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EL COLEGIO DE MICHOACAN
Cuidado de la edición:
Irene Santiago Vargas y el autor
© El Colegio de Michoacán 1989
Martínez de Navarrete # 505
Esq. Av. del Arbol
59690 Zamora, Mich.
Impreso y hecho en México
Printed and made in México
Portada: Julián H. Guajardo
Pintura “Los Ahorcados” de Luis Sahagún
Prop. Alfonso Sahagún de la Parra
ISBN 968-7230-57-6
A Irene
A Joel
Doy gracias a las autoridades de El Colegio de Michoacán, al
Departamento de Historia de la Universidad Iberoamericana,
a Moisés González Navarro, a los atachenses,
a María del Refugio Regalado, a Aurora del Río;
a todos ellos por las ayudas recibidas.
Índice
Introducción
I. - Atacheo
Entorno y primitivos habitadores 17
Primeros pobladores 20
Tierra y sociedad colonial
Tenencia de la tierra 22
Una nueva sociedad 25
En la época independiente
Reparto de territorio, de tierras y de gente 32
Tras la reforma
Reformadores y reformados 41
De la república restaurada al porfiriato 47
Demografía atachense y grupos sociales 54
La hacienda de Santiaguillo 58
II. S ociedad en convulsión
La revolución en Michoacán 63
Miguel Regalado 77
La Sociedad Unificadora de la Raza Indígena 88
El apóstol del Indio 92
Regalado el comunero 121
III. Saldo agrario
Así quedó Atacheo 129
En fin 147
APENDICES
1. Infortunios que padeció Atacheo en sus tierras
de comunidad s.f. 151
2. Solicitud de restitución. 1916 161
3. Acta de posesión definitiva. 1927 169
4. Acta y reglamento de la Sociedad Unificadora
de los Pueblos 1912. 179
5. Estatutos y programa de reorganización de
la Sociedad Unificadora de la Raza
Indígena 1921 187
Fuentes 199
Introducción
No más allá de historiar los trabajos pasados de una comu
nidad michoacana por recobrar sus tierras -despojadas y en
poder de rancheros y hacendados vecinos-, la mira es, mos
trar “lo que pasó y cómo”; descubrir los esfuerzos recupera-
torios que encabezó un depositario fiel de la memoria colec
tiva. Acaso plantear así el viejo problema de las relaciones del
individuo con la colectividad, “de la iniciativa personal con
la necesidad social, que es -de acuerdo con Luden Febvre-,
el problema capital de la historia”.1
En este sentido, los esfuerzos de los hombres, en rela
ción con los demás son los que orillan “a la actividad social y
a los movimientos sociales”, entrelazados en configuraciones
históricas de las estructuras y las contradicciones sociales que
sustentan a los mismos.2
Los esfuerzos recuperatorios aludidos de tal comunidad
se dieron dentro del creciente proceso capitalista mexicano
que -con todo y su insuficiencia- en la agricultura michoaca
na fortaleció el régimen de la pequeña propiedad (el rancho)
1. Luden Febvre, Martín Lulero. México, Fondo de Cultura Económica. Brevia
rios, 1975, p. 9.
2 Hamza Alavi, Las clases campesinas y las lealtades primordiales. Barcelona, EdiL
Anagrama, 1976, p. 101.
11
y del gran latifundio (la hacienda) a lo largo del siglo deci
monónico.
Ese proceso alteró o acabó de plano con la existencia de
comunidades, de tal manera que los comuneros ya sin la pro
piedad colectiva o en común, serían convertidos en peones,
sii vientes o jornaleros “sujetos a explotación”. Así, el in
cipiente capitalismo en el campo generó la separación de
muchos comuneros de sus viejos medios de producción, los
proletarizó en cierta medida, y, por otro lado, propició la a-
cumulación de capital y la concentración de la producción
en pocas manos. Finalmente provocó, frente al capital ex
tranjero, una insuficiencia capitalista -o sea un capitalismo
casi sin capitales- en ia llamada zona cerealera, en el centro
de México, y la contradicción entre comuneros y excomune
ros proletarios y propietarios hacendados.34
En esa contradicción se produjo la lucha de los pueblos
y antiguas comunidades por la recuperación de las tierras
usurpadas; y es en ese momento de convulsión para la ópti
ca histórica cuando salen a la luz muchas facetas de la vida
social que -como escribe Eric Hobsbawm- “por lo general
están en estado latente y concentran y realzan los problemas,
además de que la documentación se multiplica”.
Aquí cabría aclarar acerca de las fuentes utilizadas. Las
escritas proceden en su mayoría de archivos nacionales, es
tatales y locales; archivos oficiales -que muestran la cuestión
exclusivamente desde arriba, desde el punto de vista del go
bierno- como el de la Secretaría de la Reforma Agraria (H.
Cuerpo Consultivo Agrario), Archivo General de la Nación
(Buscas, Gobernación), Secretaría de la Defensa Nacional
(Archivo Histórico y Cancelados); dentro de la perspectiva
michoacana se utilizaron las del Archivo Histórico “Manuel
Castañeda Ramírez” (Guerra y Policía), del congreso, del Po
3. Heriberto Moreno, Guaracha. Tiempos viejos, tiempos nuevos. México, El Colegio
de Michoacán, Fonapas, 1980.
4. E. J. Hobsbawm, “De la historia social a la historia de la sociedad”, Marxismo e
historia social. Puebla, Univ. Autónoma de Puebla, 1983, p. 40.
12
der Ejecutivo y del Judicial del estado. Las apreciaciones más
cercanas al tema se lograron gracias a la consulta del Archi
vo Municipal de Zamora (de hecho un archivo de distrito con
sus fondos Ayuntamiento, Juzgado de Distrito, Notarías y
Prefectura), complementándose con los que se recogieron en
los archivos parroquiales de Tlazazalca, Ecuandureo, Zamo
ra y en el maltrecho e incompleto de Atacheo.
El archivo Franciso J. Múgica (en Jiquilpan), algunos
papeles de Joaquín de la Cruz (en Naranja) y lo que sobrevi
vió del acervo documental que reunió el coronel Miguel Re
galado (en Atacheo) nos permitieron reconstruir un poco
“desde abajo” la lucha agraria de Regalado y de los atachen-
ses; lucha no ayuna de esperanzas de cambio, de milenaris-
mo, en la medida en que lleva ideales en sus adentros. (Hobs-
bawm, Rebeldes Primitivos, p. 93.)
Mas no todo fue abordado sólo a partir de documentos.
Las fuentes no escritas se recogieron en tratos personales con
los atachenses; de escuchar las tradiciones y relatos en boca
de ellos, sus valiosas informaciones. La visión del universo en
el que están inmersos.
