Sie sind auf Seite 1von 12

Teoría de la dependencia

y colonialidad del poder.


Dos ángulos de una
misma dominación
7

RESUMEN
En el presente trabajo trataremos de esbozar un recorrido a través de dos corrientes de
pensamiento genuinamente latinoamericanas, a saber, la Teoría de la dependencia y los estudios
vinculados a la colonialidad del poder. Tanto en un caso como en otro nos encontraremos con
desarrollos teóricos que evidencian un gran potencial a la hora de desentrañar las diferentes
dimensiones de esos complejos procesos políticos, económicos y culturales que configuran y
conforman la dominación neocolonial. La tesis que queremos defender sostendrá que las
propuestas de una teoría no pueden entenderse plenamente sin tener en consideración los
resultados de la otra o, dicho de otra manera, que la una complementa a la otra cuando de lo que
se trata es de iluminar críticamente todos los ángulos de una misma dominación.

Palabras clave: Teoría de la dependencia; neocolonialismo; colonialidad del poder; violencia


epistémica; subjetividad colonial

ABSTRACT
“The Dependency Theory and coloniality of power. Two angles of the same
domination.”

In the present paper we will try to plot a route through two currents of genuinely Latin American
thought; namely, the Dependence Theory and the studies related to the colonialism of power. In
both cases, theoretical development can be found and bears witness to huge potential when
unravelling the different dimensions in the complex political, economic and cultural processes
which shape and define neo-colonial domination. The thesis we wish to defend maintains that
the proposals in one theory cannot be fully understood without considering the results in the
other; that is, one complements the other when it involves shedding critical light on all the angles
of the same domination.

Keywords: dependency theory; neocolonialism; coloniality of power; epistemic violence;


colonial subjectivity

Jorge Polo Blanco

Universidad Técnica del Norte. Ecuador

jpolo@utn.edu.ec

ARTÍCULO RECIBIDO: 11 FEBRERO 2016


ARTÍCULO ACEPTADO PARA PUBLICACIÓN: 4 DE MARZO DE 2016
ARTÍCULO PUBLICADO: 30 DE JUNIO DE 2016
8 REVISTA SAN GREGORIO, 2016, No.11, VOLUMEN 1, ENERO-JUNIO, (6-17), ISSN 1390-7247

Por lo tanto, y asumiendo el modelo


teórico de Rosa Luxemburgo, hemos de
comprender que el imperialismo de las
potencias industriales europeas no debe
evaluarse en términos morales, como si tal
cuestión dependiese meramente de la maldad
de las élites políticas y militares de aquellas
naciones. Porque en realidad dicha expansión,
sin duda criminal, respondía a los imperativos
internos de un sistema económico cuya lógica
I. El aporte irrenunciable de la
Teoría de la Dependencia acumulativa propendía de manera inherente
a la permanente subsunción de ámbitos
Rosa Luxemburgo reflexionaba en Die humanos (sociales, culturales y geográficos)
Akkumulation der Kapitalen sobre el modelo todavía no mercantilizados. Ese imperialismo
propuesto por Karl Marx, basado según su decimonónico se prolongó en el siglo XX y, ya
parecer en la noción de “procreación natural en la segunda mitad de éste, se convirtió en
de la clase obrera” como única fuente de la neocolonialismo.
que el capital extraería incesante y renovada
materia sobre la que fundamentar su Pero, en el caso de América Latina, quizás
reproducción ampliada. Pero observaba la sea conveniente y necesario retroceder hasta
teórica germano-polaca que la reproducción el siglo XVI. Marx y Engels, por cierto, así
del capital no puede circunscribirse a ese lo hicieron. Y, en efecto, localizaron en la
plano, aunque también lo incluya, toda vez que Conquista de América nada menos que el
el proceso de acumulación necesita vitalmente dramático movimiento histórico que puso
de zonas sociales todavía no mercantilizadas en marcha los procesos de acumulación de
y de fuerzas productivas aún no enroladas riqueza que habrían de constituirse en los
en el poderoso mecanismo de las modernas orígenes remotos de la sociedad capitalista
relaciones de producción. El capital necesita (Marx y Engels, 1972: 37-60). Pero, desde
extenderse hacia esas zonas y hacia esas luego, debemos preguntarnos qué quedó,
fuerzas; y esa tendencia habrá de perpetuarse ya en el siglo XX, de aquel primer expolio.
(pues es la lógica inmanente del sistema) hasta Debemos inquirir qué ha quedado en la edad
que unas y otras hayan dejado, en el límite, de contemporánea de aquel primer extractivismo
existir (Luxemburgo, 1967: 278). avasallador y de aquella primigenia
explotación de inmensas masas humanas
En el límite, la mecánica acumulativa del (Furtado, 1973). Debemos preguntarnos,
capital necesitaría movilizar todas las fuerzas en suma, qué remanente histórico perdura
productivas de la tierra, incluyendo dentro todavía hoy, con insidia secular, desde los
de su esfera fuerzas naturales y humanas trágicos tiempos de lo que sin duda fue una
que no estaban aún dentro de su órbita; “acumulación originara latinoamericana”.
esa movilización extensiva e intensiva del
capital, que tendencialmente fagocita toda En cualquier caso, creemos acertada
exterioridad, se produce en el interior de las la precisión del sociólogo y economista
propias naciones occidentales, ocupando brasileño Ruy Mauro Marini cuando señala
áreas sociales todavía no subsumidas por la que si bien es cierto que América Latina
lógica de la mercantilización, y opera también desempeñó un papel muy importante en
en las vastas geografías del mundo todavía no la gestación y formación de la economía
“liberadas” por la industria moderna. Todo lo capitalista mundial ya desde el siglo XVI,
“precapitalista” (entendiendo por tal, de un como habían apuntado Marx y Engels, sólo
modo genérico, cualquier realidad o relación después de 1840 su inserción en la división
humana que implique una exterioridad fáctica internacional del trabajo quedó sólidamente
y positiva con respecto a la lógica del capital), articulada a través del cumplimiento de una
dentro y fuera de las sociedades industriales, serie de funciones muy específicas (1991:
terminaría por quedar incluido en el vasto 113). Y a medida que fueron consolidándose
circuito planetario de la acumulación las relaciones comerciales internacionales así
capitalista. prefiguradas, las naciones latinoamericanas
hubieron de hacerse más débiles y más
dependientes, toda vez que su cometido
Jorge Polo Blanco: “Teoría de la dependencia y colonialidad del 9
poder. Dos ángulos de una misma dominación.”

