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Para qué sirve la ética?

Capítulo 1: Abaratar costes y crear riquezas


Este capítulo inicia con una corta descripción del Tribunal de las
Aguas, una organización encargada de resolver los conflictos que
surgen en el campo, por el uso del agua en ocho acequias que la
toman del río Turia, pero esta organización tiene una
peculiaridad: no toman nada por escrito y todas las sentencias
son orales, pues todos confían en el valor de la palabra dada. Y
así logran que sus gastos en transacción sean sumamente
baratos, pues es sencillamente la confianza lo que hace que todo
sea más barato, según plantea la autora.
Este capítulo se centra en que si las personas, principalmente las
que ocupan altos puestos, realizaran prácticas más éticas y la
confianza fuese la base de las relaciones que llevamos todos, ‘’el
mundo sería un lugar mucho más barato tanto en dinero como en
sufrimiento’’, afirma Cortina. Y que esto suceda no es una utopía
del todo, ni un cuento de los profesores de ética, la autora cree
firmemente que es una posibilidad abierta que deberíamos
explotar, así el mundo sería un lugar más económico en dolor
evitable y en dinero.
Pero claro, no es tan fácil como lograrlo y ya, porque hay una
serie de obstáculos que imposibilitan lograr este cometido, tales
como: la falta de moral, el mal manejo de los recursos, y la falta
de profesionalidad, todos conforman una serie de ‘’vacíos éticos’’
que imposibilitan llegar a un mundo más justo.
Pero eso no quiere decir que no hay una solución a estos males
que nos arropan, pues según Cortina, contando con personas
‘’convencidas de que cualquier ser humano es digno de todo
respeto, y conscientes de que ellas mismas tampoco merecen la
indignidad de mentir y calumniar’’ e invirtiendo en lo que
realmente vale la pena (salud, educación, crear puestos de
trabajo, etc.) se puede llegar a una solución.
Capítulo 2: Labrarse un buen carácter
En este capítulo se trata de explicar más a fondo lo que son la
ética y la moral; la palabra ética, nacida del griego "ethos", se
refiere pues al carácter que forjamos en nuestro madurar, para
cumplir con el fin mismo de la vida humana. Mientras que la
moral, del latín "mos-moris", se refiere al carácter, costumbres y
usos, pero también a la morada en que habita el individuo. De
este modo, la ética trata de "la formación del carácter de las
personas, de las instituciones y de los pueblos", plantea Cortina.
Forjarse un buen carácter es uno de los fines mismos de la vida,
quien se haya labrado un buen carácter, una buena morada,
aumentará las posibilidades de tener una vida buena, afirma la
autora.
Pero también plantea que nuestro carácter no es solo de nuestra
autoría, pues nacemos en un determinado país, dentro de un
seno de una familia, cultura y características genéticas y
psicológicas, y otros factores inherentes a nuestra vida que
interceden en la formación del carácter.
Pero a pesar de todo esto y por muy condicionada que esté
nuestra libertad, es muy cierto que nosotros mismos somos
autores en muy buena parte de nuestra vida.

Capítulo 3: Querer cuidar


En este capítulo la autora nos habla sobre la necesidad que
siente el ser humano de cuidar a sus allegados, e incluso, a
cualquier persona que lo rodee, hasta a la naturaleza, esto se da
debido a que somos seres sociales, y técnicamente necesitamos
de otras personas para sobrevivir, pues uno de los rasgos que
más destacan en el ser humano es su vulnerabilidad, que está
presente independientemente de que también seamos entes
inteligentes, egoístas o estúpidos, entre otras cosas, también
somos seres dispuestos a cuidar de sí mismos y de los que nos
rodean. Y esto se debe en mayor parte porque nacemos como
seres vulnerables y dependientes, por eso el cuidado y la
compasión por los otros, es lo que nos permite desarrollarnos en
plenitud junto a las personas que estimamos y conservar el
mundo en el que vivimos, porque "tenemos la capacidad de
extender el cuidado más allá de la línea de los hijos y del
parentesco, la capacidad de llegar a los lejanos en el espacio e
incluso a los extraños" .
Las personas tendemos a reunirnos, desde el comienzo del
mundo moderno, o desde hace mucho antes, las personas se
unían y formaban sociedades para poder defender mejor sus
vidas y propiedades, pues ser social es una característica
inherente del hombre.
De todas formas, el cuidar trae consigo un mundo más humano,
pero también más sostenible, porque cuidarnos entre nosotros,
permite tomar conciencia de la necesidad de preservar el entorno
en el que vivimos.

