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Facultad de Psicología

Cátedra: Seminario Psicología Experimental

Ficha de Cátedra

El estado del arte o estado de la cuestión: su función y


especificidad en las investigaciones psicológicas

Docente: Lic. José Villarreal

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El estado del arte y el quehacer científico situado.

Investigar no es una actividad anárquica, requiere de un diseño que delimite y ordene el


proceso (Marradi, Archenti y Piovani, 2007; Mendizábal, 2006). Tampoco es una práctica
netamente individual, es un quehacer cultural que se ve determinado dentro de una
comunidad científica. Así es que se delimita un complejo interjuego entre tradiciones
disciplinares y motivaciones personales, siendo la investigación un trabajo situado en
correlato con una sociedad determinada. En este punto es que la ciencia reviste un
ineludible carácter colectivo y público (Sánchez Vazquez & Lahitte, 2013), donde los
descubrimientos y hallazgos son acumulativos, producto de nuestras prácticas cotidianas
entre sujetos cognoscentes que interpelan sus saberes en una relación dialéctica con
sujetos conocidos (Vasilachis de Gialdino, 2006). Este carácter social al que se hace
referencia está explicitado en un diseño de investigación en el “estado del arte” o “estado
de la cuestión”1, instancia de búsqueda de antecedentes científicos que contextualicen el
tema a investigar.

El estado del arte consiste en un proceso recursivo donde la concienzuda búsqueda


bibliográfica afinará el problema de investigación y redirigirá la búsqueda hacia áreas
cada vez más específicas en torno a dos criterios: “afinidad temática y afinidad contextual
(…). Cuánto más afín es el tema abordado y más similar el contexto de una investigación
precedente, más relevante resulta como antecedente del problema en consideración”
(Marradi, Archenti & Piovani, 2007: 79). El mismo se confecciona para: “evidenciar la
existencia de un área de investigación, mostrar dominio sobre ese campo de
conocimiento, señalar originalidad en el enfoque del objeto de estudio y posicionar al
autor como autoridad dentro de ese campo” (Bengochea & Levin, 2012: 81).

Sin embargo esta práctica suele desdeñarse, a nuestro entender, debido a dos tipos de
prejuicios muy presentes en nuestras tradiciones científicas. En primer lugar, cierta
“vulgata kuhniana”, en términos de Klappenbach (comunicación personal, 21 de mayo de
2015), sustentada en la suposición de que el avance científico se produce por
revoluciones. En segundo lugar, lo que Hernández Sampieri , Fernández Collado & Lucio
Batipsta llaman “posición radical del científico cualitativo” (2007: 526), que consiste en
creer que la investigación social y subjetiva no requiere de la revisión antecedentes, ya
que estos sesgarían la originalidad de la inmersión en el campo. Estos discursos
funcionan a modo de prejuicios que estereotipan la práctica científica, propiciando un
aislacionismo que superficializa el conocimiento científico buscado. Así vista, la ciencia se
torna un ente idealizado sin control alguno sobre sus condiciones reales de producción y
avance.

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Las nociones “estado del arte” y “estado de la cuestión” serán consideradas sinónimos y se
utilizarán indistintamente a lo largo del artículo.

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En contra de esta visión se pretende instaurar una perspectiva crítica sobre nuestro
quehacer científico, y para ello la historia de las ciencias no puede reducirse a una mera
sucesión de revoluciones esporádicas, separadas entre sí por períodos normales de
calma (Kuhn, 2004) . Es necesario concebir al científico inmerso en una compleja red de
discusiones cotidianas, donde el trabajo en comunidad determinará muchas veces sus
decisiones en un terreno complejo. El mismo Kuhn relativiza su primera postura,
fuertemente teleológica, en pos de rescatar la verdadera práctica contextuada del
científico:

“…en la ciencia como en la geología hay dos clases de cambio. Uno de ellos,
la ciencia normal, es el proceso generalmente acumulativo mediante el cual
se robustecen, articulan y amplían las creencias aceptadas por una
comunidad científica… desde luego, como dice Toulmin, las dos clases de
cambio se interpenetran: las revoluciones no son más totales en la ciencia de
lo que lo son en otros aspectos de la vida.” (Kuhn, 1975: 415).

