa Gregorio
III (731-741). Más tarde, el emperador Constantino V Coprónimo
(741-775), llamado el “Iconoclasta”, continuó la obra de su padre y
ordenó destruir todas las imágenes religiosas; lo mismo hizo León V
Khazanas (775-780).
En el Concilio Ecuménico de Nicea II, año 787, el patriarca de
Constantinopla Tarasio, y los legados del papa Adriano I,
restauraron el culto a las imágenes sagradas, y además decretaron:
“Siguiendo la enseñanza divinamente inspirada de nuestros santos
Padres y la tradición de la Iglesia Católica (pues reconocemos ser
del Espíritu Santo que habita en ella), definimos con toda exactitud y
cuidado que las venerables y santas imágenes, como también la
imagen de la preciosa y vivificante cruz, tanto las pinturas como las
de mosaico u otra materia conveniente, se exponga en las santas
iglesias de Dios, en los vasos sagrados y ornamentos, en las paredes
y en cuadros, en las casas y en los caminos: tanto las imágenes de
nuestro Señor Dios y Salvador Jesucristo, como las de nuestra
Señora inmaculada la santa Madre de Dios, de los santos ángeles, y
de todos los santos y justos”.
Posteriormente, entre los años 815 al 842, y especialmente durante
el reinado de Teófilo (829-842), la persecución de las imágenes
sacras se recrudeció. La emperatriz Teodora, viuda de Teófilo, puso
fin a este período, y así el primer domingo de cuaresma de año 843,
fue solemnemente celebrada en la basílica de Santa Sofía de
Constantinopla, la primera fiesta de las imágenes, que todavía se
conmemora hoy en la Iglesia Ortodoxa de Oriente.
En los siglos siguientes hicieron lo mismo los Valdenses, Albigenses,
Wiclefitas, Husitas, Luteranos y Calvinistas; quienes se dedicaron
con un ardor “anticatólico” a saquear, quemar, destruir iglesia, y
todo lo relacionado al culto sagrado. No obstante, el mismo Martín
Lutero, reconoció la importancia que tenían las “imágenes
sagradas”. En una carta fechada en 1528, escribía: “Considero que
lo referente a las imágenes…se deje a libre elección. Quien no las
quiere, las deje de lado. Aunque las imágenes inspiradas en la
Escritura o en historias edificantes, me parecen muy útiles”. De
hecho, en la habitación que compartía con su esposa la ex monja
Catalina de Bora, en el convento de agustinos de Wittenberg, se
encontraba una pintura en madera que representaba a la Virgen y el
Niño.

ÁNGELES Y DEMONIOS

1. LOS ÁNGELES: MENSAJEROS DE DIOS.


2. LOS TRES ARCÁNGELES.
3. LOS ÁNGELES EN LA VIDA DE LOS SANTOS.
4. CONVERTIDO A DIOS POR UN ÁNGEL.
5. SATANÁS: EL ENEMIGO DE DIOS.
6. LA CORTE INFERNAL.
7. EL DIABLO Y LOS DEMONIOS.
8. JESÚS Y LOS DEMONIOS.
9. LIBERACIONES Y EXORCISMOS.
10. CASOS DE POSESIONES SATÁNICAS.
11. LA VIRGEN MARÍA Y LOS DEMONIOS.
12. UNA ORACIÓN A MARÍA DESDE EL INFIERNO.
13. DIFERENTES APARICIONES DE LOS ESPÍRITUS
INFERNALES.
14. LOS ATAQUES DIABÓLICOS.
15. LA IDOLATRÍA AL PRÍNCIPE DEL MAL.
16. EL ANTICRISTO Y SU DERROTA FINAL.
17. LOS DIEZ MANDAMIENTOS CONTRA EL DIABLO.
18. FRASES CÉLEBRES CONTRA LOS DEMONIOS.

LOS ÁNGELES: MENSAJEROS DE DIOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. FUNDAMENTO BÍBLICO Y TEOLÓGICO

La etimología de la palabra “Angel” procede del latín Angelus, y


este a su vez del griego Agguelos o mal’akj en hebreo, que quiere
decir “mensajero” o “servidor” del Altísimo (Hebreos 1,7.14). El Papa
San Pío X (1835- 1914), decía que “los ángeles son las criaturas más
nobles creadas por Dios”; son inmortales, tienen voluntad propia,
poseen conocimientos más amplios y su poder es muy superior a los
hombres (Salmo 103,20; 2 Pedro 2,11). A pesar de ser más
inteligentes y fuertes que los seres humanos, tienen limitaciones y
desconocen algunas cosas (Mateo 24,36; 1 Pedro 1,12).
Su apariencia puede ser como un relámpago, y sus vestiduras
blancas como la nieve (Mateo 28,3). Están siempre en la presencia
del Padre Eterno (Lucas 24,39; Mateo 18,10; Juan 4,24). Esto se
deriva de una expresión cortesana que significa acceso directo al
rey. Además constituyen su ejército celestial (Salmo 148,2). Sobre
su número las Escrituras aclaran que son “millones de millones”
(Daniel 7,10; Apocalipsis 5,11).

Santo Tomás de Aquino (1225- 1274), enseñaba que los ángeles


fueron creados antes que el hombre, porque un ángel rebelde fue el
culpable de la caída de nuestros primeros padres. Se admite
entonces que el Todopoderoso os creó en un principio, Cuando sacó
de la nada el universo (Concilio de Letrán, 1215); y como agrega
San Agustín (siglo V), separó la luz (los ángeles), de las tinieblas (los
demonios).

Hay en estos seres espirituales tres instantes:

 Su creación.
 La prueba de obediencia a que fueron sometidos por Dios.
 El premio en el cielo para los ángeles fieles, y el castigo en el
infierno para los ángeles rebeldes.

Es por esto, que los “ángeles buenos” no necesitan la redención


(Hebreos 2,16).

San Gregorio Magno (540- 604), afirmaba que “casi todas las
páginas de la revelación escrita, dan testimonio de los ángeles”. En
la Biblia se registran cerca de 400 veces; tanto en el Antiguo como
en el Nuevo Testamento. En la vida del Hijo de Dios, se encuentran
desde su nacimiento en el portal de Belén, hasta su triunfante
resurrección en Jerusalén, y regreso al cielo. Por eso, Cristo Jesús es
superior a todos ellos (Efesios 1, 20-21; Hebreos 1,4), creados por
él (Colosenses 1,16); y sometidos bajo su autoridad y poder (Juan
1,51; Filipenses 2,6; Hebreos 1,4-6; 1 Pedro 3,22).

II. LOS ÁNGELES EN LAS DIFERENTES CULTURAS Y


TRADICIONES

La tradición judeocristiana, y la misma historia universal dan


testimonio de estos seres celestiales; en todos los países hablan en
cierto modo de ellos desde hace más de cuarenta siglos atrás. Su
existencia está atestiguada en el Islam, el hinduismo, el budismo,
las religiones de la China, Indonesia, los Aztecas, los Incas, y en el
Zoroastrismo. Asimismo, en las culturas ancestrales del Oriente
como los Cananeos, Asirios; de los Sumerios hay un registro
documentado que muestra una imagen de un ángel con aspecto
humano y enormes alas que flota sobre la tierra. En el valle del
Eufrates se halló una figura de un ángel que tiene 4.500 años, y
en Babilonia y Egipto en las puertas de los templos y palacios, había
grandes esfinges de piedra de estos seres del cielo; con rostro
humano, y alas, cuerpo y patas de animales como toro o león.
III. DIVERSAS APARIENCIAS

En los viejos escritos en hebreo los ángeles carecían de alas, en el


sueño de Jacob, él observa una escalera que llegaba hasta el cielo,
por la que subían y bajaban los mensajeros celestiales (Génesis
28,12). Cuando juzgan necesario adoptan temporalmente figura
humana (Jueces 6,11-23; 13,15-20). Su hermosura física puede ser
tan atractiva como la de aquellos dos ángeles que le advierten a Lot
sobre el terrible castigo contra Sodoma y Gomorra. Todos los
hombres, desde el más viejo hasta el más joven, rodearon la casa
de Lot, y le gritaban: ¿Dónde están los hombres que vinieron a tu
casa esta noche? ¡Sácalos, porque queremos acostarnos con ellos!
(Génesis 19, 4-5). En forma de un guerrero con espada ante Josué
cerca de Jericó (Josué 5,13-15), o como cinco jinetes
resplandecientes que protegían los ejércitos de los Macabeos,
lanzando flechas y rayos contra sus enemigos en el campo de
Batalla (2 Macabeos 10,29-30). Igualmente, al no tener sexo pueden
verse en forma femenina, como la visión del profeta Zacarías (5,9).
O también de una forma tan esplendorosa que hasta el mismo San
Juan se quiso postrar ante uno de ellos para adorarlo (Apocalipsis
19,9-10; 22,8-9).

Más sorprendentes aún, son los nuevos informes que se pueden


relacionar con los ángeles; pues en el año 1962 el astronauta
norteamericano John Glenn, mientras se encontraba en su cápsula
en órbita alrededor de la tierra, relató haber visto algo así como un
enjambre de luciérnagas luminosas por varios minutos. En 1982, los
cosmonautas soviéticos de la estación espacial Salyut-7,
presenciaron durante diez minutos a siete enormes seres con forma
humana y alas inmensas. Dos semanas después, la tripulación de
otra nave rusa, la Soyuzt-7, vivió la misma experiencia.
IV. MISIONES DE LOS ÁNGELES

Algunos padres de la iglesia como San Papías (discípulo del apóstol


San Juan), hacia el año 130 d.C., o San Justino mártir (siglo II) y
San Ireneo (135-202), identificaron once misiones angélicas:

1. Son los ministros de Dios en el universo. Se encargan del


movimiento de los astros y los fenómenos de la naturaleza como las
estaciones, la lluvia y el viento.

2. Custodian las naciones del mundo (Daniel 10,13.21; 12,1). En las


apariciones a los tres pastorcitos de Fátima, un ángel se les presenta
como el guardián de Portugal.

3. Guían y ayudan al pueblo de Israel (Exodo 14,19; Hechos 12,5-


11).

4. Proclaman los deseos del Altísimo (Lucas 1,5-19. 26-38).


5. Dan a conocer a los hombres la ley de Yahvé (Hechos 7,38;
Gálatas 3,19).

6. Aconsejan y enseñan la conducta adecuada (Tobías 12,7-12).

7. Sanan y libran a las personas de las enfermedades y de los


espíritus malignos (Tobías 6,7-9; 8,1-3; 12,14-15).

8. La protección y ayuda a los seres humanos con los “ángeles de la


guarda” (Génesis 48,16; Salmo 34,7; 91, 10-11; Mateo 4,6; 18,10;
Hechos 12,15; Hebreos 1,14). Al respecto, San Basilio (siglo V)
agregaba: “Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y
pastor para conducirlo a la vida”.

Se encuentran casos como:

La venerable María de Jesús Agreda (siglo XVII), relata en su libro


“La Mística Ciudad de Dios”, que la Bienaventurada Virgen María
tuvo desde su nacimiento mil ángeles para su custodia personal.

San Juan de Dios (1495- 1550), fue ayudado por un ángel cuando
iba a caer al suelo llevando una pesada carga.

San Francisco de Sales (1567- 1622), veía al ángel de la guarda de


un seminarista quien camina delante de él, cuando fue ordenado
sacerdote tuvo otra visión del mismo ser del cielo caminando detrás
de él

La vidente Magdalena de la Cruz, dice: “Veo a los príncipes y


grandes de la tierra con ángeles de superior jerarquía, Delante del
trono del Papa veo siempre cuatro querubines”.
Santa Gemma Galgani (1878-1903), durante las noches su ángel
protector extendía sus alas sobre su cama, para cuidarla de los
ataque físicos del Maligno

San Pío (1887-1968), el fraile capuchino estigmatizado, que


mandaba a su ángel custodio para cumplir misiones especiales.

9. Llevan a cabo la justicia del Todopoderoso (Génesis 19,12-13;


Hechos 12,18-22; así como también en todo el libro del Apocalipsis).

10. Interceden por nosotros ante el trono divino (Job 33,23-24;


Zacarías 1,12; Tobías 12,12).

11. El día del juicio final los ángeles del Señor serán los encargados
de despertar a los muertos, y separar a los justos de los pecadores
(Mateo 13,41; 16,27; 24,31; 25,1ss). Para el Islam, es llamado
Israfil, ángel de la muerte que tocará las trompetas de aquel gran
día.

V. LA CORTE ANGELICA

Sobre el origen de la corte angélica se remonta al monje sirio


Dionisio Areopagita, del siglo VI; basándose en las cartas de San
Pablo (Colosenses 1,16; Efesios 1,21; 3,10). Se describen nueve
órdenes de ángeles en tres jerarquías, de mayor a menor tenemos:

Los serafines, que rodean a Dios y viven en eterna alabanza; los


querubines, guardianes de la gloria de Dios, y los tronos, sublimes y
muy por encima de toda actitud terrena.

Las dominaciones, que son los custodios del mundo; las virtudes,
portadores de gracia y amor, y las potestades, que gobiernan las
estrellas y la naturaleza.
Los principados, que tienen la capacidad de guiar a otros hacia Dios;
los arcángeles, reconocidos individualmente y hechos santos, y los
ángeles, que están más cercanos a los hombres.

Esta clasificación fue aceptada por el Papa San Gregorio I, pero no


se considera dogma de fe.

VI. LOS ÁNGELES EN LA IGLESIA CATÓLICA

La Iglesia Católica le da un culto de veneración a los ángeles


(Colosenses 2,18), además celebra en su liturgia el 29 de
Septiembre la fiesta de los Santos Arcángeles Gabriel, Miguel y
Rafael; y el dos de octubre la de los Santos Angeles de la Guarda.
Hay otro arcángel llamado “Uriel” (Fuego de Dios), es el ángel de la
retribución y el arrepentimiento; transmite a los hombres el
conocimiento divino e interpreta la profecía. Es nombrado en el libro
apócrifo (de procedencia dudosa) de Enoc; su misión fue advertirle a
Noé, sobre el castigo del diluvio universal. Algunos escritores
piensan que fue el ángel que combatió toda la noche contra Jacob
en Penuel, cambiándole su nombre por Israel (fuerza contra Dios)
(Génesis 32,24-28). Sin embargo, en el año 745 un concilio
provincial convocado por el Papa Zacarías lo excluyó de la jerarquía
angelical. Más recientemente, la Congregación para el Culto Divino
de la Santa Sede, ha prohibido darles nombres propios a otros
ángeles; para no caer en la llamada “Angeología”, tan de moda con
la “nueva era” o “era de Acuario”; que indican como contactarse con
estos “seres de luz” por medio de técnicas de espiritismo, juegos de
cartas y libros de esoterismo.
VII. REFLEXIÓN FINAL

Juan Calvino (1509- 1564), uno de los padres de la reforma


protestante, hizo una hermosa plegaria sobre los ángeles, que dice:
“Como dispensadores de la providencia divina, nos guardan,
interceden por nosotros, guían nuestros pasos y nos libran de todo
mal”.

LOS TRES ARCÁNGELES

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Las Sagradas Escrituras mencionan a tres arcángeles (del latín


archangelus, ángeles príncipes, preeminentes o superiores) con
nombres propios:

SAN GABRIEL: “Fuerza de Dios”, “Fortaleza de Dios” o Dios es mi


Protector”. Se sienta a la izquierda de Yahvé, Jefe de los querubines,
es el ángel de la misericordia, la revelación y la muerte. Fue el que
le anunció al profeta Daniel el tiempo en que iba a llegar el Ungido
de Yahvé (Daniel 9,21-27). En el Nuevo Testamento le comunica a
Zacarías que sería el padre del precursor del Mesías (Juan Bautista)
(Lucas 1,11-20), es el portavoz de la anunciación a María (26-30).
Algunos teólogos piensan que fue el ángel que consoló a Jesús en
el huerto del Gethsemaní (22,43), y el que toca la trompeta en
el libro del Apocalipsis. Uno de los frescos más antiguos sobre este
arcángel, se conserva en una capilla de la Vía Apia, en Roma;
probando así que desde el principio fue venerado en la Iglesia
Católica. San Gabriel es también nombrado por los musulmanes,
quienes creen que fue el mensajero celestial que sirvió como
transmisor de la palabra de Alá, cuando dictó el libro del Corán a su
profeta Mahoma (siglo VI d.C.). La beata Ana Catalina Emmerich
(1774- 1824), tuvo una visión en el momento de la anunciación, y lo
describe como “un joven esplendoroso, con cabellos rubios y
sueltos”

SAN MIGUEL: Se deriva del hebreo Mikaèl o su equivalente en


griego de Mijael, que significa: “Quién es como Dios o semejante a
Dios” o también “Nadie es como Dios” (¿Quis ut Deus?). Para los
hebreos es el ángel protector frente al poderío de Persia y Grecia,
antiguo patrono de la sinagoga. En la Iglesia de Oriente, así como
entre los teólogos de Occidente, se nombra a San Miguel como
virrey del cielo, príncipe de la luz, jefe de todos los ejércitos
angelicales, custodio de la Iglesia Católica desde hace más de diez
siglos, acompañante de las almas en la eternidad, y el ángel del
juicio final (1 Tesalonicense 4,16). Es además, el guerrero celestial
que peleó con el Diablo encima del cuerpo de Moisés (Judas 9); y en
el cielo contra el Dragón y sus ángeles rebeldes (Apocalipsis 12,7).
Es pues, el símbolo del eterno triunfo de la luz sobre las tinieblas.

Se le han construido enormes santuarios en su honor como:

El Castel Sant´Angelo (Castillo del Santo Ángel), edificado sobre el


mausoleo del emperador Adriano en la ciudad de Roma. Aquí se le
representa en una estatua de bronce desde lo alto de la
fortificación, con resplandeciente armadura, en el acto de envainar
su espada mientras contempla la Ciudad Eterna, cuando se posó
durante una epidemia, en tiempos del pontificado de San Gregorio
Magno en el año 590.

El Monte Gargano (Italia), en el siglo VI, y que domina el mar


Adriático. Cerca de esta iglesia, el 8 de mayo de 663, los
longobardos obtuvieron la victoria en la batalla naval contra la flota
sarracena, y en recuerdo de este triunfo, atribuido a una aparición
del ángel guerrero, dio origen a una segunda fiesta litúrgica,
unificada después para el día 29 de septiembre.

El monte Saint Michel, en la costa francesa, coronado por una


antigua abadía Benedictina del siglo XI. El oratorio fue erigido en el
año 709. El lugar era un pico que emergía sobre el bosque de
ScissY; se afirma que inmediatamente después de haber cumplido
monseñor Aubert con el mandato del arcángel, se produjo una
tremenda marea que le dio al lugar su forma actual.

Por otra parte, en un espacio de dos años, San Miguel se le apareció


a Santa Juana de Arco (1412- 1431), en compañía de Santa Catalina
de Alejandría y Santa Margarita.

El Papa León XIII compuso una oración invocando la protección del


santo arcángel, que fue enviada a todos los obispos en 1886. Esta
plegaria nació después que el Vicario de Cristo al terminar una misa,
tuvo una visión de los espíritus infernales que se juntaban sobre la
ciudad eterna de Roma. La oración es la siguiente:

“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla; sé nuestro auxilio


contra las maldades e insidias del Demonio. ¡Te suplicamos que el
Señor te lo ordene! Y tú, príncipe de las milicias celestiales, con el
poder recibido de Dios, arroja en el infierno a Satanás y a todos los
demás espíritus malignos que merodean por el mundo para la
perdición de las almas”.

En 1900 durante la revuelta de los boxers en Pekín (China), muchas


personas vieron aparecer en el cielo a una mujer vestida de blanco y
a su lado a un guerrero resplandeciente de luz, con grandes alas
blancas, rodeado por un escuadrón de ángeles. Se piensa que era
San Miguel, y que la aparición significó protección para la ciudad. En
memoria de este hecho prodigioso se levantó un monumento.

SAN RAFAEL (Medicina de Dios): Es el guardián del árbol de la vida


en el Edén (Génesis 3,24), y jefe del orden de las virtudes, es
además el ángel de la providencia, que cuida a la humanidad y a los
peregrinos. En el Antiguo Testamento le sirvió de guía a Tobías,
indicándole como devolverle la vista a su padre Tobit en Nínive (11,
7-8). Es “uno de los siete ángeles que están al servicio del Señor y
que puede entrar ante su presencia gloriosa” (12,15).
LOS ÁNGELES EN LA VIDA DE LOS SANTOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En cierta ocasión, el profeta Daniel imploró a Dios su ayuda, y no


había acabado la oración, cuando el ángel Gabriel se le apareció
para reconfortarlo (Daniel 9,20-23).

Santa Cecilia (siglo III): En su noche de bodas fue protegida por un


ángel que la santa veía detrás de su esposo, el cual estaba
dispuesto a matar al joven si hubiera osado en hacerla su mujer.
Después de la conversión de su esposo Valeriano, el mismo ser
luminoso les ofreció a ambos guirnaldas como regalo del cielo.

San Isidro Labrador (1086- 1150): Era sustituido en sus faenas


agrícolas mientras asistía a misa, por dos ángeles con figura de
robustos peones que le ayudaban con la yunta de bueyes.

Santa Hildegardis de Bingen (1098- 1179): Observó a un querubín


que expulsaba con una espada de fuego a los espíritus del aire que
la atormentaban.
San francisco de Asís: En el año 1124, dos años antes de morir
cuando se encontraba meditando en el monte Alvernia, fue
estigmatizado por un serafín que tenía tres pares de alas
resplandecientes, llevaba en sí la imagen de un Crucificado, que le
enviaba rayos de fuego a sus manos, a sus pies y al costado
derecho.

Santo Tomás de Aquino (1225- 1274): En su juventud fue


preservado de los ataques contra la castidad al ser atado con un
cinturón de fuego por un mensajero del cielo.

Santa Catalina de Suecia (1331- 1381): Se le representa


frecuentemente junto a un ciervo, que apareció varias veces
misteriosamente para ponerla a salvo.

Santa Francisca Romana (1384- 1440): Tuvo cerca toda su vida a un


ángel que se le presentaba bajo la forma de un niño de unos nueve
años de edad (La misma que tenía un hijo suyo, muerto en su
infancia), con largos cabellos rubios, ojos hermosos, vestido con una
túnica blanca como la de los diáconos en la liturgia. El ángel estuvo
cerca de Francisca aun en las violentas luchas que ella tuvo que
sostener con el Diablo. Este ángel niño permaneció a su lado
durante 24 años, y luego fue sustituido por otro aún más
resplandeciente que el primero, y de jerarquía superior, que se
quedó con ella hasta el día de su muerte. Se le aparecía con
frecuencia hilando o tejiendo con un hilo de oro, el de la vida de la
santa. Cercana su muerte, Francisca vio al ángel tejiendo cada vez
más rápido los hijos de la tela, casi ya terminada.

Santa Teresa de Ávila: Hacia el año 1559, tuvo una visión de un


querubín en forma de un pequeño niño alado, que con un dardo de
oro largo y con punta de fuego le traspasaba el corazón varias veces
(Transverberación).
San Martín de Porres (1579-1639): Hacia en las noches una
procesión en su convento de Lima (Perú), con una pesada cruz,
custodiado por cuatro seres celestiales portando antorchas.

Santa Catalina Labouré (1806- 1876): En el convento de las hijas de


la caridad en París (Francia), un espíritu celestial en forma de un
niño de cuatro o cinco años, vestido de blanco y con un resplandor a
su alrededor, la condujo a la capilla al encuentro con la Virgen
María.

San Juan Bosco: En su autobiografía narra que desde los años 1854
a 1883, contó con la protección milagrosa de un enorme perro que
él llamaba “Gris”. Este lo salvaba de los continuos ataques criminales
que era objeto el sacerdote, aparecía y desaparecía súbitamente en
diferentes regiones, nunca se le vio comer o beber agua, ni tampoco
envejecer.

Santa Gemma Galgani (1878- 1903): Su confesor le había ordenado


que para descartar una aparición demoníaca, hiciera la señal de la
Cruz, rociara agua bendita, e incluso escupiera; un día que el ángel
se le presentó, ella le escupió el rostro e intentó apartarlo, pero él
no se movió. En donde cayó su saliva, a los pies del ser angélico,
creció una rosa blanca; en las hojas estaba escrito en letras
doradas “todo se acepta por amor”.

La hermana Lucía (vidente de las apariciones de la Virgen María en


Fátima): Narró que antes de aparecerse la Señora en el año 1917,
se presentó “un joven, de catorce o quince años, más blanco que si
fuera de nieve, el sol lo hacía transparente como si fuera de cristal,
y era de una gran belleza”. Este ser venido de lo alto se hacía llamar
“ángel de la paz”, y les traía la comunión a los niños.

San Pío de Pietrelcina: En el año de 1912, mientras se encontraba


rezando en el convento de San Juan Rotondo, recibió los estigmas
(invisibles), de un personaje celeste armado con una lanza que le
penetra el corazón; este ángel del Señor es el mismo que antes
había estado junto a él en su batalla contra el Maligno. En el año
1918, el padre Pío recibe los estigmas visibles de una imagen de
Cristo Crucificado, cuando unos haces de luz le penetran las manos,
los pies y el costado izquierdo.

Santa Faustina Kowalska: Quien al caer enferma de tuberculosis en


1937, un serafín le trajo durante 13 días la eucaristía.

La mística suiza Adrienne Von Speyr (1902- 1967), tuvo una visión
de la Madre de Dios rodeada de ángeles, algunos eran tan grandes
como ella, y otros pequeños como niños.
CONVERTIDO A DIOS POR UN ÁNGEL

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Albert Michael Wensbourgh, es un inglés que robaba en casas,


almacenes y grandes fábricas. Por todos estos delitos fue condenado
a 25 años de prisión. De la sentencia sólo cumpliría 14 en las peores
cárceles de Inglaterra, ganándose el respecto de los demás
convictos; primero infligiendo miedo y después sirviéndoles de
consuelo y consejero espiritual. Su vida estaba marcada por el
consumo de drogas fuertes, el alcohol, la violencia, la pornografía,
los abusos sexuales que sufrió en su infancia y una familia
desintegrada.

En la madrugada del 1 de enero de 1997, este presidiario tuvo una


experiencia mística que le hizo volver los ojos a Dios y a la fe
católica. No fue una alucinación producto del consumo de drogas y
el licor. Así consta en todos los informes clínicos que
voluntariamente solicitó, y que acreditan una total lucidez y
sinceridad de su relato. En su celda tuvo la aparición de una figura
humana con rayos de luz que le salían de la espalda. Después del
encuentro con este “ser celestial” su vida cambió totalmente,
emprendió un camino de conversión desde su condición de recluso
hasta llegar a ser un monje benedictino del monasterio inglés de
María, Reina de la Paz.
Nota: Este conmovedor testimonio fue recopilado por la escritora
María Vallejo Nágera, en su libro “Un mensajero en la noche”
(Editorial Belacqua).

SATANÁS: EL ENEMIGO DE DIOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


I. SOPORTE BÍBLICO

San Agustín enseñaba que “el que se Aparta de Cristo, es presa fácil
del demonio” (Compara con 2 Timoteo 2,26); como ocurrió con
“Caín, que era del maligno” (1 Juan 3,12); el rey David, cuando
mandó a censar al pueblo hebreo sin autorización del Señor (1
Crónicas 21,1); los judíos cuando hacían sacrificios a los demonios
(Salmo 106,37); Judas el “traidor” (Lucas 22,3; Juan 13, 2-4.27);
Ananías (Hechos 5,3); “cierto mago, falso profeta, judío, llamado
Barjesús (o Elimas), hijo del diablo” (Hechos 13,6.10); También
Himeneo y Alejandro “cayeron en manos de Satanás”(1 Timoteo
1,18-20); otro seguidor del Tentador fue Simón el Mago, quien
gozaba de los favores de Nerón, se granjeó la enemistad de San
pedro, quien hizo fracasar uno de sus trucos públicos (estaba
levitando),haciendo la seña de la cruz.

No puede haber ninguna relación entre “Cristo y el demonio” (2


Corintios 6,15); ni “beber de la copa del Señor y, a la vez, de la copa
de los demonios; Ni pueden sentarse a la mesa del Señor, y a la
vez, a la mesa de los demonios” (1 Corintios 10,21); Ya que unos
son “hijos de Dios” mientras que otros son “hijos del diablo” (Mateo
13,38; 1 Juan 3,10). Al respecto, el escritor de Las Homilías
Clementinas, obra apócrifa del siglo II, afirmaba que Dios rige el
mundo con ambas manos. Con la “mano izquierda” (el Diablo) trae
sufrimiento y aflicción; y con la “mano derecha” (Jesús), salvación y
felicidad. Por eso, no hay que darle oportunidad al Diablo (Efesios
4,27), pues hay una continua batalla entre los hijos de la luz, y los
hijos de las tinieblas (Colosenses 1,12-13), hasta el día del
Armagedón (Apocalipsis 16,16).

Hay que resaltar que la Iglesia Católica condenó la “apokatastasis


pantón” (retorno al punto de partida). Doctrina heterodoxa
difundida por Orígenes (siglo III). Según esta enseñanza todas las
cosas serán restauradas al final de los tiempos, y tanto los demonios
como los hombres condenados tornarán, tras un largo período de
purificación, a obtener la gracia y el perdón de Dios (véase al
respeto Juan 16,11).

II. EL DEMONIO EN LAS DISTINTAS CULTURAS Y


TRADICIONES

En las diferentes civilizaciones ancestrales, así como también en las


creencias y religiones antiguas, se encuentran dioses del mal,
espíritus malignos, guardianes del infierno, príncipes de las regiones
subterráneas o señores de la muerte; como fueron Seth y Anobis en
Egipto, Tiamat en Babilonia, Pazazú en la antigua Mesopotamia,
Tifón y Pan para los griegos, Loki en los pueblos germanos y
escandinavos; en Camboya, Birmania, Siam, Indonesia y Japón se
menciona a Yama, en Siberia o Mongolia lo llaman Erlik, Manitu para
los indígenas norteamericanos, es también Arimám y los Daevas en
el Zoroastrismo; Shiva, Kali y los Asuras en el Hinduismo; Aka-oni y
ao-oni en el Budismo, y Mara el Maligno, el diablo que según la
tradición se le apareció a Buda con una serie de tentaciones,
igualmente se opone a los budas (iluminados) y a sus enseñanzas
para conseguir la iluminación.
Para los musulmanes es Iblis, el diablo que Mahoma sacó del
Talmud judío a las páginas del Corán; aquí se describe que su caída
se debió por no haber querido rendir homenaje al primer hombre,
desobedeciendo de esta forma el mandato divino. Ibis, es el
“espíritu del mal” que induce al hombre al pecado. El Corán también
lo considera como el más importante Jinn, seres que viven
generalmente en las montañas de Kaf que rodean al mundo.
Adoptan diferentes formas, se asemejan a diablos y se opusieron a
los ángeles. En el día de juicio final; será aniquilado por el triunfo
del Islam, y proclamado por el profeta Jesús.

Por otra parte, los escritores bíblicos identificaron a Baal, dios de


Fenicia y Caldea; Nergal según los asirios y babilonios, cuyo culto
fue introducido en Samaria por los habitantes de Cuta (2 Reyes
17,30); Zeus (para los griegos) o Júpiter (para los romanos), como
verdaderos ídolos del demonio (1 Corintios 10,20; 2 Corintios 6,16;
Apocalipsis 9,20). Asimismo, Corriente heréticas condenadas por la
Iglesia Romana como los Gnósticos, Maniqueos, Priscilianos, Cátaros
y Bogomilos; limitaban el poder del Altísimo por el del Diablo, hasta
hacer de él un dios. Incluso, los Andrónicos fue una secta
heterodoxa que enseñaba que la parte superior del cuerpo humano
era obra de Dios, y la parte inferior (incluyendo los genitales) era de
Satanás.
LA CORTE INFERNAL

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En el texto “Sanctus Regnum”, la jerarquía del infierno es la


siguiente: Espíritus Superiores, Espíritus Principales, Espíritus
Subordinados y Legiones Infernales. Los demonios se odian entre
ellos y su jerarquía se basa en el terror. Por otro lado, los padres de
la iglesia identificaron en los escritos bíblicos que Lucifer, el Dragón,
el rey de Tiro y el Diablo; son todos ellos el mismo Satanás. Sin
embargo, cada uno presenta características especiales:

LA TRINIDAD SATÁNICA: Conformada por el anti- Padre (el


dragón- Diablo); el anti- Hijo (el Monstruo- la Bestia); y el anti-
Espíritu Santo (el Falso Profeta). (Apocalipsis 16,13; 20,10).

LUCIFER (LUZBEL): Su nombre significa “estrella de la mañana” o


“portador de la luz”. Era el más bello, sabio y poderoso de los
ángeles; su caída fue como un “lucero al amanecer” (Isaías 14,12-
15), “se le dio las llaves del pozo del abismo” (Apocalipsis 9,1). La
palabra "Lucifer" (del latín lux "luz" y fero "llevar": "portador de
luz") fue empleada por San Jerónimo en la elaboración de la Vulgata
—la versión en latín de la Biblia— para traducir el término hebreo
Helel (literalmente «resplandeciente»).

DIABLO: del griego “DIABOLOS”, en hebreo “HA-SATAN”,


equivalente a “adversario”, “opositor”, “resistidor”, “contradictor”,
“engañador”, “obstructor”, “calumniador”, “acusador” , “detractor” o
“devorador”. Taciano, discípulo de San Justino (s. II), decía que “el
Diablo es el primogénito de los demonios, y jefe principal. Su
posición sólo significa que el fue el primero en pecar, y convertirse
en ángel caído”. Es el “DRAGÓN” que peleó con sus ángeles contra
San Miguel (Apocalipsis 12,7). La palabra Dragón, simboliza un
animal de gran tamaño, terrible crueldad y espantosa forma. El
dragón representa a Satanás, el enemigo primitivo de Dios. El
dragón de mar a menudo era visto como un símbolo del mal en la
mitología antigua de Oriente. Es también “la serpiente antigua”
(Apocalipsis 12,9; 20,2); La misma que tentó a la primera mujer en
el paraíso (Génesis 3,1.5; 2 Corintios 11,3), y a todo el mundo
(Apocalipsis 12,9).

Igualmente, es representado como el “ángel acusador” que sube


hasta la presencia de Dios, para pedir permiso de poner a prueba a
Job (1,6-12; 2,1-6). El profeta Zacarías ve en una visión a Josué, el
sumo sacerdote; en presencia del ángel del Señor y el ángel
acusador (3,1); Igualmente, es el enemigo de los israelitas (1
Crónicas 21,1), y el acusador de todos los hombres (Apocalipsis
12,10). Existe una curiosa tradición hebrea que dice que Satanás
acusa a los hombres delante de Dios, todos los días, menos en uno:
en el día nacional de la penitencia, el “Gran Perdón” (Yom Kippur).

Satanás es el causante del sufrimiento (2 Corintios 12,7), la


enfermedad (Job 2,7), la maldad (1 Samuel 18,10), la muerte por el
pecado (Romanos 5,12); siembra la cizaña (Mateo 13,25.39),
persigue a los cristianos (Apocalipsis 2,10), opositor de Cristo
(Mateo 16,23; Lucas 22,52-53; 1 Juan 2,22). “Homicida desde el
principio y padre de la mentira” (Juan 8,44). Es el “maligno” (1 Juan
5,19); el “enemigo” (Lucas 10,19); el “tentador” (Mateo 4,3; 1
Tesalonicenses 3,5); el “engañador” (Apocalipsis 12,9); el “cazador”
(Salmo 91,3); el “malo” (Mateo 13,19); “ladrón y salteador” (Juan
10,1). Algunos otros nombres que le dieron los Padres de la Iglesia;
son: tirano, el exterminador, corrompido, maldito, apóstata. San
Ireneo (s. III) lo llama “ángel rebelde”, y Tertuliano (160-230) “el
mono de Dios”.

Otros ángeles caídos mencionados en la Biblia, Son:

ABADÓN (HEBREO) O APOLLYÓN (GRIEGO): Que quiere decir


“destructor” o “ruina”; es considerado “el jefe de las langostas. Que
es el ángel del abismo” (Apocalipsis 9,11).

ASMODEO: Demonio de la maldad y la muerte. Es el espíritu


maligno que mató a siete maridos a Sara (Tobías 3,8); y que fue
encadenado en el desierto por San Rafael. En el mismo libro
sagrado se le identifica como”un demonio malvado” (3,8.17).

BEELZEBÚ: “Señor de las moscas”, llamado el “príncipe de los


demonios” (Mateo 10,24). Los Fariseos acusaban a Jesús de recibir
poder de este espíritu del infierno (Mateo 12,24; Juan 8,48-49.52).
Los rabinos también lo llamaban Ecrón (2 Reyes 1,2), que significa
“dios del estiércol”; ya que este dios de los filisteos viene a ser un
diablo para los judíos.

BELIAL: El “inútil” o el “impío” en hebreo. En los manuscritos del


mar muerto, aparece como uno de los nombres del demonio que
utilizó San Pablo (2 Corintios 6,15).

DEMONIO: Del griego “DAIMÓN”, significa en plural “espíritus


impuros”, “espíritus malos” o “mensajeros y ministros del mal”;
“DAIMONION” (Apocalipsis 18,2). Son “malignas fuerzas
espirituales del cielo, las cuales tienen mando, autoridad y dominio
sobre este mundo oscuro” (Efesios 6,12), y afliguen a los seres
humanos con males mentales, morales y físicos (Marcos 1,21). Ellos
entran en los hombres y les contronlan en una posesión demoníaca
(Marcos 5,1-21), son participes de dar a conocer su falsa doctrina (1
Timoteo 4,1), ejercitan el poder en el gobierno del sistema satánico
mundial (Efesios 6,12; Daniel 10,13), fomentan la idolatría, la
inmoralidad y la maldad humana (1 Corintios 10,20; Apocalipsis
9,20-21), inspiran a los falsos maestros (1 Juan 4,1-2), y en general
asisten a Satanás en su programa de oposición a la palabra y
voluntad de Dios. Los demonios pueden llegar a ser “legión”; es
decir, “muchos” (Marcos 5,9). En tiempos de Cristo este término
numérico indicaba una unidad militar romana compuesta por 6.000
soldados de infantería y 120 de caballería.

LEVIATÁN: Palabra hebrea que traduce “animal solapado”,


representado en la Biblia en forma de serpiente, cocodrilo, bestia
marina o dragón del abismo (Isaías 27,1). La destrucción de
Leviatán por Dios, simboliza la derrota definitiva de los enemigos de
Israel.

Asimismo, el P. Gabriel Amorth, sacerdote exorcista de la diócesis de


Roma, afirma que los nombres de los demonios, como de los
ángeles indican su función. Los espíritus malignos más importantes
tienen nombres bíblicos o dados por la tradición: Satanás, Beelzebul,
lucifer, Asmodeo, Meridiano, Zabulón. Igualmente, se ha querido
relacionar la corte infernal con los siete pecados capitales: Satán (la
ira), Mammon (la codicia), Leviatán (la envidia), Belfegor (la
pereza), Belcebú (la gula), Asmodeo (la lujuria) y Lucifer (la
soberbia). Otros nombres indican más directamente el objetivo que
se proponen: destrucción, perdición, ruina o también males
individuales: insomnio, terror, discordia, envidia, celos o lujuria.
EL DIABLO Y LOS DEMONIOS
AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

FUNDAMENTO BÍBLICO Y TEOLÓGICO

El Diablo y los demonios eran ángeles que vivían en la presencia del


Altísimo. Dios creó a Satanás para la gloria, pero hizo una libre
elección hacia el mal (IV Concilio de Letrán). San Agustín (354-430),
decía que “el Diablo estuvo en la verdad, pero no perseveró. Su
defecto no estuvo en su naturaleza sino en su voluntad”. Su caída se
debió a tres razones:

 Su propio orgullo, cuando se quiso igualar a Dios. Al respecto,


escribía el profeta Ezequiel: “Tu belleza te llenó de orgullo, tu
esplendor echó a perder tu sabiduría” (28,17). La misma
opinión tiene San Pablo (1 Timoteo 3,6). De hecho, el mismo
Demonio le dijo en cierta ocasión al Santo Cura de Ars: “Yo
puedo hacer todo lo que tú haces, puedo imitarte también tus
penitencias, te puedo imitar en todo, una sola cosa no puedo
hacer, no puedo imitarte en la humildad”.
 La envidia y los celos que sintió cuando el Creador decidió
hacer al hombre a su “imagen y semejanza” (Sabiduría 2,23-
24).

Una vez el Diablo cayó en su falta, persuadió a otros compañeros a


seguirlo. Según la Biblia fue una tercera parte de ellos (Apocalipsis
12,4; Daniel 8,10). San Isidoro de Sevilla (560-636), dice que “Dios
quiso que las almas de los justos ocuparan en el cielo, el lugar vacío
que había dejado los ángeles rebeldes”. San Macario (290-347),
afirmaba que los ángeles caídos “son tan numerosos como las
abejas”; y San Atanasio, patriarca de Alejandría (295-373), hablaba
que el espacio está repleto de demonios.

Desde entonces no hubo lugar para estos espíritus del mal en el


cielo (Apocalipsis 12,8); teniendo como morada dos lugares:

El infierno o gehenna (en griego): Donde el fuego nunca se apaga


(Mateo 5,22; Marcos 9,43-48); llamado también como el abismo
(Lucas 8,31; Apocalipsis 11,7; 17,8; 20,1-3); Horno de fuego (Mateo
13,42); lugar de tormento (Lucas 16,28) y de tinieblas (Mateo 8,12).
Porque “Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los
arrojó al infierno y los dejó en tinieblas; encadenados y guardados
para el juicio” (2 Pedro 2,4; véase también Juan 16,11; Judas 6).

Santa Francisca Romana (1384- 1440), tuvo una visión en la que ve


en diferentes partes del infierno y con diferentes tormentos, a los
ángeles que se pusieron delante de Lucifer, según el grado y
jerarquía que tenían antes, deben sufrir más los de mayor categoría.
Igualmente, en una sección de exorcismo el P. Cándido Amantini se
dirigió al espíritu inmundo con ironía: ¡Vete de aquí, el Señor te ha
preparado una bella casa, y muy caliente!”. A lo que el demonio
contestó: “Tú no sabes nada. No fue Él (Dios) quien hizo el infierno.
Fuimos nosotros. Él ni siquiera se lo había pensado”.

El “reino de los cielos” y el “reino del averno” tienen varias


diferencias: del primero es luz, bien, amor, felicidad y sabiduría; del
segundo, oscuridad, mal, odio, amargura y confusión (comparar con
Hechos 26,18; Romanos 13,12; Efesios 5,11).

Satanás y sus ángeles fueron lanzados a la tierra (Apocalipsis 12,9).


Que junto con los espíritus del mal habitan en el aire (Efesios 2,2) o
en el cielo (Efesios 6,12). Todo el mundo yace en poder del Maligno
(1 Juan 5,19); su poder es poder de tinieblas (Lucas 22,53); y lo
ejerce en el mundo (Lucas 13,16); no porque lo haya creado, sino
porque está lleno de pecado y pecadores (Génesis 6,5. 11-12; 7,1;
8,21; Eclesiastés 4, 1-3); el mundo viene de Dios, y lo mundano del
Diablo (1 Juan 2,16).
En el Nuevo Testamento, el “Diablo” aparece siempre asociado al
pecado (1 Juan 3,8). Ya desde la desobediencia de Adán y Eva, los
seres humanos tienen la libertad de escoger entre el bien o el mal
(Génesis 3,22; Santiago 1,13); desde entonces estamos sometidos a
continuas pruebas (1 Corintios 10,13; 2 Corintios 2,11; Santiago
1,12); y aunque por nuestra inclinación al mal estamos “cautivos a
voluntad de él” (2 Timoteo 2,26); Podemos hacerle frente mediante
tres herramientas: la oración (Mateo 26,41; 1 Corintios 7,5), la
Confianza en Dios (Romanos 8,31; 2 Pedro 2,9), y en el poder de su
Hijo Jesucristo (1 Juan 5,18).

MARCO HISTÓRICO

Los libros apócrifos del judaísmo como el de Henoc (53,3), describe


a los demonios como ángeles caídos o como hijos de Dios que
descendieron sobre la cima del monte Hermón, para perseguir a las
hermosas hijas de los hombres. Al copular con ellas, los ángeles
lujuriosos engendraron hijos gigantes de voraz apetito a los que se
llamó “nefilim” (que significa “derribadores”), y que finalmente se
comen los unos a los otros. Esta idea aparece relacionada en el libro
del Génesis (6,1-4.11).

Sobre el aspecto físico del príncipe de las tinieblas se conservan


antiquísimos dibujos, estatuillas de bronce, pinturas rupestres,
máscaras y descripciones legendarias. En todas ellas hay aspectos
según la imaginación popular que lo presentan como una figura de
tamaño pequeña, cuernos, cabellos largos y enredados, la cara llena
de arrugas, dientes filosos y lengua bífera, barba de chivo, cuerpo
cubierto de escamas o víboras, enorme giba, cojo, pezuñas, larga
cola y alas de murciélago.
A través de los tiempos ha existido la demonolatría (del griego
daimón, demonio y latreia, adoración). En Europa en la edad
media se les llamaba “luciferinos”. En los siglos XVI al XVIII, los
brujos y las brujas se reunían en la noche en una celebración
llamada “Aquelarre o Sabbath”, su punto de encuentro eran los
cruces de caminos, los bosques, campos de cultivos o iglesias
abandonadas. Las reuniones estaban acompañadas de música,
cantos y bailes en honor del Demonio, banquetes, orgías,
pisoteaban la cruz, se postraban a los ídolos. Se decía que el Diablo
se hacía presente en forma de macho cabrío; y en señal de sumisión
le besaban el trasero, o las brujas llegaban a tener dolorosas
relaciones sexuales con él (incubo).

LAS TRES TENTACIONES DE JESÚS EN EL


DESIERTO

Los tres evangelios sinópticos nos dan diversas características de


este relato bíblico. Lucas narra que “Jesús volvió de las orillas del
Jordán lleno del Espíritu Santo y se dejó guiar por el Espíritu a
través del desierto…durante cuarenta días. En todo ese tiempo no
comió nada" (Lucas 4,1-2). El término “desierto” en griego es
eremia, primariamente indica desolación, sitio deshabitado.
Geográficamente empezaba a las puertas de Jericó, que está
inmediatamente a la salida del valle del Jordán, en el territorio de
Judá. Una tierra oscura, despoblada, insegura, seca y árida; donde
Yahvé no ejerce su acción fecundante (Deuternomio 8, 15). En estas
montañas se localiza el monasterio ortodoxo griego de la Tentación,
donde según la tradición cristiana sucedió este acontecimiento en la
vida del Señor.
Los israelitas creían que esta zona era la morada de los demonios
(Tobías 8,3), el lugar de descanso de los “ángeles impuros” (Mateo
12,43; Isaías 34,14). Antiguas tradiciones talmúdicas, la versión
siríaca y el Tárgum, se nombran a Azazel, el “jefe de los espíritus
malignos del desierto”. El ya mencionado libro apócrifo de Henoc
agrega que el arcángel San Rafael encadenó a este espíritu rebelde
en la parte más lejana de Egipto (Tobías 8,3).

El pueblo de Israel cada año celebraba el Día de la Expiación (en


hebreo Yom Kippur), en el que el sumo sacerdote, le imponía las
manos sobre la cabeza a dos machos cabríos, sobre los cuales
echaría suertes: una para Yahvé y otra para Azazel; así
descargaba todos los pecados de la comunidad. Con el segundo
animal los asistentes lo escupían y pinchaban con toda clase de
espinas, su cabeza era cubierta con una venda de lana escarlata, y
luego los sacerdotes lo arrojaban a latigazos fuera del poblado al
desierto. Allí, después de haber arrancado la lana de los lomos, que
esparcían sobre las zarzas, lo echaban a un precipicio. Si sobrevivía,
nadie le daba de comer, como un maldito, iba a morir en cualquier
agujero (Levítico 16,5-10.26). En tiempos de Jesucristo como los
hebreos ya no vivían en el desierto, despeñaban el animal por un
barranco distante unos 20 kilómetros de Jerusalén.

Volviendo al relato bíblico podemos agregar que el ayuno era una


práctica común en el ascetismo del judaísmo bíblico, y es así como
durante cuarenta días y cuarenta noches ayunaron Moisés y Elías en
el “monte Sinaí” o el “Horeb”, llamada la montaña de Dios (Éxodo
24,18; 34,28; 1 Reyes 19,8). El evangelista Marcos agrega que
Jesucristo "Vivía entre los animales salvajes y los ángeles le
servían." (Marcos 1, 13). Ya que el Ungido de Yahvé anunciado por
el profeta Isaías (11,6-9), está en completa armonía y paz
conviviendo con animales, entre los que se encontraban leones,
lobos y chacales (todos los cuales eran muy comunes en las tierras
bíblicas de aquella época), y al mismo tiempo con los ángeles del
cielo. En Él se va a realizar la reconciliación de toda la creación de
Dios.

Mateo especifica que "al final sintió hambre. Entonces se le acercó el


tentador”. Notamos bien, como el Diablo esperó el momento de
mayor debilidad física para aproximarse. No son tentaciones
puramente humanas, sino “mesiánicas”: lo que Satanás intenta es
apartarlo del camino que le tiene señalado el Padre para llevar a
cabo su misión salvífica por el género humano. El evangelio nos
presenta este encuentro como una discusión entre los maestros de
la ley mosaica, enmarcado en el ámbito exegético y teológico. La
segunda pregunta del Demonio está tomada del libro de los salmos
(91,11-12), mientras que las tres respuestas del Señor hacen
referencia a pasajes del Deuteronomio (8,3; 6,13; 6,16).

El “Príncipe de las tinieblas” le dijo: “Si eres Hijo de Dios, ordena


que estas piedras se conviertan en pan”. Jesús le responde: “Dice la
Escritura: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra
que sale de la boca de Dios”. Después el diablo lo llevó a la Ciudad
Santa y lo puso en la parte más alta de la muralla del Templo (El
pináculo era la parte más elevada, al noroeste de este santuario,
con una visión de vértigo hacia el torrente Cedrón). Y le dijo: “Si
eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, pues la Escritura dice: Dios
dará órdenes a sus ángeles y te llevarán en sus manos para que tus
pies no tropiecen en piedra alguna”. Jesús replicó: “Dice también la
Escritura: No tentarás al Señor tu Dios”. A continuación lo llevó el
diablo a un monte muy alto y le mostró todas las naciones del
mundo con todas sus grandezas y maravillas. Y le dijo: “Te daré
todo esto si te arrodillas y me adoras”. Por eso, el mismo Emmanuel
lo llama como el “príncipe de este mundo” (Juan 14,30; 16,11), para
San Pablo es “el dios de este mundo” (2 Corintios 4,4). Pero Jesús lo
reprende: “Aléjate, Satanás, porque dice la Escritura: Adorarás al
Señor tu Dios, y a Él solo servirás”. Entonces lo dejó el diablo y se
acercaron los ángeles a servirle." (Mateo, 4,2-11).
La palabra Diablo en griego tiene el mismo sentido que Satán en
hebreo, y quiere decir: el “adversario”, el “acusador” o el que “hace
tropezar”. Pero este ángel del mal no tiene ningún dominio sobre
Cristo Jesús (Juan 14,30), ya que “El Hijo de Dios se ha manifestado
para deshacer la obra del diablo” (1 Juan 3,8; 4,4; Hechos 10,38), y
por eso se ve obligado a huir derrotado y humillado.

JESÚS Y LOS DEMONIOS


AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Los judíos enemigos del Mesías, creían que “tenía un demonio”


(Juan 7,20; 8,48; 10,20); No obstante, “El Hijo de Dios se ha
manifestado para deshacer la obra del diablo” (1 Juan 3,8; 4,4).
Satanás no puede impedir la edificación del Reino de Dios en la
tierra, porque “será expulsado el que manda en este mundo” (Juan
12,31). Los demonios saben que hay un Dios y tiemblan de miedo
(Santiago 2,19); además, Cristo Jesús “a los Espíritus impuros da
órdenes, y le obedecen” (Marcos 1,27). Ellos reconocen que es “el
Santo de Dios” (Marcos 1,24), “el Hijo de Dios” (Lucas 4,41), “Hijo
del Dios Altísimo” (Marcos 5,7). Incluso, el Señor “expulsó a muchos
demonios; pero no dejaba que los demonios hablaran, porque ellos
le conocían” (Marcos 1,34). La liberación de espíritus malos por el
Hijo del hombre, era una prueba de que el reino de Dios, había
llegado (Mateo 12,28; Marcos 3,26), y a los fariseos que fueron a
prevenirlo sobre la amenaza de muerte del rey Herodes, les
responde: “Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera
demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino
mi obra” (Lucas 13,32).

Jesús anduvo en la tierra “haciendo el bien y sanando a todos los


que sufrían bajo el poder del diablo” (Hechos 10,38); en su
ministerio terrenal realizó muchas liberaciones, como a un hombre
que tenía un espíritu impuro en la sinagoga de Capernaum (Marcos
1,21-26); al endemoniado de Gerasa (Marcos 5,1-13); a la hija de
una mujer de cananea (Mateo 15,21-28); a María Magdalena a la
que le expulsó siete Demonios (Marcos 16,9); a un muchacho por
pedido de su padre (Mateo 17,14-19); y a muchos otros
endemoniados (Marcos 1,32.39; Lucas 6,18; 7,21;13,32). Además
curó a otras personas que tenían incapacidades físicas atribuidas al
Maligno (Mateo 12,22; Marcos 9,25); y de diferentes males,
enfermedades y dolores (Mateo 4,24; 9,32; Marcos 1,26).
El Señor Jesús les confiere este poder a los apóstoles y discípulos
(Mateo 10,1.8; Marcos 6,7.12-13; Hechos 5,16; 8,6-7); para que lo
hagan en su nombre (Lucas 10,17); también fue hecho por uno que
no pertenecía al grupo de los doce (Marcos 9,38-39); por el apóstol
Pedro (Hechos 5,16); por el diácono Felipe (Hechos 8,6-7); y por el
apóstol Pablo (Hechos 16,16-18). Esta será una de las señales dadas
a los que creen (Marcos 16,17); pero a los que no seguían sus
mandatos, no tenía efecto (Hechos 19, 13-16).

LIBERACIONES Y EXORCISMOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


“Desenmascarar al Demonio es vencerlo”.
San Ignacio de Loyola.

I. CONTEXTO GENERAL

La Iglesia Católica define el rito del “exorcismo” (de la palabra


griega “ex -orkismo”, que literalmente significa “lanzar fuera o
conjurar”), como la acción de expulsar a los malos espíritus
introducidos en un individuo (posesión diabólica), por medio la
intercesión de la Iglesia, y llenar ese vacío con las gracias del
Espíritu Santo (Gálatas 5,22-23; Romanos 8,14). Este sacramental
(signo sagrado que obtiene efectos espirituales), está estructurado
de modo que hay una introducción, una parte inicial, la lectura de la
palabra de Dios y una serie de oraciones que incluye aquella en la
que el exorcista pide al demonio salir de la persona en el nombre de
Cristo. Es importante resaltar, que la persona poseída no está
necesariamente en pecado mortal, porque Satanás puede poseer el
cuerpo pero no el alma.

II. EL EXORCISMO EN EL JUDAÍSMO ANTIGUO

Los judíos del imperio persa usaban encantamientos con unas


vasijas que contenían sus fórmulas entre las que se encontraban
varios nombres del Dios de Israel, otras divinidades, ángeles, del rey
Salomón y el de un ilustre rabino (Josué ben Peraya) considerado
potente contra los espíritus malignos.

Ya para los tiempos de los inicios del cristianismo según cuenta el


historiador Flavio Josefo, en su libro “Antigüedades Judías”; había
exorcistas hebreos que recorrían el país, y se jactaban de poder
liberar de los espíritus diabólicos a las personas, gracias a unas
palabras secretas que sus familias se transmitían desde los tiempos
de Salomón. Como fue el caso de los siete hijos de un Sumo
Sacerdote llamado Esceva. Pero cumplían con su oficio a costa de
enormes esfuerzos, en ceremonias que duraban horas e incluso
días consecutivos.

III. EL EXORCISMO EN LA IGLESIA PRIMITIVA

Los Santos Padres de la Iglesia practicaban la liberación de


endemoniados, además enseñaban que cada cristiano era un
exorcista. He aquí tres ejemplos sobre el particular:

 “Son innumerables los endemoniados en el mundo entero y


vuestra ciudad, a los cuales muchos de nuestros cristianos han
ahuyentado los malos espíritus en el nombre de Jesucristo”.
San Justino Mártir (s. II).

 “Estos espíritus malignos que se apoderaron de hombres por


permiso del Dios viviente, inmediatamente nos obedecen y se
someten a nuestro poder y son forzados ha abandonar los
cuerpos los cuerpos que poseen”.
San Cipriano (s. III).

 “Tened en cuenta que toda la autoridad y poder que tenemos


sobre estos espíritus es nuestra mención del nombre de
Cristo…temiendo a Cristo como Dios y sabiendo que Dios está
en Cristo, se sujetan a los siervos de Dios y de
Cristo”.Tertuliano (s. III).

