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Facultad de Salud 

Escuela de Rehabilitación Humana 
Asignatura: Tecnología en rehabilitación ­ 620110M 

MATERIAL PARA USO EXCLUSIVO DE LA UNIVERSIDAD DEL VALLE

El presente documento es una traducción parcial, libre, y, en proceso de edición, del


Capítulo Nº 2 del libro: Cook, A., & Miller Polgar, J. (2008). ​
Cook and Hussey Assistive
Technologies. Principles and applications​ , realizada por las profesoras María Sandra
Naranjo Ruiz y Patricia Murillo Guerra para ser utilizado exclusivamente con fines
educativos. Hace parte de un Manual de Tecnología de asistencia que está en
preparación.

CAPÍTULO 2

MARCO PARA LAS TECNOLOGÍAS DE ASISTENCIA

Índice
DESEMPEÑO HUMANO Y TECNOLOGÍAS DE ASISTENCIA
Fundamentos para el Modelo Actividad Humana -Tecnología de Asistencia
Modelo Actividad Humana -Tecnología de Asistencia

LA ACTIVIDAD

EL HUMANO
Destrezas y habilidades
Usuario novato versus usuario experto

EL CONTEXTO
Contexto físico
Contexto social
Contexto cultural
Contexto institucional

CAPACITADORES EXTRÍNSECOS. LAS TECNOLOGÍAS DE ASISTENCIA


Interface humano – tecnología

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Procesador
Resultados de la actividad
Interface ambiental
Tecnologías blandas y capacitadores extrínsecos
Dispositivos de tecnología de asistencia para aplicaciones específicas

APLICACIÓN DEL MODELO HAAT: DISEÑANDO SISTEMAS DE TECNOLOGÍA DE ASISTENCIA


PARA RESULTADOS EXITOSOS.
Sistema de tecnología de asistencia
Definir las actividades claves
Considerar la perspectiva del usuario
Considerar el ambiente
Seleccionar la tecnología de asistencia
Asignación de funciones

RESUMEN

Objetivos de aprendizaje:
1. Defina comportamiento humano y contrástelo con desempeño humano.
2. Describa los componentes de un sistema de tecnología de asistencia
3. Describa y discuta el Modelo HAAT
4. Liste las principales áreas del desempeño en que se aplican las tecnologías de asistencia
5. Discuta los contextos en que se usa la tecnología de asistencia
6. Enumere las principales consideraciones para diseñar sistemas de tecnología de
asistencia.

Palabras claves:
Actividad Asignación de funciones Ocupación
Sistemas de tecnología de asistencia Modelo HAAT Competencia ocupacional
Contextos Roles en la vida Áreas del desempeño
Capacitadores extrínsecos Tareas

En el capítulo 1 se definió un ​
dispositivo de tecnología de asistencia como: “un ítem, pieza de
equipo o producto sistema… que es utilizado para incrementar, mantener o mejorar las
capacidades funcionales de las PCD” (Ley Pública 100-407) En este capítulo se intenta
ampliar esta base, al definir que, un sistema de tecnología de asistencia consiste en: un
dispositivo de tecnología de asistencia, el operador humano que presenta una discapacidad,
y el ambiente en el que se lleva a cabo a actividad funcional. El capítulo, formaliza el
concepto de sistema y aporta la base para trabajar en próximos capítulos, lo relacionado a
aplicaciones específicas.

DESEMPEÑO HUMANO Y TECNOLOGÍAS DE ASISTENCIA

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En el nivel más fundamental, un sistema de tecnología de asistencia representa a alguien
(persona con discapacidad), haciendo algo (actividad) en alguna parte (contexto). Una meta
principal del profesional en tecnología de Asistencia (PTA), es recomendar una ayuda técnica
que responda a las necesidades de la PCD., que sea consistente con sus habilidades y que
realice funciones únicas dentro del contexto cotidiano donde esta, se desempeña. ​ Este
proceso de selección de tecnología de asistencia hace un énfasis en el uso de las funciones
disponibles (componente humano), que llevan a cabo lo que desea (actividad) en un
contexto dado (lugar, ambiente, personas). No nos interesa tanto la recuperación de la
discapacidad como el permitir resultados funcionales y ayudar al individuo a alcanzar sus
objetivos y aspiraciones. Los resultados funcionales requieren maximizar las destrezas de la
PCD, ubicando el desempeño humano como el centro de nuestro sistema. Los principales
resultados de los sistemas de tecnología de asistencia son la comunicación, movilidad,
manipulación y cognición. En este capítulo nos referimos a los medios de lograr estos
resultados en un sentido general.

Empecemos con un estudio de caso de un individuo que utiliza un dispositivo de


comunicación.

Este estudio de caso, provee una breve ilustración de la situación de un individuo con
discapacidad, que utiliza una ayuda técnica para comunicarse. Este, apunta a factores que
influyen en el momento en que el dispositivo será útil para determinado contexto y en cómo
el ambiente modifica el uso del dispositivo. ​
Plantea varios asuntos que rodean a la persona
usando el dispositivo, al dispositivo como tal y al contexto en el que este es usado. También
puntualiza en la necesidad de una evaluación efectiva que permita seleccionar el dispositivo
más apropiado y sugiere que la interacción entre la persona, el dispositivo y el contexto,
influencian el desempeño de la actividad.

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ESTUDIO DE CASO MARION

Marion es una adolescente que tiene una parálisis cerebral espástica que afecta sus cuatro extremidades. Debido a
esta limitación motora, ella no puede hablar ni escribir. Tampoco puede controlar sus expresiones faciales. Cuando
se observa su comportamiento motor, aparece que no controla los movimientos de sus brazos. Durante la
conversación, su expresión facial no refleja sus sentimientos y hay dificultad para interpretar lo que ella está
sintiendo tanto por su incoordinación de brazos como por su poca expresión facial. Marion usa un tablero de
comunicación (una ayuda técnica) que le permite comunicarse señalando las letras y pronunciando la palabra. Se
evidencia, desde nuestra interacción con ella, que es capaz de usar la ayuda para mantener una comunicación
inteligente. La respuesta que produce a través del tablero de comunicación es lenta. Mario, también es capaz de
usar un dispositivo de comunicación con salida de voz (VOCA) que genera una conversación electrónica, que
incrementa su porcentaje de comunicación.
Marion se comunica con los demás en múltiples contextos, incluyendo los amigos y los compañeros del colegio, en
situaciones sociales, en su casa, con las profesoras en el colegio y con personas desconocidas o ajenas a su círculo
familiar y escolar, todo esto en diversos contextos. Cuando se comunica con sus amigos en una situación social, el
tablero de comunicación puede ser la ayuda más efectiva. Aquí, ambos, los pares con que se comunica y los
contextos son familiares, de manera que no es necesario que pronuncie palabras individuales. Los amigos pueden
anticipar lo que Marion quiere decir, lo que incrementa el nivel de su comunicación. En situaciones menos
familiares o con adultos desconocidos el VOCA es el dispositivo más efectivo, porque el receptor no depende de la
anticipación que deba hacer de lo que Marion dice.