Asimismo, la práctica del científico no se realiza “a ciegas”, es decir obviando los


desarrollos previos en busca de una posición neutral que permita un libre acceso al
campo. Esta postura tiene claros resabios positivistas: se pretende recobrar una supuesta
instancia objetiva, que conlleva a una visión liberal de la ciencia, apoyada en la supuesta
pureza de nuestros mecanismos sensoriales e intelectuales.

Deconstruyendo estos prejuicios se comprende la importancia del estado del arte: un


paso fundamental para desarrollar una investigación coherente y sustentada, que pueda
inspirar otras investigaciones en un circuito de retroalimentación constante donde la
ciencia sea una práctica determinada socio-históricamente. Es necesario dejar de lado el
estereotipo del genio solitario, que se condice con una visión idealista, aislando al
científico de los aportes de sus colegas.

Finalmente, esta visión aislacionista es anacrónica, el impacto que internet ha tenido


sobre nuestras prácticas ha sido grávido en consecuencias. El acceso que tenemos a
bases de datos y la posibilidad de contactar investigadores sin necesidad de
intermediarios permite una fluidez en los intercambios antaño impensada. Por eso es
fundamental retomar el desafío de una ciencia pública y mancomunada, siendo el estado
del arte una instancia fundamental como práctica científica, que implica la responsabilidad
y compromiso del científico para con el colectivo del que forma parte.

Cuestiones técnicas: Diferentes usos y partes de un estado del arte

Es fundamental realizar una distinción entre el estado del arte como escrito independiente
y la instancia de revisión bibliográfica propia de toda investigación de campo. La distinción
es meramente técnica en tanto depende del objetivo que se prosiga. Cuando el estado del
arte se redacta como una revisión de determinado tema en alguna disciplina en particular,

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se sustenta a sí mismo. Prevalece un enfoque histórico que señala las diferentes
perspectivas de abordaje, en pos de comprender las líneas actuales que sustentan la
investigación en dicho tema. Aquí la estructura será prioritariamente ensayística,
determinada por las siguientes partes (Bengochea & Levin, 2012: 83-84):

 El título donde se condensa el tema y se explicita que se trata de un estado de la


cuestión.

 Una introducción donde se presenta el tema que será sometido a la revisión


bibliográfica, se contextualizan los desarrollos de investigaciones que sustentarán
las líneas de análisis, se señala la relevancia de la elección del tema y se indican
los ejes temáticos en los que se divide el desarrollo.

 El desarrollo donde se exponen los aportes realizados al conocimiento tomando


en cuenta una perspectiva temporal según una determinada organización en ejes.

 Una conclusión donde se evalúa el estado actual del desarrollo del conocimiento
respecto del tema tratado, se señalan las áreas de vacancia y se proponen líneas
inéditas de investigación empírica.

 Y por último las referencias bibliográficas que consisten en el listado alfabético


de la bibliografía consultada y utilizada.

Veámoslo con un ejemplo: Pascale (2010) realiza un estado del arte en torno al racismo
desde la Psicología Social. El título ya es explícito y cumple con su función informativa:
“Nuevas formas de racismo: estado de la cuestión en la Psicología Social del prejuicio”.
En la introducción el autor plantea el eje que sustenta su trabajo, realizar un rastreo
bibliográfico de las actuales conceptualizaciones sobre el racismo hoy en día, definido
como una práctica implícita y latente. En contraposición con las viejas teorizaciones, que
hacían hincapié en la segregación y el prejuicio explícito como mecanismos que
sustentaban la discriminación racial hasta mediados del siglo XX, época de luchas
sociales que propiciaron las legislaciones que garantizan el derecho de las minorías. Aquí
también se nombran los apartados que se desarrollarán en el artículo. Luego se
delimitan varias secciones que podrían ser consideradas el desarrollo del estado del arte.
Se especifican los aportes de la Psicología Social a la comprensión del racismo, Práctica
determinada por la pertenencia a determinados grupos en el afán de diferenciarse y
jerarquizarse en base a prejuicios. También se introduce el método bibliométrico para
relevar la cantidad de artículos en relación a la temática en el período 1980-2007, dando
cuenta del avance de la temática en la literatura especializada. Luego se pasa a una
vertiente netamente histórica, delimitando el primer momento de las teorizaciones en
torno al racismo. Se relevan investigaciones en torno a los conceptos nodales de esta
perspectiva: categorización social, estereotipo, identificación social y desarrollo del
prejuicio. A continuación se pasa al segundo momento histórico: “los nuevos racismos”.