Delimitamos nuestro estudio espacio-temporalmente a
la jurisdicción de la tenencia civil y de la vicaría eclesiástica
atachense; es decir, a una parte del municipio y de la parro
quia de Zamora. Además de un breve antecedente sobre el
lugar de los hechos, para precisar más nuestro tema cro
nológicamente, partimos de las primeras disposiciones del
Estado en relación con el parto y reparto de las tierras co
munales en Michoacán (1822) a la recuperación parcial por
dotación provisional de la antigua comunidad de Atacheo
(1924-1927); pérdida y recuperación de tierra que es nues
tro hilo conductor.
En el presente caso, se buscaron las causas y motivos es
pecíficos, ligados a los comportamientos sociales, políticos e
ideológicos que tuvieron los que tomaron parte en las luchas
por el desquite, por recobrar la tierra perdida; sobre todo se
buscó entender su significación en el contexto agrario del no
roeste michoacano. Más que nada, de hacer explícitas las cir
13
LCS AGRAR1STAS DE ATACHEO
14
tran en conflicto con las anteriores; lo que nos lleva a pensar
en la capacidad o incapacidad de adaptación del campesina
do a estas nuevas formas y a su crisis. Es entonces cuando
las tensiones psicológicas, económicas, sociales y políücas lle
van hacia la rebelión campesina y la participación en la revo
lución.8
Municipio de zamora
Ecuandumn
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CAPITULO I
Atacheo
1. Luis González, Zamora, 1978, pp. 17-27; Jesús Bernal Villanueva, La ciudad de
Zamora, Michoacán y sus problemas sociales, económicos, urbanos y arquitectónicos,
México, 1952.
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Primeros pobladores
Sobre la población primitiva -sin mayores luces arqueológi
cas que las exploraciones realizadas en unas tumbas de El
Lopeño, en el suroeste del valle-, no hay nada de claridad,
sino conjeturas como las muchas que podrían hacerse en tor
no a los segundos pobladores, los tecos o teocuitlatecos, gru
po de habla náhuatl, tejedores que aparecieron en dicho es
cenario hacia el siglo XV poco antes de la llegada de los
guerreros purépecha o tarascos.2
La oleada purépecha está más documentada por la tra
dición. Se sabe que en el siglo XV, uno de sus jefes estableci
do en la orilla oriental de la cuenca de Pátzcuaro -gracias a
la organización bélica y al binomio lago-sierra- los unificó y
los lievó a “conquistas sin fin”. En la Relación de las ceremonias
y ritos y población y gobierno de los indios de la provincia de Mi
choacán está escrito que “llamó Hiripan a Tangaxoan y a Hui-
quíngare y díjoles: hermanos, ya es muerto Tariacuri, nues
tro tío... Hermanos, vamos a conquistar”.3
Entonces empezaron a someter pueblos a la mano y le
janos. Para 1450, la triple alianza purépecha de la ribera
(Ihuatzio, Pátzcuaro y Tzintzuntzan) unida en una sola jefa
tura se había vuelto terriblemente “imperialista”. Entre 1450
y 1520, Tzintzipandácuare y Zuangua ensancharon las fron
teras del reino tarasco a los cuatro vientos, sobre todo hacia
el occidente.4 Uno a uno de los valles del Bajío Zamorano y
hasta tierras más alejadas, como las algodoneras y salitrales
de Tamazula y Sayula, fueron avasalladas al Gazonzi o ire-
cha que gobernaba en Tzintzuntzan, la capital.
Precisamente Atacheo fue uno de esos asentamientos
de la frontera tarasca en el noroccidente del actual Mi
choacán. Situado en el llano de su nombre, al pie del cerro
2 lbid.
3. Relación... de Michoacán
4. /¿¿¿/Alvaro Ochoa S. y Gerardo Sánchez D. (ed.). Relaciones y Memorias de la
Provincia de Michoacán.
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república de indios de Tlazazalca, contaba que hacia 1545
había ido el franciscano fray Joan de San Miguel,
e juntó los yndios donde agora están poblados porque estaban
derramados e vivían por los montes apartados unos de otros
y les trazó las casas e calles como agora están y la yglesia que
tienen agora...
Además de congregarlos, fray Joan iba de cuando en
cuando a visitarlos, confesarlos, decirles misa, “los casaba e
bautizaba y administraba los santos sacramentos”.1617
Contemporánea a la información de Paque sobre la pri
mera congregación, la Suma de Visitas consigna: Tlazazalca
tiene siete barrios (pueblos) con doscientas cincuenta y cin
co casas y en ellas mil quinientas cuarenta y tres personas
“sin los niños de teta”.1'
Así tras la obra pionera del franciscano San Miguel, de
la erección del obispado de Michoacán bajo la batuta de Vas
co de Quiroga, algunos agustinos del convento de Jacona se
establecieron brevemente en Tlazazalca, pero salen luego de
tener serias dificultades con los clérigos diocesanos de Qui
roga por cuestiones de jurisdicción.
Con religiosos o con clérigos como Juan de Barajas, chi-
chimecas y tarascos tributarios habían sido reducidos y man
tenidos en barrios; que implicaba organización y gobierno.
Si bien la república de indios representaba la autoridad de
la cabecera y sujetos, la mayor parte de la vida social de ellos
giraba en torno a las actividades de la Iglesia, alrededor de
capillas, hospitales y cofradías, comprendidas en la jurisdic
ción parroquial o curato de Tlazazalca.
Atacheo, dependiente de Tlazazalca, tuvo a su vez dos
barrios: San Juan y San Pedro -que dados los nuevos patro
16. Archivo General de Indias, Justicia 163. El Provincial de los Agustinos... con
Diego Paque, en Francisco Miranda, Yurécuaro, p. 45.
17. Francisco del Paso y Troncoso. Papeles de Nueva España. 2a. Serie Geografía y
Estadística, T. I. Suma de Visitas No. 666.
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26. AHMC, Padrones Reg. 277 carp. 9 Padrón de el Barrio de Equandureo y At-
hacheo, 1759/APT, Disciplinar, Caja 1. Padrón Ecuandureo 1786.
27. APT Op. cit.
28. Alvaro Ochoa, Los Insurgentes de Mezcala, pp. 126-127 / Archivo Municipal de
Zamora. Fondo Prefectura Fomento 1895. exp. 26.