 Posteriormente, el Papa Cornelio hacia el año 251, creó una


categoría de individuos con este poder carismático (1 Corintios
12,4); que fue concedido después para los sacerdotes y los
diáconos con la autorización del obispo. El primer libro que se
publicó sobre el exorcismo fue el “Statua Eclesiae Latinae”,
a finales del año 500. Contiene fórmulas para sacar demonios.

IV. EL RITO DEL EXORCISMO

El actual canon 1172 del Código de Derecho Canónico, establece


que este ministerio de la pastoral de los enfermos sea realizado
exclusivamente por los obispos. Sólo ellos pueden ejercerlo o
nombrar de una manera estable o para un caso especial, a un
presbítero designado por el ordinario. Los sacerdotes exorcistas
hacen una oración de liberación y los laicos pueden ayudar con
oraciones de intercesión, siendo este es un signo tangible de que
toda la comunidad de creyentes reza por nuestros hermanos
'demonopáticos'. El sacerdote no exorcista oficial puede hacer el
exorcismo menor, auxiliado a su vez por los familiares del enfermo,
grupos parroquiales de oración o movimientos como la Renovación
Católica Carismática en el Espíritu Santo. Los fieles seglares
(después del siglo III) no pueden ser exorcistas ni hacer oración de
liberación. Hay, de todos modos, en la historia de la Iglesia
excepciones, por ejemplo: santa Catalina de Siena tenía el poder de
liberar de los demonios, que le fue concedido por el Señor.

En el año 2001, la Santa Sede a través de la Congregación del Culto


Divino y la disciplina de los Sacramentos, autorizó también un nuevo
manual (Rituale Romanum) que remplazó al de 1614, año en que
el papa Pablo V lo aprobó. El actual libro es llamado “De
Exorcismis Supplicationibus Quibusdam”, que contiene una
serie de oraciones, ritos y gestos a seguir, en un verdadero
exorcismo del ritual romano. Posteriormente, en el 2005, el Vaticano
realizó el primer curso internacional llamado “Exorcismo y Oraciones
de Liberación”, en La Pontificia Universidad Regina Apostolorum,
como respuesta al aumento de casos de satanismo entre los jóvenes
y la incapacidad de los sacerdotes de tratar estos temas. En el
mismo participaron sacerdotes, teólogos, médicos, psicólogos,
psiquiatras y antropólogos expertos en el tema. El plan de estudio
contenía: aspectos antropológicos y sociológicos del satanismo;
cómo detectar al demonio en el cine, la música, la literatura, los
videojuegos y el Internet; fundamentos bíblicos, históricos y
teológicos del satanismo; aspectos pastorales y litúrgicos del
exorcismo.

Este sacramental sólo se puede efectuar después de haber agotado


todos los recursos de la medicina moderna, y el campo de la
psicología y psiquiatría (bipolaridad, paranoia, esquizofrenia,
histeria, etc;), para descartar cualquier enfermedad o medio natural.
Hay que diferenciar también una verdadera posesión, de una
infestación (o vejación), obsesión u opresión diabólica, de la que
simplemente se requiere una oración de liberación (exorcismo
menor), en la que se pide al Señor libre a la persona del influjo del
Maligno; así como también se utiliza en lugares, casas o cosas que
estén bajo una influencia demoníaca. Para estas oraciones no se
requiere el explícito permiso del obispo.

Expertos en el tema como fueron monseñor Corrado Balducci,


estudioso de la demonología, y el padre Gabriel Amorth, fundador y
presidente honorífico de La Asociación Internacional de Exorcistas;
están de acuerdo en reconocer que solamente dos o tres casos de
100, son verdaderas posesiones satánicas, los otros en su gran
mayoría son atribuidas a enfermedades mentales. Entre los posesos
la mayor parte son laicos, y mujeres. La relación hombres/mujeres
es más o menos de diez a uno. Como dato curioso se destaca que el
padre Amorth, ha exorcizado también a musulmanes e hindúes.

Existen dos categorías de exorcismos:

1. El exorcismo ordinario: con el bautismo solemne que


consiste en sustraer al bautizado manchado por el pecado
origina, el poder de Satanás,
2. El exorcismo extraordinario: es el practicado por un
sacerdote para expulsar los espíritus malignos que se han
posesionado de una persona. En este caso el rito
celebrativo que inicia con la señal de la cruz, la
proclamación de la Palabra de Dios, las letanías de los
santos, la aspersión con agua bendita, la profesión de fe,
la imposición de las manos, la renuncia a Satanás, la
recitación de la oración del Señor, la bendición con la
cruz, la insuflación, las oraciones propias de exorcismo y
concluye con la bendición (Algunas de estas partes se
podrían omitir).

Ya en cuanto las causas por las que un demonio toma posesión del
cuerpo de una persona (nunca del alma), sigue siendo un gran
misterio. El 'mysterium iniquitatis', o misterio del mal (2
Tesalonicenses 2,7), no se pueda explicar o comprender con
facilidad. No obstante algunas razones pueden ser:

- Por permiso de Dios.


- Porque es victima de un maleficio.
- Por un grave estado de pecado endurecimiento en el individuo.
- Por contacto asiduo con lugares o personas dedicadas a la
magia, la hechicería, la brujería, el satanismo, el ocultismo, y
últimamente las prácticas de la Nueva Era.

Los signos señalados por el ritual como síntomas de una verdadera


posesión satánica son:

A. Señales físicas:

- Experimentar transformaciones en la cara o en el cuerpo.


- Cambio en el tono de la voz, acompañada de gruñidos,
quejidos o gritos.
- Enfermedades como un improvisado dolor de cabeza, un peso
insoportable en la mano, ardor en la cabeza, dolor de
estómago repentino, ataques de tos, vómito o somnolencia.
- Expulsar por la boca objetos extraños, vidrio o animales como
sapos, moscas o lombrices.
- Las pupilas de los ojos se mueven casi completamente de
arriba a bajo, o desaparecen.
- Poseer una fuerza superior a su edad o su naturaleza humana.
- Efectuar violentas convulsiones y torsiones en el cuerpo.
- Adoptar posturas del cuerpo aberrantes o de sexualidad
deformada.
- Tener la capacidad de hacer volar los objetos.
- Elevarse en el aire o caminar sobre las paredes.
- Un olor nauseabundo y penetrante.

B. Señales psíquicas:

- Demostrar odio hacia Dios, la Virgen, los santos, la cruz, las


imágenes, lugares y objetos sagrados.
- Hablar lenguas desconocidas (especialmente el arameo) o
entenderlas a quien las habla.
- Conocer cosas ocultas.
- Predecir acertadamente acontecimientos futuros.
- Sufrir una transformación de su personalidad habitual.

Todo esto tiene que manifestarse durante el exorcismo y nunca


antes. Los exorcismos pueden durar días, meses e incluso años,
cuando la persona es victima de varios demonios, el jefe es siempre
el último en salir.

Entre las normas que debe observar los exorcistas y el rito del
exorcismo, conviene recordar las siguientes:
- Debe ser un sacerdote preferiblemente de edad madura, y con
permiso del obispo.
- Debe tener gran piedad, prudencia e integridad de vida.
- Debe ser instruido en estos asuntos para evitar lamentables
equivocaciones.
- El exorcismo debe hacerse con autoridad, gran fe, humildad y
fervor.
- Debe conocer las señales que demuestren que la persona sufre
de una verdadera opresión demoníaca.
- Debe discernir cuales son las artimañas que emplea el demonio
para engañarlo, como hacerle creer que el enfermo no padece
opresión maligna al permitirle recibir los sacramentos como la
Eucaristía.
- Evite el exorcista quedarse en preguntas inútiles o curiosas.
- Ordene callar al espíritu inmundo y limitarse a contestar lo que
se le pregunte.
- No le crea si afirma que es un espíritu bueno o el alma de un
difunto o de un santo.
- Son necesarias las preguntas referentes al nombre de los
espíritus, el tiempo de su ingreso, y las causas que lo
originaron, como por ejemplo por una acción mágica, o por la
utilización de instrumentos maléficos como la tabla ouija. Si
contesta favorablemente una de estas preguntas, es un signo
de derrota, ya que fue obligado a decir la verdad o a
descubrirse.
- Observe qué palabras asustan más al demonio y repítalas
frecuentemente.
- El exorcista no debe indicar ninguna medicina al enfermo. Esto
debe dejarlo al médico.
- El exorcista puede imponer las manos, la estola o un crucifijo,
cuando está previsto, puede soplar sobre el “demonopático”.
- No debe asumir actitudes chamánicas, o gestos extraños,
extravagantes.
- No debe inundar con agua bendita al 'demonopático'.
- Los que padezcan de maleficios no deben acudir a magos,
hechiceros, brujos, curanderos o síquicos para ser liberados; y
deben evitar toda superstición.
- El sacerdote no deber terminar el exorcismo hasta estar
completamente seguro que el demonio ha sido expulsado, ya
que algunas veces se ocultan y dejan casi libre al cuerpo.

V. LAS ARMAS ESPIRITUALES CONTRA LOS DEMONIOS

Las mejores armas contra las fuerzas del infierno son: El sacramento
del bautismo, que nos incorpora al cuerpo místico de Cristo, y nos
protege contra el diablo; al igual que la confesión y la eucaristía. La
oración del Padre Nuestro, cuando Cristo nos invita a repetir: “No
nos expongas a la tentación, sino líbranos del maligno” (Mateo
6,13). Los exorcistas tienen que recurrir a la fe en Jesús (Mateo
17,19-20), la plegaria (y el ayuno) (Marcos 9,29).

Otros sacramentales utilizados son el agua bendita, que recuerda el


bautismo en el que el fiel adopta la dignidad de hijo de Dios, se
incorpora a la Iglesia, recibe la gracia de Dios y los dones del
Espíritu Santo, profesa la fe y renuncia a Satanás. Igualmente se
emplea la sal, el santo óleo, crucifijos, reliquias de santos. El
creyente puede recurrir a devociones particulares como el rezo del
rosario, el vía crucis, la oración de los salmos, cargar el escapulario
o la medalla milagrosa; Pedir la intercesión de la Bienaventurada
Virgen María, San Miguel arcángel, quien arrojó a Luzbel (Lucifer) al
infierno y todavía hoy es nuestro aliado principal, además de
patrono de la Iglesia, mientras que san Benito es el patrón de los
exorcistas, también se puede pedir la protección de los santos
ángeles custodios.
CASOS DE POSESIONES SATÁNICAS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Juan Pablo II realizó tres exorcismos durante su pontificado, el más


conocido fue en 1982, a una joven italiana de nombre Francesca
que se revolcaba en el piso durante la audiencia general en el
Vaticano. El papa comenzó a orar, pronunciado varias palabras de
exorcismo, pero en vano. Cuando, al final, le dijo a la mujer:
“mañana diré misa por ti”, la mujer volvió súbitamente a la
normalidad y pidió disculpas al vicario de Cristo.

El padre Gabriel Amorth, cuenta en su libro “Narraciones de un


Exorcista”, el caso de “un presbítero que ayudaba al padre Cándido
Amantini. Estaban exorcizando a un jovencito a quien, en cierto
momento, se le encendieron los vestidos. De la combustión salió un
acre olor de azufre y el demonio se dirigió al sacerdote ayudante
prometiéndole que la pagaría cara. Un buen día, ese sacerdote
regresaba de Nápoles a Roma en automóvil. Se sentía escoltado por
unas luces laterales que no podía explicarlas, por lo cual pensó en
detenerse en una estación de servicio. Cuando estaba llegando, el
auto se incendió. El sacerdote alcanzó a detenerse, a quitar las
llaves y a escapar. Acudieron algunos automovilistas que gritaban: `
¡Hay alguien dentro! ¡Se ve una persona!´ Aquel sacerdote en vano
aseguraba que iba solo. En un momento dado, se sintió que
aceleraban el motor y la maquina comenzó a avanzar lentamente,
como una bola de fuego, hacia las bombas de gasolina. Al mismo
tiempo se hizo sentir en el aire un acre olor de azufre. El sacerdote
reconoció el mismo olor que había percibido durante el exorcismo y
se puso a orar. Súbitamente el auto se detuvo, pero continuó
quemándose hasta su total destrucción”.

El sacerdote jesuita Francisco de Paula Solá, quien fue exorcista


oficial de la Diócesis de Barcelona (España), narra en el libro
“Posesiones y Exorcismo en Profundidad”, dos espeluznantes casos:
el primero ocurrió en Zaragoza en un colegio de religiosas al que iba
cada día a decir misa. Había allí un grupo de niñas huérfanas y una
de ellas mostraba un comportamiento extraño. Tenía entre once y
doce años. El religioso comenzó a tratarla y observó que se negaba
a confesar y que además profanaba la sagrada hostia, ya que al ir a
comulgar se la sacaba de la boca y la guardaba en el bolsillo.
También las monjas le hallaron cartas en las que se dirigía al Diablo,
además en las clases de religión adoptaba extrañas posturas. El
padre Solá procedió a hacerle un exorcismo. Así la llevaron,
oponiendo gran resistencia, a la capilla del colegio para realizar el
ritual. Cuando estaban ante la pila bautismal el sacerdote la roció
con agua bendita. Entonces se agitó violentamente como si le
quemara. En una de sus convulsiones, dio un gran salto, pasó por
encima de la pila bautismal y salió volando por los aires en posición
horizontal, a una altura de metro y medio del suelo. Pasó por
encima de las bancas y atravesó toda la capilla de extremo a
extremo, hasta chocar violentamente contra el altar mayor. Echando
a correr la encontraron en el presbiterio, al pie del altar mayor,
girando vertiginosamente, tenía los brazos y las piernas
entrecruzadas como una gran bola. Tras varias oraciones, la niña
quedó liberada y al volver en sí no recordaba nada de lo que había
sufrido.

El otro caso que cuenta el mismo jesuita ocurrió en París (Francia),


quien junto a otro exorcista se enfrentaron a una posesa de
dieciocho años. Cuando los clérigos le hablaron del poder de Jesús y
la Virgen sobre los ángeles caídos, la muchacha alterada empezó a
pasearse de un lado a otro, de repente empezó a subirse por la
pared, como si anduviera por el suelo sin que la falda que llevaba y
su cabellera le cayeran hacia abajo.

La cinta cinematográfica “El Exorcista” está basada en una historia


real ocurrida en St. Louis (Estados Unidos), en 1949. Se trata de un
chico de trece años aficionado a la práctica de la tabla ouija, y un
sacerdote y profesor universitario jesuita que lo liberó, pasando dos
meses con él, durante los cuales presenció numerosas
manifestaciones paranormales como la elevación de la cama donde
se encontraba el menor. El muchacho, que había sido desahuciado
por los médicos, pronunciaba durante las sesiones de exorcismo
gritos y maldiciones en latín, lengua que jamás había estudiado,
ladraba como un perro y se retorcía en convulsiones. En su piel se
formaban símbolos, caras satánicas, e incluso palabras, tales como:
“spite” (odio) o “hell” (infierno); aunque lo peor eran unas largas
rayas que emergían con fuerza y rasgaban su piel como si estuviera
siendo arañado por garras.

Durante la última sesión se presentaron las contorsiones más


violentas, tras el ataque final, se oyó un sonido fuerte y una luz muy
brillante iluminó la estancia, el adolescente se levantó de la cama, y
dijo: “San Miguel ha venido. Esto se ha acabado”, después
permaneció tranquilo, y desde entonces cesaron todas las
manifestaciones diabólicas que se recrean extraordinariamente en la
película, con la sola diferencia que en la cinta el poseso es una niña.

La película “El exorcismo de Emely Rose” también está


fundamentada en una historia real, vivida y padecida por una
muchacha alemana llamada Anneliese Michel, estudiante católica
que murió a los 23 años de edad en 1976, en medio del exorcismo
practicado por un sacerdote que intentaba liberarla de sus males, y
que fue juzgado por negligencia. Para los médicos de entonces, las
causas de la muerte eran claras: desnutrición y deshidratación, con
un peso de 35 kilos. El presbítero que la atendió no supo cuidar su
organismo que se consumió en pocos días.

La vida de la chica era normal hasta cuando cumplió los 14 años y


sufrió un sorpresivo ataque que la arrojó al suelo, provocándole
convulsiones, gritos, espuma en la boca y otros síntomas que en un
principio fueron identificados como epilépticos. La muchacha cayó
en una postración total, con alucinaciones y visiones de seres que
ella calificaba como demoníacos. Fue entonces cuando sus familiares
decidieron buscar la ayuda de este sacerdote que le practicó no más
de medio centenar de exorcismos en medio de vómitos, gritos y
grabaciones de voces macabras que son reproducidas en la cinta.
Tanto el sacerdote como sus padres fueron condenados a la cárcel
por seis meses porque en todo momento rechazaron la ayuda que
un hospital local les ofreció. Con el paso del tiempo la tumba de
Anneliese se ha convertido en centro de peregrinación de muchos
creyentes que la consideran una santa.

En junio del 2005, la religiosa Maricica Irina Cornici, murió a causa


de los ritos de exorcismo de un sacerdote y cuatro monjas en un
convento cristiano ortodoxo en Rumania. La joven de 23 años, que
conoció en su corta vida el orfanato y el claustro del monasterio, fue
amordazada, amarrada con cadenas a una cruz de madera y no
recibió alimento por seis días. Su deceso ocurrió en el monasterio
Santa Trinidad, de la localidad de Tanacu (Rumania). El sacerdote
Daniel Corogeanu, y cuatro monjas retuvieron a la joven el 10 de
junio, le ataron las manos y las piernas y le metieron una toalla en
la boca. El clérigo ortodoxo sostuvo que sor Irina estaba poseída por
Satanás y los malos espíritus; que era violenta, echaba espuma por
la boca, rechazaba el agua bendita, y lanzaba insultos en la iglesia
durante la misa celebrada el 15 de junio para su salvación; por lo
tanto, tuvieron que inmovilizarla. Agregó que cuando la monja se
calmó la desataron, le dieron té con pan, después se desmayó y
sufrió un infarto. El sacerdote aseguró además que toda la
comunidad religiosa de Santa Trinidad decidió no apelar a la
medicina moderna y tratar de curarla mediante la oración. Los
médicos forenses precisaron que la muerte de la mujer se debió a
una violencia física muy grave.

El portavoz del Patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Rumana, Costel


Stoica, añadió que lo sucedido “no tiene precedentes en la historia
de la vida monástica oriental”. Stoica explicó que el exorcismo en la
Iglesia Ortodoxa es de hecho la “oración de `San Basilio el Grande´,
que se lee a solicitud de la persona que pide la ayuda de Dios contra
el Diablo en la iglesia o en la casa del creyente, y es suministrado a
gran escala”. Tanto el clérigo que realizó el exorcismo y las cuatro
monjas fueron acusadas de “asesinato con crueldad”. Los jerarcas
de la Iglesia Ortodoxa excomulgaron al sacerdote, excluyó a las
religiosas y cerró el convento.
En marzo del 2006, en una región rural del departamento del Tolima
(Colombia), cuatro hombres asesinaron a su hermano menor para
sacarle el Demonio. Según los parricidas dicho espíritu infernal que
se había posesionado del cuerpo de Rafael Cuéllar Vargas, tenía
cabeza de dragón, se llamaba “La Cola de Satanás”, y terminó
siendo abatido a punta de golpes con un garrote por parte de los
hermanos mayores de la victima.

En Marzo de 2017, una mujer en Nicaragua, de 25 años, sufrió


quemaduras en todo su cuerpo al ser atada y calcinada, en un ritual
de la iglesia Asamblea de Dios. La víctima la creía “poseída por el
demonio” fue despojada de su ropa, amarrada junto a la hoguera, y
posteriormente empujada hacia la misma. La Policía Nacional arrestó
al pastor y cuatro cómplices, quienes fueron señalados como
responsables del crimen. “Estábamos ayunando para que esa mujer
fuera liberada, porque no era un enfermedad, era un demonio que
ella tenía; ella misma lo decía, un demonio: una serpiente y un
zopilote”, declaró el líder del grupo. La Mujer murió poco después.

LA VIRGEN MARÍA Y LOS DEMONIOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En las Sagradas Escrituras hay dos referencias que narran la


enemistad entre la Madre del Redentor y el Príncipe de las Tinieblas.
La primera de ella la encontramos en el llamado proto-Evangelio,
cuando después de la caída de nuestros primeros padres, Dios le
dice a la serpiente: “-Por esto que has hecho, maldita serás entre
los demás animales. De hoy en adelante caminarás arrastrándote y
comerás tierra. Haré que tú y la mujer sean enemigas, lo mismo que
tu descendencia y su descendencia” (Génesis 3,14-15). La segunda,
está en el Apocalipsis (o Revelación): “Apareció en el cielo una gran
señal: una mujer envuelta en el sol como en un vestido, con la luna
bajo sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza. La mujer
estaba encinta, y gritaba por los dolores del parto, por el sufrimiento
de dar a luz. Luego apareció en el cielo otra señal: un gran dragón
rojo que tenía siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada
cabeza…El dragón se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz,
para devorar a su hijo tan pronto como naciera. Y la mujer dio a luz
un hijo varón, el cual ha de gobernar a todas las naciones con cetro
de hierro” (12,1-5).

Por otra parte, en la historia de la salvación, encontramos escritos


de santos y revelaciones particulares que resaltan el poder de la
Virgen María contra los demonios y el mal:

San Efrén llamaba a la devoción a María como “carta de libertad o


salvoconducto para liberarse del infierno”

A Santa Catalina de Sena le comunicó el Padre Eterno: “Por mi


bondad, y en reverencia al misterio de la Encarnación, he concedido
a María, Madre de mi Unigénito Hijo, la gracia de que ningún
pecador, por grande que sea, que se encomiende devotamente,
llegue a perder su alma en el fuego del infierno”.

El autor del ESPEJO DE NUESTRA SEÑORA dice que la Virgen manda


a la hora de la muerte al príncipe San Miguel arcángel, con toda su
celestial milicia, para que defienda a sus devotos, reciban sus almas
y las suban al cielo en triunfo.

Santa Brígida escuchó de la boca de Jesucristo, que hasta el


enemigo infernal habría redención, si se humillara a pedir perdón
por medio de los méritos de María Santísima. Igualmente, afirmaba
que todos los demonios la veneran y le obedecen, y desprenden
sus uñas de las almas que tenían atrapadas por el pecado.

A San Hugo de Cluny, la Reina del Cielo se le presenta como la


vencedora de Satanás.
A Santo Domingo de Guzmán, le fue echa la promesa de que “el
rosario será un arma poderosa contra el infierno”.

Decía San Antonio de Padua que al invocar con fe los nombres de


“Jesús y María”, se abre la tierra y caen precipitados los ángeles del
mal.

Afirma el Beato Tomás de Kempis, que de tal manera los espíritus


de las tinieblas temen a la Reina del Cielo, que al pronunciar su
nombre huyen como un fuego que abrasa.

En una visión San Juan Bosco increpó al Príncipe del Mal: “¿Cuáles
son las armar que lo derrotan?” Y respondió: “los que me derrotan
son los que se confiesan y comulgan con fervor, y los que son
devotos de la Virgen María”.

El santo cura de Ars interrogó a un poseso: “¿Te posesionarás tú de


nuestro país (Francia)?” –Y él contestó: “No puedo hacerlo porque
esa Señora que Uds. llaman Virgen María, se pasea de norte a sur y
de occidente a oriente impidiéndome actuar”.

Estaban conjurando una vez a un endemoniado, y el exorcista


preguntó al Tentador: Dime, ¿Qué hace María? A lo que respondió:
baja y sube. Queriendo decir que no hace otra cosa que bajar a
traer a la tierra beneficios y hacer bien a los hombres, y subir al
cielo a presentar nuestras súplicas ante el Divino Redentor.

En el caso de los niños de Illfurt (1864- 1869), dos hermanos de


nombres Teobaldo y José, de nueve y ocho años; mientras Lucifer
injuriaba y se burlaba de las cosas más santas, sin hacer excepción
ni siquiera de Dios mismo, nunca se atrevió a insultar a la Virgen; y
a alguien que le preguntó la razón, le contestó: “No tenemos
derecho. El títere sobre la cruz me lo ha prohibido”.

En cierta ocasión un sacerdote exorcista preguntó al demonio qué


era lo que más le hería de la Virgen, y respondió: “Es la más pura de
todas las criaturas y yo soy el más inmundo, es la más obediente de
todas las criaturas y yo soy el más rebelde; es aquella que no ha
cometido ni el más mínimo pecado, y por ello me vence siempre”.

Alfonso, rey de Galicia y León, en su juventud tuvo un sueño. Vio


que llegaba a la eternidad y al querer entrar al cielo algo se lo
impedía por no llevar el “traje de la gracia y las buenas obras”.
Apareció Nuestra Señora y ordenó que pusieran en una balanza las
obras buenas y malas, éstas últimas eran mucho más numerosas,
los demonios danzaban de alegría, pero la Bendita virgen colocó su
rosario en el otro lado. Los espíritus infernales protestaron furiosos
gritando que aquello era una trampa. Nuestro Señor le dijo a la
Buena Madre: “¿Por qué has hecho esto?” –Ella respondió: “Este
joven Alfonso ha rezado muchas veces mi rosario, y yo con esto
quiero pedirte que no lo dejes condenar porque es mi devoto”.
Jesucristo le hablo al rey: “¿Has visto? Mi Madre te ha salvado
porque tú le rezas con frecuencia. Te dejo un poco de vida: pero
aprovecha este tiempo para quitar del manto de tu alma la mancha
de tantos pecados, y dedícate a hacer obras buenas”. Cuando se
despertó el monarca estaba sudando de tanto miedo. Desde ese día
empezó una nueva vida, visitando enfermos, repartiendo mercados
a familias pobres, ayudando a los encarcelados, oyendo misa,
confesándose y comulgando con frecuencia, visitando iglesias y
leyendo libros religiosos. Al morir era ya un verdadero convertido.

Famosa es la historia de Teófilo, escrita por Eutiquiano, patriarca de


Constantinopla, testigo ocular de los hechos.

Era Teófilo arcediano de la iglesia de Adana, ciudad de Cilicia, y tan


estimado por el pueblo que lo pedían como obispo, rehusando él por
humildad. Resultó que unos malévolos lo acusaron falsamente para
deponerlo de su cargo. Teófilo se llenó de tal resentimiento, que fue
a buscar a un mago judío, y éste le propuso invocar al Maligno, para
que le ayudara en aquella desgracia. Respondió el Demonio que
para merecer su favor, primero tendría que renegar de Jesús y
María, y ponerlo por escrito. Teófilo así lo hizo.

Al día siguiente, habiendo conocido el obispo todo el asunto, le


repuso en el ejercicio de su dignidad. Entonces conoció Teófilo lo
grave de su ofensa, se va a una iglesia y delante de una imagen de
la Santa Madona le pide que interceda por su falta. Con esta súplica
estuvo cuarenta días, hasta que una noche se hace la Señora visible,
diciéndole: “¿Qué es lo que has hecho, Teófilo? Me has negado a Mí
y a mi Hijo. Y ¿A quién has vendido tu alma? A mi enemigo y tuyo”.
“Vos, Señora –respondió-, me habéis de obtener perdón de vuestro
Santísimo Hijo”. Viendo María tanta confianza, le volvió a decir:
“Consuélate, que pediré por ti”.

Al cabo de otros nueve días de penitencia, se le presentó


nuevamente la Celestial Reina, diciendo: “Teófilo, alégrate, que he
presentado en la presencia divina tus plegarias y han sido bien
oídas, y ya Dios te ha perdonado”. “No basta, Señora –replicó
Teófilo-, tiene todavía el Adversario aquel pacto satánico, y Vos
podéis hacer que se me devuelva”.

Tres días pasaron, y la tercera noche despertó y se halló con el


papel en el pecho. A la mañana siguiente, estando el obispo en el
templo, con gran cantidad de fieles, se presenta Teófilo, y de
rodillas cuenta todo lo ocurrido; el obispo quemó en público dicho
documento, y todos alababan al Altísimo por su infinita misericordia.
Tres días más tarde, murió Teófilo, lleno de gratitud con la Madre de
Dios.
UNA ORACIÓN A MARÍA DESDE EL INFIERNO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En 1823 en una provincia de Avellino (Italia), un niño de doce años,


analfabeta, fue poseído por un espíritu caído. Los padres dominicos
Gassiti y Pignataro, que se encontraban en el pueblo para una
misión parroquial, le ordenaron, en nombre de Dios, probar
teológicamente, con un soneto de rimas, la Inmaculada Concepción
de la Virgen, cuestión muy discutida en esos tiempos.

El pequeño endemoniado pronunció el siguiente soneto:

Verdadera Madre soy yo de un Dios que es Hijo


Y soy su Hija, aunque también su Madre;
Ab eterno nació El es mi Hijo,
En el tiempo nací Yo, pero le soy Madre.
El es mi Creador y es mi Hijo
Soy su Criatura y le soy Madre;
Fue prodigio divino el ser mi Hijo
Un Dios eterno, que me tiene por Madre.

El ser casi es común entre Madre e Hijo


Porque el ser del Hijo tuvo la Madre
Y el ser de la Madre tuvo también el Hijo.

Pues si el ser del Hijo tuvo la Madre,


O se dirá que fue manchado el Hijo
O sin mancha tiene que ser la Madre.

Treinta años después, en 1854, Pío IX promulgaba solemnemente el


dogma de la Inmaculada Concepción. En el mismo año le
presentaron al Pontífice el soneto improvisado en el infierno en
honor de María. Quedó conmovido y maravillado por los versos tan
teológicamente exactos, compuestos por tan singular poeta.
DIFERENTES APARICIONES DE LOS ESPÍRITUS
INFERNALES

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

San Antonio Abad (S. IV), fue seducido por Lilith (demonio en forma
de mujer para los judíos), que recibe también el nombre de súcubo.

A su discípulo San Hilario (s. IV), lo rodearon un círculo de mujeres


desnudas. Igual tentación tuvo San Hipólito (s. III).

San Pacomio (s. IV), vio el Diablo como una doncella de raza negra;
el santo expulsó a la diablesa de un golpe de su mano, después, el
hedor quedó impregnado durante dos años.

San Nicolás de Mira (s. IV), se le apareció en su monasterio un


“ángel luminoso” pero con una gran cola (comparar con 2 Corintios
11,14).

Rufino, amigo de San Jerónimo (s. IV), llegó a visitarlo con el


aspecto de Jesús.
San Martín de Tours (s. IV), en forma de monaguillo burlón mientras
oficiaba la misa.

San Expedito (s. IV), fue comandante de la legión romana, se le


presentó el demonio en forma de un cuervo, que el gritaba “Cras,
Cras, Cras” (En latín “Mañana”, “Mañana”, “Mañana”). Así lo trataba
de persuadir a que dejara su decisión para otro día de convertirse
más bien en “soldado de Cristo”.

San Macario de Alejandría (s. V), fue hostigado por una chusma de
demonios negros.

San Benito (s. VI), como un mirlo negro.

San Eligio (s. VII), muchas pinturas lo representan agarrando con


unas tenazas la nariz de una provocadora joven, cuya apariencia el
santo obispo adivinó la presencia del Tentador.

San Isidro Labrador (s. XII), cuando era niño estaba oyendo misa y
vio al Diablo en forma de un niño negro que transcribía en un
pergamino las conversaciones de las mujeres chismosas.

Santa Viridiana (s. XIII), se le presentó como dos serpientes que la


mortificaron mucho los últimos años de su vida.

Santo Domingo de Guzmán (s. XIII), observó a un gato con un


penetrante olor a azufre.

Martín Lutero (s. XVI), padre de la reforma protestante, toda su vida


fue acosado por el Diablo, así cuando leía la Biblia se le aparecía en
forma de mosca, otras veces como un cerdo o jabalí negro.

San Estanislao Kostka (s. XVI), rechazó en tres oportunidades con la


señal de la cruz, los atacas de un horrible mastín negro.
Santa Rosa de Lima (s. XVII), el demonio apareció como un perro
sarnoso que amenazaba con atacarla, o como un galán seductor.

San Gerardo Mayela (s. XVIII), en una noche de tormenta una


diabólica figura le cerró el paso, pero el santo invocando el nombre
de la Santísima Trinidad lo obligó a que tomara las riendas de su
caballo y lo llevara sano y salvo al pueblo de Lacedonia (Italia).

Santa María Francisca de las Cinco Llagas (S. XVIII), el maligno se le


presentaba en forma de un perro rabioso que la atemorizaba, pero
al hacer la señal de la cruz, y al pronunciar los nombres de José,
Jesús y María salía huyendo.

La beata estigmatizada Ana Catalina Emmerich (s. XIX), ve en una


visión de la anunciación del arcángel San Gabriel a la Virgen María,
al demonio en forma de “una serpiente del tamaño de un niño, con
la cabeza ancha y chata, y a la altura del pecho tenía dos patas
cortas membranosas, armadas con garras, sobre las cuales se
arrastraba, que parecía alas de murciélago. Tenía manchas de
diferentes colores, de aspecto repugnante; se parecía a la serpiente
del Paraíso terrenal, pero de aspecto más deforme y espantosa”.

San Juan María Vianney (s. XIX), el célebre “cura de Ars” sufría
continuamente los ataques del espíritu del mal en la forma de un
perro negro que el llamaba el “zarpas”.

San Juan Bosco (s. XIX), describió al demonio en un sueño como un


furioso elefante o una enorme serpiente.

Santa Gemma Galgani (s. XX), asumía el aspecto de perro, gato, de


mico negro, de pequeños monstruos, de personas conocidas como
su confesor, de hombres feroces, como Cristo flagelante, con el
corazón abierto todo ensangrentado; o como ángel guardián, que al
ser descubierto desaparecía en una gran llamarada dejando en el
suelo un montón de cenizas.

Santa Faustina Kowalska (s. XX), una noche después de la hora


santa, mientras caminaba hacia su celda, fue rodeada por una
jauría de enormes perros negros que se levantaron y ladraban como
si quisieran despedazarla. La santa vidente al darse cuenta que eran
demonios, invocó la protección del Altísimo, y al instante se
esfumaron como un torbellino de polvo en la calle.
Santa Laura Montoya (s. XX), religiosa colombiana, cuenta en su
autobiografía que una noche mientras se encontraba en su cama vio
llegar por debajo del toldillo a un animal parecido a un perro o un
lobo, con cascos de mula y cuernos retorcidos, a quien cogió por los
cuernos que eran muy fríos y lo retorció por el piso, hasta salir
corriendo.

Otras apariencias mencionadas son: León, leopardo, oso, caballo,


toro, camello, lobo, zorro, pavo real y escorpión.
LOS ATAQUES DIABÓLICOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Las Sagradas Escrituras dicen que al rey Saúl, “un espíritu maligno,
enviado por el Señor, lo atormentaba” (1 Samuel 16,14).

En los primeros siglos del cristianismo (III-V), los monjes ermitaños


se retiraron a las áridas arenas del desierto de Egipto y el Asia
Menor; esperando vencer física y espiritualmente a los ejércitos
infernales; por medio de una vida ascética que incluía la oración, la
meditación de las Escrituras, el ayuno, la penitencia, la soledad, el
trabajo manual. Esta vida de penitencia iba acompañada de ataques
físicos de los espíritus malignos (Marcos 9,22; Lucas 22,31; 2
Corintios 12,7-9; 1 Pedro 5,8). A ellos se les daba el título de
“guerreros contra el Diablo”. Uno de los más importantes fue San
Antonio (251-356), patriarca de los cenobitas, de él cuenta San
Atanasio (siglo VI), que Lucifer llegó a dedicarle una verdadera
galería de pinturas impuras, que el santo monje borró con agua
bendita. Además, en una ocasión un grupo de espíritus demoníacos
lo golpearon hasta dejarlo inconsciente.

A San Hilario (siglo IV), el Diablo saltó Sobre sus espaldas para
azotarlo.
A San Francisco de Asís (1181-1226), mientras se encontraba
orando una noche en una iglesia abandonada, se le presentó una
turba de demonios: uno lo zarandeaba de un lado a otro, otro lo
tiraba al suelo, el otro lo amenazaba y uno más le echaba en cara
todos sus pecados, todos de mil diversas formas querían estorbarle
en su meditación; pero no podían, porque Dios estaba con él.

San Nicolás de Tolentino (1245-1305), fue un sacerdote con dones


místico, de la Orden de San Agustín. Una noche que se encontraba
rezando en el oratorio, entró un monstruo infernal, y tomando un
palo, golpeó al religioso con tal fuerza, que se lo rompió en el
cuerpo. Este palo, partido en dos, se conserva todavía en el
convento de Tolentino en un rico estuche de plata.

A la Beata Clara Isabel Fornari (1697-1744), monja mística y


estigmatizada, que pertenecía a la órden de las Clarisas, el Demonio
la sometía a un miedo continuo, le daba golpes, la tiraba por las
escaleras y le metía en la cabeza la idea de que se suicidara.

Al santo cura de Ars (1786-1859), el Tentador lo arrojaba de la


cama, le soplaba en la cara, o le tiraba toda clase de cosas.

A Santa Gemma Galgani (1878-1903), un espíritu caído la dejaba


medio muerta en el suelo, con el rostro hinchado y los huesos
dislocados.

A San Pío (1887-1968), el fraile estigmatizado, fue víctima de


violentas golpizas por parte del Maligno en su celda del convento de
Pietrelcina. Estas visiones demoníacas iban acompañadas de
temblores, ruidos, alucinaciones aterradoras, gritos, blasfemias,
obscenidades, tentaciones de todo tipo, a veces cantando salmos,
recitando versículos de las Escrituras o diciendo pequeñas verdades,
antes de proferir una gran mentira (1 Corintios 12,10).
Hay que recalcar que lo que no está permitido a los ejércitos
infernales, es acabar con una vida humana. Así lo testifica el relato
de la prueba al santo Job, cuando Dios le dice al “ángel acusador”:
“has con él lo que quieras, con tal de que respetes su vida” (2,6).

LA IDOLATRÍA AL PRÍNCIPE DEL MAL

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Desde los tiempos de la Europa Medieval y en los siglos siguientes el


tribunal del Santo Oficio y la Inquisición, formulaban contra las
brujas la acusación de idolatría al Príncipe del Mal, así como
también: la práctica de la hechicería, la magia negra, los maleficios,
el mal de ojo, la adivinación, los encantamientos, la fabricación de
pócimas y amuletos, la metamorfosis en animales, los vuelos
nocturnos, el pacto con Satanás, el envenenamiento de los ríos, la
destrucción de las cosechas, o una sequía prolongada.

En el siglo XVIII empezaron a surgir los cultos satánicos en el viejo


continente; uno de los pioneros fue Aleister Crowley (1875-1947),
quien en su “Libro de la Ley” exalta, de manera herética, al ser
humano a la categoría de un dios, y se rebela contra los preceptos
morales de los diez mandamientos. El mismo se auto- denominó
como “la gran bestia” o el “666”, que es un número de hombre que
aparece en el libro De las revelaciones (13,18). {De hecho, si
también sumáramos las letras que forman la palabra hebrea “ha-
satan” (el acusador), se obtendría el número ¡364!}. En el siglo XX,
Anton La Vey (1930-1997), conocido como el “papa negro”, funda
en 1966 la primera iglesia satánica llamada “la casa negra”, en San
Francisco (California). Es además el autor de la “Biblia negra”, que
contiene una especie de mandamientos llamados las “nueve
declaraciones de Satán”, y un libro sobre “rituales satánicos”; Para la
celebración de la misa negra, que incluye muchos elementos de la
liturgia católica, pero a la inversa (Comparar con 1 Timoteo 4,1). En
Francia se funda la Wicca (orden internacional de los brujos
luciferinos), también la ciudad de Turín (Italia), es considerada la
capital mundial del satanismo.

Ya entre los jóvenes se ha multiplicado las sectas satánicas, que


escuchan la música de heavy metal de Alice Cooper (nombre de una
bruja quemada por la inquisición), Ozzy Ousbore (el barón de
Satanás), Marilyn Manson (el papa negro), Glen Benton (el canciller
del infierno), kizz que en inglés que significa: Reyes Al Servicio de
Satanás), Black Sabbath (sábado Negro), AC-DC (Anti- Cristo-
Muerte de Cristo). Algunos ex miembros de estas sectas han
confesado que los bautismos se hacen con orines de cabra,
sacrifican bebés sin bautizar, o animales como perros, gatos y
gallinas; destrucción de lápidas en los cementerios, crucifijos o
descabezamientos de imágenes de la Virgen; hacen orgías
bisexuales o tienen relaciones sexuales con los muertos (necrofilia)
bajo el efecto de la droga y el licor, actos sacrílegos como la
profanación de la hostia consagrada, el robo de cálices, cupones y
custodias en los templos, a veces el asesinato de sacerdotes y el
suicidio en homenaje de Satanás. En sus ceremonias se destaca
beber sangre de infantes o de animales, sus ornamentos son una
sotana negra con una capucha roja, en el altar se coloca el cuerpo
de una mujer desnuda, utilizan el signo del pentagrama (estrella de
cinco puntas), campanas, velas negras, un sable entre otros
utensilios.
EL ANTICRISTO Y SU DERROTA FINAL

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO GENERAL

Para muchos pastores fundamentalistas, este panorama actual es el


presagio del advenimiento del reinado del “Anti- Cristo” (del griego
anti, frente a, contra, y Khristós, Cristo). No obstante, en las
Sagradas Escrituras este apelativo no hace referencia a un
personaje en particular; si no a todo aquel que se opone a Dios y su
religión (1 Juan 2,18.22; 4,3; 2 Juan 7). En la historia universal ha
habido muchos “Anti- Cristo” que se han destacado por sus
crímenes contra la humanidad (Salmo 7,14-16); de hecho, el mismo
Redentor llegó a decir que “los hijos de las tinieblas son más astutos
que los hijos de la luz” (Lucas 16,8); como por ejemplo: Calígula,
Nerón, Atila, Napoleón, Hitler, Stalin, Mao Ste Tung, Pol Pot, Idi
Amín, Saddam Hussein, Osama Bin Laden entre muchos otros. Sus
vidas y sus actos son propios de “las obras de las tinieblas”
(Romanos 13,12), porque “La mala hierba son los seguidores del
Maligno” (Mateo 13,38), que “siguen la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora
opera en los hijos de la desobediencia” (Efesios 2,2).

Algunos hombres dedicados al mal han llegado hacer trato con el


Ángel rebelde. Según una “revelación personal” a la mística y
estigmatizada Martha Robin, Adolfo Hitler firmó un pacto satánico,
que incluía esta clausura: “Dame al pueblo judío y yo te daré
poderío”; hay que anotar que más de seis millones de judíos
murieron en los campos de exterminio nazi. Ahora bien, el pacto
duró al parecer más de diez años. Fue quebrado, el 8 de diciembre
de 1942, cuando el papa Pío XII consagró el género humano al
Corazón Inmaculado de María. La fecha coincide, aproximadamente,
con la derrota alemana en Stalingrado, dos meses más tarde, en
febrero de 1943.

II. EL ANTICRISTO EN EL JUDAISMO

En lo que respecta a la literatura judaica, sólo son referencias sin


mención del Anticristo en el testamento de Leví, donde Dios lucha
contra las fuerzas del mal. Claro está, que en el Antiguo Testamento
se considera a dos personajes como verdaderos “hijos de Satán”:

Jezabel, princesa de Tiro y esposa de Ajab el rey de Israel (siglo IX


a.C.), quien introdujo en el país el culto de Baal e hizo traer cientos
de sacerdotes y falsos profetas de su tierra. Ella mató a los profetas
de Dios (1 Reyes 18,4) y los remplazó con los profetas de Baal en
Sidón. Persiguió con saña a Elías quien desafió a los sacerdotes
idolatras en el monte Carmelo. Cuando la rebelión de general Jehú
puso fin a la casa de Ajab, unos eunucos a las órdenes de aquél
arrojaron a Jezabel por una ventada, siendo aplastada por los
cascos del caballo del valiente general judío y comida por los perros.
Sólo se encontraron el cráneo, los pies y las palmas de sus manos.

Antíoco IV Epífanes, quien se empeñó en helenizar a los hebreos,


prohibiendo la observancia del sábado, mandando a matar a las
mujeres que habían circuncidado a sus hijos, incautó y quemó todos
los ejemplares de las Sagradas Escrituras, ordenó además erigir
altares paganos por todas partes y sacrificando cerdos en ellos. El
agravio mayor fue que construyó un altar llamado de “la
abominación de la desolación” al dios griego Zeus, en el Templo de
Jerusalén sobre el sitio de los holocaustos. Todo esto provocó la
insurrección de Judas, apodado el “Martillo” o “Macabeo” en
compañía de sus hermanos (167 a.C.). El 15 de diciembre del año
164, vuelve a establecerse el culto en el Santuario (la fiesta judía de
la Dedicación, conmemora este acontecimiento). Finalmente, se
sabe que este rey griego se recluyó en Persia y murió loco.
III. EL ANTICRISTO EN EL ISLAM

Para la tradición islámica el Anticristo es una figura malvada al que


se le denomina Dajjal (o la Bestia), es de color rojo, con cabellos
rizados, tiene una garganta enorme, un solo ojo sobre la frente,
lleva escrito en ella el nombre Kafir (infiel), y es un gran tentador.
Se presentará cabalgando en un asno tan grande como él, dominará
a su antojo a todas las criaturas de la tierra, sin importarle la
religión que sigan. Sin embargo, este reinado sólo durará cuarenta
días, ya que descenderá de los cielos Jesús y vendrá acompañado
con el Mahdi (el guiado por Dios), ambos le mostrarán el sello del
profeta y la Bestia perderá su fuerza.

IV.DIVERSOS TESTIMONIOS SOBRE LA LLEGADA DEL


ANTICRISTO

Para San Pablo, el “hombre malvado” que se hace pasar por Dios,
está por Venir (2 Tesalonicenses 2,3-4); “llegará con mucho poder,
y con señales y milagros” (9; Apocalipsis 13,11-18); Con la sabiduría
“del diablo mismo” (Santiago 3,15). Porque “el espíritu dice
claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la
fe, siguiendo a espíritus engañadores y enseñanzas que vienen de
los demonios” (1 Timoteo 4,1).

Otras declaraciones sobre el particular las encontramos en:

Origenes (+254): “Un rey surgirá de Siria, nacido de un espíritu


maligno, el trastornador y destructor de la raza humana (el
Anticristo)…Será un profeta de mentiras; se constituirá y se
proclamará Dios y se le dará poder para lograr señales y prodigios lo
que tentará a los hombres para adorarlo”.

San Hilario (+367): “El Anticristo enseñará que Cristo era un


impostor y que no era el verdadero Hijo de Dios”.

San Juan Crisóstomo (+407): “El mundo será infiel y degenerado


después del nacimiento del Anticristo. El Anticristo será poseído por
Satanás y será hijo ilegítimo de una mujer judía del Oriente”.

San Agustín (+431): “El reino del Anticristo atacará a la Iglesia


ferozmente, aunque por corto tiempo, antes de que el juicio final de
Dios introduzca el reino eterno de los santos”.

San Juan Damasceno (+750): “Se conocerá como Anticristo a aquél


que vendrá cerca del fin del mundo. Su madre proclamará que le dio
a luz manteniéndose virgen. Reinará de Océano a Océano. El
Anticristo será un niño ilegítimo, bajo el poder completo de
Satanás”.

Santa Hidelgard (+1179): “El hijo de la corrupción y la ruina


aparecerá y reinará sólo un corto tiempo, hacia el fin de los días de
la duración del mundo…No será el mismo Satanás, sino un ser
humano igual y parecido al demonio por su horripilante atrocidad.
Su madre, una mujer depravada, poseída por el demonio, vivirá
como prostituta en el desierto…Sostendrá que Dios le presentó su
hijo de manera sobrenatural, como el Niño de la Santísima Virgen.
Entonces, será venerada como santa por aquéllos que se dejan
engañar”.

Santa Brígida de Suecia (+1373): “El tiempo del Anticristo se


acercará cuando rebase la medida de la injusticia y cuando la
maldad haya llegado a inmensas proporciones, cuando los cristianos
amen la herejía y los inicuos pisoteen a los siervos de Dios. El
Anticristo nacerá a fines de esa época. Como Cristo nació del tipo de
mujer más elevada (Virgen), así el Anticristo nacerá del más bajo
(prostituta). Será un niño prodigio desde su nacimiento. Su madre
será una mujer maldita que fingirá saber mucho de cosas
espirituales y su padre será un hombre maldito, de cuya semilla el
demonio formará su obra…Reinará durante tres años y dominará el
mundo entero”.
V. LA TEOLOGÍA CATÓLICA

Por otra parte, en la teología católica el vencimiento del Príncipe de


las Tinieblas es triple:

Cuando por castigo de su primer pecado, cayó del cielo como un


rayo (Lucas 10,18).

Su férreo dominio del mundo, es quebrantado por la muerte


salvadora de Cristo en la cruz; derrotando al Diablo que tenía poder
para matar (Hebreos 2,14). Jesús ha vencido al mundo (Juan
16,33). Su resurrección es también la garantía de la victoria sobre
todo mal (Mateo 28,18). Ante su nombre se dobla toda rodilla de los
ángeles, los hombres, y los demonios (Filipenses 2,10).

“El Dios de la paz aplastará pronto a Satanás” (Romanos 16,20), y al


“hombre malvado” “el Señor Jesús matará con su boca y destruirá
cuando regrese con todo su esplendor” (2 Tesalonicenses 2,8); en
compañía de “miles y miles de sus ángeles” (Judas 14), entonces
serán juzgados los demonios y los impíos (Isaías 24,21-22; Mateo
25,41), y será derrotada “las milicias del demonio” (1 Corintios
15,24). Porque “Por medio de Cristo, Dios venció a los seres
espirituales que Tienen poder y autoridad, y los humilló
públicamente llevándolos como prisioneros en su desfile victorioso”
(Colosenses 2,15). “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el
lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y
serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”
(Apocalipsis 20,10).
LOS DIEZ MANDAMIENTOS CONTRA EL DIABLO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El cardenal Dionigi Tettamanzi, arzobispo de Génova (Italia),


imprimió una carta pastoral en la que enumera los “diez
mandamientos” para defenderse del Tentador.

I. No olvides que el Diablo existe, porque su primera mentira es


hacernos creer que no existe.

II. No olvides que el Diablo es un tentador. No te consideres ni


exento ni invulnerable.

III. No olvides que el Diablo es sumamente inteligente y astuto.


Logra su insidia siendo fascinante, como lo hizo con el primer
hombre.

IV. Sé vigilante: con los ojos y el corazón. Y sé fuerte: es espíritu y


virtud.

V. Cree firmemente en la victoria de Cristo sobre el Tentador, pues


esto te hará seguro e imperturbable incluso ante la agresión más
violenta que se desate contra ti.

VI. Recuerda que Cristo te hace partícipe de su victoria.

VII. Continúa escuchando la Palabra de Dios.

VIII. Sé humilde y ama la mortificación.

IX. Reza siempre, sin cansarte, para que superes la tentación.


X. Adora al Señor tu Dios y solamente a El ríndele culto.

FRASES CÉLEBRES CONTRA LOS DEMONIOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Si Dios está con nosotros, quién contra nosotros.


San Pablo (Romanos 8,31).

No creer en el Demonio, es como no creer en el evangelio.


Papa Juan Pablo II.

El Diablo puede refugiarse de su elemento favorito, el anonimato.


Papa Benedicto XVI.

El Demonio vende bien pero paga mal.


Papa Francisco.

El Demonio presenta al hombre el pecado siempre disfrazado y


camuflado, se esconde, porque su aspecto es horrible, y si se lo
vieran, todos huirían de él asustados.
San Juan Crisóstomo.

El Demonio no se atreve a acercarse en una casa donde mora el


Evangelio.
San Juan Crisóstomo.

El que se aparta de Cristo, es presa fácil de las garras del Maligno.


San Agustín (Véase 1 Juan 3,10).

El hombre se hace hijo del Diablo en cuanto más lo imita pecando.


San Agustín (Véase Lucas 11,23).
El Demonio es como un furioso perro encadenado que ladra y acosa,
pero que solo hace daño a quien se le acerca demasiado.
San Agustín.
Si el Diablo por iniciativa propia pudiera hacer algo, no quedaría un
ser viviente sobre la tierra.
San Agustín.

El que se aparte de Cristo, es alimento del Diablo.


San Agustín.

Con el Diablo y sus ángeles caídos no hay amistad posible.


San Agustín.

El Demonio no hace no sentir vergüenza de nuestros pecados, y


vergüenza de confesarlos.
San Agustín.

El dinero es el estiércol de Demonio.


San Agustín.

Trabaja en algo para que el diablo te encuentre siempre ocupado.


San Jerónimo.

Quien se divierte con el Demonio no puede gozar con Cristo.


San Pedro Crisólogo.

El Demonio puede hacer mal al hombre, pero dentro de los límites


permitidos por Dios.
Santo Tomás de Aquino (Véase 1 Corintios 10,13; Mateo 6,13;
Judith 8,25-27).

Es tanta la crueldad del Demonio por los hombres, que nos mataría
de una sola dentellada, sino nos defendiera la providencia divina.
San Buenaventura.
La caída de los demonios será reparada por los castos en el cielo.
San Buenaventura.
La estrategia del Demonio con respecto al pecado, es mantenernos
con los ojos vendados mientras vivimos, y quitarnos la venda a la
hora de la muerte.
Santa Catalina de Siena.

Desenmascarar al Demonio es vencerlo.


San Ignacio de Loyola.

Todo cristiano sabe que el príncipe de este mundo, que ha venido a


tentar a Jesús en el desierto, no dejará reposar a sus discípulos,
sobre todo a los mejores.
Cardenal Charles Journet.

El Diablo anclado por siempre en el mal, hace del mal su propia


perfección.
Busset.

Los exorcistas no le tienen miedo al Demonio, es el Demonio el que


tiene temor a quienes viven en unión con Dios.
P. Gabriel Amorth.
Sacerdote exorcista.

Un sacerdote que tiene miedo de las represarías del Diablo, es como


un pastor que tiene miedo del lobo.
P. Gabriel Amorth.

Una vida en gracia de Dios es una vida libre de ataduras del


Demonio.
P. Gabriel Amorth.

La mayor astucia del Diablo es la de hacernos creer que no existe.


Charles Pierre Baudelaire.
Si el oficio de Dios es el de perdonar, el de Satanás es el de tentar a
los hombres.
Heinrich Heine.

Como el perro huye del palo con el que se la pegado, así el Demonio
aborrece la cruz de Cristo.
Tireo.

El primer engaño del Diablo es su incógnita.


De Rougemont.

Dios ha desaparecido, pero el Diablo sigue ahí.


André Malraux.

Los sacerdotes casi nunca usan su poder de exorcistas, porque les


falta fe, y temen disgustar al Demonio.
León Bloy.

El que no le reza a Dios le reza al Diablo.


León Bloy.

La religión católica, es la única entre las demás, que tiene un poder


supremo contra las fuerzas infernales.
Brognolo.

Al Demonio no lo podemos conocer porque su origen no es humano


sino angelical.
Juan Pablo Forner.
RELIGIÓN

1. LA RELIGIÓN EN EL HOMBRE.
2. CUANDO EL HOMBRE LE DA LA ESPALDA A DIOS: DIFERENTES
CORRRIENTES Y PENSAMIENTOS.
3. LA NUEVA ERA: RELIGIÓN NEO PAGANA DEL SIGLO XXI.
4. LA REENCARNACIÓN: VERDAD O MITO.
5. ¿POR QUÉ LA IGLESIA CATÓLICA CONDENA LA BRUJERÍA?
6. CUANDO LA FE EN CRISTO ES PUESTA A PRUEBA.
7. CUANDO EL ISLAM ATACA AL CRISTIANISMO.
LA RELIGIÓN EN EL HOMBRE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO GENERAL

La palabra Religión proviene del latín “Religare” y quiere decir


‘unir” o “atar” al hombre, como criatura creada; con Dios, como Ser
creador y supremo. En las primeras civilizaciones, culturas y pueblos
los elementos de la naturaleza como el sol, la luna, las montañas,
lagunas y ciertos animales eran considerados como sagrados.
Igualmente, se conservan restos de altares, monumentos y datos
sobre honras fúnebres en homenaje a sus muertos.

II. RELIGIONES MONOTEÍSTAS Y POLITEÍSTAS

El primer grupo es la religión revelada que cree en un solo y


verdadero Dios representado en el Judaísmo (4.000 años atrás) en
Irak; el Cristianismo (siglo primero de nuestra era) en Israel; y el
Islam (siglo VI d.C.) en Arabia Saudita. El segundo grupo, son las
religiones naturales que creen en varios dioses mitológicos y
legendarios corno el Animismo (20.000 años atrás) de los pueblos
ancestrales de Africa, Asia, Oceanía, Australia y las regiones
selváticas; el Hinduismo (3.500 años atrás) en la India; el
Zoroastrismo (3.000 a.C.) de la antigua Persia (Hoy Irán); el
Budismo (2.500 a.C.) en el Nepal y el Sintoísmo (siglo VI d.C.) del
Japón.
III. COSAS EN COMÚN

Para que se cumpla una religión en un plano general, son necesarias


tres instancias:

1. La existencia de un Dios o dioses a quien adorar

2. La realización de un sacrificio en su honor como lo sangre de


animales, frutas, oro e incluso en la antigüedad víctimas
humanas como doncellas vírgenes y niños.

