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DE LA MUSICAl
por ENRIQUE RACKER
El análisis de una joven nos dió ocasion de conocer los procesos por los
cuales la música llegó a adquirir importancia especial y hasta vital para ella.
La comprensión de estos procesos nos abrirá posiblemente un acceso al pro-
blema de la música en general.
Las raíces inconscientes y los significados profundos de la música son poco
conocidos. Es sabido que el psicoanálisis, cuyos conocimientos y cuya técnica
han sido aplicados en gran escala para lograr una comprensión más profunda
de todas las ramas de la producción del espíritu humano, sólo contadas veces
ha tomado a la música por objeto de su investigación. También las causas de
este mismo fenómeno fueron poco investigadas. Una de las dificultades con-
siste en la naturaleza especial de la música, ante todo -como señala R.
Sterba 2_ porque ella no representa en si a los objetos del mundo exterior.
11
la igualdad con él. La utilización del schofar en el culto tiene, pues, los si-
guientes significados: El sacerdote, al tocar el schofar, se identifica con el
dios (padre). Esta identificación proviene, por un lado, del deseo de tener el
poder del padre y, por el otro, del amor, reactivamente aumentado, hacia él.
Pero al mismo tiempo tiene otro sentido: debe conmover y asustar, pues la
voz del schofar, semejante al rugido del toro que es matado, debe recordar a
los oyentes su antiguo pecado contra el archipadre -su asesinato-, repetido
en la fantasía por cada generación; es decir, debe despertar el sentimiento
de culpa y conducir al arrepentimiento y mejoramiento moral. De esta manera
se unen en este ritual, tal como en un síntoma obsesivo, tendencias comple-
tamente opuestas: sentimientos de culpa, arrepentimiento y rebeldía. Al mismo
tiempo que este ceremonial musical ha de proteger contra las tendencias hosti-
les que instigan a la repetición del archipecado, también representa justa-
mente su repetición, pues la voz del cuerno del chivo es la voz del padre
(totem, dios) matado.
Por un camino diferente, o sea el de la biología, se acerca PFEIFER al pro-
blema musical 3. Concuerda con Darwin en que la música de los animales
está en relación íntima con su sexualidad. Ya los sapos cantan en sus épocas
de cópula y son también ellos los primeros animales que saben transformar
el aire (es decir, una materia ajena a su cuerpo), en una materia propia.
El aire es luego tratado como parte del propio cuerpo y es cargado con libido
narcisística.
Puesto que la música pertenece a los mecanismos del preplacer (V orlust)
de la cópula, hay que buscar su origen en alguna etapa anterior a la genital.
En base a algunas consideraciones biológicas sobre el desarrollo de la des-
carga libidinosa en el reino animal, Pfeifer llega a la conclusión de que en
una de sus etapas evolutivas el organismo descarga su tensión libidinosa' por
medio de la expulsión de una materia sustitutiva, por ejemplo, del aire a
través de la laringe (es decir, de una zona erógena). Éste es el lugar del naci-
miento del canto y, con esto, de toda la música .. El sonido musical es, pues,
una "eyeccián" de la libido narcisistica y autoerótica estancada de un orga-
nismo excitado sexualmente que no ha alcanzado todavía la verdadera sexua-
lidad objetal, El canto es una tentativa de descargar la libido en una forma
anterior a la genitalidad.
En una segunda parte de sus investigaciones, Pfeifer se ocupa de la ex-
presión musical. Música es expresión. Su contenido no es de naturaleza ob-
jetal. Esto corresponde al carácter nercisístico y autoerótico de la música;
ella puede expresar los procesos en el yo, que se cargan de libido narcisistica,
especialmente las vicisitudes de los instintos en cuanto se refieren al yo. La
música es un arte de "sistemas de recuerdos del yo".
En la música ~ontinúa Pfeifer- vive una cosmovisión que corresponde
III
5 Éste, a su vez, depende también de las frustraciones y las agresiones que el niño
sufre por parte de los objetos, especialmente de la madre.
