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CULTURA.
Publicado por Gilberto Giménez
1. La cultura e identidad: una pareja conceptual indisociable
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Para entender que es identidad es necesario entender sobre la cultura. Los conceptos
identidad y cultura son indisociables, pues el primero se construye desde contenidos
culturales. Con el transcurso del tiempo (1950 - 1970) el enfoque y definición de cultura
ha cambiado desde una perspectiva culturalista, que la definía como modelos de
comportamiento; hasta una perspectiva simbólica que define la cultura como pautas de
significados. Según geertz el concepto de cultura está enmarcada en hecho simbólico y
pautas, estas no están enfocadas al comportamiento sino a pautas de significados. Según
Max Weber “la cultura se presenta como telaraña de significados que nosotros mismos
hemos tejido a nuestro alrededor y dentro de la cual quedamos ineluctablemente
atrapados”. Esto que la cultura tomo una perspectiva distinta al enfocarse en el
significado, por qué se da dichos factores culturales y no en tipos o patrones culturales.
Solo los significados que se comparten y son duraderos se pueden considerar culturales,
pueden ser en términos generacionales: individuales o históricos (Strauss y QUIN,
1997:1989,ss.). es decir hay significados que desde el punto de vista individual, pueden
ser importantes en la vida de una persona, pero que los demás no comparten y el
individuo tampoco quiere compartir; estos significados no son culturales. Tampoco
pertenecen aquí los significados que son de fugaz duración.
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Según Giménez “la cultura no debe entenderse como un repertorio homogéneo, estático
e inmodificable de significados. Por el contrario puede tener zonas de estabilidad y
persistencia, o zonas de movilidad y cambio”. Algunos sectores pueden estar sujetos a
fuerzas que lo atraen hacia adentro las cuales le dan más solides, o a fuerzas que lo
atraen hacia afuera que no son compartidas por todos los miembros de la sociedad.
Según John B. Thompson (1998, p 202, ss) “por una parte los significados culturales se
objetivan en forma de artefactos o comportamiento culturales por ejemplo: obras de
arte, ritos, danzas; y por otra parte se interiorizan en forma de habitus, de esquemas
cognitivos o representaciones sociales¨. Según Bourdieu (1985,p 86,ss) llama al primero
simbolismo objetivado y otros autores lo dominan cultura publica, sin embargo el
ultimo es denominado formas interiorizadas o incorporadas de la cultura.
Hay una estrecha relación entre las dos formas de cultura, puesto a que las formas
interiorizadas derivan de experiencias comunes y compartidas, que se expresan por
medio de formas objetivas. Bourdieu (1985,86, ss) sostiene que “los actores sociales
interiorizan la cultura, la incorporan y la convierten en sustancia propia”, sin duda no
existe cultura sin sujeto, ni sujeto sin cultura.
Según Giménez la identidad “es la cultura interiorizada por los sujetos, considerada bajo
en ángulo de su función diferenciadora y contrastiva en relación con otros sujetos”.
Según Wallerstein (1992, p.31,ss) la diferenciación es la principal característica de la
cultura, ya que existen rasgos compartidos dentro de un grupo, que no son compartidos
fuera del mismo.
Según Giménez “la tesis de la identidad solo se predica en sentido propio solamente de
sujetos individuales dotados de conciencia, memoria y psicología propias, y solo por
analogías de los actores sociales”, ya que muchos sectores de las ciencia sociales,
tienden a psicologizar las categorías estadística, los grupos y los colectivos,
enmarcándolos en la psicología por nacionalidad, psicología de la mujer, psicología de
la juventud.
La tesis que formula Giménez nos lleva a otro estudio, que enmarca a la teoría de la
identidad, dentro de la teoría de los actores sociales. Esto nos conlleva a deducir que no
puede existir acciones con sentido sin actores y no puede haber actores sin identidad, ya
que esta define los parámetros para su existencia.
5. Identidades individuales
Según Habermas (1987, Vol II, P. 145) sostiene que “la identidad del individuo no es
cuantitativa, sino también cualitativa y se forma, se mantiene y se manifiesta en y por
los proceso de interacción y comunicación social”.
Existen atributos distintivos que respaldan la voluntad de distinguirse del sujeto, siendo
esta una característica intrínseca de la identidad.
Entonces podemos decir que las pertenencias sociales son un factor fundamental de la
identidad individual. Según Simmel los círculos de pertenencia fortalecen la identidad
individual, “ya que cuanto más se acrecienta su número, resulta menos probable que
otras personas exhiban la misma combinación de grupos y que los numerosos círculos
de pertenencia se entrecrucen una vez más en un solo punto”
Según los sociólogos los grupos o categorías de pertenencia más importantes que
alimentan la identidad personal son: etnicidad, edad, género, colectividades
territorializadas. Estas categorías o grupos de pertenencia varían realce o percepción
según el entorno, es decir, para una persona indígena peruano es más visibles sus rasgos
autóctonos, que su estatus de clase.
