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la pena
Derecho
Procesal III
(Procesal
Penal)
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A continuación, desarrollaremos el cumplimiento de la pena efectiva por parte del condenado
y el tratamiento que se le dispensa con el fin de lograr su resocialización. Es decir, el
tratamiento que se lleva adelante para que, cuando el condenado vuelva a la sociedad, no
reincida en el delito.
I) Ejecución de la pena1
Sumario
a) Concepto
b) Naturaleza
c) Presupuestos
Sin embargo, en la actualidad se sostiene que la fase ejecutiva abarca todo tipo de
sentencia, tanto la absolutoria como la condenatoria, incluyendo las de sobreseimiento.
Así, el artículo 503 del Código Procesal Penal de Córdoba (en adelante CPP) sostiene que
“cuando la sentencia sea absolutoria, el tribunal dispondrá inmediatamente l a libertad
del imputado que estuviera preso y la cesación de las restricciones cautelares impuestas,
aunque aquella fuera recurrible”.
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Este apartado se desarrolló en base al trabajo “Ejecución penal de la sentencia” del prestigioso jurista
cordobés Manuel Ayán. Es importante que consultes esta fuente.
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“La sentencia absolutoria también contiene elementos ejecutables aun de naturaleza sustanciales, pero
ello no provoca propiamente un trámite con la entidad suficiente que permita hablar de una etapa
procesal; se limita a meros trámites singulares para el restablecimiento de situaciones alteradas por el
hecho juzgado o por el procedimiento cumplido” (Clariá Olmedo, 1998, p. 241).
b) La ejecución penal es una etapa eminentemente jurisdiccional llevada a cabo por los jueces
de ejecución penal, es decir, aquellos que observarán y analizarán el cumplimiento del
tratamiento penitenciario.
El juez de ejecución tiene como función genérica el control del cumplimiento de las
garantías constitucionales y tratados internacionales ratificados por la República Argentina
(artículo 75, inciso 22 de la Constitución Nacional) y el respeto de los derechos de los
condenados no afectados por la condena o por la ley.
La provincia de Córdoba, adhiriendo a esta postura, reguló la competencia funcional del juez de
ejecución a través del artículo 35 bis del Código Procesal Penal.
El primero de los requisitos es la existencia de una decisión jurisdiccional válida y firme. Esta
decisión puede ser una sentencia (absolutoria, condenatoria o de sobreseimiento) o un auto
interlocutorio que ponga fin al proceso, dejando subsistente una medida de seguridad.
El segundo requisito, apuntado por Ayán en su obra “La ejecución penal”, es la existencia de un
título ejecutivo. En otras palabras, la decisión formal expresada precedentemente debe constar
en un instrumento público con las formalidades establecidas en la ley de rito.
Más allá de lo expuesto, en la actualidad se permite al condenado con sentencia no firme (en
definitiva, procesado), por encontrarse en trámite el recurso de casación, que también pueda
ser sometido, anticipadamente, al tratamiento penitenciario. Esto tiene la finalidad de ir
avanzando en la fase para que, en el caso de ser rechazado el recurso, este encuentre al
condenado en cumplimiento del tratamiento penitenciario y así, mediante el cumplimiento de
ciertas condiciones, permitirle salidas anticipadas (por ejemplo, salidas transitorias). De no
aceptarse esto, pondríamos al condenado en un grave dilema: recurrir o no.
II) Incidentes de ejecución penal
Sumario
a) Concepto
b) Procedimientos
c) Recursos
Los códigos de procedimientos han establecido algunas situaciones que prevén la apertura de
esta vía incidental, por ejemplo, la oposición a cómputos de pena (artículo 504 del CPPC); el
trámite de la libertad condicional (artículo 515 y ss. del CPPC); la modificación de la pena
impuesta (artículo 514 del CPPC); y la restitución y rehabilitación de la pena de inhabilitación
(artículo 526 del CPPC). Sin embargo, esto es meramente enunciativo, ya que, en la faz
ejecutiva, para la apertura de esta vía incidental, bastará la oposición o disconformidad con las
resoluciones o disposiciones de la autoridad ejecutiva emitidas para el cumplimiento o
aplicación del título ejecutivo. La oposición o disconformidad debe ser expresada por la parte
interesada y llegar a conocimiento del juez de ejecución o tribunal competente.