Fundamentos del Modelo de Actividad Humana –Tecnología de Asistencia.


Antes de que existiera un modelo que guiara la selección y evaluación de tecnología de
asistencia, dos modelos genéricos aportaron los fundamentos para hacer un modelo
específico en el tema. Estos modelos son la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la
Discapacidad y la Salud (CIF) (Organización Mundial de la Salud (OMS), 2001) y el Modelo
Canadiense del Desempeño Ocupacional (CMOP) (Canadian Association of Occupational
Therapists (CAOT), 2002). Ambos modelos incluyen elementos de la persona, la actividad y el
ambiente, para entender un constructo específico (dominios de la salud y dominios
relacionados con la salud en primera instancia y desempeño ocupacional en segunda
instancia).

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La CIF se describe con mayor detalle en el capítulo 1. Esta clasificación es una derivación de
la Clasificación Internacional de la Deficiencia, Discapacidad y Minusvalía (OMS 1980), con la
adición de factores ambientales y el uso de un lenguaje más inclusivo, que son las dos
grandes diferencias entre las dos versiones. Esta “provee una descripción de situaciones
referidas al funcionamiento humano y sus restricciones y sirve de marco para organizar esta
información” (OMS 2001, p.7). Dos componentes comprenden factores de salud y estados
relacionados con la salud: estructuras corporales y funciones y actividades y participación. El
marco, contiene dos factores contextuales: ambiente y factores personales.
El término “función corporal”, se refiere a las funciones de los varios sistemas que tiene el
cuerpo como la visión, las sensaciones y los movimientos. Las estructuras corporales
incluyen las estructuras anatómicas que soportan las funciones corporales (ej. Nervios,
órganos y huesos). La actividad y la participación son difíciles de separar, de manera que la
CIF las incluye al tiempo en su esquema de clasificación. La actividad, se refiere a la ejecución
de una tarea o acción por una persona, mientras que la participación, involucra la ejecución
de la actividad dentro de roles o situaciones de vida individuales (OMS, 2001). El contexto
ambiental incluye elementos relacionados con los componentes físicos, sociales,
actitudinales e institucionales. Finalmente el factor personal incluye aspectos como la edad,
sexo y experiencias de vida que tengan el potencial de afectar tanto a la actividad como a la
participación (OMS, 2001).
Otro modelo que es útil para entender la relación entre la persona, la actividad y el contexto
es el Modelo Canadiense del Desempeño Ocupacional (CMOP) (CAOT, 2002). Este
conceptualiza la relación entre estos tres elementos y su influencia en el desempeño
ocupacional, que es definido como la elección, organización y plena satisfacción en la
realización de las actividades cotidianas (CAOT, 2002). ​Los componentes del factor personal
incluyen elementos físicos, afectivos (emocionales) y cognitivos​ . La ​ Ocupación está
conformada por el auto cuidado, productividad y ocio, mientras que el ambiente consiste en
elementos físicos, sociales, culturales e institucionales. La interacción dinámica de estos
elementos, tiene influencia en el desempeño del individuo en lo relacionado con la elección
o requerimientos de la ocupación (CAOT, 2002). (CAOT, 2002).
Los Modelos son similares en la medida que incluyen elementos de la persona, sus
actividades y entornos. La tecnología de asistencia se menciona en la CIF específicamente,
como un aspecto del ambiente, concretamente los productos y tecnologías de la vida diaria
para uso personal, para movilidad personal tanto en exteriores como en interiores, para
comunicación, educación, empleo y cultura, recreación y deporte (OMS, 2001). Lo anterior,
no está explícitamente mencionado en el CMOP. Estos modelos son útiles para entender la
tecnología de asistencia, porque ellos ​identifican factores que afectan la participación en las
AVD​ . Sin embargo, estos están limitados, porque no especifican el rol ni las consideraciones
de la TA.
Surge un Modelo que explícitamente incluye la TA como componente importante para la
culminación de las actividades cotidianas. Este Modelo busca ser utilizado como marco para
la selección, implementación y evaluación de los sistemas de Tecnología de Asistencia.

Modelo de Actividad Humana Tecnología de Asistencia

EL ​
modelo de actividad humana y tecnología de asistencia (HAAT) ​ se propone como marco
para poder comprender el lugar de la tecnología de asistencia en la cotidianidad de la PCD,
guiando así, tanto las aplicaciones clínicas (diseño, selección, implementación y evaluación)
como lo relacionado con la investigación.
Este Modelo tiene cuatro componentes, el humano, la actividad, la TA y el contexto donde
coexisten los tres primeros factores.

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El componente humano incluye elementos físicos, cognitivos y emocionales; la actividad
incluye auto cuidado, productividad y ocio; la tecnología de asistencia incluye capacitadores
intrínsecos y extrínsecos; y el contexto incluye entornos físicos, sociales, culturales e
institucionales. Cada uno de estos componentes, mostrados en la figura 2-1 juega un papel
único dentro del sistema total.

Es necesario considerar cada uno de estos elementos y su interacción, para el diseño,


selección, implementación y evaluación de tecnologías de asistencia apropiadas y para la
investigación en los aspectos que tienen que ver con el desarrollo y usos de la tecnología de
asistencia. La caracterización del modelo con sus elementos: humano, actividad y tecnología
de asistencia, forman un colectivo que se inscribe dentro de contextos físicos, culturales,
sociales y ambientales, intenta mostrar la interacción dinámica entre los tres factores
iniciales y su fuerte influencia entre ellos, tanto en lo individual como en lo colectivo, en los
diferentes contextos. La interacción entre los componentes del Modelo HAAT puede
ilustrarse con la aplicación del estudio de caso de Marion.