específico dentro de ese sistema internacional latinoamericanas se debe a su posición


no era sino el de suministrar materias primas “rezagada” en ese avance lineal, esto es,
a los países dominantes embarcados en una como si el problema fuese que a dichas
industrialización acelerada. naciones todavía le quedaban “etapas por
cumplir”, expresado en el lenguaje de Rostow
En 1950 el economista argentino Raúl (1993). Una interpretación que, como puede
Prebisch había puesto en juego el exitoso comprenderse, adjudicaba a los países
modelo teórico basado en la distinción Centro- empobrecidos toda la responsabilidad de su
Periferia, explicando que las asimetrías situación, postulando una suerte de inercia
estructurales del sistema económico mundial histórica o cultural caracterizada por la
colocaban a los países latinoamericanos incapacidad y la torpeza a la hora de subirse
en una posición radicalmente dependiente al “tren del progreso”. Porque el “discurso del
con respecto a las potencias “centrales”. desarrollo”, como bien señaló el colombiano
Sin desarrollo tecnológico propio, y Arturo Escobar, se apoderó en la posguerra
obligados a cumplir el papel de meros mundial de los imaginarios políticos
suministradores de materias primas no occidentales (europeos y norteamericanos),
manufacturadas (asumiendo modelos pero también de los imaginarios de aquellas
escasamente diversificados y puramente naciones (neo) colonizadas que, de esa manera,
extractivistas que apenas producían valor asumían acríticamente todas las definiciones
añadido), estos países permanecían anclados y los diagnósticos que sobre ellas construían
en una posición absolutamente subalterna las potencias industriales. El “desarrollo”
dentro de la economía-mundo capitalista. debe ser entendido, en ese sentido, como
“En ese esquema a la América Latina venía un poderoso régimen de representación que
a corresponderle, como parte de la periferia contribuyó a transmutar a dos tercios de
del sistema económico mundial, el papel la humanidad en “Tercer Mundo” y como
específico de producir alimentos y materias un cuerpo discursivo capaz de componer
primas para los grandes centros industriales” estrategias de acción macroeconómica
(Prebisch, 1962: 1). La división internacional destinadas a la aplicación de determinados
del trabajo venía definida por profundos ajustes que transformarían (“modernizarían”)
desequilibrios, y los países “periféricos” dichos países en un sentido muy determinado
quedaban excluidos de la transferencia de y nunca desfavorable a los intereses de las
conocimiento tecnológico, lo cual contribuía grandes potencias occidentales (Escobar,
directamente a la perpetuación de esa 2007).
situación que los colocaba en la posición de
meros extractores y exportadores de materias Pero es la Teoría de la Dependencia,
primas y productos agrícolas, extracción y precisamente, la que rompe con ese esquema
exportación que no retornaban en forma heredado. Porque el análisis debe ejercerse
de más industrialización interna o más en un plano sincrónico, y no ya diacrónico.
tecnificación productiva (Cardoso y Faletto, Como bien explicó el brasileño Theotonio
1978). En ese sentido, lo que teníamos delante Dos Santos, el subdesarrollo de unos está
era (y es) un sistema internacional muy íntimamente conectado (de forma simultánea
jerarquizado en el cual los “centros” ejercían y correlacionada) con el desarrollo de los
su poder económico-político (e ideológico- otros (1978). Una dependencia externa
cultural, como luego veremos) sobre los que, evidentemente, a nivel interno se
países de la “periferia” (Prebisch, 1981). traducía en enormes fracturas sociales y
en brechas abisales de inequidad. Porque
Los países latinoamericanos, encajados se ha de recordar, una vez más, que no
en esa disposición de la economía-mundo siempre fueron capitales extranjeros los
capitalista, se encontraban con una dificultad que explotaban y gestionaban los recursos
casi insuperable a la hora de escapar de extraídos y exportados. Las oligarquías
una compleja y lacerante situación de internas (agroexportadoras y latifundistas)
subdesarrollo económico y social. Pero se eran enteramente cómplices de esa inserción
ha de tener muchísimo cuidado con ese dependiente de sus países en el mercado
término, porque la noción de “subdesarrollo” mundial, un encaje en la economía-mundo
puede remitir a un especioso esquema capitalista que contribuía directamente a la
lineal-evolutivo que pretende hacer ver que concentración de renta en muy pocas manos y
el atraso socioeconómico de las naciones
10 REVISTA SAN GREGORIO, 2016, No.11, VOLUMEN 1, ENERO-JUNIO, (6-17), ISSN 1390-7247