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En la época independiente
Reparto de territorio, de tierras y de gente
Para este tiempo, a Atacheo se le describe como “una ranche
ría” que no llega a pueblo siquiera, distante tres leguas de la
villa de Zamora, el eje más importante del noroeste michoa-
cano; fijada en los caminos a Valladolid (después Morelia)
vía Tlazazalca y Zamora, La Piedad. Eclesiásticamente co
rresponde a la también cercana vicaría de Churintzio, pa
rroquia de Tlazazalca, con campo de acción hasta Atecuca-
rio y algunos ranchos circunvecinos; pero en el terreno de
la administración civil, ni el ayuntamiento de Churintzio (del
partido teóricamente de Tlazazalca) ni el de Ecuandureo,
del de La Piedad, acogen y definen la situación política de la
“congregación” atachense.32 Problema debido en gran par
te a “la ignorancia de los ayuntamientos”, ya que durante los
trastornos independentistas “se mudaron algunas cabeceras
de Partido, siendo muchas las equivocaciones que se origi
nan de esto”. Tlazazalca respecto a Purépero no fue la ex
cepción.33
Tras ajustes necesarios, la antigua provincia o inten
dencia de Valladolid se transformó en el nuevo estado libre
y soberano de Michoacán por obra de unos cuantos diputa
dos que redactaron en la capital vallisoletana la constitución
estatal de 1825. Esta dio pie también a un complejo reparto
geoadministrativo.
Se dividió la entidad michoacana en cuatro departa
mentos: Norte, Sur, Oriente y Poniente. Cada departamen
to o prefectura se subdivide en partidos; del departamento
del Poniente (con cabeza en Zamora) se sacaron cinco parti
dos: Zamora, Tlazazalca, Puruándiro, La Piedad yJiquilpan.
A su vez, cada partido o sub-prefectura se fraccionó en mu
32. Ibid.
33. Actas de la Diputación Provincial de Michoacán (1822-1823), p. 46.
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45. Ibid.
46. Ibid.
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67. Memoria... 1869 cuadro poby AMZ, AyuntamierUo. 1868. Oficio 17 abrVAMZ
Ayuntamiento, Varios 1868 N° 239 extracto hab. del Mpio.
68. AMR, exp. Atacheo/Memoria... 1869
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71. AMZ, Fondo Juzgado de Distrito. Civil, 1881 Francisco Castro contra Antonio
Padilla.
72. AMZ, Fondo Juzgado de Distrito. Civil, 1881-1883. Manuel Trujillo como apo
derado de los comuneros de Atacheo contra Francisco Castro. Solicitud de con
donación impuestos en (AEE) Hijuelas. Distrito de Zamora, Libro 7, ff. 218-226.
Sobre la costumbre, Información del Sr. Jesús Negrete. Atacheo.
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73. AMZ, Fondo Notarías, Escrituras Privadas. Diego Méndez, 1888, N° 30.
74. Ibid.
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80. AMZ Fondo Prefectura. Instrucción Pública 1878 exp. 1; Fondo Ayuntamien
to. Varios 1884. El profesor Casimiro Gutiérrez como artesano en Gobernación.
Censo incomp. de 1885.
81. AMZ, Fondo Ayuntamiento, 1904, exp. 76.
82. AMZ. Fondo Prefectura. Gobernación, Censo electoral 1903; Instrucción Públi
ca 1907,exp .53.
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84. Secretaría de Fomento, Censo y división territorial del estado de Michoacán verifi
cado en 1900JAPA Entierros varios años.
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las haciendas del Cerrito de Catipuato, la Rinconada y los
ranchos de Tunas Agrias y la Cólera.92
Y en manos de los hijos, Santiaguillo sería a principios
del siglo XX “la finca más importante del municipio”, con las
estancias del Espíritu, la Ladera, Ojo de Agua, la Labor o
Mezquitillo y la Lagunilla, siendo esta última muy pequeña,
“pues en ella sólo viven el caporal y los vaqueros”. En virtud
de haber comprado algunas propiedades que tenían sus
rancherías propias, a éstas los García les dieron el nombre
de estancias, viviendo en ellas “un número muy limitado de
peones”, de los cuales uno de ellos tenía el cargo de mayor
domo o capitán de cuadrilla, habiendo además un encarga
do del orden que rendía partes de novedades a la presiden
cia municipal.
Hacia 1899 en el casco de Santiaguillo se mantenía una
población de 556 habitantes; 160 de ellos, electores; es de
cir, hombres de 18 años y más, de los cuales 24 sabían leer y
escribir. Para llevar al tanto las cuentas había un administra
dor que vivía en la finca, así como un hijo de éste, arrenda
tario; además el universo de la hacienda contaba con una ca
pilla y su capellán, un preceptor, dos comerciantes, dos
dependientes, un matancero, un panadero, un tejero, tres
herreros, dos carpinteros, un albañil, un sastre; dos porte
ros, un trojero, un corralero, un ordeñador, un arriero y
137 peones, que disminuían quizás para dar cabida a jorna
leros eventuales, a mano libre asalariada. El censo de 1900
registraba 496 habitantes que de alguna manera se relacio
naban con los de Atacheo, ya que algunos trabajadores y
arrieros de la hacienda vivían en el pueblo y los difuntos de
Santiaguillo se enterraban en el panteón de dicho pueblo.93
Para 1907 la hacienda estaba comunicada con el ferro
carril de Zamora; por el teléfono con la Rinconada, el Esta
92. Tapia Santamaría, op.cit.,pp. 60-62. Primeras propiedades de García en AMZ.
Notarías. Protocolo de Indalecio Haro 1858, f. 25; 1860, ff 19, 92v-93, 196v
93. AMZ Gobernación 1907, exp. 129; paquete electoral 1899. Secretaría de Fo
mento, Censo... 1900.
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94. AMZ, Fomento 1905, exp. 47; 1906, exp. 28,44. Gobernación 1907, exp. 129. Cen
so... 1900.
95. Entre otros rastros de Francisco C. García en AMZ Notarías, varios notarios y
protocolos 1885-1912. Fondo Prefectura, Fomento, Gobernación, varios años.
Fondo Ayuntamiento, Actas de Cabildo. Noticia Sociedad Agrícola Mexicana en
POM, l-VI-1902 y Boletín de la propia SAM, 1906-. Relación con obispo de Za-
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II
c a p it u l o
Sociedad en convulsión
La revolución en Michoacán
Michoacán, como gran parte del país, resintió las contradic
ciones y lo disparejo del programa porfiriano (ventajas a los
inversionistas extranjeros en relación con los nacionales, más
la falta de libertades políticas para éstos). Gracias al apoyo de
esa burguesía transnacional, se reforzó la dictadura desde la
capital del país hasta el último rincón de los estados. El pre
sidente, el gobernador y el prefecto político -dice Turner-
“son tres clases de funcionarios que representan todo el po
der en el país; en México no hay más que un solo poder
gubernamental: el Ejecutivo, Los otros dos poderes sólo fi
guran de nombre y ya no existe en el país ni un solo puesto
de elección popular...”.1
El vetusto gobernador de Michoacán Aristeo Mercado
quien rigió los destinos estatales entre 1891-1911, para re
matar, creó las subprefecturas en 1906; aparte de la carga
económica que representaron al erario estatal, extendió “el
caciquismo de una manera odiosa”, pues cada subprefecto,
así como cada prefecto, abusando de su autoridad se consti
tuían “en azote de los pueblos que gobernaban”. Para legiti
mar esa situación de hecho, el gobierno michoacano produ
jo circulares, reglamentos y leyes para reprimir a los que
atentaran “contra la propiedad”, para controlar “la libertad
de imprenta” y para prohibir que artesanos y jornaleros lle
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ces disparado hasta dar con Zapata, a la sierra; otro voló por
tren al Paso para integrarse a la Junta Revolucionaria de San
Antonio, donde se encontraba ya Francisco Múgica. Carlos
Múgica y Antonio Navarrete quedaban de momento presos
en México, mientras la policía porfiriana rastreaba los pasos
de otros implicados en el occidente michoacano.30
En el centro del estado, Salvador Escalante (1859-
1912), exseminarista, agricultor, regidor del ayuntamiento
moreliano en 1899, rico venido a menos, emprendió el ini
cio formal del movimiento armado en Michoacán. El 5 de
mayo se pronunció en Santa Clara del Cobre; de hecho su
proclama se redujo a “¡Abajo Porfirio Díaz! Sufragio libre.