ESTUDIO DE CASO MARION


Una actividad que Marion quiere fortalecer es la de comunicación. Ella se comunica en varios escenarios,
incluyendo el colegio, la casa y en situaciones sociales con amigos, con otros que son familiares para ella y con
extraños. Sin el apoyo de una ayuda para la comunicación, el lenguaje de Marion no sería lo suficientemente
comprensible para muchas de las personas con quien ella se comunica. Tiene limitaciones en su habilidad para
incluirse en una conversación, para transmitir sus necesidades y expresar sus opiniones e ideas.
El tablero de comunicación (la ayuda técnica), posibilita su comunicación, dándole una herramienta para transmitir
sus ideas con un método diferente al lenguaje oral o escrito. El tablero de comunicación es particularmente útil en
ciertos contextos en donde ella se comunica con compañeros que le son familiares y que para ellos es también
familiar el uso del tablero. En estas situaciones, esta actividad puede ser rápida y satisfactoria. Por otro lado, el
tablero de comunicación puede ser menos útil con compañeros que no sean tan familiares con su uso o con
aquellas personas que tienen poca paciencia para esperar a que Marion acceda a los símbolos del tablero. Los
“atajos” que Marion maneja en su tablero, pueden ser poco útiles con personas extrañas. Un ​ dispositivo de

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comunicación con salida de voz, le provee de una más efectiva comunicación en estas situaciones, porque el
mensaje es claro y audible y Marion puede pre-programar las frases y los textos para agilizar la actividad. Habrá
escenarios donde el VOCA no sea el dispositivo apropiado, como en sitios muy ruidosos o en espacios donde el
aparato moleste a los otros como en un teatro.

Este breve ejemplo ilustra como las habilidades del usuario se mejoran o aumentan gracias a
la tecnología de asistencia, con el objetivo de completar la actividad deseada. También
demuestra que la solución con tecnología de asistencia que funciona en un contexto, puede
no dar el mismo resultado en otro. La ilustración muestra que: los aspectos propios de la
persona, la actividad deseada, la tecnología de asistencia y el ambiente en el cual se utilizará
la ayuda técnica, deben considerarse para garantizar un medio que potencie las actividades
de la vida diaria de manera satisfactoria. Lo que funciona con una persona en un escenario
particular para una actividad particular, puede no ser exitoso para otra persona en
diferentes circunstancias. De hecho, una solución que funcione en un contexto, no se debe
transferir a otro contexto así sea para la misma persona.

LA ACTIVIDAD

La ​
actividad ​
es el elemento fundamental del Modelo HAAT que se muestra en la figura 2-1 y
2-2, y define los objetivos generales del sistema de tecnología de asistencia. La actividad es
el proceso de hacer algo, y representa los resultados funcionales del desempeño humano.
Las actividades se llevan a cabo como parte de nuestro diario vivir, son necesarias para la
existencia humana, pueden ser aprendidas y están gobernadas por la sociedad y la cultura en
donde se vive (CAOT, 2002).
La terapia ocupacional se basa en el uso de la ocupación o la actividad en la vida cotidiana de
los individuos. Tanto la Asociación Americana de Terapia Ocupacional (AOTA) y CAOT, define
estos términos de la misma manera:


[A]ctividades…de todos los días, se denominan, se organizan y se les da valor y significado por el individuo y la
cultura. La ocupación es todo lo que hace la gente para ocuparse, incluyendo el cuidar de sí mismos…disfrutar la
vida… y contribuir a la construcción social y económica de sus comunidades. (AOTA, 2002; CAOT, 2002)

La actividad está categorizada con 3 ​ áreas de desempeño​ : actividades de la vida diaria,


trabajo y actividades productivas y actividades de juego y ocio (CAOT, 2002). Las actividades
de la vida diaria incluyen baño, vestido, cepillarse, comer, dispositivo de cuidado personal,
comunicación, cuidado de la salud, socialización, toma de medicaciones, expresión sexual,
respuesta a una emergencia y movilidad. En el trabajo y actividades productivas se ubican las
actividades de manejo del hogar, educacionales, vocacionales y cuidado de otros. En cuanto
a​las de juego y ocio, se incluyen las relacionadas con auto expresión, disfrute y relajación.
Varían de acuerdo con el rol: las posiciones sociales crean unas responsabilidades y
privilegios esperados.
Aun cuando estos listados de actividades sugieren ubicarlas en categorías específicas, en
realidad, el sentido que el individuo le da a la ocupación determina en cuál área del
desempeño se ubica. (CAOT, 2002; Miller Polgar y Landry, 2004). Por ej. La jardinería puede
ser una actividad productiva para unos y de ocio para otros. Además, el significado de la
actividad, puede variar dependiendo del rol que el individuo asuma al momento en que está
realizando la actividad. Christiansen y Baum (1977) definen roles como “posiciones en la
sociedad que deben asumir responsabilidades y privilegios” (p. 54)
Una persona puede tener múltiples roles simultáneos y los roles cambian a través del ciclo
vital. Ejemplos de roles que tenemos durante nuestra vida, incluyen el de estudiante,
compañero, hijo o hija, hermano, empleado, amigo y ama de casa. La ejecución de una
actividad puede diferir dependiendo de la naturaleza del rol en la que se enmarca. Por

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ejemplo, un padre que le lee a su hijo, realiza esta actividad de una manera diferente a que
lo hiciera desde un rol de estudiante o trabajador. Las actividades se pueden dividir en
pequeñas ​ tareas. Las destrezas y habilidades intrínsecas en el humano, permiten a la
persona el completar una serie de tareas para producir el resultado funcional de la actividad.
Estas destrezas pueden requerir cualquier combinación de habilidades físicas, habilidades
cognitivas o ayudas emocionales para completar exitosamente la actividad. Cuando al
individuo le faltan capacidades para completar la tarea, la manera como esta es completada,
incluido el uso de tecnología de asistencia, debe modificarse. Entendiendo que la actividad
es parte del proceso de selección de tecnología de asistencia, se requiere identificar: las
tareas, destrezas y habilidades que se necesitan para poder terminarla exitosamente, el
significado que la persona le da a la actividad y los diferentes roles en los que el individuo
usa la actividad. Volviendo al estudio de caso de Marion, la comunicación se identifica como
la actividad que ella necesita para participar. Ella tiene las destrezas cognitivas para
completar la actividad, pero no las físicas. Más aún, el contexto en los que ella necesita
comunicarse, incluyendo la comunicación con sus compañeros, afecta el desempeño de su
actividad. Un cuidadoso análisis de la actividad de comunicación de Marion, se requiere para
identificar los dispositivos de comunicación más útiles para ella.

