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H.

PERÚ

SEMANA
10
Invasión del Tahuantinsuyo

Los viajes de Pizarro

Primer viaje (1524 - 1525)


En 2 barcos y con 120 hombres recorrieron los territorios
explorados, hasta entonces llegando hasta el Fortín del
cacique de las Piedras, donde tuvieron que enfrentarse
con los naturales. Almagro incendió el Pueblo de los
indígenas (Pueblo Quemado).

Segundo viaje (1526 - 1528)


Llegaron hasta la bahía de San Mateo, Almagro retornó a
Panamá en busca de apoyo. Pizarro esperó allí y
Bartolomé Ruiz avanzó al Sur encontrando una balsa de
indios tallanes. En este viaje llegaron a la isla del Gallo
donde Pizarro y 13 de sus hombres cruzaron la línea
hecha por Pizarro (los 13 del gallo), el resto regresó a
Panamá, luego fueron a la isla de Gorgona y de ahí junto
con Almagro llegaron hasta Tumbes, donde
desembarcaron luego se dirigieron al sur hasta la
desembocadura del río Santa.

Capitulación de Toledo
Mediante la cual Pizarro recibió los títulos de Adelantado, Gobernador, Justicia Mayor, Capitán General, Alguacil
Mayor y gobernador de la Nueva Castilla, Luque fue proclamado obispo de Tumbes; los trece del Gallo fueron
proclamados hidalgos y Almagro capitán de la fortaleza de Tumbes. El 26 de julio de 1529 fue firmado por la
reina Isabel de Portugal, en representación de Carlos V.

Tercer viaje (1531 – 1533)


Fue el definitivo. Llegaron a Tumbes en 1532, 168 españoles y no pararon hasta capturar al inca Atahualpa en
Cajamarca el 16 de noviembre de 1532. Luego este fue asesinado el 26 de julio de 1533, era el final del
Tahuantinsuyo.

Captura de Atahualpa
Un día después de su arribo a Cajamarca, se produjo el encuentro. Pizarro había preparado la celada, el padre
dominico Vicente de Valverde leyó el requerimiento. Tras una sangrienta jornada, el Inca fue capturado y
encerrado en el Amaru Huasi, de donde saldría meses después (1533) para ser ejecutado. Allí terminó el primer
gran momento de la invasión española. El deceso de Atahualpa dejó al Imperio virtualmente acéfalo y
políticamente convulsionado, permitiendo a Pizarro proseguir su estrategia de divide y vencerás, aliándose con
la facción de Huáscar. Hizo esto nombrando inca a Túpac Huallpa, hermano de Huáscar, cuando era casi un
niño. Posteriormente fue llamado erróneamente como Toparpa.

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La marcha al Cusco
El 11 de agosto de 1533, los españoles iniciaron la expedición rumbo al Cusco, ganando aliados a lo largo
del camino entre la fracción de Huáscar para su enfrentamiento _ nal con el norteño ejército quiteño de
Atahualpa. Otros grupos étnicos como los huancas, que albergaban sentimientos anti-incas, fueron el auxilio
de los españoles en Jauja, que se veían amenazados por las fuerzas atahualpistas. En Jauja (1534), se
estableció la primera capital de Nueva Castilla, reemplazada luego por Lima (1535).

Entretanto, Pizarro se había visto obligado a reemplazar a Túpac Huallpa, su Inca “títere”, quien falleció
repentinamente durante el viaje al Cusco, al parecer envenenado. Eligió entonces a otro hermano de Huáscar,
Manco Inca, y juntos entraron en la capital encabezando al ejército victorioso. Tras ser recibidos como
libertadores en una atronadora bienvenida por los cien mil habitantes de la ciudad, Pizarro hizo que Manco Inca
fuese coronado como Inca, en una artificiosa ceremonia.

Después de la captura del Cusco, los españoles lograron asumir rápidamente el control del núcleo del Imperio.
Siguiendo la costumbre andina, una vez caído el Cusco y vencidos los quiteños, otros grupos étnicos
aprovecharon la oportunidad para aliarse con los europeos, los nuevos detentadores del poder.

Causas del fin del Tahuantinsuyo


• El apoyo de las etnias regionales a favor de Pizarro (Huaylas, Huancas, Cañaris, Chachapoyas).
• Las guerras civiles entre Huáscar y Atahualpa y las disputas entre las panacas incaicas.
• La inexistencia de un Estado consolidado, pues el Tahuantinsuyo era un Estado multiétnico y
pluricultural.
• El absolutismo del gobierno Inca y la religiosidad andina
• Las armas y estrategias bélicas de los conquistadores.

Guerras civiles, disputas y venganzas entre conquistadores

La ambición de los conquistadores por descubrir, conquistar y apoderarse de los bienes ajenos no tuvo límite.
Ese sentimiento de poder y fama llegó a expresarse en acciones muy osadas y temerariamente audaces.

