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6, año 1
Introducción
Cuando las hordas nazis cruzan la frontera polaca el 1 de septiembre de 1939, el
Ejército Rojo ingresa por la otra frontera para tomar el resto de Polonia. Esta invasión
fue establecida por el pacto germano-soviético de no agresión firmado en Moscú y
delante del propio Iósif Stalin por el ministro nazi de asuntos exteriores, Joachim Von
Ribbentrop y Viacheslav Mijáilovich Mólotov, ministro soviético.
En 1939, Gran Bretaña y Francia declaran la guerra a Alemania dando comienzo a uno
de los conflictos más terribles del siglo XX: la Segunda Guerra Mundial. La Unión
Soviética no ingresa a la disputa y se queda al margen de los enfrentamientos hasta la
operación “Barbarroja”, cuando la Wehrmacht invade Rusia el 22 de junio de 1941. El
ejército alemán avanza sobre territorio ruso ante la defensa de los soldados soviéticos.
Ocupan Smolensko y Novgorod en agosto, y Kiev en septiembre, llegando rápidamente
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a las cercanías de Leningrado, Moscú y Crimea pero el avance alemán se detiene ante la
llegada de nuevos soldados rusos y el uso de la técnica de la “tierra arrasada”.
Con el comienzo de los enfrentamientos entre Alemania y la Unión Soviética, los
ciudadanos rusos se alistan como voluntarios para marchar al frente de guerra. Uno de
los que esperaban a ser reclutados fue Vasili Grossman, a quien no se lo aceptó porque
usaba lentes, bastón para caminar, tenía exceso de peso y rondaba los 35 años.
Rechazado por el Ejército Rojo para formar parte como soldado buscó contribuir de
alguna forma en el conflicto bélico y se presentó ante el GlavPUR (el Departamento
Político Central del Ejército Rojo) y Grossman fue entonces aceptado para trabajar
como corresponsal del periódico de las fuerzas armadas soviéticas, Krasnaia Zvesda o
Estrella Roja, por su director, el comisario y general David Ortenberg.1
1
“Bautismo de fuego”, www.casadellibro.com/capitulos/848327442.pdf, p. 1.
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“Bautismo de fuego”www.casadellibro.com/capitulos/848327442.pdf, pp. 1-2.
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“Bautismo de fuego”www.casadellibro.com/capitulos/848327442.pdf, pp. 2-3.
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Chandler, Robert, “Vasili Grossman, en nombre de los que yacen en la tierra”, Letras Libres, febrero
2007, p. 67.
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Este primer acercamiento a la línea del frente y de sus conversaciones con los soldados
y los oficiales le permitió comprender los sucesos de la guerra desde otra mirada, una
miraba basada en la realidad de los hechos y no en la de los papeles oficiales emanados
5
“Bautismo de fuego”www.casadellibro.com/capitulos/848327442.pdf, pp. 7-8.
6
“Bautismo de fuego”www.casadellibro.com/capitulos/848327442.pdf, p. 8.
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“Bautismo de fuego”www.casadellibro.com/capitulos/848327442.pdf, p. 8.
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de oficinas militares y políticas. Escribir sobre los hechos vividos de cerca por él y los
protagonistas de la guerra en el Estrella Roja lo acercó mucho a los mismos soldados
que comenzaron a confiar en Grossman para confesarles sus acciones durante las
batallas posteriores.
El corresponsal en Stalingrado.
El 14 de septiembre de 1942, los alemanes intentan
tomar Stalingrado. La orden del Ejército Soviético
era resistir hasta el último hombre y los
enfrentamientos se dan calle a calle, casa a casa,
convirtiendo a la ciudad en el frente de guerra.
Tanques y soldados alemanes ingresan por cientos
para conquistar la ciudad; miles de soldados rusos,
siberianos y mongoles cruzan el Volga para su
defensa. La aviación alemana ataca las barcazas que
llevan a los soldados soviéticos; los aviones rusos
intentan destruir la artillería enemiga que hostiga al
Ejército Rojo. A esta ciudad en guerra llega Vasili
Grossman como corresponsal del Estrella Roja
procedente de Moscú.