EL HUMANO

El modelo en la figura 2-1 representa a alguien haciendo algo en alguna parte. Quién lo está
haciendo? Una persona con discapacidad está “operando” el sistema. La figura 2-3 resalta el
componente humano del Modelo HAAT. Dos enfoques teóricos son útiles cuando se
considera al operador humano y sus habilidades para usar tecnología de asistencia; la
conceptualización de la persona en la CIF (CAOT, 2002) y la competencia ocupacional
(Matheson y Bohr, 1997). La CIF conceptualiza que las habilidades humanas están
compuestas por tres elementos: físico, cognitivo y afectivo (CAOT, 2002). Las habilidades
físicas incluyen fuerza, coordinación, amplitud de movimiento, balance y otras propiedades
físicas. Los componentes cognitivos, incluyen atención, juicio, resolución de problemas,
concentración y alerta, mientras que el afectivo, incluye elementos emocionales. Es
importante entender las habilidades de la persona en cada una de estas áreas y cómo se
relacionan con el uso de la tecnología deseada. Es necesario un ajuste apropiado entre las
habilidades de la persona y los requerimientos de tecnología para garantizar efectividad en
su uso. (Scherer, 1998). Donde sobrevenga un desajuste, el dispositivo será sub-utilizado o
abandonado, porque no responde a las necesidades del individuo.
En el Modelo HAAT, se requieren respuestas de comunicación, movilidad y manipulación
para lograr las metas definidas por las actividades. Estas tres áreas requieren que el
operador humano posea destrezas en sus respuestas motoras y en sus funciones sensoriales
para ejecutarla. Esto es similar al dominio físico de la CIF. Por ejemplo: las entradas visuales

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o auditivas son requeridas para la comunicación. Si estas destrezas presentan alteraciones, la
tecnología de asistencia puede proveer del apoyo, exigiendo otras destrezas. Por ejemplo,
cuando un audífono compensa para reducir umbrales auditivos o un sistema de salida Braille
evita la lectura visual, la tecnología de asistencia provee el reemplazo o el aumento para el
sistema sensorial. Finalmente, se requiere de un proceso central para dar término a la
actividad de manera exitosa. Los componentes del procesamiento central incluye:
percepción, control motor y cognición, similar al dominio cognitivo de la CIF. Si las
capacidades del humano están limitadas, entonces los sistemas de tecnología de asistencia
pueden usualmente proveer de apoyo para estas. Por ejemplo, procedimientos para la
operación del dispositivo puede ser simplificados para el individuo que tiene dificultades
para secuenciar las tareas, o ayudas tipo recordatorio, pueden incorporarse para apoyar a
alguien que presenta déficits de memoria. La función psicológica (se refiere al afecto en la
CIF), influencia el desempeño de la actividad a través de la motivación, auto-eficacia y
percepción del valor de la actividad. Estos componentes del desempeño humano se
trabajarán en detalle en el capítulo
La Competencia ocupacional ​ ofrece un contexto dinámico para entender acerca de las
habilidades humanas y cómo la persona cambia y adapta el desempeño de su actividad en
respuesta a demandas ambientales y a sus propias habilidades. Aunque la CIF es útil para
conceptualizar el comportamiento humano en un momento dado, la competencia
ocupacional nos ayuda a entender el comportamiento a lo largo de la vida. Son importantes
cinco constructos para la noción de competencia ocupacional (Matheson y Bohr, 1997). ​ La
capacidad se refiere a la destreza potencial, la habilidad o el conocimiento que la persona
puede aplicar en el desarrollo de una actividad. La capacidad cambia con la evolución, con la
edad o con el trauma o enfermedad. ​ La efectividad​, es el grado en que los individuos llegan
a utilizar su capacidad en una tarea dada. Cuando la persona está motivada para hacer bien
la actividad, la efectividad se aproxima a la capacidad. ​ Comprensión intuitiva (Affordance)
son aquellos elementos del ambiente que pueden facilitar la ejecución de la tarea,
permitiendo que el individuo lo perciba como tal (un facilitador). ​ Auto-eficacia es un
concepto ampliamente conocido descrito por Bandura (1977), que se refiere a las creencias
del individuo acerca de su propio éxito en una situación particular. Finalmente, ​ competencia
es la auto-percepción de un desempeño satisfactorio, frente a algún estándar definido.
Colectivamente, estos constructos contribuyen a la competencia ocupacional, que es la
habilidad que tiene el individuo, para satisfacer las demandas que se requieren para un
exitoso desempeño en varios de los roles vitales (Matheson y Bohr, 1997). Por lo tanto, las
expectativas de la persona, en relación con el desempeño de una actividad, cambian, a
medida que esta crece y adquiere nuevas habilidades o, a la inversa, a medida en que la
persona envejece o experimenta alguna enfermedad o trauma y pierde habilidades. Esta
noción de competencia ocupacional ilustra los elementos dinámicos de las capacidades
físicas y cognitivas y como están influenciadas por las características individuales,
actitudinales y motivacionales para satisfacer las demandas de los roles vitales.
Destrezas y habilidades

Es posible distinguir entre las destrezas de la persona y sus habilidades. La ​ habilidad ​


es un
rasgo básico de la persona, lo que l
a persona le aporta a una nueva tarea, mientras que ​ destreza ​
es un nivel de proficiencia,
comparable con la efectividad descrita por Matheson y Bohr (1997). En las aplicaciones de la
tecnología de asistencia, esta distinción es importante. Es usualmente posible obtener una
evaluación de las habilidades de la persona, pero es difícil predecir el nivel de destreza que
la persona adquirirá utilizando tecnología de asistencia. Habilidad también puede significar la
transferencia de una destreza en un campo específico para aplicarlo en una nueva tarea. Por
ejemplo: la persona con discapacidad podría desarrollar destrezas en el uso de un joystick