a un intenso empobrecimiento de las grandes al análisis de las relaciones internacionales de


mayorías sociales (Furtado, 1985). explotación y comercio controladas desde las
II. Colonialidad del poder y metrópolis imperialistas (1968). A principios
subjetividad del colonizado de los años noventa el sociólogo peruano
No podemos ni debemos ignorar la Aníbal Quijano empezó a desarrollar una
envergadura de todos estos aportes. ¿Pero respuesta muy sugerente que, de alguna
la Teoría de la Dependencia, con todo su manera, venía a complementar o a enriquecer
potencial analítico y heurístico, agotaba todo aquello que había sido teorizado con
todas las dimensiones de la dominación? Sin anterioridad por los pensadores marxistas
duda, su intervención crítica resultó crucial y por la Teoría de la Dependencia. Las ideas
a la hora de construir modelos explicativos de Quijano generaron un nuevo marco
aptos para desasirse de los tradicionales de interpretación de la modernidad a la
esquemas de desarrollo, y erigió una nueva luz de la experiencia histórica y cultural
hermenéutica de los procesos históricos capaz latinoamericana, erigiéndose la categoría de
de evidenciar aspectos cruciales que hasta el “colonialidad” como el núcleo epistémico que
momento habían permanecido sepultados desvelaba más certeramente la estructuración
bajo el fulgurante relato del desarrollismo íntima del poder típicamente moderno.
ortodoxo. Apareció, en ese sentido, como
una línea de fuga capaz de analizar la Decía Quijano que América fue el escenario
dominación geopolítica y geoeconómica donde el colonialismo fue derrotado en su
de los países latinoamericanos y caribeños aspecto político formal por vez primera
desde un prisma radicalmente innovador. (1992: 437). Empero, la estructura colonial del
Sus teorizaciones, por lo además, inyectaron poder produjo otras codificaciones culturales
savia nueva en los discursos políticos de signo que se solidificaron y perpetuaron en la vida
contrahegemónico. sociopolítica de las jóvenes Repúblicas recién
emancipadas. Porque el fenómeno del poder,
Por lo tanto, no podemos prescindir de tal y como fue ejercido por Europa en el
la Teoría de la Dependencia, ni siquiera en continente americano, estaba íntimamente
la segunda década del siglo XXI. Pero, en constituido por la noción de clasificación racial
verdad, otros desarrollos teóricos vinieron o étnica, aspecto que impregnó y todavía lo
a poner el foco en distintas dimensiones de hace todos los ángulos de la existencia social
la dominación, en otros ángulos que quizás (en sus dimensiones material y simbólica) y
no habían quedado lo suficientemente todas las relaciones intersubjetivas (Quijano,
iluminados. Estos nuevos desarrollos teóricos, 1992: 438). Es verdad que el marxismo ya
hemos de señalarlo desde el principio, no había tematizado esa “etnificación” de la
venían a contradecir el esquema básico fuerza de trabajo en el desarrollo histórico
de la Teoría de la Dependencia, pero sí a del capitalismo (Wallerstein y Balibar,
complementarlo a través de una penetración 1991). Pero Quijano añade otro énfasis a la
crítica en otros niveles más moleculares cuestión, y subraya que la propia explotación
vinculados a los imaginarios culturales, a económica quedaba enmarcada y subsumida
los marcos discursivos y a la construcción de dentro de esa colonialidad del poder que fue
subjetividades. En ese sentido, el análisis de la capaz de producir y consolidar clasificaciones
denominada colonialidad del poder supondrá étnicas y categorizaciones raciales que
una profundización teórica capaz de desvelar se han perpetuado mucho más allá de
otros aspectos de una misma dominación. la independencia formal de las naciones
iberoamericanas.
En un momento dado el pensamiento
crítico latinoamericano llegó a preguntarse De igual modo, la eliminación física de los
de un modo distinto por la naturaleza del pobladores originarios, a través de una brutal
poder colonial, interrogándose por sus explotación económica, fue acompañada de un
modos de funcionamiento en el Continente, profundo proceso de “colonialidad cultural”
pero ampliando ese enfoque estrictamente que se prolongó secularmente en el tiempo,
marxista que, como quedaba plasmado en la incluso cuando la explotación económica había
obra de André Gunder Frank, se orientaba ya dejado de ser tan masiva y explícita. Europa,
únicamente a la descripción de la estructura como haría posteriormente Estados Unidos
de clases (localizando al enemigo interno, esto en el siglo XX, no sólo promovía relaciones
es, las burguesías locales latinoamericanas) y geopolíticas que sumían al continente
Jorge Polo Blanco: “Teoría de la dependencia y colonialidad del 11
poder. Dos ángulos de una misma dominación.”