No obstante, la especificidad y diversidad de los incidentes, se puede observar en todos ellos las
siguientes características generales:
b) Los sujetos autorizados para promover los incidentes de ejecución son, en primer lugar, los
condenados o aquellos sobre los que pesa alguna medida de seguridad, quienes podrán
solicitarla por derecho propio o por medio de su abogado defensor (artículo 502 del CPPC).
Además, puede promoverlo el Ministerio Público, el tribunal competente de oficio o a petición
del órgano administrativo.
La ley no prevé formalidad alguna para que se produzca la vía incidental, por lo que basta
cualquier manifestación de voluntad de los sujetos autorizados que llegue a conocimiento del
órgano jurisdiccional.
Sin embargo, cuando se trata de la solicitud de restitución en el uso y goce de los derechos y
capacidades de que fue privado el condenado (inhabilitación), se requiere la producción de
prueba del cumplimiento de las condiciones establecidas en el artículo 20 del CP y la copia de la
sentencia respectiva bajo pena de inadmisibilidad (artículo 526 del CPPC).
Asimismo, detalla con cierta precisión el desarrollo del trámite incidental en la faz ejecutiva.
Sobre este aspecto, se dispone que, una vez realizada la instancia de proposición del incidente,
el tribunal competente corra vista al Ministerio Público Fiscal o al interesado, según la propuesta
sea efectuada de oficio o petición del Ministerio Público o la autoridad administrativa. La vista
deberá ser evacuada en el término de tres días. Si se trata de una solicitud de restitución o
rehabilitación, la ley le otorga al tribunal facultades instructorias a los fines de la comprobación
de los extremos invocados por el proponente o el cumplimiento de los requisitos impuestos en
la condena.
Una vez que ha sido evacuada la vista, el tribunal deberá resolver, mediante un auto, la
procedencia de la solicitud en el término de cinco días. El auto que resuelve el incidente, por ser
una resolución jurisdiccional, debe estar debidamente fundado y cumplir con las formalidades
extrínsecas de toda resolución (artículo 142 del CPP de Córdoba).
c) Las decisiones que resuelvan el incidente planteado en la faz ejecutiva son recurribles por vía
de recurso de casación (artículo 502 del CPPC), aunque el tenor literal de la norma se refiere a la
posibilidad de utilizar la vía de casación en contra de las resoluciones que ponen fin al incidente
de ejecución. Nada obsta la procedencia del recurso de inconstitucionalidad, dados los
presupuestos de este (artículo 483 del CPPC).
Por otro lado, la interposición del recurso no interrumpe la ejecución de la sentencia principal,
salvo que el tribunal así lo disponga. Por ello, cuando la ley se refiere a la suspensión como
efecto de la casación, en los incidentes ejecutivos se hace mención a la suspensión o no de lo
decidido en la sentencia principal. En otras palabras, si el tribunal ha decidido en contra de las
pretensiones del incidentista, el recurso de casación no suspende la ejecución de la pena
principal, salvo que el tribunal disponga lo contrario3.
3 “La suspensión que el Tribunal puede autorizar se refiere al cumplimiento de la pena impuesta, vale
decir, de lo resuelto en la sentencia condenatoria que se ejecuta, y no lo decidido en el auto incidental que
se recurre” (Clariá Olmedo, 1998, p. 250).
III) Ejecución penal de las sentencias
Sumario
a) Nociones preliminares
b) Sentencias absolutorias
c) Sentencias que imponen penas privativas de la libertad
b) Sentencias absolutorias
Sumario
a) Cómputo de pena
b) Ejecución de las penas privativas de libertad
c) Suspensión de la ejecución
d) Prisión domiciliaria
e) Procedencia
A los fines del cómputo de la pena, el tribunal competente debe tener en cuenta el tiempo
en que el imputado ha estado privado de su libertad durante ese proceso, siendo
computable a estos efectos no solo la prisión preventiva, sino también la detención, la
internación provisional, etc.
1. En el caso de que la persona que deba cumplirla sea una embarazada o que tenga un
hijo menor de seis meses de edad;
2. si el condenado se encuentra gravemente enfermo y la ejecución inmediata de la
condena pusiera en peligro su vida.