¡Abajo Aristeo Mercado! No reelección. ¡Viva el insigne pa
triota Francisco I. Madero!”31 Era todo.
Relata Rubén Romero, el secretario del alzado en ar
mas, que los vecinos de Santa Clara “no se daban cuenta de
lo que aquello significaba y suponían que era un número más
para festejar el 5 de mayo [con todo y música de Zira-
huén]”.32
El jefe maderista se dirigió al sur con sus ciento dieci
siete hombres sobre la villa de Ario. Antes de entrar a ésta
derrotó al prefecto, allí se le unió Martín Castrejón. Con gen
te humilde y peones de Castrejón, entre otros, aumentó la
tropa a cuatrocientos que marcharon hacia Tacámbaro, y
luego a Pátzcuaro. Aunque no todo fue paseo militar.
La inconformidad popular hacia el régimen porfiriano
salió a flote; a tal grado, que Escalante - “hombre de orden”-
se vio obligado a imponer severas medidas. En Pátzcuaro
“sublevóse la plebe; los autores del motín, echaron fuera la
prisión, se arrojaron sobre las casas del prefecto, del admi
nistrador de rentas, y entraron a saco la mercería de un hi
jo del referido prefecto”. En otras partes, como en Angan
30. AMZ, Gobernación, 1911, exp. 1. AHMC, Guerra, 1911, exp. 51.
31. Mariano de Jesús Torres. Diccionario... II.
32. Rubén Romero, Apuntes de un lugareño. Obras Completas.
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zalea, “población que tan bondadosamente y con tanto en
tusiasmo los recibió”.35
Huetamo, en el extremo suresteño del estado, también
cayó en mayo. Braulio Ramírez y José Rentería Luviano
habían intentado tomarla desde el 20 de marzo, pero pro
blemas de familia lo impidieron. Carmen Luviano -primo
de Rentería y primer regidor del Ayuntamiento, había asu
mido la prefectura por la huida del “cacique Gallardo”. No
pudo proceder a la toma José -dijo éste- porque “ofendía
con ello al sr. mi tío el Lie. [Celerino Luviano] y a mi santa
Madre en sus afectos”.
Los Luvianos y Rentería, rancheros acomodados de tie-
rracaliente, gozan de cierto prestigio en el distrito. José Ren
tería había sido instructor en tiempo de la Segunda Reserva
del Ejército alentada por el general Bernardo Reyes.
Finalmente, toda la parentela participó en el movimien
to maderista. El 15 de mayo en la noche quedó en sus ma
nos la cabecera de la prefectura, “plaza que momentos antes
había sido abandonada por las fuerzas federales que la guar
necían”.36
Por su parte, Marcos V. Méndez campeaba triunfante
en los distritos de Coalcomán, Salazar, Apatzingán y Urua-
pan. Los hermanos Ireneo y Melesio Contreras, comercian
tes y propietarios jiquilpenses, en plena serenata domin
guera se posesionaron -previa fuga de la guarnición- de
Zamora; incluyeron en la lista a Jiquilpan; “todo en el ma
yor orden, sin derramamiento de sangre y con satisfacción
para todos”; igual que en Los Reyes -la tierra de Sabás Va
lladares.37
La toma de Ciudad Juárez fue la culminación. Se des
moronó una pequeña fracción de la cúpula porfirista; al pa
recer hubo presiones de Estados Unidos para Díaz y el a
35. Ochoa, “La revolución”... AMZ, Gobernación 1911, exp. 1.
36. Archivo Francisco J. Múgica (AFM), Caja 2, carpeta 84, doc. 85. Juan Tavera
Castro, Huetamo, p. 79.
37. Luis González Zamora, p. 121.
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60. AMR, exp. 1912, APA. Libros de bautismos, matrimonios y entierros 1899-
1911. AMZ, Fondo Especial. Libro de licencias ministeriales. Rosa Regalado di
ce que cuando trajeron los restos del sacerdote Agustín Padilla a Atacheo “se
vistió todo el pueblo de luto”.
61. ACN, Buscas, vol. 1913, exp. 38. ADN, Cancelados XI/111-4-5244. Pedro La-
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74. AMR, exp. 1913 y nombramientos 1913-1915. AMZ Gobernación, 1913, exp. 1.
75. AMZ, Gobernación 1913, exp. 1, AHMC, Guerra, 1913, exp. 37. Participación de
Francisco C. García en Casasola, Historia Gráfica de la Revolución Mexicana. I:
542.
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82. AMZJtisticia 1913, exp. 22; Guerra 1913, exp. 33. Cárdenas op.cit., 1:22-24. Tra
yectoria de García Aragón en ADN, Cancelados XI/111-3-2214; Jesús Figueroa
Alcocer, Crónica de la Revolución en Guerrero 1910-1924, pp. 31-32; John Wo-
mack, Zapata and the Mexican Revolution, p. 123.
83. Cárdenas, loc.cit.
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87. Alberto Oviedo Mota, Bosquejo histórico del Silvismo, p. 19. AFM Documentos va
rios, Adolfo Espino Arpide a Múgica, 23-1-1916.
88. Torres, loc.cit.
89. AMR. Nombramientos 1913-1915. Jesús Millán Nava, La. revolución maderista
en el estado de Guerrero y La revolución constilucionalista en Michoacán, pp. 136-
152.
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90. AMZ Juzgado de Distrito, Ubro de consignas 1914-1917, marzo de 1914. Deta
lles comunicados por Maximino Padilla, y por Francisco Hernández, Atacheo
2-111-1983.
91. AMZ Juzgado de Distrito, Ubro de consignas... Comunicación de Maximino Pa
dilla y Francisco Hernández. Casamiento en APA, Matrimonios 1914.
92. Archivo Judidal del Estado (AJE). Criminal. Juzgado de Io Instancia de Zamo
ra, 1914, leg 1, exp. 6/283 AMZ Justicia 1914, exp. 12.