americano en relaciones de dependencia que complejiza todavía más una línea de fuga
económica. También imponía patrones epistemológicamente rebelde y decolonial,
cognoscitivos y criterios epistemológicos como señala Walter Mignolo (2013). Se ha
para clasificar las creencias en verdaderas de tener en cuenta, por lo tanto, que siempre
y supersticiosas, ejecutando con ello una existió junto a la colonialidad política una
verdadera “colonización del imaginario” colonialidad epistemológica. Cómo no
(Quijano, 1992: 439). Porque, como indicaba recordar aquí el ya clásico estudio de Edward
el sociólogo y filósofo portugués Boaventura Said, que mostró la forma en que el mundo
de Sousa Santos, la injusticia social está europeo se representó, describió e imaginó (y
atravesada (y, quizás, posibilitada) por una en definitiva construyó) la otredad cultural
radical “injusticia cognitiva” (2011: 36). Por desde su matriz colonialista e imperialista.
ello, insiste en la posibilidad de explorar Una construcción discursiva del Otro
filosofías, universos simbólicos y visiones que, como no podía ser de otra manera,
del mundo no occidentales que puedan expresaba un deseo de dominación práctica
erigirse en plataforma o sustento de procesos efectivamente materializada (Said, 2015).
políticos contra-hegemónicos y contra- Y piénsese en la constitución de disciplinas
culturales. Las alternativas a la hegemonía teóricas tales como la antropología o la
neoliberal, en suma, pueden provenir de etnología, en las cuales siempre hay una
lugares desacostumbrados, una vez hemos jerarquía de la mirada: la cultura occidental es
puesto al descubierto “la calle ciega en la que el sujeto que estudia, y el resto de las culturas
la tradición crítica occidento-céntrica parece son el objeto estudiado (Quijano, 1992: 443).
estar atrapada” (Sousa Santos, 2011: 18). La La historia misma del conocimiento está
imaginación política de signo emancipador integrada en el propio desarrollo del sistema-
tendrá que beber en otras fuentes hasta ahora mundo moderno, esto es, el despliegue
marginadas y obliteradas por la tradición mismo del conocimiento viene configurado
crítica europea. y jerarquizado por determinaciones
geopolíticas, geoeconómicas y geoculurales
Se ha de destacar, en el contexto (Mignolo, 2001).
latinoamericano, la noción de Sumak
Kawsay, que puede traducirse de la lengua Catherine Walsh señalaba, en ese mismo
quichua como “Buen vivir”. Anclada en los sentido, que la colonialidad del poder atraviesa
saberes y en las prácticas culturales de los y constituye el ámbito de los saberes. “El
pueblos andinos, e incorporada a ciertos conocimiento funciona como la economía:
discursos emancipadores que han promovido está organizado mediante centros de poder y
y acompañado importantes experiencias regiones subordinadas –los centros de capital
políticas transformadoras en la última década económico también son los centros del capital
en algunos países de América Latina, tal noción intelectual–. Por eso, y todavía, la producción
puede erigirse en un locus epistémico desde el intelectual en América Latina tiene poco
cual deconstruir todo el armazón conceptual peso en el mundo” (2005: 43). La dimensión
(e ideológico) del discurso económico epistémica está atravesada de asimetrías
ortodoxo. Los saberes indígenas, por lo geoculturales, hasta el punto de que muchos
tanto, podrían ofrecer modelos alternativos “saberes” fueron históricamente excluidos,
al sistema desarrollista-extractivista que ha silenciados, estigmatizados y “folclorizados”;
dominado en el hemisferio Sur desde la época saberes condenados a posiciones subalternas
colonial. Y, en ese sentido, dichas enseñanzas o marginales, relegados al violento
o cosmovisiones pueden contribuir a agrietar ostracismo de lo impensable, lo subhumano y
esa lógica de desarrollo que ha imperado lo pre-racional, pudiéndose hablar incluso de
en la Modernidad occidental (Acosta, verdaderos procesos de “epistemicidio”, como
2011). Por ello, el Sumak Kawsay permite, lo nombra Sousa Santos (2010).
además, pensar otro tipo de subjetividades,
más allá del Homo oeconomicus ególatra En ese sentido, Homi K. Bhabha hablaba
y competitivo propio de las sociedades de incluso de una “violencia epistémica”, ejercida
mercado (Dávalos, 2011: 28). a través de esa mirada del hombre blanco que
construye al Otro, al dominado y colonizado
Tengamos en consideración, como hecho (2002: 63). Una construcción discursiva y
crudo y desnudo, que la teoría crítica europea simbólica que, desde luego, desencadena
fue redactada en lenguas coloniales, aspecto poderosos efectos materiales. Frantz Fanon
12 REVISTA SAN GREGORIO, 2016, No.11, VOLUMEN 1, ENERO-JUNIO, (6-17), ISSN 1390-7247

