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Walter Mignolo – Escribir la oralidad: la obra de Juan Rulfo en el contexto de las literaturas del

“Tercer mundo”

-Una de las características que compartes los países de América Latina y de Africa, y que
justifican las comparaciones que se han hecho entre la obra de Tutuola (The Palm-Wine
Drinkard, 1953; My life in the Bush of Ghosts, 1954) y la de Rulfo, es la relación entre lo oral y
lo escrito, creada por los procesos de expansión colonial, a partir de finales del quince en
América Latina (O’Gorman, 1958; Zea, 1988) y durante el siglo diecinueve en África (Mudimbe,
1988). (429)

-Rulfo vierte en castellano escrito, relatos y decires orales supuestamente de un


castellano campesino, quizás mezclado con lenguas indígenas, de la región de Jalisco (Pacheco,
1987). Se trata de ficcionalizar (Mignolo, 1984; 1986) la oralidad mediante la escritura literaria.

-Su escritura pone de relieve la tensión entre la tradición escrita de occidente (en la
cual se inscribe la escritura literaria que practican) y las tradiciones orales amerindias y
africanas que producen una transformación de los idiomas oficiales (castellano, francés,
inglés); y la convivencia de las culturas marginadas, en las zonas periféricas, en un espacio
cultural gobernado por las lenguas fuertes y por instituciones que conservan y transmiten
principios y valores de las culturas colonizadoras.

-En los cuentos de Rulfo, así como en su celebrada novela corta (Pedro Páramo, 1955), son
también formas de pensamiento y vida que emergen de la naturalidad con que los personajes
articulan una fase que describe un hecho insólito para el lector occidental. El efecto de
extrañeza en la primera lectura de la obra no se explicaría tanto como una estrategia literaria
como por el encuentro de la lógica causal y lineal del pensamiento escriturario-alfabético con
la lógica no-causal y aleatoria de culturas primariamente orales (430)

-Por eso, los narradores en los cuentos de Rulfo mantienen un registro narrativo
semejante al de los personajes. La percepción del paisaje por parte del narrador de <<En la
madrugada>> es semejante a la percepción y al registro narrativo del viejo Esteban, personaje
de un cuento.

- El narrador de Pedro Páramo desaparece, después de las primeras páginas, en las cuales su
presencia se confunde, una vez más, con la de los personajes. <<Era el tiempo de la canícula,
cuando el aire de agosto sopla caliente, envenenado por el olor podrido de las saponarias>>
(p.177), es una frase que podemos imaginar dicha por un narrador, más que por el personaje
Juan Preciados. Si es así, podemos imaginarlo como la de un habitante del lugar más que como
la de un poeta citadino (430)

- Al eliminar prácticamente al narrador, la narración de Pedro Paramo queda en manos del


diálogo de los personajes. (…) La oralidad que escribe Rulfo (como la de José María Arguedas
(El zorro de arriba y el zorro de abajo, 1971), como algunos momentos de la obra de Augusto
Roa Bastos (Yo, El Supremo, 1974), quienes no ocultan su filiación con la obra de Rulfo)
captura, en cambio, el registro de campesinos cuyo castellano resulta extraño, tanto en su
vocabulario como en sus metáforas, para un lector de zonas menos impregnadas por
influencias de lenguas amerindias. (431-432)

-El énfasis puesto en la forma dialogal y la neutralización del discurso del narrador
hace que la ficción novelesca practicada por autores como Rulfo o Arguedas, se acerca a la
literatura o discurso testimonial al crear un espacio en el cual se escuchan, aunque
ficcionalizadas, las voces de quienes, o no poseen escritura, o no están en posición de hacer
circular sus decires por los canales de la ciudad letrada.

- La novelística de Rulfo en México, como la de Arguedas en Perú, son ejemplos


paradigmáticos de los lazos que, en países del tercer mundo ligan procesos de alfabetización,
tradiciones orales de culturas colonizadas y literatura. (432)

-Las tensiones entre lo oral y lo escrito en una filosofía del lenguaje que subyace en las
políticas lingüísticas de colonización tienen su complemento en las relaciones que se
establecen, en áreas colonizadas, entre lenguas oficiales (castellano y portugués en América
del Sur; inglés y francés en el Caribe) con las lenguas amerindias en el primer caso y las
africanas en el segundo.