Ya para esta época, Grossman era reconocido por los soldados y oficiales soviéticos y
saludado como un héroe a donde fuera.8 El poeta y corresponsal del Estrella Roja, Ilya
Ehrenburg reconocía que Grossman había aprendido a escribir durante la Segunda
Guerra Mundial porque antes “sólo era un escritor más en busca de su tema y de su
lenguaje”9. Sus lectores se ampliaron, cientos de miles de soldados y civiles lo leían en
el frente y en las trincheras. El Estrella Roja se distribuía gratuitamente en el Ejército
Soviético, donde cada pelotón debía tener un soldado alfabetizado para leerlo a sus
compañeros, y en las ciudades de toda la Unión Soviética.10 El escritor Viktor
8
Beevor, Antony, “Vasili Grossman, un corresponsal de guerra excepcional”, Clio, revista de historia,
año 5, núm. 60, p.18.
9
Form, Juan, “Radar, retrato del artista como corresponsal de guerra”, Página 12, 31 de agosto de 2008,
www.pagina12.com.ar
10
Form, Juan, “Radar, retrato del artista como corresponsal de guerra”, Página 12, 31 de agosto de 2008,
www.pagina12.com.ar
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Nekrasov, quien luchó en las trincheras de Stalingrado, se reunía junto a otros soldados
rusos para leer ejemplares del Estrella Roja y relata: “los periódicos con artículos de
Grossman y Ehrenburg eran leídos y releídos por nosotros hasta que quedaban hecho
jirones”11.
Sus vivos e informados textos se
basaban en el tiempo que
permanecía en el frente de guerra y
de los riesgos que estaba dispuesto a
correr. A principios de 1942 fue
herido y tuvo que tomar una licencia
médica en la retaguardia por sesenta
días. Este tipo de accionar por parte
El corresponsal Vasili Grossman sobre un tanque de Grossman hicieron que tanto los
soviético.
soldados como sus generales
confiaran en él y se vieran reflejados en sus escritos, lo aceptaban como uno de ellos y
solo le contaban a él sus desventuras en tiempos de guerra.12
Así como en el aeródromo de Ziabrowski, Grossman entrevistaba a pilotos rusos para
escribir sobre los combates aéreos, en Stalingrado dialogaba con francotiradores, cuyas
hazañas se convirtieron en leyendas entre las tropas soviéticas y se utilizaron como
propaganda en las páginas de los diarios oficiales, para comprender y transmitir la
guerra urbana.
Uno de los francotiradores entrevistado por Grossman en Stalingrado fue la “estrella” de
la 284º División de Fusileros siberianos, Vasili Zaitsev. Sus compañeros estaban
orgullosos de su capacidad como francotirador, Grossman escribe: “Zaitsev es un
hombre reservado, del que los soldados de la división dicen: ‘Nuestro Zaitsev es
instruido y modesto. Ya ha matado a 225 alemanes”13. Pero los francotiradores
soviéticos no solo disparaban sobre alemanes sino también sobre todos aquellos que
11
Chandler, Robert, “Vasili Grossman, en nombre de los que yacen en la tierra”, Letras Libres, febrero
2007, p. 67.
12
Form, Juan, “Radar, retrato del artista como corresponsal de guerra”, Página 12, 31 de agosto de 2008,
www.pagina12.com.ar
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“Guerra Eterna, Historia de francotiradores”, 12 de enero de 2007, www.antimilitaristas.org/spip.php?
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colaboraran con ellos como mujeres rusas, Grossman relata en uno de sus diarios:
“Zaitsev ha matado a una mujer y a un oficial alemán: Cayeron uno junto al otro”14.
Los enfrentamientos entre francotiradores de los
ejércitos alemán y rojo eran frecuentes ya que su
accionar diezmaba a la infantería de uno y otro
bando. Grossman logra obtener de Zaitsev la
historia de uno de esos «duelos» ocurridos entre el
francotirador soviético y un francotirador alemán:
“Un combate singular entre Zaitsev y un
francotirador alemán: ‘Había matado a tres de
nuestros hombres. Esperó quince minutos. Nuestra
pequeña hondonada estaba vacía, y comenzó a
alzarse. Vi que su fusil estaba en el suelo y me Vasili Zaitsev en Stalingrado,
levanté. Me vio y comprendió que estaba perdido. Y octubre 1942.
14
“Guerra Eterna, Historia de francotiradores”, 12 de enero de 2007, www.antimilitaristas.org/spip.php?
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“Guerra Eterna, Historia de francotiradores”, 12 de enero de 2007, www.antimilitaristas.org/spip.php?
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Beevor, Antony; Vinogradova, Luba, Un escritor en guerra, Crítica, Barcelona, 2006, p. 203.