9 APORTACIÓN AL PSICOANÁLISIS DE LA MÚSICA
su madre, que es atacada y matada por ella. La que debe "perdonar" es,
lógicamente, la misma que fué agredida. Este ataque, tal como aparece en el
sueño, pertenece a la situación oral niño-madre (pecho). Pero el hecho de
que la Ingrid del sueño se encuentre en el lugar de la madre, yeso en conexión
con la actual vida genital de Ingrid y su antiguo y nuevo deseo (y temor) de
tener un hijo (renovado en ocasión de la no-aparición de la menstruación),
señala que se trata aquí al mismo tiempo del deseo edipico de tomar el lugar
de la madre frente al padre. La no-aparición de la menstruación acrecienta,
además, su temor de ser descubierta en su vida genital por sus padres. Este
temor proviene no sólo de las circunstancias actuales, sino también de los
viejos sentimientos de culpabilidad edípicos. En este plano, el hombrecito re-
presenta, pues, la madre (la "bruja") que la castiga (mata) por sus deseos
edípicos sexuales y agresivos. El canto es, en este aspecto, un pedido a la
madre que perdona de que la proteja contra la madre que castiga. El cas-
tigo es representado en 'imágenes del primer período de la vida, donde el
abandono de la madre -del pecho-, el vacío por la pérdida del objeto, es
vivido como si a uno lo vaciaran 6.
Los primeros deseos edípicos hacia el padre eran, además, de índole oral.
El hombrecito --el "viejo"- es su padre sobre el que ella proyecta sus propios
deseos orales hacia su pene 7. Son especialmente estos deseos los que la madre
debe perdonar y frente a los cuales debe protegerla (huída a la homosexua-
lidad como defensa contra la heterosexualidad incestuosa).
A esto se agrega que el padre (y su pene) no es solamente el objeto hacia
el cual ella dirige sus deseos libidinosos (frustrados por la madre), sino que
es, al mismo tiempo, el seductor temido y odiado y, en otro plano, su rival
frente a la madre. En este sentido, el hombrecito es el padre al que ella quie-
re castrar (morder el pene) y destruir, y cuyo lugar quiere obtener en sus
relaciones con la madre. La vida sexual actual de Ingrid tiene también el
significado de matar al padre, el antiguo y actual perturbador de sus relacio-
nes amorosas. De esta manera, la situación actual evoca el antiguo temor al
castigo por su agresividad contra el padre, temor que es vivido en el sueño
en una de sus imágenes arcaicas.
Dej emos de lado otros aspectos del sueño; sólo quisiéramos referirnos aun
al hecho de que las asociaciones señalan que el. hombrecito representa tam-
bién al mayor de sus hermanos. Cuando éste nació, Ingrid estaba en pleno
período edípico, Su deseo de estar en el. lugar de la madre se tornó aun más
6 Este castigo sigue la ley del talión; en el fondo, el ataque del hombrecito es,
pues, el ataque edípico de Ingrid contra su madre, expresado en un plano regresivo,
el oral-sádico. Es como si la madre dijera: "Si quieres ocupar mi lugar, tendrás que
sufrir también las consecuencia, tendrás que sufrir lo que tú me hiciste sufrir como
madre y como esposa de tu padre".
7 El asco del que habla Ingrid (ver arriba), vivido especialmente frente a su
padre, al que ve seductor y "perverso", es el rechazo de sus propios deseos orales hacia
el pene del padre.
ENRIQUE RACKER la
peligroso por proyectar ella sobre el hermano lactante su sadismo oral, evo-
cado nuevamente por la nueva frustración y envidia oral. Además, las frus-
traciones sufridas por parte del padre hicieron que Ingrid desplazara sus
tendencias edípicas (y orales) sobre este hermano.
En síntesis: el hombrecito es la condensación de los objetos perseguidores
oral-sádicos 8 y edípicos; es la imagen de las frustraciones y de los castigos
mortales, formada en base y como consecuencia de los propios impulsos
oral-sádicos y edípicos hacia la madre, el padre y el hermano. Es en defensa
contra la angustia ante estos peligros que dirige su canto hacia la virgen
María, la madre buena 9.