-El México independiente presupone el México colonial y la cuestión económica de la tierra


(<<Nos han dado la tierra>>) presupone la cuestión simbólica de la lengua en la construcción
territorial (433)

-Aunque el escritor ficcionalice el habla de la población indígena, su escritura no tiene a esa


población (que es analfabeta e ignora los géneros forjados sobre la experiencia de la escritura
alfabética) por auditorio. Rulfo no dejó reflexiones escritas sobre el fenómeno al cual, sin
embargo, hizo referencias al reflexionar y construir sus comienzos como escritor (434)

-Los temas que Rulfo considera únicos para el novelar son universales (el amor, la vida y la
muerte), el acto mismo de contar presupone, en cambio, la historicidad de la oralidad y la
escritura y, culturalmente en América Latina, la división entre una minoría que accede a la
alfabetización y a la post-alfabetización y difícilmente a la literatura. Rulfo ha dicho también
que contar historias requiere tres puntos fundamentales de apoyo: el personaje, el ambiente,
y el habla del personaje. (434)

-Al hacer construir la mayoría de sus personajes como campesinos, indígenas y


presuntamente analfabetos, Rulfo ficcionaliza una oralidad que no es leída por aquellas capas
sociales que proveen el material del novelar.

-Cuando leemos Pedro Páramo no lo leemos confiando en que se nos dice la verdad y sabiendo
que los personajes son personas existentes, sino sabiendo que Rulfo sabe que el lector sabe
que la convención que rige este acto de lenguaje es la de ficcionalidad. Lo primero, Rulfo lo
expresa de la siguiente manera: <<En lo más íntimo, Pedro Páramo nació de una imagen y fue
la búsqueda de un ideal que llamé Susana San Juan. Susana San Juan no existió nunca: fue
pensada a partir de una muchachita a la que conocí brevemente cuando yo tenía trece años>>.
(436)

-Hablando sobre la obra de Sahagún: Rulfo pone el acento en las cuestiones que le son más
familiares, aquellas relacionadas con la producción y transmisión de signos y con los roles
sociales ligados a ellas. Al leer los comentarios de Rulfo sobre Sahagún de esta manera, es
posible establecer conexiones entre la etnoficción o el relato testimonial, por una parte, y la
empresa de Sahagún, por otra (437)

-Como sabemos, Sahagún tuvo que negociar no sólo dos idiomas distintos, sino
también dos sistemas de escritura no relacionados. La lectura oral de las pinturas del tlacuilo
que Sahagún transcribía en signos alfabéticos y la traducción que los tlacuiles hacían en
pinturas de preguntas que Sahagún formulaba, oral o gráficamente, son no sólo ejemplos de
situaciones semejantes a la etnoficción y al relato testimonial sino también de las
transacciones entre lo oral y lo escrito.

-En su versión más simplificada, la tesis de Jameson (1986) propone que una de las principales
características de la literatura del tercer mundo es la de ser alegorías nacionales. (…) La
caracterización que hace Rulfo del tercer mundo como <<un lugar de fuerzas que no pueden
ser contenidas>> y del hecho de que intelectuales de Asia, África y América Latina empleen la
expresión para definir su lugar de pertenencia y su locus de enunciación, merece la pena de ser
explorada en contraste con la caracterización de Jameson (439)

-De la confluencia entre una literatura del tercer mundo que reemplazan las alegorías
nacionales por una concepción dialógica y pluricultural de regiones colonizadas (por ejemplo,
los ensayos de Rulfo sobre México y las comunidades indígenas mexicanas; la tarea del
Arguedas en Perú y Roa Bastos en Paraguay) y de una antropología que reemplaza una
concepción monológica por una dialógica del conocimiento, la reificación del sí mismo y del
otro es también reemplazada por una movilidad de las categorías y por el reconocimiento de
que en cada comunidad humana hay un sí-mismo con su correspondiente diferencia, su(s)
otro(s) (440)

-Literaturas como las de Rulfo o Arguedas actualizan y se apropian de toda una historia de
colonización y de represión tanto social como económica y cultural. Literaturas como la de
Borges y la de Lezama Lima o la de Octavio Paz, actualizan una apropiación de la diversidad
cultural en las cuales la tradición greco-latina es una entre muchas. (441)

-Este doble juego es una de las características de la literatura del tercer mundo. Esta
característica comienza a percibirse también en el interior del primer mundo, en aquellas zonas
marginales en las cuales la apelación al tercer mundo es un rasgo de identificación positiva, de
resistencia y de desafío. No son los logros estéticos sino las posiciones ideológicas las que
otorgan un lugar distintivo a lo que podemos llamar literaturas del tercer mundo para evitar la
colonización del imaginario social que impone el concepto universal de literatura.

-La tensión entre tradiciones orales, escrituras picto-ideográficas y alfabetización, se resolvió


en la imposición del latín como lengua de la enseñanza superior, el castellano como lengua
oficial de comunicación, la escritura alfabética como escritura de la administración, de la ley y
de la alta cultura y la consecuente represión de las expresiones culturales de los pueblos
mesoamericanos (441)

-La obra de Rulfo sigue siendo un ejemplo ejemplar de las tensiones entre tradiciones culturas
diversas que, por un lado, subyacen y circulan en la oralidad marginada de la cultura oficial y,
por otro, pugnan por hacerse oír. (443)

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