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el muerto, y lo tumbé también… Cuando maté por primera vez me eché a temblar:
¡Aquel hombre sólo iba a conseguir algo de agua!... Sentí miedo: ¡había matado a una
persona! Entonces recordé a nuestro pueblo y comencé a matarlos sin piedad”17. Miedo
y satisfacción, ¿las dos sensaciones que un hombre tiene al matar? Son las dos
sensaciones que Chejov describe al momento de asesinar a un alemán, pero la matanza
continúa alemán tras alemán sintiendo ya que se ha convertido en un monstruo,
Grossman escribe sobre el francotirador: “Me he convertido en una bestia: mato, los
odio como una cosa normal en mi vida. He matado a cuarenta hombres, tres en el pecho
y a los demás en la cabeza. Cuando les disparas, ves como su cabeza se tuerce
inmediatamente hacia atrás o hacia un lado. Arrojan sus armas y caen…”18.
Además de asesinar a oficiales y soldados alemanes,
los francotiradores rusos tenían la orden de matar a
todo aquel que colaborara con los invasores, tanto
niños como mujeres. Grossman escribe en la
entrevista a Chejov: “Me senté al final de una
escalera. Dispuse mi fusil tras la reja de una forma que
el humo se dispersara a lo largo del muro. Al principio
salían a caminar. Tumbé a nueve [alemanes] el primer
día y diecisiete en dos días. Enviaban a mujeres, y
maté a dos de cinco”19. También Chejov sostenía
duelos con francotiradores alemanes, algunos de esos
enfrentamientos aparecen destacados en la entrevista El francotirador ruso Anatoli
Ivanovich Chejov.
realizada por Grossman: “El tercer día, mirando a una
tronera, vi a un francotirador. Esperé y disparé. Cayó y gritó algo en alemán. […]
Apareció un nuevo francotirador en la ventana abierta… Ese francotirador me había
arrinconado. Me disparó cuatro veces pero falló. Por supuesto fue una pena tener que
dejarlo”20. En los enfrentamientos entre francotiradores en Stalingrado a veces se
ganaba y otras veces se perdía de acuerdo a la capacidad de cada uno, al cansancio, al
hambre, al frío, al tiempo, a los imprevistos. Esa vida es retratada por Grossman en la
17
Idem, p. 205.
18
Idem, p. 206.
19
Idem, p. 204.
20
Idem, p. 205.
8
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21
Idem, p. 212.
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mucho desde que comí caliente por última vez. –Bueno, pronto nos beberemos nuestra
propia sangre caliente allí –respondió el otro”22.
El valor y la heroicidad de los soldados también aparecen en los textos de Grossman. En
una entrevista realizada a Rodimtsev durante los sucesos de octubre en Stalingrado, este
general se vanagloriaba del valor de sus soldados y le relataba al corresponsal: “Hoy por
ejemplo, vinieron a verme dos soldados. Resultó que habían estado combatiendo
durante catorce días en una casa rodeada por otras en poder de los alemanes. Y esos dos,
tan tranquilamente, ya sabe, pidieron municiones, galletas, azúcar y tabaco, lo cargaron
todo en sus mochilas y se fueron”23. Buscaban lo que necesitaban y regresaban
inmediatamente al frente para luchar contra los nazis, no era una guerra común, era una
guerra por “la Santa Madre Rusia”.
Enfrentamientos en Stalingrado,
1942-1943.
Para estar en el frente de guerra, Grossman acompañó al coronel Gurtiev que tenía a su
cargo la 308º División de Fusileros Siberianos. En un extenso artículo, el corresponsal
22
Idem, p. 222.
23
Idem, p. 223.
10
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24
Idem, p. 228.
25
Idem, p. 228.
26
Chandler, Robert, “Vasili Grossman, en nombre de los que yacen en la tierra”, Letras Libres, febrero
2007, p. 69.
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Conclusión
El Ejército Rojo logró expulsar a los alemanes de Stalingrado luego de duros
enfrentamientos. El arrojo y valentía de los soldados soviéticos marcó la diferencia ante
el maltrecho ejército alemán. En diciembre, los soldados alemanes comenzaron a
retroceder ante el avance ruso; en Un soldado ruso ondea la derrotada bandera nazi
enero de 1943, el Ejército Rojo, mientras las tropas rusas dominan Stalingrado.
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Form, Juan, “Radar, retrato del artista como corresponsal de guerra”, Página 12, 31 de agosto de 2008,
www.pagina12.com.ar
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Bibliografía
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