3. En toda sociedad, grupo, clan o tribu siempre ha habido una


persona encargada de realizar oraciones y ofrendas en
representación de los creyentes, que bien pueden llamarse:
rabino para los judíos, sacerdote para los católicos, pastor o
reverendo para los protestantes, imán para los islámicos,
brahmán o gurú para los hindúes, bonzo para los budistas, o
brujo, hechicero, curandero, chaman o zipa para los animistas.

Cada religión llama a sus deidades con nombres propios como en el


caso de la trinidad hindú, que son: Brahma (dios creador), Visnú
(dios del amor) y Shiva (diosa de la guerra); Mazda (dios del bien) y
Arimán (dios del mal) en el Zoroastrismo; o Buda (el iluminado)
para el budismo. Ya en cuanto a las monoteístas los judíos en la
antigua alianza le daban el nombre de Yahvé (El que es) (Éxodo 3,
14); los cristianos en la nueva alianza le dicen Abba (Padre Nuestro)
(Mateo 6,9); y los islámicos lo invocan con el nombre de Alá (el
Misericordioso). Del mismo modo, todas tienen un fundador,
enviado o profeta como Krisna en el hinduismo; Zaratustra en el
Zoroastrismo; el príncipe Shidarta para el budismo; el emperador del
Japón (llamado como el hijo del sol), en el Sintoísmo; Abraham y
Moisés en el judaísmo; Jesucristo para el cristianismo; y Mahoma en
el Islam. También tienen un libro sagrado como los textos Vedas
(conocimiento) en el hinduismo; el Avesta, del zoroastrismo; el
Mantra (herramienta para la meditación) en el budismo; la Torá (ley
mosaica) y el Talmud (ley escrita) para los judíos; la Biblia (palabra
de Dios) para los cristianos; y el Corán (versos sagrados) en el
Islam. Hay lugares de culto para las religiones monoteístas como:
las sinagogas para los judíos, iglesias o templos para los cristianos y
mezquitas para los musulmanes. También tienen un día sagrado: el
viernes para los musulmanes, el sábado para los judíos y el domingo
para los cristianos. Además de sus propios calendarios,
mandamientos, santuarios, ritos, normas y fiestas religiosas.
IV. DATOS ESTADÍSTICOS

Un estudio reciente revela que el 70% de la población mundial


afirma pertenecer a alguna de las 9.900 religiones existentes. El
mismo informe también indica que los creyentes se agrupan
principalmente en cinco grandes grupos: Hinduismo, Budismo,
Judaísmo, Cristianismo e Islam. Así por ejemplo, de los 7.400
millones de habitantes que tiene la Tierra, 1.100 millones se
declaran ateos, agnósticos o sin religión; 1.600 millones son
islámicos; 1.300 millones son católicos, otros 1.104 millones de
diferentes denominaciones cristianas, divididos entre: 350 millones
de ortodoxos, 426 millones de iglesias protestantes tradicionalistas,
entre ellos 88 millones de anglicanos y 75 millones de evangélicos
luteranos, 612 millones de congregaciones carismáticas y
pentecostales, las sectas cristianas como mormones, adventistas del
séptimo día, testigos de Jehová y otros suman 35 millones; 1.000
millones de Hinduistas; 500 millones de budistas; 100 millones de
animistas; 100 millones de sintoístas; 14 millones de judíos entre
otros.
V. LA RELIGIÓN VERDADERA

La única religión plenamente aceptado por el Altísimo es el


cristianismo que abarca el “nuevo pueblo de Dios” (1 Pedro 2,9 -
10); por la muerte de Cristo en la cruz (1 Corintios 1,18).
Históricamente se inicia veintiún siglos atrás, cuando el Hijo de Dios
funda la Iglesia Católico (Universal), en la persona del apóstol Pedro
(roca) (Mateo 16, 16-18; Lucas 22,32; Juan 21, 15-17); tradición
que se ha mantenido hasta nuestros días con el Papa Francisco.
VI. CISMA Y DIVISIONES

Hay que anotar que el cristianismo que tiene a Jesús como cabeza
(Colosenses 1,18); su cuerpo conformado por los hombres, ha sido
fracturado con el transcurso de los siglos (1 Corintios 11, 19). Es así
como en el siglo VI a raíz de la declaración del concilio de
Calcedonia, varias iglesias cristianas de oriente como la Sirio-
Jacobita, la Armenia, la copta y los abisinios se alejaron de la Iglesia
Romana. Posteriormente, se separó la Iglesia Ortodoxa (considerada
como hermana de la católica), en Constantinopla (Turquía) en el
siglo XI, por cuestiones tanto políticas como teológicas. Más tarde,
en el siglo XVI en Europa con la reforma protestante, Martín Lutero
en Alemania formó la Iglesia Evangélica, Juan Calvino en Suiza a
los calvinistas o presbiterianos, y el rey Enrique VIII la Iglesia
Anglicana de Inglaterra y la Episcopal en Estados Unidos. De estas
tres iglesias se han multiplicado las diversas congregaciones como
los metodistas, bautistas, mormones, adventistas, testigos de
Jehová, asamblea de Dios, pentecostales y demás. En total se
estima que existen unas treinta mil confesiones cristianas cada una
interpretando la Biblia de una manera distinta; cumpliéndose así las
palabras de san Agustín: “La división de los cristianos es el triunfo
de Satanás”. Mientras que la católica acepta a un solo Señor
(Jesucristo), una sola fe (en la oración del Credo), y un solo
bautismo (Efesios 4.5), siendo la misma doctrina “que ha sido una
vez dada a los santos” (Judas 3).
VII. LA SALVACIÓN UNIVERSAL

La Iglesia Católica como madre y maestra enseña que todas las


criaturas humanas incluyendo a los no cristianos y ateos de buen
corazón, están llamadas al plan divino por caminos que el Padre
Eterno conoce; pues “Jesucristo se ofreció en sacrificio para que
nuestros pecados sean perdonados, y no sólo los nuestros, sino los
de todo el mundo” (1 Juan 2,2).
CUANDO EL HOMBRE LE DA LA ESPALDA A DIOS:
DIFERENTES CORRRIENTES Y PENSAMIENTOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. EL ATEÍSMO

La palabra “ateísmo” viene del griego “a” (sin) y “theo” (Dios), por
lo tanto equivale a decir “sin Dios”. Al respecto, las Sagradas
Escrituras nos precisan que “los necios piensan que no hay Dios”
(Salmo 14,1; 53,1). Desde el punto de vista de la moral cristiana, el
“ateísmo” le quita al ser humano toda esperanza de una vida eterna
que trascienda después de la muerte.
II. EL AGNOSTICISMO

El término “agnosticismo” procede también del griego “a” (sin) y


“gnosein” (conocimiento). Fue un vocablo creado por 1869 por el
biólogo Thomas Henry Huxley, amigo y seguidor del naturalista
inglés Charles Darwin, autor de la teoría de la “evolución de las
especies”. El término lo extrajo de la inscripción griega “Agnosto
Deo”, al Dios desconocido, visto por el apóstol Pablo en el altar de
un templo en Atenas (Hechos 17,23).

En 1863 escribió que no veía ninguna prueba de que exista un Dios


que “nos ama y nos cuida, como dicen los cristianos”. Para los
agnósticos todo lo que la razón humana no puede entender escapa
de la realidad misma; y como Dios es algo que no tiene ni “principio”
ni “fin”, por lo tanto, no existe. Sobre el particular, otro de los
inspiradores del agnosticismo, Herbert Spencer (1820-1903), llegó a
decir que “Dios viene a ser, una realidad desconocida”. De igual
manera, un agnóstico no está seguro sobre la inmortalidad del alma
humana, la existencia del cielo y del infierno, además no acepta la
Biblia como libro de inspiración divina. Generalmente, creen que una
persona debe encontrar las respuestas a estos interrogantes por si
sola.
III. EL MATERIALISMO

Es cuando la persona sólo piensa en las cosas materiales, para ello


su dios es el dinero, el sexo o los bienes terrenales. En este mismo
sentido, se encuentra también el “relativismo moral”, que es cuando
cada persona se convierte en el propio juez de sus acciones, es
decir, lo que para unos puede ser malo para otros puede ser bueno
(Sofonías 1,12).

IV. CAMPO CIENTÍFICO

EL UNIVERSO: Muchos científicos han negado la participación de


Dios en el origen del universo, y explican que el mismo fue hecho de
un momento a otro por pura casualidad (generación espontánea).
Entre ellos se encuentra el físico británico, Stephen Hawking, quien
asegura en su libro “El Magnifico Diseño” (publicado en septiembre
de 2.010), que el “Big Bang, la gran explosión en el principio del
mundo, fue consecuencia inevitable de las leyes de la física, y no
tuvo nada qué ver con una supuesta intervención divina”.

EL HOMBRE: El ya mencionado naturalista inglés, Charles Darwin,


en su obra “El Origen del Hombre” (1871), propuso la teoría de que
el “hombre” y los “primates” descienden de un mismo antepasado
hace millones de años atrás, llamado el “eslabón perdido”. Cabe
anotar, que hasta la fecha dicho espécimen no ha sido descubierto
por los llamados evolucionistas, y que los supuestos “antecesores
del ser humano” no guardan mayor relación con el “homo sapiens”
(hombre pensante).

V. EL PLANO FILOSÓFICO
Durante el siglo XIX algunos filósofos empezaron a negar
sistemáticamente la existencia de un Ser Supremo, y es así como el
filósofo alemán, Friedrich Nietzsche en 1882 llegó a decir: “¡También
los dioses se descomponen! ¡Dios ha muerto y nosotros somos
quienes lo hemos matado!”. Vale la pena agregar, que este
pensador ateo murió ciego y loco por las consecuencias de la sífilis.
El también filósofo francés, Jea Paul Sartre (1905-1980), agregó: “Si
tuviéramos una prueba válida de la existencia de Dios, nada
cambiaría en nuestra vida”.

VI. CAMPO DE LA PSICOLOGÍA

Para Sigmond Freud (1856-1939), quien fuera el fundador del


psicoanálisis, plateaba el problema del bien y del mal en el ser
humano, con las siguientes palabras: “El mal es inevitable, la meta
final del hombre es la muerte, por consiguiente su única patria y su
única realidad es su vida terrenal; el Diablo y el mal al igual que
Dios y el bien no existen. El hombre está sólo en el universo. No hay
un premio final (cielo), ni tampoco un castigo eterno (infierno).

VII. EL PLANO POLÍTICO

Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels (1820-1895),


proyectaban la visión de Dios y de la religión en un plano
meramente material. Según ellos, Dios era el producto de las
necesidades del hombre, pues necesitaba apoyarse en la esperanza
de un “Ser Superior” para poder soportar los sufrimientos en esta
vida. De aquí surgió la famosa idea de Marx: “La religión es el opio
del pueblo”. Este pensamiento dio origen más tarde al “comunismo”,
como una forma de gobierno ateo e igualitario.

VIII. EL CAMPO MUSICAL


En la década de los años 60 (siglo XX), la población juvenil se vio
influenciada por una serie de factores, como: la anarquía, el sexo
libre, el consumo de drogas fuertes, el movimiento hippie, los punk
(puercos), cuyo lema era “si Dios existe es necesario matarlo,
porque nosotros somos el futuro”, y la música rock. Entre los
principales exponentes se encontraba John Lennon, del grupo los
Beatles, quien en una presentación en público llegó a decir en un
tono presuntuoso: “El cristianismo va a desaparecer…la historia me
dará la razón. Actualmente, somos más famosos que Jesucristo”
(Newsweek, 21 de marzo de 1966). Paradójicamente, este mismo
cantante y compositor fue asesinado el 8 de diciembre de 1980, por
un fans suyo de nombre Mark Chapman, al frente de su casa en la
ciudad de New York.

IX. LA SOCIEDAD MODERNA

“Dios probablemente no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la


vida”. Este es el mensaje que exhibieron 200 autobuses de Londres
(Inglaterra), y otros 600 de distintas partes del país en abril del
2009. Los creadores de la iniciativa dicen que fue una respuesta a la
publicidad religiosa que condena al infierno a los no creyentes. Para
cumplir con las disposiciones de la Autoridad de Normas de
Publicidad de Gran Bretaña, añadieron la palabra “probablemente”,
pues resulta imposible demostrar que Dios no exista. Uno de los
objetivos de la campaña es que más ateos se animen a revelar sus
opiniones sobre el tema.

X. FRASES CÉLEBRES SOBRE EL TEMA


Una parte de la humanidad no cree que Dios existe, y la otra parte,
que El los ama”
Beato. Juan Pablo II.

Dios no existe, para aquellos que no le convenga que exista.


San Agustín.

Al que se aleja de Dios, todo se aleja de él.


San Agustín.

El mundo se muere hoy en día por no ver a Dios.


Paul Bourget.

El que deja de creer en Dios, termina creyendo en cualquier cosa.


Chesterton.

El castigo de vivir sin Dios, consiste en sufrir sin consuelo.


Bougaud.

Si Dios no existe todo está permitido.


Fedor M. Dostoyevski.

Me resulta más fácil creer en un mundo sin creador que es un


creador cargado con todas las contradicciones del mundo.
Simone Ve Bauvoir.

La única disculpa de Dios es que no existe.


Stendhal.

LA NUEVA ERA: RELIGIÓN NEO-PAGANA DEL SIGLO


XXI
AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“A Dios no lo podemos conocer del todo, pero si podemos saber lo


que no es”
San Agustín
(Obispo de Hipona y Doctor de la Iglesia).

I. ORIGEN Y PROPÓSITO

El 3 de febrero del 2003, la Santa Sede dio a conocer un documento


titulado “Una reflexión cristiana sobre la Nueva Era”, en dicho
estudio se plantea la posición oficial de la Iglesia Católica con
respecto a este movimiento científico- religioso que se remontan a la
década de los años sesenta del siglo pasado; haciéndose popular en
gran parte del mundo moderno. Su origen se debió al descontento
de la juventud con la guerra en Vietnam, el movimiento hippie, la
revolución de la Soborna en París y demás problemas sociales de la
época. Sus líderes indujeron a las nuevas generaciones al uso de las
drogas fuertes, el sexo libre, el rock pesado, la anarquía, el ateísmo
y una rebeldía interior a todas los valores religiosos, morales y
culturales establecidos en el judaísmo y el cristianismo. Su ideología
abarca doctrinas extraídas del hinduismo, el budismo, creencias
persas, caldeas, egipcias, el animismo, el panteísmo, la teosofía, el
esoterismo, el ocultismo, la metafísica, el gnosticismo y la
masonería.

El principal objetivo de la Nueva Era es la búsqueda del hombre


como centro del universo, dando origen a un nuevo orden mundial
dominado por una nueva religión. Se trata pues de un
“supermercado” de creencias donde cada cual toma lo que le gusta
y deja lo demás. Esta Forma de pensar ha sido vista como la
Terminación del proceso evolutivo del “Super-Hombre”, propuesto
por el filósofo alemán Friedrich Nietzche.

En resumidas cuentas la “Era Solar” como también se le conoce,


tiene cinco puntos básicos:

 No hay un fundador reconocido particularmente


 No hay un libro sagrado que contenga toda su doctrina
 No hay una estructura jerárquica organizada
 No tiene dogmas o mandamientos fijos
 No tiene un sistema religioso o filosófico propio.

Hay tres etapas a los cuales los de la Nueva Era quieren llevar a
toda la humanidad, de una manera inconsciente:

 “Iglesia Católica no, Cristo sí”. En este primer punto se


pretende desacreditar a la Iglesia Romano y los religiosos, para
llevar al convencimiento de creer solamente en el maestro
Jesús
 “Cristo no, Dios sí”. En esta fase se llega por medio de la
enseñanza en un nuevo dios cósmico
 “Dios no, nueva religión sí”. Se logra con la instalación de
centros de culto donde se practica lo visto anteriormente, para
encontrarse con el “súper- yo”.

Uno de los pilares para lograr tal fin, es cambiar el concepto


teológico de un Dios “creador” y “omnipotente” por un dios
“energía” o “fuerza”; quien se manifiesta en todo el universo como
conjunto (panteísmo), siendo además incapaz de intervenir en los
asuntos humanos. El hombre contemporáneo puede llegar a
conectarse con este “nuevo dios”, no por la gracia divina, sino por
su propio poder interior. Se niega la existencia del bien y del mal, al
igual que el pecado y la virtud. En este sentido reconocen el
principio de las religiones orientales que admiten que todas las
almas son divinas y forman una sola alma universal (Nirvana
budista), además al no existir un Dios supremo toda persona es su
propio juez. Incluso, cada individuo de acuerdo con su
Comportamiento terrenal determinará su próxima reencarnación
(Karma hinduista). Comparar con (Salmo 68,28; Proverbios 15,3;
Isaías 40,28-29; Hebreos 4,13).

II. EL PAPEL DE LA ASTROLOGÍA

La astrología también ha jugado un punto importante en la llamada


“Era de la Luz”, pues se sabe que la historia de la humanidad ha
estado dividido en eras que se hallan regidas por determinadas
constelaciones que coincide con la presesión de los equinoccios, que
ocurre cada 2000 años aproximadamente; así por ejemplo:

BAJO LA INFLUENCIA DE TAURO:(4230 a. C) surgieron los


imperios y las religiones de Mesopotamia, como los persas y los
egipcios; quienes tenían como emblema divino un toro o becerro,
que aparece representado en varias pinturas y estatuidas de ese
tiempo. Además fue el mismo ídolo que los judíos idolatraron en el
desierto del Sinaí (Éxodo 32; Hechos 7,40-41).

BAJO LA INFLUENCIA DE ARIES: (2160 a. C) guió a la religión y


la cultura judaica, representado por la figura de un cordero o un
cabrito; animales propios para el sacrificio a Yahvé (Éxodo 12,5;
Levítico 16,20-22).

BAJO LA INFLUENCIA DE PISCIS: (Desde el siglo I de nuestra


era) símbolo del cristianismo, que se inicia con el nacimiento de
Jesús, identificado por un pez; imagen que se encuentra desde los
inicios del cristianismo en las catacumbas romanas. Esto se debe a
que la palabra “Pez” en griego se escribe ICHTUS, que son las
iniciales de la frase: “Jesús- Cristo- Hombre- Dios- Salvador.

BAJO LA INFLUENCIA DE ACUARIO: (2026 d. C) este


acontecimiento marcará el comienzo de la “Nueva Época”. El signo
del acuario es la mezcla de todas las religiones, pero principalmente
las de Oriente, Asia, África y Oceanía. Será un tiempo de abundancia
en doctrinas esotéricas y en sabidurías humanas (Deuteronomio
18,9-11).
III. LA LLEGADA DEL NUEVO MESÍAS

El plan de la redención humana que se cumple con el sacrificio de


Jesús en la cruz, pasa a un segundo plano. Ya no es considerado
como el “Hijo de Dios”, sino un “Iniciado” o “Maestro Espiritual” con
la misma importancia de “Buda”, “Krishna”, “Zoroastros”, “Mazda”,
“Confucio”, “Mahoma”, “Gurúnanda”, “Narayana”, o “Ghandi”.
Siendo además sus Enseñanzas válidas para todos los hombres
(Teosofía); pues cada mensaje en complementario del otro, hasta
que aparezca finalmente un “Maestro Mundial”, quien encarnará la
divinidad humana en los últimos tiempos. Este “Nuevo Mesías” para
los seguidores de la “Era Solar” se vio identificado cuando en abril
de 1982, se anunció en los veinte periódicos más importantes del
mundo el titular “Cristo ya está aquí”, en la persona de Lord
Maitreya; maestro por encima de todos los demás. Este extraño
personaje asiático residente en Londres, de quien se decía que era
nada menos que el Ungido para los judíos, el quinto Buda de los
budistas, el Lord Krishna de los hindúes y el verdadero Cristo para
los cristianos.

Maitreya es el nombre de una divinidad budista anterior al príncipe


Shirdarta Gautama, el séptimo y último Buda (el iluminado). Incluso,
se aseguraba que este mismo sujeto fue el maestro de Jesús de
Nazaret, quien sólo había sido un Cristo temporal. Ahora que
Maitreya ha llegado, desaparecerán las enfermedades, las
penalidades y todos podrán convertirse en dioses mediante un
procedimiento secreto que él dará a conocer a toda la humanidad
(Comparar con Génesis 3,5). La actriz Shirley Maclane es llamada
como la gran sacerdotisa del movimiento, ella enseña en su propio
programa de televisión sus experiencias extra- dimensiónales y ha
escrito un libro relacionado con lo oculto y con el cosmos espiritual,
también afirma que ha reencarnado nueve veces.

La veneración a la “Virgen María”, lo han relacionado con la antigua


idolatría que se rendía a la “diosa madre”, como Isis en Egipto y
Horus, la Mater Matuta del imperio romano, Kali en el hinduismo; o
también llamada en la Biblia como la “diosa Reina del Cielo”
(Jeremías 7,18; 44, 16-17).
IV. VARIEDAD RELIGIOSA

La Era de Acuario pregona una serie de nuevas técnicas como la


meditación trascendental, el método control mental Silva, la
telepatía, el hipnotismo, el yoga, la gimnasia china, el zen, las
regresiones hipnóticas y la armonía corporal; logrando así la
proyección del “aura” o “cuerpo astral” de cada ser. Del esoterismo
y el misticismo sobre sale la “angeología”, estudio de seres alados
(los ángeles) con diferentes Nombres, que se pueden contactar por
medio de normas que se explican en libros, videos, casetes y
juegos de mesa. No se puede dejar a un lado la “ufología”, estudio
del fenómeno ovni y los extraterrestres, llamados como nuestros
“hermanos mayores” del universo, o los “Elohim”, palabra hebrea
que significa “Dios”.
V. EL MERCADO DE LA ERA DE ACUARIO

Hoy en día es común ver centros de estudios, festivales espirituales,


seminarios, conferencias de los llamados “maestros de la luz”, donde
se enseña la doctrina del movimiento Krishna, powa, reiki, akido,
otaichi, el fenj shui, el shiatzu; acompañado de librerías, almacenes
y centros naturalistas donde se consigue una amplia variedad de
libros y revistas del doctor DeepaK Chopra, como su obra “Las siete
leyes del éxito espiritual”, al igual que Sri Ravi SanKan, otro hindú
de la casta de los brahamanes; ambos recorren el mundo
difundiendo sus costosos métodos de meditación oriental. Otros
temas son los libros del Dalai Lama Como “Los eternos valores
humanos” y “Las religiones del mundo”, el “Libro de los espíritus” de
Allan Kardec, los de J.J. Benítez y Anthony de Mello. Asimismo de
sanación física, macrobiótica, teosofía, superación personal,
parapsicología, alquimia, ocultismo, metafísica de Conny Méndez, el
significado de los sueños, música de relajación (o étnia), artículos
traídos de Egipto, Israel, Filipinas y la India. Incensarios para
aromatizar el ambiente, collares, anillos, bolas de cristal, velas de
diferentes colores y magia blanca, candelabros hebreos, esencias de
diferentes plantas, lectura del tarot, quiromancia (lectura de la
mano) y numerología, es decir, la influencia de los números en la
vida de las personas o el horóscopo de Walter Mercado. (Compara
con Salmo 94,11; Proverbios 14,15; Daniel 12,4; Romanos 10,2-3;
1 Corintios 3,18; Efesios 4,17-18; 1 Tesalonicenses 5,20-21; 1
Timoteo 6,20-21; 2 Timoteo 3,7-8; Tito 1,16; Hebreos 5,11-12; 1
Juan 4,1).

VI. LA MEDICINA DE LA ERA DE LA LUZ

En el campo de la “Medicina Alternativa”, según los bioenergéticos el


cuerpo humano tiene receptores para cada tipo de energía que
recibe el nombre de “Chacras”, que son meridianos o puntos
específicos para cada parte del cuerpo; para lograr sus estímulos se
cuenta con la homeopatía (Medicina con plantas), la acupuntura
china, a electroacupuntura, que emplea un aparato llamado
“dermatrón”, la utilización de cuarzos, cristales, agujas, pirámides,
la cruz de Caravaca, Budas, el ángel solar dorado, la estrella de
David, la espada del ángel San Gabriel, el dragón rojo, el unicornio
de bronce celta o pulseras de plata y oro. La fonoterapia, o sea el
empleo de frecuencias acústicas emitidas por instrumentos
mecánicos o electrónicos, que sirven para purificar las vibraciones
negativas; La mesoterapia, masajes terapéuticos combinados con
meditación y secciones de hipnosis, la cromoterapia, o manejo
psicológico de los colores, que ayudan a fortalecer el sistema
nervioso y psíquico, la campanología, es decir, el arte curativo del
sonido de las campanas; Como las tibetanas, egipcias y Bizantinas;
bien sea de oro para curar el cáncer y de plata para la migraña; o
también la aromaterapia, utilización de los aromas naturales para
mejorar la salud, el bienestar y la paz en el hombre cósmico.
VII. CONCLUSIÓN FINAL

Ante todo este panorama tan variado y peligroso para la fe del


creyente, lo único que nos resta; es pedir con fervor la misma
súplica que hiciera siglos atrás el salmista: “Señor, muéstrame tus
caminos; guíame por tus senderos;...encamíname en tu verdad”
(Salmo 25,4-5).

LA REENCARNACIÓN: VERDAD O MITO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“Al morir...nacemos para la vida eterna”.


San Francisco de Asís
Religioso –fundador de la orden de los frailes menores.
I. LAS RELIGIONES ORIENTALES

EL HINDUISMO: Para esta religión de la India la reencarnación


tiene su origen en los textos sagrados Vedas (Conocimiento), que
aparecieron entre los años 800 al 500 a.C., aquí se enseña que con
la muerte sólo desaparece el organismo, mientras que el alma
(Atman), vive muchas vidas en diferentes cuerpos hasta completar
la liberación de su ser (Moksha), por medio de un proceso de
nacimiento, muerte y reencarnación (Samsara); la meta final
consiste en romper dicho ciclo y llegar a estar eternamente en la
presencia de Brahma, el “Espíritu Universal” o el “Océano Divino”;
Del que surgieron todos los seres y al que deben retornar.

La reencarnación va íntimamente ligada al “Karma” de cada persona


(la palabra Karma tiene dos significados: “acción” y “los resultados
buenos o malos de toda actividad física o mental”); y en tal caso, la
existencia futura del Atman está predestinada por el
comportamiento de toda su vida terrenal, la que será favorable o
miserable; ya que el Karma opera de una manera implacable con las
personas que se dedican al mal, teniendo como castigo el renacer
en algún animal inferior, planta o cosa. Del mismo modo, la ley del
Karma es independiente del tiempo y el espacio; y por eso, nada
tiene Que ver que un individuo necesite trescientos o tres mil años
de aprendizaje para evolucionar completamente.

Para la religión de los “mil dioses” los méritos propios de cada


persona, pueden tener su recompensa con el renacimiento de
Alguna de sus divinidades, como es el caso de Shankara, filósofo,
místico y poeta hindú; quien por su grado de santidad se le veía
como la personificación viva de la diosa Shiva. Igualmente, en el
Ramayana, poema épico de la literatura india, se narra que su héroe
el príncipe Rama, era la reencarnación del dios Visnú.

EL BUDISMO: Sus creencias religiosas se inician con la aceptación


del proceso de cambio (samsara), las personas mueren y renacen
en uno de los seis reinos de la existencia universal, descritos en la
rueda budista de la vida; entre ellos el cielo y el infierno, estados
imperfectos en los que la reencarnación depende de los progresos
que se haya hecho allí. Por último, todos los seres humanos irán al
reino “sin muerte” llamado “Nirvana”. La palabra Nirvana tiene su
origen en el sánscrito y quiere decir “extinción”, bien sea de las
pasiones, de los errores y demás defectos propios; lo que trae como
resultado final el colmen de la iluminación, la serenidad y
tranquilidad sin limites. Por lo tanto, quien llega al Nirvana ha
vencido a la muerte y el dolor físico.

Los budistas afirman que todos los individuos se reencarnarán varias


veces antes del alcanzar el Nirvana, llamado también el “Gran
Todo”; pero sólo los seres iluminados o “Budas” pueden recordar
sus vidas pasadas; como su fundador, el príncipe Sidharta Gautama
(2500 a.C.), quien decía tener recuerdos de mil vidas anteriores.
Asimismo, los Lamas Tibetanos plenamente realizados (o Tulkus),
pueden escoger las circunstancias de su próxima reencarnación, e
incluso indicar el lugar exacto donde renacerán, en el cuerpo de un
infante que nazca en ese preciso momento, y que deberá ser
cuidadosamente buscado unos ocho años después por los monjes,
gracias a determinadas señales y diversas pruebas de
reconocimiento. El caso más conocido es el de su gran líder el Dalai
Lama (Océano de Sabiduría), cuyo espíritu ha renacido catorce
veces hasta llegar al actual, Tenzin Gyatso (1935 - ).

LA SOCIEDAD TEOSÓFICA: Fundada en 1875 por la rusa Elena


Blavatsky, en compañía de varios masones de Estados Unidos, y
algunos espiritistas. Esta secta de lo oculto y lo secreto pregona
que cada uno va experimentando progresivas reencarnaciones Hasta
llegar a ser un dios o “Mahatma”; con la misión de gobernar todo el
universo. Para llegar a esta meta tiene que pasar varios Siglos,
como le sucedió a su fundadora, quien aseguraba haber pasado por
32 reencarnaciones durante 72000 años.
II. EL CULTO A LOS MUERTOS

La doctrina que predica la existencia del cielo y el infierno como


moradas eternas para el alma humana después de esta vida, es un
hecho más constante y generalizado en la historia universal. Así lo
demuestra las antiguas culturas como los babilonios, asirios y
egipcios; quienes levantaron templos y pirámides destinadas a sus
reyes y faraones para estar más cerca de ellos, y que luego
despertarían en el más allá.

Por otra parte, para las religiones monoteístas como el judaísmo, las
ofrendas a favor de los muertos son base de su fe; como lo constata
la lectura del Machsor, libro de oraciones para los días sagrados del
Yom Kipuer (La fiesta del perdón). También las iglesias primitivas
cristianas, a la cabeza con la Católica, los Ortodoxos Griegos y
Rusos, los Arrianos, Nestorianos y Eutiquianos; conservaron en sus
liturgias la costumbre de pedir por las almas de los fieles difuntos.
Mientras que para el Islam esta práctica esta consignada en el libro
del Corán.

III. EL PUNTO DE VISTA BÍBLICO

Los reencarnacioncitas argumentan sus enseñanzas con las


Sagradas Escrituras. Según ellos, se encuentran al menos unas 600
citas para testificar lo dicho, siendo las más importantes el
encuentro de Jesús con Nicodemo, cuando le dice: “En verdad, en
verdad te digo que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino
de Dios” (Juan 3,3); a lo que los exegetas y teólogos aclaran, que el
Mesías está haciendo referencia al sacramento del bautismo, que
nos hace “volver a nacer por el agua y el espíritu”(5-7). Así también
cuando se dice que Juan el Bautista era el profeta Elías
(reencarnado), que “ha venido ya” (Mateo 11,14; 17,12); se da a
entender que la fuerza del profeta recae en la misión del Bautista,
quien fue el precursor de la primera venida de Cristo, y Elías lo será
de la segunda (Parusía). De Igual manera cuando Juan es
Interrogado por una comisión del Sanedrín, si era realmente Elías,
éste responde categóricamente “no lo soy” (Juan 1,21). Sin
embargo, se había predicho que Juan Bautista precedería al Mesías
“con el espíritu y el poder de Elías” (Lucas 1,17; Malaquías 4, 5-6;
Eclesiástico 48,10). Además el antiguo profeta de Israel se hace
visible al lado de Moisés en la transfiguración en el monte Tabor
(17,1-9).

La Revelación Divina también nos dice que “está establecido que los
hombres mueran una sola vez” (Hebreos 9,27); “De manera que
cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí “(Romanos 14,12).
Con la muerte, “el polvo (o poéticamente ‘el cuerpo’) vuelve a la
tierra como vino de ella, y el espíritu a Dios, que lo ha dado”
(Eclesiastés 12,7). “Sólo aquel que peque morirá. Ni el hijo ha de
pagar por los pecados del padre, ni el padre por los pecados del
hijo” (Ezequiel 18,20). “Porque todos tienen que presentarnos ante
el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le
corresponde, según lo bueno y lo malo que haya hecho mientras
estaba en el cuerpo” (2 Corintios 5,10); además la resurrección del
Salvador, y las realizadas por él, son La prueba de que cada alma
fue creada para un cuerpo humano ((1 Corintios 15,12-57). El
apóstol Pablo agrega que al final de los tiempos habrá resurrección
tanto de “buenos” como de “malos” (Hechos 24,15); que serán
juzgados ante el tribunal supremo del Hijo de Dios (Mateo 25,31-46;
Juan 6,40; Hechos 17,31; Apocalipsis 20,11-15).
IV. EL CONTEXTO TEOLÓGICO

La reencarnación presenta varias lagunas difíciles de explicar:

- No puede definir con claridad en qué momento el alma humana


empieza a existir
- No se sabe cuántas vidas tienen que experimentar
- No se determina cuánto tiempo tiene que pasar entre una
reencarnación y la otra - No está establecido cuánto tiempo dura
todo este proceso de nacer, morir y renacer hasta alcanzar el ciclo
final
- No presenta una explicación lógica al origen del mal, pues si
solamente los buenos o los menos buenos reencarnan en seres
humanos; los malos que renacen en seres inferiores, tendrán una
desventaja al no tener conciencia de sus errores pasados.

Por otra parte, la Iglesia Católica desde sus raíces históricas siempre
negó la reencarnación como un hecho real, y con la sola excepción
de Orígenes (s. III), quien dudó si sería posible que se admitiera en
el cristianismo; los demás Padres de la Iglesia como San Agustín,
Tertuliano o San Jerónimo; la rechazaron tajantemente. Además el
emperador Justiniano I fue uno de los principales enemigos de la
misma, en el II concilio de Constantinopla en el siglo VI. La
reencarnación fue definitivamente condenada por el magisterio
eclesiástico en 1917, bajo el pontificado de Benedicto XV.

V. LAS PRUEBAS CIENTÍFICAS

En estos últimos años se han hecho famoso en el mundo entero, las


experiencias médicas de algunos psicoterapeutas, parapsicólogos y
siquiatras como el doctor Brian Weiss; autor de varios libros sobre
este tema, quien sostiene que es posible que con las llamadas
“regresiones hipnóticas”, los seres humanos puedan viajar por el
pasado experimentando diferentes situaciones de otras vidas. Es
importante aclarar que este método no es capas de demostrar
científicamente la existencia de la reencarnación, pues muchos de
los testimonios han sido imprecisos, incorrectos, no se ajustan a la
realidad de los hechos; varios pacientes coinciden en haber sido un
personaje importante como “Cleopatra” o “Napoleón”. También
influye de manera especial fenómenos de percepción extra-
sensorial, telepatía, clarividencia o simplemente el terapeuta es
quien induce a la persona a recrear una serie de situaciones irreales,
sugeridas o predispuestas. Del mismo modo, se pone de manifiesto
que solamente un 40% de los individuos sometidos a esta prueba
resultan positivos.

Para muchos expertos este método tiene la misma fiabilidad que los
sueños, ya que ambos son elaborados por nuestras fantasías,
mezcladas con imágenes de momentos reales, de deseos y temores
del subconsciente; que constituye un depósito de Información
mucho mayor del que podamos pensar. Es más, si las
reencarnaciones sucesivas del alma humana fueran ciertas; nuestra
memoria, que junto con la inteligencia y la libre voluntad, son
facultades propias del individuo; sería correcto creer, que todas las
personas en estado de normalidad síquica, sin recurrir a la hipnosis,
deberían recordar perfectamente ciertos instantes de sus anteriores
vidas.

Tampoco es de extrañarse el hecho de que los pacientes empiecen


ha hablar en otros “idiomas”, que a veces son comprensibles pero
con frecuencia no lo son. Como los casos Narrados en el Nuevo
testamento, de los primeros cristianos que hacían uso del “don de
Lenguas”; y a los que el apóstol San Pablo puso un toque de
desconfianza, pues “es preferible decir cinco palabras que se
entiendan, para enseñar a otros, que decir diez mil palabras en
lenguas extrañas” (1 Corintios 14,19).
¿POR QUÉ LA IGLESIA CATÓLICA CONDENA LA
BRUJERÍA?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: El Diccionario Enciclopédico Mentor define el


término “Brujo” como: “Persona que, tiene pacto con el Diablo y,
por medio de éste, hace cosas extraordinarias”. Por su parte, el
Catecismo de la Iglesia Católica considera la brujería, la adivinación,
la hechicería o la magia; como actos contrarios al primer
mandamiento de la ley de Dios (Artículos 2115 al 2117), y todo
aquel individuo que persista en estos ritos, se expone sin duda a
una condenación eterna (Apocalipsis 21,8).

I. EL FUNDAMENTO BÍBLICO
En el Antiguo Testamento Yahvé le advierte al pueblo judío:
“Cuando hayan entrado en el país que el Señor su Dios les va a dar,
no imiten las horribles costumbres de esas naciones. Que nadie de
ustedes ofrezca en sacrificio a su hijo haciéndolo pasar por el fuego,
ni practique la adivinación, ni pretenda predecir el futuro, ni se
dedique a la hechicería, ni a los encantamientos, ni consulte a los
adivinos y a los que invocan espíritus, ni consulten a los muertos.
Porque al Señor le repugnan los que hacen estas cosas”.
(Deuteronomio 18,10-12). La ley mosaica condenaba estas prácticas
con la pena de muerte: “No dejes con vida a ninguna hechicera”
(Éxodo 22,18), “El hombre o la mujer que estén poseídos por un
espíritu, o que practiquen la adivinación, serán muertos a pedradas
y serán responsables de su propia muerte” (Levítico 20,27).

Del mismo modo, el cristiano tiene que tener toda su confianza


depositada en el “Hijo de Dios” (filipenses 4,13). Porque no puede
haber ninguna relación entre “Cristo y el demonio” (2 Corintios
6,15), ni “beber de la copa del Señor, y, a la vez, de la copa de los
demonios; ni pueden sentarse a la mesa del Señor, y a la vez, a la
mesa de los demonios” (1 Corintios 10,21); ya que unos son “hijos
de Dios” mientras que otros son “hijos del diablo” (1 Juan 3,10).

La iglesia primitiva entendió muy bien este mensaje, así lo


encontramos en varios pasajes del libro de los Hechos de los
Apóstoles:

En Samaria había un hombre importante llamado Simón, que había


practicado la brujería, se había hecho bautizar, pero cuando vio
como el Espíritu Santo descendía sobre las personas por medio de la
imposición de las manos de los apóstoles, quiso comprar este don
divino; lo que le valió la reprobación de Pedro (8,9-24).

Cuando Bernabé, Saulo y Juan “llegaron a Pafos, donde encontraron


a un brujo judío llamado Barjesús, el cual era además un mentiroso
que decía hablar de parte de Dios. Este brujo estaba con el
gobernador Sergio Paulo, que era un hombre inteligente. El
gobernador mandó a llamar a Bernabé y a Saulo, porque quería oír
el mensaje de Dios. Pero el brujo, cuyo nombre griego era Elimas,
se les opuso, tratando de impedir que el gobernador creyera.
Entonces Saulo, también llamado Pablo, lleno del Espíritu Santo, lo
miró fijamente y le dijo: -¡Mentiroso, malvado, hijo del diablo, y
enemigo de todo lo bueno! ¿Por qué no dejas de torcer los caminos
rectos del Señor? Ahora el Señor te va a castigar: vas a quedar
ciego, y por algún tiempo no podrás ver la luz del sol.
Inmediatamente Elimas quedó en total oscuridad, y buscaba que
alguien lo llevara de la mano porque estaba ciego. Al ver esto, el
gobernador creyó admirado de las enseñanzas acerca del Señor”.
(13,6-12).

En la ciudad de Macedonia Pablo y Silas encontraron “a una


muchacha poseída por un espíritu de adivinación. Era una esclava
que, adivinando, daba a ganar mucho dinero a sus amos. Esa
muchacha comenzó a seguirnos a Pablo y a nosotros gritando: -
¡Estos hombres son servidores del Dios altísimo, y les anuncian a
ustedes el camino de salvación! Esto hizo durante muchos días,
hasta que Pablo, ya molesto, terminó por volverse y decirle al
espíritu que la poseía: -En el nombre de Jesucristo, te ordeno que
salgas de ella. En aquel mismo momento el espíritu la dejó”. (16,16-
18).

En la ciudad de Efeso “muchos de los que creyeron llegaban


confesando públicamente todo lo malo que antes habían hecho, y
muchos que habían practicado la brujería trajeron los libros y los
quemaron en presencia de todos” (19,19). El precio de los mismos
era de “cincuenta mil monedas de plata”. Una moneda de plata era
el promedio de un día de salario, por lo que el valor de estos libros
era de más de 135 años de sueldo. Los brujos se basaban en las
supersticiones de los efesios para obtener sus ingresos.

II. LAS FUERZAS DEL MAL ENFRENTADAS A LAS


FUERZAS DEL BIEN

Cuando Moisés y Aarón se entrevistaron con el faraón Ramsés II,


ocurrió un hecho sorprendente: “El Señor les dijo a Moisés y Aarón:
-Si el faraón les pide que hagan un milagro, les dirás a Aarón que
tome su bastón y que lo arroje al suelo ante el faraón, para que se
convierta en una serpiente. Moisés y Aarón fueron a ver al faraón, e
hicieron lo que el Señor había ordenado: Aarón arrojó su bastón al
suelo delante del faraón y de sus funcionarios, y el bastón se
convirtió en una serpiente. El faraón, por su parte, mandó llamar a
sus sabios y magos, los cuales con sus artes mágicas hicieron
también lo mismo: cada uno de ellos arrojó su bastón al suelo, y
cada bastón se convirtió en una serpiente. Pero el bastón de Aarón
se comió los bastones de los sabios y magos”. (Éxodo 7, 8-12). La
Biblia se refiere al cayado de Moisés como el “báculo de Dios”
(Éxodo 4,20). Los antiguos egipcios creían que los bastones mágicos
los protegían de los malos espíritus, pero la vara de Moisés era un
símbolo de la autoridad de Yawheh.

Santa Agueda, nació en Catania, y fue una joven mártir (testigo de


Cristo), que pertenecía a una noble y rica familia. Su extraordinaria
belleza llamó la atención del cónsul Quinciano, quien la pidió como
esposa. Pero Agueda le había prometido ya su vida a otro esposo,
Cristo. El cónsul no se dio por vencido y hasta recurrió a la ayuda de
una bruja llamada Afrodisia. La mujer echó mano de todos los filtros
amorosos que la mentalidad popular consideraba eficaces, y
esperaba que la joven se enamorara de su insistente pretendiente.
Pero pronto la pitonisa se vio vencida ante la fe y la pureza de la
santa. El despechado cónsul pasó del amor al odio, primero trató de
amenazarla inútilmente, y luego la hizo torturar quemándola con
carbones ardientes, hacia el año 250 de nuestra era.

En el siglo V, san patricio fue a evangelizar a Irlanda, territorio


dominado por aquel entonces por los Druidas (Sacerdotes de la
religión Celta). Cierta noche de un sábado santo, el obispo
desafiando la prohibición de los falsos sacerdotes prendió una
hoguera que simbolizaba el fuego nuevo de Jesucristo, vencedor de
la muerte y de las tinieblas. El hecho enfureció tanto a los druidas,
que fue hecho prisionero y llevado ante el jefe de esa comarca,
quien pidió una prueba para ver si los dioses celtas eran más
poderosos que el Dios de Patricio. Al conjuro de un druida empezó a
caer una copiosa nevada, seguidamente el santo obispo bendijo los
cuatro puntos cardinales, y al instante la nieve desapareció, y el sol
disipó la oscuridad.
CUANDO LA FE EN CRISTO ES PUESTA A PRUEBA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: El Papa Benedicto XVI declararó en una de sus


homilías: “la Iglesia Católica sabrá superar las pruebas que le
deparan el futuro, igual que resistió en el pasado a las invasiones
musulmanas, a los nazis y al comunismo que quisieron destruir el
catolicismo”. De hecho, el mismo Jesucristo había presagiado “Si a
mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán” (Juan
15,20). A continuación relatamos tres ejemplos que pueden ilustrar
mejor el tema.

I. EL MARTIRIO DEL APÓSTOL PABLO

Uno de las mayores conversiones al cristianismo es la de Pablo de


Tarso. “Saulo, también llamado Pablo”. Saulo (nombre Hebreo), que
ahora se llama Pablo (un nombre romano). Era un judío, pero con
ciudadanía romana también hace parte del mundo de los gentiles.
Este cambio de nombre destaca el papel de “apóstol de las
naciones”, ya que pasó a ser perseguido por la nueva fe de los
llamados “nazarenos” (Hechos 24,5).

Alrededor de dieciséis años después de la muerte de Jesús. Pablo se


encamina en la primera de sus misiones para convertir a judíos y
gentiles al cristianismo. Durante los próximos veinte años, realiza
tres viajes misioneros en todo el Mediterráneo, Medio Oriente y en
Europa, que son narrados por Lucas en su libro. Este insigne apóstol
de Señor siguió las principales rutas comerciales, que van de una
ciudad a otra, ya sea a través del mar o por carretera. Los tres
principales centros de actividades para su misión fueron Antioquía,
Éfeso y Corinto. Su doctrina supone la vida y enseñanza de Cristo,
pero se centra en su obra redentora, su cruz y su resurrección, y en
el Señor presente en la comunidad de creyentes. Traspone el
mensaje evangélico a nuevas categorías culturales, judías y
helenistas.

El mismo en su segunda carta a los fieles de Corinto (11,23-28),


narra a comparación de otros, la gran cantidad de padecimientos
que le ha tocado vivir: “¿Son siervos de Cristo? Yo soy más que
ellos, aunque al decir esto hablo como un loco. Yo he trabajado más
que ellos, me han encarcelado más veces que a ellos, he sido
azotado más que ellos, y muchas veces he estado en peligro de
muerte. En cinco ocasiones los judíos me castigaron con los treinta y
nueve azotes. Tres veces me apalearon, y una me apedrearon. En
tres ocasiones se hundió el barco en que yo viajaba, y, a punto de
ahogarme, pasé una noche y un día en alta mar. He viajado mucho,
y me he visto en peligro de ríos, en peligro de ladrones, y en peligro
entre mis paisanos y entre los extranjeros. También me he visto en
peligros en la ciudad, en el campo y en el mar, y en peligro entre
falsos hermanos. He pasado trabajos y dificultades; muchas veces
me he quedado sin dormir; he sufrido hambre y sed; muchas veces
no he comido; he sufrido por el frío y la falta de ropa. Además de
estas y otras cosas, cada día pesa sobre mí la preocupación por
todas las iglesias”. Por esta razón, también llegó a decir: “De ahora
en adelante no quiero que nadie me cause más dificultades; pues
las cicatrices que tengo en mi cuerpo muestran que soy un siervo de
Jesús” (Gálatas 6,17).

Pablo también realizó un cuarto viaje a Roma, donde fue para ser
sometido a juicio. De la permanencia del apóstol de los gentiles en
la Ciudad Eterna, aparece constatada al final del libro de los hechos
de los apóstoles, en la epístola a los romanos, y en la segunda carta
a Timoteo; cuando estaba preso en la cárcel mamertita. Aquí en una
celda se puede observar la columna en la que fue atado. San Pablo
por ser ciudadano romano fue decapitado en las afueras de la
ciudad. La tradición cristiana asegura que la cabeza del mártir dio
tres vueltas sobre la tierra, y en cada punto brotó una fuente de
agua; es por eso que este lugar es conocido como “tre fontane”.
La tumba de este príncipe de los apóstoles está en la basílica de San
Pablo Extramuros, edificada por el emperador Constantino el Grande
en el siglo IV, donde se puede observar hasta nuestros días la
columna en la que según la tradición fue ejecutado.

En el año 2006, se dio a conocer la noticia del descubrimiento del


sarcófago del apóstol de las gentes, donde se puede leer la
inscripción en latín: Paulo Apostolo Mart (Pablo, apóstol y mártir).
Razón tenía San Juan Crisóstomo, Patriarca de Constantinopla
(+407), cuando dijo: “El porvenir no verá otro San Pablo.

II. LOS CUARENTA SOLDADOS DE CRISTO

Durante los primeros años del siglo IV, en el llamado período de las
“persecuciones romanas”, en la ciudad de Sebastes, en Armenia, y
por orden del emperador Licinio; fueron encarcelados cuarenta
soldados cristianos que se habían negado a ofrecer sacrificios a los
ídolos falsos. El gobernador Agricoloa, después de atormentarlos
cruelmente, los mandó a arrojar a un estanque de agua fría, en lo
más crudo del invierno, para que allí murieran congelados. Esa
noche junto al estanque helado había un baño de agua tibia, al que
podía pasar los que renegaran de su fe católica. Todos los soldados
perseveraban animándose mutuamente, pero uno de ellos se
acobardó y se pasó al baño caliente, donde murió en el acto. Un
centinela que presenciaba el suplicio, vio que bajaban del cielo
ángeles portando cuarenta resplandecientes coronas, y al ver que
sobraba una, fue tocado por la gracia divina y no dudó en ocupar el
lugar del apóstata, entregando así su vida con sus compañeros de
martirio. De estos “soldados de Cristo”, dice Las Santas Escrituras:
“Dichoso el hombre que soporta la prueba con fortaleza, porque al
salir aprobado recibirá como premio la vida, que es la corona que
Dios ha prometido a los que le aman”. (Santiago 1,12).

III. SACERDOTES VICTIMAS DEL COMUNISMO

En el año 1996, cuando se celebraban las bodas de oro sacerdotal


del Papa Juan Pablo II, durante el rezo de vísperas en el aula Pablo
VI, y ante más de mil sacerdotes de 89 países, el Pontífice abrazó al
jesuita albanés padre Luli, de 86 años, quien llevaba impresas aún
en sus manos las huellas de las torturas a que fueron sometidos los
miembros del clero y seglares en los primeros años del comunismo
en las naciones del Este y Centro de Europa. El jesuita quedó en
libertad a los 79 años de edad, después de permanecer 41 años en
prisión: “mis carceleros me han robado la vida” afirmó en aquella
ocasión. “Al principio me hicieron permanecer nueve meses en una
letrina, me debía postrar ante los excrementos endurecidos sin
conseguir jamás acostarme del todo, pues las dimensiones no lo
permitían”. Además de ser sometido a diversas torturas fue obligado
a realizar trabajos forzosos, pese a lo cual se las ingenió para
celebrar él solo la misa.

Otro presbítero, el rumano Ioan Rosca, relató también su odisea en


las cárceles de su país. El padre Rosca es miembro de la Iglesia
greco-católica de Rumania, que fue proscrita por orden del dictador
José Stalin en 1948, año en que fueron arrestados los seis obispos
de esta Iglesia y luego fueron encarcelados los otros seis que habían
sido consagrados clandestinamente para sustituirlos. “De los doce
obispos murieron en la cárcel siete, así como más de 300 sacerdotes
y muchísimos fieles laicos no salieron jamás de prisión”. El sacerdote
rumano dijo que tras ser golpeado toda la noche para que rechazara
sus creencias religiosas, cayó de rodillas en una celda inmunda y
fría, y dio gracias a Dios por el privilegio de ser perseguido a causa
de Jesucristo (Comparar con Lucas 21, 12-13). Los supervivientes
de esta Iglesia fiel al Papa de Roma fueron liberados en 1964, y
entonces comenzó para ellos la clandestinidad, que duró hasta
1989, cuando con la caída del régimen comunista pudieron abrir
nuevamente los seminarios y las parroquias, cumpliéndose así las
palabras proféticas de la Virgen María en Fátima, en 1917: “Si
atendieren mis pedidos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no,
esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y
persecuciones a la Iglesia; los buenos serán martirizados, el Santo
Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas;
por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará”.
CUANDO EL ISLAM ATACA AL CRISTIANISMO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. INTRODUCCIÓN

En el viaje del Papa Benedicto XVI a su natal Alemania, el día 13 de


septiembre de 2006, pronunció un discurso en la Universidad de
Ratisbona sobre el tema de “la razón y la fe”, criticó el uso de la
violencia en el nombre de la religión, citando un aparte de un
diálogo entre el emperador bizantino Manuel II con un erudito persa
en 1391 en Ankara (hoy capital de Turquía). “Mostradme qué ha
traído Mahoma que fuera nuevo, y allí sólo encontrarás cosas
malignas e inhumanas, tales como su orden de extender mediante la
espada la fe que él predica…A Dios no le gusta la sangre”. Ante
estas palabras del Vicario de Cristo, el mundo musulmán reaccionó
con furia, así por ejemplo un grupo armado iraquí, amenazó en un
comunicado: “Juramos destruir su Cruz en el corazón de Roma (…) y
que su Vaticano será golpeado y llorado por su Papa”, en Indonesia
el Frente de Defensores del Islam, agregó que “el profeta Mahoma
es sublime, el Papa es pequeño y vil”. También fueron lanzados
cócteles molotov contra dos iglesias católicas en el norte de
Cisjordania, otros cinco templos fueron atacados en Palestina. Una
religiosa italiana de 66 años de Las Misioneras de la Consolata, fue
asesinada en un hospital pediátrico de Mogadiscio (capital de
Somalia). De hecho, en el mes de febrero del mismo año, un
sacerdote fue martirizado en Turquía a manos de un joven
musulmán, en represalia por la publicación de varias caricaturas del
profeta Mahoma en un periódico de Dinamarca.

En vista de toda esta oleada de “fanatismo religioso”, el Romano


Pontífice en el rezo del Ángelus dominical, en la plaza de
Catelgandolfo, dijo: “Me siento extremadamente afligido de que una
cita tomada de un texto histórico haya sido interpretada como una
agresión mía al islamismo. Ese pasaje en sólo una cita que no
compromete de ninguna forma mi posición personal frente al Islam”.
Esta última declaración de Benedicto XVI logró aplacar un poco los
ánimos, pero queda la pregunta: ¿Serán ciertas las palabras de un
emperador cristiano (dichas hace 615 años), sobre las agresiones de
la “Media Luna Islámica” contra la “Cruz Cristiana”? El siguiente
informe dará una respuesta al respecto.

II. MAHOMA Y EL ISLAM

El Islam (Sometimiento a Dios), es la religión monoteísta más


numerosa del planeta con 1.500 millones de seguidores. Se inició en
el siglo VII en Arabia con Mahoma, el “glorificado” o “alabado”,
considerado el último y más grande de los profetas del Dios Único,
Alá, el “compasivo” o “misericordioso”. Esta religión enseña que el
mundo está dividido en dos grandes grupos: Los territorios
dominados por el Islam, y los territorios (de los infieles) que tienen
que ser conquistados por el Islam. Siempre se ha dicho que para
todo musulmán (seguidor del Islam), el libro del “Corán” (Versos
Sagrados) en una mano y la “espada” en la otra, son sus dos
elementos de vida; y es por eso, que se habla de la Jihad o “guerra
santa”. Este mandato esta consignado explícitamente en su libro
sagrado: “Combatid a vuestros enemigos en la guerra iniciada para
defender la religión… matad a vuestros enemigos allí donde los
encontréis, hasta que no haya otra religión sino la de Alá” (8,39).
Además, a los mahometanos que mueran en esta campaña tienen
asegurado un “paraíso”, donde vestirán esplendidos ropajes,
disfrutarán de jardines con árboles frutales surcados por ríos de
leche, agua, miel, vino; y estarán servidos por hermosísimas
mujeres vírgenes llamadas las huríes.
III. LA CONQUISTA DEL ISLAM EN TIERRAS CRISTIANAS

En cuestión de pocos siglos de existencia la “Media Luna” (símbolo


religioso del Islam), se apoderó a sangre y fuego de los patriarcados
católicos de Alejandría (en Egipto), Antioquía (en Siria),
Constantinopla (en Turquía) y el de Jerusalén (en Israel), donde el
califa Omar mandó a construir en el año 691, la monumental
mezquita (lugar de culto) llamada el “Domo de la Roca”, sobre el
monte Moria (sitio donde la tradición islámica creé que Abraham iba
a sacrificar a su hijo Ismael en vez de Isaac).

Los “sarracenos” (así se les llamaba en el Edad Media) en “Tierra


Santa”, asaltaban las caravanas de peregrinos llegados de Europa, y
los fieles laicos eran muchas veces vendidos como esclavo. Esto sin
contar la destrucción de la basílica del Santo Sepulcro en la misma
Ciudad Santa por el califa loco Hakin en el año 1009. Dichos
acontecimientos dieron origen en el año 1095 a las famosas
“Cruzadas”, convocadas por Pedro el Ermitaño y con el apoyo del
Papa Urbano II, al grito de ¡Dios lo quiere! (Joel 3,9-11.17). Los
llamados cruzados llevaban un manto blanco con una cruz roja
sobre su pecho, que los identificaba como miles Christi (soldados
de Cristo). Los enfrentamientos entre ambos bandos finalizaron en
1291, cuando a consecuencia del fracaso de la cuarta cruzada,
“Tierra Santa” quedó nuevamente en manos del Islam.