Capítulo 4: Transitar del egoísmo estúpido a la cooperación


inteligente
En la cuarta entrega del libro Cortina nos insta a que
practiquemos una de las virtudes más importantes: la prudencia,
y nos dediquemos a rodearnos más de aliados que de enemigos,
a cooperar en vez de buscar conflicto y siempre pensar a medio o
largo plazo. Pues, está en nuestra naturaleza cooperar con otros
aunque sea para sobrevivir y/o vivir bien. Pero, esta naturaleza
cooperativa está condicionada en que tiene que ser recíproco, o
sea, que cada vez que hacemos una ‘'buena acción’’ esperamos
algo a cambio, lo cual la autora denomina como ‘'juegos
cooperativos’’, en ellos todos los jugadores pueden ganar,
siempre y cuando cooperen debidamente. Pero estos juegos
cooperativos tienen una contraparte que se denominan ‘' juegos
de suma cero’' en los que unos ganan pero pierden otros, y
sorprendentemente este tipo de juegos son de los más
practicados, porque creemos que estamos actuando
racionalmente cuando solo jugamos para sacar beneficio propio.
Pero no tiene por qué ser así, pues uniendo fuerzas se consigue
algo bueno, y además se crean lazos y vínculos de cooperación
útiles para el futuro.
Capítulo 5: Conquistar solidariamente la libertad
Aquí trataremos como obtener libertad, y en que consiste esta
tarea tan importante, y delicada, pues no se puede realizar al
solitario sino, codo a codo con quienes la sueñan, sean
conscientes o no de este sueño. Porque, aunque pensemos que
no, la libertad personal va estrechamente relacionada con los que
nos rodean, pero, ¿cómo? Sencillo, la mayoría de veces solemos
confundir el verdadero significado de libertad, pensando que ésta
consiste en actuar desmedidamente sin tomar en cuenta las
repercusiones que puedan tener nuestras decisiones en nuestro
alrededor, solo porque creemos que la libertad consiste en hacer
lo que queramos cuando queramos sin importar las
consecuencias o quien salga afectado, cuando en realidad la
libertad es todo lo contrario; se trata de realizar acciones que nos
ayuden a alcanzar nuestras metas y que nos ayuden a valernos
de nosotros mismos, sin afectar nuestro entorno, por eso Cortina
designa la libertad como la clave de la ética.
Poder decidir cómo vivir nuestra vida, o cómo aprovechar los
recursos que tenemos cerca para trazar nuestro camino, resulta
esencial, porque aunque la libertad no garantice una vida buena,
al menos nos otorga la posibilidad de intentarlo. Por esta razón,
las libertades básicas tienen carácter irrenunciable y han de ser
reconocidas a todos sin excepción.
Capítulo 6: Reconocer y estimar lo que vale por sí mismo
A través de la lectura de la sexta parte de este libro, se nos dice
que reconocernos en los otros nos permite amar y construirnos
como seres humanos, protegemos aquello que consideramos
valioso, y buscamos el aprecio de los demás constantemente,
porque sabemos que esto nos va a permitir vivir de forma plena.
Por eso, desde bien pequeños "a través del lenguaje vamos
aprendiendo ese juego de las normas con el que las sociedades
buscan proteger aquellas cosas que consideran valiosas" , como
por ejemplo el respeto por la dignidad de las personas, así como
la compasión. Estos son sentimientos que fundamentan los
Derechos Humanos y legitiman la exigencia de su cumplimiento
en cualquier lugar del mundo.

También nos permiten desarrollar la empatía, tan necesaria para


poder comprender el sufrimiento de los demás, para sentirnos
obligados moralmente a remediarlo y actuar frente a él.
Desarrollando este tipo de sentimientos y promoviéndolos en
nuestro entorno, demostramos nuestra humanidad, ya que "no
podemos sentir compasión por los que nos resultan indiferentes,
sino sólo por los que de alguna manera nos importan".
Capítulo 7: Ser profesionales no solo técnicos
En el capítulo 7 se profundiza en un rasgo central de nuestra
sociedad: el predominio de una cultura científico-técnica que ha
provocado que solamente se piense que se pueden lograr
mejoras sociales a través de la investigación científico-técnica. Y
con el tiempo, esta práctica ha dificultado que diferenciemos
entre lo que son buenos profesionales y lo que son simples
técnicos, así, en estos tiempos de crisis se ha echado en falta la
presencia de buenos profesionales, conscientes de que en el
desarrollo de su actividad, no se están sirviendo a sí mismos,
sino a una tarea que les trasciende.