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107. Alfonso Taracena, La verdadera Revolución Mexicana (3a. etapa 1914-1915) véase
diciembre 19 de 1914. Alberto Oviedo Mota, el combate del Centro de las Vueltas,
pp. 12-24. AFM, C.3, Carp. 152, doc. 177. Quehacer agrario de Regalado en
la zona de Zacapu y región lacuste AMR exp. 1915, exp. Tzintzuntzan. AHMC,
Guerra 1915, exp. 27.
108. Comunicación ae Miguel Ramos.
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114. AMZ Fomento 1915, exp. s.n. Caso Atacheo en Jmticia, exp., s.n.
115. AMR Nombramientos...
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120. Boletín Militar, 7-X-1915. A Regalado “desde los tiempos del apóstol Madero se
le ha reconocido por la devolución de ejidos a los pueblos circunvecinos de Za
mora. Estas aspiraciones -escribía el corresponsal zamorano Ignacio Quiroz-
sólo le han servido para echarse encima muchos enemigos, que son caciquillos,
caciques y cadcones”; Ibid, 13-X-1915. Los oficiales ejecutados: Agustín Gari-
bay, José Alvarado, Leonardo Aldeco, Daniel Martínez y Juan Morales. Los
versos fueron comunicados por Maximino Padilla.
121. AMZ, Justicia, 1916, exp., s.n.
122. ADN, Cancelados, exp. citado. Sobre rendimiento de Rafael Espinosa acom
pañado de cincuenta hombres en Boletín Militar, 6-X-1915.
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131. AMZ Guerra 1915/1916 exp., s.n. “Tranquilidad pública”. Relato comunicado
por Maximino Padilla.
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137. AFM Correspondencia 1917, vol. 141. AJC, exp. 1917. Pascual Ortiz Rubio,
Memorias, pp. 59-60, 65-66. Sobre Inés G. Chávez y otros cabecillas, Javier Gar-
dadiego Dan tan, Revolución Constilucionalisla y Contrarrevolución (Movimientos
reaccionarios en México 1914-1920), pp. 39-85. Roberto Galván López El verda
dero Chávez Garda, pp. 112-115. Ricardo Flores Magón el.al., Regeneración
1900-1918, pp. 425-426.
138. Ortiz Rubio, op.cit., Flores Magón, op.cit, p. 425.
139. Ortiz Rubio, op.cit., p. 62. Archivo del Ayuntamiento de Morelia. Secretaría,
1918, exp. 102. AMZ Estado 1918, exp. 1; Fomento, 1918, exp. 29.
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147. Ibid.
148. AMZ Gobernación 1917, exp. 4. Sobre Rafael Galván en la obra citada de Fran
cisco Valencia Ayala y Agustín Magaña Méndez, La Diócesis de Zamora, pp. 62,
67, 104. Información de José Gutiérrez, Atecucario, 3-XII-1982 y comunica
ción de Romualda Regalado.
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149. ADN exp. citado; AFM Correspondencia 1917, vol. 23, doc. 186. AMZ. Ayun
tamiento, 1917 partes diarias de policía, nov-dic. Izazaga Cárdenas, op.cit., 2-
XII-1938. Comunicación de Romualda Regalado, Maximino Padilla y
Francisco García Amezcua.
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150. AFM, vol. 23 doc. 181-186. AMZ Ayuntamiento 1917 Partes de polída. Diciem
bre.
151. AMZ Ayuntamiento. Registro de correspondencia 1914-1918, f. 23.
152. AMZ Ayuntamiento. Registro Civil, 1917, leg. 1, exp. 1. libro de extractos ofi
ciales.
153. ADN Cancelados, exp. citado. En la acción resultó herido Rafael Espinoza, des
pués murió; información de Maximino Padilla.
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CONVOCATORIA *
¿ Por qu' 7 Vor s,)* aI,a* y reconocidas virtudes cívicas; por el celo y h o n ra d »
con que ha trabajado por nuestro bien; y sobre todo, porque es uno de los sin-
cero. acCvo. y leal.-, colaboradores de n u e.t-o g ran Patricio, el señor C arran ra.
,(Jh. michoacaivjs. votad por él sin vaci'acion!
REIVINDICACIONES Y JUSTICIA,
M r t lc o . F e b r e r o d e I9 |? , E¡ O i U u i i C i n m m etttis RAFAEL HERNANDEZ AGUWiF
U fla tfA tA irr < 4
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CAPITULO III
Saldo Agrario
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que tenía que volver por todo, porque se le debía [desde 1911]
la renta de siete años.1
Félix C. Ramírez trató de aprovechar la situación en la
región para ganar adeptos. Explicó a los representantes de
la Cañada y Ario que la muerte del Coronel Regalado fue
“hasta cierto punto justificada, [pero] que no significa que el
Gobierno esté en contra de los indígenas”2
Los de la Cañada habían conseguido del gobernador
Rentería Luviano, entre febrero y agosto de 1917, que de te
rrenos sin cultivar les proporcionaran pedazos para la siem
bra, con la condición “de pagar renta equitativa a los propie
tarios”. Pero los que se decían dueños asesinaron a los que
encabezaban a los comuneros que andaban promoviendo la
posesión en las postrimerías de Regalado.3
La Cañada seguía siendo tema. Inés G. Chávez “el pro
tector de los pobres”, jefe de la tercera brigada del ejército
reorganizador felicista en Michoacán, en alianza con los se
rranos de Huécato, tomó el pueblo de Tangancícuaro en ju
lio de 1918. Desde allí, por su propia cuenta, repartió tierra
“a numerosas personas” de la Cañada.45Pero Ortiz Rubio
una vez que gobernó todo el estado desconoció dicho repar
to, producto de un agrarismo muy primitivo. Si Rentería Lu
viano, mandatario interino, carecía de facultades “para ello”
-según Ortiz- qué podían esperar legalmente de Chávez los
de la Cañada. El gobernador constitucional estaba para im
partir “garantías a los propietarios o a los pueblos cuyas tie
rras son invadidas por los indígenas de algunos otros, mal
aconsejados y peor dirigidos por agitadores de oficio, torpes
e ignorantes”.
En otro orden, el año 1917 en Michoacán había sido
1. AMZ Estado, 1918, exp. 41.
2 Ibid. exp. 42.
3. Gildardo Magaña, op.cit., IV:306. AGN, Fondo Presidentes, Obregón-Calles
exp. 818-A-102.
4. AMZ Fomento 1919, exp. 31, AGN. Fondo Obregón-Calles exp. 818-A-101.
5. AGN, Gobernación. Período revolucionario, C. 74, exp. 12.
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6. AMZ, Fomento, 1919, exp. 31; Justicia 1917, Decretos, circulares. Berta Ulloa,
“La lucha armada”, Historia General de México IV:96. Los villistas michoacanos,
aún al mando de Cíntora, se adhirieron al felidsmo desde el lanzamiento del
plan de Tierra Colorada en febrero de 1916.