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Artículo 143 del Código Penal: será reprimido con reclusión o prisión de uno a tres años e
inhabilitación especial por doble tiempo:
El jefe de prisión u otro establecimiento penal, o el que lo reemplace, que recibiera algún reo sin
testimonio de la sentencia firme en que se le hubiere impuesto la pena o lo colocare en lugares del
establecimiento que no sean señalados al efecto.
Esta facultad, establecida en el artículo 506 del CPP de Córdoba, es, según autorizada
doctrina, una norma subsidiaria 10. Esto se debe a que en el caso de existir modalidades de
ejecución atenuadas (v. gr. artículo 192 del Ley 24.660) en la ley de ejecución de las penas
privativas de la libertad que contemplen estas situaciones, debe aplicarse esta ley, salvo
que la infraestructura del establecimiento torne imposible el cumplimiento de estas
“modalidades atenuadas” en la forma prescripta.
Una vez que las circunstancias que motivaron la suspensión de la ejecución de la pena
cesen, el tribunal debe disponer la ejecución inmediata de la sentencia.
El artículo 10 del Código Penal establecía este régimen exclusivamente para las penas de
prisión. Con la sanción de la Ley 24660 (ley de ejecución de la pena privativa de la libertad)
la diferencia entre prisión y reclusión desapareció, por lo que en la actualidad se sostiene
la posibilidad de aplicar este instituto a cualquier hipótesis que aparezca comprendida en
la norma, sin importar la modalidad de la pena (prisión o reclusión).
Procedencia
El beneficio de esta modalidad podrá ser otorgado por el juez de ejecución o el tribunal
competente y se concederá en los siguientes casos7:
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Ver Fallo “Monterde”, Juez de Ejecución de Mar del Plata, 25-04-1996, J.P.B.A., t93, pp. 262 y ss. (citado por Cesano
D. (1996). Los objetivos constitucionales de la ley penitenciaria. Córdoba, Argentina: Alveroni
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El TSJ de Córdoba ha definido a la prisión domiciliaria por sus características y afirma “se trata de una alternativa para
situaciones especiales en las que los muros de la cárcel son sustituidos por un encierro en el domicilio fijado bajo
el cuidado o supervisión de otra persona o institución. (TSJ Cba, Sala Penal, sent. Nº 17, 02/4/03, in re “Docampo
Sariego”).
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Los casos previstos fueron modificados por la Ley 26.472 (B.O. 20/01/2009) que modificó el art. 32 de la
Ley 24.660 de Ejecución de la pena privativa de la libertad.
a) Al interno enfermo cuando la privación de la libertad en el establecimiento
carcelario le impida recuperarse o tratar adecuadamente su dolencia y no
corresponda s u alojamiento en un establecimiento hospitalario;
b) al interno que padezca una enfermedad incurable en un período terminal;
c) al interno discapacitado cuando la privación de la libertad en el establecimiento
carcelario es inadecuada por su condición e implique un trato indigno, inhumano o
cruel;
d) al interno mayor de setenta años;
e) a la mujer embarazada;
f) a la madre de un niño menor de cinco años o de una persona con discapacidad a
su cargo.
La libertad condicional es un instituto regulado por la ley penal de fondo (artículo 13 del
CP8) que establece la posibilidad de la suspensión del encarcelamiento que se encuentra
cumpliendo el condenado, dado ciertos requisitos. Entre estos requisitos se establece el
cumplimiento de un lapso de la pena efectiva (artículo 13) y la observancia de las
normas de comportamiento en el establecimiento penitenciario.
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Cabe señalar que el condenado a reclusión o prisión perpetua que cumpla veinte años de condena, el
condenado a reclusión temporal o a prisión por más de tres años que cumpla los dos tercios de su condena y el
condenado a reclusión o prisión por tres años o menos, que por lo menos cumpla un año de reclusión u ocho
meses de prisión, observando con regularidad los reglamentos carcelarios, podrán obtener la libertad por
resolución judicial previo informe de la dirección del establecimiento bajo las siguientes condiciones:
Estas condiciones regirán hasta el vencimiento de los términos de las penas temporales y en las perpetuas hasta
cinco años más, a contar desde el día de la libertad condicional.
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La libertad condicional aparece como consecuencia lógica de las distintas fases de la ejecución
penitenciaria, por lo que normativamente se encuentra regulada como la última fase del encierro
(artículo 12 del CP).