En este mismo período de tiempo fue fundada en el año de 1218 la


Orden de la Merced en la ciudad de Barcelona (España), por San
Pedro Nolasco, con la ayuda del rey Jaime I de Aragón. El motivo
principal de su creación no era otro que poder redimir a los
cristianos esclavizados por los mahometanos. A partir de su
fundación, y durante los seis siglos siguientes, rescató a miles de
cautivos, liberándolos y permitiéndoles mantener y extender la fe
católica; apostolado que costó la pérdida de miles de vidas.

En el año 1250, el emperador Federico II, desoló el país de Spoleto,


perteneciente a los Estados Pontificios. Comandando una banda de
sarracenos asalariados, a su paso destruían las iglesias, capillas y
conventos. Habiendo sitiado la ciudad de Asís, quisieron asaltar el
convento de San Damián. Estaban ya los musulmanes a punto de
subir las murallas, cuando Santa Clara viendo el peligro a que se
enfrentaba con sus hermanas religiosa, en un acto de confianza en
la divina providencia sacó de la capilla la custodia con el Santísimo
Sacramento a la vista de los enemigos, en ese momento escuchó
una voz que salía de la custodia: “Yo os protegeré siempre”. Al
punto se sintieron los mahometanos sobrecogidos con un pavor
espantoso, bajando precipitadamente de las murallas para huir en
desbandada.

La osadía del Islam ha sido tal que en 1453, Mahoma II, sultán de
los turcos, se había apoderado de la capital de Constantinopla, y en
el centro de la cúpula de la Basílica de Santa Sofía lanzó el grito
ritual del nuevo culto: “Alá es la luz del cielo y de la tierra”. Además
se propuso acabar con todo el cristianismo, prometido dar de comer
a su caballo en el altar mayor de la Basílica de San Pedro del
Vaticano, epicentro de la Iglesia Universal.

Tres años más tarde, las noticias que llegaban de Serbia, nación
invadida por los mahometanos, eran impresionantes. Crueldades
contra los que no quisieron renegar de la fe en Cristo, y destrucción
de todo lo que fuera católico. Por esta razón, San Juan de
Capistrano, gran predicador franciscano, decidió trasladarse a la
vecina Hungría, incitando al pueblo a salir en defensa de su santa
religión, formándose un ejército de creyentes. Los musulmanes
llegaron cerca de la ciudad de Belgrado con 200 cañones, una gran
flota de barcos de guerra por el río Danubio, y 50.000 jinetes. Los
jefes católicos pensaron en retirarse porque eran inferiores en
número. El mismo santo recorría el campo de combate animando a
las tropas cristianas, armado con una cruz de madera, y con una voz
fuerte decía: “Invoquen el nombre de Jesús. ¡En él está la
salvación¡”, entonces los católicos dieron el asalto final y derrotaron
totalmente a los enemigos que tuvieron que abandonar aquella
región. Mientras los católicos luchaban con las armas en Hungría, el
Sumo Pontífice con los fieles rezaban en la ciudad de Roma el
Ángelus pidiendo la protección de la Madre de Dios. Sucedió que la
cantidad de muertos en aquella contienda fue tan grande, que los
cadáveres dispersados por el campo llenaron el aire de putrefacción
y se desató una epidemia de tifo. San Juan Capistrano había
ofrecido a Dios su vida con tal de conseguir la victoria contra los
hijos de la media luna islámica, y el Señor le aceptó su petición. El
santo franciscano se contagio de este mal, y murió el 23 de octubre
de 1456.

En Rodi, en mayo de 1479, los Caballeros de San Juan, tuvieron que


enfrentar a una milicia de 40.000 turcos. Según una tradición bien
documentada, la Virgen María se apareció a los combatientes
católicos armada con un escudo y lanza, permaneciendo a su lado
durante la batalla. La Orden se quedó en Rodi hasta 1522. Vencidos
por Solimán II, pudieron establecerse por las armas en Malta dando
origen a los Caballeros de esa ciudad.

En España y Portugal, después de ocho siglos por la reconquista,


pudieron liberarse del dominio musulmán. Esa lucha comenzó a los
pies de la Virgen de Covadonga y culminó con la conquista de
Granada, cuando los Reyes Católicos Fernando E Isabel, lograron
definitivamente expulsar a los moros de la península Ibérica en el
año 1492.
La arremetida turca en el Centro del Mediterráneo llegó hasta las
puertas de Viena (Austria), y fueron aniquilados por la liga de los
Estados Católicos convocados por el Papa San Pío V, y al mando de
Don Juan de Austria, en la recordada batalla naval de Lepanto en
1571.
Por esta misma época, las hordas turcas penetraron también en los
territorios del imperio austrohúngaro. El archiduque Matías escogió
como capellán de sus tropas a San Lorenzo de Brindis. El
enfrentamiento se llevó a cabo en la región de Albarreal. Se dice
que eran 60.000 islámicos contra 18.000 cristianos comandados por
Felipe Emmanuel de Lorena. San Lorenzo y sus religiosos
capuchinos recorrían el campo de guerra con la cruz en alto cada
uno, gritando a los soldados católicos: ¡Ánimo estamos defendiendo
nuestra santa religión!”. Y la victoria fue completa. Una leyenda
cuenta que fray Lorenzo no fue herido, pero que en sus cabellos y
en su barba fueron encontrados varios fragmentos de balas.

En Polonia en el año 1621, el sultán otomano Osmán II con un


ejército de cuatrocientos mil guerreros quería invadir esta nación
católica. El general polaco Juan Carlos Chodkiewicz mandó a traer
de Roma la cabeza del santo joven jesuita Estanislao Kostka.
Cuando la reliquia llegaba a la ciudad de Varsovia, al mismo tiempo
los soldados católicos inferior en número, arrasaron a las tubas
turcas, quienes perdieron cien mil hombres en combate.

Los turcos seguían siendo poderosos en tierra, e invadieron a


Europa desde el Este, y después de tomar enormes territorios
sitiaron nuevamente a Viena. Una vez más, la división de la media
luna islámica era muy superior. Mohammed IV que había retomado
el estandarte de Mahoma Kara Mustafá. El Gran Visir tenía un
ejército entre 150 mil o 300 mil hombres y se comprometió a tomar
Belgrado, Buda, Viena, a entrar en Italia y llegar a Roma "al altar de
San Pedro". En agosto de 1683, un capuchino italiano y gran
místico, Marco d'Aviano, fue nombrado Gran capellán de todos los
ejércitos de Europa. Él sabía infundir coraje en Viena y se las arregló
para convencer al rey de Polonia, Jan Sobieski, a que socorriera la
capital con sus 40 mil hombres. La capital estaba sitiada por los
turcos desde el 14 de julio y su rendición era cuestión de horas. El
equilibrio de poder no estaba a favor de las tropas europeas. Sin
embargo, Viena fue confiada a la intercesión de la Virgen y su
imagen de la Virgen fue puesta en todos los estandartes.

El 11 de septiembre de 1683, en el Kahlenberg que domina el norte


de la ciudad, el beato Marco d'Aviano celebró la santa misa acolitada
por el rey polaco ante el ejército en semi-círculo. El capuchino
predijo una victoria sin precedentes. Y en lugar de terminar la
celebración en las palabras litúrgicas, "Ite missa est", le gritó:
«¡Ioannes vinces”» (Juan Vencerá). Las tropas lideradas por Juan III
Sobieski y Charles duque de Lorena atacaron a los otomanos al
amanecer del 11 de septiembre. El sol brillaba sobre los dos
ejércitos y del destino de la batalla dependía el futuro de Europa.
Las campanas de la ciudad sonaban desde la mañana. Las mujeres y
los niños oraban en las iglesias, implorando la ayuda de la Virgen
María. Y al anocecer el estandarte del gran visir cayó en manos de
Sobieski. Al día siguiente, 12 de septiembre de Sobieski entró en la
ciudad en júbilo y asistió a la misa y al Te Deum, en la iglesia de
Nuestra Señora de Loreto. También el papa Inocencio XI atribuyó la
victoria a la intercesión de la Virgen y como un ex-voto instituyó la
fiesta en honor del Santo Nombre de María. Y el 25 de noviembre
1683, la fiesta se extendió a toda la Iglesia. San Pío X cambió la
fecha al 12 de septiembre, el aniversario no de la victoria, pero su
celebración.

Los turcos sufrieron otra gran derrota a manos del príncipe Eugenio
de Saboya, comandante de la tropa cristiana en Temesvar (en la
Rumania moderna), el 5 de agosto de 1716, en aquel entonces era
la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves. El Papa Clemente XI
atribuyó este triunfo a la devoción a La Virgen del Rosario. En acción
de gracias, mandó que la fiesta del Santo Rosario fuera celebrada
por la Iglesia Universal.
IV. PERSECUCIONES A LOS CRISTIANOS EN TIERRAS DEL
ISLAM

En muchos países donde impera el “fundamentalismo islámico”,


como en Sudán, Argelia, Nigeria, Somalia, Arabia Saudita, Irán, Irak,
Afganistán, Pakistán, Marruecos, Túnez o en la India; los cristianos
católicos, ortodoxos, armenios, sirios, caldeos, nestorianos y coptos;
se han visto sometidos a una serie de infamias, así por ejemplo:

Los musulmanes que se conviertan a la fe cristiana son sentenciados


con la pena de muerte, algunos incluso son crucificados vivos o
lapidados.
Los mahometanos no impiden a un cristiano entrar en su religión,
pero una vez convertido a la fe no puede salirse del Islam.

Aunque hay muchos pasajes en el Corán que hablan sobre la


libertad religiosa, lo cierto del caso es que muchas constituciones
islámicas tienen prevista a los conversos la pérdida de todos sus
derechos civiles, el trabajo, la custodia de sus hijos o su herencia es
repartida entre sus parientes musulmanes.

Hay leyes islámicas que prohíben a los cristianos ayudar a los


conversos.

Varios obispos, sacerdotes y religiosos (as) han sido asesinados,


torturados, encarcelados o deportados por llevar la palabra de Dios.

Les está prohibido llevar la cruz, leer la Biblia en público, tampoco


son aceptadas las publicaciones religiosas que fomenten el
cristianismo.
En las escuelas, colegios y universidades católicas no se puede
hacer ninguna clase de proselitismo religioso.

Las iglesias, capillas y cementerios han sido incendiados,


dinamitados o demolidos, incluyendo la profanación de la eucaristía
y la destrucción de las imágenes sagradas; también son
transformados en baños públicos o como corrales para el ganado.
No se les permite celebrar las fiestas religiosas o realizar
procesiones en Semana Santa.

Están completamente prohibidos los matrimonios entre cristianos y


musulmanes.

Los cristianos no tienen derecho al voto popular o a ocupar cargos


públicos.
SECTAS

1. UN MUNDO DE SECTAS RELIGIOSAS.


2. ORIGEN DE LAS DIFERETES CORRIENTES HERÉTICAS,
IGLESIAS Y SECTAS PROTESTANTES.
3. ¡CUIDADO CON LOS FALSOS PROFETAS!
4. EJEMPLOS DE GENOCIDIO RELIGIOSO.
5. EL CRECIMIENTO DE LAS SECTAS PROTESTANTES EN
AMÉRICA LATINA.
6. DIEZ VERDADES CONTRA LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ.
7. UNA RESPUESTA CATÓLICA A LOS DESAFÍOS DE LA SECTA
CRECIENDO EN GRACIA.
UN MUNDO DE SECTAS RELIGIOSAS

Inventa tus propias doctrinas, las apoyas en la Biblia, y las tienes


por divinas.
Weremfelds.

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ARGUMENTO BÍBLICO

“Porque vendrán falsos mesías y falsos profetas; y harán grandes


señales y milagros, para engañar, a ser posible, hasta a los que Dios
mismo ha escogido” (Mateo 24,24).

“Ustedes soportan con gusto a cualquiera que llega hablándoles de


un Jesús diferente del que nosotros les hemos predicado; y aceptan
de buena gana un espíritu diferente del Espíritu que ya recibieron y
un mensaje de salvación diferente del que ya han aceptado” (2
Corintios 11,4).

“Porque va a llegar el tiempo en que la gente no soportará la sana


enseñanza; más bien, según sus propios caprichos, se buscarán un
montón de maestros que sólo les enseñen lo que ellos quieran oír.
Darán la espalda a la verdad y harán caso a toda clase de cuentos”
(2 Timoteo 4,3-4).

“Hubo también falsos profetas entre el pueblo de Israel; y así habrá


falsos maestros entre ustedes. Ellos enseñarán con disimulo sus
dañinas ideas, negando de ese modo al propio Señor que los salvó;
esto les traerá una rápida condenación. Muchos los seguirán en su
vida viciosa, y por causa de ellos se hablará mal del camino de la
verdad. En su ambición de dinero, los explotarán a ustedes con
falsas enseñanzas; pero la condenación los espera a ellos sin
remedio, pues desde hace mucho tiempo están sentenciados” (2
Pedro 2,1-3).
“Hijitos, ésta es la hora última. Ustedes han oído de uno que viene y
que es enemigo de Cristo; pues bien, ahora han aparecido muchos
enemigos de Cristo…Ellos salieron de entre nosotros; pero en
realidad no eran de los nuestros, porque si lo hubieran sido se
habrían quedado con nosotros. Pero sucedió así para que se viera
claramente que no todos son de los nuestros” (1 Juan 2,18-19).

II. CONTEXTO HISTÓRICO

La primera Herejía (falsa creencia religiosa) que apareció en los


mismos inicios de la Iglesia Apostólica, fue el gnosticismo
(conocimiento profundo).

El filósofo pagano Celso (opositor del cristianismo que vivió durante


el siglo segundo), había señalado que los cristianos estaban
“divididos en muchísimas facciones, pues cada individuo deseaba
tener su propio partido”. Para cerca del año 187 D.C., San Ireneo,
obispo de Lyon, señaló veinte variedades de sectas cristianas. Hacia
el 384 D.C., San Epifanio, obispo de Chipre, contó ochenta grupos.

Las principales corrientes heréticas que fueron combatidas por los


Padres Apostólicos, los Santos Padres de la Iglesia, y los primeros
Concilios Ecuménicos, fueron: los maniqueos, donatistas,
pelagianos, marcionistas, montanistas, sabelianos, arrianos,
nestorianos y los eutiquianos o monofisitas.

En la Edad Media en Europa surgieron los valdenses y los cátaros o


albigenses (puros). Estos últimos se vieron enfrentados con Santo
Domingo de Guzmán y la orden religiosa fundada por él mismo,
conocidos como los Predicadores (o Dominicos).
En el siglo XVI con la Reforma Protestante, la cristiandad quedó
dividida en dos bandos:

a. El sur de Europa con Italia, España, Portugal, Austria y parte de


Francia; permanecieron en su mayor parte fiel a la religión
católica. Esto en parte, a la labor de muchos hombres y
mujeres de Dios, entre ellos San Ignacio de Loyola, quien
formó La Compañía de Jesús, cuyo objetivo central fue la
evangelización, la apologética y las misiones.

b. El resto de Europa se fragmentó en tres partidos: una Luterana


o Evangélica en Alemania (con excepción del algunas regiones
como Baviera y Colonia) y Escandinavia; otra Calvinista (o
Reformada) en Suiza, los Países Bajos, Escocia y parte de
Francia; y otra Anglicana en Inglaterra e Irlanda del sur (el
norte siguió unido a Roma). Esparcidos entre estos había otros
grupos más pequeños, pero a la vez más arraigados como
fueron: los anabaptistas, y después los menonitas, cuáqueros y
puritanos; quienes con el tiempo llevaron sus creencias
religiosas a la América del Norte.

Através de los años aquellas fracciones principales siguieron


subdividiéndose hasta llegar a centenares de organizaciones
religiosas, destacándose la presbiteriana, episcopal, metodista,
bautista, congregacional; para mencionar solo algunos.

Ya entre la mitad del siglo XIX y principios del XX, en Estados Unidos
se da inicio a las sectas cristianas más fundamentalistas y de mayor
expansión en el continente americano, como son: los mormones,
adventistas del séptimo día, testigos de Jehová, asamblea de Dios y
los pentecostales.

Razón tenía Martín Lutero, padre de la Reforma Protestante, cuando


confesó honradamente: “Traté de deshacerme de un papa, y por el
contrario cree cien más”.
III. DIFERENCIAS DOCTRINALES ENTRE
PROTESTANTES Y CATÓLICOS

El teólogo calvinista, Karh Bach, hizo el siguiente cuadro


comparativo entre protestantes y católicos:

PROTESTANTES CATÓLICOS
Jesucristo. Jesucristo, María y los santos.
La Biblia. La Biblia y la Tradición Cristiana.
La fe. La fe y las obras.
La gracia. La gracia y el mérito personal.

IV. CARACTERÍSTICAS EN GENERAL DE LAS SECTAS


CRISTIANAS

1. Sus fundadores y líderes espirituales poseen una personalidad


carismática o atrayente, y son vistos como “profetas”,
“pastores supremos” o “nuevos mesías”; e incluso en algunos
casos llegan al extremo como el iniciador de la secta fatalista
de los davidianos, David Koresh, quien aseguraba ser la
reencarnación de Jesucristo.

2. Un exagerado culto a la persona del fundador, director o líder


espiritual, cuyos dictámenes son considerados como la “voz de
Dios”.

3. Muchos de sus fundadores o guías en la fe se han visto


involucrados en casos de inmoralidad sexual, corrupción, tráfico
de influencias o un lucro excesivo a costas de sus ovejas. Entre
ellos hay casos muy sonados como el del evangelista Pat
Robertson, el bautista afro descendiente Jesse Jackson, el tele
predicador Benny Hinn, los pastores Jimmy Swaggart o Edir
Macedo.
4. Son los únicos que poseen la “verdad absoluta”, y todas las
demás religiones serán “condenadas” o pasarán a la
“extinción”.

5. Con la Biblia en la mano tienden a inventar nuevas doctrinas


que los distinguen de los otros, y es así como los mormones
afirman que “Jesús no es Dios”, sino el “principal de los
profetas bíblicos”, los testigos de Jehová, aseguran
tajantemente que “Cristo Jesús” es el “arcángel Miguel”, los
adventistas del séptimo día santifican el “sábado” y no el
“domingo”, los pentecostales creen que el “Padre” y el “Hijo”
son una misma persona divina, y así sucesivamente.

6. Exigen a sus adeptos total sumisión y entrega a sus creencias


religiosas y reglas de vida, muchas de las cuales tienen un
carácter extravagante, como por ejemplo: los mormones
prohíben tomar café, los testigos de Jehová con las
transfusiones de sangre, los adventistas del séptimo día con
toda las dietas alimentarias del pueblo judío en la antigüedad,
o los pentecostales con el consumo de cualquier bebida
alcohólica; de hecho llegan a decir que Jesús bebió “jugo de
uva” es vez de “vino”. Otras normas son el aislamiento de la
familia, amigos y demás individuos que no comparten sus
mismos puntos de vista. Al igual, que la no práctica de
actividades normales como reuniones sociales, aficiones
personales, cierto tipo de vestimenta, deportes, música,
estudios superiores, el servicio militar, actividades políticas o
filantrópicas.

7. Todas presentan un odio radical contra la “Iglesia Católica” y la


persona del “Papa”, a la primera la identifican con la “Babilonia
la Grande”, la “Ramera de la Historia” o la “Gran Prostituta”; y
al segundo con el “anti Cristo” o el “número de la Bestia”.
Ambas conjeturas tergiversadas del libro del Apocalipsis.
8. Son “fundamentalistas bíblicos”, y toman literalmente pasajes
de Las Santas Escrituras para sostener doctrinas como: “el
rapto de sus fieles al cielo”, el “milenarismo”, o la llegada del
“Armagedón” a la vuelta de la esquina.

9. Sus reuniones están llenas de oraciones y cantos emotivos


acompañados por coros y orquestas, hablar lenguas extrañas,
saltos, gritos, desmayos, histerias colectivas, expulsión de
demonios, imposición de manos, milagros y sanaciones físicas,
revelaciones particulares y profecías, el pago estricto del
diezmo, o la predicación del evangelio de la prosperidad.

V. EJEMPLOS DE FANATISMO RELIGIOSO

Julio de 1.996, la “Iglesia de Sion” en Hong Kong, ordenó a sus


feligreses consumir un desinfectante médico a fin de santificar su
cuerpo y alma. Los médicos dijeron que la ingestión del líquido
puede causar graves problemas para la salud, como convulsiones,
fallas respiratorias o ataques cardíacos.

Enero de 2.001, una mujer de la localidad de Zagujeni, al oeste de


Rumania, mantuvo tres meses el cadáver de su madre de 80 años
en la casa, en espera de que fuera resucitada. Ella junto con el
esposo y su hijo, todos miembros de la secta “hijos de la luz”,
declararon a la policía que no la habían enterrado porque estaban
esperando la resurrección de la muerta.

Marzo de 2.002, una mujer de 36 años fue rescatada por la policía


guatemaltecas tras permanecer 14 años encerrada en el sótano de
su vivienda, en un barrio marginal el norte de la capital, donde sus
padres que pertenecen a la Iglesia “puertas del cielo”, la recluyeron
por considerarla que era la oveja negra de la familia.
Febrero de 2.003, los padres y otros familiares sacrificaron a un niño
de dos años mientras danzaban y entonaban cantos religiosos
vestidos con túnicas blancas, en una residencia en el municipio de
Choachí, ubicada en los suburbios del sur de Bogotá (Colombia). “yo
soy Cristo y lo puedo regresar a la vida”, dijo la madre a las
autoridades judiciales cuando descubrieron el cadáver del infante.
Entre las 17 personas que se encontraban en el lugar, había siete
menores quienes contaron que los mayores entre ellos sus propios
padres, acostaron a la victima y comenzaron a saltar sobre él con la
idea de purificarlo.

Noviembre de 2012, Ramón Castillo, de origen chileno y líder de una


secta que creía en la reencarnación de Dios, y se hacía llamar
“Antares de la Luz”, fue el responsable en su país de dejar caer en
una caldera de dos metros de profundidad repleta de fuego, a un
bebé (al parecer su propio hijo) de pocos días de nacidos, en un
ritual que salvaría al mundo de su fin. El 1 de mayo de 2013, fue
encontrado su cadáver colgado de una cuerda, en una vivienda
abandonada en la ciudad de Cusco (Perú), donde habría ingresado a
esta nación de forma ilegal.

ORIGEN DE LAS DIFERENTES CORRIENTES


HERÉTICAS, IGLESIAS Y SECTAS PROTESTANTES

“Cuando Dios construye una iglesia, el Diablo construye su propia


capilla”.
Martín Lutero.
Fundador de la Reforma Protestante.
AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO HISTÓRICO

Durante los siglos IV y V surgieron varias corrientes heréticas que


todavía subsisten como son: la Iglesia Nestoriana en Irán, Arabia e
India; la Iglesia Armenia y la Jacobita en Siria e Irak; y la Iglesia
Copta y Abisinia en Egipto.

Iglesia Ortodoxa, considerada como la Iglesia hermana de la católica


por conservar la misma tradición apostólica, se separó de la
autoridad del papa de Roma, por el cisma provocado por el patriarca
de Constantinopla, Miguel Cerulario en el año 1054.

En los siglos XII y XIII, se forma en Albí, ciudad al sur de Francia la


secta herética de los Albigenses o Cátaros (puros); al igual que los
Valdenses llamados los “pobres de Lyón” (Francia), quienes deben
su origen a Lyonés Valdo. Hoy en día existen pequeñas comunidad
de ambas sectas en Europa.

II. LA REFORMA PROTESTANTE

 Iglesia Luterana, fundada en Alemania por Martín Lutero en el


año 1521.
 Iglesia Anabapatista, fundada en Suiza por Stork y Munzer en
el año 1525.
 Iglesia Mennonita, fundada en Suiza por Menno Simonds en el
año 1525.
 Iglesia Anglicana , fundada en Inglaterra por el Enrique VIII
en 1534.
 Iglesia Calvinista, fundada en Suiza por Juan Calvino en 1536.
 Iglesia Puritana, fundada en Inglaterra por Thomás Cartwight
en 1560.
 Iglesia Presbiteriana, fundada en Escocia por Juan Knox en
1560.
 Iglesia Congregacionista, fundada en Inglaterra por Roberto
Brown en 1582.
 Iglesia Bautista, fundada en Inglaterra por John Smith en 1609.
 La Fraternidad Rosacruz, fundada en Alemania por Juan
Valentín Andrea en 1614.
 Los Amish, fundados en Suiza por Jacobo Ammah en 1693.
 Iglesia de los Amigos (Cuáqueros), fundada en Inglaterra por
Jorge Fox en el siglo XVII.
 Iglesia Metodista, fundada en Inglaterra por John Wesley en
1739.
 Iglesia Unitaria, fundada en Inglaterra por Teófilo Lindley en
1774.
 Iglesia Episcopaliana, fundada en Estados Unidos por Samuel
Seabury en 1789.
 Secta de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
(Mormona), fundada en Estados Unidos por José Smith en
1830.
 Secta de los Discípulos de Cristo, fundada en Estados Unidos
por Tomás Campbell en 1838.
 Secta Adventista del Séptimo Día, fundada en Estados Unidos
por Guillermo Miller en 1860.
 Ejército de Salvación, fundado en Inglaterra por Guillermo
Booth en 1865.
 La Sociedad Teosófica, fundada en Estados Unidos por Elena
de Blavatky en 1875.
 La Ciencia Cristiana, fundada en Estados Unidos por María
Baker en 1879.
 Secta de Los Testigos de Jehová, fundada en Estados Unidos
por Carlos Tazé Russell en 1879.
 Secta Pentecostal, fundada en Estados Unidos por Carlos
Parham en1901.
 Secta Asamblea de Dios, fundada en Estados Unidos por Hot
Springs en 1914.
 Secta La Iglesia de Cristo, fundada en Estados Unidos por Félix
Manalo en 1914.
 La Cienciología, fundada en Estados Unidos por Lafayette R.
Hubbard en 1950.
 Secta Iglesia de la Unificación, fundada en Corea por Sun
Myung Moon en 1954.
 Secta Los Niños de Dios, fundada en Estados Unidos por David
Berg en 1968.
 Secta Creciendo en Gracia, fundada en Estados Unidos por José
Luis de Jesús Miranda en 1973.
 Secta Iglesia Universal del Reino de Dios (pare de sufrir),
fundada en Brasil por Edir Macedo en 1977.

III. MARCO TEOLÓGICO Y DOCTRINAL

LO QUE LOS LO QUE LOS


CATÓLICOS CREEMOS PROTESTANTES
PIENSAN
La Iglesia Cuerpo Místico de Cristo. Babilonia la Grande.
Católica
El Papa Sucesor del apóstol Pedro. El Anticristo.
Obispo de Roma. La Bestia del Apocalipsis.
María Madre de la Iglesia. Diosa Mitológica.
Los Santos Siervos e Intercesores. Nuevo Panteón Pagano.
La Biblia 46 del A.T. y 27 del N.T. 39 del A.T. y 27 del N.T.
La EucaristíaCuerpo y Sangre de Cristo Un mero símbolo.
(Transustanciación). Galleta de pan.
Las Imágenes Representación del arte Falsos Ídolos.
Religiosas sacro. Muñecos de yeso y
madera.

¡CUIDADO CON LOS FALSOS PROFETAS!

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. FUNDAMENTO BÍBLICO

Las Sagradas Escrituras nos dan una serie de doce características


que sirven para identificar a los “impostores de la fe”.
I. Serán “lobos” disfrazados como “ovejas” (Mateo 7,15).
II. Estarán por todo el Mundo (1 Juan 4,1).
III. Se harán llamar “apóstoles” y “seguidores” de Cristo (Marcos
13,6.21; 2 Corintios 11,4.13-15).
IV. Le rendirán culto como si fuera el mismo Dios (Romanos
1,25).
V. Harán “grandes señales”, “prodigios” y “milagros” (Mateo
24,24; 2 Tesalonicenses 2,9).
VI. Falsificarán la Palabra de Dios (2 Corintios 2,17; 11,4;
Gálatas 1,6-9; Hebreos 12,9; 13,9; 2 Juan 9).
VII. Sus doctrinas religiosas son “fábulas” e “inventos de los
hombres” (Efesios 4,14; Colosenses 2,8; 1 Timoteo 1,3-7;
4,1; 6,20-21; 2 Timoteo 4,3-4).
VIII. Serán unos verdaderos mercaderes de la religión (1 Timoteo
6,3-5; Tito 1,11).
IX. Causarán “divisiones” y “tropiezos” a la verdadera doctrina
del Señor (Romanos 16,17-18).
X. El camino de la verdad será blasfemado (2 Pedro 2,1-2).
XI. Engañaran a muchas personas (Mateo 24,11.24; Marcos
13,6. 21-22).
XII. Serán Rechazados por el mismo Jesucristo (Mateo 7,22-23).

II. LOS FALSOS CRISTOS DE LOS TIEMPOS MODERNOS

A. EL REVERENDO SUN MYUNG MOON:

 Nació en Corea del Norte en 1920. Su verdadero nombre es


Fong Myung quien actualmente se llama Sun Myung Moon. De
familia presbiteriana se hace de joven pentecostal.
 Fundó en Corea del Sur en 1954, la Asociación del Espíritu
Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial o Iglesia de
la Unificación.
 Según Moon, Jesús no es Dios, sino que el Cristianismo lo
convirtió en Dios después de la crucifixión. Jesús, el segundo
Adán, fracasó en su misión al morir y no lograr casarse con la
segunda Eva (María Magdalena) para iniciar la nueva
humanidad. Cristo sólo salvó las almas. Los cuerpos han
seguido sometidos al dominio de Satanás. Jesucristo entonces,
se apareció en una visión a Moon, cuando contaba éste sólo 16
años, y le pidió que completara su misión inconclusa, para que
reunificara todas las iglesias en una sola.
 Moon, llamado también el “Padre”, tuvo que luchar contra
Satán después de aparecérsele Jesús y sólo él pudo vencerlo.
Al principio Dios Padre y Cristo no estaban de acuerdo con
Moon, pero luego Cristo le dijo que estaba en la verdad.
 Moon descubrió en la Biblia que el “Nuevo Mesías”, el “Señor
de la Segunda Venida” debía nacer hacia el año 1920 en Corea.
Por una increíble coincidencia, Moon nació en Corea en ese
año. Por lo tanto, se auto-proclamó el “Nuevo Cristo”, el
“Tercer Adán”, quien no moriría en la cruz, sino que sería
victorioso y destruiría el comunismo, durante la III Guerra
Mundial, que tendría lugar en 1981.
 Sus fieles tienen además una “Madre”, que es la cuarta esposa
del líder, esta fue las “Bodas del Cordero” (en 1960). La Señora
Young Oon Kim pasó a ser entonces la “Eva de la Nueva
Humanidad”. Los dos son los “Verdaderos Padres de la
Humanidad”. A sus hijos los llaman “Hijos sin Pecado” cuya
sangre no está manchada por Satán, y los adeptos son
“miembros de la familia Moon”.
 Murió el 3 de septiembre de 2012, Gapyeong-gun, Corea del
Sur.

B. JOSE LUIS DE JESÚS MIRANDA:

 Era un puertorriqueño de extracción pentecostal que inició la


iglesia Creciendo en Gracia en el año 1973, cuando estaba
viviendo en Massachussets (EEUU). Según él ese año recibió
su primer y más importante contacto celestial. Aseguraba que
dos seres lo llevaron a un corredor de mármol en donde una
aparición, se fusionó con su cuerpo y empezó a hablar en su
interior.
 En 1988, anunció que era la reencarnación del apóstol Pablo.
 En 1999, se autoproclamó como “El Otro”, una especie de
súper-ser espiritual con la misión de sentar las bases para el
segundo advenimiento de Cristo.
 En el 2004, proclamó ser Jesucristo. Esta afirmación hizo que
algunos miembros prominentes del movimiento desertaran de
la iglesia, incluyendo su primera esposa Nydia y su hijo José
Luis Jr., quienes iniciaron su propia congregación en Puerto
Rico.
 Enero del 2007, durante un servicio en su iglesia, Miranda se
sacó el abrigo y reveló el número 666 tatuado en un antebrazo,
advirtiendo que el triple 6 no lo vincula con el Anticristo, sino
que viene a reemplazar las enseñanzas del Cristo con un nuevo
evangelio.
 El 30 de junio de 2012, fue el frustrado día en que José Luis de
Jesús Miranda y sus seguidores iban a ser transformados con
cuerpos radioactivos, inmortales y poderosos; con la misión de
reinar en toda la tierra.
 Sus seguidores lo llamaban “Dios”, “Padre”, “Papi”, el
“Apóstol”, el “Verdadero Jesucristo”, “Jesucristo Hombre”, el
“Segundo Jesucristo”, el “Mediador de un Nuevo Pacto”, o el
“presidente del gobierno de Dios”.
 Falleció el 8 de agosto de 2013, Sugar Land, Texas, Estados
Unidos.
EJEMPLOS DE GENOCIDIO RELIGIOSO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En el siglo XX algunos de los “Falsos Mesías”, llevaron a la muerte a


sus devotos por una incorrecta interpretación de los Textos Bíblicos,
y es así como:

 El 20 de noviembre de 1978, 923 seguidores de la asociación


“El Templo del Pueblo”, fundada por el pastor protestante
estadounidense James Warren Jones, se suicidan en Jonestown
(Guayana), al ser inducidos por su guía a ingerir frambuesas
con cianuro.
 Diciembre de 1991, treinta miembros de una secta en México
fallecen cuando el reverendo Ramón Morales les obliga a
continuar rezando mientras gases tóxicos se extienden por su
templo.
 19 de abril de 1993. “Los Davidianos”, grupo disidente de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día, liderado por David Koresh,
quien se autoproclamó Mesías, condujo a la muerte por
incineración a 95 de sus adeptos, entre ellos 17 niños, en el
Monte Carmelo, la granja fortaleza de Waco (Texas), en abril
de 1993, para hacer realidad una profecía que él les había
descrito como la batalla final (Armagedón), de acuerdo a una
interpretación personal de los “siete sellos del Apocalipsis”.
 Octubre de 1994. Son localizados en una granja y tres chalet
de Suiza los cadáveres abrasados de 48 fieles de la “Orden del
Templo Solar” incluido su fundador Luc Jouret. También fueron
hallados en Québec (Canadá) otros cinco cuerpos. El 22 de
marzo de 1997, la policía de Saint Casimir (Canadá), descubre
en una casa desvastada por el fuego los restos carbonizados de
tres mujeres y dos hombres, de los cuales cuatro yacían
formando una cruz. Eran integrantes de la misma secta.

 Desde el 17 al 29 de marzo del 2000, son hallados en tumbas


colectivas los cadáveres de 700 devotos de la secta de la
“Restauración de los Diez Mandamientos, en Rugazi, sudeste
de Uganda. Los dos máximos líderes del culto religioso
apocalíptico abandonaron horas antes la iglesia en la que unos
400 de sus seguidores se suicidaron. Joseph Kibwetere y
Credonia Mwerinde, son ex sacerdotes católicos excomulgados
que fueron buscados infructuosamente por la policía.
EL CRECIMIENTO DE LAS SECTAS PROTESTANTES EN
AMÉRICA LATINA

“Traté de deshacerme de un Papa, y por el contrario creé cien más”.


Martín Lutero.
Fundador de la Reforma Protestante.

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. INTRODUCCIÓN
Sin lugar a dudas la Iglesia Católica continúa siendo hasta nuestros
días la entidad religiosa más importante de Latinoamérica. De
hecho, el Papa Juan Pablo II, el “Grande”, llegó a decir que América
Latina era “el continente de la esperanza”, por estar aquí unos 610
millones de fieles. Es decir, el 48% de los 1.272 millones de
católicos en todo el mundo. Sin embargo, este gran fortín de
creyentes se ha visto amenazado en los últimos tiempos,
especialmente por la gran avalancha de “sectas protestantes” que
con un celo rabioso y radical contra nuestra Iglesia, han ido
ganando cada vez más adeptos a sus filas. Ahora bien, para analizar
esta preocupante situación, el siguiente informe contiene una serie
de datos sobre diferentes aspectos para formarse una idea general
sobre el particular.

II. CONTEXTO BÍBLICO Y TEOLÓGICO


Las raíces de la Iglesia Católica se remontan al propio Jesucristo
quien es el “Buen Pastor” (Juan 10,14), la “Cabeza Principal”
(Efesios 5,23; Colosenses 1,18), y la “Piedra Angular” (1 Pedro 2,4-
7). Al fundar su congregación el Mesías escogió al apóstol Pedro
como su representante (o vicario) en la tierra (misión que se ha
prolongado por XXI siglos hasta llegar al Papa Francisco I) (Mateo
16,16-18; Lucas 22,32; Juan 21,15-17). Esta labor la haría en
compañía de los demás apóstoles, y con la colaboración de los
pastores escogidos por ellos mismos (liderados hoy en día por los
obispos de todo el mundo en comunión con el Sumo Pontífice)
(Mateo 18,18; Efesios 2,20; Hechos 20,28; Tito 1,9; Hebreos 13,17;
1 Pedro 5,1-2).
Del mismo modo, la Iglesia de Jesús gozaría de una verdadera
unidad (Juan 17,21; Efesios 4,5), fundamentada en la verdad (1
Timoteo 3,15), y abarcando a todos los auténticos seguidores de
Cristo (Romanos 10,12; 1 Corintios 12,13), hasta el final de los
tiempos (Efesios 3,21). De aquí el término “Católica”, que en griego
quiere decir “Universal” (Apocalipsis 7,9). Igualmente, el mandato
divino de dar a conocer la “Buena Nueva” en todos los rincones de
la tierra (Mateo 24,14; Hechos 1,8), sería efectuado con la asistencia
permanente del “Espíritu Santo” (Juan 14,26; 15,26; 16,13).
Por otra parte, uno de los principales obstáculos que ha encontrado
el cristianismo desde sus orígenes, han sido las constantes
divisiones provocadas por algunos de sus miembros (Romanos
16,17-18; 1 Corintios 1,12-13; 1 Juan 2,18-19), lo que claramente
contradice la orden dada por el “Hijo de Dios”: “Habrá un solo
rebaño y un solo pastor” (Juan 10,16). El Propio Señor profetizó que
esto sería llevado acabo por los “falsos profetas” (Mateo 7,15.22-23;
24,24: Marcos 13,6.21-22). La misma sentencia bíblica la
encontramos en los escritos de los apóstoles Pablo (2 Corintios
11,4), Pedro (2 Pedro 2,1-2) y Juan (1 Juan 4,1). Estos
“embaucadores del Evangelio” enseñarán “falsas doctrinas” (Gálatas
1,6-9), propias de “los demonios” (1 Timoteo 4,1), haciendo de la
religión “un negocio” (1 Timoteo 6,3-5; Tito 1,11).
III. MARCO HISTÓRICO
Hace más de quinientos años la Iglesia Católica llevó a cabo la
misión evangelizadora en las regiones del “Nuevo Mundo” que
fueron descubiertas por los reinos de España y Portugal, gracias al
celo apostólico y la ardua labor de muchos sacerdotes y religiosos
del clero secular y de las diferentes comunidades religiosas, llegando
incluso algunos hasta el martirio, lograron la conversión al
verdadero Dios de las diferentes tribus de indígenas amerindios que
adoraban al sol, la luna y las montañas, y a los que muchas veces
les ofrecían sacrificios humanos y otra prácticas bárbaras. Así por
ejemplo, en México después de la aparición la Virgen de Guadalupe,
y el milagro de su imagen en la manta del indio San Juan Diego
(1531), se logró en los primeros diez años la cristianización de ocho
millones de aztecas. Los historiadores estiman que esta fue casi la
misma cantidad de seguidores que perdió la Iglesia Católica en este
siglo, por la Reforma Protestante en Europa.
Los embastes del protestantismo en nuestras tierras comenzaron a
gestarse en 1910, cuando en la primera Conferencia Mundial de
Misiones Protestantes realizada en Edimburgo (Escocia), se plantea
la propuesta de llegar hasta América Latina. En 1916, en un
Congreso de Iglesias Cristianas reunidos en Panamá, se decide dar
el gran salto, y para eso deciden cambiar el apelativo de
“protestantes” (propio de la ya mencionada reforma), por el de
“evangélicos” para así no crear desconfianza y rechazo entre sus
futuros neófitos. Para 1929, en otro Evento de Iglesias Evangélicas
celebrado en Montevideo (Uruguay), se empezó a hacer una
campaña de predicación con un birrete difamatorio contra la Iglesia
Católica y la jerarquía eclesiástica.
En este proceso expansionista también ha habido intereses políticos
y económicos provenientes de Norteamérica. Así por ejemplo, el ex-
presidente Theodore Roosevelt (1858-1919) dijo de las naciones
latinas: “Creo que será larga y difícil la absorción de estos países por
los Estados Unidos, mientras sean naciones católicos”. Por su parte,
el magnate Rockefeller entre 1969-1970 recorre América Latina y
prepara un informe en el que declara: “La Iglesia Católica ha dejado
de ser un aliado de confianza para los Estados Unidos…y por el
contrario, se transforma en un peligro porque concientiza a las
masas”. Recomienda la difusión de las sectas protestantes para
contrarrestar la influencia que tiene el catolicismo en la comunidad.
Como si hubiera sido algo profético en las décadas de 1970 y 1980
los “movimientos cristianos” de carácter “fundamentalistas”,
“Carismáticos”, “milenaristas” o “apocalípticos” tales como:
“Adventistas del Séptimo Día”, “Mormones”, “Testigos de Jehová”,
“Asamblea de Dios”, “Pentecostales” entre muchos otros;
empezaron un fuerte proselitismo religioso con gran éxito, apoyados
con un alto financiamiento en dólares que se ve reflejado en
colegios, universidades, dispensarios, hospitales, clínicas, folletos,
revistas, libros, videos, estaciones de radio y televisión, páginas en
Internet, programas de alfabetización, seminarios teológicos,
escuelas dominicales y estudios de Biblia gratis.

IV. CUADRO ESTADÍSTICO


El protestantismo importado principalmente de Estados Unidos y
Puerto Rico, ha conquistado cada vez más terreno.
A comienzos del siglo XX, los no católicos en América Latina eran 50
mil. Para 1940 el número de conversos a las Iglesia Evangélicas era
de medio millón. En la década de 1.960 apenas llegaba a 10
millones, y se duplicó en los diez años siguientes. Para 1990 se
calculan en 52 millones de protestantes. En el año 2.000 llegaron a
60 millones. Hoy puede haber más de 70 millones de cristianos no
católicos en Latinoamérica.
El crecimiento de las sectas protestantes en los últimos cuarenta
años ha sido del 400%.
Según datos reconocidos por la Conferencia Episcopal
Latinoamericana y del Caribe (CELAM), para la década de los
noventa (s. XX), cada día un promedio de 9.000 ex católicos se
pasaban a otras denominaciones cristianas; para el año 2.010 este
número aumentó a 10.000.
En 1970 los católicos en Ámérica Latina eran el 92% de la
población, para 1980 eran el 80%, y en nuestros días ha mermado
al 63%.
En América Latina el neo-pentecostalismo es la forma del
cristianismo que cuenta con el mayor número de miembros después
del catolicismo. De 6.000 nuevas congregaciones protestantes que
surgen cada año, 4.000 son pentecostales. Más de una tercera parte
de todos los cristianos pertenecen a este grupo.
En los últimos 40 años la Iglesia Católica en América Latina ha
perdido como mínimo el 20% de los feligreses frente a estos
movimientos cristianos neo-pentecostales y evangélicos.

En los Estados Unidos los católicos en 1900 eran 9.907.000. En 1955


llegaron a 32 millones. Para esta misma fecha los protestantes eran
57 millones de adeptos. Ya para los años noventa casi un millón de
hispanos habían dejado la Iglesia Católica desde los pasados quince
años. Cada año la cantidad aumenta en una cifra de entre 60.000 a
100.000 ex-fieles. Hoy en día se pueden encontrar tres millones de
ex-católicos por sólo 300.000 conversos. Un estudio resiente sobre
el tema reveló que en esta nación el cristianismo es la religión del
78,4% de la población, de éstos un 76,4% corresponden al
protestantismo y un 23,6% al catolicismo. Hay que resaltar que las
cifras han ido cayendo durante las últimas décadas. El mismo
informe especificó que la Iglesia Católica (70 millones de creyentes),
registra la mayor fuga de feligreses de todas las religiones referidas
en el censo, y es así como un poco más del 10% de los adultos
estadounidenses que se han criado en el catolicismo han
abandonado su religión. Muchos católicos se han pasado a otros
movimientos cristianos como la Evangélica, Baptista, Pentecostales o
Adventistas del Séptimo día. Uno de cada diez evangélicos hoy en
día fue católico en el pasado. El descenso del número de
protestantes en menor, un 2,6%, entre metodistas, luteranos,
presbiterianos o episcopalianos que se pasan a las nuevas sectas
evangélicas que abarcan un 51% de todas las denominaciones
protestantes.
México es el segundo país con mayor cantidad de católicos del
mundo (100 millones). Desde 1970 su población católica ha decaído
notablemente. Los protestantes que eran un 7,3%, para el año
2.005 llegaron al 20%. Hoy en día los católicos son el 82%.
En América Central el 66,4% de sus habitantes se declaran
católicos. Es decir, que el catolicismo ha tenido una disminución del
17%.
Para el año 2020 los evangélicos llegarán al 50% de la población
total en países como Guatemala, Puerto Rico, El Salvador, Honduras
y Nicaragua.
Desde 1960 las sectas cristianas se han triplicado en República
Dominicana, cuadruplicado en Puerto Rico, quintuplicado en El
Salvador y Costa Rica, sextuplicado en Guatemala (La cuarta parte
de la población indígena se identifica ahora como evangélica). El
menor índice de incremento corresponde a Cuba.
En Costa Rica los católicos han pasado de ser 81% hace veinte años
a ser el 62% en nuestros días.
En América del Sur el 86,8% de la población son católicos. Mientras
que más de 35 millones de personas pertenecen a iglesias y sectas
protestantes. De hecho, los católicos son 10% menos.
En Brasil donde se encuentra el mayor número de católicos del
mundo (164 millones), se ha visto un marcado paso de fieles a otros
grupos cristianos. Así por ejemplo, A inicios del siglo XX el 99% de
la población brasileña se reconocía católica, para los años cincuenta
eran el 93,5%, para la década de los 80 al 2.000 disminuyeron al
89%, hoy son el 63 %. En el mismo lapso de tiempo las iglesias
cristianas han pasado de 0,5% al 22% (42 millones). La adhesión de
personas a las iglesias y sectas protestantes se ha triplicado en los
últimos 30 años. A finales de los años noventa había 16 millones de
protestantes, es decir, ciento por ciento más de los que existían a
comienzos de la década del 80. Cada año un millón de personas
abandonan el catolicismo. En diez años, la Iglesia Católica habrá
perdido una cuarta parte de sus miembros, y los evangélicos
representarán un 18% de la población. Entre más de 100
denominaciones cristianas, las más difundidas son: Pentecostales, la
Asamblea de Dios, la Iglesia Cristiana de Brasil, la Bautista, la Iglesia
Universal del Reino de Dios, los Adventistas del Séptimo Día y los
Testigos de Jehová.
En Chile en la última década los grupos evangélicos han logrado la
deserción de la décima parte de la población católica, y siguen en
aumento. En la actualidad el catolicismo representa el 57% de sus
habitantes.
En Argentina en veinte años cuatro millones de personas se habrán
alejado del la Iglesia Católica. Los evangélicos representarán el 10%
de la población, y el doble en los barrios pobres de las grandes
ciudades. Los católicos son el 77%.
En Colombia hace veinte años el 90% de su población se declaraba
católica. Hoy en día con un censo estimado en 46 millones de
habitantes, puede haber nueve millones de evangélicos, y adeptos a
otras religiones y sectas cristianas (especialmente las de carácter
carismático), lo que equivale al 19 %, mientras que la población
católica ha disminuido al 79%.
En el resto de países como Perú, Venezuela, Ecuador, Bolivia,
Uruguay y Paraguay; se presenta el mismo fenómeno de
disminución de fieles.
V. EL PLANO PASTORAL
En la III Conferencia Episcopal de América Latina y el Caribe en
Puebla (1979), se abordó el tema de la invasión de las sectas
fundamentalistas como un “desafío” para la Iglesia Católica. Ya para
la IV Conferencia Episcopal celebrada en Santo Domingo (1992), se
cambió la expresión por un “reto”.
El 1 de septiembre de 1986, en la revista Newsweek, el arzobispo de
Salvador de Bahía (Brasil), cardenal Lucas Moreira Neves, declaró
que “la primavera de las sectas podría significar el invierno de la
Iglesia Católica”. En el mismo reportaje, monseñor B. Kloppenburg
no duda en afirmar que el paso de católicos a las sectas en
Latinoamérica es en la actualidad superior cuantitativamente al que
se dio en Europa Central durante el siglo XVI del catolicismo al
protestantismo.
En febrero de 1996, en un viaje apostólico del Papa Juan Pablo II a
Guatemala, Nicaragua, el Salvador y Venezuela, dijo que “en los
últimos decenios (haciendo referencia desde los años 1960) la
acción misionera de la Iglesia no se ha mantenido al mismo ritmo de
la expansión demográfica y ha sido contrarrestada, especialmente
en América Latina, por la acción disgregadora de las sectas”. En este
mismo sentido, el arzobispo de la capital guatemalteca, Próspero
Penados del Barrio, expresó que “el Papa viene a tratar de
consolidar la Iglesia y a animar los obispos (…) pero cada día nace
una nueva secta, y al multiplicarse las sectas pierde fuerza la
Iglesia”.
En mayo del 2007, en la V Conferencia Episcopal de América Latina
y el Caribe que se efectuó en el santuario mariano de Aparecida
(Brasil), el Papa Benedicto XVI, declaró que la principal meta de este
encuentro de obispos era “recuperar a los católicos apartados”. Del
mismo modo, en el numera 225 del “Documento Conclusivo”, se
puede leer lo siguiente: “Según nuestra experiencia pastoral,
muchas veces, la gente sincera que sale de nuestra Iglesia no lo
hace por lo que los grupos ‘no católico’ creen, sino,
fundamentalmente, por lo que ellos viven; no por razones
doctrinales, sino vivenciales; no por motivos estrictamente
dogmáticos, sino pastorales; no por problemas teológicos, sino
metodológicos de nuestra Iglesia. Esperan encontrar respuestas a
sus inquietudes. Buscan, no sin serios peligros, responder a algunas
aspiraciones que quizás no han encontrado, como debería ser, en la
Iglesia”.
En marzo del 2008, en el acto de inauguración del Primer Encuentro
de los Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades, que se
realizó en Bogotá (Colombia), y en el que participaron 18 obispos de
América Latina y delegados de unos 50 grupos de seglares, el
cardenal Francisco Javier Errázuriz, presidente del CELAM, afirmó
que “la Iglesia pierde miembros e influencia en la sociedad. Una de
las razones para que ocurra esté fenómeno es que han crecido los
grupos pentecostales (evangélicos, carismáticos, etc.…) algo que
habla bien del pueblo, porque siguen invocando a Cristo, pero no
hablan bien de nosotros como Iglesia”. Por su parte, monseñor
Stanislaw Rylko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos,
aseguró en su discurso que en “nuestro mundo proliferan falsos
maestros que hacen promesas de felicidad a bajo precio”.
VI. PRINCIPALES DIFICULTADES
El bajo número de ministros ordenados a nivel mundial. Entre 1961
y el 2007 la cifra pasó de 406.509 a 408.024 (0,04% del total de
católicos hoy en día). Se estima que en América Latina hay un
sacerdote en cada parroquia para un promedio de 10.000 a 15.000
fieles. Mientras que cada comunidad protestante puede disponer de
tres a cinco pastores para un rebaño que no supera los 300 adeptos.
Del mismo modo, es fácil ya encontrar en un mismo sector de una
zona urbana o rural, una sola parroquia por tres a cinco
congregaciones cristianas de diferentes denominaciones.
Igualmente, por una nueva iglesia católica que se construye se
levantan seis templos protestantes.

En marzo del 2003, el cardenal Crescenzio Sepe, prefecto de la


Sagrada Congregación para la Evangelización de los Pueblos, dijo en
un sitio en Internet de la Ciudad del Vaticano, que “la gran tentación
de las últimas décadas (…) ha sido la de olvidarse de la
proclamación explícita de Cristo y de la dimensión espiritual de la
misión “ad gentes” (a los pueblos). Esto ha hecho que la labor de
algunos misioneros se reduzca a una especie de filantropía falta de
espíritu, una obra social que, aunque útil, no tiene el carácter
apostólico que resuena en el libro de Hechos de los Apóstoles”.
En abril de 2004, el padre Andrea Fontana, director de la Oficina
Catequística Diocesana de Turín (Italia), escribió en un artículo
publicado en el rotatorio católico Avvenire, “¿Cuánto conocen de la
Biblia los sacerdotes?”, a lo que respondió: “Aparte de los cursos
recibidos en el seminario, pocos (párrocos) continúan estudiando la
Biblia (…) Las homilías dominicales suelen ser el único momento en
que muchos fieles tienen la posibilidad de oír hablar del texto bíblico
y aproximarse a este”.
En Junio de 2012, monseñor Lucio Soravito De Franceschi, obispo
de Adria-Rovigo, opinaba que “nuestra atención pastoral debería
pasar de tocar las campanas de las iglesias a tocar los timbres de las
puertas”.
I. POSIBLES SOLUCIONES
Desde el Concilio Vaticano II (1962-65) hasta nuestros días, varios
documentos pontificios han resaltado la importancia de que los
seglares que son la gran mayoría del pueblo católica (97,4%),
deben asumir por el sacramento del bautismo su papel de “Reyes”,
“Sacerdotes” y “Profetas”. En este mismo aspecto, los diferentes
movimientos laicales como: la “Acción Católica”, el “Opus Dei”, la
“Renovación Católica Carismática”, el “Camino Neocatecumenal”, los
“Cursillos de Cristiandad”, la “Legión de María”, “Comunión y
Liberación”, los “Caballeros de Colón”, los “Heraldos del Evangelio”
entre muchos otros; tienen una gran responsabilidad en el
apostolado.
El ya mencionado Papa Juan Pablo II en un viaje pastoral a la isla de
Haití (1983), propuso la llamada “Nueva Evangelización”, que
deberá enfocarse en tres aspectos importantes:
- Nueva en su ardor.
- Nueva en sus métodos.
- Nueva en su formulación.
En el año 1988, la Conferencia Episcopal de México presenta un
informe sobre la “Doctrina y la Fe”, en donde declaran que se debe
insistir en los contenidos esenciales de nuestra religión, acentuado
principalmente en:
 La Divinidad de Jesucristo.
 La Eucaristía.
 La Iglesia Católica como Cuerpo Místico de Cristo.
 La Virgen María.
 El culto a las Imágenes Sagradas.
 El sentido auténtico de la Biblia dentro de la Iglesia.
En el numeral 229 del “Documento Conclusivo de Aparecida”, dice:
“Hoy se hace necesario rehabilitar la auténtica apologética que
hacían los padres de la Iglesia como explicación de la fe. La
apologética no tiene porqué ser negativa o meramente defensiva
perse. Implica, más bien, la capacidad de decir lo que está en
nuestras mentes y corazones de forma clara y convincente, como
dice San Pablo ‘haciendo la verdad en la caridad’ (Ef. 4,15). Los
discípulos y misioneros de Cristo de hoy necesitan, más que nunca,
una apologética renovada para que todos puedan tener vida en Él”.

En octubre de 2008, se llevó a cabo en la ciudad del Vaticano el


“Sínodo de Obispos”, donde los altos jerarcas puntualizan sobre el
tema de “La Biblia y el fenómeno de las sectas”, seguir los
siguientes pasos:

 Una correcta hermenéutica de las páginas bíblicas. Intensificar la


actividad pastoral para proporcionar el alimento de la Palabra de
Dios a los fieles que la buscan.
 Aprender de la rica experiencia de los primeros siglos de la Iglesia
que sin embargo conocieron fenómenos análogos.
 Conocer mejor las características peculiares, las causas y los
promotores de las sectas tal como se presentan hoy.
 Ayudar a los fieles a distinguir bien la Palabra de Dios de las
revelaciones privadas.
 Impulsar grupos que compartan y mediten las Sagradas Escrituras
para contrarrestar la atracción de las sectas y del
fundamentalismo.
 Es necesario que los sacerdotes estén adecuadamente preparados
para afrontar estas nuevas situaciones, haciéndoles capaces de
proponer una animación bíblica de la pastoral, adaptada a los
problemas que siente la gente de hoy.
 Pedimos a la Santa Sede que estudie, en colaboración con las
Conferencias Episcopales y las estructuras competentes de las
Iglesias Orientales Católicas, el fenómeno de las sectas en su
amplitud global y en sus repercusiones también locales.