7. AMZ, Guerra 1918, exp. 1.
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25. Ibid.
26. Ibid.
27. AMZ Justicia 1919, exp. 3; Guerra 1919, exp. 10/Archivo Ernesto Prado (AEP)
Papeles sueltos.
28. AMZ Fomento 1919, exp. 31.
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32. Sobre el movimiento sonorense véase Héctor Aguilar Camín, Lafrontera nóma
da. Alianza zapatista a éste, en Womack, op.cit. Dato Eutimio Figueroa en AEP.
Situación en Michoacán, Armando de María y Campos, Múgica, crónica biográfi
ca, pp. 158-159; AMZ, Estado 1920; AJE Criminal, 1920. Distrito de Jiquilpan,
exp. 60/920 Manuel E. Cruz et.al. El Ca¿o de Michoacán.
33. AMZ Fomento 1920, exp. 3.
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41. A. de María y Campos, op.cit.. AGN, Obregón-Calles, exp., citado. AMZ Justicia
1923, exp. 17.
42. AMZ Juzgado de Distrito, Civil, 1922. Demanda Banco de Jalisco, S A. contra
Rafael García. Ventas en Notarías, Protocolo del Juzgado Primero de la Prime
ra Instancia 1921, N° 82, ff 169-172, N° 90, ÍT. 196-199; 1922 N° 23, 85, 43,
59, 78, en especial véase N° 22 “División de bienes entre Rafael y José García”
y “venta fracción La Tuna. José C. García a José B. Gómez”.
43. AFM, Correspondencia 1919-1922. Rafael G. Galván a Crescencia Hernán
dez, 15-VII-1922.
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50. AGN, Obregón-Calles, exp. 723-12. Gentileza de Laura Espejel. Noticias póstu-
mas de Regalado en Apolinar Martínez Múgica Primo Tapia semblanza de un re
volucionario, p. 167. Precisamente Primo Tapia, sobrino de Joaquín de la Cruz,
era dirigente de la Liga y organizador de la convención. También cf. Arnulfo
Embriz, Documentos para la historia del agrarismo en Michoacán.
51. José C. Valadés. Historia General de la Revolución Mexicana, II: 548.
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APENDICES
Aromútoro
Moreno
\
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Los Gollinos
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miso para que arriende, como lo pueden decir todos los que
están hablando con él, y el Licenciado no quiere que tú de
jes la representación. (Todo esto lo estuvieron confirmando
los que estaban hablando con el licenciado).
Entonces NN. entró y habló con él, y le dijo que allí es
taba Don Eusebio y lo que decía. Sale luego el licenciado y
le dice que estaba arreglando, no la venta, sino el arrenda
miento; y que no quería que lo dejara solo. Así es que el pue
blo y él como encabezado, dio al licenciado permiso para que
arrendara, no para que vendiera, y esto siguieron creyendo
los indígenas. Después pasó lo de siempre: le quitaron al
pueblo el conocimiento de ese potrero.
El Juaquique [o Tahuige]
Lo poseía Don Rafael Vega Penilla; pero ignora por qué
razón. Ignora si cuando él estaba chico, el pueblo poseía ese
potrero.
La Mina.
Con excepción de unos pedazos que reconocían unos
señores Vegas (para el lado de Atacheo) el resto (para el la
do de Atecucario) lo reconocía el pueblo. Ignora cómo se po
sesionaron de esa porción de tierra los señores Vegas de que
habla, y cómo perdió el pueblo el resto hasta la puerta de La
Mina. Lo que sí recuerda es haber oído decir que alguien
sembró tabaco en la barranca que sube de El Juaquique en
tiempo en que el tabaco estaba monopolizado [¿1843?] y sólo
podían cultivarlo en Orizaba. Lo supo el Gobierno, y como
estaba plantado en terreno del pueblo, sobre el pueblo re
cayó una multa de cien pesos. No pudiendo pagar el pueblo
esa multa, la pagaron unos señores Vegas quienes en cam
bio de esto se quedaron con una porción de tierra de la Co-6
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APENDICE II
Solicitud de Restitución*
Michoacán de Ocampo
Comisión Local Agraria
Dirección número 346.
“Ciudadano Sr. Gobernador del Estado Libre y Soberano de
Michoacán de Ocampo.-Miguel de la T. Regalado, repre
sentante de Santa María Atacheo, Distrito de Zamora, del pro
pio Estado, y actualmente Coronel del Ejército Constituciona-
lista, ante usted con el debido respeto expongo: que en cum
plimiento de mis deberes, como representante de los indíge
nas y comuneros del pueblo ya citado, según carta autorizada
que al efecto tengo la honra de adjuntarle, paso a hacer las de
signaciones y peticiones ante el Ejecutivo de ese Estado que us
ted dignamente gobierna y que son las que manifiesto ensegui
da:
Hace más de 40 años que mis representados han venido su
friendo el yugo de la esclavitud, por haber sido despojados de
las tierras que desde tiempo inmemorial les fueron legadas por
los Gobiernos Virreynales, como les fue legado a todos los
demás pueblos de la República, dichas tierras, para que hicie
ren uso de ellas, como Fundo Legal y Ejidos, único patrimonio
para subsistir ellos y sus generaciones; sufriendo también atro
pellos, prisiones, destierros, vejaciones y otra clase de abusos
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APENDICE III
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Isaías Garibay
APENDICE IV
AGN, Buscas, 1913, exp. 38. Confrontado con el ejemplar impreso en ADN,
Cancelados, XI/111/4/5244.
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Reglamento
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sarios para sostener los gastos que exigen el curso de sus ges
tiones.
Art. 4o Los representantes de los pueblos citados, en vis
ta del bien que esta unión les reporta, y para evitarles el gas
to de los excesivos emolumentos de abogados, quitando to
da intervención de éstos, y haciendo las gestiones por sí
mismos, están obligados a sufragar los gastos que con toda
consideración se les demande, para el buen curso de sus ges
tiones. Estos gastos serán en proporción de las dificultades
o la facilidad que sus asuntos respectivos requieran.
Art. 5o La sociedad verificará sus sesiones, los lunes y
jueves de cada semana, y en caso de urgencia se citará a se
sión extraordinaria.
Art. 6o Las sesiones se verificarán no sólo en la Capital
de la República, sino en cualquiera otra parte que se necesi
te, a las que asistirán todos los asociados con fidelidad, salvo
caso poderoso que por alguna comisión que tenga, o por al
guna circunstancia de la familia, les obligue a faltar a las se
siones que se les notifique, con previsión de la misma Socie
dad.
Art. 7o Caballerosamente nos obligamos todos los sig
natarios, a cumplir las obligaciones que nos hemos impues
to, reconociendo el bien que esta unión nos proporciona.
