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Bloque de Constitucionalidad y linea jurisprudencial

El bloque de constitucionalidad se refiere a aquellas normas y principiosque, sin


aparecer formalmente en el articulado del texto constitucional, son utilizados como
parámetros del control de constitucionalidad de las leyes, por cuanto han sido
normativamente integrados a la Constitución, por diversas vías y por mandato de la
propia Constitución.

El bloque de constitucionalidad es un término que comenzó a utilizar la Corte


Constitucional colombiana sólo a partir de 1995 pero que como concepto se venía
aplicando desde años anteriores utilizando los valores y principiosen el texto
constitucional para asegurar la permanencia y obligatoriedad del contenido material del
mismo. De esta manera, a partir del año 1995 la Corte ha ido moldeando su
jurisprudencia para legitimar el valor de ciertasnormas y principios supranacionales que
se encuentran incorporados en la Carta y que por lo tanto son parámetros del control
de constitucionalidad así como parámetros vinculantes de interpretación de los
derechos y deberes protegidos por la norma suprema.

Marco normativo del Bloque de Constitucionalidad

Son seis los artículos de la Carta que definen los parámetros de adopción de las
normas internacionales en el orden interno:

a) El artículo 9º, el cual reconoce que las relaciones exteriores

del Estado se fundamentan en la soberanía nacional, en el respeto

por la autodeterminación de los pueblos y en el reconocimiento

de los principios del derecho internacional aceptados por

Colombia;

b) El artículo 93, según el cual “Los tratados y convenios

internacionales ratificados por el Congreso, que reconocen los derechos

humanos y que prohíben su limitación en los estados de excepción,

prevalecen en el orden interno. Los derechos y deberes consagrados

en esta Carta, se interpretarán de conformidad con los tratados

internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia.”

c) El artículo 94, que establece que “La enunciación de los derechos


y garantías contenidos en la Constitución y en los convenios

internacionales vigentes, no debe entenderse como negación de otros

que, siendo inherentes a la persona humana, no figuren expresamente

en ellos.”

d) El artículo 214 que al regular los estados de excepción dice

en su numeral 2: “No podrán suspenderse los derechos humanos ni

las libertades fundamentales. En todo caso se respetarán las reglas

del derecho internacional humanitario.”

del trabajo debidamente ratificados hacen parte de la legislación

interna”,

d) El artículo 102 que dice en su inciso 2 que “Los límites

señalados en la forma prevista por esta Constitución, solo podrán

modificarse en virtud de tratados aprobados por el Congreso,

debidamente ratificados por el presidente de la república”.

Linea jurisprudencial

El término “línea jurisprudencial” ha sido muy usado en la práctica jurídica, con una
ambigüedad pasmosa. De hecho, el uso de ese término se puede entender ‒al menos‒
en tres sentidos diversos:

· Como precedente.

· Como regla del precedente.

· Como metodología para ver las decisiones de un juez.

Los dos primeros no corresponden con el sentido que le dio el autor Diego Eduardo
López Medina que usó este término con un contenido determinado y se asemejan a
otras figuras jurídicas. Expresamente dice:

Una línea jurisprudencial es una idea abstracta. Para ayudar a “ver” la línea
jurisprudencial resulta conveniente tratar de graficarla. Puesta sobre un gráfico, una
línea de jurisprudencia es una pregunta o un problema jurídico bien definido, bajo el
cual se abre un espacio abierto de posibles respuestas. Este espacio abierto, con todas
las posibles respuestas a la pregunta planteada, es una estrategia conveniente para
graficar las soluciones que la jurisprudencia ha dado al problema y para reconocer, si
existe, un patrón de desarrollo decisional. El campo abierto que generan las dos
respuestas extremas posibles hace que la línea sea, en sus extremos, bipolar (2000, p.
56; 2006, p. 141).

De la definición transcrita, se pueden resaltar varios componentes de una línea


jurisprudencial. Recuérdese que se trata de una metodología (es decir, una forma de
hacer las cosas). i. Requiere de una “pregunta” o “un problema jurídico bien definido”.
Seguidamente, ii. se deben poner todas las respuestas posibles en un plano “bipolar”,
en el cual, cada lado indique la respuesta contraria. Luego, iii. hay que poner todas las
sentencias que tengan relación con el tema.

El autor traza una metodología que se podría llamar la triada de López Medina: Una
“sentencia arquimédica”, “ingeniería inversa” y “un nicho citacional”. Grosso modo, la
triada de López Medina es un ejercicio de búsqueda de la sentencia más reciente sobre
la cuestión que se está trabajando (esa sería la “sentencia arquimédica”). Luego, hay
que tomar todas las citas que esta sentencia tenga sobre otras y a su vez, hacer el
mismo proceso con las demás sentencias (“ingeniería inversa”). Cuando se haga con
todas las sentencias, se obtiene el “nicho citacional”.

Por ejemplo, tomemos como base el año 2014. Concentrémonos en el tema sobre el
debido proceso que deben seguir los prestadores para poder suspender o cortar los
servicios públicos domiciliarios. En términos de la propuesta metodológica enunciada
en el capítulo V del Derecho de los jueces, se tendría que construir una pregunta, así:
¿Cómo se garantiza el debido proceso cuando se pueden suspender o cortar los
servicios públicos domiciliarios por los prestadores? Ubicando en los dos extremos del
plano las siguientes respuestas extremas: 1. Siguiendo los lineamientos de la Ley 142
de 1994 enviándoles una comunicación en la factura y 2. Siguiendo el conducto estricto
del debido proceso: notificación, permisión y resolución de los recursos de la vía
administrativa, revisión de las conductas especiales de las personas que habitan el
inmueble.

La “sentencia arquimédica” sería la Sentencia T-793 de 2012; posteriormente, se debe


buscar las sentencias que esa sentencia cita y repetir este proceso con las demás
sentencias, hasta llegar al punto de saturación, en el cual no haya sentencias que citen
a otras (“ingeniería inversa”). En el ejemplo, las sentencias citadas en la Sentencia T-
793 de 2012 son: T-028 de 2010, T-1023 de 2007, C-150 de 2003, T-1108 de 2002, T-
881 de 2002, C-089 de 2002, C-558 de 2001, T-1016 de 1999. A su vez, la Sentencia T-
028 de 2010 cita a las sentencias: T-796 de 2009, C-924 de 2007, C-389 de 2002. Este
proceso se debe repetir hasta que ya no se citan más sentencias, dando como
resultado una serie de sentencias que el autor denomina “nicho citacional”.

Sobre un “problema jurídico bien delimitado” puede existir un nicho citacional de más
de 200 fallos, si es un tema muy debatido en la Corte Constitucional.

En suma, la complejidad para construir una línea jurisprudencial, siguiendo la


metodología propuesta de Diego Eduardo López Medina, es un ejemplo de que se
requiere de una lectura rumiante del mismo para poder aplicarla.

Estudiante de doctorado en derecho en la Universidad Federal de Bahía (Brasil).


Miembro del grupo de investigación DS Complex de la Facultad de Derecho de la
UFBA. Investigador invitado de CONCEPT – Cologne Center for Contemporary
Epistemology and the Kantian Tradition de la Facultad de Filosofía de la Universidad de
Colonia (Alemania). Becario de la OEA y del DAAD. Coordinador del Semillero de
Filosofía del Derecho en la Univesidad de Antioquia.

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