DIEZ VERDADES CONTRA LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

1. Mientras que la Iglesia Católica cuenta con pruebas bíblicas,


históricas y arqueológicas que demuestran que fue fundada por el
propio Cristo Jesús, cuando nombró al apóstol Pedro como su primer
Vicario en la Tierra (Mateo 16, 17-18; Lucas 22,32; Juan 21,15-17).
El libro “El hombre en busca de DIOS”, tiene unas importantes
declaraciones sobre este tema: En 33 E.C. antes de finalmente
ascender al cielo, el resucitado Jesús dio estas instrucciones a sus
discípulos: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la
tierra... Y, ¡miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la
conclusión del sistema de cosas”. (Mateo 28:18-20) Esta es una
razón por la cual desde su mismo principio el cristianismo fue una
religión activa, proselitista, que provocó la cólera y la envidia de los
seguidores de las religiones griega y romana de aquellos días”.
(Página 248). Los Testigos de Jehová solo empezaron a existir por
Charles Taza Russeell, quien en el año de 1879, después de haberse
separado de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (aunque esto no
lo reconocen ellos), para fundar su propia organización llamada “La
Sociedad Torre del Vigía” en Pennsylvania (EEUU). (Pág 352). Pero
conservando gran cantidad de creencias aprendidas en su antigua
congregación.

En su revista ¿Qué exige Dios de Nosotros?, en la pág 26; explican


que “Jesús fundó una sola religión cristiana verdadera. Por lo tanto,
hoy en día únicamente tiene que haber un grupo de adoradores
verdaderos de Jehová Dios. (Juan 4, 23,24; Efesios 4, 4,5)”. Más
adelante, en la pág 28 aclaran que “La historia moderna de los
testigos de Jehová empezó en la década de los setenta del siglo
XIX”. Del mismo modo, en La Atalaya, pág 29, del 15 de octubre de
2008; agregan: “Confiamos plenamente en la promesa que les hizo
(Jesucristo) a sus seguidores ungidos del siglo primero: Estoy con
ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas”
(Mateo 28,20).

Pero aún hay más ya que en la revista que ellos utilizan en las
reuniones en los salones del reino, hay unas interesantes
declaraciones que vale la pena analizar cuidadosamente: “Dijo Jesús
después de su resurrección…”¡Miren!, estoy con ustedes todos los
días hasta la conclusión del sistema de cosas” (Mateo 28:18-20)
…“Jesús no abandonó a sus seguidores cuando regresó al cielo
(Mateo 28,20). Ahora bien, sobre el origen de su organización, lo
justifican de la siguiente manera: “A finales del siglo diecinueve,
Charles Taze Russell y algunos colaboradores se esforzaron por
restaurar la adoración cristiana verdadera”. Y más adelante
agregan: “Solo la ayuda del espíritu santo puede explicar el
fenomenal aumento del conocimiento espiritual a partir de 1919,
después de siglos de apostasía y oscuridad”. Conclusión: O Jesús es
un vil mentiroso y los evangelios son una farsa, o los editores de
esta revista están por encima de la Palabra de Dios. (La Atalaya de
Estudio; páginas 22, 28, 25, 26-27; de febrero de 2017).

2. Los Testigos de Jehová adoptaron oficialmente este nombre en el


año de 1931, cuando su segundo presidente Joseph F. Rutherford lo
tomó de un texto del profeta Isaías (43,10.12). (La Atalaya, Pág 11;
1 de enero de 2000). Por el contrario, la Iglesia Católica que
pertenece al pueblo del “Nuevo Pacto” (Mateo 26,28; Hebreos 8,6;
9,15; 12,24) o “Pacto Eterno” (Hebreos 13,20); somos testigos de
Cristo (Juan 1,7;15,26-27; Romanos 1,5-6; 15,16) resucitado (Lucas
24,46-48; Hechos 1,8; 2,32; 5,31-32; 10,39; 22,15; 23,11;
Apocalipsis 17,6). También encontramos como los apóstoles y
discípulos se hacen llamar así mismo como “siervos de Cristo”: Pablo
(Romanos 1,1; Filipenses 1,1; Gálatas 1, 10), Santiago (Santiago
1,1), Pedro (2 Pedro 1,1), Judas (1) y Epafras (Colosenses 4,12).
Incluso, el término “Testigos de Jehová” no aparece en ningún
pasaje de las Escrituras Griegas (Comparar con Hechos 10,41; 1
Corintios 15,15). Del mismo modo, es en el nombre de “Jesús”, que
encontramos la salvación eterna (Mateo 10,22.32; Juan
3,18;15,16;16,23-24;20,31; Hechos 2,21;4,12;7,59;16,30-31;
Romanos 1,5-6;10,9.13; 2 Timoteo 2,19; 1 Juan 5,13). Jesús
Siempre dejó claro que su relación con Dios Padre era desde toda la
eternidad, siendo señalado como el único Mediador entre el Altísimo
y los seres humanos (Mateo 11,27; Juan 8,58; 10,30.38; 14, 9;
16,28; 3,25; 5,22).

En el Nuevo Testamento a Dios Todopoderoso se le reconoce como


ABBA (Papá) (Mateo 6,9; 23,9; Marcos 14,36; Juan 17,5-6.25-26;
Romanos 8,15; Gálatas 4,6; Colosenses 3,17). La Virgen María dice
que el nombre de Dios Padre es “Santo” (Lucas 1,49; Comparar con
Isaías 57,15); Jesús lo llamó: “Padre Santo” (Juan 17,11), “mi
Padre” (Mateo 7,21), “Padre mío” (Mateo 26,39), “Padre Celestial”
(Mateo 6,26.32.; 18,35), “Padre, Señor del cielo y de la tierra”
(Mateo 11,25), “vuestro Padre” (Mateo 5,16), “Padre nuestro”
(Mateo 6,9), mi Padre y vuestro Padre, mi Dios y vuestro Dios (Juan
20,17). “De hecho, las primeras palabras de Jesús registradas en la
Biblia corresponden a una ocasión en que –estando en el templo,
con solo 12 años de edad- lo llama `mi Padre’ (Lucas 2,49). En los
Evangelios se le aplica este título unas ciento noventa veces” (La
Atalaya, pág 7; 1 de abril de 2010). Es decir, el número de veces
que la palabra Padre se aplica a Dios en los evangelios duplica el
número de veces que aparece la misma en el resto del N.T.
Solamente en el evangelio de Juan comprende 107 veces. No
obstaste, los testigos de Jehová en otras publicaciones quieren
hacer creer a sus adeptos que los del llamado “clase de los ungidos”
son los únicos que puedes tener este privilegio, el resto de sus
miembros 8.500.000 son huérfanos de un “Padre Celestial”. (Véase
al respecto el artículo “¿cómo sabe un cristiano si ha sido elegido?”
de la ATALAYA DE ESTUDIO de Enero de 2016).

3. Los Testigos de Jehová no reconocen el dogma de la Santísima


Trinidad (El hombre en busca de Dios, Págs 356-357). No obstante,
en el Nuevo Testamento se nos confirma que Dios es una
comunidad formada por tres personas divinas distintas. Prueba de
ello lo encontramos en la anunciación del ángel San Gabriel a la
Virgen María (Lucas 1,35); en el bautismo de Jesús en el río Jordán
(Lucas 3,21-22); en la transfiguración en el monte Tabor (Mateo
17,1-5); en el mandato del Mesías de bautizar a todas las naciones
(Mateo 28,18-19). Al igual, que en la bendición del apóstol Pablo a
la comunidad de fieles de Corintio: “La gracia del Señor Jesucristo, y
el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con todos
ustedes” (2 Corintios 13,14); y la declaración de San Juan: “Porque
tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo
(Jesús) y el Espíritu Santo; y estos tres son uno” (1 Juan 5,7). Véase
también (Hechos 2,32-33; Gálatas 4,4-6; Efesios 2,18.22; Hebreos
9,14; 10,29; 1 Pedro 1,2; Judas 20-21).
4. Los Testigos de Jehová no son considerados como una
congregación cristiana, ya que desconocen la naturaleza divina del
Hijo de Dios (Filipenses 2,6-8; Colosenses 1, 15; Hebreos 1,3).
Aunque ellos se hacen llamar como LA IGLESIA CRISTIANA DE LOS
TESTIGOS DE JEHOVÁ, pero en realidad no los son, ya que como el
ex sacerdote Arrio en el siglo IV, piensan que Jesús no es Dios sino
la primera criatura creada por el Padre. El apóstol y evangelista Juan
quien escribió su evangelio y sus tres cartas bajo la moción del
Espíritu Santo (ex agion kenoumenos pneumatos), dice al
respecto:

 “En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y


el Verbo era Dios” (Juan 1,1. La Biblia de las Américas).
 “Pero sabemos que el Hijo de Dios es venido, y nos ha dado
entendimiento; para conocer al que es verdadero; y estamos
en el verdadero, en su Hijo Jesús, el Cristo. Este es el
verdadero Dios, y la vida eterna” (1 Juan 5,20. Sagradas
Escrituras 1569).

La introducción del Evangelio de Juan: “En el principio ya existía la


palabra (Jesús); y aquel que era la palabra estaba con Dios y era
Dios”. Mientras que en su Biblia aparece: “En el principio era la
palabra...y la palabra era un dios”; lo que daría a entender que
Jesucristo es un “dios falso” (Éxodo 20,3; Hechos 12,22; 28,6). Es
más, el término “la palabra era un dios”, no se encuentra en
ninguna de las más importantes traducciones de los Textos
Sagrados, como la Biblia católica de Jerusalén y la versión
protestante Reina Valera.

Igualmente, en su libro de cabecera que utilizan en la predicación en


la calle llamado: “Razonamiento a partir de Las Escrituras “, en la
pág 67; reconocen ellos mismos: “Algunos traductores han
permitido que sus creencias personales influyan en sus
traducciones”.
Ante esta confusión teológica explican en sus revistas oficiales, cinco
cosas completamente distintas:

 “Jesús no es ni un hombre ni el Dios todopoderoso. Más bien,


es una poderosa criatura espiritual” (La Atalaya, Pág. 6, 15
septiembre de 2005).
 “Los testigos de Jehová creemos que Jesús tiene un origen
divino, pero que no es un Dios” (La Atalaya, Pág. 21; 1 de
diciembre de 2002).
 “El apóstol Pablo escribió que Jesús ‘existía en la forma de Dios’
antes de venir a la Tierra” (La Atalaya, pág. 7; 1 de enero de
2005).
 “Las Escrituras señalan al resucitado Jesucristo como el jefe de
todos los ángeles: el arcángel Miguel” (¡Despertad! Pág. 17; 8
de febrero de 2002).
 “Jehová también nos ofrece otro tipo de ayuda angélica.
Revelación 10:1 describe la visión de un impresionante `ángel
fuerte´,…Este ángel representa sin duda al glorificado
Jesucristo”. (La Atalaya, pág. 19; 15 de diciembre de 2004).

¿ES JESUCRISTO DIOS? Este es el título de la revista ¡Despertad! 22


de abril de 2005, en sus páginas 8 y 9, dejan ver su ambigüedad en
cristología (estudio teológico sobre Jesús), ya que primero dicen:

o Aunque Jesús nunca afirmó que fuera Dios, en la profecía de


Isaías se alude a él como el gobernante designado por Jehová
con los términos “Dios poderoso” (Isaías 9:6,7).
o ¿No dijo el apóstol Juan que Jesús es Dios?. En la Biblia de
Jerusalén, Latinoamericana (BJL), Juan 1:1 dice: “En el
principio existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios, y la
Palabra era Dios”.

Más adelante, argumentan que en realidad Jesucristo es “un dios”, y


lo comparan con “seres humanos” y con el mismo “Satanás”:
 Refiriéndose a Herodes Agripa I, la multitud exclamó: “¡Es un
dios el que habla” (!). Y cuando Pablo sobrevivió a la picadura
de una serpiente venenosa, la gente empezó a llamarlo “un
dios´” (Hechos 12:22; 28:3-6, BJL).
 La noche antes de morir, Jesús advirtió tres veces a sus
discípulos acerca de este dios, a quien llamó “el gobernante de
este mundo”. Dijo que este poderoso gobernante, o dios, “será
echado afuera” (Juan 12:31; 14:30; 16:11). ¿Quién es, y qué
es el mundo en el que gobierna? Se trata del ángel rebelde,
Satanás.

La Atalaya del 1 de Noviembre de 2008, dicen en el prólogo de la


página 24 lo siguiente: “ESA es la pregunta que se hace todo
traductor al enfrentarse al primer versículo del Evangelio de Juan.
La Traducción del Nuevo Mundo lo vierte así: “En el principio la
Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un
dios” (Juan 1:1). Y para apoyar su tesis hace alusión al texto en
copto sahídico y al papiro Chester Beatty-813 (siglo III); de los que
sacan tal conjetura gramatical para negar la “Divinidad de
Jesucristo”. No obstante, es necesario hacer las siguientes
precisiones:

 El mismo escrito aclara: “el griego del siglo I no tenía  artículo


indefinido (un, una, unos y  unas). (Páginas 24-25).
 Otros papiros antiguos que contienen el evangelio de Juan
como son: El Bodmer (P66) hacia el año 200, y el P 75 también
datado de la misma fecha; fueron escritos en griego koiné. Este
último, es muy parecido al Códice de Alejandría (A/02), el cual
hace legar esta forma textual al siglo II.
 Los más prestigiosos eruditos bíblicos al igual que las
principales traducciones de la Biblia, traducen de forma
correcta el mismo pasaje de Juan 1,1, de la siguiente manera:
“Y la Palabra era Dios” (Biblia de Jerusalén Latinoamericana;
Traducción en lenguaje actual). (Página 24).
Cuando cualquier persona se encuentra en la predicación a los
testigos de Jehová y le pregunta por Jesús, ellos siempre contestas
como disco rayado: “Jesús es un dios, que es Dios, pero que no es
el Todopoderoso”. Jesús es el Pantokrátor, término griego para
“Todopoderoso”. En un sentido literal implica “Gobernante sobre
Todo; Aquel Que Tiene Todo el Poder”:
 “Todas las cosas fueron hechas por medio de Él” (Juan 1,3;
Biblia de las Américas).
 “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra” (Mateo
28,18; Biblia de Jerusalén).
 “Porque por él fueron creadas todas las cosas que están en los
cielos, y que están en la tierra“(Colosense 1,16; Biblia Jubileo
2000).
 “Quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder”
(Hebreo 1,3; Biblia Reina Valera Gómez).
 “YO SOY el Alfa y la Omega: principio y fin, dice el Señor, el
que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso”
(Apocalipsis 1,8; Sagradas Escrituras 1569).

De hecho, si aceptáramos esta doctrina de los russellitas, se verían


ellos confrontados con dos cuestionamientos bíblicos:

1. No podría ser Jesús nuestro Salvador (Lucas 2,11), ya que el


primer mandamiento de la ley divina dado a Moisés en el
monte Sinaí, dice textualmente: “Yo soy Jehová tu Dios…No
debes tener otros dioses contra mi rostro” (Éxodo 20,1-3).
2. Si Jesús tuvo el poder de crear a Satanás (Colosenses 1,16).
Cómo es posible aceptar que ambos sean del mismo rango.
Esto va en contra de lo que enseña el apóstol Pablo: “el dios de
este sistema de cosa ha cegado las mentes de los incrédulos,
para que no pase [a ellos] la iluminación de las gloriosas
buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios” (2
Corintios 4,4).
Biblia en línea TRADUCCIÓN DEL NUEVO MUNDO DE LAS SANTAS
ESCRITURAS).

En la revista de estudio de marzo de 2017, el artículo “DEMOS


HONRA A QUIEN LO MERECE”, en el punto número 4 dice: “Honrar
a Jehová y a Cristo no es opcional. Nuestra vida eterna depende de
que lo hagamos. Lo que dijo Jesús en Juan 5:22,23 lo deja claro: “El
Padre no juzga a nadie, sino que ha encargado todo el juicio al Hijo,
para que todos honren al Hijo así como honran al Padre. El que no
honra al Hijo no honra al Padre que lo envió” (página 9). En el
griego koiné dialektos (=lenguaje común) en que fue escrito el
Nuevo Testamento, el adjetivo “honrar” es “time”, y determinan el
mismo “valor”, “honor” o “estima” que se dan en igual de
condiciones para la persona del Padre y del Hijo. En la práctica los
mismos testigos de Jehová no lo hacen, ya que consideran a
“Jesucristo” como un “dios” inferior.
En el libro: “Acerquémonos a JEHOVÁ”, en la página 14 hay un
recuadro en la parte superior que dice:
Algunos títulos de Jehová:
Todopoderoso. Su poder es infinito, irresistible (Revelación 15:3).
Padre. Él, que es fuente de toda la vida, incluida la eterna, ama
paternalmente a sus siervos (Proverbios 27:11; Juan 5:21).
Magnífico Instructor. Es el Maestro sapientísimo, a quien debemos
recurrir en busca de enseñanza y dirección (Isaías 30:20; 48:17).
La Roca. Es inmutable y un refugio seguro (Deuteronomio 32:4).
Pastor. Guía y ampara a sus “ovejas” —sus siervos— y se encarga
de alimentarlas espiritualmente (Salmo 23:1).
Podemos complementario con el Hijo de la siguiente manera:
Algunos títulos de Jesús:
Todopoderoso. Su poder es infinito, irresistible (Mateo 28:18;
Revelación 1:8).
Padre. Él, que es fuente de toda la vida, incluida la eterna, ama
paternalmente a sus siervos (Isaías 9:5).
Magnífico Instructor. Es el Maestro sapientísimo, a quien debemos
recurrir en busca de enseñanza y dirección (Juan 13.13).
La Roca. Es inmutable y un refugio seguro (1 Corintios 10,4).
Pastor. Guía y ampara a sus “ovejas” —sus siervos— y se encarga
de alimentarlas espiritualmente (Juan 10:27-28).
Ellos sacan a relucir los textos bíblicos donde Jesús alaba al Padre.
Pero también hay pasajes donde Yahvé hace lo mismo con su
Unigénito: “Ha llegado la hora para que el Hijo del hombre sea
glorificado…Luego vino una voz del cielo: “[Lo] glorifiqué, y también
[lo] glorificaré de nuevo” (Juan 12,23.28. Biblia en línea
TRADUCCIÓN DEL NUEVO MUNDO DE LAS SANTAS ESCRITURAS).
Aquí el término “glorificar” viene del griego doxazo, que significa:
magnificar, exaltar, alabar. Reconociendo en cuanto a un ser
atributos y actos propios de una honra.
Otra de la postura de los testigos de Jehová es enseñar que a
Jesucristo se le puede rendir homenaje o reverenciar, pero no
adorar o rendir culto o servicio sagrado. Eso lo dicen argumentando
que en la Biblia los términos griegos proskyneo (adoración
reverencia) son rendidos a Jesús o a cualquier otra persona, pero
que latreuo (servicio sagrado) es exclusivo a Jehová. Esto lo
argumentan citando Mateo 4:10, Entonces Jesús le dijo: “¡Vete,
Satanás! Porque está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios a quien tienes
que adorar (proskyneo), y es solo a él a quien tienes que rendir
servicio sagrado (latrteuo)”. Además argumentan que las pocas
veces que aparece éste término (latreuo) en la Biblia es para
señalar la adoración exclusiva al Padre.

Jesús manda a rendirle "proskyneo" al Padre y hace énfasis de que


solo a él se le debe rendir culto "latreuo" se debe a que el Diablo
estaba pidiendo adoración y en como respuesta Jesús le dice que
ese servicio o esa adoración solo es para el Padre. Si latreuo
tuviera el énfasis que los testigos le dan entonces Satanás debió
pedir latreuo pero no lo hizo sino que pidió proskyneo. Eso indica
que latreuo no tiene el énfasis que estos pretenden darle.

Los testigos argumentan que el latreuo era la adoración rendida


solo a Jehová, pero dicho énfasis es falso:

Hechos 7,42: “Y Dios se apartó, y los entregó a que


rindiesen culto al ejército del cielo; como está escrito en el
libro de los profetas: ¿Acaso me ofrecisteis víctimas y
sacrificios en el desierto por cuarenta años, casa de Israel?” 
Romanos 1,25: “ya que cambiaron la verdad de Dios por la
mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al
Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén”.

Aquí "latreuo" no está enfatizando que sea exclusivo para adorar a


Jehová, sino servir u ofrecer culto al ejército del cielo y a las
criaturas.

El mismo Juan que es llamado como “el teólogo”, nos da una


recomendación para estos seudo-cristianos, cuando vengan a
tocarnos la puerta de nuestros hogares con esta herejía: “Si alguno
viene a ustedes y no trae esta enseñanza, nunca lo reciban en
casa ni le digan un saludo. Porque el que le dice un saludo es
partícipe en sus obras inicuas” (2 Juan 10-11. Biblia en línea
TRADUCCIÓN DEL NUEVO MUNDO DE LAS SANTAS ESCRITURAS).
5. Agregan que Cristo Jesús es el arcángel “Miguel” (¡Despertad!;
¿Quién es el arcángel Miguel?, págs 16-17; 8 de febrero de 2002).
Desconociendo que la segunda persona de la Trinidad es superior a
todos los ángeles (Juan 1,51; Colosenses 1,16; Hebreos 1,4-5; 1
Pedro 3,22); el “Unigénito de Dios” (Juan 1,18; 3,16), quien también
recibe en Las Santas Escrituras el prerrogativa exclusivo de “Dios”
(Isaías 9,6; Romanos 9,5; Tito 2,13; Hebreos 1,5-9; 2 Pedro 1,1; 1
Juan 5,20). Mientras que “Miguel” (Quién como Dios), es “uno de los
príncipes prominentes” (Daniel 10,13), lo que da a entender que
existen otros “arcángeles” de su mismo rango, así no sean
mencionados con nombres propios.

La palabra arcángel (del latín archangelus, ángeles príncipes,


preeminentes o superiores), se le atribuye a MIGUEL (del hebreo
MIKAÈL o su equivalente en griego de MIJAEL, que significa:
“Quién es como Dios o semejante a Dios” o también “Nadie es como
Dios”). Para los hebreos es el ángel protector frente al poderío de
Persia y Grecia, antiguo patrono de la sinagoga. Ahora bien, no hay
ningún escrito en el judaísmo o en la literatura rabínica (ha Ta Nak,
los textos masoréticos, los Midrásh o el Talmud) donde se relacione
a este “ser angelical” con la llegada del “Mesías”, Maschíaj (en
hebreo) o “Cristo”, kjristós (en griego), equivalente a Christus (en
latín) que quiere decir “Ungido”, “Escogido” o “Sagrado” (término
que identificaban a los reyes, sacerdotes y profetas del pueblo
escogido por Dios), y que en el Nuevo Testamento es un título
prerrogativa de Jesús, el Hijo de Dios y Salvador del género
humano.

Jesús es el “unigénito de Dios” (Juan 1,14; 3,16). La palabra griega


“unigénito” es mono-genés, que puede definirse como “solo en su
clase, o el único miembro de una familia o género”. Con respecto a
Miguel si tomamos como referencia el Diccionario expositivo de
palabras del Antiguo y Nuevo Testamento exhaustivo, de W.E. Vine
(que la misma organización de la WT coloca como consulta en su
libro “Acerquémonos a JEHOVÁ”, en la página 234), dice lo
siguiente: “Arcángel del griego arcangelos no se halla en el AT, y
en el NT solo en 1 Ts 4,16 y Jud 9, donde se usa de Miguel, que en
Daniel recibe el nombre de `uno de los principales príncipes´…Las
Escrituras no revelan si hay otros seres de este exaltado rango en
las huestes celestes, aunque la designación, `uno de los principales
príncipes´ ciertamente sugiere que este puede ser el caso; cf.
también Ro 8.38; Ef 1.21; Col 1.16, donde la palabra traducida
“principados” es arce, el prefijo en arcángel”.
Sobre este mismo tema la Sociedad WATCH TOWER en su obra
PERSPICACIA, volumen 2, página 386, dice que: La primera vez
que aparece su nombre es en el capítulo décimo de Daniel, donde
se dice que es “uno de los príncipes prominentes” que fue a ayudar
a un ángel de menor rango al que se oponía el “príncipe de la región
real de Persia”. A Miguel se le llamó “el príncipe” del pueblo de
Daniel, “el gran príncipe que está plantado a favor de los hijos de tu
pueblo [el de Daniel]”. (Daniel 10:13, 20, 21; 12:1.)

No obstante, el mismo profeta en su libro identificó a otro personaje


que lo describe como “Un Hijo de Hombre” (7,13). Este era uno de
los títulos que más utilizaba Jesús para referirse a sí mismo (Mateo
8,20). Con esta expresión que aparece más de sesenta veces en los
Evangelios, no solo se aclara que Él era un ser humano en el sentido
pleno de la palabra, sino también que reconocía su misión mesiánica
para instaurar un reino que duraría para toda la eternidad (Daniel
7,13-14). La tradición judía conocía bien este apelativo en su
literatura desde el siglo II a.C., y servía para designar al Ungido de
Dios. Dicho expresión jamás aplica para Miguel

En el libro ¿QUÉ ENSEÑA realmente LA BIBLIA? sobre el tema


¿Quién es el arcángel Miguel? Aseguran ellos en la página 218: “la
Biblia contiene indicaciones de que Miguel es otro nombre que
recibe Jesucristo tanto antes de venir a la Tierra como después de
regresar al cielo”. No obstante, sobre el Hijo de Dios encontramos
las siguientes indicaciones en las Sagradas Escrituras, que son
exclusivas de su persona:

o Desde el principio de todo era el Logos, es Verbo o la Palabra


de Dios hecho carne. Juan 1,1; 1 Juan 1,1-2.
o Será llamado el “Emmanuel” (Dios con nosotros): Isaías 7,14;
Mateo 1,23.
o El ángel Gabriel le indica a María su madre que su nombre es
Jesús (Yahvé salva): Lucas 1,31.
o Los judíos lo reconocieron como el “Hijo de David”: Mateo
21,9.
o Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos: Hebreos
13,8.

En las Sagradas Escrituras encontramos una notable diferencia entre


Miguel (espíritu de naturaleza angélica de alto rango), y Jesús
(naturaleza divina y superior a todos los seres espirituales). Así por
ejemplo:
MIGUEL:
 No tiene la autoridad de reprender al Diablo (Judas 9).
 No puede vencer en forma definitiva a Satanás (Apocalipsis 12,
7-8).

JESÚS:

 Expulsa a Satanás de su presencia con su voz poderosa (Mateo


4,10).
 Anduvo en la tierra “haciendo el bien y sanando a todos los
que sufrían bajo el poder del diablo” (Hechos 10,38);
 Ha venido “para deshacer la obra del diablo” (1 Juan 3,8; 4,4).
 En su ministerio público tenía la autoridad de reprender a los
demonios (Marcos 1,25; 9,25).
 “A los Espíritus impuros da órdenes, y le obedecen” (Marcos
1,27).
 Ellos reconocen que es “el Santo de Dios” (Marcos 1,24), “el
Hijo de Dios” (Lucas 4,41), “Hijo del Dios Altísimo” (Marcos
5,7).

Además ellos han modificado dos citas que encontramos en su


Biblia titulada “Traducción del Nuevo Mundo de las Sagradas
Escrituras”:

Dicen ellos que la voz de mando de un arcángel en (1


Tesalonicenses 4,16), es la de Miguel (Jesús); sin embargo la
palabra de Dios explica que el “Hijo del hombre” (Cristo Jesús) es
quien “mandará a sus ángeles para que con un fuerte toque de
trompeta reúna a sus elegidos” (Mateo 24,30-31), véase también
(Marcos 13,26-27; Mateo 16,27; 25,31; Apocalipsis 4,1; 8,6; 10,7).

5. Los Testigos de Jehová dicen en su artículo “Un dilema teológico”


en La Atalaya del 1 de marzo de 1995, págs 29-31; que “los
primeros cristianos rechazaban la enseñanza apóstata sobre la
inmortalidad del alma humana”. Como por ejemplo:

“Miren. Todas las almas….a mí me pertenecen. Como el alma del


padre, así igualmente el alma del hijo….a mí me pertenecen. El alma
que peca…, ella misma morirá" (Ezequiel 18,4 Traducción del nuevo
mundo). De este texto (dotado por cierto, de una sintaxis
horripilante en la versión de los TJ) deducen que el alma es mortal y
por lo tanto, que todo concluye con la muerte física. Tal tesis se
basa en una ignorancia bíblica de considerable calibre. Los TJ no
han sabido distinguir (como lo hacen los escritores bíblicos) entre
muerte espiritual y muerte corporal. La muerte implica en la Biblia
fundamentalmente la idea de separación. La muerte corporal no es
sino la separación entre el cuerpo y el alma. Repetidos pasajes de la
Biblia hacen referencia a una concepción que indica que la muerte
está marcada por la salida del alma del interior del cuerpo (Génesis
35,18).
La idea de la muerte espiritual o muerte del alma arranca del mismo
concepto de separación. Cuando se habla de un alma muerta, se
hace referencia en la Biblia a la separación que opera el pecado
entre ésta y Dios, pero no sé implica en absoluto que el alma sea
mortal o que en el momento de la muerte el ser humano como tal
deje de existir. Es cierto que el pecado significa la muerte del alma;
pero este es en un sentido simbólico que no indica ni inconsciencia
ni mortalidad real. Un ejemplo claro de que esto es así lo hallamos
por ejemplo en la carta a los Efesios donde leemos: “Además,
ustedes (Dios los vivificó), aunque estaban muertos en sus ofensas y
pecados” (Efesios 2,1 Traducción del nuevo mundo). Cualquier TJ
sabe que el Apóstol San Pablo habla en este pasaje de muerte en
sentido espiritual y por lo tanto, simbólico.
No está diciendo que aquella gente pecadora estuviera literal y
físicamente muerta, sin sentir ni padecer. No, lo que San Pablo dice
es que sus pecados les habían producido una muerte espiritual, una
separación de Dios, una alineación del creador, si bien, no cabe la
menor duda, habían seguido vivos y sintiendo en medio de esa
muerte espiritual, puesto que posteriormente escucharon la
predicación del apóstol y la aceptaron como mensaje de salvación.
En el mismo sentido dice (Santiago 5,20) que el que hace un
pecador se arrepienta salva su alma de la muerte. La exégesis es
sencilla: aquel que hace que un pecador se vuelva de su estado
pecaminoso, está logrando que se salve de un estado de muerte del
alma; no porque no se sienta no sufra, sino porque hasta entonces
ha habido una separación absoluta entre él y Dios. He aquí otros
textos que hablan sobre la muerte espiritual: Colosenses 2,13;
Efesios 5,8; Efesios 4,18; Romanos 3,23; Romanos 5,12-15; El
sentido de los textos en que se habla de “muerte del alma” es tan
palpable que estamos seguros de que si no fuera por las anteojeras
que coloca la secta a sus adeptos, estos los verían con toda su
claridad. Y es que la Biblia lo enseña con transparencia meridiana.
- “su soplo exhala, a su barro retorna, y en ese día sus proyectos
fenecen.” (Salmos 146,4 Biblia de Jerusalén).
- “Sale su espíritu, el vuelve al suelo; en ese día de veras
perecen sus pensamientos”. (Salmos 146,4 Traducción del
nuevo mundo).

La exégesis de los TJ interpreta el pasaje como una clara referencia


a que tras la muerte el ser humano deja de pensar y, por lo tanto,
queda inconsciente, aniquilado. Pero el texto no está hablando para
nada de actividad mental o psicológica. La palabra hebrea que se
traduce aquí por “pensamientos” es stnio, es decir, “sus proyectos”.
Viendo los contextos. Lo que el salmista está diciendo no es que el
hombre queda deshecho con la muerte como enseñan los TJ, sino
que no confiemos en los hombres poderosos (versículo 3); y esto
por una razón muy simple: se mueren, y todos los proyectos que
tenían desaparecen con ellos (versículo 4). Nuestra esperanza por el
contrario, debe descansar en Dios (versículo 5).

Por otra parte, la Iglesia Católica al igual que las más importantes
iglesias cristianas y en compañía del judaísmo y el islamismo; creen
firmemente que el hombre al haber sido creado a “imagen” y
“semejanza” de Dios (Génesis 1,26; 2,7), está dotado de una
sustancia inmortal, el espíritu, o hálito divino que penetra en el ser
humano y le infunde vida, y que sobrevive después de la muerte
(Génesis 35,18; Eclesiastés 12,7), porque existe “ángeles y
espíritus” (Hechos 23,8). Así lo testifica Jesús en el Calvario: “Padre,
en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23,46), al igual que el
diácono Esteban (Hechos 7,59); San Pablo nos dice que tenemos
cuerpo (la materia), alma (la vida y la voluntad humana) y espíritu
(sustancia inmortal), es decir, soma (cuerpo), psyche (alma) y
pneuma (espíritu) (1 Tesalonicenses 5,23), el “cuerpo” y el
“espíritu” del ser humano, son de Dios (1 Corintios 6,20). En esta
“Partida” (Filipenses 1,23) que es la muerte, el espíritu se separa del
cuerpo (1 Corintios 5,5); “Porque todos tenemos que presentarnos
ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le
corresponde mientras que estaba en el cuerpo” (2 Corintios 5,10;
Gálatas 6,5-7; Hebreos 9,27); “Para resucitar en Cristo es necesario
dejar este cuerpo para ir a morar cerca del Señor”(2 Corintios 5,8);
“estamos siempre confiado, sabiendo que mientras habitemos en el
cuerpo, caminamos lejos del Señor” (2 Corintios 5,6); “Gemimos en
este estado, deseando ardientemente que sea revestido de nuestra
habitación celestial” (2 Corintios 5,2; Hebreos 13,14). Si Cristo está
en vosotros, el cuerpo ciertamente está muerto por el pecado, más
el espíritu vive por la justicia” (Romanos 8,10-11); “hasta a los
muertos ha sido anunciada la Buena Nueva” (1 Pedro 4,6); Véase
también (Mateo 4), “Porque el hombre se va a su morada de
eternidad” (Eclesiastés 12,5), a la Jerusalén celestial (Gálatas 4,26;
Hebreos 12,22), “tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de
manos, eterna, en los cielos” (1 Corintios 5,2), “los lugares
celestiales en Cristo” (Efesios 1,3; 2,6-7), ya que somos ciudadanos
del cielo (Filipenses 3,20; Hebreos 13,14), en el “reino de su amado
Hijo” (Colosenses 1,13), y estar “siempre con el Señor” (1
Tesalonicenses 4,17). Aquí están “los espíritus de los hombres
buenos que Dios ha hecho perfectos” (Hebreos 12,23; véase
también Apocalipsis 6,9-11; 20,4). 16; Lucas 1,76; Hechos 2,31;
13,36; Romanos 10,7; Efesios 4,8-9; 1 Pedro 3,19). Pues el Altísimo
“no es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para El todos
viven” (Lucas 20,38); Asimismo “Cristo murió y volvió a la vida para
ser Señor de muertos y vivos” (Romanos 14,9); y todo el que crea
en su poder “aunque muera vivirá” (Juan 11,25).

Incluso, la parte que resucita en el hombre es el “espíritu inmortal”


que vuelve a unirse al “cuerpo material” (1 Reyes 17,22; Ezequiel
37,5), porque “el cuerpo sin espíritu está muerto” (Santiago 2,26),
ya que “El espíritu es el que da vida” (Juan 6,63), “el espíritu es
fuerte, pero el cuerpo es débil” (Mateo 26,41), por eso no hay que
andar “conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos
8,1). “Un espíritu no tiene carne ni huesos” (Lucas 24,39). “Lo que
es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,
espíritu es” (Juan 3,6). “Porque el deseo de la carne es contra el
Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne” (Gálatas 5,17); además
“el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas
el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”
(Gálatas 6,8); Pues “la carne y la sangre no pueden heredar el reino
de Dios” (1 Corintios 14,50).

El libro ¿Qué nos enseña la Biblia?, el capítulo seis que lleva por
título ¿Qué nos sucede al morir? Afirma: “Cuando morimos, dejamos
de ver, oír y pensar. Nuestros pensamientos y recuerdos también
mueren. No tenemos un espíritu que siga viviendo en otro lugar”. 
Sin embargo, en otra publicación dicen algo completamente
diferente: “GUY HOLLIS PIERCE, miembro del Cuerpo Gobernante
de los Testigos de Jehová, terminó su servicio en la Tierra el martes
18 de marzo de 2014, a los 79 años de edad. Y como era uno de los
hermanos de Cristo, fue resucitado para vivir en el cielo…
Echaremos mucho de menos al hermano Pierce. Pero nos alegra
pensar que sabía el camino a su morada permanente”. La Atalaya
(edición de estudio), Diciembre de 2014.

6. Según la WT en sus publicaciones dicen que los cristianos se


dividen en dos grupos: la “clase de los ungidos” con esperanza
celestial, y las “otras ovejas” que heredarán la Tierra. El texto bíblico
que ponen de referencia dice todo lo contrario: “Y tengo otras
ovejas, que no son de este redil; a esas también tengo que traer, y
escucharán mi voz, y llegarán a ser un solo rebaño, un solo pastor”
(Juan 10, 14-16. Biblia en línea TRADUCCIÓN DEL NUEVO
MUNDO DE LAS SANTAS ESCRITURAS). Desconocen los
russellistas que la palabra cristiano viene del griego “christianos”,
adjetivo compuesto del sustantivo christos “el Cristo” o “el Ungido”.
De esta forma, un cristiano es alguien relacionado de alguna forma
con Cristo. Por lo tanto, es un “ungido”.

Muchas de las principales doctrinas de esta organización yanqui las


han tomado de este último libro de la Biblia. La palabra griega
“Apokalupsis”, significa la revelación de algo oculto. Lo curioso del
caso es que algunas cuestiones lo toman al pie de la letra y otros se
esfuerzan por darle la interpretación que más les convengan. Por
ejemplo, el tema de los 144.000 de la “clase de los ungidos”, según
ellos van a reinar con Cristo desde el cielo, mientras que la gran
muchedumbre “de todas las naciones*+ y tribus y pueblos+ y
lenguas” (7,9), les toca resignarse a vivir en una “tierra paradisíaca”.
No obstante, son estos últimos los que van a estar con Jesús en las
alturas: “compraste+ para Dios personas+ de toda tribu y lengua y
pueblo y nación,  e hiciste que fueran un reino+ y sacerdotes+ para
nuestro Dios,+ y han de reinar*+ sobre* la tierra” (5,9-10). (Biblia
en línea TRADUCCIÓN DEL NUEVO MUNDO DE LAS SANTAS
ESCRITURAS. O también, si leemos su Biblia encontramos que el
término “ungido” aplica en realidad a los israelitas: “el cual [pacto]
celebró* con Abrahán,+y de su declaración jurada a Isaac,+10  y la
cual [declaración]* él mantuvo fija como disposición reglamentaria
aun a Jacob, como pacto de duración indefinida aun a Israel…
[diciendo:] “No toquen ustedes a mis ungidos,*+y a mis profetas
no hagan nada malo” (Salmo 105: 9-10.15).

Los Testigos de Jehová escriben en su artículo “El pequeño ha


llegado a ser mil” de la revista La Atalaya, del 1 de enero de 2000;
pág 12. Que solamente 144000 elegidos “quienes, junto con
Jesucristo, son coherederos del reino celestial”. Mientras que en el
año 1935 se entendió que las “otras ovejas” pertenecen a la “gran
muchedumbre” de todas las naciones...tienen la esperanza de vivir
para siempre el en paraíso terrestre”. Para justificar tal absurdo
citan algunas referencias del AT como Salmo 37, que dice: “Los
justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre
ella”. No obstante, hay que tener en cuenta que para los escritores
bíblicos judíos era una forma simbólica de añorar vivir en lo que fue
el Edén de nuestros primeros padres. En el NT los cristianos que
conforman el “nuevo y verdadero Israel” (Gálatas 6,16; 1 Pedro
2,9), la recompensa final está es en los cielos. Así lo da a conocer el
apóstol Pablo quien recibió su doctrina del mismo Señor Jesús
(Gálatas 1,12), afirma en: 1 Tesalonicenses 4, 16…los que están
muertos en unión con Cristo se levantarán primero. 17  Después
nosotros los vivientes que sobrevivamos seremos arrebatados,
juntamente con ellos, en nube al encuentro del Señor en el aire; y
así siempre estaremos con [el] Señor. 18 Por consiguiente, sigan
consolándose unos a otros con estas palabras. (Biblia en línea
TRADUCCIÓN DEL NUEVO MUNDO DE LAS SANTAS ESCRITURAS).

De igual manera, afirman en otras publicaciones que el resto de la


humanidad que no acepte sus enseñanzas, serán aniquilados de la
faz de la tierra, incluyendo:

 “Todo el sistema de cosas perversas de Satanás, con su


religión falsa (el cristianismo), sus políticos corruptos, su
sistema comercial avariento y sin escrúpulos, y sus ejércitos
destructores” (La Atalaya, pág 12; 1 de febrero de 2004).
 “No cabe duda de que la cristiandad merece el castigo divino”
(La Atalaya, pág 19; 15 de noviembre de 2004).
 “Hoy día, la cristiandad, que constituye la mayoría de los que
afirman ser cristianos, han sido rechazados por Jehová” (La
Atalaya, pág 11; 1 de diciembre de 2007).
 “En 1917, por ejemplo, el libro El misterio terminado presentó
una denuncia ardiente de la hipocresía de la cristiandad, lo que
provocó la furiosa reacción del clero. Más recientemente, el
tratado Noticias del Reino núm. 37, titulado ` ¡Se acerca el fin
de la religión falsa!´, ha hecho que muchas personas adopten
una postura con respecto al Reino de Dios, sea a favor o en
contra” (La Atalaya, pág 25; 15 de diciembre de 2007).
 “¿Verdad que no nos extraña que Jehová vaya a eliminar
pronto a la religión falsa?” (La Atalaya, pág 9; 15 de junio de
2008).
 “Hoy en día, unos dos mil millones de personas afirman que
son cristianos, pero sus acciones no están de acuerdo con las
leyes de Dios, por lo que en realidad son “obradores del
desafuero” (léase Mateo 7,21-23)” (La Atalaya, pág 4; 15 enero
de 2009).
 “El gran día de Jehová que azotó Jerusalén fue un modelo del
castigo que recibirán en nuestro tiempo la cristiandad por su
apostasía. Asimismo, serán destruidos los restantes miembros
de “Babilonia la Grande”, el imperio mundial de la religión falsa.
Luego se aniquilará a los demás elementos del mundo de
Satanás” (La Atalaya, págs 3-4; 15 de enero de 2011).
(Comparar con Mateo 7,1-5; Romanos 14,10; 1 Corintios 4,5;
Santiago 4,12).

Sobre este punto, han tomado al pie de la letra dos pasajes bíblicos
del libro de las Revelaciones (7,4; 14,1). Sin embargo, los exegetas
han explicado que el número “144000” es un número simbólico que
no aparece en ningún otro texto de Las Escrituras, descifrado de la
siguiente manera [12 (equivalente a los doce hijos de Jacob) X 12
(equivalente a los doce apóstoles), (Mateo 19,28), X 1.000
(equivalente a plenitud), (Éxodo 20,6)]; es decir, muchos serán los
seres humanos que alcancen la salvación eterna en el cielo.

Los Testigos de Jehová dicen que El Reino de Dios “constituyó el


tema central del mensaje de Jesús, como lo ilustra el hecho de que
se encuentren más de ciento diez referencias a él en los cuatro
Evangelios” (La Atalaya, pág 8; 1 de abril de 2010). Sin embargo, en
las Sagradas Escrituras el término el “reino de Dios” y el “reino de
los cielos” tienen la misma connotación (Véase al respecto Mateo
3,1-2; 4,17.23; 6,9-10, 19-20. 33; 10,7; 11,11-12; 21,31; 22,1-10;
23,13.15; 24,14; Marcos 1,15; 10,21; 14,25; Lucas 10,20; 12,32;
Juan 3,3). La esperanza final del cristiano está en los cielos (Mateo
5,19; 7,21; 13,11.33.44-48.52; 10,32; 11,12; 18,1-4; Lucas 8,1;
16,9; 22,29; Hechos 20,25; Efesios 1,18; Colosenses 1,5; 2 Timoteo
4,18; 1 Tesalonicenses 2,12; 2 Tesalonicenses 1,5; Hebreos 10,34;
2 Pedro 1,10-11). En el sermón del monte, Jesús nos exhorta a
creer que “los de corazón humilde recibirán la tierra como herencia”,
pero al final; ellos con los otros “bienaventurados” tendrán su
recompensa en el cielo [Mateo 5,3-12, comparar con Salmo
68,3(4)], ya que el “reino de Dios “ no es parte de este mundo
(Juan 18,36); De hecho, en su revista ¡Despertad!, Del 8 de marzo
de 2005, escriben: “Por eso, Jesús enseñó a sus seguidores a orar
así: ‘Padre nuestro que estás en los cielos’. Como se ve, debía
dirigirse a un ser concreto, Jehová, quien está en un lugar
específico, en los cielos espirituales (Mateo 6:9; 12:50)”. Este sitio
celestial corresponde a “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han
subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para
los que le aman” (1 Corintios 2,9).

Tampoco, Cristo Jesús da un número preciso de los que irán al


“reino de su Padre” en el juicio de las naciones (Mateo 25,31-46). Ya
que “vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán a la
mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos” (Mateo
8,11; Comparar con Isaías 25,6 s.s.); “En la casa de mi Padre hay
muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho
que voy a prepararles un lugar” (Juan 14,2); “la congregación de los
primogénitos que están inscritos en los cielos...a los espíritus de los
justos hechos perfectos” (Hebreos 12,23), “todos los hombres verán
la salvación de Dios” (Lucas 3,6; Isaías 40,5), que es “una
herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en
los cielos para vosotros” (1 Pedro 1,4). Llamada también como “la
corona de la vida, que Dios ha prometido a los que le aman”
(Santiago 1,12), o “la corona incorruptible de gloria” (1 Pedro 5,4).
“Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre”
(Mateo 13,43); Y verán a Dios “tal cual es” (1 Juan 3,2), “cara a
cara” (1 Corintios 13,12; Apocalipsis 22,4), donde el Padre Eterno
será entonces “todo en todos” (1 Corintios 15,28).
Incluso, en el Apocalipsis los “144000” elegidos “han sido
rescatados de entre los hombres como primicia para Dios y el
cordero” (14,4). Sí los llama “primicia” significa que solo son los
primeros en recibir la salvación, y aún faltan muchos más por venir
llamados “la gran muchedumbre”, quienes también están en el cielo,
delante del “trono y en la presencia del Cordero” (5,9-10; 7,9;
19,1). De hecho, el “reino de Cristo” es el mismo “reino de Dios”
(Efesios 5,5), no hay dos “reinos” diferentes (2 Timoteo 4,18).

Del mismo modo, el “paraíso” que menciona la palabra de Dios está


en el cielo. En los evangelios encontramos una única referencia en la
que el Mesías habla directamente sobre el tema, y es en el diálogo
que tuvo en la cruz con el ladrón arrepentido, que le hizo la
siguiente petición: “Y pasó a decir: “Jesús, acuérdate de mí cuando
entres en tu reino”. Y él le dijo: “Verdaderamente te digo hoy:
Estarás conmigo en el Paraíso” (Lucas 23, 42-43. Biblia en línea
TRADUCCIÓN DEL NUEVO MUNDO DE LAS SANTAS ESCRITURAS).
En este pasaje bíblico es necesario hacer cuatro aclaraciones desde
la exegesis y la hermenéutica bíblica:

1. El ladrón arrepentido al ver que Jesús era el “rey de los judíos”


según el letrero en la cruz, le pide de forma directa que lo haga
participe de su reino.
2. El Señor le responde que el “reino” está relacionado con el
“paraíso”, como un único y verdadero lugar de recompensa
eterna.
3. Los testigos de Jehová piensan que Jesucristo va a estar en el
cielo gobernando con “144.000 ungidos” sobre la tierra, que va
hacer un paraíso. Lo cual contradice notoriamente la
declaración hecha por el mismo Cristo.
4. Los traductores de esta Biblia dan a entender con la respuesta
del Hijo de Dios: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás
conmigo en el Paraíso”, que esto sucederá al final de los
tiempo. No obstante, los dos puntos que dividen la frase es
obra de su modo de pensar, no del texto original en griego
koiné que es escrito en forma interlineal carente de puntos
gramaticales.

Igualmente, agrega el apóstol Pablo: “Conozco a un hombre que


cree en Cristo y en que hace catorce años fue llevado al tercer cielo.
No sé si fue llevado en cuerpo o en espíritu, Dios lo sabe. Pero sé
que ese hombre fue llevado al paraíso” (2 Corintios 12,2-4). El libro
del Apocalipsis agrega: “Al que venciere, le daré a comer del árbol
de la vida; el cual está en medio del paraíso de Dios” (2,7).

7. Al referirse a la Iglesia Católica utilizan términos como “falsa


cristiandad”, “Babilonia la grande”, “religión apóstata”, “religión
falsa”, “el imperio mundial de la religión falsa” (La Atalaya, págs 4-5;
del 1 de noviembre de 2001; La Atalaya, págs 19-22; del 1 de mayo
de 2002; La Atalaya, pág 15; del 15 de octubre de 2007).

Para tener una clara idea del odio que sienten por nuestra religión,
encontramos la siguiente descripción textual:

 “Poco después de la muerte de los apóstoles, se formó una


clase clerical separada que oprimía al rebaño y usaba
vestiduras distintivas. La apostasía se extendió como gangrena.
Cuánto desanimó este hecho a los cristianos fieles. Vieron
cómo un culto corrompido eclipsaba a la provisión recién
establecida para la adoración pura, y todo ello sin siquiera
haber transcurrido un siglo desde que Cristo fundó la
congregación”. (La Atalaya, pág 18; del 15 de diciembre de
1999).
 “El clero de la cristiandad no está predicando el Reino de Dios”
(la Atalaya de estudio, pág 10; mayo de 2016).
 “Babilonia la Grande tiene que ser un símbolo de una entidad
religiosa. La prueba bíblica muestra que es en todo el satánico
imperio mundial de las religiones falsas, religión promovida por
él en la mente de los hombres para apartar del Dios verdadero,
Jehová, la atención de la gente” (El hombre en busca de Dios,
pág 369. Ed. 1990).
 “No cabe duda: Babilonia la Grande representa el imperio
mundial de la religión falsa, el cual incluye a todas las
religiones opuestas a Jehová Dios” (¿QUÉ ENSEÑA realmente
LA BIBLIA? Pág 220. Ed.2005).
 “Por desgracia, las religiones de este mundo corrupto han
dejado a la gente confundida sobre lo que significa amar a
Dios” (Acerquémonos a JEHOVÁ, pág 311. Ed. 2002,2014).

Lo que no tienen en cuenta los Testigos de Jehová es que el Mesías


al fundar su Iglesia, había advertido que de la misma “congregación
de creyentes” iban a salir “falsos profetas” que querrán acabar con
Ella (1 Corintios 1,10; 11,18-19; Gálatas 1,6-9; 1 Timoteo 6,3-5; Tito
3,10-11; 1 Juan 2, 18-19); lo que ya había sido pronosticado en la
parábola de la “cizaña en el trigo” (Mateo 13,24-30), pero que en
ningún momento podría exterminarla (Mateo 16,18; 28,20; 24,35).
Pues es la misión de los pastores del verdadero rebaño (desde los
inicios del cristianismo), cuidar de que esto no suceda (Hechos
20,25-30; Hebreos 13,7.17; Filipenses 1,1; Efesios 4,11-12; Tito
1,5.9; 2.1; 1 Pedro 5,2), con la asistencia permanente del Espíritu
Santo (Juan 14,26; 16,13). Porque existe una íntima unión entre
Dios, Jesús y la Iglesia “por todos los siglos y para siempre” (Efesios
3,21); y no a partir del año 1914, como lo dan a entender en su
tratado “Cultivemos la obediencia mientras se acerca el fin”, La
Atalaya, págs 18.19; de octubre 1 de 2002.
8. Por ser una congregación fatalista, los Testigos de Jehová han
anunciado de manera equivocada la segunda venida del “Hijo de
Dios”. Russell aseguró primero que sería en el año 1874 (El arpa de
Dios, Ed 1954, Págs 239-242); Después cambió la fecha para 1914
(La Atalaya, 15 de enero de 1892). Por su parte, el juez Rutherford
lo hizo para 1925 (Millones que ahora viven no morirán jamás, Ed
1921, pág 88); y para ello, mandó a construir una enorme mansión
en San Diego (California), llamada “la casa de los príncipes” para
cuando resucitarán los patriarcas del Antiguo Testamento [La Biblia
nos explica que Abraham, Isaac y Jacob en compañía de todos los
profetas, estarán es en el reino de los cielos (Lucas 13,28); Al igual
que todos los justos y justas del antiguo pacto (Hebreos 11,16)].
Pero al ver que esto no sucedió, se fue él mismo a vivir allí hasta su
muerte ocurrida en el año de 1942. Por último, su tercer presidente
Natahn H. Knorr, le encomendó la misión a su vicepresidente,
Federick W. Franz (quien luego sería el cuarto presidente); Quien la
profetizó para el año 1975 (Vida eterna en la libertad de los hijos de
Dios, Ed. 1966).

Hoy en día, no se atreven a especificar otra fecha por temor a caer


en la misma encrucijada, ya que Muy tarde comprendieron la señal
de Jesús en el Evangelio: “Manténganse ustedes despiertos, porque
no saben qué día va a venir su Señor” (Mateo 24,42). San Pablo
también nos dice: “No os dejéis mover fácilmente de vuestro modo
de pensar, ni os conturbéis ni por espíritu, ni por palabra, ni por
carta como si fuera de nosotros, en el sentido de que el día del
Señor está cerca” (2 Tesalonicenses 2,2).

Algo que sí han reconocido honradamente es en admitir que sus


jefes máximos, llamados como “el cuerpo gobernante” o también “el
esclavo fiel y discreto”: “Este grupo de fieles hermanos ungidos
siguen siendo cristianos imperfectos. Aun teniendo las mejores
intenciones, pueden equivocarse”. (La Atalaya, pág 17; 1 de
diciembre de 2002).
9. Otro error característico es la interpretación que tienen de la
muerte de Jesucristo, pues todas sus representaciones artísticas de
los últimos tiempos, lo muestran clavado en un “madero” en forma
vertical, con las manos encima de la cabeza sujetadas por un solo
clavo (El hombre más grande de todos los tiempos, Ed 1991; pág
125). No obstante, el Nuevo Testamento enseña que el Salvador
murió en una Cruz (1 Corintios 1,17), tal como aparece en su
anterior libro “El arpa de Dios” pág 132; y en La Atalaya del 1 de
enero de 2000, pág 9; aclaran que hasta “en la década de los años
veinte, muchos Estudiantes de la Biblia (así se llamaban en ese
entonces) llevaban Una insignia con una cruz y una corona”.
Igualmente, el texto de Mateo (27,37), especifica que fue por
encima de la cabeza del Señor que “pusieron un letrero, donde
estaba escrito la causa de su condena”, o también, en Juan (20,25),
se habla de “las heridas de los clavos” en sus manos. De hecho, la
palabra usada en griego es “stauros”, que aunque en su original
significa “estaca” y “poner estacas”; es cosa cierta que en la época
de los Evangelios designaba “cruz” y “crucificar”.

El historiador judío Flavio Josefo en su libro ANTIGÜEDADES


JUDÍAS, agrega: “En este tiempo hubo un hombre sabio llamado
Jesús. Y su conducta era buena, y fue conocido como virtuoso. Y
muchas personas de entre los judíos y las otras naciones se
convirtieron en sus discípulos. Pilatos lo condenó a que fuera
crucificado y a morir. Y aquellos que se habían convertido en sus
discípulos no abandonaron su discipulado. Ellos reportaron, que
después de la crucifixión se les había aparecido y que estaba vivo;
por lo tanto, él fue tal vez el Mesías con respecto de quien los
profetas habían contado maravillas.”
Justino Mártir nació en la época en que se escribió el evangelio de
Juan, en su primera apología explica que Jesús murió con las manos
separadas, extendidas como las “vexilla” o banderas romanas, las
cuales estaban formadas por dos palos en forma de cruz, e indicó
que fue en cumplimiento de la profecía de Isaías 65:2 de que “He
extendido mis manos todo el día a un pueblo terco”.

Tertuliano (160-220 A.D.) escribió: “Porque esta misma letra TAU de


los griegos, que es nuestra T, tiene la apariencia de la cruz.” "En
todos nuestros viajes y movimientos, en todas nuestras salidas y
llegadas, al ponernos nuestros zapatos, al tomar un baño, en la
mesa, al prender nuestras velas, al acostarnos, al sentarnos, en
cualquiera de las tareas en que nos ocupemos, marcamos
nuestras frentes con el signo de la cruz."