también entendía en sus análisis que lo que Debe recalcarse, por lo tanto, y es la tesis
estaba en juego en el poder colonizador era medular que aquí estamos manejando, que la
una ontología sobre-determinada desde fuera colonialidad del poder produce subjetividad.
de sí misma. “Ya mostraremos cómo lo que Piénsese en el problema del eurocentrismo, tal
se llama el alma negra es una construcción y como éste ha sido tematizado asiduamente
del blanco” (1973: 13). Fanon entiende, en por Enrique Dussel (2000). Todas las
la dolorosa y lacerante autocomprensión civilizaciones humanas no europeas, según
de su identidad, que ésta había sido forjada estipula ese constructo hermenéutico, son
en los imaginarios del colonizador blanco, “periferia” con respecto a Europa, que aparece
el cual, dice, “me había tejido con mil como el “centro” de la Historia Mundial.
detalles, anécdotas y relatos” (1973: 92). Aníbal Quijano vuelve a señalarlo con
Una subjetividad desgarrada, producida precisión cuando habla de “una operación
secularmente en una matriz cultural de mental de fundamental importancia para
radical subalternidad. “El negro no tiene todo el patrón de poder mundial, sobre todo
resistencia ontológica a los ojos del blanco” respecto de las relaciones intersubjetivas
(91). El autor de Los condenados de la Tierra, que le son hegemónicas y en especial de su
con su lenguaje clarividente y a veces lírico, perspectiva de conocimiento: los europeos
lo expresa de manera contundente cuando generaron una nueva perspectiva temporal
dice que el negro, al exponerse en el campo de la historia y re-ubicaron a los pueblos
visual de su dominador siente la inscripción colonizados, y a sus respectivas historias
orgánica de su cuerpo negro en una trama y culturas, en el pasado de una trayectoria
histórica de sometimiento y repudio, pues histórica cuya culminación era Europa”
“a la primera mirada blanca, experimenta el (2000: 210). En este esquema evolucionista y
peso de su melanina” (Fanon, 1973: 124). Ese etnocéntrico, sólo aparentemente superado,
peso es densamente histórico, aquilatado en la racionalidad aparece como un producto
imaginarios de dominación forjados en una exclusivamente europeo, toda vez que sólo
exterioridad aplastante que objetivan al negro Europa habría logrado salir de ese primitivo
(y al “indio”, y al “árabe”) de una tal forma estado de naturaleza en el que se hallaban
que la propia subjetividad de los subyugados inmersas prácticamente todas las vastas
adquiere los contornos adjudicados por regiones no-europeas.
el colonizador. “Las miradas blancas, las
únicas verdaderas, me disecan” (95). He aquí Recordemos, a modo de epítome de toda
el imaginario colonial que, transcurridas filosofía eurocéntrica, aquel tremendo
las décadas, sigue operando en contextos veredicto de Hegel (recogido en sus Lecciones
neocoloniales (Mudimbe, 1994). dictadas en la cátedra de Berlín en 1830)
según el cual América era un continente que,
Es evidente, no podemos obviarlo, que todas hasta el momento, no había ingresado en el
estas construcciones simbólicas y culturales despliegue racional de la Historia Universal,
germinan en un contexto geopolítico muy permaneciendo de ese modo en una región
concreto. Es decir, todo esto de lo que de estática oscuridad, en los márgenes de la
nos habla Fanon tiene lugar dentro de los verdadera historia de la humanidad (1970:
proyectos imperialistas llevados a término 110). Las culturas precolombinas, antes de
por las grandes potencias industriales, que los europeos llevasen consigo el espíritu
proyectos que implican una complejísima racional de la verdadera historia, aparecían
administración política, una estructura como fenómenos apenas diferenciados de la
económica de explotación bien articulada, naturaleza y carentes, por ello, de espíritu
un entramado comercial ultramarino de (Hegel, 1970: 105). De ese modo, y como bien
colosales proporciones y una movilización señaló el historiador y filósofo argentino
militar poderosísima. Sólo dentro de esta Arturo Andrés Roig, las tierras americanas
matriz geopolítica pueden darse esos procesos aparecían a los ojos de Hegel como una suerte
de subjetivación colonial. Pero, hilando con de materia prima maleable a la que había que
fineza teórica, hemos de aseverar que la otorgar forma desde fuera; América era un
colonialidad del poder, que opera en un nivel gigantesco pedazo de naturaleza al margen
micro, no queda analíticamente agotada en de la Historia, y sólo Europa podía insuflarle
(ni enteramente explicada por) las estructuras espíritu racional (1981: 126).
macro.
Jorge Polo Blanco: “Teoría de la dependencia y colonialidad del 13
poder. Dos ángulos de una misma dominación.”

