Disciplina con dignidad.

Los capellanes involucrados en la educación cristiana ven a los estudiantes como

portadores de la imagen de Dios. ¿Cuánto impacta esta creencia el proceso disciplinario
en un campus cristiano donde un estudiante ha sido encontrado culpable de una
conducta inapropiada? ¿Cómo la compasión, la confianza y el arrepentimiento entran al
centro del escenario, en vez de la penalización, el miedo y las consecuencias?

Muchos estudios han sido conducidos sobre los variados métodos de actuación
disciplinaria en los sistemas educativos. Un modelo que ha superado a los otros en
resultados es el llamado “justicia restaurativa”. El doctor Albert Boerema, en el
Christian Educators Journal establece, “A medida que las escuelas cristianas continúan
explorando medios para tener un mayor impacto en la vida de sus estudiantes, la idea de
la justicia restaurativa se está moviendo hacia una mayor prominencia”.

El punto de vista de la justicia restaurativa acerca de la mala conducta/ofensa, no

es el de una violación de la ley per se. Más bien, es una violación contra las personas y
las relaciones. Dios ha colocado gran valor sobre las relaciones, dándonos la habilidad
de conocerlo y conocernos unos a otros. Pero tenemos también la capacidad de
lastimarnos unos a otros. Por lo tanto, la justicia restaurativa en vez de una respuesta a
la violación de una regla, necesita ser vista como una respuesta a las heridas de las
relaciones dañadas en la comunidad.
No se trata de dejar a las personas fuera del gancho. De hecho, al tratar con la
transgresión el estándar es elevado. “La responsabilidad del infractor es central, pero
balanceada con una preocupación por la reintegración… la cual es definida por la
habilidad del infractor para volver a ganar la confianza al mostrar una buena
ciudadanía”

Hay un tiempo para la suspensión, por supuesto, pero esto debe ser limitado a dos
situaciones. Primero, si un estudiante representa una amenaza para la seguridad de la
escuela, debería ser removido. Segundo, si un estudiante niega su mala acción y/o
rehúsa participar en la restauración/proceso disciplinario, necesita ser removido.

Como presidente del Comité Disciplinario en una Universidad Adventista de

Ciencias de la Salud (ADU) por siete años, estas dos situaciones fueron vitales para
decidir ya sea si un estudiante necesitaba ser restaurado al campus o necesitaba dejar la
comunidad. Cualquier tipo de violencia o amenaza de violencia era tomada seriamente.
Este fue el momento, cuando las fuerzas del orden, dependiendo de la situación, se
involucraron. También, estudiantes que eran beligerantes, o se atrincheraban en su
negación de la culpa, aún con la fuerte evidencia en contra no fueron factibles. El
reconocimiento de la transgresión fue el primer y el paso principal para la

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Roberta Fish, “Discipline with dignity”, The Adventist Chaplain, (2, 2014), 8-11. [Traducido y
adaptado por el Ptr. Israel Robles Pérez]

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disciplina restaurativa, tenía que haber por lo menos una pizca de
arrepentimiento.

La curación del daño hecho, la promoción de la rendición de cuentas y la

responsabilidad personal, el ganar la confianza, y la edificación de la comunidad son el
foco de la disciplina restaurativa. Con el fin de definir estos componentes un poco más,
hay tres preguntas esenciales que necesitan ser hechas. (1) ¿Cuál fue el problema? (2)
¿Qué debe ocurrir de aquí en adelante para hacer las cosas bien? (3) ¿Qué se puede
hacer para recuperar la confianza?

El mensaje es muy claro para el infractor: “Has hecho algo equivocado, y

estamos de acuerdo en esto porque identificamos claramente el daño hecho a las
víctimas y a la comunidad. Ahora te daremos la oportunidad de que te hagas
responsable por lo que has hecho al reparar el daño como mejor puedas y demuestres
tu habilidad para ser un buen ciudadano”. Entonces, un contrato es hecho con el
estudiante incluyendo estos factores.

Una pieza central de la justicia restaurativa es la disculpa. Es una expresión de

arrepentimiento y disposición para tomar responsabilidad por la transgresión. En una
reciente falta en el Estado de Colorado, el profesor de Biología pidió a dos estudiantes
que compartieran su historia/disculpa con la clase el siguiente semestre. Pararse enfrente
de 400 estudiantes y reconocer su conducta deshonesta fue formidable y poderoso.