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Este desarrollo se divide en apartados que son el correlato de los conceptos más
relevantes de esta perspectiva: Racismo simbólico y racismo moderno, racismo
ambivalente, racismo aversivo, infrahumanización, ontologización y heteroetnización. El
autor termina con una conclusión en la que se enfatizan los hallazgos y desarrollos de la
Psicología Social, al develar como el racismo ha ido mutando hacia multiplicidades que
suelen rozarse con la legitimidad social. Más allá de las cuestiones técnicas propias de la
experticia en el área de incumbencia del autor, este somero recorrido nos introduce a la
estructura propia de un estado del arte cuando se realiza como texto independiente.

Por el contrario, cuando el estado del arte consiste en el relevamiento necesario para
delimitar y conocer el campo a indagar en un diseño empírico, se caracterizará por una
función más instrumental. El foco de la revisión bibliográfica será mucho más específico,
en pos del poder heurístico que tendrá para el conjunto del diseño. Las preguntas de
investigación serán el eje rector de, entre otras cosas, la confección del estado del arte
como una instancia fundamental para conocer y afinar la investigación, delimitando las
áreas de vacancia que darán con los puntos nodales que garantizarán originalidad y
sustento.

A modo de ejemplo: Ariel Martínez (2015) en su tesis de doctorado “Identidad y cuerpo.


Auto-percepciones de sujetos no conformes al género” realiza una exhaustiva
investigación empírica, donde mediante entrevistas indaga la especificidad de las
nominaciones que los sujetos trans se construyen en la singular encrucijada entre
identidad de género y cuerpo. Para ello delimita como unidad de análisis “las
autopercepciones de sujetos no conformes con su género en la ciudad de La Plata entre
los años 2012 y 2015,” realizando una profunda búsqueda bibliográfica en aquellos
campos académicos con valor heurístico para la investigación. Es así que el autor se
vuelca hacia aquellos desarrollos norteamericanos que le han permitido delimitar la
especificidad de su unidad de análisis. Partiendo del entrecruzamiento crítico del
psicoanálisis norteamericano, el feminismo psicoanalítico norteamericano y la teoría
queer, se nos acercan discusiones teóricas propias del contexto particular donde surge la
categoría de género. Enmarcado en un desarrollo histórico, el estado del arte muestra la
evolución de la categoría, desde un sesgo biologicista y naturalista hacia una construcción
discursiva, mostrando los diversos debates que determinaron dicho trayecto. Este
recorrido fue el que permite al autor retomar la categoría “no conformidad de género”
como sustento de su unidad de análisis, en busca de no nominar previamente a los
sujetos de la investigación. Para justamente relevar estas categorías con las cuales los
sujetos se nombran.

El ejemplo tratado nos permite reflexionar acerca del momento en el cual aparece el
estado del arte en el proceso de investigación, determinando como se articula con los
demás elementos del diseño. Sólo una vez delimitados el tema y los interrogantes de la
investigación se procede a delimitar la unidad de análisis (Manzini & Azcona, 2012),
confección que se da en paralelo con el relevamiento de la bibliografía específica que
conllevará la redacción del estado de la cuestión. Dicho proceso encuentra su organicidad

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en el hecho de que mientras relevamos antecedentes sobre determinado tema iremos
recortando aquellos referentes abstractos o conceptos que darán forma a la unidad de
análisis. Es un proceso que se da recursivamente en un espectro con diferentes grados
de indefinición, puede ser que el investigador ya haya definido la unidad de análisis
previamente a la búsqueda bibliográfica, siendo en estos casos el estado de la cuestión
subsidiario de la unidad de análisis.