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como interface de un computador y luego transferir esta habilidad motora para el uso de
una silla de ruedas eléctrica. En este tipo de situación, la destreza adquirida con la primera
tarea, se convierte en una habilidad que puede utilizar en la segunda tarea.
Aunque es posible para la mayoría de las personas ejecutar más de una tarea a la vez,
generalmente es necesario el concentrarse en una, para poder ​ aprenderla. ​
Por ejemplo: un
usuario principiante en el uso de un sistema de comunicación aumentativa, requerirá de
concentración en un primer momento, mientras se desarrollan las destrezas motoras
necesarias para hacer selección con un teclado. Eventualmente, la persona habrá dominado
esta tarea motora lo suficiente como para desarrollarla de forma fiable mientras que se
concentra en el contenido lingüístico del mensaje.
En el capítulo 1, las tecnologías blandas fueron definidas como “las áreas humanas de toma
de decisiones, estrategias, entrenamiento y formación de conceptos”. En particular las
estrategias son parte de las destrezas humanas que se requieren para el uso exitoso de
sistemas de TA. Como lo afirma Enders (1999) las PCD usan estrategias para culminar las
tareas. Estas, usualmente pueden, o reemplazar la TA completamente, o compensar las
deficiencias en tecnología. Por ejemplo: Marion utiliza estrategias para potenciar la
funcionalidad de su sistema de comunicación aumentativa. Ella seguramente usa señas en
lugar de escribir “hola” o puede usar palabras previamente guardadas para aumentar la
velocidad por momentos y en otros deletrear la palabra, para aumentar el nivel de
comunicación con sus pares. Por otro lado, el tipo de estrategias que se implementen para
un sistema de TA, serán altamente dependientes de los demás aspectos que componen
dicho sistema. El contexto determina cuáles estrategias son importantes para el éxito de la
actividad y la actividad será la que dicte el cómo se seleccionarán.
Enders también dice que las estrategias comprenden una de las 3 ramas del marco de la
tecnología de asistencia y las denomina ​ Sistema de Apoyo a la Realización Humana (A human
accomplishment support system). Los otros dos aspectos son: asistentes personales y los
dispositivos de T de A. Este marco es consistente con el HAAT.

Usuario Novato versus Usuario Experto


Otra consideración relacionada con la persona, en la selección o evaluación de tecnología de
asistencia, es cuándo la persona es un novato o es un experto en el uso de tecnología
específica. El término ​
Novato describe un usuario de tecnología de asistencia que tiene poca
o ninguna experiencia en un sistema particular o en la tarea que está desarrollando ese
sistema. A medida que el usuario practica y gana más experiencia, la persona se convierte en
un usuario ​Experto ​(ej. Demostrando el alto grado de destrezas en el uso del sistema). Qué
diferencia un novato de un experto? El novato se inclina más a usar el sistema siguiendo las
instrucciones, apoyándose en tecnologías blandas para usarlo de manera efectiva. El novato
probablemente generaliza menos el uso de un sistema y es más consciente del esfuerzo que
se requiere para aprender a manejarlo. El experto se arriesga más con el equipo en términos
de amplía la forma en que lo usa y ensaya más actividades con el sistema. Por ejemplo, un
usuario diestro en el uso de silla de ruedas manual, es capaz de subir y bajar escaleras en la
silla, en lugar de usar el ascensor. Un operador diestro en comunicación desarrollará
estrategias para aumentar su nivel de comunicación.
Se entiende que las diferencias entre usuario novato y experto, tienen importantes
implicaciones, en lo relacionado con el enseñar a la persona en cómo usar un sistema y en el
desarrollo de estrategias (tecnologías blandas). El usuario experto ejerce un menor esfuerzo
consciente en la operación del sistema – porque la persona no necesita a hacerlo. El análisis
de las estrategias del usuario experto y el traslado de estas al desarrollo de programas de
aprendizaje, pueden ser medios efectivos para apoyar al usuario novato para que se
convierta en un experto en el uso de su sistema.

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LOS CONTEXTOS
En las últimas décadas los modelos que describen la discapacidad y sus procesos se han
modificado dramáticamente (Pope y Brandt, 1997). En los años 50’s el foco estaba en el
problema de la incapacidad de la PCD, de participar en las actividades de trabajo, juego,
educación y actividades de la vida diaria. El problema estaba en “la persona”, esto es, se
ubicaba estrictamente en el resultado de los impedimentos. Recientemente, ha surgido un
nuevo paradigma que demuestra que muchas de las dificultades que experimenta una PCD
resultan en gran medida de factores ambientales, que, por la discapacidad como tal.
Inicialmente, el foco estaba en el entorno físico o el entorno construido, favoreciendo un
esfuerzo por hacer cortes curvos, instalar elevadores y demás. A medida que las persona
con discapacidad empezaban a participar socialmente de una manera plena, fue evidente
que las barreras sociales y actitudinales eran más grandes que las físicas. Un “grupo
minoritario modelo” de personas con discapacidad, surgió, para cambiar la tendencia de
hacer un énfasis sobre la discapacidad, a ubicar la problemática en las desventajas sociales,
políticas y ambientales que se impone a las personas con discapacidad (Brooks, 1988).
Bickenbach el al (1999) conceptualiza la discapacidad de otra manera. Desde su punto de
vista, la discapacidad es una experiencia universal, si la persona vive lo suficiente. Contrario
al modelo del grupo minoritario, quien abogó por un estatus especial para las personas con
discapacidad; el concepto universalista, aboga por una amplia justicia social y políticas más
inclusivas para PCD, acciones que benefician a un amplio segmento de la sociedad. Con estas
nuevas perspectivas, los problemas en la participación social, no pueden ser puestos en los
déficits de la PCD. Más bien, la falta de participación social, es vista como el resultado de las
limitaciones en los ambientes sociales y físicos. El énfasis que hace la CIF en la participación
es un indicativo del cambio de concepto del “problema en la persona” al “problema en el
entorno”. En el Modelo HAAT hemos capturado las influencias externas en el ​ contexto.
Como se muestra en la fig. 2-4 el contexto incluye cuatro importantes consideraciones :

● Contexto físico que incluye entornos naturales y construidos y los parámetros


físicos,
● contexto social, con pares y extraños
● Contexto cultural y
● El institucional que incluye la legislación, instituciones jurídicas,
socioculturales, religiosas y otras.