El saldo final fue favorable a la Corona española, puesto que se convirtió en Imperio y vivió de la riqueza de
sus colonias por varios siglos.

Sin embargo, la ambición que no tiene fronteras fue causa también de la envidia, intolerancia y rencor entre los
mismos conquistadores. Por eso, se produjeron las guerras civiles entre ellos ya sea porque había mucho por
repartir o porque el botín era escaso.

Pocos fueron los conquistadores que gozaron de la fortuna adquirida. La mayoría de ellos pagó con su vida,
con la pobreza o la indiferencia, el atrevimiento de haber sometido pueblos, matado a reyes y súbditos de otras
latitudes y haber frustrado el desarrollo cultural de los pueblos del Nuevo Mundo.

Primera Guerra Civil: almagristas contra pizarristas


Llamada también por algunos autores “guerra de las fronteras” por disputarse
entre Francisco Pizarro y Diego de Almagro la posesión del Cusco, ya que el
rey de España Carlos V no había especificado a quién le correspondería
dicha ciudad. Por el primer bando estaba Diego de Almagro apoyado por el
fiel capitán Rodrigo de Ordoñez y por el otro Francisco, Hernando y Gonzalo
Pizarro teniendo al capitán Alonso de Alvarado como su leal colaborador. Al
final vencieron los pizarristas.

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Cusco: El fruto deseado
En el norte la gobernación de Nueva Castilla empezaba en el pueblo de Témpula o Santiago (a orillas del río
Santiago, al norte de la actual república del Ecuador) y por el sur terminaba a las 270 leguas. Desde ese límite
sureño empezaba la gobernación de Nueva Toledo y se extendía unas 200 leguas. Almagro para tomar
posesión de las tierras de su gobernación formó una expedición y se encaminó por el Cápac Ñan rumbo a lo
que había sido el Collasuyo, el 3 de julio de 1535. Llegó hasta Valparaíso enfrentándose con la enorme
belicosidad de los indígenas Araucanos liderados por sus curacas Lautaro, Colo Colo y Caupolicán; así que
retornó por Camino de los Llanos sufriendo sus hombres el calor del desierto que le costó la vida a muchos de
ellos llegando a Arequipa en 1537. En esos dos años de largo y penoso viaje no había encontrado nada
interesante en Chile y menos riquezas regresó, por lo tanto, totalmente decepcionado. En Arequipa, se enteró
de la sublevación de Manco Inca. También allí decidió tomar el Cusco que según él estaba en los límites de su
gobernación.

La toma del Cusco, inicia la Guerra Civil


Almagro entró al Cusco en momentos precisos para colaborar con el triunfo de los españoles sobre la rebelión
de Manco Inca. Luego de que el inca fuera desalojado de Sacsayhuamán y sus alrededores, atacó la casa de
Hernando y Gonzalo Pizarro y los hizo prisioneros, nominándose gobernador del Cusco. De esa manera en
1537 empieza la guerra civil entre los conquistadores. Almagro deja prisionero a Gonzalo Pizarro en el Cusco
y lleva con él a Hernando Pizarro como rehén y una especie de seguro de vida para salvaguardarse de las
tropas pizarristas. Se dirige a la costa con intenciones de apoderarse de Lima, ciudad que creía era también
parte de su Gobernación. En el trayecto funda la Villa de Almagro (Chincha actual), con la pretendida finalidad
de convertir en capital de la Gobernación de Nueva Toledo. Posteriormente, esa ciudad capital fue trasladada
a Sangallán (Pisco).

En Mala hacen un último intento de paz


En Mala, Diego de Almagro realiza conversaciones con Francisco Pizarro y acuerdan una tregua hasta la
llegada de un enviado del rey Carlos I, el cual fue Francisco de Bobadilla quien le dio la razón temporalmente
a Almagro otorgándole la potestad del Cusco, también habían tenido conversaciones en Lunahuaná. Almagro
había liberado a Hernando como acordaron en Mala. Estas conversaciones y acuerdos fueron los últimos
esfuerzos de los viejos conquistadores para terminar con el conflicto.

Las batallas
Primero, los almagristas vencen en la Batalla de Abancay (12 de julio de 1537) al mando del capitán Rodrigo
de Ordoñez, posteriormente, estos son vencidos por los pizarristas al mando del capitán Alonso de Alvarado
en la Batalla de Huaytará. La derrota definitiva de Almagro será en las Salinas (6 de abril de 1538) donde la
caballería almagrista al mando de Ordoñez será vencida y este morirá apuñalado. Almagro estaba enfermo de
sífilis y era llevado en andas, los pizarristas lo tomaron prisionero desnudándolo y burlándose de él.