Una vez que el tribunal toma conocimiento del pedido de libertad condicional del
condenado, deb e requerir al secretario el cómputo de la pena a los fines de verificar el
cumplimiento del plazo previsto por la ley de fondo para la concesión de este
beneficio. Luego, dará curso a la solicitud mediante el procedimiento de la vía incidental
general de la ejecución penal, por lo que corresponde proveer a la defensa técnica del
condenado.
f) Libertad asistida
A los fines del otorgamiento de este beneficio, la ley establece que el juez de ejecución o el
tribunal competente deberán contar con los informes del organismo técnico criminológico
y fijar una serie de pautas de conductas que el condenado deberá cumplir bajo
apercibimiento de revocar el beneficio concedido.
La condena de ejecución condicional impuesta, es decir, aquella pena que impone una
restricción a la libertad ambulatoria (prisión o reclusión) pero deja en suspenso la
ejecución efectiva de esta (artículo 26 y ss. del CP), puede ser revocada si el condenado
comete un nuevo delito dentro del plazo de prueba (siempre que sea condenado por
este delito) o si no cumple las condiciones o pautas de conductas impuestas por el tribunal
al concederla.
La revocación de la condicionalidad de la ejecución de la pena corresponde al órgano
jurisdiccional. El artículo 513 del CPP de Córdoba establece que la revocación de la
ejecución condicional, en el caso de la comisión de un nuevo delito, corresponde al tribunal
que dictó la pena, salvo que proceda la unificación de penas. En este caso, el tribunal que
juzga el nuevo delito tiene la competencia para su unificación (artículo 58 del CP), por lo
que a este le corresponde revocar la condenación condicional.
La entrada en vigencia de una nueva ley más benigna (en los dos supuestos) implica la
necesidad de que el tribunal aplique la retroactividad de esta ley de oficio, ya que la
ley penal más benigna opera de pleno derecho (artículo 2 del CP). Su aplicación le
corresponde al tribunal que dictó la sentencia, aunque subsidiariamente la pueden solicitar
al condenado o el Ministerio Público.
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Se refiere a la aparición de una nueva norma que despenalice la conducta fijada en la sentencia o
atenúe la sanción tanto cualitativa como cuantitativamente.
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Se refiere a una modificación, más beneficiosa para el condenado, de las normas que regulan el encierro
Penitenciario (modificación en las fases del tratamiento penitenciario, regímenes de libertad atenuadas, etc.).
El trámite que se le imprime a la modificación de la pena impuesta es el establecido
para los incidentes generales de ejecución (artículo 502 del CPP de Córdoba), por lo que
una resolución que deniegue la retroactividad de la norma más favorable es recurrible
por vía del recurso de casación.
i) Restitución y rehabilitación
Toda persona que haya sido condenada a una pena de inhabilitación puede solicitar la
rehabilitación del uso y goce de los derechos que habían sido privado en la sentencia,
cumpliendo ciertos requisitos establecidos en la ley de fondo (artículo 20 del CP)12.
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Artículo 20, tercer párrafo:” El condenado a inhabilitación absoluta puede ser restituido al uso y goce
de los derechos y capacidades de que fue privado, si se ha comportado correctamente durante la mitad
del plazo de aquella, o durante diez años cuando la pena fuera perpetua, y ha reparado los daños en la
medida de lo posible. El condenado a inhabilitación especial puede ser rehabilitado, transcurrida la mitad
del plazo de ella, o cinco años cuando la pena fuere perpetua, si se ha comportado correctamente, ha
remediado su incompetencia o no es de temer que incurra en nuevos abusos y, además, ha reparado los
daños en la medida de lo posible. Cuando la inhabilitación importó la pérdida de un cargo público o de
una tutela o curatela, la rehabilitación no comportará la reposición en los mismos cargos. Para todos los
efectos, en los plazos de inhabilitación n o se computará e l tiempo en que el inhabilitado haya estado
prófugo, internado o privado de su libertad”.
Referencias
Ayán, M. (1998). Ejecución penal de la sentencia. Córdoba, Argentina: Advocatus
Cafferata Nores, J.I., Tarditti A.L. (2003). Código Procesal Penal de Córdoba-comentado. Córdoba,
Argentina: Mediterránea
Clariá Olmedo, J. (1998). Derecho Procesal Penal – Tomo III. Buenos Aires, Argentina: Rubinzal Culzoni