En este capítulo también se trata un tema bastante importante, la


educación, y nos explica en que consiste educar con calidad;
antes que nada, educar con calidad supone formar ciudadanos
justos, personas que sepan compartir los valores morales propios
de una sociedad pluralista y democrática; mínimos de justicia que
permiten construir entre todos una buena sociedad. Educar con
calidad también supone formar buenos profesionales, gente que
en caso de poder ejercer una profesión, sepan que no es solo un
medio de vida, ni un ejercicio técnico cualquiera, sino bastante
más.
Capítulo 8: Construir una democracia auténtica
En este capítulo son tratadas las condiciones necesarias para
que exista una democracia real basada en valores y que sirva de
base para un bueno gobierno. Y es que "el buen gobierno tienen
buenos efectos para la vida de la ciudadanía", el ejercicio de las
virtudes como: la sabiduría, justicia, fortaleza, se hace necesario
para alejar los vicios como la corrupción y el fraude.
Aquí la autora nos quiere dejar dicho que para que para que
exista esa democracia auténtica, ésta tiene que volver a sus
raíces, raíces éticas. Raíces que están totalmente relacionadas
con el pueblo, pues eso significa la democracia ‘'gobierno del
pueblo’'.
Sin embargo, no es del todo prudente dejar la gestión de la vida
pública en manos de otros, ya que podemos acabar perdiendo
también la privada. En esta línea, si la democracia es el gobierno
del pueblo, y muchas veces pueblo es sinónimo de mayoría,
resulta interesante conocer cómo se forman esas mayorías.
Cortina nos ofrece tres modelos de democracia para explicar
dicho proceso:
Democracia emotiva: "aquella en que las mayorías se forman
por manipulación de los sentimientos de los ciudadanos" . Se
instrumentaliza a las personas, jugando con sus emociones para
conseguir votos, hecho que atenta contra los principios básicos
de la ética moderna, porque se convierte al pueblo en masa.
Democracia agregativa: reconoce la posibilidad de desacuerdos
en sociedades pluralistas, no obstante, ante la imposibilidad de
llegar a acuerdos absolutos, se opta por "sumar los intereses
individuales y satisfacer los de la mayoría" , con lo que se
entiende a los individuos de forma atomizada.

En tercer lugar y frente a este modelo, surge la Democracia


deliberativa: destaca la importancia del bien común, que los
intereses de las personas se formen socialmente, la autonomía
de los ciudadanos y el fomento de la deliberación social.
Por último, la autora propone una democracia comunicativa
que permita a la ciudadanía forjarse una voluntad común en
cuestiones de justicia básica, a través del diálogo sereno y la
amista cívica, deliberar sobre los mínimos de justicia en un
diálogo inclusivo, porque el modelo más adecuado se define por
"la participación del pueblo en los asuntos públicos a través de
representantes elegidos, a los que pueden exigirse competencia
y responsabilidades" .
Capítulo 9: Conjugar justicia y felicidad
En este último capítulo la autora nos revela en que consiste la
ética según su criterio, y su opinón es: ‘'en conjugar justicia y
felicidad’' y con esto quiso dejar dicho que donde hay una, tiene
que estar la otra porque ‘'no es humano un proyecto de felicidad
que deje a los más débiles por el camino, ni son verdaderamente
vigorosas las exigencias de justcia que no aspiran a una vida en
plenitud’'.
Pero para comprender mejor porque ambas deben de coexistir
para que la ética pueda existir es de suma importancia saber en
que consisten: el concepto de justica es más sencillo de explicar,
porque significa ’'dar a cada uno lo que merece’' , no es un
concepto relativo del todo, porque lo que es justo en un sitio, lo
es cualquier otro lugar, mientras se le dé a cada quien lo que
realmente merece, mientras que la felicidad es un concepto más
huidizo, pues la percepción de una forma de vida feliz es muy
personal, nadie puede exigir a otros que sean felices de una
manera específica, sino que cada quien decide un camino u otro.
Pero con el advenimiento del mundo moderno, la felicidad
comienza a entenderse como bienestar, como el "conseguir el
máximo posible de bienes sensibles" , y ese estar bien se
identifica con las posibilidades de consumo. Sin embargo, el
consumo, más allá de referirse a la satisfacción de necesidades
vacías, puede replantearse convertirse en una oportunidad para
sacar adelante una vida feliz.

Para esto, Cortina propone utilizar dos virtudes en nuestro


carácter: lucidez y cordura. La lucidez nos permite ser
conscientes de que "el ethos consumista no es natural, sino que
está creado artificialmente, y que con él se pierden una gran
cantidad de oportunidades felicitantes".
La cordura permite discernir entre el exceso y el defecto en
nuestras prácticas de consumo, pero también en nuestra vida en
general . Así pues, con el ejercicio de dichas virtudes, el sujeto
podrá encaminar su consumo, para que contribuya a la felicidad
propia y de los demás.

A partir del análisis de este libro se puede comprender más a


fondo el concepto de ética y las diferentes facetas que ésta tiene,
las funciones que cumple y los diferentes lugares que tiene en la
sociedad en la que vivimos.
A lo largo de sus páginas nos muestra las necesidades morales
que tiene nuestra sociedad, y también habla sobre los valores
que ésta carece, pero sobre todo nos explica detalladamente
como estos problemas pueden ser solucionados. Por eso es un
libro bastante interesante, porque apartando que la autora sabe
mostrar los percances a los que nos enfrentamos día a día de
una manera brillante, también nos brinda soluciones que si
fuesen aplicadas de manera sabia y activa el mundo en que
vivimos fuera más ético y justo.

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