Por el lado de la arqueología también le da la razón a la Iglesia


Católica y a las demás confesiones cristianas, pues se sabe de un
descubrimiento realizado en 1968 al norte de Jerusalén, de los
restos humanos de un condenado de unos 35 años de edad,
crucificado y con los huesos aún perforados por un clavo de 18
centímetros. El estado de los huesos indicaba que los brazos de la
víctima estaban efectivamente desplegados hacia los lados, y los
tobillos fijados a la cruz. Asimismo, en el Palatino en Roma, se
encuentra una imagen de burla al crucificado, con cabeza de asno;
esta era una de Las formas como los paganos humillaban a los
cristianos condenados a esta pena en el siglo II.
10. En el plano médico los Testigos de Jehová han sido noticias
muchas veces cuando alguno de sus integrantes o familiares,
incluyendo pequeños niños han muerto por no suministrares una
transfusión sanguínea para salvarles la vida. Hay que aclarar que
este tratamiento médico, es producto de los avances científicos del
médico obstetra inglés, James Blundell, en el siglo XX
(¡Despertad¡ Pág 4; del 8 de enero de 2000); y no era conocido en
la época de los inicios del cristianismo. Erróneamente han querido
relacionar este tema con la amonestación que hace el apologista
Tertuliano (Siglo II), a los moradores paganos de Roma, que no
tenían reparo en beber la sangre de los gladiadores degollados en el
circo, por ver en ello un buen remedio para las afecciones del
corazón. De hecho, también se acusó falsamente a los primeros
cristianos de ingerir la sangre de niños sacrificados en horrendos
banquetes.

Según ellos, la sangre es sagrada y no hay que usarla para ningún


propósito humano (La Atalaya, Págs 29-31; del 15 de junio y del 15
de octubre, págs 30-31; del año 2000), y para ello, demuestran tal
prohibición argumentando dos citas bíblicas (Levítico 17,11; Hechos
15,28-29). Se olvidan los Testigos de Jehová que en el contexto
histórico, cultural y religioso sobre el tema de la sangre en la
“Antigua Alianza”, los judíos creían que la vida estaba en la sangre.
La vida es dominio de Dios, por eso, estaba prohibido alimentarse
de ella. En el “Nuevo Testamento” se hace alusión a la prohibición
en los primeros años de la Iglesia Apostólica de comer animales sin
degollar para no ofender a los neófitos hebreos (Romanos 14, 14-
23), lo que fue prontamente superado; y a utilizar la sangre de los
mismo como ritual de sacrificio contrario a ley judía, ya que los
israelitas “se mezclaron con las naciones, y aprendieron sus obras, y
sirvieron a sus ídolos, los cuales fueron causa de su ruina.
Sacrificaron a sus hijos y sus hijas a los demonios, y derramaron la
sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, que
ofrecieron en sacrificio a los ídolos de Canaán, y la tierra fue
contaminada con sangre” (Salmo 106, 35-38).
La revelación divina nos explica que lo que contamina al hombre, no
es lo que entra al cuerpo sino lo que sale de él (Mateo 15,11).
Porque “la sangre de Jesús es verdadera bebida de salvación
eterna” (Juan 6,54-55). “Cristo puso fin a la ley que consistía en
mandatos y reglamentos” (Efesios 2,15); con Él se da una “nueva
ley” (Romanos 7,6; 2 Corintios 3,6), “la ley de Cristo” (Romanos
13,10; Santiago 2,8), “Pues la ley por medio de Moisés fue dada,
pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Juan
1,17). El decreto mosaico de la sangre (1 Samuel 14,32-33); queda
completamente abolido en la “Nueva Alianza” (Hechos 10,9-15;
Romanos 14,6; 1 Corintios 8,8.10; 10,25-31; Gálatas 5,1.18;
Colosenses 2,14.16; 1 Timoteo 4,1-4; Santiago 4,12). Dios es amor
(1 Juan 4,8), y sus mandamientos, son mandamientos de amor (1
Juan 5,3); por lo tanto ¿Qué es más importante para Jehová: la ley
antigua y al pie de la letra, o el amor con el que se puede salvar una
vida humana? (Véase Juan 15,13
UNA RESPUESTA CATÓLICA A LOS DESAFÍOS DE LA
SECTA CRECIENDO EN GRACIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Inventa tus propias doctrinas, las apoyas en la Biblia, y las tienes


por divinas.
Weremfelds.

INTRODUCCIÓN: En el mundo de las iglesias cristianas se


encuentra de todo, desde líderes que se autoproclaman “profetas”,
“enviados”, o “ángeles de Dios”; pero muy pocos se han atrevido a
afirmar que su fundador sea “Jesucristo Hombre”, o el “Segundo
Jesucristo”, “Mediador de un Nuevo Pacto”. Pues bien, estas últimas
afirmaciones que rayan en la IDOLATRÍA (Falsa adoración), en la
HEREJÍA (Falsa enseñanza religiosa), y que además es una
BLASFEMIA (Injuria en doctrina religiosa), contra “EL HIJO DE
DIOS”, y la segunda persona de “LA SANTÍSIMA TRINIDAD” (2
Corintios 13,14); se está dando hoy en día en JOSÉ LUÍS DE JESÚS
MIRANDA, un puertorriqueño que fundó en el año de 1973, EL
MINISTERIO INTERNACIONAL CRECIENDO EN GRACIA, con sede
principal en Miami (Estados Unidos).

Por esta razón, y para darle una respuesta católica a tal agravio, se
ha hecho el siguiente informe que ha sido extraído de lo que ellos
llaman “El Evangelio Eterno”, que comprende las 13 cartas de
Pablo, más la epístola a los Hebreos; además se tomará como
referencia el libro de los Hechos de los Apóstoles, por dos razones:
-Porque fue escrito por Lucas, discípulo de Pablo; y porque de los 28
capítulos que trae este texto, 20 son dedicados casi exclusivamente
a este apóstol. También utilizaremos la Biblia Protestante versión
Reina Valera, edición de 1985.

1. Los seguidores de Creciendo en Gracias, creen que en su “líder


(al que también le llamanban apóstol), habitaba el espíritu divino de
Jesús”. No obstante, esta es una gran mentira pues el autor de la
carta a los Hebreos (que ellos le atribuyen a Pablo, pero que al
parecer fue escrita por Bernabé), dice claramente: “Jesucristo es el
mismo ayer, y hoy, y por los siglos”. (13,8). Solo en el nombre de
Jesús encontramos la salvación eterna (Hechos 2,21; Romanos
10,9). El es el único mediador entre el Altísimo y los hombres
(Romanos 8,34; 1 Timoteo 2,5; Hebreos 7,25; 9,24). Incluso, si
tomáramos también el tema de la “segunda venida del Hijo de
Dios”, Parusía (que significa presencia), Pablo dice al respecto:
“Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación
gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2,13).
¡Quien vendrá no en forma de un hombre para fundar una nueva
iglesia cristiana en el siglo XX¡ Sino que su llegada será “con voz de
mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá
del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego
nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor
en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses
4,16-17).

2. Aseguran ellos que el “poder de los Demonios” ha sido ya


derrotado en la Cruz (Colosense 2,15), por lo tanto su persuasión
maléfica ya no surte efecto, pues los hombres están ya en estado de
gracia completa. No obstante, si hacemos un análisis exegético de
dicho pasaje, nos da a entender que solamente fue “JESÚS DE
NAZARET”, como “Verdadero y Único Hijo de Dios”, quien tiene
autoridad sobre el Diablo y el mal (Hechos 10,38), pero los seres
humanos si podemos ser influenciados y tentados por el Maligno; así
lo enseña el apóstol Pablo:

“No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo


consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y
volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de
vuestra incontinencia” (1 Corintios 7,5).
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero
fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis
resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida,
para que podáis soportar” (1 Corintios 10,13).

“Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que


he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en
presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre
nosotros, pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2,10-
11).

“Me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que


me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera” (2 Corintios
12,7).

“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes


contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra
sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra
los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes…Sobre todo, tomad
el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego
del maligno” (Efesios 6,11-12.16).

Escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él”
(2 Timoteo 2,26).

3. Otro de los caballitos de batallas de los fieles de Creciendo en


Gracia, es repetir constantemente que el “pecado ya no existe”,
argumentándolo con el pasaje de Hebreos (2,14), que dice: “Así
que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también
(Jesús) participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte
al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo”. Nótese bien,
que el escritor del libro sagrado dice claramente que el “Unigénito
de Dios” con su muerte redentora quitó el poder de la “muerte” y no
del “pecado”. “Pues si por la trasgresión de uno solo (Adán) reinó la
muerte, mucho más reinará en vida por uno solo, Jesucristo…para
que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia
reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor
nuestro” (Romanos 5,17.21). Por el contrario, el pecado sigue
palpable en nosotros. Pablo reconoce de si mismo: “Porque no hago
el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo
que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí”
(Romanos 7,19-20). Igualmente, “Como está escrito: No hay justo,
ni aun uno” (Romanos 3,10). Por lo tanto, la salvación eterna se
logra si luchamos en nosotros mismo los “deseos de la carne” que
se oponen a los “deseos del espíritu” (Gálatas 5,16-26). Ya que el
ser humano es una unidad indisoluble de “espíritu”, “alma” y
“cuerpo” (1 Tesalonicenses 5,23). Del mismo modo, seremos
juzgados en “espíritu” de acuerdo a lo que hayamos hecho mientras
estábamos en el “cuerpo” (2 Corintios 5,10; Hebreos 9,27).

4. Tampoco la iglesia de Creciendo en Gracia acepta el Bautismo,


pues al no existir el “poder del Demonio”, ni el “pecado en el
mundo”, ¡Para qué bautismo¡ Sin embargo, la doctrina de bautizar
(del griego baptizein, que significa “sumergir”) a los neófitos en la
fe cristiana, hacia parte de las enseñanzas paulinas:“¿O no sabéis
que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos
sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente
con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo
resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en vida nueva” (Romanos 6,3-4; Comparar con Colosenses
2,12). El bautismo une a todos los hijos de Dios en una sola
comunidad de creyentes: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos
bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o
libres; y a todos se nos dio de beber de un mismo Espíritu” (1
Corintios 12,13). O también: “Porque todos los que habéis sido
bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni
griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos
vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3,27-28). De hecho, el
mismo apóstol Pablo fue bautizado por Ananías en Damasco
(Hechos 22,11-16); después de esto bautizó a Lidia y su familia
(Hechos 16,14-15); al carcelero con toda su familia (Hechos 16,27-
33); a Crispo, el principal de la sinagoga, con toda su casa y con
muchos habitantes de Corinto (Hechos 18,8); a los discípulos de
Efeso (Hechos 19,5-6); a Gayo, y a la familia de Estéfanas (1
Corintios 1,14.16).

5. Entre las doctrinas más absurdas de Creciendo en Gracia está en


hacerles creer a sus integrantes que el “único apóstol verdadero fue
Pablo”, mientras que los demás apóstoles a la cabeza de Pedro son
falsos. Ahora bien, nuevamente veamos a ver que nos dice la Santa
Palabra de Dios:

“Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y


maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Níger, Lucio de Cirene,
Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y
Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu
Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he
llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las
manos y los despidieron” (Hechos 13,1-3).

“Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro;


Sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas (Pedro), sea el mundo, sea la vida,
sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro, y
vosotros de Cristo, y Cristo de Dios” (1 Corintios 3, 21-23).

“Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego


profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros,
después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que
tienen don de lenguas” (1 Corintios 12,28).
“Porque yo soy (Pablo) el más pequeño de los apóstoles, que no soy
digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios…
Porque sea yo o sean ellos (los otros apóstoles), así predicamos, y
así habéis creído” (1 Corintios 15,9.11).

“Y pienso que en nada he sido inferior a aquellos grandes apóstoles”


(2 Corintios 11,5).

“Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y


permanecí con él quince días; pero no vi a ningún otro de los
apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor. (Gálatas 1,18-19).
“Y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y
Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a
Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros
fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión (Gálatas 2,9).

“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos


de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el
fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra
del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2, 19-20).

“Leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el


misterio de Cristo, misterio que en otras generaciones no se dio a
conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus
santos apóstoles y profetas por el Espíritu” (Efesios 3,4-5).

“Y el mismo (Cristo Jesús) constituyó a unos, apóstoles; a otros,


profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros”
(Efesios 4,11).

Finalmente, qué bueno sería que los seguidores de esta “falso


Cristo” JOSÉ LUÍS DE JESÚS MIRANDA, dejara tanta prepotencia y
reconociera con humildad lo que realmente era, un simple hombre
mortal que tuvo que darle cuenta al verdadero “JESUCRISTO”,
sobre su tremenda osadía (2 Corintios 11,4). Ojalá que reflexionara
profundamente sobre el incidente que les sucedió a Bernabé y
Pablo, cuando “predicaban el evangelio. Y cierto hombre de Listra
estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que
jamás había andado. Este oyó hablar de Pablo, el cual, fijando en él
sus ojos, y viendo que tenía fe para ser sanado, dijo a gran voz:
Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó y anduvo. Entonces la
gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en
lengua licaónica: Dioses bajo la semejanza de hombres han
descendido a nosotros. Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo,
Mercurio, porque éste era el que llevaba la palabra. Y el sacerdote
de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y
guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la
muchedumbre quería ofrecer sacrificios. Cuando lo oyeron los
apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre
la multitud, dando voces y diciendo: Varones ¿por qué hacéis esto?
Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os
anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo”
(Hechos 14,7-15).

JOSÉ LUÍS DE JESÚS MIRANDA murió de un derrame cerebral en un


hospital de Orlando, Florida (EE.UU.), el domingo 16 de noviembre
del 2.013.
LOS SANTOS

1. LOS SANTOS Y LAS RELIQUIAS EN LAS SAGRADAS


ESCRITURAS.
2. SAN JOSÉ: PATRONO DE LA IGLESIA CATÓLICA.
3. SAN JOSÉ: EL PADRE DE JESÚS.
4. LOS TRES REYES MAGOS.
5. SAN JUAN BAUTISTA.
6. SANTIAGO DE COMPOSTELA.
7. SANTOS Y MÍSTICOS Y LA PASIÓN DE JESÚS.
8. LA FABRICACIÓN DE LOS SANTOS.
9. LOS SANTOS EN LA IGLESIA CATÓLICA.
10. LA SANGRE DE SAN JENARO.
11. OCHO REGLAS PARA ALCANZAR LA SANTIDAD.
12. FRASES CÉLEBRES SOBRE LOS SANTOS.

LOS SANTOS Y LAS RELIQUIAS EN LAS SAGRADAS


ESCRITURAS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


I. EL LLAMADO A LA SANTIDAD

Cuántas veces los hermanos separados nos han acusado a los


católicos de acudir a los santos para pedir un favor o milagro del
cielo, sin tener en cuenta que solamente Jesucristo es el único
mediador ante el Padre (1 Timoteo 2,5), al igual que el Espíritu
Santo (Romanos 8,26-27). En hebreo el término qadôs, “santo” y
qodes, “santidad”, aparece más de 830 veces. La palabra en el NT
en griego es hagios “santo”. En el lenguaje religioso expresa la idea
de separación, y consagración: separación de lo que es común o
inmundo, consagración a lo que es divino, sagrado y puro.

La palabra de Dios nos dice que todos los creyentes están llamadas
a la santidad (Levítico 19,2; 1 Corintios 1,2; 1 Tesalonicenses 4,7;
5,23), a la perfección cristiana (Mateo 5,48; 2 Corintios 13,11;
Hebreos 12,23), y reciben el nombre de los “santos del Altísimo”
(Daniel 7,22). “Al hombre bueno se le recuerda con bendiciones”
(Proverbios 10,7), Dios siempre está al lado de los hombres justos
(Génesis 26,23-24; 28,15; Deuteronomio 31;6.8; Josué 1,5;
Jeremías 1,7-8; Proverbios 3,32), “la luz brilla para el hombre
bueno” (Salmo 97,11), “la senda de los justos es como la luz de la
aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto” (Proverbios
4,18), “Porque el Señor conoce el camino de los justos” (Salmo 1,6),
”que el bueno siga haciendo el bien, y...el hombre consagrado a
Dios le siga siendo fiel" (Apocalipsis 22,11), ya que “el Altísimo cuida
de ellos” (Sabiduría 5,15).

Del mismo modo, “Sin la santidad, nadie podrá ver al Señor”


(Hebreos 12,14), “el hombre recto mirará su rostro” (Salmo 11,7);
los santos irán al cielo (Hechos 26,18; Efesios 1,18), “los justos se
alegrarán, se gozarán delante de Dios” (Salmo 68,3). “Regocíjense
los santos por su gloria” (Salmo 149,5), “Porque “El que hace la
voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2,17). “Lo que
Dios quiere es que ustedes vivan consagrados a él” (1
Tesalonicenses 4,3) véase también (2 Timoteo 1,9), con una “santa
y piadosa manera de vivir” (2 Pedro 3,11), “perfeccionando la
santidad en el temor de Dios” (2 Corintios 7,1), para que “El Dios de
paz, los haga a ustedes perfectamente santos” (1 Tesalonicenses
5,23). Los cristianos estamos llamados a ser “santos y sin mancha”
delante de Jesús (Colosenses 1,22; Efesio 1,4), y a “Vivir de una
manera completamente santa, porque Dios, que los llamó es santo,
pues la escritura dice: Sean ustedes santos, porque yo soy santo” (1
Pedro 1, 15-16), El es además el “Rey de los santos” (Apocalipsis
15,3).

Todo el que vive íntegramente su fe es digno de imitación, como por


ejemplo: “imiten a aquellos que por su fe y constancia consiguieron
al fin lo prometido” (Hebreos 6,12). San Pablo así lo expresa:
“Ustedes hermanos aprendieron de nosotros cómo deben
comportarse para agradar a Dios” (1 Tesalonicenses 4,1; Filipenses
3,17); él mismo se presenta como modelo personal para ser
imitado: “Por lo tanto les suplico: sean imitadores míos” (1 Corintios
4,16); o también “Sean imitadores míos como yo lo soy de Cristo” (1
Corintios 11,1). Por eso, los primeros cristianos fueron llamados
también como "los santos" (Hechos 9,13.32.41; Romanos 8,27; 1
Corintios 6,1).

II. LOS SANTOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO

Los Libros Sagrados narran varios ejemplos de hombres y mujeres


que llevaron una vida virtuosa; desde el justo Abel (Hebreos 11,4);
pasando por su descendiente Enoc quien “vivió de acuerdo con la
voluntad de Dios” (Génesis 5,22). Noé hombre bueno que siempre
obedecía al Creador (Génesis 6,9; 7,1), fue “predicador de justicia”
(2 Pedro 2,5).

Patriarcas como Abraham, padre de los creyentes para los judíos,


cristianos y musulmanes (Romanos 4,11; Gálatas 3,8-9); llamado
como el “amigo de Dios” (2 Crónicas 20,7), porque “Dios lo aceptó
como justo” (Génesis 15,6). Su sobrino Lot, hombre santo que
vivía en medio de gente malvada (2 Pedro 2,7-8). José, el hijo de
Jacob, vendido por sus hermanos por envidia, y a quien Dios
siempre estaba con él (Hechos 7,9). El santo Job, “que vivía una
vida recta y sin tacha, y que era un fiel servidor de Dios” (1,1),
modelo de obediencia y sufrimiento (Santiago 5,11), y quien no
pecó de palabra en su desgracia (Job 2,10). Moisés, el gran caudillo
y legislador del pueblo hebreo, “era el hombre más humilde del
mundo” (Números 12,3); por ser un “siervo fiel” (Hebreos 3,5),
tenía el privilegio de hablar con el Todopoderoso “cara a cara”
(Éxodo 33,11), como si lo viera (Hebreos 11,27), su hermano Aarón,
que recibe el calificativo de “santo de Dios” (Salmo 106,16). Así
como también su sucesor Josué, “siervo del Señor” (24,29).

“Mujeres santas” como Sara la esposa de Abraham (1 Pedro 3,5-6);


al lado de Jael, la esposa de Heber, el quenita (Jueces 5,24); y
Judit, “mujer bendita para el pueblo de Israel” (13,18). Rahab, la
prostituta que Dios aceptó como justa por sus hechos (Santiago
2,25); También Rut, “una mujer ejemplar” (3,11).

De los jueces se menciona que el espíritu de Dios estaba sobre


Gedeón (Jueces 6,12.34), “hombre fuerte y valiente”. Del mismo
modo, se encontraba Sansón consagrado como nazareno para que
empezara a liberar a su pueblo de los filisteos (Jueces 13,5); de él
dice la Escritura que “el niño crecía, y el Señor lo bendecía” (Jueces
13,24).

En cuanto a los “santos profetas que vivieron en los tiempos


antiguos” (Hechos 3,21), también llamados “siervos” (Amos 3,7), o
“santos hombres de Dios” (2 Pedro 1,21), se hallaba Samuel,
consagrado al servicio del templo, y considerado por todo Israel
como “verdadero profeta del Señor” (1 Samuel 3,20). Daniel “a
quien Dios amaba” (10,11.19). Oseas y Ezequiel “centinelas de Dios”
(Oseas 9,8; Ezequiel 3,17; 33,7). Eliseo, “santo profeta de Dios” (2
Reyes 4,9). Jeremías, destinado por el Altísimo desde antes que
naciera para que fuera “profeta de las naciones” (1,5)
El rey David, quien a pesar de su debilidad humana (2 Samuel 12,7-
9), cumplió con los mandamientos y las leyes Divinas (1 Reyes
11,34), y fue agradable al corazón de Dios (Hechos 13,22);
también los monarcas Joás, Ezequías y Josías, hicieron “lo que es
recto a los ojos de Dios” (2 Reyes 12,2; 18,3; 22,2). El sumo
sacerdote Joiada, que tras su muerte “lo enterraron en la Ciudad de
David, junto con los reyes, porque se había portado bien con Israel,
con Dios y con su templo” (2 Crónicas 24, 16).

Estos “siervos santos” tenían una relación tan estrecha con el


Altísimo que en las Escrituras se decía que El era su Dios, como por
ejemplo: “el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob” (Génesis 15,6; Éxodo
3,6), “el Dios de David” (2 Reyes 20,5) o “el Dios de Elías” (2 Reyes
2,14).

Asimismo, cuando Cristo murió en la cruz “se abrieron los sepulcros,


y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron”
(Mateo 27,52).
III. LOS SANTOS DEL NUEVO TESTAMENTO

En la nueva alianza se hace referencia a José, padre adoptivo de


Jesús, un “hombre justo” (Mateo 1,19); y su esposa, la bendita
virgen María (Lucas 1,28.42); al igual que el sacerdote Zacarías y
su mujer Isabel (pariente de María), otro matrimonio espejo de
santidad (Lucas 1, 6). En el templo de Jerusalén vivían dos santos
místicos y ascetas; Simeón “un hombre justo, que adoraba a Dios y
esperaba la liberación de Israel” (2,25); y Ana “que hablaba en
nombre de Dios...nunca salía del templo, sino que servía día y noche
al Señor, con ayunos y oraciones” (36-37). Otro era Juan Bautista, el
último de los profetas; quien era grande delante de Dios y estaba
lleno del Espíritu Santo desde antes que viniera al mundo (1,15), ”la
mano del Señor” estaba con él (Lucas 1,66).
Los “Santos apóstoles” (Efesios 3,5), como Juan “el discípulo
amado” (19,26); Natanael, “verdadero israelita en quien no había
engaño” (Juan 1,47). Pablo “siervo de Cristo” (Gálatas 1,10). El
discípulo “José, llamado Barsabás, y llamado también justo”
(Hechos 1,23). El evangelista Lucas “el médico amado” (Colosenses
4,14). El diácono Esteban, “hombre lleno de fe y del espíritu Santo”
(Hechos 6,5), su rostro era como el “de un ángel” (15). José, de
Arimatea, miembro del concilio de Jerusalén, “varón bueno y justo”
(Lucas 23,50). Tabita “esta mujer pasaba su vida haciendo el bien Y
ayudando a los necesitados” (Hechos 9,36). El capitán Cornelio, un
hombre justo, que adoraba a Dios (Hechos 10,22). “Cierta mujer
llamada Lidia, temerosa de Dios” (Hechos 16,14). El discípulo “Justo,
temeroso de Dios” (Hechos 18,7). Apolo, hombre de “espíritu
fervoroso” (Hechos 18,25). Ananías, “piadoso y obediente a la Ley
de Moisés” (Hechos 22,12). Epafras “un fiel ministro de Cristo”
(Colosenses 1,7); al lado de Tíquico, “amado hermano y fiel ministro
y consiervo en el Señor” (Colosense 4,7). Entre muchos otros
personajes (Hechos 20,4; Romanos 16,1-15. 21-23; Colosenses 4,7-
14; Hebreos 11,1-38).
IV. EL PODER DE LA ORACIÓN

El seguimiento del Señor va acompañado de grandes privilegios,


porque Dios escucha la plegaria de los justos (1 Pedro 3,12; Job
42,8; Salmo 34,15.17; Proverbios 15,29); como la oración de
Sansón con la que obtiene el milagro de un manantial de agua con
la que calmó su sed (Jueces 15,18-19); y la petición de Zacarías que
es recompensada con el nacimiento de su hijo Juan Bautista, y eso
que él y su mujer eran ya de edad avanzada (Lucas 1,13.18).
Jesucristo nos invita a implorar siempre por nuestras necesidades
(Lucas 11,9-13; 1 Juan 5,14-15); hay que hacer oración unos por
otros (Colosenses 4,12; Santiago 5,16; Hebreos 13,18-19), y por los
santos (Efesios 6,18). San Pablo anima en sus cartas a los hermanos
a pedir por él (Romanos 15,30; Efesios 6,19; Filipenses 1,19; 1
Tesalonicenses 5,25), “por todo el pueblo de Dios” (Efesios 6,18; 2
Corintios 1,11; Colosenses 4,3); él mismo los encomienda en sus
oraciones (Efesios 1,16; Filipenses 1,4; Colosenses 1,3-9; 1
Tesalonicenses 1,2; 3,10), invita a los fieles a rogar por toda la
humanidad (2 Tesalonicenses 1,11; 1 Timoteo 2,1-2). Epafras, oró
intensamente por sus hermanos en la fe (Colosenses 4,12-13). Los
24 ancianos y los ángeles suben ante el trono celestial las plegarias
de todos los que pertenecen al pueblo santo de Dios (Apocalipsis
5,8; 8,3-4. Véase también Tobías 12,12). Cada creyente es un
intercesor (Santiago 5,16; 1 Timoteo 2,1).

Por otra parte, encontramos casos de intercesión ante el Señor,


como Abraham que pide detener el castigo contra Sodoma y
Gomorra (Génesis 18,20-33), y por la salud de Abimelec (Génesis
20,17); Lot ruega ante los ángeles para que no destruyan la ciudad
de Zoar (Génesis 19,20-21); Job intercede por su familia ofreciendo
sacrificios por ella, y aunque fue maltratado por tres compañeros,
los perdonó y hasta oró por ellos (42,10); Moisés clama por el
faraón de Egipto (Éxodo 8,28-29; 9,29-33), y por los pecados del
pueblo elegido (Éxodo 32,9-13, 30-32; Números 11,2; 14,11-19;
16,20-22); cuando los judíos se establecen como la nación de Israel,
los sacerdotes, reyes y profetas exponía los asuntos importantes de
la comunidad ante Dios (1 Samuel 8,21-22; 14,36-41; Jeremías
42,1-3); así por ejemplo: Moisés, Samuel y Salomón oraron en
representación de la comunidad (Éxodo 33,7; 1 Samuel 7,2; 1 Reyes
8,22), el rey David intercede para que no se castigue a los hebreos
(2 Samuel 24,17), y para que la peste se retire de Israel (24-25);
Betsabé pide ante el rey Salomón a favor de Adonías (1 Reyes
2,19); el rey Joroboán pide a un profeta para que Dios le restaure la
mano seca (1 Reyes 13,1-6); Nehemías hace oración por los
israelitas (1,6.11); Daniel suplicó a Yahvé que tuviera misericordia
de los judíos, quienes sufrían el castigo por sus pecados (Daniel
9,15-19); la plegaria fervorosa del profeta Elías hace desaparecer y
aparecer La lluvia en su Nación (Santiago 5,17-18); el profeta
Jeremías ya muerto hace oración por el pueblo y la ciudad santa (2
Macabeos 15,14), al igual que Samuel y Elías (Eclesiástico 46,23;
48,14-15).

El evangelio de San Lucas nos cuenta que cuando Zacarías se


encontraba en el Santuario ofreciendo incienso, una multitud de
judíos estaban fuera orando. Al parecer, se había convertido en
costumbre congregarse fuera del Templo para orar durante la
ofrenda del incienso al Señor sobre el altar de oro (Lucas 1,8-10).
María pide a Jesús en las bodas de Caná por el vino (Juan 2,3); un
alto oficial del rey por la curación de su hijo enfermo (Juan 4,46-51);
los amigos por su compañero paralítico (Marcos 2,4-5); un capitán
romano por su criado paralítico (Mateo 8,5-7); Jairo, el jefe de los
judíos, para que resucitara a su hija (Mateo 9,18); la mujer cananea
por su hija endemoniada (Mateo 15,21-22); el padre por su hijo
lunático (Marcos 9,21-22); el rico Epulón intercede por sus
hermanos ante el padre Abraham (Lucas 16,27-28); María, la esposa
de Zebedeo, por sus hijos Santiago (el mayor) y Juan (El discípulo
amado) (Mateo 20,20-21); Marta y María Magdalena por su
hermano muerto Lázaro (Juan 11, 20-21.32); la iglesia en Jerusalén
oró por Pedro cuando estuvo encarcelado (Hechos 12,5); el diácono
Esteban pide el perdón por sus verdugos (Hechos 7,60); el apóstol
Pablo por los navegantes en peligro (Hechos 27,23-24); Epafras
rogó por sus hermanos en la fe (Colosenses 4,12); y San Pedro
asegura que en el cielo él intercederá por los que queden en la
tierra (2 Pedro 1,15).
V. LAS RELIQUIAS SAGRADAS

Para la Iglesia Católica existe además una veneración a las


“reliquias” palabra que proviene del latín “reliquiae” (restos), que
son restos humanos y vestimentas de los santos, ornamentos del
culto sagrado y objetos de piedad; muchos de los cuales con
poderes milagrosos por parte de Dios. Como el callado del patriarca
Jacob (Hebreos 11,21); los restos mortales de José que fueron
llevados desde Egipto hasta Siquem, para que ser sepultados en la
Tierra Prometida (Génesis 50,25; Éxodo 13,19; Josué 24,32;
Hebreos 11,22); a Moisés el Padre Eterno le promete que con su
vara hará cosas asombrosas (Éxodo 4,17), como sucedió ante los
ojos del faraón Ramsés II (Éxodo 7,9-12), con las plagas de Egipto
(Éxodo capítulos 7-8), cuando abrió en dos el mar rojo (Éxodo
14,16), cuando hizo brotar agua de las rocas en el desierto del Sinaí
(Éxodo 17,5-6), y en la guerra contra los amalecitas (Éxodo 17,9);
Dios hace retoñar el bastón de Aarón, para que lo colocaran dentro
del cofre sagrado (Números 17,7-10); El rey David hizo trasladar el
“cofre de Dios” a la ciudad santa de Jerusalén, en medio de alegría,
cantos, música, danzas, sacrificios y holocaustos (2 Samuel 6,
5.13.15.17), al igual que su hijo Salomón (2 Reyes 8,1-10); la capa
del profeta Elías abrió en dos oportunidades el río Jordán (2 Reyes
2,8.13-14); en cierta ocasión unos israelitas estaban enterrando a
un hombre, arrojándolo a la tumba de Eliseo, pero tan pronto el
cadáver rozó los huesos del profeta, resucitó y se puso de pie (2
Reyes 13,20-21).

En la vida pública de Cristo, una mujer que desde hacía doce años
estaba enferma con derrames de sangre, se curó instantáneamente
al tocarle el borde de su túnica (Mateo 9,20-22), también sucedió lo
mismo con los enfermos de Genesaret (Mateo 14,34-36).
Igualmente, “Dios hacía grandes milagros por medio de Pablo, tanto
que hasta los pañuelos o las ropas que habían sido tocados por sus
cuerpo eran llevados a los enfermos, y éstos se curaban de sus
enfermedades, y los espíritus malignos salían de ellos” (Hechos
19,11-12).
SAN JOSÉ: PATRONO DE LA IGLESIA CATÓLICA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“Todavía en el cielo Jesús hace todo lo que San José le pide”.


Santa Teresa de Ávila.

I. CONTEXTO BÍBLICO

San José, cuyo nombre quiere decir “Dios me ayuda”, ha sido


llamado como el “santo del silencio” por no encontrarse ninguna
palabra suya en los evangelios. Las pocas referencias propias a su
persona, las encontramos en primer lugar, en el texto de San Mateo,
allí nos dice relatando la genealogía de Nuestro Señor que “Jacob
fue padre de José, el marido de María, y ella fue madre de Jesús, al
que llamamos Mesías” (1,16). Algunos versos más adelante, y antes
de que un mensajero celestial se le presentara en sueños para
explicarle que lo concebido en María Santísima había sido obra del
Espíritu Santo, el mismo autor sagrado lo define como “un hombre
justo” (19). En los versos 24 al 25 agrega el apóstol: “Cuando José
despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había
mandado, y tomó a María por esposa. Pero no vivieron como
esposos hasta que ella dio a luz a su hijo, al que José puso por
nombre Jesús”.

Paralelamente en el evangelio de San Lucas, añade que con el


edicto del emperador romano Augusto César, cada familia judía
tenía que ir a su lugar de origen para empadronarse, “Por esto, José
salió del pueblo de Nazaret, de la región de Galilea, y se fue al
Belén, en Judea, donde había nacido el rey David, porque José era
descendiente de David” (2,4).

Nuevamente en el evangelio de San Mateo, un ángel del Altísimo le


indica en otro sueño que huya con María y el pequeño infante a
Egipto, porque el rey Herodes el Grande quería matarlo (2,13).
Cuando ya la amenaza había pasado al morir el tirano monarca, el
ángel del Señor le dijo en un tercer sueño que vuelva a la tierra de
Israel, donde se instalaron en el pueblo de Nazaret, en Galilea (19-
23).

La última señal que encontramos en las Sagradas Escrituras del


santo patriarca en vida, la hayamos en el evangelio de San Lucas,
cuando Jesús contaba con 12 años de edad, y estuvo por tres días
discutiendo con los doctores de la ley en el templo de Jerusalén. Al
ser encontrado por José y María, ella misma recalca: “- Hijo mío,
¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos estado
buscando llenos de angustia” (2,48). Nótese bien, como ante todo el
mundo judío, y ante la ley mosaica; Jesús, en la carne, era el hijo
primogénito de José (Véase al respecto Lucas 2,21-39).

En la vida pública del Señor que la inicia a los 30 años de edad


(Lucas 3,23), ya no se habla de José, pero si se hace hincapié de
cómo su padre adoptivo le había enseñado un oficio a fin de que
pudiera valerse por sí mismo, de modo que sus paisanos no solo lo
conocían como el “carpintero” de Nazaret (Marcos 6,3).

II. SAN JOSÉ EN LA IGLESIA CATÓLICA

Se narra en el proto evangelio de Santiago, que siendo muchos los


jóvenes que pretendían la mano de María incluyendo a José, los
sacerdotes del Templo para decidir la elección conforme a la
voluntad divina, ordenaron que cada uno de ellos dejase sobre el
altar, durante la noche, una rama de árbol seca y estéril, esperando
que de esta manera El Señor demostrara quien era el elegido. La
única rama de lirio que apareció florida a la mañana siguiente era
la de José.

La “vara sangrada” del santo patriarca se venera públicamente en


Florencia (Italia), la trajo Besarión que era cardenal de Nicea y la
regaló al general de los camandulenses de nombre Ambrosio
Travessari, durante el concilio realizado en la misma ciudad italiana.

La devoción a San José, empezó sólo a partir del siglo XI y


lentamente se fue extendiendo. El papa Gregorio V, en 1621,
decretó la fiesta de San José, esposo de la Virgen María para el día
19 de marzo. Posteriormente, Pío IX, en 1870, lo declaró patrono de
la Iglesia Católica. En 1898, León XIII, aprobó y permitió repartir los
escapularios de San José. Ya en 1909 la Santa Congregación de
Ritos, formuló las letanías para que fueran Rezadas por los
creyentes; en 1917, Benedicto XV lo llamó como el “patrono de la
buena muerte”. Pío XII, en 1955, agregó la celebración del 1 de
mayo a San José obrero. Juan XXIII resaltó más su culto al colocar
su nombre en el canon (parte central de la misa), y también lo
nombró custodio del concilio Vaticano II (1962).

III. LA SILLA DE SAN JOSÉ

En el convento de San Paolo de las hermanas clarisas, del pueblo


italiano de Tuscania, en el año 1881, una religiosa llamada Sor María
Geltrude di Gesú Nazareno, estaba enferma desde hacía tres años
de un cáncer considerado incurable. Ella quedó inmovilizada en la
cama.

En la mañana del 8 de marzo, mientras la comunidad religiosa


estaba celebrando la Santa Misa, la monjita vio entrar a un hombre
en su celda. Ella estaba muy sorprendida, porque la regla del
monasterio dice que un hombre puede visitar pero siempre con una
mujer que lo acompañe, y no solo como había aparecido este
sujeto. Ella le pregunto quién era, y este le respondió: “Soy el
carpintero de este monasterio”, y toma una de las dos sillas que
estaba en el cuarto y se sentó cerca de su cama. El hombre le
preguntó “¿qué le sucede’”. La monjita le responde: “Dicen que
tengo una enfermedad grave y no se puede hacer nada”. El
carpintero le recomienda: “Confié en Dios”. Después de esto se puse
en pié, y silencioso como entró, se marchó.

La religiosa declaró que este hombre tenía ojos hermosos y sus


manos eran blancas y delicadas, que no parecían de un carpintero.
Después de terminar la Eucaristía, la enfermera del convento,
regresó a la enfermería, y encontró en otro lugar uno de los asientos
en que lo había puesto antes de irse. Por eso le preguntó a la
enferma que había pasado. Su hermana de comunidad le respondió:
“Fue el carpintero del monasterio que se acaba de ir”. La enfermera
reaccionó: ¿El carpintero?...Pero ninguno pudo haber entrado, las
llaves del claustro las tiene la madre abadesa. La monjita le dijo: “Si,
y se ha sentado aquí, y me ha dicho que debo confiar en Dios”. Al
oír esto la enfermera salió corriendo a buscar a la madre superiora
que tenía las llaves, convencida que la doliente estaba delirando.
Las monjas estaban confundidas por saber quién era este misterioso
carpintero, ya que nadie podía haber entrado. Una religiosa se
recordó que la paciente era muy devota a San José, y que desde el
inicio de su convalecencia, le rezó al santo para que la curase en el
día de su fiesta. Entonces con mucha fe, fue donde la enferma, y se
puso de rodillas a rezar delante de las dos sillas diciendo: “San José,
si realmente eras tú quién vino esta mañana, hazme saber en qué
silla te has sentado”. Entonces uno de los sillones empezó a
moverse sin que nadie lo tocase. Todas las hermanas agradecieron
con mucha emoción tal honor para la comunidad de recibir una
gracia tan grande.

La monjita de la historia se curó milagrosamente, y murió de vejez a


los 81 años, el primero de abril de 1920.

IV. SAN JOSÉ COMO OBJETO DE BURLA

En noviembre del año 1993 salió en cartelera de los cines la película


“”Por amor, sólo por amor”, del director italiano Giovanni Veronesi,
basada en el libro de Pasquale Festa Campanile, escrito en 1983, y
cuya obra ganó uno de los premios literarios más prestigiosos de
Italia, el “Campiello”. En el filme se hace una paradoja satírica de la
“Sagrada Familia”. El actor que interpreta a San José fue el cómico
italiano Diego Abatantuono, quien como esposo de María le cuesta
mucho vivir en castidad, porque ella es la madre del hijo de Dios.
En la publicidad filmada para la televisión, apareció Abatantuono
vestido con los ropajes del Israel antiguo, y sentando en un trono
dijo: “Me llamo José, San José. Soy el padre de Jesús.
¿Padre?...Casi”. Igualmente, en una rueda de prensa de
presentación de la película, el actor aseguró no conocer nada sobre
José antes de hacer la cinta. “Sólo lo veía aparecer en el pesebre en
Navidad y desaparecer para los Reyes Magos”. Cuando le
preguntaron si fue difícil hacer el papel de José, contestó: “Al
principio pensé que iba a serlo, sobre todo si él hubiera sido
realmente un santo. Pero como José no hacía milagros y no sabía
que era santo, fue facilísimo”, concluyó.
SAN JOSÉ: EL PADRE DE JESÚS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

CONTEXTO GENERAL

El nombre de José en la Biblia quiere decir “Dios me ayuda”, era


originario de la aldea de Belén de Judea, provincia del país de Israel.
Su padre se llamaba Jacob, y descendiea de la familia real de
David.

Según los escritos de la mística María Valtorta, San José al momento


de casarse con María era “un hombre de unos treinta años de edad,
de buena presencia, no muy alto, pero sí robusto y bien
proporcionado. Una cara honrada y paciente, que inspira confianza.
Con cabellos cortos, encrespados, de color castaño, lo mismo la
barba tupida, sus bigotes realzan el mentón bien formado, y suben
hacia las mejillas, la piel más bien bronceada. Tiene ojos oscuros,
amables, profundos, muy serios, un poco tristes. Pero cuando sonríe
se ven alegres y juveniles”. Era además “un judío nazareno,
consagrado virginalmente a Yahvé, que por obediencia al sumo
sacerdote se unió maritalmente con la Virgen”.

SAN JOSÉ EN LOS EVANGELIOS

San José ha sido llamado como el “santo del silencio” por no


encontrarse ninguna palabra suya en los evangelios. Las pocas
referencias propias a su persona y su misión en la historia de la
salvación, lo encontramos en el texto de Mateo 1,18-25, y lo vamos
hacer explicando cada versículo desde la exegesis bíblica.

Verso (18): María estaba comprometida con José en matrimonio,


pero antes de que vivieran juntos se encontró embarazada por obra
del Espíritu Santo.
En ese momento José y María se encontraban en la primera etapa
del matrimonio entre los judíos que era el compromiso (en hebreo
qiddushin), que consistía en un contrato legal y por escrito desde
el noviazgo (shiddukin). Ella se hallaba en un proceso jurídico
conocido como los “esponsales”, en el cual José era ya su marido;
pero quedaba bajo el techo paterno y su autoridad por espacio de
un año que es cuando se realizaba en sí la boda.

Verso (19): Aquí el evangelista y apóstol Mateo nos da dos ideas


centrales acerca de la personalidad o el carácter de José:

 Primero: Lo describe como un “hombre justo”, del griego


“dikaios”, lo que implica que era observante o cumplidor del
dike, es decir de la ley. Asimismo, significaba un individuo de
conducta recta o intachable. En el lenguaje bíblico equivale a
una persona santa.

 Segundo: Al ver a María embarazada él pudo denunciarla


públicamente a las autoridades religiosas por “infidelidad” o
“adulterio,” para morir “apedreada” o “lapidada”, como lo
ordenaba la ley de Moisés en el capítulo 22 del libro del
Deuteronomio. Sin embargo, quiso más bien repudiarla en
secreto. El verbo griego “repudiar” es “apoluo”, que se puede
traducir como dejarla en libertad, lo que constituía también un
procedimiento normal para su época, pues solo el marido podía
despedirla dándole el libelo de repudio en presencia de unos
testigos, que afirmaban la libertad de la mujer. San José está
bien seguro de la virtud de su esposa, pero por otra parte se
encuentra con un hecho inexplicable para él, y pensaba
mandarla en secreto a la casa de sus padres para no exponerla
a la vergüenza o el deshonor en medio de la comunidad local.

Versos (20-21): En este punto interviene un ángel del Señor, quien


en un sueño le explica que por medio de María se va a realizar la
encarnación del hijo de Dios por obra milagrosa del Espíritu Santo.
Además él como “cabeza de familia” sería el encargado de ponerle
por nombre Jesús, con la misión de salvar al pueblo de Israel de sus
pecados. De hecho, al adoptar a Jesús, José le transmite su
legitimidad como hijo de David, ya que según lo presagiado por los
profetas el Mesías sería de esta estirpe real.

Versos (22-23): Aquí se cumple la profecía de Isaías (7,14), que


anunciaba que una virgen daría a luz al Emmanuel que significa
“Dios con nosotros”.

Versos (24-25): A raíz del matrimonio que era la segunda etapa


conocida como nissu’in (nupcias), “José” la llevó a su casa, con lo
que “María” dependería legalmente de él. Era el acto ritual llamado
“reunión” de ambos, es decir, el principio de la vida conyugal
propiamente dicho.

Sobre el particular, y en respuesta de los que piensan algunos que


después de este hecho José y María tuvieron relaciones maritales,
San Jerónimo en el siglo IV en su obra Sobre la virginidad perpetua
de María, respondió el planteamiento de un hereje de nombre
Elvidio, quien proponía que la Madre de Jesús no fue siempre
virgen. El Doctor de la Iglesia llegó entonces a plantear también la
perpetua virginidad de José en estos términos: “Tú dices que María
no permaneció virgen. Yo en cambio pretendo afirmar algo más: A
saber, que el mismo José permaneció virgen en vista de María, a fin
de que de un matrimonio virginal naciera un hijo virgen…Nosotros
concluimos que permaneció virgen con María aquel que mereció ser
llamado el padre del Señor”.

Más adelante en la vida pública de Cristo que se inicia a los 30 años


de edad (Lucas 3,23), se hace hincapié de su padre adoptivo, y es
así como el apóstol Felipe llamó Jesús como “el hijo de José, de
Nazaret” (Juan 1,45), sus paisanos lo conocían como “el hijo del
carpintero” (Mateo 13,55). Aquí se utiliza la palabra griega
“téktón”, que se ha traducido como carpintero o ebanista, pero era
más bien una mezcla de albañil y artesano, pues se trataba de un
obrero que trabajaba la madera y la piedra especialmente en la
construcción.

En aquella época los artesanos talaban los árboles, cargaban troncos


y los ponían a secar. Con la madera que obtenían construían casas,
barcos y pequeños puentes, o fabricaban carretas, ruedas, yugos
para el arado, y todo tipo de utensilios de labranza. Era un oficio
que exigía gran esfuerzo físico. Estos trabajadores ejercían su
ocupación cerca de la entrada de su hogar o en un taller contiguo a
la casa. También debían ir a los pueblos cercanos a laborar en
grandes construcciones, tal vez en la vecina ciudad de Séforis, la
residencia de Herodes Antipas, tetrarca de Galilea y Perea entre los
años 4-39 d.C, quien había hecho de esta capital de aquel territorio
grandes obras públicas y fortificaciones, para lo que había sido
preciso contratar a cientos de obreros, carpinteros y artesanos. A
esto se añade que Séforis se encuentra a sólo 5 Km. de Nazaret, es
decir, a una hora a pie.
LA ESCALERA DE SAN JOSÉ
Hay una hermosa leyenda relacionada con San José en la ciudad de
Santa Fe, Nuevo México (EE.UU.). Todo ocurrió en el año de 1872
cuando se construyó una capilla para el convento de la ciudad con el
nombre de Nuestra Señora de la Luz, a cargo de las Hermanas de la
Orden de Loreto.
El coro de reducidas dimensiones precisaba de una escalera de
mano para acceder al mismo. Pero el arquitecto murió
repentinamente dejando la obra inconclusa. Necesitando alguien
calificado para construir esa escalera, las religiosas rezaron a San
José, una novena. El último día de la misma apareció en la capilla un
señor canoso montado en un borrico a la puerta del convento. Traía
un baúl con herramientas y se ofreció a construirla, pero precisaba
de total privacidad durante tres meses. La identidad de ese
carpintero desconocido no pudo ser constatada, pues en cuanto
terminó se marchó sin recibir pago alguno por la obra.
La escalinata originalmente carecía de una baranda de protección, la
que fue agregada en 1887. La escalera mide 22 pies de alto, da dos
giros completos de 360º, tiene 33 escalones, según varios
ingenieros y arquitectos no tiene un centro definido con un punto de
equilibro. El carpintero no usó clavos, ni pegamento alguno, solo
ensambló piezas de madera. Nadie ha sido capaz de identificar el
tipo de madera utilizada en la obra. Tampoco existe documentación
alguna sobre su construcción.
En 1971 el convento fue vendido, y en la actualidad es un museo
privado donde celebran bodas, y no está vinculada a la Iglesia
Católica.
SAN JOSÉ EN LA IGLESIA CATÓLICA

La tradición católica recuerda los cinco grandes dolores de San José:

 Ver nacer al Divino niño en un pobre pesebre en Belén.


 La huida a Egipto ante la amenaza de muerte del rey Herodes
el Grande.
 La presentación de Jesús en el templo, cuando el profeta
Simeón anunció que sería causa de división entre los hombres.
 La pérdida de Jesús en el templo, y su búsqueda durante tres
días.
 La separación de Jesús y María al llegarle la hora de la muerte.

La devoción a este vir justus (o varón justo), empezó a partir del


siglo XI, y lentamente se fue extendiendo hasta llegar hacer
declarado como el patrono de la Iglesia Católica en 1870, por el
papa Pío IX.
LOS TRES REYES MAGOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Los magos en la antigüedad cumplían varias funciones: eran


astrólogos, médicos, sacerdotes y consejeros de los reyes.

En el Salmo (72,10), dice que los Reyes (Magos) venían de Tarsis,


Sabá y de Seba.

La tradición cristiana los sitúa llegados de Arabia, India y Etiopía,


dando a entender que de estas tres regiones pertenecían las tres
razas conocidas del mundo antiguo.

En las pinturas de las catacumbas de santa Priscila en Roma,


fechada en el siglo II de nuestra era, se representan a los magos en
número par y sin atributos reales, mientras que en otro famoso
mosaico hallado en Ravena (Italia), que data del siglo VI, aparecen
los magos todos de la misma raza.

En la basílica de Belén aparecen pintados con ropaje persa.


Igualmente, desde el siglo VIII hay murales en las catacumbas
romanas en números de dos, cuatro, seis y hasta doce reyes.

Según antiguas tradiciones de las montañas norteñas de Irán, en lo


que era la Persia del mundo antiguo, se localiza una aldea milenaria
con el nombre de Khandadian, de donde partieron los magos a
Israel.

En la carretera que conduce de Jerusalén a Belén se localiza el


manantial de los magos, en el que la tradición indica que
descansaron los Magos. Allí habiendo perdido de vista la estrella,
volvieron a divisarla reflejada en las aguas. Los árabes también
afirman que aquí descansó María camino de Belén.
Los sacerdotes persas del siglo V y VI a. C., también ofrecían a su
dios (Ahura-Mazda) oro, incienso y mirra. No obstante, en la
teología católica los tres regalos presentados al Divido Niño tienen
los siguientes significados:

 Oro: simboliza la realeza de Jesús, descendiente de la casa de


David.
 Incienso: simboliza el sacerdocio eterno del Mesías, ya que este
es el perfume que se utilizaba en el altar del templo sagrado.
 Mirra: simboliza la profecía de la muerte redentora de Cristo,
pues es la sustancia que empleaban los judíos para
embalsamar los cuerpos de sus difuntos.

En el evangelio armenio de la infancia, los tres Magos eran


hermanos:

 Melkor, rey de Persia.


 Baltasar, rey de la India.
 Gaspar, rey de Arabia.

La fiesta litúrgica de la epifanía (manifestación) los Reyes Magos,


solo empezó a celebrarse hacia el año 340, después de que el
cristianismo se legalizara en el imperio romano.

La reseña tradicional que se les da a los tres reyes magos es debido


a los escritos de San Beda, monje inglés, historiador y doctor de la
Iglesia que vivió entre los años 672-735. Comenta el Santo:
“Melchor era anciano, de barba poblada y larga; Gaspar joven,
lampiño y rubio; Baltasar era negro y de espesa barba.

A partir del siglo XII la Iglesia Católica le atribuye a Melchor la


representación de la raza de Jafet (europea) y ofrece oro, Gaspar
simboliza a los semitas (Asia) y regala incienso y Baltasar a los
camitas (África) y da la mirra.
En el siglo XIX, con ocasión de los trabajos de reparación en la
catedral, se revisaron por dentro los sarcófagos donde se
encontraron los esqueletos de los Magos, y las túnicas milenarias en
buen estado.

Hoy en día sus reliquias reposan en un hermoso relicario en forma


de basílica, con un féretro para cada uno, y coronado con diademas
de oro.
SAN JUAN BAUTISTA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Dos tipos de fuentes hablan de Juan Bautista, unas cristianas y otras


profanas. Las cristianas son los cuatro evangelios canónicos y el
evangelio gnóstico de Tomás. La fuente profana más relevante es
Flavio Josefo, que dedicó un largo apartado de su
libro “Antigüedades Judías” a glosar su martirio.

Nació enTain-Karen, la antigua ciudad sacerdotal de Judea donde


habitaban Zacarías e Isabel ambos de la misma estirpe; ahora es
conocida con el nombre de San Juan de la Montaña. Aquí se
encuentra la iglesia y el convento franciscano que lleva el nombre
del santo profeta Juan el Bautista (John Ba Harim). Se halla
además una cripta descendiendo siete escalones hasta la gruta del
nacimiento de San Juan Bautista. En hebreo, el nombre de Juan
significa “El Señor es bondadoso”.

Sus padres de edad avanzada cuando él nació, probablemente


murieron cuando era un joven. Creció en el desierto de Judea,
situado entre Jerusalén y el mar muerto. Aunque era un lugar
desolado, no era arenoso ni desprovisto de agua, y había estepas y
tierras de pastoreo. En los tiempos de Juan, vivían algunas
comunidades religiosas en este desierto, tales como los esenios,
cuyos escritos (los manuscritos del mar Muerto) fueron descubiertos
en 1946. El contacto de este profeta ermitaño con esta secta judía
es sólo una conjetura, puesto que no se muestra tan radical en el
cumplimiento de las normas legales (halakhot). Tampoco tuvo
relación con el templo en Jerusalén, ya que por el contario denunció
la conducta inmoral de los saduceos que conformaban la clase
sacerdotal.
Es considerado como el último de los grandes profetas de Israel y
precursor del Mesías, llamado como “la voz del desierto”. De su vida
y conducta Josefo señala que era “buena persona” y que muchos
“acudían a él y se enardecían escuchándole”. Los evangelistas son
más explícitos y mencionan el lugar donde desarrolló su vida
pública, Judea y la orilla del Jordán, su conducta austera en el vestir
y en el comer, su liderazgo ante sus discípulos y su función de
precursor, al descubrir a Jesús de Nazaret como verdadero Mesías.

Según el mismo historiador judíos: “exhortaba a los judíos a


practicar la virtud, la justicia unos con otros y la piedad con Dios, y
después a recibir el bautismo”. Los evangelios añaden que su
mensaje era de penitencia, escatológico y mesiánico: exhortaba a la
conversión y enseñaba que el juicio de Dios es inminente: vendrá
uno “más fuerte que yo” que bautizará en espíritu santo y fuego.

Su bautismo era para Flavio Josefo “un baño del cuerpo” y señal de
la limpieza del alma por la justicia. Para los evangelistas era “un
bautismo de conversión para el perdón de los pecados” (Marcos
1,5). Cerca al río Jordán, se encuentra un monasterio construido
donde la creencia antigua afirma que el profeta Juan se dedicó a
bautizar Se distinguía además dos clases de partidarios, unos que le
escuchaban con atención hablar de virtud, de justicia y de piedad, y
se bautizaban; otros que “se reunían en torno a él porque se
exaltaban mucho al oírle hablar”.

Hay dos frases de Jesús que demuestran su estima por el Bautista.


Una la recogen Mateo (Mt 11,11) y Lucas (7,28): “no ha surgido
entre los nacidos de mujer nadie mayor que Juan el Bautista”. Otra
está en Marcos (9,13) y aplica al Bautista la profecía de Ml 3,23-24:
“Elías vendrá primero y restablecerá todas las cosas (…). Sin
embargo, yo os digo —afirma Jesús— que Elías ya ha venido y han
hecho con él lo que querían, según está escrito de él”. No cabe duda
de que la persona de Juan, su bautismo (Mateo 21,13-27) y su
mensaje estuvieron muy presentes en la vida de Jesús.

Fue decapitado por Herodes Antipas en la fortaleza de Maqueronte,


a orillas del mar muerto en Perea. Aquí se construyó una iglesia
sobre su sepulcro. Según la tradición la cabeza del santo profeta fue
llevada después a la iglesia de San Silvestre de Roma. San Jerónimo
nos habla de la profanación de la cabeza de Juan por Herodías, la
amante y cuñada del rey Herodes Antipas; quien le atravesó la
lengua con un alfiler de oro, vengándose así de lo que le había
dicho.

En la frontera de Egipto se halla el monasterio de San Macario del


año 360 D.C. perteneciente a la Iglesia Copta, las tradiciones orales
y textos del claustro relatan que el cuerpo del mártir fue sacado de
Tierra Santa hacia Alejandría, y en el siglo X llegó al convento.

La otra tumba de este santo profeta se encuentra en la antigua


Samaria. Desde los primeros siglos del cristianismo existió una
iglesia dedicada al santo profeta, obrando muchos milagros; luego
este santuario fue convertido en una mezquita de los Omeyas en la
actual Damasco (Siria). Aquí los musulmanes también reclaman el
derecho de poseer la cabeza del bautista, que según su creencia,
cuando fue decapitado rodó hasta aquí.