Los contextos en que el humano lleva a cabo su actividad, pueden determinar los factores
que la persona utiliza, para usar exitosamente un sistema de tecnología de asistencia. Los
apoyos y barreras de ese ambiente son consideraciones importantes en la selección y
evaluación del sistema.

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Otra discusión es importante en la consideración del contexto: el nivel del ambiente. La
literatura, ha descrito tres niveles de ambientes: el micro ambiente, el mesoambiente y el
macroambiente (Fougeyrollas y Gray, 1998; Ley, 1991). El microambiente se refiere al
ambiente cercano, al ambiente más íntimo en el que la persona interactúa, tales como la
casa, el colegio y el sitio de trabajo. Acá la persona y sus habilidades son conocidas, los roles
están definidos y se entienden sus expectativas. El mesoambiente, describe ese escenario
en que la persona funciona menos frecuentemente e incluye varios apoyos comunales tales
como centros comunitarios, centros comerciales e iglesias. El macroambiente, se refiere a
amplios contextos sociales y culturales que imponen un marco tanto moral como legal (Ley,
1991). Cada uno de estos ambientes, influyen en el uso de sistemas de tecnología de
asistencia. Es importante entender como estos ayudan o dificultan el uso de tecnología.

Contexto físico
Tal vez, el componente ambiental más fácil de comprender es el contexto físico. El contexto
físico, involucra los atributos físicos del ambiente que posibilitan, limitan o afectan el
desarrollo de las actividades de la vida diaria, ya sea con o sin TA. Es importante identificar
los atributos físicos del ambiente en los que la PCD intenta utilizar un dispositivo de TA, para
determinar si es o no el dispositivo compatible con el entorno donde se usa. En algunos
casos, un dispositivo funciona bien dentro de un ambiente, pero no en otro. Un software de
reconocimiento de voz es un ejemplo de un dispositivo que no debe trasladarse de un
ambiente al otro. En la quietud relativa del hogar, este software puede ser una excelente
alternativa para dirigir los comandos de un teclado. Sin embargo, no va a funcionar en un
ambiente de oficina donde el ruido interfiere con el software y su uso puede interferir con el
trabajo de los colegas que trabajan cerca a la persona.
Una distinción que es importante para comprender el entorno físico es entre el natural y el
construido. Los alrededores naturales incluyen elementos no-hechos-por-el-hombre como
serían los parques. A la inversa, los ambientes construidos, incluyen aquellas estructuras o
elementos que ha hecho el hombre como edificios y calles. Es importante saber cuando el
individuo intenta usar un sistema de tecnología de asistencia en entornos tanto naturales
como construidos, porque esto afectará tanto el tipo de tecnología como su desempeño.
Una silla de ruedas, con llantas que faciliten el desplazamiento por superficies irregulares y
sueltas, es la recomendable para la persona que intenta usar la silla tanto adentro como
afuera o en áreas despavimentadas. Una silla con llantas suaves, no será útil para traslados
en el entorno urbano.
Caracterizar el ambiente físico para la selección o evaluación de tecnología de asistencia, se
inicia con las actividades que el individuo quiere o necesita hacer y en cuáles entornos de
desarrollarán dichas actividades. Dentro de construcciones urbanísticas, la persona
necesitará entrar y salir de edificios, acceder a varias locaciones, posiblemente moverse
entre niveles y desempeñar una gran variedad de actividades cotidianas. Más aún, la
persona requerirá moverse de un ambiente a otro (ej. del hogar al sitio de trabajo). Algunos
de los aspectos físicos del ambiente que deben considerarse incluyen corredores y puertas
anchas, distancias entre los espacios por donde deben desplazarse las personas (ej:. Tapetes,
traslados, superficies de piso), la altura y el peso de los dispositivos (ej:. Pasar por una
puerta) que la persona deberá manipular y las señales sensoriales (visual o auditiva) que la
persona requiere para el desempeño de sus actividades cotidianas. La seguridad física es una
consideración importante cuando se está evaluando el ambiente.

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Tres parámetros comunes de medición del ambiente físico que afectan directamente el
desempeño de la TA, son:
● temperatura
● Sonido
● Luz
Muchos materiales son sensibles a temperaturas y se pueden afectar por exceso de calor o
de frio, por ejemplo las espumas y geles que se utilizan ara cojines pueden cambiar sus
propiedades bajo condiciones extremas de temperatura. Las pantallas de cristal líquido
también se afectan por la temperatura y la luz ambiental.
En salones de clase o sitios de trabajo, la iluminación ambiental puede afectar el uso de TA.
Algunos dispositivos emiten luz y se utilizan mejor en ambientes con poca luz, mientras que
otros reflejan luz y seguramente se podrán usar mejor en ambientes muy iluminados. Por
ejemplo, una luz que es apropiada para el trabajo en un aula de clases, puede ser muy
brillante para el uso de algunas pantallas, por el brillo.
El sonido ambiental (incluyendo el ruido) puede tener un alto impacto en el uso y
funcionamiento de sintetizadores de voz o en sistemas de reconocimiento de voz. Sonidos
producidos por impresoras, sillas de ruedas eléctricas, sistemas de voz y los
retroalimetadores de sonido que tienen las computadoras, pueden interferir con el trabajo
en clase o en la oficina. Church y Glennen (1992) han discutido las maneras de controlar el
sonido y la iluminación para evitar la interferencia en la clase mientras se potencian las
ganancias funcionales que da la tecnología de asistencia.