Art. 8o Se prohibe estrictamente a todo miembro de la
unión tener comunicación con los adversarios, así como de
nunciarles algún secreto de la Sociedad, o admitir invitación
y obsequios de algún particular, pues si se sospecha alguna
indiscresión o cohecho se despedirá al indiscreto por haber
traicionado a la Sociedad y a su palabra, que es lo más sagra
do que tiene un hombre; y en tal caso se pedirá al Gobierno
General se le castigue con todo el rigor de la Justicia.
Art. 9o La condición indispensable es que los repre
sentantes sean indígenas nativos y legítimos del pueblo que
representen, y si se nota alguna morosidad o negligencia a
alguno, se le notificará oficialmente su destitución, no excep
tuando al Presidente ni al Secretario, de esta condición, pues
todos están comprendidos en este artículo.
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A p é n d ic e iv
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A p é n d ic e iv
185
LOS AGRARISTAS DE ATACHEO
Un presidente;
Un secretario y,
Dos vocales.
En las municipalidades de toda la República, muy es
pecialmente en donde haya habitantes indígenas, se estable
cerá otro Comité, compuesto de igual número de personas
que se ha señalado en el párrafo anterior, y en los pueblos
de menor importancia, congregaciones o rancherías, habrá
un representante.
Artículo 3o. La elección de los miembros de la Mesa Di
rectiva será hecha por elección que harán todos los delega
dos o representantes de los pueblos confederados a la expre
sada Sociedad.
Artículo 4o. El nombramiento de los comités de los Esta
dos, Territorios y municipios, así como el de representantes
de los demás pueblos, será hecho por la Mesa Directiva, te
niendo en cuenta para hacer este nombramiento, las cuali
dades de los ciudadanos que sean designados.
Artículo 5o. Los miembros de la Mesa Directiva, así co
mo el de las subalternas, de que se hace mención en los
artículos anteriores, reunirán, precisamente, las cualidades
siguientes:
Ser mayor de edad;
Ser de buena conducta;
Ser mexicano por nacimiento y,
Haber demostrado de alguna manera su amor a la ra
za indígena.
Artículo 6o. El objeto principal de la presente Sociedad
es: laborar por todos los medios posibles y que estén a su al
cance por el mejoramiento social e intelectual de los indíge
nas, difundiendo la instrucción en forma práctica y apropia
da entre todos los indígenas, poniendo, si posible es, escuelas
por cuenta de la misma.
Artículo 7o. Intensificar el acercamiento entre un pue
blo y otro para que, bajo lazos de estrecha fraternidad, se
evite al antagonismo de razas que existe en la República; y
188
A pé n d ic e v
Capitulo II
De las obligaciones de los miembros de la Mesa Directiva y
demás personal de esta Sociedad.
Artículo 9o. Es obligación del presidente de la Mesa Di
rectiva:
I. Presidir todas las sesiones de la Mesa Directiva y de
las asambleas generales, ya sean ordinarias o extraordinarias;
II. Dirigir los trabajos de la Secretaría y dictar todas las
disposiciones, para llevar a cabo el objeto de la presente So
ciedad;
III. Velar el manejo de los fondos que ingresen a la So
ciedad;
IV. Procurar que el Cuerpo Consultivo, a la mayor bre
vedad posible, forme el Reglamento, al que deberá sujetarse
la intensificación de la instrucción. Este Reglamento será for
mado bajo las bases de que los profesores o instructores co
nozcan perfectamente el idioma de los indígenas, así como el
castellano, para que puedan instruir a éstos en forma prácti
ca y efectiva;
V. Llevar y recibir la correspondencia que sea dirigida
a la Sociedad y por la Sociedad.
VI. Podrá dirigirse oficialmente a todas las autoridades
o funcionarios públicos, tratando de asuntos pertenecientes
a la Sociedad. Podrá dirigirse también a otras asociaciones y
aun a particulares tratándose de asuntos que correspondan
a la Sociedad;
VII. Podrá convocar a sesiones extraordinarias. Podrá
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LOS AGRAR1STAS DE ATACHEO
Capitulo III
Artículo 10°. Habrá cinco comisiones permanentes:
♦
la. De Actividades;
2a. De Propaganda;
3a. De Investigaciones;
4a. De Justicia y,
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Los AGRARISTAS DE ATACHEO
5a. De Hacienda.
Artículo 11. Cada Comisión estará formada de un pre
sidente y dos secretarios, siendo el presidente precisamente
de los miembros que forman la Mesa Directiva, y los dos se
cretarios, de entre los socios que hayan demostrado su bue
na intención a la raza. Estas comisiones las deberá nombrar
el presidente de la Sociedad, de acuerdo con la Mesa Direc
tiva.
Artículo 12. La Comisión de Actividades tendrá por ob
jeto, como su nombre lo indica, el de activar, por todos los
medios posibles, la ejecución de los acuerdos y la instalación
de escuelas, así como la tramitación de todos los asuntos que
tiendan a proteger a la raza indígena.
Artículo 13. La Comisión de Propaganda tendrá por
objeto la propagación de las ideas objeto de la presente ins
titución, procurando que la raza indígena se convenza de la
necesidad que hay de que se instruya y se adhiera a esta So
ciedad, procurando en forma activa las sindicalizaciones de
los pueblos, ofreciéndoles toda clase de ayuda para su pros
peridad y bienestar.
Artículo 14. La Comisión de Investigación tendrá por
objeto investigar las necesidades que tenga cada pueblo y
procurar el remedio de éstas en todos los ramos que atien
dan al progreso y mejoramiento de la raza.
Artículo 15. La Comisión de Justicia tendrá por objeto
procurar el que se haga pronta y eficaz justicia a todos los
miembros de la Sociedad, proponiendo, además, el nombra
miento de abogados e ingenieros que patrocinen a los socios
que lo soliciten, para la defensa en los litigios que contra ellos
se promovieren.
Artículo 16. La Comisión de Hacienda tendrá por ob
jeto estudiar y proponer a la Mesa Directiva la forma más
eficaz para arbitrarse fondos que sean suficientes para cubrir
los gastos que tiene que hacer la presente Sociedad. Hará los
presupuestos que deberán regir cada seis meses en la pre
sente institución y vigilará todo para la buena distribución y
seguridad de los fondos que ingresen a la Sociedad, debien
192
A p é n d ic e v
Capitulo V
De los comités de los Estados y Municipios
Artículo 17. Los comités y representantes de que habla
el artículo 2o. de los presentes estatutos, estarán sujetos en
todo a la Mesa Directiva central, a quien darán cuenta de to
dos sus actos. Los de los municipios, a los de los Estados y,
los representantes, a los de los municipios, aun cuando en
cada caso que lo estimen necesario, podrán dirigirse directa
mente a la Mesa Directiva central, participándolo siempre a
los de los Estados o Territorios o a los de los municipios.