En nuestros días existen en algunas comarcas del Oriente los


llamados cristianos de San Juan Bautista. El origen de esta secta
parece remontarse a ciertos discípulos del mismo que se adhirieron
a los herejes de los primeros siglos.

La Iglesia Católica tiene en su honor dos fiestas en el santoral: el 24


de junio su natividad y el 29 de agosto su decapitación.
SANTIAGO DE COMPOSTELA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS

I. SU HISTORIA

Santiago (llamado también Jacobo), nació en Betsaida, hermano de


Juan, ambos hijos de Zebedeo y Salomé, pescadores de Cafarnaúm.
Se encontraban entre los primeros discípulos de Jesús, quienes por
su temperamento y firmeza les dio el título de “Hijos del Trueno”
(Marcos 3,17).

Después de la ascensión del Señor, Santiago llamado también “el


mayor”, permaneció en compañía de los demás apóstoles y de la
Virgen María en Palestina durante doce años, luego predicó el
evangelio en el país de los Celtíberos (hoy España). Posteriormente
se trasladó a la región de Césaraugusta (hoy Zaragoza), al nordeste
de la Península Ibérica, donde agobiado por el cansancio y las
flaquezas, un día 2 de enero del año 40 fue reconfortado por una
aparición de la Madre del Salvador sobre un pilar de mármol
(Cuando aún vivía en Palestina), dejando como prenda de su futura
protección a la Nación, una imagen suya esculpida por los ángeles,
que se conserva hasta nuestros días como la “Virgen del Pilar de
Zaragoza”.

Entre los años 42 al 44, regresó a Jerusalén en tiempos del reinado


de Herodes Agripa, enemigo de los cristianos. Aquí fue traicionado,
encarcelado y torturado y junto con su delator arrepentido, fueron
decapitados según consta en el libro de los Hechos de los Apóstoles
(12,1-2), siendo además el primero de los doce amigos que dio la
vida por su Divino Maestro.

II. SU SEPULCRO
La tradición cristiana, escritos de San Isidoro de Sevilla y San
Braulio, además de varios monumentos históricos; dan fe que
después de su martirio, dos de sus seguidores: Teodoro y Atanasio,
trasladaron el cuerpo del santo desde la Ciudad Santa, por el puerto
de Jupper (hoy Tel –Aviv), hasta las playas de Iria –Flavia, en la
Costa Atlántica de Galicia (región noroccidental de España), desde
donde fue transportado en carreta, hasta llegar a un lugar donde los
bueyes se detuvieron por su propia voluntad. En ese punto fue
sepultado, pero debido a las terribles persecuciones que se
desataron contra los seguidores de Cristo, el rastro exacto de su
ubicación se perdió completamente.

En el siglo II se empezaron a ver extrañas luces en este sitio, que


estaba cubierto por un espeso bosque, más adelante en el siglo VIII
el obispo Odoario levantó un templo dedicado a Santiago Apóstol,
en la región de Avezado. En el año 813, un ermitaño de la orden de
San Fiz, llamado Pelagio, vio cómo una estrella descendía sobre los
arbustos de Iria mientras resonaba un coro celestial en los
alrededores. En vista de este hecho, el obispo Teodominio hizo
excavar el lugar, donde encontró un sepulcro de mármol en cuyo
interior se hallaba un arcón de cedro con los restos mortales de
Santiago el Mayor. El rey del lugar Alfonso II el Casto, que visitó la
zona, declaró que los restos eran auténticos y proclamó a Santiago
el “Protector de España”.

Las reliquias del apóstol, se ocultaron durante trescientos años por


juzgar que corrían peligro, y no fueron devueltas hasta 1879.
Después fueron autentificadas por la bula Deus Omnipotens en
1884, bajo el pontificado de León XIII.

III. PEREGRINAJE
En el siglo VII la Ciudad de Dios cayó en manos de los turcos, se
iniciaron las cruzadas, los cristianos no podían llegar a la Tierra de
Jesús, porque los moros se los impedían, así que peregrinaron a
Santiago de Compostela (o campo de la estrella), para orar ante la
tumba del santo.

Desde el siglo IX empezaron a llegar de toda Europa y parte de Asia,


caravanas de reyes, obispos, monjes, caballeros, soldados,
escuderos, plebeyos y campesinos que iban a cumplir un voto hecho
al apóstol mártir en momentos de peligro. Clérigos y frailes fundaron
monasterios, iglesias, hospitales y hospederías por el camino, y no
faltaron los reos que preferían ir a Iria, que permanecer en prisión.
Quedaba abierto, pues, el llamado “Camino de Santiago”.

Santiago de Compostela, fue visitada por el Cid Campeador, el rey


San Luís de Francia y su corte, San Francisco de Asís y San
Guillermo de Montivérgino, quien arrastró hasta aquella tumba
cadenas, en un acto de penitencia. Las peregrinaciones fueron
favorecidas con la aparición en ese mismo siglo de la primera guía
de viajeros, el llamado Códice Calixtino, que mencionaba la leyenda
hagiográfica del apóstol y daba noticia de las cinco rutas principales
para llegar al santuario. Hoy en día su basílica es el tercer centro de
peregrinación en importancia dentro del orbe católico, después de
Tierra Santa y el Vaticano.

El Camino de Santiago de Compostela fue declarado en 1993, por la


UNESCO como “Patrimonio Cultural de la Humanidad”, dos años
después el Consejo Europeo le otorgó la distinción de Primer
Itinerario Cultural Europeo. Además fue reconocido con el premio
Príncipe de Asturias de la Concordia 2004.
IV. SANTIAGO Y SU PROTECCIÓN A LA IGLESIA CATÓLICA

Desde el año 757 el obispo Odoario empezó a organizar la


reconquista de su País, que desde entonces y hasta el siglo XV
estuvo en poder de la medialuna islámica. La reliquia del santo
patrono era el baluarte para contrarrestar la influencia del “brazo del
profeta Mahoma”, que se conservaba en una mezquita de Córdoba,
en el sur de España. Se ha dicho que el jerarca avanzaba, fundaba y
reconstruía pueblos en nombre de Jesucristo y en honor del apóstol.
Al grito de “por Santiago y por España”, los ejércitos españoles
luchaban contra los moros en su patria, y luego durante las cruzadas
contra los sarracenos en Tierra Santa. Nace así la Orden de los
Caballeros del Hábito de Santiago, creada en 1170.

En la batalla de Clavijo en el año 845, Santiago es visto en combate,


del lado de Ramiro I, montado sobre un corcel blanco, y empuñando
una cruz y una espada, dando ánimo a los ejércitos católicos y
llevándolos a la victoria; ahí ganó el apóstol el título de “Santiago
Matamoros”.

En el año 932, se le aparece al rey Ramiro II en un sueño, donde le


ofrecía en nombre de Cristo –Rey protección para sus soldados, que
se enfrentaban contra las fuerzas mahometanas llegadas por mar y
tierra. Lo cierto es que a otro día, cuando se reanudaron los
combates, apareció súbitamente el apóstol blandiendo el espada
defensor de la fe, hecho que dio el triunfo a los diezmados ejércitos
españoles. Santiago Apóstol y la Virgen abanderaron la reconquista,
hasta que en 1492 los españoles retiraron a los islámicos con la
toma de Granada y quedó España en poder de los cristianos.
Hay crónicas que relatan que el insigne capitán celeste protegió a
los católicos portugueses en Goa, mientras en América se conoce el
relato del inca Gracilazo de la Vega (historiador indígena), peruano,
quien narra que doscientos conquistadores fueron cercados en
Cuzco por doscientos mil nativos durante ocho meses. En el último
asalto, el santo patrón de España apareció montado en su caballo
blanco y portando en su mano derecha una espada que parecía un
relámpago. Con esta visión los aborígenes se replegaron llenos de
terror. Sobre el particular hay una lápida en la capilla del triunfo, en
esta misma ciudad Latinoamericana.

V. BASÍLICA COMPOSTELIANA

A la catedral de estilo románica construida en el siglo XI, con el


transcurso de los tiempos se le hicieron añadiduras góticas,
renacentistas y barrocas, al igual que a todo el contexto
arquitectónico de la ciudad, incluyendo el hospicio que mandara a
construir para los peregrinos los reyes católicos en 1499.

La llamada puerta de los perdones, que da a un pequeño patio con


sepulcros, tiene la particularidad de ser abierta solamente en los
años Santos Jacobeos, que se celebran cada vez que el 25 de julio,
fecha del apóstol Santiago en el calendario eclesiástico, cae en día
domingo.

Dentro de la basílica se puede apreciar una imagen que representa a


Santiago mártir, con capa de plata y joyas ornamentales, ubicada en
el altar mayor. A cada lado hay escaleras por las que suben los
peregrinos para abrazarla por detrás. De aquí los visitantes
descienden para contemplar el sarcófago de plata que contiene las
reliquias del justo. Entonces quienes llegaron a Compostela movidos
por el fervor, la fe y la penitencia son recompensados con una
concha tradicional del lugar, emblema del santuario, que representa
una mano que se abre para realizar obras piadosas.
SANTOS Y MÍSTICOS Y LA PASIÓN DE JESÚS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Santa Brígida de Suecia (s. XIV), fundadora de la comunidad de San


Salvador, un día rezando con todo fervor delante de un crucifijo muy
chorreante de sangre, le dijo a Nuestro Señor: - ¿Quién te puso así?
- y oyó que Cristo le decía: "Los que desprecian mi amor". "Los que
no le dan importancia al amor que yo les he tenido".

En las revelaciones particulares a Santa Margarita María Alacoque (s.


XVII), religiosa francesa de la orden de la visitación, el mismo
Mesías, le declara que “la ingratitud y menosprecios (de los
hombres) me es más penoso que todos los sufrimientos que padecí
en mi Pasión”.

Preguntando una vez San Bernardo (s. XII), Doctor de la Iglesia


nacido en Francia, al Señor en la oración, cuál había sido el mayor
dolor físico que había sufrido en el curso de su calvario; Este
respondió: “Yo tuve una llaga de tres dedos de profundidad que me
hizo la cruz llevándola sobre mi hombro derecho; ésta ha sido la de
mayor dolor y pena que todas las otras”.

San francisco de Asís (s. XII), religioso italiano fundador de la orden


de los franciscanos, pedía al Hijo de Dios que le diera un remedio
para llegar a la santidad, y oyó una voz que le decía: “Abre el misal
y encontrarás lo que deseas”. Abrió el libro y leyó un título que
decía: “Pasión de Nuestro Señor Jesucristo”.

En el lecho de muerte, un discípulo le consultó a Santo Tomás de


Aquino (s. XIII), quien recibió el título del “Doctor Angélicum”, que
donde había aprendido tanto. El venerable y santo sabio dominico
señaló el crucifijo que colgaba de una de las paredes de su celda y
dijo “Ahí”.
Santa Catalina de Siena (s. XIV), Doctora de la Iglesia italiana,
interrogó al Señor que le iluminara un medio para aumentar su
amor por El, y recibió un mensaje interior que le decía: “Meditar en
la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. No hay nada
más eficaz para crecer en el amor de Dios”.

La contemplación de la pasión del Salvador, punto central de la


regla de los pasionistas, le había sido sugerida a su fundador, el
italiano San Pablo de la Cruz (s. XVIII), por la misma Virgen María,
que en una aparición le había explicado el significado y el objetivo
del dolor.

Santa Faustina Kowalska (s. XX), religiosa polaca de la


congregación de las Hermanas de la Caridad de la Madre de Dios;
tuvo una visión de Cristo crucificado y lacerado por las heridas de su
pasión. Con este hecho cambió su vida mundana para hacerse
religiosa.

Al ya mencionado San francisco de Asís, llamado el “Doctor Seráfico”


en el año 1124, dos años antes de morir cuando se encontraba
meditando en el monte Alvernia, fue estigmatizado por un serafín
que tenía tres pares de alas resplandecientes, llevaba en sí la
imagen de un Crucificado, que le enviaba rayos de fuego a sus
manos, a sus pies y al costado derecho. Llegó a ser la primera
persona en la Iglesia Católica en llevar en su propio cuerpo las
heridas de la Pasión de Cristo Jesús.

San Pío de Pietrelcina, sacerdote capuchino italiano, en el año de


1912, mientras se encontraba rezando en el convento de San Juan
Rotondo, recibió los estigmas (invisibles), de un personaje celeste
armado con una lanza que le penetra el corazón; este ángel del
Señor es el mismo que antes había estado junto a él en su batalla
contra el Maligno. En el año 1918, el padre Pío recibe los estigmas
visibles de una imagen de Cristo Crucificado, cuando unos haces de
luz le penetran las manos, los pies y el costado izquierdo.
Santa Lutgarda, religiosa cisterciense de Aywieres (Bélgica), en el
siglo XIII. Compartió místicamente los padecimientos de Jesús
cuando meditaba en su Pasión. En esas ocasiones aparecían en su
frente y cabellos minúsculas gotas de sangre.

Santa Gertrudis llamada la “Grande” (siglo XIV), es conocida como


una gran mística por sus visiones, revelaciones y escritos
espirituales. Esta santa religiosa alemana fue la pionera en propagar
la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Un día vio que de la
herida del costado de Cristo salía un rayo de luz y llegaba al corazón
de ella. Desde entonces sintió un amor tan grande hacia Jesucristo,
como nunca antes lo había sentido.

Santa Flora Beaulieu (s. XIV), monja francesa de la orden


hospitalaria de San Juan de Jerusalén. Experimentaba dentro de su
cuerpo la sensación de tener una cruz de la que prendía el Salvador.
Los brazos del madero le perforaban las axilas y le producían
hemorragias. Unas veces eran bocales y otras la sangre manaba de
una herida que tenía en el costado. Sus éxtasis duraban a veces
desde la misa de la mañana hasta la víspera del mediodía.

Santa Rita de Casia (s. XV), religiosa agustina italiana, meditaba


tantas veces y con tanto fervor en el tercer misterio doloroso: la
coronación de espinas; que se le formó una herida en la frente que
le hacía sufrir mucho, pero le proporcionaba el consuelo de poderse
asociar a los dolores de Cristo en su Sagrada Pasión.

Santa verónica, monja capuchina italiana, cuando tenía 11 años


empieza a tener devoción a las cinco heridas de Jesús en la cruz.
Después cuando se hace religiosa, un día a la edad de 33, en 1693;
empezaron a aparecer en su cuerpo los estigmas del Señor: en las
manos, en los pies, en el costado y marcas en la cabeza como la
corona de espinas. Los médicos se esforzaban por curarles estas
llagas, pero por más curaciones que le hicieron, estas no
cicatrizaron.
Santa María Francisca de las Cinco Llagas (siglo XVIII), terciaria
franciscana mistica y visionaria, que experimentó en su cuerpo las
cinco llagas de la Pasión del divino Redentor. Sufría dolores similares
a los que Cristo padeció en todo el proceso comenzando por el
Huerto de los Olivos, la flagelación, coronación de espinas, portar la
cruz a cuestas camino del calvario, la crucifixión y el estado de
agonía del Viernes Santo.

Clara Isabel Fornari (s. XVIII), clarisa italiana. Esta beata mística fue
llamada por el mismo Señor Jesucristo en una visión como su
“esposa en el dolor”. Sus manos, sus pies y su costado se marcaron
con los estigmas de la Pasión del Redentor, y a veces sangraban.
En su cabeza una corona de espinas que atravesaban su interior le
hacia sudar gotas de sangre.

Beata Ana Catalina Emmerich (s. XIX), monja agustina alemana, se


le presentó Jesús y le ofreció una corona de espinas; ella la aceptó y
tuvo así en su frente la marca de este estigma. Luego se le abrieron
también heridas en las manos, los pies y el costado.

Santa Gemma Galgani, mística laica italiana, en una revelación


recibió del Señor Jesús, en 1899, las cinco llagas de su crucifixión
que ella ocultaba cuidadosamente. Desde entonces, cada semana,
desde el jueves en la noche hasta el viernes en la tarde, aparecía en
su cuerpo los latigazos que recibió Cristo y en la cabeza las marcas
de la corona de espinas, además sentía en el hombro el peso de una
gran cruz que le producía heridas y la hacía encorvarse
dolorosamente.
Después de la muerte de la santa agustina italiana, Clara de
Montefalco (s. XIV), encontraron en su corazón los signos de la
Pasión del Redentor: la cruz, los tres clavos, la lanza, la corona de
espinas y el látigo.

LA FABRICACIÓN DE LOS SANTOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


Desde la época del papa San Clemente en el siglo I, se empezaron a
investigar los procesos y las actas de martirio de los cristianos que
habían sido sacrificados en tiempos de las persecuciones del imperio
romano.

Inicialmente era el mismo fervor popular que proclamaba el culto a


los santos, ya que “la voz del pueblo, es la voz de Dios”; más tarde,
los obispos hicieron trasladar a sus diócesis las reliquias de un
santo o mártir.

En la antigüedad el Papa oraba de rodillas ante la tumba del


postulado a santo, le rendía culto, tocaba las campanas y así éste
quedaba canonizado.

Antes del siglo X, el obispo local era quien determinaba la


autenticidad del santo y su culto público.

Luego se hizo necesaria la intervención de los Sumos Pontífices,


quienes fueron estableciendo una serie de reglas precisas para
poder llevar a cabo un proceso de canonización, con el propósito de
evitar errores y exageraciones.

En el año 993, el papa Juan XV intervino personalmente en este


proceso al canonizar formalmente a San Ulrico, obispo de Augsburgo
(Alemania).

La primera mujer canonizada fue Santa Viborada, monja benedictina


y mártir (Suiza), en el año 1047 por el papa Clemente II

En el año 1234, el papa Gregorio IX se reservó el derecho de la


canonización de un santo(a) a los altares de la Iglesia Católica.
El papa Sixto V, creó en el año 1588 la congregación de los Ritos o
más bien conocido como la de la Causa de los Santos, quienes
investigan cuidadosamente todos los detalles de la vida, los escritos
y los milagros de los “presuntos” siervos de Dios.
El papa Urbano VIII estableció en el año 1634 las normas
eclesiásticas para seguir dicho proceso jurídico, que se ha
mantenido vigente hasta nuestros días.

Benedicto XIV (1740 –1758), como “doctor privado” publicó el


tratado “De Canonizatione Sanctorum”.

Con la reforma del Código de Derecho Canónico en 1983 bajo el


pontificado de Juan Pablo II, se facilitó el camino de beatificación y
canonización. Quedó abolido el papel del llamado “abogado del
Diablo”, nombre popular dado al promotor de la fe; quien era un
funcionario eclesiástico que podía oponerse a que fuera beatificado
o canonizado, quien a su juicio no era digno de ello.

En Julio de 2017, el papa Francisco a través del Motu Proprio


“Maiorem hac dilectionem”, ha abierto la posibilidad de abrir
la causa de beatificación de “quienes empujados por la caridad han
ofrecido heroicamente la propia vida por el prójimo aceptando
libremente y voluntariamente una muerte cierta y prematura con la
intención de seguir a Jesús”. Esta nueva se suma a las otras tres
causales ya existentes: la del martirio, la de las virtudes heroicas y
la de las causas excepcionales.

Este proceso consta de cuatro partes:

La primera es la confirmación de las virtudes heroicas del postulante


tales como las teologales: fe, esperanza y caridad (1 Corintios
13,13); así como también los frutos del Espíritu Santo: el amor, la
prudencia, la justicia, la templanza, la fortaleza, la caridad, la
pobreza, la castidad y la obediencia (Gálatas 5,22-23; Colosenses
3,12-14); que se hace después de cinco años de su muerte, y es
llevado a cabo por un promotor (persona o grupo) quien se dirige al
obispo de la respectiva diócesis. Este eleva una propuesta oficial a la
Santa Sede, haciendo llegar toda la documentación recolectada que
puede incluir cualquier carta, sermón, alocución, artículo, ensayo o
libro escrito por aquél, así como comentarios importantes de él o
ella que hayan merecido en el transcurso de su vida; y se le da el
título de “Siervo de Dios”.

Cuando los tribunales de Roma verifican la vida cristiana del


postulado, y por lo menos dos teólogos hayan examinado con lupa
de detalles cada palabra, de a cuerdo con la ortodoxia doctrinal, el
Papa entonces firma el Decreto de Virtudes Heroicas, para ser
proclamado “Venerable”. Por eso puede ser propuesto como modelo
de vida cristiana al pueblo de Dios. Para esta etapa no existe una
ceremonia especial.

El tercer paso es la “beatificación”(Del latín beato, beato y facere,


hacer), que se cumple en un lapso de tiempo no menor de veinte
años, y es realizado en la Curia Romana por la Congregación para la
Causa de los Santos, quienes nombran a un “postulador”, en
compañía de varios cardenales y teólogos consultores. En esta etapa
es necesario distinguir las dos categorías de santos que existen: los
mártires y los confesores; los primeros que fueron los que
derramaron su sangre por Cristo, no necesitan inicialmente de un
milagro, mientras que para los segundos si se cumple esta norma,
que tiene que ser autorizado por un grupo de siete científicos y
médicos destacados de diferentes universidades e institutos
(muchos de los cuales no son católicos), que hacen parte de la
Comisión Médica del Vaticano, con un visto bueno de al menos cinco
sobre los siete que conforman la junta (Comparar con Mateo 8,4).
Ya después de cumplidos todos los requisitos es llamado “beato”
(Del latín beatus, “bienaventurado”), y puede recibir un culto
restringido de su imagen y reliquias en ciertas iglesias, órdenes
religiosas o regiones, aunque en algunas ocasiones específicas esta
autorización tiene un alcance a todo el mundo católico. La memoria
litúrgica de los beatos no es obligatoria (aunque hay excepciones) ni
universal.

En la ceremonia de beatificación se pinta un retrato del


candidato(a), o también representando el milagro que se le
atribuye; igualmente, se imprimen folletos y estampas de su
persona, con anterioridad se exhuman sus restos mortales para
comprobar su autenticidad, y si se haya reliquias personales se
pondrán en un relicario y se le ofrecerá al Papa, al lado de una
semblanza biográfica especialmente encuadernada, un ramo de
flores, se permite además que le dediquen una oración y una misa.
Ahora bien, desde el inicio del pontificado de Benedicto XVI, se ha
retomado la tradición de los Papas de no presidir beatificaciones,
una práctica interrumpida en 1971 por Pablo VI, y constantemente
seguida por Juan Pablo II. Anteriormente y como ahora, no era el
Sumo Pontífice quien realizaba esta ceremonia, ni siquiera cuando
tenía lugar en Roma, en la plaza de San Pedro del Vaticano, sino
que el rito era celebrada por un obispo y por un cardenal delegado
por el Vicario de Cristo.

La cuarta fase es la “canonización” (Del latín canonizare, incluir en


el catálogo), que se da después de una revisión general de la vida
del beato(a), más la confirmación de un nuevo milagro que es
obligatorio para ambas categorías. Sin embargo, también existe la
posibilidad de la llamada canonización equivalente que se usa
cuando desde hace mucho tiempo un hombre o una mujer es beato,
beata, y tiene la veneración del pueblo de Dios; y no se hace el
proceso del milagro. 

Posteriormente, el Papa como jefe supremo de la Iglesia de Cristo, y


haciendo uso del derecho de la infalibilidad pontificia, lo eleva a los
altares a la categoría de “santo”, muchas veces en la propia basílica
de San Pedro del Vaticano, y lo anota en el catálogo del libro de los
santos. El Romano Pontífice también destina la fiesta litúrgica del
santo(a), que se da el día de su muerte, pues teológicamente es el
paso de esta vida terrenal a la recompensa final en el reino de los
cielos. Igualmente, se pueden consagrar iglesias y santuarios en su
nombre.

LOS SANTOS EN LA IGLESIA CATÓLICA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. DATOS EN GENERAL
Los vocablos hebreo y griego para la palabra “santidad” transmiten
la idea de puro o limpio en sentido religioso, apartado de la
corrupción.

El profeta Isaías escribió: “Santo, santo, santo es el Señor” (6,3).

El llamado a la santidad es un decreto divino, así por ejemplo en el


libro del Levítico (19,2); encontramos el siguiente enunciado:
“Sean ustedes santos, pues yo, el Señor su Dios, soy santo” (Véase
también Mateo 5,48; Efesios 1,4; Hebreos 12,14).

La santidad se ha definido teológicamente como la manifestación del


Altísimo en los seres humanos, para que caminen en su presencia y
cumplan sus mandatos.

Existen tres clases de culto sagrado:

Latría (o adoración), es exclusividad de Dios (Éxodo 20,3;


Deuteronomio 6,13).

Hiperdulía (o veneración especial), se le da a la Virgen María (Lucas


1,28.42.48).

Dulía (o veneración), a los santos(as) (Salmo 97,11; Proverbios


10,7).

Los católicos romanos no son los únicos que practican el culto a los
personajes sagrados, así por ejemplo:
Los budistas veneran a sus Arahants y Bodhisattuas, y en el Tíbet, a
los Monjes Lamas.
Los hindús reverencian a los Gurús o Santones, maestros
espirituales de vida asceta.
Los musulmanes tienen a sus Awliya Allah o “amigos íntimos de
Dios”, y sus respetados Sufíes.

Los judíos conservan la memoria de sus patriarcas como Abraham,


Moisés o el rey David; así como también algunos mártires, filósofos,
rabinos y otros Tsaddikim (hombres justos).

Los ortodoxos veneran a todos los santos del calendario católico


hasta el cisma en el año 1054, como son los Santos Padres de la
Iglesia, los papas como San Gregorio Magno, San León Magno, San
Silvestre, muchos mártires, entre otros.
II. EL PLANO TEOLÓGICO

En el Cristianismo, la Iglesia Ortodoxa Rusa mantiene una devoción


hacia los Santos Padres de la Iglesia Oriental, algunos patriarcas y
mártires, incluyendo a los zares como Nicolás II, además celebran la
“fiesta de todos los santos” el primer domingo, después de
Pentecostés. Igual ocurre con la Iglesia Anglicana que mantiene en
su liturgia el calendario a los santos; asimismo, los evangélicos
conservadores (o luteranos), le rinde especial admiración a los
profetas del Antiguo Testamento y los apóstoles del Nuevo
Testamento.

Un teólogo español de la época de Felipe IV, Francisco de Sosa,


obispo de Canarias, hizo una clasificación de los santos en varios
grupos:

Los declarados como tales por el Antiguo Testamento, por los


Evangelios y las Actas de los Apóstoles.
Los “santos”, que deben ser reconocidos por la iglesia de acuerdo a
la tradición antigua.

Los santos canonizados por las normas eclesiásticas vigentes.


Los beatificados por el mismo procedimiento.
Aquellas personas de que se tienen noticia de que vivieron con
santidad e incluso hicieron milagros, y son venerados por los fieles
en culto privado.

Para otros teólogos existen solamente tres categorías:

Todo aquel que está en el cielo, ya que participa de la visión


beatífica del Padre Celestial y está confirmado en la gracia
(Colosenses 1,12).

Los cristianos que están en gracia de Dios participan de este


privilegio, y por eso los apóstoles Pedro y Pablo usan la palabra
“santo”, para referirse a los fieles y a las comunidades de creyentes
(Hechos 9,32; Romanos 1,7; 15,31; 1 Corintios 1,2; 16,1; 2
Corintios 1,1; 13,13; Efesios 1,1; Filipenses 1,1; 1 Timoteo 5,10;
Hebreos 3,1); ya que por el bautismo somos liberados del pecado y
unidos en Cristo Jesús, quien es el “Santo de los santos” (Hebreos
7,26).

Aquellos que son reconocidos por la Iglesia Católica y se presentan


como modelos de conducta e intercesores ante el Todo Poderoso.

En la “imitación de Cristo” cada santo(a) tiene su propia visión de lo


que es la perfección cristiana, y en ninguna otra faceta de la historia
de la humanidad, se encuentra tanta variedad como en la galería
de los santos; pues los hay desde papas, cardenales, obispos,
sacerdotes, diáconos, monjes, religiosos(as), emperadores, reyes y
reinas, militares, políticos, abogados, médicos, campesinos,
niños(as) entre muchos otros. Aquí se cumplen las palabras del
salmista sobre “la hermosura de la santidad” (Salmo 110,3).
III. CONTEXTO HISTÓRICO
La práctica de celebrar la liturgia sobre las tumbas de los mártires
en las catacumbas de Roma, fue instituida por el papa San Félix en
el año 269.

En los primeros siglos del cristianismo, se hicieron famosas las


peregrinaciones a Tierra Santa, la ruta de Santiago de Compostela
en España, o la tumba de los santos apóstoles Pedro y Pablo en
Roma.

En África del Norte, desde el siglo IV, las reliquias de los mártires
eran objeto de culto privado. Los fieles las llevaban sobre sí,
encerradas en relicarios o en cajas de hierro llamadas en griego
Teca (lugar en el cual una cosa es guardada).

El día de la fiesta de todos los Santos, nació en las catacumbas de


Roma, al honrar de forma general a muchos mártires que en
tiempos de Diocleciano fueron inmolados. Este día comenzó a
celebrase en el siglo IV, en Antioquía se realizaba una fiesta para
todos los mártires el primer domingo después de Pentecostés.

Una fiesta de Todos los Santos ya es conocida en el siglo V en unas


cuantas Iglesias de Oriente, desde donde pasó a Roma.

Las iglesias de Occidente enviaban a Roma peregrinos entre los


siglos VI y IX, para que adquirieran huesos de mártires sepultados
en las catacumbas.

En el siglo VI, los Papas decidieron que debían incluirse restos de


mártires en los altares destinados a la celebración de la misa. De ahí
se deriva la costumbre de utilizar una mesa en forma de sepulcro, y
de poner debajo algún cuerpo de mártir, o de santo, o al menos
unas reliquias que están incrustadas en la llamada piedra de ara.
También el uso de la velas procede del tiempo de las catacumbas.
El 13 de marzo de 610, en Roma, el papa Bonifacio IV consagró el
Panteón (de Agripa) dedicándolo a la Virgen María y a todos los
Mártires, e hizo de este día la fiesta de Todos los Santos. Fue
transferida por Gregorio III (731-741), al 1 de noviembre. En el año
835, Gregorio IV extendió esta celebración a toda la Iglesia. Hoy se
honra en ella también a todos los ángeles y santos.

En la época de la Contra-reforma, la Santa Sede se inclinó a


“depurar” el santoral, cuando se encontraron actas apócrifas o
dudosas, santos cuya existencia histórica no estaba comprobada y
hechos controvertidos y disputados.

El 10 de mayo de 1969, Pablo VI, hizo una exclusión de 33 santos


que nunca se comprobó que existieran, y que no deben ser
nombrados en oraciones especiales en sus fiestas, fueron además
borrados del Catálogo oficial y del calendario litúrgico; tales como
Santa Bárbara, la joven mártir que se ignora la época en que vivió,
patrona de Cuba; se le invoca contra la muerte repentina y los
rayos. San Jorge, que peleó con el dragón, patrono de Gran
Bretaña, Alemania y Portugal; martirizado en el siglo IV. En la Edad
Media se le consideraba como el prototipo de los caballeros. San
Nicolás, protector de los cautivos, marineros y de los niños, murió a
mediados del siglo IV; es también custodio de Rusia y Turquía, la
leyenda de este santo obispo se debe a su generosidad con los
pobres. San Valentín, patrono de los enamorados, se cree que fue
un sacerdote del siglo III que fue martirizado, por casar parejas en
tiempos de las persecuciones del imperio romano. San Cristóbal,
todavía objeto de veneración por los viajeros, la Iglesia considera
como leyenda el hecho que se le atribuyó de cruzar un río llevando
al pequeño Jesús; se dice igualmente que era un gigante que vivió a
fines del siglo III en Sardis, capital de Lidia, en Asia Menor. Muchas
de las catedrales góticas y románicas tienen imágenes suyas; en
otros tiempos, los feligreses hacía peregrinaciones a la catedral de
Auxerre, que conserva una estatua gigantesca y las mujeres
embarazadas lo invocaban para tener un parto feliz.

Juan Pablo II proclamó más beatos (1338), que en cuatro siglos


todos sus predecesores juntos; y canonizó a más santos (482), de
todos los que se contaban desde el siglo XVI.

El promedio de espera de la mayoría de los santos proclamados bajo


el pontificado de Juan Pablo II fue de 300 a 400 años. Los beatos
elevados a este rango en este mismo periodo no han pasado de 50
a 100 años.

En conjunto los papas venerados como santos por la Iglesia son 78,
de estos solo tres fueron canonizados después de un proceso:
Celestino V, Pío V y Pío X. Los Pontífices beatos son once,
incluyendo a los tres últimos: Pío IX, Juan XXIII y Juan Pablo II.
Además, son más de 40 vicarios de Cristo que murieron mártires
(hasta el siglo IV), y tres llevan el título de Grande o Magno: León I,
Gregorio I y Nicolás I.

En la actualidad hay pendientes cerca de 2000 procesos de


beatificación y canonización en la Congregación para la Causa de
los Santos.

En XXI siglos de existencia hay unos 10000 santos(as) en la Iglesia


Católica.

IV. APUNTES DE INTERÉS

La corona (o semicírculo) que se les coloca en las imágenes y


cuadros en la cabeza de los santos recibe el nombre de nimbo. Se
atribuye su origen a los antiguos egipcios, quienes acostumbraban
colocar sobre la cabeza de sus dioses una representación del disco
solar. Desde el siglo III el cristianismo lo usa sobre la cabeza de
Jesús, como símbolo de la gloria celestial, de la luz, de la inteligencia
y de sus virtudes. En el siglo V empezó a usarse para los ángeles, y
en el siglo VII aparece sobre la cabeza de los apóstoles,
evangelistas, y santos; generalizándose la costumbre.

La hagiografía es el estudio de la historia y tradiciones de los santos.


Durante el siglo I el papa Clemente I ordenó que siete notarios
escribieran todo lo referente al martirio de los cristianos.

Desde el siglo XVII, los “Acta Sanctorum” reúnen una serie de


documentos en los que se relatan por épocas, las anécdotas y
testimonios de todos aquellos que son canonizados por la iglesia
Católica.

Las historias de los mártires se escribieron en unos libros llamados


Martirologios (Del griego mártyros, testigo, y logos, tratado) que
sirvieron de base para redactar el Martirologio Romano (Libro de los
Santos), en el que se concentró toda la información de los santos y
beatos, que han sido reconocidos oficialmente en cada día del
calendario litúrgico de la Iglesia Católica.

Los llamados Padres Apostólicos, fueron aquellos santos que


conocieron en vida a los Apóstoles de Cristo (s. I-II); como: San
Papías, San Ignacio de Antioquía, San Policarpo de Esmirna, San
Clemente Romano, San Justino Mártir.

Se llaman Padres de la Iglesia, a los escritores de la antigüedad


cristiana (la patrística) tanto de la iglesia en Oriente como en
Occidente, que Desde el siglo III al VIII sintetizaron las enseñanzas
de la Biblia, los escritos de los Padres Apostólicos y las actas de los
primeros concilios; además se distinguieron por la pureza de su fe y
de su santidad; como por ejemplo: San Atanasio, San Juan
Crisóstomo, San Gregorio Nacianceno, San Basilio, San Ambrosio.
Se denominan Doctores de la iglesia a los que aparte de su vida de
virtud sobresalieron por su ciencia eminente a la doctrina del
catolicismo, y que han sido declarados como tales por el Sumo
Pontífice o un Concilio Universal, muchos de los cuales también
fueron Padres de la Iglesia; en total son 36 como: San Agustín, San
Jerónimo, Santo Tomás De Aquino, San Buenaventura, San Alfonso
De Ligorio, San Juan de la Cruz y el último San Gregorio de Narek.
Incluyendo además a cuatro mujeres: Santa Catalina de Siena,
Santa Teresa de Ávila, Santa Teresita del Niño Jesús y Santa
Hildegarda de Bingen.

Hubo santos católicos con un excelente conocimiento de las Santas


Escrituras en sus idiomas originales (hebreo y griego), como fueron:
San Antonio de Padua del siglo XIII que recibió el título del “Arca del
Testamento”, y San Lorenzo de Bridisi del siglo XVII; al que se le
conoce como “Doctor Evangélico”.

Santa Clara de Asís, fue proclamada la patrona de la televisión por el


papa Pío XII, debido a su facultad de ver cosas desde otros lugares
(clarividente).

Hay varios candidatos en la Santa Sede para ocupar este mismo


lugar en el Internet, los más opcionales son:

San Isidoro de Sevilla, un estudioso sacerdote español, del siglo VII,


a quien se le atribuye haber escrito la primera enciclopedia del
mundo; una colección de 20 volúmenes de diferentes temas.
San Maximiliano Kolbe, sacerdote franciscano polaco, y destacado
periodista, creó varias imprentas y periódicos católicos en el siglo
XX.
El Arcángel San Gabriel, mensajero de Dios en la Tierra, y patrono
de las telecomunicaciones.

Santo Tomás de Aquino, consagrado escritor dominico de la Edad


Media.

Los santos(as) llamados “místicos” que tuvieron dones o privilegios


especiales, tales como: revelaciones particulares, profecías,
glossolalia (don de lenguas) o xenoglosia (hablar en lenguas
extranjeras); estigmas, visiones, alocuciones (mensajes de parte de
Dios), y sueños de Jesús, María, los ángeles u otro santo; bilocación
(estar en dos lugares al mismo tiempo), clarividencia espiritual
(Conocer el estado del alma de otra persona), levitación (levantarse
del suelo) y demás; no merecen un trato especial cuando se estudia
sus casos para ser elevado a los altares de la Iglesia.

Hay que aclarar que ningún santo(a) incluyendo a la virgen María


pueden hacer un milagro. Solamente sirven de intermediarios entre
El Señor Jesús y los hombres (1 Timoteo 2,5).

Para tener un ejemplo de los milagros que se les atribuye a la


intercesión de un beato(a) o Santo(a); presentamos la siguiente
lista:

En 1998, la mujer india Monika Bersa de 34 años, se mejoró gracia


a un milagro de la Madre Teresa de Calcuta. Ella vio un rayo de luz
Procedente de la foto de la religiosa fundadora de las Hermanas de
la Caridad, mientras se encontraba hospitalizada debido a un grave
cáncer en el abdomen; al día siguiente el tumor había desaparecido.
El hecho ocurrió un año después de la muerte de la religiosa de
origen albanés.
En 1990, el mexicano José Barragán de 20 años, debido a una
fuerte depresión por el consumo de drogas alucinógenas, se lanzó
desde el tercer piso de un edificio para suicidarse. El joven fue
desahuciado Por los médicos que lo atendieron al presentar
fracturas múltiples en el cráneo, la espina dorsal y otras partes del
cuerpo. Su madre lo encomendó al entonces beato indio Juan
Diego; cuatro días después, su hijo salió del hospital de la capital
mexicana, andando por sus propios pies y sin apenas rastros de las
graves heridas sufridas en el accidente.

En 1998, el niño argentino Manuel Vilar resucitó después de dos días


de ser declarado clínicamente muerto, al haberse ahogado en una
piscina. El milagro se produjo al invocar la ayuda de la ya beata
Maravillas de Jesús, una carmelita descalza española del siglo XX.

El 11 de octubre de 1998, el papa Juan Pablo II, canoniza a la


monja Benedicta de la Cruz, mártir en los campos de concentración
nazi. Nacida como Edith Stein, en la religión judía, se cree que es la
primera santa convertida al catolicismo desde la época de los
apóstoles.

La causa de beatificación que ha contado con mayor respaldo fue la


de monseñor José María Escrivá de Balaguer. Después de su muerte
ocurrida en Roma en 1975, empezaron a llegar al papa Pablo VI,
cartas de jefes de estado, de ministros, senadores y diputados, de
familias enteras, de personas de todas las clases sociales y de todos
los rincones del mundo; incluyendo, las dirigidas por 69 cardenales y
1300 obispos (más de la tercera parte de la totalidad). Fue
declarado santo en el año 2002, apenas 27 años después de haber
fallecido.

La ceremonia de beatificación más grande que se halla presentado


en la historia de catolicismo, se produjo el 28 de octubre del 2007,
en la plaza de San Pedro en el Vaticano, cuando fueron beatificados
por el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, 498
mártires de la persecución religiosa en España (1936-1939); entre:
dos obispos, 24 sacerdotes diocesanos, 462 religiosos(as), un
diácono, un subdiácono, un seminarista y siete laicos. Se estima que
hubo cerca de diez mil testigos de Cristo que dieron su vida por odio
a la Iglesia, entre ellos 4.100 sacerdotes seculares; 2.300 religiosos;
283 religiosas y miles de laicos. Además fueron destruidos más de
mil templos y averiados otros dos mil.

La Madre Teresa de Calcuta también batió récord, pues fue


proclamada beata en octubre de 2003; seis años después de haber
dejado este mundo. Sin embargo, el Papa Juan Pablo II se negó a
canonizarla el mismo día, a petición de un grupo de cardenales. Ella
fue proclamada santa por el Papa Francisco en la basílica de San
Pedro en el Vaticano el 4 de septiembre del año 2016. El segundo
milagro para poder llegar a los altares, fue la de un ciudadano de
Brasil que se curó de repente de tumores cerebrales en el 2008. Ella
fue declarada santa por el Papa Francisco en la basílica de San
Pedro en el Vaticano el 4 de septiembre del año 2016.

La canonización más rápida que se ha presentado en la historia de


la Iglesia fue la de San Antonio de Padua, que se dio en la fiesta del
Pentecostés del año 1232, y a sólo un año de su muerte por el papa
Gregorio IX. Por el contrario, San Alberto Magno, quien murió en
1280, fue declarado santo seis siglos y medio después por Pío XI, en
1931. Al jesuita Roberto Belarmino, quien murió en Roma en 1621,
el proceso de beatificación que comenzó casi inmediatamente se
prolongó por tres siglos. Después, en un solo año, en 1930, obtuvo
del Papa Pío XI la triple glorificación de beato, santo y doctor de la
Iglesia.

La primera beatificación de una pareja de esposos se efectuó el 21


de octubre del 2001, cuando Juan Pablo II, elevó a esta categoría a
los esposos italianos Luigi Beltrame y María Corsini. Él era abogado
del Estado, ella era profesora y escritora de temas de educación.
El papa Francisco canonizó el 18 de octubre del 2015, a los padres
de santa Teresa de Lisieux, Luis y Celia Martin; ambos fueron
declarados beatos en 2009 por Benedicto XVI. Se trata del primer
matrimonio canonizado en la misma ceremonia.

Hasta el momento solo ha habido tres casos en que se ha


presentado una dispensa del tiempo de cinco años tras la muerte del
candidato, para que se inicie el proceso de beatificación. Ellos son:
la madre Teresa de Calcuta, el papa Juan Pablo II y la hermana
Lucía, vidente de la Virgen de Fátima.

En el mes de julio del 2013 con motivo de los 50 años del Concilio
Vaticano II, el papa Francisco anunció la canonización del beato
Juan XXIII (en compañía de Juan Pablo II), sin que la Congregación
para la causa de los Santos haya comprobado un segundo milagro
atribuido al llamado “papa bueno”.

El papa polaco (Juan Pablo II) en tan solo ocho años después de su
muerte, se convirtió en el protagonista del proceso más rápido de
consagración de un santo en los tiempos modernos.
LA SANGRE DE SAN JENARO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS

“Con respecto a los milagros, entre menos los entiendo más los
creo”.
Santa Teresa de Ávila.

San Jenaro nació a finales del siglo III. Viajó por toda Italia
predicando el Evangelio. Fue obispo de Benevento. En el año 305,
durante la feroz persecución del emperador romano Diocleciano. Los
militares romanos le ofrecieron renegar a su fe para salvar la vida.
Al no lograrlo la tradición cuenta que le encerraron en un horno del
que salió indemne, y tras ser arrojado a las fieras junto con el
diácono y otros cristianos, éstas no les atacan y se echan a sus pies.
Entonces deciden decapitarlos con los demás cristianos y diáconos
en la plaza Vulcana. Según la leyenda piadosa, una cristiana de
nombre Eusebia, que presenció la ejecución del mártir, recogió
reverentemente su sangre en dos ampollas de cristal, y la legó a sus
descendientes.

Más de un siglo después, en el 432, con ocasión del traslado de las


reliquias de Pozzuoli a las catacumbas de Nápoles, cuando otra
mujer le habría entregado al obispo Juan, las dos ampollas
pequeñas con la sangre coagulada de San Jenaro. Casi como
garantía de la afirmación de la mujer, la sangre se volvió líquida
ante los ojos del alto prelado y de una gran muchedumbre de fieles.
Sin embargo, en los siguientes nueve siglos no se hace mención del
hecho, hasta que el 17 de agosto del 1389, durante una procesión,
volvió a ocurrir el prodigio. En esta fecha se conserva el primer
registro del mismo, cuando un viajero anónimo publicó una
detallada crónica de lo sucedido. Desde 1649, la sangre contenida
en las dos ampollas, permanece en un relicario con base de plata en
el altar mayor de la catedral de Nápoles donde también se conserva
la piedra sobre la cual el mártir fue decapitado. Allí acuden los
devotos del obispo mártir tres veces por año, en las precisas fechas
en que su sangre en estado sólido y de color rojizo oscuro vuelve a
licuarse, y la cual muchas veces entra en estado de ebullición. Tres
veces al año la sangre es expuesta para la veneración:

1. El sábado anterior al primer domingo de mayo (traslado de sus


restos a las catacumbas de Nápoles), la sangre se licua y luego
recobra su estado sólido, y así sucede en los siete días
siguientes.
2. El 19 de septiembre (decapitación de San Jenaro), y durante
toda la octava de las celebraciones en su honor. Esta fiesta
litúrgica se celebra en el calendario de la Iglesia Católica desde
1586.
3. El 16 de diciembre (conmemoración de la más mortífera
erupción del volcán Vesubio, en 1631. Cuando la sangre
permaneció líquida por espacio de treinta días).

Si la sangre no se licua en las fechas señaladas y en las primeras 24


horas, los napolitanos consideran que la demora es señal de mal
augurio, de lo contrario, es de buena suerte. Una de las fechas de la
no licuefacción fue en 1944, antes de la Segunda Guerra Mundial.

El fenómeno no tiene ninguna explicación natural, pues no depende


de factores externos como la temperatura, el ambiente, la menor o
mayor cantidad de luz. Se llegó a decir que no se trataba de sangre,
pero en 1956 se hizo un examen espectrográfico en la Universidad
de Bolonia que demostró que efectivamente era sangre humana.
Además, la datación de la misma coincide con la fecha en que San
Jenaro fue martirizado. Los escépticos han conseguido reproducir el
fenómeno en un laboratorio, lo que, desde el punto de vista
científico, no prueba nada, ya que no usaron sangre sino sustancias
de otro tipo.

OCHO REGLAS PARA ALCANZAR LA SANTIDAD

AUTO: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Santa Ángela de Foligno (1248-1309), religiosa y mística italiana, en


su autobiografía dictó un manual de ocho reglas para alcanzar la
santidad:

1. Convencernos de lo grave y dañoso que es el pecado.

2. Sentir arrepentimiento y vergüenza de haber ofendido al buen


Dios.

3. Hacer una confesión general de todos los pecados cometidos.


4. Creer en la gran misericordia que Dios tiene para con el
pecador que quiere ser perdonado.

5. Ir adquiriendo un gran amor y estimación por todo lo que


Cristo sufrió por nosotros.

6. Aumentar la devoción por Jesús Eucaristía.

7. Aprender a orar, especialmente recitando con fervor y atención


el Padrenuestro.

8. Tratar de vivir en continua y afectuosa comunicación con el


Altísimo.

FRASES CÉLEBRES EN HONOR A LOS SANTOS Y A LA


SANTIDAD

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Me has llamado Señor, aquí estoy; habla Señor que tu siervo


escucha
1 Samuel 3,10.

Hay que vencer el mal, haciendo el bien.


San Pablo (Romanos 12,21).

No hay que buscar el bien de uno mismo, sino el bien de los demás.
San Pablo (1 Corintios 10,24).
Yo no he llegado aún a la meta o a la perfección, lo que hago es
luchar por alcanzarla, habiendo alcanzado a mí Cristo Jesús.
San Pablo (Filipenses 3,12).

Todo lo que hagamos, hay que hacerlo de corazón, como para el


Señor y no para los hombres.
San Pablo (Colosenses 3,23).

El que hace lo bueno es de Dios, pero el que hace lo malo no ha


visto a Dios.
3 Juan 11.

El que reciba la misión de decir grandes cosas, está obligado a


practicarlas.
Papa San Gregorio Magno.

Sólo las obras de los santos perduran.


Papa León XIII.

La salvación de los unos, depende de la oración y el sacrificio de los


demás.
Papa Pío XII.

El gran mal del hombre moderno es haber perdido el sentido del


pecado.
Papa Beato Pablo VI.

La falta más grande del apóstol es el miedo.


Papa San Juan Pablo II.

La única competencia posible entre los cristianos, es ver quien


puede ofrecer el amor más grande.
Papa San Juan Pablo II.

La aventura de la santidad comienza con un 'sí' a Dios.


Papa San Juan Pablo II.

La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la


vida.
Papa San Juan Pablo II.

La vida del cristiano debe ser una continua penitencia.


Concilio de Trento.

La santidad es la perfecta unión con Cristo.


Concilio Vaticano II.

El mejor apóstol es el santo.


Documento de Puebla.

El objetivo de una vida virtuosa es llegar a ser semejante a Dios.


San Gregorio de Nisa.

El amor de Dios es lo primero que hay que recomendar; pero el


amor al prójimo es lo primero que hay que practicar.
San Agustín.

Conocer a Dios, es amar a Dios.


San Agustín.

La única libertad en el hombre, es decirle sí a Dios.


San Agustín.

Al que se aleja de Dios, todo se aleja de él.


San Agustín.

La causa de todos los males son los pecados de la humanidad.


San Agustín.

No podemos obrar el bien, sin antes dejar de haber dejado el mal.


San Agustín.

Si quieres ser un predestinado para la salvación, tienes que portarte


como uno de ellos.
San Agustín (Comparar con Romanos 8,28-30).

La distancia más grande es la que existe entre Dios y el pecador.


San Agustín.

Aquel que salva un alma tiene su alma ganada.


San Agustín.

Sobre los santos, lo que importa no es venerarlos, sino imitarlos.


San Agustín.

La única razón de la vida del cristiano, es la recompensa eterna.


San Agustín.
En el cristiano lo que interesa no es el nombre, sino la vida.
San Agustín.

El cristiano debe defender la verdad, no tanto con buenas palabras


sino con buenas acciones.
San Agustín.

Si quieres encontrar buenos cristianos en la iglesia, se tu uno de


ellos.
San Agustín.

En la escuela de Cristo, todos somos condiscípulos.


San Agustín.

Jesús no llama a los santos, sino para que seamos santos.


San Agustín.
Cuando sientas que ya no sirves para nada, todavía puedes ser
santo.
San Agustín.

Bienaventurado es, Señor, el que te ama aTi, al amigo en Ti, y al


enemigo por Ti.
San Agustín.

No sería necesario recurrir tanto a la palabra, si nuestras obras


diesen auténtico testimonio. 
San Juan Crisóstomo.

Nada se anteponga a la dedicación de Dios.


San Benito.

Nada es más dulce que una conciencia limpia, nada más seguro que
la pureza del alma.
San Columbano.

No lloréis, os seré más útil después de mi muerte y os ayudaré más


eficazmente que durante mi vida.
Santo Domingo de Guzmán.

Aspiren por encima de todas las cosas, poseer el Espíritu del Señor y
su santa Operación.
San Francisco de Asís.

Dichoso quien no tiene más gozo y alegría que las palabras y obras
del Señor.
San Francisco de Asís.
Recuerda que cuando abandones esta tierra, no podrás llevar
contigo nada de lo que has recibido, solamente lo que has dado.
San Francisco de Asís.

La verdadera perfección consiste en esto: hace siempre la santa


voluntad de Dios.
San Buenaventura.

Un cristiano fiel, iluminado por los rayos de la gracia al igual que un


cristal, deberá iluminar a los demás con sus palabras y acciones, con
la luz del buen ejemplo.
San Antonio de Padua.

No es por la grandeza y multiplicidad de nuestras obras por lo que


agradamos a Dios, sino por el amor con que las hacemos. 
San Francisco de Sales.

Hay tampoco santos, porque hay pocas almas que se mortifican.


San Juan de la Cruz.

Al atardecer de nuestras vidas seremos examinados en el amor.


San Juan de la Cruz.

El mayor regalo que Dios le puede dar a un grupo de fieles, es darle


un sacerdote santo.
San Vicente de Paúl.

Por donde quiera que pasen los santos, dejan la huella de Dios.
Santo cura de Ars.

Los siervos de Dios tienen que hablar poco, trabajar mucho, y


soportarlo todo.
San Gaspar del Búfalo.
El verdadero fin de la vida del cristiano, es conseguir el Espíritu
Santo.
San Serafín de Sarov.

Acordaos hermanos que un alma tenemos y si la perdemos no la


recobramos.
San Pedro de Betancur.

Señor dadme almas y llévate lo demás.


San Juan Bosco.

El acercar un alma a Dios, tiene más valor que regalar un altar de


oro a la Iglesia.
San Juan Bosco.

Un santo triste, es un triste santo.


San Juan Bosco.
La predica más eficaz es el buen ejemplo. 
San Juan Bosco.

Las crisis del mundo moderno, son crisis de santos.


San José María Escrivá.

Si cada año atacamos fuertemente uno de nuestros defectos,


alcanzaremos pronto la santidad.
Beato Tomás de Kempis.
(La imitación de Cristo).

Desde que descubrí que Dios existe, entendí que el único sentido de
mi vida, era vivir para El.
Beato Charles de Foucold.

La verdadera perfección consiste en esto: hacer siempre la santísima


voluntad de Dios. 
Santa Catalina de Siena.
Es poca cosa ir al cielo solo.
Santa Teresa de Ávila.

De devociones absurdas y santos amargados, líbrame Señor.


Santa Teresa de Ávila.

Un hombre santo, perfecto y virtuoso, hace más bien a las almas,


que una multitud de otros de mayor instrucción y de mejores dotes.
Santa Teresa de Ávila.

No puede ser un medio santo, tiene que ser todo santo o nada
santo.
Santa Teresita del Niño Jesús.

Pasaré mi cielo haciendo el bien sobre la tierra.


Santa Teresita del Niño Jesús.

La salvación de un alma vale más que el mundo entero.


Santa Eufrasia Pelletier.

El amor al prójimo es nuestra medida de nuestro amor de Dios.


Santa Edith Stein.

La santidad no es un lujo de unos pocos, sino el llamado para todos.


Santa Madre Teresa de Calcuta.

La santidad consiste en hacer la voluntad de Dios con alegría. 


Santa Madre Teresa de Calcuta.

Uno no es de verdad cristiano, al menos que hay convertido a


alguien al cristianismo.
Cardenal Suenens.
Al comienzo de la vida espiritual, se intenta sobre todo amar a Dios,
al término se comprende que basta dejarse amar por él.
Jean Lafrance.

Todo hombre que no es un santo, es un cerdo.


León Bloy.

El mundo moderno necesita de santo virtuoso, así como una ciudad


azotada por la epidemia, necesita de médicos y hospitales.
Simone Weil.

El hombre no es solo de este mundo.


Hoiman Von Ditfurt.

Entre los cristianos no es importante quien es el más fuerte, sino el


más bueno.
George Desvalíeres.

Voy a creer en el Dios de los cristianos, el día que ellos tengan cara
de Santos.
Federick Nietzche.

Que el principal sermón de tu vida lo predique tu conducta. 


C.H.Spurgeon.
LITURGIA Y SACRAMENTOS

1. LA EUCARISTÍA: PRESENCIA REAL DE JESUCRISTO.


2. LA EUCARISTÍA Y LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA.
3. LA EUCARISTÍA: ALIMENTO ESPIRITUAL DE LOS CATÓLICOS.
4. SANTOS Y MÍSTICOS QUE VIVIERON DE LA EUCARISTÍA.
5. LA NIÑA MÁRTIR DE LA EUCARISTÍA.
6. EL VALOR DE LA MISA.
LA EUCARISTÍA: PRESENCIA REAL DE JESUCRISTO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“La Eucaristía hace a la Iglesia y la Iglesia hace la Eucaristía”


Henry De Lubac
Teólogo católico del siglo XX.

I. INTRODUCCIÓN

Para la mayoría de las iglesias protestantes, la “Eucaristía” del


griego Eukjaristía (acción de gracias) (Lucas 22, 17.19), es
solamente un simbolismo de las palabras de Jesús en la “Ultima
Cena”, celebrado con los apóstoles en la víspera de la fiesta de la
Pascua (Pésaj), el jueves santo del año 33 de nuestro era, el día
anterior en el que sería sacrificado por los pecados de toda la
humanidad (1 Juan 2,2).

II. CONTEXTO BÍBLICO


El Hijo de Dios en el llamado “discurso eucarístico” llegó a decir:
“Quien come (trögön) mi carne (sarka) y bebe (pinön) mi sangre
(aima), tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el último día” (Juan
6,54). Estas expresiones utilizadas por el Mesías son demasiado
realistas como para tomarlas en sentido metafórico. De hecho, los
términos trögon y sarka dan un sentido de “comer masticando un
trozo de carne”. Incluso, tienen gran importancia porque fueron
dichas en la sinagoga de Capernaum un día sábado (59), y
entendidas por los apóstoles a la cabeza de Simón Pedro como
“palabras de vida eterna” (68).

