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UN SEGURO INSEGURO
El cliente tuvo un hurto en su vehículo y ha ido al centro de reclamos de la compañía “La S”.
LA SITUACIÓN
El asegurado llegó muy afanado al centro de reclamaciones y le dieron turno 6, pero por sus
compromisos pidió la oportunidad de volver más tarde a uno de los jefes operativos. Este lo
autorizó y dio instrucciones a su personal de patio. A las 11:00a.m. regresó el usuario, pero
pese a la promesa debió esperar ser atendido hasta las 12:00m (40 minutos después).
El cliente fue bien atendido por quien le recibió los datos de su siniestro, mientras los
inspectores de daños certificaban los perjuicios materiales sufridos en el interior del vehículo. Le
robaron su radio pasacintas, encendedor, reloj y le quebraron la consola central.
A las 12 :40 p.m. le dijeron al cliente que se despreocupara, que la compañía seguía en acción
para arreglar su problema. El vendedor del seguro ya se había enterado del caso al serle
comunicado por personal del Centro de Reclamos.
LOS HECHOS
En la concesionaria actuaron según lo ordenado por la empresa “La S”: Pusieron un porta
consola o marco, y el encendedor, aunque no el juego completo. No hubo orden para el reloj.
El encendedor quedó defectuoso, porque los nuevos no cazan con la pieza base de los
anteriores. El monto ascendió a $ 92.000 y C.B. cobró el deducible mínimo, $ 21.000,
estipulado en la póliza, según lo ordenado por la compañía aseguradora.
Eso no corresponde a lo pactado en la póliza, además el carro quedó mal arreglado en C.B, la
consola tiene una parte quebrada y como en la inspección no se fijaron bien ya no autorizaron
su cambio. Me resisto a ir a conseguir el radio en un lugar que promueve una práctica ilegal
como lo es el contrabando”. Mientras esto sucedía, el vendedor de la póliza estaba inocente de
la reacción de su cliente.
Un día después…
Enterados los gerentes de “La S.”, en sección reclamos, inmediatamente buscaron a su cliente.
De verdad estaban preocupados por el caso, reconocían que hubo errores de procedimiento. El
cliente acudió, repitió su queja y esto le resolvieron:
“Bien pueda elegir el radio que se acomode al modelo del que tenía. No importa que cueste
más de los $ 99.000 que se había autorizado. Además, le entregamos una nueva orden, en la
que especificamos que usted no debe pagar ningún deducible. Debe ir allí (San Andresito)
porque en ese lugar compran todos, hasta los que distribuyen pagando IVA y de manera más
oficial. También puede ir a C.B. y allí le instalarán, nueva, la parte quebrada de la consola que
en la inspección no se detectó y el juego de encendedor completo. Excúsenos por lo ocurrido,
pero ahora queremos que usted quede contento. El reloj no se autorizó porque usted no
informó de la colocación de este accesorio a la aseguradora, así usted le haya comunicado a
quien le vendió la póliza, él lo debió remitir aquí al Centro de Reclamos.
El cliente le replicó:
“Muy bien, me arreglan este problema pero producto de mi enojo; porque me puse de mal
genio y les manifesté mi inconformidad. Lo del reloj a mi nadie me lo dijo y es obligación de
ustedes que adviertan eso a un asegurado, cuando coloque un accesorio.
Ahora llevo ya dos días para arreglar algo tan simple, de poco valor, y mañana perderé más
tiempo y tendré otro día sin mi carro. Ustedes acaso me reponen el tiempo que me han hecho
perder ?“.
Yo he tomado una decisión: Me retiro como asegurado de esta empresa una vez venza el mes,
retiraré además mis seguros de vida y otros, no sólo personales, sino de la familia, porque
ustedes ya no me inspiran confianza. Es más, esto ya se lo comenté a mis amigos y algunos
amigos de la prensa...”
Pero en síntesis: Se perdió este cliente y otros más, actuales y potenciales; no obstante “La S”
dice hacer esfuerzos por mejorar su servicio día a día y de otro lado dice ser una entidad de
alto compromiso social.
PREGUNTAS:
2. Si Usted fuera el gerente de Mercadeo de la compañía de Seguros “La S”, qué haría para
recuperar la imagen perdida?