Artículo 18. El objeto de estos comités y representantes,
es desarrollar y poner en práctica el objeto de la presente ins
titución; dar cuenta a la Comisión respectiva de todo lo que
sea necesario hacer, para llenar debidamente el objeto; dic
tar disposiciones previas para todo aquello que sea indis
pensable; procurar la protección decidida, pero en justicia,
a todos los indígenas; procurar el que se den frecuentes con
ferencias a los adultos indígenas y hacer que éstos conozcan
perfectamente el idioma; dar las instrucciones necesarias en
los lugares de su residencia, para que sea efectiva la instruc
ción a toda la niñez, para que éstos comprendan cuáles son
sus derechos y obligaciones. En los casos de que los indíge
nas, ya colectiva o individualmente, tengan que arreglar
asuntos de algún litigio, propondrán a la Mesa Directiva a la
persona competente que se encargue de la dirección del ne
gocio, en defensa siempre de los indígenas, para que la Me
sa Directiva acuerde los honorarios que debe percibir dicha
persona.
193
Los AGRARISTAS DE ATACHEO
Prevenciones generales.
Artículo 19. La presente Sociedad se compondrá de so
cios y delegados: los delegados serán nombrados por la Me
sa Directiva a propuesta de los vecinos de cada pueblo, con
gregación o ranchería, que se componga de más de treinta
jefes de familia, y los socios serán aceptados e inscritos con
sólo la solicitud que éstos hagan y que manifiesten estar con
formes con las bases de esta Sociedad.
Artículo 20. Los delegados tendrán obligación de con
currir a las asambleas generales, para las cuales serán cita
dos previamente, señalándoseles la fecha para la cual deban
estar en esta capital. Tendrán también la obligación de ve
lar por la buena administración, armonía y organización de
esta Sociedad y por último, cumplir fielmente con las ins
trucciones que les dé la Mesa Directiva.
Artículo 21. Los fondos que deben de ingresar a la Te
sorería de la sociedad y las de los comités, se formarán:
I. De los donativos que den las personas protectoras de
esta institución;
II. De diez centavos mensuales, con que contribuirá ca
da socio;
III. De las cantidades que se obtengan como subven
ción de las autoridades, ya sean federales o de los Estados.
Artículo 22. La duración en sus puestos de los miem
bros de la Directiva y de los comités, tanto de los Estados co
mo de los municipios y representantes, será de dos años, con
tados de la fecha en que tomen posesión.
Artículo 23. La Mesa Directiva, para el caso de elección
de que habla el artículo anterior convocará con dos meses
de anticipación a todos los delegados o representantes.
Artículo 24. La Mesa Directiva tendrá sesiones ordina
rias cada ocho días, y extraordinarias cada seis meses; los co
mités de los Estados o municipios también tendrán sesiones
ordinarias cuando se haga necesario.
194
A pé n d ic e v
Transitorios.
Io. Los presentes estatutos comienzan a regir hoy día de
su fecha.
2o. Para ser reformados será necesario que reúnan más
de las dos terceras partes de los delegados o representantes
de esta Sociedad.
México, D.F., agosto 4 de 1921.
Programa
Esta Sociedad tiene como única tendencia el mejora
miento en general de la raza indígena, tanto económica co
mo moral y socialmente, y para conseguirlo procurará poner
en práctica actos que satisfagan, hasta donde sea posible, las
condiciones de la clase humilde, formando, para el efecto, el
siguiente programa:
Primero. La Sociedad, por conducto de la Mesa Direc
tiva, proporcionará a sus socios casa y alimentos, siempre que
los soliciten, cuando éstos tengan que ventilar asuntos de in
terés general en esta capital.
Segundo. Cuando un socio necesite de los servicios de
un abogado para el arreglo de asuntos del ramo judicial, sea
en esta capital o fuera de ella, le será proporcionado por la
Junta Directiva, e igualmente se le facilitarán los servicios de
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LXS AGRARISTAS DE ATACHEO
197
FUENTES
Archivos
199
LOS AGRARISTAS DE ATACHEO
Periódicos, Revistas
La Bandera Católica, Zamora
Boletín de la Sociedad Agrícola Mexicana, México
Boletín Militar, Guadalajara
El Cometa, Zamora
El Demócrata, México
El Demócrata, Zamora
El Despertador del Pueblo, Zamora
EL Heraldo, Morelia
El Heraldo Michoacano, Morelia
El Heraldo de Zamora
El Legionario, México
Periódico Oficial del Estado de Michoacán, Morelia
El Pueblo, México
El Pueblo, Morelia
Revista Eclesiástica, Zamora
Verdad y Justicia, Zamora
La Voz de Ocampo, Zamora
Informantes
Francisco Garca Amezcua. Jacona, Mich.
José Gutiérrez. Atecucario, Mpio. de Zamora, Mich.
Francisco Hernández. Atacheo, Mpio. de Zamora.
Jesús Negrete. Atacheo.
Maximino Padilla. Zamora, Mich.
Miguel Ramos García, Jiquilpan, Mich.
Refugio, Rosa y Romualda Regalado. Atacheo-México,
DF.
Salvador Sotelo, Ario de Rayón, Mpio. de Zamora.
200
F u en tes
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Los Agraristas de Atacheo
de Alvaro Ochoa Serrano
se terminó de imprimir
el 25 de septiembre de 1989.
Se editaron 2 000 ejemplares.
interlínea
diseño y fotocomposición
pipila 612 s.h.
tels. 14-92-96
14-55-99
gráfica nueva
impresión y encuadernación
pipila 638 s.h
tel. 13-29-74
guadalajara, jalisco, méxico
En Atacheo aún hay viejos que recuerdan a don Miguel de la
Trinidad Reglado y su lucha agraria. Ahí, con el aire que casi nunca se
mueve, están encerrados también los recuerdos de la lucha, los
nombres de los muertos de uno y otro lado, el ruido de las armas, las
huidas desesperadas, los enfrentamientos, los disparos, el galope y
relincho de las bestias, les fusilamientos, la cuerda de los colgados y la
sangre dispersa.
Están también los nuevos dueños y sus casas nuevas y las calles
secas y polvosas y el sol que abochorna a mediodía y la miseria y la
ignorancia y el viento que anda como azonzado y la pena de que aquí,
después de todo, no ha pasado nada.
Atacheo es un pueblo tirado al sol, con calles que se hunden y se
arrastran entre la tierra suelta que a veces es lodo, a veces duna,
remolino o polvo que a veces levanta el vuelo. Es un pueblo de casas
chaparras de adobe y teja; obscuras y pequeñas. Es, digamos, la cuna
del agrarismo michoacano . Es el lugar en donde un día de agosto de
1911 surgió el primer enfrentamiento entre los campesinos del lugar y los
García, propietarios de las haciendas más importantes de la zona de
Zamora.
Alvaro Gchoa cuenta en este libro los pormenores.