Contexto social
Para el uso de tecnología de asistencia, los aspectos sociales del contexto, pueden ser muy
importantes. El contexto social, se refiere a aquellos individuos que interactúan con el
individuo usuario de tecnología de asistencia, ya sea directa o indirectamente. La aceptación
o rechazo de un dispositivo de tecnología de asistencia, la comprensión de sus propósitos y
necesidad de su uso, son componentes claves para saber cuándo el individuo va a tener éxito
con la tecnología. Fougeyrollas (1997) plantea que, la influencia social en el individuo está
relacionada con lo que se considera un comportamiento normal o esperado. Personas que
presentan una discapacidad suelen estigmatizarse por su discapacidad. Un comentario
frecuente de la persona con discapacidad es que usualmente el ambiente social y la actitud
de los otros son factores que generan más discapacidad, que las barreras físicas que hay en
el ambiente. El uso de la tecnología de asistencia puede contribuir a esta estigmatización y
conducir a un mayor aislamiento. Por estas razones, es importante entender los aspectos
sociales del ambiente donde el individuo usará la tecnología. Si otros en el ambiente no
apoyan el uso de la tecnología, el individuo se enfrenta a grandes retos en el uso exitoso del
dispositivo.
La relación con otros en el ambiente, afecta el uso de la tecnología. Aquellos cercanos al
individuo, tales como la familia, amigos, maestros o compañeros de trabajo tienen un mejor
entendimiento de las capacidades de la persona en el uso de tecnología y usualmente
ofrecen apoyos para hacer su uso más ligero. Con las personas no familiares, el uso de la
tecnología se vuelve más complejo, porque las expectativas difieren tanto como la
comprensión de cómo funciona la tecnología. Por esta razón, es importante determinar,
quiénes proveen de asistencia para las personas que usan tecnología de asistencia en varios
entornos, en particular, en entornos claves como el hogar, escuela y sitio de trabajo. El uso
de la tecnología y su consecuente función, es fácil, cuando el apoyo viene de individuos
afines, tales como la familia o el personal de atención, porque estos individuos entienden las
necesidades del usuario y la función de la tecnología de asistencia. Cuando el apoyo lo
brindan muchas personas, el resultado será el uso ineficiente e incorrecto, porque cada
sucesivo asistente, debe aprender el método que el usuario prefiere utilizar para completar

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las actividades y cómo debe ir integrando la tecnología de asistencia en las actividades
cotidianas. En esta situación, el usuario o el cuidador, deben estar en la capacidad de
proveer de instrucciones al nuevo integrante del equipo.
Volvamos al caso de Marion y examinemos cómo ella usa sus dispositivos de comunicación, y
cómo su uso es diferente al de otras personas.
Los sistemas de comunicación, no son el único tipo de tecnología de asistencia que afecta el
contexto social. Brooks (1999) solicitó a 595 científicos e ingenieros en situación de
discapacidad que evaluaran los dispositivos utilizados. Ella encontró que los usuarios
utilizaban sus dispositivos en una variedad de escenarios sociales, pero su uso dependía del
escenario específico. Por ejemplo: dispositivos íntimos y de uso esencial tales como aquellos
de higiene personal, no eran tan frecuentemente utilizados como aquellos dispositivos que
apoyan el empleo. Brooks interpretó estos resultados como el reflejo de la compleja
articulación entre el humano (especialmente auto-estima), la tecnología, la actividad y el
escenario social. No es posible, ni es deseable para nosotros el separar los contextos (social y
físico) de los demás componentes del sistema de tecnología de asistencia.
Un punto final para considerar relativo al contexto social es el grado en que, los diferentes
tipos de tecnología de asistencia, difieren en la estigmatización. El estigma se define como
una marca de vergüenza. Algunos dispositivos, tales como audífonos o las sillas de ruedas
eléctricas, parecen transmitir más discapacidad que otras como las gafas o la silla de ruedas
manual. En consecuencia, las personas en situación de discapacidad, suelen elegir no utilizar
una determinada ayuda dentro de sus espacios sociales, por el estigma que este conlleva. Si
otros, dentro de un entorno definido, perciben a la persona con discapacidad como un
sujeto con grandes limitaciones por la presencia de una discapacidad específica, esta, puede
rechazar el uso de tecnología de asistencia que visibilice más su discapacidad. Veamos el
caso de un empleado de oficina de nombre Ted, que tiene la capacidad de usar la silla de
ruedas manual, pero que prefiere usar una eléctrica porque disminuye el esfuerzo físico y
ahorra energía. El comportamiento de ciertos colegas de su oficina, sugiere que ellos
perciben a Ted menos competente para desarrollar la tarea que realiza en la oficina. La
reacción de Ted puede ser minimizar su imagen de discapacitado a través del uso de una silla
de ruedas manual, así esta elección tenga consecuencias negativas tales como un gasto
energético excesivo lo que deriva en fatiga y seguramente una lesión del hombro a largo
plazo.

ESTUDIO DE CASO MARION


Marion puede usar su sistema de comunicación con sus amigos (compañeros (pares) familiares), o con su profesora
(familiar no compañera (par)) o con el vendedor en el almacén (extraño). En cada caso, su elección de vocabulario,
el uso de su jerga y la facilidad con que ella se comunica es diferente. En el caso de Marion, ella conserva algunas
palabras o frases en su jerga que habitualmente utiliza con sus amigos. Sabe manejar además, frases y palabras más
formales que utiliza en la escuela o en el almacén. Adicionalmente, como Marion y sus compañeros de
comunicación se conocen bien, sus amigos le anticipan sus palabras, lo que hace que en ese momento la
comunicación sea más efectiva y rápida. Un extraño que no tenga familiaridad con la manera como Marion se
comunica, no anticipará sus palabras, lo que lentifica el proceso. El contexto social afecta directamente el uso del

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sistema. La efectividad de su sistema de comunicación está mediada por el grado con el que ella se acomoda a sus
necesidades. Un sistema efectivo de tecnología de asistencia es flexible y acomodable.

Contexto cultural

La efectividad de la tecnología de asistencia está muy relacionada e influenciada con el