Fin de Diego de Almagro


Llevado al Cusco fue sometido a un juicio sumario y condenado al estrangulamiento, Almagro como último acto
de venganza “dejó sus bienes, como heredero único, al rey de España”. Fue ejecutado el 8 de julio de 1538 en
la Plaza Mayor del Cusco y enterrado en la Iglesia La Merced de dicha ciudad.

Segunda Guerra Civil

Rebelión de Diego de Almagro “el Mozo”


Al morir Diego Almagro dejó un hijo mestizo del mismo nombre, al que llamaban Diego de Almagro el Mozo,
como no fueron reconocidas sus exigencias se rebeló junto con sus huestes, buscando vengar la muerte de su
padre. Con este fin un grupo de almagristas, al mando de Juan de Rada, ingresaron a la casa del gobernador

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Francisco Pizarro el 26 de junio de 1541 asesinándolo en el acto. Posteriormente los almagristas proclamaron
a Diego de Almagro el Mozo como nuevo gobernador de Nueva Castilla.

La Corona española envió al comisionado don Cristóbal Vaca de Castro un año después, para que investigue
las causas de la muerte de Diego de Almagro el Viejo, pero al enterarse de la muerte de Pizarro, terminó por
combatir a los almagristas derrotando a Almagro en la batalla de Chupas con la ayuda de los pizarristas el 16
de setiembre de 1542 cerca de Huamanga. El joven Almagro terminó siendo apresado y se le condujo al Cusco
en donde el pacificador lo sometió a juicio y condenó a ser decapitado siendo sepultado junto a su padre en la
iglesia La Merced del Cusco. De esta forma, llegó a su fin la influencia almagrista en el Perú.

La Encomienda Colonial
La encomienda fue un sistema de explotación implantado por los españoles en América desde fines del siglo
XV que consistió en el reparto de indígenas que hacía el rey de España a los invasores según sus méritos. El
encomendero tenía la obligación de convertir al indígena (encomendado) al cristianismo, enseñarle el castellano
y protegerlo. Los indios retribuían este servicio mediante el trabajo personal gratuito y el pago de un tributo.
Pero este sistema degeneró en explotación por lo cual Fray Bartolomé de las Casas consiguió que el rey
emitiera en noviembre de 1542 las llamadas Leyes Nuevas de Barcelona, creando el Virreinato del Perú para
que los encomenderos, se sometieran a la autoridad real, se limita la herencia de las encomiendas y se suprima
el trabajo personal gratuito de los indígenas, esto provocó la rebelión de los encomenderos.

Tercera Guerra Civil


Rebelión de los grandes encomenderos
Llegado al Perú el primer Virrey Don Blasco Nuñez de Vela quiso implantar las Leyes Nuevas, pero por hacerlo
con rigor fue rechazado por los encomenderos que lograron que la Audiencia de Lima expulsase al Virrey y lo
deportara a Panamá. El Virrey logró llegar a Guayaquil donde formó un ejército y cerca de Quito se dio la batalla
de Iñaquito el 18 de noviembre de 1546, donde los encomenderos derrotaron al Virrey capturándolo para luego
decapitarlo.

Gonzalo Pizarro fue nombrado Gobernador del Perú en franca rebeldía contra la Corona española. Esta envió
al pacificador Pedro de la Gasca, el cual ofreció el perdón a quienes abandonen a Gonzalo Pizarro. El primer
encomendero en sublevarse fue Diego de Centeno quien fue derrotado por Francisco de Carbajal “El demonio
de los Andes” en la batalla de Huarina. Finalmente en Jaquijahuana, cerca del Cusco, en 1548, las fuerzas
pizarristas se desbandaron pasándose a las fuerzas de Pedro de la Gasca, Gonzalo Pizarro y Francisco de
Carbajal fueron decapitados en el Cusco. La Gasca procedió al reparto de Huaynarima, premiando a los que lo
habían apoyado, sin embargo, no todos recibieron recompensa lo que provocó una nueva guerra civil.

Cuarta y última Guerra Civil


Rebelión de los insatisfechos

Dirigido por el encomendero Francisco Hernández Girón que lideraba a un grupo de españoles que se hacía
llamar los insatisfechos por no haber recibido encomienda alguna, estos se rebelaron contra el intento de la
Audiencia de Lima de prohibir el servicio personal gratuito de los indígenas.
Hernández Girón tomó el Cusco en 1553, recibiendo el apoyo de Arequipa, Huamanga y Charcas, avanza hacia
Lima y se atrinchera en Pachacámac, venciendo al ejército de la Audiencia en la batalla de Villacurí en marzo
de 1546, luego volvió a vencer en la batalla de Chuquinga. Finalmente, los rebeldes serán derrotados en la
batalla de Pucará (Puno) el 8 de octubre de 1554, por el jefe del ejército de la Audiencia Pedro Meneses,
Hernández Girón fue capturado en Jauja, tras ir a Lima y decapitado en diciembre de 1554.

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