IV
8 El hecho de que el hombre cito muerda y chupe hace suponer que en su imagen
se reflejan impulsos libidinosos y agresivos de ambas fases orales.
9 El hecho de que Ingrid cante a la Virgen tiene aún otros significados: especial.
mente representa la negación de la sexualidad de la madre, lo que a su vez contiene
múltiples significados (negación de los conflictos -y peligros- inherentes a la sexua-
II APORTACIÓN AL PSICOANÁLISIS DE LA MÚSICA
a cierto orden. El tono, comparado con el grito, representa por este mismo
hecho -siempre en su aspecto psicológico- una renuncia a lo instintivo
(Triebverzicht). En lugar del grito desenfrenado, expresión agresiva de na-
turaleza respiratorio-oral, como reacción o defensa frente a sufrimientos y
angustias causados por las frustraciones de necesidades instintivas; en lugar
del grito, expresión de rechazo contra las malas vivencias y, al mismo tiempo,
expresión de exigencia de aquellas necesidades instintivas, aparece el sonido,
que físicamente es un grito de vibraciones regulares y al que psicológicamente
experimentamos --comparándolo con el grito-- como menos agresivo, expre-
sión más erótica, menos angustiada y menos angustiante. Así, pues, ya en esta
primera aproximación a la psicología de la música misma, frente a uno de
sus elementos fundamentales, el sonido, nos encontramos con una plena ana-
logía con lo que habíamos visto en el análisis del sueño y del dibujo de Ingrid:
1) El sonido es un grito transformado; este último es una reacción
defensiva frente a la angustia, tal como la música de Ingrid. En el primer
periodo de la vida, el grito es, ante todo, la reacción frente al hambre y a
la frustración oral. Sabemos que estas frustraciones representan el funda-
mento vivencial de los "objetos malos" y de las "angustias oral-sádicas"
(M. Klein). Si es verdad que el sonido nace del grito, la música constituye
ya en su raíz (ontogenética) una reacción defensiva frente a los "objetos
malos".
2) Así como en el dibujo de Ingrid vimos que en la defensa (es decir,
en la música) vuelve lo reprimido (los instintos), así vemos también en el
grito la expresión de los impulsos sádicos respiratorios y orales, por lo que
éstos -aunque modificados- estarán también contenidos en el sonido y en
la música.
3) El sonido --como quedó expuesto-s- representa una renuncia a lo
instintivo; pero al mismo tiempo que reprime la agresividad del grito, tamo
bién la expresa. Lo mismo encontramos en otra transformación que experi-
menta el grito. Los niños son educados a reemplazar el grito por el ruego.
En el ruego sigue la exigencia instintiva del niño, pero en forma más sometida.
El ruego y el canto estaban unidos en los principios de la historia de la huma-
nidad. El canto (y la música en general) estaba unido al cuIto religioso, es
decir, al ruego y al rezo a los dioses (los padres proyectados). También en
el sueño de Ingrid vimos que el canto, que sustituye al grito, era dirigido a
la Virgen María, es decir, era al mismo tiempo un ruego y una oración.
4) El primer objeto "agresivo" con el que el niño se encuentra, ya al
nacer, es el vientre materno. Este "ataque" repercute en su aparato respiratorio
y lo lleva al primer hálito y al primer grito. El grito del nacimiento es el
nacimiento del grito. Este grito constituye -expresándolo en términos de
representaciones ulteriores-e- algo así corno una protesta contra la separación
y, con eso, también el deseo de volver al vientre materno. Es la primera expre-
sión "religiosa" del ser humano, puesto que es la primera expresión del deseo
ENRIQUE RACKER 14
11 Hay, pues, una especial analogía con el chiste, donde el soborno del superyo se
efectúa por medio de la producción intelectual, lo que permite luego la satisfacción del
impulso prohibido.
Para que la manía pueda producirse, debe volverse bueno el superyo o intervenir
un objeto bueno que permita la eliminación del objeto malo (introyectado). El señalado
soborno del superyo por medio del canto (la producción artística), es sólo un factor.