contexto cultural. ​Krefting y Krefting (1991) propone tres acepciones del término cultura: 1)
"cultura es un sistema de patrones de comportamiento aprendidos", 2) este es "compartido
por los miembros del grupo en mención más que ser propiedad del individuo"; 3) este
incluye mecanismos efectivos para interactuar con los otros del ambiente (p.102). Las dos
primeras acepciones son próximas a las definiciones de actividad y ocupación que propone el
modelo HAAT. La tercera acepción, donde existe una interacción con el medio tanto social
como físicamente, ilustra la relación entre los aspectos de tecnología de asistencia y
contexto. Estos tres elementos culturales, claramente encajan con el Modelo HAAT y hacen
un énfasis en la importancia de las consideraciones culturales en el diseño e implementación
de sistemas de TA.
Krefting y Krefting (1991) puntualiza que todos vemos el mundo a través de una “pantalla
cultural” (p. 105) que es el producto de nuestras experiencias, relaciones familiares, herencia
y muchos otros factores. Esta pantalla cultural es diferente para cada persona, orienta la
manera de interacción con el otro y orienta la manera como se perciben muchas
actividades, tareas y roles vitales. Por ejemplo, en algunas culturas el ocio es reconocido
como una actividad de búsqueda deseable y aceptada socialmente. Sin embargo, para otras
culturas, el tiempo de ocio son indicadores de pereza y falta de productividad. Si el prestador
de servicios de tecnología y el usuario, tienen una diferente “pantalla cultural” tendrán
dificultades para coordinar y concertar los objetivos mutuos. Por ejemplo, si el prestador del
servicio, ve el tiempo de ocio como algo deseable y que satisface la ocupación, recomendará
sistemas de tecnología de asistencia que favorezcan estas actividades tales como adaptar el
computador para que la persona pueda jugar o la silla de ruedas apara que pueda jugar tenis
u otro deporte. Seguramente, si el usuario viene de una cultura donde el ocio es mal visto,
rechazará este tipo de propuestas considerándolas frívolas.

Estos son los muchos factores


culturales que hay que
considerar. La caja 2-1 lista los
factores que afectan el cómo los
sistemas de tecnología de
asistencia son percibidos y
utilizados por consumidores de
diferentes culturas (Krefting y
Krefting, 1991). Estos factores
deben ser tenidos en cuenta por
parte del PTA, a través de todo
el proceso de prestación de
servicios de T. de A. Por
ejemplo, considere estos tres:
importancia de la apariencia, la
independencia y su importancia
y los roles familiares. Las
empresas que hacen sillas de
ruedas actualmente ofrecen sus

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productos con una variedad de colores, posibilitando al usuario que se preocupa por estos
aspectos, a que elija un color y evite la apariencia de “cromado institucional”.

Otro ejemplo se refiere a Frank, una persona con esclerosis lateral amiotrófica (ELA)
(Murphy y Cook, 1985). Antes de su discapacidad, el rol de Frank era dominante como
cabeza de su familia. Era totalmente independiente y valoraba su rol de proveedor. Cuando
perdió su habilidad de hablar, por culpa de la ELA, utilizaba una pequeña máquina de
escribir, como dispositivo para interactuar con su familia. Esto le permitió mantener su rol de
cabeza de familia y utilizó este dispositivo de comunicación para tomar decisiones acerca de
inversiones, planear asuntos jurídicos y hacer las listas de compras. Su familia hacía en
trabajo de campo para llevar a cabo sus instrucciones. A medida que la enfermedad
progresó, su control motor se deterioró hasta el punto que solamente podía levantar sus
cejas. Obtuvo un nuevo dispositivo de comunicación, que aprovechaba sus limitados
movimientos, pero estaba muy poco interesado en su uso. Después de repetidos intentos
poco exitosos de dar apoyo en el uso de este nuevo dispositivo, aquellos que trabajaban con
Frank, empezaron a ver que su rol en la familia estaba cambiando. Por su dependencia de las
ayudas y la dificultad de comunicarse con su nuevo dispositivo, el perdió todo su interés por
mantener el rol familiar. Su esposa se convirtió en el líder de la familia y empezó a tomar
decisiones que en un tiempo le correspondían a Frank. Estos cambios en la familia, difíciles
de entender por parte de Frank por su percepción cultural de los roles familiares, lo llevó a
que se rindiera y a fracasar en el uso de T de A para suplir sus necesidades.

CONTEXTO INSTITUCIONAL
El contexto institucional, se refiere a las organizaciones más grandes dentro de una sociedad
que son responsables de las políticas, procesos y procedimientos de toma de decisiones. El
CMOP, incluye componentes económicos, legales y políticos, tales como servicios
financiados por el gobierno, legislación y regulaciones políticas (CAOT, 2002). La CIF, etiqueta
estos aspectos dentro de servicios, sistemas y políticas (OMS, 2001). Los servicios son
“beneficios, programas estructurados y operaciones en varios sectores de la sociedad” que
atiende las necesidades de los individuos (OMS, 2001, p. 192). Los sistemas se refieren a los
sectores administrativos y organizacionales, a todo nivel dentro del gobierno u otras
autoridades, que planean, implementan y monitorean servicios. Las políticas son reglas,
regulaciones, convenciones y estándares que regulan el sistema y nuevamente, existen a
todo nivel del gobierno u otras organizaciones (OMS, 2001, p. 192).
El contexto institucional, tiene una gran importancia en lo relacionado con la adquisición y
uso de tecnología de asistencia. La subvención es probablemente el elemento que más
influye en este contexto. Las políticas de financiamiento y las regulaciones, establecen quién
es elegible para recibir apoyo para la compra de dispositivos, cuáles dispositivos se incluyen
es esquemas de financiación y quiénes (qué grupo de profesionales) serían los vigilantes de
esos fondos. Los programas gubernamentales, también proveen regulación y soporte para lo
relacionado con modificaciones ambientales que permitan la inclusión de PCD.
La legislación en muchos países establece leyes, políticas y regulaciones que posibilitan a la
persona con discapacidad que pueda participar en actividades en varios contextos tanto, con
los de su comunidad local como más ampliamente. Estas leyes, específicamente, tratan de
los asuntos referidos al acceso al medio ambiente, de las modificaciones que se requieren en
escenarios de trabajo, educativos y otros más de la comunidad y de la responsabilidad del
sistema de empleo o educativo en proveer de acomodaciones a los individuos elegidos,
incluyendo la provisión de tecnología de asistencia. Los ejemplos de esta legislación incluye
el Acta de Americanos con Discapacidad (1990). Acta de Ontarianos con Discapacidad (2005)
y el Acta de educación de Individuos con Discapacidad (IDEA) (1997).

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Una última implicación del contexto institucional en la tecnología de asistencia es la
legislación y los estándares que rigen la producción en lo relacionado con diseño, función y
estándares de seguridad. Para que un producto pueda ser mercadeado y en particular, para
que pueda ser incluido como un dispositivo que se adquiera a través de fondos de
subvención, el realizador debe asegurarse que se hagan las pruebas necesarias para
garantizar que el producto cumpla con ciertos estándares técnicos.

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