La Iglesias Católica y la Ortodoxa, fieles a la tradición del mensaje


divino, han enseñado que la “Eucaristía” es verdaderamente la
presencia del Cristo en la “Hostia”, que será entregado por todos
nosotros, y en el “Vino” que será derramado por todos nosotros,
como un “Nuevo Pacto” con su muerte redentora en la cruz (Mateo
26,26-28; Marcos 14, 22-24; Lucas 22,19-20). Por esta razón, el Hijo
de Dios mandó a conmemorar a sus discípulos este acontecimiento,
en recuerdo suyo (1 Corintios 11,25), hasta que El vuelva (1
Corintios 11,26; Apocalipsis 22,20). Igualmente, la Sagrada Escritura
nos dice que los primeros creyentes “se reunían en el templo, y en
las casas partían el pan y comían juntos con alegría y sencillez de
corazón” (Hechos 2,42.46); principalmente el domingo, llamado el
“día del Señor (Dies Domini) “o “primer día” de la semana (Hechos
20,7). Por ser el día en que el Mesías resucitó y venció a la muerte
(Juan 20,1).

III. LA EUCARISTÍA EN LA IGLESIA PRIMITIVA

San Justino Mártir, hacia el año 155, le explicaba al emperador


romano Antonio Pío, sobre el memorial que hacían los católicos:
“Los fieles que asistían al santo sacrificio comulgaban bajo ambas
especies. Los hombres recibían la santa hostia en su mano y las
mujeres en un lienzo blanco; unos y otros bebían del cáliz que les
presentaba el sacerdote o el diácono. Al distribuir el pan, el
sacerdote o el diácono, decía: Corpus Christi, y al presentar el
cáliz: Sanguis Christi, y el que comulgaba respondía: Amén. Lo
que sobraba del vino consagrado se repartía entre los niños
presentes, y el pan consagrado restante era llevado a los enfermos
y a los cristianos presos en los cárceles”.

Este mismo Padre de la Iglesia menciona en su Apología la


costumbre de enviar una porción de los elementos de la eucaristía a
los ausentes. Tertuliano de Cartago (+230) agrega que la práctica
surgió por el hecho de guardar los elementos en casa a fin de que la
comunión pudiera tenerse constantemente antes de servirse otros
elementos. Otro hecho significativo de los inicios del cristianismo, se
dio en algunos lugares donde sepultaban los cadáveres de los fieles
con un pedazo de pan consagrado en la boca. Del mismo modo, las
especies sacramentales eran enviadas de obispo a obispo como
muestra de caridad, o de un obispo a las principales iglesias de su
diócesis como señal de unidad, o eran llevadas como amuleto en un
viaje.
IV. LA EUCARISTÍA Y LA LITURGIA

En los inicios del cristianismo se conmemoraba la “Eucaristía”,


llamada también en el Nuevo Testamento como la “Cena del Señor”
(kuriakon deipnon), tres o cuatro veces al año. Hacia el año 200
se comenzó a celebrar durante la semana, y no sólo el domingo,
más tarde se extendió a todos los días. En el siglo IX se empezó a
emplear la “Hostia” (Del latín hostia, hoja delgada redonda de pan
ázimo), además varios concilios decretaron obligatorio la comunión
tres veces al año: Pascua de Resurrección, Pentecostés y la
Natividad del Señor. La elevación de la Hostia y del Cáliz data del
siglo XII. En el concilio de Letrán (1215), se dispuso que los laicos
debieran comulgar mínimo una vez al año. Hacia los siglos XIII y
XIV los fieles recibían únicamente la Hostia cuando comulgaban.
Después del Concilio Vaticano II (1962-1965), la Iglesia permite, en
algunas ocasiones, bajo las dos especies.

V. MILAGROS EUCARÍSTICOS

Hay que resaltar el famosos milagro Eucarístico que se conserva en


Lanciano (Italia), cuando en el siglo VIII, durante la misa un monje
basiliano dudó de la presencia de Cristo en el momento de la
consagración, y para asombro suyo la “Hostia” se convirtió en carne
de corazón humano y el “Vino” en sangre de tipo AB [la
misma de la Sábana santa en que envolvieron el cuerpo del Hijo del
hombre al ser bajado de la cruz, y que se conserva en Turín
(Italia)]. Este milagro ha sido plenamente confirmado por los
resultados de los análisis de la ciencia moderna. Cumpliéndose así
las palabras del Mesías a los judíos incrédulos en la sinagoga de
Capernaun: “El pan que yo daré es mi propio cuerpo” (Juan 6, 51).
También los discípulos de Emaús, sólo se dieron cuenta que estaban
ante la presencia del Señor, cuando “tomó en sus manos el pan, y
habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio. En ese momento
se les abrieron los ojos y reconocieron a Jesús” (Lucas 24, 30-31).

La celebración litúrgica del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo se


remonta al resurgimiento de las devociones eucarísticas, a partir del
año 1110 en Francia y sobre todo en Lieja (Bélgica), por medio de
su obispo, monseñor R. de Torote un siglo después. Más adelante,
el Papa Urbano IV, en conexión con el milagro eucarístico de Orvieto
(Italia), donde se conserva otra hostia convertida en carne, así como
los corporales manchados de la sangre que brotó de la misma Santa
Forma; y además con las revelaciones particulares de una monja
cisterciense, la Beata Juliana de Moncornillón; instituyó esta fiesta
para toda la Iglesia en honor del “Corpus Domini” o “Corpus
Christi”, por medio de la Bula Transiturus, publicada en Orvieto el
11 de agosto de 1264, y fijada para el jueves después de la octava
de Pentecostés. El oficio y la misa de ese día son obra, por encargo
del mismo romano pontífice, a Santo Tomás de Aquino (1263). Pero
no fue sino con el papa Clemente V (1314), cuando este
acontecimiento religioso se difundió con más rapidez en todo el orbe
católico.

VI. LA EUCARISTÍA COMO DOGMA DE FE

Martín Lutero, Padre de la Reforma Protestante, afirmaba: “Para


negar que Jesús está en la Eucaristía, tiene uno que ser o un
ignorante o un loco, porque la Biblia lo dice muy claro”. Poco
después, el Concilio de Trento (1561-1563), define esta verdad de
fe, con estas palabras: “En el Santísimo sacramento de la Eucaristía
se contiene verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo y la Sangre
de nuestro Señor Jesucristo, juntamente con su Alma y Divinidad.
En realidad, Cristo íntegramente”.
LA EUCARISTÍA Y LOS SANTOS PADRES DE LA
IGLESIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

 San Ignacio, obispo de Antioquía, martirizado en el año 107;


decía en su carta a los filadelfos: “Poned todo empeño en usar
una sola Eucaristía; porque una sola es la carne de Nuestro
Señor Jesucristo y un solo cáliz para unirnos con su sangre”.
 San Justino Mártir de la fe cristiana hacia el año 155
(decapitado), confesaba que la Eucaristía no es un alimento
como tantos, sino que es “carne y sangre de aquel Jesús hecho
carne”.

 San Ireneo, obispo de Lyon (+202), escribe: “Tomó el pan, que


es cosa criada, y dio gracias diciendo: `Esto es mi cuerpo’. Y
del mismo modo afirmó que el cáliz, que es de nuestra creación
terrena, era su sangre; y enseñó el nuevo sacrificio del Nuevo
Testamento, que habiéndolo recibido los Apóstoles de la
Iglesia, lo ofrecen a todo el mundo”.
 Tertuliano de Cartago (+220), comenta: “La carne se alimenta
con el cuerpo y la sangre de Cristo, para que el alma se nutra
de Dios”.
 San Hipolito, mártir en el año 235, es tajante en afirmar que se
evite con diligencia que el infiel coma de la Eucaristía, ya
que “es el cuerpo de Cristo del cual todos los fieles se
alimentan y no debe ser despreciado”.

 Orígenes de Alejandría (+254), precisó: “Si subes con Cristo a


celebrar la Pascua. El te dará en aquel pan de bendición, su
propio cuerpo y te concederá su propia sangre”.

 Firmiliano, obispo de Cesarea (+268), sentenció: “Quién quiera


que comiera el pan o bebiera el cáliz del Señor indignamente,
será reo del cuerpo y de la sangre del Señor.” 

 San Cirilo, obispo de Jerusalén, en su libro “Discursos


Catequéticos” (año 350), redactó: “Los que reciben la
comunión deben estar plenamente convencidos que lo que
aparenta ser pan no es pan, aunque sabe así, sino el cuerpo de
Cristo, y lo que aparenta se vino no es vino aunque el sabor es
así”.

 San Atanasio, patriarca de Alejandría (+373), afirmaba en un


sermón a los recién bautizados: "Verás a los ministros que
llevan pan y una copa de vino, y lo ponen sobre la mesa; y
mientras no se han hecho las invocaciones y súplicas, no hay
más que puro pan y bebida. Pero cuando se han acabado
aquellas extraordinarias y maravillosas oraciones, entonces el
pan se convierte en el Cuerpo y el cáliz en la Sangre de nuestro
Señor Jesucristo”.

 San Ambrosio, obispo de Milán (+397), expresa: “Este pan es


pan antes de las palabras sacramentales; pero una vez recibida
la consagración, de pan se transforma en carne de Cristo”.

 San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (+407), en


una de sus homilías, declara: “Pues mi carne es verdadera
comida y mi sangre es verdadera bebida ¿Qué quiere decir
esto? Significa que es éste el verdadero alimento que conserva
el alma, que debe tener fe en sus palabras, de suerte que
estén ciertos que no les habla por enigmas o parábolas, sino
que en realidad han de comer su propio cuerpo”.

 San Jerónimo, presbítero (+420), en su carta a Hebidia,


opinaba: “El pan que el Señor partió y dio a sus discípulos es el
cuerpo del Salvador, pues El les dice: Tomad y comed, esto es
mi cuerpo”.

 San Agustín, obispo de Hipona (+431), en un sermón sobre los


sacramentos en el Domingo de Pascua, indicaba: “Esto que
estás viendo ahora sobre el altar de Dios es pan y vino; más
este pan y este vino, junto con la Palabra, se cambia en el
cuerpo y en la sangre del Verbo”.

 San Cirilo, obispo de Alejandría (+444), en un comentario al


Evangelio de San Mateo, enseña: “Y dice (Jesús) de modo
demostrativo: Esto es mi cuerpo, esto es mi sangre, para que
no pensemos que las cosas que aparecen sean una figura, sino
que por acto inefable de Dios omnipotente las oblatas se
transforman realmente en el cuerpo y en la sangre de Cristo”.

 San Juan Damasceno, monje y presbítero del monasterio de


San Sabas en Jerusalén (+750), agrega: “Preguntas cómo el
pan se convierte en el cuerpo de Cristo y el vino en Sangre de
Cristo. Te respondo: El Espíritu Santo irrumpe y realiza aquello
que sobrepasa toda palabra y todo pensamiento”.
LA EUCARISTÍA: ALIMENTO ESPIRITUAL DE LOS
CATÓLICOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“En la Eucaristía, Cristo el Señor es a la vez anfitrión, comida y


bebida”
San Agustín, obispo de Hipona (+431).

EJEMPLOS VARIOS

San Ignacio de Antioquia, mártir en el año 107. Cuando el


emperador Trajano deseaba hacer un espectáculo dándolo en
alimento a las fieras. Durante su viaje a Roma, este obispo escribió
siete cartas, y habiendo sabido que los cristianos de la Ciudad
Eterna se estaban movilizando para evitar su muerte, hizo una
apología en comparación con la Eucaristía (acción de gracias):
“Dado que, para hacer el pan, hay que moler el trigo, y para hacer
el vino hay que prensar la uva, así deseo que mis miembros sean
partidos y molidos por los dientes de las fieras para convertirme en
sacrificio agradable a Dios”.

Santo Tomás de Aquino Con frecuencia experimentaba raptos y


éxtasis. En uno de ellos, el 6 de diciembre de 1273, mientras
oficiaba la misa las revelaciones que recibió debieron tener tal
altura, que abandonó la pluma para siempre: «No puedo hacer más.
Se me han revelado tales secretos que todo lo que he escrito hasta
ahora parece que no vale para nada». Murió el 7 de marzo de 1274
en el monasterio cisterciense de Fossanova, cuando partía hacia el
concilio de Lyon.

Santa Imelda Lambertini, era hija de los condes de Bolonia (Italia), y


vivió en el siglo XIII. Era tal su arduo deseo de recibir al Señor en la
Eucaristía, pero por su edad, 13 años, no le era permitido por las
autoridades eclesiásticas de aquel entonces, sin antes haber
cumplido los 14 años. Sin embargo, en la solemnísima festividad de
la Ascensión del Señor a los cielos, en la capilla del convento de las
dominicas de Val di Pietra, donde ella se encontraba interna. El
capellán después de haber repartido la comunión a las religiosas, y
mientras se disponía a guardar el copón en el sagrario,
milagrosamente una Santa Hostia salió del copón y se elevó por los
aires. La Sagrada Forma flotando se detuvo hasta la presencia de la
santa adolescente que se encontraba arrodillada en un éxtasis, el
sacerdote intuyendo que aquello era una señal divina, se aproximó a
la Hostia, que se depositó en la patena, luego la tomó y se la dio a
Imelda, quien después de recibirla permaneció inmóvil en su sitio
por un largo rato en acción de gracias. Al cabo de unas horas y al
notar su ausencia, las hermanas fueron a buscarla, y la encontraron
en la capilla donde la habían dejado, pero esta vez estaba sin vida;
había muerto por amor a Jesús Sacramentado.

Juliana de Falconieri (1270-1341), fue una santa italiana fundadora


de las “Siervas de la Virgen María”. De su vida religiosa se destaca
los prologados ayunos, la mortificación personal, y las continuas
horas en oración. Muchos días los pasó solamente con la Sagrada
Comunión. En su última enfermedad a los 71 años, su estómago no
le recibía ningún alimento, vomitando todo lo que comía. Así que
muy a pesar suyo tuvo que dejar de recibir la Eucaristía. Y sucedió
que cuando el sacerdote fue a darle la extremaunción, llevando el
Santísimo Sacramento, la santa sabiendo que no podía comulgar,
pidió que le colocaran sobre su corazón sobre un mantel blanco la
Santa Hostia, y he aquí que de un momento a otro la Sagrada
Forma desapareció y nadie la pudo encontrar. Acto seguido la santa
religiosa como si estuviera en éxtasis murió en la paz del Señor.
Tras su muerte encontraron sobre su corazón, en la piel, una cicatriz
redonda, como si hubiera sido hecha para que pasara el Viático. En
recuerdo de este milagro, sus religiosas llevan sobre su hábito, una
medalla donde está grabada una Santa Hostia.

El 9 de julio de 1572, durante la persecución calvinista en Holanda


contra los católicos, fueron asesinados 19 mártires entre ellos once
franciscanos, dos premonstratenses, un dominico, un canónigo
regular y cuatro sacerdotes seculares. El delito no haber querido
renegar que Cristo está presente en la Eucaristía. Sus cuerpos
mutilados antes de morir, fueron arrojados a una presa. Tan sólo
uno del grupo, que estaba débil y enfermo, negó la presencia real
de Jesús en el Sacramento del Altar. Y murió 24 horas más tarde. El
lugar donde fueron masacrados se convirtió pronto en centro de
peregrinación.

San Pascual Bailón, fue un hermano lego franciscano español.


Después de su muerte, en el año de 1592, cuando contaba con 52
años de edad, estando su cadáver en el templo, a la hora de la
elevación de la Hostia y del Cáliz, abrió dos veces los ojos y los
siguió con la mirada. El papa León XIII lo declaró patrono especial
de los Congresos Eucarísticos y de la Adoración Nocturna.

Este mismo acontecimiento sucedió durante los funerales de San


Juan de Rivera, arzobispo de Valencia (España), en enero de 1611,
en el momento de la consagración de la Eucaristía en la Misa, los
que estaban junto al cadáver vieron que abría los ojos y que el
rostro se le volvía sonrosado por unos momentos, como adorando el
Santísimo Sacramento.
San Camilo de Sezze, un fraile franciscano italiano del siglo XVII, un
día cuando entró en un templo, donde se celebraba la Misa, sintió
que desde la Sagrada Hostia que sostenía el sacerdote en sus
manos, partía un afilado rayo de luz que hirió su corazón
profundamente. El santo explica en su autobiografía que sintió como
un hierro candente que penetraba en él. Aquella sensación de dolor
y dulzura le duró varios meses. Igualmente, varios santos místicos
como Santa Catalina de Génova, Santa Teresa de Avila, San Juan de
la Cruz, Santa Gemma Galgani y Santa Verónica Guliani. Cuando
recibían la comunión, sentían que un rayo de amor traspasaba
hondamente sus corazones (Este fenómeno místico es conocido
como Transverberación).

Santa María Francisca de las Cinco Llagas (1715-1791), una vez


mientras el sacerdote decía: “Este es el Cordero de Dios”, la Hostia
que el tenía en la mano salió volando y fue a colocarse en la boca
de la santa. En otra ocasión voló desde el copón, y en una última
oportunidad, al partir el celebrante la Hostia Grande, un pedazo de
ella se desplazó por el aire hacía la fervorosa mística que estaba
aguardando turno para comulgar.
SANTOS Y MÍSTICAS QUE VIVIERON DE LA
EUCARISTÍA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida”.


(San Juan 6,55).
SANTA ROSALÍA DE PALERMO (1.140-1170): Nacida en Sicilia,
cuyo padre descendía de Carlomagno. A los 14 años era tan bella
que su atractivo físico ponía en peligro la belleza de su alma.
Entonces se le apareció la Virgen indicándole que se apartara del
mundo. Una noche abandonó el castillo donde vivía. Dos ángeles
disfrazados, el uno como un caballero armado y el otro como un
peregrino, le aguardaban para llevarla al monte Quisquita. La
dejaron allá a la entrada de una gruta enterrada bajo la nieve, entre
los árboles. Estuvo escondida allí algunos meses. Vinieron otra vez
los ángeles a prevenirla que su padre venía por ella. Esta vez los
mensajeros de Dios la llevaron a lo alto del monte Pellegrino. Aquí
estuvo los últimos 16 años de su vida en una cueva con el crucifijo
siempre consigo, y alimentada por la Eucaristía que le traían sus
protectores celestiales.

SANTA CATALINA SE SIENA (1347- 1380): Catalina Benincasa


nació en Siena, en la fiesta de la Anunciación, en el seno de la
numerosa familia de un comerciante. A la edad de seis años tuvo
una visión de Cristo en su trono de Gloria y a raíz de ello hizo voto
secreto de entregar su vida a Dios. A los doce años, en respuesta a
la insistencia de sus padres, Catalina les hizo saber que nunca
contraería matrimonio y para confirmar su decisión cortó su
hermosa y larga cabellera. Viendo que no cambiaba de actitud, la
familia comenzó a tratarla como a una sirvienta, encargándole los
más humillantes trabajos de la casa, de manera que no tuviese
tiempo para retirarse a orar en soledad conforme
acostumbraba. Catalina sobrellevaba todo esto con dulzura y
paciencia, y Dios le mostró cómo construir una ‘celda interior’ donde
estar a salvo de toda perturbación. Ella fue invitada por el mismo
Jesús a beber de su preciosísima sangre, la cual manaba de su
costado. Tras beber de esta Divina Fuente, la santa no necesitó
comer o beber más. Durante los siete años previos a su
fallecimiento, vivió solamente de la Eucaristía, sin sentir hambre y
permanecer siempre activa y fuerte. Después de la comunión diaria
casi siempre quedaba en éxtasis, siendo muchos los que pudieron
verla levitar.
SAN NICOLÁS DE FLUE (1417-1487): Patrono de Suiza, fue
protagonista de grandiosos fenómenos místicos y tuvo también
algunas visiones de la Virgen María. De familia campesina de la
campiña de Saxlen, fue muy religioso desde joven, se casó y tuvo
diez hijos. Estimado por todos como buen ciudadano, ya que fue
militar, corregidor, consejero, juez y diputado. Vivió con su familia
hasta los cincuenta años, luego de tener una visión de “tres
hombres misteriosos” que lo invitaron a dejar las cosas del mundo.
Obtuvo el consentimiento de su esposa y se retiró a llevar una vida
eremítica, pues tenía una fuerte inclinación a la contemplación, la
oración y la penitencia. Por 20 años se alimentó sólo de la Hostia
consagrada, lo que fue constatado y controlado por diversas
comisiones médicas y eclesiásticas de su época. Se afirma que sus
huesos se adherían a la piel, pues no tenía grasa corporal. No
obstante, tuvo una larga existencia y murió precisamente el día que
cumplió 70 años de edad. Hecho que le había sido presagiado.
BEATA ANA CATALINA EMMERICH (1774-1824): Nació en el
seno de una piadosa familia de labriegos en Flamsche (norte de
Alemania). A la edad de 28 años ingresó en el convento de las
agustinas en Dülmen, después de trabajar como costurera y
empleada doméstica. Cuando el gobierno anticatólico de Jerónimo
Bonaparte cerró el claustro en 1812, se vio obligada a buscar refugio
en la casa de una viuda pobre. En 1813 enfermó por tantas vigilias,
ayunos y sufrimientos; permaneciendo inmóvil en la cama hasta su
muerte. Además se hicieron visibles los estigmas en las manos, los
pies, una doble cruz en su pecho y la corona de espinas. A finales de
1818 es curada de las heridas de las manos y los pies, pero las
demás permanecieron, y el viernes santo se reabrieron. Tuvo
visiones desde su infancia con el Niño Jesús, su ángel de la guarda,
María con el Niño, los lugares y eventos relacionados con el Antiguo
Testamento, con la vida de la Virgen, de Jesús y los apóstoles en
Tierra Santa, las almas del purgatorio y los santos. Durante los
últimos doce años de su vida, Catalina se abstuvo de ingerir
alimentos sólidos –incluso una cucharada de sopa le provocaba
náuseas- y se nutría únicamente con agua y la Eucaristía. Dos
comisiones: Una eclesiástica y otra civil compuesta por médicos y
científicos protestantes y agnósticos, analizaron con rigor estos
fenómenos místicos sin encontrar ningún fraude. El poeta alemán
Clemente Brentano, pasó por escrito varias de estas visiones para
luego ser publicadas, como: “La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor
Jesucristo” (1833), “La Vida de la Santísima Virgen” (1852), y tres
tomos sobre “la Vida de Nuestro Señor” (1858-60). Un rumor acerca
del robo de su cuerpo fue la causa de que se abriera su tumba seis
semanas después de su muerte. El cadáver fue encontrado sin
ningún tipo de corrupción.
BEATA ALEXANDRINA DA COSTA (1904-1955): Laica portuguesa
y cooperadora de la familia salesiana. Hizo de su vida -marcada por
las experiencias místicas y los ataques diabólicos- un continuo
ofrecimiento por la conversión de los pecadores y por la paz
mundial. Fue una campesina nacida en la provincia de Balasar, a los
14 años se lanzó de una ventana a cuatro metros de altura del
jardín para preservar su pureza, amenazada por unos hombres que
habían entrado a su casa. Cinco años más tarde, las lesiones
derivadas de la caída le provocaron una parálisis total que la
mantuvo postrada en una cama durante más de 30 años, hasta el
final de su vida. Durante cuatro años (1938-1942) revivió todos los
viernes desde el mediodía, durante tres horas y media, la pasión de
Cristo. Del 27 de marzo de 1942 hasta su muerte a los 51 años (esto
es, 13 años y 7 meses), no ingirió otra bebida y alimento más que la
Santa Comunión. En una visión Jesús le había dicho: “No te
alimentarás más en la Tierra. Tu alimento es mi carne”. Los
médicos, que en aquel tiempo eran casi todos ateos declarados,
querían desenmascarar lo que para ellos era un fraude, y lograron
convencerla para que se sometiera a un control científico.
Alexandrina aceptó con una condición: poder recibir todas las
mañanas la comunión. Así fue admitida el 10 de junio de 1943 en un
hospital cerca de Oporto, y bajo la supervisión médica las 24 horas
durante cuarenta días, no fue comprobado ningún tipo de engaño.
Su caso fue declarado “científicamente inexplicable”. Cuando murió
su cuerpo no se corrompió, sino que se convirtió misteriosamente en
ceniza (que expedían un dulce aroma) tal como predijera ella
misma.
LUISA PICARRETO (1865-1947): La sierva de Dios Luisa nació en
Corato, al sur de Italia, el 23 de abril. A los 11 años de edad se hizo
Hija de María. Quiso ser monja pero no la aceptaron. A los 13 años
de edad tuvo inesperadamente la primera visión de Jesús con la
Cruz a cuestas, a partir de la cual y para siempre, se encendió en
Luisa un grandísimo deseo de compartir el padecimiento de Jesús
por amor a Él. A los 16 años tuvo una segunda visión de Jesús
coronado de espinas, a partir de la cual ella aceptó plenamente la
voluntad de Dios. Pocos después tuvo una tercera visión del Señor
en su pasión, que la llevó a perder el conocimiento; cuando volvió
en sí no era capaz de abrir la boca ni de tomar alimento, situación
que se mantuvo durante dos o tres días, y que poco a los días se
convertiría en definitiva, viendo el resto de su vida (64 años) solo de
la Santa Forma. Así comenzó una ‘enfermedad’ que ningún médico
fue capaz de diagnosticar: permanecía todo el día sentada en su
cama, sin apoyar la cabeza en la almohada ni para dormir. Cuando
perdía el conocimiento quedaba como petrificada, en un estado del
que ningún tratamiento médico era capaz de sacarla sino solo la
bendición de un sacerdote; en una ocasión llegó a permanecer así
hasta 25 días, ante la desesperación de su madre. En esos estados
recibía visitas frecuentes de Jesús y de la Santísima
Virgen, quedando fielmente reflejadas estas experiencias en los 36
volúmenes del ‘diario’ que comenzó a escribir en 1899 a petición de
sus confesores.
TERESA NEUMAN (1898-1962): Mística y estigmatizada alemana,
quien vivió 36 años bebiendo un poco de agua, e ingiriendo la
octava parte de la Santa Hostia que recibía todos los días. Esta
campesina bávara de la aldea de Konnersreuth, que en su
adolescencia debido a un accidente estuvo cuatro años paralizada y
ciega, se recuperó milagrosamente el 29 de abril de 1923, día de la
beatificación de Teresita del Niño Jesús, de la que era muy devota.
Su ayuno empezó desde la navidad de 1926 hasta su muerte en
septiembre de 1962. Tuvo además numerosas visiones de la vida de
Jesús, María, de los apóstoles, de los santos, y de hechos narrados
en Las Santas Escrituras; acompañadas de premoniciones,
bilocación, videncia, levitación, contacto con los ángeles y las almas
del purgatorio. Cada viernes experimentaba la dolorosa pasión de
Nuestro Señor Jesucristo, perdiendo gran cantidad de sangre que
derramaba de su cabeza, los ojos, y de las llagas en las manos, el
costado izquierdo y los pies (que se hicieron visibles en 1925),
hecho que fue verificado por muchos testigos. En 1927, la diócesis
de Ratisbona instituyó una comisión de especialistas que tuvieron
bajo estricto y continuo control a Teresa durante quince días. Al
término del mismo los médicos dictaminaron la autenticidad de sus
estigmas y confirmaron que no había ingerido ningún tipo de
alimento durante ese período de tiempo. Ella decía que vivía “del
Salvador”. Murió a la edad de 64 años, y su proceso de beatificación
está en curso.
MARTHA ROBIN (1902- 1981): Una de las grandes místicas de los
tiempos modernos. Su familia era de extracción campesina de
Chateauneuf de Galaure (Francia), a los 16 años se manifestó una
enfermedad misteriosa que al cabo de un año la redujo a la
parálisis, en ese momento comenzaron las visiones de Jesús, María
y santa Teresita de Lisieux (Durante más de 45 años la Virgen se le
apareció, cosa que no había hecho en otras partes). Su parálisis
total le impide incluso pasar cualquier alimento llegando a cerrársele
la tráquea. Durante 53 años se sostiene no más con la Sagrada
Forma que recibía una vez por semana, que no es ingerida sino que
literalmente desaparece entre su boca. Marta decía: “Cristo es mi
alimento sobreabundante”. También es privada del sueño y deja de
dormir, al igual que la invade una ceguera casi absoluta que la
obliga a vivir en un cuarto a oscuras en su granja. En 1930 recibe
por parte del Señor los estigmas, causándole un dolor inmenso.
Desde aquel día, Marta revive todos los viernes la pasión del
Salvador, y quedaba como muerta hasta el domingo. Con el padre
Jorge Finet, crea en 1936 los Foyers de Charité (Hogares de
caridad), un oasis de oración y amor al prójimo que se difunde por
todo el mundo. Murió a la edad de 79 años en olor de santidad.
LA NIÑA MÁRTIR DE LA EUCARISTÍA

El Sacrificio eucarístico es “fuente y cima de toda la vida cristiana”. 


Concilio Vaticano II.

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Unos meses antes de su muerte, el obispo Fulton J. Sheen fue


entrevistado por un canal nacional de televisión: “Señor obispo,
miles de personas en todo el mundo se inspiran en usted. ¿En quién
se inspiró usted? ¿Fue por casualidad en algún papa?”.El obispo
Sheen respondió que su mayor inspiración no fue un papa, un
cardenal, u otro obispo, ni siquiera un sacerdote o monja. Fue una
niña china de once años de edad.

Explicó que cuando los comunistas se apoderaron de China,


encerraron a un sacerdote en su propia rectoría, cercana a la iglesia.
El sacerdote observó asustado, desde su ventana, cómo los
comunistas invadían el templo y se dirigían al santuario. Llenos de
odio, profanaron el tabernáculo, cogieron el cáliz y arrojándolo al
suelo, se cayeron las hostias consagradas. Eran tiempos de
persecución y el sacerdote sabía exactamente cuántas hostias había
en el cáliz: treinta y dos. Cuando los comunistas se fueron, tal vez
no se dieron cuenta o no prestaron atención a una niña que estaba
rezando en la parte trasera de la iglesia y vio todo lo que sucedió.

En la noche, la pequeña regresó y escapando del guardia que


estaba en la rectoría, entró en el templo. Ahí, hizo una hora santa
de oración, un acto de amor para reparar el acto de odio. Después
de su hora santa, entró en el santuario, se arrodilló e inclinándose
hacia delante, con su lengua recibió a Jesús en la Sagrada
Comunión (en aquel tiempo no estaba permitido a los laicos tocar la
Eucaristía con sus manos). La pequeña regresó cada noche,
haciendo su hora santa y recibiendo a Jesús Sacramentado en la
lengua. La trigésima noche, después de haber consumido la última
hostia, accidentalmente hizo un ruido que despertó al guardia. Este
corrió tras ella, la agarró y la golpeó hasta matarla con la parte
posterior de su arma. Este acto de martirio heroico fue presenciado
por el sacerdote que, profundamente abatido, miraba por la ventana
de su cuarto convertido en celda.

Cuando el obispo Sheen escuchó el relato, se inspiró de tal manera


que prometió a Dios que haría una hora santa de oración frente a
Jesús Sacramentado todos los días por el resto de su vida.
EL VALOR DE LA MISA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

No cualquier pan se convierte en el Cuerpo de Cristo, sino el que


recibe la bendición de Cristo.
San Agustín, obispo de Hipona (+431).

I. INTRODUCCIÓN

La Iglesia Católica ha definido la Misa como “la Inmolación


Incruenta (sin dolor) del Cuerpo y la Sangre de Cristo. En el
Calvario tuvo lugar el Sacrificio Cruento (con dolor) de Cristo. La
Misa es, en esencia, la Renovación del Sacrificio Salvador de la Cruz.
No hay figura retórica, ni metáfora, ni exageración. La Misa nos
aporta la presencia del Hijo de Dios en el altar para que sea ofrecido
en oblación a Dios Padre”.

II. EJEMPLOS VARIOS

El papa San Sixto II (257-258) fue capturado durante las


persecuciones del emperador Valeriano I, en la vía Apia, junto a
cuatro diáconos, entre ellos San Lorenzo, en el momento en que
celebraban la Eucaristía. Posteriormente, el obispo de Roma y los
cuatro diáconos fueron martirizados.

Los 49 mártires de Abitinia (Túnez), fueron asesinados en el año


304, porque celebraron la Eucaristía Dominical a pesar de la
prohibición del emperador Diocleciano.

El obispo San Humberto (s. VIII), en cierta ocasión cuando


celebraba el Sacramento del Altar entró a la iglesia un hombre loco
porque lo había mordido un perro con hidrofobia (o enfermedad de
la rabia). Toda la gente salió corriendo a la plaza, pero San
Humberto le dio la bendición al pobre hombre, y éste quedó
instantáneamente sano y salió a la plaza gritando: “Vuelvan
tranquilos al templo que el santo obispo me ha curado con su
bendición”.

San Estanislao (siglo XI), mientras oficiaba la Santa Misa, el rey


Boleslao subió al altar y con sus propias manos lo mató,
encolerizado porque el santo obispo de Cracovia (Polonia) le había
recriminado su adulterio. Era el año de 1079.

San Isidro, labrador (1080- 1130), este humilde campesino español


se levantaba muy temprano y nunca empezaba su día de trabajo sin
haber asistido antes a la Santa Misa. Varios de sus compañeros muy
envidiosos lo acusaron ante el patrón por ausentismo y abandono
del trabajo. El dueño de la finca fue a observar el campo y notó que
sí era cierto que Isidro llegaba una hora más tarde que los demás,
pero que mientras tanto un peón fuerte (quizá un ángel) le guiaba
los bueyes como si el estuviera presente.

San Juan de Mata, el día que celebraba su primera Misa en París


(Francia), en el año 1192, en el momento de la elevación, tuvo una
visión sobrenatural, en la que Jesucristo tendía sus manos a un
cautivo moreno y a otro blanco. Al ver el éxtasis, varios de los
presentes alzaron la vista y contemplaron también esa inefable
escena. El nuevo presbítero entendió esta visión como una invitación
para fundar una nueva orden religiosa, que se encargara de rescatar
a los cautivos cristianos que eran hechos prisioneros por los
sarracenos, durante la época de las cruzadas en Tierra Santa.
También emprendería una ardua tarea de canje de prisioneros, con
lo que se humanizaría un poco la guerra. Esta orden religiosa recibió
el nombre de los trinitarios, y para su aprobación el papa Inocencio
III, el 28 de noviembre del año 1198, al oficiar una Misa, tuvo la
misma visión en el momento de la consagración del pan y del vino.
Desde entonces no tuvo dudas que era un mandato del Altísimo.

San Pedro Pascual, nació en Valencia (España) en 1227,


perteneciente a la Orden de la Merced, fue obispo de Jaén, durante
la dominación de los moros. Fue condenado a muerte por los
mismos mahometanos. En una ocasión mientras celebraba la Misa
en el calabozo, los guardias lo decapitaron cuando se encontraba de
rodillas frente al altar. Era el año 1300.

Nicolás de Flüe (siglo XV), santo ermitaño suizo, un día, al comenzar


la Misa, vio que del suelo brotaba un árbol, que crecía y se llenaba
de flores. Estas flores comenzaron a caer sobre los fieles; en las
cabezas de algunos se marchitaban pronto, en las de otros
permanecían frescas y espléndidas.

Santa Teresa de Ávila (siglo XVI), cuenta en una oportunidad, que al


abrir las puertas de una iglesia donde se había celebrado una Misa,
salía de los feligreses una luz tan resplandeciente que la cegó por
unos momentos.

El 16 de julio de 1645, en la ciudad de Conhaú, cerca de Natal


(Brasil), el Beato Andrés de Soveral, presbítero de la Compañía de
Jesús, mientras celebraba la Misa dominical en compañía de 29
fieles en el templo parroquial, fueron encerrados y luego cruelmente
asesinados por un grupo de soldados holandeses calvinistas
acompañados por indígenas de la localidad.

En la ciudad de Buga (Colombia), se encuentra la basílica de la


imagen aparecida del Señor de las Aguas (1570), y fue allí un 4 de
marzo de 1956 cuando un hombre atentó contra la vida del padre
Ernesto Uribe, quien presidía la Misa de las 9:00 a.m. El cuchillo se
partió de manera inexplicable en tres partes, y se conversa en el
museo de dicho santuario.

San Juan Bosco, fundador de la comunidad salesiana, tuvo en su


vida sacerdotal cuatro hechos extraordinarios relacionados con la
Santa Misa. El primero de ellos, ocurrió el 30 de diciembre de 1878,
cuando los que lo ayudaban en la celebración de la Eucaristía lo
vieron como se elevaba por los aires durante un rato. El segundo
acontecimiento sucedió el 24 de mayo de 1884, durante la Misa a
María Auxiliadora, se convierte un no católico a la verdadera Iglesia.
El tercero, y más sorprendente de todos, fue el 24 de mayo de
1885, cuando con tan solo 20 Hostias da de comulgar a 200
personas. El último, tuvo lugar el 11 de octubre de 1886, donde un
francés con una grave enfermedad mental asiste a la Misa de Don
Bosco y queda instantáneamente curado

San Pío de Pietrelcina (1887-1968), fue un fraile italiano capuchino


estigmatizado, quien gozó de grandes dones místicos. Sus Misas a
las cinco de la mañana, en la iglesia del convento de San Giovanni
Rotondo, eran todo un gran acontecimiento para los miles de fieles
que iban a verlo, y que esperaban de pie desde las dos de la
madrugada en las puertas del templo. El confesionario y la
celebración del Santo Sacrifico del Altar fueron los dos grandes
apostolados de su vida religiosa. Las Eucaristías las celebraba con
tanta pasión, que era como si acompañara al mismo Jesús en su
sacrificio redentor en la Cruz en el monte Gólgota, y tenían una
duración de una hora y 45 minutos. Había momentos en los que su
cuerpo adquiría una postura rígida, en otros mostraba en su
fisonomía una expresión de dolor. A veces movía la cabeza como si
sintiera el dolor de la corona de espinas. Muy cerca de sus manos
tenía un pañuelo para enjuagarse las lágrimas que le brotaban
constantemente, y las gotas de sudor que le caían de la frente. En
los momentos de la consagración parecía que estuviera viendo a
Nuestro Señor. Al elevar la Hostia y el Cáliz los fieles podían
contemplar las llagas de sus manos, de las que desprendían hilos
de sangre. Después de comulgar se quedaba un buen rato en
oración, y tan sumergido en su contemplación, que parecía no estar
en este mundo. Igualmente, pasaba varios días y algunas veces
hasta meses, sin alimentarse nada más que de la Comunión de la
Santa Misa.

En los países fundamentalistas islámicos, el día domingo, es un día


laboral y no se celebra la Eucaristía porque no existen iglesias, ni
sacerdotes, o porque no hay libertad religiosa.

Un obispo católico que evangelizaba en China y fue condenado a


prisión extrema: un calabozo sin ventanas en donde estuvo
confinado en aislamiento cinco años seguidos. Al cabo de ese
tiempo, el carcelero le avisó que, aunque no iba a ser liberado, el
juez le concedía tres horas para que saliera e hiciera lo que quisiera,
aunque desde luego bien custodiado por guardias. Su respuesta fue
pronta y segura: “Sólo quiero poder celebrar una Misa”.

Hsia era el nombre de un anciano sacerdote chino y monje


trapense, que se encontraba recluido desde el año 1947 en un
campamento de concentración al sur de Pekín, en la China
comunista. La religión cristiana había sido desterrada de la
República Popular por considerarla una fuente de superstición y ¡el
opio del pueblo!, y se había dictado severos castigos contra quien se
obstinara a creer que existía un poder superior al de Mao Tse-tung.
Hsia estaba condenado a 20 años de trabajo forzoso nada más por
el delito de ser sacerdote católico. Y a pesar de todo, persistía en
orar y en practicar su religión lo mejor posible. Su compañero de
celda y también católico aparte del viejo religioso era Jean
Pasqualini.
Hacia finales del año el tiempo era inclemente. El lunes 25 de
diciembre de 1961, en la fiesta de la Navidad, los dos prisioneros se
encontraban al frente de una sección que debía abrir arrozales en el
terreno. Ambos en medio de una zanja seca y ante el peligro de
morir fusilados, se dispusieron a celebrar la santa misa. Por templo
tenían aquella inmensa soledad del norte de la China, y un monto de
tierra helada servía de altar. El harapiento uniforme de prisionero
que llevaba Hsia, reemplazaba a las sagradas vestiduras litúrgicas, y
una despatillada taza de peltre hacia las veces de cáliz. De unas
pocas uvas que guardaba desde hacia tiempo, el anciano monje
había logrado extraer algo parecido al vino, y con un puñado de
trigo que sin duda habría sustraído en la cosecha anterior, había
hecho una galleta delgada a modo de hostia. El altar de Hsia carecía
de cirios, en vez de ellos ardía sobre una pila de leña menuda, una
llamita débil y vacilante. Hacía de coro el viento que soplaba del
noroeste, entonando un himno sagrado. En ninguna parte del
mundo, pensó Pasqualini, ni siquiera en los más espléndidos
templos y catedrales de la cristiandad, podría nadie estar celebrando
aquel día una Misa tan significativa. Días después los cambiaron de
celda y los dos amigos no se volvieron a ver jamás.

Esta conmovedora historia fue contada años después, por Jean


Pascualini, hijo de padre francés y madre china, quien estuvo
recluido en un campamento de trabajo forzoso en la China
comunista durante más de siete años, acusado de “actividades
contrarrevolucionarias”. Fue puesto en libertad en 1964.

El día 24 de marzo de 1980, a la edad de 63 años, fue asesinado


monseñor Oscar Arnulfo Romero, de un tiro en el corazón mientras
oficiaba una Misa en un hospital para enfermos de cáncer en San
Salvador.

Se aprestaba a celebrar un sacerdote la Eucaristía, cuando de


repente irrumpe en el templo un comando vestido de negro, dotado
de modernas armas, cierran la puerta y el que lideraba el grupo se
dirige a los presentes diciéndoles: ¡Vamos a eliminar a quienes sean
capaces de morir por Jesús, los demás pueden salir!. Empezando
por el coro, pasando por los acólitos y por lo más o menos 500
personas, quedaron junto con el sacerdote unos 20 feligreses, a lo
cual dice quien dio la orden: Padre, ahora si inicie la Misa, estos son
los verdaderos creyentes.

MORAL CRISTIANA

1. ¿ES EL ABORTO UN CRIMEN?


2. LA COVERSIÓN DEL REY DEL ABORTO.
3. EL MÉDICO SANTO.
4. DE ABORTISTA ATEO A CREYENTE EN CRISTO.
¿ES EL ABORTO UN CRIMEN?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: EL aborto se ha convertido en una realidad


social de todos los días. En el mundo se registran 240 millones de
embarazos anuales, de los cuales 50 millones son interrumpidos,
mientras que 19 millones se presentan en países donde el aborto es
ilegal. Al año mueren cerca de 80 mil mujeres por malos abortos.

I. EL CAMPO DE LA MORAL CRISTIANA

El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que “la vida humana


debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el
momento de la concepción” (Art. 2270).

Las Sagradas Escrituras resaltan como la “vida humana” es un don


de Dios:

 “Desde antes que yo naciera, fui puesto bajo tu cuidado; desde


el vientre de mi madre, mi Dios eres tú” (Salmo 22,10).

 “No te fue oculto el desarrollo de mi cuerpo mientras yo era


formado en lo secreto…Tus ojos vieron mi cuerpo en
formación; todo eso estaba escrito en tu libro. Habías señalado
los días de mi vida cuando aún no existía ninguno de ellos”
(Salmo 139, 15-16).

 “El Señor me llamó desde antes que yo naciera; pronunció mi


nombre cuando aún estaba yo en el seno de mi madre” (Isaías
49,1)

 “Antes de darte vida, ya te había yo escogido; antes de que


nacieras, ya te había yo apartado” (Jeremías 1,5).

 “Pero Dios me escogió antes que yo naciera, y por su mucho


amor me llamó” (Gálatas 1,15).

“Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de


todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece
invariable…No matarás el embrión, mediante el aborto, no darás
muerte al recién nacido” (Didajé 2,2; Bernabé, ep 19,5; Epístola a
Diogeneto 5,5; Tertualiano, apol. 9). (Art. 2271). El magisterio de la
Iglesia también recalca que todas las personas que participen en un
aborto, incluyendo a la pareja de la mujer, familiares, doctores,
enfermeras, legisladores, políticos y demás; incurren en la pena
canónica de “Excomunión Latae Sententiae (de sentencia
dictada), es decir, de modo que incurre ipso facto (en el acto) en
ella quien comete el delito” (Art. 2272). (La excomunión afecta a
todos los que cometen ese delito siempre que conozcan esta pena y
tengan más de 16 años de edad, al momento de realizarlo). Por lo
tanto, quedan apartados de la comunidad de los creyentes, no
pueden recibir la Eucaristía, al igual que los demás sacramentos y
sacramentales, participar en los actos litúrgicos, ser padrinos,
colaborar activamente en la vida de la Iglesia o ser sepultado en un
cementerio católico.

Esta sanción eclesiástica no es un invento de los jerarcas católicos,


sino que tiene sus misma raíces en La Biblia (Mateo 18, 15-17; 1
Corintios 5,12-13; 2 Juan 10-11). No obstante, “Con esto la Iglesia
no pretende restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es
manifestar la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable
causado al inocente a quien se da muerte, a sus padres y a toda la
sociedad” (Art. 2272). Esta última declaración tiene total
concordancia con la predicación de Jesús, quien no vino al mundo a
“condenar” sino a buscar la “salvación” del pecador (Mateo 9,13;
Marcos 2,17; Lucas 9,56; 15,7.10; 18,13-14; 19,10).

II. ASÍ EMPIEZA LA VIDA HUMANA

 La vida humana comienza cuando el óvulo fecundado se


implanta en la pared del útero, lo cual tiene lugar cerca del
sexto o séptimo día después de la fecundación.
 A los veinte días en el feto (que en latín quiere decir “el
pequeño”) se forma los ojos, el sistema nervioso y empieza a
latir el corazón.
 Al mes comienza el desarrollo de los brazos, las orejas y la
nariz.
 A los dos meses se forma el esqueleto, los dedos de las manos,
los pies, y órganos como el cerebro, el hígado y los riñones.
 A los tres meses mueve los ojos, aparecen las uñas y respira
líquido amniótico.
 A los cuatro meses aparecen los órganos genitales y da
patadas al vientre.
 A los cinco meses aparece el cuero cabelludo y puede llorar, ya
presenta un desarrollo completo.
 En el útero el futuro bebé crece en condiciones especiales:
recibe alimento y oxígeno a través del cordón umbilical, flota
en el líquido amniótico, la temperatura ambiental es de 37º

III. CLASES DE ABORTOS INDUCIDOS

PILDORA ABORTIVA (RU-486): Interrumpe el embarazo si se


toma antes de las siete semanas de gestación.

DILATACIÓN O CURETAJE: Se hace por medio de pinzas,


sacando al feto por pedazos.

ASPIRACIÓN ÚTERINA: Una aspiradora 30 veces más potente


que una casera, va desmembrando el feto completamente.

ENVENENAMIENTO SALINO: Se extrae líquido amniótico de la


madre, y se le inyecta una sustancia venenosa, que produce la
muerte del feto a los dos días.

HISTERECTOMÍA: Se realiza después de cuatro meses de


gestación, es una operación parecida a una cesárea, el feto es
extraído vivo y luego lo matan.
LA CONVERSIÓN DEL REY DEL ABORTO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El Dr. BERNARD NATHANSON era considerado el “rey del aborto”,


de religión judía pero ateo por convicción, estudio medicina como su
padre en la Universidad de MecGill (Montreal). En 1945 se enamoró
de Ruth, una joven y guapa judía. Vivieron juntos los fines de
semana. Cuando Ruth quedó embarazada, Bernard escribió a su
padre para consultarle la posibilidad de contraer matrimonio. La
respuesta fueron cinco billetes de 100 dólares junto con la
recomendación de que eligiera abortar o ir a los Estados Unidos para
casarse. Así que Bernard puso su carrera por delante y convenció a
su novia de que abortara. “Este fue el primero de mis 75.000
abortos “, confesó más adelante.

La relación con su novia terminó después del aborto, y tras


graduarse pasó al Hospital de Mujeres de Nueva York, entrando en
contacto con el mundo del aborto clandestino. Con un amigo médico
fundó en 1969 la Liga de Acción Nacional por el Derecho al Aborto,
una asociación que intentaba culpar a la Iglesia Católica por cada
muerte que se producía en los abortos clandestinos. Desde 1971 se
involucró más directamente en el tema tanto en el plano médico
como dictando conferencias, encuentros con políticos y gobernantes
de toda la Nación, presionándoles para que fuera ampliada la ley del
aborto, y fue por eso conocido como el “rey del aborto”, pues llegó
incluso a abortar a uno de sus propios hijos.

A partir de ahí, las cosas empezaron a cambiar. Dejó la clínica


abortista y pasó a ser jefe de obstetricia del Hospital de St. Luke´s.
La nueva tecnología del ultrasonido, hacía su aparición en el área
médica. Un día que Nathanson pudo escuchar el palpitar del corazón
del feto en los monitores electrónicos, comenzó a plantearse por
primera vez la posibilidad que el feto era en realidad un ser humano.
Decidió entonces reconocer su error escribiendo un artículo en una
revista científica. Aquel informe provocó una fuerte reacción, tanto
él como su familia recibieron amenazas de muerte, pero el Dr.
Bernard llegó a la conclusión de que “el aborto es un crimen”.
Asimismo, en 1984, el documental “El Grito Silencioso”, mostraba un
aborto utilizando un aparato de ultrasonido y pequeñas cámaras de
video dentro de la madre, se pudo observar como el feto trata de
defenderse y llora de dolor.

Quedaba aún el camino de vuelta a Dios. Una primera ayuda le vino


de su admirado profesor universitario, el psiquiatra Karl Stern, quien
después de un largo estudio personal se había convertido a la fe
católica. En 1989 asistió a una acción pacífica de Operación Rescate
en los alrededores de una clínica abortista. El peso de la conciencia
por sus anteriores prácticas le hizo llegar a leer “Las Confesiones” de
San Agustín. En este período de conversión no faltó la tentación del
suicidio, acompañado del “alcohol, tranquilizantes, libros de
autoestima, consejeros. Incluso cuatro años de psicoanálisis”.
Posteriormente, empezó a conversar periódicamente con el Padre
John McCloskey. Por fin, el 8 de diciembre de 1996, en la
solemnidad de la fiesta de la Inmaculada Concepción, en la Catedral
de San Patricio de Nueva York, el Dr. Bernard Nathanson se
convertía en Hijo de Dios. Entraba a formar parte del Cuerpo Místico
de Cristo, en la Iglesia Católica. Ese día memorable de manos del
Cardenal John O´Connor, le fue administrado los sacramentos de
iniciación cristiana del Bautismo, la Eucaristía y la Confirmación. Su
madrina era Joan Andrews, una de las más sobresalientes y
conocidas defensoras del movimiento Pro-Vida. Las palabras de
Bernard Nathanson al final de la ceremonia, fueron: “No puedo decir
lo agradecido que estoy ni la deuda tan impagable que tengo con
todos aquellos que han rezado por mí durante todos estos años en
los que me proclamaba públicamente ateo. Han rezado tozuda y
amorosamente por mí. Estoy totalmente convencido de que sus
oraciones han sido escuchadas. Lograron lágrimas para mis ojos”.
(Testimonio de su libro autobiográfico “La Mano de Dios”).
EL MÉDICO SANTO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En febrero del año 2007, empezó el proceso de beatificación del


médico Jérôme Lejeune (1926-1994). Este profesional de la salud de
convicción católica fue además un extraordinario científico e
investigador. En 1959, a los 33 años, publicó su descubrimiento
sobre las causas del síndrome de Down, la trisomía 21, esto lo
convirtió en uno de los padres de la genética moderna. En 1962 fue
designado como experto en genética humana en la Organización
Mundial de la Salud (OMS), y en 1964 fue nombrado Director del
Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia. En el
mismo año se crea para él la Facultad de Medicina de la Sorbona, la
primera cátedra de Genética Fundamental. Se convierte así en
candidato número uno para recibir el Premio Nobel de medicina.

Aplaudido y halagado por el “mundo científico” deja de serlo cuando


en 1970 se opone tenazmente al proyecto de aborto eugenésico en
su nación: “Matar un niño por nacer enfermo, es un asesinato y
además abre las puertas a la liberalización total del crimen del
aborto”. En esos meses participa en New York, en la sede de la ONU
en una reunión en la que se trataba de justificar, ya entonces, la
legalización del aborto para evitar las prácticas clandestinas de este
mal. Fue en ese momento cuando refiriéndose a la Organización
Mundial de la Salud, dijo: “He aquí una institución para la salud que
se ha transformado en una institución para la muerte”. Esa misma
tarde le escribe a su esposa y a su hija diciéndoles: “Hoy me he
jugado mi Premio Nobel”.

La defensa de la vida humana basada en principios “científicos”,


“racionalistas” y de “moral cristiana” le valieron la incomprensión y
persecución por sus colegas”. Sus ingresos económicos se vieron
diezmados, ya que le fueron retirados todos los fondos para sus
investigaciones de las cuales vivía. Continuó solo en sus estudios
sosteniendo a su familia dando conferencias.

En 1992 comienza a petición del papa Juan Pablo II, la gestación de


la Pontificia Academia para la Vida, la que fue creada el 11 de
febrero de 1994. El 26 de febrero de ese mismo año el doctor
Lejeune recibe en su lecho de muerte, el nombramiento de
Presidente de la Academia para la Vida. Entrega su alma a Dios el
Domingo de Pascua del mismo año (3 de abril).

Juan Pablo II, en carta al cardenal Lustinger, entonces arzobispo de


París, con motivo de los funerales del profesor Jérôme, decía: “En su
condición de científico y biólogo era un apasionado de la vida. Llegó
a ser el más grande defensor de la vida, especialmente de la vida de
los por nacer tan amenazada en la sociedad contemporánea, de
modo que se puede pensar en que es una amenaza programada.
Lejeune asumió plenamente la particular responsabilidad del
científico, dispuesto a ser signo de contradicción, sin hacer caso a
las presiones de la sociedad permisiva y al ostracismo del que era
víctima”.

DE ABORTISTA ATEO A CREYENTE EN CRISTO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En la época de la llamada Cortina de Hierro "los libros de medicina


del régimen comunista decían que abortar era, simplemente,
extirpar un trozo de tejido humano”. Este era el mismo pensamiento
que tuvo durante 26 años el ginecólogo Stonjan Adasevic, quien
realizó un total de 48 mil abortos, y hasta 35 en un solo día. Llegó a
ser considerado el abortista más prestigioso de Belgrado. Los
ultrasonidos que permitían ver al feto en los años 80, no cambiaron
su opinión. Sin embargo, empezó a tener pesadillas.

Al relatar su proceso de conversión el doctor Adasevic dice que


"soñaba con un hermoso campo, lleno de niños y jóvenes que
jugaban y reían, de cuatro a 24 años, pero que huían aterrados de
él. Un hombre vestido con un hábito blanco y negro lo miraba
intensamente, en silencio. El sueño se repetía cada noche y
despertaba con sudores fríos. Una noche preguntó al extraño
personaje por su nombre. 'Me llamo Tomás de Aquino', respondió el
hombre del sueño. Adasevic, formado en una educación atea, nunca
había oído hablar del santo dominico, ni reconoció su nombre".

"'¿Por qué no me preguntas quiénes son estos niños? Son los que
mataste con tus abortos'”, le dijo Tomás. Adasevic despertó,
impresionado, y decidió no practicar más intervenciones quirúrgicas
de este tipo. Ese mismo día vino a su hospital un primo con su
novia, embarazada de cuatro meses, para hacerse su noveno
legrado, algo bastante frecuente en las naciones del Bloque
Soviético. El doctor accedió. En vez de extraer el feto miembro a
miembro, decidió machacarlo y sacarlo como una masa. Sin
embargo, el corazón del bebé salió aún latiendo. Adasevic se dio
cuenta de que había matado a un ser humano.

Tras ese macabro episodio, Adasevic informó al hospital de que no


haría más abortos. Nunca antes en la ex Yugoslavia comunista un
galeno se había negado a realizar tal procedimiento. Las autoridades
sanitarias redujeron su salario a la mitad, sacaron a su hija del
trabajo, y no dejaron entrar a su otro hijo en la universidad estatal.

Después de dos años de presiones y a punto de rendirse, volvió a


soñar con el Doctor de la Iglesia: "eres mi buen amigo, persevera”,
dijo el hombre de blanco y negro. Adasevic se comprometió
entonces con los grupos pro-vida. Dos veces consiguió que la
televisión de su país emitiera la película de ultrasonidos “Un grito en
el silencio”, de otro famoso ex-abortista, Berndand Nathanson".

En la actualidad el doctor Stonjan Adasevic es el principal líder pro-


vida de Serbia. Ha publicado su testimonio en revistas y diarios de la
Europa del Este. Además ha vuelto al cristianismo ortodoxo de su
infancia, y también ha aprendido a conocer la vida y obra de Santo
Tomás de Aquino.

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