Otro factor es la obra del compositor de la que se sirve el que canta y que representa
-como veremos luego- al objeto bueno con cuya ayuda es superada la melancolía;
la ayuda consiste especialmente en la posibilidad de identificarse con él y convertirse
en bueno también el sujeto.
La afirmación de que existe una íntima relación entre la música y la manía está
virtualmente contenida en el trabajo de Reik (El schofar). Su primera enunciación real
proviene, creo, de Pichon Hiviére, Según Reik, los sonidos producidos por el "bull-roarer"
de los primitivos representan, igual que el schofar, la voz del archipadre matado. Nos-
otros aquí conocemos el "hull-roarer" como el "wuri-wuri" de los indios del Alto
Xingú, y sabemos que este ritual representa la introducción a la fiesta maníaca.
15 APORTACIÓN AL PSICOANÁLISIS DE LA MÚSICA
VI
12 Lo que señalamos con respecto al sonido vale también para el ritmo, otro ele-
mento fundamental de la música. También el ritmo representa, comparado con la arritmia,
un sometimiento a un orden, pues es, en uno de sus aspectos esenciales, división mate-
máticamente regulada del tiempo, tal como el sonido lo es con respecto al espacio-tiem-
po. De modo similar también toda melodía es, en su aspecto formal, esencialmente orden,
pues su principio básico es la unidad en la multiplicidad. Los principios que formal-
mente rigen la melodía -por lo menos en la música occidental- son: la repetición, en
la que reconocemos el impulso universal de repetición, expresión de Thánatos, y la
variación, en la que reconocemos a Eros. Sin entrar aquí en detalles, queremos señalar
también que en la elaboración musical intervienen de modo preponderante los mismos
mecanismos que conocemos del "proceso primario". o sea, el desplazamiento, la con-
densación. la inversión, la representación por el contrario, etc.
13 Ver el sueño de Ingrid: el canto se dirige a la madre que perdona.
ENRIQUE RACKER 16
VII
La cuestión que ahora se plantea es ésta: ¿ cuáles son los factores que
hacen que las tendencias mencionadas se sirvan específicamente de la música?
En otras palabras: ¿por qué, entre todos los medios que por la posibilidad
14 Esta última afirmación no es, en realidad, más que la reproducción de una sen.
sación, pero coincide con lo que Freud (primeramente en Totem. y Tabú) afirma con
respecto a la relación entre sentimiento de culpabilidad y sentimiento de amor. Así como
el sentimiento de culpahilidad es, en uno de sus aspectos esenciales, expresión de Eros,
también el canto, es decir, el grito sometido al superyo, lo es. En ambos fenómenos
encontramos la nostalgia por el objeto matado y perdido.
15 El cantar, como defensa frente a la propia agresividad (cantar para no gritar
o no pegar), se puede observar con frecuencia. El canto sirve en este aspecto para
suavizar los "malos instintos" y para la conquista del objeto (padres, superyo ) .
17 APORTACIÓN AL PSICOANÁLISIS DE LA MÚSICA
objetos, o bien su propia culpabilidad oral, tenía que ser negada por el hablar
bien, por hablar sin acento extranjero. De ahí su intolerancia frente al mal
acento de ella y de otros. De ahí también el hecho de que Ingrid desarrollara
un talento muy especial para los idiomas. La erotización del lenguaje, como
medio de recuperar a los objetos, era notable en ella. Sin embargo, no era
un medio suficiente, e Ingrid lo reemplazó en gran parte por la música.
Se plantea ahora la pregunta: ¿por qué no le bastaba el lenguaje y por
qué Ingrid se dirigió hacia la música, en reemplazo de este medio insu-
ficiente?
En primer lugar, el lenguaje conecta con los objetos reales, además de
referirse en su contenido a los objetos reales. Siendo éstos tan peligrosos (por
la proyección de la propia destructividad, especialmente la oral), prefiere ir
a un mundo libre de referencias a objetos reales. En este último aspecto inter-
viene, aunque sólo superficialmente, el hecho de que hacer música solo y para
sí mismo pasa por "normal", es aceptado por el ambiente (lo que no ocurre
con el hablar solo y para sí mismo).