Edmund Husserl también labró en ese análogas) opera en un plano geopolítico y


mismo horizonte teórico, considerando geoeconómico, como bien supo diagnosticar
que Europa encarnaba una suerte de la Teoría de la Dependencia clásica; pero
destino histórico que rebasaba toda otra opera también en un plano geocultural, pues
particularidad cultural. La figura espiritual tales categorizaciones producen subjetividad
de Europa representaría, a su modo de e intersubjetividad. Esto es, los habitantes
ver, la cristalización histórica de un telos de los pueblos dominados interiorizan (y,
verdaderamente racional y universal que sólo por lo tanto, naturalizan) su propia posición
se desplegó en el seno de esta civilización. subalterna. Y este paradigma se ha tornado
Ante semejante epifanía, los pueblos que hegemónico, incluso para los habitantes
fueron entrando en la órbita de este espíritu de las regiones así llamadas “periféricas”.
europeo no pudieron sino sumergirse en Chakrabarty apunta que todos los relatos
un proceso inexorable de europeización. acaban confluyendo en el torrente histórico
Mientras que, por el contrario, Europa jamás europeo que, por supuesto, aparece como el
sintió la necesidad de indianizarse (1990: 329). caudal principal y verdaderamente racional
Y, en efecto, así fue. Pero lo que habría que de la Historia Universal.
dilucidar, evidentemente, es qué quiso decir
exactamente Husserl cuando hablaba de una La proposición que alegaré es más perversa.
suerte de “incitación” a europeizarse; porque, Consiste en que, en lo concerniente al
en efecto, tal vez esa figura espiritual europea discurso académico sobre la historia […]
que posee una cualidad harto singular que «Europa» sigue siendo el sujeto teórico
la diferencia radical y poderosamente de soberano de todas las historias, incluyendo
las demás civilizaciones humanas no sea en las que denominamos «india», «china»,
realidad sino un dominio abrasadoramente «keniata», etcétera. De un modo peculiar,
imperial y colonizador. todas estas historias propenden a convertirse
en variaciones de un relato maestro que
Bien es verdad, podrá objetarse, que cabría denominar «la historia de Europa».
una civilización está en condiciones de En este sentido, la propia historia «india»
arrogarse un papel imperialista y totalizador se encuentra en una posición subalterna;
precisamente porque ha podido configurar en nombre de esta historia sólo es posible
una ciencia más compleja (y, en cierto articular posiciones de sujeto subalternas
sentido, más verdadera) y una tecnología (2008: 57).
más poderosa que cualesquiera otras. Pero,
evidentemente, si los otros pueblos son Las narrativas históricas periféricas
“incitados” a europeizarse no es en aras y subyugadas no alcanzan un estatus
de una iluminación de la verdad europea autodefinido, toda vez que aparecen como
que disuelve beatíficamente las densas y meros capítulos o apéndices del “gran relato”
supersticiosas telarañas de sus indígenas europeo.
miradas, sino que tal proceso tuvo lugar por
motivos más profanos y lacerantes: la “razón
Conclusiones
europea” tenía armas de mayor alcance y
calibre. Pues, como bien señala el historiador La colonialidad del poder, y esto es
bengalí Dipesh Chakrabarty, “una lengua esencial, continúa operando tras la
no es más que un dialecto respaldado por independencia política formal de las naciones
un ejército” (2008: 76). Europa, abriendo iberoamericanas (Quijano, 1992: 440). De
mercados coloniales por todo el planeta, hecho, hoy mismo sigue funcionando. La
expandió su “figura espiritual” a sangre y supeditación a los intereses de las potencias
fuego. centrales (relaciones geoeconómicas
puramente dependientes) siempre estuvo
Los europeos, por lo tanto, se imaginaron acompañada (y, quizás, posibilitada) por
a sí mismos como siendo lo más avanzado una producción interna de subjetividad que
de la especie humana. Pero si hay algo que funcionaba imitando los modelos culturales
aparece como avanzado es porque, de manera europeos y norteamericanos (Quijano, 1998).
inmediatamente correlativa, algo permanece En su obra Ariel, publicada en 1900, el escritor
en estado atrasado. Y este sistema binario uruguayo José Enrique Rodó ya diagnosticaba
constituido por lo avanzado/retrasado en ese mismo sentido el estado del espíritu y
(o cualquier otro binomio de categorías la cultura latinoamericana, y consideraba que
14 REVISTA SAN GREGORIO, 2016, No.11, VOLUMEN 1, ENERO-JUNIO, (6-17), ISSN 1390-7247

las naciones de la región, tanto sus élites como humillados y radicalmente deslegitimados.
sus capas populares, estaban excesivamente Y los procesos de subjetivación, insertos en
fascinadas por los Estados Unidos. Es lo esa matriz de colonialidad, apenas pueden
que él denominó nordomanía, un término desplegarse al margen de la gramática social
enormemente expresivo (1985: 94). Rodó, al y los imaginarios culturales enhebrados por
hablar del gran vecino del Norte, advertía lo los secularmente dominadores. Pues, como
siguiente, recién comenzado el Siglo XX: bien señaló Gayatri C. Spivak, el imperialismo
no resultó ser únicamente un proceso
La poderosa federación va realizando entre económico-territorial, sino que operó a su vez
nosotros una suerte de conquista moral. La como una poderosa maquinaria discursiva
admiración por su grandeza y por su fuerza capaz de construir subjetividades coloniales a
es un sentimiento que avanza a grandes pasos través de diversos factores étnicos, de clase y,
en el espíritu de nuestros hombres dirigentes, por supuesto, de género (2010).
y aún más, quizá, en el de las muchedumbres,
fascinables por la impresión de la victoria. Hemos de tener muy presente, por lo
Y de admirarla se pasa por una transición tanto, que la dominación neocolonial no es
facilísima a imitarla (1985: 93). únicamente una cuestión de aparato estatal
u organismos financieros internacionales.
Y también el peruano Salazar Bondy, ya La colonialidad del poder, como bien dice el
a finales de los años sesenta, profundizará filósofo colombiano Santiago Castro-Gómez
en ese mismo horizonte de sentido, inspirándose en Foucault, Deleuze y Guattari,
lamentándose de la “inautenticidad” de la es un lenguaje muy extenso y profundo que
filosofía hispanoamericana, precisamente atraviesa capilarmente todas las dimensiones
en tanto ésta se limitaba a imitar modelos de la sociabilidad y opera incluso en los
de pensamiento que siempre le venían niveles más microfísicos. Es más, puede que
impuestos desde una exterioridad cultural la colonialidad opere principalmente en un
eminentemente imperial (1988). nivel molecular.