Si nuestro tema de interés tiene que ver, por ejemplo, con “configuraciones familiares en
contextos de pobreza” podríamos elegir diferentes unidades de análisis. Podemos
centrarnos en “las identificaciones paterno-filiales y fraternas” desde una perspectiva
psicoanalítica o en “las estrategias de resiliencia frente a la vulnerabilidad psico-social”
desde una perspectiva más propia de la psicología social o comunitaria, entre otras tantas
posibles unidades de análisis. Como se puede ver cada una está definida por diversas
búsquedas bibliográficas, en campos disciplinares afines con el enfoque que el
investigador crea más propicio, decisión que se toma en base a un juicio definido por el
conocimiento que brinda la búsqueda bibliográfica. Así podría decirse que dicha búsqueda
culmina en dos formalizaciones muy importantes para el diseño de investigación: la
unidad de análisis y el estado del arte.

Conclusión: el estado del arte como práctica crítica

En el artículo se han tratado de delimitar aquellos componentes que hacen a la


idiosincrasia, a la estructura y al estilo del estado del arte. Ya sea como un modo de
aproximarnos a alguna temática conociendo sus antecedentes o buscando en la
bibliografía científica sustento, puntos de anclaje e inspiración para desarrollar diseños
empíricos. Así el estado del arte se transforma en una herramienta crítica, que permite
situarnos en el complejo territorio en que ha devenido la ciencia hoy día. Es un elemento
que no solo contextualiza, sino que deviene el sustento de la ciencia como praxis
transformadora y en continuo avance.

Referencias bibliográficas.

Bengochea, N. & Levin, F. (2012). El estado de la cuestión. En L. Natale (Coord.), En


carrera: escritura y lectura de textos académicos y profesionales, pp. 79-95.Buenos Aires:
UNGS.

Kuhn, Th. (1975). Consideración en torno a mis críticos. En I. Lakatos & A. Musgrave
(Eds.). La crítica y el desarrollo del conocimiento (pp. 391-454). Barcelona: Grijalbo.

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Kuhn, Th. (2004). La estructura de las revoluciones científicas. Buenos Aires: Fondo de
Cultura Económica. (Trabajo original publicado en 1962).

Hernández Sampieri, R.; Fernández Collado, C. & Batipsta Lucio, P. (2007). Metodología
de la Investigación. México: Mc Graw Hill.

Manzini, F. & Azcona, M. (2012). La unidad de análisis y la unidad de observación. Su


operacionalización a partir del diseño de investigación. Ficha de Cátedra. Seminario de
Psicología Experimental. Facultad de Psicología (UNLP).

Marradi, A.; Archenti, N. & Piovani, J.I. (2007). Metodología de las Ciencias Sociales.
Buenos Aires: Emecé.

Martínez, A. (2015). “Identidad y cuerpo. Auto-percepciones de sujetos no conformes al


género” (tesis de doctorado). Universidad Nacional de La Plata. Recuperado de
http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/45416.

Mendizábal, N. (2006). Los componentes del diseño flexible en la investigación cualitativa.


En Vasilachis de Gialdino, I. (coord.) Estrategias de Investigación cualitativa, pp. 65-105.
Barcelona: Gedisa.

Pascale, P. (2010). Nuevas formas de racismo: estado de la cuestión en la Psicología


Social del prejuicio. Ciencias Psicológicas, (IV) 1, 57-69.

Sánchez Vazquez, M.J. & Lahitte, H.B. (2013). Ciencias del hombre e investigación. En
M.J. Sánchez Vazquez (coord.) Investigar en Ciencias Humanas. Reflexiones
epistemológicas, metodológicas y éticas aplicadas a la investigación en Psicología, pp.
18-43. La Plata: Edulp http://hdl.handle.net/10915/27889

Sternberg, R. (1996). Investigar en psicología. Una guía para la elaboración de textos


científicos dirigida a estudiantes, investigadores y profesionales. Barcelona: Paidós.
(Trabajo original publicado en 1988).

Vasilachis de Gialdino, I. (2006). La investigación cualitativa. En Vasilachis de Gialdino, I.


(coord.) Estrategias de Investigación cualitativa, pp.23-64 Barcelona: Gedisa.

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