En segundo lugar, Ingrid utilizó el lenguaje, en alto grado, para agredir;
era muy mordaz y sabía picar y envenenar muy bien con su boca (la serpien-
te temida: una autoimago) 17. Sus sentimientos de culpa por esta agresividad
oral se manifestaron en diferentes luchas con estas tendencias como, por ejem-
plo, en su fuerte rechazo del chismear, impulso de cuya intensidad Ingrid
era bien consciente. En este plano -del lenguaje- no podía, pues, recuperar
a los objetos perdidos.
Ante tal conflicto con los objetos reales e introyectados (superyo), busca
un mundo más allá de las relaciones objetales. Genéticamente debe de ser el
estado narcisístico en el vientre materno, y probablemente también ciertos
estados pasajeros de paz interna de la primera época de su vida, los cuales
trata de recuperar en la conexión con la música. Parece estar contenida en
ésta una relación feliz con un objeto bueno que ni es percibido como tal, es
decir, como objeto 18.
Ahora bien: esta felicidad "más allá de este mundo" es la que describen
muchos músicos cuando se refieren a sus estados de inspiración musical crea-
dora y también reproductiva y receptiva 19. Es comparada también esta
VIII
contra los objetos malos y de recuperar los buenos, así también llegaron estos
filósofos, aunque con otros términos, a la afirmación de que la música repre-
senta una tentativa de religarse al espíritu cósmico, del que el hombre se ha
separado, y de reunirse con el dios, es decir, con los padres perdidos.
SUPLEMENTO
y agresivas, y la música debe proteger contra ellos. Los chinos, desde tiempos
inmemoriales, hacen música en ocasión de 108 eclipses para ahuyentar al dragón
que quiere tragar al sol y a la tierra. Reconocemos en esto las angustias oral-
sádicas y edípicas de Ingrid y su especial intensificación en la oscuridad.
También encontramos el mismo principio en la técnica defensiva, como en el
caso de Ingrid, o sea, el de ahuyentar al diablo mediante Beelzebub. Esto se
expresa, por ejemplo, en el hecho de que los árabes llaman a uno de sus instru-
mentos musicales con el mismo nombre que dan a los gemidos de los demonios
que creen percibir en el desierto, de los que quieren defenderse por medio de
estos instrumentos 26.
Nuestra afirmación sobre la relación entre la música y el grito queda tam-
bién confirmada por material antropológico. El ya citado Cressman afirma,
por ejemplo, que los trombones (en el templo) tenían originariamente la
misma finalidad que el fuerte gritar de los sacerdotes de Baa!, o sea, llamar
la atención de la divinidad. La oración suave o silenciosa aparece sólo más
tarde en la evolución.
El material histórico sobre el schojar ofrece igualmente muchos paralelos
interesantes. El schofar es tocado, por ejemplo, para festejar la liberación de
los judíos de su servidumbre. La relación entre la música y la liberación fué
señalada en el caso de Ingrid. Se evidencia aún más tenie~do en cuenta que
la servidumbre de Ingrid consiste en su dependencia de los objetos malos, de
los que la música la salva. La Cábala dice que el schofar se toca "para degra-
dar (o bien aniquilar) a Satanás". De un modo similar, para Ingrid la
finalidad de la música era también la defensa contra el demonio. El Talmud
afirma que "Israel entiende conseguir la gracia (el perdón) de su creador por
medio del toque de schofar". Vimos que también Ingrid busca en su sueño
el perdón de la Virgen "plena gratia". El hecho de que se trata, más profun-
damente, del deseo de dominar al objeto, como lo mostró el análisis de Ingrid,
se ve también en los judíos: "Entienden dominar a su creador por medio
de toques de schofar", dice un comentarista. Además de la interpretación de
que se toca el schofar para suavizar el juicio de Dios - (el schofar es tocado
especialmente en aquellos días del año en los que Dios juzga a los hombres
y decide sobre vida y muerte) - se encuentra también la explicación de que
el schofar debe servir para confundir a Satanás; éste aparece en esta interpre-
tación como acusador. En el caso de Ingrid vimos análogamente a la música
como medio de redención; y aquí como allá el demonio es al mismo tiempo
seductor y castigador, tal como lo son los padres" reales e imaginarios 27.