El rasgo más potente del eurocentrismo ha Parafraseando a Deleuze y Guattari


sido ese modo de imponer sobre los dominados diríamos que si la colonialidad es peligrosa,
un espejo distorsionante que les obligará, a esto se debe a su potencia micropolítica y
partir de ese momento, a verse con los ojos molecular, puesto que se trata de un cuerpo
del dominador, bloqueando y encubriendo canceroso alojado en un pequeño agujero
toda posible perspectiva histórica y cultural negro, que vale por sí mismo y se comunica con
autónoma. Pero no siempre es tarea sencilla los otros antes de resonar en un gran agujero
saber identificar estos procesos, puesto macropolítico y molar. Es muy fácil hablar de
que ahora no se trata ya de un colonialismo una «decolonialidad» a nivel molar sin ver la
clásico, con toda la aparatosa y explícita colonialidad alojada en las propias estructuras
institucionalidad que éste conllevaba. del deseo que uno mismo cultiva y alimenta.
Debemos entender que la descolonización no
La dificultad de imaginar la alternativa al depende de las revoluciones molares (aunque
colonialismo reside en que el colonialismo no las excluye), sino que conlleva la afección
interno no es sólo ni principalmente una y la transformación creativa de aquello que
política de Estado, como sucedía durante el Pierre Bourdieu llamó el habitus (Castro-
colonialismo de ocupación extranjera; es una Gómez, 2007: 171).
gramática social muy vasta que atraviesa la
sociabilidad, el espacio público y el espacio Una praxis decolonial realmente
privado, la cultura, las mentalidades y las significativa, por lo tanto, también tendrá
subjetividades. Es, en resumen, un modo de que ser capaz de intervenir en ese ámbito
vivir y convivir muchas veces compartido por molecular tan complicado de aprehender
quienes se benefician de él y por los que lo y apresar, toda vez que los elementos de la
sufren (Sousa Santos, 2010: 14). colonialidad del poder se hallan alojados en
los intersticios más recónditos y solidificados
El culturalmente dominado ya no es capaz de de nuestra subjetividad. No sólo en el nivel
producir imágenes, símbolos y conocimientos molar, por lo tanto, habrá de darse la pelea
propios (o sólo los produce de manera residual y por una emancipación que tenga voluntad de
folklórica), pues éstos quedaron arrinconados, ser auténtica y vocación de ser profunda.
Jorge Polo Blanco: “Teoría de la dependencia y colonialidad del 15
poder. Dos ángulos de una misma dominación.”

Hemos de comprender, y es lo que hemos


tratado de sostener en este trabajo, que la
maquinaria colonial no fue únicamente un
entramado político, económico y militar
dedicado a la brutal extracción de recursos
mediante los métodos expeditivos de la
explotación y la esclavitud. El expolio
material conllevaba asimismo un expolio de
lo simbólico-imaginario. Y, transcurridos los
siglos, la dominación neocolonial tampoco
queda limitada a una relación asimétrica de
las relaciones comerciales internacionales o al
mantenimiento de una posición dependiente
dentro de la división internacional del trabajo.
Desde luego, también es eso. Y en ese plano,
la intervención crítica de la Teoría de la
Dependencia fue (y es) de un valor impagable.
Pero, como hemos querido mostrar a lo largo
de estas páginas, la dominación neocolonial
también se fraguó en la construcción de
subjetividades, mentalidades, discursos e
imaginarios. Y este segundo elemento, que
se dilucida más certeramente a través de
los análisis de la colonialidad del poder,
constituye sin duda un ángulo que ha de
ser explorado críticamente a la hora de
producir discursos contrahegemónicos que
resulten verdaderamente efectivos. Teoría
de la Dependencia y colonialidad del poder
resultan ser, por todo ello, herramientas
teóricas complementarias e imprescindibles.
16 REVISTA SAN GREGORIO, 2016, No.11, VOLUMEN 1, ENERO-JUNIO, (6-17), ISSN 1390-7247