La pregunta que se puede levantar acerca de esto es: “¿Se trata de una vergüenza
pública para el infractor?” Sujata Batiga, un facilitador de justicia restaurativa en el
Concilio Nacional del Crimen y Delincuencia, dice: “No soy un aficionado de la palabra
vergüenza, pienso que no se trata de este sentimiento de humillación personal. Pienso
que la vergüenza puede ser muy narcisista. Estoy más interesado en palabras como
sentir pesar, o arrepentimiento y una verdadera comprensión del impacto de la conducta
propia”.

Una disculpa tiene varios componentes, ya sea si es dada pública

(1) Lo que sucedió –descripción detallada del daño mostrando que el infractor
comprende los resultados del daño de su conducta.
(2) Su rol –un reconocimiento de que ellos fueron responsables por la ofensa.
(3) Sus sentimientos –una expresión de arrepentimiento o pesar por el daño causado.
(4) Lo que ellos no quieren hacer –una declaración de compromiso de una conducta
responsable en el futuro.
(5) Lo que ellos harán –una declaración de compromiso para hacer la enmienda al
daño causado.

Un segundo elemento principal en la conducta restaurativa es la restitución. Esto

se debe pensar detenidamente. Por ejemplo, al comparar las sanciones con la restitución.

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Las multas se imponen como castigos para disuadir el mal comportamiento de los
estudiantes y generar ingresos. Son sanciones punitivas. Las multas usualmente no se
conectan con la violación. Las multas crean ambigüedad moral. “Si el mal
comportamiento es multado, el mensaje de desaprobación moral es fácilmente
oscurecido. En vez de ello, comunicamos que la conducta es aceptable. “Si tú puedes
pagarlo”. La restitución, por otro lado, trata de hacer una enmienda. El daño y su costo
son claramente identificados y el infractor aprende por qué la conducta es moralmente
inaceptable. La restitución puede ser un pago monetario o un trabajo que restituye la
pérdida financiera específica que causó el mal comportamiento.

Un estudiante fue traído delante del comité disciplinario en ADU por haber sido
deshonesto en su registro de tiempo de trabajo en un departamento del campus. Este
estudiante había sido un estudiante recto en su último año. Pero había llegado a
estresarse por sus finanzas personales. El estudiante primero negó los alegatos, pero
después las reconoció con profundo arrepentimiento y expresó su deseo de hacer lo
correcto. Ellos le pidieron dar 11/2 tiempo de horas como voluntario en el departamento
en relación a la deshonestidad cometida. Además, se les pidió dejar la escuela por un
tiempo y buscar una oportunidad de servicio voluntario en la comunidad, donde él
pudiera participar en un proyecto de educación para niños a fin de ayudarles a ser
buenos ciudadanos. Si esto era cumplido podría ser readmitido para completar su
último período. Esto funcionó muy bien y el estudiante está agradecido por la lección
aprendida.

Como también hemos mencionado, la restitución puede incluir servicio

comunitario. No todos los servicios comunitarios, sin embargo, son restaurativos. El
servicio comunitario restaurativo debe acercarse tanto como sea posible al daño hecho.
El estudiante que ha dañado la propiedad de la escuela puede trabajar en el
departamento de mantenimiento para arreglar el daño. Si el daño pudo ser arreglado por
el estudiante, el estudiante puede organizar un evento como festival de la limpieza para
colocar el asunto en el lugar correcto. Esto podría servir como una demostración de
hacer una enmienda y el evento podría promover el buen espíritu escolar y fortalecer la
comunidad. En relación con la enmienda, el estudiante puede trabajar con una
diversidad de especialistas para organizar eventos en la escuela. Por ejemplo, traer un
orador de MADD (Madres contra el manejar borracho) podría ser planeado por alguien
con una violación por uso de alcohol. Las sanciones del servicio comunitario pueden ser
interminablemente creativas tanto como refuercen las normas sociales para el estudiante
y el campus.

¿El concepto de justicia restaurativa reúne el criterio de los métodos de Dios al

tratar con la transgresión? Tim Grimsrud, en su conferencia, “Bases bíblicas para la
Justicia restaurativa”, lo dice bien “La justicia en la Biblia es restaurativa, el Dios de la
Biblia es justo, especialmente en que Dios busca traer a la sanidad las relaciones,
transformar la alienación dentro de la comunidad, restaurar al infractor dentro de la
familia de Dios y bendecir a todas la familias de la tierra.

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PREGUNTAS:
1. ¿Cuál es la diferencia entre el método tradicional y la disciplina restaurativa [redentora]?
2. ¿Cuál es la tesis en que se fundamenta la disciplina restaurativa?
3. ¿Qué necesitamos para poner en práctica la disciplina restaurativa en nuestras escuelas?
4. ¿En cuál de los dos tipos de disciplina crees que se reducirían las infracciones?