II
RESUMEN
El análisis de una joven, Ingrid, condujo a los resultados siguientes con respecto
al origen y significado inconsciente de la música:
1) La música representa una defensa frente a una situación paranoide; el canto
surge frente a la persecución por parte de objetos malos (peligro de muerte, de castra-
ción etc.}. Esta situación de angustia está íntimamente relacionada con los conflictos
orales y edí picos de la analizada.
2) La música representa al mismo tiempo una defensa frente a la situación melan-
cólica; aparece como medio de negar la propia culpabilidad y de recuperar el objeto
perdido.
3) La técnica de defensa contenida en la música es la de "ahuyentar al diablo
mediante Beelzebub", o sea la identifioación con el perseguidor. Por medio de la música
son dominados mágicamente los objetos malos y el superyo, Este dominio que equivale
tanto al triunfo sobre el objeto malo (su destrucción respiratorio-oral) como también
al perdón de las propias culpas, hace a la vez posible la satisfacción de los impulsos
"demoníacos" reprimidos y peligrosos en la música (es decir, en la defensa). Resu-
miendo se puede decir que la técnica de la "defensa musical" es la técnica maníaca.
4) Este triunfo sobre el superyo es posible, ante todo, porque la música misma
representa al objeto bueno. La unión con ella da, pues, el poder de superar al objeto
malo y la identificación con ella convierte al sujeto mismo en bueno, es decir, libre de
culpa. La fusión (aparente) maníaca entre yo y superyo que de esta manera se produce
equivale a la unión erótica con los objetos primarios.
5) El análisis de uno de los elementos fundamentales de la música, o sea, del
sonido, lleva a resultados similares a los obtenidos por el análisis de lngrid. En el
sonido se expresan por un lado los impulsos "malos" (el canto es grito, es decir, expre-
sión respiratorio-oral de impulsos eróticos y agresivos frente a la frustración); por el
otro lado, el sonido representa la negación de estos mismos impulsos (cantar es no gritar).
En este sentido, el sonido es una transacción entre ello, yo y superyo. Representa al
mismo tiempo una defensa frente a la pérdida de objeto, "sometiéndose" el grito a las
exigencias del superyo al transformarse en sonido (defensa frente a la melancolía), y
representa una defensa frente a la destrucción por los objetos malos invirtiendo los pape-
les (el agredido se convierte, gritando, en agresor; expresión de lo instintivo).
6) En el suplemento son expuestos algunos datos antropológicos que representan
otro indicio más de que las conclusiones obtenidas por el análisis de Ingrid tienen va-
lidez no sólo para este caso. Además se señalan varias importantes concordancias entre
estas conclusiones y los resultados de los trabajos de Reik, Pfeifer y R. Sterba referen-
tes al mismo tema.
SUMMARY
The psychoanalysis of a young girl, Ingrid, led to the following results with respect
to the unconscious origin and meaning of music:
1) M usic represents a defense against the paranoid situation; song emerges in the
face of the persecution by the bad objects (danger of death, of castration, etc.}, This
anxiety situation is intimately related to the oral and oedipal conflicts of the patient.
2) Music at the same time represents a defense against the situation of melancholia.
It appears as a means of denying one's own guilt, and of recuperating the lost object.
3) The defense technique contained in music is the one of "dríving out the Devil
with Beelzebub", or else, the identification with the persecutor, Through music the bad
27 APORTACIÓN AL PSICOANÁLISIS DE LA MÚSICA
ohjects and the superego are magieal!y dominated. This domination, equivalent to the
triumph over the bad objeet (its respiratory-oral destruction) as wel! as to the pardon
of one's own guilt, makes possible at the same time, the satisíaction of the repressed
and dangerous "demoniae" impulses in musíc (i, e. in the defense}, Summarizing, it can
be saíd, that the teehnique of "musical defense" is the manie teehnique.