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
-Acosta, A. (2011). “El Buen Vivir en el camino del post- FLACSO / Ediciones Libri Mundi, 437-449.
desarrollo. Algunas reflexiones al andar”. En Gabriela
Weber (Eds.), Debates sobre cooperación y modelos de -Quijano, A. (1998). “La colonialidad del poder y la
desarrollo. Perspectivas desde la Sociedad Civil en el experiencia cultural latinoamericana”. En R. Briceño-
Ecuador. Quito: Centro de Investigaciones CIUDAD, León y H. Sonntag (Eds.), Pueblo, Época y Desarrollo. La
Observatorio de la Cooperación al Desarrollo en Ecuador, sociología de América Latina. Caracas: Universidad
61-82. Central de Venezuela/Editorial Nueva Sociedad, 27-38.
-Bhabha, H. K. (2002). El lugar de la cultura. Buenos -Quijano, A. (2000). “Colonialidad del poder,
Aires: Manantial. eurocentrismo y América Latina”. En Edgardo Lander
(Comp.), La colonialidad del saber: eurocentrismo y
-Cardoso, F. H.; Faletto, E. (1978). Dependencia y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos
desarrollo en América Latina. Ensayo de interpretación Aires: CLACSO, 201-246.
sociológica. México: Siglo Veintiuno.
-Rodó, J. E. (1985). Ariel. Madrid: Alba.
-Castro-Gómez, S. (2007). “Michel foucault y la
colonialidad del poder”. Tabula Rasa, Bogotá, Nº 6, Enero- -Roig, A. A. (1981). Teoría y crítica del pensamiento
Junio, 2007, 153-172. latinoamericano. México: Fondo de Cultura Económica.
-Chakrabarty, D. (2008) Al margen de Europa. -Rostow, W. W. (1993). Las etapas del crecimiento
Pensamiento poscolonial y diferencia histórica. económico. Un manifiesto no comunista. Madrid:
Barcelona: Tusquets. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
-Dávalos, P. (2011). “El Sumak Kawsay (Buen Vivir) y la -Said, E. (2015). Orientalismo. Barcelona: Debolsillo.
crítica a la teoría económica como ideología”. Polémika. -Salazar Bondy, A. (1988). ¿Existe una filosof ía de nuestra
Revista del Instituto de Economía de la Universidad San América?. México: Siglo XXI.
Francisco de Quito, Año 3, Nº 7, Junio, 17-31.
-Sousa Santos, B. (2010). Descolonizar el saber, reinventar
-Dos Santos, T. (1978). Imperialismo y dependencia. el poder. Montevideo: Trilce.
México: Era.
-Sousa Santos, B. (2011). “Epistemologías del sur”. Utopía
-Dussel, E. (2000). “Europa, Modernidad y Eurocentrismo”, y Praxis Latinoamericana. Revista internacional de
en E. Lander (Comp.), La colonialidad del saber: filosof ía iberoamericana y teoría social, Universidad del
eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas Zulia, Año 16. Nº 54, Julio-Septiembre, 17-39.
latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO, 41-53.
-Spivak, G. C. (2010). Crítica de la razón poscolonial.
-Escobar, A. (2007). La invención del Tercer Mundo. Hacia una historia del presente evanescente. Madrid:
Construcción y deconstrucción del desarrollo. Caracas: Akal.
Fundación Editorial El Perro y la Rana.
-Wallerstein, I.; Balibar, E. (1991). Raza, nación y clase.
-Fanon, F. (1973). Piel negra, máscaras blancas. Buenos Madrid: IEPALA.
Aires: Abraxas.
-Walsh, C. (2005). “Interculturalidad, conocimientos y
-Frank, A. G. (1968). “Latinoamérica: subdesarrollo decolonialidad”. Signo y Pensamiento, Volumen XXIV, Nº
capitalista o revolución socialista”. Pensamiento Crítico, 46, Enero-Junio, 39-50.
La Habana, Nº 13, Febrero, 3-41.
-Furtado, C. (1973). La economía latinoamericana. Desde
la conquista ibérica hasta la revolución cubana. México:
Siglo Veintiuno.
-Furtado, C. (1985). El desarrollo económico: un mito.
México: Siglo Veintiuno.
-Hegel, G. F. W. (1970). Lecciones sobre la filosof ía de la
historia universal. Barcelona: Ediciones Zeus.
-Husserl, E. (1990). La crisis de las ciencias europeas y la
fenomenología transcendental. Barcelona: Crítica.
-Luxemburgo, R. (1967). La acumulación del capital.
México: Grijalbo.
-Marini, R. M. (1991). Dialéctica de la dependencia.
México: Era.
-Marx, K.; Engels, F. (1972). Materiales para la historia de
América Latina. Córdoba, Argentina: Pasado y Presente.
-Mignolo, W. (2001). Capitalismo y geopolítica del
conocimiento. El eurocentrismo y la filosof ía de la
liberación en el debate intelectual contemporáneo.
Buenos Aires: Ediciones del Signo.
-Mignolo, W. (2013). “Geopolítica de la sensibilidad y del
conocimiento. Sobre (de)colonialidad, pensamiento
fronterizo y desobediencia epistémica”. Revista de
Filosof ía. Universidad del Zulia, Vol. 74, Nº 2, 7-23.
-Prebisch, R. (1962). “El desarrollo económico de América
Latina y sus principales problemas”. Boletín Económico
de América Latina, Vol. VII, Nº 1, Febrero, 1-24.
-Prebisch, R. (1981). Capitalismo periférico. Crisis y
transformación. México: Fondo de Cultura Económica.
-Quijano, A. (1992). “Colonialidad y Modernidad-
Racionalidad”. En H. Bonilla (Comp.), Los Conquistados.
1492 y la población indígena de las Américas. Quito:
Jorge Polo Blanco: “Teoría de la dependencia y colonialidad del 17
poder. Dos ángulos de una misma dominación.”

Das könnte Ihnen auch gefallen