Según Giménez “las personas se identifican y diferencian de los demás, por atributos
llamados caracterológicos, por su estilo de vida reflejado en sus hábitos de consumo,
por su red personal de relaciones íntimas (alter ego), por el conjunto de objetos
entrañables que poseen y por su biografía personal incanjeable”.
La relación que existe entre los estilos de vida y las preferencias personales son las
materias de consumo. La gran variedad de productos que son impulsados por la
publicidad y marketing, hacen que las personas puedan elegir entren diversos estilos de
vida. Por ejemplo se puede elegir estilos de vida ecológica, esto se vería reflejado en el
consumo de alimentos y en el comportamiento frente a la naturaleza. Es así como los
estilos de vida son indicios de identidad ya que son un conjunto de símbolos y signos
que nos muestran la identidad de las personas.
Según Edgar Morín (2001, p. 69) la red personal de relaciones íntimas es muy
importante ya que es un punto importante para la diferenciación. Cada persona forma su
círculo de relaciones sociales, que vendría a ser como el alter ego, o sea como otro yo,
es como un reflejo o proyección de los que somos y la ausencia o separación generaría
en el individuo dolor y soledad.
Según Jorge Larraín (2000, p. 25) el apego afectivo a objetos materiales entrañables que
conforman nuestras posesiones, es una de las formas de diferenciación. William James
(citado por Larraín, 2001, p. 26) sostiene que “el sí mismo de un hombre es la suma de
tolo lo que puede llamar suyo, no solo su cuerpo y sus poderes psíquicos, sino también
su mujer, su ropa, su yate, su cuenta bancaria”.
La biografía incanjeable es lo que nos hace caracteriza y nos hace diferentes, esta se
refleja en nuestra historia de vida, según Pizzono (1989, p. 318) la denomina identidad
biográfica y Lipiansky (1992, p. 121) identidad intima. En esta dimensión de la
identidad es importante el intercambio interpersonal, su progreso es desde capas más
superficiales a capas más profundas de la personalidad de los actores individuales, hasta
llegar a las relaciones íntimas (relaciones amorosas). Es en este nivel de intimidad
donde surge la auto-revelación mutua, que se da entre amigos, parejas o conocidos, si es
que se desea saber de este nivel, la conversación se transforma en confidencial (Brehm,
1984, p. 169).
La identidad individual actúa como un espejo, es decir que es como nos vemos y como
nos ve los demás, esto no es permanente, sino que es dinámico.
Según Irving Goffman el querer que seamos reconocidos no nos hace esclavos de como
los demás nos ven, sin embargo existe un inconformismo, ya que el yo-identidad no
solo se restringe a complacer a otros adoptando prototipos generales, sino que generan
conductas para presentar su insatisfacción a son reconocidos por la sociedad. Hegel
sostiene que la “fenomenología de las luchas por el reconocimiento” es la lucha del
individuo porque lo reconozcan de la misma manera que se define o cataloga y no como
los demás intentan implantarnos su definición de lo que somos.
Según Giménez “la identidad de los individuos resulta siempre de una especie de
compromiso o negociación entre la autoafirmación y asignación identitaria, entre la auto
identidad o exoidentidad”. Es por eso que hay desacuerdos entre lo que nosotros
pensamos de nosotros mismos y la percepción que los demás tienen de nosotros, a lo
que llama Hecht (1993, p. 42-43) distinción entre identidades internamente definidas
(identidades privadas) e identidades externamente imputadas (identidades públicas).
6. Identidades colectivas
Las identidades colectivas se forman por analogía de las identidades individuales, pero
son de alguna manera diferentes y semejantes.
Según Sciolla (1983, p. 14) sostiene que las identidades individuales son semejantes a
las colectivas en “ la capacidad de diferenciarse de su entorno, de definir sus propios
límites, de situarse en el interior de un campo y de mantener en el tiempo el sentido de
tal diferencia y delimitación, es decir, el tener una duración temporal”.
Las acciones colectivas son ejecutadas por actores colectivos que poseen identidad, ya
que poseen identidad y sentido.
Según Melucci la identidad colectiva depende de la unidad del grupo y esta de los
factores que la mantienen unida como: “orientación de su acción y al campo de
oportunidades y constreñimientos dentro del cual tiene lugar dicha acción”(p.70). por
ejemplo, para que un partido se pueda dar a conocer es necesario definir sus proyectos
reflejados en su doctrina o ideología, tener una historia y una memoria que puedan
dotarle de identidad.
Las orientaciones, medios o campo de acción de los actores colectivos son expresados
en rituales, prácticas y artefactos culturales; estos se transforman en modelos culturales
a seguir. Por ejemplo los grupos ecologistas que creen que nuestras acciones dependen
mucho de salvar o largar la vida en el planeta, haciendo de este conjunto de doctrinas y
acciones un estilo de vida en el que el planeta depende de las plantas y animales.
Según Melucci (citado por Giménez) “la identidad colectiva es la capacidad para la
acción autónoma así como la diferenciación del actor respecto a otros dentro de la
continuidad de su identidad”. Pero es necesario conseguir ser reconocidos y
distinguirse de los otros, sin embargo habrá siempre un conflicto debido al como un
colectivo se ve y como la sociedad lo reconoce.