4) This triumph over the superego is possible aboye all, beca use music itself repre-
sents the good object. Union with musie, therefore, gives the power to overeome the bad
object, and identifieation with musie converts the subject itself into a good one, i. e. a
guiltless one. The (apparent ) manie fusion between ego and superego whieh is thus
produeed, is equívalent to the ero tic union with the primary objects.
5) The analysís of one of the fundamental elements of music, i. e. of sound, leads
to results similar to those obtained through Ingrid's analysis. On the one hand, through
sound the "bad" impulses (song is seream, i. e. respiratory-oral expression of ero tic and
aggressive impulses in the faee of Irustration ) are expressed; on the other hand, sound
expresses the denial. of these same impulses (to sing is not to scream}. In this sense,
sound is a eompromise between the id, the ego and the superego. At the same time it
represents a defense against the loss of the object by "submitting" the seream to the
demands of the superego on its changing into sound (defense against melancholia) ,
and a defense against destruetion by the bad objeets by reversing the roles; (the attaeked
changes into the aggressor by sereaming; expressíon of the instincts) ,
6) In a supplement a series of anthropological data is set forth in order to indieate
that the eonclusions obtained through Ingrid's analysis are of general validity and not
solely for this case. Forthermore, various important points of agreement are mentioned
between this conclusions and the results of the papers of Reik, Pfeifer and R. Sterba
coneerning the same subject,
RÉ.SUMÉ
L'analyse d'une jeune fille, Ingrid, a conduit aux conclusions suivantes sur I'origine
et la signifieation inconsciente de la musique:
1) La musique represente une défense contre une situation paranorde ; le ehant
répond a la persécution des objets mauvais (danger de mort, de castration, etc.}, Cette
situation d/angoisse est étroitement liée aux eonflits oraux et oedipiens de I'analysée,
2) La musique représente en méme temps une défense contre une situation de
.rnélancolie ; elle apparait alors eomme un moyen de nier la culpabilité du sujet, et de
retrcuver I'objet perdu,
3) La technique de défense contenue dans la musique consiste a "éífrayer le diable
a l'aide de Belzebuth" ou encore a s'identifier avee le persécuteur. Graee a
la musique
les objets mauvais et le surmoi sont dominés magiquement. Cette domination, que équi-
vaut aussi bien a un triomphe sur I'objet mauvais (sa destruction orale et respiratoire) ,
qu'au pardo n des fautes du sujet, rend possible en méme temps la satisíaction dans la
musique (dans la défense) des pulsions "démoniaques" reprimées. Somme toute, on
peut dire que la teehnique de la "défense musieale" est la teehnique maniaque.
4) Le triomphe sur le surmoi est possible avant tout paree que la musique repré-
ENRIQUE RACKER 28
sente I'objet bono L'union avee elle confére done le pouvoir de vaincre I'object mauvais,
et l'identifieation avec elle transforme le sujet luí méme en un étre bon, c'est-á-dire,
libre de eulpabilité. La fusion (apparente ) maniaque entre le moi et le surmoi qui se
produit ainsi équivaut a l'union érotique avec les ohjets primitifs.
5) L"anaIyse d'un des éléments fondamentaux de la musique, le son, conduit ades
résultats similaires a cenx qui furent obtenus par l'analyse de Ingrid. Dans le son s'ex-
priment d'un coté les pulsions "mauvaises' (le chant est un cri, c'est-á-díre, une
expression respiratoire-orale de pulsions érotiques et agressives suscitées par la frustra-
tion l ; et d'un autre cote, le chant représente la négatíon des rnémes pulsions (chanter,
e' est ne pas crier}, En ce sens, le chant est une transactíon entre le <;a, le moi et le
surmoi, I! représente en méme temps une défense contre la perte d'objet, le cri se
"sournettant" aux exigences du surmoi en se transforrnant en son (défense contre la
rnélancolie}, et il représente une défense contre la destruction par les objets mauvais
en intervertissant les roles (l'agressé se transforme en agresseur lorsqu'il crie ; expression
de I'instinot) .
6) Dans un supplément, quelques données anthropologiques sont exposées qui
confirment que les conclusions obtenues dans I'analyse de Ingrid ne s'appliquent pas
seulement a ce cas particulíer. JI est signalé en cutre que ces conclusions concordent
sur des points importants avec les résultats des travaux de Reik, Pfeifer et R. Sterba
sur le méme sujeto
ZUSAMMENFASSUNG
BEITRAG ZUR PSYCHOANALYSE DER MUSIK.
Die Analyse eines Mlidchens, Ingrid, führte zu folgenden Ergebnissen in Bezug auí
den unbewussten Ursprung und Sinn der Musik :
1) Die Musik stellt eine Verteidigung gegen eine paranoide Situation dar; der
Gesang ensteht angesichts einer Verfolgung durch bose Objekte (Todesgefahr, Kastra-
tionsangst, etc.) . Diese Angstsituation ist eng verbunden mit den oralen und oedipisehen
Konflikten jenes Madchens,
2) Die Musik stellt gleichzeitig eine Verteidigung gegen eine melancholische Si-
tuation dar; sie erscheint als Mittel zur Verneinung der eigenen Schuld und zur Wie-
dergewinnung des verlorenen Ohjekts,
3) Die in der Musík enthaltene Vertidigungstechnik ist die der "Austreibung des
Teufels durch Bee1zebub", d. h. die Identifizierung mit dem Verfolger. Vermittels der
Musik werden die bosen Objekte und das Ueberich magisch beherrscht. Diese Beherr-
schung, die sowohl dem Triumph iiber das bóse Objekt (seiner respíratorisch-oralen
Zerstdrung ) gleichkommt wie auch die Verzeihung der eigenen Schuld beinhaltet, macht
gleichzeitig die Befriedigung der verdrangten, gefahrliohen "damonischen" Impulse in
der Musik, (d. h. in der Abwehr) moglich, Zuzammenfassend kann man sagen, dass
die Technik der "rnusikalischen Verteidugung" die manische Technik ist.
4) Dieser Triumph über das Ueberich ist moglích, vor allem weil die Musik selbst
das gute Objekt darstellt. Die Vereinigung mit ihr gibt daher die Macht, das hose Objekt
zu überwinden, und die Identiíizierung mit der Musík verwandelt das Subjekt selbst in
ein gutes, d. h. schuldfreies. Die manis che (Pseudo-) Verschmelzung von Ich und
29 APORTACIÓN Al. PSICOANÁLISIS DE LA MÚSICA
Ueberich die sich so herstellt, kommt del' erotischen Vereinigung mit den ersten Objekten
gleich ..
5) Die Analyse eines del' fundamentalen Elemente del' Musik, und zwar des Tones,
führt zu ahnlichen Resultaten wie die aus del' Analyse Ingrid's gewonnenen. 1m Ton
finden Ausdruck einerseits die "besen" Impulse (del' Gesang ist Schrei, d. h. respira-
torisch-oraler Ausdruck erotischer und agressiver Impulse angesichts del' Frustration);
andererseits stellt del' Ton die Verleugnung dieser selben Impulse (Singen ist nicht
schreien) dar. In diesem Sinne ist del' Ton eine Kompromissbildung swischen Es, Ich
und Ueberich. El' ist eine Verteidigung gegen den Objektverlust, indem el' sich (in der
Verwamdlung vom Schrei in Ton) sozusagen den Forderungen des Ueberichs unterwirft
(Verteidígung gegen die Melancholíe) und ist gleichzeitig eine Verteidígung gegen die
Zerstorung von Seiten del' bósen Objekte, indem el' einen RoIlenwechsel beinhaltet (del'
Angegriífene verwandelt sich, schreiend, in Angreifer ; Ausdruck del' Instinkte).
6) In einem Anhang werden einige anthropologische Daten angef iihrt, die ein weite-
res Zeichen dafiir sind, dass die Schlüsse, die aus del' Analyse Ingrid's gezogen wurden,
Cültigkeit nicht nur für diesen Fall hahen. Ueherdies wírd auf mehrera wichtige Ueber-
einstimmungen zwischen diesen Schlüssen und den Ergebnissen del' Arbeiten von Reik,
Pfeifer und R. Sterha hingewiesen, die sich auf dasselbe Thema beziehen,